Descargar

La hipnohistoria (página 3)

Enviado por latiniando


Partes: 1, 2, 3, 4

Y soñó: y he aquí una escalera

que estaba apoyada en la tierra,

y su extremo tocaban el cielo;

y he aquí ángeles de Dios

que subían y descendían por ella.

Génesis 28:12

El Libro de Job

Los libros sapienciales y proféticos de la Biblia están escritos en un lenguaje alegórico, con el uso abundante de metáforas (metáfora = empleo de una palabra con un sentido diferente al suyo y que identifican dos objetos distintos que guardan una relación de semejanza). Así, en el Libro de Job vemos la alegoría del árbol cortado (muerto) que es renovado, y que el escritor bíblico usa para cuestionarse si ésto mismo no sucederá con el hombre. Nótese que cuando menciona "como planta nueva", la alegoría es mucho más cercana al concepto de reencarnación (en un cuerpo nuevo) que la resurrección como muchos la entienden (en el mismo cuerpo).

Porque si el árbol fuere cortado,

aún queda de él esperanza;

Retoñará aún, y sus renuevos no

faltarán.

Si se envejeciere en la tierra su raíz,

y su tronco fuere muerto en el polvo,

al percibir el agua reverdecerá

y hará copa como planta nueva.

Job 14:7-9

Si el hombre muriere, ¿volverá a

vivir?

Todos los días de mi edad esperaré

hasta que venga mi liberación.

Entonces llamarás y yo te responderé;

tendrás afecto a lo que hiciste con tus

manos.

Job 14:14,15

El Libro de Salmos

Este libro atribuido a David, rey de Israel, contiene ciertos pasajes que se refieren a la vida después de la muerte y a la esperanza de que ésta sea derrotada. La numeración de los salmos corresponde a la versión bíblica de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera; las biblias católicas difieren en numeración aunque los textos son similares.

Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni permitirás

que tu santo vea corrupción.

Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia

hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra

para siempre.

Salmo 16:10,11

OH Jehová, hiciste subir mi alma del Seol;

Me diste vida, para que no descendiese a la

sepultura.

Salmo 30:3,4

A ti, OH Jehová, clamaré, y al Señor suplicaré.

¿Qué provecho hay en mi muerte cuando

descienda a la sepultura? ¿Te alabará el polvo?

¿Anunciará tu verdad?

Salmo 30:8

He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,

sobre los que esperan en su misericordia,

para librar sus almas de la muerte,

y para darles vida en tiempo de hambre.

Salmo 33:18,19

Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol,

porque él me tomará consigo.

Salmo 49:15

Mas en este siguiente pasaje, el rey-profeta va más allá de la esperanza en una vida después de la muerte. Al referirse a un espíritu renovado, concuerda con Job 14:7-9 y con Job 14:14,15 y claramente habla de la reencarnación del espíritu.

Crea en mí, OH Dios, un corazón limpio,

y renueva un espíritu recto dentro de mí.

No me eches de delante de tí,

y no quites de mí tu santo Espíritu,

Vuélveme el gozo de tu salvación,

y espíritu noble me sustente.

Salmo 51:10,12

Más adelante, el salmista le pregunta a Dios si podrá dar éste vida de nuevo.

Así no nos apartaremos de ti; vida nos darás,

e invocaremos tu nombre.

!OH Jehová. Dios de los ejércitos, restáuranos!

Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

Salmo 80:18,19

¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo

se regocije en ti?

Muéstranos, OH Jehová, tu misericordia,

y danos tu salvación.

Salmo 85:6,7

El uso de la noción del cuerpo humano como vestimenta del espíritu se encuentra claramente en la siguiente metáfora:

Y todos ellos como una vestidura

se envejecerán;

Como un vestido los mudarás

y serán mudados

Salmo 102:26

En el siguiente versículo, la referencia al valle espiritual en tinieblas es muy clara y aquí habría que concordarlo con 1 Pedro 3:18 al 20, donde se habla de lo mismo, aunque David habla aquí de la reencarnación en el pasado.

Algunos moraban en tinieblas y sombra de muerte,

aprisionados en aflicción y en hierros.

Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte,

y rompió sus prisiones.

Salmo 107:10,14

El Libro de Eclesiastés

En la siguiente alegoría que se encuentra a través de diversos versículos del Libro de Eclesiastés, también llamado El Predicador y cuya autoría se le atribuye al rey Salomón, hijo de David, se puede descubrir una clara referencia a la continua reencarnación de los espíritus, al incesante ir y venir de la vida humana. Incluso se refiere al velo que hace que no recordemos vidas anteriores. Y una vez más, se refiere a la reencarnación llamándole restauración.

Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena;

al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven

para correr de nuevo.

¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será.

¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará;

y nada hay nuevo debajo del sol.

¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo?

Ya fue en los siglos que nos han precedido.

No hay memoria de lo que precedió,

ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria

en los que serán después.

Eclesiastés 1:7,9,11

Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya;

y Dios restaura lo que pasó.

Eclesiastés 3:15

El Libro de Isaías

Este libro, el cual para algunos teólogos es realmente obra de dos o quizás tres diferentes escritores escribiendo en diferentes épocas, contiene conceptos muy profundos acerca de la vida, la muerte…y la reencarnación. La primera referencia habla de que la muerte es evitable.

Destruirá a la muerte para siempre;

y enjugará Jehová el Señor toda lágrima

de todos los rostros; y quitará la afrenta

de su pueblo de toda la tierra;

porque Jehová lo ha dicho.

Isaías 25:8

Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán.

!Despertad y cantad, moradores del polvo!

porque tu rocío es cual rocío de hortalizas,

y la tierra dará sus muertos.

Isaías 26:19

El versículo que sigue pone muy en claro que la muerte no es creación divina sino humana; lo interesante es que niega la inexorabilidad de la muerte.

Y será anulado vuestro pacto con la muerte,

y vuestro convenio con el Seol no será firme;

cuando pase el turbión del azote, seréis de él pisoteados.

Isaías 28:1

Después, el escritor bíblico aclara que la "resurrección" será a través del nacimiento, cosa que Jesús reafirma en Juan 3.

Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová.

Yo que hago engendrar, ¿impediré el

nacimiento? dice tu Dios…

…Y veréis, y se alegrará vuestro corazón,

y vuestros huesos reverdecerán como la hierba;

y la mano de Jehová para con sus siervos será conocida,

y se enojará contra sus enemigos.

Isaías 66:,9,14

El Libro de Jeremías

Este libro que unos atribuyen a Baruc, el escriba y otros al mismo Jeremías -de quien trata el libro- contiene el concepto básico, la razón fundamental de la ley de reencarnación espiritual: el perfeccionamiento del espíritu. A través del uso de la metáfora de la vasija del alfarero, que representa las vidas humanas, se nos dice que éstas serán tantas como sean necesarias para lograr su objetivo: contener el espíritu en su jornada hacia la perfección.

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo:

Levántate y vete a casa del alfarero,

y allí te haré oír mis palabras.

Y descendí a casa del alfarero,

y he aquí que él trabajaba sobre la rueda.

Y la vasija de barro que él hacía se echó

a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija,

según le pareció mejor hacerla.

Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

¿No podré yo hacer de vosotros como este

alfarero, OH casa de Israel? dice Jehová.

He aquí que como el barro en la mano del alfarero,

así sois vosotros en mi mano, OH casa de Israel.

Jeremías 18:1,6

Y el versículo siguiente es contundente para aquellos que dudan del poder divino, capaz de dotar de múltiples vestiduras al espíritu.

He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne;

¿habrá algo que sea difícil para mí?

Jeremías 32:27

El Libro de las Lamentaciones

En esta continuación de las ideas anteriores, el escritor destruye la idea de la condenación eterna, obstáculo, según algunos, para que sea posible la reencarnación.

Porque el Señor no desecha para siempre;

Lamentaciones 3:31

Y al igual que en Eclesiastés, la idea de la renovación parece ser continua y cíclica.

Vuélvenos, OH Jehová, a ti, y nos volveremos;

renueva nuestros días como al principio.

Lamentaciones 5:21

El Libro de Ezequiel

Este libro profético que ha sido objeto de detallados estudios y análisis por muchas razones, contiene detallados los elementos que son necesarias para la reencarnación del espíritu. Es importante hacer notar que, hasta Aristóteles, los antiguos creían que las funciones mentales se efectuaban en el corazón; el conocimiento de que éstas se llevan a cabo en el cerebro es relativamente moderna. Por ello, cuando el profeta se refiere al corazón, de lo que está realmente hablando es de la mente. Así vemos que al darse una nueva vida, viene con ella no sólo un nuevo espíritu sino una nueva mente. Esto va a ser de capital importancia cuando se analicen los pasajes acerca de la reencarnación de Elías en Juan el Bautista que viene descrita en el Nuevo Evangelio.

Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré

dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra

de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne.

Ezequiel 11:19

Echad de vosotros todas vuestras transgresiones

con que habéis pecado, y haceos un corazón

nuevo y un espíritu nuevo.

¿Por qué moriréis, casa de Israel?.

Una vez más, vemos que la muerte del hombre no es creación divina.

Porque no quiero la muerte del que muere,

dice Jehová el Señor; convertios, pues, y viviréis.

Ezequiel 18:31,32

Os daré un corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo

dentro de vosotros; y quitaré de vuestra

carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.

Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré

que andéis en mis estatutos, y guardéis mis

preceptos, y los pongáis por obra.

Ezequiel 36: 26,27

A continuación, viene transcrito el pasaje del valle de los huesos secos, el que ha sido tomado por algunos teólogos en su sentido más literal. La clave del asunto está en la expresión "huesos secos", la cual se repite para no dejar duda de lo que se quiso significar con ello: el polvo de la tierra. Cuando el profeta, siguiendo las órdenes de Dios, le habla a los "huesos secos" les dice precisamente que de ahí brotará de nuevo la carne para finalmente, ser dotada de espíritu; los antiguos ignoraban lo que ahora conocemos como "la cadena de la vida", expresión moderna que describe el ciclo de recuperación de la materia orgánica para dar vida a nueva vida material. Nada se desperdicia y todo, finalmente, vuelve a la vida; la materia a la materia, y el espíritu a animar cuerpos.

La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó

en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de

un valle que estaba lleno de huesos.

Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor;

y he aquí que eran muchísimos sobra la faz del campo,

y por cierto secos en gran manera.

Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?

Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes

Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles:

Huesos secos, oíd palabra de Jehová.

Así ha dicho Jehová el Señor a estos huesos:

He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros y viviréis.

Y pondré tendones sobre vosotros,

y haré subir sobre vosotros carne,

y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu,

y viviréis; y sabréis que yo soy Jehová.

Profeticé, pues, como me fue mandado;

y hubo un ruido mientras yo profetizaba,

y he aquí un temblor; y los huesos se juntaron

cada hueso con su hueso.

Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió,

y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos

espíritu.

Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre,

y dí al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor:

Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos

muertos, y vivirán.

Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos,

y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande

en extremo. Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos

son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos

se secaron, y pareció nuestra esperanza, y somos

del todo destruidos.

Por tanto, profetiza y diles: Así ha dicho Jehová el Señor:

He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío,

y os haré subir de vuestras sepulturas,

y os traeré a la tierra de Israel.

Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros,

y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío.

Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis y

os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que

yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.

Ezequiel 37:1,14

El Libro de Daniel

Este libro, incompleto en las versiones no católicas -en el canon católico se incluye el Libro II de Daniel- contiene la profecía del regreso de Daniel al final de los tiempos.

Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás

para recibir tu heredad al fin de los días.

Daniel 12:13

El Libro de Oseas

En Oseas viene reafirmado el concepto de que Dios es enemigo de la muerte. Esto lo toma Pablo más adelante.

De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte.

OH muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción,

OH Seol; la compasión será escondida de mi vista.

Oseas 13:14

El Libro de Amós

En esta profecía, se encuentra la contundente afirmación de que tanto los espíritus confundidos -los de abajo, en el Seol, el "infierno" hebreo- como los espíritus de los obedientes -los que subieron al valle espiritual- están sujetos a la ley de reencarnación del espíritu.

Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano;

y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender.

Amos 9:2

El Libro de Jonás

Una vez más encontramos en este libro el concepto del regreso a la vida. Nótese cómo el significado simbólico de "para siempre", al ser refutado en su forma literal en la línea siguiente, echa por tierra muchas interpretaciones que basan la creencia de un castigo eterno en incorrectas lecturas de los textos bíblicos.

Y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó;

Desde el seno de Seol clamé, Y mi voz oíste.

Descendí a los cimientos de los montes;

La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre;

Mas Tú sacaste mi vida de la sepultura, OH Jehová Dios mío.

Jonás 2:2,6

Carlos despertó agitado y asustado no podía moverse. Se encontraba sentado en una silla o eso creía pues su cuerpo estaba raro y no lograba identificar exactamente donde estaba, no sabía si estaba suspendido o apoyado en algo pero si sabía que estaba absolutamente detenido posiblemente en el espacio y el tiempo. Se sentía una música extraña pero hermosa. Estaba en un salón redondo de color verde claro y muchas luces lo iluminaban. Cerró los ojos y trató de dormir, ya ni lo más extraño o profundo le importaba solo tenía la idea de dormir y olvidar.

De repente sintió unos pasos como de tacones fuertes pues sonaban bastante duro y hacían eco en el salón. Cuando abrió los ojos vio a Ana karla con el mismo vestido pero su rostro se veía suave, tranquilo y limpio; muy limpio. Ella se le acercó tomó su rostro con ambas manos y dejó caer algunas lágrimas y le dijo

–Hola Carlos, vine a despedirme y a recordarte que te amé, te amo y te amaré, ya se quien eres.

–Quien eres Ana Karla

–Soy tu amiga, tu última amiga.

Carlos sintió que le movían su cuerpo un poco violento y fue saliendo de aquella escena con Ana Karla y se vio en una pieza de adobe rojo y al fondo una ventana que daba a un jardín y a una calle, veía pasar a las personas una señora con un costal al hombro, un muchacho cabeceando un balón de fútbol, un señor de unos 40 años peinado para un lado y con gomina lo saludó fumando un cigarrillo y un hermano suyo que trataba de despertarlo, a este Carlos lo estaba recordando en ese momento. Aunque se conocían su hermano no sabía quien era Carlos y no podía saberlo pues sucedió un error no explicable, este le llamó así:

–Despiértese Fernando lo va a coger la noche para ir a trabajar.

Corría el año de 1979 en el barrio Belén las playas de la ciudad de Medellín.

11. El Camino

La mujer corría rápidamente y su rostro reflejaba desespero. En el camino Luis yacía completamente ebrio al lado de unos palos de café, sus manos empuñaban fuertemente hojas, tierra y hierba, su ropa estaba bastante empantanada y mojada; no solo de lágrimas.

Alcanzó a sentir el llanto y el choque de la mujer con su cuerpo, quien con un pié alcanzo a golpearlo en la cara voló por encima de él dando tres vueltas por la tierra quedando en estado inconsciente. Luis por el contrario reaccionó y como si se le hubiera desaparecido la embriaguez tomó a la mujer y la sentó:

¡Señorita!, ¡señorita!, despierte por favor, que le sucede, hábleme por favor.

Después de insistir varias veces la mujer empezó a reaccionar, él observo su belleza. Su pelo rubio brillante, desordenado y húmedo; sus cejas tupidas; sus pestañas reflejaban la sal tostada que dejan las lágrimas de tanto salir; su nariz larga y un poco aguileña y unos hermosos labios de medio grosor que hacían de su boca una provocación, su frente ancha; sus pómulos salientes y sus cachetes colorados que dejaban ver algunas pecas; su cuello era fino; sus senos pequeños; a lo anterior le seguía un vestido hasta sus rodillas; de color verde agua con una flores rojas; sus zapatos color café: unas chanclas que dejaban ver sus mestizos pies.

Mientras ella recuperaba el conocimiento, emitiendo unos suaves lamentos, él tomo aire, quizás para tener mas conciencia del momento ya que el licor aún hacía de su mundo trizas. Al exhalar observó que de un pequeño bolso café de la mujer salían objetos; labiales, una tijera, un cepillo de dientes, crema dental, una vasija plástica, un reloj de mano y unas gafas negras; además algunas hojas escritas a mano. Estiró su brazo y arrastró todo hacia el para poder guardarlo con las dos manos. Después de guardar los objetos, su particular curiosidad y amor por la lectura lo hizo detener en una de esas hojas; estaban escritas con lápiz de color rojo y la letra despegada y algo clara. Empezó a leer como si no existiera en el universo nada mas que su cuerpo y esa hoja de papel (como debe leerse):

Esta carta que como las anteriores nunca llegará y que como las anteriores lleva mi corazón en sus letras y que como las anteriores son las lágrimas de mi intelecto ubicado en algún lugar de mi cerebro; ya que la otra parte es para la lucha, las escribo pensando en vos la única persona que hace de mi conciencia melancolía y de mi razón poesía, y aunque he buscado desprenderme de tu recuerdo utilizando para ello desde la historia hasta sacar de mí una fuerza para mover multitudes lo he conseguido en algunos momentos, pero pienso que al tratar de alejarme de ti te afirmo y mas cuando hasta para olvidarte eres mi motor.

Este mes no he tenido pesadillas y esto es grato, descansar de ver el rostro de la bruja Gabriela dentro de mis ojos: primero un punto luminoso que se va agrandando y tomando la forma de su rostro a una velocidad media y se va fijando el centro de la nariz y luego los poros y los átomos y un átomo y un electrón y un protón y ….., es horrible. Aunque se que ya murió, según mi madre esta se lanzó al río Rondoso. En su paso por el pueblo, se lanzó gritando y llamando a las personas para que la vieran y la policía no pudo detenerla, como el río estaba crecido la encontraron en la Bodega cerca a la desembocadura en el Cauca. Yo….

La mujer se levantó rápidamente y se paró al frente de Luis organizándose el cabello rubio con sus manos, sus ojos miraban el piso húmedo. Ni Luis ni ella pronunciaron palabra por lo menos durante algunos minutos, Luis sentía un poco de vergüenza mas lo primero que se le vino a al memoria pronunciar fue:

¡Gabriela te sientes bien!

Ella levantó alarmada su cabeza y se encontró con la mirada más pasiva que alguna ves hubiera visto. Un hombre de tez trigueña clara, de cabello castaño, una frente ancha y de aspecto duro, unas cejas negras y tupidas, su nariz larga y aguileña, un bozo finamente afeitado y una boca mediana y fina, pómulos suaves y de un color muy rozado; vestía un chaleco de gabardina fina de color café y unos pantalones de lo mismo, las zapatillas negras, que, aún bajo el polvo y el pantano dejaban ver su brillo; en medio de ese estado de desorden y pantano lucia muy elegante.

–¡Mí nombre es Susana!, no soy de este pueblo y estoy buscando la salida urgentemente.

Se agachó a organizarse las chanclas y al levantarse le pidió a Luis su bolso

–Le gusta leer lo ajeno ….?, preguntó con tranquilidad (libertad).

–Luis contestó, ¡Mucho gusto Susana!. Disculpe pero tengo una extraña afición a la lectura y mas cuando a esta ora en medio de una finca cafetera una hermosa mujer me atropella y de su bolso salen unos papeles escritos a mano con lápiz rojo. Usted que haría ?.

–¿ Qué hace usted en ese estado aquí, su presencia es la de alguien rico o por lo menos muy acomodado. Se me hace extraño. Es el dueño de la finca ?.

Luis la miraba tiernamente; su machismo positivista de toda la vida lo ha hecho ser un defensor de los derechos de la mujer y por ello esa ternura hasta con las desconocidas, pero en este momento no podía seguir mintiéndose así mismo y a nadie mas, dejó de mirarla tiernamente, bajó su cabeza y de nuevo el llanto que no podía manejar y las lágrimas gruesas caían sobre su camisa. Con sus manos arañaba la tierra y el color de su rostro empalidecía.

La noche estaba cayendo, había luna llena. La tierra ya no estaba tan húmeda y las primeras estrellas hacían su entrada triunfal a ese claro firmamento de campo, los sonidos del día estaban marchándose y los sonidos de la noche llenaban de temor y romanticismo el ambiente.

Susana se había sentado con la intención de no dejar a este hombre así, trató primero de callar y escuchar su llanto, después posó su mano sobre el tobillo de él apretándolo duro; pero Luis no reaccionaba y por el contrario lloraba mas, optó, entonces por hacerle una pregunta tan normal que parecía que Luis fuese su amigo de hace años:

¿ Cuanto hace que no vas a visitar tu última amiga ?

Luis levantó su cabeza rápidamente y dijo: ¿ Mí última amiga ?, de donde sacas esa frase ?.

–Lo pregunté por que esta escena me recuerda una que leí en un cuento un diciembre de 1987 en el parque del municipio La Esperanza, a las doce de la noche, tenía 26 años y estaba llorando la muerte de mi padre y bajo la silla donde me hallaba sentada alcancé a notar un sobre de manila, lo recogí y en su interior hallé algunas hojas; son de éstas que encontraste en el bolso, y allí estaba parte de ese cuento ya que algunas páginas faltaban y otras eran ilegibles.

–¿ Cuál era el nombre de este ?.

–¿ De mi padre o del cuento?.

–De ambos.

–Mi padre se llamaba Gregorio Síla Atenuense y el cuento Mi última amiga. Mi padre era un agricultor y domador de caballos. Un día yendo para la finca en su nuevo caballo este lo tumbo y asustado pasó por encima de su cuerpo y lo dejó agonizante, a los pocos días murió en el hospital del pueblo.

El entierro fue al día siguiente, mi madre no lloró y tal vez no lo hacía por que un mes después moriría de un infarto fulminante. Dejaron 3 hijos todos adultos, yo soy la menor y la única mujer, el mayor se fue de la casa a la edad de 15 años y hasta ahora nada se sabe de el.

Lo que más lamentó mi madre en sus últimos días era no haberle dicho a mi padre que el siempre fue estéril, pero la mantuvo amenazada los primeros años del matrimonio si no podía tener hijos la dejaba. A mi madre la vida o Dios le dio la solución, un amigo de toda la vida se enamoró de ella y ella de él pero aunque ambos eran casados el amor fue mayor, las noches eternas en pasión pero cortas de tiempo por mas de 25 años nadie las conoció ni las presintió, el resultado 4 seres humanos, nosotros. Ella antes de morir nos reunió y nos contó esta historia con nostalgia que se hacía melancolía, no lograba ocultar el amor por ambos hombres, los dos reunieron respeto, amistad, seguridad, pasión, amor, fuerza, valor y paternidad.

Don Nicolás había muerto 2 años antes de un paro fulminante, vivía en todo el Parque, era de su propiedad un granero y un bar, los negocios mas rentables del pueblo, quedaban bajo su casa. Desde mi infancia llevo las imágenes de estos negocios en lo mas profundo de mi ser, desde que mi cerebro empezó a entender lo que mis ojos le enviaban, esos fueron los primeros recuerdos, desde que mi madre saludaba hasta cuando recativa los precios, los canastos, los bultos de maíz, las mulas afuera espantando los moscos con sus colas; hasta a mi padre en el bar bebiendo cerveza al clima y su tabaco infaltable, era el que pagaba mientras no hubiera allí un Pavón, un Sandoval, Un Rojas, Un González o un Acosta.

–Interesante—contestó Luis—Cuéntame la historia del cuento.

–Mi opinión está determinada según la hora del día en que se me haga la pregunta, así como lo piensa Torrente Ballester, ese magnífico escritor español.

–Eso mismo puede aplicarse a las preguntas—dijo Luis—pero háblame del cuento por favor

–Curiosamente el nombre del personaje central del cuento se llama Susana, como yo, y en ese día de soledad fue bastante traumático, pues al leerlo sentía que parte de sus palabras eran similares a las que mi madre me decía. Cómo lamento no haberlo leído en presencia de ella.

Como te dije unas 50 hojas de cuaderno ordinario, escritas con lápiz de carbón y de color rojo en su mayoría componían este cuento. Lo llamo cuento por que es el género literario que más se le parece, aunque no está el final, tal vez por que no pudo terminarse de escribir.

La historia está desarrollada en la ciudad de Medellín en tres sitios específicos al frente de la Biblioteca de Comfenalco en al Avenida la Playa, dentro de una pieza en la calle Niquitao; cerca al paradero del circular Coonatra y en un parque público del bario Belén las Playas de la ciudad. La historia la desarrollan cinco personajes con arquetipos sociales determinados muy diferentes Susana, Magnolia, Luis, Luis (2) y el General. Hablemos de cada uno de ellos, según lo que muestra el escrito.

Susana era una estudiante de artes de la Escuela de bellas Artes en la Avenida la Playa de Medellín. Con mucha frecuencia visitaba la biblioteca de Comfenalco cerca a la escuela. Había tenido una intensa relación con Luis hacía unos quince meses cuando sorpresivamente el desapareció de su vida. A raíz de esto dos intentos de suicidio, uso muy a menudo de licor y diez quilos de peso menos.

Era adicta a Fernando González, José María Vargas Vila, León de Greiff, José Asunción Silva; en síntesis autores colombianos del siglo XIX y principios del XX. Le gustaba escribir poesía, sin éxito, asidua coleccionista de los suplementos dominicales del Colombiano, fanática del cine; no se perdía las películas del Libia, cuando estuvo con Luis casi diario veían una película, la que más le impacto fue "Todos estamos bien" de Marcelo Mastroiani, basada en la novela de Gussepe Tavore.

Vivía en un barrio popular de Medellín, Sucre Enciso, por las letras del Col tejer,su padre era un conductor de taxi, quien hacía hasta lo imposible por costearle sus estudios.

En el cuento aparece como receptora de las cartas de Luis, quien las envía por medio de Magnolia a ella. Nunca las recibe, pero en ellas puede verse el gran amor que Luis le tiene. Solo aparece en las palabras de Luis, es la mención mas importante en la obra para él, pero Magnolia es la receptora de una energía mayor a la de Susana y a la humana expresada en la obra, ya te lo contaré.

Luis es el actor principal del cuento pues parece ser que él mismo escribió la obra. Como ya te conté fue un enamorado de Susana y aún estaba enamorado de ella. Vivía en una pieza en Niquitao. La pieza era de color azul claro en un segundo piso, tenía la comodidad de poseer un balcón que era la vida de Luis en ese sitio. Don muebles verdes y rotos, una meza raquítica de centro con un taburete viejo hacían de comedor y escritorio, un corazón de Jesús y una pintura de un paisaje en dos paredes de la habitación y una cama pequeña de madera constituían el equipamiento de la habitación. Sobre la meza unos lápices de color rojo unos y negros los otros, varios libros como la Biblia, El Hermafrodita dormido, Ibis, La experiencia de la modernidad, los Protocolos de los Sabios de Sión y La Objetividad, y una cantidad adecuada de hojas de cuaderno junto a algunos suplementos dominicales. Una gota de agua caía todo el tiempo al piso del baño, esta y el sonido de la calle acompañaban el sonido de las ruedas que producía la silla de ruedas, estas voces eran la compañía de Luis. Había aprendido a reconocer ese espacio urbano de la ciudad, pues abajo de la habitación existía una tienda que permitía escuchar en conjunto la cultura popular local. Incluso muriendo en todo sentido; hasta de Dios, el saber, el conocer lo social era el motor y la vitalidad de su existencia. Un poco antes de alejarse de Susana el médico le había pronosticado la feroz enfermedad que lo tenía postrado en la silla. Ya pesaba solo treinta kilos.

Cada ocho días lo visitaba un amigo mayor quien le llevaba algo de comida, y pagaba su pieza, pero hacía más de un mes no iba, por esto el dueño de la pieza estaba que lo tiraba a la calle, pero Luis estaba tranquilo sabía que pronto moriría, solo le impacientaban dos cosas. Dejar escrito de manera perfecta el amor que sentía por Susana y que ella lo conociera. Dejar explícito e implícito a lo largo del texto como un hombre de estos tiempos y de estos lugares ama más fuertemente que lo expresado por todos los poetas europeos siglos atrás.

Y lo segundo era realmente extraño. Cuenta en sus escritos que de manera "irracional" pero desde su "racionalidad" estaba siendo utilizado por fuerzas sobrenaturales. Esto consistía en una posesión de dos musas de la edad media enamoradas de una mujer de la ciudad, y por condiciones lógicas no podían tener contacto personal con ella, así que lo utilizaban a él para hacerle saber su amor por Magnolia.

–¡ Insólito !–replicó Luis—continúa

–extraño también la manera como narra la forma y como sentía la posesión. Esto le venía ocurriendo hacía cuatro meses. Dos veces semanales a altas horas de la noche se despertaba sobresaltado y se sentaba en la silla de ruedas y rodaba hasta el escritorio, cogía cualquier lápiz. Minutos después su presión arterial bajaba en suma, sentía un gran frío y enorme cantidad de sudor salía de su cuerpo, comenzaba a escribir. Despertaba sobre el escritorio con verdaderas poesías de amor escritas para Magnolia. Las metía en bolsas con la dirección y por medio de una cuerda se las entregaba al tendero quien las enviaba a la dirección de Magnolia.

Después de cada posesión dormía todo el día. Cada vez se hacía mas flaco y la sangre que salía de su garganta aumentaba. Últimamente en las posesiones estaba sangrando por los oídos y estas estaban haciéndosen mas frecuentes.

La mitad de la obra son esas poesías a Magnolia, para mi están escritas en un lenguaje que no corresponde a la edad media

–Léeme algunas poesías por favor—interrumpió Luis

Susana miró a su alrededor y dijo—Luis no te has dado cuenta que hora es ?

— Es cierto. Vamonos para el pueblo, estoy ansioso de escuchar esos escritos.

El día ha terminado. Ella se encontraba en medio de una tempestad en una finca de Jericó Antioquia, estaba oscuro y no había podido encontrar donde refugiarse. Corriendo asustada chocó con una piedra y calló quedando inconsciente. Despertó al frente del computador intercambiando E-mails con un amigo electrónico quien le hizo caer en cuenta que estaba siendo arrastrada por las aguas de un arroyo en Jericó Antioquia. Se levantó agitada y ya había amanecido, hojas secas mojadas pegadas a su emparamada ropa fueron la novedad esa mañana de octubre en la entrada al pueblo de Jericó.

12. En el camino

–No tienes familia aquí ?– preguntó Susana.

–Hasta hace algunas horas la tuve, pero un hombre es solo en la vida si se mira desde la diferencia natural, y mas cuando las diferencias son de carácter artificial o desde la moral humana. Yo creo que la igualdad no existe, la misma naturaleza lo enseña: sus especies no igualan sino, por el contrario diferencian unas de otras, los hombres nos matamos por igualdad y hemos dedicados siglos para encontrarla, cantidades de libros y de guerras, de oraciones religiosas y de matrimonios; pero la desigualdad es una ley natural y física y nosotros no lo hemos podido entender, llevamos este ideal a nuestra vida cotidiana para atormentar a nuestros mas cercanos familiares y amigos, nuestra personalidad se hace traumática cuando al convivir tratamos de encontrar esa añorada igualdad, el padre atropella a su hijo para que este sea igual a él y se atropella a la esposa para que esta sea como nuestra madre y sin saber desde el principio a quién o a que nos queremos igualar.

Si, hace algunas horas tenía familia ahora no quiero que se parezca a mi ni yo a ella.

–Quién es ella ?.

–Oh, si, ella. Era mi novia, llevábamos 11 años de relación, su nombre es Clara Lucía, nacida un julio para mi ventura y desventura, la mujer que me acompañó 11 años de su vida y entre otras cosas me sacó del licor y el sexo sin límites; ahora estoy ebrio.

Luis miró su reloj nuevamente y dijo:

–Por favor vámonos para el pueblo ya es un poco tarde y yo no manejo nada de política por acá además, conozco poca gente en esta región.

Susana se levantó primero que el y le extendió sus manos para ayudarlo a parar. Al juntar las manos la sensación fue para ambos agradable, la temperatura de Luis era mayor y Susana sintió una gran sensación de seguridad y paz, y pasión, aunque estúpidamente tardarían para reconocerlo.

El camino al pueblo era de herradura y se hizo complicado ya que el piso estaba mojado y su trayectoria hacía abajo lo complicaba mas, estaba oscuro y se oían algunas voces en la nada y algunos disparos en una región de paz; que no permitió continuar el dialogo de Luis y Susana, que se dedicaron a llegar bien al pueblo pero con un contacto de manos que a ambos hacía mucho tiempo les hacía falta.

En el camino transcurrido; como lo alumbraban las luciérnagas, no pocas hojas secas se carbonizaron y no pocas hojas secas volvieron al árbol llenas de verdocidad y esperanza.

13. En la plaza mayor

Pasadas las 9 y media de la noche entraron a las primeras calles campesinas de San Rafael, un pueblo de 3700 personas en su zona urbana y lo mas destacado era la casa de un héroe de la independencia de esta nación, tanto su nacimiento como su muerte había ocurrido en este. Sus descendientes aún eran reconocidos como tales ya que estos se habían logrado mantener muy bien económicamente y filialmente con los mejores matrimonios; incluso importaban hembras o machos de otros lugares mas modernos, eran los mas ricos y de mejor familia para la tradición popular.

Aunque su descendencia ha ido mermando por esterilidad, enfermedad y accidentes, y siendo hoy poca quedan por lo menos 10 personas jóvenes y útiles del gran tronco familiar, todos educados en las mejores instituciones educativas de la región.

La raíz de esta familia es de España, don Francisco de Acevedo y García propietario de un feudo en España, casado con doña Clara de Fonnegra y López descendiente de Catalanes ricos, unen fortunas para comprar unos navíos con el fin de comerciar con América, de esta les llama la atención La Nueva Granada, donde se hallaban unos familiares de doña Clara a los cuales les estaba yendo bien, su único hijo Luis Ignacio de Acevedo y Fonnegra se había levantado entre navíos, mercancías y La Nueva Granada.

Aunque joven de 18 años y rico, al morir sus padres decide dejar los negocios en manos de sus familiares quienes los dejan quebrar por la falta de buenos contactos y por el asedio de los piratas, y se interna en al Nueva Granada para encontrar los familiares de su madre, que según algunas historias estaban llenos de oro, tierras y esclavos.

En Cartagena fue el primer lugar donde obtuvo información sobre los Fonnegra, un comerciante que hasta hace poco comerció desde allí con el interior y se encontraba en Honda llamado Rafael Fonnegra. Don Luis pidió una descripción física a un socio de don Rafael que aún se encontraba allí llamado Juan Santamaría quien le aconseja esperarlo pues en tres días sale para Honda con destino La Villa de la Candelaria de Medellín.

En Honda después de el apasionante y peligroso viaje don Luis y don Juan se reúnen con don Rafael: un hombre blanco, de mediana estatura, pelo un poco crespo y castaño, con barba a medio salir, ojos cafés claros y su ropa escasa por el gran calor. Al día siguiente saldrían para La Villa de la Candelaria de Medellín, un pueblo de buen clima y estupendo para comerciar además, con mujeres muy ricas esperando hombres blancos para desposarse, allí don Rafael y don Juan tenían sus pretendientes y estaban prontos al matrimonio.

Al día siguiente don Luis no logró madrugar, estaba alojado en el hospedaje propiedad de don Rafael, que siglos después se llamaría Hotel Fonnegra, lo habían dejado con un mensaje en el cual le decía que lo esperara unos meses, allí sería atendido debidamente por Filomena, una esclava que dejaban a su mando, encargada de la cocina y los quehaceres del hospedaje.

Algunos días después estando don Luis sentado en una silla de madera mirando el amanecer observó algunas personas entre hombres y mujeres reunidos, a su lado algunos esclavos e indios con costales y cajones, parecía ser que salían de viaje. Don Luis concentrado en esas personas de manera interesada, pensando en el fondo en la posibilidad de unírseles, observó dentro de ellas una mujer de pié, su pelo castaño caía por sus hombros y pechos, de estatura media, brazos largos y blancos, un vestido claro que llegaba hasta sus tobillos y desde lejos podían apreciarse que sus facciones eran pulidas y de gran belleza.

Empezaron a caminar y varias mujeres, entre ellas la que llamó la atención de don Luis, estaban siendo llevadas por indios cargueros o silleteros. El se fue tras ellos y se les unió, eran Colonizadores prehistóricos de Antioquia. En el trayecto algunos se iban quedando y fundando pueblos. Don Luis conoció a esa hermosa mujer y se enamoraron, un día en un buen paraje el le propuso a Ana González de Toro, la hermosa mujer, que se casaran y tras la bendición de su madre y el somos de los mismos de su padre, allí se quedaron, con 36 indios, 12 esclavos y otras 3 parejas de blancos.

Fundó don Luis un pueblo el cual llamó en primera instancia Santa Ana. Tubo prosperidad este pueblo pues se encontró una gran mina y don Luis y su familia fue acumulando una gran riqueza que hasta hoy persiste, corría el año de 1743.

Nunca supo mas de España ni de sus familiares, tampoco de Don Rafael Fonnegra, aunque por el año de 1890 una de sus descendientes se casaría con un descendiente de don Rafael.

Solo dos hijos nacieron de este matrimonio Eugenio Acevedo González y María Ignacia quien murió de 10 años. Don Eugenio se casó con una criolla rica llamada Juana María Obeso, él, aunque admirador de su padre, colaboró en la Independencia de España a los patriotas y se hizo uno de ellos. Un día pasaban por el pueblo unos realistas con unas instrucciones para un ejercito al lado del Magdalena, don Eugenio los invitó a su casa para que descansaran y alimentaran, quiénes aceptaron, eran 24 soldados realistas que en la noche fueron sacrificados por los patriotas, al amanecer don Eugenio declara a el pueblo independiente de el rey, con algunos indios y mestizos forma un pequeño ejercito que fue exterminado semanas después al lado de Honda. Esto con la ayuda de la historia escrita hizo a don Eugenio el orgullo sin tiempo del pueblo, hasta hoy, junto con Bolívar, son las únicas estatuas existentes en la Plaza Mayor.

Hoy sus descendientes no dejan morir esa leyenda, piensan que no solo el apellido y el dinero sino sus acciones cívicas en favor del pueblo no permiten que la memoria de su ancestro muera.

La menor de sus descendientes es Clara Lucia Acevedo Santillana, mujer de 37 años, bella e inteligente y querida por todo el pueblo. Antropóloga, Abogada, Socióloga y especialista en solución de conflictos, estudiados en Medellín y Estados unidos. Se dice en el pueblo que se cansó de la ciudad y hecho todo al carajo, rompió con su prestigioso novio, quemó diplomas, quemó sus finas prendas, donó sus autos, y se vino definitivamente para el pueblo. Hoy se la ve tintiando en la Plaza, en alpargatas, yendo a misa de 7 AM todos los días y salir de paseos a caballo a una de las fincas de la familia.

En la Plaza Mayor de San Rafael, se dice, desde hace algunos meses para acá, que en las horas de la madrugada se ve pasar el espirito de un anciano vestido de guerrero patriota, recogiendo hojas secas de la estatua de Bolívar.

14. El Oasis

Luis llevó a Susana a un hotel a 3 cuadras de la Plaza de San Rafael, de nombre El Oasis, sus paredes amarillas con zócalos, puertas y ventanas de color caoba. La recepción quedaba en el segundo piso subiendo por unas escalas de madera. Una pequeña sala con piso de tablas era adornada con grandes materas y cuadros de paisajes y un televisor a color emitiendo un enlatado inglés con espectadores campesinos entre niños y adultos, que ni se percataron de los estropeados visitantes.

–Buenas noches—dijo Luis a los televidentes, uno de ellos, una mujer cuarentona se paró rápidamente hacia un escritorio pequeño sobre el cual había un teléfono, un cuaderno y algunos ceniceros – Buenas noches, buscan pieza ? — les preguntó.

–Buenas noches—repitió Luis—requerimos dos habitaciones con baño por favor.

La señora los observaba con extrañeza y disimulando el reírse les dijo son $9000.

Luis le dio ese dinero mientras elle escribía sus nombres en un gran cuaderno, les entrega unas llaves y les advierte que la entrada en semana es máximo hasta las 12 PM y fines de semana hasta las 2 AM.

Los conduce a las habitaciones, antes de entrar, Luis pregunta a la señora donde pueden comer a esta ora de la noche, ella les sugirió que si querían su esposo les conseguía dos comidas, El le dio $10000 lo que quería decir que aceptaba, la señora dijo que en media ora se las llevaba.

Cada uno entró a su pieza; Susana no olvidó agradecerle todo y dando buenas noches se encerró, no sin antes darle un beso en la mejilla, esto para Luis fue haber recibido un premio, en la medida que se había hecho estimar y ganado la amistad de alguien mostrándose como realmente era.

Las piezas ambas contiguas, tenían ventana de vidrios opacos, baño, una cama de madera con un colchón de paja y varios tendidos aparentemente muy limpios, al lado de la cama un pequeño escritorio con una silla. En el baño, aparte de lo esencial, un pequeño espejo adornado barrocamente. El color de las paredes era blanco hueso, estas requerían una nueva pintura. En las de su pieza, Luis encontró en la pared de el lado donde la cama se recuesta, unos escritos de diferentes personas, fechas y colores, en algunos decía así:

Aquí se amaron Natalia y Andrés por primera vez, 23/12/1995.

En San Rafael conocí la mujer que mas he amado en mi vida, 01/03/1994.

Soy una mujer casada y estuve haciendo el amor con el mejor amigo de mi esposo por que este me pone los cachos cuando le da la gana y es un hijo de perra con migo. 14/7/1994.

Hoy conocí al hombre de mi vida, Juan Carlos es un tarraooooo, 23/09/1995.

Y así muchas mas.

Luis se había bañado rápidamente, con una agua fría pero reconfortante, cuando salió del baño observó que su ropa estaba hecha un desastre y tenía su equipaje dentro del carro al frente de la casa de Clara Lucía en La Plaza mayor.

Sintió que golpearon la puerta de la habitación –Quien es ?–preguntó

–Susana

Le abrió rápidamente

–Me siento sola, quiero que escuches lo que falta de la obra

–Perfecto—dijo Luis—cuéntame todo.

–Antes de leerte los poemas terminaré de contarte quienes fueron los otros personajes.

El General, un hombre de gran poder en Colombia, un día de sinceridad se enamoró de la pequeña Magnolia y tras una temerosa relación pasional; pasión que aún lo llevaba hacía ella constantemente, como resultado un pequeño niño. Cada mes el general iba con su escolta a un parque del barrio Belén las Playas de Medellín a las 7 de la mañana para entregarle el dinero necesario a Magnolia.

Uno de esos días, 7 de abril para ser exacta, en el parque se encontraba un hombre de mediana estatura, semi barbado, muy bien vestido, profesor de la Universidad de Antioquia en la cátedra de historia política. Ese día había madrugado bastante a leer un libro de Cortázar "La Rayuela".

–Esa Magnolia es la misma que inspira las musas de Luis—preguntó Luis.

–Por supuesto—déjame contarte lo que sucedió esa mañana que fue lo que liberó a Luis para que muriera tranquilo y lo que permitió a ese profesor escribir esta historia y re enamorar a Susana, que se encontraba perdida en la soledad, el humo de cigarros y el alcohol, tratando de componer un poema o cuento que reflejara el sabor, encanto y naturaleza de la melancolía. En un cuarto de hotel medio caro de Bogotá, desnuda, masturbándose varias veces al día, sin bañarse durante una semana, estaba la borde del suicidio, fue precisamente su más eterno amigo quien la salvó y enamoró.

Esa mañana en el parque, Magnolia que medía aproximadamente 1, 55 mts. lucía un traje de tela barata y color rojo vivo, un bolso negro y de cuerina ya desteñido por el uso, unos zapatos de tacón alto de color negro. Físicamente mostraba haber sido una mujer hermosa, un pelo rojo largo. Estaba sentada en una banca diagonal a la donde se encontraba el profesor a unos 50 metros. Como a las 6 y 50 de la mañana dos carros con 5 personas arribaron al parque y se bajaron. Eran unos soldados , entre ellos un hombre alto y robusto, muy bien dispuesto con su traje militar, sus condecoraciones sobresalían. Antes de caminar hasta donde Magnolia; que ya estaba dispuesta, observó los alrededores y la hacerlo se encontró con la mirada del profesor a quien saludó cortésmente.

Caminó hasta donde Magnolia mirándola con gestos cínicos, ella se paró y dio unos pasos hacía él que trataba de calmarla ya que Magnolia parecía reclamarle algo insistentemente. La mirada amable del general a el profesor se hacía constante, parecía tener algo de timidez o pudor. Uno de los escoltas; un soldado, no quitaba la mirada del profesor, quien había prendido otro cigarrillo, y no podía de dejar relacionar a Magnolia con la Maga.

Casi de la nada por el sur, el oriente y el occidente aparecieron tres camionetas llenas de hombres disparando, el profesor al oír los primeros disparos se dejó caer de espadas tras la banca y observó toda la escena macabra. Los primeros que cayeron fueron los soldados, el general alcanzó a montarse en un carro pero una granada lo despedazó, Magnolia huyó hacía donde estaba el profesor pero un hombre de los que disparaba le apuntó con éxito y le propinó tres impactos mortales en la cabeza. Al caer arrastrada por el suelo de su bolso salió un paquete de manila que llegó hasta los pies de el profesor. Los hombres huyeron de la escena rápidamente, y el profesor tomó el paquete e hizo lo mismo, la escena fue tan rápida y tan de mañana que casi nadie logró ver por lo menos el final.

El Parque de Belén las Playas quedó lleno de sangre y humo, los cuerpos de los jóvenes soldados rodeaban el cuerpo de Magnolia, pedazos de general esparcidos dramatizaban la historia…en una habitación un profesor sudaba frío de impaciencia por saber que había en ese sobre de manila, desesperaba pues había encontrado material para su nueva novela…..era domingo.

Unos días después Susana recibió en Bogotá los escritos de esta historia, así se re enamoró del profesor de quien hoy no se sabe nada. Sin embargo es más grave la causa del re enamoramiento que la partida de Luis para Sión; es decir para siempre. Y al final de uno de sus cuentos escribió: El cielo no queda en ningún lugar, queda en el tiempo. ¿ Cual tiempo ? ¿ El futuro, el presente o el pasado ? en el pasado por supuesto, si se le da el valor cultural y social a la ingeniería genética, a la información genética con que nace cada ser humano, aún sin ser descubierta, inventada, creada o explicada por el hombre. Cuando se muere no se va a ningún lugar diferente que al pasado, a algún lugar originario de esa realidad que debe ser suma de realidades pasadas, cuando se muere se regresa tal vez al inicio, no humano del hombre, divino, extraterrestre, mítico….

La pupila de Susana fue poco a poco tragándose la luz de la habitación, las imágenes como en chorros se sumergían dentro de ellas, luego su cuerpo fue autotrágandose en su totalidad, y así llegó a un lugar con mucho mas sentido, profundidad y dinámica que esta realidad. La sangre había salido lo suficiente de su cuerpo por las heridas de la muñeca izquierda que le provocaran la muerte.

15. Clara Lucia

Aunque fue durante 11 años su novio solo había estado en este pueblo 2 veces, lo que no le había permitido conocerlo bien. El mayor tiempo lo pasaba con Clara Lucia en una de las fincas, la que mas le gustaba a ella era la finca Andalucía, que según la tradición popular fue donde estuvo fundada Santa Ana, en esta aún hay algunos trabajos en al mina del mismo nombre, ambas propiedades de su mas lejano ancestro y fundador de San Rafael.

Era una hacienda cafetera de mas de 10000 hectáreas, con 2000 cabezas de ganado para carne, en esta habían familias de agregados que desde los años de la fundación han permanecido allí de generación en generación (incluso desde antes; o que dirá la historia).

La casa tenía mas de 25 alcobas, era una casa de tapias, barro y tejas de dos plantas, pintada a manera colonial de rojo y blanco, pero había en ella desde los carros toyotas hasta computadora e Internet, su jardín adornaba hasta las canchas de fútbol y tenis y la piscina.

Lo que mas gustaba de todo a Clara en toda la hacienda era la alcoba principal, donde había permanecido desde su construcción en el siglo XVIII algunos objetos, el cuadro del patriota con su esposa, la espada, la bacinilla, un baúl donde se hallaban los documentos de cada uno de los patriarcas que en su momento ocuparon estos espacios; documentos históricos de gran ayuda para comprender como una familia se va haciendo y siendo una región, aunque, sin embargo han sido consultados por historiadores que siguen viendo lo importante de esta historia; de don Luis Acevedo de Fonnegra, en su condición de Patriota y no como humano, con sus cotidianidades, formador de una sociedad local con una herencia ancestral y una presencia Americana, en la cual tuvo que encontrar espacio a su felicidad, y al rededor de lo cual se origina un espacio donde las gentes ante el cambio encuentran donde identificarse.

En esta alcoba Clara Lucia se quedaba días y noches enteros leyendo y escribiendo párrafos; cada uno con su propio desarrollo, moraleja y fin, sobre los cuales Luis no había podido encontrar un orden estructural de pensamiento, hasta el punto que planteaba la posibilidad de que Ella en cierta forma era poseída por espíritus que la hacían escribir cada uno según su época e interés; aunque según él, algunos párrafos si eran realmente escritos por ella.

–Qué clase de espíritus ?– le preguntaba ella inquietamente.

Sabía en el fondo que lo que la hacía amar a Luis fue que él era único hombre académico, objetivo y racionalista que tenía el valor de no temer hacer el ridículo al tratar de explicar este mundo desde una ventana oscurantista, ya el mundo lo esta haciendo, se le están dando posibilidades al oscurantismo de explicar al hombre, nosotros hegelianos por antonomasia y retrógrados por ideología nunca nos damos cuenta de las cosas a tiempo.

Ella sabía que tarde o temprano esa relación la haría cambiar de pensar sobre la vida que llevaba, Luis le había enseñado que en la vida hay que tomar decisiones así sean duras para encontrar nuestra dignidad y felicidad; nuestro interior, y ella sabía desde siempre que así lo haría aunque lo tuviera que sacrificarlo a él.

–Los espíritus; en estos casos, – contestó Luis– se conocen por la forma como escriben, algunas palabras por ejemplo se referencia una época, algunos gustos muestran si fue hombre o mujer; los espíritus llevan adherido a su esencia lo femenino o masculino, algunos párrafos dejan ver si es un ancestro; como es el caso tuyo Clara.

En los anaqueles de la habitación se encontraban decenas de carpetas con los escritos de Clara, Luis los había leído todos y como historiador en algunas de sus investigaciones había citado algunas partes de estos, especialmente las que referían a estructura genealógica familiar que el unía a datos empíricos de archivo y fuente oral para mostrar una faceta histórica más fotográfica de la realidad antioqueña.

Clara por fin había regresado, había obtenido el perdón del tiempo, del pasado. En ella sus antepasados se empezaron a sentir cerca de casa. Ya por lo menos estaban invirtiendo su realidad karmica, involucionaron positivamente de lo urbano a lo rural...en espacio y tiempo a España.

16. La Despedida

En frente de la casa de Clara se encontraba estacionado su carro y en el todo su equipaje, estaba pensando como llegar a este sin tener que encontrarse con ella, cuando tocaron la puerta de la habitación. Al abrir, un señor cuarentón le entrega 2 platos de icopor debidamente empacados con plástico transparente que dejaban ver unos suculentos platos típicos: frijoles, arepa, chicharrón, aguacate, huevo, arroz, tomate, ensalada y chorizo. El señor tendió su brazo a Luis para entregarle $2000 de vueltas, pero Luis se los dejó con $5000 más dándole las gracias y lo mismo hizo el hombre pero con mas emotividad.

Al cerrar la puerta cayó en la cuenta y la abrió de nuevo rápidamente, –

— Señor, Señor—llamó suavemente

–En que le puedo servir—respondió dando la vuelta rápidamente.

–Le entrega a la mujer de al lado y regresa aquí por favor.

— Con mucho gusto.

El señor tocó la puerta de Susana suavemente, mientras Luis serraba la puerta de la suya. Entregó a Susana la comida, esta mira para la pieza de Luis y al no verlo da las gracias al señor y se encierra.

La puerta de la habitación de Luis estaba a medio cerrar y el señor la abre despacio, Luis le dice que la cierre y se siente en la silla y le habla:

–En la Casa de la Plaza, la casa de los Quevedo, al frente de la entrada hay un carro particular de color rojo vivo de placas AB 2321 Rondoso, ese carro es de mi propiedad, mire las llaves, los papales y la cédula para que compare

El señor miró los papeles con detenimiento, como si efectivamente los estuviese comparando; en realidad don Arnulfo Castrillón nunca había aprendido a leer, era un hombre de poco espíritu y de buena voluntad. Le devuelve los documentos y las llaves a Luis con un gesto aprobatorio; el no necesita saber leer para saber que la mirada de ese hombre dice la verdad.

–Me haría el favor—le pregunta Luis – de ir hasta ese carro sin que nadie de los Quevedo se entere y sacar de la maleta del carro una maleta mediana y traérmela ?.

El hombre contestó que si y salió de la habitación cerrando la puerta.

A los pocos minutos regresó con la maleta, asegurando que nadie se enteró del suceso, pero que un papel sobre el parabrisas en un sobre que trató de coger se lo arrebato la señora Clara Lucía Acevedo, quien lo regañó fuertemente para entrarse a su casa, pero sin embargo ella no logró ver la maleta.

— Gracias señor—le dijo Luis—y le entregó $20000.

–Mi Dios le pague y para servirle.

De la maleta saca uno de los dos trajes elegantes que había llevado a San Rafael y se viste rápidamente; no tenía pensado amanecer en el pueblo y estaba decidido a regresar a la ciudad, ya nada lo ataba a este lugar, aunque reconocía la belleza y la amabilidad de los habitantes del pueblo.

Cuando estaba saliendo de la habitación se le ocurrió que el también debía dejar marcada en la pared el recuerdo de su presencia; por entre otras cosas, si algún día Susana convierte su vida tan cotidiana que venga a amanecer a esta pieza sola o acompañada, y aún no halla perdido el interés por la verdadera poesía, la que nace de facto, sin orden, sin premeditar y lo científico o lo empírico la tiene sin cuidado, alcance a leer este y los demás escritos en la pared. Luis con su estilógrafo escribió: En este espacio te esperé poco tiempo; esperé más lo que no vendría. Pero a poco tiempo llegó el olvido a lo que largo tiempo deseé: EL AMOR. Julio 19 de 1997.

La dueña del Oasis esta constantemente yendo a la inspección de la policía a denunciar que desde que dos turistas extraños, entre ellos el prestigioso novio de la señora Clara Lucia Acevedo, se marcharon del hotel se oyen unas risas tenebrosas después de media noche que solo han oído los adultos.

Algunas noches sin embargo se oyen los lamentos de una mujer, y de esa pieza después de la noche hay que barrer algunas hojas secas; parecen de Ceiba y ni el padre con sus rezos a podido acabar con el misterio.

¡ Los ancestros siempre celebran los buenos recuerdos !.

Los malos, los lamentan.

17. La Noche

Pasadas las 4 y 30 de la madrugada salieron del pueblo Luis y Susana en el auto, Luis no había sentido temor de encontrarse con Clara y llegó hasta este con Susana, miró el parabrisas buscando el sobre y allí estaba, lo tomó y se montó al carro con Susana saliendo velozmente mientras una ventana de la bella y colonial casa se abría fuertemente pero no logró hacer detener a Luis.

La carretera que comunica San Rafael con la capital esta pavimentada y en buen estado. Esa noche había poco transito automotor pero de manera curiosa muchas personas se veían constantemente caminando en diferentes sentidos a las orillas, Susana le había preguntado a Luis si esas personas realmente existían, él en tono burlesco le había contestado que si, pero que pronto dejarían de hacerlo.

–Tienes familia en la cuidad—preguntó Luis.

–Mi familia no es de esta región y no la conoce, pero yo con el tiempo he logrado hacer unos amigos que son como mi familia.

— Tienes amigos en este pueblo ?.

— No, pero por uno de ellos; no, mas bien un conocido, vine hasta este pueblo—quieres oír la historia completa ?.

— Claro, cuéntala. Pero no olvides que me debes aún parte de la historia las musas de la edad media en Niquitao.

Susana meditó un momento, suspiraba y se frotaba los muslos de sus piernas con las manos. Mientras tanto Luis colocaba música folklórica Colombiana, después sacó una pequeña grabadora de periodista y la alistó con la intención de grabar la que diría Susana, a lo que ella no se opuso y ni siquiera objetó.

Hace algunos años conocí un hombre que compartía conmigo el estudio de la misma disciplina y en al misma universidad. En un principio era cotidiano verlo y saludarlo como a todos, solo un día de tantos tuve la oportunidad de conversar un poco con el y me pareció un moralista pero interesante hombre, pasaron dos años para que volviéramos a sentarnos a conversar, ya que nos movíamos en espacios diferentes, el en su espacio, haciendo cultura desde la nada, teorizando una realidad; mil veces explicada, a su manera, y yo en grupos de actividad social e involucrada con política hasta los dientes. Era un solitario extrovertido, la persona más amable que halla conocido, orgulloso y tradicionalista, pero lo que mas le admiré fue la forma de decir la verdad y su nobleza; que lo hacía un espécimen burgués especial por que en el fondo poseía una conciencia de clase y un conocimiento de ésta que demoré hasta hace poco; después de 9 años, para entenderlo. Lo que logró comprobar con su modo de vivir y pensar a todos sus compañeros. En el tiempo que duró en la Universidad su vida era una constante lucha contra paradigmas extranjeros; como los llamaba en su práctica de vida, definitivamente fue un hombre libre, singular; desde su forma de vestir hasta la de comer lo hacia alguien diferente; incluso en la forma de escribir, fuera del sistema capitalista, aunque dependía de el manejaba un cuento de como este tenía la falla o podía derrumbarse inventando una teoría desde abajo, que la teoría científica no sea capaz ni de presentirla por medio del método científico o una investigación social; pues la propuesta trasciende el capitalismo y es, como hacer algo tan obvio que no parezca importante y por tanto tampoco peligroso.

— Ya esta muerto—preguntó Luis—que hablas de el en pretérito ?.

— No—contestó asustada Susana.

— Continúa por favor.

Que me embriague este mundo para poder marchar tranquilo.

Que cuando valla a morir este consciente del acto y de la historia,

si es asesino el que tenga en frente o atrás en el acto

que lo tenga bien ubicado en la historia que lo parió,

y mi cuerpo sea tirado como fuego sobre hojas secas.

Que disfrute del mar el marinero

que disfrute de la muerte el condenado

si los asesinos lo hacen por impotencia y envidia

por que ese condenado si ha amado a sus ancestros.

18. Susana y Otro Luis

Una mañana como todas Susana sale de su casa cerca a la universidad, a unas casas de allí la espera Victoria Villa, una mujer poco atractiva pero muy activa, metida en todo como Susana. Requería urgentemente tener amigas y amigos y en los últimos dos años había conseguido lo que durante toda su juventud no logró, hoy su espejo y paradigma es Susana y esta si que lo hacía bien; dos soledades complementarias.

Victoria Villa antes de entrar a la universidad había trabajado en una empresa de repuestos automotores, allí conoció al padre de la hija que no fue capaz de mantener cuando su esposo fue asesinado y aún no se sabe por que. Sus padres la han criado y le han hecho creer que Victoria es su hermana mayor.

Todos los días posibles se iban caminando para la universidad, un día a Victoria le dio un mareo y tuvieron que internarla. La leucemia en dos meses acabó con ella. Esa mañana ambas llegaron a la U., Susana estaba en finales y debía internarse en la biblioteca todo el día, Victoria iría a una reunión a remplazarla.

En la biblioteca había mucha gente y solo encontró una mesa para sentarse al lado de un compañero con el cual no tenía mucha amistad, el se llamaba Luis Escobar, un hombre muy estudioso y querido por casi todos los compañeros. Había llegado este año con unas ideas muy voladas como decían sus compañeros, Susana aunque escuchaba pensaba para sus adentros que Luis era un desentonado. Era un hombre de estatura media, trigueño claro y poco gustador de las mujeres, bestia de manera elegante, se destacaba por su amabilidad, pero era un hombre orgulloso, cascarrabias y de lengua suelta; signo sagitario. De pocos amigos pero muy conocido, en las clases siempre era de los que mas preguntaba casi siempre con preguntas al estilo típico de GABO, puro realismo mágico; aunque no tanto.

–Puedo sentarme aquí ?–preguntó Susana.

— Hola Susana, claro que si, siéntate.

— Gracias Luis, como estas ?–preguntó por educación.

— Bien, bien. Gracias—respondió Luis, quien había entendido; como siempre lo hacía, quien hablaba por hablar.

Pasaron algunos minutos y ambos estaban dedicados a la lectura, Susana estaba verdaderamente concentrada, tanto que hasta la respiración se le había acelerado y no se había dado cuenta. Luis, quien tenía la capacidad que pocas personas tienen estaba comprendiendo la lectura y no podía dejar de mirarla.

–Quieres tomar un tinto ?—preguntó Luis.

–Si—respondió Susana y ambos salieron de la biblioteca.

Luis tenía una cafetería preferida para tintiar y no la que tal vez por inconsciencia sus compañeros buscaban. Susana era la primera vez que iba a esa cafetería y sin una aparente razón este sitio y Luis la habían dejado indefensa, su seguridad había desaparecido en un ambiente y ante un hombre aun caballero que la trataba como una verdadera dama y no con la brusquedad de los hombres actuales, criados con tantos caprichos que ya no diferencian entre las características de una mujer y un hombre y se está llegando a la tendencia de que la mujer debe ser bella para el sexo; ese es su escala de valor.

Se sentaron en una meza blanca para cuatro personas y entre el murmullo de las demás personas y el sabor y olor del café de universidad; ese que hace hoy suspirar a tantos seres humanos que han pasado por esta y algunas lagrimas de melancolía, de que mas, salen de ojos cargados de poesía.

Los seres humanos vivimos según la realidad, esta se nos enseña desde el hogar, el estudio y lo lúdico, religioso etc. Son pocas las personas que se ponen a reflexionar acerca de que es el mundo y el hombre en él. Susana tenía la capacidad de hacerlo pero nunca lo había intentado o no había tenido la oportunidad, Luis era diferente, este tenía por encima de lo económico la esencia humana; por lo menos a diferencia de sus compañeros, casi todos, lo económico; para poder estudiar y pensar no era un problema en él, estaba convencido que el hombre era un mediocre inconsciente del verdadero conocimiento o realidad y de la capacidad de su pensamiento. Esta tendencia la había canalizado con un tipo de escritura surrealista o algo así.

Este día fue para ambos muy especial, Susana despertaría una habilidad en su vida que la liberaría de mediocridad y complejos, una habilidad que era imaginación y poesía. Luis encontraría por fin quien le comprendiera un poco al menos por amor. El caso es que de esto no iban a salir bien librados y sus vidas cambiarían y se liberarían de las ataduras a que nos tiene sometidos el conocimiento occidental, a la mediocridad, a la vergüenza de la imaginación y de Dios.

Don Víctor a quien le habían llegado unos libros originales de manuscritos coloniales y que los había leído con impaciencia y con un gran sentido objetivo y crítico, su mejor amiga María, le había advertido que en realidad esas hojas de los manuscritos no eran de papel, eran hojas secas que los indios Catíos habían acumulado como presagio de lo que a sus descendientes les ocurriría en el modernismo, era algo así como su venganza contra el decaimiento de la dignidad humana por el valor de lo inmaterial que da valor a las creaciones humanas, entonces le aconsejo que el sentido critico y objetivo no eran suficientes para entender los manuscritos, que era necesario que los leyera como si en realidad estos fueran hojas secas.

19. El encuentro y el adiós

–Recuerdo la vez que estuvimos conversando sobre el amor de la mujer y su relación con los signos zodiacales—comentó Luis—de eso hará 2 años, usted sigue siendo igual físicamente. A ese momento, después lo descubrí, debo unos cuantos poemas a su sonrisa, no la estoy cortejando si así fuese se lo diría sin temor, solo estoy contándole una verdad de mi vida. Uno de esos poemas salió para mi honor; aunque como anónimo en una revista de una universidad en Bilbao España.

–El honor es siempre mío, o que mas puede sentir una mujer común y corriente el que le escriban poemas, que uno de ellos sea publicado y que se los dedique una persona que jamás se le pasó por la mente que pudiera hacer eso, y además por mi sonrisa…En qué siglo estamos Luis ?.

–En todos como diría uno de nuestros profesores; Josué, es mas hasta podría decirse; según sus textos que estamos en el siglo de la sonrisa.

–Lo que plantea el profesor ya no es subjetivo es algo mas, yo creo que es eso hecho realidad, ideología y ahora religión.

–Josué trae a esta época la unidad como elemento indispensable para toda explicación, pero con la suerte distinta a Jordano Bruno, hoy no hay inquisición de ese tipo. Lo peligroso está en acomodar ese termino y teoría explicativa a la política o realidad social actual, con el fin de encontrar posibles soluciones a las injusticias humanas y contra la ecología, nos daríamos cuenta de nuevo que la inquisición aún persiste.

–Cual es el siglo de la sonrisa ?–preguntó Susana.

–No lo se pero si quieres lo imaginamos y lo construimos y hasta lo podemos vivir, hacer real y convertir esta mediocre realidad en una nueva que coexista dentro de esta pero que den a nuestras conciencias cualidades que los demás dentro de esta cultura no podrían lograr.

–Cómo que elementos ?

–Aunque marcatizados en lo burgués de esta cultura, tomémoslo así por el momento, yo diría que la verdadera dignidad, una cierta libertad que salga de nuestro interior, un gran amor para decir la verdad desde la trivial hasta la científica (si esta atrae la inquisición se hace como hicieron los templarios, se crea desde un lenguaje hasta un método hasta una teoría, que parezca tan trivial que no pueda ser descubierta), y un sentido de amistad que contenga caridad; para no parecer sospechoso, humanitarismo; desde lo psicólogo hasta lo económico, y fraternidad e igualdad pero en tiempo de futuro y no presente como no lo han enseñado siempre y por ello la mediocridad; entre otras cosas. Algo así como para empezar. Qué te parece ?.

Susana meditó un momento, su pensamiento giraba en torno a una teoría ya constituida y no solo creía en ella sino que luchaba por que esta triunfara y esta idea de Luis era loca pero dejaba entrever un juego con la historia y la imaginación que por dignidad no podría dejarse pasar como si nada. Además ya era ora de ser mas que racional y objetivo.

–La verdad es que en el fondo del discurso capto algo, pero no podría decir nada al respecto por el momento. Lo que si puedo decir es el gran valor que tiene una persona que en pleno fin de siglo o del ser humano útil a la sociedad, haya un hombre que este preocupado por la dignidad humana y la amistad. Me parece muy interesante que se trate de dar significados nuevos a palabras como dignidad, verdad, fraternidad e igualdad.

–Hacer una propuesta de esta índole en este momento, espacio y sin prepararla me es imposible.

–Cuando te casaste ?–preguntó Susana.

–Hace algunos años. Quieres saber esa historia ?

–Sí, contestó ella.

–Cuando niño mis padres me llevaban cada diciembre a un municipio cafetero de este departamento, Jericó, a pasar las vacaciones escolares. No estábamos hospedados en el pueblo sino en una finca hermosa, con grandes potreros sembrados de guayabos, un cristalino arroyo que en esas vacaciones ni el mas hermoso mar podría igualar en mi cerebro y una hermosa casa de tapias y tejas de barro que hasta hoy son el ideal de mi estética.

Era un niño de 7 años, tímido e introvertido y con una gran dependencia a mi madre; mamítis, aunque mi padre siempre estuvo a nuestro lado con gran afecto y responsabilidad, a el le debo entre infinitas gracias, la capacidad de soñar, imaginar y la tenue habilidad de escribir.

En las tardes mi madre me llevaba para un pequeño morro a recibir el sol que según ella era bueno para mi anemia. Allí convergían dos caminos en ángulo de 90 grados, uno conducía al pueblo el otro a una vereda, allí también empezaba un potrero ajeno a la finca, desde allí se podía ver como el alambrado se perdía entre los cafetales. A una media distancia al lado del camino, el alambrado y el potrero ajeno, había una casa grande de una familia muy conocida y respetada.

Partes: 1, 2, 3, 4
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente