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Obreros y estudiantes… ¿Unidos adelante?

Enviado por gmp_666


    La relación del Primer y Segundo Gobierno de Perón con las masas obreras y los estudiantes universitarios

    1. Diez ideas caracterizadoras de la década
    2. Primer Gobierno de Juan D. Perón (1946 – 1952)
    3. Plan Quinquenal (1947 – 1951)
    4. La Reforma Constitucional de 1949
    5. Segundo Gobierno de Perón (1952 – 1955)
    6. Segundo Plan Quinquenal
    7. ¿Quiénes apoyaron y quiénes se enfrentaron a Perón?
    8. El papel de los sindicatos y de los obreros
    9. La oposición de los estudiantes
    10. Conclusión
    11. Bibliografía

    Prólogo

    Frente a los múltiples aspectos que caracterizaron el Primer y Segundo Gobierno del General Perón, haremos hincapié en la cuestión obrera y en la relación entre los estudiantes universitarios y el movimiento surgido el 17 de Octubre de 1945, para señalar lo que entendemos como los mayores aciertos y los peores errores cometidos en esa época de la historia argentina.

    Al mismo tiempo, para señalar al sector del que mayor apoyo recibió Perón y a uno de sus opositores. Paradójicamente, cuando Perón estaba en exilio en España, con su movimiento prácticamente proscripto, cuando las masas populares se levantaban contra los gobiernos militares, una de las consignas que más despertaban la adhesión de la mayoría era aquella de "obreros y estudiantes, unidos adelante". Por ejemplo, los que se habían enfrentado en el ‘45/’46 y en el ’55, se unían en el ’69 (Cordobazo).

    Para situarnos en las cuestiones más importantes de esa década es necesario hacer una pequeña reseña de sus momentos más destacados; pero también de las ideas, posiciones e intereses de los sectores sociales de la época.

    Por razones vinculadas a lo que pensaban sobre la defensa nacional, en las décadas del ’30, ’40 y ‘50, el Ejército Argentino era partidario de la industrialización y sus ideas en este sentido coincidían históricamente con la vaga tendencia de la burguesía industrial (los nuevos empresarios de la argentina surgidos en el proceso de "sustitución de importaciones").

    La primera consecuencia de esa coincidencia fue la puesta en marcha de una política económica proteccionista por parte del gobierno militar del General Farell, donde Perón fue su Vicepresidente y Secretario de Trabajo y Previsión.

    La reacción del "imperialismo" norteamericano –que al promediar la Segunda Guerra Mundial había reemplazo al inglés– y de las fuerzas internas pro imperialistas ligadas al antiguo orden, fue inmediata y determinó la adhesión de las masas populares hacia el nuevo régimen. Perón comprendió la transformación que se había operado en el país. Mientras las fuerzas políticas de la vieja Argentina se polarizaban alrededor de la democracia formal incumplida, Perón desafió el potencial económico de los intereses imperialistas, de los grandes diarios, de la burguesía mercantil de Buenos Aires, de la mayoría de la intelectualidad y apeló a los sectores populares decepcionados del radicalismo, a las peonadas del interior que habían votado bajo la voluntad del caudillo lugareño a radicales o conservadores, pero sobre todo, su campo de acción inmediato, fue el proletariado industrial de las ciudades sin conexiones con los partidos de izquierda (socialistas y comunistas) carentes de prestigio en las masas.

    El sentimiento de que el capital extranjero era la causa de todos los males era generalizado, sobre todo entre los más humildes y entre los cuadros jóvenes del Ejército. La composición social del Ejército Argentino, cuyos oficiales no pertenecián a las clases altas, favoreció la mayor comprensión de la fuerza que anidaba en el pueblo, y explica en parte, por que el Ejército no reprimió a los obreros en Octubre de 1945 en Plaza de Mayo, a pesar de su temor a las masas en las que siempre vio, por la educación profesional y política recibida, el espectro del comunismo.

    Perón logró rápidamente el sostén de un sector social hasta entonces excluido, la clase obrera de origen provinciano. El desarrollo industrial explica el gran movimiento de masas que desembocó en Perón. En 1943 la CGT contaba con sólo 200.000 afiliados. La gran mayoría de los trabajadores se mantenía indiferente o marginal a la organización sindical, que habría de llegar durante el régimen de Perón a los seis millones de afiliados.

    Si tal política se personificó en un hombre fue porque ella coincidía con la realidad de la clase trabajadora argentina en una fase de su desarrollo histórico, que era, al mismo tiempo, el de la industria nacional. Esa masa hasta entonces dispersa, en poco tiempo dio un salto histórico formidable hacia su unidad de clase en medio del desconcierto general de los partidos acostumbrados a "comprar" voluntades o hacer fraude electoral. El apoyo desde arriba a la masa trabajadora, fortaleció al gobierno de Perón como a la clase obrera.

    En ese contexto, los estudiantes universitarios y sobre todo los dirigentes estudiantiles nucleados en la Federación Universitaria Argentina (FUA), se opusieron al surgimiento de Perón y a su gobierno y así como apoyaron en 1945 a los partidos tradicionales que constituyeron la Unión Democrática (radicales y conservadores, junto a socialistas y comunistas, con el apoyo del embajador norteamericano Braden) también apoyaron el golpe contra Perón de la "Revolución Libertadora" en 1955.

    DIEZ IDEAS CARACTERIZADORAS DE LA DÉCADA.

    1. El peronismo llegó al poder exhibiendo un pensamiento político debido casi exclusivamente a su líder. Perón venía exponiendo sus ideas desde 1943. Su ideología condensó influencias que iban desde el nacionalismo y las encíclicas papales de acento social hasta su admiración por la Italia fascista. El nuevo presidente contaba con la incondicional adhesión de grandes sectores populares, sustentada a través de una sensibilidad popular marcada y una especial aptitud para manejar un lenguaje directo como uno de los rasgos políticos más sobresalientes de su personalidad.

    2. El ascenso de Perón.

      Sin duda alguna este es el día más importante de nuestra historia contemporánea porque señaló la falencia de los partidos tradicionales y de los factores de poder vigentes hasta entonces, para exaltar un elemento que todos habían invocado siempre, pero que no existía como hecho físico concreto: la masa, el puro pueblo, el hombre común que rompió los esquemas de sus dirigentes, aun de los más respetables, para imponer su voluntad. De allí en adelante queda abierto el camino de Perón hacia el triunfo electoral.

    3. El 17 de octubre de 1945.

      No puede desestimarse la seguridad, el regocijo, la exaltación con que el alma nacional se vistió en aquellos años. Las grandes mayorías argentinas confiaban en Perón y en Eva Perón. Pero no solamente les agradecían los bienes materiales a que habían accedido en pocos años. Era una nueva dignidad la que sentían: y por eso mismo, porque su gratitud no tenía fundamentos venales, siguieron agradeciendo y añorando durante muchos años ese tiempo irrepetible.

    4. El primer gobierno.

      Es en este ámbito donde pueden contabilizarse algunos de los logros más perdurables del gobierno justicialista. Con la intención de realizar una más equitativa redistribución del ingreso se planearon mejoras sociales que implicaron mejores salarios y el reconocimiento de conquistas obreras, algunas de vieja dada y de inspiración socialista que se reactivaron: legislación laboral, indemnizaciones por despido, salario familiar, vacaciones pagas, etc. Uno de los más importantes méritos del peronismo reside justamente en estas medidas. El gobierno insistió con su política de reformas sociales (sobre todo en la primera presidencia) constituyéndose en un verdadero portavoz y defensor de la clase obrera.

    5. Política social.

      El gobierno encaró una política económica que incluyó la nacionalización de importantes empresas de servicios públicos y la creación de otras, lo que produjo el apoyo de diversos e importantes sectores de la población, entre ellos cabe destacar a abundantes grupos pertenecientes a las fuerzas armadas. También se advirtió el apoyo dado a la industria liviana. En el plano social, esta política se complementó con una legislación laboral que contempló las reales necesidades de los sectores obreros. En cuanto al campo, se propiciaron leyes que beneficiaron al trabajador rural.

    6. Política económica.

      El triunfo de 1946 había sido la victoria del sentimiento nacional herido por la intromisión del Departamento de Estado en nuestra política interna. La política internacional de Perón se movía dentro de límites cada vez más estrechos a medida que la situación del país tendía a deteriorarse. En suma, se movió con la relativa independencia que le permitían las relaciones coyunturales del mundo, en el contexto del pico más álgido de la "guerra fría". En la medida de las posibilidades, mantuvo el principio de autodeterminación de los pueblos y la solidaridad con los pequeños países, que contribuían a fortificar la conciencia nacional e individualizar la posición argentina en el mundo.

    7. Política internacional.

      Perón encontró una eficaz colaboradora en su esposa María Eva Duarte. Desde la Fundación que llevaría su nombre supo granjearse la simpatía y el agradecimiento de los sectores más desvalidos: niños, ancianos y especialmente el de las mujeres, por quienes bregó hasta conseguir el reconocimiento de sus derechos cívicos.

      Evita desarrolló una fuerza arrolladora que convocó a millones de argentinos hasta convertirla en un polo de poder tan grande como el del propio Perón. La prematura muerte (26 de julio de 1952) de Evita – tenía 33 años – renovó los sentimientos de adhesión al peronismo y fue motivo para la expresión de un auténtico dolor en vastos sectores populares de nuestra sociedad.

    8. Eva Perón.

      Con la iniciación del segundo gobierno, la política peronista comenzó a poseer una conducta más demagógica y propagandista, presionando más a los opositores y buscando todo el respaldo posible de aquellos a los que había beneficiado hasta ese momento (los obreros del campo y la ciudad); sobre todo que comenzaban a aparecer los primeros signos de la crisis económica que sobrevendría.

    9. Segundo gobierno.

      En el segundo gobierno se advirtieron algunos signos de inquietud en la tendencia general de la economía: falta de reservas monetarias, pérdida del crédito exterior, inflación. Los empresarios ya no tenían las tasas de ganancia que habían alcanzado en el primer período, a pesar de la puesta en marcha de las conquistas obreras, y el Estado ya no contaba con las reservas monetarias que había tenido como fortaleza en los primeros años.

      En una concentración de homenaje al Presidente Perón estallaron bombas; por lo cual entre las filas opositoras fue tomando cuerpo la idea de un golpe armado para superar la situación. El oficialismo se presentaba débil y la oposición cada vez más fortificada. Y así llegó el golpe del ‘55.

    10. La crisis.
    11. Exilio de Perón: hechos concretos.

    En el terreno de los hechos concretos dejó a la clase obrera con una clara idea de su poder, organizada en poderosos sindicatos, así como una industria apta y experimentada que no permitiría el retroceso del país a la economía pastoril. Esto permitió, que luego de 18 años, Perón volviera del exilio apoyado por los obreros y los empresarios industriales en su Tercera Presidencia en 1973.

    Primer Gobierno de Juan D. Perón (1946 – 1952)

    Perón asumió y con él se terminó un período corto de Gobierno Militar. Al acceder al poder la Argentina se encontraba en una situación delicada y esta debía mejorar, las palabras del General parecía convencer a muchos. Se prometía la implantación de la justicia social sobre la base de la soberanía política y la independencia económica.

    Su llegada al poder fue desde la Secretaria de Trabajo, ocasión que le convendría ya que le brindaría la posibilidad del apoyo popular, cosa que supo aprovechar. Se asocio con una de las CGT desplazando a la otra (ya que se encontraban divididas); persiguiendo a dirigentes socialistas y comunistas.

    En la primera etapa se desarrollo una política diseñada para un período de posguerra. Se especuló con la posibilidad de una nueva guerra y se puso en marcha el plan quinquenal comprando equipos industriales, y material bélico. La exclusión Argentina del plan Marshall en 1948 agudizó la crisis, al reducirse las reservas de oro y las divisas Perón decidió entonces un cambio drástico en la política económica. Nombró para ello un nuevo equipo encargado de ordenar la situación reduciendo el déficit en la balanza de pagos y obteniendo un préstamo en los Estados Unidos.

    Plan Quinquenal (1947 – 1951)

    Este fue presentado el 21 de octubre de 1946 ante el poder legislativo y se informó de su puesta en marcha desde el 01 de enero de 1947. Constaba de cuatro aspectos fundamentales para su éxito:

    – Prever las necesidades de materia prima de origen nacional, combustibles, energía eléctrica (hidráulica y térmica) maquinarias y transportes.

    Conocimiento y verificación del estado y eficiencia de los sistemas de explotación, producción y distribución de esos elementos.

    – Desarrollar el programa mínimo de inversiones y obras necesarios para asegurar los suministros de materias primas, energía y combustible y desarrollar así la industria y agricultura.

    – Descentralizar la industria, diversificar la producción, crear fuentes de energía, vías de comunicación, medios de transporte y aumentar los mercados consumidores.

    Se incluyeron también una serie de medidas para reformar la educación en todos los niveles, organizar la sanidad y los servicios públicos.

    La Reforma Constitucional de 1949

    El 3 de septiembre de 1948 Perón anunció al país la próxima reforma de la Constitución Nacional.

    El 9 de marzo de 1949 se aprobaron las reformas propuestas.

    Las principales reformas incorporadas incluían los derechos del trabajador, la familia y la ancianidad, el derecho a la propiedad privada con una función social y el capital al servicio de la economía nacional. Por el artículo 40 se nacionalizaban los minerales, las caídas de agua, los yacimientos de petróleo, de carbón y de gas y las demás fuentes de energía exceptuando los vegetales. Nacionalizaba también los servicios públicos y prohibía su enajenación o concesión a particulares. No estableció un monopolio rígido estatal sino que prohibió el lucro privado permitiendo sociedades mixtas o cooperativas.

    Segundo Gobierno de Perón (1952 – 1955):

    En lo económico esta etapa de crisis e inflación contrastó con la de los primeros tiempos y lo llevó al Presidente a revisar más de un tema de su política de gobierno.

    A partir de 1953 se dio un acercamiento entre los EE.UU. y la Argentina, se alentó la incorporación a la economía nacional de capitales extranjeros.

    Logró una serie de importantes acuerdos económicos con Chile, Ecuador, Paraguay, Bolivia, Nicaragua y finalmente con Brasil, la Unión Económica. Estos acuerdos promovieron la reducción de las barreras aduaneras, liberación de impuestos de ciertos productos y la apertura de una línea de crédito entre los países firmantes.

    Fue sancionada una Ley de Inversiones Extranjeras, duramente cuestionada por la oposición, que tuvo como objetivo alentar la participación del capital privado en áreas claves de la economía, como la energética.

    El ritmo inflacionario se desaceleró notablemente desde la última parte del año ' 52 y se produjo un crecimiento de las exportaciones agropecuarias en 1953.

    Segundo Plan Quinquenal

    El 1 de enero de 1953 entró en vigencia el Segundo Plan Quinquenal. En él se admitía el "estrangulamiento" que se presentaba en el comercio exterior, en el transporte, la energía y la producción agropecuaria. Por estas razones se estableció un orden de prioridades en materia de inversiones públicas:

    1) agro, energía, minería, siderurgia, química;

    2) transporte, vialidad, obras sanitarias e hidráulicas;

    3)puertos y vías navegables, comunicaciones y desarrollo forestal.

    En 1953 se dictó una nueva ley sobre inversiones extranjeras. Se firmaron convenios con Mercedes Benz, Kaiser Motors y Fiat para producir automotores y tractores. Se negoció un préstamo con el Eximbank para financiar la acería de San Nicolás.

    La crisis energética obligó a Perón a replantear lo dispuesto por el art. 40 de la Constitución de 1949 que establecía que las riquezas del subsuelo eran propiedad imprescriptible e inalienable de la Nación. El país no podía gastar sus reservas de divisas en la compra del 60% de los combustibles que utilizaba. En abril de 1955 el gobierno firmó contrató con la Standard Oil de California para la explotación de un área de 50.000 Km. ² en el sudoeste de la provincia de Santa Cruz. El proyecto no logró salir del Congreso porque el propio movimiento peronista hizo imposible el cambio de rumbo que su líder reclamaba.

    ¿Quiénes apoyaron y quiénes se enfrentaron a Perón?

    Las instituciones políticas de la nación no estaban equipadas, en ese momento, para absorber grandes grupos de nuevos participantes políticos. Las estructuras, los programas y los dirigentes de los partidos políticos existentes no eran capaces de ofrecer nada de valor a la clase trabajadora. Hasta 1940 el Congreso estuvo dominado por los conservadores, que parecían totalmente indiferentes a los problemas de los trabajadores; durante los tres años siguientes los radicales utilizaron su mayoría parlamentaria para poner en dificultades al Presidente e impedir la aprobación de cualquier tipo de programa.

    Éste era el escenario en 1943 cuando los jefes de las fuerzas armadas asumieron nuevamente el papel protagónico y depusieron al gobierno conservador. En el gobierno militar que surgió del golpe, el poder se fue concentrando gradualmente en las manos de un coronel destinado a dominar el curso de la política argentina durante los 30 años siguientes: Juan Domingo Perón.

    Perón fue uno de los pocos hombres de la revolución que percibió que había algo que satisfacer en el pueblo y que hacerlo iba a ser el elemento legitimador de la revolución. Perón uno de los hombres del G.O.U (Grupo de Oficiales Unidos) quien desde los cargos que ocuparía en progresivo ascenso sabría "oír" las necesidades del pueblo argentino y comenzar a planear un movimiento de opinión.

    Después de que Rawson y Ramírez pasaran fugazmente por el sillón presidencial hubo un cambio importante, el tono gremial del Gobierno cambió debido a que el coronel Perón, secretario del Ministerio de la Guerra, asumió la jefatura del Departamento Nacional de Trabajo, que un mes después se transformaría en Secretaría.

    La vicepresidencia de la nación estaba vacante y por este motivo la oficialidad del ejército, puesta en asamblea, votó a los candidatos y ganó, por escaso margen, Perón contra Perlinger. Perón fue designado vicepresidente con retención de sus dos cargos anteriores. La suma del poder se encontraba en sus manos.

    La llegada del embajador norteamericano, Spruille Braden, radicalizó el proceso político interno y las fuerzas opositoras encontraron en el representante de Truman un verdadero jefe, cuya primera decisión fue suspender los acuerdos que se habían logrado semanas antes con una misión económica norteamericana. De allí en adelante, Braden y Perón se agredieron prolijamente. Se clarificaba rápidamente el panorama político y las dos grandes alternativas que habían de plantearse los argentinos en términos electorales redondeaban sus respectivas propuestas. De un lado, la democracia liberal, políticamente formalista y convencional, deseosa de retornar al sistema anterior a la revolución del 43 con las correcciones debidas. Del otro lado, un fervoroso caos popular que tenía a Perón por líder indiscutido y se abrigaba un profundo contenido nacional y una adelantada actitud en el campo social.

    Varios de los partidos políticos y diversas agrupaciones cívicas postulaban desde tiempo atrás la unión de todas las fuerzas democráticas para enfrentar al gobierno militar. La Unión Cívica Radical aprobará el 13 de noviembre de 1945 la formación de la Unión Democrática de Fuerzas Opositoras, con el lema: "Por la libertad contra el fascismo". Tras dicha unión, el radicalismo elige a José P. Tamborini y Enrique M. Mosca para integrar la fórmula que sostendrá en los comicios presidenciales de 1946. Le dan su apoyo los partidos Socialista, Democrático Progresista y Comunista; y también lo harán, aunque no oficialmente, numerosos distritos del Partido Demócrata Nacional.

    Las elecciones de 1946 sorprendieron a los partidos tradicionales. Las fuerzas en ascenso, las clases populares y los empresarios que se habían beneficiado con la industrialización de la última década, más los radicales yrigoyenistas (los jóvenes de FORJA, por ejemplo) apoyaron decididamente a Perón, en esas elecciones que fueron, desde el punto de vista de la libre emisión del voto, las más impecables de cuantas se habían realizado en el país hasta ese momento.

    El papel de los sindicatos y de los obreros

    Cuando Perón llega como interventor al Departamento Nacional de Trabajo y Previsión Social –que luego se convertiría en Secretaría de Trabajo– y luego con la acumulación de poder que obtiene con Vicepresidente de la Nación y Ministro de Defensa, pone en marcha una impresionante lista de medidas obreristas que le terminará granjeando la adhesión de las clase obrera.

    En 1944 firma 143 convenios colectivos que favorecen a 1.400.000 obreros, crea los Tribunales de Trabajo, funda la Caja de Jubilaciones y Pensiones para empleados de Comercio, promueve el Estatuto del Periodista (Cabe recordar que los diarios más importantes de ese entonces, La Prensa y la Nación, pertenecían a la clase oligarca pero los empleados, periodistas, no), impulsa el Policlínico Ferroviario, suprime las agencias particulares de colocación, dicta el Estatuto del Peón, prohíbe el pago de salarios en vales o especies, congela y reduce alquileres, etc. En el ’45 se crean escuelas técnicas, se nacionalizan los servicios sanitarios de Partidos de Gran Bs. As., se firman 347 convenios colectivos que benefician a 2.186.868 obreros, etc. Al mismo tiempo impulsa el surgimiento de nuevos gremios o de sindicatos paralelos a los de la oposición comunista. Aparece la F.O.T.I.A. y sindicatos paralelos en la construcción, textiles, carne y metalúrgicos.

    En octubre del ’45 Perón es desplazado por fuerzas de ultraderecha que pasan a controlar el Gobierno Militar, por otro lado, la Unión Democrática exige la entrega del Gobierno a la Corte Suprema de Justicia. La dirigencia sindical vacila pero el 16 se declara huelga general para el 18 en oposición a los socialistas y comunistas. Sin embargo, ya desde el 15 hay movilizaciones obreras espontáneas que inciden para la declaración de la Huelga General por la CGT para el día 18. Pero es el 17 de octubre donde la movilización obrera consigue el retorno de Perón a la Secretaría de Trabajo y comienza ese movimiento de mazas que será conocido como el peronismo.

    Se completa la formación de la clase obrera y su concentración en grandes ciudades del litoral por el acelerado desarrollo industrial y las migraciones internas. Por otro lado, se pasa de un sindicalismo "heroico" pero defensivo, a una participación política mas abierta por el surgimiento de Peronismo.

    El apoyo sindical al Peronismo significó una ruptura de la tradición anarco-sindicalista, que sostenía en que la política debilitaba y dividía al movimiento sindical. Este apoyo unificó al viejo movimiento sindical con los migrantes recientes.

    Es evidente que la política de Perón consigue la adhesión de los distintos sectores y tradiciones de la clase trabajadora. Además alienta la participación de los trabajadores en la vida político-electoral a través de un partido político. En el partido laborista aparece un puñado de dirigentes sindicales que rompen con la tradición anti política del gremialismo argentino. El nivel de acuerdo entre ellos era el apoyo a Perón y el mantenimiento de la autonomía política del nuevo partido. Partido que sirvió a Perón como herramienta electoral.

    Ese primer acuerdo entre los dirigentes sindicales y Perón, luego se profundizaría por la incorporación del sindicalismo al Estado y el abandono de la tradición de lucha "revolucionaria" de los sindicatos. Aunque en esta fase se sigue manteniendo cierta relación entre el desarrollo económico y las respuestas obreras, aparece el papel muy activo del Estado, que se caracteriza por su intervensionismo en la vida social.

    El aumento del salario real entre el 1946 – 1950 y la aplicación de una legislación social que aumenta considerablemente los ingresos de los trabajadores se reflejan en una participación de las remuneraciones en el ingreso nacional de alrededor del 50%. Además, la redistribución de la renta social permitió mejorar otros aspectos como la vivienda, la sanidad pública o la educación.

    Con relación a la vivienda, el renovado Banco Hipotecario Nacional impulsó la creación de numerosas Barrios Obreros. Con lo referido a la sanidad pública, se logró hacer bajar la mortalidad infantil al nivel de los países más desarrollados, se erradicó el paludismo y se construyeron cientos de hospitales, policlínicos y salas de primeros auxilios.

    El mismo avance se registra en la infraestructura educativa. Se crean numerosas escuelas de enseñanza media, técnicas y la Universidad Obrera que posteriormente pasaría a llamarse Universidad Tecnológica Nacional. Por último, se observa un avance considerable en el esparcimiento de los trabajadores. El pago del aguinaldo y las vacaciones se hacen cumplir rigurosamente y se construyen colonias de vacaciones en distintos gremios.

    En el decenio peronista el bloque en el poder se conforma alrededor de los intereses de la empresa industrial mediana y pequeña, protegida por el Estado, de la burocracia política y sindical que fue emergiendo en el proceso, de una fracción industrialista –al principio mayoritaria– del Ejército y de algunos sectores de la gran empresa industrial que se vieron beneficiados por la política del gobierno.

    Ese bloque de poder, luego se fue rompiendo y esa ruptura más la crisis económica de los primeros años de la década del ’50 permitió la recomposición de la oposición y el golpe militar del ’55. Allí, entre los opositores, siempre estuvieron los estudiantes.

    La oposición de los estudiantes

    Así como los partidos de izquierda (socialistas y comunitas) tenían como objetivo la lucha contra el "nazismo y el fascismo" y el apoyo a la Unión Soviética, la dirigencia estudiantil de la Federación Universitaria Argentina también. Tampoco ésta supo ver lo que pasaba en las profundidades de la sociedad argentina y su lucha contra el gobierno militar de Farrel y contra el "Eje", llevó a la FUA también a adherir a la Unión Democrática. Así, a pesar de las proclamas, terminó apoyando a los conservadores y al embajador norteamericano Braden.

    Es cierto que a fines del ’45, a pesar de no comprender los acontecimientos del 17 de Octubre, la FUA dudó en apoyar a la Unión Democrática, por algunas candidaturas que rechazaban. Sin embargo, los partidos tradicionales incorporaron a su programa de gobierno todas las exigencias de la cúpula estudiantil para la universidad: autonomía universitaria y cogobierno entre profesores y estudiantes (las grandes consignas de la Reforma Universitaria de 1918). Allí la FUA se embarcó en la oposición decidida a Perón. Creyó que sus consignas a favor de la Libertad podían atraer a los obreros, mientras que éstos no querían tener la "libertad de morirse democráticamente de hambre" como en la Década Infame (tras la caída de Irigoyen).

    Por otro lado, a la Universidad concurrían los hijos de las capas medias urbanas de la ciudad, los hijos de los profesionales y de las clases más pudientes. Por supuesto que no los obreros ni los peones rurales, precisamente los que adhirieron mayoritariamente a Perón. Fue Perón, por otra parte, quién promovió la creación de escuelas industriales para los trabajadores y terminó creando la Universidad Obrero (luego Tecnológica).

    Esa condición de clase de los estudiantes universitarios y sus ideas antifacistas –que terminaron a favor de los aliados (Inglaterra, EEUU, Francia y Rusia)– los alejaron de la posibilidad de entender que el sentimiento antiimperialista de las masas populares había crecido a tal extremo que para la inmensa mayoría los males de la Argentina eran culpa de los "oligarcas y pitucos" y del imperialismo norteamericano. El propio Perón resumió en una frase ese sentimiento: "Braden (embajador norteamericano en la Argentina) o Perón"; mientras que la FUA hablaba de "Libertad y Progreso".

    Pero también el peronismo cometió errores que alejaron aún más a los estudiantes de su movimiento. Intervino la Universidad y puso al frente a uno de los personajes más nefastos de la educación argentina, el ultra-conservador y clerical, Oscar Ivanissevich; el mismo que volvió a la Universidad en el Gobierno de Isabel Perón –tras la muerte de Perón y antes del golpe de ’76-. Este personaje y la intervención a las universidades, persiguieron a los profesores opositores (cientos de ellos fueron expulsados o dejaron la Universidad en el primer año del Gobierno de Perón), no permitieron ninguna posibilidad de autonomía universitaria y menos de co-gobierno. En fin, pusieron en prácticas ideas totalmente contrarias a los postulados de la Reforma Universitaria, con lo que se ganaron la oposición cerrada de la cúpula estudiantil.

    Por eso, cuando los conservadores, una parte importante de los militares, los radicales y gran parte del clero, comenzaron a unirse para derribar a Perón, allí estuvieron los estudiantes apoyando a la Revolución Libertadora. Claro, pocos meses después del golpe, fueron los primeros en oponerse a Aramburo y Rojas, pero ya era tarde…

    CONCLUSIÓN

    Lo que hizo Perón en cuanto a la industrialización del país y las cuestiones sociales, fue algo excepcional. Le permitió a la clase obrera una inserción en la vida económica, política y social que antes no tenía. En ese sentido, su gobierno fue revolucionario. Por ejemplo, un trabajador ahora podía tener una jubilación, un salario digno, derechos laborales, educación, y varios logros que antes eran inimaginables por la "democracia" de entonces. Hasta llegó a hacer que la renta sea la más equitativa. En ese entonces, llego a distribuirla casi en un 50% para la clase rica y la otra mitad para los trabajadores. Los trabajadores argentinos alcanzaron un nivel de vida inédito en América Latina, quizás sólo superado por la Revolución Cubana.

    Cabe destacar que esa clase trabajadora fue el instrumento que le dio su poder político y le permitió hacer todo lo que hizo. Sin embargo, su gestión para la clase trabajadora se vio opacada por el trato que tuvo con la oposición, porque pensaba que su movimiento era la totalidad de la Nación ("Para un peronista no hay nada mejor que otro peronista"). Todos los que se le oponían eran "gorilas", entre ellos la cúpula estudiantil universitaria.

    Perón no quería que se hiciera política en la Universidad y desconfiaba absolutamente de los estudiantes que en ese momento eran universitarios, porque precisamente esa era una de las cunas de la oposición. Y mientras asfixiaba a la Universidad tradicional, por otro lado creaba becas para que los hijos de las clases populares pudieran acceder a los estudios universitarios y al mismo tiempo creaba estudios industriales y hasta una Universidad Obrera.

    Por eso, cuando pasaron los años y los golpes de estado se sucedían en la Argentina y la mayoría quería el regreso de Perón, la consigna "obreros y estudiantes, unidos adelante" demostraba el cambio operado en la Argentina después de la caída de Perón. El mismo cambio que hizo que a su regreso, para su Tercera Presidencia en 1972, su consigna fuera "Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino")

    Bibliografía:

    • "De la Cultura del Trabajo al Malestar del Desempleo" (Daniel Cieza) Universidad de Nacional de La Plata y Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. 2000.
    • "Estudiantes: Reforma y Revolución" (Gustavo Hurtado) Editorial Cartago. 1990.
    • "La formación de la conciencia nacional" (Hernández Arregui). Editotrial Plus Ultra. 1973.

    Realizado por:

    Pons, Matías

    Navarro Mugas, Martín

    TRABAJO PRÁCTICO PARA LA CATEDRA DE INGENIERIA Y SOCIEDAD

    UTN