Descargar

Prevención y Control Infección Hepatitis B (página 3)


Partes: 1, 2, 3

Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B el número de parejas sexuales referidas en los últimos 5 años, se observa que entre los 56 casos sólo 7 (12,50 %) refirió haber tenido 3 o más parejas sexuales, el resto (87,50 %) refirió 1 o 2 parejas. También entre los 112 controles 10 (8,93 %) de ellos tuvieron 3 o más parejas sexuales y el 91,07 %, refirió haber tenido sólo 1 o 2 parejas (Tabla 18).

No se observaron diferencias significativas (p = 0,469), lo que evidencia para este estudio la no asociación entre el número de parejas sexuales y la aparición de de sero-reactividad a Hepatitis B.

De esta manera, el número de parejas sexuales en los últimos 5 años no constituyó un factor de riesgo para la presencia de sero-reactividad a Hepatitis B. Sin embargo es bien del dominio de todos que la promiscuidad es uno de los factores que provocan aumento de enfermedades de transmisión sexual, la principal de las cuales es el SIDA, pero que también incluyen a las Hepatitis B (3, 39, 40). Como se señaló anteriormente muchos autores ya no consideran que el número de parejas sexuales deba ser considerado, sino más bien la "calidad de estas parejas".

IV.19- Antecedentes de infecciones de transmisión sexual en los últimos 5 años.

Tabla 19: Distribución de casos y controles de Hepatitis B según antecedente de ITS en los últimos 5 años. BSD-SCZ 2006

edu.red

Fuente: Encuesta Epidemiológica (p = 0,216)

Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B el comportamiento del antecedente de infecciones de transmisión sexual en los últimos 5 años, se observó que entre los 56 casos estudiados sólo el 3,57 % refirió este antecedente y el restante 96,43 % lo negó. Entre los 112 controles sólo el 0,89 % refirió haber padecido de una ITS en los últimos 5años y el 99,11 % restante niega este antecedente (Tabla 19). No se observaron diferencias significativas (p = 0,216), lo que evidencia para este estudio la no asociación entre el antecedente de haber padecido de ITS y la aparición de de sero-reactividad a Hepatitis B.

De esta manera, el antecedente de haber padecido de ITS no constituyó para este estudio, un factor de riesgo para la aparición de sero-reactividad a Hepatitis B, lo cual sin embargo si es considerado como tal en la literatura revisada (3, 4, 20, 37, 39, 64) destacándolo como uno de los principales factores de riesgo, al tomar en cuenta que por lo general el haber padecido de ellas implica la práctica de conductas de riesgo que pueden conllevar también a infectarse con el virus causante de la Hepatitis B, que también se engloba entre las enfermedades de transmisión sexual.

IV.20- Antecedentes de tratamiento con Acupuntura en los últimos 5 años.

Tabla 20: Distribución de casos y controles de Hepatitis B según antecedente de Acupuntura en los últimos 5 años.. BSD-SCZ 2006

edu.red

Fuente: Encuesta Epidemiológica (p = 0,073)

Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B el comportamiento del antecedente de Acupuntura los últimos 5 años, se observó que entre los 56 casos estudiados sólo el 5,36 % refirió este antecedente y el restante 94,64 % lo negó. Entre los 112 controles sólo el 0,89 % refirió haber padecido de una ITS en los últimos 5años y el 99,11 % restante niega este antecedente (Tabla 20). No se observaron diferencias significativas (p = 0,073), lo que evidenció para este estudio la no asociación entre el antecedente de tratamiento con Acupuntura y la aparición de de sero-reactividad a Hepatitis B, por lo que para este estudio, el antecedente de haber tenido tratamiento con Acupuntura en los últimos 5 años no constituyó un factor de riesgo para la aparición de sero-reactividad a Hepatitis B.

Es poco frecuente encontrar una revisión sistemática consagrada a los efectos adversos de la Acupuntura que representan un riesgo vital. Sin embargo los pocos estudios revelan un número de potenciales problemas, muchos de los cuales, no se tienen habitualmente en cuenta. Entre los principales efectos adversos destacan las infecciones entre ellas el VIH y las Hepatitis B y C, relacionadas fundamentalmente con el manejo inadecuado de las agujas o con su reutilización sin una esterilización adecuada (96).

IV.21- Antecedentes de Tatuajes en los últimos 5 años.

Tabla 21: Distribución de casos y controles de Hepatitis B según antecedente de Tatuajes en los últimos 5 años. BSD-SCZ 2006

edu.red

Fuente: Encuesta Epidemiológica (p = 0,0016)

Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B el comportamiento del antecedente de haberse realizado Tatuajes en los últimos 5 años, se observó que de los 56 casos estudiados el 19,64 % refirió este antecedente y el restante 80,36 % lo negó. Entre los 112 controles sólo el 4,46 % refirió haberse practicado tatuajes en los últimos 5 años y el 95,54 % restante niega este antecedente (Tabla 21). Se observaron diferencias significativas (p = 0,0016), lo que demuestra para este estudio la existencia de asociación entre el antecedente de haberse practicado Tatuajes y la aparición de sero-reactividad a Hepatitis B.

De esta manera, el antecedente de Tatuajes en los últimos 5 años constituyó también para este estudio un factor de riesgo (IC: 1,71/15,9) para la aparición de sero-reactividad a Hepatitis B, lo cual coincide con lo reportado en la literatura revisada que lo considera como uno de los principales factores de riesgo para infecciones virales como las Hepatitis B y C y el VIH/SIDA (38, 43, 61, 68, 84), siendo para esta casuística 5,23 veces mayor el riesgo de presentar sero-reactividad a Hepatitis B (OR = 5,23) entre quienes tenían el antecedente de Tatuaje en los últimos años, que entre quienes no tenían este antecedente.

IV.22- Antecedentes de colocación de aros o piercing en los últimos 5 años.

Tabla 22: Distribución de casos y controles de Hepatitis B según antecedente de colocación de aros o piercing en los últimos 5 años.. BSD-SCZ 2006

edu.red

Fuente: Encuesta Epidemiológica (p = 0,0026)

Al analizar entre los casos y controles de Hepatitis B el comportamiento del antecedente de perforación de piel y mucosas para colocación de aros o piercing en los últimos 5 años, se observa que entre los 56 casos estudiados el 25 % refirió este antecedente y el restante 75 % lo negó. Entre los 112 controles sólo el 8,04 % refirió haberse colocado aros o piercing en los últimos 5 años y el 91,96 % restante niega este antecedente (Tabla 22). Se observaron diferencias significativas (p = 0,0026), lo que evidencia que existió asociación entre el hecho de haberse realizado perforación de piel y mucosas por colocación de aros o piercing y la aparición de de sero-reactividad a Hepatitis B. El riesgo de presentar serología reactiva a los marcadores de Hepatitis B, fue 3,81 veces superior entre los donantes de sangre con antecedentes de colocación de aros o piercing en los últimos 5 años que entre los que niegan este antecedente. De esta manera, para este estudio el antecedente de colocación de aros o piercing en los últimos 5 años, también constituyó un factor de riesgo para la aparición de sero-reactividad a Hepatitis B (IC: 1,53/9,48), siendo 3,81 veces mayor (OR = 3,81) el riesgo de presentar sero-reactividad a Hepatitis B entre quienes tuvieron el antecedente de haberse colocado aros o piercing en los últimos 5 años, que entre quienes no tuvieron este antecedente, lo cual coincide con lo planteado en literatura revisada (38, 43, 61, 68, 84).

De todos es conocido que el decorarse el cuerpo está de moda, cada vez es más frecuente ver tanto a chicos como a chicas con tatuajes o pendientes adornando las partes más diversas del cuerpo, generalmente desconociendo que aunque mínima, en muchos casos, es una agresión al organismo y que, por tanto, debe ser hecho, siempre, por profesionales y con las máximas garantías higiénicas y sanitarias, pues de lo contrario se exponen a contraer infecciones o enfermedades peligrosas, como Hepatitis B y C, o SIDA. Lo cierto es que la psicodelia, la mística o el simple placer estético de un tatuaje, así como la perforación de la piel con un piercing o arete pueden estar suponiendo un problema, ya que su práctica, al menos en Bolivia, se está desempeñando por personas que desconocen esta profesión, sin observar los mínimos controles de higiene, experiencia y profesionalismo. Se corre el riesgo de desencadenar un problema de salud pública por la inexistencia de un control estricto por parte de las autoridades de salud que vigilen la práctica de este arte. El deber de los profesionales de salud es aportar conocimientos en beneficio de la colectividad, el derecho que tiene el público a que se le practique un trabajo digno, profesional e higiénico, amparado por una organización que lo respalde y mantenga informado. Por lo tanto deberá ser una responsabilidad de las autoridades de salud, el normar la práctica desmedida de estas actividades por personas sin preparación ni adecuadas condiciones.

IV.23- Asociación de factores de riesgo

Tabla 23: Prevalencia de Hepatitis B en donantes de sangre según asociación de factores de riesgo. BSD-SCZ Año 2006

edu.red

Fuente: Encuesta Epidemiológica

Gráfico1: Prevalencia de Hepatitis B en donantes de sangre según asociación de factores de riesgo. BSD-SCZ Año 2006

edu.red

Fuente: Tabla 23

Una vez identificadas las variables que para esta estudio representaron factores de riesgo para la presencia de sero-reactividad a infección por Hepatitis B, se observó que de los 56 donantes de sangre estudiados como casos, en 20 de ellos, que representan más de la tercera parte (35,71 %), no se detectó ninguno de los factores de riesgo estudiados, mientras que en los 36 restantes (64,29 %) sí se encontró la presencia de alguno o varios de los factores estudiados, corroborando lo reportado en la literatura, de que en una importante parte de las personas con sero-reactividad a infección por el VHB, no es posible detectar factores de riesgo (12, 16, 34, 38, 47, 52, 82, 97).

En 4 casos, para un 7,14 % sólo se encontró la presencia de un factor de riesgo, mientras que en 7 casos para un 12,50 %, se encontró la coexistencia de 2 factores de riesgo; en 11 casos para un 19,64 % se detectó la presencia de tres factores de riesgo. Con cuatro y más factores de riesgo se encontró a 14 casos para un 25,0 % (Tabla 23). De forma general predominaron los donantes sero-reactivos a infección por el virus de la Hepatitis B con la asociación de 2 o más factores, que sugiere que el problema debe ser multicausal. Se observó una relación directa entre los factores de riesgo asociados y la prevalencia de sero-reactividad a infección por el virus de la Hepatitis B; pues a medida que aumentó la presencia de factores de riesgo mayor fue la prevalencia de sero-reactividad, lo cual también ha sido reportado en otros estudios realizados (52, 82).

IV.24- Estrategia de prevención y control de Hepatitis B

Tomando en cuenta los resultados obtenidos, se han diseñado estrategias generales como base para el diseño de un programa de prevención y control de la Hepatitis B, que debería ser implementado en primera instancia por el Servicio Departamental de Salud de Santa Cruz, por ser el área donde se efectuó la investigación. Este programa departamental de prevención y control de la Hepatitis B debería tener como objetivos los siguientes:

  • 1. Disminuir la morbimortalidad de la Hepatitis por VHB

  • 2. Disminuir la incidencia de la enfermedad hepática crónica por VHB y sus consecuencias.

  • 3. Proteger frente a la infección a los colectivos de riesgo.

  • 4. Mejorar la obtención de información epidemiológica mediante el control y seguimiento de los grupos de riesgo.

  • 5. Facilitar a toda la población el acceso gratuito a la vacuna anti-hepatitis B, mediante su administración directa por parte de los servicios asistenciales.

  • 6. Optimizar la utilización de los recursos sanitarios limitando su empleo a aquellas personas que se encuentren incluidas en alguno de los grupos de riesgo.

El programa de prevención y control de la Hepatitis B deberá ser asumido por los Centros de Atención Primaria de Salud de los diferentes subsectores de salud, en el marco de sus actividades de promoción de la salud, considerando que éstos suponen el primer punto de contacto entre la población y el sistema sanitario boliviano, encontrándose en una situación privilegiada para aplicar las medidas preventivas y de control de indicación universal y las dirigidas a los grupos de riesgo identificados.

Las estrategias de prevención y control de la Hepatitis B que se proponen son las siguientes:

  • 1. Inmunización universal

  • a. Activa: la vacunación es actualmente la piedra angular de la prevención y su impacto se ha traducido en un aumento creciente en las recomendaciones.

  • b. Pasiva: con inmunoglobulina hiperinmune: protege durante 3 a 6 meses.

La inmunización con la vacuna de la Hepatitis B constituye la medida más efectiva para prevenir la infección por el VHB y las consecuencias derivadas de la misma, sin embargo después de más de 10 años de ser aplicada como la única política de prevención en muchos países, ha mostrado, que no ha conseguido disminuir suficientemente la prevalencia de la infección por el virus VHB (19, 28, 97, 98, 99, 100, 101).

  • 2. Intervención sobre factores de riesgo: está basada en el reconocimiento de pertenencia a grupo de riesgo y el consecuente cambio conductual. Es una estrategia de impacto limitado, ya que se estima que de 30 a 50% de los que lo poseen, no identifican factor de riesgo (12, 34, 47, 52, 82).

  • 3. Dispensarización y tratamiento de los portadores de infección persistente: el propósito de la dispensarización será el de contribuir a mejorar el estado de salud individual de las personas portadoras de infección persistente, a los cuales se recomienda emplear tratamiento para tratar de lograr respuesta virológica y bioquímica y disminuir el riesgo de complicaciones.

  • 1. Inmunización universal:

El papel de los equipos de trabajo de la Atención Primaria de Salud se debe centrar básicamente en la puesta en práctica de los programas de inmunización, proponiéndose la realización de los siguientes grupos de actividades:

  • a) Vacunación a los recién nacidos: Los médicos y personal de enfermería de la atención primaria tienen un importante papel en la vacunación universal de los recién nacidos, así como de los hijos de madres portadoras del AgHBs. Ellos realizan el seguimiento del crecimiento y desarrollo de todos los neonatos de la población asignada, en el que de forma integrada administran las vacunas sistemáticas. La mayor accesibilidad de la población a los centros de la Atención Primaria de Salud, y a su vez de la población al equipo de trabajo de éstos, permite que se alcancen coberturas de vacunación superiores a las logradas por centros específicos de vacunación. Al ser los equipos de trabajo de la Atención Primaria los que realizan el seguimiento del embarazo y el parto y al ser también los responsables de la vacunación anti-Hepatitis B, se puede entonces conseguir un alto nivel de detección y vacunación de los hijos de madres portadoras del AgHBs. Se deberá inmunizar con la vacuna de la Hepatitis B a todos los recién nacidos hijos de madres AgHBs negativas y a todos los niños nacidos de madres AgHBs positivas que deben ser inmunizados inmediatamente después del parto con una dosis de vacuna y deben recibir además una dosis de IgHB tan pronto como sea posible después del nacimiento.

  • b) Vacunación de adolescentes: Los equipos de trabajo de la Atención Primaria son los encargados de la salud comunitaria de la población asignada. Está entre sus funciones la realización de revisiones médicas y la inmunización de la población adolescente, por lo que en estas actividades se deberá integrar la inmunización anti-Hepatitis B, considerando que la infección por VHB se adquiere, mayoritariamente, en la adolescencia y primeras etapas de la edad adulta, predominando en varones, encontrándose una mayor prevalencia de portadores en los adultos jóvenes, todo lo cual sugiere que el papel de la transmisión sexual es importante, por lo que vacunando en la adolescencia se conseguirá la protección inmediata de los sujetos en riesgo. La protección de los adolescentes antes de que inicien las relaciones sexuales, o tengan la oportunidad de adoptar conductas o incorporarse a trabajos de riesgo, es la mejor estrategia y a corto y medio plazo, deberá reducir la incidencia de Hepatitis B. La vacunación universal de los recién nacidos y lactantes, a diferencia de la de los adolescentes, no protege de forma inmediata al grupo de edad de mayor riesgo (jóvenes y adultos jóvenes), con lo que se tardaría como mínimo 15 o 20 años en obtener resultados positivos del programa. Si se realiza la vacunación en las escuelas, se garantizará una elevada cobertura, pues como la adolescencia es la etapa de la vida en la que se goza de mayor salud, por lo general los adolescentes no acuden con regularidad a los servicios de asistencia sanitaria, a diferencia de lo que ocurre con los lactantes y niños preescolares, quienes son llevados por sus madres periódicamente al pediatra para ser sometidos a exámenes de salud y para aplicarles las vacunaciones sistemáticas. En cualquier caso la vacunación universal de los adolescentes que se propone, no es incompatible con la de los recién nacidos y lactantes.

  • c) Vacunación de la población adulta: Es evidente que las estrategias de vacunación en la infancia y la adolescencia, darán sus frutos pero, sin embargo, tardarán como mínimo 10 años en el caso de los adolescentes y al menos 20 años en el de los recién nacidos. Por otra parte, dejarán sin protección a toda la población adulta actual con lo que conlleva de riesgo en cuanto a incrementar el número de portadores y además, al ser la población adulta la que mantiene un alto nivel de cotización social por su actividad laboral, su incapacidad ocasiona un altísimo coste económico. Probablemente un estricto análisis costo-beneficio aconsejaría la vacunación universal de toda la población adulta, hasta que los niños, hoy día vacunados, llegaran a esa situación. Sin embargo, ello exigiría una disponibilidad de recursos económicos y sobre todo logísticos que parecen actualmente distantes de las posibilidades reales; por ello resulta imprescindible diseñar campañas de vacunación sectoriales lo más amplias posibles en adultos, aprovechando los recursos económicos y logísticos ya existentes. Para que estas campañas tengan éxito, se hace necesario realizar un esfuerzo informativo a la sociedad, ya que demasiadas veces se adopta la postura de responsabilizar exclusivamente a los servicios de sanitarios, de la salud de la población, exigiendo unas prestaciones infinitas, a veces imposibles de asumir. Para lograr la vacunación de la población adulta se recomienda la vacunación oportunista en la consulta, considerando que se estima que en un período de 5 años una alta proporción de la población contacta con los Centro de Atención Primaria de Salud por diversos motivos. La estrategia preventiva básica para cubrir la población adulta sería aprovechar estos encuentros para actuar de forma oportunista. Los médicos del modelo de SAFCI, asistidos por la historia clínica y considerando las estrategias preventivas según la edad y sexo del paciente, son quienes mejor pueden identificar la población de riesgo, así como recomendar y administrar la inmunización. Desafortunadamente las normativas vigentes para la prescripción y distribución de la vacuna anti-Hepatitis B impiden que estos profesionales tengan acceso fácil a la vacuna, lo que indudablemente repercute negativamente en el logro de una adecuada cobertura de vacunación, por lo que se necesitará otorgar a los médicos de los Centros de Salud de primer nivel la posibilidad de prescribir la vacuna, así como agilizar los circuitos de distribución, por lo que deberá ser tarea de las autoridades de salud departamentales de Santa Cruz garantizar que todo Centro de Atención Primaria pueda administrar la vacuna de la misma forma que dispone de otros preparados para las inmunizaciones sistemáticas.

  • d) Vacunación a colectivos de riesgo: Los equipos de trabajo de Atención Primaria de Salud deberán además de su comunidad, prestar especial atención a las empresas e instituciones que albergan grupos de riesgo. En muchos casos estas entidades quedan vacunalmente desprotegidas ya que no disponen de servicios médicos específicos, por lo que resultará importante investigar su situación, así como recomendar y en su caso aplicar la inmunización. La estrategia selectiva de vacunación aislada de los grupos de riesgo, ha sido por la experiencia en muchos países, calificada de fracasada en relación a los índices de incidencia y de prevalencia de la infección en la población general. La estrategia de vacunación selectiva de las personas pertenecientes a los grupos de alto riesgo puede lograr una reducción importante en la incidencia de la enfermedad, como ha ocurrido en algunos países, con bajas tasas de incidencia de la infección y elevados niveles socioeconómicos y culturales, en los que el acceso a los colectivos de alto riesgo es relativamente fácil (101). En otros países igualmente desarrollados, pero en los que la sociedad está menos estructurada, como en los EE.UU., los resultados de esta estrategia han sido muy limitados (101). Se aducen tres razones principales para explicar este fracaso:

  • Que el acceso del sistema de salud a ciertos grupos de riesgo, tales como los drogadictos y los homosexuales varones, es sumamente difícil, lo que impide protegerlos convenientemente antes de que se vean expuestos al virus.

  • Que más del 30 % de las Hepatitis B agudas ocurren en pacientes que no pertenecen a ninguno de los grupos de riesgo conocidos, en individuos presumiblemente contagiados por vía heterosexual, por lo que no son población objetivo de la estrategia de vacunación en los grupos de alto riesgo.

  • Que la evidencia epidemiológica disponible indica que la infección por el virus de la Hepatitis B se contrae, por lo general, en edades anteriores a las que normalmente se suele vacunar a las personas de los grupos de alto riesgo, al nacer por vía perinatal y durante la edad infantil por transmisión horizontal (países subdesarrollados), o en la juventud y primeras etapas de la edad adulta por vía heterosexual o por el uso de drogas por vía parenteral (países desarrollados) (101).

Por lo que de forma general se recomienda adoptar la estrategia de vacunación universal de toda la población. Los fundamentos científicos en los que se basa esta recomendación son los siguientes:

  • 1. El riesgo de infección y de enfermedad durante la juventud y primeras etapas de la edad adulta es elevado, mientras que en la edad infantil es menor.

  • 2. Las encuestas sero-epidemiológicas efectuadas en muestras representativas de población infantil y adulta, realizadas en muchos países han puesto de manifiesto que la prevalencia de marcadores de infección por el virus de la Hepatitis B (AgHBs y anti-HBs) aumenta con la edad, siendo por lo general bajo, el riesgo de infección durante la edad infantil (19, 28).

No obstante, hasta que los programas de inmunización activa no se hayan extendido universalmente y se alcance el nivel adecuado de la cobertura de las personas que pertenezcan a todos los grupos de riesgo por sus circunstancias de edad, trabajo u otros factores de exposición, la vacunación selectiva, deberá continuar siendo el objetivo a alcanzar. La práctica del tamizaje serológico prevacunal (antiHBc), sólo deberá aplicarse cuando previsiblemente se trate de una alta endemia, superior al 20%, pues se conoce que en grupos de baja prevalencia la práctica de esta determinación es ineficiente (19). Por otro lado se hace necesario que el gobierno del país adopte medidas para la reducción en el precio actual de la vacuna hace que únicamente.

  • 2. Intervención sobre factores de riesgo:

Se recomienda incluir la determinación del AgHBs en los exámenes pre-laborales y periódicos a todo el personal, en vez de realizar otras pruebas superfluas, así como establecer como prioritario el tamizaje serológico de todas las gestantes en el tercer trimestre del embarazo y de resultar éstas sero-reactivas o detectarse antigenemia positiva en recién nacidos deberían examinarse todos los familiares convivientes de los mismos.

  • Personas expuestas profesionalmente a sangre y fluidos corporales: En relación a las personas expuestas al VHB como consecuencia de las actividades laborales u ocupacionales, el riesgo de contraer la infección / enfermedad depende de la frecuencia de exposiciones mucosas o cutáneas a sangre y a otros líquidos biológicos, por lo que en estos casos, la Hepatitis B debería llegar a ser considerada como enfermedad profesional y/o accidente de trabajo, para lo cual se hace necesario:

  • a) la identificación de la población laboralmente expuesta;

  • b) llegar con el programa de vacunación a todas estas personas aún no inmunes o no vacunadas,

  • c) vacunarles en función de «lo que hace el trabajador y cómo lo hace».

Entre los profesionales que pueden considerarse pertenecientes a estos grupos de riesgo, se encuentran los siguientes:

  • Trabajadores de Atención de Salud, que practiquen actividades de riesgo, tanto en atención en régimen hospitalario como a nivel domiciliario, en consultas externas o centros especializados de los subsectores público, seguridad social y privado. Los profesionales del sector sanitario deben conocer su riesgo específico y tener presente que la vacunación es la medida técnica de prevención más eficaz, pero no la única, con objeto de garantizar la condición de trabajo seguro. Pese a quedar la persona inmunizado, si sufriera accidentes con sangre o líquidos biológicos, deberá acudir a los servicios específicos para su atención concreta.

  • Estudiantes de carreras de ciencias de la salud, que deberían igualmente quedar inmunizados antes de iniciar sus ciclos de enseñanzas y prácticas clínicas que afectan singularmente a los estudios de medicina, enfermería, fisioterapia, podología, odontología, óptica y técnicos de formación en alguna rama sanitaria.

  • Otras actividades profesionales, que deben ser incluidas son: acupuntura, medicina estética y otras alternativas, peluquería, cosmética, institutos de belleza, manicura, pedicura, gimnasio, masajes, saunas, lavanderías, instalaciones deportivas, trabajos de atención social y rehabilitación, voluntariado a domicilio para atención de pacientes, atención de primeros auxilios, protección civil, bomberos, seguridad, policías, fuerzas de pacificación, limpieza de edificios públicos, hostelería (limpieza de habitaciones), servicios comunales (retirada de residuos urbanos, limpieza, atención mortuoria y forense), tutela de menores y atención a prisiones.

Este listado orientativo pudiera incluir a aquellas otras actividades laborales con definido riesgo de exposición.

Los datos de la vacunación deberán quedar asentados en documentación oportuna y se deberá informar por escrito al trabajador, a los efectos de posible cambio de centro laboral. La vacunación, para prevención del riesgo laboral, debería ser ofrecida gratuitamente por la empresa al trabajador y ser aplicada por los servicios médicos preventivos, de la empresa o centro de trabajo. Deberá quedar definido legalmente como responsabilidad de las empresas y centros laborales, fijar la estructura de organización para prevenir la Hepatitis B en su ámbito y establecer las medidas de prevención de ésta, incluyendo un programa de vacunación.

  • Pacientes en programas de hemodiálisis, trasplante y receptoras de unidades de sangre y hemocomponentes de forma reiterada: A los enfermos nefrópatas que vayan a ser incluidos en programa de hemodiálisis, se deberá procurar inmunizarles lo antes posible, preferiblemente previo análisis de marcadores prevacunales, pues conforme avanza el proceso clínico existe mayor afectación del sistema inmunológico y compromete la seroconversión. Antes de todo trasplante, es conveniente asegurar el estado inmune frente a VHB, mediante la vacunación específica. Los candidatos a recibir transfusiones de unidades de sangre, hemocomponentes y hemoderivados deben ser vacunados lo antes posible, preferiblemente también previa determinación de marcadores prevacunales, especialmente si van a recibir múltiples dosis.

  • Personas que se practican tatuajes o piercing: Quienes se efectuaran tatuajes o perforación de piel o mucosas para colocación de aretes o piercing, deberán estar vacunados. De igual forma quienes se dediquen a efectuar éstas prácticas de riesgo deberán igualmente ser inmunizados.

Aunque en la presente investigación, muchas de las variables estudiadas, no mostraron ser Factores de Riesgo, no obstante se recomienda por la experiencia y resultados de otros estudios internacionales, inmunizar y mantener también un control para aquellas personas convivientes en el entorno domiciliario de portadores AgHBs (+), a los varones homosexuales activos y bisexuales, las personas con antecedentes enfermedades de transmisión sexual, las personas de ambos sexos con actividad heterosexual promiscua, las personas en programas de viaje internacional a áreas endémicas de VHB y los usuarios de drogas por vía parenteral. Igual conducta deberá seguirse con aquellas personas sometidas a prácticas con manipulación frecuente sobre mucosas y tejido celular subcutáneo, por estar sometidos a prolongados tratamientos con manipulación clínica de abordaje, mediante punciones en cavidad bucal o en clínicas de obesidad por inserción de agujas para lipólisis, los que se practican punciones o Acupuntura, o toda actividad que implique pérdida de la solución de continuidad, deben también deberán ser vacunados y de igual forma deben estarlo los profesionales dedicados a estas actividades.

  • 3. Dispensarización y tratamiento de los portadores de infección persistente.

El proceso de dispensarización deberá constituir el centro de la labor a desarrollar por los equipos de trabajo de la Atención Primaria de Salud y a partir de él desplegar la estrategia de atención ambulatoria en la comunidad. Se deberá concebir la dispensarización como un proceso de evaluación dinámica, organizada y continua del estado de salud de las personas en una comunidad determinada, y supone su registro, diagnóstico, intervención y seguimiento con el propósito de influir en la mejoría de su estado de salud, mediante la planificación y desarrollo de intervenciones que contribuyan a ello (102).

El propósito de la dispensarización será contribuir a mejorar el estado de salud individual de los portadores de infección persistente. En este proceso se deberán identificar los riesgos y daños a la salud de cada persona, mediante procedimientos básicos de observación, exploración física e instrumental, interpretación y análisis de los resultados. Al mismo tiempo la dispensarización favorecerá la planificación de las acciones y los recursos para la atención a las necesidades del individuo, e influye en su educación, capacidad de autoevaluación y cuidado de su estado de salud o enfermedad (102, 103).

Los médicos de Atención Primaria de Salud, podrán valorar a los pacientes con infección persistente al VHB y referirlos al especialista si fuera necesario, además podrán dar seguimiento a la aplicación de tratamiento si éste ha sido indicado, generalmente se utiliza lamivudina, interferón, y ribavirina, o bien combinaciones de los dos últimos, con lo que por lo general se obtienen resultados alentadores (usados durante 4 a 12 meses, se logra respuesta virológica y bioquímica en 25 a 40% de los sujetos) (104, 105, 106, 107, 108).

Conclusiones

  • 1. La prevalencia de sero-reactividad a infección por el virus de la Hepatitis B en el Banco de Sangre departamental de Santa Cruz durante el año 2006 fue de 2,03 %.

  • 2. Las variables con valores de odds ratio que tuvieron significación estadística y que por tanto mostraron asociación como factores de riesgo para la presencia de sero-reactividad a los marcadores serológicos de Hepatitis B fueron:

  • El estar comprendido entre los 18 y los 30 años.

  • El antecedente de no vacunación anti – Hepatitis B

  • El antecedente de haber recibido transfusión de sangre y/o hemocomponente en los últimos 10 años.

  • El antecedente de haber recibido tratamiento parenteral en los últimos 5 años.

  • El antecedente de haber recibido intervención quirúrgica en los últimos 10 años.

  • El antecedente de exposición profesional a sangre y fluidos corporales.

  • El antecedente de Tatuaje en los últimos 5 años.

  • El antecedente de haberse realizado colocación de aros o piercing los últimos 5 años.

El antecedente de haber realizado previamente donaciones de sangre constituyó para esta casuística un factor de protección (IC: 0,03/0,30) para la adquisición de sero-reactividad a infección por Hepatitis B, reduciendo en un 10 % el riesgo de presentar ésta.

  • 3- Las estrategias para la prevención y control para la infección por el virus de la Hepatitis B, serán:

  • Inmunización universal: La mejor estrategia para la prevención y control de la Hepatitis B y que a su vez se constituye en la pauta de elección para la eliminación del VHB a nivel de las comunidades, será la de inmunizar tanto a los niños como a los adolescentes, así como la de continuar con la inmunización de los adultos, priorizando a los definidos como grupos de alto riesgo, con lo que se logrará proteger a la población antes de llegar a la edad de mayor riesgo de infección y enfermedad (jóvenes y adultos jóvenes). Las estrategias de vacunación universal en ningún caso significan el abandono de la vacunación de recién nacidos de madres portadoras y otros grupos de alto riesgo, que por el contrario deben ser mantenidas e intensificadas.

  • Intervención sobre factores de riesgo: está basada en el reconocimiento de pertenencia a grupo de riesgo y el consecuente cambio conductual.

  • Dispensarización y tratamiento de los portadores de infección persistente: la dispensarización será el proceso de evaluación dinámica, organizada y continua del estado de salud de las personas en una comunidad determinada, y supondrá su registro, diagnóstico, intervención y seguimiento con el propósito de influir en la mejoría de su estado de salud, mediante la planificación y desarrollo de intervenciones que contribuyan a ello.

Recomendaciones

  • El Ministerio de Salud y Deportes a través del Programa Nacional de Sangre, deberá en base a los resultados de este estudio desarrollar un programa de acciones, para mejorar y actualizar las normas de selección de donantes y rectificar las estrategias de tamizaje serológico para Hepatitis B en la población de donantes de sangre.

  • El Ministerio de Salud y Deportes deberá normar la práctica desmedida de realización de tatuajes y de perforación de piel y mucosas actualmente efectuado por personas sin preparación ni adecuadas condiciones y velar por el adecuado desarrollo y calidad de los mismos para evitar que estos procedimientos se conviertan en un serio problema de salud para la población del país.

  • El Servicio Departamental de Salud de Santa Cruz y el Ministerio de Salud y Deportes deberá en base a las estrategias de prevención y control planteadas diseñar e implementar un Programa de Prevención y Control de la infección por el virus de la Hepatitis B..

Anexos

Anexo 1: Encuesta Epidemiológica

Fecha Donación: D____ M _____A _____

Fecha Encuesta: D____ M _____A _____

  • 1. Edad: ____

  • 2. Sexo: ____M____F

  • 3. Relación de Pareja:

______Estable ______ No estable

  • 4. Nivel Educacional Vencido:

___Ninguno____Básico ____Intermedio_____Medio ___Univ.

  • 5. Tipo de Donante de sangre:

____Voluntario-Altruista ____Reposición-Familiar

  • 6. Donaciones de sangre previas:

____No ____Sí

  • 7. Transfusiones recibidas en los últimos 10 años:

____No____Sí

  • 8. Tiempo transcurrido desde última transfusión:

______ años _____ meses

  • 9. Tratamiento parenteral recibido en los últimos 10 años:

____ No ____ Sí

  • 10. Intervenciones quirúrgicas recibidas en últimos 10 años:

____ Sí ____ No

  • 11. Tratamiento Dental últimos 5 años:

____No ____Sí

  • 12. Exposición profesional a sangre últimos 10 años:

____No ____Sí

  • 13. Antecedentes de Hepatitis últimos 10 años:

____ No ____ Sí

  • 14. Convivencia con enfermos de hepatitis últimos 5 años:

____No ____Sí ____

  • 15. Conducta sexual:

____ Heterosexual ____ Homosexual / Bisexual

  • 16. Número de parejas sexuales en los dos últimos años:_______

  • 17. Antecedentes de ITS últimos 5 años:

___No ___Sí

  • 18. Antecedentes de tratamiento con acupuntura en los últimos dos años:

__ Sí ___No

  • 19. Antecedentes de tatuaje de piel en los dos últimos años:

___Sí ___No

  • 20. Antecedentes de perforación de piel y/o mucosas (aretes) en los dos últimos años:

___Sí ___No

Anexo 2: Hoja de información importante sobre la donación de sangre

Anexo 3: Consentimiento Informado de la Historia Clínica del Donante de Sangre.

Anexo 4: Tabla de Vaciamiento de Datos.

edu.red

Bibliografía acotada

  • 1. Regev A, Schiff ER. Viral hepatitis A, B, and C. Clin Liver Dis, 2000; 4: 47-71.

  • 2. Simmonds, P. The origin and evolution of hepatitis viruses in humans. J Gen Virol 82: 2000. 693-712

  • 3. Chin J. El control de las enfermedades transmisibles. Decimoséptima edición, 2001: 322-347.

  • 4. Cheung RC, Hanson AK, Maganti K, et al. Viral hepatitis and other infectious diseases in a homeless population. J Clin Gastroenterol 2002; 34:476–480.

  • 5. Cruz J.R. Seeking a safer blood supply. Lancet 2005; 365: 1463-4.

  • 6. Fattovich G. Natural history and prognosis of hepatitis B. Semin Liver Dis 2003; 23:47-58.

  • 7. Ganem D, Prince A.M. Hepatitis B virus infection-natural history and clinical consequences. N Engl J Med 2004; 350:1118-29.

  • 8. González R, Echevarria JM, Avellon A et al. Acute hepatitis B virus window-period blood donations detected by individual-donation nucleic acid testing: a report on the first two cases found and interdicted in Spain. Transfusion 2006; 46:1138-42.

  • 9. Lavanchy D. Hepatitis B virus epidemiology, disease burden, treatment, and current and emerging prevention and control measures. J Viral Herat 2004; 11:97-107.

  • 10. McMahon BJ. Epidemiology and natural history of hepatitis B. Semin Liver Dis 2005; 25 (Suppl 1):3-8.

  • 11. Norder H, Courouce AM, Coursaget P, Echevarria JM, Lee SD, Mushahwar IK, et al. Genetic diversity of hepatitis B virus strains derived worldwide: genotypes, subgenotypes, and HBsAg subtypes. Intervirology 2004; 47:289-309.

  • 12. Alam MM, Zaidi SZ, Shaukat S, Sharif S, Angez M, Naeem A, Saleha S, Butt JA, Malik SA. Common genotypes of Hepatitis B virus prevalent in injecting drug abusers (addicts) of North West Frontier Province of Pakistan. Virol J. 2007 Jun 28; 4:63.

  • 13. Chan HL, Hui AY, Wong ML, Tse AM, Hung LC, Wong VW, et al. Genotype C hepatitis B virus infection is associated with an increased risk of hepatocellular carcinoma. Gut 2004; 53:1494-1498.

  • 14. Yim HJ, Lok AS. Natural history of chronic hepatitis B virus infection: what we knew in 1981 and what we know in 2005. Hepatology 2006; 43:S173–181.

  • 15. Boyer, N; Marcellin, P. Pathogenesis, diagnosis and management of hepatitis B. J. Hepatol. 2000, 132: 98-112.

  • 16. Chu CJ, Keeffe EB, Han SH, Perrillo RP, Min AD, Soldevila-Pico C, et al. Hepatitis B virus genotypes in the United States: results of a nationwide study. Gastroenterology 2003; 125:444-451.

  • 17. Fung SK, Lok AS. Hepatitis B virus genotypes: do they play a role in the outcome of HBV infection? Hepatology 2004; 40:790-792.

  • 18. Laguna-Torres V.A., Pérez-Bao J., Chauca C., et al. Epidemiology of transfusion-transmitted infections among multi-transfused patients in seven hospitals in Peru. J. Clin. Virol. 2005; 34 Suppl. 2 S61-S68.

  • 19. CDC – Prevention, MMWR. Hepatitis B vaccination coverage among adults-United States, 2004. Morb. Mortal. Wkly Rep. 2006; 55: 509-11.

  • 20. Duca E, Scripcariu D, Trifan M, Scripcaru L, Fochi M. Prevalence of HBsAg carriers in Iasi County in 2001-2005 period. Epidemiological, clinical and laboratory study. Rev Med Chir Soc Med Nat Iasi. 2007 Jan-Mar; 111(1):244-9.

  • 21. AuBuchon J.P., Whitaker B.I. America finds hemovigilance!. Transfusion. 2007; 47:1937-1942.

  • 22. Comanor L, Holland P. Hepatitis B virus blood screening: unfinished agendas. Vox Sang 2006; 91:1-12.

  • 23. Kim S.M. et al. Prevalence of occult HBV infection among subjects with normal serum ALT levels in Korea. J. Infect. 2006 Mar 23.

  • 24. Bosch FX, Ribes J, Cleries R, Diaz M. Epidemiology of hepatocellular carcinoma. Clin Liver Dis 2005; 9:191-211.

  • 25. Alshaikh S, Saeed L, Eltom A, et al. The Seroprevalence of hepatitis B surface antigen (HbsAg) and hepatitis C antibodies (Anti HCV) in the United Arab Emirates (UAE). J Gastroenterol Hepatol 2002; 17 (suppl): A 348.

  • 26. Ramos JM, Pastor C, Masía MM, Casales E, Royo G, Gutiérrez-Rodero F. Examen de salud en la población inmigrante: prevalencia de infección tuberculosa latente, hepatitis B, hepatitis C, infección por el VIH y sífilis. Enferm Infecc Microbiol Clin 2003; 21:540-2.

  • 27. Liaw YF, Leung N, Guan R, Lau GK, Merican I, McCaughan G, et al. Asian-Pacific consensus statement on the management of chronic hepatitis B: a 2005 update. Liver Int 2005; 25:472-489.

  • 28. Gerlich WH. Breakthrough of hepatitis B virus mutants after vaccination and virus reactivation. J Clin Virol 2006; 36 Suppl 1:S18-S22.

  • 29. EASL International Consensus Conference on Hepatitis B. 13-14 September, 2002: Geneva, Switzerland. Consensus statement (short version). J Hepatol 2003; 38:533-540.

  • 30. Raimondo G, Pollicino T, Cacciola I et al. Occult hepatitis B virus infection. J Hepatol 2007; 46:160-70.

  • 31. Mutimer D. Review article: hepatitis B and liver transplantation. Aliment Pharmacol Ther 2006; 23:1031-1041.

  • 32. O'Brien, S.F; Yi, O.L; Fan, W.; Scalia, V.; Kleinman, S.H.; Vamvakas, E.C. Current incidence and estimated residual risk of transfusion-transmitted infections in donations made to Canadian Blood Services. 2007. Transfusion 47 (2), 316–325.

  • 33. Lok Anna S. F., McMahon Brian J. Chronic Hepatitis B. Hepatology 2007, Vol. 45, No. 2

  • 34. Chen CJ, Yang HI, Su J, Jen CL, You SL, Lu SN, et al. Risk of hepatocellular carcinoma across a biological gradient of serum hepatitis B virus DNA level. JAMA 2006; 295:65-73.

  • 35. Kupek EJ. Residual transfusion risk for hepatitis B and C in southern Brazil. J Viral Hepat 2001, 8:78-82.

  • 36. Schmunis G.A., Cruz J.R. The safety of blood supply in Latin America. Clin Microbiol Rev 2005; 18: 12-29.

  • 37. Alvarez do Barrio M, González Díez R, Hernández Sánchez JM et al. Residual risk of transfusion-transmitted viral infections in Spain, 1997-2002, and impact of nucleic acid testing. Euro Surveill 2005; 10 (2):20-2.

  • 38. Blood Safety: Reducing the Risk of Transfusion-Transmitted Infections. Report of the Committee on Infectious Diseases, 25th. Elk Grove Village: American Academy of Pediatrics, 2000:88-97.

  • 39. Feldman JG, Minkoff H, Landesman S, et al. Heterosexual transmission of hepatitis C, hepatitis B, and HIV-1 in a sample of inner city women. Sexually Transmitted Diseases 2000; 27(6):338-42.

  • 40. Gunn RA, Murray PJ, Ackers ML, et al. Screening for chronic hepatitis B and C virus infections in an urban sexually transmitted disease clinic: rationale for integrating services. Sexually Transmitted Diseases 2001; 28(3):166-70.

  • 41. Bortolotti F, Guido M, Bartolacci S, Cadrobbi P, Crivellaro C, Noventa F, et al. Chronic hepatitis B in children after e antigen seroclearance: final report of a 29-year longitudinal study. Hepatology 2006; 43:556-562.

  • 42. Avsar M, Türe F, Avsar E. Transfusion Transmitted Virus in IV drug abusers in Turkey.6 th Mediterranean Medical Congress, September 2000, Malta. Book of Abstracts, 255.

  • 43. Silverman AL, Sekhon JS, Saginaw SJ, et al. Tattoo application is not associated with an increased risk for chronic viral hepatitis. American Journal of Gastroenterology 2000; 95(5):1312-5.

  • 44. Thio CL, Seaberg EC, Skolasky R Jr, Phair J, Visscher B, Munoz A, et al. HIV-1, hepatitis B virus, and risk of liver-related mortality in the Multicenter Cohort Study (MACS). Lancet 2002; 360:1921-1926.

  • 45. Busch MP. Closing the windows on viral transmission by blood transfusion. In: Stramer SL, ed. Blood Safety in the New Millennium. Bethesda: AABB, 2001.

  • 46. Tawk H.M., Vickery K., Bisset L., et al. The significance on transfusion in the past as the risk for current Hepatitis B and Hepatitis C infection: a study in endoscopy patients. Transfusion 2005; 45:807-13.

  • 47. Su FH, Chen JD, Cheng SH, Lin CH, Liu YH, Chu FY. Seroprevalence of Hepatitis-B infection amongst Taiwanese university students 18 years following the commencement of a national Hepatitis-B vaccination program J Med Virol. 2007 Feb; 79(2):138-43.

  • 48. Kleinman S, Chan P, Robillard P. Risks associated with transfusion of cellular blood products in Canada. Tranfus Med Rev 2003; 17:120-62.

  • 49. Grijalba M.J., Chiriboga R.F., Vanhassel H., et al. Improving the safety of the blood suply in Ecuador through external performance evaluation of serological screening of blood donors. J. Clin. Virol. 2005; 34 Suppl. 2 S47-S52.

  • 50. Cruz J.R., Pérez-Rosales M.D., Zickers F., et al. Safety of blood supply in the Caribbean countries: Role of screening blood donors for markers of Hepatitis B and C viruses. J. Clin. Virol. 2005; 34 Suppl 2 S75-S80.

  • 51. González Díez R. Prevalencia de la infección por el virus de la hepatitis B en los donantes de sangre de Madrid. Epidemiología molecular del virus. Tesis Doctoral. 2007. Disponible en:

  • 52. Karmochkine M, Carrat F, Dos Santos O, Cacoub P, Raguin G. A case-control study of risk factors for hepatitis B infection in patients with unexplained routes of infection. J Viral Hepat. 2006 Nov; 13(11):775-82.

  • 53. Kitchen AD, Barbara JA. Which agents threaten blood safety in the future? Baillieres Best Pract Res Clin Haematol. 2000 Dec; 13:601-614.

  • 54. Liu C.J. et al. Epidemiology of HBV infection in Asian blood donors: emphasis on occult HBV infection and the role of NAT. J. Clin. Virol. 2006; 36 Suppl 1: S33-44.

  • 55. Rachid Salmi, L., Mathoulin-Pélissier, S., Pérez P. La epidemiología de la transfusión de sangre y la medicina transfusional basada en los hechos científicos. Rev. Argentina de Transfusión. Vol. XXXI N° 1-2 enero-julio 2005; 17.

  • 56. De Paula V., Gonçales N.S.L., Xueref S., et al. Transfusion – transmitted infections among multi-transfused patients in Brazil. J. Clin. Virol. 2005; 34 Suppl. 2 S27-S32.

  • 57. Barbolla ML., González-Fraile MI. Prevención de enfermedades virales transmisibles por transfusión: inactivación viral de plasma. Rev. Argentina de Transfusión. Vol. XXXI N° 1-2 enero-julio 2005; 24.

  • 58. Garcia-Montalvo BM, Farfan-Ale JA, Acosta-Viana KY et al. Hepatitis B virus DNA in blood donors with anti-HBc as a possible indicator of active hepatitis B virus infection in Yucatan, Mexico. Transfus Med 2005; 15:371-8.

  • 59. Tejerina Valle ML, González Treasure AL, Pereira Vallejo MJ, et al. Estándares de Trabajo para Servicios de Sangre. Programa Nacional de Sangre. Ministerio de Salud y Deportes. Bolivia. 2004. 25-26.

  • 60. Tejerina Valle ML, González Treasure AL, Pereira Vallejo MJ. Transfusión de Sangre, Hemocomponentes y Hemoderivados: Recomendaciones y Guías prácticas. Programa Nacional de Sangre. Ministerio de Salud y Deportes. Bolivia. 2004. 23-50

  • 61. González Treasure A.L., Clavijo F., Pereira Vallejo M., et al. Programme National du Sang en Bolivie: Expérience de travail, 2002-2005. Transfusion Clinique et Biologique Juin 2005; Vol.12-Suppl.1 S02-02.

  • 62. González Treasure A.L., Tejerina Valle ML., Hurtado López LV., et al. Resultados Programa Evaluación Externa al desempeño serológico. Bancos de Sangre de Bolivia, 2004. Programa. Rev. Argentina de Transfusión. Vol. XXXI N° 3 agosto-septiembre 2005; 108.

  • 63. Programa Nacional de Sangre – Ministerio de Salud y Deportes Bolivia. Informe de Actividades. Gestiones 2003-2006 (Documento no publicado).

  • 64. CDC, MMWR. Screening for chronic hepatitis B among Asian/Pacific Islander populations-New York City, 2005. Morb. Mortal. Wkly Rep. 2006; 55: 505-9.

  • 65. Avellon A, Echevarria JM. Frequency of hepatitis B virus 'a' determinant variants in unselected Spanish chronic carriers. J Med Virol 2006; 78:24-36.

  • 66. Irani-Hakime N. et al. Prevalence of antibodies against HBV and HCV among blood donors in Lebanon, 1997-2003. Am. J. Infect. Control. 2006; 34: 241-3.

  • 67. Mujeeb S.A. et al. Seroprevalence of HBV, HCV and HIV infections among college going first time voluntary blood donors. J. Pak. Med. Assoc. 2006; 56: S24-5.

  • 68. Seed C.R, Kiely P, Keller A.J. Residual risk of transfusion transmitted human immunodeficiency virus, hepatitis B virus, hepatitis C virus and human T lymphotrophic virus. Intern Med J 2005; 35: 592-598.

  • 69. Casamitjana N, Maymó RM, Piron M, Puig L, Candotti D, Hernández JM, Sauleda S. Marcadores serológicos y moleculares del VHB en donantes de sangre: Evidencia de infección oculta VHB. Boletín de la Sociedad Española de Transfusión Sanguínea 2006.

  • 70. Soldan K, Davison K, Dow B. Estimates of the frequency of HBV, HCV, and HIV infectious donations entering the blood supply in the United Kingdom, 1996 to 2003. Euro Surveill 2005; 10 (2) Disponible en: http://www.eurosurveillance.org/

  • 71. Allain JP. Occult hepatitis B virus infection: implications in transfusion. Vox Sang 2004; 86:83-91.

  • 72. Gurol E. et al. Trends in hepatitis B and hepatitis C virus among blood donors over 16 years in Turkey. Eur. J. Epidemiol. 2006; 21: 299-305.

  • 73. Regan FA, Hewitt P, Barbara JA, et al. Prospective investigation of transfusion transmitted infection in recipients of over 20 000 units of blood. TTI Study Group. BMJ: 2000. 12,320.

  • 74. OPS / OMS. Medicina Transfusional en América Latina y Caribe. 2000 – 2003. Agosto 2004.

  • 75. Gad A, Tanaka E, Orii K, et al. Clinical significance of TT virus infection in patients with chronic liver disease and volunteer blood donors in Egypt. J Med Virol, 2000; 60:177-81.

  • 76. Matee M.I. et al. Seroprevalence of HIV, HBV, HCV and syphilis among blood donors at the Muhimbili National Hospital in Dar Es Salaam, Tanzania BMC Public Health 2006; 6:21.

  • 77. Allain JP. International collaborative study proposal for the characterization of occult hepatitis B virus infection identified by nucleic acid or anti-HBc screening. Vox Sang 2007; 92:254-7.

  • 78. Strong DM, Katz L. Blood bank testing for infectious diseases: How safe is blood transfusion? Trends Mol Med 2002; 8:355-8.

  • 79. Lok AS, Heathcote EJ, Hoofnagle JH. Management of hepatitis B: 2000—summary of a workshop. Gastroenterology 2001; 120:1828-1853.

  • 80. Gunst MA, Minei JP. Transfusion of blood products and nosocomial infection in surgical patients. Curr Opin Crit Care. 2007 Aug; 13(4):428-32.

  • 81. Francisci D. et al. Prevalence, incidence of HBV and HCV hepatitis in patients undergoing allogeneic hematopoietic stem cell transplantation (2001-2004). Haematologica 2006; 91: 980-2.

  • 82. López L., López P., Arago A., et al. Risk factors for Hepatitis B and C in multi-transfused patients in Uruguay. J. Clin. Virol. 2005; 34 Suppl. 2 S69-S74.

  • 83. Murphy WG. Disease transmission by blood products: Past, present and future. Pathophysiol Haemost Thromb 2002; 32 (Suppl 1):1-4.

  • 84. Satake M, Taira R, Yugi H et al. Infectivity of blood components with low hepatitis B virus DNA levels identified in a lookback program. Transfusion 2007; 47:1197-205.

  • 85. Buster EH, van der Eijk AA, Schalm SW. Doctor to patient transmisión of hepatitis B virus: implications of HBV DNA levels and potential new solutions. Antiviral Res 2003; 60:79-85.

  • 86. Mele A, Spada E, Sagliocca L et al. Risk of parenterally transmitted hepatitis following exposure to surgery or other invasive procedures: results from the hepatitis surveillance system in Italy. J Hepatol 35: 2001.248-289.

  • 87. Howell DR, Webster MH, Barbara JA. Retrospective follow-up of recipients and donors of blood donations reactive for anti-HBc or for single HCV antibodies. Transfus Med: 2000. 10,265-9.

  • 88. Tanaka J. Hepatitis B epidemiology in Latin America. Vaccine 2000; 18 (suppl. 1): S17- S19.

  • 89. Vinelli E., Lorenzana I. Transfusión-transmitted infections in multi-transfused patients in Honduras. J. Clin. Virol. 2005; 34 Suppl. 2 S53-S60.

  • 90. Terrault N, Roche B, Samuel D. Management of the hepatitis B virus in the liver transplantation setting: a European and an American perspective. Liver Transpl 2005; 11:716-732.

  • 91. Butt A.K., Khan A.A., Khan S.Y., et al. La odontología, como posible ruta de transmisión de Hepatitis en Pakistán. International Dental Journal, Volumen 53(3) Marzo 2004.

  • 92. Tovar V.; Guerra M.E.;  Carvajal A. Accidentes laborales y riesgo a contraer infección por el virus de inmunodeficiencia humana y el virus de la hepatitis  B  y C  en  el consultorio odontológico. Acta odontol. Venez Vol.42 Nº 3 Caracas  septiembre 2004.  

  • 93. Mendoza C., Barrientos C., Vázquez R., et al. Exposición laboral a sangre y fluidos corporales. Experiencia en un hospital pediátrico. Rev Chil Infect 2001; 18 (1): 28-34.

  • 94. Mendoza A., Samalvides F. Transmisión de los virus de la inmunodeficiencia adquirida, hepatitis B y hepatitis C por exposiciones laborales en trabajadores de salud: Aspectos de profilaxis pre y post exposición. Rev Med Hered  Vol.16 Nº4 Lima octubre./ diciembre 2005.

  • 95. Gunson RN, Shouval D, Roggendorf M, Zaaijer H, Nicholas H, Holzmann H, et al. Hepatitis B virus (HBV) and hepatitis C virus (HCV) infections in health care workers (HCWs): guidelines for prevention of transmission of HBV and HCV from HCW to patients. J Clin Virol 2003; 27:213-230.

  • 96. E Ernst, A White. Life-threatening adverse reactions after acupuncture? A systematic review. Pain 2007 71: 123-6.

  • 97. Stroffolini T, Mele A, Tosti ME, Gallo G, Balocchini E, Ragni P, et al. The impact of the hepatitis B mass immunisation campaign on the incidente and risk factors of acute hepatitis B in Italy. J Hepatol 2000; 33: 980-985.

  • 98. Mast EE, Weinbaum CM, Fiore AE, Alter MJ, Bell BP, Finelli L, et al. A comprehensive immunization strategy to eliminate transmission of hepatitis B virus infection in the United States—recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP) Part II: Immunization of adults. MMWR 2006; 55 (RR-16):1-33.

  • 99. Zunino M.E. Epidemiología de la hepatitis B en Chile y esquemas de vacunación en Latinoamérica. Rev. chil. infectol., 2002, vol.19, no.3, 140-155.

  • 100. Fiore AE, Wasley A, Bell BP. Prevention of hepatitis B through active or passive immunization: recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP). MMWR Recomm Rep 2006; 55:1-23.

  • 101. Van der Sande MA, Mendy M, Waight P, Doherty C, McConkey SJ, Hall AJ, Whittle HC. Similar long-term vaccine efficacy of two versus three doses of HBV vaccine in early life. Vaccine. 2007 Feb 9; 25(8):1509-12.

  • 102. Batista R., Sansó F.,Feal P. La dispensarización: una vía para la evaluación del proceso salud-enfermedad. Rev Cubana Med Gen Integr Vol.17 Nº.2 Ciudad de La Habana mar.-abr. 2001

  • 103. Batista R., Landrove O., Bonet M., Feal P., Ramírez M. Sistema de vigilancia de enfermedades no transmisibles en Cuba. Rev Cubana Hig Epidemiol vol.38 no.2 Ciudad de la Habana May-Aug. 2000

  • 104. Brunetto MR, Oliveri F, Coco B, Leandro G, Colombatto P, Gorin JM, et al. Outcome of anti-HBe positive chronic hepatitis B in alpha-interferon treated and untreated patients: a long term cohort study. J Hepatol 2002; 36:263-270.

  • 105. Chan HL, Leung NW, Hui AY, Wong VW, Liew CT, Chim AM, et al. A randomized, controlled trial of combination therapy for chronic hepatitis B: comparing pegylated interferon-alpha2b and lamivudine with lamivudine alone. Ann Intern Med 2005; 142:240-250.

  • 106. Erhardt A, Blondin D, Hauck K, Sagir A, Kohnle T, Heintges T, et al. Response to interferon alfa is hepatitis B virus genotype dependent: genotype A is more sensitive to interferon than gentoype D. Gut 2005; 54: 1009-1013.

  • 107. Lau GK, Piratvisuth T, Luo KX, Marcellin P, Thongsawat S, Cooksley G, et al. Peginterferon Alfa-2a, lamivudine, and the combination for HBeAg-positive chronic hepatitis B. N Engl J Med 2005;352:2682-2695.

  • 108. Liaw Y.F., Sung JJ, Chow WC, Farrell G, Lee CZ, Yuen H, et al. Lamivudine for patients with chronic hepatitis B and advanced liver disease. N Engl J Med 2004; 351:1521-1531.

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

  • 1. Zampino R, Lobello S, Chiaramonte M, Venturi-Pasini C, Dumpis U, Thursz M, et al. Intra-familial transmission of hepatitis B virus in Italy: phylogenetic sequence analysis and amino-acid variation of the core gene. J Hepatol 2002; 36: 248-53

  • 2. Dumpis U, Holmes EC, Mendy M, Hill A, Thursz M, Hall A, et al. Transmission of hepatitis B virus infection in Gambian families revealed by phylogenetic analysis. J Hepatol 2001; 35: 99-104.

  • 3. Codoñer Franch P. Hepatitis B. El virus, técnicas de diagnóstico, epidemiología, enfermedad y sus posibilidades evolutivas. An Pediatr 2003; 58: 478-81.

  • 4. De la Revilla L, Espinosa Almendro JM. La atención domiciliaria y la atención familiar en el abordaje de las enfermedades crónicas de los mayores. Aten Primaria 2003; 31: 587-91.

  • 5. Hochberger S. et al. Fully automated quantitation of HBV-DNA in plasma by the COBAS AmpliPrep/COBAS TaqMan System. J. Clin. Virol. 2006 Feb.

  • 6. McCormick MK, Dockter J, Linnen JM et al. Evaluation of a new molecular assay for detection of human immunodeficiency virus type 1 RNA, hepatitis C virus RNA, and hepatitis B virus DNA. J Clin Virol 2006.

  • 7. Reesink H. W., Allain J. P. Management of donors and blood products reactive for hepatitis B virus DNA. 2006 Vox Sanguinis 91 (4), 281–281.

  • 8. Schmidt M. et al. Anti-HBc screening of blood donors: a comparison of nine anti-HBc tests. Vox Sang. 2006; 91(3): 237-43.

  • 9. Sokal EM, Kelly DA, Mizerski J, Badia IB, Areias JA, Schwarz KB, et al. Long-term lamivudine therapy for children with HBeAg-positive chronic hepatitis B. Hepatology 2006; 43:225-232.

  • 10. Soldan K, Barbara JA, Ramsay ME, et al. Estimation of the risk of hepatitis B virus, hepatitis C virus and human immunodeficiency virus infectious donations entering the blood supply in England, 1993-2001. Vox Sang: 2003. 84,215-25.

  • 11. Stramer SL. Pooled hepatitis B virus DNA testing by nucleic acid amplification: implementation or not. Transfusion 2005; 45:1242-6.

  • 12. Sumi H, Yokosuka O, Seki N, Arai M, Imazeki F, Kurihara T, et al. Influence of hepatitis B virus genotypes on the progression of chronic type B liver disease. Hepatology 2003; 37:19-26.

  • 13. Tynell E, Norda R, Ekermo B et al. False-reactive microbiologic screening test results in Swedish blood donors-how big is the problem? A survey among blood centers and deferred donors. Transfusion 2007; 47:80-9.

  • 14. Wiedmann M, Kluwick S, Walter M, Fauchald G, Howe J, Bronold M, Zauke M. HIV-1, HCV and HBV seronegative window reduction by the new Roche cobas TaqScreen MPX test in seroconverting donors. J Clin Virol. 2007 Aug; 39(4):282-7. Epub 2007 Jul 5.

  • 15. Witkos M. et al. Predictors of antiviral therapy in a post-transfusion cohort of hepatitis B patients. Can. J. Gastroenterol. 2006; 20: 107-11.

  • 16. Xu R, Gan X, Fang Y, Zheng S, Dong Q. A simple, rapid, and sensitive integrated protein microarray for simultaneous detection of multiple antigens and antibodies of five human hepatitis viruses (HBV, HCV, HDV, HEV, and HGV).Anal Biochem. 2007 Mar 1; 362(1):69-75. Epub 2006 Dec 29.

  • 17. Yuen MF, Wong DK, Sablon E, Tse E, Ng IO, Yuan HJ, et al. HBsAg seroclearance in chronic hepatitis B in the Chinese: virological, histological, and clinical aspects. Hepatology 2004; 39:1694-1701.

  • 18. Yuxia Zhang, Shu Li, Ming Shan, Xuwen Pan, Ke Zhuang, Lihua He, Keith Gould, Po Tien. Hepatitis B virus core antigen epitopes presented by HLA-A2 single-chain trimers induce functional epitope-specific CD8+ T-cell responses in HLA-A2·1/Kb transgenic mice. Immunology 2007 121 (1), 105–112.

  • 19. Zaki Mel-S. et al. Molecular detection of transfusion transmitted virus coinfection with some hepatotropic viruses. Arch. Pathol. Lab. Med. 2006; 130: 1680-3.

  • 20. Zeiler T., Karger R., Slonka J., Ketschmer V., Radsak K. Introduction of anti-HBc testing of blood donors in Germany 2006. Transfusion Medicine 16 (6), 441–443.

  • 21. Behzad-Behbahani A. et al. Anti-HBc and HBV-DNA detection in donors negative for HBV surface antigen in reducing risk of transfusion. Indian J. Med. Res. 2006; 123: 37-42.

  • 22. Garcia-Montalvo BM, Farfan-Ale JA, Acosta-Viana KY et al. Hepatitis B virus DNA in blood donors with anti-HBc as a possible indicator of active hepatitis B virus infection in Yucatan, Mexico. Transfus Med 2005; 15:371-8.

  • 23. Chiavette JA, Escobar M, Newman A, et al. Incidence and estimated rates of residual risk for HIV, hepatitis C, hepatitis B and human T-cell lymphotropic viruses in blood donors in Canada, 1990-2000. CMAJ 2003; 169:767-73.

  • 24. Ministerio de Salud de Chile. Encuesta Nacional de Salud Chile 2003 (resumen ejecutivo Agosto 2004) Disponible en: http://epi.minsal.cl

  • 25. Kiely P, Stewart Y, Castro L. Analysis of voluntary blood donors with biologic false reactivity on chemiluminescent immunoassays and implications for donor management. Transfusion 2003; 43:584-90.

  • 26. Bouchardeau F, Girault A, Razer A et al. Sensitivity of hepatitis B virus DNA transcription-mediated amplification testing in hepatitis B surface antigen-positive blood donations. Transfusion 2006; 46:2047-52.

  • 27. Caspari G, Barbara JA. Anti-HEV in blood donors: what is test and what is virus? Vox Sanguinis. 2000; 78:198-9.

  • 28. Ocak S, Kaya H, Cetin M, Gali E, Ozturk M. Seroprevalence of hepatitis B and hepatitis C in patients with thalassemia and sickle cell anemia in a long-term follow-up. Arch Med Res. 2006 Oct; 37(7):895-8.

  • 29. Kleinman SH, Busch MP. Assessing the impact of HBV NAT on window period reduction and residual risk. J Clin Virol 2006; 36 Suppl 1:S23-S29.

  • 30. Mazokopakis E, Vlachonikolis J, Philalithis A, et al. Seroprevalence of hepatitis A, B and C markers in Greek warship personnel. Eur J Epidemiol, 2000; 16:1069-72.

  • 31. Tabor E. The epidemiology of virus transmission by plasma derivatives: Clinical studies verifying the lack of transmission of hepatitis B and C and HIV type 1. J. Med. Virol. 2006; 78: S43-S47.

  • 32. Al-Moslih MI, Perkins H, Hu YW. Genetic relationship of Torque Teno virus (TTV) between humans and camels in United Arab Emirates (UAE). J Med Virol. 2007 Feb; 79(2):188-91.

  • 33. Chu CJ, Hussain M, Lok AS. Hepatitis B virus genotype B is associated with earlier HBeAg seroconversion compared with hepatitis B virus genotype C. Gastroenterology 2002;122:1756-1762.

  • 34. Echevarria JM, Avellon A, Magnius LO. Molecular epidemiology of hepatitis B virus in Spain: identification of viral genotypes and prediction of antigenic subtypes by limited sequencing. J Med Virol 2005; 76:176-84.

  • 35. Helmy A. et al. Isolated antibody to hepatitis B core antigen in patients with chronic hepatitis C virus infection. World J. Gastroenterol. 2006; 12: 4406-10.

  • 36. McMahon BJ, Parkinson AJ. Clinical significance and management when antibody to hepatitis B core antigen is the sole marker for HBV infection. Viral Hep Rev 2000; 6:229-236.

  • 37. Mumtaz S, Rehman MU, Muzaffar M, et al. Frequency of seropositive blood donors for hepatitis B, C and HIV viruses in railway hospital, Rawalpindi. Pak J Med Res 2002; 41: 51-3.

  • 38. Alberti A, Clumeck N, Collins S, Gerlich W, Lundgren J, Palu G, et al. Short statement of the first European Consensus Conference on the treatment of chronic hepatitis B and C in HIV co-infected patients. J Hepatol 2005; 42:615-624.

 

 

Autor:

A.L González

Partes: 1, 2, 3
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente