Mientras, la economía de EEUU volvía a ofrecer malos datos económicos. Por un lado, la venta de viviendas usadas bajó el 2,2% en diciembre, al final de un año nefasto para el mercado inmobiliario, donde los precios han acusado su primer descenso en más de 40 años. La venta de casas cayó a 4,89 millones de unidades, la cifra más baja desde 1999. Además, el índice ISM mostró que la actividad industrial bajó, al pasar de 50,9 a 50,8 puntos".
– Acuerdo en EEUU para que la ayuda fiscal llegue también a las empresas (CincoDías.com – 25/1/08)
(Por A. B. Nieto / Nueva York)
"El coste del paquete fiscal temporal, según el principio de acuerdo ronda los 150.000 millones de dólares, en línea con lo que el presidente George Bush comprometió el viernes pasado (el 1% del PIB). De esa cantidad, aproximadamente 100.000 millones de dólares (67.700 millones de euros) se convertirán en cheques que tendrán que llegar a la casa de los ciudadanos que cobren menos de 75.000 dólares al año. El cheque de menor cuantía será de 300 dólares para los hogares que no lleguen a los ingresos mínimos que obliguen a pagar el IRPF. A quienes pagan impuestos les llegará un pago de 600 dólares y 300 más por cada hijo. En el caso de que en el hogar haya una pareja trabajando, el talón se eleva a 1.200 dólares si los ingresos conjuntos están por debajo de los 150.000 dólares anuales.
Este acuerdo es más ambicioso que el perfilado por Bush ya que incluye a 35 millones de familias trabajadoras que no pagan impuestos. Esto ha sido una de las condiciones impuestas por los demócratas que no estaban de acuerdo en sólo pagar a los contribuyentes. No obstante, este grupo político ha tenido que renunciar a su pretensión de incluir más cupones de alimentos para familias pobres y una mayor cobertura de paro.
El acuerdo, que ha de ser aprobado por el Senado (que suele ser más ambicioso que la cámara baja) antes de que sea firmado por Bush, prevé además deducciones por la inversión de capital este año y en el caso de pymes amplía las existentes para las amortizaciones. En total otros 50.000 millones de dólares (33.900 millones de euros). Los legisladores quieren además dar un respiro al mercado inmobiliario de las ciudades, el más caro, y ha elevado el límite hipotecario que pueden avalar las entidades semipúblicas, Fannie Mae y Freddie Mac, con lo que se puede dar un pequeño impulso a un sector del crédito que estaba prácticamente parado desde que explotó la crisis del crédito ya que nadie quiere conceder hipotecas sin este aval. El límite para avalar estas hipotecas estaba en 417.000 dólares y ahora sube a 725.000.
La presidenta demócrata de la Cámara, Nancy Pelosi, explicó ayer que este plan de estímulo temporal (un año) es el fruto de un acuerdo político de urgencia que se tendrá que volver a reactivar si las medidas resultan ser insuficientes. Pelosi, que estuvo acompañada en una rueda de prensa por el líder de los republicanos, John A. Boehner y el secretario del Tesoro, Henry Paulson dijo que estas medidas no la dejan "totalmente satisfecha". Pero admitió que con ellas se dinamizará el consumo y la actividad empresarial en una economía que vive una fuerte desaceleración y bajo la impresión de una recesión. Tras la presentación de este primer acuerdo, el presidente Bush compareció brevemente para asegurar que la economía de EEUU es sólida y tras este mal momento "continuará liderando el mundo".
Los números todavía no hablan de recesión pero los economistas no hacen más que barajar este escenario como posible y actual. Ayer el portavoz del FMI, Masood Ahmed, dijo que esta institución no prevé la recesión en EEUU este año aunque sí un crecimiento "por debajo del potencial", que es lo mismo que vienen diciendo los responsables económicos del Gobierno Bush y la Fed.
El FMI, tenía previsto hacer hoy una actualización de sus previsiones económicas pero ayer suspendió la presentación de estas cifras para poder calcular los efectos de lo ocurrido en los últimos días en los mercados".
– "Monolines", otro foco financiero de alto riesgo (ABC – 25/1/08)
"Después de las tristemente famosas hipotecas "subprimes" o de alto riesgo, cuyos impagos están en el origen de la crisis financiera y bursátil que estamos viviendo, ahora aparece otro término de ingeniería financiera, "monoline", que pese a ser desconocido para el público no tiene menos importancia en el devenir de los mercados financieros y bursátiles.
Las aseguradoras "monoline" son intermediarios especializados en asegurar paquetes de activos de otros agentes. Aseguran que estos activos mantendrán una calificación o "rating" alta (como la "triple A"), lo cual hace que valgan más y que se puedan colocar mejor en el mercado. Si estos activos pierden la calificación, las aseguradoras "monoline" deben hacer frente al pago que se haya estipulado.
Por ello, estas entidades financieras corren peligro de quiebra, pues han asegurado una gran cantidad de hipotecas con una calificación dudosa, y si las agencias de "rating" bajan la calificación de estos activos, las grandes indemnizaciones que tendrían que afrontar dificultarían su subsistencia".
– El regulador se lanza a rescatar a las aseguradoras de bonos (CincoDías.com – 25/1/08)
(Por Ana B. Nieto / Nueva York)
"Esta semana, una de las más complicadas para las Bolsas mundiales, no sólo deja tras de sí para los libros de historia financiera un rastro de volatilidad, drama, y nervios, también figurarán en las crónicas los nombres de ciertos individuos que están siendo claves en la evolución de esta crisis, para bien y para mal. Uno de ellos es el presidente del la Fed, Ben Bernanke, otro es el intermediario de Société Générale, cuyo papel cae necesariamente en la lista negra. El tercero es Eric Dinallo, un abogado de 44 años.
Dinallo es desde el año pasado el superintendente de seguros del Estado de Nueva York. Su oficina es crucial para la regulación del sistema financiero porque en el caso de los seguros la regulación es estatal y no federal y Nueva York tiene la mayor cartera del país a su cargo.
Dinallo llamó a capítulo el miércoles a los representantes de los mayores bancos de Wall Street. La cita, en su oficina de Manhattan, se incluyó en la agenda 24 horas antes y la urgencia respondía a la necesidad de orquestar una ayuda a las aseguradoras de bonos, los monolines, que hacen frente a una crisis capaz de provocar una cadena de efectos que profundicen aún más la crisis financiera. Los directamente afectados serían los bancos y los endeudados municipios.
La sola noticia de que ejecutivos de Citigroup, Merrill Lynch y Goldman Sachs, entre otras entidades, se habían reunido con Dinallo, impulsó al alza todos los índices de los mercados en EEUU apenas a una hora de un cierre que se preveía negativo. El Dow cerró con una ganancia de casi 300 puntos cuando llegó a caer otros 300. El superintendente pidió a la banca que encuentre una solución para estas entidades que aseguran deuda y que puede pasar por una inyección de capital de 15.000 millones de dólares. Sus acciones se dispararon.
El problema con los monolines es que además de asegurar deuda extremadamente sólida, 2,4 billones de dólares de bonos municipales, en los últimos años han garantizado también CDO con la carga tóxica que traían las hipotecas subprime. Ahora estos monolines, MBIA y Ambac son los mayores, están bajo la amenaza de perder la triple A por parte de las agencias de crédito y esto perjudica a ellos y a sus avalados. Los bancos podrían tener que volver a ajustar a la baja el valor de sus activos.
Para Dinallo el salto en escena no sólo era necesario por la salud del sector sino también por el futuro del mercado de los bonos municipales con los que los municipios sufragan las infraestructuras. Pero además el superintendente es conocido por ser un hombre que raramente se queda quieto.
Dinallo trabajó desde 1999 hasta 2003 con el fiscal general del Estado de Nueva York, Eliot Spitzer. Era uno de sus más eficientes empleados y en 2002 fue el autor de la comprensiva lista de violaciones cometidas por la banca de Wall Street en la época de la burbuja puntocom. Su definitiva entrada en el sector financiero vino de la mano de Morgan Stanley quien le puso al frente de su división de regulación. Después pasó a Willis, un intermediario de seguros al que Spitzer puso contra las cuerdas tiempo antes. Spitzer es desde el 1 de enero del año pasado gobernador de Nueva York y llamó a su antiguo colaborador para nombrarlo superintendente de seguros.
Ayer en Wall Street se empezaba a comentar si no habría saltado muy pronto e innecesariamente a la pista. El rumor es que los bancos, pese a lo que les puede ir en ello, no quieren poner más dinero, y que el capital riesgo estaba tanteando entrar en el sector aprovechando el bajo coste de estas entidades. Al cierre de esta edición, la oficina del superintendente sólo dijo que el acuerdo podría tomar tiempo, cuando se esperaba una acción rápida. La acción de Dinallo, como la del resto de los protagonistas de esta semana, se tiene que juzgar cuando pase el tiempo.
En Wall Street
1. Licenciado por la Universidad de Nueva York trabajó en el bufete Paul, Weiss, Rifkin, Wharton & Garrison y entre 1995 y 1999 con el fiscal de distrito de la ciudad.
2. Eliot Spitzer fue su jefe entre 1999 y 2003 y con él hizo una inmersión en los delitos de cuello blanco en Wall Street.
3. Morgan Stanley le contrató en su departamento de regulación y luego lo hizo Willis.
Un bróker rápido para situaciones de rápida solución
Larry Silverstein y Warren Buffett conocen bien a Eric Dinallo. El primero es el inmobiliario a cargo de la zona cero de Nueva York. Fue Dinallo el que puso fin a la pelea entre Silverstein y las aseguradoras que iban a tardar años en dar al inmobiliario lo que le debían tras los atentados del 11S. Este abogado zanjó el asunto con un acuerdo para que el dinero le llegara en un mes.
El inversor Buffett también le conoce porque a finales del año pasado llamó al encargado de seguros de Berkshire Hathaway para que entrara en el negocio de los bonos".
– El Ibex 35 recupera la calma con la mayor subida de su historia (Negocios.com – 25/1/08)
"Madrid.- El mercado bursátil está loco, cual vaivén. El pasado lunes, el pánico se apoderó de los inversores y las bolsas mundiales -a excepción de la de EEUU que cerraba por festividad- registraban caídas históricas en un "día negro" que provocó las más agoreras previsiones y reacciones. EL selectivo español cedió aquel día un 7,5% perdiendo ampliamente la cota de los 13.000 puntos.
Hoy, tres sesiones después, el Ibex 35 vuelve a marcar cifras históricas, pero esta vez con la tortilla vuelta. El índice acabó la jornada con un repunte del 6,95%, el mayor desde su creación en 1992, y cerró en el nivel de los 13.100 puntos que, si bien no le permite estabilizarse sí le deja levemente recuperado, sobre todo en un momento inesperado por las permanentes sospechas de crisis y recesión que arrecian sobre la mayor economía del mundo, la de Estados Unidos.
Mañana la bolsa madrileña cerrará una semana llena de contrastes. Al hundimiento absoluto del lunes le siguió un discreto y poco esperanzador repunte el martes (+1,69%). Ayer, miércoles, volvió de nuevo por la senda del pánico y retrocedió nuevamente, un -4,56%, tras anunciar Trichet que no secundará a la Fed en la rebaja del precio del dinero.
La calma parece haber llegado a la Bolsa española después de que Wall Street terminase ayer en positivo y hoy continúe con ligeras subidas y después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) asegurase hoy que no prevé que se vaya a producir una recesión económica en Estados Unidos…
En Europa, los principales indicadores cerraron la sesión con fuertes ganancias. En concreto, París terminó con una subida del 6,04%, seguido de Francfort (+5,93%) y Londres (+4,75%)"…
– La Bolsa de Tokio registra su mayor avance desde marzo de 2002 (Reuters – 25/1/08)
"Tokio (Reuters).- La Bolsa de Tokio finalizó con alza del 4,1 por ciento el viernes, registrando su mayor subida desde marzo de 2002, alentada por los valores financieros ante noticias de un posible plan de saneamiento para la aseguradora estadounidense Ambac, especializada en seguros para emisiones de renta fija.
Mizuho Financial Holdings, el segundo banco japonés, ganó casi un 11 por ciento, mientras las empresas exportadoras se beneficiaron del repliegue del yen. El Índice Nikkei cerró con alza superior a los 500 puntos a 13.629,16, mientras el más amplio Topix subió un 4,7 por ciento a 1.344,77 puntos".
Menos pánico, pero la misma volatilidad
Las Bolsas, el lunes (21/1) en Europa, cayeron a traición; en una jornada festiva en Wall Street y sin que hubiera aparentemente una razón que justificara de buenas a primeras un desplome de ese cariz. Es cierto que los mercados venían tocados desde que estalló la crisis subprime en verano y que las señales de recesión económica en Estados Unidos se habían incrementado. Pero no se produjo ningún acontecimiento puntual que desatara (en su caso) la mayor caída de la historia del Ibex, un 7,54% nada menos.
Mientras los analistas técnicos buscaban un suelo para los índices, los inversores miraban hacia Estados Unidos en busca del maná que debía sacar del atolladero a unas Bolsas presas del pánico y la volatilidad. Y llegó de la mano de la Reserva Federal, que de una tacada rebajó los tipos tres cuartos de punto y de manera extraordinaria, además.
Los grandes bancos de inversión aplaudieron la medida mientras en sus informes barajaban el momento y la magnitud del rebote que debía producirse a continuación; no sin subrayar, eso sí, que las rebajas de tipos no son suficientes por sí solas para evitar la recesión y la entrada en un mercado bajista en toda amplitud.
Y el rebote llegó, aunque con un día de retraso. Wall Street se dio la vuelta el miércoles, a última hora, espoleado por el anuncio de un plan para rescatar a las compañías aseguradoras de bonos, las "monolines", de la quiebra. Y entonces, sí, el mercado rebotó. Las Bolsas europeas amanecieron el jueves a todo gas y el Ibex 35 cerró con una subida del 6,95%, la mayor de su historia.
Lo que prueba el grado de sensibilidad de los inversores, cuyos nervios, a flor piel, han convertido esta semana en un compendio de hitos bursátiles que quedarán para los libros de historia. ¿Será un rebote duradero? Esa es una pregunta que nadie se aventura a contestar, a la vista de lo enloquecido que está el mercado. Porque más allá de ser ésta una semana de récords al alza o a la baja, ha sido la semana de la volatilidad, lo cual es sinónimo de riesgo.
De momento, el balance de las últimas cuatro sesiones arroja una caída para el Ibex del 4%, frente a una subida del S&P 500 algo superior al 1%. Con el rebote de ayer, Europa ha logrado cerrar en parte una brecha que se creó con Estados Unidos; brecha, por cierto, que abrió Société Générale el lunes cuando vendió futuros de manera masiva para cerrar las posiciones abiertas por un broker saboteador llamado Jerôme Kerviel (otro nombre para la historia).
Otra pregunta que queda en el aire es sobre la actuación de la Reserva Federal; es decir, ¿actuó movida por la caída de las Bolsas o porque realmente observa un peligro serio de recesión económica? ¿Estaría justificado lo primero cuando parece que el desencadenante fue el cierre masivo de posiciones por parte de un banco de inversión? ¿Volverá a ser tan agresiva en la reunión ordinaria de la última semana de enero?
Con rebote o sin él, los analistas lo tienen claro. Hay preguntas aún sin respuesta y queda volatilidad para rato.
Sobre que éramos pocos… parió el "broker" (¿La resurrección de Leeson o El Gran Farol II?)
La noticia que sigue puede parecer fuera de contexto, pero no es así. En mi criterio es "más de lo mismo", tiene idéntica "etiología". Es otro síntoma, de la misma enfermedad. Por eso, ruego que me disculpen por desarrollarla con amplitud y énfasis. Es la "última" prueba, suficiente (necesaria?), para constatar que el Rey "está desnudo".
- Banco francés pierde US$7.000 millones (BBCMundo.com – 25/1/08)
"El banco francés Société Générale, uno de los mayores de Europa, anunció que descubrió un fraude interno "excepcional" que le va a costar más de US$7.000 millones. El banco dijo que el fraude lo llevó a cabo un solo operador bursátil. Según informes, el banquero, cuyo nombre no se ha dado a conocer, trabajaba en la división financiera y de inversiones de Société Générale en París y se dedicaba a la cobertura de futuros sobre índices bursátiles europeos.
El banco explicó que el fraude ocurrió a fines del año pasado y entre el 19 y el 20 de enero de 2008. Société Générale dijo que ya le informó al banco central de Francia sobre el posible alcance del fraude. "Se le comunicó inmediatamente a la Banque de France el descubrimiento de esta malversación y sus consecuencias", dijo Société Générale, en un comunicado.
Por la crisis
En rueda de prensa este miércoles, el presidente de la entidad Daniel Bouton (quien ofreció su renuncia, aunque no le fue aceptada) dijo que el fraude fue descubierto luego de la crisis en los mercados financieros de la semana pasada, la cual obligó al corredor a cerrar sus posiciones fraudulentas. Bouton insistió en que el fraude fue cometido por un solo empleado y que lo disimuló a través de "un elaborado montaje de transacciones ficticias" y gracias a su "profundo conocimiento de los procedimientos de control" del banco.
La entidad bancaria indicó que el operador no les había comunicado a sus superiores las posiciones que había tomado en los mercados. Tanto el corredor como sus jefes inmediatos serán despedidos.
"No hay controles"
Francisco Álvarez Molina, ex vicepresidente de la Bolsa de París y actual presidente de la consultora financiera española ética, le dijo a BBC Mundo que el fraude en Societé Générale "demuestra que no hay controles suficientes". "Hay huecos de supervisión que aparecen y hay que corregir", señaló. El experto manifestó su sorpresa porque esto haya ocurrido en Francia, donde la Autoridad de Mercados Financieros (MEF) aglutina la supervisión de empresas de servicios de inversión, como los bancos, y de las empresas que cotizan en bolsa.
En otros países como España, explicó Álvarez Molina, esas tareas de control están en manos de dos entidades separadas. De esa manera, "descubrir ciertos circuitos es más difícil" porque cada una carece de información tan completa como la que recibe la MEF francesa.
¿Dónde está el dinero?
Este jueves, las acciones del banco fueron suspendidas por varias horas para su intercambio en la bolsa de París. Cuando volvieron a abrir lo hicieron a la baja. A los 20 minutos perdía 5,41%. El banco central de Francia anunció la apertura de una investigación.
Hablando para el canal de televisión France 24, el analista Christian Stoffaes dijo que el problema había sido de "control interno" en el banco. Stoffaes agregó que este fraude no tiene que ver con el clima financiero actual del mundo, pero que puede incrementar la desconfianza que existe en el público hacia las entidades bancarias.
Acto seguido Stoffaes dijo: "La siguiente pregunta es ¿qué hizo con ese dinero?".
Baring
Un fraude similar, por un monto mucho menor, provocó el colapso del banco británico Barings en los años 90. En 1995, el corredor de bolsa Nick Leeson perdió más de mil millones de dólares invirtiendo en el índice Nikkei de Japón. El caso fue tan famoso (el banco desapareció a los pocos meses, fue vendido simbólicamente por una libra esterlina) que incluso inspiró una película, Rogue Trader (el Gran Farol), protagonizada por Ewan McGregor
En 2002, el Allied Irish Bank perdió US$750 millones en Estados Unidos cuando fallaron sus controles internos".
– Un empleado inexperto pone en peligro al tercer banco galo (Negocios.com – 25/1/08)
"Madrid.- Una vez más, y ya van unas cuantas, una acción supuestamente fraudulenta de un empleado ha hecho tambalear una gran entidad financiera internacional. Jérôme Kerniel, un operador de bonos de apenas 30 años que trabajaba en el banco desde el año 2000 y que ocupaba ese puesto desde mayo de 2006, provocó unas pérdidas de 4.900 millones de euros en el tercer banco francés, Société Générale (SG), por superar los límites permitidos en futuros sobre índices bursátiles europeos.
El resultado de tan "brillante" gestión es la suspensión durante media mañana de la cotización, la fuerte caída superior al 4% -el único del CAC que ha tenido comportamiento negativo-, una acción de salvamento diseñada por el Banco de Francia y que consiste en que las entidades financieras más importantes garanticen la suscripción de una ampliación de capital de 5.500 millones y una demanda por estafa y otros delitos ante la fiscalía de París por parte de un centenar de accionistas de SG.
El presidente de Société Générale, Daniel Bouton, presentó ayer su dimisión, que no le ha sido aceptada por el consejo. Pero Bouton y su número dos, Philippe Citerne, han renunciado al bonus de 2007 y 2008 y el presidente, a su sueldo fijo "al menos" durante el primer semestre de este año.El operador acusado del fraude y toda su línea jerárquica han sido obligados a dejar el banco.
Una investigación interna de SG y otra de la Comisión Bancaria determinarán "qué es lo que no funcionó" y cuáles son las responsabilidades de cada uno en este fraude. El propio gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, reconoció que se habían realizado 17 controles sobre SG entre 2006 y 2007, sin que se descubriera nada de esta "inimaginable y extremadamente grave" situación.
La trama
Bouton explicó ayer que, tras descubrir el pasado fin de semana que uno de sus operadores de mercados les había expuesto a riesgos que han costado al banco francés 4.900 millones de euros, lo prioritario era cerrar todas sus posiciones en los mercados, algo que se hizo entre el lunes y el miércoles, para evitar la multiplicación de las pérdidas. El problema es que la crisis bursátil de estos días no ha ayudado precisamente a resolver el problema. Por ello, lleva los 4.900 millones a pérdidas, lo que complica aún más las cuentas de 2007, que incluyen provisiones de 2.050 millones por las subprime.
El presidente de SG admitió que, tras ser interrogado por la dirección, a Karvey se le dejó ir y "ahora no se sabe dónde está".
Sí anunció la presentación contra este operador de una denuncia por falsificación e intrusión informática, entre otros cargos. La investigación interna de SG señala que este empleado, que llevaba en el banco desde el año 2000 y que ocupaba el puesto de operador de mercados en París desde mayo de 2006 y que en 2007 tuvo una remuneración total inferior a los 100.000 euros, actuó totalmente solo.
Kerviel, según Bouton, adoptó posiciones "fraudulentas" en futuros sobre índices bursátiles europeos el año pasado y a comienzos de 2008 que iban "mucho más lejos de los límites débiles que se le habían atribuido", algo que pudo disimular con "un montaje elaborado de transacciones ficticias" gracias a "su conocimiento profundo de los procedimientos de control" existentes en el grupo. Más detalles se conocerán tras la investigación.
"Absolutamente sano"
Para evitar que ese caso salpique al sector, el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, ha asegurado que SG "es un banco que está absolutamente sano" y que "al margen de este fraude, tiene una rentabilidad muy elevada". SG "es tan sólido como antes". Noyer ha resaltado que SG lanzará en las próximas semanas una ampliación de capital de 5.500 millones de euros que ha sido garantizada en su totalidad por otras entidades financieras. La aseguradora Groupama, que tiene el 3,5% de SG, se ha apresurado a anunciar que acudirá a la ampliación y que no descarta suscribir más acciones.
Por su parte, BNP Paribas, uno de los competidores de SG -al que lanzó hace unos años una fracasada opa hostil- ha precisado que el proceso de elaboración de sus cuentas de 2007, que hará públicas el 20 de febrero, "se desarrolla de forma satisfactoria".
– Jérôme, el bróker de Société, que hundió los mercados (CincoDías.com – 25/1/08)
(Por Miguel M. Mendieta / Ana Perona / Fernando Martínez)
"Jérôme Kerviel, de 31 años, pasará a la historia como el más nefasto empleado de banca. El "fraude masivo" que puso en marcha este operador del mercado de futuros de Société Générale (SG) ha causado pérdidas de 4.900 millones de euros a la entidad para la que trabajaba. Sus acciones han contribuido, además, a acelerar la caída de los mercados bursátiles de toda Europa, que entre el lunes y miércoles llegaron a acumular pérdidas medias superiores al 10%.
El veterano presidente de SG, Daniel Bouton, trató ayer de explicar, ante cientos de periodistas, cómo un trader treintañero que fue identificado posteriormente por fuentes de la entidad ha podido desencadenar la situación más crítica de la historia reciente de la entidad. No fue fácil. Los "terribles acontecimientos vividos", en palabras de Bouton, comenzaron cuando Kerviel creó "una empresa paralela y oculta a todos los controles internos" para invertir por su cuenta en los mercados de futuros.
Las apuestas fraudulentas de Kerviel se iniciaron en 2007. En los primeros meses, sus inversiones "llegaron a tener beneficios", explicó el apesadumbrado presidente de SG. El juego se torció con la caída de los mercados. Según Bouton, durante la tarde del pasado viernes, "un error del "operador" hizo que el banco detectara el engaño, "pero ya era demasiado tarde".
El irresponsable operador había tomado posiciones sobre futuros de índices bursátiles europeos. Y su apuesta era que éstos subirían. De acuerdo con estimaciones de varios analistas, Kerviel llegó a aceptar un volumen global de contrapartidas de 30.000 a 40.000 millones de euros. "Todo el mercado apostaba contra Société", comentó Botuon.
"Cuando descubrimos el fraude, la posición ya era perdedora, pero lo peor vino después. Mientras tratábamos de deshacer esa posición el lunes y martes, se produjeron fuertes caídas bursátiles el índice Euro Stoxx 50 se desplomó en esos dos días un 9,5% y el Ibex registró la peor sesión de su historia, con un descenso del 7,54% en la jornada del lunes lo que nos causó terribles pérdidas".
Un bróker de segunda fila
Dos de los aspectos más llamativos de este descalabro son el puesto y las motivaciones de Kerviel. El propio presidente de SG explicó que era un "empleado estándar" de la sala de mercados y cobraba "menos de 100.000 euros al año, con bonos incluidos". Ingresó en el banco en 2002, después de haber cursado un máster en finanzas en la universidad Lumiére de Lyon. Hasta hace dos años se encargaba de labores administrativas, pero en 2005 fue promocionado a un puesto que le daba acceso a operaciones de cierta cuantía.
De acuerdo con fuentes de la entidad, Kerviel aprovechó su conocimiento de los sistemas de control del banco que habría adquirido en su anterior puesto. El intermediario habría usado una "inteligente" estructura de "transacciones ficticias" para camuflar las verdaderas operaciones. Preguntado sobre por qué actuó así, el presidente de SG, Jean Pierre Mustier, comentó que lo hizo "con mala intención" y que "probablemente no era consciente de las repercusiones de sus actos".
Estas repercusiones han sido, por el momento y además de los 4.900 millones citados, suficientes para encender la chispa de la mayor caída de la historia del Ibex y contribuir a una histórica bajada de emergencia de los tipos en EEUU. Aunque el sesgo bajista de la Bolsa venía creciendo desde el verano, la actuación de Société para mitigar el riesgo contraído por Kerviel desató el pánico, pues supuso colocar en el mercado una masiva cantidad de títulos a la venta. De hecho, el mercado español de derivados MEFF llegó a colapsarse aquella mañana cuando las órdenes de venta de futuros se encontraron con que no había contrapartida. Las posiciones compradoras desaparecieron a las 12.55 durante algo más de un minuto, acelerando el desplome de los futuros.
Para expertos del mercado consultados, y partiendo de la cifra de pérdidas publicada por SG, las cuentas encerrarían posiciones abiertas en derivados equivalentes a un rango de 600.000 a 650.000 contratos de futuros sobre el índice Euro Stoxx. En el lunes negro, el mercado Eurex de derivados negoció cuatro millones de contratos de futuros sobre índices, lo que da una idea de los estragos que pudieron provocar un movimiento de tal calado en una jornada muy complicada. Otro factor clave es el efecto multiplicador. "Los inversores interpretaron que las pérdidas del lunes y el miércoles fueron algo artificiales, provocadas por el bróker de Société Générale, y hoy por ayer se han lanzado a comprar. Probablemente Europa haya caído también más que EEUU por eso", explica Javier Barrio, de BPI. "Es típico de los mercados que cuando hay algún movimiento extraño se vende primero y se pregunta después", apunta Carlos Llorente, de Finanduero.
Una vez que las operaciones fueron descubiertas, varios directivos de Société entrevistaron a Kerviel. éste cooperó con ellos para detectar las posiciones fraudulentas. El banco ha despedido al trabajador y va a presentar una denuncia por falsificación de documentos, suplantación de personalidad y otros delitos. El presidente de SG reconoció ayer que desconocía el paradero de Kerviel. Un grupo de 100 accionistas ya han anunciado que iniciarán acciones legales contra el banco.
El Banco de Francia ha iniciado una investigación, aunque ayer su presidente, Christian Noyer, señaló que estuvo informado de la situación y respaldó a SG. Dado el alto grado de comuniciación entre los bancos centrales, ayer muchos se preguntaban sobre la decisión de la Reserva Federal de bajar los tipos 75 puntos básicos a la luz del crac europeo. "Los últimos indicadores de la Fed están muy lejos del nivel de alerta de recesión. ¿Saben algo que el resto desconocemos? Más bien parece que se han dejado llevar por el pánico de los mercados", apunta Simon Ward, economista jefe de New Star. La Fed respondió ayer que desconocían los problemas de Société Générale antes de actuar pero aseguraron que están satisfechos con su decisión, basada en la inestabilidad de los mercados y la debilidad de la economía de EEUU.
Unos sofisticados controles internos
Cerca del 80% del fraude que padecen las entidades procede de sus propios empleados. Son conscientes de ello y, por eso, tienen establecidos unos controles internos muy estrictos para detectar cualquier anomalía. Cada cierto tiempo, se realizan auditorías internas para prevenir actuaciones ilícitas, a lo que se suman inspecciones periódicas que se rigen por el sistema de doble chequeo. éste consiste en llevar a cabo la comprobación de las posiciones asumidas por cada bróker, para posteriormente volverla a revisar. En algunos bancos incluso se obliga a disfrutar de 15 días de vacaciones ininterrumpidos, ya que se estima que si alguno de los empleados intenta esconder un fraude es suficiente tiempo para desmontarlo. Pero, además, la actividad diaria de los brokers está sometida a una permanente vigilancia. Están obligados a reflejar, en la conocida boleta, sus posiciones de compra y venta, apuntes que son supervisados por el middle office. Si existe algún descuadre en las operaciones o se rebasan los límites autorizados, la alarma salta de inmediato en el sistema. Por eso, en el sector financiero no dan crédito a que una sola persona haya sido capaz de saltarse todos estos controles y generar pérdidas millonarias.
El banco perdió 2.100 millones en hipotecas
Las colosales pérdidas sufridas por Société Générale debido a inversiones no autorizadas de uno de sus operadores bursátiles han obligado al banco francés a poner en marcha una ampliación de capital por 5.200 millones de euros. La entidad, que además ha reconocido unas pérdidas de 2.100 millones de euros ligadas a créditos de alto riesgo en Estados Unidos, apelará al mercado para recomponer su balance.
El presidente de SG, Daniel Bouton, explicó ayer que con esta inyección de fondos espera aumentar el ratio de solvencia del banco del 6,7% actual al 8%, antes de que concluya el ejercicio. La operación estará respaldada por JPMorgan y Morgan Stanley.
Las pérdidas generadas por los créditos subprime y el "fraude masivo" del operador de Bolsa han hecho añicos el beneficio de SG en 2007. Ganará entre 600 y 800 millones de euros, frente a los 5.200 millones registrados en 2006. Daniel Bouton ha presentado su dimisión al consejo de administración, pero no ha sido aceptada al considerar que él era "la persona idónea para reconducir la situación".
El gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, tras ordenar abrir una investigación sobre el fraude, salió ayer en defensa de SG, "un banco perfectamente sano, extremadamente sólido y extremadamente competente". Noyer se mostró "completamente tranquilo" sobre este asunto.
Este escándalo ha supuesto un duro golpe para la firma gala, líder mundial en el negocio de derivados. El presidente, Daniel Bouton, ha asumido su parte de culpa y, además de no cobrar la remuneración variable de 2007 y algunos bonus de otros ejercicios, explicó que renunciará a su sueldo hasta junio de 2008.
Tras conocerse las malas noticias, los títulos de la entidad cayeron un 4%, y acumulan en la semana un desplome del 11%. Algunos analistas y bancos de inversión ya especulan sobre el interés de su rival BNP Paribas por lanzar una opa.
El desastre, paso a paso
1 Jérôme Kerviel, un joven universitario formado en Lyon, comienza su andadura en SG en 2002 en el departamento de back office, donde se realizan las operaciones de liquidación y compensación, el cálculo de los precios liquidativos al inicio y cierre de las sesiones y la supervisión de la negociación. Eso le permite obtener un conocimiento profundo de los mecanismos de funcionamiento y control interno de SG.
2 Empieza el fraude. En 2005, Kerviel es traspasado al front office donde comienza a hacer operaciones financieras con derivados plain vanilla, el tipo más sencillo de futuros. Por razones aún no aclaradas por completo, empieza a tomar fuertes posiciones en derivados de índices europeos. Su operativa excede con mucho las competencias que le han asignado, pero el operador es capaz de tejer "una inteligente infraestructura de transacciones ficticias", para lo que no dudó en crear una sociedad paralela y utilizar claves de sus antiguos colegas del back office. Con los mercados hacia arriba, sus operaciones en derivados dan beneficios.
3 Operar en derivados no requiere depositar todo el dinero que está en juego. Sólo se pide una garantía, como una suerte de fianza, y una cuenta en la que diariamente se van liquidando las pérdidas y ganancias. Es un asunto manejable cuando todo marcha bien, pero cuando los futuros empiezan a caer, se convierte en una sangría de dinero.
4 Un error en el control de riesgos deja a Kerviel al descubierto el viernes pasado. El trader es sometido a un interrogatorio de su propia empresa y se muestra colaborador y revela cuáles son las contrapartidas de sus posiciones.
5 El banco descubre desorbitadas apuestas alcistas sobre la Bolsa, y decide liquidarlas para eliminar el riesgo en un mal momento de mercado. Para ello tiene que vender tantos futuros como compró Kerviel, lo que colapsa el mercado de futuros y arrastra a la Bolsa a una espiral bajista.
6 La "mala intención". Dañar a la compañía, demostrar la fragilidad del sistema… SG atribuye a Kerviel, que no se hizo millonario "mala intención". Pero eso no se supo hasta ayer. Entre el lunes y el miércoles, SG cerró, todo lo silenciosamente que pudo, las posiciones abiertas por el broker rebelde. El resultado final: 4.900 millones en pérdidas.
– Un operador causa pérdidas históricas en banco francés (The Wall Street Journal -online- 25/1/08)
(Por David Gauthier-Villars en París; Carrick Mollenkamp y AlistairMacDonald en Londres)
"La lista de los villanos de la banca internacional tiene una nueva estrella: el operador parisino Jerome Kerviel, de 31 años. En una de las revelaciones más chocantes del mundo financiero, el banco francés Société Générale anunció que Kerviel había causado pérdidas por 4.900 millones de euros (US$ 7.200 millones) al realizar enormes transacciones no autorizadas, las que logró ocultar durante meses al intervenir las computadoras.
Las pérdidas para el segundo mayor banco de Francia superan con creces las que sufrió el banco británico Barings en 1995 debido a fallidas apuestas del trader Nick Leeson, las que provocaron pérdidas por US$ 1.300 millones y la bancarrota de la institución.
La debacle obliga a Société Générale a recaudar 5.500 millones de euros, US$ 8.000 millones, en capital fresco de sus accionistas. Según analistas, la magnitud de las pérdidas y los frenéticos esfuerzos del banco en las últimas 72 horas para deshacer muchas de las operaciones fallidas de Kerviel, podrían haber contribuido a la enorme volatilidad que ha sacudido los mercados europeos esta semana. Société Générale se une ahora al club conformado por Citibank, Morgan Stanley y otras instituciones que están en busca de apuntalar su capital.
Un operador común
Después de descubrir las transacciones, parecía que el banco francés había perdido el rastro de Kerviel. En una conferencia de prensa realizada ayer, altos ejecutivos del banco dijeron que no le habían hecho un seguimiento a Kerviel después de interrogarlo el sábado sobre las operaciones. Pero más tarde se supo que el operador había pasado gran parte de la semana con su abogado. El banco entabló una queja formal con los fiscales franceses.
Los detalles preliminares, los relatos de ejecutivos y las revelaciones financieras del propio banco pintan el cuadro de un trader común y corriente que utilizó medios extraordinarios para engañar el propio sistema del banco y ocultar sus transacciones. El banco ahora trata de limpiar la senda de destrucción, pero sus ejecutivos realmente no saben cuáles pudieron ser los motivos que movieron a Kerviel.
"Era mentalmente débil", afirmó el presidente ejecutivo de Société Générale, Phillippe Citerne. "No tengo ni idea por qué lo hizo".
Según funcionarios del banco, Kerviel era un corredor de bajo rango cuyo trabajo era hacer apuestas sobre el desempeño de los grandes índices bursátiles europeos. Kerviel recibía un sueldo de unos 100.000 euros al año (antes de impuestos). Su área de competencia era realizar transacciones con canastas de acciones, como el Euro Stoxx 50.
Pero a mediados del año pasado, Kerviel comenzó a hacer grandes apuestas, afirman ejecutivos del banco. Usando futuros de los índices europeos, realizó apuestas no autorizadas a que los mercados europeos continuarían en alza. Según funcionarios de Société Générale, el operador sorteó exitosamente los controles de la entidad, debido a que conocía de cerca el sistema interno del banco donde se procesan y monitorean las transacciones.
Al comienzo le fue bien a Kerviel y según Citerne hacia fines del año pasado estaba ganando dinero. Pero cuando retornó a su escritorio después de las fiestas de fin de año, el mercado se volvió en su contra. El índice CAC 40 de la Bolsa de París, por ejemplo, comenzó una fuerte caída en enero. Eso significó grandes pérdidas para Kerviel.
Aunque el trader trató de borrar sus huellas en las últimas semanas, el esquema quedó al descubierto el viernes pasado. Según una fuente al tanto, Kerviel hizo un movimiento en falso y se activaron los sistemas de alerta del sistema computacional del banco.
El presidente de Société Générale, Daniel Bouton, no quiso brindar detalles sobre las apuestas concretas que el operador realizó durante los últimos meses. Pero advirtió que "si no hubiéramos actuado con rapidez, la pérdida podría haber sido 10 veces mayor". Fuentes cercanas dicen que todas las posiciones en conjunto de Kerviel tenían un valor de unos 50.000 millones de euros, unos US$ 73.000 millones.
¿Falta de seguridad?
El colapso del sistema de evaluación de riesgo de Société Générale probablemente renueve las dudas sobre la capacidad de los bancos para monitorear a nivel global el riesgo de mercado que se ha instalado en los últimos seis meses. La manipulación de los sistemas computacionales ha sido clave en varios desfalcos parecidos. En 2003, el operador John Rusnak fue sentenciado a 7 años y medios de cárcel por encubrir pérdidas de US$ 691 millones en Allfirst Financial Inc. Según su sentencia, Rusnak convenció a los empleados de soporte técnico y administrativo de que no necesitaban verificar las operaciones de divisas. También los persuadió de ingresar transacciones falsas o ficticias al sistema computacional del banco.
La crisis de las hipotecas de alto riesgo en EEUU puso de manifiesto el hecho de que los sistemas de riesgo de los bancos no estaban configurados apropiadamente para medir el nivel de impagos de los prestatarios y el impacto que esas pérdidas podrían tener sobre instrumentos de deuda respaldados por valores hipotecarios.
La revelación de las transacciones fraudulentas dejó en la sombra el hecho que Société Générale reportó rebajas contables de 2.050 millones de euros en el cuarto trimestre para cubrir su exposición al mercado hipotecario.
Los ejecutivos del banco francés están preocupados sobre los efectos que este escándalo podría tener sobre los mercados financieros globales, los que ya se encuentran en una posición frágil. Pese a que Société Générale asegura que se enteró por primera vez el sábado de lo que denominó "masivas posiciones direccionales fraudulentas", el banco esperó seis días antes de revelar públicamente la noticia de las pérdidas. Eso le permitió deshacer muchas de las apuestas y evitar pérdidas aún mayores. Un alto ejecutivo sostuvo que el silencio se mantuvo con el fin de evitar filtraciones que podrían impactar a los mercados".
– Leeson: "Kerviel sintió lo mismo que yo" (BBCMundo.com – 26/1/08)
"El fraude de Jerome Kerviel, le costó al banco francés Sociéte Génerale unos US$ 7.000 millones, quizás incluso más, aunque nunca llegó a quebrar la entidad financiera, algo que sí le pasó al banco británico Barings con el notorio caso de Nick Leeson.
En 1995 Leeson dirigía, desde la sede de Barings en Singapur, las operaciones de futuros del banco en los mercados asiáticos. Con sus transacciones ocultas provocó pérdidas de US$ 1.300 millones, lo que acabó con las reservas en efectivo del Barings. Este fraude le costó a Leeson cuatro años de cárcel y, a su banco, la quiebra.
Nick Leeson que ahora es jefe ejecutivo de un club de fútbol irlandés, habló en exclusiva a la BBC sobre su propia experiencia y sobre cómo se sintió Jerome Kerviel cuando se descubrió el fraude. "Lo primero que sentí cuando supe de este caso, no fue necesariamente conmoción de que una cosa como esta sucediera nuevamente, porque las operaciones arriesgadas de este tipo es algo que pasa diariamente en los mercados financieros". "Lo que me impactó fue la cantidad que se llegó a perder", aseguró Leeson a la BBC.
De hecho, se dice que el joven francés Jerome Kerviel, provocó pérdidas cuatro veces mayores a las que en su tiempo causó Leeson al banco Barings. Sin embargo, lo que se preguntan muchos es cómo este tipo de fraudes pueden volver a suceder.
Casos idénticos
Cuando el fraude de Nick Lesson fue descubierto en 1995, los bancos aseguraron que ya sabían como este corredor de bolsa había conseguido burlar la institución financiera, afirmaron que se habían cerrado los agujeros, los vacíos que existen en el sistema del banco. Sin embargo, para Leeson pocas cosas han cambiado desde aquel entonces, y asegura que este caso es idéntico al suyo. "Lo que pasó al banco Barings en 1995, lo que le sucedió al Allied Irish Bank dos años más tarde, y después lo que pasó con el Banco Nacional de Australia, y ahora a Sociéte Génerale son casos idénticos", afirmó este ex corredor de bolsa.
Y es que a su juicio, "no se han cerrado los agujeros que existen en el sistema de los bancos para que esto sea posible. Yo creo que si uno mira lo que intentan hacer los bancos verá que sólo se concentran en hacer dinero, no en protegerlo". Y a pesar de que continuamente se trata de mejorar los sistemas que utilizan los corredores de bolsa, Nick Leeson asegura que "no se pone demasiada atención en las áreas donde se encargan del manejo de riesgo o en el departamento de quejas, que son las áreas donde se puede controlar el dinero".
éxito y temor
Este escándalo no sólo se asemeja al de Nick Leeson en la manera cómo se provocó, sino en cómo se sintieron ambos corredores de bolsa personalmente. De hecho, el mismo Leeson aseguró a la BBC "Kerviel sintió lo mismo que yo". "Lo que yo quería, y estoy seguro que es lo mismo que quiso este joven, es éxito. Y probablemente el temor más grande que tuvo fue el fracaso", dijo Nick Leeson.
"Probablemente cuando en un principio él (Jerome Kerviel) se encontró ante esta situación tuvo miedo, después consiguió sobrevivir un día, una semana, luego un mes, eventualmente te empiezas a creer que la situación no es tan grave como parecía", explica. Y añade, "Tienes tiempo de rectificar y crees que las decisiones que tomaste son las correctas… pero desafortunadamente no sucedió así".
– El Banco de Francia "garantiza" que las cuentas de SG están "limpias" (Negocios.com – 25/1/08)
"Madrid.- El gobernador del Banco de Francia, Cristian Noyer, tuvo que salir, por segundo día consecutivo, en defensa de Société Générale (SG), víctima de un fraude interno por 4.900 millones de euros, que han destrozado la cuenta de resultados de 2007. Ante las dudas de que una sola persona, que como Jérôme Kerviel encima no ocupaba un puesto de alto nivel, pueda provocar tal nivel de pérdidas al contratar opciones alcistas con coberturas bajistas que eran ficticias y que SG creía reales, Noyer se mostró "categórico" en que los 4.900 millones de euros asumidos por el supuesto fraude corresponden a productos que no tienen nada que ver con las subprime.
Horas antes, hasta el secretario de Estado para las Relaciones con el Parlamento, Roger Karoutchi, manifestaba públicamente su "gran extrañeza" sobre que "un solo hombre pueda manipular sumas tan considerables sin que haya mecanismos de seguridad y de control que se activen". Y analistas -que gráficamente han rebautizado las siglas SocGen como ShockGen- manifestaban sus sospechas respecto a que SG "infló el globo" del fraude de Kerviel para tapar pérdidas por las subprime. Aunque se remitió a las conclusiones de una investigación que durará "varias semanas", el gobernador del Banco de Francia señaló que SG "es más sólido ahora que el pasado viernes, porque las cuentas están limpias".
"Mala suerte"
"Sabemos muy bien en qué operaciones tuvo lugar la pérdida", explicó Noyer, quien señaló que la cantidad "astronómica" de 4.900 millones se produce "solamente" por culpa de la caída de los mercados bursátiles entre el lunes y el miércoles pasados, "una mala suerte". Sin ese crash, "el volumen de la pérdida habría sido mucho más bajo".
Sí admitió el gobernador del Banco de Francia que otros bancos franceses anunciarán amortizaciones extraordinarias ligadas a la crisis de las hipotecas basura en Estados Unidos. "Sabemos exactamente cuáles son las exposiciones y las provisiones". El sistema financiero francés "está perfectamente sano, sólido", con una exposición a las subprime "relativamente baja", señaló.
La solidez de Sarkozy
Al auxilio del tercer banco galo -y séptimo de Europa por capitalización bursátil- acudió también el presidente francés, Nicolas Sarzoky. Desde la India, donde se encuentra en viaje oficial, subrayó que "un fraude interno de gran escala no cuestiona la solidez ni la fiabilidad del sistema financiero de Francia".
El caso fue la estrella del Foro Económico Mundial de Davos. "Es algo que daña aún más la imagen de los bancos en un momento en el que la gente ya está muy preocupada sobre los riesgos", comentó Corrado Passera, presidente ejecutivo del banco italiano Intesa Sanpaolo. El gobernador del Banco Central de México, Guillermo Ortiz, matizó que los reguladores no deberían precipitarse para imponer reglas, pero que "lo peor es el daño a la confianza". El jefe de mercados financieros de la Unión Europea advirtió también contra la tentación de introducir nuevas regulaciones para tratar de resolver problemas como el planteado por Jérôme Kerviel en Société Générale. "Lo importante que hay que recordar es que fue un fraude. Estas cosas pasan. Pasaban antes y lamentablemente seguirán ocurriendo", dijo el comisario para el mercado interior de la Comisión Europea, Charlie McCreevy".
– Crecen las dudas ante las explicaciones de Société Générale sobre el "empleado infiel" (ABC – 25/1/08)
(Por J. P. Quiñonero – Corresponsal – París)
"Políticos, expertos en finanzas, agentes de Bolsa de intachable reputación, profesores de economía y deontología bursátil y sociedades especializadas en seguridad informática tienen serias reservas sobre las explicaciones y credibilidad de la dirección de Société Générale (SG), entidad que ha sido víctima del mayor fraude financiero de la historia.
Las explicaciones del director general del que es el segundo banco de Francia, Daniel Bouton, en la que insistió en que un solo hombre, Jérôme Kerviel, de 31 años, realizó -entre febrero de 2007 y mediados de enero de este año- operaciones bursátiles que suman más de 50.000 millones de euros, causando pérdidas de casi 5.000 millones de euros, no consiguen convencer y suscitan muchas reservas. También hay que subrayar que aunque algunas fuentes apuntan que Kerviel se encuentra en paradero desconocido, éste ha hecho saber, a través de su abogada, que no se ha fugado y que está "a disposición de la justicia".
Mientras la cotización de SG cayó ayer un 2,6%, hasta los 73,87 euros, el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, en viaje oficial en la India, comentó con laconismo que "se trata de un fraude interno que no afecta a la solidez y credibilidad del sistema financiero".
Asimismo, el primer ministro, François Fillon, a quien cogió el escándalo también fuera del país, concretamente en Davos (Suiza), ha pedido un "informe de urgencia" a la ministra de Economía y Finanzas, Christine Lagarde, con el fin de "depurar responsabilidades". Fillon manifestó que "es difícil para todos nosotros comprender cómo una persona sola, en un plazo de tiempo relativamente corto, pudo causar pérdidas tan considerables en una entidad seria y sólida". En un velado reproche a la forma en que Société Générale ha procedido en este asunto, Fillon añadió que "quizá el Gobierno pudo haber sido informado antes".
Tras descubrirse el fraude, por valor de casi 5.000 millones de euros, los responsables de Société realizaron "ventas masivas". Varios analistas estiman que tales operaciones pudieron acelerar el penúltimo "mini-crash" bursátil del pasado lunes. Incluso, responsables de grandes bancos estiman que las operaciones "aceleradas" de SG pudieron precipitar la decisión de la Fed estadounidense de bajar sus tipos. Algunos analistas han denunciado el comportamiento "irresponsable" de la dirección general de la SG. Un especialista citado por "Le Monde" afirma que "decir que el operador que ha puesto en peligro la SG era muy sutil y sabía disimular sus posiciones es una explicación lamentable. Es una evidencia que los gestores del banco no parecen entender gran cosa de cómo trabajan sus operadores".
"Cargar el muerto" del fraude
Otros economistas, como Elie Cohen, acusan al banco en términos apenas velados. "Culpar del desastre a un operador podría ser un intento de enmascarar riesgos fatales. La SG ha podido intentar "cargar el muerto" del fraude a uno de sus empleados con el fin de intentar ocultar malas operaciones de otra índole". En este sentido, no son pocos los que sospechan que el banco "infló el globo" del fraude para tapar cuantiosas pérdidas sufridas en otras operaciones derivadas de la crisis de las hipotecas "subprime". Para los especialistas en seguridad informática, el fraude roza lo incomprensible. Y avanzan muy serias dudas de todo tipo. La dirección de una sociedad especializada en seguridad bancaria afirma que "el fraude parece técnicamente inexplicable. Hay soluciones técnicas para lanzar alarmas automáticas cuando se cruzan ciertos umbrales. En este caso, lo más razonable sería intentar buscar el origen del fraude en la definición interna de las reglas y el control de riesgos".
– Negocios ocultos, una larga lista (BBCMundo.com – 25/1/08)
"Un corredor de bolsa empleado por el banco francés Société Générale fue acusado de haberle estafado más de US$7.000 millones a esa institución financiera, en lo que parece ser el mayor fraude llevado a cabo por un solo operador en la historia de la banca.
Société Générale dijo que el fraude ocurrió a fines del año pasado y entre el 19 y el 20 de enero de 2008. El hombre, cuyo nombre no se ha hecho público, se dedicaba a la cobertura de futuros sobre índices bursátiles europeos. El banco asegura que se valió de profundos conocimientos de los mecanismos de control internos, adquiridos en su cargo anterior dentro de la institución. Este corredor, hasta ahora anónimo, se suma a una larga lista de operadores bursátiles cuyos actos ocultos les han costado enormes sumas a sus empleadores.
– Nick Leeson, Banco Barings
El más conocido es Nick Leeson, que llevó a la quiebra al banco británico Barings, en 1995. Leeson dirigía, desde la sede de Barings en Singapur, las operaciones de futuros del banco en los mercados asiáticos.
Con sus transacciones ocultas provocó pérdidas por US$ 1.300 millones, lo que acabó con las reservas en efectivo del banco. La compañía, que tenía más de 230 años de historia y gestionaba el patrimonio de la reina Isabel, fue vendida por una libra esterlina al banco holandés ING.
Leeson huyó de Singapur y, después de recorrer varios países, fue arrestado en Alemania. Pasó cerca de cuatro años en una prisión de Singapur y escribió un libro de mucho éxito, "Rogue trader", a partir del cual se filmó una película, "El gran farol", con Ewan McGregor en el papel principal.
Según el libro, sus operaciones tenían por objetivo ayudar a unos compañeros que habían cometido algunos errores, los que generaron pérdidas relativamente pequeñas que se fueron acumulando.
Ahora es director comercial del club de fútbol irlandés Galway United.
– "Liu Qibing", operador chino del mercado de metales
Un hombre conocido como Liu Qibing desapareció en 2005, después de apostar erróneamente que los precios del cobre iban a caer, lo que generó enormes pérdidas. Había especulado en transacciones de cargamentos de cobre con un valor estimado en cerca de US$800 millones.
Era una figura familiar en la Bolsa de Metales de Londres, donde se desempeñaba como uno de los principales comerciantes del mercado de cobre, supuestamente en representación del gobierno chino. El Buró de Reserva Estatal Chino (SRB, por sus siglas en inglés), entidad oficial donde supuestamente trabajaba, negó conocerlo.
Wang Huimin, un alto funcionario del SRB, le dijo al diario londinense Times: "Nunca he oído hablar de esta persona".
– John Rusnak, Allied Irish Bank
En 2002, el operador de divisas estadounidense John Rusnak, empleado del banco Allied Irish Bank (AIB), fue acusado de falsificar documentos para encubrir malas inversiones. El banco dijo que, como resultado, perdió US$750 millones.
Después de una investigación de cuatro meses, fue acusado formalmente ante un jurado federal. La fiscalía dijo que Rusnak no se benefició personalmente de las pérdidas, que fueron en su mayoría en transacciones entre el dólar estadounidense y el yen japonés.
Según informes, él le confesó al FBI que sus deudas se acumularon mientras trataba de concebir una táctica para recuperar el dinero perdido sin tener que admitir a sus jefes el problema inicial. En 2003, fue sentenciado a siete años y medio de prisión, luego de llegar a un acuerdo con la fiscalía.
– Yasuo Hamanaka, Sumimoto
Yasuo Hamanaka era el principal inversionista en cobre de la corporación japonesa Sumitomo. Era conocido como "Sr. 5%" porque controlaba anualmente cerca del 5% del suministro mundial de cobre.
En 1996, la compañía anunció pérdidas de US$2.600 millones debido a operaciones no autorizadas de Hamanaka en la Bolsa de Metales de Londres. También lo acusaron de falsificar las firmas de dos de sus superiores en cartas a inversionistas extranjeros.
Fue sentenciado a ocho años de prisión y salió en libertad en 2005.
– Meter Young, Morgan Grenfell
Peter Young, un gestor de fondos del banco británico Morgan Grenfell, luego adquirido por Deutsche Bank, fue acusado en 1998 de haber causado pérdidas por más de 220 millones de libras esterlinas, en inversiones no autorizadas. Según Morgan Grenfell, Young empleó dinero invertido en tres grandes fondos europeos de la compañía para comprar acciones muy especulativas.
En diciembre de 2000, un jurado determinó que no estaba mentalmente capacitado para ir a juicio, luego de que se presentara ante un tribunal de Londres vestido de mujer".
¿Mentalidad débil, genio, empleado infiel, cargar el muerto? (Claroscuros)
El banco francés acusó a su operador de tomar posiciones "fraudulentas masivas" en 2007 y 2008 en los índices de valores europeos, que resultaron en enormes pérdidas al intentar deshacerlas a comienzos de la semana pasada con unos mercados hundiéndose. Su familia dice que están tomando al joven como un chivo expiatorio para el mayor escándalo en el que está involucrado un solo operador en el mundo.
Expertos del mercado han cuestionado el hecho de que un único operador sin experiencia pueda haber escondido una montaña de posiciones ilícitas, que totalizaron unos 50.000 millones de euros, sin que sus jefes se percataran. "No creo que alguien solo pueda ser capaz de hacer esto. Es absurdo. Si fuera un genio así, ¿por qué sólo le pagaban 100.000 euros al año?", dijo un funcionario europeo de una empresa de administración de activos en Londres. Un abogado que actúa en nombre de los pequeños accionistas de la entidad y que ha presentado una demanda relacionada con las pérdidas, dijo que es imposible que actuara solo o sin dejar ningún rastro de actividades, por lo que acusó al banco de negligencia.
Karviel era un operador que se dedicaba a la compraventa de títulos para aprovechar pequeñas diferencias de cotización en los mercados y lograr así beneficios. Sus operaciones debían ser, en teoría, de pequeña magnitud, para lo que el banco tiene instalados sistemas de control que avisan de riesgos elevados. Sin embargo, según la entidad, Karviel conocía los sistemas informáticos de control y los manipuló para evitar que dieran la señal de alerta. Así, siempre según la versión de SG, el operador efectuaba operaciones reales con las que corría grandes riegos que él mismo ocultaba mediante otras ficticias, introducidas de forma fraudulenta en los sistemas informáticos del banco.
El edificio levantado por Karviel funcionó bien durante 2007, cuando las Bolsas tuvieron una evolución positiva, pero comenzó a dar signos alarmantes cuando a principios de 2008 los mercados registraban pérdidas. "Este triste asunto se tornó en una tragedia griega", afirmó el presidente del banco, quien se dijo víctima de una conmoción cuando conoció la amplitud del caso el pasado viernes. Hasta el domingo no descifraron la compleja operación tramada por Karviel y, cuando el lunes trataron de desmontarla vendiendo lo que el empleado había comprado, se encontraron con unos mercados bursátiles en caída libre.
El presidente de Société Générale, Daniel Bouton, reiteró que el empleado que causó el fraude que hizo perder a la entidad 4.900 millones de euros actuó solo y negó que el caso haya sido utilizado para tapar otras pérdidas. En declaraciones que publicó el diario "Le Figaro", Bouton aseguró que "no se tiene en pie" la teoría según la cual el banco "transfirió pérdidas a un agujero procedentes de otro agujero", sugerida por algunos medios.
Según el relato de Bouton, el empleado ocultaba de forma fraudulenta algunas de sus operaciones. "Cada vez que compraba verdaderamente un instrumento (de inversión) le oponía a una operación ficticia equivalente, lo que anulaba exteriormente el riesgo que había corrido en su operación fraudulenta", explicó. Con estas operaciones "creó una enorme exposición" del banco que, además, hacía evolucionar sus "operaciones ficticias fraudulentas" de forma permanente para evitar los controles del banco.
Kerviel apostó durante 2007 por una bajada de los índices y, por tanto, ganaba dinero, pero a principios de 2008 construyó voluntariamente posiciones de pérdidas para neutralizar las potenciales ganancias anteriores. "Pero este triste asunto se convirtió en una tragedia griega: su posición virtualmente perdedora se hizo demasiado grande", aseguró. El pasado viernes, los sistemas de control del banco detectaron una anomalía, investigaron su procedencia y, dos días después, descubrieron la actuación de Kerviel, por lo que decidieron vender, en un momento en el que las Bolsas registraban unas pérdidas históricas.
Bouton aseguró que esas pérdidas se debieron al pánico provocado por los mercados asiáticos y, en ningún caso, al descubrimiento del fraude en su banco, como habían apuntado algunos medios. Según el presidente del banco, las operaciones de Kerviel estaban en equilibrio el viernes, acumulaban unas pérdidas de 1.400 millones de euros el domingo y, finalmente, llegaron a los 4.900 millones el lunes. Para Bouton este asunto puede considerarse como "un incendio voluntario que destruyó una gran fábrica de un grupo industrial", pero señaló que la entidad se recuperará "enseguida" porque sus fuerzas "están intactas". "El modelo de Société Générale no ha sido dañado ni puesto en duda", indicó el presidente que reconoció que han sufrido "un golpe" pero que lo afrontarán "todos juntos".
Mientras tanto, Jérôme Kerviel, "el operador infiel" de Société Générale acusado por el banco de haber tomado iniciativas arriesgadas, ilegales y catastróficas para la entidad, lo que ocasionó un "agujero" de casi 5.000 millones de euros, era puesto en libertad a primera hora de la noche del 28/1/08 bajo control judicial tras ser procesado por abuso de confianza y falsificación e intromisión en un sistema de tratamiento de datos informáticos, según confirmaba su abogada, Elisabeth Meyer.
Contrariamente a la petición de detención preventiva formulada por la Fiscalía, los magistrados decidieron dejar a Kerviel en libertad bajo control judicial, indicó la letrada, que no reveló en qué consistían esas medidas, aunque precisó que no incluían una fianza. Los magistrados tampoco imputaron a este joven de 31 años por intento de estafa, como pedía la Fiscalía. Algunas de las declaraciones de Kerviel al fiscal Jean-Claude Marin, reveladas por éste, añaden nuevas dudas sobre el funcionamiento interno de Société Générale y sus máximos ejecutivos.
Según el fiscal, Kerviel ha reconocido que tomó decisiones ilegales, "pero sin ánimo de lucro". Además, desveló que otros operadores bursátiles del banco también superan los límites de riesgos autorizados y que su error fue el enorme volumen de esas operaciones. "Reventé mi línea de crédito", dijo. El objetivo de Jérôme Kerviel era obtener unas primas que alcanzarían los 300.000 euros a cuenta de 2007, ya que, según su versión, el año pasado hizo ganar a su banco 55 millones de euros. La instrucción del caso, en la que comienzan a trabajar dos jueces, debe esclarecer las distintas responsabilidades, individuales o colectivas, dentro del organigrama de Société Générale.
Un grupo de accionistas minoritarios y una asociación de pequeños accionistas se consideran víctimas del comportamiento de la dirección del banco y de las maniobras de algunos administradores, acusados expresamente de los delitos de uso de información privilegiada y de manipulación de la cotización. En su punto de mira está Robert A. Day, consejero del banco, que vendió títulos de la entidad por valor de 85,74 millones de euros el 9 de enero pasado, diez días antes que estallase el escándalo. Los querellantes sospechan que ése y, quizá otros miembros del consejo de administración, pudieron conocer con anticipación las "tribulaciones" que se avecinaban. La dirección del banco afirma que Day realizó su "afortunada" venta de acciones con "mucha antelación" al escándalo. Pero la asociación de pequeños accionistas insiste en presentar querellas paralelas, denunciando el comportamiento irresponsable de la dirección de la entidad, a quien acusan de "difundir noticias falsas o engañosas destinadas a influir en los mercados bursátiles".
Société Générale ha hecho que Jerôme Kerviel parezca un cerebro diabólico de proporciones dignas de un cómic. Pero esto no hace que el deshonesto operador francés sea un super malvado. Al banco le interesa que le haya engañado un genio con un potente cerebro. Eso podría hacer un poco más fácil para todos aceptar las pérdidas. Podría incluso generar alguna simpatía hacia SG. Pero, en realidad, el mayor escándalo del mundo de estas características se ha conseguido en gran parte con algo tan poco sofisticado como contraseñas robadas y e-mails falsos, los mismos métodos que un adolescente usaría para saltarse la clase.
SG debería haberlo notado. La negociación arriesgada empezó en 2005, según un fiscal de París. Esto es dos años antes que en la versión de la historia que cuenta el propio banco. Además, Eurex, la división de derivados de Deutsche Boerse, planteó cuestiones sobre las posiciones de contratación de Kerviel el pasado mes de noviembre, antes de que sus pérdidas empezaran a multiplicarse.
El banco reconoció que había detectado problemas en las cuentas de Kerviel. Pero los jefes aceptaron sus explicaciones de que eran errores corrientes. No le obligaron a tomar unas largas vacaciones, que probablemente habrían descubierto el fraude. Jean-Pierre Mustier, el jefe del banco de inversión de SG, ha adoptado el tono del Capitán Renault en la película Casablanca. Ha dicho repetidamente durante esos días que estaba asustado, asustado de descubrir un fraude de estas dimensiones. A la luz de las últimas revelaciones, resulta un poco difícil de creer. Mustier ofreció su dimisión la semana pasada, cuando lo hizo Daniel Bouton, el presidente y consejero delegado del banco.
Al banco francés le ha costado 5.000 millones de euros. Pero los engaños de Kerviel son realmente sólo una muestra de un problema más general. Kerviel estaba quebrantando las normas del banco y bastante posiblemente la ley, pero también participaba de algo mucho mayor: la época de la exuberancia financiera. Mucha gente estaba haciendo enormes coberturas arbitrajistas altamente apalancadas. Por eso es por lo que Kerviel pudo establecer una posición de 50.000 millones de euros sin llamar la atención. Su truco fue sólo saltarse la parte de cobertura del acuerdo.
La historia de Kerviel da para muchos comentarios sobre personalidades y controles laxos. Pero un análisis más serio apunta a un problema cultural más fuerte. Kerviel trabajaba en una división que obtuvo una rentabilidad sobre el capital del 48% en 2006, después de pagar primas muy generosas. Con los beneficios fluyendo tan libremente, debe haber sido fácil para los gestores de la entidad dejar de preocuparse por los riesgos en el negocio.
Una desatención similar, aunque perfectamente legal al riesgo, cundía por todas partes en el sector. Los jefes y operadores recibieron enormes recompensas por no pensar sobre lo que podía ir mal. A diferencia de Kerviel, siguieron las normas, pero las normas resultaron ser muy peligrosas. Es demasiado pronto para calcular el coste completo de esta imprudente exuberancia. La cuenta hasta el 30 de enero es de más de 100.000 millones de euros y sigue subiendo. En comparación, el fraude de Kerviel parece casi una nadería.
Además, ahora (tarde y mal) venimos a enterarnos que un broker de Société Générale, padre de dos niños y que vivía con una trabajadora del mismo banco, se suicidó en junio de 2007 tras haber adquirido compromisos financieros por valor de cerca de 9 millones de euros a espaldas de sus superiores, según publica el diario "Le Parisien" (30/1/08).
Esta cantidad, que no llega ni de lejos a la escandalosa cifra de 50.000 millones de euros con los que llegó a operar Jérôme Kerviel, el broker acusado de hacer perder al banco 5.000 millones de euros, provocó en su momento la alarma de los servicios internos del banco. El final trágido de este hombre, que responde a las iniciales L.C., fue ignorado durante mucho tiempo por los empleados de SG. De hecho, muchos desconocen las complejas actividades de los operadores de bolsa. "Los sindicatos no disponen de ninguna información sobre lo que pasa en las salas de mercado", se queja un ejecutivo.
Pocos días después del suicidio se abrió una investigación interna y el patrón de los broker bancarios, Marc Breillout, prometió a los representantes de los trabajadores que tendrían acceso a las conclusiones de la misma, pero este documento ultrasecreto no ha visto todavía la luz.
Mientras, Kerviel reitera que sus inmediatos superiores estaban al corriente de sus operaciones, de las posiciones de riesgo que asumía y que "cerraron los ojos". Además, sostiene que las actividades de "ocultación" son habituales en el banco, según las declaraciones realizadas por Kerviel a la policía de la brigada financiera de las que se hace eco la web MediaPart. "No puedo creer que mis superiores no hayan sido conscientes de las sumas que yo comprometía, es imposible generar tales beneficios con pequeñas posiciones", relata.
"Lo que me lleva a decir que, cuando eran positivos, mis superiores cerraron los ojos sobre las modalidades y los volúmenes comprometidos. A diario, con una actividad normal y compromisos normales, un broker no puede generar tanto cash", añade. Para insistir en la idea de que sus superiores estaban al tanto, Kerviel declara a la policía que durante el año 2007 el servicio de control de las operaciones bursátiles envió varios correos electrónicos a varios de sus colaboradores pidiéndoles explicaciones sobre las operaciones registradas en su cuaderno.
Kerviel reconoce ante los responsables de la investigación haber empleado algunas técnicas ilegales usadas por los broker para disimular las posiciones excesivamente especulativas y alude también a la práctica conocida como "del colchón" para enmascarar algunos resultados. "Esta práctica se usa con el único objetivo de disimular una valorización", relata a los policías, una práctica que, según Kerviel, la usan incluso los managers para los resultados de sus propios equipos. "Mientras, ganamos y esto no se ve mucho, mientras funcione, no se dice nada", prosigue el broker dando a entender que sus superiores le animaban a asumir riesgos.
Dice también que su primera motivación al actuar así era hacer ganar dinero al banco y en ningún caso enriquecerse personalmente. Durante su declaración, Kerviel cita a dos superiores jerárquicos, Eric Cordelle y Martial Rouyére, diciendo que se interesaron en los resultados. "Cuanto más líquido genera el equipo, más interesante será el jefe desde el punto de vista financiero", explica. Asimismo, señala que logró una valorización de 1.400 millones de euros "demasiado rápidamente" pasando de 500 millones de euros a finales de octubre de 2007 a 1.600 millones a finales de noviembre, algo que no podía declarar sin preocuparse. "Es cierto, lo admito, que era desproporcionado con el resultado declarado", agrega.
El escándalo de Société Générale se ha transformado en un problema de Estado. El presidente de la República, Nicolas Sarkozy, ha exigido "responsabilidades". A esa petición se sumaron ayer las ministras de Justicia y de Economía, Rachida Dati y Christine Lagarde, respectivamente.
Por lo tanto, la dirección de la entidad se encuentra "entre las cuerdas" y todo apunta a que el consejo de administración pueda aprobar la destitución de varios altos cargos, entre los que podría estar el propio Bouton. Además, la Autoridad de los Mercados Financieros (AMF) -equivalente a la CNMV española- ha abierto una investigación sobre las acciones de Société Générale ante las sospechas de que uno o varios administradores del banco hubieran cometido un delito de uso de información privilegiada. Ayer se conoció que el consejero de la entidad Robert A. Day, que el pasado día 9 de enero vendió títulos del banco por valor de más de 85 millones de euros, también se desprendió de más acciones, valoradas en 40,5 millones de euros, el día 18, fecha en la que la entidad descubrió el presunto fraude. Las últimas cuentas (31/1) elevan la operatoria "afortunada" (?) a 140 millones de euros.
Lecciones del "caso Kerviel"
"No me puedo creer que mi jerarquía no haya tenido constancia de las cantidades que yo comprometía en mis operaciones. Es imposible generar grandes beneficios desde pequeñas posiciones". Es parte de la declaración que Jérôme Kerviel hizo a la brigada financiera de la policía francesa que investiga el fraude multimillonario que se ha llevado por delante el prestigio financiero de Société Générale, y compromete el futuro del banco francés. Pero además resume la ambiciosa filosofía que buena parte de la banca aplica a su gestión diaria para obtener réditos crecientes en los mercados financieros, sin más control que la buena fe de sus operadores, que está también en el germen de la crisis subprime que ha explotado en las manos del sistema financiero mundial.
Independientemente del futuro que le espere a esta centenaria y honorable institución gala, el agujero creado en sus cuentas -en las que aparece como secundaria una provisión de 2.000 millones por pérdidas ocasionadas por las hipotecas basura-, el caso Société Générale-Kerviel, refleja casi todos los vicios de la incesante huida hacia delante en la búsqueda del resultado por el resultado.
Además, aporta las lecciones necesarias para recomponer los mecanismos internos de control y transparencia y los externos de supervisión, para que los excesos cometidos por el sistema financiero en el mundo -desde lo del empleado encargado de riesgos que concedió la primera hipoteca subprime en Estados Unidos a quien compró sus derivados buscando un desempeño inmoral y especulativo en Europa- sean atajados, controlados y evitados.
La pequeña cumbre convocada en la última semana de enero por Gordon Brown en Londres ha sido un intento por buscar soluciones al endiablado dominó desencadenado en julio en EEUU, que ya se ha llevado por delante un banco en Reino Unido, ha dañado seriamente a varias entidades en Alemania y puede acabar con otro banco en Francia, además de haber zarandeado al todopoderoso UBS en el oasis helvético del secreto bancario y las grandes fortunas. EEUU se venía diferenciando de Europa en que mientras ésta evitaba las crisis por no correr los riesgos de las aventuras financieras, allí se ponían las innovaciones en marcha y, si se generaban problemas, allí los resolvían. Sin embargo, esta vez la ola ha llegado demasiado lejos.
La práctica financiera de la búsqueda de la máxima ganancia, amparada en incentivos personales siempre crecientes, estimulados por políticas de liquidez inagotable y tipos negativos, ha puesto en el mercado un sarcoma financiero desconocido. Y todo ello con la venda en los ojos de la supervisión bancaria norteamericana, mientras la metástasis llegaba a bancos de todo el mundo y paralizaba, por desconfianza, la actividad crediticia hasta poner en riesgo la economía real.
Cuando los movimientos de capital están tan interconectados y globalizados debe existir un mecanismo de supervisión global, o al menos criterios de obligado cumplimiento, para todos los supervisores y bancos, que exija ética profesional, responsabilidad y honestidad económica. Sólo así se podrá exigir a los agentes privados la confianza que ahora ni ellos se profesan entre sí, y que es como el oxígeno para los seres vivos.
¿Y qué diría Marx (Groucho)?
¿Qué diría Marx de la actual crisis de los mercados? No me refiero a Carlos Marx sino a Groucho, porque los hermanos Marx perdieron mucho dinero en el crack del 29, aquella burbuja bursátil, referente histórico, obligatorio para analizar las locas veleidades del mundo financiero y su impacto en la economía global.
En su libro "Groucho y yo" el genial cómico estadounidense refleja su choque frontal con los mercados. Groucho empezó a invertir en la bolsa en 1926 y llegó a estar tan pendiente de los mercados que un día retrasó media hora una función de su compañía de teatro para comprar acciones de la Cobre Anaconda que prometía una valorización eterna en esos días vertiginosos de bonanza.
"No tenía asesor financiero", cuenta Groucho y agrega, "¿Quien lo necesitaba? Podías cerrar los ojos, apoyar el dedo en cualquier punto del enorme tablero mural y la acción que acababas de comprar empezaba inmediatamente a subir".
Los hermanos Marx se sintieron los seres más felices del mundo cuando compraron 600 acciones de la Anaconda. Con su productor teatral, Max Gordon, parecían hablar más de las acciones que de la gira que hacían por Estados Unidos.
"Hasta entonces yo no había imaginado que uno pudiera hacerse rico sin trabajar", decía Groucho. Pero así son las cosas cuando el mercado entra en burbuja y las acciones suben y suben como si tuvieran una escalera infinita al nirvana financiero.
Dejar el teatro
En un momento, la bonanza era tal que Gordon le sugirió que dejara el teatro, ya que con la bolsa hacía mucho más dinero. Pero Groucho empezó a olerse algo raro y le preguntó a un experto en la materia si no debía haber alguna relación entre las ganancias de una compañía, los dividendos que daba y el precio de venta de las acciones.
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