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Niveles de depresión en adolescentes del 5º de secundaria de un colegio nacional


    1. Resumen
    2. Planteamiento del problema
    3. Objetivos
    4. Hipótesis
    5. Método
    6. Relevancia de la Investigación
    7. Resultados
    8. Recomendaciones
    9. Procedimiento
    10. Discusión
    11. Referencias bibliográficas

    RESUMEN

    El objetivo general fue identificar y comparar el nivel de Depresión entre varones y mujeres. La muestra estuvo conformada por 92 alumnos, varones y mujeres del quinto año de secundaria, de 15 a 17 años de edad, de un Colegio Nacional del Distrito de Los Olivos El tipo de muestreo fue intencional. El instrumento utilizado fue la Escala de Automedición de la depresión de Zung (EAMD). Como estadígrafo se utilizó la t de Student para muestras no correlacionadas, grupos separados, con un nivel de significación del 0,05. Los resultados obtenidos indican que no existen diferencias significativas entre varones y mujeres. Las implicancias de los resultados son discutidas.

    El principal objetivo del presente trabajo es identificar y comparar el nivel de Depresión entre varones y mujeres de un Centro Educativo, a fin de determinar si existe o no una relación estadísticamente significativa.

    Al examinar documentos y literatura del pasado, se puede advertir que desde tiempos de la antigüedad existía la depresión como un padecimiento tan característico del hombre, y que lo ha acompañado a todo lo largo de su historia. La Biblia hace referencia a dos casos de enfermedad mental en las que interviene la depresión, estas son los caos de los reyes Saúl y Nabucodonosor.

    Sin embargo, corresponde a Hipócrates las primeras referencias conceptuales y clínicas de la melancolía. En el Corpus Hipocraticum se reconoce ya un tipus melancolicus inclinado a padecer este trastorno, cuya causa es una patología de los humores básicos y concretamente un exceso o alteración de la bilis negra. Fue Aristóteles el primero que dedicó un estudio monográfico a este problema.. En el siglo IV Areteo de Capodocea describió casos de agitación maniaca e inhibición alternantes en una misma persona, siguiendo la teoría hipocrática, atribuía ésta condición a desequiibrios humorales.

    La palabra depresión se comienza a utilizar con frecuencia a principios del siglo XX, y se emplea como término diagnóstico de bastante asiduidad . En este siglo Leonhard (1957) diferencia las formas bipolares y las unipolares de la depresión. Autores más recientes como Perris, Winosur y Angst (1985), han abundado en esta distinción, abordándola desde varios puntos de vista (clínicos, genéticos, etc.) Perris, Herman (1987) ha sugerido a la era de la angustia (años 50), le a sucedido la era de la depresión (años 80). De hecho, la depresión es el diagnóstico clínico que se emplea con más frecuencia y el que potencialmente tiene más peligro de mortalidad debido a conductas suicidas. Ahora bien, como señala Cohen (1992) todavía hoy se desconoce la fisiología y la etiología del trastorno bipolar y posiblemente bajo este término se encubren varios trastornos diferentes que hoy en día no somos capaces de identificar.

    El múltiple uso del término y la carencia de una definición acarrea mucha confusión.

    El CEI-10 la define como un desorden afectivo en el cual habla de depresión leve, moderada y grave, dentro del episodio depresivo leve, se caracteriza por síntomas como tristeza, pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, aumento de fatigabilidad; en el episodio depresivo moderado se observa dificultades para desarrollar actividades sociales, laborales; y en el episodio depresivo grave, se suele presentar angustia o agitación, pérdida de estimación de sí mismo, sentimientos de culpa.

    La Adolescencia es el periodo de crecimiento y desarrollo humano comprendido aproximadamente entre los 12 y 18 años de edad, que transcurre entre la pubertad y la edad adulta. La adolescencia es una fase dinámica en el continuo de la vida, durante la cual tienen lugar profundos cambios en el desarrollo físico, fisiológico y bioquímico, así como en el de la personalidad, de manera tal que el niño se transforma en un adulto sexualmente "atractivo", capaz de mantener en la reproducción.

    Su aparición está señalada por la pubertad, que es el comienzo de todo proceso somático y psíquico, el cual está influenciado por el ambiente social y cultural.

    El autor Harrocks, considera al adolescente como "un periodo de transformación física, emocional y social". Señala que el desarrollo humano, es un fenómeno que implica aspectos físicos, mentales, sociales y culturales; cuya base biológica del desarrollo está dada en el propio organismo. Y los agentes de la sociedad que enseñan al individuo a desarrollarse, de acuerdo con los cánones sociales aprobados. El trabajo de la escuela, los oficios, amigos y citas, toque de queda (hora que los chicos de una edad deben estar en su casa) y apariencia personal. La mayoría de estos desacuerdos se resuelven con menos problemas del que se cree a menudo, tales peleas pueden reflejar alguna búsqueda profunda de independencia o puede ser, con bastante exactitud la continuación de los esfuerzos de los padres para enseñar a los hijos a someterse a las reglas sociales.

    Es en este proceso de integración social, donde también encontramos una relación entre los factores desencadenantes de cuadros depresivos en el adolescente.

    Por otro lado es dentro de estas consideraciones que nos proponemos determinar cuál es el nivel de depresión en un grupo de adolescentes de un centro educativo, en tal sentido precisamos nuestra hipótesis conceptual que en este estudio se considera al factor género como el determinante de diferencias significativas en los niveles de depresión en los adolescentes.

    Determinar esta relación será significativa en tanto nos permitirá determinar y establecer posibles causas en el desarrollo de los síntomas depresivos en la adolescencia. Pues en la actualidad es cada vez más extendido el desencanto, la desesperanza, en grupos humanos, adultos, y adolescentes, en un contexto en el que está más extendido la pobreza, el sufrimiento y que solo una minoría accede al nivel de vida compatible con la condición humana. Esto nos lleva a plantear que vivimos en un tiempo de grave crisis psicosocial, económica y moral, lo que origina y genera una inestabilidad emocional y consecuentemente el incremento de enfermedades entre ellas la depresión, presente en casi todos los cuadros somáticos y que acompaña las formas de vida cotidiana.

    Palabras Claves.

    Depresión , Adolescentes.

    SUMARY

    The general objetive was to identify and compare the depression order, for the mens and womens. The sample was consisted of 92 subjets for the 5th. Grade of secundary of the 15 to 17 years old, of the national school for "Los Olivos" D. The tipe of sample was intentional. The instrument utilize was the scale for medition or Depression (EAMD) of Zung The stadigrafh for used is the "t" of Studentm was used for sam,ple not correlation (separate groups). With a level of significance of 0,05. The results indicate that not here exist significative diferences. Were the first present a mayor self steen ruplications of the results are discussed.

    INTRODUCCIÓN

    El principal objetivo del presente trabajo es identificar y comparar el nivel de Depresión entre varones y mujeres de un Centro Educativo, a fin de determinar si existe o no una relación estadísticamente significativa.

    Al examinar documentos y literatura del pasado, se puede advertir que desde tiempos de la antigüedad existía la depresión como un padecimiento tan característico del hombre, y que lo ha acompañado a todo lo largo de su historia. La Biblia hace referencia a dos casos de enfermedad mental en las que interviene la depresión, estas son los caos de los reyes Saúl y Nabucodonosor. Saúl presentó falta de dominio de sus impulsos y suspicacia casi paranoide con lo que mostró la gravedad de su depresión. Nabucodonosor padeció de depresiones intensas que se caracterizaron por irritabilidad anormal y periodos durante los cuales el rey creía haberse convertido en un animal salvaje.

    Corresponde a Hipócrates las primeras referencias conceptuales y clínicas de la melancolía. En el Corpus Hipocraticum se reconoce ya un tipus melancolicus inclinado a padecer este trastorno, cuya causa es una patología de los humores básicos y concretamente un exceso o alteración de la bilis negra. Fue Aristóteles el primero que dedicó un estudio monográfico a este problema.. En el siglo IV Areteo de Capodocea describió casos de agitación maniaca e inhibición alternantes en una misma persona, siguiendo la teoría hipocrática, atribuía ésta condición a desequiibrios humorales.

    En la Edad Media, Alejandro Trelles (525-605), dedica a este trastorno unas excelentes páginas en su obra "Doce libros sobre el arte médico". Constantino fue el primero en describir los síntomas de la melancolía, miedo a lo desconocido, remordimientos religiosos excesivos y ansiedad. Cabe mencionar a Tomás de Aquino quien atribuyó la melancolía a cambios en los humores corporales, pero sostuvo la creencia de que las enfermedades mentales eran producidas por demonios y por influencias astrológicas.

    Burton (1577 – 1640), publica en 1621 su obra "The anatomy of melancoly" que facilitó enormemente la identificación de los estados depresivos. Supo exponer con acierto las vivencias negativas de ésta situación mórbida a la vez que señaló los excesos de alegría desbordante que alternan con el estado depresivo.

    En la primera parte del siglo XVII el español Andrés Piquer (1711 – 1792), describió con suma precisión la enfermedad maniaco depresiva del rey Fernando VI, hasta su muerte el 10 de Agosto de 1758. Cullen (1710 – 1790) incluye en la versariae dos géneros principales de depresión, la manía y la melancolía.

    Durante la década del siglo XIX la obra de Pinel (1745 – 1826) destaca cuatro formas de enfermedades mentales: manía, melancolía, demencia e idiocia. Su discípulo Esquirol (1772 – 1840) incluye la melancolía, que él denomina hipermanía, afirmando que la melancolía es un delirio parcial crónico sin fiebre determinada y mantenida por una pasión triste, debilitante o depresiva. En este siglo XIX se producen importantes transformaciones de las viejas categorías de manía y melancolía; va perfilando su contenido, centrado en un trastorno primario de la afectividad, y el término depresión va ganando adeptos, porque evoca unas bases más fisiológicas. En definitiva, los seis principios teóricos que sustentan el concepto de manía y depresión durante el siglo XIX fueron: 1) trastornos primarios de la afectividad y no del intelecto o la volición, 2) psicopatología estable, 3) representación cerebral, 4) Periódicos, 5) genéticos en su orígen con tendencias a aparecer en sujetos con personalidades predispuestas, y 6) endógenas en su naturaleza.

    La palabra depresión se comienza a utilizar con frecuencia a principios del siglo XX, y se emplea como término diagnóstico de bastante asiduidad . En este siglo Leonhard (1957) diferencia las formas bipolares y las unipolares de la depresión. Autores más recientes como Perris, Winosur y Angst (1985), han abundado en esta distinción, abordándola desde varios puntos de vista (clínicos, genéticos, etc.) Perris, Herman (1987) ha sugerido a la era de la angustia (años 50), le a sucedido la era de la depresión (años 80). De hecho, la depresión es el diagnóstico clínico que se emplea con más frecuencia y el que potencialmente tiene más peligro de mortalidad debido a conductas suicidas. Ahora bien, como señala Cohen (1992) todavía hoy se desconoce la fisiología y la etiología del trastorno bipolar y posiblemente bajo este término se encubren varios trastornos diferentes que hoy en día no somos capaces de identificar.

    El múltiple uso del término y la carencia de una definición acarrea mucha confusión. Sobre este punto cabe mencionar la existencia de una multiplicidad de definiciones como por ejemplo según Klein (1948), la depresión es un estado de ánimo en que se vive parcial o totalmente los sentimientos de la posición depresiva. Puede ser una reacción normal a experiencias de pérdida o una reacción patológica de carácter neurótico o psicótico.

    Como dice, Delgado (1960), la característica más común y específica de los estados depresivos es la pesadumbre intrínseca, con la consiguiente realidad negativa de la intencionalidad del ánimo frente al mundo, frente a sí mismo, frente al propio cuerpo, incluso, frente a la vida.

    Así mismo Seguín (1962) la define como una manera de reaccionar a una posición biológica puesta en función ante vivencias de importancia decisiva para el sujeto. Cavanagh (1963) opina que es el estado mental de reconocerse frustrado en los designios e ideales de la vida.

    Por otro lado Fritz (1965) afirma que es una condición de quien se siente triste, desanimado, inactivo, abatido, puede darse como una pena normal o exagerada, o en forma más acentuada: psicosis.

    Hay quienes la caracterizan como una tonalidad afectiva, triste y abatida a menudo impregnada de angustia, con regresión del curso del pensamiento y generalmente síntomas físicos manifiestos (Geigy, 1972).

    Otros opinan que es un estado mental patológico caracterizado por pesimismo, sentimientos de culpa, fatigabilidad y ansiedad; una forma alternativa de melancolía (Cerdá, 1973).

    Según Rotondo (1973), es un estado de ánimo que puede variar de duración desde unos instantes u horas o días, hasta varios meses; estado emotivo de activación psicofísica baja y desagradable que puede ser normal o patológica.

    Arana (1988) la describe como un estado mental que se distingue por depresión, caracterizado por culpa, aflicción, ansiedad, apatía, síntomas físicos y mentales constituyendo un complemento de una pérdida de autoestima.

    Otros opinan que el término depresión se utiliza en tres sentidos: síntoma, síndrome y enfermedad. Como síntoma puede acompañar otros trastornos psicopatológicos primarios, como la neurosis de angustia. Como síndrome agrupa unos procesos caracterizados por tristeza, inhibición, culpa, minusvalía y pérdida del impulso vital. Como enfermedad, desde la óptica del modelo médico se observa como un trastorno de origen biológico en el que puede delimitarse una etiología, una clínica, un curso, un pronóstico y un tratamiento específico (Vallejo, 1991).

    El CEI-10 la define como un desorden afectivo en el cual habla de depresión leve, moderada y grave, dentro del episodio depresivo leve, se caracteriza por síntomas como tristeza, pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, aumento de fatigabilidad; en el episodio depresivo moderado se observa dificultades para desarrollar actividades sociales, laborales; y en el episodio depresivo grave, se suele presentar angustia o agitación, pérdida de estimación de sí mismo, sentimientos de culpa.

    Las teorías psicológicas de la depresión nacieron dentro del psicoanálisis y subrayaban la baja autoestima como síntoma clave del trastorno. Las teorías clásicas entendieron a la depresión como reacción a la pérdida del objeto amado, esta pérdida provocaría deseos hostiles hacia ese objeto que, sin embargo sería dirigido a uno mismo (Karl, Abraham, 1924) Las teorías psicoanalíticas más recientes siguen planteando la pérdida del objeto amado, pero no comparten la hipótesis de la ira interiorizada, por la pérdida han desarrollado una autoestima excesivamente dependiente de la aprobación y el afecto de los demás, de tal modo que se ven incapaces de superar la frustración cuando son rechazados, criticados o abandonados (Benporad, 1985).

    Dentro de las teorías conductuales. Rehm (1977) elaboró una teoría de la depresión basado en el aprendizaje social, en la cual su más importante contribución sea la forma de ver objetivamente a la gente deprimida y de hacer posible que comunique con exactitud una descripción de su conducta, así como de las circunstancias en que se presenta. Los teóricos del aprendizaje ve la depresión como una función del reforzamiento inadecuado o insuficiente, o como una falta de congruencias o relación entre el reforzamiento y determinadas clases de conducta. Específicamente la mayoría de los teóricos del aprendizaje han visto la depresión como una función de la poca frecuencia del reforzamiento social, que incluye dinero, prestigio, y amor; así también un déficit en el repertorio de conductas de autocontrol interactúa con la pérdida o ausencia de reforzadores externos para desencadenar un episodio depresivo (Kanfer, 1970).

    Así mismo, las teorías cognitivas, plantean que los síntomas cognitivos, son como el sujeto va a interpretar los acontecimientos que le ocurren. Este enfoque es el que domina actualmente la conceptualización psicológica. Para Beck (1983), se produce un procesamiento negativamente distorsionado de la información del entorno, procesamiento que se concreta en una visión negativa del yo, del mundo y del futuro. Los pensamientos distorsionados ocurren tempranamente en la cadena de eventos que culmina con la depresión. La creencia en el destino y las exigencias hacia sí mismo o hacia otros, son vistas como las causas de una predisposición a desilusionarse, perder el optimismo, y finalmente caer en una depresión. Beck encontró que los deprimidos tendían a distorsionar sus experiencias en forma peculiar, interpretando equivocadamente sucesos irrelevantes, como rechazos, fracasos, y generalizan arbitrariamente cualquier evento, basados en estos hechos. Beck, propuso que ciertos esquemas cognitivos dominan el proceso mental y llevan a distorsiones cognitivas en la depresión.

    La teoría de la autofocalización de Lewinsohn (1985), postula que los factores ambientales son los responsables primarios de la depresión, pero depende de una variable mediadora cognitiva que es la autoconciencia. Quizás como reacción a este exagerado énfasis de los síntomas cognitivos algunas de las más recientes teorías psicológicas han vuelto sus miradas hacia el ambiente, hacia los factores interpersonales, resaltan el papel de las primeras experiencias infantiles del apego en la configuración de la depresión. Consideran las habilidades interpersonales que el sujeto ha aprendido y que influyen en la cantidad de acontecimientos estresantes que afrontará en su vida, y por último señalan la importancia que tiene la respuesta de las personas significativas del entorno en la duración y gravedad del trastorno (Vásquez y Sánz, 1991).

    Por otro lado, uno de los últimos planteamientos psicológicos sobre los trastornos depresivos ha sido el enfoque interpersonal. Enfatiza la importancia de los factores interpersonales, tanto sociales como familiares, en la etiología, mantenimiento y tratamiento de la depresión. James Coyne (1976), sugiere que la depresión es una respuesta a la ruptura de las relaciones interpersonales de las cuales los individuos solían obtener apoyo social y que la respuesta de las personas significativas de su entorno sirve para mantener o exacerbar los síntomas depresivos, cuando esa ruptura interpersonal se produce, los depresivos se vuelven a las personas de su ambiente en busca de apoyo social, pero que las demandas persistentes de apoyo emitidas por los depresivos gradualmente llegan a ser aversivos para los miembros de su entorno social, la persona deprimida se da cuenta de estas reacciones negativas en los otros, y emite un mayor número de conductas sintomáticas, estableciéndose un círculo vicioso que continúa hasta que las personas del entorno social se apartan totalmente de la persona deprimida, dejándola sola y confirmando así su visión negativa sobre sí mismo.

    Las teorías más útiles parecen ser aquellas que integran diferentes factores cognitivos, conductuales, ambientales, biológicos, etc; resulta claro que un cuadro depresivo es el resultado de la intervención de variables diversos, psicológicos y ambientales.

    Respecto a la etiología de la depresión, es multifactorial, con predominio de algunos agentes predisponentes y determinantes sobre otros. Y son: psíquicas, endógenas y somáticas.

    Con relación a las causas psíquicas, se debe tener en cuenta los trastornos en el desarrollo infantil temprano o tardío, en los conflictos agudos, conflictos crónicos, trastornos de la relación social. En cuanto se refiere a los trastornos en el desarrollo infantil, se ha llegado a determinar que el lactante por el hecho de no hablar, no puede expresar su tristeza, su desolación y desesperanza, de la misma manera que lo haría el adulto. Al respecto las investigaciones que se han hecho, han determinado que la depresión en los, lactantes y niños se llama "depresión anaclítica", se debe a que cualquier circunstancia lo genera. Los expertos le dan el nombre de hospitalario a este fenómeno de estados depresivos graves con peligro para el desarrollo y que son consecuencia de la falta de la madre (Scheineider, 1980).

    Por otro lado, y a decir de O. Benkert (1981), cuando un niño ha perdido su agresividad natural, y se inhibe constantemente es que se encuentra haciendo un cuadro depresivo con sus respectivas consecuencias para la vida adulta.

    Melanie Klein (1948), explica el desarrollo de la depresión, diciendo que la base de la depresión se forma en el primer año de vida, en esta etapa los niños atraviesan un estadio evolutivo al que dio el nombre de "actitud depresiva", que se caracteriza por fases de tristeza, temor, y culpa; de no superarse forman la base patológica de la depresión.

    Según Freud (1917), la ausencia de amor, apoyo, a partir de una figura significativa (por lo general uno de los padres) durante un estado crucial del desarrollo del sujeto; predispone la depresión en épocas posteriores a la vida.

    Con respecto a la causa endógena y desde el punto de vista del organismo humano, de su estructura y de su función han sido observados diversos fenómenos de gran interés relacionados con las causas de la depresión, así tenemos: a) factor hereditario, b) cambios hormonales y c) alteraciones bioquímicas.

    En cuanto a las causas somáticas de la manifestación depresiva, Ostow (1963), menciona a algunas enfermedades orgánicas como la hepatitis infecciosa, la enfermedad de parkinson, etc; y el uso de drogas pueden tener su aspecto depresivo.

    Benkert (1981), señala que además de estas enfermedades se incluyen las lesiones cerebrales, epilepsia, afecciones cardiocirculatorias, abuso crónico del alcohol, etc; como causantes de depresiones.

    Así mismo Kielholg (1971), señala y correlaciona al estado depresivo, de la depresión orgánica como un daño orgánico posible de captar, en donde la estructura cerebral se encuentra lesionada.

    Con relación a la sintomatología de la depresión con fines didácticos para su comprensión se dividen en: síntomas anímicos, motivacionales y conductuales, cognitivos, físicos e interpersonales.

    En los síntomas anímicos, la tristeza es el síntoma anímico por excelencia de la depresión (Klerman, 1987). Aunque los sentimientos de tristeza, abatimiento, pesadumbre, infelicidad (habituales) en ocasiones predomina; también está presente la irritabilidad, sensación de vacío, ansiedad, incluso en depresiones graves el sujeto puede llegar a negar sentimientos de tristeza.

    Los síntomas motivacionales y conductuales, implican el estado general de inhibición, disminución en la capacidad de disfrute, levantarse de la cama por las mañanas o asearse puede convertirse en tareas casi imposibles, hay casos de abandono laboral, estudios, retardo psicomotor (forma grave, enlentecimiento generalizado de las respuestas motoras, el habla, etc.).

    Dentro de los síntomas cognitivos, la memoria, atención y concentración pueden llegar a resentirse, incapacitando su desempeño, el contenido de las cogniciones de una persona depresiva está bien alterado, la valoración de sí, de su entorno pueden ser negativas, autodepreciación, autoculpa, baja autoestima (se plantea que las cogniciones serían un elemento etiológico de la depresión más que un síntoma de la misma).

    En los síntomas físicos, aparecen cambios físicos y suele ser uno de los motivos principales por los que se solicita la ayuda de un profesional. Problemas de sueño (insomnio, quedarse dormido, despertarse frecuentemente, despertar precoz), fatiga, pérdida de peso, disminución del deseo sexual, molestias corporales (dolor de cabeza, espalda, nauseas, vómitos, estreñimiento, micción dolorosa, visión borrosa. Así pues, los síntomas físicos a veces se consideran como una importante línea divisoria entre la depresión normal y la clínica, o entre aquellos que buscan ayuda médica o psicológica; y aquellos que no lo hacen (Goldberg y Huxley, 1992).

    La Adolescencia es el periodo de crecimiento y desarrollo humano comprendido aproximadamente entre los 12 y 18 años de edad, que transcurre entre la pubertad y la edad adulta. La adolescencia es una fase dinámica en el continuo de la vida, durante la cual tienen lugar profundos cambios en el desarrollo físico, fisiológico y bioquímico, así como en el de la personalidad, de manera tal que el niño se transforma en un adulto sexualmente "atractivo", capaz de mantener en la reproducción (Schonfild, 1992).

    Su aparición está señalada por la pubertad, que es el comienzo de todo proceso somático y psíquico, el cual está influenciado por el ambiente social y cultural.

    El autor Horrocks (1990), considera al adolescente como "un periodo de transformación física, emocional y social". Señala que el desarrollo humano, es un fenómeno que implica aspectos físicos, mentales, sociales y culturales; cuya base biológica del desarrollo está dada en el propio organismo. Y los agentes de la sociedad que enseñan al individuo a desarrollarse, de acuerdo con los cánones sociales aprobados. El trabajo de la escuela, los oficios, amigos y citas, toque de queda (hora que los chicos de una edad deben estar en su casa) y apariencia personal. La mayoría de estos desacuerdos se resuelven con menos problemas del que se cree a menudo, tales peleas pueden reflejar alguna búsqueda profunda de independencia o puede ser, con bastante exactitud la continuación de los esfuerzos de los padres para enseñar a los hijos a someterse a las reglas sociales.

    La discordia por lo general, aumenta durante la temprana adolescencia, se estabiliza durante la mitad de esta y luego disminuye y después que la persona joven tenga alrededor de los 18 años.

    Nivel social: La conducta apropiada para la masculinidad o femineidad se ira definiendo socialmente. Cada sociedad fija patrones para el varón y la mujer, cuando estos son inadecuados o injustos, deben ser modificados mediante la educación.

    Logro de identidad sexual: Nuestra identidad sexual parte desde el momento mismo de la concepción en el mensaje genético de la unión óvulo – esperma. La niña o niño crece, irá adquiriendo las características propias de su sexo a través del aprendizaje que se da en la familia y a través de los modelos de hombre y mujer que le presente su ambiente. Los roles asociados al sexo masculino y femenino en nuestra sociedad difieren entre sí. Así, la dulzura, la suavidad y ternura son características deseables para las niñas y la búsqueda y agresividad son mucho mejor toleradas cuando se trata de niños varones. Los niños aprenden a comportarse "como hombres" y "como mujeres" a través de la imitación y la identificación con el progenitor del mismo sexo. Los padres, la familia y la sociedad en general refuerzan el que se aprendan las conductas que se asocian al propio sexo. O sea, las niñas reciben aprobación por comportarse en forma femenina y los niños reciben aprobación por comportarse en forma masculina.

    Por tanto, puede afirmarse, en términos generales, que las personalidades femenina y masculina están influenciadas por la carga biológica de los individuos al nacer y por las experiencias de aprendizaje que se dan con relación al ambiente, a los padres y a los adultos importantes en la vida de los niños. En este sentido, es interesante señalar que las practicas de crianza infantil difiere entre culturas y también en el tiempo y lo que resulta deseable en una sociedad no necesariamente es deseable en otra (Mónica Silur).

    La autoimagen de un adolescente y las relaciones con los compañeros y los padres están muy relacionados con la sexualidad. La actividad sexual – besos accidentales, caricias y besos, manoseo, besuqueo, contacto genital – lleva un número de necesidades importantes de los adolescentes, una de las cuales si lo es el placer físico. Masturbacion: o autoestimulación sexual, es la primera experiencia de la mayoría de la gente joven y es casi universal.

    Establecer con seguridad el comienzo de la adolescencia, es difícil porque la edad de la madurez sexual es muy variable; como promedio la adolescencia se extiende desde los 13 años hasta los 18 años en las mujeres y desde los 14 a los 18 años en los hombres. En el código del niño y del adolescente (parte preliminar) el adolescente es considerado como tal de los 12 años hasta cuando cumpla la mayoría de edad.

    Los aspectos emocionales, en el adolescente, sufren cambios; de tal manera que las emociones como estado psíquico tienen sus características positivas y negativas. Entre las positivas se destacan las emociones que constituyen fuente de motivación como, el miedo, la ira, el amor, la curiosidad, etc. estas características positivas impulsan al individuo a la acción. La emoción puede constituirse en una fuente de esfuerzo constructivo. Las emociones negativas o nocivas de la tensión emocional son las pesadillas, insomnios, dolores de cabeza, pérdida de apetito, trastornos digestivos, pérdida de peso y de energías, decaimiento, inconstancia en las relaciones, son efectos de la tensión emocional. Uno de los efectos más grandes de las emociones es que la repetición constante se convierte en hábito. Por ello al adolescente se le debe orientar para que logre un dominio de la emociones, a fin de satisfacer las exigencias sociales y eliminar los efectos perjudiciales de las emociones, sobre las conductas, actitudes y bienestar en general. Entre las características de la adolescencia, encontramos a las características del crecimiento físico: y que comprende básicamente de estatura de peso: se cree que el mudo más rápido y simple de comprobar el crecimiento físico, es la estatura del pie (Meredith, 1969), Estirón: El crecimiento físico durante la infancia y la adolescencia parece mostrar tres ciclos claros (Tanner 1962). El primero que se extiende desde un mes después de la fertilización hasta dos años después del nacimiento. Durante el segundo ciclo, que se extiende de la edad de dos años a la de siete, la tasa de crecimiento tiene su cita por los 2 años y medio. El tercer ciclo, empieza gradualmente a los siete u ocho años de edad, entre los 9 y 15 años. Todo muchacho crece rápidamente en casi todas las dimensiones corporales, lo que constituye el llamado "estirón".

    La iniciación del crecimiento de la adolescencia y los cambios constantes empieza con la secreción normal de ovarios, testículos y glándulas suprarrenales en la corriente sanguínea y tejidos. El desarrollo de la adolescencia se debe a la combinación de varias hormonas. La secreción de gonadotrofinas comienza por el mismo tiempo en el que aparece el vello pubiano en los dos sexos y alcanza niveles de adultez con la madurez de las características sexuales secundarias.

    pubertad: es decir, el periodo que se produce la madurez sexual forma parte de la adolescencia, pero que no equivale a esta que comprende todas las fases de la madurez y no solo la sexual. Como promedio la pubertad dura unos cuatro años. Durante unos dos años el cuerpo se prepara para la reproducción y aproximadamente otros dos sirven para completar el proceso.

    Entre los cambios corporales que se presentan en el varón tenemos: el cambio de voz aparición del vello en las axilas cara y pubis, desarrollo de los músculos y aumento de la fuerza, aparición de acné en la cara. se inicia la producción permanente de los espermatozoides en los testículos (el hombre no nace con el espermatozoide.

    Los cambios corporales en la mujer, van a comprender los siguientes: aparición del vello en las axilas y pubis, aparición de acné, desarrollo de las mamas, las caderas se redondean uy se afina la cintura. se inicia la maduración de los óvulos con los cuales nace la mujer y viven de 12 a 24 horas aproximadamente.

    Las características sexuales primarias: son los órganos necesarios para la reproducción. en la mujer, las estructuras del cuerpo involucradas son los ovarios el útero y la vagina, en el varón son los testículos, el pene, la glándula prostática y las vesículas seminales. durante la pubertad, estos órganos se agrandan y maduran. Ahora bien, el signo principal en las chicas es la menstruación; mientras que el signo principal de la madurez sexual en los chicos es la presencia del esperma en la orina (un chico es fértil tan pronto como se presenta el esperma).

    Con respecto a las características sexuales secundarias, éstos va a ser: cambios en la voz, textura de la piel y vello publico, vello publico facial en las axilas y en el cuerpo. el vello púbico que en el principio era recto y sedoso eventualmente llega a ser áspero y ensortijado y aparece en diferentes patrones de varones y mujeres. el vello axilar crece en debajo del brazo, en general los chicos adolescentes se ponen felices de ver vellos en su cara y pecho pero los chicos se aterran por la apariencia de una cantidad insignificante de facial alrededor de los pezones aunque este fenómeno es normal. La piel tanto de los chicos como de las chicas llega a ser más áspera y grasosa. el aumento en la actividad en las glándulas sebáceas (que segregan una sustancia grasosa dar lugar a las erupciones de barros y espinillas que son la ruina de muchas vidas de adolescentes. el acné es más problemático en chicos que en chicas y parece estar relacionado con el aumento en las cantidades en las hormonas testosteronas del varón.

    Entre las características cognoscitivas del adolescente busca un lugar en el marco social adulto, por ello tiende a participar en las ideas ideológicas de un grupo mayor que lo motiva a un aprendizaje cognoscitivo, obteniendo mayor conocimiento y que aprenderá a diferenciar entre lo que le gustaría ser y crearse expectativas. Ejemplo: qué desearía hacer como profesional?. O, en qué le gustaría trabajar? Es importante conocer sus habilidades cognoscitivas porque de ello va a depender su capacidad de entendimiento, comprensión, para las frustraciones. El fracaso en el área intelectual puede generar en el sujeto reacciones emocionales diversos como: ansiedad, tensión, sentimiento de minusvalía, timidez, desajuste a nivel social y agresividad.

    Según Piaget (1976), el nivel superior de desarrollo cognoscitivo se alcanza en la adolescencia, con el surgimiento del pensamiento de las operaciones formales. El pensamiento del adolescente se caracteriza por la capacidad para emplear conceptos abstractos con menor dependencia de las percepciones concretas, valorar sucesos hipotéticos y futuros, considerar todas las posibles combinaciones de conceptos de un problema y coordinar de una manera sistemática las variables relacionadas.

    De acuerdo con Piagget los adolescentes entran al mas alto nivel de desarrollo cognoscitivo; él llamó a este nivel el cual se caracteriza por la capacidad para el pensamiento abstracto, la etapa de las operaciones formales.

    En la etapa mas temprana de las operaciones concretas, los niños pueden pensar lógicamente solo acerca de lo concreto, el aquí y el ahora. Los adolescentes ya no están limitados de esta manera: ahora pueden trabajar con abstracciones, probar hipótesis y ver infinitas posibilidades. La capacidad para abstraer tiene consecuencias emocionales también, mientras que antes el adolescente podía querer a su madre u odiar a un compañero ahora puede dejar la libertad u odiar la explotación.

    Se iría determinando el desarrollo de su propia identidad y el logro de su autonomía, en una renovada búsqueda de la identidad de si mismo. Busca su imagen no dentro de si mismo sino afuera, en gente de su misma edad, se identifica con ellos, ya que es allí donde va a encontrar seguridad, comprensión, popularidad y la aceptación que necesita, porque son jóvenes que están atravesando los mismos cambios y conjuntamente, irán logrando reafirmando su propia identidad para lograrlo deberá producirse una ruptura con los padres, es decir lo que ata al niño a su familia es una ruptura necesaria (no de tipo afectivo). Muchas veces los padres dificultan la interrelación grupal y no acepta que crezca y tenga una vida propia y autónoma.

    Lucha constantemente para lograr su autonomía, para combatir los antiguos modelos de comportamiento infantil de dependencia y obediencia, ahora deberá enfrentarse a elecciones vitales como el amor, profesión, ideología y política.-

    La búsqueda de la identidad es un viaje de toda la vida, que empieza con la adolescencia. Como Erickson lo subraya (1950), este esfuerzo de darle sentido a si mismo al mundo no es "una especie de maduración de un malestar". Es, en su lugar, los conflictos en esta lucha estimula el crecimiento y el desarrollo personal.

    La identidad personal es un proceso que comienza a esbosarse en la infancia y se construye a lo largo de la vida. En la infancia la actitud de nuestros padres y/o de los adultos significativos que nos rodean juegan un papel muy importante, es como nos percibimos a nosotros mismos; así como un niño que ha sido elogiado y estimulado y que siente el apoyo y aprobación de sus compañeros y otros adultos importantes para él o ella, va a tener mayores probabilidades de sentirse bien consigo mismo de valorarse como persona y desarrollar confianza en su capacidad de tener éxito, que un niño (a) cuyo estimulo de crianza se haya caracterizado por la critica permanente y el castigo excesivo.

    Sin un niño ha estado sometido a este tipo de educación, lo mas probable es que aprenda a ver solo los aspectos negativos de su personalidad (los defectos y no va a ser fácil que descubra sus aspectos positivos, sus virtudes) y desarrolle confianza en sí mismos. Los cierto es que los seres humanos tenemos virtudes y defectos y aprendemos a vernos y conocernos asimismo dejamos que éstas virtudes o defectos desarrollen su actividad dentro del grupo.

    Con respecto a las investigaciones internacionales que sustentan nuestro trabajo, se pudo tener acceso a las siguientes: la realizada por Rosselló, Luisa , Sola Ralat, Martínez & Nieves (1992), quienes usando el inventario de depresión para niños (CDI) evaluaron a 217 participantes entre 7 y 16 años de edad de una escuela de la comunidad, 57% (n 125) mujeres y 43 % (n 92) varones. Los resultados demostraron que 28% (n 61) de los participantes presentaban características de depresión moderada, mientras que 18% (n 40) depresión grave.

    En otro estudio, Nieves, Rosselló & Guisasola (1993), exploraron diferencias en edad y género entre niños, niñas, y adolescentes con depresión. En una muestra de comunidad por disponibilidad participaron 243 jóvenes entre 7 y 16 años de edad, para evaluar diferencias por género en torno a la depresión. Se aplicó el CDI, para evaluar sintomatología depresiva, diferencias por género y edad en la puntuación general del CDI no resultaron significativas pero diferencia en género y edad en términos de sintomatología fueron significativas; las mujeres informaron llorar y sentirse solas más frecuentemente en peleas. En comparación los niños y niñas demostraron puntuaciones significativamente más altas en reactivos concernientes a toma de decisiones, soledad, preocupaciones en torno a dolores y sufrimientos, disgustos por apariencia, desobediencia, peleas, y relaciones interpersonales difíciles.

    Rosselló (1993), publicó un informe con dos estudios de casos de adolescentes deprimidos, quienes estuvieron bajo tratamiento interpersonal y cognitivo conductual (12 sesiones). Se aplicaron dos medidas del CDI, el Inventario de depresión para niños y la Escala de depresión del centro de estudios epidemiológicos (CES-DC), como la Escala de autoconcepto de Piers Harris (PHSCS) antes y después del tratamiento. Los resultados indicaron que después del tratamiento disminuyó la sintomatología depresiva y aumentó la autoestima, comprobando así la viabilidad de estos acercamientos.

    Gonzáles & Andrade (1993), realizaron una investigación con los "estresores cotidianos, malestar depresivo e ideación suicida en adolescentes mexicanos", demostraron que en la adolescencia las relaciones con el grupo de pares constituyen elementos importantes para establecer nuevas relaciones sociales maduras, donde el grupo de amigos compite con el grupo familiar de referencia. Este trabajo intentó identificar la relación entre algunos estresores sociales cotidianos, el malestar depresivo e ideación suicida en adolescentes mexicanos. Los resultados indican que en adolescente varones y mujeres los conflictos con el mejor amigo (a) se relacionan con ánimos depresivos y tendencias a somatizar el malestar. Además las mujeres tienden a sentirse mal en sus relaciones interpersonales y con ideación suicida. Se pudo apreciar que el malestar depresivo tenía una forma diferente de expresión psicoplástica según el sexo.

    En otro estudio, Martínez & Rosselló (1995), exploraron la relación entre funcionamiento familiar y depresión, en una muestra de 265 estudiantes puertoriqueños del área metropolitana, con edades de 9 a 20 años, se utilizaron como instrumentos el Inventario de depresión para niños (CDI), el de Funcionamiento Familiar (FAM), y la Escala de envolvimiento emocional y crítica familiar (FEICS). Los resultados indicaron una correlación alta y significativa entre sintomatología depresiva y funcionamiento familiar pobre; las áreas de comunicación, envolvimiento emocional y cumplimiento de tareas en la familia se identificaron como las variables de mayor valor predictivo de sintomatología depresiva.

    Velásquez, Sáez & Rosselló (1995), exploraron las estrategias de manejo y síntomas depresivos en adolescentes, encontrando que los adolescentes utilizan más las estrategias de manejo por separado, siendo la más utilizada la de aliviar tensiones por medio de las distracciones y la menos utilizada fue la de aliviar tensiones por medio del uso y abuso de sustancias, expresiones de enojo o ambas.

    En otro estudio Sáez & Rosselló (1996), encontraron que en la relación entre percepción sobre los conflictos maritales de los padres, el ajuste familiar y la sintomatología depresiva en un grupo de adolescentes puertorriqueños. Los resultados reflejaron una relación positiva y significativa entre desajuste familiar y sintomatología depresiva.

    En la búsqueda de por Base de datos como Psyclit, Lilacs, se encontraron los siguientes reportes: Chan, David W. (1997), realizó una investigación sobre "Síntomas depresivos y competencia percibida entre estudiantes chinos de Escuelas Secundarias en Hong Kong".

    Por otro lado, Doll, Beth (1996), investigó sobre "Prevalencia de desórdenes psiquiátricos en niños y jóvenes: una agenda en defensa de la psicología escolar".

    Así mismo Marcotte, Diane (1995), elaboró un estudio sobre "la influencia de las distorsiones cognitivas, autoestima y actitudes hacia la pubertad en los síntomas de depresión en adolescentes". Universidad de Quebec. A Trois-Rivieres Canadá.

    También Berman A.L. & Jobes D.A. (1995), investigaron sobre "prevención del suicidio en adolescentes (edades 12 a 18 años): hacia el año 2000.

    Gonzáles, F. & Andrade, P. (1994), desarrollaron un trabajo sobre "estresores cotidianos, perturbaciones depresivas e ideaciones suicidas entre adolescentes mexicanos hombres y mujeres".

    Del mismo modo Peters, M. & Weller, E (1994), elaboraron un estudio sobre "varias semanas de síntomas depresivos después de ser expuesto al suicidio de un amigo, un desorden depresivo mayor negativo".

    Por otro lado. Levy, Alan & Land, Helen (1994), exploraron sobre "intervenciones escolares de base con adolescentes deprimidos de minorías ".

    Cole, Lise, Pronovost, J. & Larochelle, L (1993), realizaron un estudio sobre síntomas de depresión en adolescentes con tendencias suicidas".

    También Roberts, R. (1992), investigó sobre manifestación de síntomas depresivos entre adolescentes: una comparación de mejicanos americanos con la mayoría y otras poblaciones minoritarias".

    Así mismo Bailly, D., Alesandre, J. & Collinet, C (1990), desarrollaron un estudio sobre "depresión en adolescentes: un estudio en una población de estudiantes de escuelas secundarias. (Ver Anexo Nº 1).

    Dentro de las investigaciones nacionales, se pudo encontrar a Mezzich I, J. (1971), que hizo un análisis de depresión y un deslinde tipológico utilizando la Escala de Automedición de la Depresión de Zung, pretendiendo un análisis clínico de la depresión dando mayor importancia a esbozar un perfil sindrómico y el deslinde de sus tipos fundamentales.

    Por otro lado Cabrejos P. José (1972), utilizando la Escala de Automedición de la Depresión de Zung, intenta contribuir con el estudio de la depresión en el medio obrero. La muestra fue de 200 obreros teniendo en cuenta sexo, edad, raza, estado civil, grado de instrucción, raza, como elementos que influyen en la depresión. Obtuvo los siguientes resultados: índices promedios de la muestra estudiada (53,23) EAMD, categoría de depresión leve o moderada, el estado civil ejerce influencia en cuanto a la presentación de síntomas depresivos , a mayor grado de instrucción, menor índice depresivo; se encontró que un factor importante en el desarrollo de los síntomas depresivos , es el sexo femenino.

    Murillo (1997), realizó una investigación sobre "Depresión en pacientes con tuberculosis pulmonar que asisten a un programa de control del Hospital Hipólito Unanue, utilizando la Escala de Automedición de la Depresión de Zung, encontró que a mayor tiempo de enfermedad mayor es el grado de depresión. Por otro lado, considerando la variable sexo, encontró que en las mujeres es más intenso, acentuándose los grados depresivos debido a la enfermedad que padecen.

    Es dentro de estas consideraciones que nos proponemos determinar cuál es el nivel de depresión en un grupo de adolescentes de un centro educativo, en tal sentido precisamos nuestra hipótesis conceptual que en este estudio se considera al factor género como el determinante de diferencias significativas en los niveles de depresión en los adolescentes.

    Determinar esta relación será significativa en tanto nos permitirá determinar y establecer posibles causas en el desarrollo de los síntomas depresivos en la adolescencia. Pues en la actualidad es cada vez más extendido el desencanto, la desesperanza, en grupos humanos, adultos, y adolescentes, en un contexto en el que está más extendido la pobreza, el sufrimiento y que solo una minoría accede al nivel de vida compatible con la condición humana. Esto nos lleva a plantear que vivimos en un tiempo de grave crisis psicosocial, económica y moral, lo que origina y genera una inestabilidad emocional y consecuentemente el incremento de enfermedades entre ellas la depresión, presente en casi todos los cuadros somáticos y que acompaña las formas de vida cotidiana.

    La depresión, actualmente, es después de los problemas de adaptación, la causa más frecuente de visitas consecutivas a los servicios de atención primaria, un problema serio de salud mental, un trastorno que afecta a todas las edades, condiciones, y situaciones. Así en el adolescente que atraviesa por una etapa de profundos cambios, los experimenta afectando los aspectos emociomnales, intelectuales, y valorativos, como en el nivel familiar, social, y escolar.

    Por estas razones, esta investigación asume una importancia porque brindará un aporte científico en relación a la existencia de la depresión en adolescentes, y que a su vez nos permitirá identificar categorías de depresión en este grupo particular, que servirá a posteriores investigaciones.

    Con tales considerandos, nos permitimos responder a la siguiente interrogante

    Planteamiento del problema

    ¿Qué diferencias estadísticas existe en el nivel de depresión entre varones y mujeres del quinto de secundaria de un colegio nacional del Distrito de Los Olivos?.

    Objetivos

    El Objetivo general es:

    Determinar cuál es el nivel de depresión en un grupo de varones y mujeres que cursan el quinto año de secundaria en un Centro educativo Nacional del Distrito de los Olivos.

    Los Objetivo específicos son:

    Determinar el nivel de depresión y las categorías de depresión más significativas en el grupo muestral, en función al género. Y

    Comparar el nivel de depresión en varones y mujeres del quinto año de secundaria de un Colegio nacional del Distrito de Los Olivos..

    Hipótesis

    H1. Existen diferencias estadísticamente significativas en el nivel de depresión entre varones y mujeres del quinto de secundaria de un Colegio Nacional del Distrito de los Olivos.

    H0. No existen diferencias estadísticamente significativas en el nivel de depresión entre varones y mujeres del quinto de secundaria de un Colegio Nacional del Distrito de los Olivos.

    II. MÉTODO

    1. El presente trabajo es una investigación descriptiva comparativa.

    2. Diseño.

      La muestra está constituída por 92 estudiantes de ambos sexos cuyas edades fluctúan entre los 15 a 17 años de edad, que se encuentran estudiando el quinto de secundaria en un Colegio Nacional del Distrito de Los Olivos.

      El tipo de muestreo utilizado es el intencional.

      Los criterios de inclusión de la muestra son los siguientes:

      Edad : 15 a 17 años

      Condición : Estudiantes de quinto año de secundaria.

      Procedencia : Colegio Nacional.

      Participación : Voluntaria.

      A continuación se presenta la Tabla Nº 1 que muestra las principales características de la muestra:

      TABLA Nº 1.

      Distribución de la muestra según sexo y edad

    3. Participantes

      Para medir los niveles de Depresión de un grupo de adolescentes varones y mujeres se ha empleado la Escala de Automedición de la Depresión (EAMD) de William Zung y Zung, también conocido como Escala de Depresión de Zung; el mismo que establece un marco de referencia de las conductas ansiosas, basado en un cuestionario de 20 frases o relatos referidos por el paciente a manifestaciones de características de depresión como signo significativos en relación a trastornos emocionales.

      La Escala de Depresión de Zung consiste en un cuestionario de 20 frases, informes o relatos. Cada uno de los cuales se refieren a un síntoma o signo característico de la depresión.

      En conjunto las 20 frases abarcan síntomas depresivos, como expresión de trastornos emocionales y se presenta en una ficha con cuatro columnas de elección tituladas:

      Así mismo se observa que en el lado izquierdo de la tabla de evaluación, comprende cuatro columnas en blanco encabezado por las respuestas: "Muy pocas veces", "Algunas veces", "Muchas veces" y "Casi siempre".

      A los examinados les es imposible falsificar tendencias en sus respuestas, porque la mitad de los ítems están redactados como síntomas positivos y la otra mitad como síntomas negativos

      La aplicación puede ser individual o colectiva. Forma de evaluación: Para su aplicación se le pide al sujeto que ponga una marca en el recuadro que el considere más adecuado a como se ha sentido en la última semana.

      Calificación del Instrumento: Para obtener la calificación, se coloca la hoja de respuestas bajo la guía de puntuación y se escribe el valor de cada respuesta en la columna de la derecha y la suma de todas ellas al pie de la página.

      Para obtener el grado de depresión se compara la Escala obtenida con la escala clave para efectuar el recuento, con un valor de 1, 2, 3, 4 en orden variable según si la pregunta está formulada en sentido positivo o negativo. Luego se suman todos los valores parciales. A continuación se convierte la puntuación total en un índice basado en 100. En este sentido, con la Escala EAMD, se intenta estimar el estado de depresión presente en términos de medición cuantitativa de niveles de depresión, al margen de la causa.

      Por otro lado esta Escala nos permite relacionar los síntomas depresivos y las frases de la EAMD. Aunque estas frases están escritas en el lenguaje común del paciente con depresión. Cada una de ellas identifica un síntoma reconocido de la depresión. Entonces se tiene una lista de dichos síntomas y las frases que los expresan. Siendo descrito de la siguiente manera:

      1. Estado afectivo persistente

      2. Trastornos fisiológicos

      3. Trastornos psicomotores

      4. Trastornos psíquicos

      NIVELES DE DEPRESIÓN QUE CONSIDERA EL INSTRUMENTO

      Respecto a la validez y confiabilidad Zung (1965) valida la escala aplicándola, en primer lugar a un grupo de pacientes de Consultorio Externo en el DUKE PSYCRHIASTYK HOSPITAL, con diagnóstico de depresión, ansiedad y otros desórdenes de la personalidad. Los diagnósticos fueron establecidos separadamente por otros clínicos, obteniendo puntuaciones con escalas psicométricas standard, antes de la aplicación de ambas escalas.

      En todos los pacientes se encontró una alta correlación entre las puntuaciones obtenidas, y las recogidas con otras pruebas, se encontró así mismo diferencias significativas en relación con la edad, nivel educativo e ingresos económicos. En 1968 se realizó la validación de tipo transcultural, aplicando las escalas en Japón, Inglaterra, Checoslovaquia, Australia y Alemania. La autovaloración en dichos países eran comparables, encontrando que existen diferencias significativas en un grupo de pacientes con diagnóstico de Depresión Aparente y Pacientes deprimidos. Se obtuvo un índice promedio de 74 pacientes con Diagnóstico de Depresión y en sujetos normales, un promedio de 33. En este mismo trabajo Zung delimitó sus niveles de cuantificación de la Ansiedad y la Depresión.

      Utilizando la Escala de Síntomas Depresivos de Zung (1975), va a encontrar en Estados Unidos, que el 13% de los sujetos de su muestra van a presentar muchos síntomas depresivos.

      Al igual que en Zaragoza (1983). Se encuentra un 6.8% de sujetos con fuertes síntomas. La prevalencia de síntomas depresivos oscila entre 13 y 20 % de la población, según BOYD Y NEISSMAN (1982). Así mismo en España con la Escala de Síntomas de Zung, se encontró una prevalencia del 7%. Esto equivalía a una cifra de dos millones de adultos.

    4. Instrumento
    5. Procedimiento

    Para el desarrollo de nuestra investigación se coordinó con la Directora del Centro Educativo para aplicar la Escala de Automedición de Depresión en los alumnos del quinto de secundaria. Para ello se hizo entrega de la carta de presentación otorgado por la Universidad. Fijándose la fecha para la evaluación.

    El día fijado, 13 de noviembre, a las 4 pm se realizó la aplicación de la Escala a 106 alumnos entre varones y mujeres de 15 a 17 años de edad, se les entregó el cuestionario, y se leyeron las instrucciones indicándoles la manera de marcar el recuadro más aplicable a él en el momento de la prueba.

    Se les recomendó que no dejaran de marcar ninguna alternativa, que responder a toda la escala representa una valiosa información que ayudará a conocerlos mucho más.

    Culminada las explicaciones se procedió a dar la señal de inicio de la prueba, la que tubo una duración promedio de 20 minutos.

    Al término de la aplicación se agradeció la participación de los alumnos por su apoyo y colaboración.

    Se controlaron los estímulos ambientales retirando de las paredes aquellos que eran considerados como distractores (material didáctico).

    De las 106 pruebas aplicadas, se descartaron 14 por presentar criterios diferentes a los establecidos para la inclusión de la muestra, luego se procedió a la corrección, tabulación y análisis de resultados.

    Relevancia de la Investigación

    La depresión, actualmente, es después de los problemas de adaptación, la causa más frecuente de visitas consecutivas a los servicios de atención primaria, un problema serio de salud mental, un trastorno que afecta a todas las edades, condiciones, y situaciones. Así en el adolescente que atraviesa por una etapa de profundos cambios, los experimenta afectando los aspectos emociomnales, intelectuales, y valorativos, como en el nivel familiar, social, y escolar.

    Por tales razones, esta investigación asume una importancia porque brindará un aporte científico en relación a la existencia de la depresión en adolescentes, y que a su vez nos permitirá identificar categorías de depresión en este grupo particular, que servirá a posteriores investigaciones.

    Resultados

    De acuerdo a los resultados encontrados podemos señalar que entre los adolescentes varones y mujeres de nuestra muestra, no existen diferencias estadísticamente significativas, por lo que se acepta la hipótesis nula que dice que "no existen diferencias estadísticamente significativas en una muestra de varones y mujeres estudiantes del quinto de secundaria de un Colegio Nacional del Distrito de los Olivos.

    Aunque puede observarse que dentro del promedio de puntuaciones obtenidas para cada grupo en función al género, existen diferencias pues en el de los hombres sus puntuaciones los ubican en la categoría de Dentro de los límites normales, al grupo de mujeres sus puntajes la ubican en el límite inferior de la categoría de depresión Leve o moderada.

    Asimismo, el análisis de los datos nos permite determinar que un gran porcentaje de la muestra de varones se ubica en la categoría de Dentro del límite (23 sujetos) ocupando el segundo lugar la categoría de Depresión leve o moderada (12 sujetos). Mientras que en el grupo de las mujeres existe una cantidad similar en las categorías de Dentro del Límite y Depresión leve o moderada (19 sujetos respectivamente), aunque en este grupo también existen 2 sujetos ubicados en la categoría de depresión severa (1%).

    Estos resultados no hacen sino indicar que efectivamente en el proceso de adquisición de los síntomas depresivos, en la muestra, existe una relación en cuanto al género.

    Recomendaciones

    Se recomienda elaborar Programas de mejoramiento del Autoestima, como una alternativa para combatir la depresión en adolescentes secundarios.

    Ampliar al investigación a muestras significativas, así como el abordamiento de otras variables y grupos muestrales.

    Se recomienda estructurar Programas tendientes a mejorar los modos de afrontamiento frente a la depresión aplicable a las mujeres..

    Procedimiento

    Para el desarrollo de nuestra investigación se coordinó con la Directora del Centro Educativo para aplicar la Escala de Automedición de Depresión en los alumnos del quinto de secundaria. Para ellos se hizo entrega de la carta de presentación otorgado por la Universidad. Fijándose la fecha para la evaluación.

    El día fijado, 13 de noviembre, a las 4 pm se realizó la aplicación de la Escala a 106 alumnos entre varones y mujeres de 15 a 17 años de edad, se les entregó el cuestionario, y se leyeron las instrucciones indicándoles la manera de marcar el recuadro más aplicable a él en el momento de la prueba. Se les recomendó que no dejaran de marcar ninguna alternativa, que responder a toda la escala representa una valiosa información que ayudará a conocerlos mucho más.

    Culminada las explicaciones se procedió a dar la señal de inicio de la prueba, la que tubo una duración promedio de 20 minutos.

    Al término de la aplicación se agradeció la participación de los alumnos por su apoyo y colaboración. Se controlaron los estímulos ambientales retirando de las paredes aquellos que eran distractores (material didáctico).

    De las 106 pruebas aplicadas, se descartaron 14 por presentar criterios diferentes a los establecidos para la inclusión de la muestra, luego se procedió a la corrección, tabulación y análisis de resultados.

    DISCUSIÓN

    De acuerdo a los resultados obtenidos podemos señalar que entre los adolescentes varones y mujeres de nuestra muestra, no existen diferencias estadísticamente significativas, por lo que se acepta la hipótesis nula que dice que "no existen diferencias estadísticamente significativas en una muestra de varones y mujeres estudiantes del quinto de secundaria de un Colegio Nacional del Distrito de los Olivos.

    Aunque puede observarse que dentro del promedio de puntuaciones obtenidas para cada grupo en función al género, existen diferencias pues en el de los hombres sus puntuaciones los ubican en la categoría de Dentro de los límites normales, al grupo de mujeres sus puntajes la ubican en el límite inferior de la categoría de depresión Leve o moderada.

    Asimismo, el análisis de los datos nos permite determinar que un gran porcentaje de la muestra de varones se ubica en la categoría de Dentro del límite (23 sujetos, 54,76%) ocupando el segundo lugar la categoría de Depresión leve o moderada (12 sujetos, 28,57%). Mientras que en el grupo de las mujeres existe una cantidad similar en las categorías de Dentro del Límite y Depresión leve o moderada (19 sujetos respectivamente, 38% para cada uno), aunque en este grupo también existen 2 sujetos ubicados en la categoría de depresión severa (10 %).

    Estos resultados no hacen sino indicar que efectivamente en el proceso de adquisición de los síntomas depresivos, en la muestra, existe una relación en cuanto al género; en este sentido coincidimos con los trabajos de Cabrejos P. José (1972), quien utilizando la Escala de Automedición de la Depresión de Zung, en una muestra de 200 obreros teniendo en cuenta sexo, edad, raza, estado civil, grado de instrucción, raza, como elementos que influyen en la depresión. Encontró que a mayor grado de instrucción, menor índice depresivo; se encontró que un factor importante en el desarrollo de los síntomas depresivos , es el sexo femenino. Igualmente con el trabajo de Murillo (1997), quien utilizando la Escala de Automedición de la Depresión de Zung, encontró que a mayor tiempo de enfermedad mayor es el grado de depresión. Por otro lado, considerando la variable sexo, encontró que en las mujeres es más intenso, acentuándose los grados depresivos debido a la enfermedad que padecen.

    Así como los resultados hallados, se reafirman con los hallazgos de, Nieves, Rosselló & Guisasola (1993), quienes exploraron diferencias en edad y género entre niños, niñas, y adolescentes con depresión, para evaluar diferencias por género en torno a la depresión. Encontrando que si bien en la puntuación general del CDI no resultaron significativas, existía una diferencia en género y edad en términos de sintomatología que fueron significativas; las mujeres informaron llorar y sentirse solas más frecuentemente en peleas. En comparación los niños y niñas demostraron puntuaciones significativamente más altas en reactivos concernientes a toma de decisiones, soledad, preocupaciones en torno a dolores y sufrimientos, disgustos por apariencia, desobediencia, peleas, y relaciones interpersonales difíciles. Igualmente nuestros resultados se relacionan con los hallazgos de Gonzáles & Andrade (1993), quienes en la investigación "estresores cotidianos, malestar depresivo e ideación suicida en adolescentes mexicanos", demostraron que en la adolescencia las relaciones con el grupo de pares constituyen elementos importantes para establecer nuevas relaciones sociales maduras, donde el grupo de amigos compite con el grupo familiar de referencia. Este trabajo intentó identificar la relación entre algunos estresores sociales cotidianos, el malestar depresivo e ideación suicida en adolescentes mexicanos. Y que los resultados indican que en adolescente varones y mujeres los conflictos con el mejor amigo (a) se relacionan con ánimos depresivos y tendencias a somatizar el malestar. Además las mujeres tienden a sentirse mal en sus relaciones interpersonales y con ideación suicida. Se pudo apreciar que el malestar depresivo tenía una forma diferente de expresión psicoplástica según el sexo.

    De acuerdo a nuestra hipótesis teórica de que existe una relación entre el factor género y la intensidad de la Depresión, hemos logrado determinar que efectivamente puede existir tal relación, probablemente debido a que en nuestro medio la mujer se encuentra sujeta a una serie de condiciones y presiones de tipo social, que repercuten en su propia identidad y autoestima, que al verse disminuidas van a implicar que los estímulos depresores del medio puedan afectarle significativamente.

    En el caso de los hombres, nosotros encontramos que tienen mayor concentración dentro de los niveles normales, probablemente debido a que en nuestra sociedad tiene mayores posibilidades de canalizar su depresión en otras actividades socialmente aceptadas, que van a disminuir los efectos de los estímulos estresores.

    De acuerdo a los resultados, y considerando los objetivos de nuestro trabajo podemos concluir que:

    1. El nivel de depresión para nuestra muestra los ubica ,en el grupo de varones en la Categoría "Dentro de los límites", alcanzando una puntuación de 49,5.
    2. El nivel de depresión para el grupo de mujeres se encuentra en el límite inferior de la Categoría de "Depresión Leve moderada" alcanzando una puntuación de 52,1.
    3. Respecto a los niveles y categorías de depresión, en el caso de los hombres el 54,76% se ubica en la categoría "Dentro del Límite", el 28,57% dentro de la categoría "Depresión leve o moderada" y el 16,7% en la categoría "De moderada a intensa". Mientras que en las mujeres, el 38% se ubica en la categoría "Dentro del Límite", y otro 38% en la de "Depresión leve o moderada", el 20 % se encuentra en la categoría de "Depresión moderada a intensa", y el 10% en la de "Depresión Severa".

    Partiendo de los resultados y de nuestras conclusiones, podemos sugerir que se hace necesario implementar Programas para disminuir los índices de depresión en estudiantes secundarios, y que se incentiven una mejor identificación personal.

    Que en el trabajo dentro del sistema escolar, el psicólogo pueda desarrollar investigaciones relacionando los factores etiológicos de la depresión en adolescentes en edad escolar.

    Del mismo modo se sugiere ampliarse las investigaciones con otros grupos muestrales de adolescentes estudiantes, así como de aquellos que ingresan a la juventud, considerando otras variables como edad, rendimiento por asignaturas, problemas de conducta, relaciones familiares, y ajuste psicosocial.

    REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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    • VALLEJO, R. & FERRER, G. (1990). Trastornos afectivos: Ansiedad y depresión. Barcelona. Edit. Salvat.

    Las tablas y otros datos pueden solicitarlos a

    JOSUE EGOAVIL DORREGARAY

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