Su Testimonio: El apóstol era deudor de judíos, gentiles, etc. Aunque él deseaba la salvación de su nación, no fue racial; su testimonio era para judíos, griegos, etc. compartiendo con ellos el ministerio de la reconciliación.
Su Fe: Estaba basada en nuestro señor Jesucristo. Como teólogo él interpretó la ley como lo hizo Jesucristo. El estaba persuadido que la hermenéutica viva era Jesucristo, por eso su fe estaba basada en el mismo espíritu con que Cristo interpretó la ley.
Su Entrega: Su vida había sido consagrada incondicionalmente al señor Jesucristo. Su vocación y carrera estaban comprometidas con su Señor, desde que lo conoció en el camino a Damasco hasta el último momento de su existir.
Su Obediencia: Era incondicional al Espíritu Santo, quien dictaba su porvenir. Como líder entendió que sin la dirección del Espíritu Santo era imposible cumplir con la gran tarea de la evangelización, esto fue comprendido por sus seguidores que le imitaron. (Cf. Hch. 20:19-24)
Como Obispo: Había apacentado el rebaño con el consejo de Dios. Sus instrucciones para la iglesia de su época fueron centradas en Cristo. Él instruía a la iglesia a que vieran a sus líderes como coadjutores de los misterios del reino de Dios, y no como líderes de facciones.
Su Autofinanciamiento Siempre fue el soporte para Su ministerio. Sabía estar en abundancia como a padecer escasez, Fil. 4:16. Para no ser carga a nadie, ni codiciar bienes ajenos, con sus recursos propios pudo ayudar a los necesitados. (Cf. Hch. 20:27-35)
Otros aspectos importantes del apóstol Pablo, que contribuyeron a la unidad de la iglesia de Dios, se encuentran en las cartas a las iglesias locales, y pastorales a Timoteo y Tito, escritas desde Roma cerca del año 67 D . C. previo a su muerte.
PERIODO FINAL DEL PRIMER SIGLO
En las cartas paulinas encontramos elementos que contribuyeron a un ecumenismo bíblico, por ejemplo: La salvación es universal: para judíos y gentiles sin discriminación alguna. (Cf. Rm. 5:1-21). El verdadero punto de vista del ministerio:
Los que participan en el ministerio se deben ver únicamente como colaboradores de Dios y no como dirigentes de facciones. (1Co. 3-4) El fin Paulino era sacrificar ciertos derechos y privilegios para ganar a los hombres para Cristo. (1Co. 9:1-27)
La Preeminencia del Amor: Para Pablo como personaje ecuménico, sin el amor no se puede fomentar unidad, ya que el amor es el vínculo de la perfección. (1Co. 13) El amor al que se refiere el apóstol Pablo es el amor Agapao, el amor puro de Dios.
Un solo Cuerpo: o sea una sola iglesia, así como sólo hay una cabeza. En este cuerpo se incluyen judíos y gentiles, Pablo llama a este acto de Dios, un misterio; y en algunas ocasiones la iglesia es llamada un misterio en este contexto, por eso no hay limitación para las razas (Efe. 2:11-22), en ella se establece la unidad de los creyentes diseminados en todo el mundo. (Ef.4:1-6)
Una sola Cabeza: para el apóstol, Cristo es la cabeza y el personaje de unidad que alimenta todo el cuerpo (Cf. Fil. 1-2), él es el ejemplo y paradigma para los siervos de su reino, Ef. 2:20; S. Jn. 13:13-17); su humildad verdadera es importante imitar para fomentar la unidad de la Iglesia.
La Segunda Venida de Cristo: La iglesia apostólica esperaba el regreso glorioso de Cristo; esa esperanza de una unidad en la transformación, los mantenía unidos, como viendo a un grandioso evento escatológico (1 Ts. 4). La resurrección estaba muy ligada a esta esperanza. (1Co.15)
Sabiduría Celestial: El apóstol Santiago da algunos elementos prácticos que contribuyeron en la fraternidad de la iglesia. Él dice que la sabiduría de lo alto es contraria a la sabiduría humana o terrenal. Esta sabiduría divina es importante para la convivencia con nuestros semejantes (Sg. 1:5) y como un antídoto para la lengua indomable (Sg. 3:17,18), la acepción de personas y el orgullo satánico (Stg. 2:1:9;3:14-16).
Oración Solidaria: Como saneamiento para el momento de tribulación, y enfermedad, el espíritu pastoral se hace notar en la confesión y el perdón de ofensas. Esto se constituye en oraciones de fe que ganan almas para el reino de Cristo. (Cf. Stg. 5:13-30)
Aparte de los escritos mencionados y la realidad de la unidad de la iglesia de Dios del primer siglo, están los escritos Joánicos. El apóstol Juan describe la unidad de la iglesia en el final del primer siglo.
Conocimiento Espiritual: En Su primera carta aparece la palabra "Saber" o su equivalente más de 30 veces; se cita siete casos especiales (1Jn. 2:29; 3:2, 5,14; 5:13,15). Este conocimiento espiritual o teológico ayudará a los que lo necesitan para habitar en familia. Este conocimiento apunta a la verdad absoluta que es Cristo.
Amor Perfecto: Para Juan el amor perfecto es Dios, él utiliza muchas veces agapao para describir el amor desinteresado y comprometido de Dios. El que ama a Dios debe amar a su hermano, esa es una señal inconfundible del verdadero hijo de Dios y siervo del Reino. (Cf. 1Jn.3) Porque sólo el que ama a su prójimo está en la verdadera luz.
La Verdad Divina: La verdad divina es luz, y el que está en Dios tiene esa luz. La relación del creyente con los otros creyentes es lo que los une en comunión basada en la verdad de Dios. (2Jn.1:2) Esta es la verdad absoluta de Dios que la teología Joánica llama la verdadera luz, la cual da como resultado comunión los unos con los otros.
En los últimos años del primer siglo, la iglesia fue saturada por influencias de malos maestros que con sus diversas doctrinas desafiaron la Koinonia de la iglesia de Dios creando grupos con diversas clases de doctrinas. Varios de sus elementos que enriquecían su unidad se vieron menguados, como por ejemplo; el amor, la verdad divina, la sabiduría divina, su humildad. En lugar de estos elementos surgieron divisiones y una total anarquía.
Apocalipsis, documento del año 96 D.C. aproximadamente, da una idea de la condición de la iglesia de aquellos días. La iglesia había alcanzado la cúspide de poder y gloria, fortaleza numérica. Su calidad espiritual había mermado el apóstol Juan menciona algunos datos de la condición real de la iglesia.
Flexibilidad Ortodoxa:
Existía en la iglesia cierto grado de complacencia, flexibilidad al tratar con la doctrina Ortodoxa frente a doctrinas falsas. Entre ellas estaban el legalismo del judaísmo, que fue una de las fuerzas que paulatinamente se involucró en la iglesia.
Frialdad Espiritual:
El amor frío se apoderó de la iglesia en esta época. También los falsos apóstoles, los Nicolaítas, la doctrina de Balaán, etc. La aceptación de la filosofía pagana, aceleró la decadencia espiritual de la iglesia. (Cf. Ap. 1-3; 1Jn 5)
Abuso de Autoridad:
Ya para el año 100 D. C. los gentiles sobrepujaron en membrecía de la iglesia. A medida que el tiempo pasaba el gobierno de la iglesia fue controlada por individuos que fomentaron la dictadura. Esto destruyó ciertos elementos espirituales que se mencionó anteriormente alterando la unidad existente. Este gobierno vino a ser controlado por Obispos y hombres de gran autoridad constituyendo una Jerarquía.
3. ¿QUE ES EL EVANGELIO COMPLETO?
Es el mensaje cabal, el cual esta en toda la escritura y apunta a Cristo, redentor de la humanidad pecadora. La palabra euaggelion significa "buenas nuevas" o "buenas noticias", y, cuando la estudiamos, estamos por necesidad en el mismo corazón y centro de la fe cristiana. Euaggelion es, característica y específicamente, una palabra cristiana, que apenas tiene historia fuera del NT. En el griego clásico presenta tres significados.
(I) Originalmente significó "la recompensa dada a un mensajero por traer buenas noticias". Así es como se usa en la Septuaginta (2 S. 4:10).
(II) Después significó "los sacrificios hechos a los dioses cuando se recibían las tales
Buenas noticias".
(Ill) No fue en el griego clásico, sino en el helenista tardío, donde adquirió el significado en sí de "buenas noticias". En la Septuaginta se usa respecto de las "buenas noticias de victoria" (1 S. 31:9), de las buenas nuevas que significan "el nacimiento de un niño" (Jer. 20:15) y, algunas veces, respecto de cualquier tipo de noticias. En la Septuaginta, hay también dos formas de utilizar la palabra que son dos tímidos anticipos del uso que tendría en el NT. En Salmos, el verbo correspondiente se utiliza para publicar la justicia y la salvación operadas por el poder de Dios (Sal 40:10; 96:2) y, en Isaías (40:9; 52:7), se emplea para anunciar las alegres noticias de la venida del ungido de Dios a su pueblo.
En los papiros, tanto el nombre como el verbo apenas se utilizan. El verbo (euaggelizesthai) se usa respecto del esclavo que está dando la noticia de la victoria de algún general, y el nombre (euaggelion) aparece en una inscripción, donde se lee que el nacimiento del emperador romano Augusto era el comienzo de una serie de buenas noticias para el mundo. Pero es el NT donde euaggelion llega a ser una gran palabra.
(I) En esta palabra se resume todo el mensaje cristiano (Mr. 1:1; 1 Co. 15:1). El reino que Jesús predicó es "buenas nuevas" (Mt. 4:23; 9:35; 24:14). La prueba de que euaggelion es el centro del mensaje cristiano se aprecia en el hecho de que aparece setenta y dos veces en el NT y, de éstas, cincuenta y cuatro corresponden a las epístolas de Pablo. Para el más grande los misioneros cristianos el cristianismo era, fundamentalmente, "buenas nuevas". Aquí hay un contraste implícito. La predicación de Juan el Bautista es, con su fuego consumidor, su aventador y su hacha puesta a la raíz de los árboles, lo contrario de buenas nuevas; más bien, son noticias de desastre. Sin embargo, toda la esencia del mensaje de Jesús es "buenas nuevas de Dios".
(II) Algunas veces se dice que el euaggelion es "de Dios" (Mr. 1:14; 1 Ts. 2:2, 8, 9). Son buenas noticias de Dios porque revelan un Dios que los hombres nunca hubieran podido soñar. Son buenas noticias "dadas por Dios" porque Dios está detrás de todo el proceso de la salvación. Siempre será erróneo pensar en un Dios colérico y un Cristo dulce y amable; suponer que Jesús cambió la actitud de Dios hacia los hombres, es un desatino. Fue Dios quien, por el gran amor que tiene al mundo, envió a Su Hijo. Las buenas nuevas son de Dios y desde Dios.
(Ill) Otras veces se dice que el euaggelion es de "Jesucristo" (Mr. 1:1; 2 Co. 4:4; 9:13; 10:14). Son buenas noticias de Jesucristo en dos sentidos:
(a) Jesús las "trajo" a los hombres; sin él nunca las hubieran conocido.
(b) Jesús mismo "era" euaggelion para los hombres. No sólo les dijo cómo es Dios; también les mostró al Padre.
(IV) Algunas veces, Pablo usa la expresión "mi" o "nuestro euaggelion" (2 Co. 4:3; 1 Ts. 1:5; 2 Ts. 2:14). Las buenas noticias vienen de Dios y son de Dios. Las trajo Jesús y son de Jesús. Pero, sin embargo, el hombre debe "apropiárselas". Debe pasarlas por la mente y recibirlas en el corazón hasta que lleguen a ser total e indisolublemente uno.
(V) El euaggelion es para todos los hombres (Mr. 13:10; 16:15; Hch. 15:7). Los judíos habían creído siempre que su nación sería la más favorecida por Dios. Pero el evangelio de Cristo no tiene fronteras. Las buenas noticias son para todos. Veamos ahora algunos aspectos interesantes del euaggelion, de estas "buenas nuevas", con relación a los hombres.
(I) El euaggelion no es un descubrimiento humano, es "una revelación de Dios". El hecho de que Dios es tal y como Cristo nos lo mostró, ningún hombre podía haberlo descubierto mediante un proceso intelectual. El hombre no descubre a Dios. Dios se revela (Gá. 1:11, 12).
(II) El euaggelion es algo en lo que el hombre debe "creer" (Mr. 1:15). El todo del cristianismo consiste en vivir una vida dentro de la inalterable convicción de que las buenas nuevas que Jesús trajo de parte de Dios son verdaderas.
(Ill) El euaggelion es algo que quien lo conoce debe "proclamar a otros" (Ro. 15:19; 1Co. 9:14, 18; 2 Co. 10:14; 11:17; Gá. 2:2). Puede asegurarse que un hombre no ha recibido realmente las buenas noticias hasta que desea compartirlas con otros. Un misionero cuenta de cierto indio que, siendo en principio hostil al cristianismo, se convirtió finalmente, se procuró una Biblia y, estando leyéndola, tropezó con un pasaje que le habló al corazón. Entonces, con el dedo puesto sobre ese mismo pasaje, corrió a la carretera, gritando a todos los que pasaban: "¿Tenéis noticia de esto?" Ningún cristiano debe guardar las buenas noticias para él, sino convertirse en un misionero.
(IV) Un hombre no escoge la tarea de esparcir el euaggelion: le es "confiada" e "impuesta" (1 Ts. 2:4; 1 Co. 9:16). Dicho de forma más literal, es por "amor de Dios" por lo que ese hombre debe transmitir las noticias que ha recibido.
(V) El euaggelion es algo por lo que un hombre debe "arriesgarlo todo" (Mr. 8:35; 10:29; Ro. 1:16; 1 Co. 9:23). Debe estar dispuesto a jugarse el todo por el todo, movido por la certeza de que, el hombre que obedece a Dios, descubrirá que las promesas de Dios son verdaderas.
(VI) El euaggelion es algo a lo que el hombre debe "servir" (Ro. 1:1; 15:16; Fil, 1:12; 2:22; 4:3; 1 Ts. 3:2). La recepción de las buenas noticias significa un "privilegio" y, al mismo tiempo, un "deber". Un hombre tiene que estar dispuesto a dar su vida por lo mismo que se la dio a él.
(VII) El euaggelion es algo que el hombre debe "defender" (Fil. 1:7, 17). Un hombre debe ser, en todo momento, "un defensor de la fe" por medio de su vida, sus palabras, su conducta y sus acciones.
(VIII) El euaggelion es algo que el hombre puede "obstaculizar" (1 Co. 9:12). La responsabilidad del cristiano temeroso de Dios es procurar que su vida invite a los demás a pensar, aunque sólo sea un poco, en la fe cristiana.
(IX) El euaggelion es algo que el hombre puede "desaprovechar" o "rechazar". En última instancia, la voluntad de un hombre es libre. La característica del amor es siempre ofrecer y nunca obligar. Un hombre puede desatender o desdeñar lo que Dios le ofrece; puede vivir como si las buenas nuevas no existieran; pero se pondrá su alma en peligro.
(X) El euaggelion es algo que el hombre puede "distorsionar" o "pervertir" (2 Co. 11:4;Gá. 1:6, 7). Puede darse algo semejante a lo que Pablo llamó "otro evangelio". Cuando un hombre empieza a predicar el evangelio como a él le gustaría que fuera, en vez de como Dios determina que sea, lo único que consigue es predicar "otro evangelio". Solamente después de haber escuchado a Dios, debemos hablar a los hombres. El peligro está en que, en vez de escuchar lo que Dios tiene que decirnos, queramos nosotros decirle a él. A medida que estudiamos euaggelion, siguiendo sus huellas a través del NT, comenzamos a ver que esta palabra tiene ciertas implicaciones.
(I) El euaggelion es "buenas nuevas de verdad" (Gá. 2:5, 4; Col. 1:5). Con la venida de Jesucristo, terminó el tiempo de adivinar sobre Dios y comenzó el de certeza. Con su venida, concluyó el tiempo de andar a tientas, de buscar entre tinieblas el significado y el camino de la vida, y comenzó el de certeza. Cristianismo no es sinónimo de obsequiar a los hombres con una serie de problemas, sino de darles un arsenal de certidumbres.
(II) El euaggelion es "buenas nuevas de esperanza" (Gá. 2:23). El hombre que trata de vivir por sí mismo, dependiendo únicamente del esfuerzo humano, no puede hacer otra cosa que desesperar de él y del mundo. John Buchan definió al ateo como "el hombre cuya carencia de medios de apoyo no se ve". Cuando un hombre se da cuenta de lo que significan las buenas noticias, se llena de esperanza respecto de sí y respecto del mundo.
(Ill) El euaggelion es "buenas nuevas de paz" (Ef. 6:15). Un hombre es inevitablemente una personalidad dividida mientras se esfuerce por vivir solo. Como Studdert-Kennedy dijo: "Una parte de él depende del cielo y la otra de la tierra." Las buenas noticias nos dicen que la victoria está en rendirse, en la muerte del Yo para que surja en nosotros la vida de Cristo. Las buenas noticias hacen posible que el hombre pueda lograr una personalidad totalmente integrada y carente de las viejas tensiones que nos hacían desdichados.
(IV) El euaggelion es "buenas nuevas de la promesa de Dios" (Ef. 3:6). Lo característico de los dioses paganos, e incluso de Dios tal como se le conocía en el AT, era la amenaza. Jesús trajo las buenas nuevas que no hablan del Dios de las amenazas, sino del Dios de la promesa. Esto en ningún sentido significa que no tengamos obligaciones en la vida, pues una promesa obliga tanto como pueda hacerlo una amenaza, pero la obligación que nos impone la promesa es contestar al amor, y, no, agacharse ante la venganza.
(V) El euaggelion es "buenas nuevas de inmortalidad" (2 Ti. 1:10). Frente a la muerte, el pagano se afligía y temía como quien no tiene esperanza (1 Ts. 4:13). Una de las cartas más tristes que figuran en los papiros se refiere a una madre que escribe a los padres de un niñito muerto: "Irene a Taonnophris y Filón, confortaos. Estaba tan apenada, que lloré por vuestro hijo muerto tanto como lo hice por Dídimo. Todo lo que podía hacerse, se ha hecho … Pero, lo mismo que siempre, frente a estas cosas nadie puede hacer nada". He aquí la perspectiva pagana ante la muerte. Pero las buenas nuevas traen la certeza de que la muerte no es el fin, sino el comienzo de la vida; no es la marcha a la aniquilación, sino a estar eternamente con Dios.
(VI) El euaggelion es "buenas nuevas del Cristo resucitado" (1 Co. 15:1; 2 Ti. 2:8). Las buenas nuevas que el cristianismo trae son que no rendimos culto a un héroe muerto, sino que vivimos con el Viviente. No nos hemos quedado solamente con un modelo que copiar y un ejemplo que seguir, sino con un compañero que está continuamente a nuestro lado. La fe del cristiano no está puesta en el protagonista de un libro, en la historia de un hombre que vivió y murió, sino en uno que resucitó de entre los muertos y está vivo para siempre.
(VII) El euaggelion es "buenas nuevas de salvación" (Ef. 1:13). Son noticias de ese poder que nos perdona el viejo pecado, nos libra del pecado presente y nos da fuerzas para vencer al pecado en el futuro. Son buenas nuevas de victoria.
4. EL REINO Y LA IGLESIA
El reino es el espacio donde Cristo mora en esta tierra, en el corazón de la humanidad como rey de Reyes y Señores. La iglesia y otras entidades están dentro del territorio del reino, se puede decir que la Iglesia es un inquilino del reino; el reino es mayor que la iglesia, el reino es una persona, el reino es Jesucristo.
1. La Naturaleza del Reino
Después del arresto de Juan el bautista (Mt. 4.12), Jesús comienza su ministerio publico, sobre todo alrededor del lago de Tiberiades (Mt.4:12-17) su núcleo central de su predicación se refiere a la venida del reino de Dios. San Marcos nos presenta el resumen en el comienzo de su evangelio: "El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios esta cerca; convertíos y creed en la Buena nueva" (Mc.1:15).
¿Que es el reino que esta cerca? Para los fariseos consiste en el cumplimiento pleno de la torah; para los apocalípticos es la venida de los nuevos cielos y la nueva tierra; para los celotas es la instauración de una teocracia política: En cambio el reino de Dios, predicado por Jesús, no es una realidad política, nacionalista, un reino mundano. "Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi gente hubiera combatido, para que no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí" (Jn. 18.36). Su reino es un mundo nuevo, en el cual Dios es el Rey, que actúa con justicia (Sal 96.13). Comporta la liberación de todo mal y la afirmación del dominio y de la santidad de Dios en el mundo. Su venida coincide con la realización de la paz escatológica en la humanidad y en el cosmos (Cfr. Is.11.6-9; 65.17-25). (Cristo, obediente en todo a la voluntad de Padre, "inaugura en la tierra el Reino de los cielos". La iglesia es hoy "el germen y el comienzo de este reino" LG 3,5).
Los Caracteres del reino de Dios
Jesús los presenta sobre todo en las llamadas "parábolas del Reino", ved Mt.13
a. El reino es una realidad sobrenatural
Viene por obra de Dios mismo. Es como una semilla, que crece por si sola. El hombre "duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que el sepa como. La tierra da el fruto por si misma: primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga" (Mc.4…27-28). Solamente Dios puede instaurar su Reino, entregándose a si mismo y en consecuencia la plenitud de la justicia, de la libertad y de la vida. El reino no es fruto del compromiso ético religioso del hombre, ni es construido mediante la lucha social y política. El es "dado" (Lc. 12.32; Mt.21.43), es "preparado para nosotros" (Lc.22.29). A pesar de las apariencias, de los cálculos humanos, las resistencias, el Reino es un milagro, una obra del poder divino. Es señorío de Dios en sentido mas autentico de la palabra.
b. El reino viene con la colaboración del hombre
Dios mismo llama al hombre a colaborar, como instrumento dócil, como "un siervo inútil" (Lc. 17.10). San Pablo sed pregunta: ¿Qué es Apolo? ¿Qué es Pablo? Servidores por medio de los cuales habéis creído. Y cada uno según lo que el Señor le dio. Yo plante, Apolo rego, mas fue Dios quien dio el crecimiento" (1Co. 3.5-6). El hombre no es protagonista en la edificación del Reino. Es solo servidor, un humilde colaborador. Trabajador a servicio del Reino es su privilegio, una gracia.
c. El reino es una realidad ya presente en el mundo
Los profetas de Israel habían anunciado la futura instauración del Reino de Dios. Jesús dice que esa esperanza ya se ha cumplido: "El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios esta cerca" (Mc. 1.15; Mt.4.17; 10.7; Lc. 10.9, 11). El reino ya esta presente hoy en el mundo (Lc.4.16-21) "Dichosos los ojos, que ven lo que veis. Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron" (Lc.10.23-24). La demostración de la presencia de Reino son los exorcismos, los milagros, las curaciones y el a nuncio de la buena noticia a los pobres (Mt.11.5, 6; Lc. 4.18, 19).
El reino es una realidad dinámica
Crece misteriosamente. Es como una semilla que se desarrolla en la tierra, un poco de levadura que hace fermentar la pasta (Mc.4.30-32; Mt.13.13). "Misterio del Reino de Dios" (Mc.4.11) no es mas que el comienzo oscuro del mismo Reino de Dios en el mundo, que queda impenetrable a los ojos humanos. Crece a pesar de todas las apariencias contrarias.
d. El reino en su plenitud es una realidad futura
Escatológica, que el espera e invoca: "Padre nuestro…Venga tu reino" (Mt. 6.10). Su presencia en el mundo es germinal y se manifestará plenamente al final de los tiempos, cuando el señorío divino será perfecto. Es pues una utopía trasladar en la historia la plenitud del Reino, que es escatológica.
e. El reino de Dios tiene un carácter Teológico y Cristológico
La venida del Reino significa la venida de Dios mismo. "El reino esta cerca", equivale a "Dios esta cerca". En efecto el reino no es más que la presencia y el señorío salvífico de Dios mismo en todas las cosas. Y tal señorío se realiza mediante Cristo. "Cuando hayan sometido a El todas las cosas, entonces también el hijo se someterá a Aquel, que ha sometido a El todas las cosas, para que Dios sea todo en todo" (1Co.15:28).
f. El reino de Dios es un reino de Salvación
El señorío de Dios es un señorío en el amor. La gloria de Dios se manifiesta en su libertad soberana de amar, perdonar y dar la vida. El es bondad creadora, es amor que se comunica y vivifica lo que esta muerto (Lc.15.24). Mientras pues para Juan el Bautista la venida inminente del Reino significa juicio amenazador, para Jesús significa ofrenda de salvación. Su mensaje es una "Buena noticia" (Mt.4.23; Mc.1.14; 14.9). Aceptar el señorío de Dios, significa conseguir la plenitud de la vida, la salvación. El Reino de Dios en efecto conlleva el cumplimiento de todas las aspiraciones, los deseos, las esperanzas de los hombres: "Los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva" (Mt. 11.5).
La salvación del Reino anunciado por Jesús abarca concretamente: la curación espiritual del pecado; el triunfo sobre las fuerzas destructoras del demonio y la instauración de un mundo nuevo, de vida, libertad, amor y paz (Mt.12.28; Lc.11.20): la comunión plena con Dios en el amor, en la cual el hombre encuentra el sentido ultimo de su existencia y la plenitud de su humanidad; la bienaventuranza plena e indefectible. En este sentido es muy significativa la imagen bíblica del banquete, como designación de la realidad del Reino (Mt.8.1-12; 22.1-14; Lc.15.23-24; etc.) En conclusión, podemos decir que el reino de Dios coincide con la liberación, la vida, la plenitud del ser y de la bienaventuranza. Con la venida de Cristo esa salvación ya esta presente en el mundo y esta realizando su trasformación progresiva.
2. Las condiciones para entrar al reino de Dios
Como ya hemos dicho, el hombre es llamado a colaborar con Dios en vista de la instauración del Reino. Para entrar en el, es preciso ante todo.
a. Convertirse y creer en el evangelio
"Convertíos y creed en la buena nueva" (Mc.1.15). La conversión es un cambio radical de mentalidad y de vida. El hombre abandona la mentalidad pagana, sus caminos (del egoísmo, del vicio y del pecado), para asumir la mentalidad del evangelio y recorrer el camino de Dios. La fe es un aceptar a Cristo, un apoyarse totalmente en El, obedeciendo confiadamente a su palabra. (Cfr. Patriarca, Jueces, Reyes, Profetas).
b. Volverse a la sencillez y disponibilidad del niño
"Yo os aseguro: si no cambias y os hacéis como los niños, no entrareis en el Reino de los cielos" (Mt.18.3).
c. Hacerse pobre de espíritu
"Bienaventurado los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos" (Mt.5.3)
d. Cultivar una actitud de búsqueda activa
"Buscad primeramente su reino y su justicia y todas esas cosas se os darán añadidura" (Mt.6.33)
e. Luchar y comprometerse seriamente
"Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan" (Mt.11.12)
f. Estar dispuesto al sacrificio y a la persecución
"Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos" (Mt.5.10)
g. Renacer espiritualmente
"En verdad en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios" (Jn.3.5)
h. Vestir el traje de la vida nueva
"Entro el rey a ver a los comensales y al notar que había allí uno que no tenia traje de boda, le dice: Amigo, ¿Cómo has entrado aquí sin traje de boda?" (Mt. 22.11-13). El traje de boda es la fe viva, es decir, la fe encarnada en las obras de justicia (Cfr. Mt.3.8; 5.20; 7.21; 13,47; 21.28; 25.31, etc.)… Luego se trasforma en Apóstol, en trabajador del Reino, en vista de la humanización y divinización del mundo, la salvación de los hermanos (Mt.20.1-16). Lo hace con la conciencia clara de ser solamente un instrumento, un colaborador y no un protagonista. "Somos colaboradores de Dios y vosotros campo de Dios, edificación de Dios" 1Co.3.9)
3. Conclusión
Quien por la misericordia de Dios ha sido llamado a participar en las bodas del Reino, no puede no comprometerse y trabajar, para que este Reino de Amor, de paz y salvación venga en el mundo. En primer lugar El ora con fe todos los días, invocando: "Venga tu reino" (Mt.6.10)
5. LA ORACION DE CRISTO EN PRO DE LA UNIDAD
Es una de las oraciones más bellas, donde El Señor expresa la unidad de sus hijos como una comunidad de servidores derramados en todo el mundo, previo a ir a la cruz del calvario. El sabía sus ambiciones carnales, y sus intereses políticos y eclesiales.
"A los que me diste del mundo, les he mostrado cómo eres tú. Ellos eran tuyos y tú me los diste y han obedecido tu enseñanza. Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti. Les he dado las enseñanzas que me diste y las aceptaron. Se han dado cuenta de que realmente vengo de ti y han creído que tú me enviaste. Oro por ellos y no por el mundo, pues son tuyos y tú me los diste. Todo lo mío es tuyo y lo tuyo es mío; yo recibo honra por medio de ellos. No me voy a quedar en el mundo, pero ellos están aquí y yo voy a ti. Padre santo, cuídalos por el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno así como tú y yo. Mientras estuve con ellos, los protegí y ninguno de ellos se perdió, excepto el hombre que estaba destinado para la destrucción. Sucedió así para que se cumpliera lo que dice en las Escrituras*. Ahora voy a donde tú estás, pero digo esto mientras que estoy en el mundo para que se llenen de toda mi alegría. Les he dado tu enseñanza. El mundo los odia porque no son del mundo, así como yo no soy del mundo. No te estoy pidiendo que los saques del mundo, sino que los protejas del maligno. Ellos no son del mundo, como yo tampoco pertenezco al mundo. Apártalos con la verdad para servirte sólo a ti; tu enseñanza es la verdad. Los he mandado al mundo como tú me enviaste al mundo. Me estoy preparando para servirte. Lo hago por ellos, para que ellos también estén preparados para servirte. Estoy orando por ellos, pero te pido también¿ por los que creerán en mí por medio de la enseñanza de ellos. Padre, te pido que todos los que crean en mí sean uno, así como tú estás en mí y yo estoy en ti. Te pido que ellos sean uno en nosotros para que el mundo crea que tú me enviaste. Les he dado a ellos la misma gloria que tú me has dado para que sean uno, así como tú y yo somos uno. Yo estaré en ellos y tú estarás en mí para que estén perfectamente unidos. Así el mundo sabrá que tú me enviaste y que tú los amas a ellos como me amas a mí. Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo esté para que ellos vean la gloria que tú me diste, pues tú me amaste antes de la creación del mundo. Padre justo, la gente del mundo no te conoció, pero yo sé y ellos también saben que tú me enviaste. Les mostré cómo eres, seguiré haciéndolo, para que el amor con que tú me amas esté en ellos, y yo viva en ellos»."Jn. 17.5-26
La profundidad de esta oración se basa en el conocimiento y relación entre Cristo y su Padre Dios. Entonces, la unidad de la Iglesia también radica en el conocimiento de Dios y la relación sana de los unos a los otros. La koinonia de la iglesia hará que ella sea diferente a los grupos sociales del mundo. La palabra relación es parte de esta koinonia.
LA PALABRA ES RELACIÓN
La palabra más importante que tenemos, aparte de los nombres propios, es la palabra relación. Dirá usted: Pero la palabra amor tiene que ser la palabra más importante. Hay algo inherente en las gentes que anhela ser deseado, necesitado, satisfecho. Tales deseos sólo se satisfacen mediante relaciones. Una pequeña reflexión conducirá a unas evidencias pero sorprendentes conclusiones.
Primero, piense en los momentos de crisis en su vida:
Como un niño separado de sus padres.
Como un niño enojado con sus padres.
Como un adolescente rompiendo un noviazgo.
El resentimiento y la falta de comprensión que lo distanció de un amigo.
Quizá la pérdida de un padre o compañero; recuerde el vacío, el corazón destrozado.
Entonces un argumento o quizá el divorcio de su esposo o esposa. La crisis con un empleado o un patrón.
Las malas relaciones producen: | Las relaciones correctas producen: |
| matrimonios sólidos hogares estables negocios exitosos iglesias que ministran buenos gobiernos naciones fuerte |
Cuando la sociedad cesa de valorar las relaciones, se convierte en una sociedad decadente. Los modales se corrompen y son crudos. La cortesía común pronto es olvidada. Los corazones son ingratos y dejan de expresar aprecio. Si la vida es tumultuosa hoy, me atrevo a decirle que es debido a una relación quebrantada con alguien.
LAS DOS RELACIONES BÁSICAS EN LA VIDA
Una, por supuesto, es la relación vertical con el Padre. La otra es la relación horizontal que gozamos con otras personas. Cuando una persona establece por fe la correcta relación vertical con el Padre, la persona entonces está capacitada para establecer correctas relaciones horizontales con otros y para confrontar los problemas básicos del mundo. Si usted resuelve los problemas de relación en el hogar, usted ha resuelto los problemas entre marido y mujer, padres e hijos, hermanos y hermanas. El hogar es el contexto en el cual Dios nos ha colocado para enseñarnos cómo tener las relaciones correctas. En gran medida, la razón por la cual se está desajustando el mundo se debe a que la mejor escuela para enseñar el tema delas relaciones, el hogar, no las está enseñando correctamente.
Colosenses 2:6 dice: "Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él." ¿Qué quiere decir eso? Significa que así como aceptamos a Cristo Jesús, por fe, caminamos con él cada día por fe. Amós 3:3 pregunta: "¿Andarán dos juntos, si no estuviesen de acuerdo?"Si estuviesen de acuerdo, entonces significa que debo volverme y aceptar las condiciones de Dios en total conformidad con él para recorrer dicho peregrinaje. Entonces, si usted hace eso, el Señor dice: "Yo me revelaré en tu vida." Luego de aceptar las condiciones de Dios para establecer una relación con él, debemos aceptar sus condiciones para establecer relaciones horizontales con las personas.
DESCUBRIENDO EL PLAN
"Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación" (3:1).
De modo que podamos orar: "Padre, enséñame primero a mí para que yo les pueda enseñar a ellos. Si va a enseñar o predicar, no enseñe conceptos. Enseñe un estilo de vida. Ya lo ha vivido. Ya sabe que funciona. Enseñe un estilo de vida. Nunca podrá llevar a una persona más cerca de Dios que lo que usted está. La evangelización debe fluir de una vida. Cuando salga al mundo, si no tiene un estilo de vida, usted fracasará. Su estilo de vida debe revelar quién es usted. Entonces, al estudiar el Nuevo Testamento, buscaba una estrategia, una idea. La palabra más importante en nuestro idioma es la palabra relación. El evangelio siempre se movió sobre las líneas de relación: Jerusalén, Judea, Samaria, los confines de la tierra, como si fueran olas.
6. EL CONTRASTE DE LA UNIDAD DIVINA Y LA UNIDAD HUMANA
La unidad divina es promovida por el Espíritu Santo y sus siervos sensibles a su voz. La unidad promovido por los hombres llevan propósitos políticos, económicos y religiosos.
¿EN QUE CONSISTE EL ECUMENISMO?
El ecumenismo es un movimiento que tiende hacia la unidad o solidaridad en la vida y en la obra cristiana en todo el mundo. La unidad de la iglesia ha sido amenazada por diferentes cismas y herejías en toda la historia del cristianismo. Para el Concilio Mundial de Iglesia, el ecumenismo es:
"El movimiento en la iglesia hacia celebrar la unidad de todos los creyentes en Cristo, trascendiendo las diferencias de credo, liturgia y forma eclesial, iniciado en la conferencia de Edimburgo en el año 1,910, la cual condujo a la creación del Consejo Misionero Internacional. En 1,925 se estableció la Conferencia Universal Cristiana en vida y Obra, la cual se concentró En la aplicación del cristianismo a los campos político, social y económico; en 1,927 se llevó la primera conferencia mundial de fe y orden en Lausana, la cual trató el tema de las bases teológicas de la iglesia y su unidad, todo esto condujo a la creación del Consejo Mundial de Iglesia en el 1,948." ([1]2)
Esta definición es la más conocida y utilizada por el Consejo mundial de Iglesias. Según este concepto la unidad es entre creyentes y el diálogo entre iglesias, no se trata de una unidad orgánica, lo cual es utópico por ende posible, sino de una unidad en servicio y testimonio al mundo. Siendo realistas, ni el Consejo Mundial de Iglesias ni ninguna otra institución han planteado una unidad orgánica, sino más bien una unidad de propósito: imposible paz entre gentes sin paz entre iglesias. Imposible la paz entre las naciones sin diálogo entre las religiones: imposible la paz entre las iglesias y las religiones sin un estudio teológico.
La unidad es el paso segundo, el diálogo es el paso primero. El ecumenismo es un diálogo que lleva 97 años, dentro del cristianismo casi un siglo. Pero ha dejado una esperanza. ¿Cuánto siglos más se necesitan? El propósito del testimonio es seguir dialogando, la unidad sigue esperando. ([2]3)
El movimiento ecuménico tiene como prioridad, en su tema de diálogo, la unidad en las diferentes ramas del cristianismo. Aparte de este concepto otros autores dan un concepto de lo que es ecumenismo. Según Carlos Jiménez:
"El ecumenismo es un intento de subsanar las peores consecuencias de las grietas del cristianismo, de eliminar la rivalidad entre denominaciones, de promover cooperación entre ellas, de formar una voz unida y poner en acción para aliviar los grandes males, como la guerra, la depresión económica, el racismo y la injusticia social" ([3]4)
Los ecumenistas no exigen uniformidad en doctrina y práctica; sin embargo creen que la unidad del cristianismo debe preservarse y hacerse explícita, y esa unidad debe hallar alguna expresión formal en la creencia y la práctica y el orden institucional.
Para Santos Olabarrieta:
"El movimiento ecuménico es un esfuerzo sin precedentes para establecer la unidad de todas las iglesias cristianas, superando las divisiones teológicas y confesionales, además de las barreras nacionales, sociales y raciales. Este movimiento busca al mismo tiempo: manifestar la universalidad de la iglesia de Cristo y la unidad esencial común a todas las iglesias cristianas. Favorecer las relaciones entre diferentes iglesias de Cristo y la unidad esencial común a todas las iglesias cristianas y el cumplimiento de su misión en el mundo". ([4]5)
Al principio el movimiento ecuménico expresaba un estado espiritual, que repentinamente se ha convertido en la expresión de las actividades comunes de las iglesias que han decidido trabajar conjuntamente en una unidad visible de todos los cristianos de cualquier denominación y confesión a que pertenezcan.
José Antonio Romero, dice:
" que el termino ecumenismo se deriva del vocablo griego oikoumene que significa " el orbe habitado". La palabra inspiró el movimiento que desde finales del siglo pasado S. (XIX) intenta promover la unidad de los cristianos divididos. Conscientes de sus más preclaros promotores de la complejidad que contiene el camino de la unidad ha sido lo suficiente cuidadosos para no confundirlo con el irenismo, es decir la cómoda pero muy poco convincente postura de alcanzar la unidad a costa de la verdad, minimizando la importancia que juegan en el proceso las abismales diferencias doctrinales. Se trata más bien de recorrer la tortuosa ruta de la búsqueda de la verdad en los términos que exige la claridad cristiana. Por lo demás, fácilmente se pasa por alto que el movimiento ecuménico surgió como iniciativa intra protestante a la que el sistema católico romano fue más bien reacio durante muchas décadas. " ([5]6)
El concilio católico Vaticano II, lo define así:
"Como el conjunto de actividades y de empresas que, conforme a las distintas necesidades de la iglesia y a las circunstancias de los tiempos, se suscitan y se ordenan a favorecer la unidad de los cristianos" ([6]7)
Tales son, en primer lugar, todos los intentos de eliminar palabras, juicios y actos que no sean conformes, según justicia y verdad, puedan hacer más difíciles las relaciones mutuas con los hermanos separados. En segundo lugar, el diálogo. En tercer lugar, la participación en la oración unánime.
Para el doctor H.D. Dana,
"El movimiento ecuménico es el esfuerzo para convertir el ideal de la unidad cristiana en una realidad concreta en el mundo por medio de la cooperación ínter denominaciones y la unión orgánica". ([7]8)
Los escritores antes mencionados, coinciden en que el ecumenismo es un movimiento que se preocupa por fomentar el diálogo e impulsar la unidad en las diferentes corrientes del cristianismo a través de actividades de cooperación.
CLASES DE ECUMENISMO.
Según Y.M. Congar, en su obra "Cristianos en diálogo" Págs. 154,162. El dice que el ecumenismo es plenitud El ecumenismo es uno. No se puede hablar de un ecumenismo católico, de otro protestante, ortodoxo, etc. Por razones didácticas se permite hablar de una amplia variedad de tareas ecuménicas.
1. Ecumenismo institucional.
Implica un cierto grado de organización sin el cual es difícil concebir las múltiples acciones ecuménicas; la tarea llevada a cabo por el Concilio Mundial de Iglesias, o por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad, requiere unos espacios al nivel organizativos con estabilidad.
2. Ecumenismo oficial.
Es cuando se considera el grado de representatividad que ejercen las autoridades eclesiásticas de cada comunidad y que marca oficialmente las relaciones existentes entre las diversas iglesias.
3. Ecumenismo doctrinal.
Es también una dimensión esencial de este movimiento, ya que la cuestión de la verdad, tan estrechamente unida a la profesión de la fe verdadera, ha estado presente en las raíces de las separaciones eclesiales como está ahora mismo en los intentos de alcanzar convergencias en lo esencial de la fe; varias cuestiones doctrinales suscitan coloquios, encuentros, diálogos a diferentes niveles (bilaterales, multilaterales) que son llevados por comisiones mixtas de teólogos.
4. Ecumenismo espiritual.
Tiene su origen en la convicción de muchos pioneros de la legitimidad de trascender ciertas barreras eclesiásticas para sentirse unidos en aquél que es el fundamento de la iglesia.
5. Ecumenismo local.
Es cuando participan los laicos, las gentes que constituyen la base o los grandes espacios del pueblo de Dios, es una experiencia cristiana vivida y pensada por el pueblo de Dios.
6. Ecumenismo secular.
Las expresiones más nobles de este ecumenismo inciden hoy en la perspectiva de la justicia, de la paz, la ecología y sobre todo en la comunión con las demandas de los cristianos de países más pobres expresadas en las diferentes teologías de la liberación, como son la latinoamericana, la africana y la teología negra en Estados Unidos y Sudáfrica.
JESUCRISTO PARADIGMA DE UNIDAD PARA LA IGLESIA.
Los capítulos 16 y 17 del evangelio Joánico incluyen un significado teológico de unidad, Dios envía a su Hijo para regenerar a todo hombre con la redención, y lo redujera a la unidad, antes de ir a la cruz oró: "Que todos sean uno, como Tú, Padre, estas en mí y yo en ti, para que ellos sean en nosotros, y el mundo crea que Tu me enviaste". ( Jn. 17:21)
En su oración intercesora de San Juan 17, le pide al Padre Dios que sus discípulos tengan unidad espiritual como El y su Padre, S. Jn. 17:11; él intercede especialmente por su iglesia, nunca por los grupos religiosos que proliferaban en su época, (Cf. S. Mt. 23), su iglesia es una asamblea de cristianos sacados de la "ekklesia" pagana. El escritor Lucas usa el adjetivo "Kuriakos", "pertenecientes al Señor", para describir que la iglesia es un grupo especial, S. Lc.6:13,17. Jesucristo va a la cruz para consumar la obra que se le había encomendado. Con este acto rompió todas las divisiones e inició una unidad eminentemente bíblica. Sus discípulos estaban unidos por la fe común en él, Mc.9:40; S, Jn. 6:51.
Jesucristo pronunció "un ay" para aquellos que es tropiezo de su unidad, S. Mt. 18:7. Según su sentir, la unidad es un plan y don del amor liberador de Dios que se hace presente y nos alcanza en la persona de su amado Hijo, él cual manifestó el deseo de tener un solo "rebaño" (una iglesia) y un solo pastor [cabeza], que es Cristo. (Cf. Jn. 10:16)
En una de las perspectivas teológicas de este trabajo se muestra que Jesucristo vino al mundo u Oikoumene dividido por el pecado, del egoísmo, de las ambiciones innobles, del prejuicio racial, social y religioso. El estableció un nuevo reino, para gente nueva, sacados del reino de las tinieblas a la luz admirable de Dios, pueblo unido en su mensaje o sea en su persona.
La unidad que fomentaba Jesucristo es verdadera como su persona, esta unidad esta basada y comprometida con el verdadero amor. No hay unidad sin el amor, el verdadero amor hecha fuera el temor por causa del pecado, este amor es una pasión por la unidad, "en esto conocerán que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos por los otros", S. Jn. 13:35. Algunas pautas donde la iglesia de Dios basó su unidad ante cismas y herejías que amenazaron la unidad del cuerpo de Cristo se encuentran en el documento neo- testamentario. Los creyentes son: uno en un cuerpo [iglesia], un Espíritu [Espíritu Santo], una esperanza [la venida de Cristo], un Señor [Jesucristo], una Fe[La palabra de Dios],un bautismo[un pacto],y un Dios.
La unidad de la iglesia se experimenta en la comunión de los creyentes, el Espíritu activa esa comunión. Estos son algunos puntos bíblicos que contra restaron tales cismas.
Un cuerpo: Jesucristo personalmente edificó su iglesia, Mc. 3:13:Mt. 16:18. Los doce apóstoles fueron las columnas originales de ella, San Pablo le llama la iglesia de Dios, ellos nunca usaron de forma oficial otro nombre, en las diferentes comunidades se identificaban como "la iglesia de Dios".
Un Espíritu Santo: El Espíritu Paráclito quien guía a toda la verdad y justicia, siendo parte de la Trinidad. (Cf. Sn Jn. 16:7). La dinámica de la iglesia del primer siglo, la caracterizó por tener como su fuente principal al Espíritu Santo.
Un Señor y Cabeza: La cabeza Absoluta de la Iglesia es Jesucristo, la Piedra del Angulo y la roca donde descansa el fundamento de Apóstoles y Profetas. (Cf. Jn. 13:15-20; Ef. 2:11-22). Jesucristo como cabeza es el paradigma bíblico que la iglesia debe tener como base fe.
Una Doctrina o Fe: Toda la escritura inspirada divinamente, de la cual dijo el Señor, "mi doctrina no es mía sino del que me envió"(Cf. Sn. Jn. 7:16), fue la doctrina que practicaron los Apóstoles y la Iglesia en general, o sea la Biblia correctamente dividida como regla de Fe.
Un bautismo: Teológicamente en el contexto de efesios 4, se refiere al acto que el Espíritu Santo ha hecho al introducir a cada persona nacida de nuevo al cuerpo de Cristo, Cf. 1Co. 12. La iglesia practicó los sacramentos: La Cena y el Bautismo en agua, medios para identificar al creyente con Cristo. (Cf. Ef. 4:4). Estos medios de gracia fueron dados por Jesucristo a su iglesia para recordar su unidad. En la cena se reduce la unidad que Cristo fomentó en su amor sacrificado.
Un solo Dios: Un Dios tríuno, manifestando en el Padre, el Hijo y El Espíritu Santo. Jesucristo como Dios Hijo reconocido la persona del Padre y Espíritu Santo. (Cf. Efe.4:6) Jesucristo, como san Pablo y los demás discípulos manifestaron subordinación al Dios Padre. Los dones del Espíritu: Jesucristo es el principio de la unidad espiritual de la Iglesia. El enriquece a la iglesia a través del Espíritu Santo con los dones y los ministerios. Estos fueron dados para la capacitación y beneficio común de la iglesia (Cf. 1Co. 12:4-11; 14. Ef. 4:12).
Vale señalar que los apóstoles fueron concienciados en mantener la unidad ejemplar de Jesucristo, " El hijo del hombre vino para servir y dar su vida en rescate de muchos". (Mr. 10:35-45). Posteriormente, San Pablo exhorta a la Iglesia en general ha enriquecer su vocación de unidad. "Un cuerpo, un espíritu, un señor, una fe, un bautismo, un Dios y padre de todos". (Ef.4:1-16). En sus últimos años, Juan Apóstol enfatizó el amor comprometido como señal inconfundible del verdadero Hijo de Dios. Este amor es el que Dios dio desinteresadamente a favor del mundo (S. Jn. 3:16), es puro en esencia, y que capacita al hombre para poder amar aún a sus enemigos. (1 Jn.3).
Jesucristo y Pablo fueron personajes que fomentaron la unidad basados en el amor y la verdad; ellos lo hicieron en su praxis de vida diaria, sus enseñanzas morales en lo práctico reflejaban la gloria del Dios Verdadero. El tema del reino y el señorío de Cristo fue una enseñanza que ambos utilizaron para unir a sus seguidores. Jesucristo lo presentó en sencillas enseñanzas, y San Pablo con una teología preparada. Para San Pablo es vital que el hombre reconozca que es pecador y acepte a Jesucristo como Salvador y Señor (Kyrios). De esa manera el hombre será colocado en una relación correcta con Dios, y en un lugar específico dentro del cuerpo de Cristo por el Espíritu Santo (1 Co.12:27). Es Dios quién toma la iniciativa de salvación (S. Jn. 15.) y viene al alma del hombre con una demanda trascendente y moral. En el reino sólo hay servidores, el único Señor y rey es Jesucristo.
Aunque Jesucristo predicó para los judíos y Pablo lo hizo para los gentiles, el misterio es clarificado cuándo se entiende que en el cuerpo de Cristo hay lugar para judíos, gentiles, libres, esclavos, hombre, mujer etc. Jesucristo como personaje de unidad dejó bien claro las cualidades del ciudadano de su reino, estas cualidades son: una fe teocéntrica, amor a Dios y amor al prójimo. Estas tres cualidades han enriquecido la unidad de la iglesia de Dios en esta tierra.
7. LA IGLESIA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
Se aplica especialmente al pueblo de Israel, bajo la dirección de Moisés, su gobierno fue teocrático, hasta el periodo del profeta Samuel, de allí adoptaron la monarquía hasta la división del reino, Norte y sur. La segunda mitad del libro de Éxodo desarrolla más el tema de conocer a Dios al enfocar el establecimiento de una íntima y permanente relación entre el Señor y los israelitas. Para este propósito la narración se concentra en dos temas los cuales reciben una amplia cobertura, la formulación del pacto y la construcción del tabernáculo.
El primero de éstos, como la firma de un contrato o la toma de los votos matrimoniales, fija las condiciones por las cuales los israelitas deben vivir a fin de disfrutar una permanente relación con Dios; éstas están registradas en el Decálogo y en el Libro del Pacto. El pueblo está obligado a seguir las normas de Dios si desean conocer sus continuas bendiciones y presencia. Se da considerable atención no sólo a la formulación de un acuerdo inicial del pacto (caps. 19—24), sino que también a los eventos relacionados con el becerro de oro los cuales casi llevó esta relación a una temprana y abrupta conclusión (caps. 32—34). La construcción del tabernáculo forma una secuencia natural a la formulación del pacto divino. Construido según las instrucciones divinas, el tabernáculo llegó a ser el punto central de la presencia del Señor en medio del pueblo, y les recordó a ellos, por medio de su material y estructura, de la naturaleza soberana y santa de Dios.
Significativamente, Éxodo termina por destacar cómo el Señor, después de la erección de la tienda, comenzó a residir en medio del campamento israelita (Éxodo 40:34-38). Íntimamente relacionado con el tema de conocer al Señor está el tema de la obediencia. Éxodo resalta a través de todo su relato la importancia de obedecer al Señor. En los primeros caps. observamos tanto el cansancio de Moisés y la negativa obstinada del faraón en obedecer las órdenes de Dios. Más tarde, para lograr su libertad segura de Egipto, los israelitas tuvieron que seguir con exactitud las instrucciones del Señor en relación con la Pascua. Finalmente, después que el yugo de la esclavitud egipcia había sido eliminado, los israelitas tuvieron que aprender la obediencia a su nuevo soberano. Con gran significación, la obediencia a Dios se ubica en el corazón mismo de la relación de pacto (cf. Éxodo 19:8; 24:3, 7).
Sin embargo, Éxodo enfatiza que puesto que es Dios quien actúa primero, la obediencia humana no crea esta relación especial de pacto, sino que simplemente ayuda a mantenerla. Cuando más tarde los israelitas adoraron al becerro de oro fueron castigados por su desobediencia y la relación de pacto con Dios se quebrantó. Otro tema importante es el de la santidad. Por un lado, Éxodo revela que sólo Dios es naturalmente santo y que los seres humanos, por causa de su naturaleza pecaminosa, pueden venir ante su presencia sólo bajo ciertas circunstancias. Cuando Moisés se encontró con Dios en la zarza que ardía él tuvo que quitarse las sandalias ya que el terreno donde se encontraba era santo (<020305>Éxodo 3:5), y más tarde los israelitas fueron prevenidos de subir al monte Sinaí para que no murieran como resultado de ver a Dios (Éxodo 19:12, 13, 21-24; cf. Hebreos 12:14).
A causa de la incompatibilidad entre la santidad divina y la pecaminosidad humana medidas especiales tuvieron que tomarse antes de que el Señor pudiera morar entre los israelitas. Fue construida una tienda especialmente diseñada, incorporando características hechas necesarias por causa de la santidad de Dios (p. ej. las cortinas que formaron un radio de protección entre Dios y el pueblo). Por otro lado, Éxodo destaca el hecho de que los israelitas deberían compartir la naturaleza santa de Dios; son llamados a ser "una nación santa" (Éxodo 19:6). Con este propósito las instrucciones y las leyes del Decálogo y del Libro del Pacto muestran estas cualidades asociadas con la naturaleza santa de Dios.
Aquí la santidad se asocia principalmente con la pureza moral y la conducta ejemplar. Sin embargo, puesto que tal perfección de carácter está más allá del logro humano, Éxodo subraya la importancia de los sacrificios los cuales pueden tanto expiar el pecado como purificar lo que es impuro. Esto se expone de muchas maneras. Observamos esto en los sacrificios asociados con la Pascua y con la formulación del pacto en el monte Sinaí. Igualmente, los sacrificios son parte integral del procedimiento de la consagración de los sacerdotes (Éxodo 29:1-46). Aun más, para simbolizar el hecho de que uno se puede acercar a Dios a través del ofrecimiento de sacrificios aceptables, el gran altar de bronce fue puesto entre la entrada al patio del tabernáculo y el lugar santo.
También se da atención especial a los atributos divinos de la compasión y la justicia. Son muy evidentes en la primera mitad del libro cuando Dios actuó con real preocupación por los israelitas y castigó a los egipcios a causa de los tratos injustos para con los israelitas. Ambos atributos son prominentes en las leyes y en los imperativos morales que forman parte importante del pacto en el Sinaí. Los israelitas no sólo deben mantener una norma particular de justicia, sino que también deben actuar con compasión hacia los miembros de la sociedad que son más vulnerables. Finalmente, éstos aparecen en los eventos relacionados con el becerro de oro. La justicia de Dios se manifiesta en el castigo hacia los israelitas por sus acciones rebeldes, pero, a causa de su compasión, el pacto es subsecuentemente renovado cuando Moisés intercede en favor del pueblo. Esto es alguna descripción de lo que fue la Iglesia en el desierto.
8, EL MISTERIO DE CRISTO Y SU IGLESIA
San Pablo toma la analogía del matrimonio, para explicar la relación entre Cristo y su iglesia.
"Esposos, amen a su esposa así como Cristo amó a la iglesia y entregó su vida por ella. Cristo murió para hacer que la iglesia fuera declarada santa, purificándola con el lavamiento del agua y un pronunciamiento suyo, para presentársela a sí mismo como una novia, llena de esplendor y belleza. Cristo murió para que la iglesia fuera pura, sin mancha ni arruga, ni nada semejante. El esposo debe amar a su esposa así como ama a su propio cuerpo; el que ama a su esposa, se ama a sí mismo porque nadie odia a su propio cuerpo. Todo lo contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo cuida a la iglesia porque formamos parte de su cuerpo. El hombre dejará a su papá y a su mamá para unirse a su esposa y los dos serán un solo ser. Este es un misterio muy grande pero tiene que ver con Cristo y la iglesia." Ef.5.25-29
El primer propósito creativo que el matrimonio tiene es el del compañerismo. Dios otorgó al hombre "una ayuda idónea" en el huerto del Edén. Esta expresión tiene que significar que Dios le dio al hombre una compañera para trabajar a su lado y ser el complemento de su vida. Esta comunión íntima es primordial en la relación conyugal, más importante aun que la procreación y las otras funciones del matrimonio. La necesidad humana más grande es ser amado y apreciado. Esta sigue siendo una realidad aun cuando seamos viejos. (Referente al compañerismo en el matrimonio véanse 2 Corintios 6:14; 1 Pedro 3:1-12; Génesis 2:18-24.)
El segundo propósito creativo del matrimonio es la procreación. En realidad "una sola carne" significa no solamente que la unión sea establecida para ser "pro creativa" sino también "unitiva". Es en este sentido de juntos crear una nueva vida, que el hombre y la mujer continúan colaborando con el Creador en la creación. La palabra procreación significa "crear para y en beneficio de" otro, y este otro es el mismo Dios. (Véase Salmo 127:3.)
Yendo más al grano de la naturaleza del matrimonio, especialmente desde el punto de vista cristiano, un tercer propósito creativo es la edificación mutua de la pareja, sus niños, familiares y aun de la sociedad misma. Hay una cierta inspiración que llega a la pareja y a los que comparten su vida, cuando hay una buena y sana comunicación dentro de la relación conyugal. (1 Pedro 3:1, 7; Efesios 5:29-32.) La edificación está expresada claramente en 1 Pedro 3:4, 7 donde la mujer es exhortada a ser "afable y apacible", mientras que el hombre es estimulado a dar "honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coheredera de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo".
Otra faceta de este propósito edificante es la de que dentro del hogar los niños reciban sus primeras instrucciones morales. Siempre la influencia de los padres deja huellas indelebles en las vidas de sus hijos. Es de suma importancia la perspectiva de los padres hacia esta responsabilidad para que logren criarles en "disciplina y amonestación del Señor". (Efesios 6:4b). Los padres cristianos demuestran por su sabio gobierno en el hogar su capacidad de dirigir una familia más grande —la iglesia. (1 Timoteo 3:4, 5).
Esta edificación también abarca la relación de la familia con el reino de Dios; es decir, Dios también quiere ser el Señor del hogar. Donde él es rey, hay paz y bendiciones incontables. Es ideal que la salvación llegue a todos los miembros de la familia. (Hechos 16:31). Además, por su comportamiento y palabra los que son cristianos tienen la potencia de influir (santificar) en los demás. (Corintios 7:14-16).
Un cuarto propósito de la edificación creativa dentro de la familia es su importancia en el plan de Dios para la propagación de la fe. ¡Cuántas veces encontramos a Pablo hablando de la iglesia en la casa de algún creyente! (Ejemplos: Romanos 16:5; 1 Corintios 16:19; Hechos 5:42.) La familia cristiana puede tener una influencia para bien en sus propios hijos, y esto debe conducirles a la salvación y a la vida cristiana. (2 Timoteo 3:14, 15). Los propósitos vistos, se aplican a la relación de Cristo y su iglesia, aquí esta la clave para ser una iglesia amada tal como el Señor anhela que sea su esposa.
9. QUITANDO LA CUBIERTA
Historia de la ciudad de Pompeya, (Pompeii en latín) fue una ciudad de la Antigua Roma ubicada junto con Herculano y otros lugares más pequeños en la región de Campania, cerca de la moderna ciudad de Nápoles y situados alrededor de la bahía del mismo nombre en la provincia de Nápoles. Fue enterrada por la violenta erupción del Vesubio el 24 de agosto del año 79 d. C. La ciudad moderna de Pompeya contaba con 25.751 habitantes en 2007 y forma parte de la provincia de Nápoles. Los orígenes del poblamiento de Pompeya son discutidos. Los restos más antiguos hallados en la ciudad son del siglo IX a.C., aunque eso no demuestra que ya existiera un asentamiento allí. Comoquiera que fuese, la mayoría de los expertos está de acuerdo en que la ciudad debía existir ya en el Siglo VII a. C. y estar ocupada por los oscos (uno de los pueblos de la Italia central), según se lee en la Geografía de Estrabón (siglo I a.C.).
Desde el siglo VIII a.C. habían existido colonias griegas en la región, destacando la importante ciudad de Cumas, al otro lado del golfo de Nápoles. Los etruscos se establecieron en la región alrededor del siglo VII a.C. y durante más de 150 años rivalizaron con los griegos por el control de la zona. Se desconoce, sin embargo, la influencia real de estos pueblos en el origen y desarrollo posterior de la ciudad, ya que los datos arqueológicos no son concluyentes. Se sabe, eso sí, que a finales del siglo V a.C. los samnitas (otro pueblo de lengua osca) invadieron y conquistaron toda la Campania. En este momento histórico hay una disminución drástica de la cantidad de materiales hallados en la ciudad, lo que induce a algunos arqueólogos a pensar que la ciudad pudo estar abandonada temporalmente.
Si estuvo abandonada, lo fue brevemente, porque durante el siglo IV a.C. la ciudad, incluida en la «Confederación Samnita», ya estaba tomando su forma actual y, de hecho, servía de puerto a las poblaciones situadas río arriba. Los nuevos gobernantes impusieron su arquitectura y ampliaron la ciudad. Se cree que durante la dominación samnita, los romanos conquistaron la ciudad durante un corto período, pero esas teorías nunca han podido ser verificadas. Sea como fuere, se sabe que durante la época samnita la ciudad era gobernada por un magistrado (posiblemente también con poderes de administrador de justicia) que recibía el nombre de Medix Tuticus (en osco meddís túvtiks).
Pompeya participó en la guerra que las ciudades de la Campania iniciaron contra Roma, pero en el año 89 a. C. fue asediada por Lucio Cornelio Sila. Aunque las tropas de la Liga Social, comandadas por Lucio Clemento ayudaron en la resistencia a los romanos, en el año80 a. C. Pompeya se vio obligada a aceptar la rendición tras la conquista de Nola. Después de este episodio se convirtió en una colonia con el nombre de Colonia Cornelio Veneria Pompeianorum'. Los habitantes recibieron poco después la ciudadanía romana, pero se les privó de una parte de su territorio, donde Sila estableció una colonia militar. La ciudad se transformó en un importante punto de paso de mercancías que llegaban por vía marítima y que eran enviadas hacia Roma o hacia el sur de Italia siguiendo la cercana Vía Apia.
Prueba de la tremenda actividad sísmica en la zona de Pompeya es que, en las cercanías de la actual Puerta Marina, se han hallado restos de un embarcadero, si bien algo más abajo en dirección al mar se han encontrado más edificaciones romanas. Así pues, la línea de costa tuvo que cambiar considerablemente en los últimos siglos de la ciudad, aunque no se sabe exactamente dónde estaría el puerto en sus últimos años de historia. El año 59 se produjeron serios disturbios en el anfiteatro de la ciudad entre los pompeyanos y unos visitantes de Nuceria, que tuvieron como resultados diversos muertos y heridos. El enfrentamiento fue de tal magnitud que llegó a oídos del emperador Nerón, que prohibió las exhibiciones de gladiadores durante 10 años.
Alrededor año 62 un terremoto dañó seriamente Pompeya y otras ciudades cercanas. Según Tácito, «fue en gran parte destruida por un terremoto».6 Durante el período que va entre ese año y la fecha en que erupcionó el Vesubio la ciudad fue reconstruida, aunque se desconoce cuánto tardó la ciudad en recuperarse y, de hecho, se cree que algunos edificios podrían no haberse terminado de restaurar. En todo caso, hay también muestras de edificios rápidamente reconstruidos y re decorados, por lo que los desperfectos de algunos podrían bien deberse a los temblores de tierra que precedieron a la erupción y no al terremoto del año 62. Varios edificios conservan placas en honor a los ricos personajes que utilizaron su propio dinero para repararlos.
La fecha tradicional para la erupción que aparece en el relato de Plinio el Joven es el 24 de agosto de 79. Sin embargo, esta fecha puede deberse a un error de transcripción durante la Edad Media, como se extrae de otras versiones de las cartas. Por tanto, algunos expertos opinan que en realidad tuvo lugar en otoño o invierno, dada la gran cantidad de frutos otoñales hallados entre las ruinas y el hallazgo de una moneda cuya fecha de acuñación más temprana no debió ser anterior a septiembre de 79. De hecho, algunas excavaciones sugieren que ya había acabado la vendimia. Gruesas capas de ceniza cubrieron dos ciudades situadas en la base de la montaña, y sus nombres y localizaciones fueron olvidados. Herculano fue redescubierta en 1738, y Pompeya en 1748.
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