"No hay ningún fenómeno en la Naturaleza cuya explicación haya sido omitida en este Tratado"
Los planteamientos cartesianos contribuían así a que la Filosofía continuara siendo "la sierva de la Teología" en lugar de ser una auténtica aspiración al conocimiento.
A lo largo de este trabajo se hace referencia a una parte importante de las aventuradas doctrinas y argumentaciones cartesianas, y se intenta averiguar algunas de las causas psicológicas y sociales que propiciaron que este pensador, tan bien capacitado intelectualmente para las Matemáticas, incurriese en errores tan graves y realizase afirmaciones tan absurdas que, como luego se verá, casi desde el principio destruyeron la coherencia de su método y la consistencia de su sistema.
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Según cuenta en el Discurso del Método, decepcionado por las enseñanzas recibidas a lo largo de su juventud, Descartes pretendió reconstruir la Filosofía como un conocimiento absolutamente seguro, partiendo de un método que le ayudase a conducir bien su razón de modo que pudiera llegar al conocimiento de todo aquello para lo cual estuviera capacitado, sin aceptar nada que no fuera absolutamente evidente.
Tal objetivo era muy ambicioso, y el filósofo francés consiguió, efectivamente, algunos resultados importantes en su búsqueda de ese método, partiendo de sus reflexiones acerca del procedimiento que había utilizado en sus investigaciones matemáticas, de manera que primero en su obra Reglas para la dirección del espíritu y después en el Discurso del método intentó plasmar dicho método a fin de reconstruir el conjunto del conocimiento desde unas bases firmes que lograsen superar los planteamientos escépticos introducidos en el siglo XVI por influencia de pensadores como Michel Montaigne (1533-1592), Pierre Charron (1541-1603) y Francisco Sánchez (1551-1623). Al parecer, la eficacia que tuvo la aplicación de dicho método en las Matemáticas y en algunos aspectos de la Física deslumbró al pensador francés hasta el punto de llevarle a considerar que podía servirle igualmente como auténtica piedra de toque para el avance del conocimiento en general.
Sin embargo, la inclusión en dicho método de un criterio de verdad como el de la evidencia, la postergación de la experimentación, el círculo vicioso consistente en la pretensión de demostrar la existencia de Dios a partir de la regla de la evidencia, a la vez que la pretensión de fundamentar la regla de la evidencia en la existencia de Dios y su adopción de las supuestas cualidades divinas de la inmutabilidad y de la omnipotencia como principios a partir de los cuales deducir las leyes del Universo representaron puntos de partida absurdos que le condujeron a otros errores muy graves en todos los terrenos, tanto en los de carácter metodológico como en los de carácter sistemático, y tanto en el filosófico como en el científico.
Por otra parte, en los planteamientos del pensador francés hay incoherencias asombrosamente graves que no son consecuencia de los errores anteriores, relacionados con la aplicación de la regla de la evidencia y de la idea de Dios como principios para reconstruir el conjunto de la Filosofía, sino que derivan de la peculiar personalidad del pensador francés, de su aceptación acrítica de una serie de doctrinas religiosas asumidas en su infancia, del mismo ambiente religioso en cuyo contacto transcurrió su vida, y también de su asombrosa ligereza argumentativa, por la que, a pesar de su teórica exigencia del rigor más absoluto en la búsqueda de la evidencia, en la práctica llegó a aceptar evidencias subjetivas extremadamente alejadas de auténticas verdades objetivas.
Las repercusiones de su interpretación teológica del Universo fueron especialmente negativas en su filosofía, de manera que, paradójicamente, el pensador que había preconizado la exigencia de la evidencia más absoluta a la hora de aceptar como verdad un supuesto conocimiento en la práctica actuó de manera irracionalmente contraria respecto a tal exigencia, asumiendo como verdad toda una serie de doctrinas de las cuales, si acaso, lo que podría decirse es que eran simples afirmaciones dogmáticas obtenidas mediante razonamientos circulares claramente absurdos o por ser meras creencias religiosas afirmadas simplemente como consecuencia de la presión cultural, política y social ejercida por la jerarquía católica en el ambiente en que se formó el pensador francés.
En líneas generales los estudios acerca de la filosofía cartesiana suelen estar cargados de alabanzas hacia este pensador a causa de sus esfuerzos por conseguir para la Filosofía un despegue respecto a su dependencia de la tradición de la Escolástica y, en general, respecto a toda la filosofía anterior como de un lastre que le impedía lograr un auténtico progreso que le llevase a convertirse en un conocimiento seguro. Sin embargo y reconociendo que esto sea cierto en una importante medida, lo que llama la atención de manera especial es descubrir que los críticos en general hayan incidido tan poco en el análisis de las múltiples incoherencias en que incurrió el pensador francés, tanto por su estrepitoso fracaso a la hora de fundamentar su método como por no haber sido consecuente con las exigencias que emanaban de él, de manera que podría decirse con seguridad que el sistema filosófico cartesiano es uno de los peores ejemplos que pueden encontrarse por lo que se refiere a la aplicación de su propio método. No es ajeno a este hecho que la regla principal de dicho método, la regla de la evidencia, fuera un total desacierto a la hora de justificar los diversos conocimientos, con excepción de los de carácter formal, como las Matemáticas y la Lógica, en cuanto el auténtico fundamento de las evidencias de estas ciencias derivan del principio de contradicción y no requieren para nada de la ayuda de la experiencia.
Por todo ello podría tener interés realizar un estudio acerca de las peculiaridades psíquicas del filósofo francés así como de las circuns-tancias sociales e históricas que le rodearon a fin de entender algunos de los condicionantes que repercutieron en los múltiples absurdos en que incurrió en la construcción de su Metafísica y de su Física, llenas de asombrosos dislates que de forma especialmente paradójica contrastan con los brillantes resultados que obtuvo en las Matemáticas
Por ello, a lo largo de los distintos capítulos de este trabajo se hará referencia a diversas cuestiones como las siguientes:
a) el contexto cultural, ideológico y político al que se ha hecho referencia,
b) los aspectos del carácter y de la personalidad de este pensador, en cuanto condicionaron su obra en una medida decisiva,
c) la importancia trascendental que tuvo la doctrina católica en su filosofía,
d) la fundamentación de su método a partir de Dios junto con la crítica de las incoherencias que aparecen en ella;
e) los aspectos esenciales de su filosofía junto con las críticas correspondientes;
f) las incoherencias, los razonamientos circulares y las contradicciones en que incurrió el pensador francés como consecuencia de la debilidad de su método y como consecuencia de algunos rasgos de su personalidad, y del ambiente político y religioso en que vivió; y
g) finalmente, se hará referencia a los aspectos más claramente positivos de su pensamiento que, a pesar de todo, impulsaron el progreso de la Filosofía y de la Ciencia.
Descartes: su vida y su época
René Descartes (1.596-1.650) nació en La Haye de Turena. Su padre, Joachim Descartes, tuvo cinco hijos[7]de su primer matrimonio: Pierre (nacido y fallecido en 1.589), Jeanne (nacida en 1.590), Pierre (nacido en 1.591 y bautizado con el mismo nombre que el primer hijo), René (nacido en 1.596) y otra hermana (nacida en 1.597) que falleció al nacer –a la vez que fallecía su madre-; tuvo además otro hijo de su segundo matrimonio, Joachim.
Descartes fue el tercer hijo del primer matrimonio –o el cuarto, contando ese primer hermano fallecido al nacer-. Cuando tenía un año, su madre murió como consecuencia de un parto, pero de manera extraña el filósofo francés comentó posteriormente a la princesa Elisabeth de Bohemia que su madre había muerto al día siguiente de nacer él. Sus primeros años transcurrieron con un tío abuelo en Châtelerrault, pues su padre, por motivos laborales relacionados con su cargo de consejero en el parlamento de Bretaña le impidieron, al parecer, mantener una relación afectiva normal con sus hijos. A los diez años ingresó en el colegio de jesuitas de La Flèche, uno de los más importantes de Europa en aquel momento, colegio destinado especialmente a la nobleza, aunque lo suficientemente grande como para admitir en él a otra clase de alumnado. En este colegio recibió una formación muy completa en cultura clásica, en filosofía aristotélica y escolástica y en otras disciplinas de carácter científico. Sin embargo, en el Discurso del método criticó la formación recibida, no porque en otro colegio fuera mejor sino porque consideró que los conocimientos recibidos estaban mal fundamentados y carentes de una sólida base, con la única excepción de las Matemáticas, ciencia en la que más adelante Descartes brillaría por méritos propios.
Posiblemente influido por las críticas de los pensadores escépticos de la segunda mitad del siglo XVI (M. Montaigne, P. Charron, F. Sánchez), Descartes manifestó en el Discurso del método una profunda decepción respecto a la Filosofía al observar que, a pesar de que había
"sido cultivada por los más excelentes espíritus, […] sin embargo no [había] todavía en ella nada que no [fuera] tema de disputa"[8].
Y, en cuanto las demás ciencias derivaban de la Filosofía,
"juzgaba que no se podía haber construido nada que fuera sólido sobre fundamentos tan poco firmes"[9].
Acabados sus estudios primarios y secundarios, ingresó en la universidad de Poitiers, donde realizó dos cursos de Derecho obteniendo una licenciatura en 1616.
En 1618 marchó a Holanda y, cumpliendo con la tradición de la nobleza, se alistó al ejército, en este caso al de Mauricio de Nassau. Allí conoció a I. Beeckman, un matemático algo mayor que él con quien tuvo una amistad especialmente intensa y cuya influencia fue decisiva para la dedicación posterior de Descartes al estudio de las Matemáticas, para las que demostró tener unas facultades extraordinarias. Un año después, en 1619, marchó a Frankfurt a la coronación del emperador Fernando II y a continuación se alistó en el ejército del Maximiliano de Baviera. Según cuenta A. Baillet, primer biógrafo de Descartes, estando en Alemania Descartes tuvo tres sueños que debían ser determinantes de un cambio radical en su vida, abandonando el oficio de militar para dedicarse a la búsqueda de la Verdad. Sin embargo, tales sueños –al margen de lo que pueda haber de verdadero en el relato de Baillet- no surtieron el efecto deseado, al menos durante nueve años, que fueron los que tardó Descartes en retirarse a Holanda para dedicarse a la Filosofía y a la Ciencia. Durante los años que siguieron a tales sueños, Descartes vivió algún tiempo en París, donde adquirió fama de ser el mejor matemático de su tiempo y donde se relacionó con la corriente de los Libertinos o librepensadores, cuya actitud crítica inquietaba y desagradaba profundamente a la jerarquía católica.
En 1621 recibió la herencia de los bienes maternos. No se dispone de muchos datos acerca de la vida de Descartes durante los años que vivió en París, pero Baillet cuenta que, al margen de esta dedicación a las Matemáticas y a reunirse con sus amigos para discutir diversas cuestiones científicas y filosóficas, durante algún tiempo se dedicó al juego –y seguramente debió de ganar algún dinero con esa distracción-, pero finalmente consiguió abandonar esta afición que le alejaba de su actividad como pensador y como científico.
Durante esos años la familia planteó a Descartes la conveniencia de obtener un cargo como el de comisionado general para comenzar a ganarse la vida. Y, de hecho, en 1623 viajó a Italia con la finalidad de comprar dicho cargo, vacante por defunción del familiar que lo ocupaba. Sin embargo, Descartes no sentía ningún interés por el ejercicio del derecho y por eso regresó de Italia sin haber cumplido con el objetivo del viaje. Hacia el año 1625 se estableció en París. En ese año escribió a su padre para tratar nuevamente de la compra de un puesto de comisionado general, en este caso el de Châtellerault, que había ocupado anteriormente un tío abuelo suyo. En principio y con la finalidad de adquirirlo se vendieron algunas propiedades familiares, pero al final desistió nuevamente de la idea de ocuparlo y con el dinero de las ventas marchó a París.
Allí se relacionó con algunos personajes importantes del clero católico, pero, al parecer, sus ideas, su convicción a la hora de defenderlas y probablemente algún serio contratiempo con el cardenal Bérulle determinaron que un buen día del año 1628 abandonase Francia de manera precipitada y se instalase en Holanda, cambiando frecuentemente de domicilio y procurando mantener en secreto cada una de las sucesivas residencias que iba ocupando, con la explicación poco creíble de que buscaba la soledad para poder dedicarse mejor a su labor como pensador y como científico. En este punto parece acertada la opinión de R. Watson, que considera que Descartes se sentía amenazado y que ése fue el motivo de que cambiase continuamente de residencia. Hay además algo que sugiere que el temor de Descartes pudo estar relacionaba de manera especial con el cardenal Bérulle, pues, justo cuando este falleció –un año después de la marcha de Descartes-, el pensador francés dejó de mantenerse oculto y apareció en Amsterdam, olvidando de inmediato aquella aparente obsesión por la soledad.
Una vez en Holanda y comprendiendo el peligro representado por el poder de la jerarquía católica, especialmente importante en Francia, donde el cardenal Richelieu llegó a ser primer ministro de Luís XIII desde el año 1624, Descartes, escarmentado al parecer por la situación que le obligó a emigrar a Holanda, decidió quedarse en ese país, permaneciendo en él durante el resto de su vida con la única excepción de los pocos meses que pasó en Estocolmo, invitado por la reina Cristina, lugar donde murió el 11 de febrero de 1650.
Dado el carácter pendenciero y orgulloso del pensador francés, aunque sus primeros años en Holanda fueron productivos en su tarea como filósofo y como científico, sin embargo fue creándose enemigos entre los teólogos protestantes, hasta el punto de que sus enfrentamientos con ellos determinaron la prohibición de que su filosofía se explicase en las universidades holandesas.
En el año 1635 fue padre de una hija, Francine, de quien procuró ocuparse durante su corto tiempo de vida, ya que murió a los cinco años. Sin embargo, trató de mantener en secreto la existencia de esa hija, a quien llamaba "su sobrina". También se ocupó de la madre, Helena Jans, actuando posteriormente al parecer como padrino de boda.
En el año 1640 había fallecido su padre y Descartes se apresuró a recoger la herencia que le correspondía, pues ya había agotado la de su madre. El dinero recibido le sirvió para seguir manteniendo un tren de vida muy poco austero, hasta el punto de que pocos años después se encontraba ya escaso de recursos económicos y tuvo que intentar obtener otra fuente de ingresos. Por este motivo buscó conseguir del gobierno de Luis XIV una pensión, que efectivamente consiguió durante un año posiblemente gracias a la mediación de su "amigo" Jean de Silhon.
En 1642 conoció a la princesa Elisabeth de Bohemia de quien se enamoró profundamente, hasta el punto de dedicarle sus Principios de la Filosofía, con un escrito al comienzo de la obra en el que su enamoramiento se mostraba con absoluta claridad. Su relación con la princesa tuvo el interés añadido de que hubo entre ellos una correspondencia realmente interesante desde el punto de vista filosófico, pues en sus cartas la princesa le planteó objeciones relacionadas con el problema de la libertad y con el de la interacción entre el cuerpo y el alma que Descartes intentó responder como supo, aunque de un modo deplorable, como no podía ser de otro modo tratándose de estas cuestiones.
Más tarde, en 1644, conoció a Pierre Chanut y a partir de 1646, momento en que éste fue nombrado embajador en la corte sueca, Descartes fomentó de manera fría y calculadora una amistad especialmente interesada con dicho embajador, con la finalidad de conseguir que éste mediase ante la reina Cristina para que le llamase a su corte, lo cual le serviría para escapar de sus conflictos y tensiones con los teólogos holandeses y para solucionar los problemas económicos que ya estaba teniendo. Finalmente Descartes consiguió que la reina le invitase y partió para Suecia en octubre de 1649, pero las condiciones climáticas del país determinaron que en febrero de 1650 contrajese una pulmonía, falleciendo arruinado el día once de ese mismo mes.
Descartes destacó en diversas materias, como Matemáticas, Óptica y Física, en las que realizó aportaciones importantes. Sus incursiones en Filosofía tuvieron el interés de plantear la necesidad elaborar un método para su reconstrucción rigurosa y para la superación del aristotelismo y de la filosofía escolástica, todavía dominantes en su tiempo. Sin embargo y de manera paradójica, su método, muy útil para las Matemáticas, apenas lo era para el progreso en los demás conocimientos, y mucho menos teniendo en cuenta que para entonces tanto Bacon como especialmente Galileo habían elaborado métodos que, combinando la razón con la experiencia, determinaron el incesante desarrollo de la ciencia desde entonces hasta el momento actual. Pero además, el método cartesiano tenía el defecto fundamental de basarse en algo tan subjetivo como la evidencia, tan distinta entre las distintas personas. De hecho, Descartes debió de ser consciente de este problema y parece que por ello dedicó bastantes páginas de su obra a fundamentar esa regla, la primera y más esencial del método, pero sin lograr otros resultados que razonamientos en círculo de los que, al parecer y a pesar de las críticas, no llegó a ser consciente.
Igualmente, su sistema filosófico y científico, aunque tuvo algunos aspectos valiosos, como de manera especial su comprensión y formulación precisa del principio de inercia o su defensa del mecanicismo, en su conjunto fue lamentable en cuanto, al margen de toda una serie de errores parciales, tuvo el gravísimo despropósito de pretender fundamentar la Filosofía, como Ciencia Universal, a partir de la divinidad de la religión católica, afirmando de manera explícita que él sometía todas sus opiniones a la autoridad de la Iglesia, retrocediendo así desde el punto de vista filosófico a la Edad Media, cuando la Filosofía se definía como "ancilla Theologiae". Pero en este terreno su actitud fue todavía más lejos, pues no se conformó con someterse a la Teología sino también y de manera especial a las autoridades de la jerarquía católica.
Su filosofía fue contradictoria con las exigencias de su método en cuanto, de acuerdo con éste y con la duda metódica, debía haber sometido a dicha duda universal las doctrinas de la religión católica, en lugar de aceptarlas por haber sido adoctrinado en ellas. Pero el temor que le infundía el poder despótico y la crueldad de la iglesia católica pudo más en él que su interés por la búsqueda de la verdad.
En el siguiente apartado se amplía este punto, a la vez que se hace referencia a diversos sucesos relacionados de algún modo con la propia labor cartesiana y se muestran diversos argumentos que justifican lo que en ésta introducción se ha dicho.
1.1. Cronología de la época y de la vida de Descartes
1500: –Nace A. Gómez Pereira (1500-1558 (?)), médico y filósofo que se adelantó a Descartes en diversas tesis como la de la verdad de la propia existencia deducida a partir de la idea de la imposibilidad de conocer algo sin existir: "Nosco me aliquid noscere, et quidquid noscit, est, ergo ego sum"[10], o como la de su defensa del mecanicismo, según el cual los animales son máquinas que, a diferencia del ser humano, no sienten ni piensan.
1533: –Nace M. Montaigne (1533-1592), pensador ligado al escepticismo de la segunda mitad del siglo XVI.
1535: –Nace Luís de Molina (1535-1600), jesuita que polemizó con el dominico Domingo Báñez (1528-1604) acerca del problema de la compatibilidad entre la omnipotencia divina y el libre albedrío del hombre.
1541: -Nace P. Charron (1541-1603), escritor escéptico que influyó en Descartes.
1543: -Muere Nicolás Copérnico. Ese mismo año se publica su obra De revolutionibus orbium coelestium, obra en la que expone la teoría heliocéntrica, anteriormente defendida por el científico griego Aristarco de Samos (310-230 a. C), y apoyada posteriormente por Kepler y Galileo, con la dura oposición de la jerarquía católica.
1549: -Nace Giordano Bruno, defensor de diversas teorías astronómicas, como la de la existencia de una infinidad de mundos y la del heliocentrismo, por causa de las cuales fue condenado por la Inquisición católica a morir en la hoguera.
1551: -Nace Francisco Sánchez, médico y pensador español, representante del movimiento escéptico del siglo XVI, que fue profesor en la universidad de Toulouse y cuya obra debió de haber inspirado la del pensador francés, aunque éste nunca lo mencionó.
1561: -Nace Francis Bacon, defensor de un método experimental para el avance de la Ciencia, que no tuvo éxito a causa de su olvido de la importancia de las Matemáticas y de la conveniencia de crear hipótesis explicativas de los fenómenos sin necesidad de una acumulación excesiva de datos.
1564: -Nace Galileo Galilei, uno de los máximos científicos de la Historia, creador del método hipotético-deductivo, descubridor de diversas leyes físicas y primer científico que utilizó el telescopio realizando una serie muy importante de descubrimientos astronómicos. Defendió el heliocentrismo, anteriormente expuesto por Copérnico, y fue condenado por defender esta doctrina, considerada herética por la jerarquía católica. Se libró de ser quemado en la hoguera abjurando de sus "errores" y renunciando públicamente a tal "herejía". De este modo la pena se le rebajó a la de prisión perpetua, atenuada finalmente como arresto domiciliario.
1567: -Año probable de la muerte de A. Gómez Pereira.
1571: -Nace J. Kepler, importante astrónomo y matemático, amigo de Galileo, defensor del heliocentrismo, que descubrió diversas leyes planetarias, como la del carácter elíptico de las órbitas de todos los planetas.
1585: -Nace Richelieu, primer ministro de Luís XIII, que, entre otros "méritos", tiene el de haber protagonizado de manera especial la masacre de los hugonotes de La Rochelle.
1596: -Nace René Descartes en La Haye (Turena), el 31 de marzo, tercer hijo –o cuarto, en cuanto el primero murió al nacer- de una familia de clase media perteneciente a la baja nobleza.
1597: -Muere su madre al dar a luz a una niña –aunque Descartes afirmó que murió al día siguiente de su propio nacimiento-.
1600: -Giordano Bruno es quemado en la hoguera por la Inquisición Católica.
-Muere Luís de Molina.
1605: -Se produce una fuerte polémica entre F. Gomar y J. Arminio en los Países Bajos, acerca del problema de la compatibilidad entre la predestinación divina y el libre albedrío.
1606: -Descartes ingresa en el colegio de jesuitas de La Flèche, el de mayor prestigio de Francia. El segundo director del colegio, el padre Étienne Charlet, era pariente lejano de la madre de Descartes. Cuarenta años después Descartes le seguía considerando como su "segundo padre". Al colegio de La Flèche acudían en aquellos tiempos los hijos de miembros importantes de la nobleza, aunque también hijos de padres sin título nobiliario o niños como Descartes, pertenecientes a la baja nobleza, pero bien situada económicamente.
Según Rodis-Lewis –de acuerdo en este punto con Baillet- "debido a su débil salud, René estaba dispensado de levantarse a las cinco, después de dormir ocho horas, puesto que el alumnado se acostaba a las nueve de la noche"[11]. Sin embargo, R. Watson aporta razones convincentes para rechazar esta opinión.
1614: -Deja el colegio, acabados sus estudios primarios y secundarios, para realizar estudios de Derecho en la universidad de Poitiers.
1616: -Obtiene la licenciatura en derecho civil y canónico en esa misma universidad.
-La jerarquía católica condena el heliocentrismo de Copérnico.
1618: -Acabados sus estudios, Descartes visita Holanda y, siguiendo la tradición de la nobleza, se incorpora al ejército de Mauricio de Nassau, príncipe de Orange-. Es posible que este hecho influyese en su posterior decisión de emigrar a Holanda cuando en 1628 abandonó Francia posiblemente como consecuencia de una importante amenaza de la jerarquía católica y, en definitiva, por la incomodidad de vivir en un país dominado por la intolerancia y por el poder religioso, materializados en la figura del cardenal Bérulle y en el absolutismo político del cardenal Richelieu, primer ministro de Luís XIII.
-En Holanda Descartes conoce al matemático Isaac Beeckman, siete años mayor que él. Su encuentro tuvo un carácter trascendental para su trayectoria intelectual en cuanto a partir de ese momento se centró en el estudio y profundización en las Matemáticas, que le sirvió posteriormente para reflexionar sobre el método empleado en esta ciencia a fin de aplicarlo al conocimiento filosófico y científico en general.
Según algunos biógrafos y a partir de las efusivas expresiones de afecto que dirigió a su amigo en sus cartas de entonces, Descartes se habría enamorado de Beeckman. Watson se refiere a este enamoramiento considerando que se trataría de una especie de admiración del "discípulo" hacia el "maestro" y juzga que "lo único que deseaba Descartes era que Beeckman lo amara como la figura paterna que para él era. […] Descartes, que hasta entonces había demostrado talento pero carecía de rumbo, ansiaba ser como Beeckman"[12].
Por su parte, Rodis-Lewis, especialmente preocupada por si este "enamoramiento" pudiera interpretarse como algo de carácter erótico escribe: "Esta precisión [la de que Beeckman se casara un año después de que Descartes marchase a Alemania] despeja cualquier ambigüedad de relaciones tan calurosas, según las cartas de principios de 1619, que podrían sugerir un cariño excesivo"[13], aunque no parece que tenga sentido el punto de vista según el cual un cariño pueda ser "excesivo".
-Se renuevan las discusiones entre gomaristas y arminianos.
1619: -Descartes asiste a la coronación del nuevo emperador, Fernando II, en Frankfurt y se alista en el ejército de Maximiliano de Baviera.
-Según cuenta Adrien Baillet, primer biógrafo, gran admirador y panegirista exagerado del pensador francés, el 10 de noviembre Descartes tuvo tres "tres sueños"[14] sucesivos en los que se le planteaba de modo simbólico qué camino debía seguir en la vida ("Quod vitae sectabor iter?"). Según Baillet, Descartes los interpretó como si tuvieran el sentido de un mensaje divino que le exhortaba a dedicarse a la búsqueda de la verdad, y Rodis-Lewis escribe en este mismo sentido que el invierno de 1619-20 fue "decisivo para la toma de conciencia de su verdadera vocación"[15]. En relación con tales sueños, Baillet comentó con devoción: "No le quedaba más que el amor por la verdad, cuya búsqueda sería a partir de entonces toda la ocupación de su vida"[16]. Pero tal devoción hacia el pensador francés no se correspondía con la verdad de los hechos que la provocaban, pues la "búsqueda de la verdad" a que Baillet hizo referencia no comenzó a partir de entonces, sino que tardó todavía cerca de diez años y ni siquiera fue un objetivo seriamente perseguido por Descartes, que tenía mucho más interés en la búsqueda de su propio prestigio social. La misma Rodis-Lewis indica en este sentido que "se pueden fechar entre el invierno de 1620 y el otoño de 1628 estos nueve años que […] pasaron antes de que hubiera tomado partido alguno […] ni empezado a buscar los fundamentos de una filosofía más cierta que la vulgar"[17], lo cual demuestra la poca o nula repercusión de tales "sueños" en la decisión cartesiana tan tardía de dedicarse en serio a la Filosofía o a la búsqueda de la Verdad. En definitiva, aquella supuesta llamada divina tan especial no fructificó en aquellos momentos, ni parece que Descartes tuviera especial interés en seguirla, pues toda-vía en el año 1625, bastante tiempo después de los supuestos sueños, dudaba acerca de si se dedicaría o no a una tarea burocrática como la de "comisionado general" de Châtellerault, y hasta 1628, es decir, nueve años después de tales "sueños", no tomó una decisión clara por lo que se refiere a dedicarse seriamente a la tarea filosófica que debería haber adoptado de inmediato si tales sueños hubieran sido reales y él hubiera creído en ellos como una llamada divina. Así que, aunque es posible que el relato que hizo Baillet de tales sueños tuviera una base real, también lo es que, en una importante medida, fueran una fabulación del propio Baillet o del propio Descartes, que pudo haberse inspirado en un libro como Las bodas químicas de Christian Rosencreutz, publicado en 1616, cuyo autor, Johan Valentin Andreae, era miembro de la hermandad Rosacruz, a la que, según algunos biógrafos, Descartes perteneció durante algún tiempo[18]Como consecuencia de tales sueños –según cuenta su "hagiógrafo"[19] Baillet- Descartes hizo la promesa de realizar una peregrinación a Loreto en Italia, pero no parece que llegase a cumplirla.
-En Toulouse G. C. Vanini es quemado en la hoguera por ateísmo y por su creencia panteísta según la cual la Naturaleza era el origen de todas las cosas.
1620: -Descartes se alista en el ejército de Maximiliano de Baviera y viaja por diversos lugares de Europa, presenciando tal vez, según la opinión de Baillet, la batalla de Montaña Blanca, cerca de Praga, en la que Maximiliano de Baviera venció a Federico V de Bohemia, padre de la princesa Elisabeth, que posteriormente tendría una relación epistolar y afectiva muy especial con el filósofo francés.
-Indica Watson que entre los años 1619 y 1620 Descartes debió de realizar "el trabajo que lo había situado entre los más grandes genios matemáticos de todos los tiempos. Pero no publicó su método analítico hasta 1637, en La geometría"[20].
-Conoce al padre Mersenne, su mejor y más fiel amigo a lo largo de toda su vida, que defendió el heliocentrismo.
-Se publica el Novum Organum de Francis Bacon.
1621: -Recibe la herencia de su madre: una casa en Poitiers, cuatro pequeñas granjas cerca de Châtellerault y el título de señor de Perron[21]Durante este tiempo sigue viajando por Europa.
1622: -Continúa con sus viajes (Alemania y Países Bajos). Visita a su familia en Poitou, vende su granja y su título de "Señor de Perron".
-Jean Fontanier, deísta, es ejecutado en París
1623: -Se establece en París y se dedica con éxito a la investigación sobre Geometría y Álgebra. Surgen rumores acerca de su pertenencia a la fraternidad Rosacruz. Descartes lo desmiente, aunque, según la opinión de algunos biógrafos importantes, parece que durante algún tiempo fue miembro de dicha organización. Viaja a Italia: Venecia, Florencia. En relación con este viaje, cuyo motivo principal era el de la compra del cargo de "comisionado general" que había quedado vacante por defunción del familiar que lo ocupaba, indica Rodis-Lewis que "ni siquiera se sabe si [después] volvió a vivir con su familia, o si sólo fue a verla, […] y por qué, si no retomó el cargo del marido de su madrina (causa de esta partida), no compró otro en Châtellerault tras su regreso"[22]. Sin embargo, su actitud general a lo largo de estos años muestra que Descartes no sentía ningún interés por seguir la tradición familiar relacionada con la actividad jurídica y burocrática, a pesar de que estas actividades significasen una garantía de buenos ingresos económicos.
-Muere el filósofo y médico español Francisco Sánchez, "el escéptico", llamado también "el despertador de Descartes", cuya influencia en el francés parece evidente.
1624: -Un tratado titulado Historical Verhal, de Nicolás Wassenar, menciona a Descartes como miembro rosacruz. De hecho Descartes tenía bastantes amigos de esa hermandad, y en el siglo XX algunos críticos importantes, como Watson y Adam, opinan que Descartes perteneció a ella[23]La misma Rodis-Lewis escribe al menos que "tenemos algunas citas sobre el deseo que tuvo Descartes de informarse sobre los rosacruces"[24], aunque no se atreve a defender la hipótesis de que hubiera pertenecido a este grupo.
-El cardenal Richelieu es nombrado jefe del Consejo Real de Luis XIII.
-El Parlamento de París decreta la prohibición, bajo pena de muerte, de la enseñanza de cualquier opinión contraria a los autores antiguos aprobados y de mantener debates públicos sobre temas distintos a los aprobados por los doctores de la Facultad de Teología.
1625: -Descartes se establece en París hasta 1628. Hacia el mes de junio de este último año escribió a su padre para tratar de la compra del puesto de lugarteniente general de Châtellerault. La familia estaba de acuerdo. Le pedían cincuenta mil libras, pero Descartes dijo que sólo tenía treinta mil. Así que en principio y con la finalidad de adquirir el cargo se vendieron más propiedades familiares, pero al final, a pesar de los consejos y presiones de su padre para que comprase el cargo, se hizo atrás diciendo a su padre que "no tenía experiencia suficiente para asumir una magistratura"[25]. Con esta excusa y con el dinero de las ventas, Descartes se marchó a París.
-Señala Watson que durante aquellos años "la única fuente conocida de sus ingresos es el juego" y que, en su biografía sobre Descartes, Baillet afirmó: "está curado por completo de esa inclinación al juego que antes lo impulsaba" (B I 131)"[26], dando a entender que efectivamente, al margen del dinero procedente de la herencia de su madre, el otro medio de ingresos de Descartes por aquellos años era el juego.
-En París el movimiento de los "libertinos de espíritu", surgido hacia 1619 y caracterizado por una actitud crítica, de libertad intelectual y de escepticismo, adquiere una fuerza importante. Según M. LeRoy, Descartes habría pertenecido a esta corriente de pensamiento libre. Y, si esto hubiera sido así, podría encontrarse aquí una explicación de la "huida" repentina de Descartes a Holanda y de su preocupación especial por que nadie conociera su dirección en los numerosos domicilios a los que se trasladó durante el primer año de su estancia en Holanda… justo hasta que murió el cardenal Bérulle.
1627: -Comienza el asedio de Richelieu contra los hugonotes (protestantes franceses) de La Rochelle. Según Baillet, Descartes fue testigo de dicho asedio, en el que se consiguió la rendición –o, mejor, aniquilación- de la ciudad, muriendo 22.000 hugonotes de los 27.000 que constituían su población.
1628: -Baillet cuenta que hubo una entrevista del cardenal Bérulle, consejero de la reina María de Médicis, con Descartes. Pero no hay seguridad de que se produjera ni, por ello mismo, acerca de qué pudieron haber hablado. Según Rodis-Lewis, que está de acuerdo con Baillet, "Descartes impresionó de tal manera a Bérulle que éste debió de tener una influencia decisiva para que Descartes se dedicara finalmente a establecer su filosofía sobre bases sólidas[27]Indica de manera sorprendente que "Bérulle, que era consciente de un cambio en la filosofía, le pidió a Descartes este encuentro, seguramente sin testigos, y del que no tenemos ninguna referencia"[28]. Pero, al leer estas palabras, es lógico preguntarse: Si "no tenemos ninguna referencia" de ese encuentro, ¿cómo se atreve Rodis-Lewis a afirmar que se produjera tal encuentro y sobre qué pudo haber tratado?
Por su parte, Watson, contrariamente a este punto de vista, escribe: "Los miembros de la Sociedad Protectora de san Descartes [Baillet, Clerselier…] comenzaron a referirse a Bérulle como el director de la conciencia de Descartes. ¿Ese maniático genocida –y no exagero- dirigiendo la conciencia de Descartes? Más que improbable. Descartes no quería eliminar a los protestantes ni aniquilar el protestantismo. Algunos de sus mejores amigos profesaban esa fe. Se llevaba muy bien con ellos […] Descartes buscaba la verdad, pero Bérulle conocía la verdad, y estaba dispuesto a matar a todos los que se negaran a doblegarse ante ella"[29].
A continuación escribe que "sabiendo cuán poderoso era el cardenal Bérulle en la corte francesa, Descartes pudo haber visto la fuga como su única salida"[30]. Sobre la cuestión de si en realidad se produjo o no tal reunión indica Watson que Beeckman había escrito en su diario que Descartes había llegado a Dordrecht el 8 de octubre de 1628, mientras que Baillet dijo que la entrevista con el cardenal se había realizado el 15 de noviembre de 1628[31]Es decir, que la reunión se habría producido más de un mes después de que Descartes marchase a Holanda, lo cual no parece que encaje demasiado bien y hace mucho más problemática la supuesta entrevista.
Sin embargo, el hecho de que la entrevista se hubiera realizado podría servir de explicación para la repentina marcha –o huida- de Descartes a Holanda, pues en ella el cardenal pudo haberle amenazado o "advertido" de los peligros que corría en Francia a causa de su anterior pertenencia a la hermandad Rosacruz, de su posible relación con los "libertinos" de París o por motivos relacionados con su pensamiento crítico respecto a la Filosofía Escolástica, única admitida en Francia por el decreto de Richelieu del año 1624. Tal posible entrevista podría explicar igualmente la preocupación de Descartes por mantener oculta su dirección y por cambiar de domicilio muy a menudo a lo largo de un año, como si temiera estar siendo buscado para ser detenido. Pero tales trastornos finalizaron precisamente cuando se produjo la muerte del cardenal Bérulle el 2 de octubre de 1629. Resulta muy sintomático que, a partir de ese momento, Descartes reapareciese en una gran urbe, como lo era Amsterdam, y dejase de preocuparse por ocultarse de la gente[32]Decía buscar la "soledad" para poder dedicarse mejor al estudio, pero esta supuesta búsqueda no encajaba con sus constantes cambios de domicilio, los cuales le habrían supuesto los consiguientes trastornos por las sucesivas mudanzas y procesos de habituación a sus nuevas residencias, ni con las polémicas teológicas en que posteriormente se vio envuelto, ni con el hecho de que durante cierto tiempo tuviera relaciones íntimas con Helena Jans, fruto de las cuales fue el nacimiento de una hija, Francine, que sólo vivió cinco años. Esta pretendida búsqueda de "soledad" parece tener una explicación más correcta en el temor de Descartes a ser perseguido por la jerarquía católica próxima al cardenal Bérulle, cuyo poder era realmente extraordinario.
No obstante, a pesar de la muerte del cardenal Bérulle, Descartes no regresó a Francia sino que permaneció en Holanda hasta septiembre de 1649, momento en el que marchó a Suecia, invitado por la reina Cristina. Para comprender mejor la decisión de Descartes de permanecer en Holanda también conviene tener presente que en 1619 G. C. Vanini fue condenado a la hoguera en Toulouse por sus creencias de carácter panteísta, que en 1622 el deísta Jean Fontanier fue ejecutado igualmente en París por su pensamiento deísta, que en 1624 el cardenal Richelieu había prohibido el estudio de planteamientos filosóficos sobre temas distintos a los aprobados por los doctores de la Facultad de Teología, y que en los años 1627 y 1628 las tropas de Richelieu y Luís XIII habían asediado y masacrado a la mayoría de hugonotes de La Rochelle. Descartes pudo haber percibido en aquel momento un peligro personal especialmente grave y, como consecuencia de esta situación y de algún hecho más concreto como pudo haber sido la cuestionada entrevista con Bérulle, emigró a Holanda de manera precipitada y definitiva. En una carta a su familia escrita en 1640 Descartes explicaba que vivía en Holanda para evitar que los aristotélicos lo persiguieran por sus ideas[33]aunque quizá el hecho de que escribiera "aristotélicos" era una manera de referirse a la jerarquía católica, a la que ni siquiera en esa carta se habría atrevido a mencionar precisamente por el temor que le inspiraba.
-Según cuenta Watson, "el 8 de octubre de 1628 Beeckman señaló en su diario que Descartes le había visitado ese día"[34]. Por su parte, Rodis-Lewis escribe que para aplicar el modelo matemático a la totalidad de los fenómenos, Descartes "estaba dispuesto a colaborar con Beeckman, que fue el primero que le había revelado que se podían resolver cuestiones físicas con fórmulas matemáticas"[35]. Sin embargo, en este mismo año se produjo una ruptura de la amistad entre Descartes y Beeckman como consecuencia de una discusión relacionada con la enseñanza de Armonía (musical) por parte de Beeckman. Parece que se produjo un equívoco entre ambos, según el cual Beeckman se atribuía el mérito de una obra cartesiana acerca de la música (Compendium musicae) y eso provocó una reacción muy violenta por parte de Descartes. Su orgullo le condujo a negar haber aprendido nada de Beeckmann, a pesar de que el padre Mersenne, amigo de Descartes, consideró que Beeckman tenía razón. En relación con esta cuestión las cartas de Descartes a Beeckman son especialmente duras y llenas de rencor y desprecio:
"El año pasado os pedí que me devolvierais mi Música [Compendium musicae], no porque la necesitara, sino porque alguien me dijo que os referíais a ella como si la hubiera aprendido de vos. Ahora que doy por sentado que preferís la estúpida jactancia a la amistad y la verdad, os diré en dos palabras que, aunque le hubierais enseñado algo a alguien, sería odioso por vuestra parte decirlo, y aún más odioso si fuera falso. Pero lo peor es que seáis vos el que haya aprendido de la persona en cuestión".
Después de la respuesta de Beekman, Descartes todavía le respondió más duramente:
"…Si no me diera lástima que estéis enfermo, no sería capaz de evitar la risa, porque ni siquiera sabéis lo que es una hipérbola",
y añade:
"No había sospechado nunca que vuestra estupidez e ignorancia fuera tan grande como para que creyerais que he aprendido de vos más de lo que estoy acostumbrado a aprender de otros seres naturales… Me parece obvio, por vuestra carta, que no pecáis por malicia, sino por locura"[36].
Las cartas citadas sorprenden especialmente porque diez años antes Descartes había escrito a Beekman de un modo extremadamente cordial y agradecido:
"Os honraré como el primer promotor de mis estudios y su primer autor. Pues vos, en verdad, me habéis sacado de la ociosidad y vuelto a despertar en mí una ciencia que casi había olvidado. Me habéis devuelto a las empresas serias y habéis mejorado a quien estaba separado de ellas. Si, por tanto, produzco algo que no sea despreciable, tendréis derecho a reclamarlo como vuestro".
Además, por esa misma época le había solicitado igualmente:
"Amadme y dad por hecho que me olvidaría de las musas antes que de vos, porque me han unido a vos con un vínculo de eterno afecto"[37].
-Inspirado en el método que había utilizado para sus trabajos e investigaciones matemáticas, escribe las Reglas para la dirección del espíritu.
-Se publica la obra de Harvey De motu cordis et sanguinis, que representaba la explicación adecuada del movimiento del corazón y que, sin embargo, sería criticada por Descartes en su Discurso del método, presentando a su vez como evidente una teoría alternativa realmente descabellada.
1629: –Descartes intenta montar una fábrica de lentes solicitando la colaboración de Jean Ferrier, experto artesano en lentes, informándole de que él correría con todos los gastos, lo cual es un indicio de que, aunque esta iniciativa tenía también carácter científico, la vocación filosófica de Descartes, en el sentido más estricto del término, no era todavía suficientemente clara.
-En octubre –pocos días después de la muerte repentina del cardenal Bérulle- Descartes se traslada a Amsterdam, ciudad nada tranquila para dedicarse al estudio en soledad. Cuenta Descartes, sin embargo, que en esa ciudad podía dedicarse a su trabajo porque la gente estaba ocupada en el suyo propio y no le molestaba. Durante los seis años siguientes –con interrupciones- estuvo viviendo en esta ciudad. Por entonces trabajaba en su Tratado del Mundo, informando a Mersenne de sus progresos.
-Según Rodis-Lewis, Descartes comenzó a interesarse por la medicina hacia finales de ese mismo año: "Los primeros signos de interés [por la medicina] aparecen cuando, a finales de 1629, empieza a estudiar anatomía porque quiere sistematizar toda la física, o el estudio de toda la naturaleza, que comprende la fisiología"[38] y se interesa por el tema de la salud y la prolongación de la vida humana.
1630: -Se traslada a Leiden y se matricula en su universidad, en Matemáticas y Astronomía.
-Escribe Watson que en aquel año Descartes estaba interesado de manera especial por la anatomía y por la disección de animales: "Hubo un invierno en Amsterdam –declaró Descartes- en el que iba casi todos los días a casa de un carnicero para verle sacrificar los animales y hacerme llevar a mi alojamiento las partes que quería anatomizar con mayor tranquilidad"[39]. Descartes llegó a practicar la vivisección. Parece que el uso de la experiencia estuvo ligado a estos estudios de carácter básicamente descriptivo, pero bastante alejado de un método similar al de Galileo que pudiera servirle para construir hipótesis explicativas y contrastarlas experimentalmente.
-En este mismo año y como consecuencia de sus investigaciones en el terreno de la Biología descubre el reflejo condicionado, adelantándose a Paulov en más de doscientos años.
-Conoce a Constantijn Huygens -padre de Christian Huygens-, que en esos momentos tiene un alto cargo político en Holanda.
-Muere Kepler.
1632: -Descartes sigue estudiando: Astronomía, Matemáticas, Anatomía, Física y Química. Desarrolla su Mecanicismo, punto de vista sobre el mundo inorgánico y orgánico –defendido ya en el siglo anterior por el español A. Gómez Pereira, aunque centrado en el estudio del comportamiento animal-, que tendrá consecuencias especialmente importantes en la Física, en la Biología y en la Antropología posterior.
1633: -Se produce la condena de Galileo y, como consecuencia, Descartes se abstiene de publicar su obra El mundo. En relación con esta situación, Descartes escribe a Mersenne:
"…Me quedé tan sorprendido que casi decidí quemar mis papeles o al menos no dejar que nadie los viera […] no puedo eliminar [el punto de vista según el cual la Tierra se mueve] sin dejar el resto de la obra defectuoso. Pero por nada del mundo querría publicar un discurso en el que la Iglesia pudiera encontrar una sola palabra censurable"[40].
1634: -Escribe el día 15 de octubre que ha engendrado un hijo con Helena Jans: Se trataba de Francine, nacida efectivamente 9 meses después. Su madre, Helena Jans, era la doncella de la casa en que vivía entonces.
-Escribe a Mersenne para decirle que no le enviaría el manuscrito de El Mundo:
"He decidido suprimir por completo el tratado que he escrito y confiscar toda mi obra de los últimos cuatro años para prestar obediencia a la Iglesia, puesto que ha proscrito la opinión de que la Tierra se mueve…"[41].
Dos meses después vuelve a escribirle:
"Aunque [la teoría de que la Tierra se mueve] pensaba que se basaba en pruebas seguras y evidentes, no desearía por nada del mundo mantenerlas contra la autoridad de la Iglesia… Deseo vivir en paz y seguir llevando la vida que había empezado con el lema "Para vivir bien debes ser invisible"…"[42].
Esta preocupación y temor a defender doctrinas contrarias a las oficialmente mantenidas por la Iglesia Católica pudo haber sido consecuencia de la misma causa –la posible, aunque no probada, conversación con el cardenal Bérulle- que le llevó a huir a Holanda en el año 1628 y fue constante a lo largo de toda su vida.
1635: -Nace Francine, hija de Descartes, que le proporcionó unos años de felicidad. La relación de Descartes con Helena, madre de Francine, no fue mala, hasta el punto de que hubo incluso una correspondencia escrita entre ellos; Helena, sin embargo, siguió trabajando como criada y posteriormente se casó, proporcionándole Descartes una ayuda económica y actuando como padrino de boda. Descartes reconoció a su hija, pero, según indica Rodis-Lewis, no le dio su apellido[43]lo cual dice muy poco en favor de Descartes y mucho acerca de su interés por anteponer su fama de "hombre piadoso" a aceptar que había tenido una hija con una mujer con la que no estaba casado. La hija fue bautizada en una iglesia protestante, lo cual no parece muy coherente con el valor que Descartes decía conceder a la "verdadera religión" sino que más bien podría representar una muestra de escepticismo sobre la importancia de tal cuestión, además de una concesión a una posible petición de Helena, la madre de Francine.
Comenta Baillet de manera mojigata que Descartes "pronto se levantó de su caída, y […] restableció su celibato en su primera perfección, antes incluso de adquirir la calidad de padre"[44], apreciación intrascendente respecto a la vida privada de Descartes; por su parte. Rodis-Levis se refiere a Francine como "hija de una simple sirvienta"[45], como si pretendiera elogiar a Descartes por haberse rebajado a tener un hijo con ella. Posteriormente, habiendo sido acusado por Voetius de tener hijos naturales, lo negó, aplicando posiblemente a sus palabras la jesuítica "restricción mental" según la cual en realidad no había tenido ningún hijo, pues lo que había tenido era una hija, que además ya había muerto. Precisamente la misma Rodis-Lewis le excusa de esta acusación especificando de manera cándida que "sólo había tenido esta hija y ya estaba muerta"[46], como si una fuera igual a ninguna y como si el hecho de que ya estuviera muerta equivaliese a que no la hubiera tenido, al margen de la nula importancia moral de esta anécdota de carácter biográfico que ayuda a comprender un poco más la personalidad del pensador francés.
-En este mismo año Descartes conoce a Clerselier, admirador suyo, propagador de sus ideas, editor de algunos de sus escritos, y cuñado de Chanut, que sería embajador de Francia en Suecia y pondría a Descartes en contacto con la reina Cristina.
-Reneri comienza a explicar en Utrecht la filosofía de Descartes.
1637: -Se publica en Leiden El Discurso del Método, la obra más conocida de Descartes, que tiene el "detalle" bien calculado de enviar copias al rey Luis XIII, al cardenal Richelieu, al embajador francés en La Haya, al cardenal Bagni y al cardenal Barberini, autoridades políticas y religiosas con cuya buena predisposición sentía la necesidad de contar.
-Beaugrand acusa a Descartes de haber cometido plagio en sus trabajos de Matemáticas a partir de las obras de Viète y de Harriot. A su vez, Descartes critica la obra de Fermat, la de Beaugrand y las de otros matemáticos. Considera en general que sus críticos son "necios y blandos, y arrogantes", que mantienen opiniones "falsas e irracionales", y recibe cualquier crítica a su obra como un ataque personal o como una muestra de la falta de capacidad de sus críticos para comprenderle.
-En una carta a Mersenne le dice: "Mi geometría es a la geometría común lo que la Retórica de Cicerón es al abecé del niño"[47].
-Según Rodis-Lewis, Descartes "dejó Leiden durante seis semanas, buscando una nueva residencia alejada para que viniera su hija"[48], pero el hecho de que tratase de ocultar la existencia de su hija hace difícil de entender que luego, según escribe Rodis-Lewis, pretendiese llevársela a Francia. En aquellos momentos Descartes decide que Helena y Francine (su "sobrina") vayan a vivir con él a su nuevo alojamiento y que Helena trabaje de criada de su casera.
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