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La inversión extranjera directa como incentivo al desarrollo económico (página 2)


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3. Análisis conceptual

Sobre la definición de la inversión extranjera encontramos diferentes opiniones, en el sentido económico y en el legal.

Según la Enciclopedia española el término inversión (en latín inversionem). Es la acción y efecto de invertir.

En el plano económico es la Adquisición, por parte de un individuo, una empresa o una colectividad, de bienes de capital para aumentar la producción por ejemplo: empleo de fondos líquidos en una cuenta bancaria, en valores mobiliarios, etc., con vista a protegerse contra la depreciación monetaria o realizar un beneficio ulterior.

A la inversión también se llama formación (bruta o neta) de capital. Los bienes de una inversión aumentan la productividad, lo que permite un posterior incremento de bienes de consumo para la comunidad.

La inversión extranjera tiene diferentes definiciones para cuestiones legales en los diferentes países. Existen varias categorías de la inversión: hay países que poseen la definición en sus respectivas legislaciones; otros que dicen poseer dicha definición, pero no indican su contenido; aquéllos que señalan no poseer definición o no responden la pregunta; algunos países, sin perjuicio de sus normas internas, remiten la definición de inversión extranjera a las normas contenidas en tratados internacionales como el Acuerdo de Cartagena o el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

La definición de inversión, al igual que la de inversionista es fundamental en un acuerdo de inversión, pues es ésta la que delimita el alcance del mismo. De allí que la principal pregunta en este sentido es cuán amplia o restrictiva es tal definición. En el caso de los acuerdos señalados, éstos comprenden una definición amplia, aunque con algunas diferencias entre ellos. Así, el G-3, el Grupo Andino y el Tratado Libre Comercio suscrito por Bolivia y México, hacen referencia a "recursos" o "aportes" transferidos o provenientes del exterior, los primeros dos incluyendo una lista de ejemplos. Los dos protocolos de MERCOSUR se refieren a "todo tipo de activo" y el TLC firmado por Costa Rica y México menciona "todo tipo de bienes y derechos", en los tres casos con una lista de ejemplos.

El TLCAN y el TLC Canadá y Chile no brindan un concepto propiamente dicho de inversión, sino que incluyen una lista positiva amplia de activos expresamente vinculados a las actividades de una empresa (acciones de una empresa; instrumentos de deuda de una empresa y un préstamo de una empresa en ciertas condiciones; participación en una empresa que dé derecho a participar en el haber social de una empresa en una liquidación o en sus ingresos o utilidades; bienes raíces u otra propiedad, tangible o intangible, adquiridos o utilizados con el propósito de obtener un fin económico; la participación que resulte de contratos tal construcción y de llave en mano; y, contrato en que la remuneración depende sustancialmente de la producción, ingresos o ganancias de una empresa) y una lista negativa excluyen de ciertos tipos de reclamación pecuniarias.

El G-3 y los tres acuerdos bilaterales de libre comercio incorporan también una lista negativa, la cual excluye no sólo ciertas reclamaciones pecuniarias, sino también obligaciones de pago de una empresa del Estado o préstamos a una empresa del Estado. En el caso de todos estos convenios, el concepto de inversión incluye la inversión en portafolio.

En Cuba se define la inversión extranjera, de la siguiente manera: Aportes de capital realizados por inversionistas extranjeros, en su carácter de socio en una empresa mixta o como parte en una asociación de carácter contractual, como los actos de adquisición de bienes inmuebles situados en el territorio cubano conforme a las regulaciones contempladas en el Capitulo VI de la Ley # 77 de la inversión extranjera.

4. Definición de inversionista

La definición de inversionista hace referencia a las personas naturales y personas jurídicas u otro tipo de entidades legales a las que se aplicará el acuerdo.

En relación con las personas físicas, todos los acuerdos consideran como inversionista al nacional de un país, parte del mismo. La definición de nacional está, por lo general, sujeta a la legislación nacional y hace referencia a la ciudadanía. El TLCAN, el TLC CA/CHI y el Mercosur intrazona consideran inversionista no sólo al nacional, sino también al residente permanente. El TLCAN y los tres tratados bilaterales de libre comercio hacen referencia a que el inversionista es aquel que "pretende realizar, realiza o ha realizado" una inversión, a efectos de incorporar dentro del concepto al inversionista potencial. Finalmente, los dos protocolos del Mercosur utilizan la residencia permanente en su propio territorio para delimitar el concepto de inversionista, salvo cuando los recursos referidos a las inversiones provengan del exterior.

En relación con las personas jurídicas u otras entidades legales, existen diversos criterios para definirlas, los cuales pueden agruparse en criterios de carácter territorial y criterios basados en la propiedad o control. En el caso de los primeros, se utiliza el lugar de constitución de la empresa o el lugar donde se encuentra instalada la administración o donde tiene asiento la empresa. En el caso de los segundos, éstos se basan en el control directo o indirecto de las empresas por parte de personas físicas de uno de los países parte del acuerdo.

Los criterios de constitución, asiento o control también pueden combinarse, en forma alternativa o acumulativa, según se busque ampliar o restringir el ámbito de aplicación del acuerdo. En el caso de los acuerdos analizados, el TLCAN, el G-3 y los tres tratados bilaterales de libre comercio utilizan el lugar de constitución u organización o, en el caso del G-3, protección- para determinar la nacionalidad de una empresa. Los protocolos de Mercosur utilizan criterios mixtos. En el caso del Protocolo intrazona se utilizan los criterios de constitución y sede, pero también entiende como personas jurídicas a "aquéllas constituidas en el Estado anfitrión de la inversión efectivamente controladas, directa o indirectamente, por personas físicas y jurídicas"31 definidas según el mismo protocolo. Por su parte, el Protocolo extrazona combina los criterios de constitución y sede.

En Cuba el inversionista extranjero es la persona natural o jurídica, con domicilio en el extranjero y capital extranjero, que se convierte en accionista de una empresa mixta, o partícipe en una empresa de capital totalmente extranjero, o que figure como parte en los contratos de asociación económica internacional.

5. Modalidades de inversión extranjera

La inversión extranjera tiene tres modalidades definidas: inversión directa, indirecta y de portafolio.

Se consideran como inversiones indirectas todos los actos o contratos por medio de los cuales el inversionista realiza un aporte tangible o intangible a una empresa sin llegar a tener participación accionaria en todo o en parte de ella, siempre y cuando las rentas que la inversión genere para su propietario dependan de las utilidades generadas por la empresa.

Se consideran como inversiones de portafolio, las inversiones en acciones y bonos obligatoriamente convertibles en acciones y otros valores negociables en bolsas de valores.

Se consideran como inversiones extranjeras directas los aportes provenientes del exterior, de propiedad de personas extranjeras, al capital de una empresa; y la adquisición, con ánimo de permanencia, de participaciones, acciones o cuotas en el mercado de valores. Sus formas más generales son: la importación de divisas libremente convertibles para inversiones en moneda nacional como la creación de empresa o como aporte directo de capital a una empresa o adquisición de derechos, acciones u otros valores; importación de maquinaria, equipos u otros bienes físicos o tangibles, aportados al capital de una empresa como importaciones no reembolsables; Importaciones de divisas libremente convertibles para efectuar inversiones en moneda nacional destinadas a la compra de inmuebles para residencia propia o vivienda de funcionarios u oficinas de personas jurídicas extranjeras.

Esta última es la más extendida e importante y por eso será el objeto directo de nuestra investigación.

6. Principales efectos de la inversión extranjera directa

Los principales efectos, tanto positivos como negativos de la IED se concretan en:

Lavado de dinero: Para el blanqueo de dinero, ya sea producto de narcotráfico o cualquier otra actividad ilícita, la forma más utilizada es la siguiente: los operadores de este negocio constituyen sociedades ficticias en otros países, simultáneamente crean compañías en el país hacia donde se dirigen los dineros sucios, que aparentemente son las destinatarias de la inversión foránea. A estas últimas, las registran con nombres similares a los de firmas multinacionales para facilitar la transacción. Los lavadores utilizan declaraciones de cambio para trasladar el dinero a través de los bancos. Para ello abren cuentas corrientes, usando el NIT de empresas reales, luego hacen desaparecer el dinero. Estas operaciones se hacen con la complicidad de funcionarios corruptos de la banca.

PIB per cápita: Ejercicios de carácter empírico indican la existencia de una fuerte relación entre inversión extranjera y el crecimiento del PIB per cápita. Por ejemplo, en un estudio realizado por Alejandro Gaviria y Javier Gutiérrez encontraron para diez países latinoamericanos, que por cada aumento en los flujos de inversión en 1% con respecto al PIB, el PIB per cápita se incrementa en una tasa superior a 1% de la que se presentaría en ausencia de los flujos de capital.

Acumulación de capital: La inversión extranjera incrementa el stock de capital de la región receptora, produciendo una ampliación de la demanda efectiva que eleva la tasa de crecimiento del producto. La acumulación de capital físico ocurrirá, siempre y cuando los flujos de inversión no se destinen a la compra de activos productivos ya existentes. Así mismo, las repatriaciones de capital no podrán superar los flujos brutos de inversión, de lo contrario se presentaría una disminución del capital. Los montos de capital repatriado, no solo son importantes como determinante de la inversión, sino que también permiten medir los efectos finales de la IED en cuanto a acumulación de capital.

Innovación y desarrollo tecnológico: Las ventajas de las empresas extranjeras, son básicamente la implantación de procesos de producción modernos o únicos, introducción de nuevas técnicas de gestión y mayor calificación de la mano de obra. Tarde o temprano, estas tecnologías se traducen en aspectos positivos para los empresarios nacionales.

Balanza de pagos: La inversión extranjera implica por sí misma, la entrada de divisas al país y revierte en alguna medida, la restricción de financiamiento externo. El efecto contrario se presenta en el caso de una drástica salida de los flujos de inversión, que genera problemas de carácter macroeconómico en la región receptora. La historia señala que, por el costo de movilidad, es mayor el peligro cuando se trata de inversión extranjera de cartera, que cuando la inversión se materializa en infraestructura productiva.

Competitividad: Debe resaltarse que la competitividad de una nación, no depende solo de producir los bienes a menor costo, sino que a su vez, debe contar con otros elementos como son calidad (tanto en los sistemas de producción como en el producto final), capacidad de respuesta a la demanda de los consumidores, rapidez en la entrega, mercadeo agresivo y establecimiento de redes eficientes en la distribución. Las empresas multinacionales concentran estos aspectos, en efecto, son dueños de tecnologías más dinámicas y poseen sistemas internacionales de producción cada vez más integrados y operan en múltiples mercados en forma simultánea.

Comercio exterior: A la IED se le atribuye generalmente una fuerte actividad comercial externa debido a las experiencias en cuanto a la dinámica exportadora de las empresas receptoras de inversión extranjera llegando a ser en algunos casos superior a la de las empresas nacionales. Pero esto depende de si estas operan o no con materias primas y bienes intermedios importados, y en que cantidad lo hacen, lo que en términos netos puede representar un balance comercial negativo

Concentración de capital: Por una parte tenemos la compra de empresas ya existentes en el país de destino de la inversión. Por otra parte, generalmente las empresas transnacionales se establecen en sectores intensivos en capital, y al contar éstas con una base mayor, en este recurso, que las empresas establecidas, cuentan con una considerable ventaja. Además, los mayores niveles de eficiencia de las compañías multinacionales, producto del funcionamiento de sus fuerzas productivas a escala ampliada, junto con las redes de distribución internacionales que ya tienen establecidas, terminan por desplazar las empresas instaladas menos eficientes. Otro factor que influye de sobremanera en el desplazamiento de las empresas establecidas con anterioridad, lo constituye la tecnología; la tecnología propia de una industria es propiedad privada de las grandes empresas, amparada con patentes, esta tecnología se restringe a los antiguos productores locales y si estos pertenecen a una nación en desarrollo se encuentran en una gran desventaja, teniendo en cuenta que esos países invierten muy poco en I&D y su innovación tecnológica es muy escasa. La inversión extranjera no es una masa de capital que fluye a través del mundo motivada únicamente por las fluctuaciones de la oferta y la demanda del mercado mundial de capitales. La inversión extranjera, no responde a una saturación de capital en el país inversor; es la búsqueda de una mayor ganancia, lo que la mueve a establecerse más allá de sus fronteras.

7. La inversión desde la perspectiva del inversor

Cuando una empresa multinacional opera en un país extranjero se enfrenta a costes adicionales, en comparación con los competidores locales, costes que aparecen como consecuencia de las diferencias culturales, legales, institucionales, lingüísticas, la falta de conocimiento de los mercados locales y los costes de comunicación por operar a distancia, principalmente. Para que la inversión de una empresa en el exterior sea beneficiosa, la firma debe poseer alguna ventaja no compartida por las competidoras locales. Este ha sido comúnmente el punto de partida de las teorías de la inversión exterior y de la empresa multinacional.

Al revisar la literatura existente sobre los determinantes de la actividad de las empresas multinacionales, suelen distinguirse dos tipos de enfoques: el enfoque microeconómico, que se centra en las características internas de las empresas multinacionales, y el enfoque macroeconómico, que se fija en la dinámica de rivalidad dentro de una industria oligopolística. Ambos grupos no son excluyentes y existen teorías que utilizan argumentos de las dos categorías. En la base de los dos grupos están las teorías de competencia imperfecta entre grandes empresas.

En el marco del enfoque microeconómico destaca el "paradigma ecléctico" desarrollado por Dunning, que busca ofrecer un marco general para determinar la extensión y el modelo de producción en el exterior de las empresas de un determinado país, así como la producción en el país por parte de empresas extranjeras. Se trata de un enfoque unificador que permite una aproximación completa a la explicación de la inversión directa en el exterior.

Las siglas OLI, base del marco analítico de Dunning, se refieren a las ventajas de propiedad (ownership), localización (location), y de internacionalización (internalization). Cada uno de estos conceptos por su parte abarca teorías acerca del comportamiento de las multinacionales, pero son incompletas por sí solas como determinantes de la inversión exterior directa. Dunning los reúne en su enfoque OLI, lo cual admite una explicación de los determinantes de la inversión exterior directa más íntegra.

Según el paradigma ecléctico la capacidad y predisposición de las empresas de un país para suministrar al mercado doméstico, o a uno en el exterior desde una localización en el extranjero, depende de la posesión o la capacidad para adquirir determinados activos que no son alcanzables, o por lo menos, no alcanzables en tan favorables términos, por las empresas de otros países. Estos activos ofrecen ventajas que pueden ser de tres tipos: de propiedad (tanto en activos tangibles como intangibles), de localización, (específicas de una localización determinada, pero accesibles a todas las empresas), derivadas de la internacionalización (constituyen el nexo que une los elementos del marco analítico OLI)

Según las predicciones del paradigma ecléctico, en un momento dado cuantas más empresas de un país posean ventajas en propiedad, mayor es el incentivo para internacionalizar su uso, y mayor será el interés para explotarlas desde una localización en el exterior, con lo cuál mayor será la predisposición a producir en el exterior.

8. Principales características de los países que acuden la inversión exterior directa

Seguidamente se exponen algunos factores que pueden constituir ventajas de carácter locacional para atraer la inversión extranjera directa a las regiones:

Tamaño de Mercado: Las características de los países receptores de inversión relacionadas con el mercado, como son la talla, el crecimiento y el nivel de desarrollo de la competencia local, tienen gran influencia en las decisiones de inversión. Este tipo de factores inciden especialmente en los países desarrollados así como también en la formación de mercados comunes.

Mercado de Trabajo: Para caracterizar el mercado de trabajo se analizan dos variables; los costes laborales y el capital humano.

Coste Laboral: Se mide por la remuneración media por asalariado para un país o región en un período determinado. Los costes laborales se han considerado tradicionalmente como una ventaja locacional que influye en la inversión extranjera a la hora de elegir su destino geográfico, siempre y cuando ello no implique una menor productividad. En principio parece que la relación entre coste laboral e IED deba ser de signo negativo, no obstante un signo positivo también podría significar que mayores remuneraciones van asociadas a mayor nivel de cualificación de la mano de obra.

Capital humano: La variable utilizada para medir el capital humano, o nivel de cualificación del trabajo, es la proporción de población activa con estudios medios para cada región, durante un período específico. Se parte de la idea que la inversión orientada hacia sectores industriales de demanda y tecnología fuerte y/o media, así como la inversión orientada hacia los servicios, busca mano de obra cualificada, mientras que la IED orientada hacia actividades con muy poco valor añadido busca mano de obra barata y no cualificada.

Incentivos y ayudas oficiales: En general parece existir un amplio consenso sobre la poca relevancia de los incentivos oficiales en las decisiones de las empresas a la hora de invertir en el exterior. Por el contrario si que se reconoce cierta efectividad de los incentivos a nivel nacional y regional.

Nivel de infraestructuras: El nivel de infraestructuras de transporte y comunicaciones de la región constituye otra variable que parece importante para decidir la localización de la inversión. Dado que facilita el funcionamiento de las actividades económicas, tanto de producción como de consumo, en principio debería existir una relación positiva entre IED e infraestructura de transporte y comunicación.

9. Evolución reciente de la Inversión Extranjera Directa

A partir de trabajos muy bien documentados se ha tratado de establecer la evolución de la Inversión Extranjera Directa. En los últimos años se ha observado un crecimiento muy importante en el monto de los recursos financieros internacionales que buscan adquirir una cierta participación en la administración, posesión o control de empresas localizadas en lugares distintos al de su país de origen. Este flujo de recursos, conocido como IED, se triplicó a nivel mundial entre 1990 y 1998, al pasar de alrededor de 200 mil millones de dólares (mdd) a más de 600 mil mdd

La IED ha crecido hacia todo tipo de países y hacia todas las regiones del mundo en forma notable. Los países que más se beneficiaron de este crecimiento fueron los de ingresos bajos y medios. En conjunto, la IED hacia este tipo de países se multiplicó por un factor de siete entre 1990 y 1998. En el caso de los países pobres, el principal país receptor ha sido China, destinatario de alrededor del 80% de la IED que reciben los países de ingresos bajos.

Por otro lado, entre los países de ingresos medios o bajos, los principales destinos de la IED son, en orden decreciente, América Latina y el Caribe (69 mil mdd), el Sudeste Asiático y los países de la zona del Pacífico (64 mil mdd) y Europa del Este y Asia Central (24 mil mdd). LA IED hacia otras regiones de ingresos medios ha crecido recientemente, pero sus niveles siguen siendo relativamente menores.

En términos del crecimiento de la IED, la zona que ha mostrado un mayor dinamismo en los últimos años es Europa del Este. De hecho, la IED hacia esta región ha crecido a una tasa anual promedio cercana al 50%, lo que la ha llevado a multiplicarse por más de 23 veces en un periodo de tan sólo ocho años. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que esta región tenía niveles de IED muy reducidos, por lo que a pesar de haber tenido un crecimiento notable en este periodo, su participación en la IED mundial sigue siendo relativamente baja (3.9%). Por otra parte, las regiones de ingresos medios que combinan dinamismo y niveles de IED relativamente altos, son el Este de Asia y América Latina y el Caribe. Este hecho, en el contexto de un creciente flujo de la IED, es aún más significativo e indica que los países de estas regiones se han convertido en receptores muy atractivos para los flujos de inversión internacionales.

Los datos mostrados sobre el comportamiento de la IED señalan que ésta ha tendido a crecer en forma importante en los últimos años. Sin embargo, este comportamiento por sí solo no nos indica si la importancia de la IED en la economía mundial también ha crecido o no. Para poder hacer alguna aseveración a este respecto, es necesario contar con alguna variable que nos permita controlar por el tamaño de las economías receptoras. Existen dos alternativas inmediatas: el Producto Interno Bruto (PIB) o la Inversión Interna Bruta (IIB).

La primera medida, IED como porcentaje del PIB, nos diría cuál es la importancia de la inversión externa con respecto al flujo de producción anual de una economía. Dado que el PIB es una variable que usualmente tiende a crecer, la participación de la IED en el PIB tenderá a crecer únicamente cuando la IED crezca a tasas más rápidas que la producción.

La segunda medida, IED como porcentaje de la Inversión Interna Bruta, nos proporciona información sobre la relevancia de los flujos financieros internacionales en el financiamiento de la adquisición de capital nuevo en una economía.

Por ejemplo, la participación de la IED en el PIB a nivel mundial aumentó de 0.7 a 2.2 por ciento entre 1980 y 1998., mientras que la IED como porcentaje de la Inversión Interna Bruta ha aumentado su participación a nivel mundial al pasar de 2.7% en 1980 a 7.1% en 1998.

En resumen, pueden plantearse las siguientes conclusiones preliminares con respecto a la evolución reciente de la IED en el mundo:

  • La IED a nivel mundial ha crecido no sólo en términos nominales sino también en importancia con respecto al tamaño y al nivel de la inversión interna bruta de las economías.
  • Este aumento en importancia de la IED no se explica únicamente por los aumentos en la liquidez internacional, ya que al controlar por la tasa de interés internacional (aproximada por la tasa de interés de los Estados Unidos), la tendencia en la IED como proporción tanto del PIB como de la inversión interna bruta sigue siendo positiva y significativa.
  • Las regiones que se han visto más favorecidas por el aumento en la IED a nivel mundial son: América Latina y el Caribe, el Este de Asia y el Pacífico y Europa del Este y Asia Oriental. Las regiones que se han visto menos favorecidas son el Medio Oriente y los países de ingresos altos que no pertenecen a la OECD.

10. Determinantes y Políticas de Atracción de la IED

10. 1. Determinantes de la IED

Existen diversas razones para que una empresa decida invertir en otro país. Casi todos los argumentos que se han ofrecido para la existencia de IED pueden agruparse bajo tres objetivos básicos: el intento de participar en nuevos mercados, aumentar la eficiencia productiva a través de reducciones de costos y el intento de explotación de ciertos activos estratégicos.

A continuación explicaremos en más detalle cada uno de estos tres objetivos.

Explotación de nuevos mercados: Una de las principales razones que se han ofrecido para explicar la presencia de IED en una economía es la búsqueda de nuevos mercados.

Tradicionalmente se suponía que una empresa que proveía a una economía grande y/o rica, podía asegurarse su participación en dicho mercado mediante una inversión directa.

En ese sentido, la IED tradicionalmente se entendía como un sustituto directo del comercio. Por ende, un factor explicativo de este tipo de IED es el tamaño del mercado de destino, el cual puede medirse mediante el ingreso total de una economía o mediante sus dos componentes: el tamaño de la población y el ingreso per capita. De hecho, una parte de la explicación tradicional de la IED en las décadas de los sesenta y setenta estaba basada en el fuerte proteccionismo que caracterizaba a algunas economías. Esto se debía a que en un mercado protegido era más atractivo el invertir en forma directa que utilizar la vía alternativa (exportar), la cual podría ser muy costosa. Además, una economía protegida ofrecía un atractivo mercado cautivo. Este tipo de IED se conoce en inglés con el nombre de tariff-jumping.

Un enfoque más moderno, sin embargo, sugiere que existe un cierto tipo de IED que busca un mercado más grande pero no en forma directa sino indirecta. En este sentido, una economía que ofrece ventajas comerciales o de localización geográfica, podría servir para atraer a la IED que busca penetrar en un mercado más amplio (por ejemplo, en un tercer país, lo cual puede ser el resultado del establecimiento de acuerdos comerciales). En este sentido, este tipo de IED podría estar asociado a un mayor volumen de comercio internacional y no a uno menor como se suponía anteriormente.

Además, este tipo de IED sería más común en aquellos países que ofrecieran un cierto tipo de ventajas ya sea comerciales (acceso a terceros países mediante acuerdos comerciales) o de localización geográfica (vía menores costos). Un ejemplo de esto, es el caso de México que ofrece a terceros países la posibilidad de acceder al mercado norteamericano como resultado de su participación en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Búsqueda de eficiencia productiva: Este tipo de IED busca una mayor eficiencia productiva mediante la reducción de sus costos de producción. Esto puede implicar la búsqueda de zonas en donde los costos de ciertos insumos productivos sean más baratos. Este es el caso de la IED que transfiere actividades intensivas en trabajo a zonas en donde la fuerza laboral es abundante y los salarios son relativamente bajos. Sin embargo, también es el caso de la IED que busca una mayor eficiencia por costo unitario de la fuerza laboral. Esto implica que hay cierto tipo de IED que no sólo busca mano de obra barata sino una combinación de salarios inferiores a los domésticos y una alta productividad de los trabajadores.

El primer tipo de IED (basado en salarios bajos) es el más tradicional y es el que explica la IED que algunos países avanzados tienden a realizar en sus países vecinos de menores ingresos y con abundante mano de obra no calificada. Por ejemplo, este es el tipo de IED que realizaron empresas japonesas en el Sudeste Asiático en la década de los sesenta y setenta y que ahora se han ido desplazando hacia otros países de la región cuyos salarios son menores. También este es el caso de la IED de empresas estadounidenses en ciertas zonas de México y Centroamérica. Este tipo de IED está asociado a la inversión en la industria manufacturera ligera, que es abundante en trabajo, o a la relocalización de una cierta parte de la actividad industrial que es intensiva en mano de obra no calificada. Esto explica en parte porque este tipo de IED está normalmente asociado a un aumento en el comercio intra-firma.

El tipo de IED que busca una mayor eficiencia por costo unitario de la fuerza laboral, es el que no sólo busca salarios menores a los que pagaría en su país de origen, sino que también deseará obtener una productividad laboral relativamente alta. Este tipo de IED es más especializada y requiere de una mano de obra relativamente más calificada. Este es el caso de la IED dedicada a la manufactura más compleja y que busca orientar su producción al mercado externo (este es el caso de, por ejemplo, la IED en la industria automotriz). También es el caso de la IED especializada en servicios profesionales como el procesamiento de datos.

Búsqueda de activos estratégicos: Este tipo de IED puede dividirse en dos situaciones completamente extremas. Por una parte, se encuentra la IED que busca explotar la existencia de ciertos recursos naturales. Este es la forma más tradicional y antigua de IED. Sin embargo, en la actualidad este tipo de IED ha ido perdiendo importancia en el mundo, en parte porque la dotación de factores es relativamente fija pero también como resultado del surgimiento de muchos otros bienes que pueden sustituir a este tipo de recursos.

Por otra parte, existe un cierto tipo de IED que busca la existencia de otro tipo de activos estratégicos mucho más especializados como pueden ser la mano de obra altamente calificada, un cierto tipo de infraestructura (en telecomunicaciones, por ejemplo) o el desarrollo de ciertas habilidades muy específicas (know-how). Este es el caso de la IED que busca desarrollar programas de computación (software), actividades de investigación y desarrollo o la producción de bienes con tecnología de punta.

Estos tres factores, que son los más importantes, sugieren otras posibles determinantes de la IED: el tamaño del mercado, las características de la fuerza laboral, la ubicación geográfica, la dotación de factores, etc. Estos factores pueden ser manejados mediante políticas gubernamentales y pueden convertirse en instrumentos de atracción o repulsión de la IED, por lo tanto las consideraciones que se exponen a continuación tiene un carácter más empírico que conceptual.

Población: Esta variable es una medida del tamaño del mercado. Se espera que esta variable tenga asociado un coeficiente de signo positivo, es decir, a mayor población mayor IED. El modelo subyacente que justifica la inclusión de esta variable es un modelo similar a los modelos de fuerza de gravedad que son ampliamente utilizados para explicar el comportamiento del comercio internacional: a mayor volumen mayor capacidad de atracción de IED. Esta variable ha sido utilizada en algunos otros estudios en forma similar a la empleada en este trabajo.

Falta de acceso al mar o Mediterraneidad: Esta variable trata de representar factores de ubicación y localización geográfica que podrían atraer (o desalentar, según sea el caso) a la IED.

Porcentaje de la población mayor de 15 años que no asiste a la escuela: Esta variable representa un indicador de la calidad de la fuerza laboral de un país. A priori, el efecto de esta variable es ambiguo. De acuerdo a ciertas hipótesis, si la IED busca mano de obra barata en el mundo, sería razonable suponer que mientras menor sea el nivel educativo de una población y menores sean sus salarios, mayor será la IED que reciba ese país. Sin embargo, otras hipótesis plantean un tipo de relación distinta entre la educación y el monto de IED. Algunos estudios sugieren que una mano de obra mejor capacitada estará más preparada para absorber las potencialidades tecnológicas asociadas a la IED y que al menos cierto tipo de IED preferirá buscar a la mano de obra más apropiada para su proceso de producción y no necesariamente la más barata. Así podría esperarse que un mejor nivel de educación estuviera asociado a un mayor flujo de IED.

Grado de apertura de la economía: Esta variable representa el grado de inserción de un país en la economía mundial y se mide como la razón del comercio internacional total (exportaciones más importaciones) con respecto al PIB.

El efecto final dependerá de cual es el principal factor que motiva a la IED. Si el factor de atracción es la existencia de un mercado interno cautivo, entonces una mayor apertura al comercio podría atraer menores niveles de IED. Sin embargo, si el factor de atracción de la IED es el de una expansión del mercado a través de las economías a las que se puede tener acceso en forma indirecta, entonces una mayor apertura podría estar asociada a una mayor inversión. La primera interpretación está asociada al enfoque tradicional, el que consideraba a la IED como un sustituto del comercio exterior. La segunda interpretación es más moderna y presupone una cierta complementariedad entre comercio e inversión.

Capacidad y efectividad de gobierno: Las dos variables siguientes se refieren a indicadores de la calidad y la capacidad de gobierno en las economías. Estas dos variables tratan de reflejar aspectos de política que podrían estar incentivando o desalentando a la IED en una economía.

Se parte del presupuesto de que una mayor calidad gubernamental tendería a aumentar el monto de la IED.

1) Carga regulatoria. Este índice trata de reflejar la calidad y efectividad de las políticas públicas e incorpora mediciones de la incidencia de políticas que atentan contra el libre mercado tales como los controles de precios o salarios. Además, el índice incluye varias medidas de la percepción que se tiene sobre la regulación excesiva en el comercio, la banca, el tipo de cambio o la inversión. También se considera la efectividad de las políticas de fomento a la competencia, la existencia de barreras a la entrada en ciertas industrias, la regulación de la remisión de utilidades al exterior, la carga impositiva y la vaguedad de las regulaciones. Un aumento en el índice (es decir, una menor carga regulatoria) debería de estar asociado a niveles más altos de IED.

2) Estado de Derecho. Este índice incluye varias medidas que reflejan la confianza y el respeto que le tienen los individuos de un país a las reglas sociales. El índice incorpora información sobre la percepción que se tiene sobre el crimen, el sistema judicial y la aplicabilidad de los contratos en un país. El índice trata de capturar la medida en la que la sociedad es capaz de desarrollar un ambiente en el cual un sistema de reglas justas y predecibles es capaz de determinar las interacciones económicas y sociales. Otras variables que se incorporan en estos índices son el número de secuestros de extranjeros, la existencia de mercados negros, la efectividad de la policía, la protección de la propiedad intelectual y la efectividad del sistema legal. Al igual que en el otro índice, un aumento en este indicador significa un mayor cumplimiento con el Estado de derecho.

10. 2. Instrumentos de política que inciden en la IED

En cuanto a Políticas Públicas hacia la IED la literatura económica reciente ha mencionado muchos de los aspectos positivos asociados a una mayor IED. Sin embargo, esto no ha sido siempre así. Durante mucho tiempo, muchos gobiernos vieron con recelo y desconfianza a la IED. De hecho, algunos gobiernos implementaron medidas de política que estaban específicamente destinadas a impedir o complicar la llegada de IED a sus países. Esta visión negativa de la IED alcanzó una de sus máximas expresiones en la Decisión 24 del Acuerdo de Cartagena adoptada por el Pacto Andino. Ella establecía que toda empresa surgida de una inversión externa debía llegar en un límite de 10 años a ser controlada por capitales nacionales.

Durante los años cincuenta y sesenta, los economistas estructuralistas sostuvieron una doctrina que asignaba un papel significativo a la industrialización doméstica como medio para fomentar el desarrollo económico y alcanzar aumentos sostenidos en los niveles de vida de la población. En Latinoamérica, esta escuela de pensamiento se expresó en una estrategia de desarrollo hacia adentro basada en la sustitución de importaciones, la que operó a través de altos aranceles, sistemas de protección paraarancelarios, tipos de cambio múltiples y sustanciales subsidios públicos. Todo esto se complementaba con una gran cantidad de empresas estatales.

En estas condiciones, el único tipo de IED que lograban atraer estos países era aquella que buscaba explotar ya sea al mercado interno o a los recursos naturales de la región. En parte, esto explica por qué algunos gobiernos percibían a la IED como negativa ya que la consideraban como una fuente de explotación de su riqueza o como un sustituto de los productores domésticos, los cuales parecían no desarrollarse por culpa de las empresas transnacionales. A la larga, la generalización del modelo de sustitución de importaciones dio lugar a una estructura industrial poco competitiva y con un marcado sesgo anti-exportador.

El fracaso de las políticas de sustitución de importaciones, así como el cambio en las condiciones y estabilidad de los mercados internacionales marcaron el progresivo fin de dicha estrategia. Paulatinamente, se ha logrado un amplio consenso que sugiere que la mejor estrategia para un país pequeño es el libre comercio, los aranceles bajos y estables y la participación en estructuras multilaterales que garanticen un mínimo de distorsiones a nivel internacional. El fin de las políticas de crecimiento hacia adentro ha dado lugar a un auge del liberalismo comercial que se ha visto acompañado por un interés creciente por recibir mayores flujos financieros internacionales en forma de IED.

Este cambio de perspectiva ha dado lugar a un cambio radical en las políticas públicas hacia la IED. En la actualidad, una gran cantidad de países ha vuelto la mirada hacia esta forma de financiamiento y muchos gobiernos están llevando a cabo políticas de fomento de este tipo de inversión. El debate se centra en la cuestión de si la competencia por atraer IED es un juego de suma negativa o positiva.

Un juego de suma negativa implicaría que la competencia por atraer IED podría generar una especie de "guerra" de menores impuestos o mayores subsidios para atraer IED, lo cual podría generar más costos que beneficios para los países receptores.

Además, estudios recientes también sugieren que la competencia por atraer un mayor volumen de IED mediante el otorgamiento de generosos incentivos fiscales, podría generar a la larga una erosión importante de la base tributaria, sobretodo en lo que se refiere al impuesto sobre la renta de las empresas.

Por otro lado, la competencia por atraer más IED sería un juego de suma positiva si un país, en la búsqueda de hacerse más atractivo para la IED, incurre en una serie de políticas que pudieran tener efectos positivos más allá de los efectos directos que pueden tener sobre la IED.

Hay algunos factores determinantes de los niveles de IED que son totalmente exógenos a las políticas que puede aplicar un país en particular. Ejemplos de esto son el tamaño y la localización geográfica del país que busca atraer esta inversión. Hay, sin embargo, otros factores sobre los cuales se puede ejercer una mayor influencia. Entre estos factores se encuentra el nivel educacional de la población, la infraestructura del país y las políticas referentes a la entrada de capitales. A continuación se detallan algunas de las políticas que pueden implementar los gobiernos que pretenden atraer mayores flujos de IED, divididas en dos grupos diferentes: factores institucionales o estructurales y políticas de incentivos.

10. 2. 1. Factores institucionales y estructurales

Mejoría en los fundamentos macroeconómicos: Una situación económica volátil puede ser un factor de repulsión de IED. En consecuencia, mayor estabilidad económica y menor incertidumbre sobre la situación macroeconómica futura pueden hacer más atractivo a un país para la posible recepción de IED. En este sentido, un entorno económico estable, con finanzas públicas sanas y con un régimen cambiario transparente pueden ser fundamentales para la atracción de ciertos flujos de IED.

Provisión de infraestructura: Existen varios países en el mundo que a pesar de contar con ventajas de localización y ubicación geográficas no son exitosos en la atracción de IED.

Una parte de este fracaso puede deberse a la inadecuada provisión de infraestructura (puertos, carreteras, aeropuertos, etc.) de estos países. Otra posibilidad es que los gobiernos, en su afán por atraer IED, reduzcan los estándares laborales y ambientales, lo cual podría provocar otro tipo de perjuicios.

Mejoría en el marco legal y regulatorio: Un marco regulatorio complejo, con vaguedades y elementos de discrecionalidad, puede ser muy poco propicio para la atracción de IED.

Por ende, un marco regulatorio y legal que sea estable, transparente y bien definido puede convertirse en un elemento importante para la atracción de IED. Además, existe evidencia que demuestra que aspectos como la corrupción pueden incidir negativamente en el monto de la IED que recibe un país. Por ello, una mejora de los aspectos legales y regulatorios puede incidir positivamente en la atracción de IED.

Aumento en el nivel de educación de la fuerza laboral: Existe un cierto tipo de IED que busca no sólo salarios inferiores a los que pagaría en su país de origen, sino también una alta productividad. Por lo tanto, un aumento en la calidad y productividad de los trabajadores de un país podría atraer un monto más alto de este tipo de inversión. Por lo demás, este tipo de reforma puede incidir directamente en el tipo de trabajos que son creados y no sólo en su cantidad.

La literatura sobre IED inicialmente presentaba al comercio y a los movimientos de capitales como sustitutos. Esto implicaba que la IED se debía mayormente a la presencia de altos aranceles al comercio, por lo que los países extranjeros optarían por movilizar sus capitales para producir internamente. Sin embargo, la literatura más reciente enfatiza la existencia de IED debido a la explotación de activos intangibles.

Para competir con una firma local, que tiene mayor conocimiento del mercado, de las preferencias de los consumidores y de las prácticas de negocios, la firma internacional debe poseer alguna ventaja competitiva como puede ser la tecnología o un conocimiento específico. Esto justificaría la IED incluso en ausencia de barreras al comercio. Esta visión predice efectos contradictorios de un acuerdo de integración regional. Por una parte, se esperaría que un acuerdo de este tipo reduzca el flujo de inversión ya que la liberalización comercial podría eliminar la necesidad de la IED para abastecer a la economía local. Desde otro punto de vista, el capital extranjero puede aumentar si la IED estaba limitada por el tamaño de los mercados nacionales. El mercado común puede ser lo suficientemente grande como para soportar los costos fijos de instalación de una nueva filial extranjera, que bajo las nuevas condiciones sea capaz de operar eficientemente.

Además, los acuerdos de integración regional también tienen efectos dinámicos debido al mayor crecimiento que se produce en la transición hacia un mayor nivel de ingresos generado por la mayor competencia y la ubicación más eficiente de los recursos dentro del mercado común. Esta mayor tasa de crecimiento va a aumentar el atractivo de la región para realizar inversión tanto doméstica como extranjera.

Los mejoramientos en eficiencia económica asociados con la mayor especialización, el aprovechamiento de las economías de escala y una mejor concentración geográfica de las actividades económicas son posibles debido a la IED intra e interregional. Los mayores flujos de IED también son una fuerza importante tras las mayores presiones competitivas que se esperan que obliguen a los productores locales a adoptar estrategias que mejoren la eficiencia, tales como racionalizar la capacidad de planta o reducir trabas en los procesos de producción. Además, es probable que la IED estimule la transferencia y difusión de tecnología, directamente y por derrame a las firmas locales.

Los efectos de los acuerdos de integración regional dependen de los cambios que se hayan introducido en el acuerdo. Se ha encontrado que hay un mayor impacto en la IED cuando los acuerdos comerciales van acompañados de la liberalización de los mercados domésticos y la estabilización macroeconómica de los países miembros.

10. 2. 2. Políticas de incentivos

Hay tres tipos básicos de políticas de incentivos: incentivos fiscales, incentivos financieros y políticas de promoción. Las dos primeras políticas involucran más claramente un gasto directo o un costo de oportunidad positivo. Ambos tipos de política discriminan a favor de las empresas extranjeras y, por lo tanto, implican la introducción de distorsiones en el funcionamiento de la economía. En estos casos, usualmente hay más espacio para la discrecionalidad y, por lo tanto, para la corrupción. El tercer tipo de política de incentivos es usualmente menos costosa y de tipo neutral.

Incentivos fiscales: Este tipo de incentivos consisten en el otorgamiento de privilegios fiscales a las empresas establecidas a través de IED. Los privilegios fiscales pueden asumir distintas formas, por ejemplo: reducciones en la tasa del impuesto sobre la renta, periodos de exenciones de impuestos (en impuestos federales, estatales o municipales), tasas de depreciación aceleradas, exenciones del pago de derechos de importación, deducciones de contribuciones a la seguridad social, regímenes especiales de deducción de impuestos, etc.

Incentivos financieros: Este tipo de incentivos consisten en el otorgamiento de subsidios o apoyos económicos (financieros o en especie) para la producción de empresas extranjeras. Pueden consistir, por ejemplo, en la entrega o donación de terrenos, instalaciones o edificios para las empresas con IED. Otros ejemplos de este tipo de incentivos son los préstamos subsidiados, las garantías para el acceso al crédito, los subsidios salariales, los subsidios en la provisión de agua o electricidad, los subsidios al desarrollo de cierto tipo de actividades (investigación y desarrollo, por ejemplo) y la creación "dedicada" de infraestructura para cierto tipo de proyectos.

Políticas de promoción: Estas políticas consisten en enfatizar el papel del gobierno como facilitador de la IED. En este sentido, los gobiernos pueden llevar a cabo políticas de difusión de oportunidades de inversión y de entrega de información a potenciales inversionistas, giras internacionales para la promoción y difusión de oportunidades (roadshows), etc.

Debe notarse que hay algunas políticas que combinan tanto aspectos institucionales como de incentivos. Este es el caso de, por ejemplo, el establecimiento de Zonas para el Procesamiento de Exportaciones (EPZs). Este tipo de políticas combinan el establecimiento de reglas que hacen más transparente y reglamentado el funcionamiento de la IED con el otorgamiento de concesiones y privilegios de tipo fiscal o financiero.

11. Competencia entre gobiernos por atraer IED

En general, la competencia entre los gobiernos por atraer IED se ha incrementado en forma importante en los últimos años. Las razones para intentar atraer IED son múltiples, aunque predomina la idea de que la transferencia de tecnología y los efectos en empleo, divisas y capacitación de la mano de obra son los principales factores que justifican la atracción de IED. Las políticas que se han implementado para atraer IED varían de país a país, aunque en general consisten de una serie de incentivos fiscales y financieros que pretenden hacer más rentable los proyectos de las empresas foráneas. Otra forma de atraer IED es a través de una mejoría en la calidad de los servicios del gobierno y de un incremento en la competitividad de las economías (por ejemplo, a través de la creación de infraestructura).

La principal justificación para ofrecer incentivos fiscales y financieros adicionales a las empresas foráneas es que esto de alguna manera cubre la brecha entre los beneficios privados y sociales de sus inversiones. Más allá de las distorsiones creadas por este tipo de incentivos y de sus consiguientes efectos perniciosos sobre la inversión doméstica, se considera que este tipo de políticas pueden dar lugar a una competencia inusitada entre gobiernos para ofrecer los mejores incentivos. A la larga, esta competencia podría tener un efecto negativo sobre las economías receptoras, ya que los costos en los que tendrían que incurrir para atraer un monto dado de IED podrían exacerbarse si todos los gobiernos actuasen de la misma manera. En este sentido, se considera que es posible que esta política conduzca a un equilibrio indeseable en donde todos los países interesados en atraer IED ofrecen incentivos generosos para los inversionistas y en donde los beneficios anticipados de la IED se diluyen como resultado de los costos crecientes de los incentivos.

Por otra parte, una política nacional que pretende atraer IED con base en incrementos en la competitividad de la economía, podría atraer no sólo IED sino que también podría propiciar un entorno económico favorable para la inversión doméstica. Por lo tanto, se considera que este tipo de políticas pueden tener, a la larga, un efecto más positivo sobre la economía que el que podría ofrecer un simple otorgamiento de incentivos generosos a la IED.

Por otro lado, la competencia entre economías por recibir IED puede acarrear otros efectos negativos sobre la economía. Por ejemplo, la competencia mediante el ofrecimiento de incentivos fiscales cada vez más grandes, puede ocasionar una fuerte erosión de la base fiscal, al reducir en forma importante los posibles ingresos por el impuesto sobre la renta de las empresas.

12. Proyección del desarrollo de la IED en los próximos años

Según estudios recientes existe un pronóstico favorable con respecto a los flujos de inversión extranjera a mediano plazo, aunque con considerables riesgos. Se espera que los flujos de IED en 2007 fueran de $us1.5 trillones, por encima del record total de $us1.4 trillones alcanzados en el 2000, según el World Investment Prospects to 2011: Foreign direct investment and the challenge of political risk (Pronósticos de inversión mundial hasta el 2011: inversión extranjera directa y el reto del riesgo político). El informe, elaborado por el Economist Intelligence Unit (unidad de Inteligencia del "Economist") en ooperación con el Columbia Program on International Investment (CPII) (Programa de Columbia en Inversión Internacional), predice que habrá una modesta y temporal reducción en los flujos de inversión extranjera directa global en el 2008, a raíz de la disminución de la actividad de fusiones y adquisiciones, antes de continuar con un crecimiento mantenido durante los años 2009 al 2011.

Los inversionistas están optimistas acerca del panorama global de los flujos de inversión extranjera directa a mediano plazo, y también con respecto a los riesgos financieros, de acuerdo a la encuesta global realizada para este informe y en la que participaron 602 ejecutivos. Sin embargo, la encuesta también revela que la percepción de inversionistas sobre los riesgos políticos se ha intensificado. Esto es cierto especialmente en mercados emergentes donde las cuatro formas de riesgo político (riesgo de violencia política, proteccionismo de los flujos de inversión directa y amenazas asociadas con tensiones geopolíticas e inestabilidad gubernamental) se ven en aumento para los próximos cinco años. En el caso de los países desarrollados hay una preocupación expandida sobre el creciente nivel de proteccionismo de los flujos de inversión extranjera directa, la amenaza terrorista en los Estados Unidos y en el Reino Unido y sobre el impacto de las tensiones geopolíticas, que van desde los efectos de un posible conflicto con Irán y el radicalismo islámico hasta las fricciones entre Rusia y el occidente. En particular el sector energético es afectado por varios de los riesgos mencionados. Según Jeffrey D. Sachs, director del Earth Institute at Columbia University (Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia) y que ha contribuido en el informe "los riesgos políticos que los flujos de inversión extranjera directa enfrentan en el sector energético, continuarán en aumento probablemente a menos que un marco global de cooperación se establezca."

El informe predice que la reciente confusión financiera global tendrá un impacto limitado en los flujos IED, principalmente a través del impacto amortiguador de las fusiones y adquisiciones internacionales.

"Aunque la variedad de riesgos macroeconómicos es una gran amenaza, la continua presencia de los principios saludables de la economía mundial sugiere que los efectos de la turbulencia financiera serán controlados", opina Robin Bew, Director editorial de Economist Intelligence Unit.

 Las tendencias claves de mediano plazo para la IED incluyen:

  • Después de una breve reducción, las fusiones y adquisiciones internacionales continuaran manejando la IED global. Los Estados Unidos y la desarrollada Unión Europea (incluyendo los flujos internos) continuaran dominando como receptores mundiales de EID.
  • A pesar del creciente sentimiento proteccionista, se espera que los Estados Unidos retenga fácilmente su posición de líder mundial como receptor de EID en el periodo 2007-11.
  • Entre los mercados emergentes, China mantendrá su posición en el periodo 2007-11 de lejos como el principal receptor de flujos IED, con casi el 6% del total global y 16% de los flujos proyectados hacia mercados emergentes.
  • Después de décadas de liberalización y apertura a la IED, el proteccionismo esta aumentando en varias partes del mundo y existe el peligro que se intensifique. Las fusiones y adquisiciones internacionales en particular vienen analizándose cada vez más. Una gran cantidad de encuestados informaron que han experimentado acuerdos de fusiones y adquisiciones que fueron bloqueados.
  • Es probable que haya una aceleración en la relocalización de la mano de obra de fabricación hacia mercados emergentes, aunque se espera no sea tan dramática como varios analistas esperan o temen.
  • La deslocalización de los servicios se acelerara, lo que también alimentará un sentimiento proteccionista aunque esta forma de internacionalización es acompañada de flujos de capital relativamente modestos.
  • Es probable que la inversión de compañías de mercados emergentes líderes continúen ganando importancia.
  • La tendencia hacia una creciente internacionalización de las compañías tanto en mercados desarrollados como en mercados emergentes continuará. Las firmas que exhibían un alto grado de internacionalización (aquellas con más del 25% de ingresos o con empleados fuera del mercado local) tenían un ejercicio financiero promedio superior al medio.

13. Conclusiones

  1. Durante las últimas 3 décadas, la IED ha crecido a nivel mundial en proporción al PIB y al nivel de la inversión interna bruta de las economías. Este auge está relacionado a factores de oferta y de demanda, entre los que destaca su creciente valoración como un mecanismo para suplementar el ahorro doméstico, para obtener transferencias de tecnologías y para hacer mejor frente al ciclo económico, puesto que los flujos de IED son menos volátiles que la deuda o la inversión de portafolio.
  2. Los factores determinantes de la IED son el tamaño del mercado, las características de la fuerza laboral, la ubicación geográfica, la dotación de factores y el nivel de protección, la estabilidad macroeconómica, la provisión de infraestructura adecuada, la calidad del marco legal y regulatorio, y la política comercial que incluye la suscripción de acuerdos de integración regionales.
  3. Aunque los factores estructurales de los países, tales como tamaño y características geográficas sí influyen en la atracción de IED, las políticas económicas y la calidad de las instituciones resultan determinantes. En este sentido las políticas más globales tienen mayor efecto en atraer IED que las políticas específicas de incentivos.

14. Bibliografía

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Sitios web consultados

Autor

Lic. Sooksomboon Khinsamone

Alumno de la Maestría en Dirección del Centro de Estudios de Dirección Empresarial de la Facultad de Ingeniería Industrial y Turismo. Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas, Cuba.

Partes: 1, 2
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