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Enfoques para la interpretación de las relaciones entre Turismo y Cohesión Social (página 2)

Enviado por Leonar Hernández


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Durkheim es el pionero de la concepción de integración que luego acuñaría el estructural funcionalismo. Uno de los elementos de su teoría que trasciende todo el desarrollo posterior del concepto es su definición de dos tipos de solidaridad a partir de la división social del trabajo: la mecánica y la orgánica, definiciones que contribuyen a la reflexión acerca de qué mantiene unida a la sociedad.

Según él, la solidaridad mecánica predomina en las sociedades subdesarrolladas y arcaicas y se determina por la similitud de los individuos que las componen así como por la identidad de las funciones sociales que cumplen esos individuos.

Este autor ubica como elemento fundamental el hecho de que sobre la base de valores, símbolos y prácticas comunes se conduce a la integración de la sociedad. Así, la cohesión de la sociedad tradicional se fortalece mediante las creencias y símbolos sagrados compartidos que, en momentos de efervescencia colectiva, unen a sus miembros.

En contraste con este tipo de solidaridad, en las sociedades urbanizadas e industrializadas, caracterizada por una alta división del trabajo, se instaura la solidaridad orgánica, esta sociedad se mantiene cohesionada por la diferencia entre sus individuos y el consecuente grado de dependencia entre ellos.

La posición de Georg Simmel, (1858-1918) sociólogo alemán que paralelo a Durkheim en Francia intentó fundar la Sociología como ciencia independiente desconectándola de las disciplinas sociales particulares en que se apoyaba, se centraba en el conflicto como agente de cohesión de una sociedad, en otras palabras, se inclinaba hacia la idea de que en una sociedad que parece estar desintegrándose, el conflicto con otra sociedad puede restaurar la integración y crear cohesión al provocar una serie de alianzas con otros grupos, esta óptica concibe a la cohesión como un elemento de unidad, independientemente del modo en que se pueda alcanzar o de que exista o no al interior de la sociedad.

En contraste con lo anterior se encuentra el marxismo, para el cual el derrocamiento del sistema capitalista sería la base para el logro de una "integración social real". Para el marxismo la dominación de una clase sobre otra es, en condiciones de una sociedad dividida en clases antagónicas, lo que mantiene unida a la sociedad: "La fuerza cohesiva de la sociedad civilizada la constituye el Estado, que en todos los períodos típicos, es exclusivamente el Estado de la clase dominante y, en todos los casos, una máquina esencialmente destinada a reprimir a la clase oprimida y explotada"[7]

Así, el marxismo tiene una manera particular de abordar la integración, la cual se podrá dar sólo a partir del hundimiento de la sociedad capitalista (mediante la acción consciente de la clase obrera) y la desaparición de las clases.

La teoría marxista, que constituye el centro del cual dimanan la mayor parte de las teorías del conflicto en la sociología contemporánea, brinda una idea de la integración diferente, que no niega la unidad de lo social, sino que la concibe de otra manera y se aparta tanto de la concepción que brindan los teóricos de la integración como de la del resto de los teóricos del conflicto.

La cohesión social analizada desde la contemporaneidad

A los efectos de lograr una conceptualización más completa se han de considerar los argumentos que se tienen en cuenta a la hora de establecer un significado de la cohesión social en el presente. La preocupación acerca de este problema ha sido un tema vigente en el pensamiento contemporáneo por tanto desde el inicio del siglo XX han surgido diversas propuestas que intentan clarificar esta categoría.

Partiendo de una revisión bibliográfica detallada se ha podido comprobar que la integración social, cuyo tratamiento tiene una larga historia dentro de la teoría sociológica y su utilización en distintos contextos teóricos ha dado lugar a diferentes modos de entenderla, es concebida en estrecha relación con la noción de cohesión social, adquiriendo incluso, carácter de sinónimo.

La tesis de Talcott Parsons (1902-1979), sociólogo estadounidense y máximo representante de la corriente funcionalista que al igual que Durkheim[8]entendía que el sistema social debe alcanzar el mantenimiento del orden, se ajustaba a esta idea pues puso énfasis en que el conflicto desestabiliza el equilibrio social. La teoría parsoniana sostiene una perspectiva que considera la integración como elemento básico en la constitución de una sociedad[9]

Aunque en la extensa obra de Parsons pueden encontrarse múltiples referencias al problema de la teoría estructural-funcional, su expresión más acabada se manifestó a principios del decenio de 1950, particularmente en El Sistema Social (1951), obra en la que este tema fue tratado especialmente por su autor y en el que el interés fundamental se centró en el modo en que el orden se mantenía entre los diversos elementos de la sociedad.

Entre los cuatro imperativos funcionales definidos por Parsons (llamado esquema AGIL)[10] que debe realizar cualquier sistema social[11]para que sobreviva, se encuentra la integración, en tanto que todo sistema debe regular la interrelación entre sus partes constituyentes y controlar también la relación entre los otros operativos funcionales[12]

Una de las perspectivas enfocadas en el análisis de aquellos aspectos que requiere un sistema social para sobrevivir lo constituye el funcionalismo estructural[13]corriente que forma parte de la segunda etapa del desarrollo de la Sociología -desde principios del siglo XX hasta la década del 70- y cuyos exponentes analizan las condiciones básicas cuyo incumplimiento causaría la desintegración social.

Una de estas condiciones es la inexistencia de un sistema de comunicación adecuado, es decir, las personas deben interactuar, aquí se incluye el interés por los sistemas simbólicos compartidos que las personas aprenden durante el proceso de socialización y que hacen posible la comunicación; y viable la existencia de un sistema de valores culturales, el cual es de crucial importancia para el mantenimiento de la cohesión social. Al mismo tiempo la sociedad necesita disfrutar de un conjunto compartido y articulado de metas para que puedan otorgar un alto grado de cohesión, si estas metas fueran diferentes e inconexas el caos haría imposible la existencia de la sociedad.

El término integración ha suscitado un amplio debate y actualmente acapara la atención de especialistas por su importancia. Por tanto la cuestión en torno a qué se va a entender por integración social es fundamental, aunque en su acepción más general ella alude a la unidad de lo social.

Durante los años 50 y principios de los 60, diferentes aproximaciones al tema fueron identificando las condiciones básicas, cuya presencia causaría la desintegración de la sociedad entre las que se incluyen[14]la extinción o dispersión de los individuos que componen esa sociedad, es decir, una pérdida tal de población que pusiera en peligro las estructuras sociales básicas; la apatía de la población, pues aunque siempre hay segmentos más retraídos, el incremento y la generalización de esa apatía puede conducir a la desintegración; una guerra o una elevada conflictividad interna que requiera un grado excesivo de control social y en particular el uso de la fuerza y la absorción de una sociedad por otra- por anexión, conquista, etc.

Esta concepción de integración se centra en la necesidad de mantener un grado de cohesión social que garantice la conservación de una sociedad dada.

Entre los criterios que guiaron el tratamiento del tema en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social en el año 1995, se consideró que para definir las capacidades de una sociedad para la integración social es necesario tener en cuenta[15]:

  • Carácter inclusivo. Es decir, la amplitud de funcionamiento, capaz de incluir en sus estructuras los más diversos actores sociales y darles igualdad de posibilidades para el acceso a la educación, el empleo, la información, la cultura, la seguridad social, etc.

  • Participación. Concebida como la posibilidad de los diferentes individuos y grupos sociales de intervenir en la formulación y ejecución de las políticas.

  • Justicia. Entendida principalmente como el acceso equitativo a los mercados para todos los grupos e individuos, incluidos los más desfavorecidos, y la creación de condiciones para la igualdad y la eliminación de la discriminación de todo tipo, por razones de género, edad, raza, capacidad física, religión, posición política, pertenencia étnica o nacional, etc.

  • Pluralismo. Ideada como la presencia de valores básicos compartidos y aceptación de la diversidad.

  • Seguridad y estabilidad. Es decir, ausencia de conflictos bélicos y bajos niveles de violencia.

El elemento más importante de esta visión es el énfasis en que la integración requiere como condición la creación de estructuras de inserción social que permitan la satisfacción de las necesidades básicas de las mayorías, sin lo cual es prácticamente imposible lograr una integración en la esfera de los valores, es decir, si los grupos no se insertan no pueden compartir valores comunes.

Es importante destacar la vigencia que han tenido las ideas que expone Woolley, uno de los especialistas que se ocupa de esta materia desde hace algunos años y que dentro de sus estudios se ha propuesto diseñar una concepción de cohesión social distinguiéndola de las tres maneras siguientes (Woolley 1998,): la primera como "ausencia de exclusión social"; la segunda como "interacciones y conexiones basadas en el capital social" y la tercera como "valores compartidos y comunidad de interpretación basada en identidad grupal".

Estas tres categorías son muy utilizadas en la actualidad para identificar a la cohesión social. En el caso de la última se puede apuntar que el tema de la identidad ha llamado la atención de varios especialistas, los cuales afirman que la existencia de ella favorece el sentido de pertenencia y permite generar mecanismos de defensa ante las amenazas que ponen en riesgo lo propio, lo cual suscitaría cohesión social. En cambio, la carencia de una identidad o su cuestionamiento en el habitante de una comunidad dificulta la interacción con "el otro", en este caso con el turista, que a su vez busca la otredad en sus viajes, incluso como forma de reconocer y confirmar su propia identidad[16]

Lo más novedoso de este tratamiento teórico que ofrece Woolley radica en que los dos primeros aspectos indicados, son elementos nuevos que permiten precisarla con mayor claridad por lo que más adelante se hará referencia a ellos.

Son diversos los autores que han definido la cohesión social teniendo en cuenta los conceptos de "capital social" y de "exclusión-inclusión".

Una de las definiciones más interesantes relacionadas con estas categorías es la aportada por el Centro de Evaluación de Metodologías e Investigaciones sobre Indicadores Sociales (CSRMSID por sus siglas en Inglés) de la Universidad de Mannheim, en Alemania (2000) el cual es de gran relevancia para el presente artículo pues se le da un tratamiento especial al concepto de cohesión social incorporándole dos dimensiones cimeras que son equivalentes a las que hacía referencia Woolley anteriormente. Por tanto el siguiente acápite objeto de atención estará referido a estas dimensiones, las cuales pueden ser distinguidas analíticamente de la siguiente forma:

  • La primera dimensión concierne la reducción de las disparidades, desigualdades y la exclusión social.

  • La segunda dimensión corresponde al fortalecimiento de las relaciones sociales, interacciones y uniones.

La exclusión social, incluida en la primera dimensión, representa un concepto amplio que se ha hecho cada vez más popular durante la última década, fue especialmente promovido debido al creciente interés en materia de exclusión social a nivel de la Unión Europea.

En sus orígenes este concepto ha sido utilizado para referirse al fenómeno de la desintegración social, en donde se ha producido un rompimiento en las relaciones, las instituciones y un cambio donde parte de la población está dentro y la otra está fuera.

Por su parte investigaciones realizadas por el Programa de la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) concluyen que la exclusión social es atribuida tanto a la sociedad como al individuo. Desde el punto de vista individual es definida como un bajo nivel de bienestar -desventaja económica- y la inhabilidad para participar en la vida social -desventaja sociopolítica-. Como perspectiva social se refiere al empeoramiento de la cohesión social causada por la forma en que las instituciones regulan y restringen el acceso a bienes, servicios, actividades y recursos que generalmente están asociados con los derechos ciudadanos.

Esta visión centra su atención en los procesos de exclusión social y sus causas se atribuyen al fallo de las instituciones, puesto que un funcionamiento adecuado de las instituciones es un factor determinante del grado de cohesión existente en una sociedad.

Otros cientistas han enfatizado en que el capital social, representado en la segunda dimensión y referido al acervo de redes y lazos existentes entre los distintos actores sociales, es esencial para la cohesión social (Maxwell, 1996; McCracken, 1998). Esta es una definición que cubre tópicos tales como la densidad y calidad de las relaciones e interacciones entre individuos o grupos, sus sentimientos mutuos de compromiso y confianza debido a normas y valores comunes, así como un sentido de pertenencia y solidaridad, sustentadas en la coherencia interna de una comunidad. (Mc Cracken 1998, Woolley 1998, Jonson 1998, O´ Connor 1998).

El capital social incluye las instituciones, las relaciones o compromisos, las actitudes y valores que prevalecen entre las personas y contribuyen al desarrollo económico y social. Además, el capital social no es simplemente una suma de instituciones que apuntalan la sociedad, es también el ligamento que los une e incluye los valores compartidos y las reglas de conducta social expresadas en las relaciones sociales, confianza y un sentido común de la responsabilidad cívica que hacen a la sociedad algo más que una simple colección de individuos. Sin una sucesión de identificación común con formas de gobierno, normas culturales y reglas sociales es difícil imaginar el funcionamiento social.

La perspectiva del Comité Europeo para la Cohesión Social (2004) refiere que el concepto de cohesión social, representa la capacidad de una sociedad para asegurar el bienestar de todos sus miembros, minimizando las disparidades y evitando la polarización. En otras palabras una sociedad cohesionada no sería más que una comunidad de apoyo mutuo compuesta por individuos que persiguen metas comunes por medios democráticos. Con ello no solamente se alude a la intervención directa sobre los síntomas de la pobreza y la exclusión sino también se enfatiza en la necesidad de la creación de solidaridad y prevención de la exclusión.

Por último, una conceptualización más reciente de la cohesión (2007) deviene en "la dialéctica entre los mecanismos instituidos de inclusión / exclusión sociales y las respuestas, percepciones y disposiciones de la ciudadanía frente al modo en que ellos operan" (sentido de pertenencia)[17].

Esta aproximación a la cohesión puede ser caracterizada como una visión que no se centra exclusivamente en las consecuencias o aspectos negativos de la cohesión debido a que coloca el énfasis en mecanismos de inclusión como el acceso al empleo, a la educación y en las políticas de generación de oportunidades y de bienestar social. Al mismo tiempo, considera indicadores no incluidos habitualmente en las políticas de desarrollo, como las diferentes expresiones del sentido de pertenencia. En efecto, se asume que la confianza en las personas e instituciones, la participación ciudadana, las expectativas de bienestar, los valores de convivencia, el respeto por la diversidad y la no discriminación son aspectos centrales para el fortalecimiento de los vínculos entre los individuos y las instituciones, el bienestar de toda una comunidad y el incremento de la cohesión social.

El concepto de cohesión social no solo se relaciona con los de integración y exclusión social sino que también está muy ligado al de calidad de vida desde múltiples visiones. Existen al menos tres formas de pensamiento acerca de la relación entre ambos conceptos.

Primero que todo se tiene que tomar en consideración que aunque la cohesión social representa un atributo de la sociedad, este en última instancia también descansa en el comportamiento, las actitudes y evaluaciones de sus miembros, es decir, la cohesión está basada en el capital social la cual también está creada por las relaciones sociales y los lazos establecidos, mantenidos y experimentados por los individuos. Además, la cohesión de una comunidad envuelve aspectos que son parte de la vida individual y en este sentido componentes de la calidad de vida individual.

En segundo lugar, elementos de la cohesión social pueden tener un impacto directo en la calidad de vida individual. En el nivel conceptual, la perspectiva de la exclusión social, como un proceso enraizado en el mal funcionamiento de las instituciones sociales y resultando en una privación de la situación de vida de los individuos, es un ejemplo.

En tercer lugar, uno puede tomar el punto de vista de que la cohesión de una comunidad afecta de cualquier manera la calidad de vida individual. La cohesión social puede ser concebida como una cualidad social, la cual es experimentada por los individuos en su vida diaria, por ejemplo en la forma de concebir la desigualdad o el clima social en el centro de trabajo, en la escuela o en el vecindario y así también refiere la calidad de vida individual.

Por último y no menos importante es preciso destacar las investigaciones de especialistas cubanos en el tema que, como parte del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) de nuestro país, realizan diversos trabajos investigativos que reflexionan en torno a los elementos esenciales asociados a la integración que se consideran imprescindibles para el funcionamiento de la sociedad. Algunos de ellos son[18]la existencia de un sistema de normas que regulen la conducta -los medios adecuados para alcanzar las metas-; de un sistema socializador que logre inculcar en los individuos las normas y valores imperantes; de un control de la conducta desintegradora, que deberá ser más activo en la medida en que la socialización sea más defectuosa.

Teniendo en cuenta la amplia gama de concepciones expuestas acerca de la cohesión social, el enfoque expuesto hasta aquí tiene puntos de contacto con aquellas que las conciben como el grado de consenso de los miembros de una comunidad en la percepción de pertenencia a un proyecto o situación común y sus valores compartidos, o sea el sentido de pertenencia -la cohesión social significa formar parte de una comunidad y tener un sentido de pertenencia con respecto a ella- y sentimiento de identidad común, con las que las conciben como una medida de la intensidad de la interacción social dentro de una comunidad y la resultante de todas las fuerzas que actúan sobre los miembros de esta para lograr que permanezcan dentro de él, la confianza y solidaridad entre ellos, la fortaleza de las relaciones sociales, así como la reducción de las disparidades, desigualdades y la exclusión social.

Como se puede apreciar, el tema se relaciona naturalmente con indicadores como las condiciones de desigualdad, pobreza; la inequidad y la exclusión. Pero determinar el complejo sistema de indicadores que permitan medir la cohesión social es un complicado trabajo por lo que se dedicará un espacio para describir aquellas que se pueden utilizar para medir el impacto del turismo sobre la cohesión social en una determinada comunidad.

Dimensiones de la cohesión social

Cabe ahora hacer referencia a las dimensiones que proporcionan una idea acerca de la magnitud de la cohesión social. Se consideran más apropiadas las siguientes, toda vez que las mismas se identifican con el Proyecto Social Cubano:

  • Pertenencia-aislamiento: Se refiere a los valores compartidos, la identidad y los sentimientos de compromiso.

  • Inclusión-exclusión: Dentro de este indicador pueden distinguirse los elementos referidos principalmente a la igualdad / desigualdad de oportunidades, específicamente entre hombres y mujeres -por ejemplo en su compromiso con las tareas del hogar y cuidado de los niños, la participación política y las oportunidades de empleo -, desigualdades generacionales en las relaciones sociales o los riesgos del desempleo, desigualdades entre los estratos sociales en las condiciones de la vivienda o salud; desigualdades entre distintos grupos sociales, aquí se tienen en cuenta el acceso al transporte, las instituciones de educación, salud, cultura, ocupación del tiempo libre, oportunidades de empleo y protección del medio ambiente y la reducción de la disparidad así como la exclusión social al interior de una comunidad, el impacto de la exclusión social en los individuos se observa en la forma que se manifiestan las condiciones de vida.

  • Participación-no participación o no involucrarse: Se considera a la participación, no en sentido estrecho solo como participación política, sino en su sentido más general, por lo que se pone en primer lugar la participación en la vida social y económica a través del estudio y el trabajo. La participación es entendida como la implicación sentida de los actores comunitarios en la identificación de contradicciones[19]

Para este análisis se asumirá a la participación como el acceso y la presencia real de los individuos y los grupos en las instituciones y organizaciones económicas, sociales y políticas de la nación y la posibilidad de intervenir en las decisiones que le conciernen no solo como beneficiarios sino también como formuladores de estas decisiones.

  • Reconocimiento-rechazo: Consigna el respeto y la tolerancia a las diferencias en una sociedad pluralista.

  • Legitimidad-ilegitimidad: En lo que respecta a la actuación de las instituciones como mediadoras en conflictos de la comunidad, o sea la calidad de las instituciones sociales, este es un componente de capital social que se aplica a la totalidad de los indicadores de vida desde -por ejemplo- las instituciones de servicios de salud, seguridad social o el sistema judicial.

El turismo, como un fenómeno social complejo y una manifestación del comportamiento humano que, en cierto sentido, es resultado de la interacción social al introducirse en una determinada comunidad, es asociado como un factor de beneficio, sobre todo económico por lo que sería difícil encontrar quien lo desapruebe.

Sin embargo mientras que para algunos tiene una gran incidencia social positiva para otros es un fenómeno ajeno y distante, percibido como un problema, pues provoca en la comunidad un cambio en la actitud de sus miembros, indiferencia, una pérdida de valores morales y de solidaridad, una consolidación de la individualidad y en muchos casos hasta una pérdida de su sello identitario.

La inserción de los nuevos modos y patrones de relaciones que genera este fenómeno social, influyen en los cambios de la vida diaria en las comunidades de destino turístico más receptoras de extranjeros, sin menospreciar la influencia de este proceso en los escenarios socio-históricos y culturales de nuestro país. Se debe valorar en ambos polos de la contradicción, los efectos y realidades que produce un fenómeno que no es bueno ni malo en sí y que puede generar aspectos positivos y negativos a la vez, que inciden de alguna manera sobre la cohesión social.

En este punto, no se debe pasar por alto que en los días de hoy no se concibe al turismo como antiguamente, pues se ha impuesto una visión más crítica sobre este fenómeno, a pesar de ser de vital importancia para un gran número de seres humanos. La política turística ha sufrido notables modificaciones y una de las más significativas es que no se centra exclusivamente en las finalidades económicas, sino que está en función del respeto al ser humano, considerando el aseguramiento de las satisfacciones de las múltiples necesidades e intereses de todas las personas involucradas, incluyendo la población autóctona mediante una adecuada gestión y planificación, que garantice la inserción integral del turismo en la comunidad, lo cual implica la participación en los proyectos turísticos que se desarrollen en ella.

Esta nueva concepción de política turística, se incluye dentro de las políticas de desarrollo social, que como parte del proyecto de la Revolución Cubana se cometen para buscar ciertas condiciones de bienestar, seguridad, justicia y un alto nivel participativo de la población en función del desarrollo, de esta forma contribuye y favorece a una disminución de los impactos negativos del turismo en la comunidad anfitriona. Por tanto las políticas sociales, en el caso de nuestro país, juegan un importante papel en la eliminación o disminución de las dimensiones señaladas anteriormente, debido a que su modelo postula que toda persona tiene el derecho a satisfacer sus necesidades básicas no solo como consumidor sino como ciudadano con derechos, sustentándose en el concepto de desarrollo social que significa avanzar de manera simultánea en el mejoramiento de las condiciones de vida y de bienestar material, en la equidad, en la transformación de los valores así como en los comportamientos y en las relaciones sociales.

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Autora:

Lic. Naila Hernández Martínez

Coautora:

Lic. Aylín Ortega Hernández.

[1] Hernández, A. (comp.) Historia y crítica de las teorías sociológicas. Tomo I. Edit Félix Varela. La Habana 2003

[2] Durkheim planteó que uno de los problemas de la sociología consistía en descubrir por qué las distintas sociedades exhiben distintos grados de unidad y cohesión, qué clases de sociedades se forman en distintas condiciones y por qué las costumbres, tradiciones y códigos de conducta varían de una sociedad a otra. Según Durkheim la Sociología debía estudiar la realidad social y los elementos de esta que son los hechos sociales (entendidos como toda manera de hacer, fijada o no, susceptible de ejercer sobre el individuo una coacción exterior) cuyo conjunto es la sociedad. La clave, según Durkheim, reside en los hechos sociales cruciales, es decir en el derrumbe de la solidaridad social y la consiguiente anomia. Entre estos hechos que debe estudiar la Sociología, a los cuales él llamaba morfológicos (estudiar textura y forma de las partes de la sociedad) figuran el número y el carácter de los principales elementos de la sociedad, los métodos de su combinación así como el grado de cohesión alcanzado por ellos. Es necesario comentar en este punto que el turismo puede ser explicado y formalmente definido como un sistema particularizado de hechos sociales o en forma conceptual, el turismo tiene su forma más general de trato cuando lo consideramos como un hecho social.

[3] Berger-Schmitt, R. Social Cohesion as an Aspect of the Quality of Societies: Concept and Measurement. Eureporting Working Paper # 14. Centre for Survey Research and Methodology (ZUMA) Social Indicators Department. Mannheim. 2000. p.2.

[4] Para Durkheim el orden social indica coexistencia pacífica entre los individuos, las instituciones y los grupos de la sociedad, para Durkheim lo importante es reforzar el sistema moral a través de instituciones fuertes que ayuden a reproducir los valores, se deben evitar las situaciones anómicas donde los valores están en crisis. O sea percibía el orden social como sinónimo de consenso y armonía ente las diferentes partes.

[5] La cohesión social presupone la distinción de dos categorías formuladas por Durkheim, lo normal y lo patológico. Cuando la sociedad es un todo coheso, que presenta una regularidad en su movimiento, donde las distintas partes que la constituyen configuran un sistema de relaciones solidarias, presenciamos una situación de normalidad social. En cambio, cuando se rompe la solidaridad entre sus distintas partes, la cohesión se deshace y surge una disfunción entre sus distintos órganos, tenemos un estado de enfermedad social.

[6] Precisó que esta se manifiesta especialmente en situaciones de inestabilidad social pues, a decir del autor, "cuando la realidad se ve sometida a cambios violentos (.) se rompe el equilibrio logrado a partir de la presión que ejerce la sociedad sobre el individuo, y las experiencias individuales se apartan cada vez más de las expectativas que se habían conformado al influjo de las normas sociales". En Domínguez, M. I. y Ferrer M. E. Integración social de la juventud cubana: reflexión teórica y aproximación empírica. (Fotocopia) Pág.4

[7] Engels, F. "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado". En: Obras Escogidas de Marx y Engels, Edit. Progreso, Moscú. p.611.

[8] En la historia de la Sociología esta tendencia es la más frecuente, ha predominado el pensamiento de corte conservador que enfatiza en las funciones negativas del conflicto.

[9] Aunque se debe señalar que, según Parsons, ningún sistema social se halla totalmente integrado, así como ninguno está por completo desintegrado. En aquellos sectores donde no hay integración, es decir donde las expectativas no pueden ser satisfechas por los roles institucionalizados, o donde las necesidades-disposiciones se hallan frustradas por las expectativas institucionalizadas, o donde el esfuerzo insatisfecho no encuentra mecanismos de escape, es donde deben buscarse la fuentes más importantes del cambio y del crecimiento. Parsons, T.; Shils E. A. (eds.), Hacia una teoría general de la acción. Edt. kapeluz, Buenos Aires, 1968. Primera parte: La teoría general de la acción, 1.Algunas categorías fundamentales de la teoría de la acción.

[10] Ritzer, G. (2003) Teoría sociológica contemporánea. I parte. Edit. Félix Varela, La Habana. 2003. p. 116

[11] Para Parsons sistema social es cualquier sistema de relaciones interactivas de una pluralidad de actores individuales, en una situación que tiene, al menos, un aspecto físico o de medio ambiente, motivados por una tendencia a "obtener un óptimo de gratificación" y cuyas relaciones con sus situaciones- están mediadas y definidas por un sistema de símbolos culturalmente estructurados y compartidos. Parsons, T.; Shils E. A. (eds.), Hacia una teoría general de la acción. Edt. kapeluz, Buenos Aires, 1968. Primera parte: La teoría general de la acción, 1.Algunas categorías fundamentales de la teoría de la acción.

[12] Estas funciones son: Adaptación: (A) todo sistema debe adaptarse a su entorno y adaptar su entorno a sus necesidades. -Capacidad para alcanzar metas (G): todo sistema debe definir y alcanzar sus metas primordiales. -Latencia (L): todo sistema debe proporcionar, mantener y renovar las pautas culturales que crean y mantienen la motivación de los individuos.

[13] Sus características esenciales son: el énfasis en que el orden debe explicarse integrando el conflicto; le da papel a los valores como pautas institucionalizadas; reconoce la capacidad adaptativa de los actores sociales al sistema; le otorgan importancia a la socialización considerándola uno de los eslabones básicos para la integración social, dado que en este proceso es en el que el individuo se apropia de una serie de valores, normas, conductas, modos y estilos de vida que les permiten que sean aceptados socialmente, o sea, que se puedan integrar a la sociedad; analizan el papel de las estructuras como cumplidoras de funciones, analizan los papeles sociales, roles y disfunciones.

[14] Ver: Ritzer, G. Teoría Sociológica Contemporánea, Edit. McGraw Hill, U.S.A./1993.

[15] Organización de Naciones Unidas (ONU). Proyecto de Declaración Final, presentado en la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social, Copenhague/1995.

[16] Jiménez Martínez, A. de J. y Sosa Ferreira, A. P. Cocktail Cancún: impactos del turismo en la comunidad local. Departamento de Turismo Sustentable y Gestión Hotelera. Universidad del Caribe.

[17] CEPAL Cohesión social en América Latina y el Caribe: una revisión perentoria de algunas de sus dimensione. Colección Documento de proyecto

[18] Domínguez, M. I. y Ferrer, M. E. Integración social de la juventud cubana: reflexión teórica y aproximación empírica. Centro de investigaciones psicológicas y sociológicas (CIPS), La Habana. Cuba, 2001

[19] Tomado de: Colectivo de autores (2004) El autodesarrollo comunitario. Críticas a las mediaciones sociales recurrentes para la emancipación humana. Editorial Feijoo. Santa Clara.2004.

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