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La esclavitud en la obra Peregrinaciones de una paria (página 2)


Partes: 1, 2

(4) Onikov L. y Shishlin N. Breve diccionario político. Editorial Progreso, Moscú, 1983; pág. 63

II. SITUACIÓN POLÍTICA Y DEL ESCLAVO EN EL PERÚ

2.1 Política

Flora Tristán llego al Perú aproximadamente en setiembre de 1833, justo en las postrimerías del gobierno de Agustín Gamarra. Estos eran tiempos de anarquía militar; y en los comicios electorales se mostró el afán por el poder de los candidatos presidenciales. Tanto Orbegoso como Bermúdez, este último representante de Gamarra se declararon a sí mismos vencedores.

Así se fue haciendo crónica la situación que desencadenó una guerra entre Orbegoso y Gamarra por el poder. Entonces, Flora que ya se encontraba en Arequipa, fue testigo presencial de la guerra entre Domingo Nieto (orbegosista) y San Román (gamarrista). Aquí mismo ella observará el comportamiento de las clases sociales, entre ellas esa masa de esclavos negros que se encontraba en una situación precaria.

La situación que Flora presencia y le permite conocer la sociedad peruana, y por ende su idiosincrasia es ésta. Una sociedad esclava de sí misma que tiene entre sus variantes esa avaricia que aprisiona a los hombres de poder. Es así el caso de Pio Tristán, quien al verse amenazado por la guerra civil, intenta alinearse a uno de los bandos para proteger sus intereses económicos:

 

"(.) Ese nieto es un miserable sin honor, un derrochador, un hombre débil que va a dejarse manejar por el abogado Valdivia, hombre muy capaz, pero intrigante y revolucionario furioso. Esos bandidos van a ponernos cupos a nosotros los propietarios. Dios sabe hasta qué punto. Florita, me ha venido una idea. Si mañana yo fuese muy temprano a ofrecer a esos ladrones 2000 mil pesos y al mismo tiempo les propusiese imponer un cupo a todos los demás propietarios ¿no cree usted que esto me daría la apariencia de estar de su lado y daría tal vez por resultado impedir que me gravaran muy fuertemente.(.)" (5)

Claro está que don Pio es un hombre que estaría dispuesto hasta dar su vida por su dinero. No soporta la idea de verse despojado de su fortuna, tan es así que contra su voluntad, es capaz de sacrificar un poco de dinero por la salvación de sus pertenencias. Se revela entonces, un afán por mantener su poder económico y cuidar sus intereses. Lo más valioso para don Pio no es su familia arequipeña, ni su carrera militar, ni Flora, ni mucho menos la vida de sus esclavos. Lo más importante para él es su dinero.

En la guerra Nieto-San Román, Flora tiene la oportunidad de observar el comportamiento de blancos, negros e indios. Resulta importante citar esta parte para mostrar cual era el verdadero sentimiento de las clases oprimidas; tanto indios como negros mostrarán sus sentimientos internos. Por otro lado, los blancos se mostrarán como ineptos para gobernarse a sí mismos:

"(.) Los dueños del oro, los propietarios de esclavos, la raza dominadora; en fin, eran presas del terror; mientras el indio y el negro se regocijaban de la próxima catástrofe y parecían meditar venganzas y saborear de antemano las primicias. Las amenazas brotaban de la boca del indígena. El blanco se intimidaba. El esclavo no obedecía. (.)Era la primera vez, sin duda, que todas las caras blancas y negras dejaban leer en su fisonomía toda la bajeza de su alma tranquila en medio de este caos (…). La agonía de estos avaros porque temían la pérdida de sus

(5) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 239-240

riquezas, más que la misma vida, la cobardía de toda esa población blanca incapaz de la menor energía para defenderse por sí misma; ese odio del indio disimulado hasta entonces bajo formas obsequiosas, viles y rastreras; esa sed de venganza del esclavo, quien aun la víspera besaba como un perro la mano que lo había golpeado, me inspiraban el desprecio más profundo que en vida he sentido por la especie humana (.)"(6)

Flora nos cuenta entonces, que en estos momentos de crisis bélica, no solo existía una anarquía militar, sino también una social; esto reflejado por ejemplo en el desobedecimiento del negro a su amo. Flora también muestra su desprecio por la raza humana, reflejando así un sentimiento misántropo; esto ante el odio existente entre blancos, indios y negros. Cabe señalar que el desorden social es producto de una sociedad que no puede gobernarse a sí misma; esto es reflejo de la improvisación que había en la época y por la falta de una identidad patriótica definida.

Esto último está relacionado con el carácter del peruano de la época. Un carácter que evidencia una idiosincrasia pesimista, conformista y mediocre, que es reflejado en el manejo de tratamiento del pueblo hacia los vencedores. Un pueblo que no es constante en sus ideas y adopta la que esté de moda o la que mayoritariamente es aceptada:

"Se vociferaba contra el cobarde, el bribón, el imbécil de Nieto, y se exaltaba al digno, al bravo, al glorioso San Román. Los buenos frailes de santo domingo dirigían al cielo sus votos sinceros para que ese perro de Nieto fuese muerto y se ponían a hacer hermosos proyectos para la brillante recepción que contaban hacer al ilustre San Román. Un cuarto de hora después, si otro soldado pasaba gritando: "¡Viva el general Nieto! ¡La victoria es nuestra! ¡San Román está perdido!", entonces los asistentes aplaudían, los buenos padres palmoteaban con sus toscas manos exclamando: "¡Oh!, ¡el valiente general! ¡Cuánto valor! ¡Cuánto talento! ¡Condenado sea ese miserable indio, ese zambo de San Román!". (.) En la naturaleza de las gentes de este país está el abrumar sin piedad y sin medida al que cae, para alabar con exageración al que ha tenido éxito." (7)

Flora aquí nos dice tácitamente que los peruanos no tienen escrúpulos en cambiar de bando por sus intereses. Esto es conocido como transfuguismo y demuestra que lo que prima en el peruano es su conveniencia a costa de su moral. Así, no se tiene reparo en defenestrar a uno y elogiar a otro, todo sea por caerles bien a los vencedores.

Cuando Flora pensaba partir para Lima, primero hizo una visita al supuesto vencedor San Román. Con él se dispuso a definir cuál sería el sistema económico que traería un mejor orden al país. Así, mientras Flora se mostraba de acuerdo con una economía abierta a los países europeos, San Román la contrariaba mostrando una política aislada:

"—Es un noble propósito, coronel. Me gustaría conocer el sistema que intenta seguir para alcanzarlo.

—Nuestro sistema, señorita, es el de la señora Gamarra. Cerraremos nuestros puertos a esa multitud de barcos extranjeros que vienen a infestar nuestro país con toda clase de mercaderías que venden a tan bajo precio, que la última de las negras puede pavonearse adornada con sus telas. Usted comprende, la industria no podrá nacer en el Perú con semejante concurrencia. Y mientras sus habitantes puedan conseguir en el extranjero, a vil precio, los objetos de consumo no intentarán fabricarlos ellos mismos." (8)

(6) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 311

(7) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 313

(8) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 340

El sistema planteado por Francisca Zubiaga era un sistema que hoy podemos conocer como ultranacionalista. Se basaba en cerrar las puertas al mercado extranjero y con ello incentivar la producción del propio país. Según esto, el Perú se convertiría en un país manufacturero, con independencia económica. Esto era contrario a lo que Flora propugnaba, que era el intercambio y libre importación de productos al país. Según Flora, primero se debería educar al pueblo para tener necesidades, y en un futuro recién generar su propia industria.

2.2 Social

Con respecto a la esclavitud en la sociedad, un lugar donde Flora es testigo de la opresión a la cual es sometido el negro es el ingenio de M. Lavalle. Ella se horroriza de la situación en la que encuentra a los negros, quienes lejos de ser cuidados para incrementar la producción de estos, se los maltrata sin escrúpulos, considerándolos como si fuesen simples objetos de uso, esto a pesar de encontrarse en una sociedad religiosa, que por lo que se ve es cómplice de este atropello humano:

"El ingenio de M. Lavalle, la villa Lavalle, situado a dos leguas de Chorrillos, es un magnífico establecimiento en el cual habitan cuatrocientos negros, trescientas negras y doscientos negritos. El propietario se ofreció con la mayor cortesía a hacérnosla conocer con todos sus detalles y tuvo la amabilidad de explicarnos cada cosa." (9)

Flora nos da a conocer cuáles eran las cantidades de esclavos que poseía M. Lavalle. Estos esclavos trabajaban en la producción de azúcar que proviene de la caña; cabe señalar que M. Lavalle se mostró en todo momento amable con Flora, aun así cuando ésta le recriminó el abuso hacia los negros, pues él consideraba de lo más normal que estos trabajasen para él.

M. Lavalle no vaciló al manifestar que la perdida de esclavos era un grave problema que aquejaba su negocio. A continuación se muestra su queja por la disminución de negros en su ingenio:

"—Pero, señorita, agregó, la imposibilidad de conseguir nuevos negros es desesperante. La falta de esclavos traerá la ruina de todos los ingenios. Perdemos muchos de ellos y las tres cuartas partes de los negritos mueren antes de llegar a los doce años. En otros tiempos tenía mil quinientos negros. No tengo ya más que novecientos, comprendiendo a estos débiles niños que usted ve." (10)

M. Lavalle habla de los esclavos como si fuesen simples animales. La disminución de mil quinientos a novecientos para él representa una desgracia, ya que considera que sin esclavos los ingenios quebrarían. Esto podría funcionar como un pretexto para seguir oprimiendo a los negros y mantener el yugo latente; siempre también apelando a la inferioridad de estos para aprovecharse así de la mano de obra gratis que los negros proporcionan.

Flora se dispone a meditar las posibles causas de tantas muertes, sobre todo en los negritos. En lo que concuerda con Lavalle es en que la mortalidad de hecho afecta a su ingenio, pero de todas maneras esto no justifica el atropello contra los negros:

(9) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 399

(10)Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 399

"—Esta mortalidad es espantosa y debe hacerle concebir, en efecto, los más funestos temores para su establecimiento. ¿De qué proviene, pues, que no se mantenga el equilibrio entre los nacimientos y las defunciones? El clima es sano y se creería que los negros están aquí tan bien como en África." (11)

Ella cree que existen razones por las cuales se produce una mortalidad considerable; esto a pesar de las condiciones climáticas que favorecerían a los esclavos. M. Lavalle responde a la perdida de negritos por el descuido de sus padres, lo cual lleva a pensar a Flora que estos dejan morir a sus hijos quizás por librarlos del yugo opresor.

Luego de esto, Flora y M. Lavalle discuten acerca de los castigos propinados a los negros para acelerar su trabajo. M. Lavalle se manifiesta a favor del castigo corporal para mantener sumisos a los esclavos:

"(.) Y no es sino por medio de castigos corporales que nuestros misioneros han logrado hacer cultivar algunas tierras a los indios que han reunido. Sucede lo mismo con los negros y ustedes, franceses, han hecho la experiencia en Santo Domingo. Desde que han libertado a sus esclavos, éstos no trabajan más." (12)

Flora obviamente se muestra en contra de estos castigos, que lo único que hacen es maltratar y acortar la vida de los negros. M. Lavalle sostiene que sin el castigo los negros se volverían perezosos y no acatarían órdenes; es más, para contrariar a Flora, critica a los franceses que por haber libertado a sus esclavos estos han perdido el interés por el trabajo.

Flora anteriormente ya había tenido discusiones de este tipo. Por ejemplo en la Praia, en un almuerzo concertado por M. David para que Flora conociera a una persona despreciable como fue en ese entonces M. Tappe. Éste en esa oportunidad, se mostro también severo con los negros:

"¡Ay señorita! Se ve bien que no conoce usted a la raza negra. Esas criaturas son tan malas que me es imposible confiar a ninguna de ellas (.). Los trato como es preciso tratar a los negros (.) a latigazos (.)" (13)

M. Tappe refleja aquí su desconfianza y desprecio por la raza negra. Él se muestra sorprendido por la posición que tiene flora para con los esclavos. También este esclavista apoya la idea del castigo mencionando que es preciso hacerlo sin misericordia. Este ser es quizá el más despreciable que conoció Flora en su estadía en el Perú.

Otras de las discusiones se tornan alrededor del trabajo de los negros. Tanto M. Lavalle y Flora piensan en que falta de costumbre laboral impide que haya decisión propia para trabajar. Flora en sus palabras refiere que la esclavitud se convierte en enemigo de la civilización:

(11) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 399

(12) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 400

(13) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 62

"—Creo con usted que el hombre blanco, rojo o negro, se resuelve difícilmente al trabajo cuando no ha sido educado en él. Pero la esclavitud corrompe al hombre y al hacerle odioso el trabajo no podrá prepararlo para la civilización." (14)

Flora y Lavalle concuerdan en la necesidad de una educación para el trabajo, pero Flora hace hincapié en que la esclavitud nos vuelve más incivilizados, pues hace que el trabajo se vuelva un martirio y siempre lo mantendrá al negro como parte excluyente en la civilización. Para ella, es necesario educar para participar en sociedad.

M. Lavalle para aminorar la explotación de la que eran victimas los negros, señala a continuación la menor rigurosidad de la esclavitud española, y por otro lado critica un poco a la esclavitud francesa:

"—Observe, le ruego, que la esclavitud aquí, como entre todos los pueblos de origen español, es más dulce que entre las demás naciones de América. Nuestro esclavo puede rescatarse y entre nosotros, el negro sólo es esclavo de su amo. Si otro lo golpea se encuentra en estado de legítima defensa y puede devolver el golpe. Mientras que en sus colonias el negro está, en cierta manera, bajo la dependencia de todo el mundo. Le está prohibido, bajo las penas más graves, defenderse contra un blanco. Si es herido, el dueño tiene derecho a una indemnización por el daño sufrido; pero no se le hace nada al autor de la herida. De este modo ustedes han agregado la pérdida de la seguridad a la de la libertad." (15)

M. Lavalle aquí utiliza la palabra "dulce" para caracterizar la esclavitud española y de seguro esto disgusta a Flora, pues un maltrato a un ser humano no puede ser considerado dulce. Lavalle como justificando la esclavitud señala que los esclavos del Perú tienen incluso la posibilidad de ser libres si pueden. Esto último lo contrasta con la esclavitud en las colonias francesas, en las cuales, prácticamente los esclavos no tienen beneficios para nada.

A continuación Flora concuerda en que la esclavitud española es la menos agraviante de todas e incluso reconoce que la religión por lo menos los considere. Sin embargo, critica la prolongación de la esclavitud que conlleva a la perpetuidad, así también critica la incapacidad de los esclavos para autoliberarse:

"—Convengo en que las leyes españolas, relativas a los esclavos, son mucho más humanas que las de cualquiera otra nación. Entre ustedes el negro no es simplemente una cosa, es un correligionario y la influencia de las creencias religiosas le procura algún paliativo. Mas el vicio radical, la perpetuidad de esa esclavitud, subsiste entre ustedes así como en nuestras colonias pues es imposible para el esclavo que pueda alguna vez usar de la facultad de rescatarse, con la continuidad del trabajo exigido. Si los productos, debidos en América al trabajo de los negros, perdiesen su valor estoy segura de que la esclavitud sufriría felices modificaciones." (16)

(14) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 400

(15) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 401

(16) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 401

Flora nos dice que el menor atropello de las colonias españolas, no justifica que se siga practicando esta forma de producción. Aquí también parece señalar que la aceptación religiosa a los negros resultaría una estrategia para hacer quedar bien a los españoles. Señala además que estos supuestos beneficios para con los negros son imposibles de hacerse valer, pues el trabajo es tan exigido que los negros no tienen para autoliberarse.

Al final esta imposibilidad se convierte en perpetuidad.

2.3 Religiosa

En el Perú, los esclavos no podían ejercer las prácticas religiosas de su país de origen por motivos obvios. En primer lugar, al ser explotados por sus dueños, no disponían de tiempo para realizar sus cultos divinos. En segundo lugar, la corona española estipulaba que los amos debían brindarles educación religiosa a sus esclavos, y estos deberían obligatoriamente oír misa y recibir clases de cristianismo de los sacerdotes.

Los esclavos eran utilizados en los conventos, para servicio de las novicias, de las superioras y de los sacerdotes. Los esclavos realizaban trabajos domésticos, algunas labores de mandados, e incluso participaban en las celebraciones de Semana Santa. Lo más notable de mencionarse es que en los conventos las monjas podían disponer, según la condición social, de las esclavas que deseaban tener a su disposición.

Flora se percató que los ingenios de Lavalle guardaban un lugar religioso para los negros. El principal acto era oír la misa los domingos. Esta situación es una de las pocas favorables de la iglesia para con los negros, que en verdad, guardaban un trasfondo como es la perpetuidad de la esclavitud:

"(.) Los domingos y días de fiesta todos los negros del establecimiento asisten a la misa. Los negros españoles son supersticiosos y la misa es, para ellos, una necesidad indispensable. Sus creencias aligeran sus males y son una garantía para el amo. M. Lavalle tuvo la amabilidad de hacer vestir a un negro y una negra con sus vestidos de fiesta para que yo pudiese juzgar del golpe de vista que ofrece su iglesia el domingo." (17)

Flora señala la importancia que tiene por entonces la religión para los negros, y sugiere que las creencias son una garantía para el amo, ya que permiten perpetuar la esclavitud. Es importante reconocer la generosidad que muestra M. Lavalle a Flora vistiendo a sus esclavos, quien sabe quizá para apaciguar las pasiones antiesclavistas de Flora.

Ya retirándose del ingenio Flora es testigo aun más de la religiosidad en la cual estaban inmersos los esclavos. Ella al pasar por una granja vio en los negros, tras sonar el ángelus, su compromiso con Dios. Así también, critica la situación física y expresiva en la que se encuentran trabajando:

"Era tarde cuando nos retiramos. Al pasar por una especie de granja, donde trabajaban algunos negros, sonó el ángelus. Todos abandonaron su trabajo, cayeron de rodillas y postraron su rostro contra la tierra. La fisonomía de aquellos esclavos era repugnante de bajeza y de perfidia. Su expresión era sombría, cruel y desgraciada, hasta en los niños. Traté de entablar conversación con algunos, pero no pude obtener sino un sí o un no pronunciados con sequedad e indiferencia." (18)

(17) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 404-405

(18) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 405-406

Se demuestra aquí el grado de superstición en la que se encuentran los negros; ellos muy obedientes a Dios se dignan en orar en cualquier lugar donde estén. Lamentablemente para ellos su situación en la tierra les confiere una no grata labor; esto reflejado en sus fisonomías, expresiones de melancolía y crueldad, las cuales según Flora les ha configurado una desgraciada vida.

III. TIPOS DE ESCLAVITUD EN LA OBRA

En la obra Peregrinaciones de una paria de Flora Tristán, se puede encontrar cuatro diferentes formas o tipos de esclavitud que se dieron en su época. Las tres primeras formas son situaciones, por así decirlo, que aquejan a la mujer; en cambio la última es la más conocida ya que aquejaba sólo a las personas de color.

3.1 El matrimonio y la pobreza como formas de esclavitud para la mujer del siglo XIX.

Durante el siglo XIX, la mujer sufría por muchas injusticias debido al egoísmo e injusticia social que la obligaban a vivir en la marginalidad, como un objeto secundario, sin valor y de fácil reemplazo. Nos damos cuenta de que la mujer se sentía "esclava" por así decirlo de dos situaciones que la aquejaban mucho. El matrimonio y la pobreza.

El primer punto que se tocará es el de la pobreza, que se entiende como la precaria situación económica en la que se encuentra una persona por diversos motivos. En la obra, hay un claro ejemplo de pobreza como tipo de esclavitud, es el caso de la prima de Flora: Doña Carmen, que por la falta de fortuna debe de depender de su tío Don Pío Tristán.

"¡Execrable país!, exclamó con un acento de furor contenido ¡Y pensar que estoy condenada a quedarme en él! Prima, si le parece tan execrable ¿Por qué se queda usted? ¿Porque Florita?, por orden de la más dura de las leyes, la de la necesidad. Todo ser privado de fortuna depende de otro, es esclavo y debe vivir donde su amo lo ate". (19)

Nos damos cuenta que la persona que esta privada de fortuna, depende de otro (en este caso su tío Don Pío Tristán) y que debe obedecer con lo que éste le imponga, ya que son las leyes de la necesidad.

El segundo punto a tocar es el tema del matrimonio como forma o tipo de esclavitud para la mujer. Y el caso más relevante sin duda es el de la propia Flora. El matrimonio para Flora fue una catástrofe que marcaría su vida de manera aún más dramática que su condición de hija ilegítima. Lo fue porque, desde el principio, sintió que aquel lazo de unión, hacía de ella un mero apéndice de su marido, una reproductora de hijos (tuvo tres, en cuatro años) y un ser enteramente privado de vida propia y de libertad.

De esta época nació en Flora la convicción de que el matrimonio era una institución intolerable, un trato comercial en el que una mujer era vendida a un hombre y convertida poco menos que en una esclava, de por vida, pues el divorcio había sido abolido con la Restauración. Esto hizo brotar en ella, un instintivo rechazo de la maternidad y una desconfianza profunda hacia el sexo, en los que presentía otros tantos instrumentos de la servidumbre de la mujer, de su humillante sujeción al hombre.

(19) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 169

"En fin, hacer todos esos sacrificios y afrontar todos esos peligros, porque estaba unida a un ser vil que me reclamaba como a su esclava. (.) Maldecía esa organización social que, opuesta a la providencia, sustituye con la cadena del forzado el lazo del amor y divide la sociedad en siervos y amos". (20)

Cuando no pudo soportar más, a sus 22 años, Flora perpetró el acto más audaz de su vida, que consagraría definitivamente su destino de paria y de rebelde: abandonó su hogar, llevándose a los hijos, con lo que no sólo se ganó el tremendo descrédito que la moral de la época confería a semejante gesto, sino que incluso se puso fuera de la ley, cometiendo un acto que hubiera podido llevarla a la cárcel si su esposo la denunciaba.

Así que decide embarcarse rumbo a la tierra de su padre, a buscar su fortuna que ella creía le pertenecía, para al fin ser libre e independiente y poder volver a recuperar a su hija, la cual había sido dejada en un convento. Pero ella sabía que una mujer que abandonaba a su esposo era mal visto no sólo en Francia sino en gran parte del mundo.

"Había escrito en 1829 a mi familia del Perú con el deseo (.) de refugiarme cerca de ella, y la respuesta que recibí me había animado a realizar de inmediato ese proyecto si no me hubiese detenido la reflexión de que ellos también iban a rechazar a una esclava fugitiva, porque por despreciable que fuese el ser de quien sufría el yugo, su deber era morir en el tormento antes que quebrantar los grillos remachados por la ley". (21)

Para Flora esos años como paria debieron de ser durísimos, pero que en ellos se templó el bravo carácter de que haría siempre gala, su coraje ilimitado, su audacia, y su convicción de que el mundo estaba mal hecho y era injusto, discriminatorio y brutal, y que las víctimas privilegiadas de la injusticia reinante eran las mujeres.

3.2 La vida religiosa femenina como forma de esclavitud para la mujer del siglo XIX.

Esta forma de esclavitud, la podemos explicar a través del caso de la otra prima de Flora, Dominga:

"¿Cómo, Dominga, usted libre, usted tan hermosa, adornada tan graciosamente, usted es más desgraciada que cuando se hallaba prisionera en ese lúgubre monasterio, sepultada entre sus velos de religiosa? Confieso que no la comprendo. La joven inclinó hacia atrás su cabeza altiva y, mirándome con una sonrisa melancólica, me dijo: ¡Yo, libre!… ¿Y en qué país ha visto usted que una débil criatura, sobre quien cae el peso de un atroz prejuicio, sea libre? Aquí, Florita, en este salón, ataviada con este lindo vestido de seda rosa, ¡Dominga es siempre la monja de Santa Rosa!… A fuerza de valor y de constancia pude escapar de mi tumba. Pero el velo de lana que yo había elegido está siempre sobre mi cabeza y me separa para siempre de este mundo. En vano he huido del claustro, los gritos del pueblo me rechazan." (22)

Nos damos cuenta de que aquellas mujeres que abandonan la vida espiritual, es decir, que habiendo sido monjas optan por retirarse o huir del convento, como lo fue el caso de Dominga, nunca podrán sacarse el velo de su pasado religioso. Ya que a pesar de no contar con los hábitos, la seguirán tildando de monja y se ganará un desprecio del pueblo por su decisión. Así que Dominga se siente esclava de su pasado religioso del cual no puede escapar.

(20) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 29

(21) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 25

(22) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Págs. 343-344

3.3 La esclavitud de los negros.

3.3.1 El comercio negrero

Con la llegada y conquista de América, por parte de los europeos, se trazaron planes de expansión que exigían mano de obra barata. En un principio se esclavizó a los pueblos indígenas americanos pero la legislación española se planteó muy pronto la finalización de dicha práctica (gracias a los escritos de Bartolomé de las Casas y de la Escuela de Salamanca), e hizo que se importaran personas esclavizadas de África, que además tenían mayor resistencia física y a las enfermedades, especialmente las tropicales, comenzando así un comercio a gran escala de esclavos africanos: el comercio negrero.

Hacia el siglo XVII hubo un gran incremento en el número de esclavos debido a su importancia como mano de obra, en las explotaciones agrícolas de gran extensión (sistema de plantaciones) en América del Norte, del Sur y, principalmente, en el Caribe.

Este incremento en el comercio negrero fue acompañado, en la mayoría de los casos, por una fuerte ideología racista: los negros eran considerados seres inferiores, asimilados frecuentemente a animales, sin siquiera poder ser considerados sujetos de derecho y por lo tanto considerados, jurídicamente, como cosas. Aunque especialmente, el debate estaba inicialmente en si los individuos de raza negra tienen alma humana, puesto que en caso afirmativo esta actividad sería considerada ilegal por la Iglesia, lo que llevó a un fuerte movimiento para afirmar que los sujetos de raza negra no tienen alma. En el caso de los indígenas de América se había decidido que tienen alma por lo que no se les podía esclavizar. De hecho era costumbre en muchas plantaciones explotar al esclavo bajo severas condiciones hasta su muerte, pues salía más barato comprar nuevos esclavos que mejorar sus condiciones de vida.

En la obra, en una de las escalas que hace Flora antes de llegar a Perú, ella se enfrenta con M. Tappe, un ex-seminarista francés dedicado a la trata de esclavos quién le cuenta en que consistía su trabajo.

"(.) un solo género de comercio: la trata de negros. Cuando vine a establecerme a esta isla era un buen tiempo (.) la prohibición misma de la trata hacía que se vendieran los negros como uno quería (.) los ingleses han ocasionado muchos gastos y han arruinado el negocio". (23)

Estas palabras, dichas con tal naturalidad por M. Tappe provocaron en Flora una gran repugnancia hacía esta persona y su única salida o modo de librarse de aquel sujeto fue retirarse.

3.3.2 La esclavitud de negros en el Perú.

El Perú fue también uno de los países en donde hubo la mayor cantidad de esclavos negros traídos de África, estos llegaron en la época de la conquista y permanecieron bajo la opresión hasta el 3 de diciembre de 1854, el día en que Ramón Castilla proclama por medio de un decreto la "libertad de los esclavos y

(23) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 59

siervos libertos (en el virreinato, los esclavos podían comprar su libertad y la de sus hijos, pasando a ser negros horros o libertos) cumpliendo solemnemente un deber de justicia nacional". Este decreto sirvió para que de dos a tres mil esclavos se sumaran al ejército de Castilla que combatía contra Rufino Echenique y fue decisivo en su triunfo en la batalla de La Palma, el 5 de enero de 1855.

3.3.3 La iglesia y su posición frente a la esclavitud de negros en el Perú.

Nos damos cuenta de que la iglesia optó por una posición a favor de la esclavitud, ya que no solo participaba activamente en la compra y venta de negros en el Perú del siglo XIX sino también que tanto los curas como las monjas de los conventos tenían en su poder una buena cantidad de esclavos, muchos de ellos en condiciones lamentables.

"Algunos negros y zambos se alquilaban por un real al día para representar un papel en esta farsa religiosa. La iglesia los disfrazaba con las vestimentas más burlescas". (24)

En la cita nos damos cuenta de que incluso la iglesia no tenía el menor reparo en utilizar negros para cualquier evento social, ya que ésta los alquilaba para que representen alguna escena de una farsa religiosa. Esto ocasionaba el gozo y la risa de los asistentes. Actualmente esta actitud de reírse a causa del dolor ajeno debe ser del desprecio general.

"Manuelita nos invitó a pasar a su retiro. Cerró la puerta del jardín y dio orden a su primera negra de que no se nos molestase con ningún pretexto". (25)

Nos damos con la sorpresa de que incluso en los conventos, las monjas tenían bajo su poder alguna negra que le "ayudaba" en sus quehaceres. En el caso de la monja Manuelita, nos percatamos de que no sólo tiene una esclava, sino varias.

"He aquí cual fue el plan concebido por Dominga y que tuvo el atrevimiento de exponer a su negra ofreciéndole una buena recompensa para resarcir a esta esclava de los peligros que podía correr". (26)

Nos percatamos de que a pesar que los negros eran esclavos y debían servir ciegamente a sus amos, estos tenían miedo de exponerlos ante cualquier peligro y para ello les ofrecían recompensas materiales con la finalidad de que cumplan con lo encargado.

"Los frailes eran los únicos que trataban de alegrar a la multitud. El uno hacía una mala pasada a una zamba bonita. El otro hacía caer a un negrito con riesgo de matarlo. Todas esas gentilezas provocaban las risas ruidosas del populacho y eran insulto a las angustias de los seres que temían por la suerte de un hijo, de un amante o de un hermano". (27)

(24) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 172

(25) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 300

(26) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 304

(27) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Págs. 320-321

Observamos también, que los frailes peruanos de la época de Flora eran unos abusivos, que aprovechándose de sus hábitos cometían las más reprobables vejaciones a los pobres esclavos que nada podían hacer para defenderse.

IV. POSICIÓN CRÍTICA DE FLORA TRISTÁN ACERCA DE LA ESCLAVITUD

Flora se declara abiertamente como una mujer perseguida que tendrá que adoptar una especie de travestismo de identidades para poder sobrevivir, pues se muda frecuentemente de ciudad y se presenta preferentemente como mujer soltera o viuda.

Asimismo, establece también una relación de la situación de la mujer con la de la esclavitud, estatus que es percibido como bárbaro dentro de una cultura a la que ella misma declara, irónicamente, civilizada. Su posición como paria le permite "responder a una sociedad que no le permitía a la mujer otra identidad más que "esposa y madre"".

"El cónsul encargó a M. David que nos explicara porqué golpeaba a su esclavo. El negro era ladrón, embustero, etc. Como si el más enorme de los robos no fuese aquel de que es víctima el esclavo". (28)

A pesar del alegato contra la esclavitud que lanzó desde sus prólogos, y de su constante prédica en contra de esta situación, su mirada contiene un racismo adherido a su posicionamiento como mujer que proviene de una civilización considerada superior.

Estos rasgos racistas se manifestarán también durante su estancia en el Perú, pues si bien el blanco de sus ataques son los miembros de la clase alta peruana, a quienes culpa del caos en que encuentra el país. Su mirada de las costumbres populares de los indios, mulatos y mestizos los agrupa bajo el signo de lo bárbaro. Nunca los individualiza, sino que los nombra preferentemente por su raza y casi nunca por sus nombres.

Se citarán varios ejemplos donde se podrá analizar más detalladamente la conducta de Flora respecto a la esclavitud.

Al pasar por un lugar de la costa africana llamado la "Praia", no puede evitar expresar esta nueva incomodidad producida por la presencia de hombres y mujeres de raza negra:

"Todos aquellos seres con escasos vestidos, ofrecían un aspecto repugnante: los hombres tenían una expresión de dureza, a veces hasta de ferocidad y las mujeres, de necedad y descaro. En cuanto a los niños eran horribles de fealdad, completamente desnudos, flacos y enclenques". (29)

Nos damos cuenta de que Flora describe de una forma racista y nada culta a los esclavos negros. Ya sean hombres, mujeres, niños, ninguno se escapaba de la repugnancia que estos le ocasionaban.

"Toda la población se hallaba en las calles, respirando el fresco delante de las puertas de sus casas. Entonces sentimos el olor de negro, que no puede compararse con nada, que da náuseas y persigue por todas partes. Se entra en una casa y al instante se siente una emanación fétida. Si uno se acerca a unos niños para ver sus juegos, tiene que alejarse rápidamente. ¡Tan repugnante es el olor que exhalan! Yo tengo los sentidos muy aguzados y el menor olor se me va a la cabeza o al estómago. Sentía un malestar tan insoportable que nos vimos obligados a

(28) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 64

(29) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 64

precipitar la marcha para encontrarnos fuera del alcance de aquellas exhalaciones africanas". (30)

Vemos la poca tolerancia que tiene Flora con las personas de color. El asco que sentía al ponerse en contacto con ellos, el repúgnate olor que según ella brindan, nos da una idea de la perspectiva inicial de Flora sobre los negros.

M. Chabrié (capitán del Mexicano, que estaba perdidamente enamorado de Flora) también nos muestra como miraba Flora a la gente africana.

"¡Dejarla sola en esta roca infecta, rodeada de esos horrendos negros a quien usted mira con tanta repugnancia!"(31)

La siguiente cita nos mostrará que Flora no tenía mucha paciencia para con los esclavos, cosa que fue corrigiendo al pasar la obra.

"Corrí inmediatamente a casa de Althaus. Con ayuda de su negro, a quien casi me vi obligada a golpear para que me sirviera, hice cargar una mula con una cama y una maleta llena de efectos personales".(32)

En la siguiente cita nos toparemos con una Flora totalmente desconfiada de las buenas intenciones de una pequeña esclava de quince años que sólo quería ayudarla. Esto quiere decir que Flora creía que no existían realmente los esclavos fieles, y que por más bueno que sean con uno nunca tendrán un amor leal. Por lo tanto, las palabras de la negrita no les fueron de confiar.

"Pasé la noche en la casa sin más compañía que la de mi zamba. Esta muchacha me decía: "Señorita, no tema usted nada; si los soldados o las rabonas vienen a robar, yo soy india como ellas, su lenguaje es el mío. Les diré: Mi ama no es española, es francesa, no le hagan daño. Estoy segura de que entonces no le harán nada porque ellos no atacan sino a sus enemigos". Así se expresaba una esclava de quince años. Pero, a ninguna edad la esclava ha amado a sus amos por dulces que estos sean". (33)

Pero la posición y el criterio de Flora para con la esclavitud va cambiando paulatinamente a lo largo de la obra.

"Me había quedado sola en la casa y, sin distinguir nada, miraba siempre en dirección de la Apacheta que una nube de polvo ocultaba a mi vista, cuando sentí que me tiraban del vestido. Al voltearme vi a mi zamba mostrándome con el dedo los patios de mi tío y del señor Hurtado y me hizo signo de ponerme de rodillas. Obedecí a la esclava y me arrodille". (34)

Esta es la primera vez que Flora se muestra amable y obedece de cierta manera a alguien que no estaba a su altura. La frase "Obedecí a la esclava" nos muestra que Flora ya se había adaptado de cierta manera a las personas de color.

(30) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 51

(31) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 51

(32) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Págs. 323-324

(33) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Págs. 329-33

(34) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 322

"Entré en un calabozo done se hallaban encerradas dos negras. Habían dado muerte a sus hijos privándolos de alimento. Ambas, completamente desnudas, estaban agazapadas en un rincón. La una comía maíz crudo y la otra, joven y hermosa, dirigió sobre mi sus grandes ojos. Su mirada parecía decirme: "He dejado morir a mi hijo porque sabía que él no sería libre como tú. he preferido verlo muerto y no esclavo". La vista de aquella mujer me hizo daño. Bajo esa piel negra hay a veces almas grandes y orgullosas. Los negros pasan bruscamente de la independencia de la naturaleza a la esclavitud y se encuentra entre ellos algunos indomables que soportan los tormentos y mueren sin doblegarse al yugo". (35)

Esta cita nos muestra una Flora más humanitaria con respecto a los esclavos, ya no los trata despóticamente, sino que entiende finalmente los tormentos que tienen que vivir día a día sólo por el hecho de ser gente de color. Además comprende que el acto de matar a sus niños era un acto de rebeldía para evitar la esclavitud de sus hijos.

Mary Louis Pratt señala que durante su estadía en el Perú Flora Tristán:

"Ocupa un mundo donde los privilegios de raza y clase son presupuestos. Este mundo de privilegios se contradice con su pretendida subjetividad paria, que se vuelve a convertir en una identidad flotante que le permite a Flora acomodarse a las circunstancias". (36)

4.1 Alternativas de solución de Flora Tristán con respecto a la esclavitud.

Flora Tristán al final de la obra nos da una alternativa para gradualmente solucionar los problemas de la esclavitud.

"Estoy bien persuadida de que la liberación gradual, únicamente, ofrece un medio pronto para transformar a los negros en miembros útiles para la sociedad. Se hubiese podido hacer de la libertad una recompensa del trabajo. El parlamente inglés hubiese ido más pronto hacía el bien si se hubiese limitado a libertar anualmente a los esclavos de menos de veinte años y los hubiese colocado en escuelas rurales y de artes y oficios antes de dejarlos gozar de la libertad. No existen colonias europeas donde no se encuentren vastas extensiones de tierra sin roturar, a las cuales se puede enviar a los libertos y el trabajo tampoco faltaría a los negros que aprendiesen un oficio. Procediendo en esta bastarían unos treinta años para llegar a la emancipación general. Los negros libertos acrecentarían anualmente la población laboriosa y, por consiguiente, la riqueza de las colonias. Mientras tanto, con el sistema adoptado, esos países sólo tienen en perspectiva un largo porvenir de miserias y de calamidades". (37)

La alternativa de Flora Tristán es una estrategia pedagógica, que enseñando a los negros a leer y escribir, así como diferentes oficios, la esclavitud sería cosa del pasado y los negros podrían acrecentar la población que labora y por ende la riqueza de las colonias se acrecentaría.

V. CONSECUENCIAS DE LA ESCLAVITUD

Una vez libres, los ex esclavos negros pasaron, en la inmensa mayoría de los casos, a desempeñar actividades de trabajo agropecuario como peones. No hemos de olvidar las condiciones en que dichos trabajadores se desenvolvían. Libres legalmente, pero sujetos a estrictos contratos con hacendados y ganaderos. Controlados por libretas o pasaportes que limitaban sus movimientos al cumplimiento de las obligaciones aceptadas en los contratos a través de los cuales entraban a cumplir su servicio. Endeudados con

(35) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 406

(36) Pratt, Mary. Mujer, cultura y política en América Latina, Instituto de estudios peruanos, Lima, 1989; Pág. 333

(37) Tristán Flora. Peregrinaciones de una paria, Orbis Ventures S.A.C. Lima, 2005; Pág. 403

frecuencia ante los patronos que les adelantaban dinero, o con más frecuencia mercancías, en base a un salario mal remunerado, que les limitaba el pago de las deudas contrarias y en consecuencia los ataban por largos períodos a sus patronos.

5.1 Rezagos de la esclavitud:

5.1.1 Injusticia social

Este concepto es demasiado utilizado hoy en día en sectores tercermundistas como es el caso de América Latina. Es así como se observa que cada persona tiene un concepto propio de justicia social, además que se valen de este término en el caso de la política, para hacer creer al pueblo que se lucha en favor de los más vulnerables (los pobres).

En el Perú aquellos que se preocupan por los menos favorecidos son pocos y es que en realidad en las calles se pueden observar distintos casos de pobreza extrema, mientras que algunos políticos de turno una vez que han terminado su discurso de justicia social se deleiten almorzando acompañados del mejor whisky.

La desigualdad en la sociedad peruana marca la vida de los habitantes sobre todo de los más necesitados, por lo que se ve afectada su forma de vivir. Sin embargo, existen sujetos de esta clase social que a pesar de la adversidad económica por la que se esté atravesando, tienen deseos de mejorar su situación actual; esto debido a que en un país subdesarrollado es más probable que se nazca pobre que rico.

5.1.2 Discriminación

Discriminación es el acto de hacer una distinción o segregación que atenta contra la igualdad de oportunidades. Usualmente se utiliza para referirse a la violación de la igualdad de los derechos para los individuos por cuestión social, racial, religiosa, orientación sexual o por razón de sexo.

A través de la historia, la comunidad de raza negra en los Estados Unidos ha estado sometida a una constante exclusión/discriminación por parte de algunas partes de la sociedad. Un ejemplo de esto fue la imposibilidad que en el pasado tuvieron de acceder a la educación superior.

Quizá la esclavitud no llegue a desaparecer nunca. Pero es un deber que el ser humano siga haciendo conciencia, tanto en su propia vida interior como a su alrededor (a nivel de las distintas comunidades de que el individuo va formando parte durante su desarrollo: familia, escuela, trabajo, transporte, negocio, empresa, instituciones varias, deporte, etcétera), para generar a su vez conciencia en otros. Otros que, aunque diferentes, son también los mismos. Pues son también humanos.

5.1.3 Racismo

El racismo es una forma de discriminación de las personas recurriendo a motivos étnicos, tono de piel u otras características físicas de las personas, de tal modo que unas se consideran superiores a otras. El racismo tiene como fin deliberado o como resultado, la agresión a los derechos humanos de las personas discriminadas.

Para combatir el racismo, las Organización de Naciones Unidas (ONU) adoptó en 1965 la Convención internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial y estableció el día 21 de marzo como Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial.

5.2. La esclavitud en la actualidad

A pesar de la entrada en vigor de la Convención sobre la Esclavitud y de estar

"oficialmente prohibida" en casi todos los países, la esclavitud sigue existiendo en gran escala, tanto en sus formas tradicionales como en forma de "nueva esclavitud". Según un estudio publicado en Internet en el año 2000 podría haber unos 27 millones de esclavos en todo el mundo. Uno de los países que mantienen la esclavitud y la protegen es Mauritania, contra cuyo gobierno se han alzado varias voces en 2005.

Así mismo en muchos lugares del mundo siguen existiendo zonas donde hay gran cantidad de personas viviendo en un régimen de esclavitud similar a los de la antigüedad. Sobre todo en zonas donde las administraciones prácticamente no existen, no llegan fácilmente o no se oponen y luchan contra ella debido a la corrupción de los funcionarios que deben controlarla, como en la Selva Amazónica por ejemplo.

Según el Departamento de Estado norteamericano, hay de 90.000 a 300.000 personas esclavas en Sudán. Estos esclavos son comprados y vendidos en unos modernos mercados de esclavos. En 1989, una mujer o un niño de la tribu Dinka costaban 90 dólares. Varios meses después, el precio cayó hasta los 15 dólares, ya que la oferta era muy superior. Se les obliga a cambiar su religión, y a convertirse al Islam. Les cambian sus nombres por otros árabes, y son forzados a hablar una lengua que no conocen. La organización humanitaria "Christian Solidarity International" lleva, desde 1995, comprando esclavos para liberarlos, pagando 50 dólares por cada uno.

Reflexionando sobre la relación entre esclavitud y capitalismo, el economista liberal Lester Thurow sostiene que:

"Democracia y capitalismo parten de creencias muy diferentes sobre la adecuada distribución del poder. La primera se basa en la distribución equitativa del poder político, «un hombre, un voto», mientras que el capitalismo cree que es deber de los económicamente aptos expulsar a los no aptos fuera del negocio y eliminarlos. La «supervivencia del más apto» y las desigualdades en el poder de compra son la base de la eficiencia capitalista. Lo primero es el lucro personal y por tanto las empresas se hacen eficientes para enriquecerse. Para decirlo en su forma más cruda, el capitalismo es perfectamente compatible con la esclavitud, la democracia no". (38)

(38) Thurow, Lester. El futuro del capitalismo. Editorial Sociedad, México D.F. 1998; Pág. 165

CONCLUSIONES

1.- Que en pleno siglo XXI siga existiendo esclavitud puede parecer increíble o como mucho, pensar que se está hablando de algún país perdido en el mapa. Pero no, existe esclavitud en todas partes, allí donde no se respeten los derechos humanos, allí donde existan hombres que desprecien la dignidad humana, que se crean superiores, diferentes, o mejores está presente.

2.- La esclavitud nunca se ha erradicado, sólo ha cambiado de forma, ha mutado, para adaptarse a los tiempos y para pasar desapercibida entre el ruido y las prisas.

3.- Ya no hay barcos cargados de negros hacinados en las bodegas para ser vendidos luego como mano de obra, como criados de los terratenientes. Hoy la esclavitud es ser explotados por empresarios sin escrúpulos y no sólo los hombres sino niños y mujeres, todo esto sirve para satisfacer las "necesidades" del primer mundo.

4.- Los esclavos del siglo XXI que no se diferencian en nada a los de cualquier tiempo, porque las miserias humanas no conocen épocas, ni entienden de progreso.

5.- En el fondo se trata de explotar al prójimo, de robarle su dignidad, de utilizarle para tu provecho y para la satisfacción de los más bajos instintos.

6.- Antes la esclavitud se definía en una línea concreta de actuación. Ahora se ha diversificado e introducido en todos los niveles de la sociedad, en todos los terrenos.

7.- El hombre sigue siendo el peor enemigo de la humanidad. 

BIBLIOGRAFÍA

1.- AGUIRRE, Carlos. Breve historia de la esclavitud en el Perú. (1era ed.) Fondo editorial del congreso del Perú, Lima, 2005; 280 pp.

2. – ONIKOV L. y SHISHLIN N. Breve diccionario político. (1era ed.) Editorial Progreso, Moscú, 1983; 446 pp.

3. – PRATT, Mary Louis. Mujer, cultura y política en América Latina. (1era ed.) Instituto de estudios peruanos, Lima, 1989; 356 pp.

4.- REVILLA, Fe. La paria peregrina. (1era ed.) Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1995; 177 pp.

5.- SACO, José Antonio. Historia de la esclavitud. (1era ed.) Alameda, México DF, 1955; 397 pp.

6.- THUROW, Lester. El futuro del capitalismo. (1era ed.) Editorial Sociedad, México DF, 1998; 270 pp.

7.- TRIANA Y ANTORVEZA, Humberto. Léxico documentado para la historia del negro en América. (1era ed.) Instituto Caro y Cuervo, Bogotá, 1997; 440 pp.

8.- TRISTÁN, Flora. Peregrinaciones de una paria. (1era ed.) Orbis Ventures S.A.C, Lima, 2005; 426 pp.

Dedicatoria

Este trabajo esta dedicado a todas las personas que gustan del buen humor, a nuestros padres, a nuestros amigos los misántropos de la Facultad de Letras y en especial a nuestro motor para seguir adelante en nuestros estudios, nuestro compañero José Carlos Benavides, más conocido como el hijo de Santa Cruz, que nos prestó mucha bibliografía sobre el tema.

 

 

 

 

Autor:

Luis Alberto Huaraca Aylas

Juan José López Cuya

Profesor: Cornejo Quesada, Carlos.

2009

Curso: Historia de los Medios de la Comunicación Social II.

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS

Universidad del Perú, Decana de América

FACULTAD DE LETRAS Y CC. HH.

Escuela Académica Profesional de Comunicación Social

edu.red

Partes: 1, 2
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