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Influencia de Mario Vargas Llosa en la Cultura Peruana (página 3)

Enviado por Giulio Soto Privat


Partes: 1, 2, 3

Reunía a miles de comerciantes ambulantes, taxistas, tolerados, autoconstructores de barriada, pedigüeños, cantantes callejeros de Lima y el Callao. Miembros todos ellos de la llamada economía subterránea o ilegal, pues resultaban ser presa fácil de esa fuerza guerrillera clandestina y emboscada. Allá en los sótanos de la sociedad habían de encontrarse y empezar a causar problemas.

Sus militantes se infiltraban en zonas populosas al este de Lima y en los conos del sur desde donde controlaban y promovían las invasiones de la tierra y cometían sus actos delictivos. Sendero Luminoso ha sido calificado por la ONU como "terrorista y genocida", título ganado por sus pretensiones de conseguir adeptos para continuar con sus objetivos de luchar contra el Estado.

Entre los objetivos importantes de Sendero Luminoso destaca la paralización de la economía y desestabilización del gobierno empujándolo a tomar decisiones cada vez más impopulares bajo el imperio de circunstancias que se le escapan. Su estrategia consiste en multiplicar acciones de comando, los actos de sabotaje y los atentados en un territorio cada vez más vasto y obligar de esta manera a las fuerzas armadas a dispersarse en todo el país. El grupo guerrillero se nos presenta como el maleficio de Perú, su aparición es sigilosa y se manifiesta con una crueldad incisiva y la frialdad para aniquilar a los enemigos del pueblo, es decir a la clase dominante. En el texto vemos como los terrucos realizan sus actos, cómo se encargan de hacer su justicia, cómo muestran la solidaridad con su pueblo y se desaparecen brutalmente a una serie de personas. Aquí se presenta la violencia vertical. Los personajes al sentirse víctimas de una situación social injusta, usan la violencia como una forma de liberación colectiva. Consideran que para construir se necesita primero destruir. "Para la paz se hace la guerra".

El hombre cree que la violencia cobra sentido cuando va dirigida contra los de arriba, como respuesta a la opresión. Se piensa que se puede controlar ese tipo de limitación y se recurre a la agresividad. En la novela hay un orden establecido para mostrar al lector cuando va a aparecer el grupo rebelde a realizar alguno de sus atracos: aparición, justificación de la víctima, justificación del agresor y ejecución. Esta secuencia se presenta cada vez que salen a hacer sus cruentas acciones: cuando matan a los turistas franceses por la simple condición de estar de paseo, les hacen mazamorra sus cabezas. En la matanza de las vicuñas donde argumentan que el rebaño que cuidaba Pedrito Tinoco, el tonto del pueblo, es una reserva del enemigo, es decir inventada por el imperialismo.

Se percibe cómo al grupo rebelde no sólo le satisface matar, sino hacerlo de alguna forma en la que el ser humano sufra y adquiera conciencia que va a ser maltratado y lo sienta hasta las entrañas. Así, la milicia usa la fuerza y pone en marcha una estrategia criminal para acercarse al poder. Hacen alusión a una frase de Lincoln, (claro, distorsionada): "La violencia es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo". La crueldad, evidencia de la sinrazón, y trasmitida por medio de estrategias macabras de ataque, es el medio por el cual la guerrilla se defiende afirmando: "frente a la violencia institucionalizada la lucha armada es un recurso legítimo y necesario del pueblo para restituir su voluntad soberana".

El ejército y la policía adoptan una postura agresiva en contra de los conciudadanos y ya no identifica quién es el delincuente o quién no. En este caso sería bueno consultar a Maquiavelo para encontrar una solución viable al ambiente político y social irrespirable en Perú, en especial éste:

Digamos que primero hay dos maneras de combatir: una, con las leyes, otra, con la fuerza. La primera es indistinta del hombre; la segunda, de la bestia. Pero como a menudo la primera no basta, es forzoso recurrir a la segunda. Un príncipe (en este caso el gobierno y su ejército) debe saber entonces comportarse como bestia y como hombre (…) Un príncipe debe saber emplear las cualidades de ambas naturalezas y que una no pueda durar mucho tiempo sin la otra.

Entonces, hacer algo inteligente para resolver la situación radica en considerar la posibilidad de usar la cabeza para entablar un diálogo y llegar a un consenso donde el pueblo salga beneficiado. Sin embargo, en muchas ocasiones las partes en conflicto son demasiado necias y no conciben una solución oportuna alejada de lo bélico. La capacidad de discernir del hombre parece llenarse de bruma y caprichos donde se patentiza quien tiene el poder y se sobrepone a un concilio de los intereses y ganancias colectivas.

En esa atmósfera de violencia, el sadismo es una característica importante. No se trata sólo de matar, "matar es lo de menos", se trata de disfrutar la superioridad con respecto al que se intimida; se trata de gozar como se saca del juego a personas que forman parte del sistema. No se investiga si éstos son o no simpatizantes del gobierno, tienen una posición solvente y eso es suficiente para su liquidación. "A esos francesitos en Andahuaylas, por ejemplo. Los habían bajado del ómnibus y les habían machucado las caras hasta volverlas mazamorra". O el que sufre Pedrito Tinoco, víctima de los soldados que van a investigar lo de la matanza de vicuñas, como era el único en el lugar, lo acusan y lo quieren hacer declarar con el tratamiento de quemarlo con fósforos y encendedores. Castigo inhumano pues el pobre hombre por vivir lejos de la civilización con vicuñas como amigas, desconoce la lengua y su capacidad para comunicarse es casi nulo. Por tanto, tendría que tolerar la cruel prueba de resistencia o hablar de los responsables de la muerte de los animales (hecho que quedaba descartado). "Empezando por los pies, y, poco a poco, subiendo. Con fósforos y encendedores, como lo oye. Era lentísimo. La carne se le cocinaba, empezó a oler a chicharrón".

Es por eso, frente a estos actos de crueldad extrema se puede calificar como afición por lo morboso el ver el cuerpo humano convertido en miserias, utilizado para convertir su dignidad en piltrafas. La manifestación del sometimiento de la víctima expresada en el texto, tiene su posible origen en la búsqueda de las diferentes caras que tiene el hombre para poner en evidencia el lado oscuro de su conducta, es un posible acercamiento a las distintas facetas que lo conducen a una desmesurada violencia y lo condenan a la brutalidad. "La violencia lo escoge a uno desde que nace, y lo que debemos determinar es cómo la utilizamos, en qué dirección o contra quién descargo esta energía que monta en mí y que tiene que salir por alguna parte".

Hay varios caminos y circunstancias que pueden conducir al crimen: las condiciones de hacinamiento, la desesperación por falta de empleo, la pérdida de valores morales y familiares y la desconfianza ciudadana, entre otros. Pero, ¿es posible que se crea aún en los sacrificios humanos o se recurra a ellos como una justificación de la bestialidad humana para resarcir conductas inverosímiles?

Esta novela nos permite acompañar a Lituma en busca del paradero de las tres personas misteriosamente desaparecidas. Hay elementos que indican la culpabilidad de Sendero, sin embargo, se presentan indicios valiosos que descubren una cruda realidad que hubiera sido mejor no conocer, como lo comenta desilusionado el protagonista, al final de la obra. "Me arrepiento de haberme enterado tanto en saber lo que les pasó a ésos mejor me quedaba sospechando. Ahora, me voy y te dejo dormir. Aunque tenga que pasar la noche a la intemperie, para no molestar a Tomasito".

En Lituma en los Andes, hay una extraña manera de enajenación ligada con lo mitológico. El fetichismo nubla la razón de los habitantes de Naccos; la violencia se mezcla con la fantasía; se utiliza la mitología para responsabilizarla de las tres desapariciones (asesinatos). Entonces, identificamos la violencia horizontal caracterizada por la lucha entre seres que ocupan un mismo nivel existencial de desamparo y alucinación, es decir, "máquinas golpeadoras desatándose en contra de hermanos que son tratados como enemigos".

Los hombres se olvidan de las leyes morales y sucede entonces una guerra civil en la cotidianidad de sus vidas, sin que esto les llegue a asombrar. "Vivir significa tener que matar. (Al matar significa que no hay vida para el otro, para algún otro)".

La violencia horizontal se caracteriza por burlar la tranquilidad del prójimo y hacerlo víctima de las orgías provocadas por el abandono de la razón a través del alcohol. En la novela se habla de la presencia de divinidades caprichosas que habitan los cerros, su función está relacionada a atribuirles a ellos la inaceptada responsabilidad de los crímenes.

El diablo es el responsable mayor de los actos negativos en la novela. El maligno espíritu gobierna la tierra y es él quien viene a realizar sus criminales acciones. Sus amigos son los huaynos, el muki, los apus, el pishtaco. Los huaynos son los que ocasionan los desprendimientos de nieve, rocas y barro que desde lo alto de la cordillera, bajaban como con una tromba de muerte. El muki es el vengador de los cerros explotados por la codicia de los humanos. Mata sólo a los mineros. Los apus son los dioses manes, los espíritus tutelares de los cerros de la cordillera. "Cada elevación de los Andes por chiquita que sea, tiene su diosecillo protector. Los apus deciden la vida y la muerte en estas tierras. A ellos les debemos el estar aquí, mis amigos".

La presencia de estos seres sobrenaturales obliga a los habitantes de Naccos a realizar sacrificios humanos para mantener contentos a estas caprichosas criaturas. El progreso del pueblo en la novela se manifiesta con la construcción de una carretera que bordea la cordillera, por tanto se requiere mantener a los dioses tranquilos por la violación de su morada.

-Poco se puede contra ellos- prosiguió doña Adriana-. Pero algo sí. Desenojarlos, distraerlos. No con esas ofrendas de los indios en las abras. Esos montoncitos de piedras, esas florecitas, esos animalitos, no sirven para nada. Ni esos chorros de chicha que les derraman. En esa comunidad de aquí al lado les matan a veces un carnero, una vicuña. Tonterías. Estará bien para tiempos normales, no para éstos. A ellos lo que les gusta, es el humano.

Hay que considerar que esas explicaciones, como dice Lituma, no hay que entenderlas con la cabeza, pues no tienen fundamentos racionales. La imaginación se torna destructora y se encarga de fundamentar la realidad en ese contexto. El hombre nos presenta su agresividad a través de fantasmagorías en torno al incompresible acto ya efectuado: el canibalismo.

No son los rituales los destinados a matar a personas para mantener el favor de los seres divinos, es tener una razón que valide el gusto por matar, por convertir el cuerpo humano en un medio para satisfacer los deseos de aniquilación de una manera denigrante.

-¿Te ves comiéndote a tu paisano? ¿Eso es lo que te sueñas? –Yo rara vez entro en el sueño- aclaró el barrenero, con toda docilidad -. Ellos nomás. Cortándoles sus criadillas, tajándoselas y banqueteándose como si fueran un manjar.- Le vino una arcada y Lituma lo sintió encogerse-. Cuando entro en el sueño yo también, es peor. Esos dos vienen y me las arrancas a mí con sus manos. Se las comen en mí delante. Prefiero chupar antes que soñar eso.

Lo increíble resulta que la educación no parece tener efectos favorables en la extraña actitud de los habitantes de esa población. "Saber leer y escribir, usar saco y corbata, haber ido al colegio y vivido en la ciudad, ya no sirve. Sólo los brujos entienden lo que pasa"(Vargas188). Pero, "¿Cómo era posible que esos peones, muchos de ellos acriollados, que habían terminado la escuela primaria por lo menos, que habían conocido las ciudades, que oían la radio, que iban al cine, que se vestían como cristianos, hicieron cosas de salvajes calatos y caníbales?".

Una forma de acercarnos a esa niebla que empaña la razón del hombre y lo conduce a comportarse como animal, es la bebida alcohólica. Dionisio es un personaje cuya actividad se centra en ofrecer a los hombres del pueblo la oportunidad de sacar su animal interior por medio de la borrachera. Los invitaba a ser felices de esa forma, a olvidarse de pensar para entrar a otro nivel, a un nivel en el que se comulga, en el que por un momento se puede salir de la cárcel que aprisiona el espíritu.

Con la borrachera viajas, dice Dionisio, visitas a tu animal, te sacudes la preocupación, descubres tu secreto, te igualas. El resto del tiempo estás preso, como los cadáveres en las huacas antiguas o en los cementerios de ahora. Bailando y bebiendo se borran las diferencias y nos volvemos como espíritus: indios, mestizos y caballeros a la vez; ricos y pobres, mujeres y hombres al mismo tiempo. No todos viajan bailando, cantando o chupando, sólo los superiores. El que no pone a dormir su pensamiento el que no se olvida de sí mismo, ni saca las vanidades y soberbias ni se vuelve música cuando canta, ni baile cuando baila, ni borrachera cuando se emborracha. Ése no vive: es decadencia y está vivomuerto. No serviría ni para alimentar a los de la montaña tampoco.

La evasión es una actitud para experimentar la felicidad, para alcanzar por un momento la libertad. Al parecer salirse del cauce de la normalidad en las acciones, trae un cierto alivio para el espíritu. Ese alivio es de alguna forma la manifestación de la violencia, una antítesis, pues esa misma actitud lo conduce por un camino oscuro. Esa raíz mágica lleva al ser humano hacia una sensación ilógica y destructiva. Según la experiencia de un participante en la matanza de Demetrio Chanca, las actividades realizadas en cada uno de los sacrificios dejan un amargo sabor de boca, y no precisamente por el hecho de devorar los cuerpos una vez que los han matado sino por las consecuencias que le siguen una vez finalizado el rito. El recuerdo los esclaviza, les patentiza mediante los sueños sus inexplicables acciones. La única solución para olvidarse de la sensación gustativa es chupando. Sin embargo, esto los vuelve a convertir en partícipes de nuevos banquetes humanos. "Ni cuando duermo se quita- afirmó el barrenero-. Cuando chupo nomás. Por eso me he vuelto tan chumaco. Pero me hace mal, se me abren las úlceras".

La enajenación domina al ser humano, también lo incapacita para sentir culpabilidad en el hecho realizado. Sólo puede experimentar la propia incomodidad alejada de la comprensión de sus actos. La incomodidad es la respuesta a querer repetir lo más pronto posible un platillo de carne humana. Con la iniciación en esos hábitos alimenticios se crea un gusto por volver a disfrutar de otra orgía. "La violencia se ve como una manera habitual de defensa, un método disponible, el más fácil en ocasiones, para que a uno lo maten también". La inseguridad está a la orden del día. Como diría Borges, la muerte está a la vuelta de la esquina: acecha al hombre desde siempre y desde todas las partes, y el único aliado es uno mismo, pero paradójicamente, el enemigo ya ha entrado, yo soy mi propio enemigo o bien el ambiente de inseguridad es una conjunción de los demás en contra mía, como lo concibe Sartre, el infierno es los otros, que viene a apoyar la modalidad de violencia horizontal. Entonces, la violencia surge como necesidad para seguir viviendo, es tomado como un acto connatural, como respirar o dormir. La maldad manifestada en los hechos, empieza a confundirse con lo biológico, con lo instintivo, se convierte en un recurso que le ayuda al hombre a conseguir algo.

Al parecer la violencia se hace de muchos aliados: la naturaleza y la leyenda, son cómplices que la ayudan a existir. El universo mismo se unifica en torno a esta actitud negativa, pues tiene como fin cambiar su sentido. Naccos, el pueblo, por tanto tenía una fuerza mágica. Eso lo convierte en un lugar atractivo para el peligro pues los cerros se convertían en refugio de enemigos.

Todos los cerros están llenos de enemigos. Viven allí dentro. Se la pasan urdiendo sus maldades día y noche. Hacen daños y más daños. Ésa es la razón de tantos accidentes. Los derrumbes en los socavones. Los camiones a los que se les vaciaron los frenos o les faltó pista en las curvas. Las cajas de dinamita que estallaban llevándose piernas y cabezas.

La cordillera es un lugar adecuado para camuflar en él. El misterio de seres fantásticos con influencia sobre los humanos que transitan o viven en esos lugares; y la superioridad de la clandestinidad de un grupo de rebeldes en busca de poder político, la convierten en un sitio con características malignas.

Ya sea vertical u horizontal, la violencia es tema importante en Lituma en los Andes. Su presencia pone a reflexionar al lector sobre cómo lo instintivo e irracional del hombre lo conduce a su destrucción. Ya no es la falta de educación la causante de la agresividad, ya no aplica la preocupación de los filósofos al referir que la mejora de la condición humana es la difusión de ideas en la sociedad, porque la principal causa de la esclavitud es la ignorancia. Los personajes en la novela se convierten en blanco seguro de los guerrilleros, o bien en carnada para ser sacrificados ante los temibles dioses (en realidad posible víctima de ebrios con antojo de un bocado humano).

El fenómeno de la agresividad pone en duda el papel de la evolución del hombre a través del tiempo. Parece que no se han superado las crisis de un pasado histórico escrito con sufrimiento. Hagamos memoria, la conquista de los pueblos indios de América por la cultura española es prueba fehaciente de ello. La brutalidad y la imposición de violencia dieron como resultado la dependencia del nuevo mundo hacia España. "La agresión ha comenzado hace mucho tiempo: América es fruto de una violencia prolongada de un saqueo continuo, de la guerra civil y fratricida en toda su geografía". Ahora, se puede percibir cómo se repiten las mismas actitudes, todavía hablamos de una violencia enmarcada en un afán de solucionar los conflictos sociales y políticos por medio del abuso y del aniquilamiento de los representantes del sistema, y un medio de exponer la bestialidad del hombre todavía no superada a través de su historia y la evolución de su pensamiento.

La novela de Vargas Llosa es un viaje por la cordillera andina, una aventura atrevida y desgarrante que nos permite conocer la intranquilidad en la que viven los personajes. No por ser los malhechores tienen ganada la felicidad, también ellos pagan en carne viva las consecuencias de una guerra de todos contra todos. Los policías son asediados con una estrategia de malestar de nervios por los rebeldes, quienes les darían un peculiar tratamiento para atormentarlos y luego matarlos. El pueblo ubicado en el centro de esta rebelión se ocupa por lo tanto en transgredir las leyes sociales y morales y hacer uso de su poder para dar una muerte útil a quien consideran necesario.

Vargas Llosa declara a la literatura como "esencialmente mentirosa", es decir, lo que presenta como realidad es fundamentalmente una ficción, es decir, una mentira. "Aclara sin embargo que cuando una ficción es lograda, se trasluce y se transparenta una verdad profunda. Pero que no es jamás la verdad explícita, no de un tema ni de unos personajes, ni de una psicología y menos de una historia". De ahí que concluya que la maestría con que trata un tema de una vigencia continua da la posibilidad de aceptar como reveladora esta novela. El trabajo es una ficción que puede asociarse con una realidad sociocultural íntimamente parecida a la que estamos expuestos y por eso puede resultar difícil identificar qué es cierto y qué no.

En esta novela se aprecian actitudes humanas nada alejadas de nuestras experiencias conocidas a través de los medios de comunicación. Eso sí, alejadas del morbo y del amarillismo con que pueden conocerse a través de periódicos baratos o noticieros alarmistas. La lectura nos lleva por los peligrosos caminos de los cerros andinos; nos hace testigos de los atracos impunes que sufren las víctimas de Sendero; nos deja sorprendidos por la magnitud que adquiere la agresión.

Detrás de ese marco de intolerancia y violación a los derechos del hombre y su integridad física, queda la incertidumbre de si después de todo eso, al final, seremos capaces de alcanzar una reconciliación con lo que haya escapado de la voracidad humana. Estaremos a la expectativa de ver si es posible que la educación supere con creces la conducta instintiva del hombre.

En este análisis mostramos la violencia en dos vertientes, manifestada en línea vertical, de las personas que en distinto nivel de poder se atacan para establecer una ideología dominante y la horizontal, donde hay actitudes transgresoras cuya función es destruir al prójimo, es la imposición de conductas basadas en creencias donde el sector social se encarga de matar a su propio hermano. Lituma en los Andes es una novela con una fuerte carga de pesimismo ante las relaciones personales y gregarias, es una muestra cruda de lo complicado que el ser humano puede hacer de su vida y de las interacciones colectivas donde hay una ausencia de seguridad.

La violencia es una actitud generalizada, ya vertical, ya horizontal, pero cuyo dominio puede estar bajo un control ante la conciencia de las repercusiones y un interés fehaciente de aprender a hacer un clima propicio para respetar la dignidad del hombre; aprender a dominar la bestia que mora en el interior, buscar alternativas para deshacerse de esa intención destructiva y dar la oportunidad de conciliar el sentido común con los conocimientos logrados a través del progreso científico y tecnológico y esa presunción de civilización, para establecer un equilibrio que restituya un lugar donde poder vivir.

  • La tía Julia y el escribidor:

«"Escribidor" tiene una connotación peyorativa. Los escritores de mis películas son más escribidores que escritores: uno es un rudimento, un comienzo de escritor, y el otro es como una parodia de escritor. Además, da una cierta connotación risueña a la historia, que es un poco el tono en que está narrada la novela»[31]

Es prácticamente una novela autobiográfica, el autor narra un periodo trascendental de su vida; es Marito o Varguitas que vive con sus abuelos porque sus padres están fuera del país, trabaja en la radio y empieza a orientarse en el campo de la literatura. Es en este tiempo que comienza la relación con su tía política Julia que casi le dobla la edad y con quien termina casándose a pesar de la oposición de su familia, por otro lado en la radio conoce a su primera inspiración verdadera: Pedro Camacho que es un autor boliviano que compone guiones para que los pasen por la radio y cuyas historias se entrelazan con las aventuras del protagonista.

Ya en el título se recoge la doble historia en que se vertebra su argumento: por un lado, la relación amorosa del joven escritor Varguitas con una mujer de su familia mayor que él, la tía Julia; y por otro, la desaforada presencia del folletinista Pedro Camacho en la misma emisora de radio donde Varguitas trabaja. 

La noble pasión amorosa entre la tía Julia y el aprendiz de novelista, que la sociedad limeña de los años cincuenta trata por todos los medios de impedir, se combina incesantemente con las narraciones truculentas del folletinista de las ondas. El contrapunto de una encendida pasión con aires shakesperianos y su correlato melodramático y la inesperada confluencia del devoto de la alta literatura y el escribidor rastrero son algunas claves de esta narración mayor de Mario Vargas Llosa. 

La tía Julia y el escribidor reúne el interés de los relatos de aventuras, donde la atención del lector queda sujeta a un final feliz continuamente postergado, y el más desternillante y grotesco pasatiempo, gracias sin duda a las divertidas aportaciones del escribidor Camacho, uno de los grandes personajes del novelista peruano.

Capítulo I[32]

Varguitas es un chico de dieciocho años, que vive en Lima. Trabaja en la Radio Panamericana como director de informaciones junto a pascual. Varguitas estudia derecho.

Empieza explicando cómo es la radio donde trabaja y que le gusta más la Radio Central, siendo estas del mismo dueño, los Genaro: padre e hijo. En Radio central interpretan radioteatros, todo el mundo se interesaba por estos, así que Genaro hijo le explica a Vargas, que ha encontrado un nuevo director de radioteatros, un boliviano llamado Pedro Camacho. Por otra parte, llega la tía Julia que viene a pasar un tiempo en Perú, debido a la rotura de su matrimonio. Ella también es boliviana. Al principio a Varguitas la tía Julia no le cae muy bien. Varguitas va a almorzar como casi todos los jueves a casa de su tío Lucho, allí la tía Julia lo invita al cine.

A la mañana siguiente, Varguitas se lleva una bronca de Genaro padre por una noticia del Boletín. Vargas y Pascual también discuten por ello. Mientras tanto, entra un hombre, que resulta ser Pedro Camacho. Discuten los dos con él, ya que pide una máquina de escribir. Todo se resuelve cuando Genaro Hijo le da la máquina a Pedro Camacho.

Capítulo II[33]

El doctor Alberto de Quinteros se dirige al gimnasio antes de la boda de su sobrina Elianita. Él se encuentra solo en casa ya que su hija y su esposa se encuentran en un viaje por Europa. En el gimnasio se encuentra a su sobrino Richard, el hermano de Elianita, y comienza a hablar con él ya que lo ve preocupado por alguna cosa. Después de acabar exhausto el doctor vuelve a su casa para cambiarse.

Más tarde, llega a la iglesia donde transcurre la boda con tranquilidad entre Elianita y el pelirrojo Antunez. En la fiesta de después, Alberto está hablando con su hermano, cuñado de pronto, Elianita cae desmayada. Alberto le atiende en su cuarto y se da cuenta de que está embarazada de cuatro meses. Al salir del cuarto le dice a Antúnez que la vigile en su estado, pero Antúnez no sabía nada del embarazo. Alberto se queda aturdido al ver que ha metido la pata y decide volver a casa. A la salida, se encuentra a Richard muy borracho y se lo lleva con él, para que su padre no o vea así. Ya en casa, Alberto habla con su sobrino y deduce que Richard está enamorado de su propia hermana Elianita.

Capítulo III[34]

Vargas se encuentra de nuevo a Pedro Camacho y lo invita a tomar algo. Durante la conversación Vargas se da cuenta que Pedro es un tipo totalmente entregado a los radioteatros. Como es jueves va a almorzar a casa de su tío Lucho, allí la tía julia explica una historia sobre un pretendiente suyo. Más tarde, cuando llega al trabajo le comentan a Vargas que tienen un problema con Pedro Camacho ya que este no quiere a ningún actor argentino en sus radioteatros, ya que les detesta.

En una charla que mantienen Vargas y Pedro, este le comenta como plantea sus radioteatros. A Vargas se le paso el tiempo y se le olvido a la cita que tenía para ir al cine con la tía Julia. Al día siguiente, se disculpó de Julia con unas flores. A la salida del trabajo él y su amigo Javier van a una sesión de espiritismo, donde Vargas se da cuenta de las numerosas mentiras que les estaba contando el médium. Por la mañana, Genaro hijo le comenta a Vargas los problemas que está teniendo con Pedro Camacho. Por otra parte, es el cumpleaños de su tío Lucho y pensó en pasarse a verle por la tarde. Cuando llegó allí, decidieron de ir a cenar sus tíos, él y la tía Julia. Al acabar la cena se pusieron a bailar y mientras hacían lo propio Vargas y la tía Julia, este le dio un beso, a lo que ella se quedo perpleja y bastante nerviosa.

Capítulo IV[35]

El sargento Lituma de la Guardia Civil se dirigía ha hacer su ronda nocturna para ver que tal iba todo. Encontró al Chato que le comento que no había pasado nada en especial.

Mientras se dirigía a encontrarse con otro guardia Lituma escucho un ruido, al acercarse al lugar pensó que tan solo sería un gato, pero al entrar se encontró a un hombre negro, muy delgado y que ni se movía. Lo llevo con él hasta la comisaría, allí explicó con los que estaban como lo había encontrado y dedujeron que tal vez se trataba de un inmigrante. Más tarde, volvió a salir para continuar su ronda aunque no podía quitarse de la cabeza al hombre negro y en cómo había aparecido tirado en aquel lugar.

Cuando acabó la ronda fue a almorzar donde la señora Gualberta. Mientras almorzaba le comento a la señora lo que le había ocurrido esa noche. Por la tarde estuvo con su amigo Pedralbes y también se lo dijo. Al llegar a la comisaría para empezar su turno, el teniente Jaime Concha le mandó que se llevara al negro para sacrificarlo. Mientras caminaba Lituma, el negro y Arévalo, un guardia que había elegido para que le ayudase, hablaban este y Lituma sobre el inmigrante. Al llegar al sitio donde lo iban a matar Arévalo decidió no hacerlo ya que el prefería que lo dejaran libre y que el negro se las arreglara. Pero el sargento Lituma ya tenía preparada el arma, aunque él tampoco quería matarlo.

Capítulo V[36]

Vargas explica como tuvieron que escoltar entre los trabajadores a Lucho Gatica, que había venido a actuar a Radio Central. Después Vargas fue a casa del tío Lucho, donde solo se encontraba la tía Julia. Él intento besarla de nuevo, pero ella se lo impidió. Así que estuvieron conversando sobre todo del matrimonio de ella y también de los radioteatros de Pedro Camacho. Al volver al trabajo Genaro Hijo le comenta el éxito de los radioteatros.

Una mañana Vargas y Pedro Camacho vuelven a ir a almorzar juntos, entonces Pedro le comenta el problema que tiene con Pablito el de los efectos especiales. Así que al poco tiempo, el Gran Pablito, estaba trabajando a las órdenes de Vargas y de Pascual. Pablito comentaba lo bueno que era haciendo radioteatros Pedro Camacho. Pero aunque los radioteatros tenían mucho éxito, los Genaro y Pedro Camacho volvieron a discutir, ya que este no les dejaba entrar cuando grababan. Vargas interesado en ver en acción a Pedro Camacho, le pidió que le dejara presenciar uno de sus radioteatros. Vargas des pues de verlo, quedo admirado del trabajo de Pedro Camacho.

Capítulo VI[37]

Don Pedro Barreda y Zaldívar es un juez de la corte superior de Lima. Al llegar al trabajo se encuentra que tiene un caso de violación a una menor. La menor se llama Sarita Huanca Salaverria y el teórico agresor Gumercino Tello, vecino de esta desde hacía ocho meses. Pedro Barreda lee el informe de la violación que explica que la noche del domingo Gumercino se presenta en casa de Sarita, sabiendo que no están los padres y allí la viola. También dice que la niña se lo confesó a sus padres a la mañana siguiente.

Luego tarde el juez procede a leer el informe, esta vez el de los dos guardias que capturan a Gumercino. El texto explica como Gumercino no opuso resistencia, pero decía que él no había visto a Sarita hacía más de dos días. Después de haber leído los dos informes, Pedro Barreda manda que vayan entrando los declarantes. Primero los dos guardias, que explicaron lo indicado en el informe. A continuación los padre de la agredida, que parecían muy interesados en casar a su hija con el agresor de esta, ya que pensaban que era un buen partido para su hija.

Al salir los padres entró la hija, Sarita, que explicó con todo lujo de detalles lo ocurrido aquella noche, el juez se sorprendió del modo en que la niña lo explicaba, ya que no parecía una niña por los movimientos insinuantes que hacía. Finalmente, entró Gumercino Tello que explico que él no había visto a Sarita ese día. El juez lo intimido a este para ver si confesaba la verdad. Entonces Gumercino actuó cogiendo el cortapapeles y indicando que se cortaría su miembro para demostrar su inocencia.

Capítulo VII[38]

La relación entre la tía Julia y Vargas continuaba, pero se tenían que ver a escondidas para no ser descubiertos por la familia. Vargas se da cuenta que se está enamorando de ella. Un día mientras estaban juntos su amigo Javier les vio y entonces le tuvieron que contar que estaban juntos. Cuando llegó al trabajo Genaro hijo le comentó a Vargas que tenía otro problema con Pedro Camacho, ya que habían recibido una carta de protesta del embajador argentino, aunque Vargas lo intentó Pedro Camacho no cambió de idea sobre sus radioteatros.

Dos o tres días después, caminaban Vargas y la tía Julia juntos cuando se encontraron a Pedro Camacho, que les invitó a subir a su casa a cenar. Una vez allí, estuvieron hablando sobre los radioteatros y Pedro Camacho les confesó que para hacer los papeles de cada personaje actuaba o se vestía igual que este.

Capítulo VIII[39]

Don Federico Tellez Unzátegui es un director de una empresa de exterminación de roedores. Federico cogía su coche para ir hacía su casa, mientras pensaba en su infancia y lo que sucedió con su hermana pequeña. Una noche en que sus padres se fueron, esta estaba durmiendo en la cuna cuando una plaga de roedores se la comieron viva. Federico tenía que haberse dado cuenta y haberlo remediado pero no lo vio. Desde aquel momento juro que eliminaría a todas las ratas que pudiera, eso le hizo volverse un niño aislado y solitario que solo vivía para matar roedores. Federico ya desde pequeño formó la empresa de anti roedores que fue ampliando a medida de los años. Como no podía estar con mujeres ya que malgastarían su tiempo, fue a una agencia matrimonial donde encontró a Zoila, con la que tuvo más tarde cuatro hijos.

Por el recorrido en coche hacía su casa, encontró en una parada una revista donde aparecían sus dos hijas medio desnudas. Federico se enfadó muchísimo, porque era un padre y un marido muy estricto con sus decisiones y casi no les permitía hacer nada por su cuenta. Al llegar a casa, lo primero que hizo Federico fue pedirle explicaciones a su mujer y más tarde llamó a sus hijas. Estas furiosas por la amargura de su padre que no las dejaba vivir, la emprendieron con él a patadas y golpes. Zoila también se une a sus dos hijas y después los dos hijos, así que Federico se encontraba recibiendo una paliza, intentó salir de la casa pero no pudo.

Capítulo IX[40]

Vargas continuaba escribiendo cuentos, para poder llegar a ser un buen escritor, que era su gran sueño. Tenía que ir a ver a la tía Julia a casa de sus tíos, pero al llegar allí ella no estaba, ya que había salido con un médico, así que Vargas se puso muy celoso. Al volver a su trabajo, le llamó la tía Julia lo que provoco que salieran sus celos a relucir. Más tarde, salió a comprar con Pedro Camacho y mientras le confesaba sus problemas amorosos, pero Pedro tan solo podía pensar en sus radioteatros, aun que alguna ayuda sí que le pudo dar.

Vargas volvió a hablar con la tía Julia, ya que esta fue a verle al trabajo, allí después de una pequeña discusión hicieron las paces. Javier llegó y los invito a tomar algo, mientras les contaba sus amores con la prima de Vargas, la flaca Nancy. Ella sabía que Vargas y la tía Julia estaban juntos, porque Javier se lo había dicho, por suerte ella no comentaría nada a la familia.

Capítulo X[41]

Lucho Abril Marroquín es un joven propagandista médico. Lucho volvía de un viaje por diferentes itinerarios, donde vendía los productos farmacéuticos a las farmacias, cuando de pronto atropello una niña. Al salir del coche para ayudarla, un Guardia Civil fue para ver como se encontraba la niña. Mientras los dos estaban intentando ver si la niña vivía, un gran camión les arrollo.

Lucho se recupero aunque la niña y el Guardia Civil no se salvaron. Pero la angustia de lo ocurrido no dejaba a Lucho ni dormir, le horrorizaban los vehículos y no podía seguir con su vida normal. Cuando su mujer perdió la hija que esperaban, Lucho también pensó que él era el responsable.

Su mujer se fue a vivir una temporada a Francia, mientras él visitaba a la doctora Acémila para que le curara. Lucho siguió las indicaciones de la doctora. Primero de todo, tenía que simular de nuevo el terrible accidente, pero esta vez con figuritas hasta que se viera tranquilo con la situación que ocurrió. La segunda parte del tratamiento consistía en buscar problemas que ocasionaban los niños y al acabar intentar hacerles pagar por estos problemas a los propios niños. Finalmente, Lucho llegó un día a la consulta de la doctora y le explico que debido a su terapia había estado a punto de lanzar a una niña a la vía el tren, ella le dijo que ya estaba curado del problema con los vehículos, ya que Lucho fue a la consulta en taxi.

Lucho volvió a establecerse con su mujer y hacer vida normal, pero ahora, a causa del tratamiento que había seguido, Lucho sufría de infantilismo y odiaba a todos los niños. Por eso volvió a consultar con la doctora Acémila para ver si podía curarle de su nuevo problema.

Capítulo XI[42]

Vargas vuelve de estudiar con un compañero de la facultad, cuando invita a Pedro Camacho a tomar algo, este le pide mejor que caminen un rato. Vargas se da cuenta que Pedro está un poco diferente a su actitud normal, ya que lo veía más alocado. Después fue a casa de sus abuelos donde Javier lo invito al teatro, a cenar y a bailar junto con la tía Julia y Nancy. Una vez ya pasados el teatro y la cena, se encontraban con Nancy y la tía Julia ellos dos, cuando se dieron cuenta que habían unos familiares de Vargas. Esto les hizo pensar que tal vez habían visto juntos a Vargas y a la tía Julia.

Otro día, se encontró Vargas con Genaro Papá que le pidió que le ayudara con Pedro Camacho, ya que este estaba intercambiando personajes de los radioteatros, por lo que estaban recibiendo críticas. Cuando Vargas y Pedro se dirigían a tomar algo se encontraron con dos argentinos que intimidaron a Pedro Camacho, por tratar a las argentinos de sucios y asquerosos en sus radioteatros. Al final él y Vargas recibieron una paliza.

Después de recuperarse Vargas intento contarle a Pedro el problema que tenía Genaro padre con sus cambios. Su insistencia fue en vano, porque este ni le escucho. Para no despertar suspicacias la tía julia y Vargas habían estado un par de semanas sin verse, en este tiempo Vargas aprovecho para estar con sus antiguos amigos y se dio cuenta que él era diferente ya, debido a que había madurado.

Capítulo XII[43]

La pensión Colonial es una casa de pensiones, sus dueños son los Bergua, que viven con su hija. La hija se llama Rosa y prometía mucho como pianista, por eso se mudaron a vivir a Lima, pero todo fue un fracaso y ahora vivía atormentada por culpa de la gran ciudad. Su padre Sebastián Bergua se adapto bien a la ciudad pero una tragedia le cambio a él y a todo su familia.

Todo comenzó, el día en que Ezequiel Delfín llegó a la pensión. Al principio lo integraron como un miembro mas ya que querían, sobretodo Sebastián, que Ezequiel fuera su nuero. Pero una noche, Ezequiel vino enfermo de un viaje y Sebastián se ofreció para dormir esa noche en su habitación, lo que no pensó que ocurriría es que Ezequiel le asestara varias cuchilladas y más tarde que intentara violar a Margarita Bergua, que era coja. Por suerte o por desgracia, Sebastián no murió, pero ya no volvió a ser él de antes y acabaron en la miseria.

Ezequiel resultó ser el joven propagandista médico. El juicio para inculpar a este por lo sucedido fue todo un acontecimiento, y al final acabo pagando por lo que había hecho tanto sicológicamente como físicamente. Ezequiel fue encarcelado. Pero al cabo de los años ojeando la familia Bergua un periódico leyeron que el hombre que les había amargado la vida, Ezequiel, se había escapado. Ellos supieron que venía para vengarse de la madre y de toda la familia.

Capítulo XIII[44]

Vargas continúa con su trabajo y ahora además tendría que hacer entrevistas. Uno de esos días en que la tía Julia había ido a verle al trabajo llego la flaca Nancy que les comento que toda la familia sabía lo suyo y que se iba a armar. Después de esa noticia y de volver de estar con la tía Julia, Vargas se encontró a los actores de los radioteatros esperando, porque querían hablarle del problema que tenían debido a que Pedro Camacho cambiaba continuamente los personajes de una historia a otra, y ellos no querían que lo despidieran. Vargas les dijo que intentaría ayudarles.

A la mañana siguiente, Vargas habló con la tía Julia por teléfono. Después fue a hablar con Genaro hijo para explicarle que por que no daba a Pedro Camacho unas vacaciones, a lo que él respondió que no. Entonces Vargas se llevó a Pedro a almorzar para explicarle todo el problema y Pedro le confesó que si había cambios de personajes en sus radioteatros era porque muchas veces se equivocaba de nombre o de historia. Más tarde, cuando regresó al trabajo la tía Julia telefoneo y le dijo que las cosas se estaban poniendo feas ya que los padres de Vargas venían desde Estados Unidos. Entonces Vargas le propuso a la tía Julia que se casara con él.

Capítulo XIV[45]

El reverendo padre Seferino Huanca Leyva, nació en una familia de ocho hermanos. Seferino subsistió como pudo hasta que Maite Unzategui se hizo cargo de él poniéndole como condición a la madre de que Seferino fuera cura. En el seminario, las técnicas que empleaba Seferino para explicar el bien no eran muy ortodoxas. En cuanto fue cura eligió para ser párroco el peor barrio de Lima. Al ver que nadie asistía a sus misas, pensó en llamar la atención de las personas mediante un combate entre él y el médico, exGuardia Civil, Jaime Concha. Seferino ganó la pelea y eso provoco mucha simpatía de la gente hacía el párroco.

Seferino recibía muchos avisos del arzobispado por la forma de atraer a la gente a su iglesia. Por ejemplo, a las chicos les enseñaba técnicas para robar y a las chicas a maquillarse los labios, ojos, etc. Así continuó hasta que a la edad de cincuenta años, vivía con Maite Unzátegui con la que estuvo a punto de pecar. Eso le hizo proponer al párroco que las parejas se abolieran y se convirtieran en grupos, así el médico Jaime Concha y el curandero Lituma se fueron a vivir con el párroco y la señora Unzátegui. Esta propuesta fue un fracaso, porque en vez de unir a la comunidad lo que provocó fueron más robos y más violencia. Más tarde, llego al barrio un pastor evangelista llamado Sebastián Bergua, el párroco envidiado por este le propuso un combate que gano Sebastián. Pero continuaba malhumorado ya que perdía feligreses debido a Sebastián, entonces una noche el padre Seferino se acerco a la casa donde vivía el pastor evangelista y allí lo roció con kerosene dispuesto a quemarlo vivo.

Capítulo XV[46]

Vargas le comenta a su prima Nancy que le ha pedido la mano a la tía Julia. Nancy le aconseja y le ayuda. Más tarde también se lo cuenta a su amigo Javier. Después le llama la tía Julia y le comenta a Vargas, que ya tenía los billetes para marcharse hacía Bolivia. Vargas se dirige hacia la universidad para conseguir su partida de nacimiento. Al volver a la radio charla con Pascual y el gran Pablito sobre los radioteatros y los cambios de estos. Unos días después, Javier y Vargas están buscando un alcalde para que pueda casar a la tía Julia con Vargas, porque tienen un problema, ya que este es menor de edad. Vargas había quedado a las tres del mediodía con la tía Julia, pero esta no llega hasta las once de la noche. Ellos dos prometen darse amor eterno, así la tía Julia le pide al embajador boliviano que le ayude con los papeles del divorcio, para ella poder casarse con Varguitas. Tuvieron problemas para encontrar un alcalde que les casara, pero Pascual les comento que su primo, era alcalde en un pequeño pueblo y que tranquilamente les casaría.

Capítulo XVI[47]

Joaquín Hinostroza es un árbitro que vivió toda su niñez con institutrices. Al ver que no progresaba sus padres consultaron con el doctor Alberto de Quinteros y él les aconsejo que matricularan al niño en un colegio. Al poco tiempo, vieron que su hijo le entretenía el fútbol, pero no era ese deporte, sino la función de ser juez de un partido le encantaba. El joven arbitraba todos los partidos que podía. En uno de esos partidos callejeros precisamente, conoció a Marimacho de la cual se enamoró. Ella se llamaba Sarita Huanca. Al ver Joaquín que ella solo quería que fueran amigos comenzó a beber en los bares, pero después de todo acabarían juntos. Al morir sus padres, Joaquín eligió, como no, la profesión de ser árbitro de fútbol. Gracias al prestigio que gano, Bolivia pidió que fuera Joaquín, él que arbitrara su partido contra Perú en la final del campeonato sudamericano.

El día de la final llegó, y todo empezó tranquilamente, hasta que un hombre de color, aquel polizón de barco, irrumpió en el terreno de juego. Para que no pudiera herir a la gran figura del partido, que era Joaquín, el teniente Jaime Concha le acribilló con doce balazos, que fueron mortales.

Al ver sufrir aquel hombre, el público intento marcharse del campo pero esto provoco numerosas muertes por aplastamiento, ya que se formaron avalanchas de personas. Entonces, Sarita Huanca intentó ir con su amado, pero al intentar llegar al campo, tres disparos hechos por el sargento Lituma, provocaron la muerte de Sarita al instante. Al caer muerta Sarita a los pies de su amado árbitro, a este se le paró el corazón en seco. A todo esto, el sargento Lituma viendo lo que habrá provocado se suicidó de un disparo.

Capítulo XVII[48]

Salen de Lima dispuestos a casarse Vargas y la tía Julia acompañados de Javier y Pascual. Al llegar a Chincha donde tenían que casarse y ver que el alcalde no llegaba, fueron a buscarlo. Lo encontraron en una fiesta y cuando ya por fin, les atendió este les dijo que no les podía casar, ya que Vargas era menor de edad.

Probaron de ir a otro pueblo, donde el alcalde de Chincha les comento que allí sí les casarían. Tuvieron que esperar hasta la noche para ver al alcalde, pero este también les dijo que no podía ser. Hablando con el taxista que les llevaba, descubrieron que se podrían casar en Grocio Prado. A la mañana siguiente se dirigieron allí, pero no estaba el alcalde. Volvieron a su hotel, Vargas y la tía Julia hicieron el amor varias veces. Más tarde, a las siete les llamó Javier y les explicó que estaba todo resuelto, porque cuando ellos dormían él y Pascual habían hablado con el alcalde de Grocio Prado y les dijo que no habría problema. Por fin, en Grocio Prado se casaron sin ningún impedimento, Vargas y la tía Julia. Después de la boda Javier y Pascual se marcharon hacía Lima.

Capítulo XVIII[49]

El bardo de Lima, Crisanto Maravillas, nació con un peso de menos de un kilo, eso hizo que toda su vida padeciera de pequeñez. Fue un niño muy solitario debido a su problema físico, aunque parecía que su vocación sería cura, Crisatno comenzó a hacer canciones que le darían popularidad. Él estaba enamorado ya desde pequeño de una chica que había sido adoptada por las monjas, llamada Fátima. Crisanto solía ir al convento a ver a su amada, pero un día la madre superiora Lituma lo vio masturbarse en el convento, entonces se le prohibió la entrada. Por no poder ver a Fátima, Crisanto cayó enfermo y su música comenzó a brotar por la tristeza de este. Más tarde, Crisanto fue adorado por mucha gente, y después de diez años propuso al convento hacer un concierto en beneficio a los misioneros de África, cosa de la que las monjas no se pudieron oponer. El día del concierto, se llenó el convento de muchísima gente, donde se encontraba: Sarita Huanca, Lucho Abril Marroquín, Richard Quinteros, etc. Todo se inicio bien y sin problemas hasta que comenzó a temblar la tierra, eso quería decir que el edificio se estaba derrumbando y además había un gran fuego. Murieron muchas personas, pero sor Fátima y su amado Richard intentaron salir por un pequeño boquete, pero de pronto el suelo se abrió y la pareja callo en el lugar donde las monjas guardaban los huesos de sus víctimas.

Capítulo XIX[50]

Javier informa a Vargas que el padre de este se había enfadado muchísimo cuando se entero de lo de la boda. Cuando la tía Julia y Vargas llegaron a Lima, fueron a casa de tío Lucho, donde se dieron cuenta que aún que les criticaran lo que habían hecho, ellos los apoyaban mínimamente. Vargas fue a casa de sus abuelos y allí se encontró a su madre, que por supuesto, estaba llorando y también le criticó, porque pensaba que estaba desperdiciando su vida. Más tarde, cuando llegó al trabajo le comentaron que se habían levado a Pedro Camacho al manicomio, debido a que este había comenzado a introducir en sus radioteatros, numerosos catástrofes y locuras. Entonces fue cuando llevaron a Pedro al médico y este le diagnostico que tendría que pasar una temporada en el manicomio para poderse recuperar.

Por la tarde, Vargas estuvo con Javier que le enseñó la carta amenazante que le había dejado su padre y decidió que la tía Julia se fuera un tiempo a Chile hasta que se calmaran las cosas. Después de buscar muchos trabajos, para poder ganar algo de dinero, y de hablar con su padre, este ya más tranquilo, volvió la tía Julia a Lima. Ella y Vargas habían estado separados más de un mes y medio.

Capítulo XX[51]

El matrimonio de Vargas y la tía Julia duro ocho años. Más tarde, él alcanzó su sueño cuando consiguió tener una buhardilla en parís. Vargas volvía cada verano a Lima. Uno de esos veranos. Mientras caminaba se encontró con el gran Pablito que le comentó que ahora estaba casado y que tenía un restaurante.

Pablito le invitó a tomar algo y después le propuso que fueran a buscar a Pascual. Cuando llegaron donde trabajaba su excompañero, estuvieron hablando de ir a comer al restaurante de Pablito para recordar los viejos tiempos en la radio. En ese momento, apareció un hombre, que resulto ser Pedro Camacho, pero ahora estaba esquelético y parecía vivir como un miseria, siendo como había sido el amo de los radioteatros. Pedro no conoció a Vargas. Entonces el gran Pablito y Pascual le comentaron que ahora Pedro Camacho estaba casado y que no se acordaba casi de nada de lo que había hecho antes de entrar en el manicomio. Después de volver de la comida, Vargas fue a casa de tío Lucho y de tía Olga, que ahora eran sus suegros, debido a que Vargas se había casado con una hija de estos, mucho menor de edad que él.

  • La fiesta del Chivo:

En el libro se narran nueve historias; nueve vidas marcadas por una única figura: el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. Sólo una está contada desde el presente: la de Urania Cabral, hija del ex-senador Agustín Cabral caído en desgracia en los últimos días del régimen. Cuando salió de la República Dominicana, Urania era apenas una niña de catorce años. Ahora vuelve sin una razón clara, convertida en una mujer madura, fría, con una aversión profunda a los hombres y centrada únicamente en un trabajo que no le apasiona: "Mira que si, después de todos estos años, descubres que, debajo de tu cabecita voluntariosa, ordenada, impermeable al desaliento, detrás de esa fortaleza que te admiran y envidian, tienes un corazoncito tierno, asustadizo, lacerado, sentimental. Se echa a reír. Basta de boberías, muchacha."

Ya no siente ni siquiera odio por su padre, aquel hombre que la entregó al general Trujillo en un último intento desesperado de volver a conseguir sus favores. No siente odio, pero tampoco es capaz de sentir nada más. Nunca ha amado a nadie, no experimenta ni nostalgia ni alegría al volver a su país de origen, al entrar de nuevo en la casa de su infancia; ignora la ternura mientras sus tías y primas lloran al verla después de tantos años: "Sí, sí, ya sé, tienen problemas, apuros, decepciones. Pero también, una familia, una pareja, hijos, parientes, un país. Esas cosas llenan la vida. A mí, papá y Su Excelencia me volvieron un desierto."

Cuando encuentra a su padre viejo e inválido, se sienta indiferente a su lado y comienza a recordar sus últimos años de carrera. De vez en cuando le echa en cara los errores cometidos, escarba en los recuerdos más dolorosos, sin que el pobre enfermo que se estremece en su sillón le produzca ni un atisbo de piedad. Con los capítulos de los recuerdos de Urania se entremezcla el resto de las historias, todas más antiguas, de la época en la que ella huyó a Estados Unidos.

El Generalísimo, causante de todas las desgracias acaecidas en el libro, pasa sus últimas semanas luchando con los problemas que atosigan al país: las malas relaciones con el resto del mundo (EEUU, Cuba y los comunistas, la Iglesia…), los eternos conspiradores que traicionan a su propia patria, el cuidado de las relaciones con sus hombres de confianza para que ninguno se sienta desatendido. Todo envenenado por la conciencia de los primeros síntomas de vejez que le manchan los pantalones y que le humillaron delante de la niña Uranita Cabral. En el camino a la Casa de Caoba, a donde se dirige para demostrarle a su propia hombría que todavía era capaz de todo, le esperan impacientes varios hombres repartidos en dos coches. Es el grupo de conjurados que acabará con "la Bestia": Antonio de la Maza, Salvador Estrella Sadhalá, Antonio Imbert, Pedro Livio Cerdeño??, Amadito y otros pocos más. Cada uno tiene un motivo particular para estar allí:

Antonio de la Maza le roe el ansia de venganza por la muerte de su hermano. Desde que Tavito fue asesinado, sólo tiene un objetivo en la vida: matar a Trujillo. Esa idea se ha convertido en una obsesión que le volvió violento, irritable; una obsesión que le ahoga: "¿Vendría? Sí, vendría. Y cesaría el largo calvario que había sido la vida de Antonio desde la muerte de Tavito."

El teniente Amado García Guerrero, Amadito, fue un ciego fiel de Trujillo hasta los veintinueve años. Fue entonces cuando comprendió la verdadera realidad del régimen; le impidieron casarse con la mujer amada por el hermano comunista de ella. Lo aceptó como sacrificio a su Jefe. Después de despedirse de su novia, le engañaron para que matara al hermano. Le atormenta desde entonces aquel recuerdo, y quiere hacer pagar al verdadero culpable.

El sentimiento de Antonio Imbert es menos individualista que el de sus compañeros. Él busca ante todo la liberación de su país, del pueblo dominicano de la opresión de "la Bestia". Sin embargo, también Antonio Imbert tiene, en cierto modo, alguien a quién vengar: las hermanas Mirabal, activistas del Movimiento 14 de Junio. Su asesinato las convirtió en un símbolo de la lucha contra el trujillismo, y en ellas se inspira el exmilitar.

Para Salvador Estrella Sadhalá, la fe y la espiritualidad son los aspectos más importantes de la vida, sin los que es incapaz de pasar. Profundamente católico, al Turco le mueven los mandatos de la Iglesia. Siempre tuvo dudas con respecto al régimen, pero desde que el 25 de enero de 1960 el episcopado proclamó abiertamente su oposición a éste en la Carta Pastoral y los obispos e iglesias comenzaron a sufrir maltratos, decidió que Dios aprobaría la solución de acabar con el tirano. El suyo es un sentimiento liberador del pueblo, siente que va a realizar una gran obra para la humanidad: "Le rogó que Trujillo viniera, que su infinita gracia permitiera que ejecutaran de una vez al verdugo de los dominicanos, esa Bestia que ahora se encarnizaba contra la Iglesia y sus pastores."

Aparentemente, Pedro Livio Cerdeña es un hombre de mal carácter, violento e impulsivo. Pero en el fondo tiene un buen corazón, sensible e incluso a veces tierno: "¡Pobre Olga! El embarazo le daba antojitos. ¿La impresión le haría perder el bebe? No, Dios mío. Éste sería la hembrita que haría pareja con Luis Mariano, hijito de dos años." Administra una de las empresas de la familia Trujillo. Tiene una buena situación económica, una mujer embarazada y un hijo de dos años; para el exterior, es un trujillista sin motivo aparente para ir contra el régimen. Sin embargo, la noticia del asesinato de las hermanas Mirabal, a quienes no conocía personalmente, abrió una profunda herida en su interior y le convenció de los límites a los que se estaba llegando. Desde entonces desea, como Salvador Estrella, acabar con el sufrimiento de su patria de la única manera posible: matando a "la Bestia".

El plan ha tenido éxito, ya se ha producido el tiroteo y Trujillo está muerto. El general José René Román, jefe de las fuerzas armadas de la República Dominicana debe preparar a los militares y tomar el poder por la fuerza. Sin embargo, la fuerza dominante que ejerce Trujillo en el general Román, incluso después de muerto, le impiden llevar a cabo su misión. El coronel Abbes García, mano derecha del Benefactor, toma el control de la situación. Román comienza a actuar al contrario de lo planeado, como inconsciente: ya no hay vuelta atrás, todo ha fracasado. Su estado de confusión sólo termina cuando es detenido por la policía trujillista y llevado a la cárcel para someterle a torturas inhumanas. Cuando ya es incapaz de sentir más dolor, entonces le dejan morir. Ese mismo final es el que les espera a los demás conjurados y a sus familias. Antonio de la Maza, Amadito, Pedro Livio, Salvador Estrella y Juan Tomás Díaz mueren, bien en la huída desesperada, bien ajusticiados después de meses de torturas.

Durante estos meses, Agustín Balaguer, el hasta entonces insignificante presidente fantoche, consigue discretamente llenar el vacío que deja la muerte, y poco a poco, ir ganando el poder de un verdadero presidente de Estado. Siempre sereno, calculador, inocente en apariencia, logra echar a los hermanos de Trujillo del país y comenzar a instaurar una democracia. Y para demostrarlo al mundo exterior, recibe con todos los honores a los dos únicos fugitivos que sobreviven tras un largo encierro: el doctor Amiama, y Antonio Imbert.

Conclusiones

  • 1. Conversación en La Catedral representa la sociedad peruana de los años cincuenta bajo el régimen dictatorial del general Odría, marcado por la corrupción y la inmoralidad. Se trata de una sociedad en la que ocurre el conflicto entre la clase burguesa alta y la clase ascendente mestiza que para compartir el poder se intenta sobrellevar las diferencias; pero los prejuicios (sociales y raciales) así como la discriminación salen a reducir. Vargas Llosa nos alcanza la imagen pesimista de un país empobrecido económica y moralmente, donde la política es usada para favorecer a los poderosos y rechazar a los cientos de "cholos", "negros" y "serranitos" que conforman el Perú. Por lo demás, es una novela compleja, dialógica y fragmentada cuya lectura se vuelve un reto y su análisis, un desafío total para la crítica.

  • 2. Mario Vargas Llosa, utiliza, casi siempre, un lenguaje mundano, que incluye a la jerga y léxico propio. Él también usa el monologo interior, la perspectiva múltiple y la organización novedosa de los hechos en el tiempo, mejor dicho tiene una narrativa urbana y sus personajes son ambiguos. Es básicamente un realista, y a veces un regionalista, cuyas obras reflejan la convulsa realidad social peruana (y en algún caso, latinoamericana), sacudida por conflictos de tipo racial, sexual, moral y político. Su representación artística de esa problemática no es, sin embargo, mimética o naturalista, sino que incorpora las técnicas narrativas más innovadoras de la novela contemporánea (multiplicidad de focos narrativos, montaje de planos espacio-temporales, efectos expresionistas, monólogo interior).

  • 3. La ciudad y los perros. Nos da a entender la brutalidad ejercida en un grupo de jóvenes alumnos de un colegio militar de Lima. Mediante recursos narrativos innovadores, Llosa expone las consecuencias de una educación mal entendida y denuncia la corrupción y la violencia del mundo actual.

  • 4. Vargas, a pesar de tener soberbia al escribir ha influido de una forma confabulada con sus obras a la cultura peruana, su realismo y la lógica que se hace notorio en cada uno de sus escritos, crean un ambiente de verosimilidad, en el cual el lector se siente inmiscuido. Sus obras al tratar diferentes problemas, temáticas muy controversiales, enfoques muy eclécticos; han apoyado a su influencia en la cultura latinoamericana.

Sugerencias

  • 1. Cuando empiece a leer a Vargas Llosa tratar de hacer un esquema con los personajes, para que la lectura se haga más entendible; también es bueno leer la trama de la novela antes de comenzar una lectura completa.

  • 2. Al momento de encontrar nuevas palabras en la obra, tratar de buscar su significado, porque estos términos van a ser empleados casi de una manera redundante por Llosa.

  • 3. Al momento de adquirir un libro de Vargas Llosa, procurar revisar el número de páginas; debido a que si no es una edición completa, la obra no será fácil de entender, mayormente ocurre en novelas donde se encuentran técnicas como vasos comunicantes.

  • 4. Al leer los primeros párrafos de cualquiera de sus obras de Llosa, siempre se encuentra algo de confusión, que al final se esclarece. Tratar de no rendirse ante un silogismo, o una forma algo pletórica de proposición.

  • 5. Leer a Llosa probablemente, sea algo tedioso e incomodo; pero las enseñanzas que uno puede sacar son innumerables. Sus textos no son tan fáciles como los de Coelho, García Márquez, Allende o Bryce. Más bien se puede encontrar cierta afinidad con Borges y Flaubert.

  • 6. Recordemos que Llosa, ha escrito obras que abordan de diferente índole, se sugiere escoger alguno de interés propio; para así poder encontrar gusto a su lectura y no una confusión.

Bibliografía

  • 1. VARGAS LLOSA, Mario. "La fiesta del Chivo" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 2. VARGAS LLOSA, Mario. "La tía Julia y el escribidor" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 3. VARGAS LLOSA, Mario. "Conversación en La Catedral" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 4. VARGAS LLOSA, Mario. "Pantaleón y las visitadoras" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 5. VARGAS LLOSA, Mario. "El paraíso en la otra esquina" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 6. VARGAS LLOSA, Mario. "La ciudad y los perros" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 7. VARGAS LLOSA, Mario. "Los cuadernos de don Rigoberto" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 8. VARGAS LLOSA, Mario. "La Casa Verde" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 9. VARGAS LLOSA, Mario. "Historia de Mayta" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 10. VARGAS LLOSA, Mario. "La guerra del fin del mundo" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 11. VARGAS LLOSA, Mario. "Elogio de la madrastra" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 12. VARGAS LLOSA, Mario. "¿Quién mató a Palomino Molero?" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 13. VARGAS LLOSA, Mario. "El Pez en el Agua" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 14. VARGAS LLOSA, Mario. "Travesuras de la Niña Mala" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. 2005.

  • 15. VARGAS LLOSA, Mario. "Lituma en los Andes" Barcelona, España; Editorial Planeta, S.A. 2008.

  • 16. VARGAS LLOSA, Mario. "El lenguaje de la Pasión" Lima, Perú; Peisa Ediciones. 2001.

  • 17. "Carta a El Mundo". Carta. Vargas Llosa, Mario; Vargas Llosa, Álvaro. El Mundo, Madrid, 3 de abril del 2000.

  • 18. "El hablador como discurso de conquista". Castro Urioste, José, De Doña Bárbara al neoliberalismo: Escritura y modernidad en América Latina. Latinoamericana Editores; Centro de Est. Lit. Antonio Cornejo Polar, Lima, 2006, pp.72-92.

  • 19. "Piura en la obra de Vargas Llosa". Calderon Velasco, Rolando. Escritos. Editado por el autor. Edición privada no venal. 1ra. ed. Lima, junio de 2007, pp.73-74.

  • 20. "El pecado de Mario". Biografía. Arroyo Iriarte, Alberto. Zeta, 2-I-N° 201, Lima, pp. 3-13.

  • 21. "Sobre algunos aspectos de la obra de Mario Vargas Llosa". Tesis (literatura). Matilla Rivas, Alfredo. 36 p.

  • 22. VARGAS LLOSA, Mario. Queremos Ser Pobres. En CARETAS, de Piedra de Toque. Revista Mensual de Cultura. Edición Nº 1729. Lima 11/07/02. Pág. 24-25-26

  • 23. Herrera Campos, Marco. Vargas Llosa, Mario: "La Fiesta del Chivo". En Revista Signos ISSN 0718-0934. Chile v.33 n.48 Valparaíso 2000. Pág. 25-26-27-28.

  • 24. AQUINO, Marlon. ¿El ocaso de un grande? En El Hablador, revista de Crítica Literaria. Numero 1. Reseñas. Diciembre del 2003. Pág. 15-16-17.

  • 25. Herbert Morote. Vargas Llosa, tal cual, sobre Dossier. Revista CARETAS, Mensual de Cultura. LIMA 23 de Diciembre, 1998. Pág.25-26-27.

  • 26. Rodríguez Villouta, Mili. El conejo y su chivo, la historia de Vargas Llosa. En El Mercurio (Santiago), Sábado 27 de Mayo de 2000. Diario Chileno. Cuerpo A, pág.12-13.

Anexos

  • 1. Portada de la obra "Conversación en la Catedral"(tomada por G. Soto).

edu.red

  • 2. Portada de la obra "Lituma en los Andes" " (tomada por G. Soto).

edu.red

  • 3. Portada del ensayo "El lenguaje de la Pasión" (tomada por G. Soto).

edu.red

  • 4. Portada de la obra "La tía Julia y el Escribidor" (tomada por G. Soto).

edu.red

  • 5. Portada de la obra "La Fiesta del Chivo" (tomada por G. Soto).

edu.red

  • 6. Portada de la obra "La Ciudad y los Perros" (tomada por G. Soto).

edu.red

Dedicatoria:

A los impulsores de la cultura, como Jair Pérez;

y a nuestros padres por su inmenso apoyo.

 

 

 

 

 

 

 

Autor:

Filder Morales Cuno

Luis Romero Sucuytana

Giulio Soto Privat (coordinador)

Docente:

José Meza Vento

Perú, Huancayo 2009

"Año de la Unión Nacional frente a la Crisis Externa"

edu.red

Facultad de Ingeniería

[1] VARGAS LLOSA, Mario (2005). "El Pez en el Agua" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. p. 8

[2] VARGAS LLOSA, Mario (2005). "El Pez en el Agua" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. p. 9

[3] VARGAS LLOSA, Mario (2001). "El lenguaje de la Pasión" Lima, Perú; Peisa Ediciones p. 289

[4] VARGAS LLOSA, Mario (2001). "El lenguaje de la Pasión" p. 75

[5] Camilo José Cela, perfiles de un escritor, 1989, págs. 56,57,58

[6] VARGAS LLOSA, Mario (2005). "Conversación en La Catedral" p. 272

[7] Ob. Cit. p. 247

[8] Ob. Cit. p. 315

[9] Ob. Cit. p. 91

[10] Ob. Cit. p. 89

[11] Ob. Cit. p. 78

[12] Ob. Cit. p. 219

[13] Ob. Cit. p. 219

[14] Ob. Cit. p. 137

[15] Ob. Cit. p. 255

[16] Ob. Cit. p.297

[17] Ob. Cit. p.48

[18] Ob. Cit. p 287

[19] Ob. Cit. p 69

[20] Ob. Cit. p 48

[21] Ob. Cit. p 325

[22] Ob. Cit. p 325

[23] Ob. Cit. p.126

[24] Ob. Cit. p.165

[25] Ob. Cit. p.154

[26] VARGAS LLOSA, Mario (2005) "La ciudad y los perros" p. 48,49

[27] Ob. Cit. p.55,56

[28] Ob. Cit. p.179,180

[29] VARGAS LLOSA, Mario (2005) "La ciudad y los perros" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. p.225

[30] Ob. Cit. p. 237

[31] Mario Vargas Llosa, El Comercio (Lima), 31 de julio de 1977.

[32] VARGAS LLOSA, Mario (2005) "La tía Julia y el escribidor" p.15-32

[33] Ob. Cit. p.33-58

[34] Ob. Cit. p.59-80

[35] Ob. Cit. p. 81-110

[36] VARGAS LLOSA, Mario (2005) "La tía Julia y el escribidor" Madrid, España; Santillana Ediciones Generales S.L. p. 111-132

[37] Ob. Cit. p.133-156

[38] Ob. Cit. p.157-174

[39] Ob. Cit. p.175-194

[40] Ob. Cit. p.195-216

[41] Ob. Cit. p.217-240

[42] Ob. Cit. p.241-260

[43] b. Cit. p.261-280

[44] Ob. Cit. p.281-302

[45] Ob. Cit. p.303-326

[46] Ob. Cit. p.327-348

[47] Ob. Cit. p.349-372

[48] Ob. Cit. p.373-390

[49] Ob. Cit. p.397-418

[50] Ob. Cit. p.419-446

[51] Ob. Cit. p.447-466

Partes: 1, 2, 3
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