- El Expresionismo
- Futurismo
- Dadaísmo
- Surrealismo
- El Ultraísmo
- El imaginismo
- El simbolismo
- El Creacionismo
Quizás el deseo de comunicarse fue uno de las primeras intenciones lógicas y primarias del ser humano, los primeros intentos dibujos, señales, signos, ideogramas, se concretaron en la prehistoria, las representaciones pictográficas de las cuevas de Altamira, tal vez fueron las expresiones más acabadas de esta intención, después vinieron las expresiones corporales, gestos que acompañaron los primeros intentos serios de establecer relaciones de entendimiento por medio de la mímica; posteriormente sonidos y expresivas resonancias dieron origen al lenguaje, y por último la invención de la escritura cerró el circulo.
La escritura fue el gran descubrimiento para la trascendencia del hombre, los jeroglíficos, caracteres cuneiformes; en el principio, el papiro, las tablillas de arcilla, la piel de animales, la piedra, la madera fueron los materiales donde el hombre trasmitió el conocimiento a sus semejantes, posteriormente el descubrimiento del papel hace 2000 años termino de impulsar el mágico y deslumbrante mensaje hasta nuestros días. A partir de entonces el hombre ha sido un insigne divulgador de ideas y comprensiones, en todos los ámbitos, culturales, sociales y científicos. En el campo de la literatura, y desde ese momento, en cada era o épocas florecieron manifestaciones culturales disímiles, o distintas, escuelas, estilos, diferentes maneras de expresar las inquietudes existenciales en un intento extraordinario por entender al mundo, en toda su compleja sencillez, y representarlo de la mejor manera posible, asumiendo el hombre en todo momento ser el gran actor, mejor espectador, y en múltiples ocasiones ser el autor de todo este conjunto de teorías míticas, religiosas, filosóficas, literarias y científicas sobre el origen del mundo, y todo lo que atañe al hombre y las circunstancias que rodean el milagro de la existencia.
Se conocen desde tiempos inmemoriales las expresiones del hombre en un sin número de escritos que según su intención, morfología o contexto, a través de la historia le fueron asignados diferentes nombres: mito, leyenda, fábula, drama, tragedia, comedia, narración, cuento, ensayo, novela, tratado, invención, relato, crónica, poesía, a la vez, cada grupo de ellas en conjunto, y según la época o tiempo en que fueron creadas dieron pie al hombre para tratar de darle una categorización, lógica, con el fin de clasificarlas, para una mejor comprensión, intuimos en muchos casos denominaciones caprichosas, o determinadas por el afán de controversia, antagonismo, discusión o polémica, pero en todo los casos comprensibles y totalmente inherentes a la condición humana, por lo tanto interesantes, didácticas, y ricas en estímulos para los creadores, investigadores y críticos.
Tal es el caso de las llamadas Vanguardias Literarias, movimientos literarios renovados que se desarrollaron en la primera mitad del siglo XX en Europa y América, fueron muchos y de diferentes concepciones, llamados también "Ismos". Estas vanguardias artísticas tenían en común la oposición a los valores del pasado y a los cánones artísticos establecidos por la burguesía del siglo XIX y comienzos del XX, ellas se distinguieron no sólo por las diferencias formales y por las reglas de la composición, sino por su toma de posición ante las cuestiones sociales; Verbi gratia: Expresionismo, Futurismo, Dadaísmo, Surrealismo, Ultraísmo, Imaginismo, Simbolismo, Creacionismo.
Estas vanguardias literarias, o "ismos" como se ha dado en llamar, para bien o para mal y que según el pensador peruano José Carlos Mariategui (1895-1930), en 1927 sentencia: "Una gran parte de los presuntos vanguardistas revela, en su individualismo y su objetivismo exasperados, su espíritu burgués decadente" Debo decir en mi modesta opinión y con la mayor humildad posible, que todo suceso de creación literaria, serio, honesto, y generoso, debe llevar como única impronta la solidaridad y la inmediación al resto del género humano, esto representa un acto de amor absoluto y legitimador de claridades, y esta encarnado de manera precisa en el mensaje unificador de voluntades como esta contenido en la tesis del Humanismo.
El Expresionismo representó un movimiento artístico basado en la expresión de sentimientos intangibles, más que en una descripción objetiva de la realidad. Los postulados del expresionismo en el terreno de la literatura, son similares a los de la pintura y la música expresionista. Dicho movimiento apareció en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX como reacción frente a los modelos que habían prevalecido en Europa desde el renacimiento. El artista expresionista trató de representar la experiencia emocional en su forma más completa, sin preocuparse de la realidad externa sino de su naturaleza interna y de las emociones que despierta en el lector, en el oyente y en el observador. Para lograrlo, los temas se exageran y se deforman con el fin de intensificar la comunicación artística.
Personajes y escenarios se presentan de un modo distorsionado, con la intención de producir un gran impacto emocional. El pintor austriaco Alfred Kubin, escribió una de las primeras novelas expresionistas, "La otra parte" 1919. Esta obra ejerció singular influencia en el novelista Franz Kafka. "Gregorio Samsa, al despertarse esa mañana después de un sobresaltado sueño, se halló sobre su cama convertido en un repugnante bicho". Los primeros dramaturgos expresionistas fueron el sueco August Strindberg y el alemán Frank Wedekind, cuya influencia es significativa en toda una generación de autores, entre otros los autores alemanes Georg Kaiser y Ernst Toller, el checo Karel Capek, y los estadounidenses Eugene O"Neill y Elmer Rice.
La influencia del expresionismo es evidente en el cine acentuando sus aspectos fantásticos y oníricos, es el caso de "El gabinete del Doctor Caligari "(1919) de Robert Wiene, con sus perspectivas deformadas y sus rostros enmascarados, y en "Nosferatu, el vampiro" (1922) de F. W. Murnau, una sombría adaptación de la novela Drácula (1897) de Bram Stoker, se nota en la obra del alemán Fritz Lang "Las tres luces" (1921), que destaca por el uso fantástico de la iluminación y las novedosas posiciones de cámara para reflejar la dureza de la historia. Aunque el término expresionismo no se aplicó a la pintura hasta 1911, sus características se encuentran en el arte de casi todos los países y periodos.
Sin embargo, los auténticos precursores del expresionismo pictórico vanguardista aparecieron a finales del siglo XIX y comienzos del XX, en especial el pintor holandés Vincent van Gogh, el francés Paul Gauguin y el noruego Edward Munch, el suizo Paul Klee y el ruso Wassily Kandinsky que utilizaron colores violentos y exageraron las líneas para conseguir una expresión más intensa. En Latinoamérica destaca ecuatoriano Oswaldo Guayasamín. El expresionismo abstracto apareció en Estados Unidos al finalizar la II Guerra Mundial. Destacaron Mark Rothko, Willem de Kooning, Franz Kline y Jackson Pollock, que intentaron representar las emociones básicas mediante la pintura abstracta; para ello utilizaron colores vivos, formas atrevidas y métodos de trabajo espontáneos como el dripping (chorreado de pintura sobre la tela puesta en el suelo).
La escultura expresionista hunde sus raíces en el siglo XIX, en la obra del francés Auguste Rodin, que expresó las emociones a través de sus esculturas figurativas. La música expresionista, que alcanzó su apogeo en el periodo de entreguerras, buscó la expresión de las ansiedades, los terrores ocultos y el cinismo de la sociedad contemporánea. Para ello empleó composiciones cuidadosamente estructuradas y emocionalmente intensas, deformando las técnicas convencionales y reemplazando las armonías tradicionales por otras más complejas y disonantes. La música es a menudo atonal o producto de la distorsión, la polifonía es con frecuencia densa, y la melodía, prácticamente irreconocible.
Las raíces del expresionismo pueden encontrarse en la última obra Richard Wagner, y en las composiciones del austriaco Gustav Mahler, y se concretan en los compositores: Paul Hindemith en Alemania, Béla Bartók en Hungría y Serguéi Prokófiev en Rusia.
El futurismo uno de los movimientos de arte revolucionario de los llamados ismos, surgió en Italia a principios del siglo XX, se inició como un fenómeno esencialmente literario, y terminó por englobar a otras artes, como la pintura, la escultura e incluso, la música. El principal promotor de este movimiento fue. El poeta italiano Filippo Tommaso Marinetti (1876-1944) artista que recopiló y publicó los principios del futurismo en el manifiesto de 1909. Al año siguiente los artistas italianos Giacomo Balla, Umberto Boccioni, Carlo Carrà, Luigi Russolo y Gino Severini firmaron el Manifiesto del futurismo.
Este movimiento en sus conceptos básicos rechazaba la estética cotidiana y por lo tanto pretendía enaltecer la vida contemporánea usando como premisa la técnica y la velocidad, el movimiento y la vida urbana, la máquina y la guerra, fueron los aspectos más destacados por los futuristas, quienes, al mismo tiempo, manifestaron su desprecio por las formas tradicionales. En febrero de 1910 en la revista milanesa "Poesía" apareció un documento firmado por Boccioni, Carlo Carra, Russolo, Balla y Severino, que junto a otros tres documentos publicados en 1909, 1910, y 1912, constituyen la esencia del Futurismo. Fragmento: "Nos rebelamos contra la supina admiración de las viejas telas, de las viejas estatuas, de los objetos viejos y contra el entusiasmo por todo lo que está carcomido, sucio, corroído por el tiempo, y juzgamos injusto y delictivo el habitual desdén por todo lo que es joven, nuevo y palpitante de vida…"
El futurismo se caracterizó por el esfuerzo estético de captar la sensación de movimiento. Para ello superpuso acciones consecutivas, una especie de serie de fotografías tomadas a gran velocidad e impresas en un solo plano, intentado representar simultáneamente el pasado, presente y futuro, también utilizaron técnicas procedentes del cubismo como la representación simultánea de los objetos o la descomposición de figuras por planos.
Este sistema de representación fue llevado a la escultura por Boccioni, autor de "Desarrollo de una botella en el espacio". En pintura, Severini y Carrà, con su "Funeral del anarquista Galli", lograron plasmar el dinamismo mediante "líneas de fuerza", que simulaban el movimiento general de la composición. Balla en su cuadro "Dinamismo de un perro con atadura" intentó captar lo dinámico y simultáneo a través de pequeñas pinceladas, con las que imitaba técnicas fotográficas. "Queremos destruir los museos, las bibliotecas las academias…", llegó a decir Marinetti en su deseo de innovación total. El programa del artista incluía, además de la renovación, un ardiente nacionalismo y una defensa a ultranza de la guerra a quien catalogaba como "forma de higiene", lo cual ponía de manifiesto ciertas coincidencias con el fascismo, al cual posteriormente se uniría el propio Marinnetti.
En lo que respecta a la literatura, el futurismo dio paso a una generación de escritores que emplearon una estética liberada de los usos y lógicas tradicionales, entre otros: Pedro salinas en España, Gabriel De Annunzio en Italia. El teatro futurista, llamado "teatro sintético", buscó, por su parte, la simultaneidad de acciones y tiempos con una puesta en escena muy reducida de elementos. En música, los experimentos de Luigi Russolo impulsaron ciertos aspectos hacia la innovación música electrónica. Los futuristas llegaron a organizar, además, como luego hicieron los dadaístas, una serie de veladas y actuaciones de intención provocadora, con una total integración de la poesía, el teatro, el sonido y otras muchas experiencias.
El futurismo sin duda alguna fue uno de los movimientos, que impulso el arte en todas las dimensiones y direcciones posibles, entre 1909 y 1924 se publicaron 23 documentos denominados manifiestos, en el último de ellos publicado el 11 de enero de 1924, bajo el título de: "El futurismo mundial, manifiesto en Paris" estaban involucrados los artistas de vanguardia más conocidos de la época: Cendrars, Cocteau, Aragón, Bretón, Tzara, Picasso, Leger, Braque, Delauny, Chagall, Larianov, Stravinski, Satie, Schwitters, Walden, Gropius, Mondrian, Von Doesburg, Malevitch, Tatlin, Ehremburg, Lissitzky, Seuphor, y muchos otros, subrayando con sus rúbricas la fuerza del futurismo.
El movimiento dadaísta se desarrolló en Europa y los Estados Unidos a principios del siglo XX, con el definido propósito de oponerse a las concepciones tradicionales del arte acompañado de un discurso contra la burguesía que oscilaba entre la anarquía y el nihilismo. "La magia de una palabra -Dada- que ha puesto a los periodistas ante la puerta de un mundo imprevisto no tiene para nosotros ninguna importancia." Así comenzaba el manifiesto del movimiento.
El dadaísmo fue fundado en 1916 por Tzara, el escritor alemán Hugo Ball, el escultor Jean Arp y otros intelectuales que vivían en Zurich (Suiza) Se dice que el término Dada (vocablo francés que significa caballito de juguete) fue elegido por el ensayista y poeta rumano Tristan Tzara, al abrir al azar un diccionario en una de las reuniones que el grupo celebraba en el cabaret "Voltaire" de Zurich que pronto se convirtió en foco de una variada actividad literaria, artística y política, caracterizada por su pesimismo, su negación del arte, su intención innovadora, por promover escándalos y derribar las normas y su defensa de lo irracional.
El dadaísmo propugnó la libertad del individuo, la espontaneidad y la destrucción. El movimiento dadaísta había tenido como precursor al francés Marcel Duchamp, quien en 1913 presentó su "Rueda de bicicleta", una simple rueda montada verticalmente sobre una banqueta de cocina, que suponía el inicio de la desmitificación de la obra artística. Tras la I Guerra Mundial el movimiento se extendió hacia Alemania y muchos de los integrantes del grupo de Zurich se unieron a los dadaístas franceses de París, con el fin de formular el rechazo a todos los valores sociales y estéticos del momento, los dadaístas utilizaban métodos artísticos y literarios incomprensibles, que se apoyaban en lo absurdo e irracional.
Sus representaciones buscaban asombrar al público. Para ello utilizaban nuevos materiales, como los desechos encontrados en la calle, y la inserción del azar para establecer los elementos de las obras. El artista francés Marcel Duchamp expuso como obras de arte un secador de botellas y un urinario. Aunque los dadaístas utilizaron técnicas revolucionarias, sus ideas contra las normas suponían románticamente, la bondad de la humanidad cuando aún esta no ha sido corrompida por la sociedad.
La influencia del dadaísmo en la literatura, se inició con la llegada de Tzara en 1919, reflejada en la publicación de numerosos panfletos y revistas; entre éstas, la más notable sobresalió "Littérature", que apareció entre 1919 y 1924, en cuyas páginas se expresaron las figuras más sobresalientes de la vanguardia francesa, como Louis Aragón, Max Ernst, Paul Éluard y André Breton, junto al cubano-francés Francis Picabia, fundador de la revista "291" y autor de diferentes composiciones en las que dominaban elementos mecánicos como ruedas, tornillos o hélices, autores que posteriormente se unirían al surrealismo. La principal aportación del dadaísmo alemán fue la invención del fotomontaje, técnica artística basada en la combinación de textos y fotografías recortadas, que había sido iniciada por Raoul Hausmann.
El uso del fotomontaje permitió al grupo berlinés realizar un arte de marcada propaganda política y de protesta contra el nazismo, Como movimiento, el Dadá decayó en la década de 1920 y algunos de sus miembros se convirtieron en figuras destacadas de otros movimientos artísticos modernos. Pese a su corta existencia, el movimiento dadaísta, por su valoración de lo irracional, desempeñó un papel importante, al reivindicar cualquier material como objeto artístico, o parte integrante de él.
Después del Dadaísmo y como continuación de los movimientos de vanguardia llamados a remover desde sus cimientos la concepción que se tenía del arte en todos sus aspectos, después de la desaparición del dadaísmo, y la revolución causada por este en todos los ámbitos de la creación artística, surge el movimiento llamado Surrealismo, movimiento artístico y literario fundado por el poeta y crítico francés André Bretón. Bretón, se convirtió, acto seguido, en el líder del grupo.
El surrealismo surgió del movimiento llamado Dada, que reflejaba tanto en arte como en literatura la protesta nihilista contra todos los aspectos de la cultura occidental. Como el dadaísmo, el surrealismo enfatizaba el papel del inconsciente en la actividad creadora, pero lo utilizaba de una manera mucha más ordenada y seria. Suprarrealismo, para quienes prefieren una versión más precisa del francés (sur-réalisme) lanzó su primer manifiesto en 1924, firmado por André Bretón, Louis Aragón, Paúl Eluard, Benjamín Péret, entre otros. Allí es definido como "automatismo psíquico puro" que intenta expresar "el funcionamiento real del pensamiento".
La importancia del mundo del inconsciente y el poder revelador y transformador de los sueños conectan al surrealismo con los principios del psicoanálisis. En la Literatura, el surrealismo aboga por la liberación del poder creador del hombre, la liberación del yo, de los impulsos reprimidos y la liberación del lenguaje, se inclinan los surrealistas por transcribir el mundo de los sueños y el empleo de la escritura automática, de ahí las imágenes oníricas, fantásticas, que suponen un enriquecimiento del lenguaje: "A caballo en el quicio del mundo", "Un soñador jugaba al sí y al no", Cuchillos en el aire / que le rasguen las carnes / forman un puente", "Cabalga el soñador", "Pájaros arlequines" Se consideran surrealistas obras como "Poeta en Nueva York", y la obra de teatro "Así que pasen cinco años" de Federico García Lorca, Sobre los ángeles" de Rafael Alberti; y especialmente: "Espadas como labios", "Pasión de la tierra" y "La destrucción o el amor" de Vicente Aleixandre.
En los países afrogriegolationohispanoamericanos fue influenciado Pablo Neruda en Chile, quien, a su paso por Madrid en 1935, lanzó su manifiesto "Sobre una poesía sin pureza", Olga Orozco y Enrique Molina en Argentina; César Vallejo en Perú, en Cuba Alejo Carpentier, quien elogia al surrealismo como una victoria sobre el escepticismo de las nuevas generaciones; en México Octavio Paz, quien incorpora en sus reflexiones sobre la creación literaria los hallazgos del surrealismo. Julio Cortázar las ha recogido en Último Round: "El sueño es realidad, "Sean realistas: pidan lo imposible", "Hay que explorar sistemáticamente el azar", "Durmiendo se trabaja mejor: formen comités de sueños".
En pintura y escultura, ciertas obras de Giorgio de Chirico, del ruso Marc Chagall, del suizo Paul Klee y de los franceses Marcel Duchamp y Francis Picabia, así como del español Pablo Picasso, se consideran surrealistas, aunque ninguno de ellos formó parte del movimiento. A partir del año 1924 el alemán Max Ernst, el francés Jean Arp, se incluyen entre sus miembros; se unieron por un corto periodo de tiempo el francés André Masson y el pintor español Joan Miró, ambos demasiado individualistas para someterse a los dictados de André Bretón, se desligaron del mismo en 1925.
Más tarde, se incorporó el belga René Magritte, el suizo Alberto Giacometti, y el pintor catalán Salvador Dalí quien fue el artista más renombrado del grupo. Su personal obra constituye una de las muestras más representativas del surrealismo. La pintura surrealista es muy variada en contenidos y técnicas. Dalí, por ejemplo, transcribe sus sueños, las esculturas de Arp son grandes, lisas y de forma abstracta, Miró, representó formas fantásticas y adaptaciones de dibujos infantiles. Sin lugar a dudas el Surrealismo representa el movimiento más importante de los llamados ismos o vanguardias literarias.
Este movimiento poético se inicia en las tertulias que iniciara Rafael Cansinos-Assens en el Café Colonial de Madrid a finales de 1918, como reacción contra el modernismo de Rubén Darío. Su primer manifiesto aparece en la revista madrileña "Grecia" (1919-1920), tras su desaparición fue sustituida por "Ultra" (1921-1922), como vocero principal del movimiento. El ultraísmo propugnaba una ruptura con los convencionalismos estéticos de la poesía tradicional, tales como la rima y el ritmo, suprimen la puntuación, revalorizan el espacio en blanco, tratan de desvincularse con todo tipo de elementos sentimentales, invitaba a la devolución de la libertad al poema mediante la eliminación de cualquier referencia externa a él, y lograr la fusión de forma y contenido en imágenes plásticas.
El escritor Guillermo de Torre lo explica como: "Como una violenta reacción contra la era del rubenianismo agonizante y toda su anexa cohorte de cantores fáciles que habían llegado a formar un género híbrido y confuso, especie de bisutería poética, producto de feria para las revistas burguesas". En su nacimiento fue importante el apoyo del poeta chileno Vicente Huidobro, fundador del creacionismo. El movimiento se difundió a través de importantes revistas de la apoca, entre las que se encontraban: Los Quijotes, Grecia, Cervantes, Ultra, Cosmópolis, Horizonte, Vértices.
Es importante destacar la relación del ultraísmo con los diferentes movimientos de vanguardia existentes: el futurismo, el cubismo, el dadaísmo, el surrealismo, etc., etc; otros rasgos fundamentales del ultraísmo son: la condensación metafórica, el valor plástico de la composición tipográfica, la eliminación de vínculos inútiles, el avance de la imagen simple hacia la imagen múltiple, que supone una unión plena entre poesía y música. Buen tiempo: Conducida por la policía, / llego la primavera hoy de madrugada. / Aquellas hermanitas la flora y la fauna / ya curaron de su mal / -la encefalitis letárgica- / Empolvaron su rostro las acacias / y en todas las cabezas florecieron / ¡los sombreros de paja¡".
Borges que se profesaba ultraísta, no obstante, acabaría renegando de sus orígenes ultraístas, a su regreso a la Argentina, en 1921, llevo con él los rasgos principales de la renovación ultraísta y los presento como programa estético: "1º. – Reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora; 2. – Tachadura de las frases medianeras, los nexos y los adjetivos inútiles; 3. – Abolición de los trebejos ornamentales, el confesionismo, la circunstanciación, las prédicas y la nebulosidad rebuscada; 4. – Síntesis de dos o más imágenes en una, que ensancha de ese modo su facultad de sugerencia.
Años más tarde, en abril de 1966, Borges juzgaría el "dogma de la metáfora" como falso, pues "basta un solo buen verso no metafórico para probar que la metáfora no es un elemento esencial". Pese a su breve existencia como movimiento organizado y aun con sus carencias de una estética definida, la aparición del ultraísmo en la poesía abrió el camino a posteriores experiencias vanguardistas. El movimiento quedó disuelto al dejar de publicarse la revista Ultra en la primavera de 1922. Dámaso Alonso, aunque duro en su crítica: "no pudiendo dominar un ritmo nuevo, eludió todo ritmo y fue a abandonarse en las más plebeyas coplerías" no deja de reconocer que no puede entenderse la poesía posterior sin tener en cuenta el ultraísmo.
El imaginismo fue un movimiento poético que floreció en Estados Unidos e Inglaterra entre 1909 y 1917 en contra corriente al romanticismo. Fue liderizado por los poetas estadounidenses Ezra Pound, (1885-1972), y Amy Lowell. Otros poetas imaginistas fueron los escritores ingleses D. H. Lawrence, (1885-1930) y Richard Aldington, y los poetas norteamericanos Hilda Doolittle (1886-1961, Jhon Gould Fletcher.
Todos ellos hicieron pública su adhesión al movimiento publicando manifiestos y escribiendo poemas y ensayos para respaldar sus teorías. Sostenían como premisa, en el uso de imágenes precisas, ásperas e incisivas como medio de expresión poética y exaltaban la exactitud en la elección de las palabras, la libertad temática, y el uso del lenguaje corriente o popular. La mayoría de los poetas imaginistas cultivaron el verso libre, y se sirvieron de la asonancia y la aliteración, (repetición de un fonema (casi siempre consonántico) o de una sílaba tónica que contribuye a dar estructura rítmica a un verso o a una línea de un escrito en prosa".
Como ejemplo tendríamos un conocido verso de Góngora: "infame turba de nocturnas aves". En este texto de Getrude Stein, la autora juega con la palabra Sweet (dulce) y el nombre de su amiga Susie: "Swett sweet sweet sweet sweet tea. /Susie Asado." (Dulce dulce dulce dulce dulce té. / Susie Asado), y se sirve de la aliteración /s/ para lograr expresividad en el poema. Se reconoce a T. E. Hulme como el autor de los primeros poemas imaginistas, apuntamos uno de los más difundidos: OTOÑO. "Un toque frío en la noche de otoño / salgo y veo / la luna rojiza sobre un seto / como rubicundo granjero. / No me detengo a hablar, saludo con la cabeza / y, alrededor, las estrellas pensativas, / como niños en las calles. No es un gran poema. No existe una gran poesía imaginista, como si existe y perdura una gran poesía expresionista.
Tal vez lo más adecuado sea reconocer una gran lírica escrita en inglés bajo la gravitación de las tesis imaginistas. Hacia 1912, Pound propuso una definición que no sabemos si agradó a Hulme, pero que seguramente habría gustado a Carl Gustav Jung: "Una imagen presenta un complejo intelectual y emotivo en un instante temporal". Un ejemplo: "Fresca como las pálidas, húmedas hojas / del lirio en los valles, / yacía junto a mí en la madrugada.
El primer uso de la palabra Imaginista se produjo en una nota a cinco poemas de T.H. Hulme, impresos al final del libro "Ripostes" de Pound en el otoño de 1912, posteriormente en su ensayo "A Retrospect", (1918) Pound desarrollará el concepto de "imagen" y declarará los principios del "imaginismo". Ezra Pound define: "Todo lenguaje poético es un lenguaje de exploración. Desde que se comenzó a escribir mal, los escritores han utilizado las imágenes como adornos. El punto del Imaginismo es que no usa las imágenes como adornos. La imagen es por sí misma la frase. La palabra es la imagen más allá del lenguaje formulado… EI poema es una "imagen", es una forma de superposición, es, una idea puesta encima de la otra…"
Simbolismo, movimiento literario y de las artes plásticas se originó en Francia a finales del siglo XIX. El simbolismo en el campo de las letras represento uno de los movimientos de avanzada estética, que animo a los escritores a expresar sus ideas, sentimientos y percepciones mediante símbolos que en su momento representaron una ruptura con los cánones establecidos. Su premisa consistía en el empleo de símbolos y fantasías implícitas en lugar de afirmaciones directas. En otra acepción el término simbolismo alude a un movimiento de reacción contra el romanticismo igual que al enfoque realista implícito en el impresionismo.
Estos escritores encarnaron un rechazo a las tendencias del romanticismo de Víctor Hugo, o el naturalismo de Emilio Zola, el discurso simbolista proclamaba que la imaginación era el modo más auténtico de interpretar la realidad. Del mismo modo se alejaron de las rígidas normas de la versificación y de las imágenes poéticas empleadas por los poetas parnasianos: (Grupo de poetas del siglo XIX, liderados por Leconte de Lisle, que invitaban a la experimentación con el verso y las formas métricas).
Entre sus primeros representantes figuran: el estadounidense Edgard Allan Poe, los franceses Gerard de Nerval, los poetas alemanes Novalis, y Friedrich Holderlim, el Conde de Lautremont y sus "Cantos de Maldoror", que es un paradigma de poesía simbolista, Maldoror es una figura demoníaca que aborrece a Dios y a la humanidad, subyugado por el horror y la corrupción. Con un lenguaje frenético, describe episodios de pesadilla con sepultureros, pederastas, vampiros y criaturas misteriosas. La obra contiene una profusión de imágenes delirantes, blasfemas, eróticas, y horrendas, pero este, su estilo y lenguaje la convierten en un ejemplo del estilo alucinatorio y apocalíptico de la escritura que más adelante utilizarían los surrealistas.
El simbolismo nace con la poesía de Charles Baudelaire, y sus obras "Las flores del mal" (1857) y el "Spleen de Paris" (1869), obras que fueron calificadas de decadentes por sus contemporáneos. Stephane Mallarme fue el encargado de difundir el movimiento a través de sus tertulias y su poesía demostrado en sus obras "La siesta de un fauno" (1876), y "Divagaciones" (1897).
Otras obras fundamentales de este movimiento fueron las "Romanzas sin palabras" (1874) de Paul Verlaine y "El barco ebrio" (1871) y "Una temporada en los infiernos" (1873) de Arthur Rimbaud. El simbolismo se prolongó hasta la década de 1890 en las obras de poetas franceses como Jules Laforgue, Paul Valéry, Rémy de Gourmont, Maurice Maeterlinck , que con su obra "Peleas y Melisanda", nos ofrece una de las pocas obras de teatro simbolistas, posteriormente fue transformada en opera por Claude Debussy.
El simbolismo se difundió por todo el mundo; su influencia fue especialmente notable en Rusia, donde destaca la obra del poeta Alexander Blok. El simbolismo sin duda alguna, tuvo un gran impacto en la literatura del siglo XX. En el ámbito de nuestro idioma influyó en la poesía de Rubén Darío, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. En cuanto a la pintura, el movimiento simbolista tuvo un significado especial en las artes plásticas, decreta el uso de determinadas reglas pictóricas para expresar el significado alegórico en una obra de arte. Los primeros representantes del arte simbolista fueron los pintores franceses Puvis de Chavannes, Gustave Moreau y Odilon Redon, que emplearon colores vivos y líneas vigorosas para representar visiones oníricas cargadas de emoción, muchas veces macabras e inspiradas en temas literarios, religiosos o mitológicos. Otros seguidores fueron el pintor Vincent van Gogh, Paúl Gauguin y Émile Bernard. La preocupación por los aspectos subjetivos y el empleo alusivo del color y las formas, fueron características principales del simbolismo, y se reflejaron en movimientos artísticos posteriores como el fauvismo, el expresionismo y el surrealismo.
En la corriente de los movimientos renovadores de principios del siglo XX, de los llamados ismos que revolucionaron, la manera de hacer y concebir el arte en todas sus manifestaciones, y sirvieron de gestación en el nacimiento de nuevos creadores talentosos y osados, que sintieron que podían dar rienda suelta a sus impulsos creadores, sin sentirse atados a convencionalismos y tradiciones establecidas.
Dentro de este grupo surge el Creacionismo, movimiento basado en una: Teoría estética general: "El reinado de la literatura terminó. El siglo veinte verá nacer el reinado de la poesía en el verdadero sentido de la palabra, es decir, en el de creación, como la llamaron los griegos, aunque jamás lograron realizar su definición". Este manifiesto fue elaborado por el eximio poeta chileno Vicente Huidobro, en 1912, y finalmente expuesta en Buenos Aires, de Junio de 1916, entre sus múltiples enunciados sostenía": -crear un poema transformando la realidad para darle vida nueva e independiente -eliminar lo anecdótico y descriptivo -crear como crea la naturaleza -el poeta debe ser súperconsciente"
En el año de 1917 en Paris, publica "Horizon Carre" donde expone los principios creacionistas revisados: "Crear un poema tomando a la vida sus motivos y transformándolos para darles una vida nueva e independiente. Nada anecdótico ni descriptivo. La emoción ha de nacer de la única virtud creadora. Hacer un poema como la naturaleza hace un árbol". Huidobro en 1921, en la revista "L" Esprit Nouveau" expone sobre las tres etapas en el desarrollo del arte la del arte inferior al medio (arte reproductivo); la del arte en armonía con el medio (arte de adaptación); y la última, correspondiente al creacionismo, la del arte superior al medio (arte creativo), que coincide en mucho con las vanguardias literarias antes mencionadas y fue aporte fundamental para lo que posteriormente llevaría el nombre de Ultraísmo.
De Vicente Huidobro: "Las horas que caen silenciosas como / gotas de agua por un vidrio. La alcoba se durmió en el espejo. El estanque estañado. Una tarde me aproximé hacia la orilla del libro. Otros poetas creacionistas, son los españoles Gerardo Diego y Juan Larrea. Se advierten en ellos la desintegración de la realidad, motivos poéticos tradicionales y elementos de la técnica y los avances modernos.
De "Creacionismo" de Gerardo Diego": Hagamos nuestro Génesis. / Con los tablones rotos. / Con los mismos ladrillos, / con las dormidas piedras, / levantemos de nuevo nuestros mundos. / La página está en blanco: / "En el principio era… ". O estos otros de Juan Larrea "Una paloma despega del cielo. Un pájaro cambia el tiempo, o bien: Lechos de ladrillos entre los sonidos, o tu recuerdo se aleja según la dirección del viento. Hay mujeres cuyos ojos son como pedazos de azúcar, y también: Los búhos dividían el sol y pasaban sobre la tierra. Frases que evocan imágenes poéticas muy puras y de indudable creación estética destinadas a enaltecer la belleza del lenguaje poético.
En fin toda manifestación del hombre por el arte, en sus diferentes expresiones, solo es una afirmación de la grandiosidad de la trayectoria del hombre y de la mujer sobre el planeta, y a su capacidad de adaptación a su realidad a su circunstancia, pero sobre todo a su espiritualidad y su enorme capacidad de imaginación llevadas a la creación.
Autor:
Domingo Chacón.