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Naciones Unidas: Una Gran Comunidad Internacional (página 2)


Partes: 1, 2, 3, 4

  • EE.UU.- World Court League, League To Enforce Peace, ésta última recaudó más de un millón de dólares.

  • Italia.- Lega Universale per la Societá Delle Nazioni.

  • B) Los catorce puntos de Wilson.- Se refiere a un conjunto de propuestas de paz a efectos de eliminar las guerras. El Presidente Estadounidense Woodrow Wilson se refirió a la creación de una Institución internacional durante el conflicto bélico.[4]

  • C) Principales proyectos de la Organización Internacional.- Entre los principales proyectos tenemos:

El Plan Phillimore del 20 de marzo de 1918; el Plan de la Comisión Ministerial Francesa de la Sociedad de las Naciones 18 de junio 1918; El Plan House 16 de Julio de 1918, Los 4 proyectos Wilson Agosto de 1918; del 10 de enero de 1919 y del 02 de febrero de 1919; el Plan Smuts del 16 de diciembre 1918; El Plan Cecil del 14 de enero de 1919; el proyecto británico del 20 de enero de 1919; el proyecto de un acta general relativo al establecimiento de la Sociedad de Naciones de Italia.

El 14 de enero de 1919, la Comisión encargada de elaborar el proyecto de la Sociedad de Naciones, presidida por el Presidente Wilson, llevó a cabo tres reuniones preliminares antes de la adopción del Pacto de Naciones a seguir:

  • La primera reunión del 3 al 14 de febrero de 1919.

  • La segunda reunión que permitió la consulta a los gobiernos y negociaciones con las potencias llamadas neutrales.

  • La tercera reunión que trató sobre las discusiones finales del 22 al 26 de marzo de 1919.

Al término de éstas reuniones, Cecil-internacionalista- tuvo el encargo del presidente de la Comisión en dirigir las negociaciones para los efectos de lograr el consenso y la conciliación en la Sociedad de Naciones, principalmente consultar a aquellos países que no siendo partícipes de la contienda, manifestaban su deseo de formar parte del Pacto de Naciones. [5]

Finalmente, la Comisión adoptó un proyecto preliminar de la creación de Sociedad de Naciones, el mismo que fue sometido a la sesión plenaria de la Conferencia de la Paz, aprobándola el 28 de abril de 1919; entró en vigor el 10 de enero de 1920. De ésta forma, la Sociedad de Naciones se constituye en la primera parte del Tratado de Paz de Versalles que además contenía otros Tratados tales como: Sain Germaint, Neuilly, Trianon y Sévres. El Tratado de Versalles fue considerado como un instrumento híbrido con la exclusión de Alemania de la Liga de Naciones.

El preámbulo del Pacto de Naciones contenía en síntesis los siguientes principios:

  • Limitación del recurso de la guerra

  • Publicidad de las relaciones internacionales

  • Respeto al Derecho Internacional.

El objetivo fue hacer posible una seguridad colectiva que garantizara la integridad de todos los Estados, fuertes y débiles, el arbitraje de los conflictos internacionales y el desarme, fue el elemento clave de la propuesta del presidente Wilson de aquel entonces, hecho que sirvió para sindicarlo como el autor de la creación de la Sociedad de Naciones, por cuanto fue él quien presidió la Comisión encargada de su creación. Se trataba de un pacto corto y general; de todas las formas de organización, la Sociedad de Naciones se asemejaba a la de una confederación, con la ausencia de un poder central y orgánico. La exclusión de Alemania y la URSS al no formar parte de la Sociedad de Naciones, ingresando hasta 1926 y 1934 respectivamente, limitaron desde un principio la potencialidad de dicha organización. Los años treinta marcaron su fracaso definitivo.

Las agresiones de las potencias fascistas y militaristas mostraron su ineficacia. Alemania y Japón  abandonaron la Sociedad en 1933, e Italia en 1936. La ex URSS fue expulsada en 1939. El inicio de la segunda guerra mundial vino a certificar el deceso de la primera organización universal de naciones.

Entre los fines de la Sociedad de Naciones tenemos:

  • Promover la cooperación internacional, la paz y seguridad internacional

  • La solución de conflictos por medios pacíficos

  • La reducción voluntaria de los armamentos

  • Respeto a la integridad territorial

  • Independencia política de los Estados

  • Revision de los Tratados

La Sociedad de Naciones se concibió en su origen como un organismo de cooperación laxo y no como un cuerpo orgánico para gobernar al mundo. Los Estados no supieron establecer la correspondencia de los fundamentos políticos y sociales con la creación de ésta organización internacional. Las posteriores enmiendas norteamericanas terminaron por debilitar el Pacto de Naciones. De otro lado, los propósitos del pacto obedecieron a los intereses de sus autores y no de la humanidad propiamente dicha.

Sin embargo, ésta organización internacional, sirvió como un gran centro de conferencias internacionales facilitando el intercambio de información de muchas; permitió la continuidad de la idea de que los Estados deben organizarse para lograr sus fines; demostró pese a su fracaso, el intento de contar con la existencia de una organización internacional de los Estados de perfil universal.

No fue un "intento fallido", por el contrario, fue un experimento necesario que permitió el funcionamiento de una Institución en la práctica. La década de los años 30, se caracterizó por la creciente agresión contra pueblos inermes [6]que preveía un conflicto armado generalizado en toda Europa (la segunda guerra mundial).

Al desencadenarse, la segunda guerra mundial por la invasión Nazi, la Sociedad de Naciones quedó prácticamente quebrada y a ésto se suma, que muchos de los miembros habían desertado y otros no tenían interés alguno en su permanencia.

Durante la segunda guerra mundial, la Sociedad de Naciones funcionó apenas con pocos miembros que aún permanecían en la Secretaría General. Frente a esta coyuntura, la Sociedad de Naciones se mostró incapaz de preservar la paz (eje de su existencia) en el mundo, lo cual demostró debilidad en el hecho mismo de su concepción que no pudo imponer soluciones pacificas; ello hizo, que el carácter universal con que se concibió quedase en el olvido. El momento histórico en que nació la Sociedad de Naciones estuvo impregnado por la decadencia de la civilización cristiano-occidental.

La tarea de la transferencia de bienes y el arreglo financiero de la Sociedad de Naciones fue declarada concluido por la Junta de Liquidación el 31 de julio de 1947. Cecil-internacionalista de gran protagonismo en la SDN- [7]pronunció: "La Sociedad ha muerto, viva las Naciones Unidas".[8] La creación de la Sociedad de Naciones dejó un gran precedente "la idea de que los Estados debían organizarse para hacer frente a un fenómeno mundial llamado "guerra"; recordemos que se criticó duramente que la SDN al subrayar que fue una organización débil y que por ello, no se pudo imponer soluciones pacificas, pregunto entonces ¿Qué pasó con las Naciones Unidas respecto al conflicto de EEUU e Irak? ¿A caso, las Naciones Unidas pudo evitar la invasión estadounidense? ¿No es verdad, que a raíz de éste hecho, el presidente George W. Bush anunció reformar a las Naciones Unidas, debilitando al Consejo de Seguridad que es el órgano político más importante éste organismo internacional?

Sin duda, las Naciones Unidas merecía ingresar a un proceso de reforma a efectos de que dicha organización conserve su poder de decisión y mediadora en el marco de los conflictos internacionales, pero sobre todo para hacer viable los principios y propósitos de su creación, hecho que se hace extensivo también a instancias de derechos humanos dentro de la propia organización internacional. Pero al margen de ello, son los propios Jefes de Estados o de Gobierno según sea el caso, quienes tiene que asumir un estado de conciencia mayor respecto al comportamiento que deben adoptar en el marco de las relaciones internacionales, en la viabilidad de sus intereses políticos, económicos, sociales y culturales y; que éstos no deriven en conflictos que pongan en riesgo el bienestar común de las personas que integran un Estado. Asimismo, cuando un Estado es parte de la comunidad internacional, concientizar los compromisos internacionales

En el año 2005, la Carta de las Naciones Unidas, cumplió 60 años de vigencia y la organización internacional más importante del mundo "Naciones Unidas" se encontraba en medio de una crisis de credibilidad y en medio del debate para definir una reforma estructural del organismo, entre ellas la del Consejo de Seguridad, que se vislumbró como la más urgente dado el conflicto de EE.UU con Irak.

Antecedentes a la adopción de la Carta de las Naciones Unidas de 1945.-[9]

La idea de crear una organización internacional fue cobrando vigencia a través de declaraciones y/o conferencias internacionales, que esbozan una preliminar idea de lo que sería una organización internacional. La primera guerra mundial, sin duda, evidenció la inexistencia de un sistema de seguridad colectiva capaz de evitar una segunda guerra mundial.

Entre los antecedentes a la Carta podemos citar:

La Declaración de Inter-aliada.-

El 12 de Junio de 1941 fue firmada ésta declaración por 14 países a saber: Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Unión Sudafricana, Reino Unido, Bélgica, Checoslovaquia, Grecia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Polonia, Yugoslavia y el Gral. De Gaulle a nombre de Francia. Nuevo de estos países eran representantes de importantes gobiernos en el exilio; sus territorios estaban bajo ocupación enemiga. Esta declaración tuvo como objeto mantener la paz basada en la cooperación de todos los pueblos, como el único medio para detener la agresión y garantizar la seguridad económica y social en el mundo.

Carta del Atlántico 1941.-[10]

El 14 de agosto de 1941, el Presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt, y el Primer Ministro del Reino Unido, Winston Churchill, reunidos "en algún lugar en alta mar frente a las costas de Terranova", emitieron una declaración conjunta en la que sentaban "ciertos principios comunes en las políticas nacionales de sus países respectivos", en los cuales basaban sus esperanzas para un futuro mejor para el mundo. Este documento, conocido como la Carta del Atlántico, sirvió de base a la futura Declaración de las Naciones Unidas.

En la Carta del Atlántico, los dos signatarios afirman que "después de la destrucción final de la tiranía nazi, esperan que se establezca una paz que permita a todas las Naciones vivir seguras dentro de sus propias fronteras y que garantice que todas las personas de todos los países puedan desarrollar sus vidas libres del miedo y de la miseria".

También declaran que "creen que todas las naciones del mundo, por razones tanto de orden material como espiritual, deben abandonar el uso de la fuerza. Puesto que la paz no podrá mantenerse en el futuro si las naciones continúan empleando armamentos terrestres, marítimos o aéreos que amenacen o puedan amenazar con la agresión más allá de sus fronteras, creen que, mientras no se establezca un sistema amplio y permanente de seguridad general, el desarme de tales naciones es esencial. Asimismo, ayudarán y alentarán todas aquellas medidas practicables que puedan aliviar de la abrumadora carga de los armamentos a los pueblos amantes de la paz".

Los dos estadistas también expresan en el documento su deseo de lograr "la colaboración más amplia entre todas las naciones en la esfera económica a fin de obtener para todos mejores normas laborales, progreso económico y seguridad social".

Los 6 puntos centrales de la Carta del Atlántico:

  • 1. Respeto a la integridad territorial

  • 2. Respeto al derecho de los pueblos, a elegir su régimen de gobierno, lo cual podría significar la defensa del principio de no intervención o de la democracia (libertad de elección absoluta) y condena de los regímenes totalitarios.

  • 3. Igualdad de los Estados en materia comercial

  • 4. Cooperación económica internacional

  • 5. La libertad de los mares

  • 6. Organización de la paz basada en los principios de: independencia económica, condena de la agresión, desarme y seguridad colectiva.

Conclusión:

  • Establecimiento de la Paz en las Naciones del Mundo

  • Vivir en libertad y abandonar el uso de la fuerza

  • Necesidad de establecer un sistema de seguridad permanente en el mundo

  • Colaboración económica entre todas las naciones del mundo.

  • En la Carta del Atlántico no se esbozó ningún aspecto relacionado a los Derechos Humanos

Declaración de las Naciones Unidas 1942[11]

La Declaración de las Naciones Unidas se firmó el 01 de enero de 1942 en la primera conferencia en Washington que se inició el 22 de diciembre de 1941 y concluyó el 1º de enero de 1942. Fue una declaración conjunta de 26 países intervinientes: Estados Unidos de América, el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, China, Australia, Bélgica, Canadá, Costa Rica, Cuba, Checoslovaquia, República Dominicana, El Salvador, Grecia, Guatemala, Haití, India, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Nicaragua, Noruega, Panamá, Polonia, Unión de África del Sur y Yugoslavia. Además la suscribieron otros 21 países: México, Filipinas, Etiopía, Irak, Brasil, Bolivia, Irán, Colombia, Liberia, Francia, Ecuador, Perú, Paraguay, Venezuela, Uruguay, Turquía, Egipto, Arabia Saudita, Siria y Líbano.[12]

Los Gobiernos signatarios, habiendo expresado su adhesión al programa común de propósitos y principios que incorpora la Declaración conjunta del Presidente de EE.UU. y el Primer Ministro del Reino Unido, de fecha 14 de agosto de 1941, conocida como Carta del Atlántico.

Los signatarios sostiene que:

Convencidos de que es esencial obtener una victoria absoluta sobre sus enemigos para defender la vida, la libertad, la independencia y la libre profesión de cultos, así como preservar los Derechos Humanos y la justicia, tanto en su propio suelo como en otras tierras, y estando en el presente empeñados en la lucha común contra fuerzas bárbaras e inhumanas que tratan de subyugar al mundo;

Declaran:

1. Que cada Gobierno se compromete a utilizar todos sus recursos, tanto militares como económicos contra aquellos miembros del «Pacto Tripartito» y sus adherentes con quienes se halle en guerra;

2. Que cada Gobierno se compromete a prestar su colaboración a los demás signatarios de la presente y a no firmar por separado con el enemigo ni amnistía ni condiciones de paz; podrán adherirse a esta Declaración otras naciones que estén prestando o lleguen a prestar ayuda material, y que contribuyan a la lucha por derrotar el hitlerismo.

Washington, 1 de enero de 1942

Conclusión:

La Declaración de las Naciones Unidas de 1942, enunciaba a diferencia de la Carta del Atlántico, la necesidad de preservar los derechos humanos y la justicia social en el mundo. Esta declaración apuntaba a la cooperación de fuerzas de las naciones para derrotar el hitlerismo como amenaza latente en el mundo. Fue el esbozo de la futura Carta de las Naciones Unidas aprobada en la Conferencia de San Francisco de 1945.

2.4.- Declaración de Moscú sobre Seguridad General 1943.-

Esta Declaración fue fruto de la conferencia de Ministros de Asuntos Exteriores de los Estados Unidos (Cordell Hull) Inglaterra (Anthony Eden) y la Ex Unión Soviética (Vyacheslav Molotov) y Foo Ping-sheung, Embajador de China en la Unión Soviética, que se celebró del 19 al 30 de octubre de 1943.

La Conferencia de Moscú tuvo como resultado la redacción de un comunicado conjunto y cuatro declaraciones, de las cuales, la primera (objeto de nuestro estudio) es la que se refiere a los principios de acción conjunta de los aliados, tanto en tiempo de guerra como en tiempos de paz. Las otras declaraciones se referían: [13]

  • A la destrucción del fascismo en Italia

  • Disolución del Anschluss de Austria con Alemania [14]

  • Disolución de las atrocidades cometidas por las hordas hitlerianas

Los cuatro gobiernos proclamaron que "reconocen la necesidad de establecer, lo antes posible, una organización internacional general basada en el principio de la igualdad soberana de todos los Estados amantes de la paz, abierta a la participación, en calidad de miembros, de todos los Estados, grandes y pequeños para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales".

Los signatarios también se comprometieron a: "mientras se efectúa el restablecimiento del orden de la ley y la inauguración de un sistema de seguridad general" a consultar entre sí y, según se presente la ocasión, con otros miembros de las Naciones Unidas, con miras a una acción conjunta en representación de la comunidad de las naciones". Afirmaron además que "consultarían y cooperarían entre sí con otros miembros de las Naciones Unidas para obtener un acuerdo general practicable respecto de la regulación de los armamentos en el período de la posguerra".

Conclusión:

Se esboza cuatro potencias mundiales para formar la gran organización internacional en el mundo basado en principios de igualdad soberana de todos los Estados para el mantenimiento de la Paz y seguridad internacional: La ex Unión Soviética, EE.UU. China y el Reino Unido

Se presenta con mayor claridad el proyecto de creación de la ONU, incluso ensayando sus principios y propósitos

La necesidad de cooperar entre ellos: acción conjunta.

Conferencia de Teherán, 1943

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(En la foto: Stalin, Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill)

Esta Conferencia se llevó a cabo el 28 de noviembre y el 1 de diciembre de 1943. En escena se encontraban Stalin, Roosevelt y Churchill conocidos por la historia como los "Tres Grandes" a causa del poderío de las naciones que representaban y su colaboración pacífica durante la Segunda Guerra Mundial. Relata la historia que estos tres grandes líderes sólo se reunieron dos veces durante la Segunda Guerra Mundial, pero cuando conferenciaron, sus decisiones cambiaron el curso de la historia.

Fue el 1º de diciembre de 1943, cuando el Presidente Roosevelt, el Primer Ministro soviético J. Stalin, y el Primer Ministro Churchill, reunidos en Teherán, declararon:

"…estamos seguros de que nuestra concordia logrará una paz duradera. Reconocemos plenamente la responsabilidad suprema que pesa sobre nosotros y todas las Naciones Unidas de lograr una paz que movilice la buena voluntad de la mayoría abrumadora de los pueblos del mundo y proscriba el flagelo y el terror de la guerra durante muchas generaciones." Los tres dirigentes dijeron también: "Buscaremos la cooperación y participación activa de todas las naciones, grandes y pequeñas, cuyos pueblos, estén dedicados, en corazón y mente, al igual que nuestros pueblos, a la eliminación de la tiranía y la esclavitud, la opresión y la intolerancia. Les daremos la bienvenida a medida que decidan integrarse a la familia mundial de las naciones democráticas."

Conclusión:

La declaración de Teherán significó una afirmación a lo establecido en la declaración de Moscú de 1943., teniendo un propósito la Paz.

Declaración de Dumbarton Oaks, 1944[15]

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En Washington se llevó a cabo una conferencia destinada a elaborar un anteproyecto de constitución para la futura organización internacional. Se convino, los principios de la futura organización mundial. Con este objeto, se convocó una conferencia de carácter práctico verificada en una residencia particular de Washington-Dumbarton Oaks-entre los representantes de China, Gran Bretaña, la URSS y los Estados Unidos.

Esta conferencia se celebró en dos partes:

  • a) Del 21 de agosto al 28 de septiembre de 1944 con participación de los EE.UU, Gran Bretaña, URRSS

  • b) La segunda conferencia del 29 de septiembre al 04 de octubre de 1944 con participación de EE.UU, Gran Bretaña y China.

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Esta Conferencia fue el primer paso importante para cumplir uno de los apartados de la Declaración de la Conferencia de Moscú en 1943, donde se reconocía la necesidad de crear una organización tras la guerra que sustituyera a la Sociedad de Naciones. Las propuestas aprobadas en Dumbarton Oaks (Propuestas para el establecimiento de una Organización General Internacional) no constituyeron un borrador definitivo para el proyecto de la ONU. No se alcanzó un acuerdo en aspectos tan importantes como el sistema de voto en el Consejo de Seguridad o si las repúblicas que constituían la URSS serían miembros de pleno derecho de la organización. Estos temas se solucionaron en la Conferencia de Yalta de 1945 como apreciaremos más adelante.

Las cuatro potencias sometieron a la consideración de todos los gobiernos de las Naciones Unidas, y a los pueblos de todos los países, una propuesta de estructura de la organización mundial, a fin de que la estudiaran y discutieran conocida además como la "propuesta de Dumbarton Oaks", el mismo que consistía en 12 capítulos[16]en el que se fija los lineamientos de la organización a crearse de acuerdo con la concepción de grandes potencias que la elaboraron. Estos 12 capítulos estaban referidos a:

De acuerdo con lo propuesto en Dumbarton Oaks, cuatro órganos deberían integrar la organización, que se denominaría Naciones Unidas. Se crearía una Asamblea General compuesta de todos los miembros. Luego seguiría un Consejo de Seguridad, de once miembros. De éstos, cinco serían permanentes y la Asamblea General elegiría a los seis restantes por períodos de dos años. El tercer órgano sería una Corte Internacional de justicia y el cuarto, una Secretaría. También se establecería un Consejo Económico y Social que funcionara bajo la autoridad de la Asamblea General.

La característica esencial del proyecto consistía en atribuir al Consejo de Seguridad la responsabilidad de evitar nuevas guerras. La Asamblea General podría estudiar, discutir y recomendar medidas para promover la cooperación internacional y zanjar situaciones susceptibles de menoscabar el bienestar social. Consideraría en principio los problemas relativos al desarme y a la cooperación en la conservación de la paz y la seguridad. Pero no podría hacer recomendaciones sobre asuntos que estuviesen en manos del Consejo de Seguridad, y tendría que dar traslado a este organismo de todos los asuntos que requiriesen ponerse en trámite.

Otro punto álgido del proyecto de Dumbarton Oaks es el relativo a que los estados miembros debían poner fuerzas armadas a disposición del Consejo de Seguridad para impedir guerras y suprimir actos de agresión. Todos estuvieron de acuerdo en que la falta de fuerzas armadas había hecho fracasar a la Sociedad de las Naciones en sus intentos de preservar la paz.

Los países aliados discutieron a fondo las propuestas de Dumbarton Oaks. El gobierno británico emitió un comentario detallado, y, en los Estados Unidos, el departamento de estado distribuyó 1.900.000 ejemplares del texto del proyecto y explicó las propuestas en conferencias y por medio de la radio y las películas. Varios gobiernos, entre ellos los de Australia, Bélgica, Canadá, Checoslovaquia, Francia, Holanda, Nueva Zelandia, Noruega, Polonia, Sudáfrica, la Unión Soviética, Gran Bretaña y los Estados Unidos, hicieron críticas constructivas y comentarios.

Las polémicas que se suscitaron sobre esto en la prensa y la radio permitieron a los pueblos aliados juzgar los méritos del nuevo proyecto para la paz. Se recalcaron insistentemente las diferencias entre el nuevo proyecto y el pacto de la Sociedad de las Naciones o liga de naciones; pero se convino, en general, en que la medida de proporcionar fuerzas armadas al Consejo de Seguridad constituía un notable adelanto.

Aún faltaba por resolver un asunto importante que se había dejado pendiente en Dumbarton Oaks: el procedimiento de votación en el Consejo de Seguridad. Este vacío se llenó en Conferencia de Yalta, 1945.

La Conferencia de Yalta de 1945.-

El 11 de febrero de 1945 la conferencia declaró resuelto este asunto y convocó la conferencia de San Francisco. Los tres dirigentes Churchill, Roosevelt y Stalin se reunieron en esta conferencia, con sus Ministros de relaciones exteriores y jefes de estado mayor manifestando:

"Estamos decididos a establecer a la mayor brevedad posible, junto con nuestros aliados, una organización general internacional para la conservación de la paz y la seguridad.

Hemos convenido en que se debe convocar una conferencia de las Naciones Unidas en San Francisco, Estados Unidos, el 25 de abril de 1945, con el fin de redactar la carta de dicha organización sobre la base de las conversaciones oficiales de Dumbarton Oaks. "

Tuvo tres objetivos delimitados esta conferencia:

  • 1. La Convocar a la Conferencia de San Francisco

  • 2. Aprobar el procedimiento de votación del Consejo de Seguridad

  • 3. La Representación de algunas Repúblicas Soviéticas en la Organización.

CONCLUSION:

  • Se concluye el proyecto de la Carta de las Naciones Unidas y por consiguiente la creación de la ONU

  • Se propone la creación de los órganos de las Naciones Unidas: AG, CS, Corte Internacional de Justicia y la Secretaría General y el ECOSOC.

Carta de las Naciones Unidas- Conferencia de San Francisco, 1945

En 1945, representantes de 50 países se reunieron en San Francisco para redactar la Carta de las Naciones Unidas. Los delegados deliberaron sobre la base de propuestas preparadas por los representantes de China, la Unión Soviética, el Reino Unido, y los Estados Unidos en Dumbarton Oaks, entre agosto y octubre de 1944. La Carta fue firmada el 26 de junio de 1945 por los representantes de los 50 países. Polonia, que no estuvo representada, la firmó mas tarde y se convirtió en uno de los 51 Estados Miembros fundadores.

La Conferencia congregó gente de todas las razas, religiones y continentes y todos resueltos a establecer una organización que conservara la paz y ayudara a crear un mundo mejor. El temario de la conferencia estaba formado por las propuestas de Dumbarton Oaks, y correspondía a los delegados redactar sobre esta base una carta aceptable para todos los países. A ella, asistieron 850 delegados, que con sus asesores y colaboradores, y el personal de la secretaría, sumaban 3.500. Fueron allá, además, 2.500 representantes de la prensa, la radio y los noticieros cinematográficos, y observadores procedentes de numerosas organizaciones y sociedades. En suma, la conferencia de San Francisco fue una de las más importantes de la historia, y quizás también la mayor de las reuniones internacionales que jamás se hayan efectuado.

Los jefes de delegación de los países que la convocaron, señores Anthony Eden, de la Gran Bretaña, Edward Stettinius, de los Estados Unidos, T. V. Soong, de China, y Vyacheslav Molotov, de la Unión Soviética, se turnaron en la presidencia de las sesiones plenarias. En reuniones posteriores, lord Halifax reemplazo al señor Eden, el Sr. V. K. Wellington al Sr. T. V. Soong, y el señor Gromyko al señor Molotov.

Proceso de adopción de la Carta.-[17]

  • 1) Se formó un "comité de orientación," integrado por los jefes de delegación, que decidía sobre todos los asuntos capitales relativos a principios y normas. Aunque cada estado tenía un solo representante, el comité contaba con 50 miembros demasiado numeroso para las labores de detalle. Se encargó, entonces, a un comité ejecutivo de 14 jefes de delegación, que sometiese recomendaciones al "comité de orientación."

  • 2) El proyecto de Carta se dividió en cuatro secciones, cada una de las cuales fue estudiada por una "comisión." La primera de éstas se encargó de los propósitos generales de la Organización, sus principios, miembros, la Secretaría y la cuestión de enmiendas de la Carta. La segunda consideró los poderes y responsabilidad de la Asamblea General, mientras que la tercera se hizo cargo de lo relativo al Consejo de Seguridad.

  • 3) La cuarta comisión se ocupó del examen del proyecto de Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, que había sido redactado por un comité integrado por jurisconsultos de 44 países que se reunió en Washington en abril de 1945. Hubo sólo diez sesiones plenarias, y casi 400 reuniones de comités, en que se discutieron hasta los detalles más insignificantes. La Sociedad de las Naciones había contado con un organismo para la revisión de Tratados entre sus miembros. ¿Deberían las Naciones Unidas adoptar un sistema análogo? La conferencia finalmente acordó que los Tratados verificados con posterioridad a la creación de las Naciones Unidas sean registrados en la Secretaría para su publicación. En cuanto a revisiones, no se hizo ninguna declaración expresa, pero la Asamblea General tiene poderes para recomendar cualquier revisión cuando lo estime conveniente para la investigación de una situación que requiera una solución pacifica.

  • 4) La conferencia agregó todo un nuevo capítulo sobre un tema que no estaba incluido dentro de las propuestas de Dumbarton Oaks: el de crear un sistema especial para los territorios bajo la administración fiduciaria de las Naciones Unidas. Este asunto ocasionó muchos debates. ¿Debería el objetivo de la administración fiduciaria definirse como "Independencia" o como "gobierno propio" para los pueblos de estas zonas? Si Independencia, ¿qué hacer en el caso de las zonas demasiado pequeñas para defenderse por sí solas? Finalmente se recomendó que se promoviera el desarrollo progresivo de los pueblos de los territorios en fideicomiso de manera que éstos se encaminaran hacia la "Independencia" o el "gobierno propio."

  • 5) También se debatió largamente sobre la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia, y la conferencia decidió que los estados miembros no están obligados a reconocer la jurisdicción de esta Corte, pero pueden voluntariamente declarar su sometimiento a ella. Asimismo, se dedicó mucha atención al asunto de las futuras enmiendas de la Carta, y este punto quedó resuelto satisfactoriamente.

  • 6) Finalmente, el 25 de junio los delegados se reunieron en sesión plenaria por última vez en la ópera de San Francisco. Lord Halifax la presidió, y, al someter el texto final de la Carta a la aprobación de la Asamblea, dijo: "La cuestión que estamos a punto de resolver con nuestro voto es la más importante que podrá ocurrir en nuestras vidas." [18]

En vista del significado universal de la ocasión, propuso que, apartándose del método acostumbrado de votar alzando la mano, se procediera en forma mas adecuada. Planteada la cuestión, cada uno de los delegados se levanto y permaneció de pie incluso todos los presentes -el personal adjunto, los periodistas y unos tres mil espectadores. Culminó esta ceremonia en una magna ovación que resonó en el recinto tan pronto como el presidente hubo anunciado que la Carta había sido aprobada por unanimidad.

Recordemos lo que dijo el Presidente de los Estados Unidos Harry S. Truman:[19]

"La Carta de las Naciones Unidas que acabáis de firmar -dijo el señor presidente Truman en su discurso de la sesión de clausura- es una base sólida sobre la cual podremos crear un mundo mejor. La historia os honrará por ello. Entre la victoria en Europa y la victoria final, en la más destructora de todas las guerras, habéis ganado una batalla contra la guerra misma . . . Gracias a esta Carta, el mundo puede empezar a vislumbrar el día en que todos los hombres dignos podrán vivir libre y decorosamente."

(..) La Carta sólo tendría valor si los pueblos del mundo se resolvían a hacerla cumplir. "Si no nos valemos de ella -concluyó-, habremos traicionado a los que sacrificaron sus vidas por que nos fuese posible reunirnos aquí, segura y libremente, para forjarla. Si intentásemos servirnos de ella con egoísmo -en provecho de una sola nación o de un grupo pequeño de naciones-, seríamos igualmente culpables de esa traición."

La existencia de las Naciones Unidas no se inició al firmarse la Carta. En muchos países ésta tuvo que ser sometida a la aprobación de sus respectivos congresos o parlamentos. Se había convenido en que la Carta entraría en efecto cuando la hubiesen ratificado los gobiernos de China, Francia, Gran Bretaña, la Unión Soviética, los Estados Unidos y la mayoría de los demás países signatarios, y cuando estos hubiesen notificado del hecho al departamento de estado de los Estados Unidos.

El nombre de "Naciones Unidas", fue acuñado por el Presidente de los Estados Unidos de aquel entonces, Franklin D. Roosevelt, 1 ° de enero de 1942, en plena segunda guerra mundial, cuando representantes de 26 naciones aprobaron la "Declaración de las Naciones Unidas", en virtud, de la cual, sus respectivos gobiernos se comprometían a seguir luchando contra las Potencias del Eje.

LAS NACIONES UNIDAS EN EL MARCO DE SU REFORMA[20]

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La Reforma de las Naciones Unidas: "urgencia para la gobernabilidad global". Teniendo como base de que en este mundo, la necesidad de un órgano en el que los países dialoguen está más clara que nunca, considerando asimismo que las Naciones Unidas es la mayor organización a nivel internacional y el foro más importante de la diplomacia multilateral, nos es fácil entender el por qué se requiere de unas Naciones Unidas realmente eficientes y capaces de llevar a cabo sus elevados cometidos, en favor de la buena gobernanza mundial.

La reforma de las Naciones Unidas supone la necesidad de redefinir los compromisos, instituciones y conceptos que han servido de base al orden internacional desde 1945. Cierto es también, que los cambios ya han venido produciéndose desde hace algunos años, sobre todo en el periodo que siguió al fin de la Guerra Fría.

Vale recordar, por ejemplo, la reinterpretación tácita que ha hecho el Consejo de Seguridad en los últimos años del significado de las amenazas a la paz y la seguridad internacionales a que hace referencia el artículo 39º de la Carta. Originalmente, tales amenazas tenían que ver con situaciones que podían desembocar en conflictos armados entre dos o más Estados; en la actualidad, las amenazas contempladas por el Consejo de Seguridad se refieren, en su mayoría, a conflictos en el interior de los Estados. Esas reinterpretaciones se han llevado a cabo en el marco limitado del Consejo de Seguridad y, frecuentemente, han ido a contracorriente de la opinión de algunos Estados miembros.

Las circunstancias son, sin embargo, muy distintas. En aquel entonces, los horrores causados por la Segunda Guerra Mundial propiciaron la voluntad de construir mecanismos que evitaran la repetición de una conflagración global. Los líderes de la época aceptaron los principios de equilibrio de poder y zonas de influencia. Reconocieron la conveniencia de institucionalizar el poder de las potencias vencedoras de la guerra otorgándoles en el sistema de votación del Consejo de Seguridad el derecho de veto. Decidieron, también, la creación de un foro democrático que permitiera a todos los Estados que accediesen a la organización mundial la posibilidad de tener una voz en la marcha de los asuntos mundiales; tal es la función de la Asamblea General.

Lo anteriormente señalado nos brinda una idea general de lo complejo y delicado que resulta abordar el tema de la reforma de las Naciones Unidas, ello debido también a que en la referida organización, materia de nuestro análisis, confluyen diversas teorías o enfoques de las relaciones internacionales, como son las teorías realistas que estuvieron presentes en el momento de la elaboración de la Carta y las Naciones Unidas, junto con ello, el liberalismo institucional, entre otros, aspectos que no podremos abordarlos por el corto tiempo que se nos ha otorgado en esta ocasión.

De lo señalado líneas arriba, y a fin de brindarles un breve panorama de lo que implica la reforma de las Naciones Unidas, nos hemos permitido dividir nuestra intervención en tres momentos claros. En primer lugar, analizaremos que tanto ha cambiado el contexto actual de aquel en el cual se creó la Organización de las Naciones Unidas, asimismo, realizaremos una breve descripción de cómo está funcionando en la actualidad este organismo internacional. En segundo lugar, abordaremos las propuestas más destacadas que se han planteado para la reforma de las Naciones Unidas, particularmente de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad. Finalmente todo lo anterior nos permitirá arribar a algunas conclusiones que desde nuestra perspectiva deben de tomarse en cuenta en la reforma de las Naciones Unidas.

Todos hemos podido presenciar a lo largo de estos últimos años, algunos hechos como el conflicto en Bosnia-Herzegovina, la guerra civil en Ruanda, la intensificación del conflicto palestino-israelí, la intervención unilateral de los Estados Unidos en Irak, entre otros, que no han podido ser resueltos de manera efectiva por las Naciones Unidas. Estos acontecimientos han generado la puesta en discusión de las acciones tomadas por este organismo como institución en general, y el desempeño de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad, en particular, especialmente por su proceso de toma de decisiones y su configuración.

Respecto a nuestro primer punto, podemos manifestar que el principal factor que motiva el debate sobre la reforma de las Naciones Unidas, y lo ha convertido en un tema constante en el tiempo, es la dinámica de las relaciones internacionales que avanzan a una velocidad vertiginosa generando nuevas interacciones o complicando las ya conocidas, confirmando de esta manera la expresión de Keoane y Nye, cuando nos señalan que nuestra época está signada tanto por la continuidad como por el cambio.

Esta dinámica, constante, ha hecho que el contexto actual sea diferente a aquel en el cual se propuso, negoció y aprobó la Carta de las Naciones Unidas. La idea y preparación de una nueva organización internacional, como ya lo hemos señalado, se inició durante la segunda guerra mundial.

Dicha coyuntura marcó su naturaleza política e hizo reflexionar a las grandes potencias vencedoras de la segunda guerra mundial en la necesidad de constituir un nuevo orden internacional basado en el factor militar.

En ese sentido, podemos manifestar que, al instaurar una organización para la paz, los vencedores de la segunda guerra mundial también estaban construyendo una institución diseñada para promover sus propios intereses y para mantener en la forma más prolongada posible el statu quo de la posguerra.

Por otra parte, y en el proceso de creación, las grandes potencias estuvieron atentas a la necesidad de no cometer los mismos errores de la Sociedad de las Naciones, vale decir, evitar la confusión de responsabilidades para la paz y seguridad, entre el Consejo y la Asamblea, así como no tomar una aproximación legalista para la paz y la seguridad internacionales.

Por ello, la posición de los aliados de tomar las riendas de la futura organización en temas relacionados a la paz y seguridad mundiales se apoyaba en las capacidades para movilizar fuerzas militares, llegado el caso, y con lo cual se pueda procurar el cumplimiento y ejecución de las resoluciones de la organización, más concretamente del Consejo de Seguridad y, por otra parte, contar con una capacidad disuasiva, por medio de la cual ningún potencial agresor pueda desafiar o cuestionar a la organización.

Es a partir de todas estas consideraciones que se planteó el tema de la membrecía permanente dentro del Consejo de Seguridad, constituyéndose en un artificio mediante el cual se aseguraba la participación continua de las potencias vencedoras de la segunda guerra mundial en la nueva organización y como correlato, el otorgamiento del derecho a veto, con lo cual se les entregaba la potestad de poder bloquear cualquier resolución de dicho Consejo, llegado el caso concreto.

Este aspecto generó diversas reacciones en contra durante la Conferencia de San Francisco, ocasión en la que se señaló que dicha potestad colisionaba con el principio de igualdad soberana de los Estados -plasmado actualmente en el artículo 2º numeral 1 de la Carta-. Sin embargo, también en dicha oportunidad se remarcó que sin la concesión del veto existía la posibilidad de que la organización no contara con la participación de las cinco grandes potencias, lo cual conllevaría irremediablemente a sufrir la misma deficiencia de la Sociedad de las Naciones. Al aceptar su conformidad con el veto, los representantes de los Estados aceptaban de la misma forma la realidad de la desigualdad en el contexto de la posguerra mundial.

De lo señalado, podemos inferir que la variable de seguridad influyó significativamente durante los inicios y una parte de la vida de la organización, pero con el transcurrir de los años, e influido por el factor tecnológico, hemos podido observar la consolidación de la variable económica, la misma que no fue considerada de forma adecuada en las relaciones entre los Estados.

Si bien, en el contexto de la segunda guerra mundial, se consideró a la variable militar como la dominante a todas las demás formas de poder; sin embargo, actualmente las fuentes que producen poder se han vuelto más complejas, toda vez que en estos momentos la seguridad no es ciertamente el principal problema que tienen que enfrentar los Estados por cuanto en la actualidad han surgido una serie de nuevas amenazas multidimensionales, que vienen afectando a la comunidad internacional, como lo son, el calentamiento global que ha traído consigo una serie de problemas medioambientales, la pobreza extrema, los problemas alimentarios, las enfermedades pandemias, y la migración internacional, entre otros. Problemas en los cuales la variable militar resulta ineficaz para hacer frente por sí sola, a todos estos problemas resultando así cuestionables los argumentos que defienden su primacía.

Otro aspecto que debemos de considerar y que está relacionado al cambio del contexto dentro de la Organización es ciertamente su composición, por cuanto al momento de su creación existían algunos territorios que se encontraban bajo la administración de las grandes potencias de acuerdo a resoluciones de la Sociedad de Naciones y que, con el surgimiento de la ONU, pasaron a ser territorios en fideicomiso.

Así, durante los diez años siguientes a la creación de las Naciones Unidas, veintiún Estados se unieron a la organización, mientras que, para finales de los años sesenta el número de miembros era de cien. Para 1982, la membrecía alcanzó ciento cincuenta y siete Estados y actualmente la cantidad de Estados miembros es de 192 (con la reciente incorporación de Montenegro el 28 de junio del presente año).

Otro hecho posterior que generó el aumento de los miembros de las Naciones Unidas fue el desmembramiento de la Unión Soviética. A partir de dicho acontecimiento, trece nuevos países asiáticos hicieron su ingreso a la Organización y uno de ellos -la Federación Rusa- asumió las funciones del desaparecido Estado, haciéndose cargo, consecuentemente, del asiento permanente que le correspondía en el Consejo de Seguridad.

Este aumento de miembros dentro de las Naciones Unidas ha influido directamente en su actividad, lo cual se puede comprobar si realizamos una somera revisión de la agenda propuesta para el sexagésimo primer período de sesiones de la Asamblea General, en ella se puede apreciar claramente que existen más de un centenar de asuntos, entre los cuales podemos encontrar cuestiones territoriales y de inmigración internacional, la primacía de los Derechos Humanos, la justicia y el Derecho Internacional, el avance de las aguas y el peligro de algunos Estados insulares, entre otros.

Otro aspecto que es preciso resaltar, y que se ha venido produciendo con mayor intensidad desde la década de los setenta, es el hecho de que los Estados vienen compartiendo la escena internacional con actores no estatales, muchos de los cuales tienen alcance global y se encargan de temas tan variados que van desde lo político hasta lo sanitario. Además, tienen una gran influencia en los países en donde operan y una gran capacidad de convocatoria y de simpatizantes. Del mismo modo, cuentan con un significativo manejo de capitales en el caso específico de las empresas transnacionales, cuyos productos y ganancias superan, en muchos casos, aquellos que corresponden a algunos Estados miembros.

Al respecto, la Carta reconoce la importancia de los organismos no gubernamentales. Ello se puede desprender de su artículo 61º en la que le otorga al Consejo Económico y Social -ECOSOC- la facultad de dar status consultivo y permite que dichas organizaciones presencien las reuniones del ECOSOC, sometan declaraciones escritas, brinden su testimonio en las reuniones del organismo y, en casos limitados, propongan puntos para la agenda.

Sin embargo, así como se han presentado nuevos actores dedicados a actividades lícitas, también han surgido actores no estatales dedicados a actividades ilícitas dando lugar al fortalecimiento o resurgimiento de fenómenos tales como el terrorismo internacional, el narcotráfico, el tráfico de menores, entre otros, que junto a temas como los medioambientales, la pobreza extrema, las enfermedades pandémicas, las migraciones y el problema de los refugiados, han sido denominadas como las nuevas amenazas globales.

Estas amenazas globales vienen movilizando grandes sumas de dinero en consonancia con las facilidades tecnológicas actuales, que les permiten actuar virtualmente en cualquier lugar del mundo, con un efecto potencialmente devastador; además, son de carácter no estatal y transnacional, lo que dificulta aún más la labor de individualización e imputación del acto a un Estado en particular y, consecuentemente, la reacción internacional conjunta para combatirla. Todo esto constituye un gran reto para la organización, toda vez que ella fue pensada, como lo hemos señalado, fundamentalmente para evitar conflictos interestatales y de carácter tradicional.

Estos fenómenos de carácter multidimensional, generaron diversas reacciones entre los Estados miembros de la organización. Estados Unidos, por ejemplo, a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001, proclamó de manera abierta su posición de llevar a cabo una guerra global contra el terrorismo y de actuar unilateralmente, sí fuera necesario, en su lucha contra esta amenaza.

Estas nuevas amenazas globales, a su vez, han generado que el concepto clásico de conflicto se vea ampliado. Como se indicó anteriormente, las bases de la Carta se empezaron a negociar entre los aliados en la Conferencia de Yalta y Dumbarton Oaks, es decir, en plena Segunda Guerra Mundial. Por ello, se consideró un concepto clásico de conflicto, entendido como aquel que implica las hostilidades entre Estados, emprendidas con el empleo de las fuerzas armadas.

La presencia de fenómenos de surgimiento y resurgimiento de conflictos intraestatales ha traído al debate la necesidad que la Organización de las Naciones Unidas revise el paradigma de la intervención militar y humanitaria y, por otra parte, que considere la reformulación del principio de no intervención en la esfera interna de los Estados, en estos casos. Ello nos permite a aspectos referidos a cómo viene trabajando la Asamblea General y el Consejo de Seguridad, respectivamente, lo cual hará posible mostrar de una mejor manera por qué es necesaria una reforma de las Naciones Unidas.

La Asamblea General, con una agenda diversificada y con la responsabilidad de coordinar y supervisar una gran cantidad de programas de las Naciones Unidas, es el órgano en el que participan todos los Estados miembros, además de ser considerado el lugar en donde se puedan debatir los grandes temas mundiales, se le otorgan también a éste órgano responsabilidades en el área de la paz y seguridad mundiales.

Se manifiesta que la Asamblea General presenta un "carácter democrático" a partir de la formula "un Estado-un voto". Asimismo, se indica que esta mecánica de votación no sería justa en términos de los Estados que asumen la mayor carga en las cuentas de la organización.

La agenda de la Organización es un tema importante toda vez que ella determina la extensión del trabajo de la Asamblea General en un determinado período. Del mismo modo, en este instrumento se consideran los temas que van a ser materia de debate y ello le confiere un significativo peso político, porque plasma los intereses de los Estados miembros y puede significar que un tema de su interés pueda tener un impacto global y/o una solución conjunta.

Si bien las necesidades de los Estados miembros de esta organización son cada vez más apremiantes, es conocido que las resoluciones de este órgano, no son vinculantes para sus miembros, sino que son solo recomendaciones que contienen un gran peso moral, por cuanto representan la voz y la opinión de todos los países del mundo.

Con relación al Consejo de Seguridad, que tiene como responsabilidad primordial mantener la paz y seguridad internacionales, el mismo se encuentra compuesto por quince miembros, de los cuales cinco son permanentes y tienen derecho a veto (como son Estados Unidos, la Federación de Rusia, Francia, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y China), y diez son no permanentes, que son elegidos para cumplir períodos de dos años (actualmente son Argentina, República Democrática del Congo, Dinamarca, Ghana, Grecia, Japón, Qatar, Eslovaquia, República Unida de Tanzania y Perú).

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Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas

Sobre éste órgano se viene argumentando la existencia de problemas de representatividad y representación, toda vez que no refleja la composición actual de las Naciones Unidas. Por ello, se señala, en primer lugar, que debe ser reformado tanto en el plano de los miembros permanentes como los no permanentes.

En lo referente a los miembros permanentes, podemos apreciar que en la actualidad se ha producido una modificación de la concepción de poder, antes restringida sólo al plano militar, por cuanto se dice que las nuevas realidades políticas del mundo no se encuentran representadas en la estructura del Consejo de Seguridad. El poder económico global debería estar mejor representado.

La membrecía permanente que caracteriza en estos momentos al Consejo y que es producto de las estructuras imperantes en los tiempos de la segunda guerra mundial se encuentra rebasada por los enormes avances que han acontecido en el ámbito tecnológico y comercial.

En lo que respecta a los miembros no permanentes, el argumento principal es que se ha incrementado el número de miembros de la organización de su composición inicial que fuera de once para pasar a quince en el año 1963.

Este tema de las membrecías, tiene como correlato inseparable el derecho de veto que según se dice ha socavado la autoridad y el funcionamiento del Consejo de Seguridad, por cuanto ha sido ejercido en función de los intereses nacionales de los miembros permanentes que no es precisamente el interés de los miembros de la organización en su conjunto.

Actualmente se viene señalando que, el cambiante contexto internacional ha magnificado la función de este órgano, lo cual ha generado que "de hecho" las funciones del Consejo de Seguridad aumentaran en forma gradual, como resultado de una decisión propia, ampliándose a esferas más allá de su competencia. Así, podemos observar que el Consejo de Seguridad se ha puesto a legislar, aspecto que puede ser corroborado si nos ponemos a analizar la resolución 1373 (2001), que fija medidas de lucha contra el terrorismo o la resolución 1540 (2004), que equivale a una ampliación del tratado de no-proliferación nuclear.

Una de las formas en las que pueden ser agrupadas las propuestas de reforma es la siguiente: el primer grupo, referido a aquellas que requieren la modificación de la Carta y, el segundo grupo por aquellas que no requieren modificación alguna.

Dicha clasificación se puede apreciar en los debates de reforma de los citados órganos. Por ejemplo, en el Consejo de Seguridad se viene proponiendo el aumento del número de miembros permanentes y, por otra parte, la necesidad que se modifiquen los patrones de rendición de cuentas del referido órgano. Del mismo modo, adicionalmente como un subtema dentro del gran tema de la reforma, se viene haciendo referencia a la necesidad de revitalizarlo, es decir, a la necesidad de tomar medidas para mejorar su rol en la organización, su imagen e impacto global y otras que pongan un alto a la erosión de sus fortalezas.

En lo que respecta a la Asamblea General, durante los debates se planteó, como un aspecto preliminar, la necesidad de definir que necesitaba dicho órgano, si una reforma o una revitalización. En ese contexto, se señaló que una reforma implicaba una mejora en los procedimientos y en la metodología de trabajo, mientras que una revitalización implicaba mejoras en su rol e impacto.

Aquí, cabe señalar que ambos aspectos no son excluyentes, y en todo caso la revitalización se encuentra inmersa en la reforma: una Asamblea General revitalizada implica tener una Asamblea General reformada, con procedimientos y métodos de trabajo más eficientes y que tengan un mayor impacto.

Una de las propuestas está referida a la periodificación de los temas de la agenda, es decir, que aquellos se bienalicen o trienalicen, de tal manera que un tema sería considerado por la organización, dependiendo de su naturaleza, cada tres o cinco años, o en intervalos más largos.

Al respecto, el Secretario General en su informe sobre "Fortalecimiento de las Naciones Unidas: un programa para profundizar el cambio", anotó que las actividades que ya no resulten pertinentes deben dejarse de lado, mientas que, respecto de los nuevos problemas, que han adquirido nueva urgencia, tales como la globalización y su efecto en el desarrollo, la consecución de los objetivos de desarrollo del milenio, la prevención de los conflictos, la lucha contra el terrorismo, los problemas medioambientales, la migración internacional, entre otros, las Naciones Unidas deben profundizar sus conocimientos, precisar sus objetivos y actuar con mayor eficacia.

En cuanto al tema de la votación, se han venido proponiendo algunos esquemas diferentes al sistema actual de "un Estado-un voto". Así se ha propuesto el establecimiento de un voto proporcional, basado en el número de habitantes que tiene el país, a efectos de guardar armonía con un criterio básico de la democracia: "una persona-un voto".

Sobre el primer punto, se viene argumentando que la Asamblea General debe recuperar su posición de órgano principal de las Naciones Unidas, a partir de la disposición que le otorga la potestad de discutir cualesquier asunto o cuestión dentro de los límites que le impone la Carta o que se refieran a los poderes y funciones de cualquiera de los órganos. Al hacer uso de esta prerrogativa, la Asamblea General podría, llegado el caso, hacer recomendaciones y hasta establecer modificaciones a las facultades y funciones de los otros órganos principales.

Otro aspecto que marcaría el carácter principal de la Asamblea General, puede ser encontrado en el artículo 24º de la Carta, en el cual se establece que los miembros de la organización confieren al Consejo de Seguridad la responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales. El presente artículo establece una relación de "poderdante-apoderado", por el cual los "apoderados", en este caso los países miembros del Consejo de Seguridad, deberían tener una relación de dependencia frente a los "poderdantes", que vendrían a ser en este caso los miembros de las Naciones Unidas, que de acuerdo al artículo 9º, numeral 1 de la Carta le corresponde a la Asamblea General.

En lo que respecta al punto segundo, se viene argumentando la necesidad que dicho órgano recupere las facultades legislativas que le corresponden, al tener la posibilidad de dictar normas generales que, llegado el caso concreto, deberían ser observadas por los otros órganos de las Naciones Unidas, entre ellos el Consejo de Seguridad, lo cual tiene su base en la atribución que tiene la Asamblea General de impulsar el desarrollo progresivo del derecho.

En ese sentido, se argumenta que, por ejemplo, la Asamblea General podría adoptar una Declaración de Principios y Normas de Orientación para regular cualquier intervención de la Organización en un situación grave al interior de un Estado miembro, cuando tiene altas posibilidades de afectar la paz y seguridad mundiales y esta resolución debería ser atendida y respetada por todos los miembros de la organización, incluyendo los del Consejo de Seguridad.

Con relación al tercer punto, se señala que es necesario que la Asamblea General revitalice su calidad de foro de debate en los temas de paz y seguridad mundiales, los cuales, si bien tienen en algunos casos impacto global, y en otros sólo un impacto regional o local, deben ser discutidos por todos los miembros, porque la mejor forma de enfrentar los problemas que potencialmente amenazan la paz y seguridad mundiales, es mediante una acción conjunta.

En este contexto, no nos resulta comprensible como el tema del último conflicto en Irak no haya sido debatido en la Asamblea General, a pesar que, por su naturaleza, resultaba de interés mundial, más aun cuando dicho debate hubiera guardado armonía con el tenor del artículo 12º numeral uno de la Carta.

Otro de los aspectos a destacar en la reforma de este organismo, sin duda alguna, son las propuestas de reforma del Consejo de Seguridad, las cuales han sido agrupadas en dos grandes grupos: el primer grupo está referido al aumento del número de miembros y cuestiones conexas, y el segundo grupo se refiere a los métodos de trabajo del Consejo de Seguridad y la transparencia de su labor.

Cabe señalar, antes de detallar las propuestas formuladas sobre el particular, que el "Grupo de Trabajo de Composición abierta sobre la cuestión de la representación equitativa en el Consejo de Seguridad y del aumento del número de sus miembros y otros asuntos relativos al Consejo de Seguridad", encargado de tratar el tema ha señalado que, en lo concerniente al segundo grupo se han producido avances, en particular en el tema de la transparencia. Sin embargo, la discusión y avances sobre los temas contenidos en el segundo grupo, prosigue con lentitud. Dentro de este grupo las cuestiones más difíciles tienen que ver con las categorías de miembros que se han de ampliar, el veto y el número total de miembros en un Consejo ampliado.

En cuanto al número de miembros de un Consejo ampliado, se ha propuesto un mínimo de 20 miembros y un máximo de 30. Aquí los países que apoyan la propuesta, destacan la importancia de mantener la eficiencia y la eficacia del Consejo de Seguridad y la necesidad que se atienda lo concerniente a la representación regional. En ese sentido, se han presentado propuestas que oscilan entre uno y cinco miembros no permanentes para cada uno de los grupos regionales actuales (África, Asia, América Latina y el Caribe, Europa Oriental y Occidental y el Grupo de los Estados Árabes).

Por otra parte también se han presentado propuestas respecto a nuevos miembros permanentes. Según el informe del Grupo de Trabajo, la propuesta incluye la designación entre uno y dos miembros permanentes para cada uno de los grupos regionales (los Estados en desarrollo de África, Asia y América Latina y el Caribe, los países industrializados, el Grupo de los Estados Árabes y la Unión Europea).

En este contexto, una de las propuestas es que los puestos permanentes por región sean ocupados rotativamente por los Estados miembros que la conformen, sistema que deberá, llegado el caso, garantizar que ningún Estado miembro que lo integre se vea excluido.

Por otro lado, algunas delegaciones propusieron que un Consejo de Seguridad ampliado debería reflejar proporciones y relaciones similares a las de 1963, vale decir el Consejo debería representar el 13% de la organización, o una relación de un miembro del Consejo por cada ocho Estados. Asimismo, se planteó que la proporción entre miembros permanentes y no permanentes sea de uno a tres o de uno a cuatro.

En cuanto a los criterios para la elección de miembros no permanentes en un Consejo ampliado se ha considerado que se tenga en cuenta los candidatos de países en desarrollo y países industrializados y que, llegado el caso, ningún grupo nacional o regional debería ser objeto de discriminación.

De otra parte, en cuanto a la elección de miembros permanentes, las propuestas para una eventual reforma señalan que se debe considerar la distribución geográfica equitativa así como la capacidad para contribuir a las operaciones de mantenimiento de la paz. En ese sentido, y de manera adicional se habla de que hay que tener en cuenta las nuevas circunstancias económicas y políticas así como las situaciones de desarrollo y de industrialización de los países.

Otros criterios propuestos son el no uso de la fuerza en las relaciones internacionales, el respeto del derecho internacional, la promoción de los derechos humanos y la contribución a la asistencia humanitaria por parte del candidato.

Sin embargo, al margen de lo establecido por el "Grupo de Trabajo de Composición abierta sobre la cuestión de la representación equitativa en el Consejo de Seguridad y del aumento del número de sus miembros y otros asuntos relativos al Consejo de Seguridad", se debe mencionar que existe una propuesta concreta para el aumento de la membrecía permanente: la postulación de Alemania, Japón, India y Brasil (denominados Grupo de los Cuatro). De acuerdo a una declaración conjunta emitida en septiembre de 2004, los citados países miembros se proponen como legítimos candidatos para una membrecía permanente en un Consejo de Seguridad ampliado, bajo la premisa de que es esencial que dicho órgano incluya países que tienen "el deseo y la capacidad para asumir mayores responsabilidades en las áreas de la paz y la seguridad internacionales". Además se debe destacar que Japón y Alemania son, respectivamente, el segundo y tercer mayor contribuyente de la organización y juntos, contribuyen más que el primero, Estados Unidos.

Partes: 1, 2, 3, 4
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