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Significado de la historia (página 4)

Enviado por martin soria


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Pero Roboam no fue leal a la voluntad del beneficio justo y mayoritario. Lo que el pueblo solicitó al nuevo rey Roboam, fue que le disminuyera los impuestos y los trabajos forzados.  Las pretensiones del pueblo parecían muy razonables.  Pero Roboam no oyó con mucho agrado aquella petición, y les pidió tres días de plazo para resolverles.  Mientras tanto, Roboam fue en busca de consejo, como deben hacerlo todos los gobernantes.  Acudió a los ancianos del pueblo para ver qué pensaban ellos.  Su consejo, naturalmente, fue que accediera a su petición.

Le dijeron: "Si tú fueres hoy siervo de este pueblo y lo sirvieres, y respondiéndoles buenas palabras les hablares, ellos te servirán para siempre" (I Reyes 12:7).  El consejo de los ancianos era bueno y acertado.  Si el rey respondía amablemente y mostraba su buen deseo de ayudar al pueblo, éste estaría listo a servirlo como rey durante toda su vida.

Pero esas palabras no satisficieron al rey, porque no estaban de acuerdo con sus propias ambiciones.  Es así como el rey dejó el consejo de los ancianos, y buscó el consejo de los jóvenes que se habían criado juntamente con él. El consejo de éstos fue sin sabiduría, y podemos muy bien hacer una comparación entre éste y el de los ancianos.  Ellos le aconsejaron que respondiera así: "El menor dedo de los míos es más grueso que los lomos de mi padre.  Ahora, pues, mi padre os cargó de pesado yugo, mas yo añadiré a vuestro yugo; mi padre os castigó con azotes, mas yo os castigaré con escorpiones".

1 R. 14:22-24). Roboam tuvo 18 esposas, 60 concubinas, 28 hijos y 60 hijas (2 Cr. 11:21). Con él se perdió toda posibilidad de restaurar al pueblo hebreo y la historia providencial debe exigir las condiciones necesarias para volver a desarrollar la sensibilidad capaz de descubrir y reconocer los valores absolutos. Los israelitas pasan 400 años divididos entre las diez tribus del norte y las dos tribus del sur.

Su debilidad llegó al extremo de ser estos esclavizados por el rey Nabucodonosor II quien los lleva a Babilonia prisioneros.

Nabucodonosor llevó a cabo varias campañas sobre Siria y Judá. Un intento de invasión a Egipto en 601 aC. tuvo algunos contratiempos, causados por diversas rebeliones en el área del Levante, incluyendo Judá. Nabucodonosor terminó con las rebeliones, capturando Jerusalén el 597 a. C., y llevando al rey Jeconías a Babilonia. Cuando el faraón Apries intentó nuevamente una invasión a Palestina, el 589 a. C., Judá y otros estados de la región se rebelaron. Un segundo asedio de Jerusalén ocurrió en 587/586 a. C., finalizando con la destrucción del templo y la ciudad, y la deportación de muchos ciudadanos a Babilonia. Estos hechos se describen el los libros bíblicos de Reyes, Jeremías y Crónicas.

Los israelitas pasaron entre su reclutamiento y regreso a Canaán, 210 años cautivos en Babilonia.

El rey persa Ciro benefició a los judíos y Darío procuraba obtener el bienestar de las naciones súbditas del imperio, y con este objetivo fomentó las ayudas a sus diferentes castas sacerdotales. Permitió a los judíos reconstruir el Templo de Jerusalén. Alrededor del año 400 a. de C., cuando el profeta Malaquías dejó de escribir, el centro de la potencia mundial comenzó a cambiar de oriente a occidente. Hasta ese momento, Babilonia había sido la principal potencia mundial, pero a esto siguió rápidamente el Imperio Medopersa, Este cambio había sido anunciado por el profeta Daniel, que dijo que se levantaría un oso que sería más alto en un lado que en otro, representando la división entre Media y Persia, con el predominio de los persas (Dan. 7:5).

En el momento más álgido de la potencia persa se irguió la nación de Macedonia (que actualmente conocemos como Grecia) al norte del Mar Negro, donde un hombre llamado Felipe el macedonio, se convirtió en dirigente de su propio país. Unió las islas de Grecia y se convirtió en su gobernador. Su hijo Alejandro Magno, estaba destinado a convertirse en uno de los más importantes dirigentes mundiales de todos los tiempos. En el 330 a. de C. una terrible batalla entre los persas y los griegos cambió radicalmente el curso de la historia. En esa batalla, Alejandro, que era un joven de solo veinte años, llevó a los ejércitos de Grecia a la victoria sobre los persas y destruyó por completo el poder de Persia. El centro del poder mundial cambió más aún para concentrarse en la parte oeste de Grecia y así comenzó el imperio griego.

Veamos cómo se van repitiendo los escenarios en la historia y cómo, las figuras responsables o figuras centrales asumen y cumplen o fallan en cumplir sus cometidos.

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El curso de Noé fue el modelo para Abraham, el curso de Abraham fue el modelo para Jacob, el curso de Jacob fue el modelo para Jesús. Todos nosotros debemos reconocer y comprender estos cursos porque, cada uno de nosotros, lo repite en el escenario que nos toca y con las personas que ocupan posiciones similares.

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El periodo de separación y de fe, han de ser completos y la completación se lleva a cabo mediante el proceso completo de 10 etapas y el establecimiento de la estructura base de 4 posiciones. Esa es la razón por la que es necesario restaurar 10 generaciones en tiempo y su múltiplo de 40 por las cuatro posiciones en diez etapas.

El pensamiento humanista (tipo Caín)empieza a florecer en Grecia con personajes como Platón alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles, influido por las matemáticas pitagóricas escribió sus famosos Diálogos sobre ética, antropología, metafísica y epistemología.

En paralelo el pensamiento ontológico (tipo Abel) aparece posteriormente a Malaquías ( Aunque el apelativo Malaquías ha sido considerado generalmente como un nombre propio su significado es, en hebreo, "mi mensajero" es decir el mensajero de Dios ) aparecen los 12 profetas menores y los 4 profetas mayores. 1-Oseas 2- Joel 3-Amos 4-Abdia 5-Jonás 6-Miqueas7- Nahúm 8-habacuc 9 Sofonías 10-Ageo 11-Zacarías 12- Malaquías. Y los mayores: 1-Isaias 2- Jeremías 3-Ezequiel 3- Daniel .

Este período de los profetas abarcó, poco más o menos, 400 años, 800-400 A.C. El evento céntrico del período fue la destrucción de Jerusalén. La misión y mensaje de los mismos se reduce a:

1- Tratar de salvar a la nación de su idolatría y maldad.

2-Fracasando en esto, anunciar que la nación sería destruida.

3-Pero no destruida del todo; un remanente seria salvo.

4-De en medio de este remanente vendría una influencia que se extendería por toda la tierra y trarería a Jehová todas las naciones.

5-Esta influencia se hallaría en un gran hombre que un día se levantaría en la familia de David. Los profetas le llamaban "el Renuevo." La familia de David, en un tiempo la más poderosa del mundo, en los días de los profetas cortada y derribada hasta gobernar a un reino pequeño, despreciado y a punto de desaparecer, una familia de reyes sin reino, no había de fenecer. Había de retoñar. Del tronco de la familia nacería un vástago, un retoñó tan grande que sería en sentido especial "el Renuevo."

Isaías revela y expone las condiciones extremadamente graves del pecado. Afirma que su entorno es peor que el de Sodoma y Gomorra y la condenación pesa sobre el pecador pueblo de Judá. Sión, que representa la colina del capitolio, está para ser "redimida por la justicia" significando que el juicio vendrá sobre todo pecador (Is. 1:27-31). La sola esperanza expresada en este capítulo de apertura, se otorga al obediente (vss. 18-21). En directo contraste a esta condenación de Jerusalén, Isaías anuncia y sostiene la más grande esperanza de restauración. Anuncia que en el futuro Sión será destruido y arado como un campo, pero en un subsiguiente período será restaurado como el centro que gobierne todas las naciones.

Jeremías ofrece un mensaje similar : ya es demasiado tarde para evitar la disciplina de Dios, así que aceptadla y alejaos de vuestros pecados. Sin embargo, después de un periodo de castigo, Dios va a restaurar a Judá.

Ezequiel expone desde un mensaje central similar en sus amenazas contra Jerusalén e Israel, con algunas acciones simbólicas (4,1-5) un oráculo de amenazas (6, 1-14) y la profecía sobre el "día de Yahvéh" (7, 1-27)

Daniel, en términos generales, hace referencia a la historia humana como si se tratara de un drama resuelto en dos actos. El primero de ellos se desarrolla en el momento actual y en el mundo presente; el segundo, dado en una perspectiva escatológica, revela lo que habrá de acontecer al final de todos los tiempos con una caracterización apocalíptica. Todos ellos ofrecen la esperanza de la restauración.

Este interés de los profetas se debe a la proliferación de ídolos iniciada con el tercero de los reyes Salomón, quien luego de construir el Templo, se entregó a los dioses de sus concubinas y su reino se dividió, en Judá fiel a su hijo Roboan, e Israel a Jeroboán.

De la tribu de Judá surgieron cuatro profetas mayores que predicaban la penitencia y el arrepentimiento de los pecados. Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel. Los judíos sufrieron mucha persecución pero mantuvieron la fe.

De esa fe se deriva la familia de Joaquín.

Joaquín que significa: "Yahweh prepara", fue el padre de María, y Ana su madre. Joaquín es descrito como un hombre rico y piadoso que donaba bienes regularmente a los pobres del templo de Jerusalén. Como su esposa era estéril, las autoridades religiosas ordenan sacrificios a Joaquín, al considerar que la esterilidad es un signo de descontento de Dios.

Joaquín entonces decide retirarse al desierto, donde practica penitencia durante 40 cuarenta días. Después de ese tiempo, unos ángeles se aparecen ante Joaquín y Ana -quien se encontraba en Jerusalén- y les prometen el nacimiento de un hijo. Entonces Joaquín regresa con su esposa.

Ambos prometieron a Dios que si les daba un hijo lo entregarían a la voluntad de Dios. Ana quedó embarazada a avanzada edad y de este matrimonio nació María la madre de Jesús. En cierto modo, el nacimiento de María es incondicionalmente aceptado por sus padres. Se dice que sus padres eran rectos en la fe.

Jesús debía nacer de modo incondicional de una pareja establecida incondicionalmente y centrada en los valores absolutos y principios de la creación.

Jesús fue el fruto de numerosas condiciones establecidas a lo largo de la historia por sus antecesores. Pero, debía nacer en la posición que le permitiese llegar a ser el sumo representante incondicional espiritual, lo que obligó a su concepción incondicional, para que estableciera el Reino Espiritual en la tierra, el reino de los vínculos en la incondicionalidad afectiva, basado en el máximo conocimiento de los Principios de la Creación, que le transformaría en el máximo líder, sabio y padre ejemplar arquetipo de la autenticidad humana. El debía convertirse en el biotipo humano de normalidad completa.

El, para acceder a esta condición, debía también estar ligado con la tradición real, (de ser monarca) por eso Simón, sumo sacerdote, inspirado por la necesidad de unir los mundos físico y espiritual aceptó el fruto de la incondicionalidad del amor en la familia de María. Esto no lo pudo comprender la tradición contraespiritual de su tiempo.

Jesús fue un hombre justo desde su nacimiento. El único hombre completamente justo que ha visto la historia, que pudo decir que nació por obra y gracia del amor incondicional absoluto, por obra y gracia del Espíritu Santo, (espíritu de la máxima incondicionalidad, justa y valida). Y durante su infancia y juventud respondió respetuosamente a descubrir, reconocer y responder al cumplimiento del deber impreso en la máxima necesidad valida del momento y lugar en donde estuvo.

Jesús, no solo comprende el bienestar humano natural como "respeto al otro, o respeto mutuo", además asume que cada uno debe responder al llamado del beneficio globalitario descrito en su : "amarás a Dios por sobre todas las cosas". Este -Dios- adquiere una connotación intravincular global y se explica como "Padre Celestial." Amar a Dios por sobre todas las cosas es igual a responder al máximo deber necesario. Amar es atender, entender y estar dispuesto a responder a la necesidad del otro o de lo otro. Lo otro o el otro más importante es lo máximo necesario. Por lo tanto, amar a Dios por sobre todas las cosas adquiere sentido en el estar dispuesto siempre a responder a resolver o realizar lo necesario.

Padre Celestial, no es un hombre sobre las nubes, cosa que sería imposible, ni un misterio, pues sería insoluble, es un concepto que significa un Todo original vincular, justo y conectivo. Un ser normal por ser normado. La norma en sí misma. Celestial antes, era igual que universal ahora. Es el valor Absoluto en su dimensión máxima, valor esperado y necesario para cada uno de los elementos de que está compuesto. Jesús conocía y comprendía al Dios esencia, distinto del dios imaginado por sus coetáneos. En el reconocimiento de la total normalidad, trabajó y dedicó su vida a realizarse y realizar a sus similares en la unidad vincular máxima, absoluta y eterna.

Padre Celestial no es un reducto imaginario al que me ligo por bandera como estandarte de mi salvación. Por crear en la imaginación una forma humana y depositarla en un espacio extraterrestre y adorarla con palabras bonitas, no se arreglan los problemas, ni se resuelven las máximas necesidades humanas, ni se cumplen los deberes naturales. Son muchos los devotos de esa forma imaginada en el misterio de su inocencia. Eso no es un custodio regulador al que llamamos padre y menos universal, máximo o absoluto al que podamos denominarle "Celestial". Eso es solo una estampita creada por el ego de quien se escuda en ella para no cumplir su responsabilidad de responder al cumplimiento de lo que es siempre y para todos válido.

Esa estampita segrega y dictamina que solo son humanos los designados por mi propia voluntad, los de mi credo o los de mi parroquia, el resto no son hijos de Dios, ni del Todo, ni de la Naturaleza. El resto son considerados inhumanos, despreciables y desechables, no son eternos como uno. A esos otros no se los van a encontrar en el mundo del espíritu eterno porque no tienen espíritu, según piensan algunos. Estas ideas son fantasías de mentes dementes. Esas fantasías, esas ideas rodeaban a Jesús en su momento y siguen rodeándonos a nosotros también hoy, fueron las causantes de su desgracia y son las causantes de la nuestra también.

Los credos deben ser analizados y verificados en las razones constantes. Nunca deben ser defendidos sin antes verificarlos y una vez verificados tampoco pueden ser defendidos, deben ser manifiestos, pero sin imponérselos a nadie. La verdad no se impone, se reconoce. Quien no reconoce las razones que justifican su verdad, no tiene derecho a defenderla porque no la tiene. Ninguna verdad puede ser declarada cierta si no dispone de la razón que la justifica válida.

El vinculo contiene jerarquías que se construyen recorriendo etapas de desarrollo.

Sin respeto y responsabilidad no se confía, sin confianza es imposible vincularse plenamente, de igual modo, existen distintos tipos de vinculación en importancia y en intensidad. El vinculo del hijo al padre es demandante, el vinculo confraterno es de intercambio, el vinculo conyugal es reproductivo y el vinculo paterno filial es incondicional.

Para establecer el vínculo incondicional maduro paterno filial es necesario iniciar el vinculo filio-paternal incondicional, sobre la base de una concepción también incondicional. Jesús fue concebido incondicionalmente por sus padres. Incondicionalmente se unió en la fidelidad absoluta con el paternazgo incondicional al que él llamaba "Padre Celestial" Padre de todos los humanos, Padre Nuestro que estás en el espíritu de todo, en los cielos. Esa visión hizo de su conducta un modelo de fe absoluta en el verdadero paternazgo que El estaba construyendo para que el resto pudiera verlo encarnado con sus propios ojos. Por eso cuando comprendió la naturaleza humana hizo el ayuno de 40 días, para superar así la tentación de los instintos.

Una vez superada esta prueba adquiere la certificación de su naturaleza humana normal y comienza su misión de reconstruir los vínculos fraternales en la incondicionalidad. Acepta a 12 discípulos en la posición de restaurar la unidad de los doce objetivos triples de la estructura base de cuatro posiciones, originaria de la creación.

El respeto hacia Jesús y el cumplimiento de la responsabilidad que este les encomiende, establecería la base de la confianza de los 12 sobre la cual construir los vínculos del amor incondicional confraterno. De haberlo logrado en vida, habría seguido a la siguiente etapa de construir las bodas del cordero. Las bodas, porque antes de establecer su matrimonio debió establecer el matrimonio de sus 12.

Era de vital importancia que los 12 discípulos se unieran con El por sobre todas las cosas, para que todas las cosas pudieran reconocer la Naturaleza Vincular Incondicional por sobre ellas, de ese modo restituía la posición del amor por sobre la vida o de la conciencia de la unidad vincular por sobre la naturaleza del instinto.

Si Pedro no lo niega, si Judas no lo traiciona, y si cualquiera de ellos se hubiese ofrecido a Pilatos en lugar de El. La conciencia caída de la humanidad habría reconocido la incondicionalidad de la conciencia original y nadie se habría atrevido a castigar a Jesús. La conciencia justifica sus actos en las causas y en las consecuencias. Si la causa es adecuada y su consecuencia es la debida, la conciencia no tiene otra respuesta que la que corresponde a la satisfacción.

Herodes Antipas era la encarnación del Anticristo, la encarnación del anti-afecto, del anti-incondicional, del anti-amor. Era el perfecto extremo para que Jesús desde su posición central de verdadero líder, verdadero maestro y de verdadero padre, lo amara, educara y liderara en el proceso de restauración del vínculo filial incondicional, del vínculo fraternal incondicional y del vínculo paternal incondicional. Esa difícil tarea, solo sería posible sobre la aceptación de reconocer a Jesús como el modelo a seguir.

Pero la gente de su tiempo no estaba preparada para reconocerlo. Así lo expone Pablo cuando dice: "sabiduría que los príncipes de este mundo no reconocieron, porque de haberlo reconocido no habrían crucificado al Señor de la Gloria".

Herodes, desde su posición de rey inmaduro, insuficiente y pecador, debió aceptar al nuevo Rey de Reyes conocedor de lo verdadero, responsable y maduro en su entendimiento del valor absoluto y seguirlo desde la posición filial de quien se arrepiente de su errática función filial, para restaurar la filialidad incondicional a nivel nacional.

La restauración de esta situación, habría calificado a Jesús como el capaz de amar incondicionalmente a su mayor enemigo, pero Herodes no cumplió su responsabilidad, así como tampoco la cumplió Pilatos desde la posición de restaurar la filialidad a nivel internacional. Eso puso a Jesús en una condición difícil de aceptar.

Herodes se transformó en el perfecto opuesto a los valores que Jesús vino a predicar. Herodes era un rey "extranjero" era originario de Edom, (lugar cercano a Egipto en territorio árabe actual) de los descendientes de Esaú, era edomita. Reinó 40 años antes del nacimiento de Jesús. Era un personaje ambicioso que pretendía la confianza de Roma, a pesar de ser el rey de los judíos, quienes nunca lo consideraron suyo por ser edomita.

Se cree por los escritos de Mateo (2.16.18) que mandó asesinar a los niños de Belén, por temor a que los judíos adoptaran otro rey, pero esta historia pudo ser "ajustada" para justificar las profecías de Jeremías o para asimilar a Jesús con Moisés quien fue recogido de las aguas cuando el faraón mandó asesinar a los hijos de los israelitas. De cualquier modo, no deja de ser interesante el hecho de que Moisés fuese capaz de ganarse la confianza del faraón, asemejando esta situación al caso de Jesús, quien también debía ganarse la confianza de la casa de su enemigo Herodes. La incondicinalidad ha venido trabajando su realización mediante personajes centrales de la historia. Kant nos dice que: " es fácil demostrar que no habría espacio ni extensión, si las sustancias no tuvieran la fuerza de actuar fuera de ellas mismas, sin estas fuerzas no hay relación, ni espacio, tiempo u orden". La historia gira en torno a la incondicionalidad, a esa fuerza que motiva a salir de sí misma para conservarse y conservar su especie.

Para que aparezca el fruto de la incondicionalidad, ha de establecerse la reproducción incondicional providencial desde su inicio hasta su cumplimiento.

La elección de las familias reproductoras ha de ser aquella que posibilite el cumplimiento de la restauración total y para ello, nada mejor que la unión de los máximos extremos, para que sean el ejemplo a imitar por las tribus, pueblos y naciones. La unión entre grupos y creencias.

Las familias más extremas en la posición de liderazgo eran aquellas que representaban a lo interno y a lo externo, al rey de lo físico y al rey de lo espiritual. Herodes (origen idumeo, Esau) y Joaquín (descendiente de Jacob) eran dos extremos; uno (Herodes) el extremo del rencor, de la desconfianza y de la violencia. El otro, (Joaquín) el extremo del vínculo leal a los valores familiares absolutos, de justicia y de bondad. Ambas familias se debieron unir a la luz de la inspiración de Simeón el Sumo Sacerdote que desde la posición de Adán (Padre) posibilita la restauración de la incondicionalidad en el afecto en la justicia y en el cumplimiento del deber de amarse plena e incondicionalmente como Caín y Abel (hijos) reformados, Herodes rey tipo Caín y Jesús Rey tipo Abel debieron encontrar y asumir la reciprocidad de los valores absolutos descubiertos y pregonados por el evangelio de Jesús.

Jesús, en la posición de Adán, debió unir a la familia de Herodes en la posición de Caín, con la familia de Joaquín en la posición de Abel, al politeísmo con el monoteísmo, al idólatra con el leal y obediente a la justicia universal, al Imperio Romano con el Judaísmo. Sobre esta unión aparecería el Rey de Reyes, rey de los valores absolutos de Plenitud Justicia y Responsabilidad Humana.

Significados de Joaquín y de Herodes:

Joaquín, nombre masculino de origen hebreo "Yehoyakin", significa "Yahvé establecerá, formara" o "Aquel que obra con la aprobación de Dios". Herodes: "El dragón del fuego" La figura del dragón juega un papel importante como un dios y/o un guardián ,

Jesús, para mostrarnos el camino de la restauración del afecto, debía de ser reconocido por el líder espiritual del momento y por el líder político (material) y ese líder espiritual era Juan el Bautista. Sobre la aceptación de Juan el Bautista y con el respaldo de sus seguidores, podría dirigirse ante Herodes, quien, no tendría más remedio que reconocer a Jesús, o perder el poder debido a que los seguidores del Juan que reconocería y aceptaría a Jesús como Salvador, se le opondrían y lo destronarían en caso de oponerse a quien ellos creerían y considerarían ser el Anunciado. Eso es lo que debería haber ocurrido, pero no lo que ocurrió. Al no transformarse Juan en discípulo o apóstol de Jesús produjo la confusión entre judíos.

Juan, tal vez reconoció en algún momento que Jesús era El Esperado por el pueblo de Israel, pero si lo dijo, no obró en consecuencia. El esperado debía transformarse en el líder del pueblo israelí, y como líder debía de ser seguido por quienes lo esperaban, pero Juan no lo sigue, no se une con él, y cuando le preguntan, responde con un "conviene que él crezca y yo mengüe". Juan siguió bautizando en un lugar del río mientras Jesús bautizaba al otro extremo. Juan no se transformó en discípulo predilecto de Jesús y eso impidió la restauración del amor fraternal a nivel nacional, condición esta necesaria para poder restaurar el amor incondicional fraternal a nivel internacional entre judíos y romanos.

Debido a que Juan no se entrega voluntaria e incondicionalmente al cumplimiento de la voluntad de Jesús, este, debió inmediatamente reestablecer el recorrido del amor vincular incondicional desde su origen, y se fue al desierto a ayunar durante 40 días, superó las tres grandes tentaciones, demostrando de este modo su lealtad completa a los valores absolutos en la incondicionalidad. Mostrando así su dominio sobre el celo y los instintos.

Las tres grandes tentaciones. "Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo le pusiera a prueba. Pasó 40 días y 40 noches sin comer, y después sintió hambre. Se acercó el diablo a Jesús para ponerle a prueba, y le dijo: – Si de verdad eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan. Pero Jesús le contestó: – La Escritura dice: "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que salga de los labios de Dios." Luego el diablo lo llevó a la santa ciudad de Jerusalén, lo subió al alero del templo y le dijo: – Si de verdad eres el Hijo de Dios, échate abajo, porque la Escritura dice: "Dios mandará a sus ángeles a que te cuiden. Te levantarán con sus manos para que no tropieces con ninguna piedra." Jesús le contestó: – También dice la Escritura: "No pongas a prueba al Señor tu Dios." Finalmente el diablo le llevó a un monte muy alto, y mostrándole todos los países del mundo y su grandeza, le dijo: – Yo te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras. Jesús le contestó: – Vete, Satanás, porque la Escritura dice: "Adora al Señor tu Dios y sírvele sólo a él." Entonces el diablo se apartó, y unos ángeles acudieron a servirle."

¿Porqué debía Jesús superar esta prueba?

Jesús, ante todo sintió mucho dolor al ver que el máximo líder religioso del momento, el máximo representante del judaísmo, el que estaba preparando el camino, Juan el Bautista, no se vinculara incondicionalmente con El y no se transformara en su primer discípulo como la voluntad providencial esperaba. Al ocurrir esta desligación entre el camino providencial del judaísmo y Jesús, este, quedó al margen del judaísmo y hubo de iniciar el curso de la restauración desde el nivel individual, cuando ya existía un trabajo realizado por las generaciones descendientes de Abraham.

Jesús asume la responsabilidad del cumplimiento de su deber de restaurar a la especie humana, desde su persona y se separa durante 40 días en el desierto. La superación de las tres tentaciones nos demuestran que Jesús controló y ejerció el dominio sobre el celo y los instintos de protección, conservación y reproducción.

Si de verdad eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan. Pero Jesús le contestó: – La Escritura dice: "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que salga de los labios de Dios." Es lógico pensar que en algún momento del ayuno Jesús tuvo hambre y su respuesta al hambre fue la esperada por su verdadera naturaleza humana, la de priorizar el criterio de su conciencia del valor por sobre los deseos de su instinto de mantenimiento.

  • Si de verdad eres el Hijo de Dios, échate abajo, porque la Escritura dice: "Dios mandará a sus ángeles a que te cuiden. Te levantarán con sus manos para que no tropieces con ninguna piedra." Jesús le contestó: – También dice la Escritura: "No pongas a prueba al Señor tu Dios." Jesús debió temer por su vida luego del largo ayuno, pero superó la ansiedad y la angustia del instinto de protección con su respuesta a la necesidad vital con un sólido "no tentarás al Señor tu Dios" respuesta equivalente a: "No intentes priorizar la vida por sobre el amor".

Finalmente el diablo (el que rompe la relación) lo llevó a un monte muy alto, y mostrándole todos los países del mundo y su grandeza, le dijo: – Yo te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras. Jesús le contestó: – Apártate de mi Satanás, porque escrito está: "Adorarás al Señor tu Dios y servirás sólo a El."Jesús en su absoluto aislamiento debió sentir todo tipo de deseos, pero fue capaz de superarlos y ese logro lo capacitó y calificó como Señor de los instintos y Señor de los extremos y sobre este fundamento de fe, pudo iniciar el fundamento de sustancia a nivel individual.

Jesús educó a quienes estaban a su lado, primero a Andrés «Andrés, era hermano de Simón Pedro. Al igual que éste, era oriundo de Betsaida y vivía en Cafarnaum dedicado a la pesca. Antes de ser discípulo de Jesús, Andrés era discípulo de Juan Bautista. Pero un día lo descubrió, y entonces decidió abandonar a su primer maestro para seguir a aquél (Jn 1,35). Más tarde, Andrés llevó también a su hermano Pedro y se lo presentó (Jn 1,41). Y así fue como Pedro conoció a Jesús.» Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananita, y Judas Iscariote, el que le entregó."

Jesús asumió la responsabilidad de crear el fundamento que había perdido el judaísmo al ser rechazado por los judíos. E inicia un nuevo grupo de personas que le tienen fe y que posteriormente se definirían cristianos. Comienza su misión educando a doce discípulos para restaurar así el fundamento base de cuatro posiciones originario de la Creación. Luego espera ganarse la confianza de 72 y más tarde 144. los 72 son producto resultante de las 36 parejas masculinas y femeninas que representaban las tres etapas de la completación familiar. 12 en el nivel de hijos, 12 en el nivel de padres y 12 en el nivel de abuelos. Hombre y mujer suman 72. Y 144 es producto del mérito del esposo y del mérito de la esposa 72 cada uno suman 144. Este número elevado a la decima expresión entres etapas nos da 144.000. Ese era el número de miembros esperado para restaurar el fallo del judaísmo de no creer en Jesús.

Los doce discípulos / apóstoles originales están registrados en Mateo 10:2-4, "Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el cananita, y Judas Iscariote, el que también le entregó."

La Biblia también nombra a los 12 discípulos / apóstoles en Marcos 3:16-19 y Lucas 6:13-16. Comparando estos tres pasajes, hay un par de diferencias en los nombres. Parece que Tadeo también era conocido como "Judas, hermano de Jacobo" (Lucas 6:16) y Lebeo (Mateo 10:3). Simón el Zelote también era conocido como Simón el cananita (Marcos 3:18). Judas Iscariote, quien traicionó a Jesús, fue reemplazado por Matías entre los doce apóstoles (ver Hechos 1:20-26).

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Este número se justifica y se deriva de la composición familiar básica. Una familia se compone de abuelos, padres e hijos, y para que cada uno de ellos pueda realizarse vincularmente en el afecto es necesario que:

Los abuelos tengan nietos maduros en el afecto vincular.

Los padres tengan hijos maduros en el afecto y que

Los hijos sean maduros en el afecto.

Los abuelos son consuegros y para que la familia se constituya los consuegros deben ser vinculados, los consuegros son 4 individuos

Para que se constituya la familia, los padres deben ser vinculados, fraternal y conyugalmente. Los padres son 2 individuos y para vincularse fraternalmente necesitan mínimo de un hermano cada uno. 2 individuos más, suman 4.

Para que se constituya la familia, los hijos para madurar en el afecto fraternal y filial necesitan hermanos complementarios, es decir hermano hermana si son dos hijos cada uno necesita de 2 un hermano y una hermana lo que hacen un total de 4 individuos.

Si sumamos 4+4+4= 12 individuos constituyen la familia madura en el vinculo afectivo.

Si sumamos 4+4+4= 12 individuos constituyen la familia madura en el vinculo afectivo.

Jesús debía restaurar este fundamento basado en doce individuos que incondicionalmente se vincularan en el afecto intrafamiliar con èl.

Ese es el motivo del por qué era necesario elegir doce discípulos.

Sin ese fundamento espiritual Jesús no podía iniciar su curso de la vinculación familiar.

Este fundamento se ha mantenido oculto hasta nuestros días. Pero El lo conocía muy bien por eso lo estaba estableciendo, el problema es que ninguno de sus discípulos lo adivinó, por eso no pudieron cumplirlo.

Jesús asume la función de Juan el Bautista e inicia su recorrido para establecer un nuevo grupo de creyentes, otro judaísmo eficiente que sobre la condición de superar la tentación del celo emocional, intelectual y conductual, sea leal y obediente a su líder para restaurar la verdadera filialidad vincular a nivel global, pero debe iniciar el proceso desde la posición de calificarse a sí mismo, y es por eso que debe ayunar 40 días y superar la prueba de las tres tentaciones. (instinto de protección, de conservación y de reproducción)

Sobre el cumplimiento de esta condición, Jesús asume responsablemente la tarea de restaurar el amor incondicional fraternal con sus inmediatos, y para cumplir esta condición, selecciona a 12 discípulos, el guía, los educa y los vincula. Pero no logra establecer el vínculo incondicional completo con ninguno de ellos. Pedro lo niega, Judas lo traiciona y el resto desaparece cuando lo toman preso.

La falta de unidad completa en el amor incondicional fraterno, posibilitó que los judíos, (sus hermanos de sangre en la posición Caín) llevaran a Jesús (Abel) al patíbulo.

Poncio Pilatos, quien debía juzgar culpable o inocente a Jesús tampoco superó la tentación del miedo a los judíos y entregando a Jesús, se lavó las manos.

(Mateo 27:19 ) Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. 

Pilatos hace caso omiso a la advertencia de su esposa Claudia Prócula (canonizada Santa por la Iglesia Ortodoxa etíope)

Pilatos repite la posición de estar tentado a obrar en su propio beneficio o en el beneficio de la Naturaleza. La advertencia de su esposa ocupa la posición del mandamiento de la conciencia necesario para superar el apetito del instinto, pero Pilatos también cae en la tentación de preferir su propio beneficio por sobre el Bien Supremo.

¿Qué habría ocurrido si Pilatos hubiera obedecido la voz de su conciencia y hubiese liberado a Jesús?

Pilatos habría restaurado la posición de Adán a nivel mundial, su esposa habría restaurado la posición de Eva al obrar en consecuencia con las normas del amor vincular y Jesús habría continuado su misión de realizarse en la unidad del amor incondicional.

La frustración de Jesús fue máxima hasta el extremo de provocar en él, el sentimiento de que Dios lo había abandonado: " Dios mío, Dios mío, ¿Porqué me has abandonado?"

Aun con este sentimiento, Jesús lo acepta y dice "perdónalos porque no saben lo que hacen" "Hágase Tu Voluntad y no la mía".

Al aceptar la voluntad de Dios por sobre la suya, Jesús pone la condición de ser leal a los valores absolutos y esa condición permite al cristianismo, desde la posición de objeto del amor incondicional, la continuidad en el descubrimiento y encuentro con los valores absolutos.

Jesús establece el modelo de incondicionalidad absoluta, pero resta la realización del vínculo filial, conyugal y paterno filial en el núcleo gestor de la especie humana. Resta construir las bodas del Cordero, el modelo de autentica familia integra y justa.

Resta construir a la sagrada familia incondicional total en conductas, en conocimiento y en tradición. Nos falta el modelo de familia, el biotipo del ser persona, nos falta el arquetipo ejemplar modelo de la auténtica familia y de la auténtica tradición humana.

La historia no cesa en esa búsqueda y desde Jesús, se han venido estableciendo las condiciones necesarias para que el ser humano reconozca la necesidad de comprender completamente las particularidades contenidas en los valores absolutos.

La globalización actual, las Naciones Unidas, el Banco Mundial, Internet y las organizaciones internacionales provocan las condiciones necesarias para una solución global, para el entendimiento global, para el cumplimiento de las necesidades globales y esto, nos indica que se puede, en base a la recognición de los valores absolutos, establecer un modelo de individuo incondicional, un modelo de familia incondicional y un modelo de tradición incondicional universal.

Nuestra situación se asemeja a la del Imperio Romano de la edad de Jesús. En la actualidad existe un sistema democrático, con libertades sociales, religiosas económicas etc también similares; también existe un estado EEUU comparado con el de Roma.

Las circunstancias similares han pasado por periodos de tiempo en los cuales se han repetido las mismas circunstancias por las que pasaron los judíos a lo largo de su historia.

La posibilidad del establecimiento vincular filio-paternal, fraterno-conyugal y paterno-filial incondicional maduro se evapora en el tiempo de Jesús al no confiar la gente en El.

Israel fue destruido 40 años después de Jesús, en el año 70 dC. Así como se predijo en Luc 19.43,44 Los cristianos después de la muerte de Jesús fueron perseguidos, torturados y asesinados por el imperio romano durante 400 años.

Los discípulos de Jesús debieron separarse de las costumbres romanas, de su idolatría politeísta y de sus costumbres paganas. Este periodo de separación y persecución se terminó cuando Constantino legalizó la libertad religiosa y se convirtió al cristianismo.

Trajano, (Hispano) Expandió al máximo el Imperio, pero la debilidad romana acusaba de su infortunio a los cristianos. Los godos (cristianos arrianos) saquearon Roma y los romanos persiguieron a los cristianos durante 400 largos años.

San Agustín escribió la Ciudad de Dios (413-16 dC) en donde indica que los saqueos de Roma se debían a los falsos dioses romanos que fomentaban el libertinaje y el poder terrenal.

El cristianismo en esos años se encontraba dividido y esta obra sirvió para unificar los criterios teológicos filosóficos y políticos de los cristianos.

Un sector de los cristianos, liderado por el obispo de Alejandría, Alejandro, y su discípulo y sucesor Atanasio, defendía que Jesús tenía una doble naturaleza, humana y divina, y que por tanto Cristo era verdadero Dios y verdadero Hombre; en cambio, otro sector liderado por el presbítero Arrio y por el obispo Eusebio de Nicomedia, afirmaba que Cristo había sido la primera creación de Dios antes del inicio de los tiempos, pero que, habiendo sido creado, no era Dios mismo.

Esta división debió ser resuelta en ese momento en lugar de declararse enemigos. Alejandro de Alejandría y Atanasio, no solo rechazaron las ideas del presbítero Arrio y del obispo Eusebio de Nicomedia, los rechazaron y declararon enemigos en el Concilio de Nicea. El emperador Constantino defendió la postura de que Jesús era Dios. Para entender esto debemos comprender que los dioses romanos no era el Dios creador, sino, poderes.

Después de Nicea los debates sobre este asunto siguieron por décadas y el propio Constantino y sus sucesores fueron alternando su apoyo entre los arrianos y los partidarios de las resoluciones de Nicea. Finalmente, el emperador Teodosio estableció el credo del Concilio de Nicea como la norma para su dominio y convocó el Concilio de Constantinopla en 381 para aclarar la fórmula. Aquel concilio acordó colocar al Espíritu Santo en el mismo nivel de Dios y de Cristo y empezó a perfilarse la doctrina trinitaria.

Constantino convocó el Primer Concilio de Nicea en 325, que otorgó legitimidad legal al cristianismo en el Imperio Romano por primera vez.

Teodosio I el Grande (Hispano. Nacido en Cauca, actual Coca, Segovia) tomó la trascendental decisión de hacer del cristianismo niceno o catolicismo la religión oficial del Imperio en el Edicto de Tesalónica de 380 dC. El Concilio Constantinopla 381 formulo el Credo Niceno.

Creemos en un Dios Padre Todopoderoso, hacedor de todas las cosas visibles e invisibles.

Y en un Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; engendrado como el Unigénito del Padre, es decir, de la substancia del Padre, Dios de Dios; luz de luz; Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no hecho; consubstancial al Padre; mediante el cual todas las cosas fueron hechas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra; quien para nosotros los humanos y para nuestra salvación descendió y se hizo carne, se hizo humano, y sufrió, y resucitó al tercer día, y vendrá a juzgar a los vivos y los muertos.

Y en el Espíritu Santo.

Credo niceno constantipolitano:

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre; por quien todas las cosas fueron hechas; que por nosotros los hombres, y por nuestra salvación descendió del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó en María La virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria, para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo (cf. Filioque), que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica. Reconozco que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados, espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

El 27 de febrero de 380, Graciano y Valentiniano I publicaron un edicto para que todos sus súbditos profesaran la fe de los obispos de Roma y Alejandría (esto es, la fe nicena). El movimiento fue principalmente una ofensiva contra las diversas creencias que habían surgido fuera del arrianismo, pero grupos disidentes menores, tales como los macedonios, también fueron prohibidos. El texto exacto de este decreto, reunido en el Codex Theodosianus XVI.1.2, fue:

Es nuestro deseo que todas las diversas naciones que están sometidas a nuestra Clemencia y Moderación, deben continuar en la profesión de esa religión que fue transmitida a los romanos por el divino apóstol Pedro, tal como ha sido conservada por la fiel tradición y que actualmente es profesada por el Pontífice Dámaso y por Pedro, Obispo de Alejandría, un hombre de santidad apostólica. De acuerdo con la enseñanza apostólica y la doctrina del Evangelio, creamos en una sola deidad del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en igual majestad y en una Santa Trinidad. Autorizamos a los seguidores de esta ley que asuman el título de católicos cristianos; pero por lo que se refiere a los otros, pues, en nuestro juicio ellos son locos insensatos, decretamos que sean señalados con el ignominioso nombre de herejes, y no pueden pretender dar a sus conventículos el nombre de iglesias. Ellos sufrirán en primer lugar la reprensión de la condena divina y en segundo lugar el castigo de nuestra autoridad que de acuerdo con el deseo del Cielo decidirá infligir.9 (Henry Bettenson, Documents of the Christian Church, Oxford University Press, 1967, 2.ª (1.ª 1943), pág. 22).10

En el Concilio Primero de Toledo 397- 400, celebrado en tiempo de los emperadores Arcadio y Honorio, se decretan las normas del catolicismo y se acuerdan las condiciones de los presbíteros, y diáconos así como de las religiosas.

19 obispos se reúnen y acuerdan los reglamentos de veinte normas de comportamiento.

En Roma se realizó la Antigua Basílica de San Pedro. Que ordenó el Emperador Constantino en el año 333. Curiosamente coincidiendo con el papado 33 y todos ellos, los 33 fueron Martíres (asesinados) para restaurar los 33 años de vida de Jesús.

Roma, atraviesa tres grandes épocas:

La Monárquica. La república y la Imperialista

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Monarcas

1-Rómulo

2-Numa Pompilio

3-Tulio Hostilio

4-Anco Marcio

5-Tarquino Prisco

6-Servio Tulio

7-Tarquinio el Soberbio.

El mito de la fundación de Roma: Después de la guerra de Troya,  Eneas, un príncipe troyano que sobrevivió a la destrucción de su ciudad, se refugió con su familia en la llanura del Lacio. Algunos años después su hijo, Ascanio, fundó la ciudad de Alba Longa.

Cuatro siglos más tarde, uno de los reyes de Alba Longa, Numitor, fue destronado por su hermano menor Amulio. Para garantizar su seguridad, el usurpador mató a todos los hijos varones de su hermano y obligó a su sobrina, Rea Silvia, a hacerse sacerdotisa. Pero el dios Marte la hizo madre de los gemelos Rómulo y Remo. Amulio, enfurecido, ordenó que los niños fueran arrojados a las aguas del río Tiber. Pero la canasta en la que habían sido depositados quedó varada en la orilla y una loba encontró a los hermanos y los amamantó. Más tarde fueron recogidos por el matrimonio de pastores Fáustulo y Aca Larentia. Se dice que fueron educados en Gabio -centro cultural del Lacio- y que más tarde fueron bandoleros.

Historia similar a la de Moisés pero del lado Caín, preparando la nación elegida para recibir al modelo de identidad original, Jesús.

Organización de la Roma monárquica:

Terminada la guerra con los sabinos, Rómulo estableció la diarquía (2reyes) junto con Tito Tacio y creó las primeras 3 tribus la de romanos (Ramnes), la de Sabinos (Titites) y la población restante (Luceres).

Además dividió cada una de estas tribus en 10 curias; cada una de estas curias se llamaron como 30 de las sabinas raptadas. A su vez dividió estas en 10 gentes.

Rómulo también formo las primeras legiones que estaban conformadas por 3.000 de infantería y 300 de caballería, en decir, cada curia debía aportar una centuria de infantería y una decuria de caballería.

También creó la guardia de los celeres que era la guardia personal de los reyes. Su nombre derivaba de Celer quien era su jefe y el más importante consejero de Rómulo. Esta estaba conformada por 300 hombres de infantería según algunos historiadores o bien de caballería según otros.

40 años antes de Jesús  Marco Antonio y Octavio, se reagruparon y vencieron definitivamente a los republicanos en la batalla de Filipos (42 a.C.). A partir de este momento la República quedó sepultada y ambos generales se repartieron el imperio.

En la Historia se perdieron las tres etapas del proceso de consecución del Vinculo Incondicional, al no encontrar a nadie leal al ideal que estableciera la estructura base de cuatro posiciones en la incondicionalidad afectiva y la naturaleza condicionó a la población Romana a pagar el esfuerzo de la restitución para recibir a Jesús.

La iglesia Cristiana luego de que Teodosio I el Grande la elevara a la categoría de religión del Imperio, fue regida durante 400 años por los patriarcas. Esta denominación específica aparece en los escritos de los Padres de la Iglesia, y ya está plenamente aceptada y establecida en el Concilio de Nicea I (325), donde el tratamiento y dignidad patriarcales se reserva sólo para cuatro obispos metropolitanos. Por orden de importancia, los patriarcados originales son:

El Patriarca de Occidente, Papa y obispo de Roma. Este obispado fue fundado por Pedro.

El Patriarca de Constantinopla. Este obispado fue fundado por Andrés.

El Patriarca de Alejandría. Este obispado fue fundado por Marcos.

El Patriarca de Antioquia. Este obispado fue fundado por Pedro y Pablo.

En el Concilio de Constantinopla I (381) se enumeran estos cuatro patriarcados como cúspide de la organización eclesiástica y se declara que, después del Papa de Roma, el de Constantinopla «tendría primacía de honor, después del obispo de Roma, puesto que Constantinopla es la Nueva Roma», quedando este Patriarca en un rango superior sobre los antiguos Patriarcados de Alejandría y Antioquia. En ese concilio se establece definitivamente la estructura jerárquica de la Iglesia, donde el Patriarca de Occidente ocupa la cúspide de la pirámide episcopal, con derecho de intervención, auxilio, consejo y arbitraje sobre los otros patriarcados, y se hace destacar al Patriarca de Constantinopla sobre sus tres compañeros orientales, aunque sujeto al arbitraje papal.

En el concilio de Calcedonia (451) se eleva la sede jerosolimitana a Patriarcado, el Patriarcado de Jerusalén. Este obispado había sido fundado por Santiago el Menor y tenía una importancia simbólica dentro de la Iglesia. A estos cinco patriarcas (Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquia y Jerusalén) se los ha conocido posteriormente como La Pentarquía.

El cristianismo niceno, católico o universal, inicia en base al postulado de San Agustín un periodo de 400 años desde Constantino hasta Carlomagno en el desarrollo y expansión de la fe. Periodo este de restauración y unión entre el valor y sus interpretaciones. Recordemos que en el cristianismo primitivo hubo muchas divisiones por las diferentes razones que se le atribuían a los mandatos de Jesús, que en ese entonces, pasaban de boca en boca de sus seguidores.

Diferencias entre judeocristianos y gentilcristianos entre los hebreos judíos y los griegos judíos, entre los postulados de Pedro (FE sin OBRAS ES Fe MUERTA). (Santiago 2:14-26). y los de Pablo (Nos SALVAMOS solo POR la Fe) (Gálatas 2,16) etc, etc.

Estos 400 años de patriarcado restauran los 400 años de jueces desde Moisés hasta Saúl. Las funciones de los Jueces y la de los Patriarcas es similar, ambos eran autoridades o lideres con poderes religiosos, políticos y militares.

De igual manera que Samuel el último de los jueces delega su autoridad y unge a Saúl rey de los judíos, el patriarca cristiano León III en el año 800 unge rey de los cristianos a Carlomagno (Imperator Augustus ) estableciéndose después y durante 120 años la unidad de los estados cristianos que derivaron posteriormente en la creación del Sacro Imperio Romano (962). El término Sacro Imperio Romano comienza a ser usado a partir de 1254. Los francos se convirtieron al cristianismo después de que su rey Clodoveo I lo hiciera en el año 496. Así, el cristianismo fue introducido en el norte gracias a la conquista de Frisia por los francos. Misioneros anglosajones como Vilibrordo y Bonifacio se implicaron activamente en la conversión de estas tribus a la fe cristiana. De hecho, Bonifacio fue martirizado en Dokkum en 754. Por otra parte, los sajones del este se convirtieron antes de la conquista de Sajonia y se aliaron con los francos.

Austrasia (en francés: Austrasie, en alemán: Austrasien) es el nombre con el que se conoce la parte nororiental del Reino Franco durante el periodo de los reyes merovingios, en contraposición a Neustria, que era la parte noroccidental.

El reino Franco-alemán preparado para asumir la responsabilidad de establecer la máxima unidad política y religiosa, inicia su misión de restauración de los papeles Caín y Abel.

Clodoveo I el Grande, rey de los francos, dispuso que su reino fuese dividido entre sus hijos a su muerte en 511: Neustria para Clotario, Austrasia para Teodorico. Orleans a Clodomiro y París para Childeberto.

Desde este momento hasta la reunificación del reino por Pipino el Breve a mediados del siglo VIII, Austrasia fue durante la mayor parte del tiempo un reino independiente con capital en Metz.

Desde la creación del reino en 511, Austrasia estuvo constantemente envuelta en disputas con su vecina Neustria. Estas disputas alcanzaron su clímax con las guerras que enfrentaron a la reina Brunegilda de Austrasia y la reina Fredegunda.

En 613, una rebelión de la nobleza contra Brunegilda depuso a la reina y la entregó, junto con el reino, al rey Clotario II de Neustria, que reunificó ambos reinos y creó un Reino Franco unido gobernado desde París.

Con el debilitamiento de la influencia real en Austrasia, el puesto de Mayordomo de Palacio se convirtió en el auténtico poder fáctico del reino y se tornó hereditario dentro de la familia carolingia. Tras la deposición del último rey merovingio por los carolingios, Austrasia no volvió a formar un reino aparte. Bajo los sucesores de Carlomagno recibía el nombre de Austrasia la parte oriental del Imperio, la futura Alemania.

Desde la legitimidad del cristianismo por Teodosio (400) hasta que Carlomagno fue coronado Rey por el Papa León III, la historia humana sigue pretendiendo la normalización del ser humano y establece las condiciones para recobrar l dignidad humana en la unidad mente y cuerpo.

El Reino de las Francos asume su rol como Figura Central de la restitución providencial y restaura el tiempo en tres etapas con los 3 Reyes Francos merovingios.

1-Meroveo es el primero (¿400?-457) etapa de Formación

2-Childerico el segundo (457-481) etapa de crecimiento

3-Clodoveo I es el tercero (481-511) etapa de cumplimiento

Cien años (múltiplo de 10) establecen la condición de restitución del proceso de desarrollo de la estructura base de cuatro posiciones horizontalmente. Ahora es necesario que verticalmente se cumplan las funciones de cada una de las cuatro posiciones.

Clodoveo, fue bautizado al catolicismo de un modo similar al de Constantino,

pero en este caso es ayudado por su mujer.

Tras el matrimonio de Clodoveo I, rey de los francos salios, con Clotilde,

ella le insistió en convertirse al catolicismo. Clotilde restaura la posición de Eva

con su actuar, tentando a su marido a superar su egoísmo. No obstante, no accedió a

su consejo hasta que durante la batalla de Tolbiac contra los alamanes en 496 decide

invocar a Cristo y obtiene la victoria. El 25 de diciembre el rey y todo su ejército son

bautizados por Remigio.

Clodoveo y su esposa Clotilde se establecen uno en la fé desde la posición de Padres, a nivel real o de Reyes. Ahora sus hijos debían restaurar la posición de Caín y Abel.

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Teodorico, hijo bastardo y primogénito de Clodoveo sale beneficiado en el reparto de la herencia de su padre y los hermanos naturales sienten celos de él y no lo aceptan. Incluso, cuando muere Clodomiro, los hermanos naturales, Clotario y Childeberto se unen para asesinar a sus herederos, sus propios sobrinos. Estos errores desvinculares verticales en las figuras centrales de la historia de la restauración del vínculo, provocan la extensión horizontal de la historia.

El fallo de los reyes merovingios debió volver a ser restaurado por otra figura Central en la posición de Rey que reúna el imperio cristiano y que establezca las condiciones de unidad vincular intrafamiliar.

 En el año 753, el papa Esteban II se exilió en Francia, luego de que los Lombardos amenazaran Roma. Allí consagra a Pipino III . Pipino III envía en el 750 una delegación franca a entrevistarse con el Papa Zacarías, en solicitud de una autorización para poner fin al decadente reino merovingio y ocupar el trono de Childerico. Zacarías acepta y declara que "debe ser Rey el que ejerce la realidad del poder". El papa necesitaba que los francos tuvieran un rey con autoridad para combatir contra los lombardos, un pueblo de origen germánico que no practicaba el cristianismo y representaba una amenaza para la Iglesia. En noviembre de 751, Pipino III depone a Childerico III y se hace coronar por San Bonifacio en el campo de mayo en Soissons, siendo proclamado por una asamblea de obispos, nobles y Leudes (grandes del reino). Esta elección se consigue sin derramamiento de sangre.

Childerico III, tras ser depuesto, es tonsurado (pierde sus largos cabellos, signo del poder entre los francos) y termina sus días encerrado en el monasterio de San Bertin, cerca de Saint-Omer.

Es la segunda vez que un rey Franco es coronado por un papa romano, la tercera será la de Carlomagno.

Pipino III heredó Neustria de su padre Carlos Martél mientras que su hermano mayor Carloman heredó Austrasia. Carloman se retira a una vida monástica y cede su territorio heredado a su hermano menor, con lo que Pepín III restaura la unidad vincular confraterna.

Pipino III en el 751 destruye su ascendencia merovingia derrotando a Childerico III, con el apoyo del Papa romano Zacarías, en el 754 el papa Esteban II lo coronó, lo que nos demuestra su lealtad al ideal (representado por la Iglesia en ese momento) Y, Berta, su esposa (Bertrada de Laón) Luego de ser condenada a muerte, logra superar la condena y vincularse con su marido. Pipino también logra la confianza de su hermano Carloman, quien le entrega sus posesiones en Austrasia. Con lo que se cumple el fundamento paterno filial, sobre el cual sus hijos podían establecer la unidad del reino.

Carlomagno fue el primer hijo de Pipino III, coronado Imperator Augustus por el papa León III el 25 de diciembre del 800 en Roma, debió unificar los reinos.

Cumplió esa labor pero no cumplió la responsabilidad de establecer los vínculos fraternales ni conyugales.

Tuvo dificultades con su hermano Carloman, con quien no pudo unirse, y gracias a que murió se evitó el confrontamiento.

Su esposa Himiltrudis, le dio un hijo físicamente deficiente Pipino el Jorobado. Carlos tenía 18 años por entonces. Se dice que ella era bonita, virtuosa, dulce. Pero Carlomagno no debió establecer la confianza ni el respeto con él puesto que se cree que quiso conspirar junto a otros, contra su padre.

Carlomagno tuvo 5 esposas y a pesar de establecer la unidad del reino y la unidad político-religiosa. No logró el establecimiento de la familia unida por lo que, a pesar de mantenerse unido su reino durante 120 años, perdió este fundamento y su descendencia dividió el reino.

Pero durante los 120 años de unidad del Sacro Imperio Romano, se establecen las bases para la nueva etapa. La economía se expande con la introducción del dinar, lográndose un notorio apogeo alrededor del año 1100. Y, la descendencia de Carlomagno pasa a ser sustituida por los capetos (descendientes de Hugo Capeto)

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Este es el símbolo del Sacro Imperio Germano Romano El águila bicéfala es el símbolo del poder más alto tanto en lo espiritual como en lo terrenal.

Formado en 962, tiene sus orígenes en la parte oriental de las tres en que se dividiera el imperio carolingio. Desde entonces, el Sacro Imperio se mantuvo como la entidad predominante en Europa central durante casi un milenio y hasta su disolución en 1806 por Napoleón I.

En el año 843, con el Tratado de Verdún, el Imperio quedó dividido en tres partes: Francia en el oeste, Alemania en el este y un imperio entre los dos, que abarcaba los Países Bajos, el este de Francia y el norte de Italia.

Posteriormente, este imperio central se dividió; la mayor parte de los territorios de habla neerlandesa se integró en Alemania y Flandes se incorporó a Francia.

Desde el 850 hasta el 920 el Imperio Carolingio fue invadido en numerosas ocasiones por los viquingos que intentaban recuperar su reino frisio, que había sido tomado ciento cincuenta años antes por los francos hasta que Enrique I rey de Alemania liberó Utrecht en el 920. Estos 120 años desde el 800 al 920 fueron años de unidad en el criterio cristiano, unidad que posibilitó la defensa de los estados europeos, frente a las invasiones no cristianas vikingas, húngaras y musulmanas.

Del 920 al 1320 los cristianos sufren un periodo de 400 años de discordias y división entre los países de Francia y Alemania. Periodo este, necesario para restaurar el periodo de división entre las tribus de Judá e Israel en el transcurso del curso providencial del judaísmo.

Los varios estados feudales se encontraban en una condición de casi guerra continua. Güeldres y Holanda luchaban por el control de Utrecht. Por su parte, Utrecht – cuyo obispo, en el año 1000, había llegado a gobernar sobre más de la mitad de lo que hoy son los Países Bajos – se vio marginada debido a las continuas dificultades que experimentaba para elegir nuevos obispos, mientras que las dinastías de los estados vecinos eran más estables. Groninga, Drente y la mayor parte de Güeldres, que había formado parte de Utrecht, se independizaron. Brabante trató de someter a sus vecinos, pero sus intentos fracasaron. Holanda también intentó asegurar su supremacía en Zelanda y Frisia, pero tampoco tuvo éxito.

Este periodo de división entre los estados y entre los cristianos origina cismas y rupturas entre criterios que hacen difícil el entendimiento la unidad y el diálogo entre los mismos. Estas diferencias se llevaron al extremo de la oposición entre sus autoridades gobernantes, lo que produjo la cautividad de los papas bajo la voluntad de los reyes o del estado. Este periodo de Cautividad y regreso del papado a su condición independiente se prolongó durante 210 años entre 1310 y 1520.

A finales del siglo X comienza una revolución económica y social que iba a llegar a su apogeo hacia el 1100. Los progresos agrícolas y el aumento de la capacidad de intercambio que conllevó la introducción del dinar por los primeros carolingios, supusieron una dinámica económica aún tímida pero real. Al mismo tiempo, el fin de las invasiones y la continuidad de las guerras privadas conllevaron la construcción de los primeros castillos feudales donde podían encontrar refugio los campesinos. Al mismo tiempo, la nueva élite guerrera, los caballeros, entraron en competencia con la antigua aristocracia funcionarial carolingia. Para canalizar a estos recién llegados y para asegurar la protección de sus bienes, la aristocracia y la Iglesia sostuvieron y explotaron el movimiento de la paz de Dios. Es en este contexto donde Hugo Capeto pudo instaurar la dinastía capeta. Los capetos suplantan al último rey carolingio Luis V, cuya moral, suma los acontecimientos de sus ascendientes Se le conoce como el Holgazán. Su esposa Adelaida de Anjou, cuando se casa con el joven Luis V en el 982 en Vieille-Brioude (Luis tenía 15 años y no era todavía rey de Francia), y ella ya estaba viuda por segunda vez; primero había sido esposa del conde Esteban de Gévaudan , a quien dio dos hijos, y luego del conde Ramón III Ponce de Tolosa. La excesiva diferencia de edad (20 años mayor que él y el libertinaje del joven esposo serán la causa de su divorcio en el 984. Según Rodolfus Glaber, decepcionada Adelaida por las incapacidades de Luis V, maniobra para huir de vuelta con los suyos. Así termina la dinastía de los Carolingios, pero aún se desconoce el origen de los capetos.

Clodoveo, Pipino III y Carlomagno fracasaron en establecer las condiciones para la unidad, por lo que se hace necesario buscar el fundamento en otro linaje.

Los Capetos son producto de la unión entre Carolingios y Robertinos

El Cautiverio de Babilonia de la Iglesia Católica principió durante el pontificado de Bonifacio VIII. Este Papa se enzarzó en una dura disputa con el monarca Felipe IV de Francia, conocido también como Felipe el Hermoso (de Francia). Felipe perseguía crear una Francia centralizada con un poder monárquico fortalecido, lo que le llevó a chocar con la Iglesia, que en ese tiempo era una suerte de poder supraestatal.

Después de una serie de conflictos entre ambos, Bonifacio VIII promuló la bula "Unam Sanctam", en donde se proponía que el Estado debía supeditarse a la Iglesia. En respuesta, Felipe IV promovió el Atentado de Anagni, en donde se dice que abofetearon al Papa.

La disputa entre Felipe IV y Bonifacio VIII, se inció, cuando el rey necesitado de recursos económicos para hacer frente a los Ingleses con quienes sostenía una guerra, pretendió hacer tributar al clero francés. A lo que el Papa respondió con la bula clericis laicos, prohibiendo el cobro de impuestos. Más tarde se produjo un nuevo choque  cuando el rey ordena la detención del obispo de Pamiers Bernard Saisset bajo la acusación de traición, lo que constituía una clara violación de los privilegios eclesiásticos, ya que únicamente el Papa podía juzgar a un obispo. La Iglesia expone:

«…existen dos gobiernos, el espiritual y el temporal, y ambos pertenecen a la Iglesia. El uno está en la mano del Papa y el otro en la mano de los reyes; pero los reyes no pueden hacer uso de él más que por la Iglesia, según la orden y con el permiso del Papa. Si el poder temporal se tuerce, debe ser enderezado por el poder espiritual (…) Así pues, declaramos, decimos, decidimos y pronunciamos que es de absoluta necesidad para salvarse, que toda criatura humana esté sometida al pontífice romano»

.La reacción de Felipe IV fue la convocatoria, el 12 de marzo de 1303 de una asamblea en el Louvre en la que, tras acusar a Bonifacio VIII de herejía y simonía, se decidió su procesamiento, encargando al consejero Guillermo de Nogaret su captura y traslado a París. Cuando el Papa recibe la noticia de las intenciones de Felipe, prepara una nueva bula de excomunión, la Supra Petri solio que no tiene tiempo de promulgar ya que el 7 de septiembre de 1303 tuvo lugar el incidente conocido como atentado de Anagni.

Con Bonifacio VIII terminó la teocracia  papal característica de la Edad Media.

Se impuso en seguida el predominio de Francia en los destinos del gobierno de la Iglesia.

Los poderes seculares (de reyes como el de Francia) habían conseguido el predominio, y apareció la idea de que, si un Papa fallase, podría ser juzgado por un concilio general (conciliarismo).

Surge también lo que se llama el "nacimiento del espíritu laico". Signo simbólico de este espíritu laico es la bula de oro de 1356, que excluye toda intervención del Papa en la designación del emperador de Alemania.

Así el imperio quedó "apartado" del papado.

Iglesia y Estado se dividen y el Estado secuestra a los representantes de la iglesia iniciándose el periodo de 210 años de cautividad y regreso papal.

Quebrantado, Bonifacio VIII falleció poco después, siendo sucedido por el efímero Benedicto XI.

En 1305 asumió el arzobispo de Burdeos, Bertrán de Got, como Papa, con el nombre de Clemente V. Este se entendió a las mil maravillas con Felipe el Hermoso, y uno de sus primeros actos fue trasladar la sede papal de Roma a Aviñón en el 1309. De esta manera, el Papado se colocó al alero del monarca de Francia, cuya política secundaría en lo sucesivo durante mucho tiempo.

En general, en Aviñón, los Papas se dejaron arrastrar por una vida de lujos y placeres, comportándose como verdaderos príncipes. El pontífice Clemente VI compró Aviñón a la reina Juana, asentando de manera al parecer definitiva la sede pontificia en dicha ciudad.

En 1367, el Papa Urbano V intentó regresar a Roma, pero tuvo enormes complicaciones con el colegio cardenalicio, el cual estaba conformado en su mayoría por cardenales franceses, lo que le obligó a retornar a Aviñón en 1370. Finalmente, debido a la tozudez de Catalina de Siena, una monja mística, el papa Gregorio XI abandonó finalmente Aviñón y se radicó en Roma, en el año 1377.

El Cautiverio de Babilonia terminó en dicha fecha, pero dejaría una grave secuela. En 1378, muerto Gregorio XI, el Colegio Cardenalicio se dividió. Una parte de él cedió a las presiones del pueblo de Roma y eligió como papa a Urbano VI, pero otra, conformada por cardenales franceses separatistas, eligió a Clemente VII, el cual aprovechó el antecedente del Cautiverio de Babilonia para llevarse el trono pontificio a Aviñón. Esta situación de dos papas, uno en Roma y otro en Aviñón, fue conocida como el Cisma de Occidente, y duraría desde el 20 de septiembre de 1379 hasta 1417.

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La peste se inicia con los números que se perdieron en el origen de la humanidad, el 1-Dios, Naturaleza Humana

el 3- etapas de desarrollo.

4- posiciones y

7 su cumplimiento (sustancializar el 3 y el 4)

El año 1347 se inicia y dura 3 años 1350

La peste negra se refiere a la pandemia que afectó a Europa en el siglo XIV y que alcanzó su máximo entre 1347 y 1353; se estima que la misma fue causa de muerte de 25 millones de personas 

Martín V y su sucesor Eugenio IV se propusieron reformar la Iglesia y celebraron varios concilios, –entre ellos Pavía (1423) y Basílea (1431-1448). En este último estuvo a punto de producirse un nuevo cisma, al deponer a Eugenio IV quien no lo acató y elegir papa al duque Amadeo de Saboya con el nombre de Félix V. La intervención del que seria nuevo papa, Nicolás V solucionó el asunto y puso fin a la llamada Era Conciliar, en la que se había ensayado con poca fortuna el gobierno democrático.

El espíritu nacional que se dejo ver en los Concilios, supo ser aprovechado por los papas en su propio provecho, solucionando los problemas con Concordatos y Pragmáticas que reiniciaban la política monárquica pontificia.

Los papas de la segunda mitad del siglo XV se convirtieron en humanistas, transformando Roma en uno de los centros del Renacimiento.

Nicolás V en 1450 proyectó el palacio del Vaticano, la Basílica de San Pedro y la Biblioteca Vaticana. Pio II y Sixto IV tuvieron a su lado a los mejores artistas de su tiempo, actuando como mecenas y recuperando el prestigio perdido.

El Concilio de Pisa fue una reunión ecuménica no reconocida por la Iglesia Católica Romana que se celebró en el año 1409 y que intentó terminar el Cisma de Occidente. Finalmente en vez de terminar el Cisma de Occidente, el Concilio eligió a un tercer Papa, Alejandro V, que sería sucedido por Juan XXIII

A pesar de no ser elegido como era habitual en un Papa, la posición de Alejandro era mejor que la de Gregorio y Benedicto. En esta situación Francia, Inglaterra, Portugal, Bohemia, Prusia, algunos Estados de Alemania, Italia y el Condado Venaissin eran seguidores de Alejandro; Nápoles, Polonia, Baviera y parte de Alemania eran seguidores de Gregorio, y España y Escocia estaban sujetos a Benedicto.

Martín V y su sucesor Eugenio IV se propusieron reformar la Iglesia y celebraron varios concilios, entre ellos Pavía (1423) y Basílea (1431-1448). En este último estuvo a punto de producirse un nuevo cisma, al deponer a Eugenio IV quien no lo acató y elegir papa al duque Amadeo de Saboya con el nombre de Félix V. La intervención del que seria nuevo papa, Nicolás V solucionó el asunto y puso fin a la llamada Era Conciliar, en la que se había ensayado con poca fortuna el gobierno democrático.

El espíritu nacional que se dejo ver en los Concilios, supo ser aprovechado por los papas en su propio provecho, solucionando los problemas con Concordatos y Pragmáticas que reiniciaban la política monárquica pontificia, luego de la división entre Roma y Avignon.

Pero poco después en el 1453 el martes 29 de mayo, los turcos se toman Constantinopla, y obligan a los papas a iniciar una contraofensiva. En 1450, el Papa Nicolás V decidió edificar la basílica de San Pedro, cuyos planos encargó a Rossellino. Julio II, el Papa-soldado que favoreció con su mecenazgo a los mejores artistas del momento, prosiguió la obra, que se prolongó durante más de un siglo. La venta de indulgencias para financiar los trabajos fue una de las razones que llevó a Lutero a alejarse de la fe romana. No solo se vendían indulgencias para la construcción de la Basílica, sino también para sostener las cruzadas contra los turcos, lo que despertó la ira de los contribuyentes franceses, alemanes e ingleses, que veían cómo sus ofrendas se utilizaban para ennoblecer a las autoridades eclesiásticas y para asesinar al enemigo.

Las indulgencias promovían la remisión de la culpa y del pecado, en otros términos, buscaba convencer a los hombres que con el donar parte de su fortuna se les limpiaba su naturaleza caída y automáticamente ascendían a la calidad y categoría de sentirse plenos, saberse justos en la razón constante del ser humano, y se hacían maduros en la experiencia del vinculo en la incondicionalidad afectiva. Esto que nos parece extraño, fue propuesto por las autoridades eclesiásticas del siglo XV y XVI. Lo que originó la protesta del sentido común de algunos cristianos.

Desde 1518, los protestantes alemanes venían reclamando la convocatoria de un concilio alemán, y el emperador Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico intentaba cerrar las diferencias entre católicos y reformistas para poder hacer frente a la amenaza turca. En la Dieta de Worms (1521) se intentó zanjar las disputas, pero sin éxito.

León X era hijo de Lorenzo de Medici.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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