Así se perdió la realización, y por lo mismo, la noción y el entendimiento de los valores absolutos contenidos en la pureza e integridad del ser persona libre, en el cumplimiento responsable del dominio sobre el afecto incondicional, los instintos y el celo. Cuando hablo del celo, me refiero al servidor custodio de la unidad que en sus extremos se transforma en recelo. El celo humano es ese deseo natural que todo humano siente por lograr su propia realización humana. Pero cuando ese deseo natural se extrema en lo emocional, en lo intelectual o en lo motivacional, esos extremos son actitudes recelosas que pretenden no perder la plenitud, la justicia del juicio o el beneficio del deber cumplido, a eso me refiero con el término o concepto "celo". Por ejemplo: se es celoso de la verdad, pero cuando se defiende la justicia de una verdad con una actitud defensiva, el celo por lo justo se transforma en recelo hacia la amenaza del contrario que agrede nuestra seguridad. El celo emocional por sentir afecto y belleza, es transformado en recelo al sobreproteger o ser indiferente. El celo intelectual por reconocer la verdad es transformado en recelo al ignorar o defenderse verdadero ante una verdad desconocida. Y el celo motivacional por el deber cumplido o por el beneficio de haber cumplido con el deber, es transformado en recelo al imponerse o no responder al cumplimiento de un deber necesario. Una vez explicado el significado del concepto "celo" podemos entender que Eva, debió sentirse celosa por el afecto vincular, luego de saberse madura en sus genitales y de intuir que mediante la relación copulativa, se establecía la posibilidad de ser padres y madurar los vínculos conyugales y paternales. Ese celo es natural, lo impropio es copular antes de madurar emocional, intelectual y conductualmente.
Si Eva hubiera demostrado tener una actitud de dominio sobre los extremos emocionales, sobre la sobreprotección e indiferencia. Si hubiera demostrado tener el control y dominio sobre el conocimiento de su integridad y pureza humana. Y si hubiese demostrado tener el dominio sobre los apetitos del instinto, podría entonces, sobre esa condición, establecer una relación reproductiva, con la certeza de que disponía de los recursos para orientar, educar y madurar a sus descendientes, pero su actuar demuestra todo lo contrario. Se entregó a los placeres del instinto sin reconocer su origen, su identidad ni su propósito. Ni Eva, ni Adán demostraron una conducta de predominio vincular en la confianza y en el respeto. Ambos reclamaron, se acusaron y se avergonzaron de ellos mismos y el uno del otro.
Este desajuste conductual produjo la sensación de impureza, que el descendiente adolescente asumió como norma por no tener la noción previa de la integridad, ni la experiencia de lo normado en el ejercicio y conquista del dominio de los instintos, que se deriva del priorizar el afecto incondicional vincular por sobre el enlace intergenital prematuro.
El desajuste en la incondicionalidad adecuada en el afecto filio-paternal, fraterno-conyugal y paterno-filial maduro, provocó el abandono de la normalidad humana y la confusión derivada de su constante comportamiento conflictivo, alejó aún más al hombre de su justo funcionar.
¿Cómo convencer a quien perdió la naturaleza del dominio sobre los instintos, de que tras esa experiencia de dominio, se encontraba el árbol de la vida, la máxima experiencia vincular afectiva y moderada que posibilitaba la maduración de las conductas pacíficas, justas y apropiadas? ¿Cómo convencer al inseguro desorientado e insuficiente de que existe la posibilidad de ser maduro en la seguridad y finalidad vincular afectiva? Eso solo se puede reconocer en la Fe que espera ser hecha sustancia.
El primer joven adolescente humano, no disponía del modelo ejemplar de maduración en el liderazgo, en el juicio justo o en la satisfacción de su función. Debía descubrirlo por si solo para declararse y calificarse autónomo (uno con la ley, normado). Disponía, eso si, de su conciencia (sentido común), de su capacidad sensible (sin ninguna contaminación hasta ese momento) para captar lo máximo necesario válido para Todo y de su inteligencia que le declaraba la sensatez de lo ajustado. Con esos atributos bastaban para orientarse en lo prudente, digno y decente.
Pero el adolescente, disponía en paralelo de dos fuerzas estimulantes, una era la fuerza del instinto y otra la fuerza del amor. El amor vincula eternamente, el instinto enlaza temporalmente. Lógicamente es preferente establecer la unidad vincular entre personas que el enlace intergenital desvinculante.
El amor familiar es vinculante y el enlace intergenital desvinculante de lo familiar es fornicación.
Este primer adolescente, llamado por Moisés: Adán, en un momento de su proceso de desarrollo, se vio ante la disyuntiva decisión de: O, copular con su pareja en ese instante, sin esperar a comprender las consecuencias que se derivarían de su copulación, o, esperar y ejercer el dominio del instinto y del celo hasta descubrir las consecuencias que se derivaban de su posible copulación. Sabemos que libertad es la capacidad de optar por lo que es siempre y para todo válido. Si nuestro Adán hubiera descubierto las consecuencias de su copular, habría optado por la alternativa valida y se habría hecho libre, autónomo y responsable.
Una de las condiciones que todo adolescente ha de cumplir es la de reconocer la naturaleza del verdadero amor y la mejor manera de descubrirlo es pensando en las consecuencias de una relación intergenital. Si la relación se establece sobre la base de disponer de los recursos de estabilidad emocional (control y dominio de la ansiedad y de la angustia, del celo y del recelo, de los apetitos y de la tentación del apetito intergenital prematuro), de seguridad intelectual en el reconocimiento de la pureza e integridad y sobre la disposición del hábito al cumplimiento del máximo deber válido para Todo, el beneficio de esa relación aprobada por todos (familiares y amigos) está garantizada. Pero si no se dispone de los recursos anteriores, si se es inestable emocionalmente, si se ignora la pureza humana y su integridad y si se es irresponsable frente a las máximas necesidades, lo garantizado en este caso es la desgracia.
Ser inmaduro es algo que todos entendemos es ser irrespetuoso e irresponsable; es ser un ignorante del ideal humano, e ignorante de su propia identidad, ignorante del origen y sentido de la vida. Es ser descontrolado, imprevisible, imprudente, destemplado e incumplidor, alguien insensible a las necesidades fundamentales de los demás. Alguien que no asume ni cumple sus compromisos. Es fácil reconocer al inmaduro y por lo mismo también es fácil reconocer al maduro.
Maduro es el ser respetuoso que responde al cumplimiento del deber y que agradece a quien cumple los deberes. Es un ser inteligente que reconoce el ideal humano, la integridad y la pureza humana, por lo tanto reconoce su origen, identidad y propósito natural. Es un ser controlado, previsible, prudente, firme y templado que controla los extremos del recelo y domina el celo en su justa medida. Es un ser que asume y responde al cumplimiento de los compromisos que adquiere con los demás. Es sincero, honrado y puro en su naturaleza humana.
Puro, es un término cuyo significado no es nada fácil de entender pero no por no entenderlo deja de existir. La pureza humana existió hasta ser violada y volverá a existir una vez restituido el error de haberla violado. Desgraciadamente, lo que en su origen pudo realizarse en una sola generación, ahora, restaurarla, exige tres generaciones. La primera generación caída que desee redimir su Naturaleza Humana, la segunda generación que por el mérito de la primera puede generar un gene puro y la tercera generación que reconozca la maduración del gene puro. Tres generaciones necesarias para la restitución de la pureza humana.
La búsqueda de la pureza exige de conciencias puras protegidas por conciencias sanas. Igual que existe un campeón del deporte que consideres, existe un mejor dotado en el desarrollo de su sensibilidad, inteligencia y virtud. Ese mejor iniciará el recorrido de la restitución de la pureza.
El antepasado adolescente de la humanidad, obtuvo la experiencia de un amor disfuncional, un amor sin afecto, un amor en el que se culpó al otro de la insuficiencia propia. Adán debió conservar la fe en el ideal humano que intuía en su conciencia adolescente hasta ejercer el dominio sobre la tentación del apetito genital prematuro y superándola, debió esperar hasta reconocer la naturaleza vincular del afecto incondicional maduro y adecuado, pero no lo hizo. La naturaleza humana es la única que posibilita ser consciente de lo que se hace y eso implica reconocer lo que se está haciendo. Si se hace el amor, para ser consciente de él, es necesario conocerlo perfectamente. No basta con imaginarlo, no. Hay que reconocer su finalidad e identidad y por sobre todo, su origen, para comprenderlo completamente.
Su actuar adolecía del descubrimiento y reconocimiento de los valores absolutos. No comprendió la funcionalidad genital antes de obrar con ella. Y en su inconsciencia, no supo reconocer la sensación de insuficiencia que lo llevó a esconderse de su actuar. No se dio cuenta, de que si debía esconderse era porque no estaba beneficiando al Todo, y ese sentimiento debía superarlo en el encuentro de la verdadera funcionalidad del intercambio genital.
Adán es cada adolescente frente a la tentación del instinto que pretende hacerse con el dominio de la persona. No debemos culparle por lo que nosotros no hemos superado y si lo hemos superado, hasta no decirnos satisfechos en su dominio, tampoco disponemos de la autoridad como para culpar a nadie. Pero no podemos negar la rabia de saber que alguien fue el culpable.
En el transcurso de la historia podemos observar cómo los conflictos se establecen al amparo del custodio ordenamiento de la unidad y pretenden, en su lucha de opuestos, la unidad que se ajuste al vínculo en la confianza y en el respeto mutuo.
El problema surge, cuando el estándar de unidad, es relativo al individuo que defiende su justificativo también fragmentario. En este sentido, el egoísmo fragmentario ha sido el causal de los conflictos históricos. Y ese hedonismo, egoísta y fragmentario, ha de ser restaurado al estado de incondicional naturalismo universal.
¿Qué pierde el adolescente que cae en la tentación de priorizar el apetito intergenital prematuro por sobre el establecimiento vincular del afecto incondicional, en el cumplimiento del deber, en la confianza, y en la pureza del afecto?
Pierde, en primer lugar, la categoría del dominio responsable sobre sus instintos y sobre el recelo extremo, adquiriendo la noción de estar aún, en la categoría de irresponsable, e insuficiente en el control y dominio sobre si mismo, lo que conlleva a sentir que aún no es maduro.
Pierde así su calificación de ser y sentirse integro.
Pierde la noción máxima del afecto, lo que le impide lograr el sentimiento de plenitud, seguridad y cumplimiento del deber de ser auténtico, autónomo y válido.
Pierde su naturaleza altruista y filantrópica, transformando su generosidad natural en egoísmo. En la naturaleza funcional de las especies podemos reconocer una conducta constante en pro del beneficio del conjunto. Esa naturaleza de entrega por el bien de todo, se pierde en la experiencia del caer en la tentación del apetito intergenital prematuro. El ser humano pertenece a la especie humana, pero no vive para ella, vive aislado y ensimismado en su reducida visión particular.
Pierde la verdadera noción de identidad lo que se deriva en crisis de identidad.
Pierde la justificación de su existir, lo que se transforma en crisis existencial.
Pierde la finalidad de su existir, lo que se transforma en crisis motivacional.
Bajo este estado de crisis, los derivados son conductas desvinculares, sin respeto, desconfiadas e irresponsables. La duda en este estado es prioritaria, pero una duda desconfiada, nunca logra reconocer la verdadera naturaleza de lo absoluto. Pensar que debes dudar de todo, es lo mismo que afirmar que no debes creer en nada, por lo tanto, si no vas a creer, no vas a aprender.
El primer hombre debió fijar su atención en el cumplimiento del propósito para el cual fue creado. No solo el primer hombre, sino todo humano, deben fijar su orientación en el cumplimiento de su función humana. La función humana es realmente simple
Si analizamos los fundamentos de la existencia, llegaremos a conclusiones constantes por todos compartidas. Por ejemplo: lo fundamental es que todas las cosas existentes forman parte de una mancomunidad compartida (existencia). Existencia, que por ser esta compartida, integra a todo y ese todo, se integra en ella. De donde se deduce, que todo existir de la existencia establece relaciones de dependencia y pertenencia. Depende del Todo en el cual se inserta y pertenece al Todo que lo declara existente. Todo, es en ambos casos conector y conectivo, es ofertor y receptor. Ese es el fundamento de la creación: "Todo lo creado establece relaciones de dar y responder con todo y consigo mismo".
La existencia pretende o propone. Todo aquello que se pretende o se propone, dictamina el propósito o sentido del actuar. Al actuar, al hacer algo, algo ocupa una posición esperada para alguien que lo espera. Alguien y algo son dos posiciones horizontales. Para hacer o realizar lo pretendido o propuesto, luego, pretensión y proyecto, ocupan posiciones en tiempo, verticales antes o después, y en espacio horizontal o en imagen, aquí o allá. De donde se deduce la estructura base de cuatro posiciones: 1-proposito, 2-Sujeto, 3-Objeto, 4-Consecuencia.
Se puede pensar que se es libre de optar, pero no se puede afirmar que se puede liberar la conciencia de libertad de lo que considera válido. Nadie puede optar nunca por lo que no considera válido. Al optar se determina preferida la alternativa, de no ser preferida no se puede determinar a elegirla. Libertad es la capacidad de optar, pero de no optar por lo que es siempre y para todo valido, el todo reclama, acusa o rechaza su invalidez y obliga a restituir el error o lo adeudado y de ese modo, la "libertad" de haber elegido algo valido para uno o para un fragmento y no válido para todo, esclaviza del deber de restituir la insuficiencia.
Historia de la reconciliación
Pocas veces se nos ha explicado la historia, como proceso de consecución de algo; generalmente se nos muestran sucesos de un determinado momento y lugar pero, no el significado al que estos sucesos corresponden. En este estudio nos vamos a dar cuenta de que todo lo ocurrido responde a una necesidad y en el cumplimiento o no cumplimiento de esta necesidad, el hombre ha tenido una responsabilidad decisoria. Pero antes de iniciar el estudio de la Historia debemos entender el inicio de la misma.
Según algunas aproximaciones podemos entender que hace 350 millones de años ya existían algunos seres vivos, esto se deduce del hallazgo de fósiles de algunos peces. Se considera que los reptiles datan de hace aproximadamente 250 millones de años. Los mamíferos de hace 130 millones, las aves de 60 millones y el hombre de alrededor de un millón de años, pero la historia se considera desde hace solo 4000 años. La orbita solar tarda en recorrer su circunferencia 250 millones de años. Bajo el punto de vista del humano, en la historia ha transcurrido mucho tiempo desde el inicio de los seres vivos, pero bajo la perspectiva de la orbita solar, todo ha ocurrido en su primera vuelta. La historia podemos observarla desde el prisma del desarrollo de las potencialidades humanas. Si la vemos bajo este prisma, podemos entender que el ser humano, como primera prioridad, debía cumplirse desde su posición de sujeto intencional, estableciendo la lealtad completa y voluntaria hacia el cumplimiento del deber de satisfacer a la máxima razón original que justifica su existencia, en otros términos, el primer hombre debía fijar su atención en el cumplimiento del propósito para el cual fue creado. Ese propósito es el de realizar los vínculos filio-paternales, fraterno-conyugales y paterno-filiales en el respeto mutuo, en la confianza mutua y en la unidad natural, lo que le habría calificado como hombre realizado en su función espiritual. La realización del vinculo filio-paternal se establece al ser leal y obediente al ideal del verdadero paternazgo maduro en la unidad vertical padre e hijo y horizontal esposo y esposa. Verdadero paternazgo es diferente del falso paternazgo, el verdadero es incondicional y motivado por la realización del otro para el bien de todos, mientras que el falso paternazgo es el de recibir al otro para el bien de uno. El verdadero paternazgo es bendecido por la humanidad entera, el falso es solo bendecido por el fragmento que lo acepta válido (bendecido significa declararlo bien hecho).
Lo bien hecho para uno o para un grupo, no necesariamente es siempre válido para todo. Pero lo válido para todo, es siempre valido para cualquiera de las individualidades que lo componen. La finalidad del todo es la unidad de cada uno, por lo mismo, la finalidad de cada uno de los que componen el todo, debe ser también la unidad del todo.
El Ser humano fue creado con el potencial de ser Persona, libre, autónoma y responsable, para lo cual, debía en primer lugar, reconocer las razones que justificaban su existencia y a continuación, voluntariamente debía cumplir esa razón. ¿Cual es la razón que justifica al ser humano? La razón que justifica al ser humano es la de transformarse en el heredero conector de los valores absolutos, en el hijo de la plenitud, de la justicia y del cumplimiento del deber de ser maduro. ¿Cuál es el deber que el ser humano ha de cumplir para sentirse, saberse y realizarse maduro? ¿Podríamos decir que el éxito profesional madura al ser humano? No necesariamente. Y ¿el poder? ¿Un hombre es maduro cuando es poderoso? No necesariamente. Y si un hombre responde voluntariamente al cumplimiento del deber de unirse con la naturaleza humana, controla los extremos del celo y supera la tentación de los instintos y madura los vínculos en el respeto y la confianza con sus padres, hermanos, cónyuge e hijos, ¿Podríamos decir que ese individuo maduró su sensibilidad emocional al ser capaz de captar las máximas necesidades vinculares, que fue capaz de madurar su intelecto al reconocer las razones que ajustan su comportamiento con la necesidad de vincularse a la naturaleza humana y que fue capaz de madurar su motivación al ejercitar la voluntad de realizar la unidad vincular en la confianza y en el respeto mutuo? ¿No sería más atractivo este individuo que el exitoso desvinculado, desconfiado o inseguro? ¿No sería más confiable el prudente, firme y templado que dispone de la experiencia de la unidad intrafamiliar, más que el poderoso que inspira miedo y desprecio con su poder?
El ser humano nació para heredarlo todo, para maravillarse apreciándolo todo y disfrutar de todas sus bondades hasta sentirse pleno. Nació para reconocer los valores que se desprenden de las razones constantes y reconocerse a sí mismo el más valioso de todo lo creado y para cumplir con la posición de benefactor y beneficiario, de todos los servicios que posibilitan el cumplimiento de lo supremo en perfección, en justicia y en belleza. El ser humano existe para lo más alto, para lo más grande, para lo absoluto. El Ser humano fue creado para ser auténtico en la conducta de libertad justicia y cumplimiento del deber de: Resolver la máxima necesidad valida siempre y para todo. Reconocer la máxima razón constante e inmanente y Realizar el máximo cumplimiento responsable del deber, Pero al perder la verdadera noción de lo correcto, el ser humano: Resuelve la máxima necesidad valida para uno, o un fragmento de la especie, lo que beneficia únicamente al grupo de la especie. Reconoce o justifica la razón propia de uno o de un grupo (fragmento) y Realiza aquello que considera desde su punto de vista particular que se debe hacer, lo que produce deficiencias e insatisfacciones en la totalidad de la especie humana.
Lo absoluto filosófico es el ideal de la creación, científico la razón de la creación y religioso, el deber de la creación. La filosofía ha buscado durante la historia descubrir el verdadero ideal del ser persona, el verdadero ideal familiar el verdadero ideal conductual y social. La ciencia ha buscado la razón absoluta, mediante el estudio de las razones constantes, mediante el entendimiento de los axiomas, principios y leyes que se establecen en la normativa natural de las conductas. La religión ha buscado durante la historia, el cumplimiento del deber, el establecimiento de la verdadera tradición, de la autenticidad, de la pureza en función de la razón constante.
Lo humano tiene una diferenciación notable con el resto de las especies. El humano quiere, sabe y puede. Lo quiere todo, lo sabe todo y lo puede todo, o al menos, lo pretende y se propone dominante. El humano ansía querer y que lo quieran al máximo, se interesa por saber y por enseñar lo máximo y espera tener el máximo de poder en el dominio sobre todas las cosas. Esta cualidad no es fruto de una ambición egoísta, todo lo contrario, es una facultad derivada de su condición humana por naturaleza. Ser héroe no es ninguna humillación, así como tampoco lo es ser campeón, o ser artista. Todos ellos son ejemplos de entrega máxima. El ser humano quiere entregarse al máximo por el beneficio de Todo.
Estas tres áreas que se desprenden de las capacidades emocionales, intelectuales y conductuales del ser persona, buscan constantemente el encuentro con lo absoluto, con lo valido y con el cumplimiento completo del deber.
La razón fundamental de la historia es el encuentro con lo absoluto, por eso, es necesario religar o reunir los fragmentos y estudiarlos bajo esta perspectiva. Absoluto es aquello que contiene en si el deber y el beneficio de su cumplimiento a lo que se denomina derecho. El derecho absoluto al beneficio del cumplimiento del deber absoluto, es el derecho al beneficio del haber cumplido con el máximo deber de conectar la realización espiritual y fisiológica, del ensamblar la conciencia vincular en la confianza y en el respeto mutuo, con el ejercicio del control y dominio sobre el celo y los instintos. El humano que cumple esta función es absolutamente natural.
Desfragmentar la historia, no ha sido fácil sin el conocimiento del paradigma del valor absoluto, de ahí que el hombre ha transformado la historia en una crónica de documentos, en su mayoría necrológicos o polifácticos sin sentido, o con el sentido fragmentario que los justificó en ese particular.
Independientemente de que un determinado sector filosófico, justifique o desestime el origen humano, de un modo, en un momento o lugar distinto al otro, la necesidad con el encuentro del ideal de la creación, ha sido una constante desde el origen del ser humano hasta nuestros días, por esta razón, hablar de un origen en el planteamiento de los postulados ideales no tiene sentido. El origen de cualquier acto radica en la pretensión del beneficio que su realización conlleva, no en el nacimiento a la vida del mismo. El nacimiento es un periodo intermedio entre la pretensión que declara necesario el iniciar un proceso de realización (gene) y su consecuente beneficio derivado de la satisfacción de su conquista. Todo ser es en principio necesario, la necesidad pretende ser satisfecha y en su satisfacción se justifica. Para ser satisfecha una necesidad, ha de ser cumplida la pretensión de su esperanza. Cuando la necesidad es biológica, ha de nacer luego de ser necesaria. Vida es el conjunto de fuerzas que permiten la realización de un propósito. La necesidad biológica es trasformada en fuerzas mediante (código genético) la orientación y dirección de la energía de que se compone la necesidad. ¿Qué es necesidad? Necesidad es un poder que implica dos aspectos indivisibles: pretensión y propósito. El propósito ha de existir como posibilidad para ser pretendido. Y la pretensión ha de necesitar al propósito para existir. Ambos, tanto la pretensión, como la proposición, contienen intencionalidad, justificación y poder y se realizan en la reciprocidad entre sus complementos. De donde se deduce que el ser no tiene una razón originaria en la pretensión, ni tampoco en el propósito, la razón que justifica su existir se desprende de la reciprocidad que se establece entre sus complementos duales. Por eso afirmamos que la razón del ser humano no proviene de un anterior a la realización humana, sino, que se deriva de la reciprocidad entre su pretensión y su consecuente realización.
Existe la tendencia a pensar que como por ejemplo, yo quiero ir a algún lugar, la necesidad de ir depende y se origina en mí. Pero eso no es así. Querer ir a otro lugar no se origina en el que va, ese solo opta por ir o por no ir. La necesidad de ir a otro lugar es motivada por el beneficio que ese ir representa. El beneficio que ese –ir- representa es un valor, luego la necesidad de ir es originada en el valor. El valor contiene deber y derecho al beneficio del cumplimiento del deber. Y solo al cumplirse el beneficio derivado del cumplimiento del deber se establece el cumplimiento de la necesidad. En ese instante se justifica la razón de ser de esa conquista, ni antes ni después. Por lo tanto, la intención de la especie humana, aún no se establece. La idea de que un Dios quiso hacer a la especie humana, es una mera intelectualización humana. La razón del existir humano se justifica en la razón que lo declara necesario y para que se establezca esa razón, el ser humano ha de cumplirse.
El ser humano, desde que nace se interesa por saber cual es la razón que justifica su existencia.
Bajo esta perspectiva, la historia nos muestra logros; logros que aproximan en ciertos momentos al hombre, a su identidad auténtica. Vamos a ir considerando estos logros, independientemente de si vienen de oriente o de occidente. Está claro que la humanidad se ha venido expandiendo de oriente a occidente, pero eso no le da, ni le quita importancia a sus descubrimientos. Lo importante es ver el grado de aproximación a lo absoluto que formulan estos postulados. Para reconocer la Naturaleza humana, hay que descubrir la que es Humana de Verdad. Educar es hacer al otro similar en conductas conocimientos y sensibilidad. La naturaleza de la conducta normal es la de responder al cumplimiento del máximo deber. La naturaleza del criterio normal es la de reconocer las razones máximas constantes e inmanentes, es decir, invariables, que por ser máximas, en otras palabras, validas para todo e invariables, se declaran absolutas y la naturaleza de la sensibilidad natural es la de sentir, o ser capaz de captar las máximas necesidades válidas para todo, para lo cual, el individuo debe madurar sus habilidades sensoriales, de análisis y discernimiento.
Antes de que Thales formulara su convicción de que todo está hecho de agua y de que el agua, es el fundamento base de todo, encontramos en la Biblia la leyenda de otro personaje ligado a las aguas, pero en este caso, ligado a las aguas de un diluvio, me refiero a Noé. No sabemos si existió este personaje o no, y probablemente no lleguemos nunca a saberlo, pero lo importante es su historia. La historia de Noé es importante por su aporte al entendimiento de lo absoluto, en el sentido de que reconoció la importancia de la lealtad a lo absoluto, entendiéndolo en su caso como Dios.
Sin entrar dentro de lo que él entendía o no como significado del término "Dios", la historia nos declara que Noé, basándose en su fe, asume la responsabilidad de construir un Arca, por mandato divino, pero en lugar de construirla en donde sería lo más lógico, en las proximidades de un lago o mar, se pide que lo construya bastante lejos del agua, en las montañas. Le tomó 120 años terminarlo. Claro que lo que estos 120 años significan en tiempo real se desconoce, pero el texto da testimonio de una cifra, que por lo demás es significativa e importante, porque se deriva de la unidad completa: 12 durante 10 etapas.
Vamos a explicar esto:
Para que se cumpla cualquier acto, es necesario de un proceso en tres etapas inicio, medio y término y cada una de estas tres etapas, a su vez, tienen un periodo de formación, de crecimiento y de completación o cumplimiento, lo que sumados nos da nueve estratos necesarios para cualquier proceso, pero el proceso solo se establece al ser cumplido y ese estrato del cumplimiento es una nueva etapa, la número diez. La etapa de lo independiente del proceso. En todo proceso va existir un periodo de formación, otro de crecimiento y un tercero de completación de lo pretendido o propuesto. Y cada uno de esos tres periodos va a tener un inicio del mismo, un medio o intermedio del mismo y un final, esos son los nueve estratos de cualquier proceso de consecución, así pues, la conquista es el estado independiente que califica al cumplimiento completo del deber cumplido. La etapa número 10. Pero en cada una de las diez etapas ha debido establecerse una estructura base de cuatro posiciones (1) Posición de pretensión o propuesta, PROPÓSITO (2) Posición de SUJETO (3) Posición de OBJETO y (4) Posición de logro o CONSECUENCIA. Cuatro posiciones en diez etapas hacen un total de 40 posiciones contenidas en el proceso de consecución de cualquier logro. Aquí se debe mencionar que para establecer el 40 es preciso, o necesario unir a cada una de las cuatro posiciones con sus tres restantes. En primer lugar la pretensión o propuesta ha de ser valida para el sujeto, para le objeto y para la consecuencia. El sujeto ha de ser válido para la propuesta o pretensión, para el objeto y para el logro. El objeto ha de ser valido para el sujeto, para la pretensión o propuesta y para el logro. Y el logro ha de ser consecuente con lo pretendido, con el sujeto y con el objeto. Así cada una de las cuatro posiciones ha de satisfacer a las tres restantes, a lo que se denomina triple objetivo a cumplir. Tanto el número 10, de las etapas del proceso, como el número 12 de la unidad en el cumplimiento de los cuatro objetivos triples, son los primeros pasos a establecerse en la consecución de cualquier acto. Podríamos decir que son los números base o fundamento de todas las cosas. En todo existe contenido el 10 y el 12, así como también existen el 3 del proceso y el 4 de la estructura, o el 7, el 21 y el 40 como veremos después.
Este diagrama explica el fundamento del actuar. Todo acto implica posiciones en la estructura de su consecución, posiciones del proponer o pretender algo considerado necesario. La propuesta o pretensión ocupan la primera posición (lo necesario). Sin una necesidad que justifique el actuar, no existe posibilidad alguna de realizar un acto. Por eso afirmamos, que todo acto contiene intencionalidad, selectividad y poder en sí mismo. La segunda posición, es la del sujeto leal y obediente al cumplimiento de lo necesario, propuesto o pretendido. La tercera posición es la del objeto realizado u objetivo pretendido y que ha de ser transformado en beneficio consecuente con la pretensión o propuesta. Estas cuatro posiciones fundamentales en el actuar, fueron ocupadas por el primer ADN humano adolescente, Adán y Eva, en las posiciones respectivas de sujeto y objeto, frente a la Naturaleza humana, en la posición necesaria de ser hecha sustancia consecuente con la pretendida Naturaleza Originaria.
En esta estructura base de cuatro posiciones, hay que cumplir doce objetivos. La proposición ha de ser válida, justa y buena para todos, para el sujeto, para el objeto y para la consecuencia. El sujeto debe ser válido, justo y bueno para el propósito, para el objeto y para el resultado. El objeto, ha de ser válido, justo y bueno para el propósito, para el sujeto y para la consecuencia. Lo conseguido ha de ser consecuente con la pretensión, con el sujeto y con el objeto.
Todo ha de cumplirse en base al establecimiento de estos dos números el 12 y el 10. De esta razón se deduce que fuese tan importante para Noé, el establecer ante todo, estos dos números mediante su lealtad y obediencia absoluta al cumplimiento del mandato de realizar un arca durante 120 años. Un arca, que por lo demás, debía tener tres etapas, 3 tres pisos y 30 codos de alto. 120 es producto de multiplicar 12 x 10 =120.
Estamos hablando de la lealtad necesaria para la consecución del logro de la unidad. La unidad máxima de las plantas por ejemplo, es la que se establece entre el estambre y el pistilo en su gestación del fruto, la unidad máxima entre los animales es la que se establece entre los genitales del macho y de la hembra al gestar el fruto. Lo mismo ocurre en el ser humano, la unidad máxima vincular es la que se establece en el intercambio genital gestor del fruto.
Los primeros antepasados de la humanidad establecieron el enlace intergenital reproductor, pero no establecieron el vínculo maduro en la incondicionalidad afectiva; en la confianza basada en el reconocimiento de la razón constante del ser persona. Y no establecieron el vínculo en la tradición del cumplimiento completo de la razón de ser personas. Por esta razón, el hombre ha ignorado desde entonces la verdadera razón del ser especie humana, perdió la razón de su origen, identidad y propósito. Y de esto se deriva el haber perdido la unidad en el afecto, en el criterio y en el cumplimiento del deber. Vamos a estudiar esto en detalle.
El primer humano, y cuando hablamos de humano, no estamos refiriéndonos a un mono, más o menos evolucionado, sino a un ser humano, dotado de libertad para cumplir voluntariamente su responsabilidad de descubrir cual era su naturaleza humana y determinarse a asumir el compromiso de cumplirse en ella; dotado de capacidad intelectual o de raciocinio para descubrir su verdadera identidad y reconocerse en ella y dotado de sensibilidad emocional para captar la necesidad de ser humano y realizarse en ella. Este primer ser humano, debió calificarse responsable en el cumplimiento de su deber de ser normal, para gozar así de plena libertad en la justicia de la razón de ser normado y consecuente con las normas de la naturaleza incondicional, pero, el primer antepasado de la humanidad no respondió al deber de descubrir la Naturaleza humana y se insertó en el ejercicio de las conductas instintivas sin control ni dominio de sus extremos. Lo que provocó ignorar la naturaleza de la libertad, de la sensibilidad, del intelecto y de la voluntad, sobre este estado de ignorancia construyó una tradición de conductas imprevisibles, de juicios sin su justa medida por lo tanto los ajenos eran ajusticiados en lugar de ajustados al juicio, eran reclamados acusados y despreciados en lugar de vincularlos en la razón de las normativas naturales y se perdió el sentido común y el bien supremo.
Los primeros antepasados de la humanidad le perdieron el respeto al bien supremo, a la justicia del juicio justo y a la máxima necesidad válida para todo. Le faltaron el respeto y no respondieron al cumplimiento del deber de realizar la máxima necesidad de establecer la máxima unidad vincular intrafamiliar madura en el afecto, en la confianza y en el respeto por la integridad. La Historia Humana y el Ideal Humano esperan desde el origen de su aparición en la Tierra, el cumplimiento de su Naturaleza. La naturaleza Humana es satisfecha en el establecimiento completo del respeto mutuo, de la confianza y del vínculo afectivo maduro. Los primeros abuelos, padres e hijos, no lograron establecer el modelo de familia vinculada en el afecto, en la confianza y en el respeto mutuo, porque no respondieron al cumplimiento de esa finalidad esperada por la Naturaleza de cada humano.
Se perdió el verdadero amor incondicional entre hermanos, entre esposos, y entre padres e hijos. Al perderse el verdadero amor incondicional maduro, queda la responsabilidad de reconocer los principios de la creación, aun por cumplir y queda la responsabilidad del cumplimiento del deber que justifica a la razón de ser humano, aun por cumplir. Por eso no existe ningún ser humano modelo de autenticidad.
Por eso fue necesario de un tiempo para esperar a que algún humano reconociese su posición de ser creado por un origen absoluto y eterno y cuya finalidad está en función del cumplimiento de una razón también absoluta y eterna. Ese tiempo fue el que transcurrió entre los primeros antepasados y Noé. 1600 años bíblicos, y 10 generaciones también bíblicas.
El Adán adolescente, al carecer de la lealtad al vínculo afectivo maduro, cayó en la preferencia del disfrute del proceso por sobre la conquista del logro vincular y su satisfacción plena. Perdió la experiencia de plenitud, seguridad y pureza responsable, y prefirió la irresponsabilidad sin respeto a la norma natural de la naturaleza, y que, desde esa elección ignoró, prefiriendo el placer por sobre la conquista vincular. Adán adquiere en esa preferencia una naturaleza contraria a la naturaleza humana madura. Adquiere una pseudoconciencia del valor. Asume la experiencia recibida como verdaderamente madura, y su pseudomadurez, transforma al ideal humano en increíble e imposible. Adán pierde la conexión con lo absoluto y se transforma en impreciso, imprevisible, e improbable. Se transforma en el artífice de su artificio. Y con él su descendencia adquiere la misma naturaleza artificial. La "humanidad" adolescente de su madurez, se deshumaniza y se transforma, de altruista en egoísta; de justo en delincuente y de maduro en impredecible. Un ser indomable en su egoísmo, injusto en sus juicios e impredecible en su actuar, es un ser irrespetuoso e irresponsable, totalmente desconfiable y obviamente imposible de conectar, lo que lo hace despreciable. La suma de estos atributos es la consecuencia lógica del actuar caído, de los descendientes del adolescente inmaduro Adán y su artificio.
Esa naturaleza artificial o "caída", ha sido promovida y proclamada por los siglos y durante los siglos que nos separen de la verdadera naturaleza humana madura.
¿En qué consiste la Naturaleza del hombre caído, o del joven adolescente que tuvo la experiencia de caer en la tentación del apetito intergenital prematuro, antes de madurar su conciencia natural en el reconocimiento de la naturaleza de la conciencia humana?
Los primeros antepasados transformaron la condición humana libre, autónoma y responsable, en esclava de los partidarios del egoísmo, en ilegal frente a las normas naturales, e irresponsable frente al cumplimiento de los máximos deberes sociales.
1-ESCLAVOS DEL EGOISMO
2-ILEGALES ANTE LAS LEYES DE LA CREACIÓN
3-IRRESPETUOSOS E IRRESPONSABLES DEL CUMPLIMIENTO DE LOS MÁXIMOS DEBERES SOCIALES.
Los primeros antepasados cayeron en la ignorancia del verdadero ORDEN NATURAL o amor y en su escepticismo dudaron del ideal humano. Cayeron en la injusticia al ignorar las normas de comportamiento individual, familiar y social cayendo en el dominio de los instintos.
A este ser perdido ante las posibilidades del ser y del no ser, sin ser capaz de reconocer las máximas necesidades a solucionar, ignorante del juicio justo y la función humana. Incapaz de dominar los instintos y sin control del celo, le denominamos hombre caído y a su naturaleza adquirida de generación en generación, la denominamos naturaleza caída.
EL HOMBRE CAIDO ES UN ESCLAVO DEL EGOISMO, ILEGAL ANTE LA PUREZA HUMANA E IRRESPONSABLE ANTE LAS MÁXIMAS NECESIDADES SOCIALES.
La naturaleza caída se caracteriza por no reconocer el punto de vista de lo que beneficia siempre a Todo, por no justificar las razones constantes e inmanentes que se derivan del Ideal Natural, por no reconocer la mecánica de una relación correcta, así como por no cumplir con el deber de ser responsable y autónomo para ser libre.
A lo largo de la historia se tuvo la impresión de que, libertad era la capacidad de optar y se podía optar por lo valido y por lo no valido, por lo cierto o por lo falso, por lo bueno y por lo malo. Esa postura maniquea de que se puede optar por lo bueno o por lo malo, no es correcta y de eso nos hemos dado cuenta siglos más tarde. Vamos a explicar porqué.
Toda propuesta es previamente pretendida. Un accidente no es propuesto ni pretendido, es un suceso consecuente con las normas de la naturaleza pero ajeno a la voluntad del sujeto que lo sufre o que lo padece, porque de no padecerlo, o sufrirlo, de esperarlo, dejaría de ser error y se transformaría en objeto pretendido. Todo lo pretendido es esperado, no es accidental. Todo lo esperado se justifica necesario por ser válido, o por servir para quien lo espera o pretende. Libertad es la capacidad de optar y se opta siempre por lo esperado. Lo esperado vale sirve y se justifica necesario, por lo mismo, la libertad se reduce y resume a pretender valor (algo que sirve, que se ajusta a la necesidad o que por alguna razón despierta la motivación, o el interés por pretenderlo). Por ser siempre pretendido lo esperado es que cuando se descubre que lo esperado no es lo pretendido, se justifica uno frente al error, justificando al error válido, es decir: "no llegué puntual porque hubo un atasco tremendo" "te pago mañana porque mi mujer no hizo el depósito" "Oh, creí que querías el café sin azúcar" En muchos casos justificamos al error válido, y esto se debe a que nuestra libertad no tiene otra posibilidad que no sea la de optar por la alternativa que la conciencia del que ejerce la libertad determine válida.
Me decía mi hijo al comentar sobre este tema: "¡Papá te equivocas! En muchos casos hacemos cosas que no queremos hacer, por lo tanto la libertad es la capacidad de optar por lo que es y por lo que no es valido."
Quise explicarle que libertad es siempre la capacidad de optar por lo que es considerado válido de forma que me lo comprendiera, pero me vi en tremendas dificultades para hacérselo entender.
Le dije: Cuando optas por algo que no quieres hacer y accedes a hacerlo aún en contra de tu voluntad, ¿cómo llegas al extremo de motivarte a hacerlo si no tienes la voluntad necesaria para hacerlo? A lo que mi hijo respondió: Es que si no lo hago, me gritan o castigan.
¿Me estás diciendo que evalúas entre la posibilidad de no hacerlo y ser castigado, o hacerlo y ser liberado de castigo y por decidir que es mejor liberarte del castigo lo haces?
Si, eso es, lo hago por liberarme del castigo pero no quiero hacerlo.
Dime: ¿No es cierto que lo haces porque después de evaluar de entre las dos posibilidades, la de que no lo quieres hacer y ser castigado o la de hacerlo y ser liberado de culpa, eliges la que consideras más valiosa para ti?
Obvio, si, claro.
En ese caso optas por lo que consideras válido y eso es hacer uso de libertad. Libertad es la capacidad de optar por lo que es considerado válido. La libertad no puede optar por lo que no se quiere, porque por lo que no se quiere no se opta. Cuando se opta es porque se pretende, si se pretende se espera y si se espera se quiere.
Pretender algo obliga a ser leal y obediente a esa conquista, lo normal es que esa lealtad y obediencia no representen ningún tipo de imposición obligatoria, puesto que se pretende y esa pretensión motiva a ser leal a su conquista. Lo máximo esperado por la naturaleza humana es la conquista de los vínculos, esa conquista debería motivarnos por si sola y en si misma, sin ninguna imposición externa que nos obligue. Pero el primer humano cayó en la tentación de invertir el dominio sobre los instintos y el instinto de reproducción se impuso por sobre la conciencia del valor y del juicio justo reproductor.
La naturaleza caída se caracteriza por la deslealtad vincular filio-paternal al modelo del verdadero paternazgo incondicional.
Se caracteriza por la condicionalidad de los valores por reducir los valores absolutos a la relativa apreciación de cada individuo y por desconectar la relación entre su emoción, intelecto y voluntad, es decir, por hacer lo que sabe que no es justo, aun sabiendo que no lo es, y por hacer lo que siente que no es valido siempre y para todos, a pesar de saber que no lo es. Esta contradictoria actitud es su naturaleza caída. Siente que debe, sabe lo que debe, pero no lo paga.
En resumen, la naturaleza caída es una naturaleza desleal al ideal de plenitud, justicia y cumplimiento responsable.
La naturaleza caída es una mente insegura de su sentido, sin finalidad justificada válida, desorientada. Es una mente arbitraria ante su finalidad, ante su proceso de desarrollo y ante sus opuestos. Esta arbitrariedad impide la seguridad de su persona y esa inseguridad ejercita la imprevisibilidad de sus actos. La naturaleza arbitraria ante las funciones, insegura en sus juicios e imprevisible en sus conductas, crea en los otros inmediatos, desconcertación por la naturaleza de sus conductas improvisadas e inesperadas, desconfianza por la arbitrariedad de sus juicios, y desunión por la desconexión entre las direcciones adversas en las que se dirige y que lo muestran desorientado. Un ser desorientado, desajustado y desconectado del bien supremo o de la decencia humana, es un ser contrario a la Naturaleza Humana. Este ser trastorna con sus trastornos a la voluntad de la decencia.
La Verdadera Naturaleza Humana pide al hombre que confíe en ella mediante el ejercicio de la FE. Y que REALICE la Experiencia de la UNIÓN para sustancializar así el beneficio del deber cumplido. Cuando hablo del beneficio de la unión, o del deber cumplido, me refiero al establecimiento de los vínculos maduros en el afecto, en la confianza y en el respeto filio-paternal, fraterno-conyugal y paterno-filial, al cumplimiento de la máxima responsabilidad emocional, intelectual y motivacional humana, entre hijos y padres, esposo y esposa y padres e hijos.
Para superar a la Naturaleza caída es necesario de una FIGURA CENTRAL que establezca el fundamento de fe y el fundamento de sustancia que rectifiquen la naturaleza contradictoria de la caída.
Los aspectos esenciales derivados de la elección adolescente de elegir o preferir el apetito del instinto por sobre la conciencia madura son los siguientes:
1-No tomar el punto de vista de lo que beneficia, se ajusta y vale siempre y para todo. El hombre caído se prefiere y declara egoísta, irrespetuoso, arrogante e irresponsable.
2-Abandonar el dominio de la posición de sujeto responsable por el beneficio de la creación entera. Prefiere desubicarse en sus extremos a ubicarse en el orden.
3-Invertir el dominio al priorizar los apetitos de los instintos por sobre las necesidades fundamentales de la conciencia. El hombre caído repite el acto de caer en cualquier tentación. No lo considera vergonzoso ni repugnante en él, pero si en los otros.
4-Multiplicar el comportamiento antinatural extremo, ajeno a la normativa natural. Indeterminado, débil, destemplado, imprudente, flojo, indiferente, despreciativo, arrogante, ignorante, agresivo o pasivo. El hombre caído se prefiere caído porque se ignora, se desconoce a si mismo en su naturaleza también desconocida.
Estos cuatro, son los fundamentos de la naturaleza caída, adquiridos en la ilícita experiencia, que determinan la conducta del hombre que ha caído en la tentación del apetito del instinto.
Esta naturaleza está basada en la deslealtad a los valores máximos de pureza, integridad y cumplimiento del deber de ser maduro, consecuentes con la naturaleza humana. Lo que obliga a restaurar esa lealtad a lo que es máximo, justo y necesario para el beneficio de todos. El hombre se debe a su naturaleza y la naturaleza humana espera al hombre natural.
En el proceso de restauración de la naturaleza original, intervienen una Figura Central, condiciones y tiempo, para establecer el fundamento de fe, perdido por quien ha caído y el fundamento de sustancia al cumplir la responsabilidad de realizar el enlace vincular incondicional filio-paternal, fraterno-conyugal y paterno-filial.
Estos elementos deben ser reconocidos, y el personaje central debe también reconocerse a si mismo gestor garante y responsable de la restauración.
El personaje central debe descubrir y establecer las condiciones exigidas por el curso providencial hasta satisfacer la necesidad natural de la restauración completa.
En algunos casos las circunstancias pueden exigir de tiempos similares, en otras es suficiente con periodos simbólicos menores como en el caso de Abrahán con su ofrenda de las tórtolas, el cordero y la novilla, y en otros casos es necesario recorrer tiempos y exigencias mayores, como en el caso de Moisés que después de perder el fundamento de los 40 días de ayuno, debió cumplir con un periodo de 40 años en el desierto. Estos tiempos y condiciones dependen de la importancia y de las condiciones establecidas por el momento histórico, o por el mérito de la era en la que se establecen.
Cada uno de nosotros asumimos la posición de ser figura central de nuestro linaje y en ese momento en el que nos reconocemos en esa posición, nuestra trayectoria inicia el proceso de restauración en base al fundamento de los números y del proceso de: separación, fe, unidad, división, cautividad y preparación para el restablecimiento en la unidad vincular filio-paternal, fraterno-conyugal y paterno-filial.
La finalidad del ser humano es para todos la misma, las variables se desprenden de las condiciones en las que cada uno de nosotros, establece el cumplimiento de su responsabilidad, pero la normativa funcional es para todos la misma. Separación, fe, unidad, división, cautividad y preparación para la unidad vincular incondicional.
Este curso de separarse del vientre de la madre después de 40 semanas o nacer a los 10 meses, de tener fe en la unidad vincular por sobre todas las cosas durante las 10 etapas del proceso de crecimiento, en donde se han debido establecer las bases de cuatro posiciones, lo que suman 40 y de, establecer la unidad moral con la normalización de la Naturaleza Humana, cumpliendo los 12 objetivos (4 triples) establece la división equitativa de funciones en las cuatro posiciones para la unidad base de la reproducción, el matrimonio, -4- .luego durante 21 años cautivado por el afecto fraterno-conyugal y paterno filial, se maduran los vínculos. Y finalmente se prepara para la conexión entre lo espiritual y lo físico durante un tiempo completo -40-
Estos seis periodos de consecución podemos encontrarlos en numerosos aspectos por ejemplo en la reproducción celular: 1-Proceso interfase 2-profase, 3-prometafase 4-metafase, 5-anafase 6-telofase o citokinesis. El mundo fue creado en 6 días. La semana tiene 6 días de trabajo, etc.
Una vez reconocidos los procesos y estructuras del desarrollo, volvamos a la historia para ver cómo se aplican.
Los números limitan o determinan periodos concretos y procesos de funcionalidades específicas por y para eso existen.
El número nos indica cantidad, nos determina la porción, más o menos, de un todo. Toda calidad involucra alguna cantidad. Cuando se dice muy bueno, muy bonito, muy agradable, estamos denotando una cierta cantidad. Generalmente, el más alto grado de calidad va a estar en relación con una mayor cantidad. Por ejemplo el mejor auto es aquél que contiene más objetos de interés, o el mejor vino el que contiene más cuidados, o el mejor arte el que contiene mayores cantidades de dominios. Cuando se pierde una calidad se necesita del ejercicio de las cantidades exigidas en su maduración. Por ejemplo, para adquirir la condición de la calidad del campeón, ha de ganarse todas las competencias (condiciones) del campeonato.
Calidad y cantidad van de la mano, por eso cuando se pierde la sensibilidad de la calidad de lo absoluto, es preciso del desarrollo en cantidad de servicios, sucesos, conocimientos y experiencias necesarias para llegar a sensibilizar a la capacidad emocional del ser, en ese estado de madurez adecuado a la naturaleza de los valores absolutos, para que pueda reconocerlos, re-conocerlos. Ser un espejo de los mismos.
No se puede reconocer aquello que no establece una relación recíproca con el apreciador y para establecer esa reciprocidad, el apreciador debe contener en su conciencia los atributos intelectuales capaces de asumir y reconocer la experiencia.
La historia ha seguido un curso providencial numérico absoluto hasta recobrar la condición de ser capaz de reconocer la identidad, el origen y el propósito de la naturaleza humana.
Lo primero que se perdió fue la lealtad en el ideal, por lo tanto, lo primero a restaurar, es la lealtad en la fe en un solo ideal. La naturaleza humana tiene solo una función, la humana ideada como propósito para la especie. Esa función ideada es su ideal. Por lo tanto el ideal humano es solo uno.
El proceso razonable de la restauración del todo o del 40, se inicia con la restauración de la Fe perdida por los primeros antepasados. Los primeros antepasados perdieron la fe en el orden absoluto, en el ideal humano, perdieron la fe en su función humana y se abandonaron al arbitrio de los apetitos del instinto. Y, esa fe en el ideal humano, debe ser recuperada por alguien que fije su atención en el reconocimiento de los valores absolutos de plenitud justicia y cumplimiento.
Ese primer hombre de fe, fue Noé. Pero Noé aparece por sobre la condición de cuatro periodos de 400 años cada uno, 1600 años bíblicos que representan al 40 por 10 etapas de maduración, en cada una de las cuatro posiciones necesarias, como estructura para el desarrollo del cumplimiento de cualquier acto. En este caso, para el desarrollo del cumplimiento del ser persona. Con el sufrimiento de la humanidad durante estos 1600 años se pagó el derecho a la fe de Noé. Puesto de otro modo, la cantidad de situaciones vividas por las generaciones previas a Noé posibilitaron que la sensibilidad de nuestro personaje, fuese capaz de captar la necesidad del ejercicio de la fe en un solo Ideal Absoluto. La cantidad de esfuerzo y sacrificio orientado hacia la unión familiar fue generando la calidad de las personas que acompañaron a Noé.
Noé tenía 600 años cuando comenzó el diluvio y tardó 120 años en construir el arca, lo que nos dice que comenzó a construir el arca cuando tenía 480 años, si se le restan 400 años necesarios para completar el curso de unidad en la fe, llegamos a la conclusión de que Noé tenía 80 años cuando inició su curso personal de restauración. 80 es dos veces 40, cada uno de estos 40 representan la unidad entre los dos aspectos del ser persona, el aspecto interno (espiritual, 40) y el aspecto externo (físico 40) por eso, Noé no pudo iniciar su camino personal de restauración hasta no ser superado un periodo de 40 para cada realidad. Desde que Noé se determinó a encontrar los valores absolutos (a seguir a Dios) hasta que se manifiesta en él la condición necesaria para reconocer los valores absolutos y obrar responsablemente en esa convicción (hasta que Dios lo encuentra justo) pasan 400 años. Noé transcurre 400 años dirigido por su fe y lealtad a lo absoluto.
Noé inicia la construcción del Arca. 3 pisos y 10 codos por piso. 3 pisos están en la posición de restaurar las tres etapas de crecimiento. Etapa de formación, etapa de crecimiento y etapa de completación. Noé reconoció que debía restaurar las tres bendiciones (creced, multiplicaos y dominad) perdidas por los primeros antepasados.
Estas tres grandes misiones del ser humano que debe crecer en la asunción de ser persona, que debe multiplicar al objeto del vinculo, del valor y del linaje que perpetúe la especie y que debe cumplir con la realización del deber de ser auténtico en el dominio sobre todas las cosas, se perdieron en su origen y Noé estaba simbólicamente representándolas en el esfuerzo de construir un "nuevo hogar", el Arca. Los diez codos representan el proceso de desarrollo de cada etapa.
Se le pide reunir cuatro ejemplares de cada especie y con ellas entran en el arca cuatro familias: la de Noé, la de Sem la de Cam y la de Jafet. Cuatro hombres y cuatro mujeres. Los cuatro individuos representan a las cuatro posiciones en la etapa de formación; las cuatro familias, representan a las cuatro posiciones de la etapa de crecimiento y los cuatro animales de cada especie, representan a la base de cuatro posiciones de la etapa de completación.
Podemos atribuirle razones a la existencia o no existencia de Noé, pero las conductas que este texto nos expresa, son las necesarias y acertadas para restaurar la lealtad perdida del hombre hacia el cumplimiento del deber de ser auténtico, y cumplir el Ideal de la Creación. Ha trascendido, que el diluvio lo envió Dios para borrar el pecado del hombre, pero no se ha comprendido la estructura y composición de este apocalíptico propósito. Nos hemos detenido más en lo superfluo de esta hecatombe, en las dimensiones del arca y en la cantidad de animales, que en el profundo significado de las razones que este hecho comprendía. Para borrar el pecado no bastaba con el castigo, el ser humano debía restituir sus conductas y condición de ser impuro y asumir una conducta responsable desde entonces y para siempre.
La Naturaleza provee del escenario y Noé, se establece como el modelo de ideal humano en el sentido de restaurar la condición de ser leal al mandato absoluto de construir el Arca. Y ¿por qué fue tan importante construir un arca durante 120 años? El Arca de Noé no fue un barco cualquiera, Noé estaba asumiendo la responsabilidad de recrear a la biodiversidad entera. Pero, en esa restauración, era necesario reformar el modelo de familia humana. Su familia, iniciaría de nuevo el ciclo natural de la especie humana. Y por esta razón, su labor era de vital importancia.
Noé restauró la fe perdida en el ideal absoluto, de obrar incondicionalmente en función de lo que es siempre y para Todo valido. Obedeció punto por punto todas las exigencias requeridas: fabricar el arca, recoger una pareja de animales machos y hembras de cada especie, construir el arca con tres pisos, poner en el piso superior a su familia y a las familias de sus tres hijos, superar la tentación de permanecer durante cuarenta días y cuarenta noches en el arca durante el diluvio, sin reclamos y establecerse en tierra firme con su familia.
Noé, permaneció aislado del mundo durante 40 días y 40 noches, en este estado permanecieron separadas las familias de Noé y sus descendientes, centradas en el valor absoluto, de las familias centradas en valores relativos.
El arca permaneció 210 días flotando, mientras esto sucedía, Noé y su familia se sintieron cautivos. Noé pasó 10 meses o 40 semanas preparándose para dejar el arca y unirse en tierra firme con sus hijos y nietos en el vínculo incondicional del afecto y de este modo restaurar en su familia la incondicionalidad completa en el afecto, en la razón y en el cumplimiento del deber. Pero Cam, su segundo hijo, se avergüenza de su padre. ¿Es posible establecer un vínculo completo en el amor incondicional con alguien que se avergüenza de ti? Hasta no superarse esa falta de respeto no se puede confiar ni mucho menos vincularse. Pero su familia debía vincularse completamente con él para crear un nuevo núcleo gestor, modelo para toda su descendencia, y como requisito, era necesario que entre padre e hijo, no existiera ningún tipo de distanciamiento o desconfianza.
La historia nos dice que Cam, sintió vergüenza de la desnudez de su padre y compartió su vergüenza con sus hermanos, a lo que Noé respondió maldiciendo a la descendencia de Cam durante 400 años. Era necesario que sintiera vergüenza, pero al mismo tiempo era necesario que la superara. Los primeros antepasados sintieron vergüenza al no cumplir con el deber de madurar, esa vergüenza fue traspasada de generación en generación y Cam pudo acabar con ella, pero no supo reconocerla y cayó en ella. El primer hijo irresponsable (Caín) inhabilitó la posición del heredero, por eso fue necesario que el 2º hijo restaurara al 1º. Cam ocupaba la posición de Abel segundo hijo que debió restaurar el fallo de Caín, uniéndose con sus padres.
Este hecho que hoy por hoy nos parece tan insignificante, en aquel núcleo familiar original era un asunto de vital importancia para la restauración de la condición original de la especie humana.
Noé cumple su porción de responsabilidad al establecerse como figura central de la restauración de la fe en el ideal, construye el arca, en torno al cual reúne a toda su familia y el resto de la creación y espera que sus hijos se vinculen con él, pero Cam no lo hace y ese fallo prolonga la historia 400 años, un tiempo relativo a la estructura base de cuatro posiciones y diez etapas de su desarrollo.
Entendiendo vergüenza como la turbación del ánimo, ocasionada por alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante, propia o ajena, podemos deducir que Cam asumía alguna falta en su padre por estar desnudo, pero, todos nacemos desnudos y si Noé se dejó estar y se olvidó de sus ropas, Cam, no debió enjuiciarlo desde su punto de vista, debió superar esa situación y no apartarse de su padre por sus conductas. En especial frente a un padre que por ser leal a lo desconocido los había salvado de morir ahogados. Para Noé, que comprendía que la lealtad de su hijo era necesaria para establecer un modelo de familia integra en el amor, en la confianza y en el cumplimiento del deber, el acto de Cam de avergonzarse de su padre, rompía la confianza necesaria para vincularse plenamente y por esta razón lo maldijo. La vergüenza de Cam provocó un modelo de familia disfuncional que en su expansión histórica multiplicó familias disfuncionales. Y el ser humano como especie volvió a perder la oportunidad de restaurar su núcleo gestor original. Noé fue una figura filosóficamente hablando, totalmente desconocida, pero su postura frente al ideal de la creación, fue determinante para el desarrollo de la filosofía. Noé se estableció como un hombre de fe, que no pudo sustancializarla en el seno de su familia, Noé no logró establecer un núcleo familiar libre, autónomo y responsable y la historia debió esperar 10 largas generaciones hasta la llegada de otro ser sensible que se determinó a continuar la inconclusa labor de restaurar el núcleo familiar original, de acuerdo con las normas naturales. Este personaje fue Abraham. ¿Qué fue lo que no hizo Noé?
Noé restauró la fe perdida en el ideal de la unidad familiar en la incondicionalidad del afecto completo, pero su hijo Cam, no fue capaz de respetar al padre completamente, lo que provocó que padre e hijo se divorciaran. Sobre la base de este divorcio, se perdió la posibilidad de que un padre y un hijo se unieran en la razón del ideal absoluto de la incondicionalidad en el amor. Al perderse la posibilidad de establecer una familia original centrada en la unidad completa en el afecto incondicional maduro, fue imposible establecer un modelo de familia verdaderamente auténtica en la incondicionalidad del afecto normado y la historia debió seguir esperando otro hombre de fe.
Logros y fracasos
Desde Adán a Noé pasan 1600 años y 10 generaciones que indemnizan con sus sacrificios el proceso y la estructura base de la naturaleza. Noé durante 400 años demuestra tener fe en un solo ideal humano. Se une en la construcción del arca durante 120 años, como su conciencia le ordenó. Supera la tentación de los 40 días y 40 noches de diluvio sin reclamos, acusaciones o rechazo. Y estando cautivo en el arca durante 210 días mantiene el orden en él. Hasta que 40 semanas después, se establece el escenario para la restauración de la vergüenza de los primeros padres y Cam, en lugar de superar la tentación de la vergüenza, cae en ella y su padre lo maldice 400 años.
Las generaciones
Desde Noé hasta Abraham pasan 400 años y 10 generaciones
1-Sem tenía 100 años cuando nació su hijo
2- Arfaxad este tenía 35 años cuando nació
3-Shela, este tenía 30 cuando nació
4-Eber que tenía 34 cuando le nació
5-Peleg, este tenia 30 cuando nació
6-Reu y este tenía 32 cuando le nació
7-Serug que tenía 30 cuando nació
8-Najor y este tenía 29 cuando nació
9-Terá y este tenía 70 cuando nació
10-Abram que para cumplir el total de 400 años debía tener 10 al iniciar su curso.
En la época de Abran el ambiente era desastroso.
Uruk, (Ur) tenía entre sus celebraciones varias de carácter sexual y violento. Se tienen extractos del poema babilonio a Erra, en el cual se critica duramente la actitud de un rey de Uruk, que no trata con suficiente amabilidad a las prostitutas, cortesanas y busconas […] a los chicos alegres que cambiaron su masculinidad por feminidad así como a los portadores de dagas, navajas, chuchillas y pedernal ya que éstos con sus actos agradan al corazón de Ishtar. Parece que el hecho de que los jóvenes durmieran en sus camas era algo preocupante y la copulación en las calles era una práctica habitual. El papel de la prostitución no está claro, se cree posible una función ritual.
Abran inicia el curso de la restauración vincular en un nuevo escenario.
En este curso lo primero a restaurar es el fundamento de fe que se perdió con el fallo de Cam (perdió la fe en la incondicionalidad afectiva en el vinculo filio paternal, perdió la confianza con su padre al avergonzarse de él).
Cam fue el segundo hijo de Noé, ocupaba la posición de Abel. Cam fue tomado por el error del celo extremo al avergonzarse de su padre, con lo que se perdió la posición de Abel (del segundo) por esta razón Abran, primer hijo de Terá un fabricante de ídolos (politeísta) fue tomado por la conciencia de lo absoluto. Noé se estableció como el modelo vincular filio-paternal incondicional maduro. Noé no perdió nunca su fe en el Paternazgo Maduro, lo pongo con mayúscula porque designa al Verdadero Paternazgo Incondicional Absoluto y Eterno. Abraham hereda la fe de Noé y se le requiere una sencilla ofrenda para sustancializar su fe. La prueba que debía superar en principio, era mucho más sencilla que la que debió superar Noé. Abraham solo debía hacer una ofrenda y dividirla en dos, pero el significado era el mismo. Restaurar simbólicamente el camino que posibilitaría después el reconocimiento de las tres bendiciones y del proceso de desarrollo en tres etapas. Abraham no cumple con el dividir la ofrenda y reconoce que su ofrenda no sirvió.
El 2º hijo Cam, actuó también de manera irresponsable ante la naturaleza providencial del ser humano, por lo tanto, la responsabilidad en restaurar la conducta original incondicional volvió a recaer sobre el primero.
A Abraham, se le pidió también cumplir con un mandamiento, el de hacer una ofrenda simbólica de palomas, un carnero y una novilla, pero debía dividirlas en dos. Este dividir la ofrenda satisface a la razón dual (sujeto objeto) de la estructura base de cuatro posiciones, exigida en la creación de cualquier acto, es decir, contenida en lo absoluto y por lo mismo, necesaria de ser establecida correcta y completamente. Abraham cortó la novilla y el carnero, pero se olvido de cortar las palomas o las tórtolas, y uno se pregunta pero ¿qué importancia podría tener el cortar o no cortar en dos las palomas? Pues, en realidad tenía muchísima importancia. El cortar la ofrenda en dos, simbolizaba la dualidad exigida en el Principio de la Creación, ese acto representaba la funcionabilidad de lo absoluto y sin separar las palomas, una de las etapas del proceso de desarrollo de la base de cuatro posiciones, quedaba sin representación. Por lo mismo, Abraham reconoció su error y debió realizar otra ofrenda aún más difícil, debió ofrecer lo máximo de sí mismo, debió ofrecer a su propio hijo Isaac.
Lo que hizo Abraham al no cumplir con la ofrenda de fe, al no partir las tórtolas o palomas, fue destruir el fundamento de fe que Noé había logrado, por eso debió traspasar la condición de Fe a su hijo Isaac, quien tuvo que restaurar el vinculo filio-paternal incondicional al negarse completamente por la voluntad del Padre ajustado al verdadero paternazgo Incondicional. Abraham asume la tarea de restaurar la incondicionalidad vincular fraternal al recuperar a su hermano Lot del cautiverio de sus cuatro jefes, luego asume la responsabilidad de restaurar el vinculo conyugal con su esposa al recuperarla del faraón y sobre esta condición podía ofrecer a su hijo Isaac para, de ese modo, restaurar la incondicionalidad vincular afectiva entre padre e hijo. Así se restauraba el modelo de familia incondicional en el establecimiento vincular afectivo. Pero las cosas no son fáciles en lo afectivo. Ofrecer a su hijo en holocausto no era tarea fácil y que el hijo acepte esa voluntad tampoco lo fue. Por eso Abraham debió sufrir el escenario de sucesos que brindaban a su esposa e hijo la confianza en él y en su convicción. Esta ofrenda simbólica de Abrahán, requirió de algunas condiciones previas, necesarias para hacerse merecedor de tal ofrenda.
Antes de establecer el amor incondicional verdadero, es preciso superar la tentación del enlace intergenital prematuro, para con esta condición hacerse merecedor del dominio sobre el celo reproductor. A esto se le ha denominado bíblicamente como la tentación del ángel, la tentación del servidor custodio (el celo). Noé tuvo que superar la prueba del ridículo durante los 120 años que le tomó construir el arca. Abraham tuvo que superar la prueba de recuperar a Lot de los 4 jefes: Codorlamor, Tadal, Amrael y Ariol. Esta primera victoria le permitió convertirse en la figura central de la ofrenda de la ternera, del carnero, y de las tórtolas. Ofrenda necesaria para restaurar las tres etapas del proceso de consecución del logro, inicio medio y término perdidos en la familia de los primeros antepasados.
La historia nos cuenta que Abraham salió de la casa de su padre en Harán, acompañado de su esposa Sara y de su sobrino Lot. Abraham bajó a Egipto a por provisiones y el Faraón tomó a su esposa Sara, de quien Abraham dijo ser su hermana. El Faraón bendijo a Abraham con animales y bienes, cuando supo que Sara era la esposa de Abraham y lo despidió diciéndole: ¿Por qué no me dijiste que era tu hermana?. El Faraón debió sentirse traicionado y con deseos de matar a Abraham, pero dominó su odio (controló el celo y los instintos) y restauró así simbólicamente la posición de Lucifer (el celo). El Faraón superó la tentación del celo y del apetito del instinto reproductor, superando así la tentación del apetito intergenital prematuro.
La mujer de Abraham con su lealtad y pureza, logró establecer el fundamento de una Eva madura al no tentar al faraón y ser fiel a su marido. Sobre este fundamento de fe Abraham pudo establecerse como figura central de la ofrenda y lograr la unidad con el faraón. Una vez establecido el respeto y la confianza con el Ideal de la Creación (el amor incondicional) y con su sobrino Lot, (Vinculo fraternal incondicional) Abraham establece el respeto, y la confianza con su esposa Sara (vinculo conyugal incondicional) solo le faltaba ser reconocido, respetado y completamente confiado con su hijo Isaac, para establecer así el vínculo incondicional paterno filial.
Restauración del vinculo paterno-filial al ser capaz de entregar a su hijo a la Voluntad Providencial y restauración del vinculo filio-paternal al ser capaz de entregar su vida por el beneficio del establecimiento del Amor Paterno-filial Incondicional Maduro. Abraham supo priorizar la voluntad absoluta y eterna por sobre su propia voluntad e Isaac supo priorizar la voluntad del padre por sobe la voluntad del hijo, lo que ordenó las conductas naturales y en base a este modelo se justificó la tradición moral, ética y estética del judeocristianismo y del Islam.
Entregar al hijo en holocausto implica superar la tentación del celo afectivo, del celo cognoscitivo y del celo conductual. Abraham supera la tentación de priorizarse a sí mismo por sobre el todo. Abraham se establece como verdadero padre de la fe al ser calificado por la actitud filial incondicional de Isaac.
La ofrenda dividida bastaba para restaurar la lealtad de Abraham al llamado de su padre (el valor absoluto) pero al no cumplirse, fue necesario que esa lealtad se estableciera nuevamente y por eso, fue ofrecido Isaac. Ahora, Isaac adquiere la condición de ser leal al padre y sobre este fundamento de lealtad filial incondicional, es necesario establecer en su familia el amor fraternal maduro en la incondicionalidad. Una vez establecido el amor filial incondicional y el amor fraternal incondicional, podría pensarse en establecer el amor conyugal incondicional que posibilite la experiencia del amor paternal incondicional, este es el curso de la restauración del amor para vincular a padres e hijos en la incondicionalidad del afecto absoluto y eterno. Sobre esa experiencia, dispondríamos del modelo ejemplar de familia a imitar, dispondríamos de la Sagrada Familia y de las Bodas del Cordero. En otras palabras se dispondría del biotipo humano familiar completo, modelo de autenticidad, autonomía y madurez. Al ofrecer a su hijo Isaac, Abraham se declara incondicional ante la Naturaleza humana, declara incondicional la paternidad e Isaac declara, ser incondicional al aceptar la voluntad de su padre.
En este momento se restaura por primera vez el Amor Incondicional Filio paternal, fraterno conyugal y Paterno filial a nivel familiar.
Sobre este fundamento es necesario establecer a la familia modelo del amor verdadero a nivel tribal.
4-Vinculo paternal incondicional, de padres a hijos.
3-Vinculo conyugal incondicional entre esposos.
2-Vinculo fraternal incondicional entre hermanos.
1-Vinculo filiopaternal (del hijo al paternazgo incondicional absoluto y eterno, es decir valido siempre y para todo)
Abraham restaura la fe, pero el peso de su primer error hace que sea Isaac el que herede la condición pura de la ofrenda. Abraham sobre este fundamento realiza su primera ofrenda, pero fracasa en ella y su descendencia ha de sufrir las consecuencias siendo forastera durante 400 años.
Al no cortar en dos a las palomas, se perdió la posibilidad de establecer el fundamento para restaurar la etapa del periodo de formación, y Abrahán asumió el compromiso de ofrecer a su único hijo Isaac. Abraham debía superar en esa prueba, la tentación del celo paterno, y al mismo tiempo debió subyugar el amor paternal individual por el ideal incondicional de la Creación. Abraham supero esa prueba y se estableció como figura central del fundamento de fe, (padre totalmente incondicional a la voluntad providencial) junto con su hijo Isaac, quien también aceptó ser ofrecido (hijo totalmente incondicional al padre). Por esa razón Abraham es el padre de la fe y el origen del judaísmo, islamismo y cristianismo.
El fracaso en la condición de dividir las tórtolas, obliga a restaurarlo ofreciendo en holocausto a su propio hijo Isaac que tenía en ese momento 15 años. Edad aproximada a la que tenían los primeros antepasados adolescentes cuando tuvieron la experiencia del enlace intergenital prematuro y se desvincularon filialmente de su Origen Paternal Incondicional.
Isaac con su actitud de entrega incondicional a la voluntad del padre y con el priorizar el enlace vincular padre e hijo por sobre su propia vida, demostró dominar los instintos y controlar el celo hasta el extremo de dar la vida por guardar el vínculo filial, de este modo estaba restituyendo la posición de Adán y de Eva. Estaba por primera vez en la historia estableciéndose como leal al ideal del padre en la incondicionalidad del verdadero afecto maduro.
Isaac se establece como el primer modelo de actitud incondicional, confiada y responsable en el cumplimiento del deber de estar ligado a los valores absolutos. Abraham e Isaac restauraron el amor incondicional filial, sobre esta condición, sus hijos Esaú y Jacob, deben ahora restaurar al amor fraternal. Esaú y Jacob eran hijos conectados vincularmente con Isaac a quien respetaban y aceptaban completamente. Aquí debemos comprender que Abraham fue el padre de una fe distinta a cuanto le rodeaba. Abraham creía en un solo Dios, en un origen absoluto e incondicional y su hijo Isaac y sus nietos Esaú y Jacob, pese a lo que otros pudieran presentarles siguieron creyendo en el criterio de su padre. Sobre este fundamento de lealtad filial, los hermanos deben establecer el vínculo en la incondicionalidad y la situación se crea para posibilitar esta condición.
Esaú salió a cazar y volvió hambriento. Jacob estaba preparando un plato de lentejas. Esaú le pide las lentejas y Jacob le pide a cambio su herencia, su primogenitura. En realidad le estaba pidiendo la posición del maduro, la posición del primer hijo que debe ser modelo de incondicionalidad hacia sus hermanos menores. Esaú aceptó en primera instancia, luego se arrepintió y quiso matar a Jacob.
El nombre Jacob (Ya kub-ilu), significa "el que suplanta"
Jacob inicia el camino de la restauración del vínculo incondicional entre hermanos. La naturaleza crea el escenario. Aquí vuelve a surgir la misma situación entre Caín y Abel. Caín, el mayor, mata a Abel el menor. Esaú el mayor, quiere matar a Jacob el menor, pero este menor, debe restaurar la conducta de Abel. Abel debió hacerse merecedor del odio de Caín, debió ser irresponsable, arrogante, o despreciativo en el disentir con él. Jacob hace todo lo contrario. Primero le da un tiempo para bajar los ánimos 21 años, luego, trabaja duramente superando toda adversidad hasta que se reencuentra con su hermano y le ofrece todo lo que el ha logrado en sus 21 años de esfuerzo. Esaú lo acoge y se restaura el verdadero amor incondicional fraterno. Esto que suena tan fácil, rápido y agradable no lo es tanto para quienes están haciendo la pega (el esfuerzo de realizar la condición). Veamos en detalle cómo logró Jacob, transformar el odio de su hermano en afecto incondicional.
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