Témpera o guacha:
La témpera es un medio similar a la acuarela, pero tiene una "carga" de talco industrial o blanco de zinc, esta carga adicional al pigmento le da su carácter opaco y no translúcido como la acuarela, sin embargo tiene la virtud de dar tonalidades claras sobre una oscura, cosa que en la acuarela "clásica" es incorrecta, a ese defecto en la acuarela se le denomina "acuarela opaca" o "muerta". La fórmula de la tempera también lleva goma arábiga, miel y a veces hiel de buey para tener más fluidez en el recorrido del pincel. Es a su vez un medio muy eficaz para complementar dibujos y hacer efectos de trazo seco o de empaste.
Acrílicos:
El ácido acrílico es un compuesto químico (fórmula C3H4O2), siendo el ácido carboxílico insaturado más simple, con un enlace doble y un grupo carboxilo unido a su C3. En su estado puro, se trata de un líquido corrosivo, incoloro y de olor penetrante. Es miscible con agua, alcoholes, éteres y cloroformo. Es producido a partir del propileno, un subproducto gaseoso de la refinación de petróleo. El ácido acrílico presenta una acentuada tendencia a la creación de polímeros, los cuales, en su forma neutralizada (como el poliacrilato de sodio) son utilizados comercialmente.
Pasteles:
La técnica de pintura al pastel consiste en la utilización de unas barras de colores similares a las tizas escolares pero que se diferencian de éstas en que, en su composición, llevan una alta proporción de pigmento que se aglutina con cola y en ocasiones yeso. De esta manera se consiguen colores luminosos, intensos y bien saturados.
Es una técnica de las llamadas secas, ya que a diferencia de la pintura al óleo o la acuarela, no se utiliza ningún disolvente y se aplica directamente sobre la superficie de trabajo. Como soporte es común utilizar papel de buena calidad de buen gramaje de color neutro no blanco y de ligera rugosidad, aunque la técnica es lo suficientemente versátil para que se pueda usar sobre otras superficies.
Es una técnica cómoda, generalmente rápida y que permite realizar correcciones con gran facilidad, razón por la cual es escogida por muchos artistas. Puede ser usada por payasos.
Temple:
Es una emulsión de agua, clara y yema de huevo y aceite. Conviene primero hacer la mezcla del huevo con el aceite hasta una mezcla homogénea, después gradualmente agregar el agua hasta crear la emulsión o médium de la técnica al temple. La proporción es de un huevo entero, mas una parte igual de aceite, mas una, dos o tres partes de agua, dependiendo de la fluidez que se quiera alcanzar. También se puede agregar un poco de barniz dammar a manera que se reemplaza la parte de aceite de linaza, con este procedimiento se logra mayor firmeza o agarre y un secado más rápido, sin embargo el acabado es más impermeable a las nuevas veladuras. En lugar del agua se puede emplear leche desnatada.
El médium se mezcla con el pigmento hasta crear una suerte de pasta similar a la del óleo y se trabaja de la misma forma en cuanto a la secuencia, con la ventaja que se pueden hacer veladuras notables y efectos de cortes. Su belleza radica en su acabado mate. Su fondo de aplicación puede ser la tabla, el lienzo o el muro (siempre y cuando el muro este exento de humedad, si el muro filtra humedad produce exfoliaciones).
Óleo:
Es la técnica rey por excelencia, su pastosidad, su carácter versátil de poder ser empleado en veladuras o en empastes le dan una libertad admirable, ya que su secado es gradual se pueden hacer esfumados y mezclas cromáticas sobre el mismo lienzo o soporte.
Lo más empleado en técnica de procedimiento es el termino "graso sobre magro". Las primeras etapas deben tener más color que aceite para que el exceso no dañe la estructura de la tela, y para evitar que estas primeras capas generen filtraciones sobre las últimas capas, dando un aspecto grasiento y perjudicial para la conservación posterior del cuadro, ya que en los excesos de aceite está el problema del amarilleo y las micro fisuras en el proceso del oxidación del aceite.
Los estilos de acabado varían desde la veladuras de Rafael hasta el trabajo pastoso y violento de Monet o Canogar. Su gran flexibilidad ha permitido a los artistas combinar sus bondades con otras técnicas como base, tal es el caso del temple y del acrílico, que aplicados en la etapa primera cumplen el principio de graso sobre magro a cabalidad.
La Superficie:
La pintura puede ser expresada sobre una gran variedad de superficies. Estas pueden tener características distintas, como lo son la textura y absorción. También la superficie está íntimamente vinculada al acabado y naturaleza expresiva, por ejemplo: No es igual pintar una acuarela sobre una superficie de papel liso que sobre un papel rugoso, también no es igual pintar al óleo sobre lienzo que al fresco sobre un muro ya que el primero es un medio pastoso y de avance oleaginoso y el segundo es seco y translúcido. Ahora bien, los medios también tiene resultados diferenciables de acuerdo a la superficie y de acuerdo a los agregados.
La escuela mural francesa con su máximo exponente Eugene Delacroix realizaba sus murales con óleo y cera con la finalidad de dar el acabado mate propio del fresco, en cambio Rafael Sanzio en su escuela de Atenas empleó veladuras muy seguras y progresivas de menos a mas, si bien el claro oscuro es más diáfano que el conseguido con óleo su color es más luminoso al estar exento de aceite.
Hay otras formas de sacar provecho al medio y a la superficie, por ejemplo, el muro preparado para el fresco es muy absorbente, para realizar transiciones suaves se debe tener una pronta y preludio en la ejecución, tener los colores listos y tomar el tiempo primero (que es cuando hay más humedad) para realizar los difuminados, sin embargo, esa cualidad absorbente del muro puede emplearse para trabajar con trazos lenticulares y provocar una vibración óptica muy similar al arte de Van Gogh, un ejemplo claro es la técnica de Teodoro Núñez Ureta en el Ministerio de Educación de la ciudad de Lima. De esta forma los limitantes de la superficie se pueden convertir en una ventaja para dar más expresividad a la composición.
También podemos hablar de las nuevas técnicas, de los soportes conglomerados y los nuevos médiums como los esmaltes, acrílicos y pinturas a base de resinas que pueden ser aplicados en empastes que a manera que avanza la ejecución pueden modificar la naturaleza de la superficie, a esto se le llama fondo texturizado, y en su función, se le puede considerar como una superficie expresiva nacida en el espacio-tiempo del trabajo
historia, la pintura ha adoptado diferentes formas, según los distintos medios y técnicas que la han guiado y se han convertido en propios de cada una de ellas. Hasta el siglo XX, la pintura se apoya, casi invariablemente, en el arte del dibujo. En occidente, la pintura al fresco, que alcanzó su mayor grado de desarrollo a finales de la edad media y durante el renacimiento, se basa en la aplicación de pintura sobre yeso fresco o seco. Otra variedad antigua es la pintura al temple, que consiste en aplicar pigmentos en polvo mezclados con yema de huevo sobre una superficie preparada, que suele ser un lienzo sobre tabla.
Durante el renacimiento, la pintura al óleo vino a ocupar el lugar del fresco y del temple; tradicionalmente se pensaba que esta técnica había sido desarrollada a finales de la edad media por los hermanos flamencos Jan van Eyck y Hubert van Eyck, pero en la actualidad se cree que fue inventada mucho antes.
Otras técnicas de pintura son el esmalte, la encáustica, el gouache, la grisalla y la acuarela. En los últimos años se ha extendido el uso de las pinturas acrílicas, con base de agua, de rápido secado y que no se oscurecen con el paso del tiempo.
Con el transcurrir de los siglos, se han venido sucediendo diferentes métodos y estilos artísticos, así como teorías relacionadas con la finalidad del arte para, en algunos casos, reaparecer en épocas posteriores con alguna modificación. En el renacimiento, la pintura al fresco en muros y techos cedió el paso a la pintura de caballete al óleo, pero se reactualizó en el siglo XX con las obras de los muralistas mexicanos.
La necesidad de expresar una emoción intensa por medio del arte une a pintores tan diferentes como el español El Greco, del siglo XVI, y los expresionistas alemanes del siglo XX. En el polo opuesto de los intentos de los expresionistas por revelar la realidad interior, siempre ha habido pintores empeñados en representar exactamente los aspectos exteriores. El realismo y el simbolismo, la contención clásica y la pasión romántica, se han ido alternando a lo largo de la historia de la pintura, revelando afinidades e influencias significativas.
Pintura Prehistórica y Antigua
Las pinturas más antiguas que se conocen fueron realizadas en las paredes de las cuevas que servían de abrigo a la especie humana hace treinta mil años, durante el periodo paleolítico. Hay muestras del arte paleolítico en emplazamientos de Europa occidental, del África sahariana y del sur, y en Australia. En algunas zonas, como el litoral mediterráneo, el desarrollo de la pintura siguió en el periodo neolítico.
Pinturas Rupestres:
Las pinturas que se conservan en las cuevas de España y del sur de Francia representan, con increíble exactitud, bisontes, caballos y ciervos. Estas representaciones están realizadas en colores de tierra, compuestos de diferentes minerales pulverizados y mezclados con grasa animal, clara de huevo, extractos de plantas, cola de pescado, e incluso sangre; se aplicaban con pinceles hechos de varitas y juncos o se soplaban sobre la pared. Estas pinturas debieron cumplir un papel en los rituales mágicos, aunque no se conoce con certeza su naturaleza exacta.
Por ejemplo, en una pintura rupestre de Lascaux, Francia, aparece un hombre entre los animales junto a varios puntos oscuros; aunque su exacto significado permanece desconocido, demuestra la presencia de una conciencia espiritual y la capacidad de expresarla por medio de imágenes, signos y símbolos.
Pintura Egipcia:
Hace más de 5.000 años los artistas egipcios empezaron a pintar los muros de las tumbas de los faraones con representaciones mitológicas y escenas de las actividades cotidianas, como la caza, la pesca, la agricultura o la celebración de banquetes. Igual que en la escultura egipcia, prevalecen dos constantes estilísticas.
En primer lugar, las imágenes, más conceptuales que realistas, presentan los rasgos anatómicos más característicos, combinando las vistas frontales y de perfil de la misma figura; en segundo lugar, la escala de las figuras indica la importancia de las mismas, y así el faraón aparece más alto que su consorte, hijos o cortesanos.
Pintura Minoica:
Los minoicos decoraron con pinturas realistas, de gran viveza, las paredes de sus palacios en Creta y también la cerámica. Por ejemplo, el famoso fresco del salto del toro (1500 antes de Cristo, Museo Heraklion, Creta) recrea un juego ritual entre personas y un toro. La vida del mar era un tema frecuente, como en el fresco del delfín (c. 1500 antes de Cristo), que se encuentra en las paredes del palacio del rey Minos en Knossos, o en el jarrón del pulpo (c. 1500 antes de Cristo, Heraklion Museum), una vasija globular sobre cuya superficie ondulan los tentáculos de un pulpo, que definen y realzan su forma.
Pintura Griega:
Con excepción de algunos fragmentos, no hay vestigios de los murales griegos. Sin embargo, las representaciones naturalistas de escenas mitológicas en la cerámica griega pueden arrojar alguna luz sobre cómo era esa pintura de gran formato. En la era helenística, las escenas y motivos representados en los mosaicos son también probablemente el eco de pinturas monumentales realizadas con otras técnicas que no han llegado hasta nosotros.
Pintura Romana:
Los romanos decoraban sus villas con suelos de mosaicos y exquisitos frescos representando rituales, mitos, paisajes, naturalezas muertas o bodegones, y escenas cotidianas. Los artistas romanos conseguían crear la ilusión de realidad, utilizando la técnica conocida como perspectiva aérea, mediante la que se representan de forma más borrosa los colores y contornos de los objetos más distantes para conseguir efectos espaciales. En las excavaciones realizadas en las ciudades de Pompeya y Herculano, que quedaron enterradas por la erupción del Vesubio en el año 79 de nuestra era, se ha recuperado una recopilación de pintura romana, tanto civil como religiosa.
Pintura paleocristiana y bizantina
Las muestras de pintura paleocristiana que han llegado hasta nosotros datan de los siglos III y IV y son los frescos de las catacumbas, en los que se representan escenas del Nuevo Testamento, cuya característica son ciertas estilizaciones y convencionalismos artísticos procedentes del mundo clásico. Por ejemplo, Jesús aparecía como el Buen Pastor, con una figura adoptada de las representaciones del dios griego Hermes; para simbolizar la resurrección se representaba la historia de Jonás liberado de la ballena, según el Antiguo Testamento.
Entre las obras más extraordinarias de este periodo paleocristiano se encuentran los mosaicos, del siglo VI, de las iglesias de Rávena, Italia, destacando los de San Vitale en los que están representados temas tanto espirituales como profanos. Las figuras estilizadas y alargadas que decoran las paredes de la iglesia, vistas casi de frente, miran al espectador con los ojos muy abiertos y parecen flotar ingrávidas y atemporales.
Esta presentación poco terrenal pasó a ser característica del arte bizantino y el estilo quedó vinculado a la corte imperial cristiana de Constantinopla, que perduró del año 330 al 1453. El estilo bizantino aparece también en los iconos, pinturas convencionales sobre tabla, destinadas al culto, que representan a Jesucristo, la Virgen y los santos. En los manuscritos miniados, tanto de textos laicos "los textos de Virgilio (siglo IV o principios del V, Biblioteca Vaticana, Roma)", como de escritos cristianos "el Salterio de París (siglo X, Biblioteca Nacional, París)", se aprecian vestigios del estilo grecorromano.
Pintura prehispánica en América:
Las pinturas murales de Teotihuacán y las poblaciones vecinas de Tetitla y Tepentitla expresan la visión de la creación del universo según los antiguos mesoamericanos que poblaron esa zona situada en el norte y el centro de América, entre los siglos II antes de Cristo y VII después de Cristo La descripción del viaje que emprende el alma a través de lo que en conceptos cristianos se llamaría cielo e infierno refleja la inquietud respecto a la trascendencia del ser humano que no se conforma con su existencia terrenal. Alegorías de lo más preciado como el agua, la sangre, la vida, la serenidad, están reflejadas en los frescos dedicados a Tláloc, deidad de la lluvia, y al paraíso que ofrece cada vez que se prodiga.
Además de los códices, o escenas de la vida y la historia prehispánicas plasmadas en libros pintados, sobresalen las pinturas murales de Cacaxtla, en Tlaxcala, y de Bonampak, en Yucatán (México). En ellas quedaron plasmadas vivas escenas bélicas y ceremoniales donde resalta el dramatismo del dolor y el orgullo del triunfo. El uso de los colores "como el fondo azul característico maya" y del detalle, en los innumerables giros y atributos de las vestimentas de los personajes que lucen excelsos penachos, armamentos, joyería, calzados, máscaras, sientan las bases de un pilar fundamental de la plástica americana. En un detalle de los frescos de Bonampak (785 después de Cristo) se ve a un prisionero desmayado sobre una escalinata en uno de los escorzos más logrados de la pintura antigua. Es digno de mención el hecho de que pasarían unos siglos hasta que las culturas de América tuvieran contacto con las europeas y, por tanto, se desarrollaron sin ninguna influencia extracontinental.
Pintura Medieval:
El arte de la edad media "que se desarrolló fuera del imperio bizantino y dentro de lo que eran las fronteras del norte del mundo romano" puede clasificarse según sus rasgos estilísticos distintivos. El arte celta, que floreció entre los siglos VII y XIX en los monasterios de diferentes zonas de las islas Británicas, se basaba sobre todo en intrincados dibujos caligráficos. Se realizaron manuscritos miniados muy decorados, como los Evangelios de Lindisfarne (c. 698-721, Museo Británico, Londres), con elaborados motivos lineales, planos, en los que se combinan elementos celtas y germánicos. En el periodo románico, durante los siglos XI y XII, los manuscritos del norte de Europa no denotaban ningún estilo concreto; algunas iluminaciones eran de inspiración clásica, mientras que otras señalaban un nuevo estilo de dibujo, enérgico y muy acusado. En el periodo gótico que siguió, desde fin del siglo XII hasta el comienzo del renacimiento italiano, se introdujo un gran repertorio de medios técnicos, y la pintura dejó de ser un producto de monasterio.
Pintura Gótica:
Durante el principio del periodo gótico, la estructura de las catedrales concedía mayor importancia a las ventanas, por lo que las vidrieras desempeñaron un papel más prominente en el arte que los manuscritos miniados. Los artistas laicos instalaron sus talleres en París y en otros centros importantes, produciendo elaborados manuscritos miniados para los clientes reales. Hasta nosotros han llegado pinturas de temas seglares realizadas en aquel periodo, sobre todo en Italia. En el Palazzo Pubblico de Siena, Ambrogio Lorenzetti pintó unos frescos, entre 1338 y 1339, que representan la vida ciudadana y campesina del siglo XIV, y en la sala del consejo del ayuntamiento, se conserva un retrato ecuestre, pintado por Simone Martini, en el que aparece un héroe militar local, con su campamento como telón de fondo. Véase Arte y arquitectura góticas.
Estilo Gótico Internacional
La fusión de las tradiciones artísticas del norte de Europa y de Italia que tuvieron lugar a principios del siglo XV, se conoce como estilo gótico internacional. Entre las muchas características que definen la pintura de este estilo, se encuentra el detalle realista, que denota una perspicaz observación de los seres humanos y de la naturaleza, por parte del pintor. A principios de la década de 1400, los hermanos Limbourg se trasladaron de Flandes a Francia; allí, por encargo de Jean de France, duque de Berry, crearon el magnífico libro de horas Tregraves riches heures du duc de Berry (1413-1416, Musée Condé, Chantilly, Francia). Es una de las obras más importantes del estilo gótico internacional y sus páginas de calendario retratan la vida campesina y la de la nobleza; constituye un brillante documento sobre el vestido, actividades y arquitectura de la época. Aunque se trata de ilustraciones a toda página, reflejan un estilo medieval anterior, en el hecho de que las figuras son pequeñas y tienen que compartir la atención del lector con otras imágenes.
Giotto
Por contraste, unos cien años antes que los hermanos Limbourg, el pintor italiano Giotto había conferido a la figura humana un tamaño y dignidad monumentales, haciéndola protagonista de la historia. Con su obra revolucionó la pintura italiana y sus descubrimientos, junto con los de otros artistas, terminaron por afectar a la pintura en el norte. En la Capilla de la Arena, en Padua, se conservan los soberbios frescos pintados por Giotto, entre 1305 y 1306, sobre las vidas de Jesús y de la Virgen. El artista pintó también retablos de madera de gran formato, como otros muchos pintores del fin de la etapa medieval.
Pintura Renacentista:
El término renacimiento describe la revolución cultural de los siglos XV y XVI originada en Italia por el despertar del interés hacia la cultura clásica y por una fuerte confianza en el individualismo. Véase Arte y arquitectura renacentistas. Se seguía rindiendo culto a los logros de la antigüedad, pero al mismo tiempo se producía una reactivación intelectual y cultural. Por ejemplo, hacia 1427, Masaccio "uno de los grandes innovadores del periodo" realizó, en la capilla Brancacci de la iglesia de Santa Maria del Carmine, en Florencia, una notable serie de frescos que revelan su atenta observación del comportamiento humano, al tiempo que demuestran su conocimiento del arte antiguo. En la Expulsión del paraíso, su Adán y Eva están realmente avergonzados; la postura de Eva, intentando cubrirse el cuerpo con los brazos, está basada en una actitud característica de la escultura clásica, conocida como la Venus Púdica.
Las iglesias y edificios seglares de Italia y los museos de todo el mundo ofrecen una gran recopilación de la pintura renacentista italiana.
Pintura Renacentista Temprana:
El desarrollo de los principios de la perspectiva lineal, llevado a cabo por varios arquitectos y escultores a principios del siglo XV, permitió a los pintores conseguir, por medio de la representación bidimensional, la ilusión del espacio tridimensional. Muchos de los artistas del primer renacimiento "como Paolo Uccello, Piero Della Francesca y Andrea Mantegna" se valieron del empleo dramático de la perspectiva y del escorzo en su dibujo para producir la ilusión de la prolongación de un objeto o figura en el espacio. La exploración de la anatomía condujo a un mayor entendimiento de la representación de la forma humana. También se empezaba a utilizar la pintura al óleo, desafiando a la antigua supremacía del temple y del fresco. Los pintores que explotaban el potencial de la nueva técnica trabajaban superponiendo estratos de veladuras de óleo transparentes y los lienzos sustituyeron a las antiguas tablas. Algo más tarde, otros artistas, sobre todo los que trabajaban en Venecia "especialmente Domenico Veneziano, Giovanni Bellini y Giorgione" destacaron por los tonos cálidos de sus óleos.
Pintura del Alto Renacimiento
Los maestros del alto renacimiento fueron Leonardo da Vinci, Rafael, Miguel Ángel y Tiziano. Paradójicamente, Leonardo sólo dejó un puñado de obras, pues dedicó la mayor parte de su tiempo a la observación científica de los fenómenos y a los inventos técnicos. Realizaba continuos experimentos con pigmentos oleosos sobre yeso seco, y a ello se debe el deterioro de los murales que han llegado hasta nuestros días "como es el caso de La última cena (1495-1497, Santa Maria delle Grazie, Milán)". Rafael perfeccionó los anteriores descubrimientos renacentistas en materia de color y de composición, creando tipos ideales en sus representaciones de la Virgen y del Niño y en sus estudios de retratos de sus coetáneos. La Capilla Sixtina del Vaticano, en Roma, con sus frescos de la Creación y la Expulsión en la bóveda (1508-1512) y el gran mural del Juicio Final (1536-1541), dan fe del genio pictórico de Miguel ángel. Un estilo de pintura colorista alcanzó su clímax en Venecia con las obras de Tiziano, cuyos retratos denotan un profundo conocimiento de la naturaleza humana. Entre sus obras maestras se incluyen también representaciones de temas cristianos y mitológicos, así como numerosos desnudos femeninos, famosos en su género.
Manierismo
Hacia 1520, surgió en Italia un estilo sofisticado y artificioso, muy intelectual, conocido como manierismo. Se confería más importancia a la complejidad y a la distorsión que a la armonía de las líneas, al color o a la composición; en el manierismo, hasta las pinturas religiosas resultaban inquietantes para el espectador. Entre los pintores de este estilo destacan Pontormo, Rosso Fiorentino, Parmigianino, Tintoretto y Bronzino. El más conocido de los manieristas tardíos es El Greco, que aunque formado en Italia, se estableció en España. Su manera, intensamente emocional, de abordar sus temas, confería un fuerte sentido apocalíptico a sus obras, hasta a los paisajes, como por ejemplo su Vista de Toledo (c. 1600-1610, Metropolitan Museum of Art, Nueva York).
Pintura Renacentista del Norte de Europa:
La influencia del renacimiento italiano alcanzó el norte de Europa a principios del siglo XV, pero esta renovación de la actividad artística y cultural no se basaba en la antiguuml;edad clásica, sino que estaba más bien marcada por un gran interés hacia los seres humanos y su entorno y a la meticulosa representación pictórica de los detalles naturales. Hablando en general, el interés por el arte antiguo y el conocimiento de la perspectiva lineal no se desarrollaron en el norte hasta el siglo XVI e, incluso entonces, no todos los artistas sacaban provecho de los descubrimientos hechos en Italia.
Uno de los pintores holandeses más importantes del siglo XV fue Jan van Eyck que, con la colaboración de su hermano Hubert, pintó el políptico del Retablo de Gante (terminado en 1432, Iglesia de San Bavón, Gante, Bélgica). En sus 24 paneles hay cientos de figuras, con una gran variedad de vegetación tan fielmente representada que se pueden identificar más de treinta especies de plantas. Entre los artistas flamencos de la época destacan Rogier van der Weyden, cuyas pinturas religiosas se centran en el drama emocional; Hans Memling, creador de figuras delicadas y llenas de gracia sobre fondos etéreos; y Hugo van der Goes, que, por encargo de la familia Portinari, pintó un soberbio retablo (c. 1476, Uffizi, Florencia) con gran riqueza de detalles. Todos estos artistas se caracterizaban por el uso de símbolos, o iconografía. El significado de los objetos no estaba en sí mismos sino que transmitían ideas abstractas; por ejemplo, una vasija de cristal simbolizaba pureza. En la Europa nórdica de entonces se entendía poco la perspectiva lineal; sin embargo, los logros de la pintura flamenca y holandesa en las técnicas del temple y del óleo no han sido superados.
"El martirio", Jean Fouquet
El pintor francés más importante de la época fue Jean Fouquet, notable retratista y miniaturista, cuya obra denota la influencia tanto del anterior arte flamenco como de la pintura italiana contemporánea. La visita que realizó a Italia en la década de 1440 queda patente en la representación de una iglesia renacentista italiana en el fondo de uno de los cuerpos (c. 1450) de la obra devocional conocida como Díptico de Melun. Una de las tablas se encuentra en los Staatliche Museen de Berlín y la otra en los Musées Royaux des Beaux-Arts de Amberes, Bélgica.
A principios de la década de 1500 surgieron obras maestras de pintores más interesados en el valor expresivo de sus temas que en la perspectiva, la anatomía y las proporciones correctas. Buen ejemplo de ello es el tríptico del Jardín de las delicias (c. 1500, Museo del Prado, Madrid), del pintor holandés El Bosco; se trata de un conglomerado surrealista de formas humanas y animales, sensualmente sugestivas, y de extrañas plantas. Otro ejemplo de la exageración de la forma humana, característica del norte en el siglo XVI, es el Retablo de Isenheim (1512-c. 1515, Unterlinden Museum, Colmar, Francia), obra conmovedora del pintor alemán Matthias Grünewald. Por contraste, otro artista alemán Alberto Durero, el auténtico genio renacentista del norte, es conocido por su soberbia manera de representar la figura humana. Durero era un humanista cristiano, cuya curiosidad científica era comparable a la de Leonardo, y se inspiraba en el filósofo holandés Erasmo de Rotterdam y en Martin Lutero, como queda patente en el grabado El caballero, la muerte y el diablo (1513) y en los cuadros gemelos de los Cuatro apóstoles (c. 1526, Alte Pinakothek, Munich), obras en las que demuestra sus notables cualidades como dibujante. Otro conocido artista, alemán de nacimiento, fue Hans Holbein el Joven, recordado sobre todo por sus retratos, entre los que destacan el de Enrique VIII y el de Tomás Moro.
Entre los pintores holandeses del siglo XVI sobresale Pieter Brueghel el Viejo, con sus notables escenas de la vida campesina, muchas de las cuales son comentarios satíricos sobre la locura humana. Las atractivas obras de Brueghel sobre mitos, parábolas y proverbios eran tan apreciadas en el siglo XVI como lo siguen siendo en la actualidad.
Pintura Barroca:
El arte barroco del siglo XVII se caracteriza por su aspecto dinámico, en contraste con el estilo clásico, relativamente estático, del renacimiento. Esta tendencia se distingue por las líneas compositivas diagonales, que proporcionan el sentido del movimiento, y por el empleo de un marcado claroscuro. Con ambas técnicas se consiguió un estilo dramático, grandioso, apropiado al espíritu fundamental de la contrarreforma. Muchos pintores de principios del siglo XVII empezaron también a desviarse de la artificialidad del manierismo en un intento por volver a un reflejo más exacto del mundo natural.
Pintura Rococó:
El arte rococó, que floreció en Francia y en Alemania a principios del siglo XVIII, era en muchos aspectos una continuación del barroco, sobre todo en lo concerniente al uso de la luz y de la sombra y al movimiento compositivo. Sin embargo, el rococó es un estilo más ligero y festivo, muy adecuado para la decoración de las residencias parisinas. Entre los pintores rococó destaca Jean Antoine Watteau, conocido por sus pinturas etéreas de enamorados elegantemente vestidos, solazándose en las fetes galantes (reuniones al aire libre, que estaban de moda); estas fantasías bucólicas fueron muy emuladas por otros artistas franceses. También eran muy populares las escenas mitológicas y pastorales, en las que aparecían mujeres desenfadadas y distinguidas, realizadas por Francois Boucher y Jean-Honoré Fragonard. Por su parte, J. B. S. Chardin, también destacado como pintor de bodegones, confería a las mujeres el papel de madre y de ama de casa en sus escenas de género. Como ejemplo del estilo rococó en Alemania está la obra del pintor italiano Giovanni Battista Tiepolo, que pasó algún tiempo en Wurzburgo; los techos de la sala de la escalera y del salón de recepciones del palacio episcopal de Wurzburgo están decorados con sus frescos de gran ilusionismo.
Como parangón a la tradición rococó del continente, se encuentran las obras de tres destacados artistas ingleses del siglo XVIII. William Hogarth era conocido por sus cuadros y grabados de tono moralizante, en los que satirizaba los disparates sociales de su época, como en su famosa serie (primero pintada y después grabada) Mariage agrave; la mode (1745), en la que relata la ruinosa trayectoria de los matrimonios de conveniencia. Thomas Gainsborough y Sir Joshua Reynolds, siguiendo la tradición establecida por van Dyck, se centraron en retratar a la aristocracia inglesa. El vigor y la gracia de estos retratos, y su penetrante interpretación psicológica, los elevan del simple retrato social a un incomparable registro de las modas y costumbres de las clases adineradas de la época.
Pintura Neoclásica:
En la segunda mitad del siglo XVIII la pintura experimentó una revolución, cuando el casto neoclasicismo vino a sustituir al exuberante estilo rococó. Este resurgimiento clásico en las artes se debió a diferentes acontecimientos. En primer lugar, a mediados del siglo XVIII, se iniciaron muchas excavaciones arqueológicas en Italia y en Grecia y se publicaron libros con dibujos de antiguas construcciones que los arquitectos ingleses y franceses copiaron con avidez. En segundo lugar, en 1755, el historiador del arte alemán Johann Joachim Winckelmann publicó su ensayo Pensamientos sobre la imitación de las obras griegas en la pintura y la escultura, ensalzando la escultura griega. Esta obra, que ejerció gran influencia sobre los artistas, impresionó sobre todo a cuatro pintores extranjeros residentes en Roma: el escocés Gavin Hamilton, el alemán Anton Raphael Mengs, la suiza Angelika Kauffmann y el estadounidense Benjamin West, que se inspiraron en ella para crear cuadros basados en la literatura clásica.
Fue, sin embargo, el pintor francés Jacques-Louis David el principal defensor del neoclasicismo. También él estaba imbuido de las influencias clásicas recibidas durante su estancia en Roma, y con anterioridad, de las obras del clasicista francés del siglo XVII, Poussin. El sobrio estilo de David armonizaba con los ideales de la Revolución Francesa. Obras como El juramento de los Horacios (1784-1785, Louvre) inspiraban patriotismo; otras, como la Muerte de Sócrates (1787, Metropolitan Museum), predicaban el estoicismo y la abnegación. David no sólo utilizaba la historia antigua y el mito clásico como fuentes para sus temas, sino que basaba la forma de sus figuras en la escultura antigua. Su gran sucesor fue Jean Auguste Dominique Ingres, a quien se llegó a identificar con la tradición académica en Francia por la fría serenidad de sus líneas y tonos, y por su esmerado interés por el detalle, como en su sorprendente retrato de La condesa de Haussonville (1845, colección Frick, Nueva York). Sin embargo, ya se encuentran elementos de la tendencia romántica, que pronto sucedería al neoclasicismo, en el interés que Ingres mostraba por los temas no-europeos, como lo demuestran sus diferentes cuadros de odaliscas.
David ejerció su influencia sobre muchos otros pintores, entre los que se encontraban varias mujeres que destacaban como seguidoras suyas. Era el caso de Adélaiuml;de Labille-Guiard, Marie Guillemine Benoist y Constance Marie Charpentier, algunas de cuyas obras han sido erróneamente atribuidas a David en el pasado; las investigaciones recientes han tratado de identificar sus contribuciones individuales. Véase Neoclasicismo.
Pintura Romántica:
Sucediendo muy de cerca al neoclasicismo, el movimiento romántico introdujo el gusto por lo medieval y lo misterioso, así como el amor por lo pintoresco y lo sublime de la naturaleza. Se dio rienda suelta a la imaginación individual y a la expresión de la emoción y del estado de ánimo, desbancando al enfoque intelectual razonado de los neoclasicistas. En general, los pintores románticos preferían las técnicas coloristas y pictoricistas al estilo neoclásico, lineal y frío.
Francisco de Goya:
Aunque el romanticismo fue el movimiento dominante durante buena parte del siglo XIX, existían otras tendencias artísticas del todo diferentes, y muchos pintores no abrazaron ninguna escuela claramente definida. Por ejemplo, no se puede relacionar a Francisco de Goya con ningún movimiento artístico concreto. Sus obras tempranas son de un estilo rococó modificado y sus últimos trabajos (entre los que se cuentan las Pinturas negras (Museo del Prado) realizadas en su casa de la Quinta del Sordo) son expresionistas y alucinatorias. En algunos retratos de la familia real "por ejemplo La familia de Carlos IV (1800, Museo del Prado, Madrid)" emuló la fórmula de su compatriota Velázquez (en Las Meninas) incluyéndose ante el caballete. Pero, al revés que la obra de Velázquez, los retratos de Goya no son nunca objetivos; su perspicacia psicológica revela la insulsez de sus modelos y su brillante pincelada recoge sin rodeos sus defectos físicos.
Realismo:
Hacia mediados del siglo XIX, el pintor francés Gustave Courbet rechazaba tanto el neoclasicismo como el romanticismo y proclamaba un movimiento individual llamado realismo. No le interesaba la pintura histórica, ni los retratos de los gobernantes, ni los temas exóticos, pues creía que el artista debía ser realista y pintar los acontecimientos cotidianos de la gente común. El entorno elegido para muchos de sus lienzos fue Ornan, su villa natal en el levante francés; allí retrató a obreros construyendo una carretera, a ciudadanos asistiendo a un funeral, o a hombres sentados alrededor de la mesa escuchando música y fumando. Aunque no existía ningún movimiento artístico realista formal, la obra de algunos pintores del siglo XIX presenta tendencias que pudieran ser identificadas como tales. Honoré Daumier, más conocido por sus litografías, pintó pequeños lienzos realistas sobre la vida en las calles de París y en algunos casos se tacha de social-realista a Jean-Franccedil;ois Millet, de la Escuela de Barbizon.
Desarrollo del Impresionismo:
Al volver sus ojos hacia los temas cotidianos, los artistas de mediados del siglo XIX cuya obra es adscribible al realismo sentaron un precedente para la siguiente generación de la vanguardia francesa. édouard Manet fue el principal innovador de la década de 1860 y su estilo fue precursor del impresionismo. Al igual que Courbet, Manet encontró muchos de sus temas en la vida que le rodeaba (los parisinos solazándose en restaurantes, en parques, o paseando en barco), aunque también tomó muchos de maestros anteriores "Velázquez y Goya" recreándolos de acuerdo con la vida contemporánea, a su propio estilo, aplanando las figuras y neutralizando las expresiones emocionales. Estas y otras innovaciones, como su pincelada libre e imprecisa y sus amplios parches de color yuxtapuestos sin transición, hacen que se considere a Manet el primer pintor moderno.
Movimientos Post-Impresionistas
En la década de 1880, y durante un breve periodo, Pissarro se desvió hacia una nueva técnica, una ramificación del impresionismo desarrollada por Georges Seurat y conocida como divisionismo o puntillismo. Seurat y sus seguidores neoimpresionistas transformaron la pincelada suelta, típica del impresionismo, en puntitos de pigmento puro, yuxtaponiendo sobre el lienzo zonas diminutas de colores complementarios. Las teorías de Seurat procedían de sus lecturas de los textos estéticos y científicos del siglo XIX sobre el color. Esta técnica se aprecia perfectamente en una de sus obras más espectaculares, Domingo de verano en la isla de la Grande Jatte (1884-1886, Art Institute of Chicago).
Las obras tempranas de tres importantes artistas de finales del siglo XIX, Vincent van Gogh, Paul Gauguin y Henri Toulouse-Lautrec, denotaban la influencia del impresionismo, pero acabaron por desarrollar estilos postimpresionistas claramente definidos. Tanto van Gogh como Pissarro hicieron breves experimentos con la división del color. Sin embargo, en el estilo desarrollado por van Gogh era típico el empleo del color puro, aplicado muy denso en pinceladas vacilantes que dotaban a la obra de intensa expresión emocional. Muchos de sus lienzos, en especial los de cipreses azotados por el viento y los de campos de trigo bajo cielos tormentosos, expresan su propio estado de ánimo, tal como lo reflejan las fuerzas de la naturaleza. El estilo de van Gogh ejerció gran influencia sobre los pintores del norte de Europa que, a principios del siglo XX, desarrollaron el expresionismo.
La obra de su colega Gauguin refleja también distorsiones de línea y de color pero difiere de la suya en que es más simbólica que expresionista. Las zonas de colores mates fuertes forman motivos decorativos, con los contornos muy marcados. Gauguin fue la figura central de un nuevo movimiento conocido como sintetismo o simbolismo, activo durante la década de 1890, cuyos inmediatos seguidores formaban el grupo de los Nabis.
Otro camino tomó Toulouse-Lautrec, pintor de personas, que elegía a sus modelos entre las cantantes y bailarinas de cabaret y las prostitutas; estas figuras eran la expresión de la decadencia social del París de los llamados "Alegres Noventa". Como muchos otros artistas "Manet, Degas o la estadounidense Mary Cassatt" estaba influido por el estilo plano y la composición en apariencia descuidada de los grabados japoneses. Toulouse-Lautrec tenía un gran sentido de la línea, apreciable en sus dibujos y litografías de color, medio éste al que aportó mucho de su trabajo, sobre todo con sus carteles para el Moulin Rouge y otros lugares de esparcimiento parisinos.
Pintura del siglo XX anterior a la II Guerra Mundial
El arte del siglo XX se caracteriza por numerosos movimientos y estilos. Entre los que tuvieron su origen en Europa antes de la II Guerra Mundial se encuentran el fauvismo, el expresionismo, el cubismo, el futurismo, el constructivismo, el neo-plasticismo, el dadá y el surrealismo; en Estados Unidos se desarrollaron el sincronismo y el precisionismo. Véase Arte y arquitectura contemporáneas.
Fauvismo
A principios de siglo, los artistas, tanto franceses como alemanes, mostraron su interés por el arte de las sociedades no-occidentales. Después de investigar las llamadas tradiciones artísticas primitivas en Bretaña, Gauguin trasladó su búsqueda a los mares del sur. Su modelo de color decorativo y sus teorías influyeron sobre un grupo posterior de pintores, conocidos como los "fauves" (fieras), a la cabeza de los cuales estaba Henri Matisse. Otros "fauves" conocidos fueron André Derain, Georges Braque y Maurice de Vlaminck, que presumían de ser los primeros artistas europeos en descubrir la escultura africana.
Expresionismo
La obra de los artistas más preocupados por plasmar sentimientos y respuestas subjetivos, por medio de la distorsión de la línea y del color, que por representar fielmente la realidad externa, se fundió en un movimiento conocido como expresionismo. En Alemania, el movimiento abarcaba dos grupos. Los artistas jóvenes, activos entre 1905 y 1913, que componían el grupo Die Bruuml;cke estaban, como los fauves, inspirados en el arte africano, cuya fuerza y energía trasladaban a su propia obra. El grupo estaba formado por Ernst Ludwig Kirchner, Karl Schmidt-Rottluff, Erich Heckel y Emil Nolde, entre otros. Representaban los sufrimientos de la humanidad con un estilo parecido, en cierto modo, al fauvismo, pero con el ingrediente añadido de la angustia. La obra temprana del noruego Edvard Munch, de gran carga emocional, era bien conocida en Alemania y produjo honda impresión en los artistas de Die Bruuml;cke. Algo más tarde, en 1911, Franz Marc y el artista nacido en Rusia Wassily Kandinsky encabezaron la otra fase del expresionismo alemán, por medio del grupo Der Blaue Reiter, en Munich; se inspiraban en el llamado arte primitivo, en el fauvismo, y en el arte popular, y la modalidad expresionista que practicaban evolucionó hacia una forma de pintar semi-abstracta. Los principales componentes del Blaue Reiter eran August Macke, Gabriele Muuml;nter, Paul Klee y Alexey von Jawlensky. En esos años, el uruguayo Pedro Figari produce su obra neo impresionista en su país, en Buenos Aires y París.
Cubismo
Entre 1907 y 1914, Pablo Picasso y Georges Braque desarrollaron el cubismo en París, inspirándose en la forma, cada vez más geométrica, que tenía Cézanne de representar los paisajes y las naturalezas muertas, y en las formas dinámicas de la escultura africana e ibérica. El cubismo llegó a ser el estilo artístico que más influencia ejerció entodo el siglo XX; se basa en poner de relieve la bidimensionalidad del plano pictórico, rechazando los valores tradicionales de perspectiva, escorzo, modelado y claroscuro. La pintura cubista atravesó diferentes fases, entre las manos de Picasso y Braque inicialmente, y más tarde las de Fernand Léger, Robert Delaunay, Sonia Delaunay y Juan Gris, para ser modificado posteriormente por un grupo de artistas italianos entre los que se encontraban Gino Severini, Umberto Boccioni, Carlo Carragrave; y Giacomo Balla. El cubismo en América Latina tiene, entre otros representantes, al cubano Wifredo Lam y al mexicano Diego Rivera en su obra de caballete. Su intención de expresar en el arte el avance dinámico del siglo XX se conoce como futurismo. En los años 1930 se da a conocer el uruguayo Joaquín García Torres, precursor del arte constructivo.
Pintura Abstracta:
El arte abstracto, que abarca varios estilos bien definidos, empezó a desarrollarse en Alemania, Estados Unidos, Rusia y los Países Bajos durante la segunda década del siglo XX. El cubismo fue crucial para su evolución, sobre todo en Rusia, donde los artistas, que conocían las tendencias francesas, bien a través de sus viajes a París, o viendo el arte de vanguardia en las colecciones moscovitas, empezaron a crear cuadros de construcción geométrica. Kazimir Maliévich llamó suprematismo a su manera de abordar la abstracción, mientras que a otros artistas rusos "como Alexander Rodchenko y El Lissitzky" se les conoció como constructivistas. Después de su contacto con el cubismo, Piet Mondrian desarrolló una forma de abstracción llamada neo-plasticismo. Sus pinturas de cuadrículas, poniendo de relieve la bidimensionalidad del plano pictórico, y sus teorías estéticas fueron la base del desarrollo de la abstracción geométrica en Estados Unidos en la década de 1930. En esta última tendencia destaca en América Latina el italo-brasileño Alfredo Volpi, cuyo trabajo desemboca en una geometría sensible, con trazos menos exactos y más imaginativos.
Dadá:
Durante la I Guerra Mundial un grupo de intelectuales suizos, unidos por su repugnancia hacia los valores burgueses, y sobre todo hacia el militarismo de los años de guerra, eligió el vocablo "dadá", sin significado alguno, para describir sus actividades de protesta y repulsa y el arte con el que desafiaban los criterios estéticos establecidos. El más conocido de los dadaístas era el pintor francés Marcel Duchamp, que expresó su desaprobación por el "arte agradable y atractivo" añadiendo bigote y barba a una reproducción de la Mona Lisa de Leonardo da Vinci. La iconoclastia de Duchamp encontró también expresión en lo que llamaba readymades, los objetos cotidianos que él presentaba como obras de arte. Otros dadaístas famosos fueron Francis Picabia, George Grosz y Max Ernst.
Surrealismo
Los dadaístas aprovechaban el accidente y la oportunidad para crear obras, métodos que fueron adoptados por sus sucesores, los surrealistas. En 1924 André Breton presentó un manifiesto dando el nombre de surrealismo al movimiento que proclamaba la superioridad del inconsciente y el papel de los sueños en la creación artística. Los surrealistas más importantes fueron Ernst, Salvador Dalí, Joan Miró, René Magritte, Jean Arp y André Masson. En América Latina destaca el chileno Roberto Matta, que combina el surrealismo con la abstracción.
Por otra parte, se podría incluir a la mexicana Frida Kahlo dentro de una corriente surrealista influida por el arte popular.
A partir de la II Guerra Mundial, los artistas de todo el mundo han desempeñado un importantísimo papel en la creación de nuevos estilos o en el desarrollo de los ya existentes. Entre ellos se encuentran el expresionismo abstracto, el Op Art y el Pop Art, el fotorrealismo y el minimalismo.
Expresionismo Abstracto:
La presencia en Estados Unidos de muchos surrealistas europeos refugiados, fue sin duda el catalizador en la creación del expresionismo abstracto, movimiento centrado en Nueva York entre las décadas de 1940 y 1950. Su investigación del inconsciente y de las técnicas que hacían uso de la casualidad intrigó a Jackson Pollock, Willem de Kooning, Hans Hofmann, y muchos otros. Estos artistas, partidarios del automatismo surrealista (una técnica similar a la escritura automática) y del expresionismo, eran conocidos como action painters. En manos de Pollock, por ejemplo, la técnica pictórica implicaba gotear colores sobre lienzos de gran formato para crear al azar motivos enérgicos. Otros expresionistas abstractos, como Mark Rothko y Barnett Newman, desarrollaron la colour-field painting, aplicando sobre el lienzo grandes extensiones de color sutilmente modulado. En Argentina destaca Ronaldo de Juan, que más tarde optó por grandes cuadros de tonos grises.
Op Art y Pop Art
En la década de 1960 se iniciaron nuevos estilos y movimientos. Algunos pintores siguieron en la senda de la abstracción, como denota el Op Art de Victor Vasarely. Si bien el Op Art se basa en producir ilusiones ópticas generalmente abstractas, el Pop Art es figurativo, como se aprecia en las divertidas obras de su creador, el artista inglés Richard Hamilton. Los artistas Pop tomaban sus imágenes de los anuncios, de las películas, de las tiras cómicas y de los objetos cotidianos. Entre los más destacados artistas pop americanos se encuentran Robert Rauschenberg, Jasper Johns, Jim Dine, Roy Lichtenstein, Tom Wesselmann, James Rosenquist y Andy Warhol.
Nuevo Realismo:
Las irónicas imágenes del Pop Art ayudaron a despejar el camino para un renacimiento de la pintura realista. El realismo es un estilo continuo, pero muy individualista, en el arte de América, y abarca a pintores tan dispares como Thomas Eakins, Sloan, Hopper, Andrew Wyeth y Fairfield Porter. Los realistas que se destacaron en las décadas de 1970 y 1980 fueron aquellos que habían asumido algunos de los conceptos estéticos del arte abstracto. El fotorrealismo se basaba en la fotografía para conseguir una variedad de pintura realista impersonal, con detalles precisos, como en los meticulosos paisajes urbanos de Richard Estes. Los desnudos rigurosamente estructurados de Philip Pearlstein y las composiciones planas de Alex Katz y Wayne Thiebaud conferían también al realismo un tono frío y abstracto. Mientras tanto, en América Latina empezaban a brillar figuras como el ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, que acude a las aristas pronunciadas y a la deformación para expresar a menudo un contenido político.
Nuevas Tendencias Abstractas:
Después de la intensa subjetividad del expresionismo abstracto, la pintura abstracta se inclinó hacia una pureza formal más rigurosa e impersonal. La culminación de esta tendencia fue el minimalismo, en el cual la pintura se reducía a simples formas geométricas, motivos rítmicos o colores lisos. A la cabeza de los minimalistas estaban Kenneth Noland, Larry Poons, Robert Ryman y Brice Marden. La Hard-edge abstraction fue un movimiento relacionado con el anterior, que evolucionó hacia composiciones abstractas más complejas y dinámicas en las obras de Frank Stella y Al Held.
Bajo la influencia de la máxima de Duchamp, según la cual la pintura debía estar "al servicio de la mente", el arte conceptual solía consistir en una sola palabra o en una afirmación teórica. En esta época destaca el uruguayo Nelson Ramos.
La Pintura Europea de la Posguerra:
Entre los pintores que destacaron después de la II Guerra Mundial se encontraba Jean Dubuffet y Karel Appel. En Inglaterra las agónicas figuras de Francis Bacon y los cuadros urbanos, llenos de lirismo, de David Hockney dan fe de la vitalidad de la pintura figurativa inglesa. En América Latina, el dibujante, pintor, moralista y escultor colombiano Fernando Botero empieza e exponer desde principios de la década de 1950. La factura ingeniosa de sus personajes obesos deja ver la influencia de los pintores italianos del quattrocento.
Neo-expresionismo
En la década de 1980 varios artistas jóvenes, europeos y americanos, se rebelaron contra la pureza formalista, impersonal y austera, de gran parte del arte abstracto. El resultado fue un resurgimiento de la pintura figurativa y narrativa llamado neo-expresionismo. Muchos de los seguidores de este movimiento evitaron la representación realista, empleando en su lugar pinceladas toscas y colores fuertes para plasmar sus visiones subjetivas, por lo general ambiguas y enigmáticas.
República Dominicana el 21 de marzo de 1951. Inició sus estudios de pintura en la Escuela de Bellas Artes de San Francisco de Macorís en 1963 obteniendo una beca del Estado de estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1968, donde concluye bajo la guía del maestro Jaime Colson.
Se gradúa como Bachiller en Filosofía y Letras en 1968 y realiza estudios de lenguas extranjeras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo.Ureña Rib lee, escribe y habla con fluidez Español, Inglés, Francés, Alemán e Italiano. Durante 1973 y 1974 reside en España y realiza extensos viajes de estudio por Europa Central y el Norte de Africa.
Con el aval del insigne escritor español, don Gregorio Marañón, exhibe en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid y en los homólogos institutos de Barcelona y Soria y en el Museo de Bellas Artes de Málaga. En Europa estudia técnicas de pintura flamenca y Veneciana. Desde 1975 Fernando Ureña Rib exhibe sus obras en museos y galerías de Europa, sobresaliendo las exposiciones presentadas en el Deutsche Bank, de Bonn, Alemania en 1982 y la muestra del 12 de Octubre de 1988 en el Istituto Italo Latinoamericano de Roma, a la que asiste en pleno el cuerpo diplomático y altos dignatarios de la Iglesia.
En 1977 recibe una invitación del Departamento de Estado de los Estados Unidos para conocer los Museos e Institutos de Arte mas importantes de ese país. Ureña Rib ha servido a su país como Profesor de Dibujo en la Escuela Nacional de Bellas Artes y como Director de la Escuela de Artes de la Universidad APEC. Participa en la organización y curaduría de las exposiciones retrospectivas de George Hausdorf, Gilberto Hernández Ortega y Joseph Gausachs en el Museo de Arte Moderno. (1981,1982). Desde 1983, en Montreal y durante las temporadas de verano Ureña Rib realiza estudios avanzados de técnicas clásicas de la pintura al óleo con el maestro serbio Josef Mejsner.
Ureña Rib ha sido presidente del Colegio Dominicano de Artistas
Plásticos donde realizó una intensa tarea cultural de reestructuración interna y de relaciones públicas. En esa ocasión presentó mas de veinte exposiciones individuales de artistas dominicanos importantes. Es miembro de AICA, la Asociación Internacional de Críticos de Arte, con sede en París y de la AIAAP , la Asociación Internacional de Artistas Plásticos. Es colaborador de los periódicos Ultima Hora, Listín Diario y El Siglo.
EXPOSICIONES INDIVIDUALES
2000 Museo de Arte Contemporáneo de Panamá. 1999 Museo de Arte Moderno, Santo Domingo. 1996 Museo Guayasamín, Quito, Ecuador. 1999 Fernando Ureña Rib Art's Studio, Miami. Café Galería. Santo Domingo. 1995 Konrad Adenauer Stiftung, Mainz, Germany Studio 410 , Montreal, Canada, Shell Aerocentre, Ottawa, Canada. Museo de Arte Moderno, Santo Domingo, Dominikanische Republik. 1994 Colegio Dominicano de Artistas Plásticos, Santo Domingo.
1994 Bureau Du Tourisme, Montreal, Canadá. 1993Fundación Konrad Adenauer, Mainz, Deutschland Galerie Taran, Thor Arne Ranghus, Oslo, Norwegen . Galerie Opris, Munchen , Deutschland. Casa del Cordón, Santo Domingo, Dominikanische Republik. 1992 Casa de Bastidas, Santo Doming. Centre Vanier, Chateauguay, Montreal, Canad.
1991 Casa de Bastidas.
CÁNDIDO BIDÓ
Nació en Bonao, en 1936.Es uno de los pintores dominicanos más cotizados a nivel internacional. Su fama se extiende a varios países de Europa y Latinoamérica, el Medio Oriente y los Estados Unidos de América, consecuencia de las diversas exposiciones individuales que ha llevado a cabo en esos lugares. Muchas de sus obras se encuentran en manos de coleccionistas de Francia, España, Brasil, Estados Unidos, Venezuela, Puerto Rico, Alemania, Islas Vírgenes e Israel.
Ha sido premiado en numerosos concursos, en especial en la XII Bienal de Bellas Artes, en la que su obra "Los amantes de la aldea" obtuvo el Primer Premio. En la obra de Bidó los elementos plásticos cobran vida en una sencillez elevada a los extremos por la exquisita sensibilidad de este artista.
De 1962 a 1967 es profesor ayudante de la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA); de 1967 a 1981 es profesor titular de la ENBA (de Dibujo y Artes Aplicadas). Entre 1962 y 1986 realizó más de 20 exposiciones individuales, tanto en el territorio nacional como en el extranjero. Entre las más importantes se pueden citar las ¡levadas a cabo en el Museo de Arte Contemporáneo, de Panamá; la de la Universidad Autónoma de México (1982); Galería Wilma Wayne, Londres (1983); Galería Surban, Caracas; Galería Katia Granoff, París; El Gaucho, Bonn;
Entre los galardones más importantes obtenidos por Bidó se encuentran: Primer Premio Concurso Esso de Artistas Jóvenes (Santo Domingo, 1965); Cuarto y Quinto Premio Concurso E. León Jiménez (Santiago, R. D., 1966); Tercer Premio Xil Bienal Nacional (Santo Domingo, 1972); Primer Premio Xiii Bienal Nacional (Santo Domingo, 1974); Segundo Premio XIV Bienal Nacional (Santo Domingo, 1979); Primer Premio Concurso E. León Jiménez (Santiago, R. D., 1981); Cuarto Lugar Concurso Internacional NOMA, ilustración para libros infantiles (Japón, 1982); Premio El Gaucho (Bonn, 1985).
Cándido Bidó plasma la poética calma de una pintura penetrante, sensual y mágica. Recorre el contorno antillano, lujurioso y plácido en la homogénea fantasía de una paleta que imprime a los colores rojo, azul, amarillo y sepia la profunda vivacidad de lo bello. Bidó es uno de los artistas dominicanos de mayor consistencia internacional y al respecto se puede consignar que su repertorio de formas impresionistas lo han convertido en un auténtico embajador del arte nacional en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.
GUILLO PéREZ
Nació en Moca, en 1926. Cursó estudios de pintura y se graduó en la Escuela de Bellas Artes de Santiago de los Caballeros en el año 1950. Prefiere el óleo sobre tela, usando espátula para lograr fuertes empastes. Su estilo es expresionista-abstracto. Actualmente trabaja en un estilo más estructurado, ordenando en la tela símbolos reconocibles. Temas tratados: monumentos coloniales, (monumentos de Jerusalén), marinas, figuras, paisajes, flores, hojas de plátanos y gallos.
Ha realizado treinta exposiciones individuales en la República Dominicana y en el extranjero, y a la vez ha participado en exposiciones colectivas internacionales, tales como en las bienales de Brasil, Francia, y Estados Unidos, en las ciudades de Washington, New York, Michigan, Chicago, Baltimore, Boston, Miami y en la isla de Puerto Rico; también en Curacao, España, Alemania, Islas Vírgenes, Uruguay, Chile, Israel Brasil, Venezuela, México, Cuba, Inglaterra, Panamá, Ecuador, Italia y Bélgica.
En las bienales celebradas en el país ha ganado tres premios: dos de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y uno de la Editora El Caribe, C. por A.
En el Concurso Anual de Arte, de la firma E. León Jiménez, C. por A., de Santiago, República Dominicana, ha obtenido tres primeros premios consecutivos con medallas de oro y segundos premios y un quinto premio durante los años 1964, 1966, 1967 y 1968, respectivamente. En el Festival Internacional de la Pintura, en Cannes Sur-Mer, Francia, durante los años 1970 y 1971, obtuvo menciones de honor. El Museo de Ponce, Puerto Rico, posee un cuadro de Guillo Pérez, donado por el Gobierno dominicano.
El Museo de Ponce, Puerto Rico, posee un cuadro de Guillo Pérez, donado por el Gobierno dominicano. En Roma, Italia, se exhibe en una galería particular un cuadro de Gui lo Pérez, donado por la Nunciatura Apostólica de Santo Domingo, titulado "La Catedral Primada de América". En el Museo Nacional-de Santiago de Chile, como también en la casa presidencial de Israel, se encuentran cuadros de Guillo Pérez donados en nombre del pueblo dominicano, durante visitas que ha realizado a dichos países. Ha dirigido la Escuela de Bellas Artes de Santiago y de La Vega. Fue profesor en la Escuela de Arte de APEC, y también director durante los años de 1973 a 1979 de la
Escuela Nacional de Bellas Artes de Santo Domingo.. Sus temas de los ingenios (carretas, bueyes y caseríos) permiten una visualidad contemplativa y poética de impresionante luminosidad del ambiente. En el aspecto humano, es un artista muy tratable y extrovertido. Ha alcanzado la categoría de maestro por su dominio de todos los procedimientos de los elementos pictóricos.
ELSA NUÑEZ
Estudia filosofía en la Universidad Autónoma y arte en la Escuela nacional de Artes Plásticas de su tierra natal, y en España, en la Academia de San Fernando. Expone en el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid y en el Museo de las Casas Reales y el de Arte Moderno de Santo Domingo. En 1979 obtiene el premio Independencia de Cultura otorgado por la Embajada y la Casa de España; y posteriormente el Gran Anacaona de Oro por su labor en la plástica dominicana.
Combina la abstracción con lo figurativo, pone especial énfasis en imágenes de corte expresionista. Una de sus características más recurrentes es la acentuación del negro en sus trazos con el fin de dramatizar la forma humana, especialmente la femenina. Mujeres abandonadas, envueltas en atmósferas nostálgicas y desvalidas, son el pretexto para poner en evidencia una situación femenina que debe ser modificada. El soporte de este trabajo pictórico es el dibujo y la textura del color. Elsa Núñez nos invita a ser testigos de escenas cargadas de una intencionalidad no solo artística sino también social. Elsa Núñez contempla el mundo en diferentes aspectos, quiere situarlo en sus interioridades, conferirle un significado poético. Esa visión se siente a través de la presencia de los seres humanos. Pero, aparte del tratamiento estilístico tan diversificado, la pintura contemporánea evoca la figura según distintos contextos: la realidad, cotidiana que forzosamente aborda en un momento la temática social y ambiental concreta, incluyendo avances y problemas de la tecnología, vivencias puramente internas e imaginarias que "surrealizan" la atmósfera y trastocan sus elementos, actitudes y personajes prácticamente perennes, quienes se entregan a tareas fundamentales, fuera de un tiempo preciso, o, en su expresión corporal alegórica, transmiten la perennidad del símbolo. Esas últimas propuestas responden a los planteamientos de Elsa Núñez cuando plasma la figura humana.
Autora:
Yahaira Peralta
Enviado por:
Francisco Augusto Montas Ramírez
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO (CURO-UASD)
Introducción al Arte y Estética
Octubre 2008 – San Juan de la Maguana, R. D.
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