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El trabajo educativo en la residencia estudiantil universitaria (página 2)

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El reconocimiento de un objetivo específico del trabajo educativo del profesor tutor en la Residencia estudiantil, asociado a los atributos antes mencionados, suponen la elaboración de una estrategia de superación a estos docentes, para que puedan influir positivamente en los estudiantes, en cuanto a privilegiar entre sus principales objetivos a lograr en la transformación de los estudiantes en la beca universitaria las siguientes:

  • Convivencia en la Residencia

  • Utilización del tiempo libre y extracurricular del becario

  • Emulación en la Residencia

  • Comunicación con el becario.

Por tanto, el tutor es parte orgánica del enfoque integral e la labor educativa en la Residencia Estudiantil, y por tanto, es válido proponerse una estrategia de superación para alcanzar un mejor desempeño de su labor de orientación educativa en la beca, para que refuercen su sentido de pertenencia con su centro, con sus estudiantes becados, en bienestar de la formación integra de los futuros profesionales y del proceso universitario en general. Por esta razón se hace necesario profundizar en el papel que desempeña dentro de la Residencia Estudiantil, el tutor, como el eje conductor del trabajo formativo y esto requiere de una profunda preparación sistemática que le permita ahondar en la vida, conocimiento y actuación del estudiante en función de su formación general integral.

Todos los profesores tienen la responsabilidad de influir en la formación de los educandos, deben tener presente que las clases no serán un acto de creación, como decía Martí, si no hay un empeño por una actualización y profundización sistemática de los conocimientos; si no se entrega el corazón a la tarea cotidiana; en fin, si la vida anda por un camino y nosotros por otros. (1). El tutor tiene la importante misión de coordinar el sistema de influencias unificadas sobre todas las esferas de la vida universitaria del alumno.

DESARROLLO

Enfoque Integral para la labor Educativa y Político Ideológica.

Ha sido un propósito permanente de nuestra Revolución Socialista la formación de un profesional integral, con elevados conocimientos en su especialidad, pero también con una vocación patriótica, e internacionalista, y una destacada sensibilidad humana.

Además del perfeccionamiento sistemático de nuestros planes y programas de estudio, iniciado en 1962 con la reforma universitaria, el MES aspira también a un enfoque integral de la labor educativa y política-ideológica, con su derivación en las facultades y departamentos docentes, y dentro de sus funciones, la influencia educativa hacia los alumnos en la residencia estudiantil.

En este enfoque integral están contempladas todas las estructuras y formas organizativas de la Universidad, desde las direcciones de las áreas de resultados claves hasta la brigada estudiantil. Al perfilar la labor educativa y política-ideológica como sistema, consideramos que la formación de los estudiantes no es solamente responsabilidad de los educadores que laboran en la beca, , sino de todos los profesores y trabajadores de la universidad, que desde sus diferentes responsabilidades, quienes deben tener siempre presente el objetivo fundamental de la educación superior. Desde cualquier puesto de trabajo por humilde que sea, el trabajador universitario puede educar con su ejemplaridad, su cultura, su consejo oportuno, su lucha contra la corrupción y las ilegalidades, entre otros aspectos.

Este enfoque se venía fraguando desde hacia varios lustros, pero es a partir del proceso de discusión sobre la integralidad que se desató en las asambleas de la FEU y en su propio Congreso en el año 2006, que se organiza y enriquece, al destacarse el papel decisivo de la formación y desarrollo en valores.

En el documento sobre el enfoque integral editado por el MES en 1999 se señala textualmente: "el enfoque integral para desarrollar la labor educativa y política ideológica en la universidad ubica en primer plano no únicamente los conocimientos y las habilidades a formar y desarrollar en los estudiantes, sino también los valores como componente clave de la personalidad, lo cual supone no solo definir en los planes de estudio los objetivos educativos que se aspiran a alcanzar, sino instrumentar las vías, o campos de acción, que permitan materializar este empeño"

En el contexto de la Batalla de Ideas que libra nuestro país, como una contundente respuesta al proceso de globalización neoliberal, y a la política agresiva del imperialismo norteamericano, este enfoque integral es una digna respuesta de nuestra educación superior, para egresar un profesional revolucionario integral.

El desarrollo impetuoso de la ciencia y la tecnología, hacen de la integralidad una necesidad histórica. Nuestro apóstol señaló que las cualidades morales suben de precio, cuando tienen como sostén las cualidades inteligentes. Pero además, como el propio José Martí expresara en reiteradas ocasiones, hace falta un alto grado de espiritualidad en nuestros egresados.

Carlos Rafael Rodríguez, en un discurso pronunciado en el aula Magna de la Universidad de La Habana, el 27 de mayo de 1983, al recibir el título de "Profesor de Mérito" de esta prestigiosa institución, expresó:

"El Ingeniero Mecánico que no esté al tanto de los principales hallazgos de la microbiología y no comprenda el sentido de la ingeniería genética; y el biólogo que a su vez ignore los hallazgos de la microelectrónica y los principios de la informática que la utiliza, no solo serán técnicos incompletos sino que serán trabajadores menos útiles. Si ambos no son capaces de identificar la Novena Sinfonía o reconocer el David de Miguel Ángel, estarán mutilados en una de sus posibles dimensiones"

El reforzamiento de la labor educativa y político-ideológica es la única forma de obtener la fortaleza e integralidad necesaria en nuestro estudiantado universitario.

En la actualidad todas nuestras carreras cuentan con un enfoque integral para la labor educativa y política-ideológica, que se concreta en la labor de los departamentos docentes, las organizaciones políticas y de masas, los proyectos educativos y, en general, en la labor desplegada por los profesores y especialmente los tutores.

A nivel universitario contamos con una estrategia maestra principal para la labor educativa y política ideológica para el período 2003-07, que tiene como objetivo principal lograr un estado político-moral en la Universidad que se caracterice por un ambiente revolucionario, patriótico y de firmeza ideológica.

Esta proyección estratégica abarca todas las áreas de resultados claves, como son Formación del Profesional, Universalización, Extensión Universitaria, Ciencia y Técnica, Aseguramiento Material y Financiero, Defensa y Protección, y Recursos Humanos.

Labor Educativa del Profesor

El propósito fundamental de la Educación Superior es formar un profesional integral, con una alta preparación en su especialidad y un conjunto de valores patrióticos, morales y éticos.

Nuestros planes de estudio contemplan objetivos instructivos y educativos. Educar consiste en lograr la armonía necesaria entre ambos tipos de objetivos. No aspiramos a un graduado universitario que, aunque tenga un nivel de especialización destacado, no sea capaz de ofrecer sus conocimientos en cualquier parte del mundo que se necesite, o que no posea la modestia, la ética profesional, el sentimiento patriótico y la cultura necesaria.

Martí expresó: "Instruir no es lo mismo que educar". Aquella se refiere a los conocimientos y esta a los sentimientos. Unas décadas después el que fue guía y mentor de la Revolución del 33, Enrique José Varona señalaba que no se necesitaban profesores que den recetas y formulas, ni aulas en escuelas y universidades donde se declame.

Con el legado de nuestros grandes pedagogos, aspiramos a un educador que realice su labor con gran amor y dedicación, y que sea el evangelio vivo que señalara Luz y Caballero. Pero además, que tenga la cultura y preparación necesaria para "desenvolver todo el hombre y no solo una parte de él", como expresara nuestro Apóstol.

La principal tribuna para la actividad educativa es la clase, donde el profesor tiene la posibilidad del contacto directo con el estudiante. Una clase que no sea excelente desde el punto de vista técnico no crea el marco idóneo para la educación, pero no basta con esto. Como dijera Martí: "Hace daño a los hombres quien le cuenta los hechos desnudos, y no los engrasa con los demás hechos humanos". Para no hacer "daño" a los estudiantes, el profesor debe estar armado además, de una cultura integral que le permita engranar los hechos humanos, en lo político, en lo económico, en lo social.

En ocasión de serle impuesto el título de profesor de mérito de la Universidad de La Habana Carlos Rafael Rodríguez expresó:

"Nadie concebirá un profesor que no abarque todas las perspectivas de su especialidad. Pero eso no es todavía suficiente. El especialista inculto, el especialista ignorante para las otras esferas de la ciencia y la cultura, deberá en un plazo perentorio quedar eliminado de nuestras sillas profesorales"

Como dijera el famoso endocrinólogo español. "El médico que solo sabe de medicina, ni de medicina sabe"

Como factor principal del trabajo educativo, y político ideológico el profesor debe estar caracterizado de 4 cualidades principales que distinguen al educador del simple instructor.

· Maestría Pedagógica

·Dominio de su especialidad

·Cultura Integral

·Ejemplaridad

Luego, el educador debe estar preparado técnica y culturalmente, conocer la actualidad nacional, pero también los principales hechos de nuestra historia y de la historia universal. Además, debe conocer la historia de su ciencia.

En las páginas de "La Historia me Absorberá", nombre con que se designa el alegato pronunciado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro, en el juicio por los sucesos del Cuartel Moncada, se destaca el papel del maestro cubano en la formación de la generación del Centenario del nacimiento de José Martí.

Fidel señaló en aquella ocasión:

"Vivimos orgullosos de la historia de nuestra patria, la aprendimos en la escuela y hemos crecido oyendo hablar de libertad, de justicia, de derechos"

Por su parte nuestro Apóstol José Martí, al referirse a la muerte del literato y jurisconsulto venezolano Cecilio Acosta en 1881, expresó: "Supo ciencias y letras, gracias y artes. En suma: vivió de pié en su época.

Luego, no podemos estar satisfechos en trasmitir solamente los conocimientos técnicos de nuestra especialidad con un alto nivel, no podemos limitarnos a ser meros instructores, debemos enseñar libertad, justicia, derechos, además de ciencias y letras, pero también gracias y artes. En fin, formar a un ciudadano ejemplar que sepa vivir de pie en esta época maravillosa pero difícil que nos ha tocado vivir.

José de la Luz y Caballero fue uno de los miembros de la trilogía de los grandes sabios cubanos de la primera mitad del siglo XIX, junto con Félix Varela y José Antonio Saco fue uno de los forjadores de nuestra identidad cultural nacional.

Una de las obras por la cual sería recordado siempre fue la fundación del colegio del Salvador en 1848. Se le dio este nombre por el barrio donde estaba situado. Era admirable como una vez a la semana se reunían alrededor del maestro los profesores y alumnos del colegio para escuchar su pletórica de ciencia y conciencia, donde hacía gala de universal sabiduría.

Hasta el momento de su muerte el 22 de junio de 1862 se mantiene como forjador de la juventud cubana. Basta con destacar que mas de 200 discípulos de Luz y Caballero se incorporaron a las gestas liberadoras del 68 y del 95.

Cerca de quinientos carruajes con más de 6000 personas acompañaron al modesto ataúd por toda la calzada del Cerro. Sus restos fueron inhumados en el cementerio de Espada y más tarde trasladados al cementerio de Colón.

De "Don Pepe", el maestro del Salvador, podemos decir que fue un hombre cabal, un evangelio vivo que se proyectó en la conciencia de la juventud cubana del siglo antes pasado, engrandeciendo el sentido de la nacionalidad cubana.

Sobre el señaló nuestro Héroe nacional José Martí; "supo cuanto se sabía en su época, pero no para enseñar que lo sabía, sino para trasmitirlo. Sembró hombres".

La labor educativa del tutor desde una perspectiva pedagógica.

Un problema esencial para satisfacer las demandas de cualquier sociedad es la preparación de los ciudadanos para enfrentar la solución de las necesidades sociales e individuales. Le compete al profesor asumir el liderazgo en la formación de las nuevas generaciones, basada en las realidades concretas de cada país, que son crudas y afectan a la mayoría de nuestros pueblos. La Pedagogía y el resto de las ciencias de la educación deben incrementar su papel en la medida que se acrecientan los problemas en la educación de la personalidad del hombre.

En las condiciones de esta época, la educación cubana está llamada al fortalecimiento de su labor formativa, atendiendo las necesidades actuales y basada en la fuerte tradición  educativa que posee para formar al hombre comunista integralmente preparado. José Martí Pérez, 1883, Obras Completas T18 define magistralmente el acto de educar:

"Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es hacer a cada hombre resumen del mundo viviente, hasta el día en que vive: es ponerlo al nivel de su tiempo, para que flote sobre él  y no dejarlo debajo de su tiempo, con lo que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida".

Martí lo expresa de  forma categórica "es preparar al hombre para la vida", por tanto el objetivo de la educación está en ese proceso de preparación, condicionado históricamente, en dependencia del modo de producción existente y con un profundo carácter clasista.

El problema de los valores y  su formación es también esencialmente un problema pedagógico; la educación de la personalidad del hombre, como proceso organizado, dirigido y consciente constituye el objeto de las ciencias pedagógicas. La educación materializa a través del proceso educativo la formación integral del hombre, los valores que debe asumir, encauzando, este proceso en correspondencia con los objetivos a los que aspira la sociedad. Los valores son contenidos de la educación.

Se declara como sustento, la concepción martiana de "educar es preparar al hombre para la vida", la educación es ese proceso de preparación y a la vez es su resultado, al decir de Carlos Alvarez de Zayas. "La educación es el proceso y el resultado cuya función es formar al hombre para la vida, la formación  es el proceso y el resultado cuya función es preparar al hombre en todos los aspectos de su personalidad, el desarrollo es el proceso y el resultado cuya función es formar hombres en plenitud de sus facultades tanto espirituales como físicas y la instrucción es el proceso y resultado cuya función es formar a los hombres en una rama del saber humano, de una profesión, de dar carrera para vivir". (2000. p 16)

Son válidas estas ideas para el análisis del tema y coincidimos con el Dr. Alvarez de Zayas en que la formación es un proceso totalizador que  agrupa en unidad dialéctica, los procesos educativo, desarrollador e instructivo, analizándolos como dimensiones del proceso formativo.

La escuela es una institución determinante en la educación del hombre. Ella es la responsable de orientar e impulsar al resto de las fuerzas educativas comunitarias, entrelazadas en un sistema de educación, a cumplir el objetivo educativo integral en la formación de las nuevas generaciones. El proceso formativo, comienza con la clarificación e identificación de los propios valores como un primer paso para desarrollar la capacidad de la autoreflexión, autovaloración y la autodecisión. Debe poner en el centro al estudiante, brindándole los medios, vías y formas para la autoconciencia de los valores y la regulación propia de su actividad.

En el proceso formativo  se ha de educar al alumno de forma integral, a través del cultivo  de sus potencialidades que facilite el aprendizaje y permita el desarrollo del estudiante y la adquisición de hábitos y habilidades. Es decir la realización misma de los valores y la transformación cualitativa, integral, multifacética del sujeto a partir de sus actuaciones. En el proceso formativo es muy difícil determinar en períodos cortos el desarrollo de las cualidades de la personalidad, es complejo comprobar y valorar el desarrollo de motivos, intereses, sentimientos, ideales, valores, requiere de un estudio integral e individual de los alumnos, penetrar no sólo en su actividad exterior, sino en la actividad interior.

 Para realizar un trabajo formativo efectivo es necesario, en la labor pedagógica, la aplicación de métodos científicos que permitan obtener datos confiables para llegar a la personalidad del estudiante.

En la bibliografía consultada se coincide en lo relacionado con el papel del estudiante en el proceso, la interacción profesor-alumno y la importancia de formar, enseñar, educar en valores; existiendo diversidad de criterios en la clasificación de los métodos. Asumimos como válida la clasificación de la Dra. Amelia Amador de los métodos educativos en tres planos: los dirigidos a la conciencia, los dirigidos a la actividad y los dirigidos a la valoración.

Para que el proceso formativo en la escuela sea efectivo se deben tener en cuenta los siguientes elementos:

-       El estudiante debe ocupar el papel esencial, central como sujeto activo en su formación.

-       El profesor debe constituir un modelo de pensamiento, sentimiento, actuación para sus estudiantes, conocerlos, comprenderlos y accionar en su formación y autoformación.

-       La interrelación profesor-estudiante, estudiante-estudiante, estudiante–grupo, profesor-grupo; deberá ser real y efectiva, basada en el respeto mutuo, la colaboración, la seguridad y la independencia.

-       El clima psicológico debe propiciar una atmósfera interactiva de respeto, acogida, aceptación recíproca, participación y libertad consciente.

-       La comunicación debe ser interactiva, dialógica, franca, logrando un intercambio cognoscitivo-afectivo, de intereses, necesidades, objetivos y motivaciones, con un carácter regulador.

-       Deberá atender a la diversidad humana, concebir al ser humano en su totalidad y a cada personalidad independiente,  evaluar las peculiaridades de lo individual y lo social, lo general y lo específico, implicando a los estudiantes como portadores de sus vivencias axiológicas.

-       Tener como fundamento los principios psicopedagógicos:

?        de la personalidad.

?        de la unidad de la actividad.

?        de la comunicación.

?        la unidad de lo cognitivo y lo afectivo.

?        lo colectivo y lo individual.

?        la dialéctica de lo instructivo y lo educativo.

?        de la unidad de las influencias educativas

  En la clase se materializarán los elementos antes señalados, aprovechando todas las potencialidades de los contenidos para la labor formativa, a través de un aprendizaje participativo, creativo, consciente y vivencial.

En la formación de valores es vital el papel del profesor como dirigente del proceso educativo a partir de su ejemplaridad y  competencia,  integrando en su clase,  para qué enseñar (objetivos),  qué enseñar (contenido) y cómo enseñar (métodos).

En las actividades docentes, el papel del profesor se encaminará en función de trasmitir a los estudiantes una clara concepción de los valores, su contenido, sus manifestaciones en el modo de actuación del individuo, las vías y métodos efectivos para la asimilación consciente. Debe despertar intereses en el estudiante por el autoperfeccionamiento humano, creando las condiciones que posibiliten en el alumno, un mayor conocimiento de las potencialidades que posee para su autotransformación, una motivación real en el logro de sus metas y adecuadas orientaciones valorativas.

En el artículo "La educación en valores papel de la escuela" de la Dra. Esther Baxter Pérez. El autor considera que: " Las orientaciones valorativas… es el valor hecho consciente y estable para el sujeto que valora, que le permite actuar con un criterio de evaluación, revelando el sentir que tienen los objetos y fenómenos de la realidad para el, hasta ordenarlos jerárquicamente por su importancia, conformando así la escala de valores a la que se subordina la actitud ante la vida". (2000. p 4)

En el contenido de esta definición se expresan elementos coincidentes en otros especialistas relacionados a las categorías, sistema de actitudes, posición en la vida, sentido personal, valor para sí, siendo común en ellos la concepción del término, analizándola como importantes componentes de la estructura de la personalidad. Las cualidades del hombre, los rasgos típicos que posee en correspondencia con el sistema de normas, valores, ideales, van a expresarse a través de las actitudes  que como disposición más o menos estable cumplen motivacionalmente la función expresiva de los valores.

El proceso formativo exige del docente una adecuada competencia comunicativa, que le permita ser un buen educador. Competencia Comunicativa es: " El conjunto de habilidades que se expresan en la dirección del proceso docente con un estilo comunicativo, de modo que se cumplan adecuadamente las funciones de la comunicación educativa, propiciando la participación consciente del estudiante en su formación, en un clima psicológico estimulador del aprendizaje, a través de relaciones interpersonales satisfactorias, de influencia mutua, que contribuyan al desarrollo de la personalidad del estudiante"(Victoria Ojalvo Mitrany.2000.p 6).

Se considera de gran valor el concepto para la metodología propuesta, pues los valores no pueden imponerse, ello exige de un arduo trabajo de elaboración personal, social y cultural, es preciso dialogar, expresarse con plenitud. El papel del entrenador es trascendente en esta misión; como comunicador competente, capaz de conducir el proceso formativo con un estilo comunicativo, creando espacios interactivos y estimuladores de aprendizaje.

El logro de una competencia comunicativa en nuestros educadores es un reto que  se debe enfrentar de manera inmediata, ella es la base para la educación desarrolladora y la autorregulación de la personalidad convirtiéndose los estudiantes en sujetos activos, independientes  y autodeterminados con posibilidades de plantearse objetivos transformadores en relación con su actividad y también en lo que respecta a su propia personalidad (Dra. Norma Cárdenas Morejón 2000).

El educador, es parte integrante del conjunto de profesores del claustro docente, al que habitualmente se le denomina colectivo pedagógico, y desempeña un papel significativo en el desarrollo del proceso educativo de las instituciones escolares. La educación de un hombre comunista no puede lograrse teóricamente sino es como educación de la personalidad "en el colectivo y a través del colectivo",  hay valores que sólo se desarrollan a través del colectivo,  la base para la aplicación práctica de este principio de la educación cubana está en el colectivo pedagógico.

Uno de los aportes del gran pedagogo Antón Makarenko fueron sus trabajos relacionados al colectivo pedagógico como conjunto organizado de individuos orientados hacia determinadas metas, que posee una organización colectiva y en la cual existen órganos. El colectivo es un organismo social activo, desde esa perspectiva tendrá todas las potencialidades para realizar la labor formativa integral y poder facilitar el proceso de formación y desarrollo de los colectivos escolares llevando  a los alumnos hacia el ejercicio de la autodirección. En la autovaloración y la autoreflexión influye la opinión social del colectivo. Si en el colectivo, se logran valoraciones, juicios, criterios comunes, sobre la base de la discusión colectiva, ellos sirven de guía para la actuación individual y grupal.

A través de la actividad conjunta, la cohesión del colectivo, la unidad valorativa y de orientación se propicia una armonía de sus miembros, las mejores condiciones para erradicar las insuficiencias y enfrentar metas comunes en el autoperfeccionamiento del estudiante y el colectivo estudiantil. Si se quiere  calidad de la educación es preciso lograr que niños adolescentes y jóvenes hagan suyos los valores más genuinos y autóctonos de la Revolución. Se impone entonces la interrogante ¿Cómo lograr una adecuada  formación de valores?

En la bibliografía consultada existe diversidad de criterios en cuanto a los métodos de la labor educativa, hay  elementos muy puntuales que deben tenerse presente y son precisados de uno u otro modo por diferentes autores:

-         Los métodos educativos constituyen el modo, las vías que se siguen para lograr los objetivos de la educación, están conformados por determinados procedimientos u operaciones, valiéndose de determinados medios.

-         Ellos actúan en forma sistemática para garantizar la efectividad deseada en función de la actividad concreta, sus contenidos y en lo fundamental el objetivo que perseguimos.

-         En su selección el educador deberá tener en cuenta un conjunto de condiciones entre los que se destacan  las características individuales y grupales, el contexto y el tipo de relación lograda entre otras.

-         Se deben caracterizar por el humanismo, el respeto a la dignidad humana como valor supremo, a los sentimientos de los educandos, que como tendencia favorece cualidades positivas en la personalidad.

-         La persuasión es un método que tiene una gran importancia en el proceso de la educación en valores propiciando la participación activa y consciente del sujeto.

-         La rigidez, inflexibilidad, el autoritarismo y las acciones impositivos obstaculizan la  formación, sólo una relación interpersonal comprometida, una comunicación dialógica y la unidad entre lo que se predica y lo que se hace propiciarán la eficacia de los métodos educativos.

Es necesario que el docente tenga en cuenta las premisas antes señaladas, organizando las influencias educativas en función de los objetivos a lograr, los contenidos a trabajar, el sistema de actividades a desarrollar, precisando además criterios de evaluación, responsables y plazos de ejecución. La escuela cubana y sus educadores tienen la alta misión de educar las nuevas generaciones revolucionarias en los valores que defendemos, se han realizado múltiples acciones e instrumentado la Resolución Ministerial 90/98 "Los lineamientos para fortalecer la formación de valores  las disciplina y la responsabilidad ciudadana de la escuela", donde se aborda la necesidad de la tarea y se establece la creación de la cátedra de formación de valores.

Le corresponde a los docentes y a los propios estudiantes el papel protagónico, tomando cono base las palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro en su discurso del 24 de febrero de 1998 cuando expresó" Nos corresponde educar, eso sí que nos corresponde, enseñar, hacer conciencia del sentido y del principio de la responsabilidad (…), de la libertad ejercida de manera consciente  y responsable. Ese es nuestro deber de este mundo y del mañana".  

La orientación: una condición indispensable para ejercer la labor educativa en la residencia estudiantil.

El propósito de cada sistema educativo es orientar y facilitar el aprendizaje de una manera sistemática y continua.

La necesidad de una adecuada orientación educativa en la residencia estudiantil, constituye una ventana abierta a la esperanza Rus (2000) pues la misma se concibe como una actividad esencial del proceso educativo que, interesándose por el desarrollo integral del alumno, individual y socialmente considerado, le ayude en el conocimiento, aceptación y dirección de sí mismo, tanto desde el punto de vista académico, como en su convivencia en la beca.

Se ha visto de modo reiterado que una buena orientación es educación. Así se dice que la función orientadora deviene una parte del proceso educativo y da continuidad a las facetas instructivas y organizativas de los currículos educativos. Kelly (1964)

Los objetivos de la orientación educativa en la residencia estudiantil son:

  • Contribuir a la personalización de la educación de los becados.

  • Ajustar la respuesta educativa a las necesidades particulares de cada alumno becado.

  • Educar para la vida, sobre la base de normas correctas de convivencia.

  • Favorecer los procesos de madurez personal, de desarrollo de la propia identidad y sistema de valores, y de la progresiva toma de decisiones, para resolver problemas personales, colectivos, y de la comunidad de la residencia estudiantil.

  • Asegurar la continuidad educativa a través de las distintas etapas y años de la carrera durante los cuales el estudiante permanecen la beca.

  • Contribuir a la interacción de personal de dirección, profesores, tutores, alumnos y de la comunidad, para lograr una formación integral de los alumnos en la residencia.

Estos objetivos constituyen una acertada definición sobre la orientación educativa por parte de los profesionales tutores hacia los estudiantes becados de las diferentes carreras y exigen como condiciones un profundo conocimiento de los alumnos, una coordinación de las distintas unidades del sistema y de una inspección que garantice el apropiado funcionamiento de los servicios y programas. Además, la intervención ha de desarrollarse de acuerdo con criterios de las normas establecidas a nivel de ministerio, integrados en la programación general del centro; precisados en la colaboración de todos y tiene como referente básico el alumno considerado individualmente y en su contexto; el último criterio se refiere a la necesidad de profesionales altamente calificados, y preparados para la vida.

Para Tiedeman y Millar (1979) la labor tutoral es crucial. El autor considera que la orientación educativa debe incidir tanto el proceso de aprendizaje que el educativo. La función tutoral da información académica y profesional, evalúa y modifica los objetivos educativos, pero la orientación educativa exige un profundo nivel de conocimiento del profesor tutor acerca de las características psicológicas, físicas, morales y de salud de sus estudiantes, así como las necesidades educativas que pose, y en el caso de los estudiantes becados, las condiciones en que vive ese alumno en su residencia, y la calidad de los servicios que le garantiza la institución para poder desarrollarse desde el punto de vista intelectual, físico y en la formación de valores humanos, en aras de formarse como un profesional verdaderamente integral.

Gordillo(1973) refería que la orientación es la concreción individualizada del proceso educativo y añade que la orientación es una intervención educativa la cual según Ibey (1976) reclama la función del orientador. Y al concluir todas estas definiciones y sintetizando el término, el autor considera que la definición más completa es aquella que plantea que la orientación es la mejor definición que pueda darse de la educación misma.

Existen opiniones diversas de los diferentes autores en cuanto a las funciones de los orientadores. El autor considera que un buen orientador educativo debe dedicarse a:

Orientar

Asesorar

Educar

Desarrollar estrategias.

Enseñar.

Apoyar

Con el marcado propósito de lograr la formación de egresados integrales, bien preparados para su profesión y para enfrentar cualquier tarea que se asigne, o sea, preparados para la vida.

La labor de orientación educativa del profesor tutor en la residencia estudiantil Universitaria.

Ha sido un objetivo de primer orden en todos estos años de la Revolución Cubana desarrollar en nuestros graduados universitarios la formación de un profesional revolucionario. Los antecedentes dirigidos al cumplimiento de este objetivo, están presentes en el Informe Central del III Congreso del PCC, donde se planteó que no era satisfactorio el perfeccionamiento en la formación cultural integral de los estudiantes universitarios.

Como resultado de esta crítica se comenzaron a efectuar un conjunto de actividades encaminadas a ala conceptualización y aplicación , en la práctica, de un desarrollo cultural integral que tuviera como fundamento el trabajo curricular, extracurricular y así como la utilización sana del tiempo libre de los estudiantes universitarios en las residencias estudiantiles.

Los cambios operados en el ámbito internacional después del derrumbe del campo socialista, y con ello el incremento de la agresividad económica e ideológica del gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba, han dado lugar a grandes trasformaciones económicas y sociales en nuestro país. En estas condiciones los Centros de Educación Superior cubanos también se han ajustado a este nuevo contexto y nuevas exigencias, que constituyen importantes experiencias para el desarrollo político-ideológico en las universidades. En correspondencia con estos propósitos, se han producido varios debates acerca de cómo dirigir y desarrollar un enfoque integral en la labor de orientación educativa en las residencias estudiantiles.

Para la Educación Superior cubana, la integralidad a fortalecer en las universidades se fundamenta en la idea martiana de que el elemento científico sea como el hueso del sistema de la educación pública (2), como la savia de los árboles, el cual debe ser combinado con un alto grado de espiritualidad, que contribuya a que el afianzamiento de las cualidades morales suban de precio, cuando tiene de sostén las cualidades inteligentes (3). Es un proceso integrado en la educación científica del pensamiento y en la formación de valores en el que el disfrute de la ciencia y el compromiso con la patria sean los pilares claves de la formación del hombre,

Estas exigencias de la integralidad, que son válidas para un egresado universitario de cualquier lugar del mundo, requiere en nuestro país la formación de un profesional que al mismo tiempo defienda con sólidos argumentos la obra de la Revolución, actúe acorde con los valores más genuinos de la patria y de nuestro socialismo.

El colectivo de profesionales tutores, formado por un claustro de profesores revolucionarios y preparados, que realiza esta labor con estudiantes que permanecen en la residencia estudiantil, tiene un encargo social importante como aspiración del Sistema de Educación Superior cubano, que es precisamente el reforzamiento de la labor de orientación educativa y político-ideológica con los estudiantes becados, para poder mantener esa fortaleza de nuestro estudiante universitario. El encargo social que tiene ante sí la universidad cubana actual, implica formar un profesional revolucionario, integral, el cual, desde su profesión, y desde su campo de acción específico, pueda articular orgánicamente no solo conocimientos y habilidades sino además, valores como componentes claves de la personalidad, y el tutor es el responsable de formar y desarrollar esas fortalezas en sus estudiantes, no solo en la clase, en el trabajo científico, la práctica laboral, sino también en la residencia estudiantil.

Todo ello sugiere la necesidad de orientar las investigaciones científicas, y específicamente las relacionadas con los procesos educativos, hacia el problema de los valores como un problema específico del proyecto social que construimos.

La valoración del condicionamiento histórico, las particularidades y la esencia misma del proceso educativo, en las condiciones del Centro Universitario de Sancti Spiritus, nos ha llevado a la aplicación de instrumentos de investigación en los estudiantes de la residencia estudiantil y sus tutores, relevándose insuficiencias que repercuten desfavorablemente en la formación del profesional integral y en el logro de la excelencia universitaria, manifestadas en insuficiencias que manifiestan los estudiantes en su comportamiento social en la beca, lo que denota un deterioro de valores y componentes de su personalidad, y limita su formación integral.

La labor educativa en la residencia estudiantil se convierte en elemento importantísimo para la elaboración de una estrategia , por cuanto la vida del estudiante, su comportamiento, y su conducta, transcurren en una buena parte, en la misma, y el propio tiempo es un espacio propicio para el desarrollo de relaciones interpersonales adecuadas, del espíritu de colectivismo, de la responsabilidad material, del cuidado a la propiedad social y personal, y genera una convivencia amistosa y cooperativa. En esta encomienda, el profesor tutor juega un papel preponderante en hacer posible la elevación de los niveles de exigencia para garantizar la disciplina, las normas deseables de convivencia y moralidad, dándole tratamiento educativo a cualquier manifestación o intento de comportamiento inadecuado o negativo.

El tutor, como parte de la comunidad universitaria, deberá responder por que manifestaciones negativas no encuentren cabida en la beca, ni en ningún lugar que se encuentre el estudiante universitario, convirtiendo sus modos de comportamiento y accionar, en convicciones para la vida.

Los marcos de la residencia estudiantil estimulan el desarrollo de los valores en los estudiantes, principalmente el conocimiento de sí mismo y de los demás, el desarrollo de las capacidades de autodirección y de autorregulación, así como la capacidad de trasformar la realidad y desarrollar las potencialidades propias, estimulando la creatividad, la espontaneidad creadora, y la iniciativa sobre la base de la realización de autoactividades. El tutor debe propiciar además el desarrollo del protagonismo y el liderazgo de las tareas que devienen del quehacer de la Residencia, contribuyendo en gran medida a la elaboración de sus propios proyectos de vida y a su desarrollo personal, todo lo cual contribuye a la formación del profesional integral y a su excelencia.

Conclusiones

Todo nuestro país está inmerso en una heroica batalla de ideas, como una respuesta al incremento de la agresividad del imperialismo norteamericano contra nuestra revolución. Esta batalla, como dijera nuestro apóstol, debemos ganarla con el pensamiento y la acción decidida y consciente de nuestro pueblo.

En los jóvenes que formamos en nuestras aulas universitarias está la garantía de la continuidad de nuestros principios y de nuestro proyecto social. Sobre las generaciones actuales de estudiantes universitarios recaerán en gran medida las responsabilidades políticas, administrativas, científicas, económicas y sociales en las próximas décadas. Además Cuba es un ejemplo de dignidad, de solidaridad y resistencia, sobre lo cual tienen puestos sus ojos todos los pueblos del tercer mundo.

En este contexto histórico que nos ha tocado vivir, se incrementa la responsabilidad de nuestros centros de educación superior en la formación del hombre nuevo, que sea capaz de estar a la altura de los nuevos tiempos. De aquí la importancia de elaborar una estrategia de trabajo para el desarrollo del enfoque integral para la labor educativa y político-ideológica, lo cual significa planear la labor educativa con el mismo rigor y profundidad con que se realiza el resto de los procesos sustantivo de la universidad y que, además todos nuestros profesores y trabajadores respondan a esta estrategia con entusiasmo y dedicación.

El trabajo tutoral en la beca requiere de una preparación profesional especifica, necesaria y posible, pero en estos momentos los tutores no están lo suficientemente preparados para ejercer su labor de orientación educativa con los becados.

La capacitación a los tutores que tienen estudiantes becados es una vía estudiantes en la residencia.

El tutor tiene el rol de orientar y facilitar individualmente la conducta de los estudiantes en la beca, guiando al alumno a elevar sus condiciones de vida espiritual en la beca, y a dedicar su tiempo libre en actividades sanas y formativas. induciéndole a la reflexión crítica de las dificultades, debe además, conocer y estudiar con profundidad las particularidades de los estudiantes que atiende en la beca para contribuir a través de la relación interpersonal con ellos como futuros profesionales, no solo en el aspecto de convivencia colectiva, , sino también el lo político, ideológico, lo moral y lo ético.

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Autor:

Evelio Elías Orellana Orellana

Profesor Instructor Educativo de la Residencia Estudiantil del Centro Universitario de Sancti Spiritus José Martí Pérez

Yakeline Acosta Rodríguez

Profesora Instructora Educativa de la Residencia Estudiantil del Centro Universitario de Sancti Spiritus José Martí Pérez

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Minerva Mena Valdés

Partes: 1, 2
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