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La educación en la República (página 3)

Enviado por danroli70


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LA EDUCACIÓN EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX

El desarrollo de la actividad educativa en este segundo medio siglo ha sufrido diversas transformaciones, casi de acuerdo a cada gobierno, dado que ha habido una evidente desorientación en cuanto a la organización de la educación como sistema y también porque, en determinado momento (1968), surge la percepción clara acerca de la importancia que tiene formación escolar para la orientación de la sociedad.

Educación bajo el gobierno de Odría

La situación de la educación durante el gobierno del general Manuel A.

Odría podría decirse que recibió un trato especial. En 1 949 la inversión fue Al de S/. 13 825 555 y se creó el Fondo de Educación Nacional con objeto de asegurar un financiamiento constante para las obras escolares. Así, se decidió la inauguración del sistema de las grandes unidades escolares, de las cuales se proyectaron, inicialmente, cuatro en Lima y una en Ica, destinadas albergar dos turnos, uno en el día y el otro en la noche, dado que las clases diurnas eran en la mañana y en la tarde. Se prepararon estas edificaciones para dar acogida, posiblemente, a unos 2 000 estudiantes, pero, a partir del primer gobierno del arquitecto Belaunde estas construcciones empezaron a sobrecargarse con animo de dar cabida a todos los escolares, pero sin habilitar nuevos locales. Las unidades escolares fueron concebidas con amplias áreas verdes, patios, etc. a fin de dar los ambientes adecuados para estudio.

También se atendió la instrucción técnica, mediante la creación de politécnicos y colegios industriales en Iquitos, Huanuco, Huaraz, Carhuaz, Cajamarca, Yurimaguas, Cerro de Paseo, Chiclayo y Sullana, por cuanto se intentaba formar nueves polos de desarrollo al interior del país y para ello era necesario contar con personal preparado. Se erigieron colegios nacionales en Tacna y Talara, para tratar de contener la influencia de los países vecinos a través de la educación que se ofrecía en los pueblos fronterizos. Se abrieron escuelas de segundo grado en Talara y Cerro de Pazco y se proyectó la futura construcción de grandes unidades escolares en Cusco, Trujillo y Huaraz. Paralelamente, se atendió la instrucción militar al establecer los colegios de Arequipa y Huancayo.

Todo esto hubiera tenido menores resultados, si el ministro de Educación, general Juan Mendoza Rodríguez no hubiera previsto la puesta en marcha de acciones complementarias, como fue el establecimiento de un fondo del texto escolar, con la finalidad de poder dotar a los 974 263 alumnos de los libros necesarios para el estudio. Además, se quiso que estos textos fueran de "… inspiración en motivos nacionales, sin descuidar su finalidad humanista y cultural" Hubo, sin embargo, un defecto grave: se exigió un texto oficial para Historia del Perú y para Geografía, lo cual limitó las posibilidades de conocer ni de una opinión sobre estos temas y el profesor no podía alejarse demasiado del texto por la supervisión del Ministerio.

La habilitación de materiales educativos a los alumnos de los colegios estatales comprendió también los demás útiles, como el caso de los cuadernos y se dotó, además los colegios de gabinetes de Física y laboratorios de Química. Para las escuelas del interior, de tipo agropecuario, se les consiguieron tractores. Incluso, a algunos de los planteles de las ciudades se les dotó de proyectores de cine.

Hubo preocupación por la educación rural; así, se dotó de escuelas de primer grado a las comunidades indígenas, lo cual supuso desde la provisión de los locales, el mobiliario, los útiles y, lo que resultó más difícil, hasta de maestros, pero a nivel de formación de profesores se observaba que no los había con la preparación adecuada para el servicio en el interior; por ejemplo, muy pocos hablaban quechua y menos aun estaban familiarizados con las faenas agrícolas. A pesar de todo, en 1969 se inauguraron 108 escuelas con 82 maestros. En provincias funcionaron colegios industriales para mujeres, además de los de Juli, Puerto Maldonado y Yurimaguas, los de Cusco, Arequipa, Ica y el distrito de Magdalena del Mar.

Para 1951 la acción educativa siguió creciendo: se establecieron 229 escuelas primarias y se les dotó de 440 maestros, también 11 escuelas urbanas de segunda para varones y 4 escuelas para mujeres. Se insistió en la educación rural y se dispuso la apertura 18 escuelas para varones y una para mujeres. Esta diferencia es comprensible por la menor importancia que se le da en el campo a la educación de la mujer, en esta oportunidad, el gobierno se adapta a esta práctica, posiblemente, para dedicar el esfuerzo que se perdería por el ausentismo femenino, a labores más productivas.

A los núcleos escolares de Cusco y Puno se les dotó de 7 ómnibus y proyectores de cine y se proyectaron 6 nuevos núcleos. A esto se agregó la creación de secciones industriales en colegios nacionales. Anualmente, también, se repitió la entrega del material necesario para el funcionamiento completo de los centros educativos. Así, se quiso que todos tuvieran equipos de física, química, anatomía, diccionarios, pianos, proyecciones, instrumentos musicales, máquinas de coser y escribir sobre todo para las grandes unidades escolares. Materiales que años después se demandarían de las asociaciones de padres de familia, como colaboración con los colegios.

Se quiso completar el aspecto educativo con el mantenimiento de buenas condiciones de salud, por lo cual se dotó de gabinetes dentales a las grandes unidades: Melitón Carbajal, Tomas Marsano, Emilia Nosiglia, Miguel Grau, General Prado y San José de Chiclayo y al Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe.

Las bibliotecas escolares estuvieron, igualmente, en las miras del gobierno, así como la ampliación de los Institutos Industriales que subieron a 8. Se incentivó la música y en especial el folklore, por lo cual se abrieron escuelas regionales de Música en Piura y Cusco.

Otros centros educativos que se construyeron dentro del modelo de las grandes Unidades Escolares fueron: Inca Garcilazo de la Vega en el Cusco, San Luis Gonzaga en lea, Mercedes Cabello de Carbonera y Ricardo Bentín en Lima, Además se instalaron talleres industriales en los Institutos Industriales. En Huanuco se establecieron el Colegio Nacional Leoncio Prado y el Instituto Industrial Hermilio Valdiz y estuvieron proyectados algunos más.

Aparte de la obra material para la infraestructura, el 28 de noviembre de 1950 se dio el Reglamento de Educación Secundaria, con la finalidad de ordenar el funcionamiento de este nivel.

Para 1953 se constató que los Jardines de la Infancia (hoy Centros de A Educación Inicial) habían aumentado a 144, número insuficiente para todos los niños en la ahora llamada "edad preescolar", pero comprensible con esos años ya que el paso por los "Jardines" no era prerrequisito para el ingreso al nivel de Primaria. Era un avance, pero muy pequeño.

En cuanto a la Instrucción Primaria, se mantuvo en cinco años, pero se, establecieron planes experimentales en unas 350 escuelas con 110 000 alumnos, para determinar "el mínimo de conocimientos que el educando debe adquirir y la clase de aptitudes y habilidades que deben desarrollar en cada uno de los anos de la educación" .Se quería hacer m funcionales los estudios, aunque esto, a la larga, sólo significaba dar una instrucción in elemental, la cual contribuiría a marcar las diferencias con los colegios particulares.

Las escuelas primarias aumentaron en 216, con 746 profesores. En provincias se presentaron problemas para poder mantener escuelas de niños y niñas por separado, debido al poco alumnado, por lo cual se pusieron un funcionamiento escuelas mixtas, pero sólo hasta segundo grado. Pues luego se prefirió que siguieran separados. El volumen total de escuelas llegó a ser este año de 11 720; el número de maestros del nivel alcanzó a 26 942 y el de alumnos subió a 1 200 000.

Se atendió en esta oportunidad a las variaciones que se producían entre cada región (costa, sierra y selva) y se les dio las particularidades correspondientes a cada escuela según su destino, pero se introdujo además otro elemento diferenciador en base al número de alumnos.

El gobierno tuvo cuidado de incentivar a los pueblos a tener iniciativas para las obras comunales, en este caso para la Educación, lo cual le permitía reducir sus inversiones de ayuda en algunos pueblos e invertir ese ahorro en otras localidades cuyos recursos fueran menores.

También se hizo referencia a las escuelas fiscalizadas, que eran las que sostenían los empresarios en los centros de trabajo, para tener cerca a su personal. Este tipo de escuelas llegó a contar con 617 establecimientos que requerían 1 188 maestros. En 1953 se habían creado 12.

La Educación Secundaria bajo Odría se quiso reformar, y para ello se estableció una comisión con profesores universitarios, de escuelas superiores, de secundaria y padres de familia, para estudiar las propuestas de reformas. Mientras tanto se continuaba abriendo nuevos colegios, tanto de hombres, como de mujeres, tales como los de Piura y Chincha para mujeres, la G.U.E, Teresa Gonzáles de Fanning, Mariano Melgar que se abrió primero en Lima y luego en Arequipa; Mariscal Oscar R. Benavides en Iquitos, Miguel Grau en Piura y Santa Isabel en Huancayo.

La Educación se estableció que fuera de cuatro años para los varones y de 3 para las mujeres; habría secciones post escolares para perfeccionar esta preparación en las mujeres. Entre las especialidades que se consideraron para los varones estuvieron: automotores, carpintería, construcción, mecánica, electricidad, metalurgia, minería, instalaciones sanitarias. Hubo nuevos planteles como el Instituto Industrial Mariano Melgar, dentro del local de la Gran Unidad Escolar de ese nombre, lo mismo se hizo para la GUE Emilia R. de Nosiglia; en la San Luis Gonzaga de lea se fundó el Instituto Nacional de Comercio, etc. Es decir, se aprovecharon las nuevas infraestructuras para ampliar la educación técnica y poder impulsar la futura industria.

Entre 1942 y 1952 el alumnado promedio anual giraba alrededor de los 17 846, pero al año siguiente aumento a 20 161 y el número de maestros también subió de 1662 a 1834.

La Educación rural, habitualmente descuidada, se inicia con mayor fuerza en 1950, cuando se intenta la integración definitiva del hombre de la sierra y de la selva a la cultura occidental. Para esto se crea la Dirección de Educación rural y se establecen nuevos núcleos escolares campesinos, como la escuela central con campos de cultivo, granjas y huertos escolares, talleres de arte e industrias rurales y alrededor de 10 pequeñas escuelas semejantes. Este sistema llegó a los adultos y a los adolescentes, en el hogar y en la comunidad.

Los núcleos rurales que se llega ron a instituir fueron 37, distribuidos: 20 en Puno, 2 en Apurimac y Ayacucho, Sen Cusco, 2 en Huancavelica y 1 en Ancash. La infraestructura en estos casos adquirió características peculiares, por cuanto era imposible concentrar en un solo lugar a la población escolar, de esta forma se consiguieron equipos rodantes y móviles.

En la selva se llegaron a instalar 11 escuelas experimentales bilingües para aguarunas, amueshas, cashibos, picos y yaguas. El personal docente lo constituyeron los nativos alfabetizados y entrenados mediante cursos especiales dado que resulta casi imposible que otro tipo de maestros pueda aprenderlas lenguas de la selva. Es preciso sí, destacar en estos años la discutida labor realizada por el Instituto Lingüístico de Verano que ha tenido proyectos durante largos años en estas localidades y ha logrado índices de alfabetización que no pueden ser pasados por alto.

Asimismo, se ha dado importancia a las escuelas prevocacionales tanto en la ciudad como en la zona rural. Esto ha requerido la apertura de unas 97 escuelas con 887 maestros en las poblaciones donde los estudiantes necesitan ser orientados de acuerdo a sus aptitudes, a fin de que no todos intenten probar suerte en las universidades y en las carreras ya tradicionales que suelen estar saturadas.

A nivel rural se abrieron escuelas para la enseñanza agropecuaria a nivel superior de la Primaria, lo mismo que escuelas de preparación para actividades industriales, de acuerdo a las inclinaciones individuales.

Con el gobierno de Odría se iniciaron los primeros movimientos de atención a los niños excepcionales. Para esto se organizaron escuelas especiales e instituciones de experimentación educativa para niños con debilidad física y mental. Así, llegaron a funcionar 16 escuelas de Educación Especial con 181 maestros, incluido el Instituto Nacional del Ciego y las escuelas de Niños de Barranco y de Arequipa Hubo, sin embargo, serios problemas para el funcionamiento de estas escuelas, debido a que no había centros de formación de maestros para niños especiales y eran los mismos maestros de Primaria, los que tenían que hacerse cargo de los centros y de las aulas con niños con estos tipos de problemas, pero guiándose sólo por la intuición. Será sólo hacia mediados de los años de 1960 cuando empiecen a gestarse estos estudios, pero llegan a tener ya un cierto desarrollo avanzada la década siguiente, por cuanto se abren post grados o segundas especialidades en universidades como la Nacional de Trujillo, la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (Unife) y la Universidad de San Marcos También la Universidad Católica abrió estudios para la enseñanza de sordos, pero no dentro de la Facultad de Educación sino en un instituto anexo: CEFAL (Centro Feniano de Audición y Lenguaje).

En este período se proyectó y llevó a efecto la construcción del Instituto Pedagógico Nacional de Varones y de Mujeres en el Km. 26 de la Carretera Central, pero luego se trasladó a Chosica, y tomó el nombre de Enrique Guzmán y Valle, que luego se convertiría en universidad y que se conoce como La Cantuta. La inauguración fue el 6 de julio de 1953 y comprendió la formación de normalistas urbanos, profesores de segunda enseñanza y profesores de educación técnica.

En el gobierno siguiente, segundo mandato de Manuel Prado se continuaron las obras educativas anteriores, pues fue política de Prado no dejo inconclusas las obras iniciadas. Por esta circunstancia se llevó a cabo la reforma de la segunda enseñanza y se estableció la separación de la Educación Secundaria, en los dos últimos años, en Ciencias y Letras, a fin de ir orientando vocacionalmente a los estudiantes hacia las áreas que les resultasen más atractivas o para las cuales tuvieran mayores habilidades, pero resultó prematura tal división, pues los escolares llegaban a esta cumple elección cuando apenas tenían entre 14, 15, o a lo sumo, 16 años, cuando no tenían la madurez intelectual necesaria para decid ir su futuro profesional.

Esta reforma trajo consecuencias mayoritariamente negativas, pues los alumnos de Secundaria no salían preparados para el trabajo ni tampoco para la universidad, pues quienes habían seguido Ciencias sólo podían presentarse a carreras de Letras y los de Letras podían tentar sólo el ingreso a Ciencias y ambos llegaban a retrasarse por la menor preparación en el área no estudiada en el colegio. También puede decirse que bajó el nivel de los estudios porque se simplificó exageradamente el rudimento de Ciencias o de Letras que, de todas maneras, recibían los alumnos en los tres primeros años de Secundaria, para que tuvieran un barniz de las materias que no iban a profundizar. Creemos que esta separación no incidió, mayormente en la definición vocacional, antes al contrario, fue durante los estudios superiores cuando con cierta frecuencia los jóvenes descubrían su verdadera vocación, la cual no siempre coincidía con la elegida.

La Educación en el primer gobierno de Fernando Belaúnde

En este régimen sí hubo un cambio de rumbo en la Educación. Se partió de un principio que en sí mismo no sería discutible: nadie debe quedar sin escuela. Sin embargo, no se tuvo en cuenta que para dar cumplimiento a este axioma era necesario destinar un mayor porcentaje del presupuesto, era necesaria la construcción de locales escolares adecuados y había que preparar profesorado ad hoc, ya que los maestros no pueden salir de improvisaciones. Lamentablemente, esto fue lo que ocurrió. Se exigió que se recibieran más alumnos de los que realmente podían contener las aulas y éstas terminan ron con cerca de 60 alumnos. También se trató de formar docentes abriendo Escuelas normales en todas las provincias y muchos distritos, pero no se cayó en la cuenta de que se requería profesores adecuados al nivel de la formación de maestros, y al no existir éstos ingresaron a la docencia quienes apenas estaban capacitados para la enseñanza escolar, a veces simples egresados de la Secundaria y en ocasiones sin haberla siquiera terminado. Fue una carreta desenfrenada para graduar normalistas que cubriesen las plazas que se requería, por el afán de cumplir la de que no debía quedar ningún niño sin escuela.

Los resultados de esta política pronto se dejaron sentir: numéricamente resultó impresionante la manera como aumentó la población escolar y el magisterio, pero cualitativamente los avances dejaron mucho que desear. La universidad resultó considerablemente afectada, pues decayó bastante el nivel del estudiante y se cerraron las puertas de las universidades a los alumnos menos preparados. También se reflejó en el nivel cultural de la población, en los distintos oficios como en el periodismo, guías de turismo, empleados, etc. El caso más lamentable fue el de los cursos de actualización magisterial, donde, en oportunidades, había que empezar por proporcionar las bases más elementales de la especialidad del docente, Esta condición del profesorado explica en parte la politización que empezó a presentarse en este gremio y que permitió la organización de los sindicatos, especialmente el sindicato clasista: SUTEP.

Población Educativa entre 1963 y 1968

De acuerdo al cuadro anterior la Primaria habría crecido en un 41%; la Secundaria en un 127%; la Técnica en 99,7%; y la Formación Magisterial en un 179,8% sin embargo, los efectos de ese crecimiento no mejoraron el nivel cultural o profesional de la población.

Belaunde, en su Mensaje a la Nación de 1968, hizo presente la construcción de nuevos edificios escolares, pero buena parte de lo que se llegó a edificar no fue tanto graciosa la financiación esta tal, sino al esfuerzo de las mismas comunidades, en parte alentados por Cooperación Popular, pero más que nada por la iniciativa de los pobladores. También hay que añadir que algunas de las obras que se inauguraron ya habían sido adelantadas en los gobiernos anteriores. Las obras chic menciona como puestas al servicio en estos años son: el Colegio Regional de Chimbote con un costo de S/. 16000000; la G.U.E. Juana Cervantes de Bolognesi, en Arequipa, cuyo monto superó los S/. 10 000 000; la C.U.E. de mujeres del Callao; la segunda etapa de la G.U.E. Santa Ana de Chincha; la Escuela Normal San Juan Hosco de Puno y algunos otros colegios nacionales y aulas de Primaria en diferentes partes del país.

El presupuesto invertido en Educación alcanzó el 5,8% de la renta nacional, que según lo subraya Belaunde fue niós alto que en el resto de América, pero en cambio fue inferior a lo invertido en gobiernos anteriores, como en el caso del general Odría. En remuneraciones se invirtió en 1968 SI. 5 315 000 000; en Primaria los gastos llegaron a SI. 3 286 000 000; en Secundaria común se invirtió 5/. 1153 000 000 y en Secundaria Técnica SI. 476 000 000; en Formación Magisterial el monto fue de S/. 144 000 000 y para Universidades e instituciones culturales nacionales y privadas se destinó sólo 5/. 1 682 000 000, que equivalía al 23% del presupuesto del ramo, pero esto comprendía Museos, la Casa de la Cultura, las universidades que bajo su gobierno se incrementaron hasta el número de 27, el Conservatorio Nacional de Música, etc.

Se dio importancia sí al problema del analfabetismo y se Organizo planes de alfabetización de adultos, para lo cual se hizo una programación con población indígena en 7 zonas estratégicas del país: el valle del Mantaro, l3ombón, Puno, Sucuani, Andahuaylas, Cangallo y Callejón de Huaylas, para lo cual se consiguió el respaldo de las Naciones Unidas. Se proyectó un plan de alfabetización funcional de adultos, ampliado e intensificado a partir del mes de octubre de 1967. En esta acción se involucró a los alumnos de los últimos años de Educación Secundaria, de las Escuelas Normales y de las Universidades, pero no se hizo una evaluación de los logros alcanzados; además, antes del año se produjo el golpe de Estado del general Velasco, con lo cual cambió toda la política educativa.

Se proyectó también, aunque no llegó a tener pleno cumplimiento y sus resultados serían discutibles, la educación descentralizada, lo que luego podría considerarse como Educación informal, consistente en la realización de cursos, seminarios y otros eventos organizados por las direcciones regionales con objeto de complementario, en casos, reemplazarla educación escolarizada y los cursos regulares para docentes. Otra iniciativa fue la de colegios regionales, intermedios entre la secundaria y las universidades, que cabría considerar como lo que en la Reforma Educativa siguiente fueron las Esep. Los colegios regionales podrían tener también secciones de Flumanidades y los primeros debían organizarse en Chachapoyas y Tumbes.

La Educación durante el Gobierno Revolucionario

El 2 de octubre de 1968 el presidente Fernando Belaunde Terry nombra va a su nuevo gabinete, en el cual figuraba como ministro de Educación el doctor Augusto Tamayo Vargas cuando en la madrugada del día 3 el general Juan Velasco Alvarado tomaba el poder y. pasando de inmediato a reemplazar al Consejo de Ministros por un gabinete netamente castrense donde el ministerio de Educación le correspondió al general de brigada Alfredo Arrisueño Cornejo, quien resultaría absolutamente novato en el ramo, pero la política del sector la manejarían los asesores civiles, es decir Augusto Salazar Bondy y Walter Peñaloza Ramella, quienes plantearon una reforma de la Educación con miras cambiar a través de ella la concepción de la sociedad, pues se intentaba un cambio radical de estructuras y para ello el pensamiento de las nuevas generaciones debía estar ya preparado para aceptarlas.

Al ir definiendo el gobierno revolucionario las reformas que pensaba realizar, más allá del Plan Inca que pudo ser elaborado durante el proceso del gobierno revolucionario o concebido antes, era evidente que la Educación tenía que formar parte fundamental del movimiento y, sobre todo, el maestro debía ser concientizado para la aplicación de la reforma, que iría más a lo ideológico que al aspecto mismo de los contenidos científicos de la enseñanza.

Antes de entrar propiamente al aspecto de la reforma hubo algunas disposiciones que empezaron a inquietar a maestros y alumnos, pues el 23 de junio de 1969 se dio un decreto-ley por el cual se reafirmaba la gratuidad de la enseñanza sin excepción, en los planteles del Estado, pero en Secundaría común y técnica y en Formación Magisterial se suspendería ese beneficio en el caso de ser desaprobados en dos o más asignaturas, pero se recuperaba la gratuidad al subsanarse el problema y se aceptaba tener un curso des aprobado. Más adelante, sin embargo, esa severidad desaparecería. Por su parte los maestros manifestarían su descontento por las reiteradas declaraciones del ministro Arrisueño referentes a que los sueldos se mantendrían congelados por no haber fondos para aumentos. Así se llegó a setiembre de 1970 y el día 7 se hizo público un Informe General sobre la reforma de la Educación, en el cual se analizaba la situación de la sociedad peruana en este aspecto, subrayándose la existencia de un aumento del analfabetismo, el abandono a los niños de menores recursos económicos, el hecho de estar el sistema educativo dirigido sólo a una minoría, a cine la educación no incentivaba la información de una conciencia nacional y que era sólo intelectualista y academizante, además de mantener el método memorista que venía de siglos pasados.

Se señalaba que los fines de la política educativa del gobierno eran: "… crear una educación para el trabajo y el desarrollo; una educación para la transformación estructural de la sociedad; y una educación que permita una toma de conciencia de la realidad peruana… "para remediar tal situación la nueva educación emplearía la crítica, la creación y la cooperación y debía aplicarse ya, en coordinación con los otras reformas yo formuladas, y de tal manera que se consiguiera la participación de toda lo comunidad.

Al conocerse el Informe, hubo diferentes reacciones, por cuanto ya se insinuaba la intención de restringir la enseñanza religiosa y dejarlo al libre albedrío de los padres de familia. Hilos decidirían si sus hijos tornarían o no el curso.

En noviembre de 1970 la Comisión Episcopal de Educación de la Iglesia Católica hizo declaraciones en relación a su respaldo a la democratización de la Educación, aunque esto no implicaba la aceptación total del informe mencionado.

El Gobierno envió el anteproyecto de la ley de Educación a diversas instituciones como las universidades, la Iglesia y otros organismos educativos, para que formularan las observaciones que creyeran pertinentes antes de la promulgación, pero lo que nunca se supo es si algunas de las observaciones llegaron a ser tomadas en cuenta. Así, el 9 de marzo de 1971 so promulgó el decreto-ley 18799 que daba la aprobación a la Ley orgánica de Educación, referida a sus organismos y funciones, pero sólo al cabo de un año se daría la Reforma Educativa.

En enero de 1972, por lo que se conocía de los proyectos de la reforma, los periódicos y revistas adelantaban algunos comentarios, como el que consigna Caretas "Se ha propuesto… La Reforma de la Educación m radical, completa y coherente de nuestra historia republicana" La apreciación es exacta, al margen de aceptarla o no, porque ahorcó absolutamente todos los niveles y modalidades educativas y tuvo un fondo filosófico que en las anteriores reformas no existió o, por lo menos, no fue tan preciso Se buscaba la transformación completa de la sociedad y allí se ponían las bases para hacerlo.

El 24 de marzo de 1972 se dio la Ley General de Educación, mediante el decreto Ley 19326 que establecía el sistema de la Educación Peruana que abarcaba desde Educación Inicial, antes poco considerada, hasta la Educación Universitaria, pasando por la Educación Básica Regular que reemplazaba a la Educación Primaria y parte de la Secundaria; creaba el nivel de Educación Superior Profesional (ESEP) y proyecta al futuro la formación de una instancia superior a la Universidad para conferir los doctorados. Se incidía, además, en la Educación Especial, antes bastante descuidada; no obstante afirmar el reconocimiento a la educación particular sin fines de lucro y garantizar la libertad de educar, sin embargo, los colegios particulares tanto laicos como religiosos y más aún los dependientes de países como Estados Unidos, Alemania, Francia y Gran Bretaña, entre otros, tuvieron que afrontar situaciones sumamente graves, desde la exigencia de tener necesariamente como director a un peruano, hasta la restricción de la enseñanza de idiomas extranjeros y la prohibición a todos lo colegios del empleo de textos escolares extranjeros.

La ley estableció como modalidades educativas la educación básica laboral; la calificación profesional extraordinaria, que consistía en la capacitación permanente de los trabajadores, para lo cual debía existir en los centros de trabajo una "unidad de instrucción" que debía ocuparse permanentemente de organizar cursos o buscar la forma de que los trabajadores pudieran seguirlos, incluso fuera del centro de trabajo, para mejorar su capacitación y la empresa debía concedérselos permisos necesarios para ello; la educación especial, que comprendía tanto al niño sobresaliente como al deficiente; y la extensión educativa que implicaba el poner los servicios educativos al alcance de toda la comunidad mediante la organización de actividades culturales y cursos o cursillo para padres de familia o cualquier sector que pudiera requerir la atención educativa.

Con esta ley se buscó también romper con el centralismo que tanto tiempo se había ejercido desde la capital en todo orden de actividades y se dio, por esto, mayores atribuciones a las regiones educativas; también se crearon las zonas a nivel local y los núcleos comunales a nivel Distrital. En estos últimos se establecían los vínculos entre las escuelas y colegios del distrito y con las universidades, pero además con la comunidad, de tal manera que la enseñanza de los niños empezaba por el conocimiento de su propia comunidad, de allí que permanentemente se viera el desfile de los niños, desde el nivel inicial, fuera de las aulas camino al Municipio, a la fábrica, al banco etc. para conocer qué había en su comunidad.

La función del núcleo no quedo solo en ese contacto con la comunidad iba más allá, al planteamiento de convertir la infraestructura instalada en los centros educativos particulares, así como las de los centros estatales, en propiedades comunales educativas, sólo a cargo del centro educativo propietario para su usufructo, pero bajo la administración del Consejo Educativo Comunal, donde intervenía la representación del sector educación, los padres de familia del colegio, representantes del promotor o la administración del centro educativo y representantes de la comunidad. Esto motivó la protesta de la Federación Nacional de Asociaciones de Padres de Familia de Colegios Particulares Católicos, pues además se establecía, en el Decreto 006- 73 que sancionaba el Reglamento de la Ley General, otras consideraciones que resultaban recortando el derecho de los padres de familia para escoger el tipo de colegio que creían adecuado para sus hijos. Fono menos hasta 1975 duró un enfrentamiento bastante fuerte entre esta Federación y el ministerio de Educación, pues el Reglamento fue más allá de la Ley General y más allá todavía fueron algunos Directores y técnicos del Ministerio, quienes a través de los Núcleos y del sistema de supervisiones buscaron constantemente la manera de hostigar a los colegios particulares.

La aplicación de la Reforma Educativa significaba un esfuerzo que el gobierno no podía afrontar solo con el presupuesto ordinario, pues el entrenamiento de los maestros y la habilitación de las ESEP, entre otro de los muchos gastos, suponía disponer de varios millones de soles, por esto se recurrió a un préstamo del banco Mundial, el cual aporté $ 24 000, buena parte de los cuales sirvió para "concientizar políticamente" a los maestros más que para prepararlos para la aplicación de los nuevos métodos pedagógicos que debían introducir en su trabajo educativo.

La reforma abarcó también los planes y programas de enseñanza, lo que se empezó a denominar el "currículo", donde se debían establecer los fines del curso, los objetivos, tanto específicos como generales y luego desagregar los contenidos de acuerdo a unidades, es decir debía aplicarse la moderna tecnología educativa procedente de los países imperialistas contra los cuales se declaraba el gobierno como Estados Unidos e Inglaterra. Esta era una parte del aprendizaje que debía realizar el maestro, que hasta el momento había estado al margen de toda esa terminología y que en muchos casos sólo llegó a memorizar para los reentrenamientos, pero una vez vuelto al aula mantuvo su sistema tradicional.

En cuanto a los programas, éstos fueron radicalmente modificados en casi todas las asignaturas, dado que se introdujo la educación básica laboral y las horas de estudio en todos los colegios; tanto particulares como estatales decidieron dar cabida a un apreciable número de cursos de educación laboral, como mecanografía, artes manuales, etc. en perjuicio de asignaturas de ciencias y de humanidades, pues se intentó preparar para el trabajo. Sin embargo, no fue fácil cubrir las horas de E. Laboral, ya que no había muchos profesores formados para esa educación y en varias oportunidades el profesor de Geografía, Química o Matemática, cuyas horas habían sido recortadas, tuvo que completar su tiempo con alguna actividad de laboral, lo cual no tenía la menor idea de como afrontar. Esta experiencia tuvo, entonces, importantes actores en contra.

El contenido de algunos cursos siguió el mismo camino de transformación y puede decirse que las asignaturas más perjudicadas fueron Religión, Historia del Perú, Historia Universal y Geografía, por cuanto se distorsionó su contenido. A través de Religión, en vez de las bases doctrinarias se les dio una seudo doctrina Social de la Iglesia, pues se introdujo más una crítica social que otra cosa. Los cursos de Historia del Perú y Universal se dieron juntamente con Geografía del Perú y del Mundo y algunas nociones de Economía Política y Educación Cívica, pero con reducción de horas, de tal manera que la preparación en Historia y Geografía en esos años fue realmente muy deficiente. Por si fuera poca la reducción de horas, el profesor tampoco estuvo preparado para llegar a esa síntesis. Un problema adicional fue que se quiso empezar por la crítica, sin tener los elementos básicos que debían ser objeto del análisis, de allí que esta asignatura que se dio bajo el rubro de Ciencias Histórico Sociales diera sólo una versión deformada de las asignaturas que englobaba. Es más, las declaraciones del gobierno respecto a que había que formar la "conciencia nacional", difícilmente podían realizarse cuando se alejaba al estudiante del conocimiento de su pasado o se le daba a entender que tenían un pasado vergonzante.

Donde sí se alcanzaron importantes logros fue en la Educación Inicial, en la Educación Especial y, en parte, en la formación de las ESEP. La Educación Inicial llegó a ser considerada un nivel necesario para poder ingresar a la Educación Básica Regular, porque constituía la etapa en la cual se aprestaba al niño para que al ingresar a la escuela fuera capaz de adaptarse con mayor facilidad a la relación con los otros niños, de ser más receptivo en cuanto a los conocimientos que debía captar, ya tener la madurez necesaria para emitir juicios críticos elementales. La Educación Especial también fue atendida y dentro del ministerio de Educación constituyó una Dirección que formaba parte de la Dirección de Educación Inicial y Especial. El ministerio promovió los estudios de esta especialidad a nivel de las Universidades, con las cuales se firmaron convenios para que se impartiera, primero como una segunda especialidad y luego a nivel de la profesionalización (Ministerio de Educación-UNIFE: 1978). Se llegaron a establecer numerosos Centros, tanto en Lima como en provincias, pero no se hicieron las campañas preventivas para tratar de disminuir el porcentaje de niños con deficiencias mentales. Las ESEP constituyeron una experiencia interesante a fin de capacitar para el trabajo a los jóvenes que seguían la Educación Básica Regular y terminaban el 9° grado (o año), de allí debían seguir, obligatoriamente, dos años de calificación profesional en algún oficio o actividad profesional, tanto en ESEI estatales como en ESEP particulares, pero no fue fácil la instalación de estas escuelas profesionales que, en parte, reemplazaban a los antiguos Institutos Técnicos. Para establecer el número adecuado habría habido que tomar en cuenta el número de escolares que terminaban la Educación Básica Regular (EBR) y calcular cuantos podían derivar a las ESEP y orientados hacia qué especialidades. Esto supuso, igualmente, la urgencia de contar con el profesorado que pudiera cubrir todas las plazas y, si bien hay profesionales con grandes conocimientos teóricos y aun prácticos, carecían de vocación docente, por lo que cuando se avinieron al dictado decursos, muchos fracasaron, Otro problema fue que cuando se trataba de carreras cortas de tipo técnico, mecánico, etc.; se requería de maquinarias costosas y en número suficiente para la práctica continua de todos y por lo general estos centros educativos sólo dispusieron de una y, a lo más, de tres (Ej. las plataformas para mecánica de automóviles, etc!). Se hicieron intensos esfuerzos para que este sistema funcionase e, incluso, se estableció que quienes egresaran de las ESEP debían ser empleados de inmediato, disposición que no pudo cumplirse, pues no había puestos de trabajo suficientes y muchos debieron emigrar al extranjero, donde fueron debidamente valorados.

Un grave problema para la aplicación de la Reforma Educativa fue el elemento docente, pues existieron, por lo menos dos problemas fundamentales: los bajos sueldos, que permanecieron "congelados" durante buena parte del régimen velasquista y que llevó a la formación del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación Peruana (SUTEP). Y el otro, las diversas formas de capacitación y profesionalización que se adoptaron.

Para preparar al maestro, al ver la realidad de éstos, entre los cuales había niveles sumamente variados, como doctores en Educación los menos, profesores de Segunda Enseñanza, profesores de primaria, normalistas urbanos, normalistas rurales; egresados de los estudios superiores, pero sin grado académico, ni título, ex alumnos de Secundaria con estudios terminados, ex alumnos de secundaria sin haber terminado estudios e, incluso, egresados de primaria, realmente resultaba casi imposible llegar a una uniformidad de preparación. El gobierno creó entonces el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo de la Educación (INIDE) a través del cual se debía fomentar la investigación y atender a la capacitación de los profesores. Esta tarea trató de cumplirla masificando la educación, pues ofreció a los profesores en ejercicio, cualquiera que fuese su nivel, cursos de profesionalización durante cuatro veranos, que lógicamente comprendían sólo parte de las vacaciones escolares de verano. Así llegaron a obtener el título profesional muchos profesores. En un tiempo sumamente escaso y donde buena parte fue de concientización política. Lógicamente, tuvo que bajar la calidad de la Educación.

A esto se agregó la disposición del ministerio de Educación de eliminar los premios y castigos a los alumnos, por considerar tales estímulos como una forma de coacción sobre el estudiante, propios de "sociedades capitalistas" que fomentaban la competencia con miras a un triunfo en el cual otros quedaban lesionados. También se estableció que nadie podía quedar reprobado en los cursos, por cuanto al establecer como orientación de las asignaturas el cumplimiento de objetivos, esto era lo que interesaba cumplir de manera particular, aunque no se llegase a completar el avance marcado para el año. En estas condiciones el profesor tenía pocos mecanismos que pudiese emplear para conseguir los mejores resultados, pues a esto se agrega la injerencia que se dio a los padres de familia en la comunidad educativa y la obligación de dar cursos de nivelación en verano para quienes se iban retrasando. En general el núcleo educativo y la zona contaban con que el nivel de desaprobados fuera mínimo, y si aumentaba se consideraba más como responsabilidad del profesor.

La preocupación por la orientación del estudiante llevó a la creación de la Oficina de Bienestar Estudiantil y se introdujo como asignatura la labor (anteriormente debía desarrollar en forma espontánea el maestro, es decir, el aconsejamiento a los alumnos. Se crearon también los sistemas de tutorías para cada aula, pero esto no pudo funcionar a cabalidad, por cuanto en colegios estatales la tutoría comprendía un mínimo de 50 a 60 alumnos por aula. La asignatura de Orientación y Bienestar del Educando (OBE), supuso técnicas especiales que debía manejar el profesor para poder crear el ambiente de confianza necesario para discutir en conjunto los problemas que afrontaba el aula a nivel particular o de grupo, para poder orientar debidamente la búsqueda de soluciones, pero la falta de preparación hizo que esa hora semanal sirviese para el repaso de otros cursos.

Para poder cubrir las necesidades educativas por el ingente crecimiento de la población escolar y por problemas derivados de la escasez de combustible, posteriormente (enero de 1974) se restringieron los horarios escolares, de tal manera que en los colegios estatal es se pudieran tener tres turnos: mañana, tarde y noche, y en los particulares dos turnos, uno pegante y el otro gratuito, a fin de dar el máximo aprovechamiento a las capacidades instaladas. Esto produjo un severo desgaste de las mismas y redujo el tiempo de estudio de los alumnos, pues las clases se redujeron a sólo 40 minutos. El tiempo de trabajo a tiempo completo de los profesores bajo a 24 horas de clases y las 40 horas académicas las cumplieron sólo quienes tenían además tarea administrativa, lo que le permitió al profesor trabajar en dos y hasta en tres timos, al punto de tener que establecerse que nadie podía trabajar para el Estado en más de dos turnos y aun así con ciertas restricciones en la percepción de los sueldos.

Los sueldos bajos, la politización y la mala preparación de muchos docentes, dieron como resultado la formación de un ambiente propicio para la formación de un Sindicato marxista que fue el SUTEP, el cual fue establecido el lO de diciembre de 1971, como resultado de la 11 Convención Nacional de maestros que se realizó en Arequipa y entre cuyos acuerdos figuraron: romper con la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), ratificar a la FENEI (Federación Nacional de Educadores del Perú) como la federación que representa al magisterio, constituir el Sindicato Único de los Trabajadores de la Educación (SUTE) y llamar a un nuevo congreso al año siguiente.

En setiembre de 1972 el SUTEP decreté un paro para el día 14; en los considerándose del reclamo pedía aumento de haberes y el reconocimiento oficial a este sindicato, pero esto equivalía a desconocer a los anteriores, al adjudicarse el calificativo de "único", lo cual motivo la protesta de FENEP, organismo que emitió un comunicado determinando que el paro no podía ser acatado por que era"… antisindical, decretado dictatorialmente, sin consulta de las bases";

"Tiene un evidente carácter político contrarrevolucionario y es porte de un ¡de agitación; Agita demagógicamente las reivindicaciones gremiales sin importarle su solución".

Empezaba la acción disociadora del SUTEP, en cuyos estatutos se expusieron los lineamientos marxistas de la lucha de clases, pero que no fueron difundidos ni siquiera entre los maestros, muchos de los cuales entraron a ciegas al movimiento, atraídos sólo por el imperio de la necesidad económica. El gobierno se opuso al paro, lo consideró ilegal y el 13 ingresó al local del SUTEP y apresó a unos 200 maestros, no obstante, el paro se produjo y si bien no tuvo el éxito anunciado, consiguió paralizar un sector importante de los colegios del Estado.

Para el 29 de noviembre este sindicato organizó otro paro, con amenaza de convertirlo en huelga y reclamando siempre aumento de haberes. En esta oportunidad el acatamiento al paro fue masivo e, incluso, con toma de locales en Chiclayo y Arequipa.

El aumento para los profesores se produjo sólo el 3 de enero de 1973, y se tomó en consideración los niveles, las categorías y los años de servicio, por los cuales se establecían hasta cuatro grupos. Los aumentos oscilaron entre S/. 843,54 y S/. 2 611,40, de tal manera que el sueldo máximo llegaba a S/. 11 487,43 para un profesor de secundaria, de la primera categoría y 20 o más años de servicio y el mínimo correspondía a profesores de 3ra. Categoría, con 2 años de servicio de primaria o secundaria y era de S/. 5877,00. Este aumento fue considerado por la mayoría de medios de expresión y por Fentep como un logro, pero el SUTEP insistió en sus reclamos, pues pedían como haber básico S/. 10 200 y en respaldo de su posición señalaba que las Fuerzas Armadas y Sinamos tenían haberes muy superiores. Naturalmente, no podían aceptarla validez del aumento concedido por el gobierno, pues hubiera perdido, de inmediato, su cartel para la lucha.

El SUTEP protestó también contra el decreto Ley l9990 referente al sistema único de pensiones, pues establecía límite de edad para el trabajo los 60 años. No protestaron en cambio por los topes de la jubilación entre S/. 9 600 y S/. 30000. La actitud general de este Sindicato fue contestataria al gobierno, pero mezcló, permanentemente, sus objetivos de un izquierdismo radical con las aspiraciones de los profesores, a los cuales constantemente se les coaccionaba para que los respaldaran. El tipo de huelgas que continuaron desde 1973 hasta 1985, ininterrumpidamente, por lo menos uno por año, fueron acompañadas de agresiones a los no sutepistas, con la finalidad de amedrentarlos y obligarlos a paralizar las actividades. Estas agresiones implicaron violencia física (golpes, pintarlos de amarillo, bajar las llantas de sus autos, etc), amenazas tanto personales como a las instituciones, especial mente a los colegios particulares que muy rara vez acataron los paros y las huelgas del SUTEP. Este no sólo organizó huelgas por reclamos del gremio, sino que también tomó actitudes de solidaridad con los otros gremios. La respuesta del gobierno durante el régimen militar fue persecución a los dirigentes, algunos de los cuales debieron salir al destierro, como fue el caso de Armacanqui, de quien se hizo correr la voz de que había sido asesinado, incluso hubo colecta para "la viuda", cuando, finalmente, se supo que estaba en España.

La incidencia que tuvieron estas huelgas, especialmente en los colegios estatales fue nefasta, por cuanto los perjudicados fueron los estudiantes que tuvieron menos posibilidades de competir a nivel de estudios superiores y de colocación laboral. Interesó más la "lucha clasista" que los sujetos que son el fin de la Educación. También contribuyó a que la imagen social del profesor quedara fuertemente deteriorada y se le valorase muy poco, al acusársele de huelguista que lo único que buscaba era no trabajar. Al interior de los planteles educativos se produjeron fuertes confrontaciones entre los Sutepistas y los no Sutepistas y, muchas veces, se involucré a los estudiantes en la pugna, al punto de amenazarlos con desaprobarlos si es que acudían al colegio en tiempo de huelga. Se quebré totalmente el principio de autoridad y la moral.

La caída del régimen velasquista trajo algunos cambios en cuanto a les lineamientos ideológico se traté de despolitizar la educación, pero el trabajo realizado en los años anteriores hizo que la tarea fuese sumamente difícil. La acción del SUTEP continuó a nivel del profesorado. Los textos escolares existentes, en su mayoría, estaban impregnados también de la línea política marxista. Los programas de las asignaturas debían ser reelaborados, pero no era posible desactivar de inmediato todo el engranaje que se había establecido. Los historiadores trataron de rescatar la autonomía de la Historia del Perú respecto a las otras ciencias sociales y, poco a poco, tanto la Historia del Perú, como la Historia Universal y la Geografía recuperaron su propia entidad.

La educación durante el segundo gobierno de Belaúnde

El regreso de Fernando Belaúnde Terry se produjo luego de doce años de reformas que había que aceptar y reorientar; no podían borrarse, simplemente, por una ley o un decreto; talcosa resultaba antihistérica. Lamentable mente, eso fue lo que se hizo en Educación. Sin un análisis del panorama educativo se estableció que no había nada rescatable y se dio marcha atrás en casi todo. Se le restó importancia a la Educación Inicial, se reformaron los programas de estudios, desde los primeros años de secundaria, pues se dejó de lado la Educación Básica Regular y se volvió a la división tradicional en primaria y secundaria. Se desarticularon las ESEP y se volvió a los Institutos Industriales y Tecnológicos, pero sin la reestructuración adecuada, por lo que sus instalaciones se desperdiciaron.

A nivel de los estudios Secundarios hubo promociones que al cogerlos las reformas a mitad de los estudios no alcanzaron a completar la visión de las diversas materias, pues les llegó un programa más avanzado y otros incluso repitieron temas va vistos. La reforma era necesaria, pero debió haber sido gradual.

En materia educativa hay que mencionar también la proliferación que se presentó de academias de preparación para el ingreso a las universidades, y que respondió a estas circunstancias de descenso en la calidad de la educación, especialmente en los colegios estatales, pero también, incluso, en muchos particulares, debido a las limitaciones de los programas escolares ya la constante presión ejercida por el Ministerio de Educación para diferente nivel de seriedad, pues unas se perfeccionaron de acuerdo a las universidades para las cuales preparaban y otras, en cambio, daban una preparación general y a veces sirvieron también corno foco de adoctrinamiento político.

Se crearon igualmente muchos Institutos Tecnológicos, entre los cuales hubo, igualmente, algunos que alcanzaron prestigio y otros que crearon falsas expectativas en el alumnado, pues luego de terminar los estudios allí, resultaba difícil ser aceptados en los puestos de trabajo por el poco crédito del Instituto.

Otras organizaciones educativas que aumentaron considerablemente fue ron las academias de enseñanza de idiomas, en gran parte porque los colegios bajaron la calidad de enseñanza por las limitaciones establecidas durante el Gobierno Revolucionario a los colegios bilingües. En parte también se desarrolla ese afán de aprender idiomas para salir a perfeccionarse en el exterior o para buscar mejores posibilidades de trabajo fuera.

Las Universidades

Al inicio de este periodo el número de universidades que funcionaban en el país era solamente de cinco, cuatro nacionales: Universidad de San Marcos, U. de San Antonio Abad del Cusco, U. de La Libertad y Universidad de San Agustín de Arequipa, y una sola particular: la Universidad Católica del Perú. Existían las Escuelas de Ingeniería y de Agricultura, que tenían excelente reputación. Es cierto, sin embargo, que ya había presión para la creación de nuevas universidades, pero las existentes ofrecían un alto nivel de preparación y esto aseguraba el ingreso al mundo de la competencia profesional.

El prestigio de la carrera universitaria pesó mucho para decidir al gobierno del general Odría a dar el carácter de universidad a la antigua Escuela de Ingeniería (19 de julio de 1955) y ésta podría decirse fue la puerta de ingreso a las posteriores exigencias, tanto para la reapertura de universidades, como fue el caso de la U. de San Cristóbal de Huamanga que había sido clausurada en 1876 y se reabrió el 24 de abril de 1957, ya bajo la administración de Manuel Prado como para la creación de otras. Durante este régimen creció considerablemente la cantidad de centros universitarios, aunque sin la planificación que hubiera sido de desear.

Casi al término del mandato del general Odría se autorizó la creación de una universidad en provincias: la de San Luis Gonzaga, en Ica. Desde su fundación tuvo problemas y, no obstante su creación el 20 de diciembre de 1955, sólo llegó a funcionar en 1961. Se autorizó el funcionamiento de las facultades de letras, ciencias, ingeniería, agronomía y veterinaria. Es una de las universidades que cuenta con un alto grado de carreras e incluso la sección de maestría. Desde la primera promoción hubo conflicto con los estudiantes, quienes periódicamente efectuaron tomas de local y huelgas, al punto que en 1967 quienes tomaron los locales fueron los postulantes al ingreso, que llegaron a formar una "Federación de postulantes" y exigían la ampliación de vacantes.

De 1956 a 1962 (Manuel Prado) se autorizó el funcionamiento de las Universidades: comunal de Centro del Perú, en 1959 y con el carácter de particular, pero por ley del 2 de enero de 1962 pasó a ser la Universidad Nacional del Centro del Perú; la Escuela Nacional de Agricultura, creada en 1902, se convirtió en la Universidad Nacional Agraria la Molina por ley del 8 de abril de 1960, como universidad estatal es casi la única que ha generado recursos propios y ha desarrollado el canto de la investigación en gran escala. Entre 1961 y l962aparecieron varias universidades, tanto estatales en provincias, como particulares en Lima. Entre las primeras estuvieron la U. N. de la Amazonía Peruana, autorizada en enero de 1961, pero que funcionó sólo en 1962; la U. N. del Altiplano, que se fundó el siglo pasado como Universidad Nacional de San Carlos de Puno (29 de agosto de 1865) pero realmente no llegó a funcionar, y reapareció con este nuevo nombre en 1961; la U. N. de Piura, que se autoriza en marzo de 1961 y abrió sus puertas en el mes de agosto; la Universidad Nacional de Cajamarca que data del 13 de febrero de 1962 y se inauguró pocos meses después; las particulares de este período fueron: Universidad Peruana Cayetano Heredia, fundada en 1961, pero dio inicio a sus labores en 1962 como Universidad Peruana de ciencias Médicas y Biológicas. El nombre actual data de 1965. En 1961 también se creó la Universidad Católica de Santa María, a pedido de la Congregación Sociedad de María (Marianistas), pero funcionó recién al año siguiente; Del mismo tiempo es la U. del Pacífico, (1962) organizada por la Unión de Dirigentes y Empresarios Católicos, que tuvo la particularidad de ser inicialmente sólo para varones, y contaba con las facultades de Economía y Administración. De abril de 1962 fue la Universidad de Lima, cuyo fundador fue la Asociación Civil Prodies (Promoción de Desarrollo Industrial a través de la Educación Superior). Sus primeros cursos se dieron en 1963; Universidad de San Martín de Forres, que se iniciara sólo como Instituto Peruano de Estudios Filosóficos-Sociales, dependiente de la orden de los padres Dominicos. En mayo de 1962 se le concedió autorización para funcionar como universidad con las Facultades de Educación y Estudios Generales; una sola universidad apareció durante la Junta de gobierno del general Pérez Godoy y fue la Universidad Femenina del Sagrado Corazón (UNIFE), fundada por iniciativa de las religiosas del Sagrado Corazón, con la particularidad de ser sólo para mujeres, con miras a promover el desarrollo de la mujer. Fue autorizado su funcionamiento por decreto del 24 de diciembre de 1962, pero las labores las inició en 1963.

Bajo el primer gobierno del arquitecto Belaunde Terry empezaron a funcionar nuevas universidades: la Universidad Nacional Federico Villarreal, que se inicia el 30 de octubre de 1963 luego de haber sido filial de la Universidad Nacional del Centro; la Universidad Nacional Hermilio Valdizán, que había sido filial de la Universidad del Centro, pero en Huánuco y que se independiza el 20 de febrero de 1964; también la Universidad Nacional Agraria de la Selva se crea en febrero de 1965 y se inauguró el 3 de abril de 1965; la Universidad Nacional del Centro había abierto filiales en varios departamentos, pero con el tiempo éstas consiguieron su autonomía; así, la de Cerro de Paseo pasó a ser la Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión, por ley del 23 de abril de 1965, la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle, en realidad tiene una larga historia, pues sus inicios están en la Escuela de Preceptores que funda San Martín en 1822 y que pasa por diferentes regímenes, pues en 1927 se convierte en el Instituto Pedagógico Nacional y asume la formación de Profesores de Secundaria, para asumir en 1965l a preparación de Profesores para los cursos de Técnica, que es cuando pasa a la categoría de Universidad (23 de abril); la Universidad Nacional del Callao, que inicialmente fuera la Universidad Técnica del Callao, se crea en setiembre de 1966 y da inicio a sus clases en 1967. Entre las universidades particulares que aparecen en este período, algunas resultaron bastante conflictivas como la Universidad Inca Gracilazo de la Vega, cuyo nombre inicial fue Universidad Pedagógica Particular Inca Gracilazo de la Vega y se fundó en diciembre de 1964; Universidad Peruana de Ciencias y Tecnología que apareció en 1966, pero que al incumplir con los ofrecimientos académicos tanto a profesores como estudiantes, entró en crisis, pues los alumnos se negaron a seguir pagando las pensiones. Fue el Gobierno Revolucionario el que dio solución al problema reubicando a los alumnos en una nueva universidad: la Universidad Particular Ricardo Palma, creada por decreto, sin dueños y sin pedido de parte, en julio de 1969. La universidad de Piura, organizada por la Asociación para el Desarrollo de la Enseñanza Universitaria, (Opus Dei) la cual consiguió la autorización de funcionamiento en junio de 1968.

Caso aparte lo constituye la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, que surgió de la fusión de dos universidades: la Nacional Agraria del Norte y la de Lambayeque, cuyas creaciones fueron en 1963 y 1964, respectivamente, uno de los repetidos casos de apertura de universidades sin considerar las verdaderas necesidades, los recursos con los cuales pueden contar, etc. Así, en marzo de 1970 aparecía esta universidad que asumió las facultades de Agronomía, Ciencias Básicas (Física y MatemáticasBiología y Química), Económicas y Sociales; Derecho; Educación y Ciencias Humanas, Ingeniería Civil y Medicina Veterinaria. Así se ingresaba al gobierno revolucionario, el cual también daría pase a numerosas universidades, con objeto de atender los pedidos de las provincias, pero sin que se haya visto en todo esto un plan sistemático de desarrollo.

En agosto de 1971 surge la Universidad Nacional de Tacna, que abrió sus puertas en 1972, sólo con el ciclo de Estudios Generales y sólo en 1973 el Consejo Nacional de la Universidad Peruana autorizó el funcionamiento de los entonces Programas Académicos de Metalurgia, Minas y Contabilidad.

Esta universidad tomó el nombre de Jorge Basadre Grohmann. En 1977 se creó, luego de grandes debates, la Universidad. Nacional Santiago Antúnez de Mayolo en Huaraz, por decreto de mayo de 1977 y con 130 alumnos empezó a funcionar en 1978. Ofrecía en esta oportunidad el Ciclo Básico, más las Ingenierías: Civil, de Minas y Agrícola. La U. Nacional de San Martín se creó en diciembre de 1979 y se ratificó ya bajo el gobierno siguiente del arquitecto Belaunde. La U. N. de Ucayali había aparecido, inicialmente, en diciembre de 1979 como U. N. de Pucallpa, pero en 1983 cambió de denominación. Las últimas universidades que se fundan en este período son durante el segundo gobierno del arquitecto Belaunde y responden más que a una sentida necesidad, al deseo de conseguir el respaldo de un sector de la población o halagar a algún grupo de partidarios, situación ya vivida durante su primer gobierno. Así, aparece la U. N. de Tumbes, por decreto del 23 de junio de 1984, y ofreció los Programas Académicos de Agronomía, Ingeniería Pesquera y Contabilidad. Luego fue la U. N. del Santa, por disposición de diciembre de 1984 y debía establecer las carreras de Educa ción Inicial, Educación Primaria, Acuacultura, Enfermería, Oceanografía, Ingeniería Industrial y de Energía, pero debía adecuarse a la nueva fórmula de las facultades.

Entre las universidades particulares creadas bajo Belaunde estuvieron: la Universidad Andina Néstor Cáceres Velásquez, que empezó sus labores en 1981, con un alto número de alumnos: 615, y ofreció programas de Ingeniería Civil, Mecánica-Eléctrica y Empresarial (Administración de Empresas); Ciencias de la Comunicación Social; Derecho; Historia y Cultura Andina; sin embargo la autorización para funcionar llegó recién el 28 de diciembre de 1983 y sólo comprendió las carreras de Contabilidad, Ingenie ría Civil, Administración de Empresas, Derecho, Educación y Obstetricia, es decir, sólo algunas de las carreras inicialmente propuestas y otras nuevas. La Universidad Privada Los Andes, que surgió en diciembre de 1983, en Huancayo, igualmente con carreras como Contabilidad, Administración de Empresas, Educación Técnica, Derecho, Ingeniería industrial y Agrícola. También fue autorizada la Universidad Unión Incaica de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, ubicada en Ñaña; ofrecía las profesiones de Contabilidad, Enfermería, Educación, Industrias Alimentarias, Música y Teología La Universidad Andina del Cusco, cuya creación sólo fue en mayo de 1984, pero había empezado a funcionar desde 1980 y se le autorizó a ofrecer Contabilidad, Economía, Administración, Derecho, Psicología, Servicio Social y Turismo. La Universidad Víctor Andrés Belaúnde de Huanuco autorizada en junio de 1984 y gestionada por la Asociación Civil Promotores de la Universidad Particular Víctor Andrés Belaunde de Huanuco, estableció las carreras de Derecho, Obstetricia, Zootecnia e Ingeniería Forestal. La U. Particular de Apurimac, también autorizada a funcionar en junio de 1984, por pedido de la Asociación Civil José María Arguedas, con permiso para dar las carreras de Contabilidad, Derecho, Educación, Agronomía y Enfermería. La Universidad de Tacna, fundada por la Asociación Civil y autorizada en noviembre de 1984. La Universidad Particular Los Ángeles de Chimbote, aprobada en junio de 1985 la propuesta de la Asociación Civil. Se le autorizo a brindar las carreras de Educación Secundaria, Contabilidad, Ingenierías: Civil, Metalúrgica y Siderúrgica; Obstetricia y Tecnología Médica.

Este era el panorama del crecimiento universitario entre 1948 y 1985. Se llegó a 46 universidades repartidas entre Lima y provincias, al punto de existir dos en Tacna, dos Piura, dos en Huanuco etc. Esto ha planteado problemas sumamente graves, por cuanto el Estado ha tenido que repartir las rentas no entre cuatro y dos Escuelas Superiores, sino entre aproximada- mente unas 30, aparte de la ayuda que en reiteradas oportunidades se brindé a las universidades particulares. Esta situación en el campo ha sido motivo de constantes paros, primero de trabajadores, luego de estudiantes y posteriormente de docentes, pues han llegado a organizarse diferentes asociaciones como Fentup (Federación de Trabajador Universidad Peniana), FUTE (Frente Único de Trabajadores y Estudiantes de la Universidad de San Marcos), etc. Algunas propuestas subrayan la necesidad de que las Universidades generen sus propias rentas en base a la venta de los servicios que puedan ofrecer a la comunidad, dado que es muy difícil que el Estado pueda cubrir todas las necesidades de este nivel.

Durante el gobierno del general Odría se llegó al receso de las universidades Nacionales, debido a la fuerte presencia aprista y comunista ante los estudiantes y algunos profesores, como el mismo Luis Alberto Sánchez en San Marcos. Así el año 1951 se paralizaron las actividades académicas y solo siguió funcionando la Universidad Católica. Hubo protestas universitarias por la intervención de la Fuerza Armada en los campus universitarios, sacando a relucirla autonomía universitaria, pero el gobierno no dio marcha atrás. Fue sólo al regresar el régimen democrático, con el segundo gobierno de Manuel Prado, cuando se volvió a la lucha por recuperar los logros de la reforma universitaria y se reimplanté el cogobierno en las universidades estatales y se produjo el retiro de un importante grupo de profesores de la Facultad de Medicina de San Marcos (1 961-1962), pues quisieron establecer un régimen preferencial para San Fernando sin la aplicación del cogobierno y al no concedérselo pasaron a fundar la U. Cayetano Heredia. Entre estos médicos estuvieron Honorio Delgado, Oscar Trelles, Oswaldo Hercelles, etc. Bajo este régimen la agitación universitaria fue bastante fuerte y se llevaron a cabo huelgas que comprometieron, inclusive, a las universidades particulares.

Sin embargo, fue durante el Gobierno Revolucionario cuando la universidad se vio m afectada, pues desde un comienzo se produjo el enfrenta miento, dado que las universidades rechazaron el golpe militar y se produjeron movili7aciones entre octubre y diciembre de 1968. Los tanques y las tanquetas estuvieron en los ingresos de las universidades Nacionales e ingresaron al campus cuantas veces quisieron. En junio de 1 %9 se produjo un incidente en la Universidad Católica y la puerta del local del Instituto Riva Agüero fue rota por una tanqueta y resultaron detenidos alumnos y algunos profesores. El clima de enfrentamiento entre los universitarios y el nuevo régimen fue bastante fuerte.

Luego vino la Ley General de Educación (marzo de 1972), donde resultaba incluida la universidad como parte del sistema educativo, lo cual limitaba la anterior autonomía de la que había gozado. Si bien hubo la posibilidad de plantear objeciones al anteproyecto, el gobierno tenía una idea bastante precisa de donde quería ir y no podía admitir recomendaciones que los alejaran de tales objetivos. Sin embargo, se entregó a los miembros de las universidades las propuestas para el Estatuto General de la universidad Peruana, para lo cual se eligió una Asamblea Estatutaria formada por representantes de universidades nacionales y particulares, tanto de docentes, como de alumnos y trabajadores, ya que, en esta oportunidad se reconoció a los trabajadores como uno de los estamentos de la Universidad. Presidió esta Asamblea José Tamayo Herrera, representante del Cusco. El resultado de la Asamblea debió sujetarse, sin embargo, a los lineamientos políticos del gobierno, pues la universidad era una de las instituciones consideradas para promover el cambio hacia el "nuevo hombre" que perseguía el gobierno revolucionario.

De acuerdo a la Reforma de la Educación debía existir un "sistema de la Universidad Peruana", que marcara los límites de libertad que podía tener esta institución y que cohesionara las acciones particulares, por esto como cabeza de tal sistema se puso al Consejo Nacional de la Universidad Peruana (Conup) instancia que debía resolver todos los problemas que se suscitaran al interior de las universidades, aceptar o rechazar la organización académica y administrativas de las mismos, aceptar la creación o el cierre de facultades o, luego, Programas Académicos, problemas con los estudiantes, conflictos entre autoridades y profesores, etc. Esto motivó que en varias oportunidades se produjese tal intervención, como fue en la U. Particular Ricardo Palma en 197216.

El primer problema que tuvo que afrontar en estos años la universidad fue la Ley Universitaria 17437, del 18 de febrero de 1969, la cual sería complementada con la ley General de Educación de 1972. La primera disposición cambió totalmente la estructura de la institución. Es cierto que, desde hacía algún tiempo, en el seno de los universidades se venía discutiendo acerca de la posibilidad del establecimiento de reformas, como la creación de los Estudios Generales en vez de los años de Pre-especialidad, pero todavía no se había llegado a profundizar el estudio, cuando vino el decreto-ley que impuso una nueva estructura y que abrió las puertas a una mayor politización de estos ambientes. En primer lugar se decreté que en todas las universidades se implantase el régimen de los Estudios Generales para los dos primeros años de universidad y que consistirían en estudios homogéneos para todas las carreras y sólo a partir del tercer año podrían darse los cursos de especialidad, aunque al aplicar el sistema todas las universidades incluyeron a partir, por lo menos, del segundo ciclo, algún curso prepara torio para las carreras. Luego se establecía el curriculum flexible, es decir, los cursos que se ofrecían o través de la carrera debían dar opción a que el alumno eligiera un porcentaje de cursos opcional, que debían contribuir a ampliar el panorama de sus conocimientos. Un tercer punto fue el del cambio de régimen de cursos anuales a semestrales, lo cual produjo y sigue produciendo un recorte en la preparación académica, pues se desperdicio mucho tiempo entre ciclos. Un cuarto punto fue la introducción del sistema de créditos y la determinación de cuántos podían llevarse por ciclo, lo cual impidió que los alumnos pudieran seguir cursos aparte de los de su carrera. Otro elemento que se reformó fue el tipo de preparación que podía ofrecer la universidad, por cuanto a nivel de las ESEP se ofrecía el bachillerato profesional, de tal forma que se restringió el alcance de la universidad, ya sólo podía formar profesionales, pues se introdujo el concepto de las licenciaturas universitarias, a la vez que perdía el derecho a conferir los doctorados, así, quienes ingresaron a la universidad a partir de 1969 ya sólo podían aspirar a licenciarse en las universidades y si aspiraba a más debía salir del país.

Es cierto que el gobierno revolucionario encontró una universidad llena de problemas, con un crecimiento desarticulado y, hasta cierto punto, anárquico, pues el exceso de universidades no respondía efectivamente a necesidades del país. Entre las carreras que todas las universidades ofrecían estaban: Contabilidad y Administración de Empresas. Pero el problema mayor lo constituía el hecho de que también los institutos superiores ofrecían, en menos tiempo, tal especialidad; otro tanto ocurría con Derecho y el mercado ocupacional, que corno hasta la actualidad estaba realmente saturado por estos profesionales; otro tanto ocurría con Educación, aunque fue muy difícil reformar la enseñanza de las Facultades de Educación para moldear al "nuevo hombre" e introducirse en el concepto de Educación Básica Regular. Los ministros de Educación prohibieron, por esta circunstancia, que en las nuevas Universidades se ofrecieran programas de Educación y se pidió que los ya existentes se orientasen hacia las nuevas opciones Fue por esto que se fueron cerrando las normales de provincias y distritos, pero se abrieron las puertas a través de los cursos de verano de INIDE y de La Cantuta para subsanar la defectuosa preparación de profesores, y corno una forma de legitimar a quienes tenían la experiencia, pero no los estudios correspondientes.

Con la Ley y el Estatuto Universitario se introdujo también el sistema de elección de autoridades y la forma como debía componerse el cuerpo de autoridades. Se empezaba por el Rector y los vicerrectores, según los casos; luego venían los directores universitarios, que como mínimo debían serlo de Economía, de Evaluación, de Planificación y de Investigación; también el Secretario General. Se introdujo el concepto de Programas Académicos en lugar de Facultades y se estableció una clara división entre la entidad que acogía a los profesores, que eran los Departamentos Académicos, y la que se encarga de los alumnos, del currículo, etc. que era el Programa Académico. Los primeros estaban al frente de un jefe y los segundos de un director. Existía un Consejo Ejecutivo, que lo integraban el rector, el o los vicerrectores, el secretario general, aunque sin voto, y los directores de Programas Académicos. Este Consejo era la principal autoridad en la Universidad y por encima sólo estaba la Asamblea Universitaria, que la integraban las autoridades, una representación de profesores equivalente al número de autoridades, y la tercera parte restante correspondía a los alumnos; sin embargo, no se reconocía existencia de las federaciones de estudiantes. La Asamblea era la instancia que elegía al rector, a los vicerrectores y a los Directores Universitarios.

La introducción del sistema electoral para la designación de autoridades universitarias fue motivo para acciones políticas, pues los partidos que veían recortadas sus posibilidades de intervención en los destinos del país, encontraron en estas elecciones la oportunidad de ir formando cuadros a través del ejercicio de funciones de gobierno en la universidad.

En 1977 se dio una nueva Ley Universitaria, pero no se reformé el Estatuto de la ley anterior, con lo cual se produjo una situación sumamente difícil, pues no había una concordancia entre el Estatuto y la Ley, la cual estableció la convocatoria a elecciones y sin posibilidad de reelección de las anteriores autoridades. También desapareció el antiguo CONUP y nació el CONAI, cuyas funciones eran en mucho semejantes a la instancia anterior, aunque sus posibilidades de intervención en las universidades se limitaron.

La universidad llegó a conseguir que se permitiese la apertura de estudios de Segunda Especialidad y de Maestría, pero no se recuperé el nivel de doctorados. Esto resultó frustrante para muchos universitarios, puesto que incluso se llegó casi a prohibir la salida del país de los egresados para evitar la "fuga de talentos". Algo más que se estableció en estos años fue la obligación de los futuros licenciados a efectuar un año de servicio a la comunidad, antes de poder obtener las licenciaturas. Este Servicio recibió el nombre de SECIGRA y se aplicó en todas las carreras, a fin de que los egresados realizaran en el interior del país este servicio a manera de práctica. Un obstáculo que se presentó en este caso fue la ubicación de los secigristas y la financiación del año deservicio a la comunidad, aunque en muchos casos fue un incentivo para motivar a lo futuros profesionales en la solución de los problemas del país.

El regreso a la democracia trajo cambios para la universidad, aunque no tan inmediatos. Estos se produjeron entre 1983 y 1984, por cuanto se anunció casi desde el primer momento la necesidad de promulgar una nueva ley universitaria, pero de inmediato empezaron los cuestionamientos de cuál debería ser el sentido de la misma, hasta que finalmente se dio y vino a poner final desacuerdo entre la ley de la "segunda fase" y el Estatuto de la primera fase. Se mantuvo en esta nueva norma el sistema de créditos, se dio libertad para mantener el régimen semestral o regresar al anual, acogido por varias universidades, entre ellas la U. de San Marcos; desaparecieron las direcciones universitarias y se volvió al si de Facultades, pero se mantuvieron los departamentos académicos en una situación ambigua pues no tuvieron la independencia anterior, pero tampoco quedaron totalmente sujetos a las facultades; en el fondo esto lo ha resuelto cada universidad a su manera. Siguió vigente la Asamblea Universitaria como máximo organismo de gobierno, aunque sus facultades, en verdad, san bastante limitadas, en cambio se reemplazó el Consejo Ejecutivo por el Consejo Universitario. Se abrió la posibilidad de restablecer los doctorados. Pero no ha sido fácil recuperar ese nivel.

Se autorizó la apertura de nuevas universidades, sin contemplar los casos de saturación de muchas carreras tradicionales; con lo cual no sólo so contribuye a la frustración de muchos de los egresados, sino que se agrava el problema de la falta de docentes adecuados al nivel de exigencia de la profesionalización.

Con las reformas introducidas tanto en la educación escolar como universitarias se ha dado creciente importancia a actividades como los deportes, por considerar que además de ser una pr3ctica que contribuye al mejoramiento de la salud y al fortalecimiento de los jóvenes, es tambi6n un medio efectivo para alejara niños y jóvenes del consumo de drogas nocivas corno el cigarro, el alcohol y los estupefacientes, sobre todo al tener en cuenta que los últimos han tenido una difusión extraordinaria a partir de la década de 1960.

Deportes

A nivel escolar se han organizado campeonatos interescolares como los que programa ADECORE, para los colegios religiosos, pero también instituciones han incentivado el cultivo del fútbol, fulbito, voleibol, b5sket, tennis, etc. Lo mismo se ha establecido en las universidades y, en general las instituciones educativas que han formado equipos representativos para las olimpiadas interescolares o interuniversitarias, según los casos.

La preocupación por los deportes ha ganado terreno en el campo de las aficiones de los adolescentes y jóvenes y se puede apreciar que de 1948 a 1985 los deportes en los cuales el Perú ha tenido una mayor participación han sido: el fútbol, en primer lugar, con el cual se consiguieron importantes triunfos en los Juegos bolivarianos de 1948 y 1 961; también se ganó el campeonato Sudamericano de 1975 y se participó en los campeonatos mundiales de 1970, 1978 y 1982. Además, en i9 el diario c (estableció un trofeo con su nombre para campeonato de jugadores Amateurs.

El segundo deporte en afición es el voleibol, practicado principalmente por elemento femenino. Empezó a descollar desde la contratación de en tronadores orientales, siendo el primero Akira Kato, quien llegó hacia 1964 y en 1965 empezaron a ganar los juegos Bolivarianos. Consiguieron los triunfos en 1970, 1973, 1977, l981 y 1985; en las competencias sudamericanas han conseguido adjudicarse las de 1961, 1971, 1 1975 1977, 1 979, 1983.

ANEXOS

COLEGIO RICARDO BENTIN

COLEGIO TOMAS MARSANO

COLEGIO SAN LUIS GONZAGA

 

COLEGIO LEONCIO PRADO

COLEGIO SAN JOSÉ

UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CUSCO

BIBLIOGRAFÍA

  • GUERRA MARTINIERE, Margarita, Historia General del Perú, Tomo IX, Editorial S.A, Impreso en el Perú
  • GUERRA MARTINIERE, Margarita, Historia General del Perú, Tomo VII, Editorial S.A, Impreso en el Perú
  • VILLANUEVA MAYOR, Julio, Perú en los Tiempos Modernos, Edición Epensa – Ojo, Impreso en el Perú.

 

Por:

Dante Enrique Rojas Linares

Partes: 1, 2, 3
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