De forma mágica porque en épocas del saber prefilosófico el hombre se sirve de la magia para conocer, dominar y explicar la realidad parcial o total de los fenómenos que acontecen en la naturaleza. Con el termino magia –del griego Magike Tecne: el arte de la magia-, se designaba originalmente "el arte adivinatorio de los sacerdotes mazdeos" del zoroastrismo, en Persia.
La magia es de origen oriental y se difundió en Occidente durante el periodo grecorromano, perduró de forma más o menos oculta a lo largo de la Edad Media para retornar a la luz con el Renacimiento, época en que se le concibió como parte de la filosofía que "permite al hombre obrar la naturaleza y dominarla". Y fue así, como de esta manera los magos, tribu meda o casta sacerdotal persa, se dedicaban a la astronomía y a la astrología; por esto, se les tenía "como administradores de las fuerzas sobrenaturales".
La magia entonces era y ha seguido siendo un modo de conocimiento y dominio de la realidad total.
El mito –del griego mitos: palabra, discurso público, historia-, fiel a su sentido original, significa todo relato referente a un hecho real perteneciente a los orígenes, y repetido en el culto o en la historia del mundo y del hombre. El hecho se hace presente en las palabras del narrador ya que, en otras palabras, "el mito es una historia de los tiempo primitivos, tenida por verdadera, que explica y fundamenta los fenómenos del medio ambiente, de la historia, de la sociedad y de la vida humana". Ahora bien, el mito vive y revive su fuerza en la religión politeísta, que en sus ceremonias religiosas trae los acontecimientos pasados al presente en las palabras del que narra, del que canta los acontecimientos pasados como explicación de la realidad presente.
De esta manera, también el mito y la religión son una forma de conocimiento, puesto que nos da a conocer la realidad completa, mundo, hombre, historia y a la misma divinidad, a quien presentan en la historia de ambos, como ocurrió en el caso de Mexico, Mesopotamia, Egipto y Grecia.4
El mito, entonces, conoce en su nivel y explica, a su modo, la realidad que hace constantemente presente en las palabras del narrador.
1.2.- El Pensamiento y sus Factores ¿Qué significa pensar? Pensar es una actividad que realizamos de manera natural y espontánea, cada instante, cada día, todos los seres humanos de todo el mundo durante nuestra estancia efímera y pasajera en este planeta tierra.
Quizás algunos se pregunten "¿Qué es pensar?", o bien, "¿Por qué pensamos?", nos parece saberlo perfectamente; pero si estamos obligados a responder nos sentimos confundidos, titubeantes, y acabamos por confesar nuestra ignorancia.
Factores del pensamiento > Sujeto pensante.
> Proceso psíquico del pensar.
> Objeto Pensado > Expresión de lo pensado.5
1.3.- Los procesos del Pensamiento Humano El pensamiento se define como la derivación mental de elementos mentales (pensamiento) a partir de las percepciones y como la manipulación y la combinación de estos pensamientos. Al pensamiento en general se le denomina algunas veces cognición. A los procesos del pensamiento se les llama, a veces, procesos cognoscitivos, y a los pensamientos se les llama cogniciones (del latín cogito, que significa "pienso"; de donde proviene también "cogitar").
El término "pensar" abarca actividades mentales ordenadas y desordenadas, y describe las cogniciones que tienen lugar durante el juicio, la elección, la resolución de problemas, la originalidad, la creatividad, la fantasía y los sueños.
Son los procesos cognoscitivos los que distinguen de manera más evidente al hombre de los animales; el pensamiento superior dota al hombre de ventajas para la supervivencia que tienen paralelo, pues resolver problemas con mucha antelación y salvar abismos (con el pensamiento) mucho antes de llegar a ellos. El filósofo francés Blas Pascal llegó a la conclusión de que la cognición era el don divino del Creador de que la dignidad eterna del hombre se basaba únicamente en su capacidad de pesar. Pascal escribió que: "El hombre no es más que una caña que piensa, la caña de naturaleza más frágil. Muere de un simple regocijo, de una simple gota de agua. Pero aunque el universo conspirara para aplastarlo, el hombre seguiría siendo más noble que lo que lo hace caer, pues sabe que muere y el universo no sabe nada de la victoria que obtiene sobre el hombre". 1.3.1. Los psicólogos se interesan en el pensamiento por varias razones: > Las reglas del pensamiento "sin errores", permite comprender las perturbaciones motivacionales y emocionales de la cognición.
> Los experimentos acerca del pensamiento buscan técnicas para la resolución de problemas y, muchas veces, descubren mejores métodos.
> La lógica esclarece el método científico.
> Las investigaciones continuas acerca del pensamiento estudian, ese proceso cognoscitivo que reconoce tan poco y que fundamenta cada progreso importante de las artes y las ciencias. La investigación trata de descubrir el talento creativo latente.
> El pensamiento va acompañado por fenómenos neurofisiológicos que revelan propiedades preeminentes del sistema nervioso.
> El pensamiento humano se compara con el "pensamiento" animal, lo cual permite sacar conclusiones insospechadas acerca del desarrollo y la evolución del hombre y los animales.
> Las computadoras han simulado al pensamiento. La investigación del pensamiento permite hacer diseños finos de computadoras.
> El pensamiento es fundamental para la inteligencia, y la investigación del pensamiento favorece el mejoramiento de los tests de inteligencia.
> El pensamiento y, en especial, la fantasía son el fundamento de los test proyectivos que evalúan la personalidad.
> La desviación cognoscitiva distingue a las personalidades patológicas de las normales.
Es este material denominado historia y evolución del pensamiento científico se estudia las ideas y los conceptos, la asociación de los elementos del pensamiento, la lógica inductiva y deductiva, el pensamiento productivo (el juicio, la comparación y la resolución de problemas), el pensamiento novedoso (la originalidad y la creatividad), el pensamiento quimérico (la fantasía y los sueños), la actividad neuromuscular y la cortical que acompañan al pensamiento, el desarrollo de los procesos del pensamiento en el individuo, y la cognición aparente de los animales y las máquinas.
1.3.2. Elementos y funcionamiento del pensamiento A continuación se estudiara las ideas simples, como unidades de pensamiento. James Mill escribió que las percepciones que tenemos por medio de los sentidos, existen solamente por la presencia del objeto, y desaparecen cuando no está presente. Se sabe que forma de nuestra constitución el hecho de que, cuando nuestras percepciones desaparecen, por la ausencia de sus objetos, hay algo que permanece Designamos a esta huella, a esta copia de la sensación, que permanece después de que desaparece la percepción (sensopercepción), con el nombre de idea (representación mental que genera el cerebro humano, en el individuo). La palabra "Idea o representación" no expresa nada más que el hecho simple, que es indiscutible Así, tenemos dos clases de fenómenos mentales: uno, el que existe cuando el objeto del sentido está presente; otro, el que existe después de que el objeto del sentido ha dejado de estar presente. La primera clase de fenómenos la llamó "Percepciones"; la otra "Idea o Representación mental". En el siglo XIX se presentaron al escrutinio percepciones anteriores. Las Ideas pueden designar a las percepciones de cualquier sentido; incluso las visuales (piensen en la nieve blanca con los ojos cerrados), las auditivas (piensen en el trueno estrepitoso mientras tienen puestos unos tapones en los oídos) y las gustativas (piensen en el arenque salado con la boca vacía). Por esta producción mental de ideas, hace tiempo que el lenguaje ha asimilado la palabra ideación y su adjetivo ideativo, que propuso James Mill.
Las ideas pueden ser imágenes mentales (casi copias de las percepciones) o símbolos mentales (sustitutos sin imágenes de las percepciones).
Las personas poseen facultades claramente diferentes para evocar imágenes mentales; algunas pueden conjurar imágenes vividas o símbolos; otras, imágenes moderadas o símbolos, y otras más no pueden conjurar ninguna imagen, sino solamente símbolos.
Este fue el descubrimiento sorprendente de sir Francis Galton, un antropólogo ingles del siglo pasado. Galton, en uno de los primeros estudios estadísticos psicofísicos, examinó las ideas empleadas por los científicos y los colegiales.
Galton les dijo: "Piensen en la mesa de su desayuno, como estaba cuando se sentaron a ella esta mañana. ¿Es la imagen oscura o bastante clara? ¿Es su brillantez comparable a la escena real? ¿Están todos los objetos realmente definidos al mismo tiempo, o hay algún momento en que el lugar más claramente definido sea más reducido que en la escena verdadera? ¿Son muy precisos y naturales los colores de la porcelana, las tostadas, el mendrugo de pan, la mostaza, la carne, el perejil o cualquier otra cosa que haya estado en la mesa? Para descubrir la amplia gama de la imaginación mental, Galton ordenó las respuestas de cien adultos varones interrogados, y estas son las citas comunes en orden descendente:
1. Brillante, distinto, nunca borroso.
2. Tan brillante como en la escena real.
3. Al pensar en la mesa del desayuno de esta mañana, todos los objetos de mi imagen mental son tan brillantes como en la escena real.
4. Con el ojo de mi mente puedo ver la mesa de mi desayuno o una cosa igualmente conocida, tan bien en todos sus detalles como l a veo si la realidad está ante mí.
5. Bastante clara y con una iluminación comparable a la de la escena real, especialmente cuando la evoco por primera vez. Dada a volverse tenue cuando no se le presta atención especial.
6. La imagen de la mesa de mi desayuno es bastante clara, bien definida; también la parte donde me siento y sus alrededores están bien definidos.
7. Puedo evocar cualquier objeto solo o cualquier grupo de objetos, pero no toda la mesa a la vez. Generalmente, las cosas están bien definidas. Nuestra mesa es larga; en mi mente puedo pasear la mirada por la mesa; pero no toda la mesa a la vez.
8. Oscura e indistinta, de cualquier modo, puedo hacer una relación de la mesa del desayuno de esta mañana; arenques rebanados, pollos asados, tocino, bollos, mermelada de color bastante claro, platos de color verde tenue con flores rosa subido, los vestidos de las muchachas, etc. También puedo decir dónde estaban todos los platos y dónde se sentaron las personas.
Galton pasó su vida buscando individuos que tuvieran una imaginación extraordinariamente vívida; uno, por ejemplo, evocaba imágenes de peines y contaba sus dientes. Sin embargo, el tesoro más caro de Galton fue Flinders Petrie, un arqueólogo cuyos trabajos técnicos acerca de Egipto siguen siendo clásicos; Petrie hacia cálculos matemáticos rutinarios con una regla de cálculo imaginaria, preparaba la regla y leía las respuestas mentalmente.
Por lo tanto, podemos decir que, las investigaciones confirman que la productividad cognoscitiva no depende necesariamente de las imágenes mentales; muchas veces eminencias intelectuales usan símbolos exclusivamente.
Durante más de 60 años, los psicólogos han estudiado a los niños eidéticos (del griego eidéticos, que significa "relativo a las imágenes"), quienes poseen imágenes eidéticas persistentes que se presentan inmediatamente después de los estímulos visuales y permanecen mucho más tiempo que las posimágenes, positivas o negativas comunes. Las investigaciones recientes revelan que alrededor del 8% de los niños son eidéticos; este don desaparece al iniciarse la adolescencia.
Los eidéticos describen con detalle extraordinario, como se puede notar en este extracto tomado de un protocolo típico: "Veo la mujer con la sombrilla en su mano. Hay un tipo que corre en su coche, su pie derecho está en el aire El hombre de la derecha ha perdido su puro, que ha caído al suelo cerca de él " Ralph Norman Haber y sus colegas informan los hallazgos siguientes en sus investigaciones con niños eidéticos norteamericanos.
> Los niños eidéticos se presentan con igual frecuencia en todas las edades entre los siete y los trece años (más o menos). Los eidéticos varones y mujeres se presentan con igual frecuencia.
> La imaginación eidética no está relacionada con la inteligencia.
> Los eidéticos conservan su capacidad de tener imágenes eidéticas durante toda la infancia.
> La atención indebida que se presta durante el escudriñamiento perturba a las imágenes eidéticas; por ejemplo, los eidéticos atentos que verbalizan el contenido del cuadro estímulo durante la exposición, no pueden formar imágenes eidéticas. Esta observación experimental es lo contrario de lo que se espera, y no se comprende.
> Los eidéticos tienen poco control sobre las imágenes eidéticas. No pueden cambiar el tamaño de la imagen ni retirarla de la superficie donde apareció el cuadro estímulo (un niño dijo que "se caía).
1.3.3. Conceptos (ideas derivativas) En el siglo XVIII, Leonhard Euler, matemático suizo que vivía en Alemania, descubrió paciente y deliberadamente, una capacidad pavorosa de la mente humana; escribió lo siguiente: "Los sentidos representan objetos que existen externamente y todas las ideas simples se refieren a ellos. Pero con estas ideas simples, la mente forma muchas otras ideas que ya no representan a los objetos que existen realmente".
Por ejemplo, cuando miro la Luna llena, formo la idea de redondez; pero no puedo afirmar que la redondez existe por sí misma. La Luna es redonda, pero la redondez no existe separada de la Luna aquí la mente ejerce una nueva facultad, que se llama poder de abstracción; esto sucede cuando la mente presta su atención solamente a una cualidad o cantidad, como si ya no estuviera unidad al objeto. Estas ideas que se adquieren por abstracción, se denominan nociones, para distinguirlas de las ideas simples que representan a los objetos que existen verdaderamente hay un tipo de nociones adicionales que se forman igualmente por medio de la abstracción, y que proporcionan a la mente el material más importante.
Cuando pienso en un peral, un cerezo, un manzano, un roble, un abeto, etc., todas estas ideas simples son diferentes. Sin embargo, noto que hay varias cosas que tienen en común, como, por ejemplo, el tronco, las ramas y las raíces. Al símbolo en el que se concentran todas estas cualidades lo llamo árbol. De manera que la idea de árbol, que he formado así, es una noción genérica y comprende las semejanzas del peral, el cerezo y, en general, de todos los árboles que existen o existirán.6
El conocimiento intelectual.- Es la apropiación de los objetos que no pueden sernos presentados por los sentidos, a los cuales no pueden estimular. Estos objetos son los modos de ser de las cosas y sus relaciones, qué son, qué valen, por qué y para qué son, etc., etc.
Los conocimientos logrados y que pueden servirnos para adquirir nuevos conocimientos, constituyen nuestro saber, el cual es, por tanto, la posesión o incorporación de nuestra vida de conocimientos dispuestos a ser actualizados. Suele ser llamado saber potencial, para diferenciarlo de la utilización efectiva de esos conocimientos que se denominan saber actual. Asimismo recibe también el nombre de saber la terminación del proceso psíquico en que se conoce algo.
Los conocimientos y, por tanto, el saber, se logran mediante la producción de ciertas vivencias, cuyo conjunto recibe el nombre de pensar. Este se nos revela como un acontecimiento psíquico de naturaleza peculiar: versa sobre objetos, los cuales trata de aprehender total o parcialmente, se refiere a ellos, los mienta. Recordemos lo que en nosotros acaece, cuando oímos una palabra o una frase que entendemos; les damos un sentido: este dar sentido y este sentido son actos de pensar. Los son también la expresión de nuestras palabras, lo que mentamos como ellas y nuestro mentar. Por él nos sentimos especialmente activos, es un ir hacia aquí y hacia allá, un esforzarnos, siempre con un punto de mira, un continuo apuntar, ora en esta dirección, ora en la otra.7
Según Aristóteles (384-322 a. de C.), todos los seres vivos también tienen la capacidad de sentir (perciben y tienen emociones) el mundo de su entorno y de moverse en la naturaleza. Pero más sin embargo, los seres humanos tienen además de la capacidad de pensar o razonar, o, en otras palabras, de ordenar sus sensaciones en varios grupos y clases. El ser humano tiene sentimientos, emociones, y la capacidad de moverse como los animales, pero además una capacidad, que solamente la tiene el ser humano, y es la de pensar racionalmente y emocionalmente; de estar o adquirir un nivel o estado de conciencia. Lo cual le permita y ayude a entender de manera consciente todos los procesos a lo cuales se ve sometido durante su interacción en la sociedad y en el mundo.8
1.4.- Algunos problemas del Conocimiento ¿Qué es el conocimiento? Es un proceso en que están vinculados estrechamente las operaciones y procedimientos mentales, subjetivos, con las operaciones y formas de actividades objetivas, prácticas, aplicadas a los objetos. El conocimiento que surge como producto de este proceso, lleva la impronta (huella) de los aspectos interrelacionados.9
Es la apropiación de objetos presentes a nuestra conciencia. Esta apropiación peculiarìsima nos permite actuar sobre el mundo, dirigir nuestra conducta y dar un sentido a nuestra vida. La posesión del conocimiento logrado constituye nuestro saber, el cual constantemente nuestro esfuerzo para adquirir nuevos conocimientos y sirve de trama en que se van tejiendo las nuevas adquisiciones.
1.5. LOS PROBLEMAS FILOSOFICOS Y SUS CARACTERISTICAS La filosofía ha surgido gracias a la curiosidad humana, como un principio del conocimiento para describir, analizar y explicar los fenómenos y enigmas que se presentan en la naturaleza, en el individuo y en la sociedad.
Trata de buscar y exponer la respuesta a preguntas inquietantes acerca de la verdad, el ser, la existencia autentica, el Absoluto, la trascendencia del espíritu, el bien y el mal, es hacer filosofía. La tendencia a investigar, a conocer el sentido último de las cosas, ha existido en el hombre a lo largo de toda la historia. En el mundo occidental, dicha tendencia ha descollado a partir del siglo VI a. C., en Grecia. La historia de la filosofía es la huella que ha dejado esa tendencia investigadora del hombre, es la serie de aspectos y soluciones que han descubierto los filósofos, en sus investigaciones acerca de la realidad.
1.5.1. Los problemas referentes al conocimiento Se trata de determinar la validez del conocimiento. ¿En qué condiciones es verdadero? ¿Cuándo alcanzamos efectivamente la verdad? ¿Hasta dónde alcanzan y se limitan nuestras facultades cognoscitivas? La importancia de este problema resulta desde el momento en que se ofrecen varias soluciones a una misma pregunta. El hecho de que cada uno tenga su propia respuesta, y, en ocasiones, completamente opuesta a la de otros, no deja de ser inquietante (recuérdese la ley dialéctica de la unidad y lucha de los contrarios), para el que pretende profundizar en la realidad.
¿Por qué no hay una respuesta única a los problemas del alma, la libertad, Dios, el bien y el mal? La misma Historia de la Filosofía, con su cadena de sistemas y soluciones, es motivo de inquietud para el espíritu filosófico.
Ha habido cinco soluciones al problema del conocimiento: el escepticismo, el empirismo, el racionalismo, el idealismo, el realismo. El escepticismo niega validez a todo conocimiento; lo mejor es dudar. El Empirismo sólo concede capacidad cognoscitiva a las facultades sensibles; o mejor dicho, un conocimiento es válido solamente cuando está apoyado en alguna experiencia sensible. El racionalismo, por el contrario, pretende que los sentidos engañan, y que la necesidad y la universalidad del conocimiento científico sólo se consiguen por medio de las facultades intelectuales. El Idealismo, por su parte, niega que podamos llegar a conocer a las cosas independientes del sujeto, por último, sostiene que sí tenemos conocimientos válidos, alcanzados por los sentidos y la inteligencia, y que alcanzan a la misma realidad, la cual es independiente del sujeto que conoce.
1.5.2. TENDENCIAS DE INVESTIGACION Con el ánimo de entender la controversia que en relación con la comprensión de las ciencias sociales se ha generado; se ha adaptado la taxomonía de Burell y Morgan (en De Cock 1997). Según estos autores, las principales corrientes de pensamiento en las ciencias sociales pueden estudiarse haciendo un mapa de cualquier teoría o investigación coherente a lo largo de dos dimensiones: la dimensión Objetivo/Subjetiva y la dimensión Reguladora/Revolucionaria.
Dimensión Objetivo/Subjetiva Para efectos de nuestra investigación, asumimos que la primera dimensión se refiere a la constante oposición entre dos tendencias radicales, las objetivistas y subjetivistas.
Las objetivistas, que buscan la explicación de los fenómenos dando a los datos objetividad excesiva. Su interés se centra en la generación de leyes universales mediante la búsqueda de causas y efectos; estas tendencias, se han denominado tendencias positivistas, toda vez que sólo vale el dato positivo (aquel que se puede demostrar). Para estas, el mundo no depende de los sujetos, pues al estar regido por leyes se puede controlar el fenómeno sociocultural.
Las subjetivistas pretenden una comprensión del fenómeno social, concediendo a lo subjetivo la principal fuente de los datos; antes que generar leyes universales, buscan la descripción y algunas la comprensión de escenarios particulares.
El mundo social depende de los sujetos y son ellos quienes lo construyen y lo vivencian; por tanto, para conocerlo, no basta con generar explicaciones objetivas sobre él; no es posible considerar que el mundo social esté regido por leyes universales, puesto que las realidades son para los sujetos en tanto cada grupo puede vivir una realidad diferente. En este sentido una realidad social no puede cuadricularse en un plano cartesiano y tabla porcentual, puesto que la sociedad es una maraña dinámica de significantes y significados que constituyen dicha realidad.
La pugna que se vive entre estas dos tendencias, es expresada por Mardones, al considerar que las dos tradiciones en la filosofía del método científico son la tradición aristotélica y la tradición galileana. La primera, preocupada por la comprensión; el cómo, y su explicación teleológica a partir de la esencia de "dar razón a los hechos". La segunda, preocupada por el por qué y el para qué, deviene de las ideas de Galileo, Platón y Bacon, e intenta la explicación desde las causas y consecuencias de los fenómenos. Dado que su interés es la ley general que rige el fenómeno, se torna, según el autor, en mecanicista y funcionalista. Hammersley y Atkinson, reconocen así mismo, que han existido dos paradigmas en conflicto en las ciencias sociales, por un lado el positivismo (dimensión Objetivista) que privilegia los métodos cuantitativos propios de la ciencia natural; y por otro lado el naturalismo (dimensión Subjetivista), que defiende la descripción objetiva del fenómeno desde un medio natural. Refiriéndose a esta misma controversia, Taylor y Bogdan, reconocen dos perspectivas teóricas principales en las ciencias sociales: el positivismo, el cual afirma que el científico social debe considerar los hechos o fenómenos sociales como cosas que ejercen una influencia externa sobre las personas; y la Fenomenología, la cual quiere entender los fenómenos sociales desde la otra perspectiva del actor. Así mismo, De la Cuesta, asume esta controversia desde la consideración de métodos cualitativos y cuantitativos de investigación social. Esta pugna entre el objetivismo y el subjetivismo se ha fundamentado desde las consideraciones paradigmáticas de la filosofía consideradas por Briones, como empirismo, racionalismo, idealismo, materialismo y existencialismo. El empirismo, que considera el conocimiento como producto de las experiencias sensibles y tiene su consolidación en el experimento. La expresión contemporánea del empirismo está en el positivismo lógico.
El racionalismo, para quienes el conocimiento es producto de la razón, infiriendo por consiguiente la deducción a partir del descubrimiento de las causas de los fenómenos. Todo efecto, tiene su causa; por tanto, al encontrarla, es posible dominar su efecto. La expresión deductiva del racionalismo está en la búsqueda de leyes y su generalización, y es asumida por el positivismo, como una expresión contemporánea.
El idealismo, que define todo conocimiento como producto de las ideas; para sus impulsores, el mundo no existe fuera de la mente, pues lo que existe es una representación subjetiva de él. Este paradigma ha evolucionado desde las posiciones mas ortodoxas como el subjetivismo idealista, hasta las posiciones que reconocen la existencia del mundo expresado a través de categorías subjetivas, las cuales, son independientes a toda experiencia sensorial, caso del idealismo trascendental. Se considera que la máxima expresión contemporánea del idealismo es la Fenomenología.
El materialismo, para este paradigma, todo lo que existe es o depende de la materia, las ideas, por ejemplo, son solamente una consecuencia de la organización de la materia. Sus expresiones se han logrado desde las tendencias funcionalistas y estructuralistas. Para los funcionalistas, el conocimiento no tiene que orientarse a los hechos o consecuencias, sino a la función orgánica que implica ser indivisible en sus unidades, y debe ser estudiada mediante métodos objetivos y procedimientos probabilísticos. Una causa no puede verse independiente de la consecuencia, pues corresponde a una estructura de función; el estimulo, por ejemplo, no puede verse independiente de la respuesta, decía Dewey (citado por Abbagnano).
Las tendencias estructuralistas, se apoyan en las teorías de la gestal, o teorías configuracionistas de la forma. Estas tendencias, surgen como una respuesta al atomismo de las teorías asociacionistas, asumiendo que la realidad no se compone por la suma de las partes, sino por la forma total o estructural. Sus impulsores antes que hablar de hechos, hablan de configuración, formas y campos tomados como estructura total. Koler y Koffka fueron sus fundadores.
Son diversas las expresiones del materialismo; entre ellas, se consideran el materialismo dialéctico, el materialismo histórico, en materialismo científico y el materialismo físico y fisicalismo.
El realismo, considera la existencia del mundo y los fenómenos independientes de la mente. Según sus impulsores el mundo existe así no haya sido pensado. En este paradigma se han presentado diferentes tendencias; desde aquellas que asumen el conocimiento como una representación exacta del mundo exterior (realismo ingenuo), hasta aquellas que piensan que esa realidad hay que someterla a revisión (Realismo crítico).
La segunda dimensión, reguladora/revolucionaria, expresa la constante tensión entre el total radicalismo de las tendencias objetivas y subjetivas y la posibilidad de estas mismas tendencias de ir logrando posiciones más flexibles.
Tendencia Objetivista:
Una constante tensión entre lo radical y lo regulador.
El positivismo clásico.
En esta dimensión, reconocida como positivista por todos los autores consultados, se ubican aquellas investigaciones que presentan las siguientes características: (Ver Hammersley y Atkinson, Mardones y Briones).
1. La ciencia natural es concebida en términos de la lógica del experimento. Se ha constituido en base de las ciencias naturales y se apoya fundamentalmente en el empirismo.
2. La búsqueda de leyes universales apoyadas en el método deductivo y la utilización de las encuestas como instrumentos para generalizar, a partir de la visión racionalista del mundo.
3. Utiliza el lenguaje de la observación neutral, donde busca la estandarización de técnicas de observación, para otorgar la validez de la información, según perspectivas asumidas desde el realismo.
4. Dado que su característica es estar sujeto a la comprobación y falsación de hipótesis, su objetivo es comprobar la teoría con los hechos empíricos. Por lo anterior, los instrumentos utilizados son preestablecidos y rígidos, validados mediante acciones previas, que garanticen su utilización universal.
5. Utiliza la explicación causal o "Erklaren" como característica de la explicación científica racionalista.
6. Su interés se centra en el dominio del conocimiento positivista, que desde A. Comte, coloca el énfasis en la predicción de los fenómenos.
El positivismo, ha sido reconocido por grandes teóricos, logrando sus mayores desarrollos desde el siglo XVI hasta las primeras décadas de XX. Entre los primeros impulsores se puede considerar a Copérnico, Francisco Bacon en 1600, August Comte en 1840, quien introduce el término de positivismo y Emile Durkheim en 1938, quienes fueron sus primeros representantes. Los positivistas buscan los hechos o causas de los fenómenos sociales con independencia de los estados subjetivos de los individuos. (Ver Taylor y Bogdan y Mardones).
El positivismo, desde un punto de vista social, fue asumido, según Sandoval, Taylor y Bogdan, y Restrepo, por Emile Durkheim al proponer, en su libro sobre las reglas del método sociológico que: El científico social debe considerar los hechos o fenómenos sociales como cosas que ejercen una influencia externa sobre las personas, y pretender con ello introducir los requerimientos del racionalismo técnico y la experiencia sensible del empirismo a los estudios sociales. Por tanto, Durkheim introdujo el método experimental utilizado en las ciencias naturales, el cual busca encontrar las causas de los problemas para ejercer su dominio sobre el fenómeno. Este enfoque se apoya básicamente en la traducción del comportamiento de un fenómeno u objeto en cuadrantes cartesianos y escalas matemáticas.
Dado que el positivismo clásico es la expresión de los paradigmas empiristas, racionalistas y realistas de la filosofía, desconoce la influencia del idealismo en el conocimiento, pues lo considera como especulación. (Ver Briones 1996b, 27-47).
La dimensión reguladora del objetivismo. En el siglo XX, las intervenciones de la lógica introducidas al positivismo, generaron el llamado positivismo lógico, como una de las formas de manifestación del neopositivismo. Es nueva versión del positivismo, fue impulsada por Russel, Wittgestein I, y Schlick, Carnal, Neurath, Frank, entre otros, como grandes representantes del circulo de Viena (ver Mardones, 1991, 33; Rosental, 1997, 371, y Briones, 1996b, 39)10.
1.5.3. La existencia auténtica del hombre En la actualidad ha tomado auge el Existencialismo (Sören Kierkergaard), cuyo tema central es la elucidación de las características de la existencia autentica del hombre. Se trata del problema más humano que pueda afectar a cada uno; de su resolución depende la tónica de la vida a seguir.
¿Es la libertad lo esencial en la vida humana? ¿Son, acaso, los valores morales (ética) lo más importante? ¿En qué consiste la autenticidad? ¿Cómo debe llevarse a cabo la interrelación y comunicación humana? ¿Cómo se degrada el nivel humano de existencia autentica? Tales son las principales cuestiones que se pretende resolver en dicha corriente filosófica, y esto es solo una muestra de una parcela del conocimiento científico. La cual tiene su base en el humanismo, ya que a través del conocimiento científico, trata de encontrar una solución, y ponerla a disposición de la humanidad, para el mejor beneficio del desarrollo emocional e intelectual del individuo y de la sociedad.11
1.5.4. El problema de la constitución y evolución del Universo El problema del tiempo y del espacio, de la evolución y de la esencia de la materia, constituyen uno de los temas centrales en las obras e investigaciones de los físico modernos. Generalmente son los científicos los que se han dedicado a penetrar filosóficamente en dichos asuntos. Lo importante es aclarar que, en el momento en que una persona trata de fundamentar los conocimientos en cuanto tales, en su propio ramo, en ese momento está haciendo Filosofía. La Cosmología es la rama filosófica que trata dichos asuntos, y fue una de las primeras que se cultivaron entre los griegos.
1.5.5. Los problemas de la Lógica, la Ética y la Estética.
El tema típico de la Lógica es el orden de los conceptos. A ella corresponde dictaminar acerca de las estructuras mentales, los procesos correctos en el raciocinio, las leyes de todo pensamiento bien estructurado, como el de las definiciones, las divisiones, las categorizaciones, la conversión de propósitos, etc.
A la Ética le corresponde tratar las cuestiones acerca del bien y del mal. Su importancia deriva del papel rector que dicha ciencia adquiere en la mente de quien la escudriña y llega a soluciones fundamentadas. Junto con ese problema se conectan el de la obligación en armonía con la libertad, el de las categorías de valores, el de las virtudes, el de la autonomía en correlación con la heteronimia, etc.
La filosofía es un saber plenamente humano, en el sentido de que penetra justamente en los temas y cuestiones que afectan íntimamente la vida personal de cada hombre. Así por ejemplo, la Filosofía es la que trata los temas existenciales, tales como la libertad, el amor, las relaciones interpersonales, la fidelidad, la obligación, el bien, el mal, el fin supremo y la felicidad. De este modo, al mismo tiempo que llena los requisitos de una ciencia en cuanto al rigor y orden que de ella se exige, así también llena los temas propios de un estudio propiamente humanístico. La filosofía es, pues, una síntesis equilibrada del saber humano. 1.5.6. Características de los problemas filosóficos, en cuanto a su resolución: a) La Filosofía, en cuanto a la resolución de sus problemas, sigue un método eminentemente racional. Lo cual no significa que se desechen los datos empíricos, pues, al contrario, éstos constituyen, precisamente, el material sobre el cual la inteligencia profundiza y encuentra su causa o razón. El método filosófico es, pues, un uso equilibrado de experiencia sensible y razón, es experimental-racional.
b) Y por fin, la Filosofía es desinteresada, en cuanto que el propio conocimiento de sus tesis, problemas y soluciones proporcionan, por sí mismo, una plena satisfacción al intelecto que los contempla. La Filosofía constituye, por sí misma, un objeto valioso, al cual tiende la inteligencia como finalidad plena. Obtenerla, contemplarla y saciarse en ella es una misma cosa. Lo cual no es obstáculo para que, posteriormente, en una actitud practica, sea posible obtener aplicaciones, utilizaciones y derivaciones, sea para fundamentar otras ciencias, sea para regir y ordenar la propia vida.12
1.5.7. DIFERENCIAS ENTRE FILOSOFIAY CIENCIAS Con el concepto de Filosofía ya explicado anteriormente, podemos dar ahora una idea más clara de ella si la comparamos con el saber científico tal como actualmente se entiende, es decir con las ciencias experimentales o particulares. Una vez distinguida la Filosofía con respecto a las ciencias experimentales, haremos una comparación de las soluciones que dan ambos niveles del saber frente a un mismo tema a elucidar, por ejemplo, frente al hombre, al mundo, al número, a la conducta humana, o frente a la belleza o a la felicidad.
1.5.8. Diferencia entre causas próximas y causas últimas La filosofía estudia las causas últimas (o supremas), mientras que las ciencias experimentales estudian causas próximas. Por ejemplo, al estudiar el movimiento, la Física capta el tema por medio de las fuerzas, roces, pesos y equilibrios, que afectan a los cuerpos. Éstas son las cusas próximas, y se distinguen porque permanecen siempre en el plano de lo sensible y de lo experimentable. En cambio, la Filosofía examina los dos principios que explican todo devenir en su forma esencial, a saber, el acto y la potencia. Éstas son causas supremas, y ya no permanecen en el nivel sensible; sólo se captan en el nivel inteligible.
En otras palabras, el filósofo trata de llegar hasta la esencia del objeto estudiado, y su explicación es en sentido vertical, pues abandona el nivel sensible y experimental. En cambio, el científico elabora explicaciones en sentido horizontal, dentro de un nivel experimental. La diferencia fundamental de ambos tipos de saber reside, pues en su diferente objeto formal.13
1.5.8.1. La totalidad y la parcialidad del objeto material Solamente la Filosofía pretende abarcar la totalidad de las cosas; su objeto material es el más amplio que pueda darse. En cambio, las demás ciencias son particulares, es decir, estudian una parte o sector determinado, entre todos los entes.
1.5.8.2. Método Experimental y Método Racional Las ciencias experimentales subrayan la necesidad de la experiencia sensible, y así es en efecto, pues las leyes de la naturaleza no se deducen de ciertos principios, sino que tienen que observarse de un modo sensible, aun utilizando la experimentación.
Por su parte la Filosofía, aún cuando no pueda prescindir de la experiencia sensible, insiste en el Método Racional y en el uso del entendimiento, gracias al cual es posible captar las esencias, los primeros principios y las causas supremas que fundamentan al Universo.
1.5.9. Diferencia entre Epísteme y Sofía Otro modo de captar la diferencia entre los dos tipos de saber, está en lo que Aristóteles llamó Epísteme y Sofía. Epísteme es la ciencia, pero entendida, no como un conjunto de verdades, sino como un hábito intelectual demostrativo. El sujeto que posee esta cualidad tiene facilidad para demostrar con rigor y exactitud sus asertos, puede fundamentar sus tesis, o sea, da las causas de los que sostiene.14
Por su parte, Sofía es la sabiduría que ama el filosofo (filos: que ama; Sofía: sabiduría), y consiste en una conjunción de epísteme y nous. La Filosofía, por lo tanto, incluye también la epísteme o hábito demostrativo, pero añade algo más: el nous.
Nous es el hábito intuitivo de los primeros principios; es la cualidad mental (virtud intelectual, dice Aristóteles) por la cual un sujeto tiene facilidad para remontarse de un modo intuitivo hasta los primeros principios que sirven de base a toda demostración.
Por lo tanto, Sofía, en cuanto contiene epísteme, participa del rigor científico, y en cuanto contiene nous, profundiza hasta los principios. He aquí la semejanza y la diferencia entre ciencia y Filosofía. El filósofo es, pues, un científico que profundiza hasta las causas y primeros principios.
1.5.10. Los grados de abstracción Aristóteles (384-322 a.C.) y Santo Tomas de Aquino (1224-1274) explicaron la triple graduación de la abstracción formal.
En primer grado, que corresponde a la Física, se prescinde de la materia individual, y se estudia al ente móvil.
En segundo grado se prescinde de la materia sensible, y se estudia al ente quantum (la cantidad). En este nivel está la Matemática.
Por fin, en el tercer grado se prescinde de toda materia, y se estudia al ente en cuanto tal, en el más amplio horizonte posible, que se llama trascendental, y que abarca a todo cuanto existe. Este tercer grado de abstracción formal es el que corresponde a la Metafísica, núcleo de toda la Filosofía.
En consecuencia las ciencias particulares pertenecen a un nivel categorial (particularizado), y solamente ahora sentar que la Filosofía, desde el momento en que va hasta los primeros principios, es una ciencia rectora; esto por dos razones:
La Filosofía rige a todas las demás ciencias, porque fundamenta los principios de ellas. En el momento en que un científico analiza los principios de su propia ciencia, ipso facto está haciendo labor filosófica.
Por ejemplo: las Matemáticas se ocupan de las relaciones entre cantidades; pero en el momento en que un matemático revisa y critica las bases de su certeza y los principios que le sirven para fundamentar sus raciocinios, traspasa el límite de su campo y toca el de la Lógica o de la Teoría del Conocimiento, que son ramas típicas de la Filosofía. Justamente es lo que ha sucedido en los siglos XIX y XX, cuando los matemáticos lograron aclarar tesis que ahora se contienen en la rama llamada Lógica matemática, y que debe entenderse como una ampliación de la Lógica aristotélica.
Por otro lado, la Filosofía también es una ciencia rectora, porque da normas que rigen la conducta humana, basándose en el análisis de la naturaleza del hombre y de sus exigencias, con lo cual deriva las líneas generales de una existencia auténticamente humana.
1.5.11. Otras ciencias paralelas Por último, se puede mencionar otras ramas de la Filosofía que tienen su correspondiente paralelismo en alguna ciencia experimental. Por ejemplo: la Filosofía de las Matemáticas estudia la esencia de las cantidades, los fundamentos de su certeza, etc., mientras que la Matemática estudia las relaciones entre cantidades.15
1.5.11.1. La psicología Racional y la Psicología Experimental La primera es una ciencia filosófica, y estudia el tema del alma, de sus facultades (inteligencia y voluntad), la inmortalidad, la espiritualidad, la libertad, la persona. En cambio, la Psicología experimental estudia preferentemente los fenómenos observables y sus explicaciones, en sentido horizontal; por ejemplo, el estimulo y la reacción correspondiente. Utiliza "test", estadísticas, experimentos hechos en gran número de personas. Así es como han surgido leyes, como la de Weber (que relaciona la sensación y el estimulo), y también el interesante estudio sobre el inconsciente, a partir de la teoría del psicoanálisis de Freud.
La Estética filosófica trata del tema de la esencia del arte y de la belleza. Su método es racional. En cambio, una Estética científico-experimental trataría los mismos temas, pero en el plano de lo experimentable; sus métodos estarían hechos a base de "tests", estadísticas, observaciones en la historia y en la civilización actual.16
Heráclito, el filósofo del devenir, y de la tensión de los contrarios dentro de la unidad. "Todo cambia" (panta rei), es la frase que se le atribuye, como símbolo de sus tesis, según la cual no hay nada en reposo. Nadie se mete dos veces en el mismo río17. Lo que quiere decir es que todo esta en constante cambio o movimiento continuo, de la cantidad a la calidad, todo muere y se renueva, todo es causa y efecto, y después todo lo que es efecto pasa a ser causa, todas las formas de movimiento de la materia están en constante cambio. Por tanto, en la naturaleza y en la sociedad se realizan procesos dinámicos.18
1.5.12. EL MOVIMIENTO DE LA MATERIA Y LOS ORGANOS SENSORIALES ¿Pero existe el movimiento de la materia o solo es una ilusión de los sentidos? Parménides, critica a Heráclito, y se opone radicalmente a sus tesis sobre el devenir. Y afirma que, el movimiento es calificado como una ilusión de los sentidos.
Zenón de Elea es discípulo de Parménides y se ha hecho celebre por sus aporías o argumentos contra el movimiento. La más famosa de sus aporías es la de Aquiles y la Tortuga:
Los dos compiten en una carrera, y Aquiles cede una ventaja en distancia a la tortuga; a partir de cierto instante, los dos empiezan a correr, y cuando Aquiles llega al lugar A, donde estaba la tortuga, ésta ya avanzó otro poco, hasta el punto B; cuando, nuevamente, Aquiles llegue al punto B, la tortuga avanzó, en este mismo lapso de tiempo, otra distancia, por pequeña que sea, y llegó al punto C; y así sucesivamente, la tortuga nunca sería alcanzada por Aquiles; luego el movimiento no existe.
El propósito de Zenón, con argumentaciones de este estilo, es hacer ver que, racionalmente, el movimiento no puede ser explicado, sino que conduce a conclusiones paradójicas. De esta manera adhiere a la tesis del ser inmóvil, de su maestro Parménides.
Sin embargo, aun en el plano racional, el defecto de una argumentación tal consiste en dividir los espacios, tanto en distancia como en tiempo, de acuerdo con una proporción decreciente. Si los lapsos de tiempo considerados fueran iguales, no habría lugar para esa conclusión tan absurda.19
Hoy en día, sabemos que, El movimiento es el modo de existencia de la materia. Los materialistas ingleses y franceses exponían ya esta idea, considerando el movimiento como una propiedad interna de la materia. Pero los materialistas del pasado carecían de una concepción dialéctica completa del movimiento cuya diversidad cualitativa reducían a menudo a procesos mecánicos (teoría mecanicista). Para Hegel (1770-1831), que reconocía el movimiento universal en el mundo, la sustancia en movimiento resulta ser, en fin de cuentas, el principio absoluto, ideal, y no la propia materia.
Los fundadores del materialismo dialéctico (K. Marx y F. Engels), basándose en los adelantos de la ciencia de su tiempo, mostraron que la materia es activa y que la fuente de su actividad, de su movimiento, está en ella misma. Mostraron que la materia y el movimiento son inseparables, que ningún tipo de materia puede existir sin encontrarse en movimiento. Por tanto, el movimiento es el modo de existencia de la materia. La materia es la base de toda la pluralidad de fenómenos de la naturaleza y de la sociedad porque está vinculada orgánicamente al movimiento. 20
Por lo tanto, sin el movimiento, el mundo no podría existir en general.
Los materialistas mecanicistas consideraban el movimiento como un simple desplazamiento de los cuerpos en el espacio y el tiempo, lo que llevaba a comprender la materia como una suma mecánica de partículas de sustancia – átomos, etc.,- idénticas, de la misma calidad e indivisibles. Para ellos, la variedad de formas y clases del movimiento de la materia se reducía al desplazamiento mecánico de los cuerpos físicos.
A diferencia de los materialistas mecanicistas, Marx y Engels revelaron la variedad de formas de movimiento de la materia. El movimiento no es sólo un cambio de lugar; es también el movimiento calórico-molecular y la luz, la tensión eléctrica y magnética, la disgregación y la combinación química, la vida biológica y, por último, la forma más compleja y variada del movimiento: la vida social.
Por tanto, el concepto de movimiento, desde el punto de vista del materialismo dialéctico, comprende todos los cambios que se producen en la naturaleza y en la sociedad. "El movimiento, aplicado a la materia, es cambio en general". El movimiento abarca todos los cambios que se producen en el mundo objetivo. Su concepto es universal en el materialismo dialéctico y tiene, por ello, gran importancia de principio.
El concepto de cambio es más amplio que el de desarrollo. El cambio comprende, además del desarrollo progresivo, el movimiento regresivo y el simple desplazamiento en el espacio, en el cual puede no haber progreso ni regreso.21
1.5.13. El conocimiento presenta dos aspectos: 1. El de la actividad en ejercicio (el conocer).
2. El de resultado de esta actividad, que forma el contenido de nuestro saber (conocimiento). Unas veces se produce tan pronto como el objeto está presente; otras exige un trabajo más o menos largo y complicado y la posición de actos de carácter muy diverso: he aquí por qué puede hablarse de funciones o hechos de conocimiento.
Clases de conocimiento.- Tradicionalmente se han distinguido en el estudio del conocimiento dos esferas: la del conocimiento sensible y la del conocimiento intelectual. El conocimiento sensible.- Se caracteriza por su aspecto puramente aprehensivo, por la individualidad concreta de sus objetos y por su condicionamiento fisiológico necesario. Los objetos pueden estar presentes a la conciencia por sí mismos (aprehensión inmediata) o por medio de representante (aprehensión mediata).
Por otra parte, los objetos, situados todos en el medio en que vivimos, pueden pertenecer al medio físico o al medio psíquico (social) constituyendo su aprehensión nuestra experiencia externa, o pueden ser los mismos acontecimientos de nuestra vida (medio subjetivo), nuestras vivencias, cuya apropiación forma la experiencia interna.
1.5.13.1. Formas del Conocimiento Sensible Las principales formas del conocimiento sensible son: la sensación, la percepción, así propia como de los objetos sensibles y del prójimo, la imaginación y el recuerdo. En todas ellas cabe distinguir los aspectos de función y contenido.
La percepción.- Es la aprehensión inmediata de algo, en cuya realidad creemos.
Por la manera de hacerse presentes los objetos a la conciencia y por la diversidad de éstos, la percepción puede ser sensible, interna y del prójimo.
La percepción sensible.- Es la forma de conciencia cognoscitiva de los objetos a ella presentes con intervención de los sentidos. Es una función extremadamente compleja, con la cual respondemos a la actuación sobre nuestro cuerpo de los seres del medio físico. No obstante, en el análisis de la función perceptiva, como explicación de su complejidad, se admite un acto más elemental y ya irreducible a otro más sencillo: la sensación, cuyo contenido sirve de base al percibir.
¿Qué es la sensación? Es la conciencia pura y simple de algo, producida en nosotros al obrar sobre nuestro cuerpo los seres físicos. Forma la base de todas nuestras percepciones sensibles, y va acompañada y como envuelta o penetrada por múltiples actos.
Sus aspectos.- Los aspectos de la sensación son dos: el de ser un acto de conciencia y el de contenido de ese acto. En la sensación de sonido, una cosa es el sentir el sonido y otra el sonido sentido.
Lo característico del primer aspecto (sensatio) es el ser conciencia elemental, pura y simple: la pura aprehensión del sujeto frente al puro color, al puro sonido que le estimula.
El segundo aspecto (sensatum) se distingue por ser:
a) El efecto correspondiente a la actuación del objeto que le ocasiona y la respuesta del sujeto a la actuación; b) Algo elemental, concreto, relativamente independiente, intuitivo y consistente. Es decir, que el "verde", contenido de mi sensación, no es algo mío ni del objeto que le ha ocasionado, sino la resultante de ambos factores; no está unido inseparablemente con tal acto mío ni ha de ir necesariamente acompañado de determinados contenidos; es, precisamente, este "verde" que ahora siento, que no se puede confundir con ningún otro; presenta cierto modo de ser plástico, vivo, y tal consistencia que permite el que pueda reaparecer ante la conciencia en conclusiones diferentes, como en la representación.
Las condiciones de la sensación.- Un ser del mundo físico (una casa, un reloj, un caramelo) actúa sobre una parte del cuerpo humano. Tal actuación produce una excitación en los nervios sensitivos, que, llegada a un centro nervioso (determinada región del cerebro), origina el hecho consciente de la sensación, como respuesta del sujeto.
Siendo, pues, tres los elementos que en la sensación intervienen (un ser físico, el organismo del sujeto y su compleja vida psíquica), la sensación se halla sometida a un triple condicionamiento; físico, fisiológico y psíquico. Como la sensación surge al final del proceso fisiológico y merced a él, las condiciones determinadas por los dos primeros elementos son condiciones previas.
Las condiciones físicas: los estímulos.- Los seres del medio físico, en cuanto son causas de la sensación, se llaman estímulos, y pueden definirse como "aquellos hechos que producen en el organismo una excitación nerviosa que irá acompañada de conciencia". Con relación al organismo se pueden dividir los estímulos en externos o internos, según que sean exteriores o interiore a él. No obstante, el estimulo externo debe transformarse en interno, para que pueda originar la sensación.
Los estímulos externos pueden ser químicos (en las sensaciones olfativas) y físicos; estos, a su vez, mecánicos (movimientos), ópticos, acústicos, térmicos y eléctricos. Los internos son o periféricos o centrales.
Las condiciones fisiológicas.- Aparte de las disposiciones momentáneas e individuales, debidas a la total economía corporal, influyen poderosa y decisivamente en la sensación no sólo la estructura de las partes orgánicas puestas en juego, sino también sus cambios funcionales. El organismo interviene en la sensación con los sentidos, los nervios y los centros nerviosos. ¿Cómo o desde dónde se decide lo que siente y piensa el individuo? Según Hume, no es la razón la que decide lo que decimos o lo que hacemos; son nuestros sentimientos. El pensamiento racionalista había opinado que es inherente a la razón del hombre el saber distinguir entre el bien y el mal.
Por ejemplo, si alguien decide ayudar a alguien necesitado de ayuda, son sus sentimientos (deseo, interés, intención, condescendencia, compasión, altruismo, etc.22), y no es la razón, la que pone en marcha. Ya que si no le da ganas de ayudar (esto es la acción-voluntad, la fuerza final que impulsa al individuo a lograr su meta u objetivo, la cual se convierte en un proceso)23.
También en ese caso son sus sentimientos los que deciden. No es ni sensato ni insensato no ayudar a alguien que necesita ayuda, pero puede ser vil.
Agrega Hume que, todo el mundo tiene cierto sentimiento hacia el bien de los demás. Tenemos la capacidad de mostrar compasión. Pero todo esto no tiene nada que ver con la razón humana.24
Por tanto, no podemos probar con la razón cómo debemos actuar. Actuar responsablemente no equivale a agudizar la razón, sino a agudizar los sentimientos que uno tiene hacia los demás. No va en contra de la razón el preferir la destrucción del mundo entero a tener un rasguño en un dedo, dijo Hume.25
Los sentidos u órganos sensoriales son determinadas parte de nuestro cuerpo, sobre las cuales actúan los estímulos. Algunos (el ojo, el oído) suelen presentar una particular estructura; y todos alojan elementos de un tejido peculiar impresionable; el tejido nervioso.
Los nervios.- El sistema nervioso tiene, como último elemento, la neurona, verdadera unidad anatómica. Esta es una célula que consta de un núcleo, de varias prolongaciones ramificadas que irradian de aquel, llamadas dendritas, y de una ramificación larga, que es el llamado axòn o cilindro-eje. La unión de los axones de varias células que forman las fibras nerviosas que, atravesando todo el cuerpo, se reúnen en la medula y en el cerebro, formando manojos y haces. Una vía nerviosa consta de ordinario de muchas neuronas contiguas que se suceden. La excitación producida, ya en la periferia del organismo, ya en un centro nervioso, se transmite de neurona en neurona, originando la corriente nerviosa, que o suscita una sensación (corriente nerviosa aferente) o produce una contracción muscular en los miembros (corriente nerviosa eferente).
Los centros nerviosos.- Los elementos que recogen en determinadas regiones interiores del organismo, formando los centros nerviosos. Su finalidad es ser término y principio de corrientes nerviosas y lugar de su transformación. Están constituìdos por asociación de innumerables neuronas.26
¿Quién quiere conocer? ¿Cómo puede ser conocido? ¿Qué puede ser conocido? Resulta bastante extraño que la mayoría de las personas, aun aquellas que nunca han oído hablar del Método Científico (o si lo han oído, poco podría importarles) quieran entender el mundo que les rodea. Realmente, esta necesidad por conocer está presente también en los animales; un mono, o aun una rata, a veces pasarán por múltiples problemas tan sólo para explorar una parte de su alrededor.
En las personas, la necesidad es fuerte, aun cuando altamente diversificada. Algunos estudia a los pájaros, otros disfrutan la lectura de noticias necrológicas. Y además de otros intereses, a la mayor parte de las personas les gusta comprender a otras personas (tales como a sí mismas).
Por lo tanto, el estudio científico del hombre puede parecer relacionado con lo obvio, en tanto que nos dice lo que todo mundo ya sabe, o que nos ofrece ideas extremas o erróneas. Pero debemos de reconocer y recordar que no todo el conocimiento valioso acerca de la gente es obvio y que, entrañablemente, mucho del conocimiento "obvio" a menudo es falso o trivial. Pero deben establecerse primero dos problemas preliminares, a saber: las cuestiones de la existencia del universo y la adquisición del conocimiento. 1.5.14. Tipos de problemas del Conocimiento Antes de examinar las formas en que adquirimos el conocimiento y sus fuentes, es quizás útil determinar si es razonable aceptar que obtenemos alguna clase de conocimiento de alguna manera, y cuál podría ser el valor de tal conocimiento, en el caso de que fuera aceptado que tal conocimiento puede lograrse.
El problema ontológico o metafísico, o "¿Qué existe? La suposición básica conocida de Rene Descartes (1596-1650): " pienso, luego existo" se originó de un problema largo tiempo recalcado por la teología de la Iglesia Cristiana. ¿Cómo puede la "mente" conocer la "materia"? o en otras palabras, ¿Cómo podemos llegar a conocer algo acerca del mundo? ¡Quizá es solamente una ficción de nuestra imaginación!… La respuesta de Descartes fue ingeniosa y persuasiva; continúa inquietando a los filósofos y científicos de hoy en día. Permítaseme suponer, dijo Descartes, que nada existe en lo absoluto acerca del universo, excepto, el hecho indiscutible de que estoy pensando, aquí y ahora, y que, debido a que estoy pensando, debe existir una entidad que realiza el pensar, esto es, Yo. Más aún, debe haber una parte de mí que conoce y una parte (más básica) que es como todo lo demás, un objeto de conocimiento. Pero inmediatamente, Descartes se vio ante un problema ulterior: ¿Qué sucede si sólo yo existo, y el resto del universo existe solamente en los procesos de mi pensamiento? Descartes estaba profundamente preocupado con esta posibilidad (que posteriormente fue llamada solipsismo), porque para un filósofo religioso que no podía dudar de la existencia de Dios, el dudar de la existencia del universo implicaba que Dios podría estar jugando un sucio truco de representación falsa. Es importante darse cuenta que el paso de "pienso, luego existo" a "el universo existe" no se da lógicamente, se da solamente si se aceptan las premisas adicionales: "Dios existe y es infinitamente bueno y honrado" y "Dios me da las percepciones del mundo". El sofista Gorgias resolvió el dilema hace algunos 2500 años: "Nada existe. Si algo existiera no podría ser conocido. Si algo pudiera ser conocido no podría ser comunicado". El no estaba interesado particularmente en los dilemas lógicos y teológicos, y la preocupación del hombre por lo espiritual relegó el problema hasta el siglo XVII.
Aún entonces, la conclusión lógica final de que nada existe, excepto la mente del que percibe, fue evitada por Descartes, Leibnitz y Berkeley. Para ellos, Dios viene al rescate: si parece que el mundo está ahí, así debe ser; parafraseando a Descartes: Dios no es un embustero de confianza. El solipsismo, al negar la existencia del universo, es por tanto ateísta y a la inversa; el teísmo tradicional necesita de la consideración de que el universo es real. (Se podría argüir que el solipsismo es una forma de teísmo que podríamos llamar "autoteísmo", lo que significa "yo soy el Dios de mi propio universo". Pero esta variante difícilmente podría ser considerada "tradicional"). Hoy en día, las ciencias exactas has exorcizado en alto grado la duda última acerca de la existencia del mundo como un problema metafísico insoluble. Ninguna respuesta puede ser aprobada o rechazada.
El problema epistemológico: "¿Cómo obtenemos el conocimiento?" Una objeción mas permanente, realmente de bastante actualidad, surge de las afirmaciones segunda y tercera de Gorgias: ¿Cómo, de ser posible, puede ago ser conocido y comunicado? El primero de estos dos problemas constituye la base del sistema de Immanuel Kant (1724-1804). Nosotros podemos conocer, argumentó, solamente las impresiones de las cosas, pero no las cosas mismas, más aún, estas impresiones son percibidas sólo virtualmente al ser ordenadas a categorizaciones de acuerdo a ciertos criterios innatos de la mente perceptora. Cualquier intento por utilizar métodos empíricos a fin de llega más allá de las "simples" apariencias, a las "cosas mismas", sólo podrá terminar en una especulación sin fin y esotérica. Aunque Kant quería proporcionar directrices rigurosas para la adquisición de conocimiento, realmente proporcionó una opción para el científico y una excusa para el metafísico. El científico tuvo que abandonar su esfuerzo por conocer el mundo o replantear sus dudas para admitir que nunca podría sino conocer más que apariencias. Por otra parte, el metafísico y el teólogo pudieron ignorar cómodamente las relaciones establecidas empíricamente al aceptar que estas relaciones realmente nada dicen acerca de las cosas mismas, tan sólo de sus proyecciones. Aun sin dudar de la existencia del mundo, se puede ver cómo la distinción de Kant de los fenómenos percibidos opuestos a las cosas "reales" tuvo que llevar al siguiente paso lógico: las percepciones y las observaciones son eventos íntimos personales, que por definición no pueden ser compartidos directamente. (La percepción de alguien más, por tanto, se convierte en una proyección que puede ser conocida por mí, únicamente como una proyección de "segundo orden"). Ciertos problemas lógicos, por ejemplo, donde la propia mente de uno es observadora u observada, o ambas, no debe preocuparnos aquí.
Examinaremos en cambio, el argumento, dado que no podemos conocer nada de lo que está "ahí", de que todo lo que podemos saber es aprendido al observar y analizar nuestras propias percepciones o aquellas ideas innatas que pueden existir en nosotros.
Suponiendo que nada sabemos acerca del mundo "real", sólo lo que observamos dentro de nosotros, es no obstante indiscutible que la mayoría de nosotros, la mayor parte del tiempo, actuamos como si esperáramos que estas percepciones y observaciones ocurrieran en una forma bastante ordenada, o más aún, para usar los términos inquietantes pero precisos, como si nuestras percepciones dieran al final la ilusión de causalidad y determinismo. Cuando nos equivocamos al derivar las consecuencias de esta "alusión", una percepción muy desagradable puede resultar tal como la que es causada por la percepción de un supuesto y no necesariamente existente, camión que pasa sobre nosotros. Desde luego que el hecho de que las percepciones ocurren en esta forma ordenada no prueba la existencia "real" del camión. También podemos en situaciones excepcionales, escoger el cultivar las percepciones independientemente de su ordenamiento, como sucede en un delirio o bajo la influencia de una droga psicodélica.
Pero es precisamente la diferencia entre estas últimas experiencias y las que se dan ordenadas en nuestra vida en vigilia lo que nos lleva a tomar una decisión. Nunca podemos saber si nuestras percepciones privadas son enteramente el producto de un conjurador engañoso y sobrenatural o si es que existe alguna relación consistente entre lo que está afuera y lo que está en nuestro cerebro. Nuestras alternativas consisten en actuar como si fuera posible conocer, o resignarnos a lo que es, en efecto, solipsismo. Si aceptamos lo último, el siguiente paso obvio sería imponer nuestra elección sobre nuestras percepciones y percibir nuestro universo confeccionado por nosotros mismos, de acuerdo a nuestros deseos. Muy pocos de nosotros somos capaces de hacerlo así, y aquellos que lo hacen no son vistos por los demás con ecuanimidad. Se tiene a verlos como si experimentaran ilusiones.
No obstante, sin hacer un salto muy temerario, podría ser razonable, o al menos conveniente, aceptar que el universo existe, que tiene, al menos en cierto grado, orden, y que puede, al menos en cierto grado, ser conocido.
1.5.15. Fuentes del Conocimiento Se puede decir que, el comportamiento orientado a la búsqueda del conocimiento, es una característica del aborigen primitivo tanto como del refinado citadino (de hecho, de ninguna forma está limitado para el hombre). Los motivos para la búsqueda del conocimiento, no necesitan ser los mismos; pueden variar desde las necesidades físicas básicas hasta la satisfacción sensación del dominio. Algunas de las formas en que el conocimiento ha sido buscado por el hombre nos parecen divertidas hoy en día; las entrañas de los animales ya no son un método generalmente aceptado para predecir el futuro (no obstante, la lectura del café y del tarot aún es muy popular).
Pero la magia, como un medio de adquirir el conocimiento, no necesita ser siempre espectacular en sus procedimientos, ni puede decirse con certeza que tal conocimiento sea necesariamente erróneo siempre.
La característica que lo define, y que lo distingue de los procedimientos científicos, consiste en que acepta la existencia de una relación entre los eventos, que es puramente especulativa y no sujeta a la verificación critica. También la forma en que se acepte que un evento afecta a otro no tiene base en las leyes naturales; forma en que digamos, se supone que las estrellas afectan al destino humano, no especifica.
No debemos caer en el error de ridiculizar los intentos de algunas culturas en sus etapas tempranas de desarrollo para adquirir el dominio de su ambiente mediante el uso ocasional de la magia. Algunos aspectos de la misma ciencia se desarrollaron a partir de la magia, y cualesquiera que sean las diferencias, comparte con la magia la necesidad de conocer el mundo físico (en oposición a la metafísica) y la creencia de que el hombre puede ser mas que una cosa pasiva, imposibilitada para comprender, que forma parte de tal mundo. Una influencia bastante más perniciosa es la ejercida por aquellos que pregonan que han venido a conocer la naturaleza del universo al ponerse a pensar en él intensamente, o a través de la inspiración de un agente sobrenatural. El científico no necesariamente sostiene que el único conocimiento valioso es el empírico; puede ser con frecuencia una persona profundamente preocupada por los valores espirituales. Pero cuando busca descubrir el funcionamiento del mundo real, tangible, debe, sobre todo, estar listo para observar ese mundo, y sus inferencias deber ser consistentes con dicha observación.
Finalmente, los argumentos se presentan a veces diciéndonos que es absurdo o pecaminoso estudiar la naturaleza del hombre. Hay solamente dos posibles refutaciones a estos dos puntos de vista. El científico debe, primero que nada mostrar que sus métodos acrecientan nuestro conocimiento del hombre y debe demostrar que el conocimiento es preferible a la ignorancia.27
1.5.16. El acto de la Percepción ¿Qué es la percepción? La percepción es, simplemente un acto. De acuerdo con un viejo e ingenuo concepto, los nervios conducen las imágenes o propiedades del objeto al cerebro donde distintas máquinas registran los estímulos procedentes del exterior.
La percepción es el acto físico de recibir impresiones o sensoriales (a través de los órganos de los sentidos), es decir, de registrar la reflexión de la luz o, para ser más exactos, las ondas luminosas, de registrar las ondas sonoras, de responder con una sensación cuando se tocan las llaves que marcan "frío", "calor" o "dolor".
Por lo tanto, la percepción es influida por factores emocionales y deseos (asociación de factores emocionales y sentimentales), y determinantes psicológicos externos tales como la sugestión o la influencia de grupo (un proceso de estabilización individual y de adaptación social) Los principios básicos de la percepción:
1. Factores de proximidad.
2. Factores de Semejanza.
3. Factores de dirección e inclusión.
Una percepción es resultado de la interpretación de dos estímulos: la figura y el fondo, esto es de acuerdo con la teoría de la Gestal.
Entonces debemos de comprender que, la percepción no es un fenómeno aislado, sino que está determinado por estímulos externos e internos. Ya que, el acto de percibir es un acto de integración y de síntesis. La percepción esta dirigida por la atención, el interés, la integración y otros factores psíquicos.
EL SISTEMA PERCEPTUAL Y EL MUNDO SENSIBLE
¿Cuáles son las facultades de la mente? ¿Cuál es el sentido constructivo de la necesidad y el sentido que tiene el SABER en la vida humana? ¿Cómo adquiere y a través de que mecanismo ENTENDIMIENTO HUMANO? ¿Para que le sirve al individuo el ENTENDIMIENTO?28
¿Cómo conoce y percibe la información del exterior y del interior el ser humano? ¿Qué es el cerebro humano? Las posibilidades potenciales de toda persona son las más fascinantes e interesantes de toda la creación.
Ray L. Wilbur "Los antiguos griegos pensaban que la mente se encontraba en el corazón y no en el cerebro humano. Consideraban que ya que la mente era esencial para el ser humano, está debería estar en el órgano más vital de todos los órganos".
El cerebro tiene aproximadamente el tamaño de dos manos colocadas una junto a la otra o el de un coco. Pesa alrededor de 1.5 kg, es de consistencia blanda, de color blanco-grisáceo, compuesto básicamente de agua en sus células, llamadas neuronas.
El individuo tiene dos mentes, una que piensa y razona (actos voluntarios o racionales), y otra que siente actos involuntarios o instintivos) es un conjunto de conocimientos impulsivos y poderosos.29
Hay tres cerebros en uno, seglin el Dr. MacLean (1987), y se demostr6 que las emociones y el estres afectan el aprendizaje y como se registra el aprendizaje en el cerebro.30
El cerebro humano es el gran centro biológico en el que la materia se transforma en conciencia. El cerebro es el gran centro en el que radican las dos fuerzas de conciencia y la mente. Los dos lados del cerebro humano, el lado derecho donde se desarrolla la imaginación y la creatividad y el lado izquierdo que corresponde al análisis lógico y otras inteligencias.
Por lo tanto, la esencia de nuestra persona o ser es nuestra unidad de conciencia. En el interior de nuestro cerebro ocurre el mayor milagro de la vida que es el poder darme cuenta de que "yo pienso y existo " Dentro de cada ser humano se encierra un universo. Tal vez aún mucho más vasto y grandioso que el de afuera formado por millones de seres humanos, criaturas biológicas, planetas, estrellas y galaxias.
El universo personal, el de la conciencia. Ahí yacen de acuerdo con Paul MacLein. Todo el archivo evolutivo del cerebro tripartito, el reptil, el mamífero y la neocorteza cerebral.
¿Qué es la mente y cuales son sus características? ¿Cómo podemos examinar nuestra capacidad y ver que objetos están a nuestro alcance y cuales por encima de nuestra comprensión? ¿Cómo conocer el origen, la certeza y la extensión de los conocimientos humanos? ¿Cómo conocer los fundamentos y los grados de creencia, de opinión y sentimiento que pueden tenerse respecto de los diferentes objetos que se refieren a nuestro espíritu? ¿Cuáles son las facultades del espíritu? ¿Cuáles son los límites de la certeza de nuestros conocimientos y los fundamentos de las opiniones que se ven reinar entre los hombres? ¿Qué es el intelecto y cómo se desarrolla en el individuo?
El funcionamiento de los seres humanos en el aprendizaje y en la vida cotidiana esta básicamente determinada por la cantidad de neurohormonas endógenas que produce nuestro cerebro y que también consume. Estas sustancias químicas o drogas endógenas se producen dentro o en la superficie de nuestro cerebro y se consumen también ahí; por lo tanto, es como si tuviéramos toda una farmacia dentro de nosotros que segrega las materias indispensables para la construcción del conocimiento y el pensamiento.31
El cerebro es no solamente una máquina registradora sino que al mismo tiempo que registra interpreta el sentido de las impresiones. El acto de percepción no es como la respuesta de una maquina. Si se instala a varios artistas a que pinten el mismo paisaje, cada uno de ello nos da un cuadro diferente. Cada espectador de una película puede hablarnos de las diferentes cosas que ha observado; una pieza de música es percibida de modo muy distinto por diferentes oyentes; varios testigos de un accidente o de un suceso nos cuentan variadas versiones. No percibimos sólo con un órgano sino que cada fenómeno es registrado por varios y la más ligera desviación en cada uno puede dar lugar a considerables variaciones en cada persona.
Kant dice que, "vemos las cosas no como ellas son sino como somos nosotros". La percepción puede llegar a ser una interpretación de lo desconocido. El siguiente cuento nos expone la idea que tenía un ciego del sol:
Érase un hombre ciego de nacimiento. Nunca había visto el sol y preguntaba cómo era a la gente que lo había visto. Alguien le dijo que el sol tiene la forma de un plato de latón. El ciego golpeo un plato de latón y escucho su sonido. De ahí en adelante cuando oía el sonido de una campana pensaba que era el sol. Más tarde le dijeron que la luz del sol era como la de una vela; el ciego palpó una vela y creyó que tal era la forma del sol y así cuando más adelante tocó una gran vela pensó que se trataba del sol.
Se deduce de esta historia que la percepción no puede ser comunicada y se deduce también sus relaciones con la imaginación. De dicho cuento podemos sacar la conclusión de que la verdad es más difícil de ver el sol, y cuando la gente no la conoce se comporta exactamente igual que el ciego. Lo que es verdad para las percepciones exteriores también lo es para las internas; estas percepciones no son elementos fijos y tienen que ser comprendidas en su conjunto.
¿Qué ocurre cuando miramos un objeto? Las ondas luminosas reflejadas por el objeto llegan a nuestros ojos y, con ciertas modificaciones, impresionan la retina donde nos dan una imagen invertida que es enderezada al llegar al cerebro, donde además se relaciona con diversas asociaciones y recuerdos. Esta imagen combinada es entonces proyectada sobre el objeto, el cual nunca rasga el velo de nuestra percepción. Nunca percibimos el mundo exterior sino en razón del nuestro propio. Por tanto, la percepción no es totalmente distinta de la imaginación. Siempre se proyecta sobre las percepciones cierto grado de fantasía. Debemos establecer una distinción básica entre sensación, es decir, la recepción del estímulo, y la percepción que incluye el conocimiento de la existencia del objeto. La percepción combina cierto número de sensaciones; por ejemplo, el color, la forma, el olor, tamaño y peso, etc.32
Debemos de recordar que, la realidad exterior tiene algunas cualidades que podemos reconocer con la razón. Esas cualidades son las relaciones matemáticas, es decir todo aquello que puede medirse, como la longitud, la anchura y la profundidad. Esas cualidades cuantitativas son tan claras y evidentes para la razón como que los seres humanos somos unos seres pensantes. Por otra parte, las cualidades cualitativas como el color, el olor y el sabor, están relacionadas con nuestros sentidos y no describen realmente la realidad exterior.
Pero la realidad exterior es esencialmente distinta a la realidad del pensamiento. Rene Descartes (1596-1650), ya había constatado que existían dos formas distintas de realidad, o dos sustancias. Una sustancia es el pensamiento o "alma", la otra es la extensión o "materia". El alma solamente es consciente, no ocupa lugar en el espacio y por ello tampoco puede dividirse en partes más pequeñas. La materia, sin embargo, sólo tiene extensión, ocupa lugar en el espacio y siempre puede dividirse en partes cada vez más pequeñas, pero no es consciente.33
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