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Caudillos y nacionalismo durante la determinación nacional (1821-1841)


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Economía y sociedad peruana entre 1827 y 1844
  3. Los caudillos como fenómeno social
  4. El caudillaje y su papel en la determinación nacional
  5. Conclusión
  6. Bibliografía

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Introducción

Los inicios de la república peruana es uno de los períodos más decisivos de nuestra historia. Un país desarticulado socialmente y quebrado económicamente que contaba para garantizar su existencia unitaria con frágiles instituciones y la fuerza de las bayonetas de caudillos militares debió enfrentar el desafío de afirmar su existencia.

Inmediatamente después de lograda la independencia y cuando se esperaba que la promesa de la vida peruana, como la llamaba Basadre, se cumpliera apareció realmente el desafío peruano: su existencia política. El Perú, un país con vieja historia y con rico legado debió agregar a su existencia milenaria la política.

¿Qué posibilitó que un país estructuralmente fracturado evitara la balcanización? La respuesta a ésta pregunta, tomando en consideración la inexistencia de una clase o grupo social dirigente y de instituciones orgánicas y viables, debemos encontrarla en los actores políticos gravitantes durante las primeras décadas de vida independiente. Estos actores fueron fundamentalmente los caudillos militares.

El Perú, al independizarse vio la necesidad de garantizar ante todo su existencia. Fuerzas internas y externas amenazaron el curso de la vida peruana. Por un lado los intentos separatistas al interior del Perú, y por el otro la amenaza externa a nuestras fronteras por parte de la mayor parte de nuestros vecinos. Frente a la inoperancia del estado peruano y a su incapacidad para organizar el país dentro de los cauces institucionales aparece el fenómeno del caudillismo, que en la figura personalista del caudillo se convierte en un canal de participación política y en la fuerza de las armas, en una fuente de poder real.

La historiografía ha visto el caudillismo militar de las dos primeras décadas de vida independiente como estructuralmente anárquico. Los enfoques sobre éste fenómeno han puesto al acento en el papel que cumplieron en la obstaculización de nuestras frágiles instituciones republicanas y de la preeminencia de la constitución. Las luchas encarnizadas que estos sostuvieron para hacerse con el poder fueron destacadas muchas veces con un ánimo inquisitivo. La presente investigación, carente del ánimo de mostrar a éstos personajes como individuos sin ambiciones por el poder, trata de ofrecer otra visión sobre el papel fundamental que cumplieron en la vida política peruana entre 1827 y 1845.

Los caudillos tuvieron una fuente de poder eminentemente regional y feudal; Sin embargo su fuente de legitimación, el nacionalismo, permitió que emergieran como figuras de amplitud nacional. Esta contradicción generó finalmente la incapacidad estructural que tuvieron para consolidarse en el poder, teniendo que enfrentar de manera permanente golpes de estado, pero también la capacidad para que como fenómeno social y político contribuyeran a que el Perú no se fragmente.

CAPÍTULO I

Economía y sociedad peruana entre 1827 y 1844

I.1 LA SOCIEDAD PERUANA EN LOS ALBORES DE LA REPÚBLICA

Dada la extensión geográfica del Perú a inicios de su vida independiente, nuestro país era una república con una escasa población, que apenas alcanzaba el millón y medio de habitantes. A esto hay que agregar que la población estaba dispersa por lo dilatado del territorio nacional y eran en su mayoría indígenas (novecientos mil aproximadamente), los cuales se comunicaban en lenguas distintas al castellano. La proporción indígena era variable a lo largo del territorio nacional. En el departamento de la Libertad (que en aquel entonces incluía a los actuales de Amazonas, Cajamarca, Piura y Lambayeque; mientras que en departamento de Puno, el cual tenía la delimitación actual, el 94 % de la población era indígena.

Durante los inicios de la república se aprecia una gran ambivalencia con respecto a la contribución indígena ( Bonilla: 2001 ) , lo cual habría sido una de las causas de las alzas y bajas en las sumas de la contribución indígena recaudada por el Estado. El caos administrativo y la falta de una política clara del estado en materia de tributo o contribución indígena llevo a la dación de una gran cantidad de reglamentos referidos a esta materia. En efecto, hasta 1830 se habían publicado 30 reglamentos.

El empobrecimiento generalizado del país, en especial de los sectores indígenas llevó a que la contribución de este grupo social se convirtiera en cada vez una fuente de ingresos más insegura. Al respecto Cotler (1978: 88 ) señala lo siguiente:

"Efectivamente, en el primer presupuesto elaborado por Manuel del Río, Ministro de Castilla, mostró que la contribución de los indios producía solo pesos, descenso que se debía según el mismo funcionario, al empobrecimiento creciente de la población indígena (Dancuart-Rodríguez/ i IV: 36-37)."

El rompimiento de la estructura colonial de posesión de la propiedad de la tierra produjo un notorio descenso en las cantidades recaudadas provenientes de la contribución. Históricamente este tributo había estado ligado a la propiedad de la tierra y al alterarse esta última ocurrió lo mismo con el tributo. La independencia llegó de la mano con el pensamiento liberal en términos económicos. Se buscó permanentemente la más irrestricta libertad en la circulación de los bienes. Esto último tendría un impacto importante en el rumbo del tributo indígena. En efecto, desde los primeros momentos de la instauración del orden colonial, la corona buscó asegurar el acceso a la tierra por parte de las comunidades de indígenas, en las llamadas reducciones instauradas por el Virrey Toledo. Este acceso a la tierra aseguró a las comunidades de indígenas el contar con los recursos necesarios para cumplir con la carga fiscal. La independencia al desconocer la legislación colonial puso en desprotección a muchas de estas comunidades, lo cual fue reforzado con el intento de producir transformaciones al interior de las estructuras económicas. Un ejemplo claro de ello fue el proyecto Bolivariano de constituir una burguesía y pequeña burguesía nacional peruana sustentada en la propiedad de la tierra. Para ello el Libertador Simón Bolívar auspició las relaciones liberales en el acceso a la propiedad de la tierra, generando con ello, la desprotección de las comunidades indígenas.

Al respecto Cotler (1978: 69 ),menciona lo siguiente:

"Fue la existencia misma de la comunidad que el decreto de Bolívar del 8 de abril de 1824 amenazaba, al declarar la propiedad de los indios sobre sus tierras, con el consiguiente derecho de alienar las tierras a terceros. El propósito implícito en esta decisión era la de crear una clase de prósperos pequeños propietarios independientes, dotados de la capacidad de desarrollar un mercado nacional. Sin embargo, los resultados fueron diferentes. Muy pronto las autoridades percibieron las amenazas que se cernían sobre la población indígena como resultado de esta decisión, razón por la cual postergaron su aplicación por un período de 50 años. Cualquiera que hayan sido las vicisitudes de ambos decretos, el hecho concreto es que se estableció de manera irreversible una brecha en el dique de contención entre hacienda y comunidad, preparándose el camino para expansión de los grandes latifundios cuando nuevas fuerzas dinamizaran el conjunto de la economía rural."

Los intentos de liberalizar la economía peruana no conllevaron al desarrollo del comercio ni a la formación de una burguesía nacional. El experimento Bolivariano finalmente quedó abortado con la abrupta salida de Bolívar del poder. El Perú, a partir de esos momentos reforzará sus relaciones feudales a nivel de propiedad agraria. Ello explica el porque la población indígena estuvo en una situación de mayor precariedad con la llegada de la independencia que antes de ella.

En 1828, de acuerdo a la Guía de Forasteros, la población fue estimada en 1.249.723 habitantes y estaba regionalmente distribuida de la manera siguiente (Basadre, 1968-1970: 167) :

Departamentos

Habitantes

La Libertad

230.970

Cuzco

216.382

Junín

200.839

Ayacucho

159.608

Puno

156.000

Lima

149.112

Arequipa

136.812

Total

1.249.723

La sociedad peruana heredad de la colonia exhibía enormes abismos y diferencias. Al respecto Peter Klaren ( 2005: 175), citando a Nugent ( 1997:15), sostiene que

"EI Perú colonial era, por el contrario, una sociedad altamente estratificada, jerárquica y sumamente desigual, creada sobre diferencias fundamentales entre sus pobladores. «Las distinciones basadas fundamentalmente en la raza (indios, mestizo, blanco), el género (femenino y masculino), la ascendencia (hispana o nó) y la propiedad de la tierra segregaban la población en (lo que en teoría eran) categorías sociales fijas y heredadas que prescribían en gran medida las posibilidades de vida de las personas que las ocupaban»

La mano de obra esclava siguió siendo fundamental en la economía agraria de la Costa peruana. La mayor parte de esclavos vivía en el departamento de Lima, seguido de Ancash e Ica. Pese a su importancia económica su utilización fue decreciendo como consecuencia de la ley de libertad de vientres. Hubo varios intentos de importar esclavos; sin embargo, fueron impedidas por la oposición Inglesa, que calificó dicho comercio de "infamante". Sin embargo los cargamentos de esclavos africanos prosiguieron hacia el Caribe y Brasil. La esclavitud adquirió las formas de servidumbre. En as plantaciones generalmente el esclavo se comportaba como un campesino. Pero la presencia esclava en el Perú no se limitaba a su trabajo en las plantaciones. Era mucha su contribución en las casas de los hacendados, en residencias acomodadas y talleres urbanos, desarrollando una gran gama de oficios, como fue el caso de la panadería, zapatería, entre otras. Este les permitió a muchos hacerse de ingresos extras que le posibilitaron comprar su propia libertad.

Muchos de los afroperuanos que habitaban, incluso al interior de las plantaciones era libres, laborando para conseguir ingresos extras.

El advenimiento de la independencia si bien no constituyó una auténtica revolución social sí favoreció ciertos cambios que contribuyeron al ascenso de los sectores medios. La eliminación de ciertos exclusivismos que beneficiaban a la alta aristocracia colonial, ya desaparecida, contribuyó a la conformación de un nuevo orden social en el cual los nuevos terratenientes y los comerciantes, junto con los militares pasaron a ser los nuevos sectores dominantes en el Perú. Los dispositivos legales que permitieron este ascenso se dieron al amparo de la corriente anti-hispanista que imperó en los momentos inmediatamente posteriores a la independencia. De igual forma el discurso ideológico liberal y burgués tuvo u notable influjo entre la inteligencia peruana de aquel entonces, que acompañaba su idea de la igualdad con la del orden republicano. Aunque es menester advertir que en el Perú no hubo un balance entre el discurso liberal que estuvo en manos de personalidades como Francisco Javier de Luna Pizarro y la carencia de una clase burguesa capaz de conducir al país.

La sociedad peruana eliminó muchas de las estructuras que hacían posible la sociedad de castas y estamental que había caracterizado al, mundo colonial. Esto permitió que nuevos sectores criollos y mestizos reemplazaran a los españoles en la propiedad de la tierra principalmente. El hecho de que la propiedad de la tierra se trasladara a manos nacionales no conllevó la eliminación de los viejos mecanismo de explotación indígena instaurados desde la colonia.

La realidad económica y social por la que atravesaba nuestro país hizo imposible que se cumpliera con la llamada promesa de la vida peruana. Pese a que los liberales intentaron, a través de la legislación, eliminar las desigualdades sociales restituyendo al indígena el mismo estatus que otros sectores, en la práctica esto no fue posible debido al proceso de re-feudalización por el que atravesó en Perú en aquellos momentos.

El sueño liberal terminó siendo la pesadilla indígena. Los ideólogos y legisladores de la naciente república creyeron que nuestra sociedad podía ser transformada por decreto. La estructura económica y social no pudo ser transformada desde la subestructura estatal e ideológica.

En concordancia con el ánimo anti-español que caracterizó a las guerras de la independencia, se dictaron un conjunto de dispositivos tendientes a extinguir los privilegios que había tenido el sector hispano en el Perú. La igualdad de derechos y deberes, es decir, la extinción de la sociedad de casta era condición ineludible para la construcción del Estado republicano. Todo ello posibilitó que nuevos sectores sociales, criollos y mestizos que habían estado relegados del acceso al poder encontraran espacios para reemplazar al viejo sector español en las diferentes posiciones de poder económico, político y social en el Perú.

I. 2 Economía

La agricultura del Perú se había distribuido y desarrollado de manera distinta. En la Costa se desarrollaron, desde la época colonial, cultivos como el arroz, el azúcar y la vid; mientras que en la Sierra se imponían los cultivos tradicionales andinos.

El desarrollo de la agricultura de la Costa influyó en las actitudes que los hacendados costeños del norte tuvieron con respecto a la independencia. El Perú, desde tiempos coloniales había sido un exportador de azúcar a Chile y en gran medida el ansia de no perder este rentable mercado influyó en la aceptación de la independencia.

La producción de azúcar se realizaba a través del uso de mano de obra intensiva y el uso de trapiches. La mano de obra era mayoritariamente esclava. La producción de azúcar no fue privativa de la Costa, aunque sí mayoritaria. En aquella época existía producción azucarera en algunos valles cálidos de Cajamarca y Cusco.

Uno de los factores que coadyuvaron a detener el desarrollo de la producción azucarera de la sierra fue la escasez de caminos y vías de acceso, lo cual impedía el ingreso a los mercados.

Otros cultivos importantes de la costa, que provenían desde los tiempos de la Colonia fueron la vid, de la que se extraía en "pisco, los olivos y el algodón.

El medio principal para realizar el transporte de carga a lo largo del territorio del Perú, siguió siendo la mula. Las mulas eran traídas desde el norte de Argentina, como había venido ocurriendo desde la época Colonial.

Muchas de las tierras que durante la época colonial habían pertenecido a terratenientes españoles o a conventos u órdenes religiosas, como efecto de la emigración y de la nueva legislación republicana pasaron a manos del Estado. Estas tierras posteriormente fueron transferidas a comerciantes, los cuales habían entregado dinero al estado en forma de préstamos.

Desde el punto de vista económico Chile fue uno de los países con los que mayor intercambio mercantil mantuvimos desde la colonia hasta la república. A Chile se exportaba azúcar y se recibía trigo de aquel país. También se exportaba tabaco. El tabaco era producido en algunas zonas de Chachapoyas y Jaén. El Perú durante esta época también exportaba algodón, cueros de ovinos y camélidos así como la cas-fuñam, corteza medicinal muy apreciada en Europa; aunque con valores muy inferiores al azúcar.

La economía peruana en los albores de su vida república tuvo como principal característica su desarticulación. Esta permitió la re-feudalización del Perú y posteriormente la incapacidad para la emergencia de un sector dominante con proyecciones nacionales. El país estaba en términos económicos y sociales fragmentado. Un ejemplo de ello es que la población indígena. La población indígena estaba formada fundamentalmente por aquella que era parte de las llamadas comunidades campesinas, las cuales fueron creadas durante el siglo XVI por el Virrey Toledo. Muchas de estas comunidades se mantuvieron y retuvieron a su población; pero otras pasaron a formar parte de grandes dominios agrícolas la mayor parte de las comunidades de indígenas mantenían esporádicos contactos con el mercado. Esto no sólo nos permite definir a su población como campesina, sino además a pensar en el mundo andino como un mundo socialmente fragmentado.

La economía agraria del Perú puede ser vista como la de una completamente desarticulada en términos nacionales, y articulada en espacios restringidos, de carácter regional o local a través de la presencia de complejos agrarios o mineros que le imprimían un limitado dinamismo a la economía local y familiar.

De acuerdo a Bonilla ( 2001), el Perú tuvo como base económica fundamental, a inicios de su vida independiente la exportación de plata, además de lana, nitrato de soda, algodón y cortezas. Esta situación se mantuvo hasta la llegada del boom guanero

Exportaciones del Perú (en libras esterlinas)

Productos

1825

1839

1840

moneda fraccionaria

600.000

1.310.828

1.562.149

lana

14.500

130.087

141.724

nitrato de soda

59.830

90.942

algodón

19.400

74.360

85.881

cortezas

29.600

10.066

23.600

Fuente: Mathew 1964: 77. Extraido de Bonilla, Heraclio(2001)

Al respecto Bonilla ( 2001: 172 ) menciona:

"Dejando de lado las cortezas de quina y del nitrato de soda cuya producción incorporaba también regiones no peruanas, se observa que los productos dominantes en el cuadro de las exportaciones peruanas eran la plata y el algodón. La primera en 1825 representó el 90% del valor total de las exportaciones, porcentaje que en 1840 era aún del 82% (Bonilla, 1977: 96). En el caso de las lanas, sus exportaciones en 1825 eran un 2,18% del total y en 1840 llegaron a un 7,44%. A propósito de la plata es importante señalar, sin embargo, que el grueso de las exportaciones de este metal no fue sólo bajo la forma de lingotes sino que incorporó también circulante monetario…"

Según Fisher (1977), la minería fue uno de los sectores más seriamente afectados con la extinción del sistema colonial, aunque este declive se produjo de manera menos acentuada del que usualmente se ha señalado.

Durante las primeras décadas de vida independiente, previas al auge guanero, nuestra economía exhibió una apreciable debilidad. Ello se hizo patente en el hecho de que hasta 1840 aproximadamente el Perú tuvo que exportar sus monedas de plata acuñada para hacer frente a las necesidades de bienes importados.

La política de libre comercio mantenida por el Perú con respecto al intercambio con Inglaterra alentó la importación de bienes ingleses y profundizó la desarticulación de la economía peruana, aumentando con ello nuestra dependencia económica.

Al respecto Bonilla sostiene lo siguiente ( 2001:173)

"…Sin embargo, la profunda fragilidad de la economía peruana hasta 1840 hizo que estas monedas acuñadas a su vez fueran exportadas en pago de la creciente importación de telas inglesas a que la política de libre comercio alentara desde 1821…."

Un ejemplo de la dislocación económica por la atravesaba el Perú en aquellos momentos fue el hecho de que en zonas productoras de plata, como Cerro de Pasco existiera permanente escasez de circulante para realizar las actividades económicas habituales, por lo cual se recurrió incluso al trueque o uso de monedas- mercancía de diverso origen. (Bonilla, 1977).

No solo la Costa norte del Perú incorporó al país en el comercio internacional. La lana destacó como uno de los productos de exportación más importantes de nuestro país. Flores Galindo destaca el papel que cumplió en la economía regional sur andina (Flores-Galindo, 1977). La oferta de lana peruana era de dos orígenes: la lana de oveja por un lado y la lana de camélidos por otro. La primera era producida por ganaderos bancos y mestizos, en grandes estancias del Altiplano; mientras que la de camélidos era producida por comunidades en unidades domésticas.

El comercio lanero sur andino permitió la articulación mercantil en torno a puertos como Islay y Mollendo. Se constituyeron redes mercantiles que comunicaban desde los grandes mercados internacionales europeos hasta el interior de las comunidades altiplánicas. Ello permitió la aparición de una élite regional que posteriormente se traducirá en la búsqueda de su autonomía política y económica, expresada en el apoyo que brindó al proyecto de Confederación Perú- Boliviana.

Con respecto al impacto que tuvo el auge del comercio lanero en el sur y de las implicancias sociales que éste tuvo Bonilla ( 2001: 173) sostiene lo siguiente:

"…En ambos casos, la comunidad mercantil instalada en Arequipa o en puertos sureños como los de Islay y Moliendo fue esencial como mecanismo de intermediación entre la producción regional y los mercados europeos, constituyéndose a partir de esta actividad la base más significativa para la emergencia de una élite regional que no tardará mucho en traducir política e ideológicamente una capacidad económica en constante expansión."

Sobre ala importancia económica del sur, Bonilla ( 2001: 174) señala:

"En 1824, según las estimaciones de Ch. Ricketts, el cónsul inglés, existían en el Perú cerca de 36 casa mercantiles inglesas, de las cuales 20 estaban ubicadas en Lima y el resto en la región de Arequipa (Hum-phreys, 1940: 126-127). Sus actividades fueron decisivas en el proceso de expansión comercial de Inglaterra, cuya producción, especialmente la de textiles, requería de manera incesante la expansión de mercados ultramarinos como consecuencia del incremento de la productividad industrial asociada a la serie de cambios tecnológicos, producto de In revolución industrial…"

Durante los primeros años de vida independiente el Perú mostró una balanza comercial deficitaria. Esta situación se mantuvo hasta 1840 en que nuestro país inició la exportación del guano. El déficit fiscal fue un tema preocupante en los primeros años de la república a tal punto que nuestro país debió recurrir a la exportación de circulante monetario nacional.

La liberalización del comercio exterior peruano permitió la importación de una gran cantidad de bienes, especialmente ingleses, generando con ello un mayor déficit fiscal que nuestro país no pudo afrontar exitosamente hasta la llegada del guano. La importación de productos ingleses, especialmente los textiles ahondaron la desarticulación y paralización productiva en la que yacía nuestro país.

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Bonilla (2001: 174 ) ha hecho hincapié en la desarticulación estructural por la que atravesó la economía peruana durante las primeras décadas de vida independiente del Perú, como consecuencia de la penetración del capital inglés en nuestro país:

".A mediano plazo el impacto que tuvo la exportación de mercancías inglesas a los diferentes mercados regionales del Perú fue separar los mercados de los centros locales de producción y supeditarlos a las necesidades de expansión del capital mercantil inglés, debilitando por lo mismo los incentivos locales al mantenimiento o la expansión de la producción fabril nativa. Ciertamente que este no es un proceso nuevo, en la medida que los primeros indicios de perturbación de los mercados se presentaron desde la segunda mitad del siglo XVIII. Lo que era nuevo fue la intensidad y la irreversibilidad de los resultados."

Las actividades económicas en general lucieron bastante debilitadas en el Perú post 1821. Las únicas actividades que mantuvieron cierto dinamismo y que permitieron sostener la crítica situación de la economía nacional fueron la minería, que proveía del circulante que hacía posible la importación de una gran cantidad de mercancías y la producción lanera de la sierra sur del Perú ( Bonilla:173)

La independencia, en términos económicos, significó para el Perú el ingreso en un nuevo orden económico mundial: el capitalista. En cierto sentido, la independencia de Hispanoamérica era la consecuencia del triunfo del capitalismo sobre las relaciones feudales a nivel internacional. Sin embargo, ello no significó en modo alguno la extinción de las relaciones feudales en el Perú; sino más bien su reforzamiento en función de las necesidades de los mercados internacionales.

Este hecho debe ser apreciado para determinar la forma específica en que las relaciones feudales se articularon al modelo capitalista internacional, configurando de este modo la forma en que se entretejieron las relaciones de dependencia en nuestro país.

Los obrajes, antiguos centros de producción textil sucumbieron con el advenimiento de la independencia. Esto acentuó la dependencia de nuestro país frente a la producción textil europea principalmente.

Al respecto Bonilla (2001: 172 ) dice:

" Los obrajes fueron centros de producción jara el consumo popular, que operaban con aparatos de madera y de obra semejante a la de las haciendas, a las que los obrajes solían estar integrados. Ubicábanse sobre todo en Cuzco y Ayacucho, más unos en Cajamarca. No pudieron competir frente a los textiles ingleses irnos. Las "bretañas" de lana y algodón, las "cotonias" y el ''fustán" lido con mezcla de lino y algodón) dominaron la demanda de la élite de antes de la independencia; después llegó el turno del tocm'o y las s ("franelas"), provenientes más bien de los Estados Unidos, que se ron hacia el consumo popular. De modo que quince años después de independencia los obrajes ya no sobrevivían, lo que seguramente agra-an los indígenas que durante siglos trabajaron hasta el agotamiento s talleres rurales."

Si bien es cierto que la agricultura permitió la generación de divisas, el principal producto de exportación del Perú siguió siendo la plata. Gracias a ello el Perú puso mantener la importación de una variada cantidad de productos. Entre las importaciones más importantes que el Perú pudo realizar gracias a la exportación de la plata están los aceites, papel, loza, harinas, textiles, entre otros.

Agotados los yacimientos de Potosí durante la época colonial, Cerro de Pasco y Hualgayoc pasaron a convertirse en los principales centros mineros. Sin embargo el Perú perdió su independencia en cuanto a la producción de mercurio se refiere. El azogue era fundamental en el tratamiento de la plata y al agotarse los yacimientos de Huancavelica nuestro país se vio obligado a importarlo de Europa y de Estados Unidos desde la década de 1850.

Otro de los problemas que agravó la situación de la minería fue la escasez de mano de obra. La mita, abolida por las Cortes de Cádiz de 1812 abolió definitivamente la mita en el Perú. Ante esa situación se esperaba que el mercado pueda proveer de la mano de obra necesaria para la producción minera, sin embargo eso no se produjo.

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Mapa del Perú en 1825 http://es.5wk.com/viewtopic.php?f=9&t=876&start=100La esclavitud en los inicios de la república

I.3 El Estado Republicano.

El estado republicano surgió de condiciones por demás azarosas. El independencia peruana jugó un papel preponderante la presencia de tripas extranjeras dirigidas primero por San martí y luego por Bolívar. La aristocracia peruana mantuvo durante la guerra una posición ambivalente y temerosa. Si bien en un primer momento pareció apoyar de manera resuelta la separación de España cuando parecía que la promesa de San martín de no alterar el orden social colonial era viable; el advenimiento de Bolívar al poder hizo que la aristocracia se sintiera más segura bajo la batuta hispánica. Esto explica la actitud contradictoria de Riva-Agüero, miembro de la aristocracia peruana, frente a la independencia. Flores Galindo ha señalado que este temor estuvo alimentado por el recuerdo que aún existía de la revolución acaudillada por Túpac Amaru II y por las terribles consecuencias sociales que conllevó.

El Estado peruano republicano nació casi como el producto del vacío de poder en una parte del territorio peruano, como consecuencia de la presencia de los ejércitos libertadores. Pese a esta precariedad nació con la responsabilidad de construir una nación peruana, sobre bases democráticas, sustentada en el principio de la soberanía popular. El reto de crear soberanía popular era en esencia el desafío de formar ciudadanos, iguales en derechos y deberes. Esta era una tarea de gran responsabilidad habida cuenta que el Perú heredaba un país forjado en la diferenciación de derechos y exclusivismos.

La ambivalencia existente frente al advenimiento de la independencia no fue privativa de la aristocracia colonial y de los sectores más poderosos de la naciente república. Muchos indígenas habían apoyado de manera resuelta al sistema colonial. Esta división en el seno de la población indígena se pudo apreciar desde la época de la revolución de Túpac Amaru II. Las tropas conducidas por Pumacahua fueron decisivas en el curso de la guerra y la derrota de José Gabriel Condorcanqui y estuvo igualmente presente en los primeros años de la República, como fue el caso de los campesinos de Iquicha.

Al respecto Bonilla menciona (2001: 155 )

"El compromiso de esta población mayoritaria con la nueva realidad política era ambiguo. Parece que era algo más firme en el norte que en el sur. En los años finales de la década de 1820 se produjeron varias sublevaciones campesinas en contra del régimen republicano, reclamando los rebeldes los fueros y jerarquías que el régimen colonial, mal que bien, les había concedido. La más prolongada fue la de los indios iquichanos, quienes mantuvieron la zona norte del departamento de Ayacucho fuera del control de lí república hasta 1830 y episódicamente en ocasiones posteriores, que -han prolongado hasta el siglo veinte."

El estado nacional se asentó, en términos económicos, sobre bases deleznables. La economía peruana no era nacional debido a su desarticulación. Durante la época colonial la minería cumplió el papel de articulador de la economía; pero debido a la crisis por la que atravesaba la minería peruana no pudo cumplir esta función, limitándose a ser la bisagra que permitía la articulación de nuestra economía con el mercado internacional.

La precariedad material y administrativa en la que surgió el estado republicano peruano llevó a que hasta 1845 no tuvimos una idea precisa de los ingresos y gastos del erario nacional

"En el caso de los tributos, el 27 de agosto de 1821 San Martín, después de declarar peruanos a los indios, procedió a la cancelación del tributo colonial. Pero la insolvencia del Estado peruano no podía permitir por mucho tiempo el mantenimiento de esta generosidad. Su restablecimiento, el 11 de agosto de 1826, se impuso por la necesidad de sustentar las finanzas de la República en la extorsión de la población indígena, y como resultado de la política social que prontamente adoptara el Estado Peruano. Dancuart- Rodríguez ( 1902 – 1926: t. II, 154- 171) sostienen lo siguiente:

"La experiencia de los siglos había demostrado que la tasa de los indígenas había sido fijada con prudencia y con perspicacia —dijo en 1830 el Ministro de Finanzas José María de Pando—, y puesto que ella esta profundamente arraigada por la costumbre, tan poderosa en el espíritu de las gentes, toda innovación sería peligrosa"

"El tributo indígena fue una de las principales fuentes de ingresos fiscales hasta 1854, en que fue definitivamente anulado por Castilla. Como una única concesión al nuevo signo de los tiempos el tributo colonial pasó a llamarse en adelante "contribución" indígena. La recaudación de la "contribución" hizo necesario dividir a la población indígena en tres categorías fiscales: (a) indios originarios, (b) indios forasteros, y (c) indios sin tierra. Los primeros, que tenían acceso a la tierra, pagaban entre 5 y 9 pesos por año, mientras que los últimos pagaban una tasa que oscilaba entre 2,5 y 5 pesos por año. .."

CAPITULO II

Los caudillos como fenómeno social

II.1 Feudalización, clientelas y caudillos

Las características que cobró el caudillismo en el Perú surgieron como consecuencia de la desintegración del orden patrimonial, característico del sistema colonial. Esto aunado a la feudalización de la sociedad peruana, proveniente a su vez de la ruptura de los principales mecanismos de integración económica y de la desprotección en la que las comunidades indígenas fueron sumidas. Luego de la independencia, así como del ascenso político de los sectores criollos y mestizos hicieron posible su aparición como fenómeno social y político.

terratenientes y caudillos

Los caudillos militares surgieron junto con una compleja red de relaciones de clientelaje, que agrupaba a terratenientes locales. Ante la crisis y la inoperancia del Estado, la presencia de los terratenientes en las filas de los caudillos se convirtió en elemento indispensable. Los terratenientes aportaban el dinero necesario para armar grupos de adherentes que hacían posible a los caudillos la disputa del poder. El poder de donde emergían los caudillos era generalmente de carácter regional.

El caudillo pasó a reemplazar la participación activa de una ciudadanía inexistente. La población participaba como clientela del caudillo. El caudillo era el único que permitía la participación popular en la vida política del país. Este sistema era estructuralmente inestable, por ello no garantizó la paz social ni en orden en el país. Entre los factores que influyeron en ellos están la desintegración económica y social del país que hizo imposible construir redes clientelistas de dimensiones nacionales. Esta situación solo fue superada cuando los abundantes recursos guaneros le permitieron la construcción de redes clientelistas de dimensiones nacionales durante el gobierno de Castilla. Al respecto Radiguet (1971: 130-131), menciona:

"En el embrollo que se llama la Historia del Perú, se ven suceder se de una manera tan rápida los gobiernos y los partidos, los hombres y las ideas, que toda idea sistemática parece borrarse de la conciencia nacional. La permanencia de la anarquía, el triunfo de los vencidos de ayer, la derrota de los vencedores de hoy, han terminado por destruir el fundamento moral de todo orden y por alejar de la autoridad establecida el apoyo de la opinión pública. La fuerza se ha vuelto verdad; aquél que puede disponer de ella llega al poder; siendo-el ejército su instrumento, sus grados son perseguidos con una ambición encarnizada. Los grandes partidos se han subdividido en una serie de sectas políticas, que a su turno, desgarrándose entre sí, no dejan subsistir sino hombres, representaciones, mientras que la idea, el partido, la secta, se personifican en el jefe. Cuando se llega a ese triste extremo, en el cual el individuo lo es todo y el pueblo no es tomado en cuenta para nada, la marcha de la sociedad, en lugar de ser la ley del pensamiento común, no es sino el capricho del hombre fuerte o afortunado"

Cotler (1978: 73 ) ha destacado las relaciones de clientelaje que permitieron el ascenso de los caudillos militares en el Perú

"Estas condiciones permitieron el ascenso social de las capas medias, proporcionando a los caudillos soldados, oficiales, funcionarios e ideólogos —los célebres plumíferos — posiciones a partir de las que se podían obtener las prebendas necesarias para escalar en la jerarquía social. Esto significó el reacondicionamiento de la relación patrón-cliente como fundamento político de la organización social de la naciente República."

El clientelismo se desarrolló favorecido por la ausencia de instituciones que canalizaran la participación popular. Ante esta situación la participación popular fue canalizada por medio de la subordinación a un caudillo. La relaciónes entre los jefes militares y sus bases de apoyo giraron sobre la base de complejas redes de intercambio en las cuales a cambio del apoyo al caudillo los seguidores obtenían diversas prebendas.

Con respecto a las razones que permitieron la continua recomposición de la redes clientelistas, Basadre (1931: 39).menciona:

"..Este continuo desplazamiento no era casual: la relación de clientela entre caudillo y allegados reposaba en el respaldo de sus seguidores en la medida que éste fuera capaz de otorgarles favores personales. Así se explica la contradanza de la vida política peruana durante el siglo XIX, "en donde en poco tiempo se está al lado de quien se tuvo al frente y viceversa…"

La precariedad social, como consecuencia de las insalvables diferencias entre los diversos grupos sociales, aunada a la ausencia de una burguesía capaz de estructurar un proyecto político condujo a la precariedad del estado y a su incapacidad aglutinadora. Al respecto Benito Lazo ( 1959: 118) , mencionó lo siguiente:

"La diversidad de castas de que abunda el Perú es una especie de gangrena que prepara la disolución, siempre que desde el principio no se sepa neutralizar la ignorancia e ideas groseras de las unas, los falsos conocimientos de las otras y los intereses encontrados de todos… Todavía más: no se conoce en nuestras gentes el espíritu nacional que es el fomento del amor patrio y el nombre de Peruanos apenas tiene en el vulgo un vago e indiferente significado…"

Partes: 1, 2
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