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Antecedentes históricos de las relaciones entre el estado, la universidad y la sociedad en Bolivia

Enviado por raul_alberto_a


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    Indice1. Introducción 2. La educación Superior en la Colonia 3. El proceso de la Reforma Universitaria. 1928-1931 4. A manera de conclusión 5. Bibliografía Citada

    1. Introducción

    Para explicar un fenómeno social, en este caso particular la educación superior boliviana, se debe primero establecer que tal fenómeno siempre esta situado en un lugar especifico y un momento determinado. Para llegar a entender el fenómeno educativo actual, debemos remontarnos hasta sus formas más primitivas y más simples; explicar las características por las cuales se definen en cada "estrato" histórico el cual lo limita, para luego poder identificarlo y definirlo en el proceso de su desarrollo, contemplarlo y acompañarlo en su progresiva complejización.

    Este recorrido supone una serie de etapas y periodos que, si bien tienen un orden cronológico, estos solo se tomaran en cuenta en la medida que se ubiquen en los momentos de ruptura con un orden establecido, lo cual nos permitirá apreciar los nuevos postulados educativos de una manera comparativa y critica; además de mostrar que la evolución del fenómeno educativo no es ni mucho menos en una dirección lineal o ascendente, como lo sugiere los esquemas tradicionales de análisis histórico, sino que bien podríamos encontrarnos con proceso cíclicos y, entonces, observar que el presente que conocemos y vivimos, se fue configurando también por procesos de involución.

    Este documento es un abstract del trabajo de investigación histórica sobre las transformaciones educativas en el marco social y del Estado boliviano, cuyo trabajo íntegro está disponible en la biblioteca de Formación Docente, el objetivo es aportar con el dato histórico a un proyecto mayor: el de las relaciones Estado – UniversidadSociedad, el cual será importante para completar el panorama educativo en la actual Bolivia.

    Antecedentes de la institución educativa en Bolivia El marco educativo Colonial La postura epistemología, desde la cual se encara el problema de la educación, es decisiva para la generación de teorías pedagógicas que sustenten y den coherencia al proceso. Vamos a entender el aspecto epistemológico en educación como construcciones discursivas que organizan, consciente o inconsciente las practicas educativas (Puigros, 1994), en este sentido; es encontrarse con la "educatio" latina, la cual impregnada de la escolástica (dominante en el proceso educativo en la España Imperial) alude, a partir del viejo mito del Prometeo, a la necesidad humana de complementarse y ante todo de conocer como medio de alcanzar la plenitud.

    Las teorías sobre la educación que llegan al Alto Perú, se encuentran dentro de esta línea escolástica; en la tradición tomista la educación fue concebida como la conducción del alumno por el maestro con un sentido intelectual y verbalista. En la colonia española la educación cobró el sentido normativo de conducción cuando se dirigió al pueblo y de enseñanza cuando sus destinatarios eran españoles, criollos o el clero. Tal concepción no cambio en nada pese a que, en 1657, Comenio produce la ruptura entre las concepciones medievales de educación, llevándola al campo empirista de Bacon y constituyéndose en el pilar de la educación moderna.

    En 1762 Rousseau ubica a la educación dentro los márgenes de la socialización: individuo-sociedad. Tendrían que transcurrir un siglo para que en Sudamérica Simón Rodríguez (y más tarde los argentinos de la generación del 37) recoja del "Emilio" sentidos diversos que conllevan diferentes concepciones sobre las relacione entre la educación y la sociedad, la educación y el Estado.

    En los albores de la independencia Simón Rodríguez inauguro un liberalismo en la educación latinoamericana, cuyo contenido democrático funcionó como denuncia de la subordinación de la educación a la lógica del poder. Esta idea será reforzada en 1814 con Saint-Simon, que es leído por numerosos liberales latinoamericanos, especialmente chilenos, desde entonces la educación estaría ligada a la tarea de integración entre individuo y organismo social y a la consolidación del Estado Nación.

    Características de la Educación Colonial Desde su implementación la educación siempre funciono como un verdadero y eficiente aparato ideológico del poder (Althusser, 1970), y como tal, reprodujo las relaciones de dominación colonial; la característica principal son las pocas innovaciones en las colonias americanas en el campo educativo, esto se traduce en el echo de que son contadas las políticas educacionales por parte de las autoridades reales españolas o por la iglesia católica.

    "Durante el coloniaje poco hay que decir acerca de la instrucción, que llegaba desde la península, interferida y dispuesta al sostenimiento y estabilidad del régimen español", estas palabras expresan lo que significo el periodo colonial en materia educativa, solo un privilegio para españoles o hijos de españoles, o para los que contaban con un título de blancura.

    El monopolio de la instrucción estaba en manos de la Iglesia Católica, la cual transmitía sus escasos conocimientos para habilitar estudiantes a las carreras eclesiásticas o de leyes, las únicas en la Universidad colonial. El resto de la población estaba completamente privada de la atención de la instrucción verbalista, al respecto Enrique Finot anota: "El método escolástico presidía la enseñanza, y la juventud formada bajo tal sistema era lo que tenia forzosamente que ser…inepta para todo asunto de trascendencia práctica".

    El modelo educativo en la colonia era el memoristico, el contenido educativo se reducía a dos divisiones de las artes liberales: el Trivium (Gramática, lógica y retórica) y el Cuadrivium (música, aritmética, geometría y astronomía). Como es evidente la enseñanza colonial estaba en total discordancia con los progresos pedagógicos, científicos y naturales del siglo XVIII, se identificaba con el geocentrismo y para la explicación de los fenómenos naturales se bastaba con las sagradas escrituras.

    Pero tal vez la característica central de esa educación colonial la aportaba el eurocentrismo, esas categorías mentales estructuradas en milenios y siglos (Rojas, 1993) que propiciaron una visión muy particular que marginaba totalmente al hombre americano de lo humano (de lo humano europeo). La educación colonial tenia su punto de partida en el eurocentrismo, Rojas Aspiazu comprenderá la permanencia esta la actualidad de esa mirada invisivilizadora de Colon, esa que lo hacia describir al hombre que encontró como parte del paisaje. La educación en la colonia es la respuesta a la discusión entre Sepúlveda y Las Casas sobre la naturaleza subhumana del hombre americano: el americano es perfectible, hay que adoctrinarlo para que su cualidad humana se complete.

    La Educación en el Periodo Republicano Ignoraba al indio. La república, además, nacía en la miseria. No podía permitirse el lujo de una amplia política educacional". José Carlos Mariátegui. La independencia fue una ruptura en la estructura de poder colonial producida por la decadencia en la que se encontraba la metrópoli a fines del siglo XVIII e inversamente por los avances políticos que se manifestaban en las colonias debido de la agudización de las contradicciones entre los intereses de los criollos y capas dirigentes locales, con la Corona y con sus autoridades en el Nuevo Mundo.

    Con la independencia de la República de Bolivia, las capas dominantes republicanas, simplemente sustituyeron la estructura de poder colonial, razón por la cual los valores y la visión de la educación colonial sobrevivieron a su tiempo y se constituyeron una barrera impenetrable, los criollos se vieron como los herederos de los valores, usos y costumbres y practicas sociales coloniales que posteriormente, en la practica educativa, se fueron perpetuando.

    La ideología dominante llevaba implícita la exaltación de los valores hispánicos y el desprecio por el elemento indígena y por el trabajo manual. El "doctorismo" expresado por el apego por los títulos académicos, la sobrevaloración de la lengua castellana y negación de las lenguas indígenas, su marginamiento lingüístico del sistema escolar al igual que la marginación de la mujer de los beneficios de la educación por prejuicios de tipo moral y religioso fueron las características constitutivas de la educación republicana.

    Estos elementos servían como justificación a la rígida estamentarización social la cual expresaba la supremacía del criollo en la jerarquía social y el relajamiento del indígena a una abyecta y degradante condición social y humana. El racismo será el componente fundamental de la ideología conservadora cuyo exponente principal fue el intelectual cruceño Gabriel René Moreno.

    En la etapa republicana el monto económico destinado a la instrucción, según Bernardo Monteagudo, para una población de 9000.000 habitantes, una extensión territorial de 3 millones de kms. cuadrados y un presupuesto nacional de 2.3000.000 $ febles, se destinaban a Instrucción y Beneficencia la suma de 185.905 $ y para el Ejercito 1.314.000$. Estos datos guardan relación con los que dos siglos después muestran los gastos de algunos de los últimos gobiernos: la prioridad en el gasto publico no la tiene la educación.

    El dato puede ser complementado con el de la población escolar de ese entonces: según cálculos aproximados, no alcanzaban a 300 escolares en toda la república (y como cruel paradoja) él ejercito pasaba de 5000 plazas.

    No existe en los primeros años de la república la instrucción primaria como tal, como tampoco existe un Ministerio de Instrucción, no existe una sola imprenta en el país; como resultado de este hecho la sociedad boliviana de los primeros años de la república sencillamente no lee, el pueblo mucho menos.

    Características educativas en los primeros años de la República.

    El más firme intento de romper el horizonte colonial mediante la educación popular es la obra de Simón Rodríguez; es un intento por universalizar la educación, extenderla a todos los sectores sociales; estas y otras ideas están implícitas en el Primer Estatuto Educativo (Modelo Liberal Libertario) diseñado por Don Simón Rodríguez, en su condición de (primer) Director General de Educación en Bolivia.

    Este estatuto presenta las ideas más progresistas de su época: concibe a la educación como transformadora y formadora de los nuevos hombres americanos. El contenido de la educación estaba impregnado de un alto componente cívico, dado el compromiso de Simón Rodríguez con una educación democrática e igualitaria, postulados que se llevaron, en parte, a la práctica con las escuelas para todas las clases por más humildes y bajas en la escala social, ellas tenían derecho a la educación. El énfasis esta en la formación de las escuelas-taller y relacionar de esta manera la educación con el desarrollo productivo, dispone la creación de las primeras escuelas de mineralogía en La Paz y Potosí. Pero todo este proyecto y sus pocas escuelas tuvieron una efímera vida y nunca lograron romper con los cánones de la educación de toga y sotana.

    Rodríguez es el primer innovador educativo en América Latina, conoció de presencia la obra de Lancaster y de Pestallozzi y elaboro propuestas innovadoras y de adaptación a las estrategias y métodos elaborados por ellos. La pedagogía activa funciona como modelo teórico de Rodríguez, queriendo más educar que instruir. Se intenta proyectar una educación crítica, donde el hombre sea educado para el ejercicio de su libertad y sus derechos y obligaciones de ciudadano. Su pedagogía tenia dos principios básicos obtenidos del "Emilio": naturaleza y libertad.

    El Método de Aprendizaje activo facultaba suprimir los programas autoritarios y se centraban en los intereses del niño, tan de moda en Europa. Los móviles psicopedagógicos de su programa eran: Educación Popular, Coeducación, Gobierno Propio, Trabajos Manuales, Educación Sexual, Educación Laica y Educación Económica. Sobre el Sistema de Evaluación no existe información sobre las escuelas primarias y secundarias y en la Formación Docente se trabaja con personas voluntarias. Todos estos intentos no pudieron romper con la ideología dominante criolla, la cual termino imponiéndose expulsando y clausurando las escuelas de Rodríguez, procediendo a anular los contenido populares y poner en su lugar asignaturas retóricas.

    La concepción educativa cambia a partir de los Gobiernos de Santa Cruz y Ballivían, para responder a una concepción elitaria y extrangerizante, se inicia el peregrinaje de la educación en la historia del país, por ejemplo en un primero momento se asigna a los consejos municipales atribuciones educativas especificas, como proponer directores de escuelas, cuidar locales, para luego con el decreto del 13 de octubre de 1841 dejar la instrucción primaria al cuidado de los intendentes de policía, por el espacio de algún tiempo.

    Los grandes principios pedagógicos y morales de la época tienen como fondo el que "la letra entra con sangre", "el niño no debe de jugar, no debe ser inquieto, debe de estar sentado en un rincón, debe hacer y oír todo lo que se le diga, debe estar sin hablar, el preguntar es mala crianza,…los niños no deben bañarse nunca porque la suciedad es una virtud cuyo beneficio es el olor a santidad, no deben ir de paseo, ni estar en reuniones con sus compañeros porque se alejan del camino de la castidad y la virtud…."

    La metodología pedagógica se basaba en el método Lancaster, que consistía en el uso de los alumnos avanzados como monitores que "vigilaban" a sus compañeros prestando ayuda o explicación y cumpliendo encargos de los maestros. Tal metodología se complementó con los policopiados que distribuían los maestros, un intento de superar los clásicos dictados y las evaluaciones no eran otra cosa que la repetición memorística de lo dicho o escrito por el maestro. Los planes y programas de estudio mantenían sus características orientadas a las ciencias jurídicas, teológicas y médicas descuidando por completo los colegios de ciencia y artes.

    En 1841 el país cuenta con 60 escuelas primarias, todas destinadas a la élite, con una población escolar de 4.000 niños que aprendían rudimentos de la lectura, escritura, gramática, versificación y literatura, "…todo de memoria, de viva voz del maestro, quien tenia constantemente empuñada la cruel palmeta, terror y martirio del niño, y colgado junto a su mesa, el látigo, signo de oprobio y esclavitud, con que eran vapuleados los inocentes e indefensos escolares, por la autoridad brutal del maestro…" (Calvimonte, 1937).

    Este momento en el desarrollo de la educación boliviana se complemento con la promulgación en los años 1845-1946 del "Estatuto Frias", modelo educativo que retoma las viejas concepciones y practicas educativas del periodo colonial: obligatoriedad de aprender el latín junto al ingles, francés, alemán y castellano. Estableciéndose la memorización como el mejor medio para el aprendizaje.

    Como el propósito central del documento es describir la construcción histórica entre las relaciones Estado-Universidad, no vamos a detenernos en un análisis sobre la escuela boliviana, tema que se encuentra en el documento final sobre el desarrollo histórico de la educación boliviana en general. Resumiendo, la educación en la colonia y en los primeros años de la República fue tomada por el poder como un eficiente mecanismo de legitimación y reproducción social. Si bien es cierto personas como Simón Rodríguez, o Belzu trataron de democratizarla y reforzarla, no son una excepción a la regla del total desinterés por el tema educativo, elementos pedagógicos o didácticos están fuera de las reformas ensayadas a lo largo de la historia de la educación boliviana.

    Por otra parte, reformas estructurales de la educación como en el periodo liberal y el del nacionalismo revolucionario respondieron más que a una preocupación del estado por el deterioro educativo, un complemento de las reformas societales ensayadas por entonces, la primera para apuntar a la tan deseada modernidad y la otra al proyecto homogeneizador del nacionalismo.

    En el análisis sobre las políticas educativas en Bolivia, documento central, se volverá sobre el tema de la educación primaria desde un análisis comparativo de la actual reforma educativa, y en el cual surgen nuevos actores junto al Estado y las instituciones de educación, con el cual se complementara el documento para su discusión.

    2. La educación Superior en la Colonia

    Básicamente el proceso de construcción de la educación superior en la colonia, toma el mismo rumbo que la educación primaria y secundaria, manteniendo su característica excluyente, elitista y como mecanismo de reproducción social. Uno de los problemas con los que tropezamos en esta parte de la investigación es la casi total inexistencia de información, en nuestro medio, de lo que fue el desarrollo de la educación superior en el periodo colonial, por tal razón nos vamos a limitar al análisis del caso alto peruano, es así que encontramos algunos documentos que en cierta manera nos remitan al hecho fúndante del proceso.

    En 1621 los Jesuitas crearon el Colegio de San Bernardo, en cuyo establecimiento lograron la apertura de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca en 1624, teniendo como orientación fundamental la teológica. Teología moral, de Artes, Latín y la lengua aymará con el objetivo catequético, todo esto nos confirma que no fue en todo caso un ámbito de investigación científica, sino todo lo contrario; el Latín y el tomismo limitaban su acción configurando claramente su panorama escolásticamente.

    En 1681 se logro introducir tres asignaturas de jurisprudencia como resultado de la necesidad administrativa de la colonia y la codificación del Derecho Indiano. Iniciándose desde entonces el sesgo jurista en la conciencia social. En 1757 Carlos III organizo la Escuela de Metalurgia, aunque esta nunca aporto o introdujo innovaciones tecnológicas en la colonia como paralelamente ocurría en Inglaterra, sino, todo lo contrario, la producción se siguió fundamentando en un mecanismo tan retrogrado e inhumano como era la mita, además de otros formas de explotación.

    En 1767 se produce la expulsión de los jesuitas y en 1771 los interventores monárquicos propiciaron una Reforma, la cual siempre se mantuvo dentro de la tradición escolástica decadente, el pensamiento intelectual de la colonia solo se llega ah argumentar desde los dogmas católicos y las doctrinas aristotélicas.

    La Academia Carolina Como resultado de la expulsión jesuítica fue creada en 1776 la Academia Carolina cuya principal función era la de formar abogados. La rígida selección de sus alumnos era una de sus características más relevantes. Además de la manera tradicional del bachillerato canónico, la selección se la realizaba a nivel social, ya que está respetaba la "jerarquía natural" a demás de verificarse la pureza de sangre de los postulantes.

    En lo institucional, la Audiencia mantenía un severo control sobre la escuela por intermedio del nombramiento de un jues-conservador; de un auditor; un supervisor de la conducta de los estudiantes así como del presidente de la escuela (Thibaud, 1999). Esto permitió que el Poder (la Audiencia peninsular) y la Escuela (la Academia criolla) coexistieran sin aposición alguna, la escuela respondía en todos los aspectos a los intereses sociopolíticos del poder español.

    Dado el origen geográfico de los estudiantes es posible constatar hasta que punto Charcas fue cuna de la élite cultural, juridico-administrativa regional. En los datos aportados por Clément Thibaud constatamos una relativa dispersión sociológica en los orígenes sociales de los estudiantes y sus intereses en su formación; por ejemplo entre los estudiantes del Alto Perú, como la posesión de tierras no otorga el prestigio que supone el estado de letrado; la educación tiene la función de reafirmar la legitimación de la oligarquía terrateniente, clave de una política de prestigio que intenta borrar el origen económico de su influencia. Era importante para estos estudiantes adquirir el capital simbólico para hacer visible luego el capital económico, esto explica el esmero de los terratenientes paceños por acceder a la escuela ya que ella posibilitaba obtener cargos oficiales.

    En el campo Pedagógico la escuela obtuvo sus "mayores éxitos", su reconocida calidad y "el carácter novedoso" de su enseñanza contrastaba con la penosa situación de la Universidad de Chuquisaca, muy poco innovadora desde la partida de los jesuitas. Esta es una de las razonas por las cuales su fama trasciende los limites del Alto Perú a tal punto de acoger a estudiantes de todos los confines de América; entre los cuales notoriamente sobresalen estudiantes porteños, limeños, y alto peruanos, todo esto permitió la construcción de una élite jurídico administrativa que el Estado necesitaba; haciéndose cada vez más presente, desde entonces la identidad sociocultural de este grupo "Ilustrado" de abogados.

    Los alumnos de la Academia, traen consigo una larga historia "pedagógica", por ejemplo, la mayoría de los extranjeros pasaron su bachillerato de derecho en la Universidad de Charcas, lo que significa que llegan ya marcados por una concepción teológico-escolástica del mundo; es posible por ello, ciertas características de la configuración intelectual común a los abogados de Charcas; los grandes autores de la escolástica clásica y tardía están presentes en todo el proceso de su formación.

    El signo más progresista en la academia era la circulación libre de algunas de las obras "prohibidas" ya que no se aplicaban estrictamente las prohibiciones, a tal punto que los profesores mismos poseían varias obras censuradas y consideradas sediciosas por la Corona, es más, en el circulo universitario era común la concepción monárquica no absolutista, uno de los elementos que permitió el surgimiento de ideas independentistas.

    Pero a pesar de esto el habitus intelectual de los académicos y abogados de Charcas quedo estructurado, en contenido y expresión por el pensamiento escolástico. Este elemento de la contra reforma católica es el horizonte que fija la inteligibilidad de los nuevos enunciados, la regla a partir de la cual todo se piensa y se enuncia.

    Otro elemento de esta condición intelectual, que se extiende hasta nuestros días, es la predominancia de la Técnica jurídica, es decir, la combinación de un saber jurídico de orden técnico y una practica que modifica y renueva este saber; este nivel esta ordenado alrededor de un interés por los conocimientos racionales y de aplicación inmediata. Se toma en cuenta la materialidad de las "cosas" consideradas desde el ángulo de la razón para construir con ellas, un saber práctico, ordenado y fácilmente transmisible (Thibaud, 1997) algo que sin lo cual no es posible una excelente formación tecnócratica.

    Aunque reducidos grupos muestren la existencia de un enciclopedismo de base, un solo dato es graficante de la situación: un buen numero de abogados lee en francés, pero pocos son los que poseen obras de Diderot, Rousseur o Voltaire.

    Se encuentra a la Ilustración en Charcas, pero no con la tónica de la Ilustración europea: critica, irreverente y hasta subversiva, sino exclusivamente en su versión elitista, como un signo de reconocimiento entre la gente cultivada, una serie de postulados difusos entre los abogados aunque ellos siempre se perciban como "la élite ilustrada". Pero contrariamente la Ilustración llegó como una moda al Alto Perú

    La Educación Superior en la República En Bolivia desde 1825 se produce un desplazamiento del Poder Colonial a las élites post-coloniales, pero manteniendo intacta la formación social colonial. Iniciándose todo un "proyecto de sociedad" que excluía totalmente a los sectores populares: así con relación, por ejemplo, a la tierra se producen los asaltos a las propiedades de las comunidades indígenas para luego legalizarlas con la ley de Ex – Vinculación en el año 1874, produciéndose con esto el "despojo legal" de las tierras de la comunidad Indígena Originaria que favorece en mucho a la expansión de la hacienda feudal. A la fundación de la república se establece el monopolio Estatal de la comercialización de la plata hasta 1872, donde un grupo de mineros logran derogar el monopolio iniciándose también el surgimiento de los intereses privados de los capitales anglo-chilenos.

    La producción manufacturera siempre pugnando entre el proteccionismo y el librecambismo, después de la Guerra del Pacifico se impuso este ultimo y con ello la inundación de las mercaderías fundamentalmente inglesas en total desmedros del aparato productor manufacturero.

    Es por de más claro la supervivencia de los valores y las tradiciones coloniales, especialmente referidas a la educación tanto primaria, secundaria como en la educación superior. Durante la primera década de vida republicana se funda la Universidad Mayor de San Andrés de La Paz en 1830 y la Universidad de San Simón en Cochabamba en 1932. A lo largo del siglo XIX estas Universidades y la de Sucre, serian las encargadas de monopolizar la actividad académica de la república y fueron la base de los programas educativos que ensayaron los sucesivos gobiernos.

    Esta condición esta dada por el decreto orgánico de las Universidades, elaborado por Tomas Frias y promulgado por el presidente Ballivián en 1845, que se mantuvo vigente hasta 1908, este decreto dividió el territorio de la república en tres distritos universitarios y encargo a las tres instituciones universitarias existentes la Dirección e inspección de la Enseñanza General del País. El planteamiento del decreto del 15 de enero de 1874, daba cuenta de la existencia de una Universidad Boliviana única, y establecía a las demás universidades existentes solo como distritos de esta.

    Aquellas tres universidades estaban caracterizadas por un bajisimo nivel de diferenciación institucional, y una proporción abrumadora de sus alumnos se concentraba en las carreras tradicionales de Derecho y Medicina. La universidad en lo referente a su relación con la sociedad, reunía a un grupo muy reducido de estudiantes, procedentes de círculos elitistas, la situación no cambiaba a lo expuesto líneas arribas en la colonia. En Bolivia la educación superior era concebida en términos de "agencia destinada a formar la elite dirigente fundamentalmente la elite política" (Tadesco, 1983). Frente a este panorama que articulaba la Universidad y los grupos oligárquicos, la inmensa mayoría de la población, en particular la masa campesina, se encontraba radicalmente excluida del alfabetizo y la escolarización.

    A lo largo del siglo XIX las relaciones del Estado con la Universidad estuvieron marcadas por un elevado grado de intervencionismo. Desde mediados de siglo, el ministro de educación ejerció, por derecho, como funcionario titular de la universidad, el cargo de superintendente, con amplias prerrogativas sobre las universidades.

    Partes: 1, 2
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