La esencia espiritual ecológica parece encontrar su ideal en la espiritualidad femenina y no en la fuerza y agresividad masculina. Desde la más remota antigüedad hay una identificación de la mujer con la Naturaleza(*) y por eso en las religiones antiguas aparece una divinidad femenina en este papel, capaz de representarlo con más convicción que un dios masculino. Así, sociedades más Yin(**) que la nuestra, que es predominantemente Yang(**), tales como las orientales, reconocen lo que sería en el cristianismo la "Tercera Persona de la Santísima Trinidad", o sea el "Espíritu Santo", como de naturaleza femenina. Ellos la llaman de la Madre Divina, Kwan-Yin.
De este modo, el papel de la mujer se manifiesta como de importancia fundamental en el nuevo desarrollo holístico. Ella será la argamasa de la nueva visión, lo que resulta lógico, pues estamos oscilando del actual polo Yang para el futuro polo Yin. Y el Yin es por su naturaleza, femenino.
O sea, los altos Iniciados, de las escuelas místicas, antiguas y modernas, siempre estuvieron concientes de que en la Divinidad (independiente del nombre específico que le dieran), coexistía el equilibrio entre los dos polos, que podemos llamar de masculino y femenino. Pero como las grandes masas estaban (y aún hoy están) en un fase primaria de su proceso evolutivo, fue necesario – en cada caso – cargar más, uno de los elementos en detrimento del otro. Así, en Oriente prevaleció una visión más femenina de la Divinidad, claramente percibida a través de la llamada pasividad oriental. Ya en Occidente, se privilegió la visión paternalista, llegándose a suprimir la figura femenina de la Trinidad, hecho apenas atenuado por la adoración de la Virgen María (entre los católicos pero no entre los evangélicos).
Así, dentro de un vasto contexto de motivos y significados, el mensaje evangélico (no de la religión con ese nombre y sí aquel oriundo del Maestro), fue el punto de partida para la introducción en la sociedad que iba a dominar el mundo (para el bien o para el mal), del principio integrativo, que en esa oportunidad recibió el nombre de Amor.
Durante dos mil años el mensaje se fue corporificando en el alma humana y solo ahora se están formando las bases – a pesar de las apariencias negativas que aumentan sin cesar – para lo que llamamos de visión holística.
Dice Capra (3): "En el proceso normal de ascensión, apogeo, decadencia y desintegración que parece característico de la evolución cultural humana, la decadencia ocurre cuando la cultura se vuelve rígida demás – en sus tecnologías, ideas y organización social – para enfrentar el desafío de situaciones en rápida modificación. Esta pérdida de flexibilidad es acompañada por una disminución general de la armonía global, llevando a la eclosión de la discordia y del caos social. Durante el proceso de declinación y desintegración – o sea, ahora – las instituciones sociales dominantes aún imponen sus puntos de vista obsoletos, pero se están desintegrando gradualmente, mientras nuevas minorías creativas enfrentan los nuevos desafíos con ingenio y confianza crecientes".
Según ese autor, los movimientos sociales que nacieron a partir de la década del 60, representan la cultura naciente y agrega: "A pesar de la resistencia(*) a los cambios por parte de las instituciones dominantes, su declinación es inevitable y acabarán por desintegrarse; al mismo tiempo que la cultura naciente ascenderá hasta alcanzar su papel de liderazgo. En el cruzamiento de esos dos procesos, se dará el Punto de Mutación(**). Esta es nuestra gran esperanza".
La cultura naciente está impregnada por la visión holística; ella se prepara para desempeñar su papel decisivo en la evolución humana en el correr del Siglo XXI y será capaz de hacer un milagro, hasta ahora completamente "utópico": desarrollar una sociedad equilibrada donde los aspectos materiales, mentales, emocionales y espirituales que componen el hombre se integren con madurez y responsabilidad. Para eso contamos – con seguridad – con un impulso cósmico que ya está aflorando en la conciencia de un número creciente de personas, así como en el esfuerzo, la dedicación y la perseverancia de una cantidad cada vez mayor de personas, militando a favor de causas justas y nobles.
El momento de la irrupción de la aurora, del "áureo amanecer" se acerca rápidamente. Estemos preparados, pues, porque nuestra misión cósmica es la de ser Difusores de la Luz, Vehículos de las Altas Energías, Operarios Cósmicos. Y para desempeñar a satisfacción esas excelsas tareas, debemos vivenciar en el centro más íntimo de nuestro corazón, el significado más profundo de la visión holística.
Redescubriendo las potencialidades internas del ser humano
LA ANTI-VIDA Y LA PRÓ-VIDA
La "salvación" depende de nosotros mismos.
Todos los seres humanos estamos en el mismo proceso. Seamos niños, jóvenes o adultos, tenemos algo común: vivimos. Pero es fácil percibir que nuestras vidas son bien diferentes: muchos son pobres, algunos son ricos; unos están llenos de odio, de envidia o de resentimiento, otros son alegres y amorosos. La mayoría es insegura y llena de miedo: solamente unos pocos parecen dueños de sí, plenos de confianza y coraje.
Entonces, surge una pregunta fundamental: ¿Cuáles son las fuerzas modeladoras de nuestras vidas? ¿Será al azar? ¿Será "el destino"? O tal vez el condicionamiento genético? Otros creen que se trata de buena o mala suerte. Muchos piensan que dependemos de una Inteligencia Superior, o Dios, que premiará nuestras "buenas acciones" y castigará nuestros "pecados". Y aún existe otra posibilidad: tal vez nosotros mismos seamos los modeladores de nuestras vidas.
El asunto es fascinante y comenzaremos su análisis, desarrollando dos conceptos básicos: Anti-Vida y Pró-Vida.
Denominamos Anti-Vida a un conjunto de pensamientos y sentimientos negativos (odio, inseguridad, resentimiento, envidia, miedo, etc.). Este enjambre de pensamientos acompañan el hombre hace muchos milenios, pero hoy parecen estar completamente exacerbados, debido al impresionante desarrollo de la moderna sociedad de consumo.
Los síntomas más característicos de la Anti-Vida se manifiestan principalmente a través del sentido crudamente utilitarista y cuantitativo de la sociedad actual; en la tremenda opresión tanto fisiológica como psicológica, sufrida por el ciudadano común; en la represión sexual, un poco "liberalizada" en los últimos años, pero nunca libertada.
Es el conglomerado visible de todos esos factores que produce el ser humano medio: lleno de frustraciones afectivas, con miedo del futuro, envidioso del colega que asciende rápidamente, cautivo de la publicidad consumista e incapaz de equilibrar su presupuesto. Y a pesar de que sus rendimientos puedan aumentar, la montaña interminable de productos que debe adquirir (enfermedad "Tener") para mantenerse en la carrera, es siempre mayor que sus posibilidades.
La mayoría de las personas tienen una visión muy superficial de la vida, apenas aquella que se presenta como su apariencia exterior. Así son valorizados las ropas, los artefactos novedosos, los autos y especialmente el dinero. Dicen que sobre estos "bienes" no hay dudas. Son bienes "reales". En esta línea de raciocinio, los pensamientos, los sentimientos y las actitudes no tienen "sustancia"; serían cosas que realmente existen, pero son fugaces como la brisa.
O sea, tal vez sean "reales" pero no son "firmes", pues no las podemos ver, tocar u oír. Sin embargo, no hay duda de que esos pensamientos, sentimientos y actitudes pueden ser positivos o negativos, "buenos" o "malos", ciertos o errados, por lo menos a través de un análisis simplificado del asunto.
En ese marco referencial, surge una pregunta crucial ¿a donde irán a parar todos esos pensamientos, sentimientos y actitudes llenas de odio, de rabia, de resignación, de tristeza, de envidia y de codicia? ¿Será que se evaporan en el aíre y se disipan en la alta atmósfera? ¡De ninguna manera! Ellos se juntan, se condensan en algún lugar y después retornan – reforzados – a su lugar de origen: la mente humana y de allí se expanden para el medio ambiente físico, causando todo tipo de turbulencias. ¿Se comprende ahora que sí el mundo está ruin es porque nosotros mismos – y nuestros ancestrales – lo hemos contaminado con aquello de más negativo que existe en nuestro interior?
Por otro lado, entendemos por Pró-Vida un conjunto de sentimientos y pensamientos positivos (amor, salud, alegría, paz, coraje, armonía, prosperidad). Todos ellos palpitan en el fondo de nuestros corazones y realmente creemos que todos gustaríamos que ellos dirigiesen nuestras vidas, que fuesen los capitanes conduciendo el timón de nuestro barco, con su destino final en las playas de la Felicidad.
La gran pregunta, por lo tanto es: ¿Si gustamos tanto de la Pró-Vida, porque nos enterramos hasta el pescuezo en la Anti-Vida?
La respuesta involucra consideraciones sobre la mente humana. Haciendo un análisis muy simplificado, podemos decir que la estructura de aquella consta de dos partes: el consciente y el subconsciente. Este obedece al Conciente y por lo tanto, parecería bastante fácil orientar nuestras vidas favorablemente, transmitiendo órdenes Pró-Vida al Subconsciente, pues, justamente éste, gracias a sus ligaciones con el Yo Interior, dispone de enormes poderes.
En efecto, el Subconsciente es capaz de dirigir y concentrar enormes flujos de energía, sensibilizando el Yo Interior, lo que equivale a decir que él puede remover cielos y tierras para manifestar todo aquello que le llega como orden o deseo.
Sin embargo, lamentablemente, lo que ocurre es que esa gran potencialidad del Subconsciente no solamente es, en general, desaprovechada, como también deformada; de esta forma acaba transformándose en la causa básica del sufrimiento humano. ¿Cual es el motivo de esta contradicción aparente, debido a la cual la posibilidad de felicidad humana se cambia justamente por lo inverso: sufrimiento, dolor, infelicidad, hambre, guerra, odio, racismo, en resumen, en la Anti-Vida?
Se trata de un círculo vicioso de carácter educativo. En efecto, desde el nacimiento (y tal vez desde la concepción), el niño recibe estímulos de todo tipo, pero en forma predominante, negativos. Ellos contienen limitaciones, tabúes, inseguridad y miedo. Padres, familiares, profesores, amigos y la sociedad toda, transmiten una visión del mundo, fuertemente Anti-Vida, visión que fue transmitida a ellos por la generación anterior y así sucesivamente.
El ser humano, en forma prevaleciente es educado para la resignación. Y la limitación: "Tú no puedes", "Eso es solo para los ricos", "Pobre, ¿que será de él cuando crezca? ", "Solo el trabajo duro tiene valor", "La conducta rígida es indispensable", "Nunca conseguirás", "Nunca podrás llegar a donde gustarías estar".
Precisamente, en esa fase de la vida, la conciencia del niño no está desarrollada, su raciocinio es muy incipiente y entonces toda esa negatividad penetra fácilmente sus frágiles defensas, quedando atrincherada en su interior. Se trata de un verdadero lavaje cerebral.
Este hecho lleva mucha gente a considerar – erradamente – que una gran parte del desarrollo psicológico se debe a causas hereditarias. Pero, en realidad se trata de conductas que han sido inyectadas poco a poco por la sociedad en la tabla casi rasa de la mente infantil.
Cuando el niño comienza a madurar psicológicamente es que empiezan a surgir los conflictos, pues aquella Anti-vida que está grabada a fuego en las profundidades de su mente y de su corazón es contraria a los anhelos vitales de amor, creatividad y solidaridad, o sea a la Pró-Vida que palpita en todos nosotros.
De esta forma, el poder del Subconsciente, mencionado anteriormente, es deformado, porque las órdenes que recibe son, fundamentalmente, aquellas oriundas de la Anti-Vida, cristalizada en su mente. El Subconsciente va a hacer todo lo posible para que esas órdenes sean cumplidas. Entonces, el sufrimiento, el dolor y las enfermedades aparecen como fenómenos naturales, cuando esas realidades no son otra cosa que consecuencia de acciones erradas de los seres humanos.
Ese sufrimiento y esa frustración individuales son como las gotas de lluvia: cada una de ellas es insignificante, pero cuando se juntan millares, millones, billones…ocurren inundaciones y desastres, que en el caso humano significan hambre, odio, destrucción y guerra.
Ahora sí podemos volver al punto de partida y responder: las fuerzas modeladoras de nuestras vidas son: inicialmente, la influencia de la sociedad en la cual vivimos, consideradas como conjunto, después, cuando desarrollamos el raciocinio, somos ¡nosotros mismos!
En ese nosotros mismo, se basa la "salvación" de la Humanidad, no en términos religiosos y sí en términos de vivir gloriosamente la vida, tal como sería posible sí la Anti-Vida fuese eliminada. Entonces surge la pregunta crucial: ¿Es posible pasar de la Anti-Vida para la Pró-Vida?
El reconocimiento, la aceptación del hecho de que la Anti-Vida vive en nuestro interior es el primero e indispensable paso. Nada se gana con ocultar esta realidad; todo lo contrario, mucho se pierde, pues desperdiciamos tiempo y energía. El segundo paso es que, conociendo las leyes de operación de la mente humana (ver al final de este capítulo), percibimos que – mísmo después de haber pasado por la fase del dolor y del sufrimiento – las cartas de triunfo permanecen en nuestras manos.
O sea; la gran fuerza modeladora de nuestra vida somos NOSOTROS MISMOS, pero primero por incapacidad (infancia) y después por ignorancia, dejamos que aquella sea modelada por la visión que prevalece en la sociedad (sea "buena" o sea "mala"). Después de un cierto tiempo, ya no es necesaria la presión social porque "entramos en la línea", de modo que el modelo ancla en nuestro interior y así acabamos reaccionando casi automáticamente a su comando.
En consecuencia, nuestro Conciente habrá dejado de operar, en gran parte, como mecanismo autónomo, y como el modelo imperante es predominantemente Anti-Vida, las órdenes recibidas tendrán orientación básicamente negativa. De este modo, cada uno acaba contribuyendo con su grano de arena para el festival de frustraciones, dolor y miedo que cubre el planeta.
Sin embargo, como se dijo anteriormente, las cartas de triunfo aún están en nuestras manos, porque esa Anti-Vida, congelada dentro de nosotros, no es hereditaria (¡de lo contrario no habría esperanza!) Esa Anti-Vida fue absorbida poco a poco por la vulnerable mente infantil y después se volvió automática, de modo que nos habituamos a actuar en función de ella. Pero nada – en el fondo – está perdido, pues su camino de entrada puede – y debe ser su camino de salida.
En efecto, si durante años nuestra mente fue rellenada con limitaciones, negativas y prohibiciones, ¿será que no podremos, a partir de hoy, recorrer el camino inverso? O sea, no podremos llenar nuestra mente con Pro-Vida y así derretir el hielo de la negatividad hasta disolverlo definitivamente?
La necesidad de cambios drásticos
Una nueva pregunta crucial puede ser presentada: ¿Por qué las personas, aún deseando amor, paz, armonía y felicidad (Pró-Vida) en lo más profundo de sus corazones, poco hacen para alcanzar tan bellos propósitos?
Independiente de motivaciones más profundas, dignas de estudio psicológico, afloran en la conciencia humana algunos pretextos básicos como:
Ocupadas o preocupadas en "ganar la vida" (o en mejorar su status), "las personas no tendrían tiempo para otros asuntos".
"El mundo es así. Lo que yo solito, podría hacer para cambiarlo?
"Gustaría de participar de los cambios. Pero los que tienen el poder no lo van a abandonar pasivamente. Sí yo resisto, me van a destrozar. Es mejor quedar quieto".
"Gustaría de participar de los cambios. Pero ¿Como hacerlo?"
Las motivaciones profundas de estos pretextos racionalizados pueden encontrarse, seguramente en el "miedo al cambio". Realmente, la naturaleza humana parece preferir aquello que es conocido y seguro, mismo que sea desagradable, a aquello que tal vez sea agradable, pero no suficientemente conocido, y por lo tanto inseguro. Así, la inseguridad, que lleva al comodismo y a la apatía parece ser uno de los factores fundamentales de la conducta, del comportamiento y de las actitudes de los seres humanos.
En realidad, toda la estructura social está alineada con la idea de inseguridad. El riesgo de desempleo, el riesgo de no poder sustentar las necesidades básicas (alimentación, vestuario, alimentación), el riesgo de perder la persona amada, el riesgo de hacer una inversión, el riesgo de confiar en una persona. Todo es inseguro. ¿Como entonces tener fuerzas para cambios drásticos?
Por otra parte, los cambios drásticos, por lo tanto más difíciles de realizar, no son aquellos producidos por cada caída de gobiernos, revoluciones, guerras o descubrimientos científicos. El cambio más drástico (y por lo tanto cambio para valer) es aquel a ser procesado y efectuado dentro de nosotros mismos.
Debido a esto, acontecen tantos cambios (superficiales) en escala social, externa, que tienen como origen el miedo secreto que los seres humanos tienen de mudar profundamente su vida interior. Entonces proyectan para el exterior esa sed de cambios, dejando secuelas de sufrimientos y dolor.
Después de pasados unos pocos años, aquellos supuestos cambios demuestran su verdadero carácter: apenas cámbiame superficialmente alguna cosa, pero la esencia permaneció. Y la esencia es el dominio y la explotación (a diversos niveles) del hombre por el hombre, la inseguridad como parámetro social, prevaleciendo la frustración afectiva, la evasión por el consumo, por el alcohol, por las drogas, por la promiscuidad, la destrucción y contaminación de la Naturaleza.
El problema a resolver es: ¿cómo mudar esta situación negativa? Es claro que si el ser humano se sintiese seguro, armonioso y pacífico, no sería difícil crear una sociedad como aquella que deseamos. De la misma manera, si del hombre solamente fluyesen pensamientos y sentimientos impregnados de paz, serenidad y fraternidad, sería fácil crear una sociedad sana, feliz y llena de alegría.
De acuerdo con este raciocinio, parece que la única dificultad importante consiste en cambiar el hombre, o diciendo mejor: auto-cambiar, auto transformarse. Pero ¿como hacerlo? Es claro que no existe ninguna fórmula mágica que sea capaz de hacer cambiar el hombre a la fuerza. Él, poseedor de libre albedrío, puede escoger entre el "Bien" y el "Mal". Pero, ¿será que él puede hacer una elección imparcial, o una de las alternativas le será impuesta a través de la presión social?
En otras palabras, el hombre es, poseedor de libre arbitrio y por ese motivo, puede escoger – por lo menos teóricamente – entre el "Bien" y el "Mal".
¿Pero será que él es capaz de discriminar lo que es bueno y lo que es ruin? ¿Esta elección no será teórica, en el marco referencial de nuestra sociedad? Porque si las personas "piensan" que lo bueno es tener mas status, carro último modelo y mayor número de amantes, ciertamente no habrá discriminado que ese "bueno" y ese "ruin" son bien diferentes del "Bien" y del "Mal". (Esto no significa que sea esencialmente negativo poseer ciertos productos socialmente valorizados como auto último modelo; lo que generalmente ocurre es que el valor de la vida es juzgado por la propiedad o no de este tipo de bienes. Por ejemplo: ¿Si no puedo comprar este auto, que sentido tiene la vida?).
La conclusión emergente de este análisis es que el hombre solamente podrá hacer elecciones adecuadas cuando tenga verdaderamente claro cual es el contenido real de las alternativas en juego. Y esta comprensión no está necesariamente relacionada con estudios académicos ni con desarrollo intelectual, aunque esto pueda ayudar a una mejor percepción, siempre que no existan bloqueos tan comunes a los especialistas.
En efecto, con cierta frecuencia, personas semi analfabetas, por tener una mayor vivencia de contacto con la Naturaleza, son capaces de captar con mayor fuerza el sentido esencial de la Vida, que un científico o un intelectual, muchas veces sumergidos en absurdas sofisticaciones o cegados por insensatas anteojeras. En este caso, la captación de la esencia de la Vida sería intuitiva y por lo tanto, de naturaleza subjetiva y así siendo, difícilmente transmisible de persona para persona, excepto a través de la creatividad artística o de una preparación espiritual.
No está previsto que esta monografía sea una obra de arte (entre otros cosas porque el autor no tiene formación adecuada en este campo) y también no hemos planeado presentar en ella una metodología de formación espiritual (Aunque está previsto para un futuro próximo, elaborar algunas nuevas monografías sobre desarrollo espiritual).
En realidad, el propósito más directo de este texto es esclarecer objetivamente a las personas (es claro que dentro de las propias limitaciones del autor). A través de este proceso, ellas podrán comprender mejor cual es la naturaleza de las barreras que han impedido la concretización de sus deseos de cambio.
Se abre así, un amplio espacio, para que una vez comprendidas las potencialidades inmensas que yacen en nuestro interior, cada individuo desarrolle operaciones internas de naturaleza subjetiva (de las cuales podremos presentar en este texto, apenas sus bases conceptuales). Estas operaciones unidas a acciones físicas específicas, conducirán a realizaciones concretas, tangibles, perceptibles por los otros y capaces de producir beneficios en la persona considerada, en aquellas a su alrededor y en la comunidad general.
Es por aquí que existe una salida. Pero para llegar hasta allá, tenemos que estar bien concientizados de que no se trata de apenas ajustar algunos engranajes que están medio sueltos en nuestra "máquina" interior. De lo que se trata es de sustituir un modelo tipo robot, por otro predominantemente autónomo.
Este es el cambio drástico, solo que no podrá ser hecho de una sola vez. La perseverancia, una vez más, será la clave que nos podrá llevar a la victoria. Para desarrollarla tendremos que desaprender mucha cosa que nos fue inculcada por una sociedad de consumo, cuyo ideal es hacernos reaccionar con base en reflejos condicionados, como aquellos perros a los cuales Pavlov, hacía segregar saliva, haciéndolos oler carne fresca.
La ley básica de la mente humana: causa y efecto
"Como es por adentro, así es por afuera; como es encima, así es abajo" (Hermes Trismegisto).
"Como es en el Cielo, es en la Tierra" (Biblia).
Tal vez estas dos frases puedan parecer muy enigmáticas, pero ellas engloban la ley más importante que nos rige: la ley de Causa e Efecto. Traducidas en palabras mas simples, significarían: tal como el hombre piensa, siente y cree en su interior ("por dentro", "encima", "en el Cielo"), así serán las condiciones externas de su vida ("afuera", "abajo", "en la Tierra").
O sea: las Causas son los pensamientos, sentimientos y creencias; los efectos son las circunstancias reales que nos rodean. Esta ley tiene una importancia fantástica en el desarrollo humano y hasta ahora solo fue bien conocida y dominada por unas pocas personas, generalmente de alto nivel espiritual, que la usaron para el Bien.
Sin embargo, el hecho de que las grandes masas ignoren esta Ley, no significa que ella deje de operar en el seno de aquellas. Si usted tiene una garrafa de gas en su casa y mueve la llave correspondiente, el gas irá a surgir en la boquilla de su cocina; como, sin duda, usted conoce como funciona ese aparato, aproximará rápidamente un fósforo encendido y así tendrá fuego para calentar agua o preparar sus alimentos. Pero si alguien no conoce cómo funciona una cocina a gas, moverá la llave, el gas irá a surgir, invadirá el local y esa persona podrá acabar muriendo asfixiada.
De la misma forma, la Ley de Causa y Efecto puede actuar sobre la multitud, ignorante de su contenido, envenenándola e intoxicándola. Entonces, si hacemos un análisis profundo de la problemática humana, comprobaremos que el mal uso de la Ley de Causa y Efecto es el origen básico de los sufrimientos humanos.
¿Por qué será que el mal uso de la Ley de Causa u Efecto podrá producir tantos trastornos? Es claro que si una persona planta cardos, no recogerá rosas, y si siembra claveles no recogerá pastos. De la misma manera, si "dentro" de aquella, predominan sentimientos de temor, impotencia e inseguridad, "afuera" el efecto será de fracaso, sufrimiento, tristeza y hasta odio.
Es de fundamental importancia reconocer que todos nosotros, desde niños, recibimos una "educación" con prevalencia negativa, introducida por el medio social en el que vivimos, caracterizada por resaltar nuestra inferioridad, impotencia e insignificancia frente al mundo "todopoderoso", lo que nos lleva a la convicción acerca de nuestra imposibilidad de alcanzar ciertos objetivos que gustaríamos de ver realizados en nuestra vida. Así, un sentimiento de resignación con la situación en la cual se vive, en términos globales, es introducido en nuestra mente, junto con la alimentación materna, por así decir.
Entonces, y antes que las personas puedan escoger racionalmente lo que hacer con sus vidas, existe un "convidado de piedra" bien en el interior de ellas: la internalización de una visión del mundo específica, fragmentaria y sectaria, pero que se presenta como la única realidad.
Hoy en día, esta visión fraccionaria está representada por la "sociedad de consumo". Quien haciendo uso del privilegio humano del raciocinio, desea apartarse de esta compulsión, será percibido con un bicho raro y hasta como un boicoteador peligroso, o quien sabe cómo un excéntrico caduco, por gran número de personas, cuyas mentes han desarrollado un mecanismo para proteger y hacer prosperar este fragmento de la vida, a veces minúsculo y transformarlo en el conjunto.
Freud denomina este mecanismo de Súper-Ego.
Realmente esta castración de las posibilidades del ser humano no fue producto de una conspiración de explotadores que desearían transformar el hombre en un muñeco y así aumentar sus ventajas. Más bien este cercenamiento de aquellas posibilidades humanas surgió de la propia evolución del hombre, incapaz de aprovecharlas debido a su escasa madurez evolutiva, pero también es evidente, que cada vez con mas sutileza y sofisticación, el poder económico ha aprovechado esta situación en su beneficio, haciendo el hombre cada vez más dependiente de la fracción de la realidad escogida por el sistema.
El poder económico dispone para tanto, de medíos cada vez más avanzados, principalmente en el área de comunicaciones. En efecto, las noticias son deformadas, banalizadas y distorsionadas, colocadas fuera de contexto y enviadas en minutos a los lugares mas lejanos del planeta, manteniendo así a los ciudadanos – clientes, más cautivos y más hipnotizados. El temor y el miedo son reforzados a niveles increíbles por las nuevas y terribles armas; el holocausto nuclear – algo aliviado en los últimos tiempos – pende sobre todas nuestras cabezas, sin excepción. Como si esto poco, los riesgos de la energía atómica "pacífica" también demuestran ser un peligro potencial terrible (recordar Harrísburg o Chermobyl).
O sea, hace milenios que el hombre usa – por su ignorancia – la Ley de Causa y Efecto, más en su perjuicio que en su beneficio. Modernamente esta situación es aprovechada por el poder económico y dentro de él, por personas que para compensar sus propias deficiencias, precisan dominar a los otros. Pero la evolución de la especie humana libera nuevas fuerzas energéticas; esto lleva a que juntamente con la domesticación cada vez más perfeccionada del ser humano surjan nuevas tendencias.
Es como si el Instinto de Vida (Eros), no soportase por más tiempo, continuar sofocado por el Instinto de Muerte (Tánatos) y emitirse algunos rayos luminosos, que ya comienzan a ser captados por un número creciente de personas.
Estas personas, mismo que sofocadas por el peso fantástico de la Anti-Vida, parecen haber recibido alguna iluminación especial, muy tenue en el principio, pero bien más luminosa a medida que van percibiendo el camino cierto. Y su número va aumentando cada día. Cuando seamos suficientes, la construcción de una nueva sociedad, la Pró-Vida, será un hecho.
Si alguien tuviera alguna duda en relación con el desenlace final, debemos recordar que allá en el fondo de cada uno de nosotros (incluso en el caso de la persona más vil y más ruin), existe un tesoro escondido. Por eso, el objetivo principal de este texto es colaborar en el proceso de hacer visible esa realidad tan crucial.
La mayor prueba de ese tesoro es que, a pesar del mundo estar cubierto de lodo y cosas horribles: guerras (con sus secuelas terribles de muertes, torturas, mutilaciones y destrucción); explotación (con sus secuelas desesperantes de hambre, mortalidad infantil, analfabetismo, inseguridad y sadomasoquismo), aun así, aquí y allí, florecen el amor, la verdadera amistad, la generosidad, la paz y la armonía. Generalmente, no se trata de procesos completos; pero el hecho es que dentro de todo el pandemonio de la vida moderna, aún sobreviven aquellos sentimientos, aunque muchas veces sean apenas centellas que atraviesan el horizonte.
La tarea es unir esas centellas, darles continuidad y transformarlas en una fuente de irradiación de sentimientos cálidos, humanos, amorosos, fraternos de paz y belleza. Es claro que no pretendemos alcanzar la perfección en este denso mundo material, pero sí avanzar con la mayor velocidad posible en la avenida que lleva a una sociedad, donde la alegría de vivir, amar y crear cosas constructivas venga a sustituir los obsoletos padrones de lucros, status y poder sobre los otros, que hoy prevalecen.
Pero, esta tarea no podrá ser desarrollada apenas con base en exhortaciones líricas (aunque la poesía tenga un lugar bien definido en la nueva sociedad. Las personas, hoy en día, están acostumbradas a actuar en función de hechos concretos, en cosas que tengan cierta solidez, en conceptos que puedan ser comprendidos racionalmente antes de poder ser aplicados.
En este punto, precisamos volver un poco atrás. El concepto concreto que precisamos desarrollar para poder aplicarlo en nuestra tarea es la Ley básica ya expuesta: la Ley de Causa y Efecto.
¿Por qué no aplicar la Ley de Causa y Efecto como herramienta fundamental en el proceso que queremos impulsar? En efecto, si la Humanidad esta hoy envenenada, contaminada e intoxicada, por desconocer el uso correcto de aquella Ley, sería interesante airear el ambiente y solamente después encender la llama.
La tarea no parece muy simple – y no lo es – porque el gas venenoso se difundió y expandió mucho en el ambiente. El proceso de ventilación tal vez deba ser prolongado e intenso. Pero no parece haber otro camino.
Por este motivo – como ya fue explicado en este texto – no adelanta mucho tentar mudar apenas los fenómenos o acontecimientos externos, porque ellos son simplemente Efectos. Una simple redistribución de Efectos puede parecer un cambio correcto, pero esto es cierto, solamente desde una óptica superficial. Los únicos cambios reales ocurren cuando operamos sobre las Causas y ellas están dentro de la mente humana (específicamente: sus creencias, sus sentimientos, sus pensamientos y englobando estos, su visión del mundo y de la vida.
Por lo tanto, el gran paso cualitativo en la historia humana será dado cuando el hombre domine el mecanismo de la Ley de Causa y Efecto, y sea capaz de operar conscientemente sobre sus propios pensamientos, creencias y sentimientos y los dirija a la construcción de una sociedad sana, justa, fraterna y feliz. (La Gran Utopía )
La comprensión de nuestras magníficas posibilidades internas a través de algunas leyes mentales fundamentales
Antes de todo, queremos colocar una idea básica, expresada por Maltz en apenas medía línea: "Si usted puede concebirlo, usted puede realizarlo". Medite profundamente en este concepto y verá que él abre una base inmensa para trabajar creativa y constructivamente. Las principales leyes que comentaremos son:
Ley de Causa y Efecto. Ya fue mencionada anteriormente; ella es un principio básico para comprender la vida y las potencialidades que yacen en nuestro interior.
La ley de Causa y Efecto define claramente que no puede haber un resultado sin un motivo definido. O sea, si algo ocurre (Efecto), debe existir un factor causador (Causa) y no la simple casualidad. Así, si Andrés y María son felices, esto no se debe a la suerte, a capricho divino o a privilegio social. Si Javier y Marta son infelices, tanpoco puede atribuirse a esos eventos, su sufrimiento y su insatisfacción.
Las causas de lo que ocurre son internas, están dentro de nosotros. Si tenemos miedo de la vida, si tenemos envidia de aquel que es bien sucedido en el amor o en los negocios, si tenemos celos de personas más jóvenes, más bonitas o más inteligentes, si tenemos miedo de nunca alcanzar la felicidad, si estamos resentidos con nuestro compañero/a, es claro que tenemos dentro de nosotros, causas más que suficientes para generar como resultado el desastroso efecto de la infelicidad.
Pero, si derramamos armonía y nos sentimos desbordantes de alegría, si conseguimos impregnar nuestro corazón con la dulce miel del amor, con la suave caricia de la paz y con el delicado perfume de la buena voluntad, es claro que tendremos dentro de nosotros, causas más que suficientes para generar como resultado, el fulgurante efecto de la felicidad.
Ley de la Atención Concentrada. Es un complemento de la Ley de Causa y Efecto. Si bien que ésta afirma que sembrando un pensamiento, recogeremos un resultado correlacionado en las circunstancias exteriores de la vida, se debe comprender que el uso voluntario de esta Ley – que opera en nosotros tanto consciente como inconcientemente – solo será bien sucedida, sí dedicamos una "atención concentrada" a ese pensamiento específico. Para esto, será imprescindible establecer un programa definido y dedicarle el tiempo necesario.
Ley de los Efectos Dominantes. La corriente del pensamiento es un río impetuoso, en el cual se mezclan aguas de diferentes vertientes. Así, cuando enfrentamos un problema, varias ideas son generadas alrededor del mismo, algunas tendientes a encontrar soluciones; otras, tendientes a demostrar la inutilidad de cualquier esfuerzo a ser hecho. En consecuencia la mente vaga de un lugar para otro, sin llegar – muchas veces a ningún lugar.
La Ley de los Efectos Dominantes nos enseña que: entre varias ideas que luchan por impregnar el subconsciente, siempre triunfará aquella que esté ligada a la emoción más fuerte. Si ninguna está adherida a una emoción poderosa, la situación se va a mantener indefinida, generándose un conflicto interno de naturaleza crónica.
Este es el motivo por el cual el raciocinio utilizado para definir una idea, y por lo tanto, bases para acción, no es – generalmente – suficiente para estimular su puesta en práctica. Eso ya aconteció con todo el mundo alguna vez, como por ejemplo con las tentativas de adelgazar, dejar de fumar, dejar de beber e cosas de ese tipo.
Generalmente se comienza bien, sustituyendo el hábito antiguo por uno nuevo, supuestamente mejor; pero ideas agradables y recuerdos placenteros asociados con el primero, acaban introduciéndose en la mente, y como ellas están ligadas a experiencias reales que proporcionaban alguna emoción satisfactoria, acaban siendo mas fuertes que los nuevos deseos racionales de cambio.
Es fundamental subrayar la importancia de esta Ley, por que es imposible evitar el choque entre las ideas y emociones pre-existentes, almacenados por la Mente Colectiva y las nuevas que deseamos implantar para alcanzar la plenitud y la auto-realización. Como la Anti-Vida está ligada a experiencias "reales" vividas por nosotros, ella es – por lo tanto – una fuente permanente generadora de emociones. De modo que si ejercemos un control especial, la Ley de los Efectos Dominantes podrá afectarnos de forma negativa, en lugar de positiva.
Precisamente, esta es una de las causas mas comunes, por las cuales muchas personas fracasan tentando utilizar el subconsciente, debido a que ellas piensan – según las enseñanzas de muchos libros comerciales sobre el asunto – que es suficiente con repetir algunas frases durante cierto tiempo y olvidando que si durante el restante de éste, no se impide la entrada de los pensamientos contrarios, son estos los que acabarán ganando la disputa. Ocurriría la misma cosa que ocurrió con Penélope, la esposa del legendario griego Ulises, la cual durante el desaparecimiento de su marido (veinte años) y obligada por la presión de sus pretendientes, prometió elegir un nuevo marido una vez que terminase cierto tejido, que ella tejía de día, pero deshacía de noche (penetración de pensamientos negativos). En la leyenda, eso significa fidelidad al marido; en el mundo mental, significaría fidelidad a pensamientos y sentimientos negativos.
La mejor forma de trabajar armoniosamente con la Ley de los Efectos Dominantes es retirar fuerzas de los pensamientos negativos, vaciándolos de su poder emocional. Para esto, es necesario diferenciar el Yo Postizo (Súper-Ego) del Yo Genuino (Yo Interior). Los pensamientos negativos y las emociones a ellos asociadas pertenecen al Súper-Ego, que es una entidad ajena a nosotros, solo que está incrustada dentro, siendo oriunda, del lavaje mental hecho por la Mente Colectiva. Pero, él no es el Yo Genuino, interior. Es apenas un Equis. A través del proceso de auto-observación es que podemos identificar aquellas cargas emotivas negativas como ajenas a nosotros y trayéndolas a la luz del día, podremos disolverlas.
Ley de Acción. Otra gran confusión entre los practicantes del "poder mental" y del "pensamiento positivo, es relación entre acción y mentalización.
En efecto, muchos de ellos creen que es suficiente con visualizar ciertas cosas deseadas, para que éstas se transformen en realidades concretas, visibles y tangibles. Pero también se muestran desorientados cuando los resultados no aparecen y más aún cuando las personas que no creen en el "poder mental" y sí en la "realidad de la vida", acaban teniendo suceso.
La Ley de los Efectos Dominantes, anteriormente analizada, nos enseña que cualquier tentativa de transmitir ideas de la Mente Consciente para la Subconsciente, debe ser acompañada de una emoción fuerte, con un sentimiento profundo, con una confianza plena en su realización. De lo contrario, la visualización será aniquilada por las emociones contrarias, de carácter negativo, y así serán obtenidos resultados opuestos a los esperados. Esto también es conocido como la Ley del Esfuerzo Invertido.
Ocurre que es necesario un elemento más: Acción. Y la Ley de la Acción dice que debemos actuar en función de lo que pensamos, deseamos y mentalizamos.
Imaginemos que alguien quiere dejar de fumar y con ese propósito aplique un programa basado en relajamiento, afirmaciones (u oraciones) y cuadros mentales. Sin embargo, esa persona continúa fumando, esperando que gracias al Subconsciente, el hábito negativo desaparezca en algún momento próximo. Debemos comprender que la acción (fumar) refuerza el hábito negativo, de modo que los buenos deseos y las mentalizaciones quedarán rodando en el aíre, sin apoyo real; por lo tanto solo podrá haber un resultado: fracaso.
Otra persona, indiferente racionalmente al "poder mental" puede, perfectamente aplicarlo sin saber de que se trata y así obtener resultados satisfactorios. Por ejemplo, ese individuo se convence de que el cigarro es ruin para su salud e sin hacer una mentalización explícita para reforzar esta idea, simplemente actúa en esta dirección, negándose a fumar un cigarro cada vez que la tentación le llega. O sea, por decisión consciente se cambia el hábito; es claro que para poder implantarla se necesita de un fuerte motivo emocional, por ejemplo una angustiante sensación de falta de aire y de asfixia, producida por la obstrucción de las vías respiratorias.
De lo anteriormente expresado, se deduce que: con atención concentrada, control de ideas negativas a través de la auto-observación y ejecución de acciones concretas asociadas, podremos alcanzar resultados específicos en el mundo concreto, gracias a la manifestación de la Ley de Causa y Efecto.
Es claro que todos estos procesos, válidos en su esencia, operarán en diferentes grados según el nivel de evolución de las personas. Los matices de esta evolución son los que llevarán al éxito, total o parcial o aún al fracaso. Por lo tanto, siendo el factor emocional la estructura básica de este proceso, nunca es demás insistir en el papel fundamental cumplido por la Fe (vehículo energético) así como por la Imaginación Creadora (intensificadora) de aquella energía.
De este modo, en la medida que colocamos gran fe en los resultados y de que nuestra mente quede cómo incendiada por una imaginación fascinante – las cuales actuando conjuntamente expulsarán los sentimientos y pensamientos contradictorios – la probabilidad de llegar a los fines trazados, crece en forma exponencial.
Según los autores más experimentados en esta área, lo mas eficiente es desarrollar una imaginación creadora tan vívida, que las personas sientan como si aquellos fines u objetivo ya se concretizaron, como si ya fuesen un hecho en este mundo físico.
Una tentativa de explicación del funcionamiento de las leyes universales
Como todo el mundo sabe, el mundo físico es percibido a través de tres dimensiones: largo, ancho y espesor. Por otro lado, la Física moderna, agrega una cuarta dimensión, solamente comprensible para ella en términos de complejas ecuaciones matemáticas. Otros autores, como Ouspensky (6) nos hablan de seis dimensiones, algunos de siete, etc.
A continuación, el autor ofrece el esbozo de una teoría que implicará en la existencia de 7 dimensiones, con interfaces entre ellas. No estamos en condiciones de ofrecer pruebas exhaustivas de esta teoría, ni esto interesaría en este momento, de modo que ella puede ser interpretada tanto como una hipótesis formal o como un esquema simbólico, perfectamente equilibrado.
Lo que sí es innegable es que el diagrama presentado inmediatamente, así como las explicaciones correspondientes, reúnen en forma concisa y práctica todos los elementos necesarios para la práctica de una vida mejor, a través del redescubrimiento de nuestras potencialidades interiores.
DIAGRAMA DE FUNCIONAMIENTO DE LAS LEYES UNIVERSALES
Como fue especificado anteriormente, el motivo de este diagrama no involucra la pretensión de crear una nueva teoría acerca del funcionamiento del Universo y sí mostrar, en forma compacta, todo el proceso que debe ser cumplido para que – a través de una armonización con el contenido básico de las Leyes Universales, podamos construir, por nuestro propio esfuerzo una vida más humana, que en este texto denominamos Pró-Vida.
A través de una analogía simple, la construcción de una casa, podrá ser interpretada el diagrama de forma adecuada.
Para facilitar la didáctica de la exposición, vamos a partir de la 5a Dimensión. Según el diagrama, ella corresponde a "Voluntad Inteligente". En este nivel, plano o dimensión, a través de procesos de reflexión son definidos y formulados los objetivos, que son así plasmados en la forma de un molde específico. En el caso ejemplificado se trataría de la planta de construcción de la casa. Debe ser observado que la 5a Dimensión tiene una interfase con la 6a (Armonización) y otra con la Cuarta (Polarización).
O sea, no se pasa directamente de una dimensión a la otra. Es necesario atravesar las interfases, verdaderos puentes entre ellas. Veamos la interfase superior (Armonización). Ella liga la Voluntad Inteligente humana a las Leyes Universales que se expresan en la forma de Arquetipos(*). O sea, el proyectista tendrá que armonizar su concepto de "casa" con la idea universal acerca de la misma. Por lo tanto, no podrá hacer el proyecto de un estadio, de un auto, de una iglesia o de una máquina fotográfica. En efecto, a pesar de sus variantes y características específicas, su proyecto tendrá que corresponder al concepto de "casa", o de lo contrario, se apartará de las leyes universales.
Este punto es muy importante porque ocurre con gran frecuencia en el día a día humano que las personas quieren resultados aplicando su Voluntad Inteligente y llegan a crear moldes específicos, pero no se preocupan en armonizarlos con los Arquetipos, que son las formas de expresión de las Leyes Universales.
Es claro que no podemos definir exactamente lo que son los Arquetipos con nuestro limitado lenguaje terrenal, pues ellos corresponden a una dimensión superior a la inteligencia humana, pero una aproximación de los mismos a través de nuestro insuficiente lenguaje puede ser captada a través de los ideales constructivos y positivos por los que la Humanidad sueña y lucha a través de los milenios: Paz, Armonía, Libertad, Justicia, Fraternidad… o sea la Gran Utopía)..
Entre la 6a dimensión (las Leyes Universales) y la Séptima (el Ser Supremo), que opera como Unidad o Verdad Absoluta, debe existir también una interfase o puente, cuya naturaleza desconocemos intelectualmente. Nuestro Yo Interior está ligado a la Mente Cósmica (6a dimensión) y por ella al Ser Supremo y es a través de este contacto que podemos tener acceso a los Arquetipos, pero esto no es traducible en palabras. Tal vez lo sea – parcialmente – en términos de inspiración artística y totalmente, solo a través de la intuición.
De este modo, y suponiendo que la Voluntad Inteligente se armonizó con las Leyes Universales a través de un objetivo altruista y bienhechor, plasmando un molde específico, deberá ahora "bajarlo" de alta esfera idealista donde se encuentra, hasta el mundo físico concreto. Para esto, tiene que pasar por una nueva interfase o nuevo puente: "la polarización", a través de la cual, aquel objetivo es como desfibrado, separado en partes como si fuese cernido; así una parte queda en el filtro y la otra lo atraviesa, adquiriendo cada parte una polaridad, un magnetismo con frecuencias vibratorias diferentes.
En la analogía de la casa, estas frecuencias vibratorias corresponderían a los diferentes tipos de materiales de construcción, desde los mas groseros (piedra bruta), hasta los más delicados y elaborados (vitrales, componentes eléctricos), pasando por aquellos razonablemente trabajados (ladrillos, puertas, ventanas, etc.). En verdad, los "polos" en número de dos, son apenas los extremos de una inmensa escala graduada, donde las combinaciones posibles entre los diversos elementos son infinitas.
De este modo, las frecuencias vibratorias corresponden a las "Energías subyacentes" de la 4a dimensión, simbolizada por los materiales, clasificables según su grado de refinamiento. La polarización puede ser más o menos estática o fuertemente dinámica. Para que el proceso continúe su descenso hasta el mundo físico es necesario que tenga dinamismo, creado por "diferencia de potencial" entre los polos. Por su vez, para que esto ocurra, precisamos disponer de un combustible que mantenga los polos en funcionamiento, de modo que puedan sentir atracción mutua en forma permanente. A este combustible llamamos de Fe (fe en relación de una idea u objetivo, no en el sentido de fe religiosa).
Resumiendo: disponemos de un plano de la casa y materiales de construcción. ¿Lo que nos falta para construir esa casa? Mano de obra. Ella representa la Acción, que es la interfase entre la 3a y la 4a dimensión. Así a través del trabajo físico, concreto, terrenal, de la mano de obra, los diversos materiales – más o menos cargados de una u otra polaridad, cada uno con su frecuencia vibratoria específica – son combinados según las indicaciones básicas del plano de la casa, hasta conseguir su manifestación física en la 3a dimensión que corresponderá, exactamente, a la residencia ahora construida y disponible para ser habitada en cualquier momento.
Esta residencia representa, pues, la cristalización del objetivo, moldado por la Voluntad Inteligente, preparado por las "Emergías Subyacentes" y operacionalizado por la Acción. Si fuera de esto, aquel objetivo estuviera armonizado con las Leyes Espirituales, tendremos una magnífica fructificación cuando llegue la época de la maduración; de lo contrario, tendremos un fruto que puede aparentar ser muy bonito pero que puede ser peligrosamente venenoso. Todo cuidado será poco.
Algunos antecedentes históricos sobre Proyectos de Vida
Es indudable que el mundo moderno – en todos sus niveles y dimensiones – está azotado por una crisis, que algunos se preguntan si aún podrá ser reversible.
Aún así, las personas se preguntan "¿cómo llegar a la auto-realización?" para lo que precisarían alcanzar el suceso y la prosperidad, entendiendo no por tal sumas millonarias de dinero y sí de alcanzar nuestros objetivos (suceso), abriendo un amplio canal con las energías superiores, de modo a siempre tener lo que necesitamos (prosperidad).
O sea, no precisamos golpearnos el pecho cuando obtenemos suceso en nuestros objetivos, ni procurar prosperidad apenas en resultados económicos. Es claro que como nuestro cuerpo vive en el mundo físico, necesita atender sus necesidades fisiológicas y para eso precisamos trabajar para ganar dinero. Pero en nuestro contexto, prosperidad significa atender nuestras necesidades físicas, mentales y afectivas en forma equilibrada, sin faltas y sin exceso. Para comprender mejor esto, fue visto con detalle el problema del consumismo.
Bajo la óptica de esta enfermedad moderna, suceso y prosperidad significan otra cosa. Suceso sería adquirir poder, dominio, dinero, sin llevar en cuenta la forma y perjudicando para tanto a quien quiere que sea; Prosperidad sería ser materialmente rico.
No es esa la interpretación que nos interesa ahora. La Auto-realización apoyada en nuestro Suceso y en nuestra Prosperidad, precisa cubrirse con el estandarte del principio integrativo, no con la bandera del principio auto-afirmativo, asentado en el egoísmo y el individualismo.
Clarificado el sentido de aquellas palabras y centrando ahora nuestro estudio en la auto-realización, surge una gran duda. ¿Cómo alcanzar este vibrante objetivo? Tal vez se barajen dos alternativas opuestas: una, por la cual se supone que es necesario prepararse cuidadosamente para alcanzar aquel y la otra, inyectada de comodismo, supone que aquel objetivo depende del azar, de circunstancias imprevisibles, del destino o cosas de ese tipo.
La respuesta correcta a esta importantísima pregunta, puede ser obtenida a través de una meticulosa investigación que estudie los principales acontecimientos históricos de la Humanidad, así como la génesis de los mismos. Y un levantamiento sistemático al respecto muestra, en una forma totalmente clara, que los grandes triunfadores se prepararon muy cuidadosamente para llegar a la victoria, aunque tuviesen – antes de llegar allá – que aceptar algunas derrotas temporarias. Es el camino marcado en los Evangelios: la gloriosa resurrección está precedida por la oscurísima noche de la crucifixión.
Así, algunos ejemplos representativos son expuestos a continuación:
Cristóbal Colón, preparó durante mucho tiempo su viaje a las Indias, recorrió las cortes da Europa procurando apoyo año tras año, hurgó en todos los mapas e informaciones disponibles, y no descansó hasta obtener la protección de la reina Isabel de Castilla y con su apoyo, poder atravesar el Océano Atlántico en aquellas frágiles carabelas. Su convicción y persistencia le dio fuerza suficiente para – él solo – hacer frente y dominar la tripulación amotinada, que hambrienta y desesperada quería volver a España. De esta manera, Colón atravesó todos los obstáculos hasta que obtuvo las orlas de la gloria, descubriendo el Nuevo Continente.
Abraham Lincoln, el mas famoso presidente de los EEUU, fracasó en varios proyectos, pero en lugar de dejarse dominar por la auto-compasión, siguió adelante, perseverando y aprimorándose cada vez más hasta llegar a su objetivo.
Joyce, el famoso escritor soportó el rechazo de 22 editoras al manuscrito de su obra prima "Ulises", hasta que en su 23a tentativa su talento fue reconocido y el mundo acabó admirando su monumental trabajo.
Napoleón, que mostró su genio impar ganando batalla tras batalla, durante 15 años fue un planificador muy minucioso de las mismas y hasta dos meses antes, él cuidaba de los menores detalles, grabando en su mente no solamente sus pasos y sí también los del enemigo. Era como si jugase consigo mismo en un gigantesco tablero de ajedrez. Su derrota final no si debió a errores de planeamiento y sí a la ambición desmedida. Cuando ésta invade una persona, acaba arruinando todo.
El esfuerzo, la dedicación, la concentración y la planificación siempre acabaron llevando al suceso, a veces por medio de vías extrañas. Por ejemplo, el famoso químico Von Stradonitz trabajó exhaustivamente, procurando encontrar una forma de agrupar los seis átomos de carbono y los seis de hidrógeno, constituyentes de la bencina. Siendo el carbono tetravalente y el hidrógeno monovalente, no era encontrada una forma en que los doce átomos se pudiesen acomodar de manera definida en una molécula de aquel hidrocarburo.
A pesar de sus enormes esfuerzos, Von Stradonitz estaba perplejo. Pero un día en que iba a tomar un ómnibus en Londres, tuvo un vislumbre: percibió la imagen de una serpiente mordiendo su propia cola y girando alrededor de ella misma, como un molino de viento. Adaptando esa imagen a la situación problemática, consiguió la respuesta deseada (obtuvo "suceso"), a través de un reagrupamiento circular de los átomos, hoy conocido como el "anillo de la bencina".
Otro caso notable es el de Lothar Von Blenx-Schmidt, ingeniero eléctrico alemán. Hecho prisionero por los rusos, fue llevado a un campo de concentración en una mina de carbón, de la que tenía que extraer una cota de 180 Kilos por día. A su lado, morían hombres que no podían aguantar las condiciones brutales a las que estaban sujetos. Pero Lothar se fijó una meta. Apenas una: "ir para Los Ángeles" y encargó a su Ser Interior para hacer el trabajo.
Así, noche y día él imaginaba que estaba allá y que paseaba por la Avenida Wilshire con una joven americana que conoció antes de la guerra. Él imaginaba todo de forma nítida y real, incluso se veía dirigiendo un imaginario auto americano. El hecho es que un guardia de campo cometió un error de control y él escapó. Después de grandes peripecias llegó a Polonia, de ahí a Suiza y después a Los Ángeles, por invitación de un matrimonio que conoció en este país. Es claro que llegando a Los Ángeles procuró y encontró la joven y se casó con ella. ¿No parece un verdadero cuento de hadas? Pero este fue real.
Por lo tanto, ya se diseña, clara y nítidamente en la frente de aquel que procura auto-realización y por lo tanto suceso y prosperidad, un componente esencial. Ya aquel que gusta de comodismo, pereza, conformismo y cosas semejantes, nunca podrá llegar allá. Este componente es: empeño, dedicación y esfuerzo, o sea: estar dispuesto a ser un actor dinámico en el proceso, priorizando la aplicación de la Ley de Acción.
¿Dónde está la llave que conduce a la auto-realización?
Una vez definido que para alcanzar nuestros objetivos (Auto-realización, Suceso, Prosperidad) es necesario prepararse ¿Cuales serán los principios involucrados y como ellos podrían ser aplicados?
En un ítem siguiente titulado: "Los Cuatro Mandamientos de la Auto-realización" el tema será abordado preliminarmente.
Antes de entrar en este asunto se hace necesario percibir donde estamos. La verdad es que no parece que nos encontremos en un mar de rosas: crisis mundial, contaminación, destrucción de la Naturaleza, conflictos étnicos, consumismo, mídia "deseducativa", empobrecimiento de la clase media, penuria en las clases bajas, etc., etc.
Pero ¿cual es la génesis de todo esto? ¿Porque esto ocurre de esa manera? ¿Es un hecho maligno? ¿Nada puede ser hecho?
Los Maestros de la Sabiduría siempre tuvieron repuesta para ese tipo de problemas. El diagnóstico básico es que hay una desarmonía básica entre el sentir y el pensar humano, en relación con las Leyes Universales, y por lo tanto, con el mundo espiritual.
O sea aquella negatividad y destructividad está en relación directa con el sistema de pensamientos, sentimientos y actitudes que el hombre desarrolla. Impresionado por el poder que la Ciencia creada por él alcanzó, el hombre olvidó sus raíces espirituales, quedando completamente inmerso en la materia. De esta manera – a pesar de recibir cierta formación religiosa – la mayoría de las personas piensa que los problemas de subsistencia, trabajo, lucros, riqueza y cosas de ese tipo son estrictamente terrenos o materiales y es en ese único plano en que deben ser resueltos (Aunque en su Subconsciente operen otras fuerzas que lo llevan a la astrología, la numerología o la cartomancia).
Por ejemplo, muchas personas que nacieron pobres, en verdad la inmensa mayoría, creen que así deberán continuar por el resto de sus vidas, ya que las riquezas – según su entendimiento – están reservadas para aquellos que nacieron en cuna de oro. Piensan así a pesar de que un cierto número de individuos nacieron tan pobres como ellos (o más aún) y consiguieron prosperar económicamente. La historia está llena de esos casos.
Eso obvio imaginar que, por lo menos en principio, una persona pobre tendrá que hacer esfuerzo bien mayor que una oriunda de un hogar más acomodado, si lo que quiere es alcanzar la riqueza material. Y justamente este es el punto importante; se llama "esfuerzo", "decisión", "fuerza interior". La legión de personas que atribuye sus fracasos a influencias o factores externos, acaba cerrando la puerta al auto-análisis y a la comprensión del problema. Por lo tanto, deja de aprender una lección de valor incalculable.
También debe ser reconocido que por más grandes que sean nuestros esfuerzos y por mas encendida que esté nuestra fuerza interior, no siempre gracias a ellos podemos vencer una circunstancia específica. Por lo tanto, admitir la ocurrencia de eventuales derrotas es un acto de lucidez, pero también lo es, reconocer que esa derrota no es definitiva. Y la decisión sobre esto es absolutamente nuestra.
Entonces, en una primera introducción al asunto, debe quedar claro que un deseo, como es el de "auto-realización, suceso y prosperidad" debe atender algunas exigencias para que él pueda concretarse en un resultado real. Él deberá, pues, tener antes de todo, "fuerza interna"; esto significa, básicamente que ese deseo: debe ser bien definido, no debe ser interferido por otros y que exista confianza plena en que él podrá ser alcanzado.
¿Cuál es la relacion entre prosperidad material y Espiritualidad?
Antes de querer analizar cualquier método o procedimiento que ayude a la obtención de suceso y de prosperidad material es necesario hacer una reflexión acerca de lo que pensamos y sentimos acerca de esos conceptos.
El principal problema radica en que, debido a la formación religiosa de muchas personas, se genera un dilema interior. Por un lado, las personas "gustarían" tener aquellos resultados, pero en su interior, muchas veces dudan sí desde un punto de vista espiritual la prosperidad material es deseable, visto que, por ejemplo, Cristo nunca la pregonó.
En particular, muchos hombres de negocios – por este motivo – parecen sentirse culpados, por desearen riquezas a pesar de luchar duramente por ellas. El conflicto mental producido por este choque de sentimientos causa angustia, "stress" y desajustes en grados a veces muy altos.
El factor expuesto: "sentimiento de culpa" no es el único que opera como contrapeso a los deseos de suceso y prosperidad. Otro, sin duda el más importante, es el sentimiento de insignificancia frente al poder del mundo, a la Mente Colectiva, a "las fuerzas del Mal", o como se les quiera llamar. Este sentimiento, reforzado todos los días por las noticias negativas y problemáticas difundidas por la mídia y repetida por las propias personas que nos rodean, acaba masacrando – en muchos seres humanos – la potencialidad innata contenida en el deseo de suceso y prosperidad.
Determinados pasajes bíblicos, sobre todo del Nuevo Testamento, parecen dar apoyo a la teoría de que la pobreza es una cosa buena.
Por ejemplo en las palabras del Maestro:
"No podéis servir a Dios y a Mammon" (Mateo 6:24).
"Es mas fácil que un camello pase por el ojo de una aguja de que un rico entre en el reino de Dios"(Mateo 19:24).
"Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el Reino de los Cielos" (Mateo 5:3).
Sin embargo, haciendo un análisis más profundo, por ejemplo de estos versículos, la interpretación de los mismos puede mudar drásticamente.
Primer versículo. Consultando el diccionario se encuentra la palabra Mammon con el significado de "un falso dios" o "riquezas consideradas cono un objeto de adoración. "O sea, una cosa es idolatrar el dinero, transformándolo en un dios y por lo tanto sustituir con él al Creador y otra reconociendo el Ser Supremo como la Fuente de todo, reivindicar nuestro derecho a la herencia y bendiciones que ha otorgado a todos.
Es exactamente eso: cada ser humano por ser hijo de Dios(*) y Dios es el último nivel posible – tal vez la séptima dimensión – tiene derecho a los privilegios del "suceso y la prosperidad". Solo que para nosotros descubrir esto (así como el derecho a otros privilegios como la salud, la paz, el amor y la felicidad), estamos aquí aprendiendo a través del contraste entre la luz y las sombras, así como de la pobreza y de la riqueza, del fracaso y del suceso.
O sea: servir a Dios es confiar en su abastecimiento, en su flujo de bendiciones para nosotros, en su infinito amor. Él, como Padre magnánimo solo desea lo mejor para sus hijos, incluyendo la auto-realización, el suceso y la prosperidad. Y él tiene el poder de conceder, pero en la medida en que recibamos, también debemos distribuir, porque somos un canal de Él, aquí en la Tierra.
Servir a Mammon es tentar obtener riquezas a través de cualquier medio, incluyendo acciones antihumanas, deshonestas y causadoras de miseria y sufrimiento; es creer que el dinero tiene poder real, poder creado por él, un verdadero "dios". Pero se trata de suceso y prosperidad falsos que nunca podrán llevar a la auto-realización. Falsos por que su cimiento está hueco y como no está apoyado en los mundos superiores, son ilusorios, capaces de ser derribados en cualquier momento, pero sobre todo incapaces de darnos la felicidad. Es el caso típico del supermillonario que muere de enfermedad terrible, odiado de todos, … pero en cama de oro.
Segundo versículo. En él, el Maestro apenas constata un hecho: muchos hombres ricos quedan prisioneros de su propia riqueza, de tal modo que olvidan que ella viene de Dios y que en realidad, nada creamos (apenas reorganizamos). Solo usamos los bienes que Él sí creó. Lo que tenemos, entonces, es el privilegio del uso, nunca la propiedad real del oro, de la plata o de cualquier otro producto. Y aquel uso debe ser correcto, promoviendo el desarrollo de la Humanidad y no apenas utilizando aquellas riquezas con propósitos puramente egoístas y a veces francamente destructivos.
Este es un asunto muy importante, porque en la elaboración de nuestros objetivos de "suceso y prosperidad" debemos ser muy cuidadosos: nuestras tentativas de elevar nuestra conciencia a la Cuarta Dimensión o superiores, no tendrá éxito si apenas lo que queremos es oro y poder para dominar y explorar los otros. Así nunca podremos entrar en el "Reino de los Cielos"(**), el cual no significa, como mucha gente cree, un Paraíso después de la muerte y sí una conciencia mas elevada, donde podremos entrar en contacto con la verdadera Realidad.
Tercer versículo. Él debe ser entendido considerando los "pobres de espíritu" como personas desprovistas de orgullo, presunción o pretensiones de superioridad y no como alusión a individuos hambrientos o desvalidos.
Se debe subrayar que, cuando fue necesario, el Maestro utilizó las leyes de la Prosperidad, como cuando alimentó en el desierto a millares de personas, o cuando transmutó el agua en vino de excelente calidad durante las bodas de Canaán. Esto sin hablar de su capacidad de suceso, obtenido en situación prácticamente imposible: perseguido, preso, azotado y finalmente crucificado. En medio de eso, sus discípulos, entre ellos el fiel Pedro, huyeron y lo negaron. ¡Que tristeza, que fracaso aparente!
Pero Él conocía las Leyes y a través de su gloriosa Resurrección abrió el libro de oro del suceso en su página más fascinante. Es claro, su estatura es bien superior a la nuestra, por algo lo llamamos de Maestro, pero hay un hecho que permanece: todo es hecho de acuerdo con las Leyes Universales y hasta Él estaba amarrado a ellas. Si nosotros las conociéramos podremos escribir también nuestra página en el libro del Suceso, aunque – naturalmente – nuestras habilidades no puedan alcanzar aquellas cumbres excelsas, porque nosotros aún estamos en proceso de evolución. De cualquier forma, actuando según las Leyes, en el momento oportuno podremos alcanzar aquello que deseamos, o sea: "suceso y prosperidad". Para ello, precisamos conocer esas Leyes y sobre todo, aplicarlas.
No estamos queriendo dar una clase sobre cristianismo(***), pero el hecho es que la mayoría de las personas reciben esa formación y ella muchas veces interfiere en la consideración de lo que es correcto y lo que es incorrecto en términos de pobreza y de riqueza. Existen también trechos en la Biblia, donde Dios aparece como fuente de riqueza para el hombre. Por ejemplo: "Recordad a Dios Jehová, pues es Él que nos da fuerza para conseguir riqueza".
Dice una autora inspirada, Catherine Ponder (7) "El generoso suministro de Dios está distribuido por toda la Tierra, así como dentro de usted, en la forma de aptitudes, capacidades e ideas, ansiando para ser manifestadas. Pero usted precisa entrar en contacto y utilizar aquella rica esencia y aquel rico abastecimiento. Su mente es el eslabón que lo une a ellos. Sus actitudes, sus conceptos fundamentales y sus esperanzas son los eslabones que lo unen y que le dan acceso a la generosa esencia de Dios. Dios puede hacer por usted, solamente aquello que es hecho a través de usted, por medio de pensamientos e ideas que son responsables por sus reacciones". ESA ES LA LEY.
Esto significa que el flujo de la Abundancia Cósmica está siempre derramándose sobre nosotros como una cornucopia inagotable. Pero para poder recibirla tenemos que estar en su misma sintonía o frecuencia vibratoria; tenemos que estar armonizados en nuestros deseos de suceso y prosperidad. De ese modo, nuestra eficiencia en alcanzarlos estará en relación directa con nuestro desarrollo interior, con nuestra pureza de sentimientos, con nuestro nivel de altruismo, con nuestra comprensión acerca de las energías en juego. Por eso es que nos debemos preparar, porque si no lo hacemos, el Esplendor Cósmico continuará reverberando frente a nuestros ojos y continuaremos a no percibirlo.
LOS CUATRO MANDAMIENTOS DE LA AUTO-REALIZACION, DEL SUCESO Y DE LA PROSPERIDAD
Primer mandamiento: el objetivo debe ser perfectamente definido.
Prácticamente todas las personas "gustarían" de ver realizados "algunos" de sus sueños, pero pocos tienen la satisfacción de vivir esta emocionante experiencia. En verdad, los "favorecidos", en lugar de pensar en la forma anteriormente expuesta, ellos piensan así: "gustan" de ver realizado "un cierto" sueño en particular.
La diferencia entre ambas posturas es fantástica. Básicamente, ella consiste en lo siguiente: mientras la gran masa sueña mismo en obtener algunas cosas, como sí ellas pudieran caer del cielo en sus manos, unos pocos comprenden que si desean obtener un cierto resultado, deberían planificar encima de él, y especialmente, concentrarse en él completamente.
Esto significa que antes de pensar en cualquier realización bien sucedida, debemos tomarnos el tiempo que nos sea necesario para definir perfectamente este objetivo. Si este no fuera claramente establecido, todo lo que tendremos serán marchas y contramarchas, pérdidas de tiempo, aborrecimiento, desaliento y hasta resentimiento.
¿Qué es lo que usted desea encima de todo? ¿Tener una empresa de transporte? ¿Trabajar como ingeniero civil? ¿Ser un gran cantor o un excelso pianista? ¿Ser un líder espiritual o un médico pediatra? ¿O tener una hacienda?
Siempre que se trate de una actividad útil y constructiva, la elección puede ser cualquiera y depende exclusivamente de usted. El problema es que esta elección debe ser excluyente de cualquier otra. Por ejemplo:
Henry Ford se dedicó a la fabricación de autos.
Thomas Edison se dedicó exclusivamente a nuevos inventos.
Andrew Carnegie se especializó en la fabricación de acero.
Roosevelt, Kubitschek, Lincoln, De Gaulle o Mandela dedicaron sus vidas al progreso de sus países.
Burbank se dedicó exclusivamente al mejoramiento de plantas, obteniendo resultados fantásticos, no igualados hasta hoy, más de 100 años después, a pesar del enorme avance de la Ciencia, especialmente en el área de Genética.
Docenas y centenas de otros ejemplos, podrían ser enumerados con facilidad. Por lo tanto, la primera cosa a hacer es escoger un objetivo único, aquel que nos dejaría completamente realizados se él se concretase en este momento.
Una buena manera de descubrir este objetivo es imaginar que no existe ninguna limitación física, cronológica y sobre todo, financiera. Entonces, calmamente, dejar aparecer en la pantalla de nuestra mente el tipo de actividad que gustaría de realizar. En otras palabras, elevando nuestra conciencia de la limitada realidad tridimensional para la flexible realidad de las dimensiones superiores, contemplar allá nuestro ideal de "auto-realización, suceso y prosperidad". Una vez determinado, él precisa ser nutrido y alimentado con nuestro deseo, como si fuese una planta, hasta llegar a su fructificación. En ese momento, el fruto cósmico, tridimensional, estará maduro para reflejarse en el ambiente terreno, en la tercera dimensión. Entonces, él se manifestará en la forma concreta del ideal deseado, soñado, mimado.
Debemos, ahora volver al punto de partida, ya que si éste tiene fallas, comprometerá el conjunto del plan, haciéndolo fracasar. Esto significa que no debemos tener prisa en la definición del objetivo. Debemos sí, trabajar sobre el asunto de forma perseverante hasta que él surja en nuestro interior con seguridad absoluta, de modo que no exista ningún margen de error. Este proceso puede durar días, meses o años y si demora mucho, la mayoría de las personas acaba desistiendo.
¿Por qué ocurre esa desistencia? Porque ellos no conocer las leyes que regulan estos fenómenos. Usted está teniendo acceso a ellas; por lo tanto no tiene por qué desistir. Por otro lado, debe ser subrayado que la demora está fuertemente correlacionada con la concentración en el asunto, de modo que si usted fija su mente en la necesidad de definir perfectamente su objetivo, sus mecanismos interiores agilizarán los procesos respectivos, auxiliándolo a alcanzar la respuesta deseada (objetivo escogido).
Es posible que al principio, usted tenga varias alternativas y caminos posibles. Haga una lista, agregue algunos, suprima otros. Transforme el asunto en un proceso dinámico. Medite mucho, consulte otras personas, lea libros adecuados, infórmese de todas las maneras posibles. O sea: nutra su mente con todos los hechos que pueda disponer sobre el asunto en pauta, pero recuerde que la decisión a ser tomada no es meramente racional; ella debe emerger del centro de su ser.
Las consultas y lecturas sirven para mantener el asunto vivo en su interior, pero más que pensar, usted deberá sentir su objetivo. Algo así como tener la seguridad interior de que usted está en la Tierra para cumplir un objetivo específico: su misión.
Es exactamente eso: usted debe descubrir en el centro de su corazón, cual es la misión de su vida. ¿Percibió ahora que una vez hecho este descubrimiento, usted tiene la llave capaz de abrir los portales de la mansión donde se esconde el tesoro de la auto-realización, del suceso y de la prosperidad?
Más allá del valor intrínseco de mantener la mente ocupada en la procura de su objetivo, tiene una ventaja extraordinaria: permite que aquella, fija en su propósito, no será atraída por pensamientos de fracaso, ni por sentimientos de duda o de indecisión. Y esto es extremamente importante porque el negativismo y el pesimismo son enemigos peligrosísimos, capaces de apoderarse de nuestras energías sin que generalmente lo percibamos. Oscilando siempre en la busca de nuestro ideal, mantendremos nuestro ambiente interior bien aireado, puro y limpio, hasta que un vislumbre llegue de forma luminosa.
Hay una idea fuerza negativa con relación a este tema, que afecta a la mayoría de las personas. La idea es: el ser humano en general tiene una tendencia casi irresistible a percibir, reconocer, subrayar y hasta colocar en un molde, las dificultades, barreras e inconvenientes que un determinado objetivo o proyecto tiene por su frente. Pero no demuestra ni de cerca la misma habilidad para percibir el Poder que existe dentro de cada uno de nosotros, capaz de derribar todos los obstáculos.
Como se puede comprender, se trata de un problema de enfoque. Así, podemos mirar apenas con los ojos físicos y utilizar nuestro raciocinio y recursos sensoriales. Al hacerlo, quedaremos congelados en nuestro "freezer tridimensional"(*), donde las limitaciones de espacio y tiempo son desanimadoras.
Pero, también es posible elevar nuestra conciencia a las dimensiones superiores, contemplar allá nuestro objetivo realizado y trabajar intensamente para que él se manifieste aquí, manteniendo aquella visión como punto de referencia y coraje contra las limitaciones. Es claro que no se niega la existencia de éstas; apenas se niega su Poder, su omnipotencia. La omnipotencia es reservada para la autoridad competente: el Ser Supremo.
Definir el objetivo corresponde, metafóricamente, a elegir una llave.
En este primer mandamiento, la pregunta clave es: ¿Qué idea hace vibrar mi ser interior más que cualquier otra? No sea miedoso o vacilante, ni tímido o mezquino. No importa lo que el "freezer tridimensional" diga acerca de su ideal. Lo único importante es que usted lo vea como el gran objetivo de su vida, que lo sienta como un deseo ardiente, como algo realmente fascinante. El resto es secundario.
Auxilie su pensamiento a tomar una decisión, respondiendo a esta otra pregunta: "Si tuviese todas las condiciones físicas, financieras, emocionales, intelectuales, etc., necesarias,¿que escogería para ser en esta vida?
Segundo Mandamiento: la Regla Áurea.
La Regla Áurea dice que debemos hacer a los otros, lo que deseamos para nosotros; por lo tanto, no debemos hacerles, lo que no deseamos para nosotros.
Sin embargo, muchas personas pretenden alcanzar sus objetivos – bien definidos o no – perjudicando, explotando y dominando a los otros. No hay cosa más distante de la Regla Áurea que este tipo de actitud. Por la Ley de Causa y Efecto, eventuales triunfos de esta forma de pensar, se ocurrieren, tendrán que pagar una compensación terrible.
Dice Trevisan (8) "No conozco nadie en este mundo que se haya beneficiarlo perjudicando a los otros, porque el mal nunca puede producir el bien. Cuando alguien explota o roba a otros, en la verdad está robando y explotando a sí mismo, pues su mente está invadida por sentimiento de carencia, agresividad interior, inquietud, miedos y remordimientos. Todo acto se paga a si mismo, no enverede por esos caminos porque usted se dará mal. En verdad, solo entran por esos caminos tortuosos los ignorantes, o sea aquellos que aún no aprendieron que dentro de ellos mismos hay una fuente inagotable de riquezas, abastecida por el Creador(**).
En otras palabras. "el crimen no paga", a pesar de que a veces aparece como algo deslumbrante. No hay como alcanzar el ideal de "auto-realización" en forma permanente, sin tomar como punto de referencia la Regla Áurea. Esto es fácil de comprender si volvemos al concepto de Unidad. En efecto, si toda la Humanidad, aunque separada en individuos en el nivel tridimensional, constituye aquella Unidad en niveles mas elevado, será obvio que toda explotación y actitud egoísta con nuestros hermanos va a recaer sobre nosotros, si fuésemos responsables por aquellas actitudes.
Nuevamente, el problema radica en nuestro sistema de percepción (pensamientos, sentimientos, actitudes). Si él es restricto, limitado a lo que llamamos de "freezer tridimensional", nos sentiremos inclinados a actuar en función de lo sensorial, del lucro y del beneficio exclusivamente personal, porque tenemos miedo de que si no somos astutos lo suficiente, vendrán otros y tomarán nuestra parte.
Sería preferible, entonces, dar el salto primero y tomar lo que podamos recoger en nuestras manos, sin parar para considerar si por causa de nuestra actitud, personas serán llevadas a la miseria y desesperación.
Por este camino, eventuales sucesos y prosperidades pueden ocurrir, pero no son duraderos y además acaban no satisfaciendo nuestros anhelos más íntimos. Son apenas máscaras superficiales. Por la propia esencia del libre albedrío, es concedido al hombre alcanzar los objetivos deseados, pero como él está desequilibrado, atentando contra la Unidad, inmerso en las tinieblas, esos "sucesos" y esas "prosperidades" que acaban disolviéndose, son apenas lecciones que procuran mostrar el camino de la luz. Así una persona puede acumular una enorme fortuna, pero acaba comprendiendo que no era eso lo que quería y lo que ahora percibe como valioso no tiene precio.
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