Tendencias generales actuales sobre el proceso de educación en valores
Enviado por Lic. Noel Gámez Cardoso
- Los Valores Humanos
- Formación y desarrollo de los valores. El Humanismo como valor básico universal
- El Humanismo en el pensamiento marxista cubano. Valor básico en la formación y desarrollo de otros valores
- El pensamiento humanista de Fidel Castro. Sus Reflexiones
- El desempeño profesional en la Educación en Valores
- Consideraciones metodológicas a tener en cuenta para la formación y desarrollo de los valores en la escuela primaria
"Lo más seguro en cuestiones de ciencias sociales es…no olvidar la conexión histórica básica, examinar cada cuestión desde el punto de vista de cómo surgió el fenómeno en la historia, de cuáles son las etapas del desarrollo por las cuales el fenómeno ha pasado, y desde esta perspectiva de su desarrollo, examinar qué ha devenido en la actualidad dicha cosa".[1]
En este trabajo se sistematizan las concepciones teóricas y metodológicas existentes en torno a la educación en valores con énfasis en el humanismo. Se hace un análisis de las consideraciones metodológicas a tener en cuenta para la formación y desarrollo de los valores en la escuela primaria y del desempeño profesional del docente para este fin. También se profundiza en el pensamiento humanista de Fidel Castro expuesto en sus Reflexiones.
Los Valores Humanos
Los intentos de encontrar una definición del concepto de valores humanos han tenido lugar desde tiempos remotos. En un primer momento se definieron los valores humanos absolutizando la esfera subjetiva del ser humano. Esto ha contribuido a una etapa importante del nacimiento de este concepto en el pensamiento de los estoicos, quienes definían a los valores humanos como toda contribución a la vida sobre la base de la razón. Se hablaba entonces de los valores de la virtud, la dignidad, la honestidad, etc. siempre desde la subjetividad humana.
No obstante los valores existen desde la propia formación del hombre, y así lo demuestran los estudios realizados sobre el comportamiento humano. Se evidencia además en la bibliografía existente, partiendo desde los libros sagrados del Antiguo Testamento donde se hace referencia al humanismo de Dios al dar la vida de su hijo para la salvación del hombre y cuando dictara los mandamientos que serían de obligatorio cumplimiento para los mortales, los que precisamente, redundan en torno a la máxima siguiente: "(…) Ama al prójimo como a ti mismo"[2] Este acontecimiento marca un hito importante entre los seguidores de la religión.
Otro momento importante lo aporta el pensamiento filosófico de los siglos XVII y XVIII donde se desarrolla el concepto de valores humanos sobre la base de que el valor de todos las cosas es su precio dado por el propio hombre, lo cual presupone la persistencia de una concepción subjetiva del término tal como lo sustenta el filósofo materialista inglés Thomas Bobees (Primera mitad del siglo XVII).
Otra etapa que da continuidad a la evolución del concepto de valores humanos lo encontramos en el pensamiento clásico alemán de finales del siglo XVIII y principios del XIX, donde este concepto se eleva sobre la noción del bien vinculándola con significaciones económicas, pero siempre determinados por la posición del hombre como punto de partida, la cual le da permanencia a un enfoque subjetivista del problema.
En la segunda mitad del siglo XIX con la aparición del Marxismo, el concepto de valores humanos abunda sobre la base de la relación del factor objetivo y el factor subjetivo en la esencia humana, es decir, de la correlación entre la vida material y la vida espiritual de la sociedad. Así el pedagogo alemán Scholz sustenta la tesis de que los valores son: "Una relación sujeto – objeto resultado de las valoraciones de un proceso de reflejo específico en la conciencia, que expresa la importancia y la significación de la realidad para el hombre". [3]
El tratamiento enciclopédico de la filosofía contemporánea propone una definición conceptual de los valores humanos que plantea: "Valores humanos son las determinaciones sociales de los objetos circundantes que ponen de manifiesto su significación positiva o negativa para el hombre y la sociedad". [4]
Algunos textos de la literatura filosófica contemporánea profundizan en la esencia de los valores humanos destacando el presupuesto de la significación de la realidad objetiva para las necesidades humanas y precisando el carácter positivo de esta significación: "(…) Valores humanos son las propiedades funcionales de los objetos consistentes en su capacidad o posibilidad de satisfacer determinadas necesidades humanas y de servir a la práctica del hombre, es la significación socialmente positiva que adquieran los objetos al ser incluidos en la actividad práctica humana ".[5]
Una precisión importante la hace el filósofo cubano José Ramón Fabelo Corzo, quien señala: "(…) Valor humano es la significación esencialmente positiva que poseen los fenómenos y objetos de la realidad, no cualquier significación, sino aquella que juega un papel positivo en el desarrollo de la sociedad"[6].
La autora Dra. Nancy L. Chacón Arteaga En la Cumbre Internacional de Educación, celebrada en México en febrero de 1997, acerca de los valores planteó:
"(…) Los valores son una parte importante de la vida espiritual e ideológica de la sociedad y del mundo interno de los individuos, los mismos son una producción de la conciencia (social e individual) en el contexto de las relaciones sociales dadas en la actividad del sujeto y existen en unidad y diferencia con los antivalores"
Analizando hasta aquí la evolución histórica del concepto de valores humanos se destacan dos momentos importantes: Primero, desde los Estoicos hasta la primera mitad del siglo XIX que sostenían una interpretación subjetiva del concepto y una segunda y profunda etapa a partir de la segunda mitad del siglo XIX hasta nuestros días que sustenta la tesis de analizar el concepto de los valores humanos desde la óptica de la relación recíproca y dialéctica de lo subjetivo y lo objetivo, es decir, lo ven con la unidad y diversidad de la vida espiritual y material de toda la sociedad.
Este nuevo enfoque ha contribuido al esclarecimiento del problema y ha inspirado a importantes y prestigiosos pedagogos, psicólogos, sociólogos al estudio de esta poderosa esfera de la acción humana, a la cual este investigador se suma a su estudio y profundización. Fabelo Corzo: "Valor humano es la significación socialmente positiva que poseen los fenómenos y objetos de la realidad, no cualquier significación, sino aquella que juega un papel positivo en el desarrollo de la sociedad".
La apropiación de un sistema de valores que ponga al individuo en condiciones de actuar adecuadamente en el entorno social en que le toca vivir constituye la base fundamental de la formación y perfeccionamiento de la personalidad.
El caso de José María García Guzmán, Catedrático de Filosofía del Instituto de Bachillerato Velásquez de Sevilla aporta el siguiente concepto: "A lo que más se parece el concepto de "valores" es al de "fines", entendido éstos como la causalidad que produce cualquier actividad esencial de los sujetos dinámicos".
Otra interesante interpretación la hace el Dr. Antonio Pascual Acosta, Consejero de educación y ciencia de la Junta de Andalucía define los valores humanos como: "(…) Ideales que actúan al modo de causas finales, esto es, por una parte, el motor que pone en marcha nuestra acción y, a la vez, la meta que queremos alcanzar una vez puestos los medios adecuados. Por lo tanto, los valores son finalidades y no medios y, por ello, estimables por sí mismos y no con vista a alguna otra cosa".
Al intentar definir la categoría valor existe el problema de que este término tiene múltiples acepciones desde el punto de vista semántico, por lo que se hace necesario una minuciosa incursión en algunos referentes que en cuante a él existen.
(…) Los valores surgen y se desarrollan en los diversos tipos de relaciones entre el sujeto y el objeto, las cuales tienen como fundamento la actividad práctico-material. A través de ella son reflejadas las necesidades del hombre y se materializan sus intereses y fines. Los valores expresan el ser de las cosas para el hombre; son la significación socialmente positiva de la realidad en su totalidad o de cada fenómeno u objeto por separado. Desempeñan un papel favorable al desarrollo de la sociedad. Pueden ser tanto los objetos creados por el hombre, como los naturales que intervienen en su actividad material.[7].
Los objetos y fenómenos pueden tener simultáneamente significación social positiva para unos hombres y negativas para otros. Pero lo realmente determinante es su significación favorable para el desarrollo de las relaciones humanas y su contribución al perfeccionamiento del hombre. Lo que entorpece el desarrollo social es un antivalor. En la representación acerca de los valores incide la pertenencia clasista.
(…) Los valores pueden ser captados en varios planos: la realidad objetiva, las instituciones oficiales, su reflejo en la conciencia y conducta de cada mujer u hombre, niña o niño, anciana o anciano[8]
Los valores "(…) poseen simultáneamente un carácter objetivo-subjetivo o subjetivo-objetivo. Si los valores objetivos actúan, como objetos o cosas de las necesidades e intereses de los hombres, los valores subjetivos constituyen la expresión de esa relación del hombre con el mundo, concebida desde la perspectiva del sujeto, en el cual los intereses y necesidades se traducen al lenguaje de lo ideal, de lo pensado y de lo representado".[9]
(…) Definir los valores es una acción compleja y polémica. Son todos aquellos objetos, hechos, conductas o cualquier otra cosa de interés, deseo y finalidad, de individuos, grupos de hombres y de la sociedad en su conjunto. Son una forma peculiar de manifestarse las relaciones entre el sujeto y el objeto en las cuales las propiedades del objeto se someten a la valoración de su correspondencia con la satisfacción de las necesidades del sujeto. Son imperativos espirituales superiores, no apriorísticos, no inmutables, ni eternos. Son estímulos de la actuación de los hombres y se encaminan a la satisfacción de sus necesidades. Forman un sistema apoyado en la base económica social. Se realizan en el marco social. Como objeto de determinación espiritual son la expresión de las relaciones sociales. En ello está implícito el reconocimiento de las propiedades que satisfacen cualquier tipo de demanda.[10]
(…) Los valores son la capacidad de los objetos, fenómenos y hechos de satisfacer necesidades, intereses y fines humanos. De ahí que constituyan atractivos de disímiles tipos, representen preferencias y se estructuren como una significación positiva. Esta se debe a su concordancia con el progreso de la sociedad. La práctica revolucionaria está directa y sólidamente enlazada a los valores. En la actividad creadora aparecen las necesidades del hombre. Entre ellas se establece una relación dialéctica de donde parten los intereses. Los valores son un modo de aceptación. Pueden ser aceptados y preferidos en el contexto social de modo generalizado o parcial. También pueden ser rechazados.[11]
El carácter preferencial es una propiedad de los valores. Aunque la preferencia puede variar con relativa facilidad y hasta perderse. En este caso la motivación y los conocimientos son de extrema importancia. Propician que los valores cumplan una función normativa, al regular actitudes y gustos. Cumplen también una función motivacional dada por su carácter de meta, es decir, son un ideal, una fuerza propulsora que proyecta al hombre a una superación constante.(…)Los valores se transmiten mediante la ininterrumpida humanización. En ello son importantes la comunicación, la motivación y las actitudes. Los valores están presentes en todas las relaciones sociales y no por ello poseen solamente carácter ético. En todo el accionar humano hay valores estéticos, religiosos, políticos, lógicos, económicos, jurídicos, entre otros[12]
Respetando los criterios antes expuestos, en la modesta consideración de este investigador se define como valores humanos: cualidades que matizan la personalidad del hombre que están sujetas a un conjunto de influencias que recibe el ser humano desde el momento en que se inicia la concepción del mundo, y están condicionadas a la situación social que lo rodea. Por tanto los valores, se desdoblan en respuestas, actitudes que asume el hombre ante situaciones que se le presentan en el decursar diario de la vida.
1. 1.2 Acerca de la clasificación de los valores humanos.
La cuestión del lugar que ocupan los valores en la estructura de la personalidad y en su desarrollo es un aspecto muy debatido por pedagogos y fundamentalmente, por psicólogos, ya sea porque se analice directamente su estructura psicológica, el papel que juegan en la regulación de la actividad en relación con otras categorías, su rol en el desarrollo moral y/o como debe desarrollarse la educación en valores (Sherkovin, Yu. A,1985; Predvechni, G.P, 1986; Schwartz, S,1987; González Rey, F, 1995; Berkowitz, M, 1998; Payá Sánchez, M,1998; Martínez, M,1998). Se analizarán solamente los planteamientos de diferentes autores, que pueden servir de base teórica para la toma de decisiones en el diagnóstico, como punto de partida para el desarrollo de la investigación.
Sherkovin definió valor, norma y actitud como reguladores de la actividad humana a una serie de normas, valores e ideas las asimilamos sin detenernos a pensarlo (actitudes), otras las desarrollamos conscientemente (ideales). El concepto "valor" corresponde a necesidades intereses y objetivos de las personas a quienes "favorece" (…) Se dividen en existentes y específicos y estos últimos en valores ideales, valores deseos y valores de deber muy semejantes a las normas (…) Una de las variedades de orientaciones axiológicas es la actitud psicológica.
Predvechni y Sherkovin en 1986 establecieron: "Valor es un concepto que expresa la significación positiva o negativa de un objeto o de un fenómeno". Señalan la existencia de tres tipos de valores: valor- objeto, valor- medio y valor condición.
En1987, Schwartz y Vil ski (citados por Brincan, H,1997), a partir de estudios previos (Alucón, 1951; Parsons,1957; Rokeach, 1973) propusieron una teoría acerca de la estructura psicológica de los valores. Un valor es "el concepto que tiene un individuo de un objetivo (terminal- instrumental) transituacional, que expresa intereses (individuales- colectivos o ambos) concernientes a un dominio o área motivación al y que es evaluado en un rango de importancia (muy importante sin importancia) como principio rector de su vida".
Brincan en 1997, plantea 5 facetas propias de los valores:
Son un concepto o creencia.
Atañen a situaciones finales o comportamientos deseables.
Trascienden situaciones específicas.
Guían, seleccionan y evalúan comportamientos y eventos.
Están ordenados entre sí por importancia relativa.
Schwartz y Vil Ski propusieron además once tipos de motivaciones de valores: auto dirección, estímulo, hedonismo, logro, poder, seguridad, conformidad, tradición, espiritualidad, benevolencia y universalismo. Otro aspecto digno de destacar en su teoría es que los valores pueden clasificarse de la siguiente forma:
Según el objetivo o tipo de meta que persiguen:
Valores terminales: Son aquellos que representan objetivos, que expresan situaciones finales definidas por un sustantivo. Ejemplo: Confianza. Son también llamados valores de meta.
Valores instrumentales: Representan modos de comportamiento y se expresan a través de adjetivos. Ejemplo: Confiable. Son también llamados conductuales o comporta mentales. Según estén al servicio de los intereses del individuo mismo o de alguna colectividad.
Valores individualistas: poder, logro, hedonismo, estímulo y auto dirección.
Valores colectivistas: benevolencia, tradición y conformidad.
De acuerdo a lo anterior se postula que existen valores afines entre sí y otros cuyo choque puede originar conflictos psicológicos y sociales. Schwartz propuso una escala que ha sido validada en 65 países, dedicando un taller a la medición de valores en el último Congreso Mundial de Psicología, celebrado en EE.UU. en 1998.
Según González Rey, "los valores son todos los motivos que se constituyen, se configuran, en el proceso de socialización del hombre(…) Un valor se instaura a nivel psicológico de dos formas: los valores formales, que regulan el comportamiento del hombre ante situaciones de presión o control externos, y creo que no son los que debemos formar, y los valores personalizados , expresión legítima y auténtica del sujeto que los asume, y que son, en mi opinión, los valores que debemos fomentar.
Berkowitz, M. W. señala que el trabajo más valioso sobre valores fue desarrollado por Rokeach en 1973, el cual definió al valor " como una preferencia permanente para una conducta en concreto o para un estado final de ser", lo cual incluye tanto un claro componente cognitivo (una creencia) como un componente afectivo (la evaluación). Para Berkowitz, " los valores y rasgos de carácter se encuentran estrechamente relacionados con características de definición que se solapan". Este propio autor destaca que se utilizan como sinónimos los términos "valores", "carácter", "valores morales", "educación moral", "educación en valores" y que se ofrece una escasa definición de los mismos.
El carácter está constituido por el sistema de formaciones motivación tales que definen la orientación estable y peculiar del sujeto hacia las diferentes esferas de la actividad. Estas formaciones conforman una estructura en la cual se organizan atendiendo a su importancia para el sujeto, constituyendo lo que se ha denominado una jerarquía motivación al. Las formaciones motivación hales en su máxima expresión conducen a las tendencias orientadoras de la personalidad (TOP), expresan la orientación estable del hombre hacia las diferentes áreas de la actividad, dando lugar al sistema de cualidades del carácter, " que resume las orientaciones del sujeto hacia el colectivo y las demás personas, hacia el trabajo y hacia sí mismo." Esther Baxter Pérez en su libro: "La formación de valores, una tarea pedagógica", ofrece una comprensión general de los valores esenciales del socialismo, los cuales son: la paz, la justicia social, la libertad, la responsabilidad, el trabajo creador, el colectivismo y la ayuda mutua, el patriotismo socialista, el internacionalismo, la solidaridad y la disciplina.
Como se observa se plantea una relación de valores tomando como base el sistema social característico de nuestro país. En esta misma línea se encuentran otras argumentaciones donde se destacan los valores fundamentales que a través de la historia han caracterizado al pueblo cubano.
En este sentido, en un artículo publicado en la revista "Con Luz Propia"", "Un debate de los maestros cubanos: La ética pedagógica y la formación de valores morales, 1997", se refiere al sistema de valores funcionales de nuestra nación y de la moralidad histórica del pueblo cubano: se relacionan la dignidad humana, la intransigencia e intolerancia ante la dominación extranjera y la solidaridad humana.
Es importante destacar que el logro de la formación de estos ideales sociales está en la elevación de la profesionalidad, en la voluntad y deseo de servir incondicionalmente a nuestra Revolución, en el comprometimiento constante, con la tarea que debemos enfrentar los retos del próximo siglo en términos o materia de valores humanos. Esta en nuestra concepción ideológica, en nuestra firmeza y conciencia política y en nuestra manera de integración social.
El Ingeniero Miguel Ángel López Vega y el Lic. José Raúl Peña Sandoval, profesores de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Unidad Culiacán, UNAM, en el V Simposium "Los valores de la educación", febrero de 1997, ofrecen la siguiente clasificación de valores: Valores de acción o de contemplación, valores biológicos, valores sociales, valores de relación.
En la clasificación anterior los valores morales son incluidos dentro de los valores de acción porque son los valores del mundo espiritual del hombre que están relacionados de forma inmediata con su práctica histórica – social, con su acción y su conducta para con los demás, para con su entorno natural y para consigo mismo.
José María García Guzmán, en " Educación y Valores en España", propone la siguiente clasificación:
Valores instrumentales: Son aquellos que sirven de medio para alcanzar otros valores superiores.
Valores vitales: Se refieren a la instalación del sujeto en el mundo y a su relación placentera con el entorno.
Valores sociales: Son los que tienen que ver con las normas de convivencia entre las personas y sus relaciones con ellas.
Valores estéticos: Se refieren a la creación de lo bello o su simple contemplación.
Valores cognoscitivos: Tienen que ver fundamentalmente con el conocimiento de la realidad y de las leyes que organizan esa realidad tanto externa como internamente.
Valores morales o humanos: Son aquellos que presentan una bondad o maldad intrínseca; son en el fondo, los que impregnan toda la escala de valores en un sentido, pues todas las preferencias se hacen sobre la base de que se consideran "buenas" para el sujeto o la colectividad o "justos" y aparecen como "derechos" o "deberes", siendo la elección entre los polos axiológicos la esencia de la "libertad".
Aunque en este trabajo se hace énfasis en los valores humanos, se ha realizado el análisis de diferentes clasificaciones porque los valores no se manifiestan de forma aislada, ellos son asimilados en un sistema, es decir, en combinación y dependencia unos con otros.
Los criterios para la clasificación en sistema de valores son disímiles, por el lugar
que ocupan en la estructura de la personalidad, por sus objetivos, por su contenido social y personal, etc.
Se consideran los valores humanos, en cuanto a precisión del concepto dado por los autores como: significaciones socialmente positivas que mueven el mundo espiritual del hombre, que se relacionan con su práctica histórico- social, con su acción para con los demás, para con su entorno natural y para consigo mismo.
Ciertamente, a todo valor corresponde un antivalor, pues sino carecería de sentido el propio término de valor, sin embargo, atendiendo al principio del justo medio, todo valor está en el centro de sus antípodas o por exceso o por defecto. Ejemplo: La valentía tiene su antivalor que es la cobardía pero su extremo sería la osadía, y por supuesto, el libre albedrío o la capacidad de elección del sujeto es lo que connota lo específico de su naturaleza como ser social, es decir, la libertad.
Es muy importante cuando se habla de valores precisar su contenido, de lo contrario pueden surgir diversas interpretaciones.
Se pretende contribuir a la formación de un estudiante que sea capaz de realizar sus tareas, funciones con rigor profesional y técnico de manera que el resultado de su trabajo sea irrebatible, que pueda oír de manera atenta y cuidadosa las opiniones de los demás, asegurando un comportamiento cortés, respetuoso, esmerado y ejemplar, asumiendo las dificultades con actitud resolutiva, procurando las mejores soluciones y con ello pueda contribuir al prestigio e imagen personal. Ante todos estos argumentos cabe preguntarse:
1. 1.3 ¿Existe una crisis de los valores humanos?
La crisis de valores por lo general acompaña a las conmociones sociales que tienen lugar en los períodos de transición de la sociedad. Se produce cuando ocurre una ruptura significativa entre los sistemas de valores de la conciencia y es en esta última donde con mayor plenitud se manifiesta esta ruptura. Al aumentar la aceleración de la dinámica social en períodos de cambios abruptos, esto sobrepasa sus límites normales, genera cambios bruscos en los sistemas subjetivos de valores y provoca la aparición de la crisis.
Entre los síntomas que identifican una situación de crisis de valores están los siguientes: perplejidad e inseguridad de los sujetos sociales acerca de cuál es el verdadero sistema de valores, que considerar valioso y no valioso; sentimiento de perdida de validez de aquello que se consideraba valioso y, en consecuencia atribución de valor a lo que hasta ese momento se consideraba indiferente o no valioso; cambio de lugar de los valores en el sistema jerárquico subjetivo, otorgándosele mayor prioridad a valores tradicionalmente más bajos.
Es fácil notar que en mayor o menor medida estos síntomas están presentes en una parte no desestimable de nuestra juventud. Para provocarlos se han conjugado varios factores sociales externos e internos. Analicemos primeramente los factores externos.
Para nadie es un secreto que en la conciencia de muchos cubanos la comunidad socialista, y especialmente la Unión Soviética, representaba un paradigma social, de ideal a alcanzar. Al derrumbarse el sistema socialista y desaparecer la URSS se destruye uno de los principales patrones valorativos. Además la caída del "socialismo real" puso en crisis al marxismo, sobre todo en su versión dogmática y anquilosada, que en buena medida se identificaba con la experiencia particular del socialismo en la URSS y con las ideas que la servían de fundamento y de apología. Téngase en cuenta que el marxismo se encuentra prácticamente generalizado a toda nuestra enseñanza y que la mayoría de nuestros profesores fueron formados en esa versión.
Tal y como estaba diseñada la teoría, los rápidos acontecimientos que se produjeron no podían encontrar explicación en ella. Este contraste entre realidad y teoría provocó que esta última cayera en descrédito y que no pocos adoptasen una actitud nihilista hacia el marxismo en general y hacia los valores a él asociados.
La unipolaridad política que le sucede a la debacle del socialismo y las manifestaciones ideológicas que la acompañan son otros tantos factores que influyen sobre una parte de nuestra juventud, que no vive en una cúpula de cristal y que no puede totalmente ajena a la crisis universal de valores que impera hoy en el planeta.
El cuadro no estaría completo si no tomásemos en cuenta la permanente agresión ideológica del imperialismo, agresión que se ha intensificado notablemente en estos tiempos y que ha tratado de sacarle todo el partido posible a nuestros problemas internos y a la crisis del movimiento revolucionario mundial.
La propaganda imperialista dirigida contra Cuba tiene el descarriado propósito de subvertir valores de la conciencia de nuestro pueblo y, especialmente, de nuestra juventud.
Entre los factores internos hay que mencionar, en primer lugar, la crisis económica. Las carencias materiales, el bajo nivel de satisfacción de la necesidades, provoca en muchos casos la disminución ostensible del valor que se le asigna a fenómenos de más alto vuelo (sociales, espirituales) y que se sobredimensione el valor de todo aquello que se asocia a la satisfacción de las necesidades materiales, individuales y familiares.
Como resultado nos topamos en esos casos con conductas más pragmáticas, más materialistas, menos altruistas y menos solidarias. Los problemas económicos también traen aparejado en algunos ciertos escepticismos sobre el futuro de la Revolución y su capacidad para enfrentarlos y, en otros al desbordar sus umbrales personales de resistencia, una vuelta de la mirada hacia la sociedad de consumo en busca de un escape a la difícil situación.
Otros de lo factores que incide es el desfasaje entre los dictados valorativos de la muy cambiada realidad cotidiana y su mucho más lento reflejo en el sistema de valores institucionalizado. Debido a este desfasaje el individuo, para satisfacer sus apremiantes necesidades cotidianas, se siente compulsado a adoptar una conducta práctica que aún no tiene respaldo legal ni reconocimiento oficial: compra y vende, participa en el mercado negro, busca fuentes Estrategias de ingresos. Esta contradictoria relación entre las influencias valorativas que se reciben desde la realidad social en forma de contradicción entre psicología social e ideológica, y provoca un desdoblamiento de la conciencia y de la conducta según el sistema de valores que se adopte en cada caso.
La aparición de nuevas e inevitables formas de desigualdad social, asociada al cuentapropismo, al mercado agropecuario y a la tenencia de divisas, unidas a otras formas vinculadas al desvío y apropiación indebida de recursos y a la existencia de una multivariedad de modos de distribución de la riqueza social, alientan el sentido de la justicia como valor, mucho más en una época de crisis en que se produce de manera natural una hipersensibilización de las masas hacia toda desigualdad no basada en el trabajo o no proporcional a la cantidad y calidad del trabajo.
Si tomamos en consideración que constituye una necesidad imperiosa de nuestro tiempo perfeccionar al ser humano, para que pueda responder plenamente a los requerimientos que le plantean las complejidades de la sociedad contemporánea y que con ese perfeccionamiento si debe lograr una mayor efectividad con los valores humanos fundamentales; la aceptación de crisis de valores en nuestra sociedad debe comprenderse por el hecho de que aún cuando en la sociedad una parte de las personas son portadores de valores positivos, se aprecia que en un número por encima de lo normal sus actitudes no se corresponden con los valores humanos que la esencia de nuestro sistema social propugna.
Se trata de que en medio de las crisis económicas, políticas y culturales de los pueblos se van acumulando las necesidades humanas donde cada cual irá resolviendo en la medida de sus posibilidades con menor o mayor grado de honestidad, de sensibilidad, de solidaridad y humanidad sus problemas personales.
Conformar una tendencia a que las personas resuelvan sus necesidades crecientes sobre la base de la interiorización de un sistema estable de valores humanos producirá el salto necesario que elimine la tendencia negativa que hoy podemos aceptar como pérdida de algunos valores humanos en una parte de la sociedad.
Hay determinados valores humanos, que por su lugar y papel en la sociedad tienden a fortalecerse y otros a debilitarse en dependencia de las condiciones en que se despliega la actividad humana. Y para demostrar esta tesis, la necesidad de transformación del contenido de algunos valores como la solidaridad humana que en tiempos de necesidades e insatisfacciones tiene que materializarse como resultado del sentido de desprendimiento de lo propio, para contribuir con los demás. En esta misma dirección se puede analizar la sensibilidad humana que ante el hecho real de incrementar los mecanismos de solución de problemas propios se puede debilitar el ser insensible ante los problemas de los demás. Pero también en período de crisis se pueden fortalecer otros valores como la valentía ante las dificultades, la capacidad de resistencia, la disposición de vencer ante metas y objetivos sociales determinados.
Los problemas analizados relacionados con el debilitamiento de determinados valores influyen muy negativamente en la esfera del comercio donde las condiciones económicas han provocado una oferta muy limitada acompañada de un servicio ineficiente en muchos casos.
Formación y desarrollo de los valores. El Humanismo como valor básico universal
Los valores son una parte importante de la vida espiritual e ideológica de la sociedad y del mundo interno de los individuos, los mismos son una producción de la conciencia y existen en unidad y diferencia con los antivalores.
Dentro del sistema de valores de la sociedad se encuentran los valores políticos, jurídicos, morales, estéticos, religiosos, filosóficos y científicos. El contenido del sistema de valores es una expresión específica de las condiciones económicas, sociales y clasistas de una época histórica concreta, en su dialéctica con el contenido humano universal que estos encierran.
En los umbrales del siglo XXI se torna absolutamente necesario retomar con toda la fortaleza posible las posiciones que fundamentan el carácter eminentemente humano de los procesos educativos como exigencia para la vida social contemporánea.
Para la consideración del enfoque humanista como comprensión del proceso de formación del hombre se precisa analizar de forma breve la significación del término humanismo al cual en la literatura se trata con una interpretación teológica, filosófica, literaria, psicológica, sociológica y pedagógica esencialmente.
Frecuentemente el humanismo, se asocia con la etapa renacentista. La Filosofía de esta época fue humanista porque encontró en el resurgimiento del pensamiento filosófico clásico un medio de justificar el interés de ascenso por los fenómenos naturales y humanos.
De este modo, es común encontrar denominado al humanismo como: "(…) El movimiento literario de retorno a los valores clásicos y de exaltación de lo humano, producido con el renacimiento"[13]. En este caso se circunscribe la definición a una esfera específica de la actividad humana, la literaria.
El citado término puede encontrarse con diferentes interpretaciones que encierran la esencia del ser humano y otros elementos relacionados directamente con sus posibilidades de manifestación, de esta forma se define como: "(…) movimiento moral e intelectual tendiente a desarrollar en el hombre las facultades propiamente humanas y a multiplicar las instituciones culturales".[14]
En otras determinaciones aparece el concepto con otra dimensión pero en la propia esfera literaria apuntada, en este caso aparece como: "(…) La convicción de que los valores espirituales e ideales son de categoría suprema en la constitución de la realidad, y que estos valores se expresan más adecuadamente en las grandes creaciones clásicas de la humanidad en la literatura"[15]
Algunos estudiosos sobre el humanismo prefieren clasificar al mismo de acuerdo a su significación, así se conceptualista, el humanismo actual como: "(…) actitud práctica o concepto teórico de quienes luchan por el desarrollo de las funciones propiamente humanas del hombre, e incluso consideramos al hombre como valor supremo".[16]
En una comprensión amplia del término se expresa como humanismo científico la "doctrina o práctica consistente en pedir también, principalmente, al estudio de las ciencias, la formación humana que antiguamente se pedía casi exclusivamente al estudio de las letras"
Se registran también referencias al humanismo, cristiano, socialista, burgués, trágico, alemán, etc., todos ellos al igual que los mencionados constituyen expresión de la intención del hombre de comprenderse de una u otra forma en los límites de lo que él es y debe ser (Relación del SER y el DEBER SER).
Queda totalmente claro que las diferentes interpretaciones del humanismo ya sean como movimiento, convicción, teoría, doctrina, actitud, incluso como filosofía revelan un enfoque progresista y renovador en las diferentes épocas del desarrollo humano.
Tomando como base las consideraciones anteriores es comprensible que la pedagogía como ciencia de la formación del hombre tenga dentro de sus propósitos esenciales: La humanización de cada generación en correspondencia con las condiciones y necesidades de su época.
Es precisamente por esta razón que al aludir en este trabajo a la necesidad del enfoque humanista en los estudiantes, no estamos entendiendo el humanismo como una tendencia, teoría, doctrina, etc., sino como un sustrato, un fundamento, una comprensión del proceso de expresión y comportamiento del hombre.
Se hace referencia al enfoque humanista en un plano de reflexión donde se considera al humanismo como: La comprensión del proceso de formación del hombre en el que el desarrollo humano individual en todas sus dimensiones adquiera un verdadero sentido al ponerse en función de toda la humanidad.
Esta comprensión del humanismo, expresa una significación ilimitada de este concepto, incluso nos permite compartir con el gran humanista Erasmo de Rótterdam, "de que el mundo es una patria común". Tal concepción presenta una contemporaneidad indiscutible.
El problema del carácter humanista del desarrollo social implica el reconocimiento de las condiciones histórico – concretas en que tiene lugar ese desarrollo. Algunos autores hacen precisiones al respecto como es el caso del sociólogo español Rafael Someta Comanda quien señala que:
"(…) el discurrir del ser humano es una consecuencia histórica". Esta advertencia puede orientar un pensamiento más inclinado a ver al ser humano de forma más correcta y específica y alejar las tendencias tradicionalistas de verlo como algo abstracto general.
El encuentro de un pensamiento acerca del hombre concreto que vive en un tiempo y un lugar permite describir el entorno de su humanismo. La esencia humana se registra en la forma en que se despliegan las relaciones sociales como justa interacción entre un momento objetivo determinado por las condiciones que circundan al hombre y un momento subjetivo determinado por los intereses que lo mueven a actuar de una u otra forma. Es en este escenario donde se debe definir el perfil del ser humano, que necesariamente, deberá responder a las condiciones de la época y del lugar en que éste se desarrolla.
El cuestionamiento del ser humano implica tomar en consideración ciertas bases conceptuales que precisen su verdadero contenido. El sociólogo Juan Francisco Gallo, define al ser humano como "(…) conjunto de energías físicas y espirituales que se conjugan para impulsarlo a la acción y realización de las metas y objetivos de la vida".[17]
De este concepto se desprende la idea de que la concepción del ser humano no depende esencialmente de su existencia ontológica sino del tipo de relaciones que se establecen a partir de sus fuerzas motrices, a través de las cuales da solución a los problemas que se le presentan en dichas relaciones. El propio autor a que se ha hecho referencia establece una clasificación de los problemas humanos principales a los que el hombre se tiene que enfrentar y para los cuales tiene que prepararse adecuadamente. Al respecto hace la siguiente propuesta:
Problemas personales: Los relacionados con la salud, su conducta, las preocupaciones, experiencias sentimentales.
Problemas de relación: Son los fracasos y conflictos en nuestras relaciones familiares, de trabajo, de estudio, de las amistades, etc.
Problemas familiares: los relacionados con el funcionamiento del hogar y el matrimonio.
Problemas de trabajo: los relacionados con la vida laboral.
Problemas económicos: se refieren a las dificultades de recursos financieros.
Problemas culturales: se refieren a la educación y a la Capacitación.
Problemas ambientales: se relacionan con el medio circundante al hombre.
Resulta evidente que para poder dar solución a estos y otros problemas, el hombre necesita adquirir una preparación correcta y precisa, que le permita responder al medio social en que se desenvuelve, a través de la asimilación de ese medio social en términos de valores humanos.
Para el desarrollo y perfeccionamiento del ser humano hay que descubrir como éste se inserta adecuadamente en el medio circundante, cómo asume la significación social de la realidad exterior en cuyos marcos se desarrolla, cómo satisface sus necesidades siempre crecientes.
Es muy importante que en la estructuración del sistema de valores se tengan en cuenta aquellos componentes que más directamente reflejan las normas de la convivencia social de una época, como base de toda actividad humana.
Por lo tanto, la determinación de un sistema de valores solo se podrá lograr a través de la jerarquización que se haga de un grupo de ellos tomados de esa infinitud que presupone la significación social del medio exterior. Hay que tomar los que mayor significación tienen por su comportamiento y manifestación. En la sociedad cubana, el pueblo es la principal fuerza productiva que determina, mediante el desarrollo de la producción toda la marcha y dirección de la sociedad. Dentro de este pueblo trabajador el estudiante ocupa un lugar importante pues es la continuidad histórica de la sociedad y para responder a tan altas exigencias debe estar preparado política, ideológica, moral y culturalmente, lo que ayudaría a lograr una verdadera y armoniosa relación con toda la sociedad.
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