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Criterios de definición y ámbitos de las PyMes (página 3)

Enviado por Guillermo Firpo


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En la Argentina se usaba una formula polinómica que dependía de tres atributos PERSONAL OCUPADO, VENTAS ANUALES Y PATRIMONIO NETO, para saber cuando estábamos frente a una PyME. Ese criterio fue reemplazado por la Ley 25.300 por otro criterio cuantitativo que tiene en cuenta solamente los niveles de facturación, reglamentado por la SEPyME.

LEY 25.300. "Se tendrá en cuenta para determinar la condición de la empresa, el valor de ventas totales anuales, excluidos los impuestos al valor Agregado e Internos"

La SEPyME dictó una primera reglamentación (Resolución 24 del 2001) en la que definía por niveles de facturación a las micro, pequeño y medianas empresas de los sectores agropecuario, industria y minería, comercio y servicios (Res. 24/01). El 25 de octubre del año 2002, debido a las implicancias de la devaluación sobre los precios, se dictó una nueva resolución ajustando los montos de facturación (Res. 675/02)

Pero más allá de las discrepancias que puedan existir en la materia, aún entre los Estados Partes o asociados al MERCOSUR, en lo que sí existe coincidencia es en que las PyMEs son generadoras del 64% del empleo mundial y base del desarrollo regional

Así por ejemplo se señala que existen en la actualidad 30 millones de PyMEs entre los EEUU, la U.E y el MERCOSUR. Claro está que las PyMEs argentinas son más pequeñas en lo ocupacional que las PyMEs del mundo desarrollado.

Para dar solo alguna cifra de la experiencia internacional podemos decir que en Alemania hay 3.000.000 de PyMEs, que generan el 70% de los puestos de trabajo y el 45% del PBI.

II.- LA PROBLEMÁTICA DE LAS PYMES

Muchas veces se preguntan cuales son las ventajas, y cuales las desventajas de las Pequeñas y Medianas Empresas, y cuales son las políticas que deberían implementarse para favorecer el nacimiento y la supervivencia de las PyMEs. La ventaja competitiva de las PyMEs es su capacidad de adaptación, de adelantarse, de identificar los cambios más rápidamente.

Las desventajas se centran en aquellos hechos, llamados por la teoría económica "fallas de mercado" que ponen a ciertos actores en desventajas respecto a otros, como por ejemplo el costo del dinero que no es igual para una gran empresa que opera en el mercado de capitales o se financia internacionalmente que para una PyME.

Es bueno recordar en ese sentido que quienes estudian la problemática de las PyMEs se encuentran rápidamente con UN GRAN PRIMER OBSTÁCULO, la falta de información. El último censo económico de la Argentina es del año 1994 que nos dice que las PyMEs industriales son el 99% de los establecimientos, el 65% del empleo y el 50% de las ventas.

La falta de información no nos impide conocer la magnitud del proceso de desindustrialización argentino, sobre todo por la información sobre el desempleo que suministra el Ministerio de Trabajo.

Los graves niveles de desempleo y desocupación, nos permite decir, como señalaba un especialista en ABAPPRA que "la problemática de las PyMEs es la problemática política más importante por la particular desestructuración que han sufrido este tipo de empresas."

Más allá de las particulares circunstancias de la Argentina, existen un conjunto de problemas u obstáculos que pueden llamarse "problemas internacionales" de las PyMEs. (Estos son para FIEL):

  • Acceso al crédito y costo financiero. (la mayor fuente de financiamiento fue la reinversión de utilidades y el financiamiento a proveedores, más de un 25% de las PyMEs declaran no haber tenido créditos bancarios) 6 u 8% más caro que las grandes)
  • Carga impositiva y costos burocráticos
  • Costos de transacción (mercados y tecnológica). Costos ocultos por ineficiencia del Estado: costo judicial, costos administrativos.
  • Capacitación de Gestión.

Estos problemas, para facilitar su comprensión, pueden clasificarse en dos grandes grupos:

PROBLEMAS CUANTITATIVOS:

Financiamiento

Carga Impositiva

Cargas previsionales

PROBLEMAS CUALITATIVOS

Innovación Tecnológica

Capacitación

Acceso a mercados.

Esta no es la ocasión para señalar las dificultades de la falta de crédito, la presión impositiva o las cargas previsionales.

Tampoco para abordar problemas como la capacitación o la innovación tecnológica. Pero permítanme recordar que estos problemas a los que llamamos PROBLEMAS CUALITATIVOS, son los que tienen mayor importancia a la hora de evaluar las empresas competitivas de aquellas que no logran acceder a los mercados.

Como ustedes advertirán, podríamos continuar refiriéndonos a cada uno de estos "problemas" vinculados con las PyMEs, también a las políticas públicas destinadas a contrarrestar las desventajas competitivas que se les presentan a este grupo de empresas.

También podríamos discutir si debe apoyarse el nacimiento o la mortalidad de las empresas, si debe haber programas especiales de financiamiento, y o cual debe ser la calidad de los instrumentos específicos para las PyMEs.

Pero ello no nos debe impedir ver otros problemas más graves porque demuestran fallas institucionales graves para las PyMEs.

A título de ejemplo. ¿De que sirve discutir y rediscutir un arancel sino funciona la aduana? ¿O que utilidad puede tener un programa de subsidios de tasas cuando las tasas de interés cuadriplican las tasas internacionales?

III.- LOS CURSOS DE ACCIÓN

Dijimos que las PyMEs, en función de su escala, tienen una serie de "desventajas" que el Estado no puede ignorar. Así lo demuestran las experiencias de Brasil a través del SEBRAE, EE.UU., España, Italia o Francia.

Permítanme entonces hacer una reflexión: Las PyMEs requieren básicamente dos conjuntos de hechos.

  • En primer término, aunque parezca obvio, UNA BUENA MACROECONOMIA y un ambiente normativo y jurídico que permita tener previsibilidad en las decisiones.
  • En segundo lugar un CONJUNTO DE POLÍTICAS ESPECÍFICAS que incluyen las que se diseñen desde la Secretaria PyME, las implementadas desde otros organismos como la AFIP, Aduana; organismos Provinciales, Municipales, etc.

Pero en este punto queremos ser bien claros: HOY NO SE COMPITE SOLO CON EMPRESAS SINO QUE HAY UNA COMPETITIVIDAD PAÍS, LO QUE EQUIVALE A DECIR QUE UNA EMPRESA POR MÁS EFICIENTE QUE SEA SINO ESTA SITUADA EN UN MARCO COMPETITIVO NO VA A ESTAR EN CONDICIONES DE COMPETIR.

Dicho de otra manera las empresas serán eficaces en la medida que las actúen en un ambiente adecuado, con correctos entornos de competitividad y una buena base de servicios.

En nuestro país, como muchos ya dijimos, existe una Ley conteniendo distintos instrumentos para las PyMEs conocida comúnmente como el ESTATUTO PYME dictada durante la presidencia de Menem, y que fuera modificada durante la gestión del Dr. Fernando de la Rúa a través de la Ley 25.300. A través de estos cuerpos normativos se forma el andamiaje de la mayoría de los Programas que elabora la llamada SEPyME.

De todos modos es imposible referirnos a la totalidad de instrumentos, programas e inclusive a los cursos de acción que se recomiendan para las PyMEs.

La idea es que los programas para las PyMEs tengan al menos la función de NIVELAR LA CANCHA DE JUEGO DE LAS PYMES, para que las PyMEs puedan interactuar con otras empresas.

Estos comentarios que parecen tan obvios, deben hacernos recordar que además de la inestabilidad macro, la falta de coordinación entre distintos organismos del Estado, en los últimos años lo asignado a las partidas presupuestarias correspondientes a los Programas para Micro, Pequeña y Mediana Empresa ascendía al 0,037% del Presupuesto. Esto es menos que el subsidio al fondo del tabaco, y mucho menos que el subsidio a los ferrocarriles.

Dicho sea de paso, la SEPyME fue creada también durante los últimos años de la gestión de Carlos Menem, y ha tenido desde entonces un largo recorrido a través del Estado (Presidencia, Ministerio de Economía, Ministerio de Trabajo, Ministerio de la Producción, Ministerio de Economía ahora con grado de Subsecretaria).

Quizás podamos recordar sin embargo TRES PRINCIPIOS que han regido en los últimos años para las políticas PyMEs españolas;

  • HORIZONATBILIDAD
  • DESCENTRALIZACIÓN
  • ARMONIZACIÓN COMUNITARIA. (Ej. Subgrupo 7 del MERCOSUR, "medida provisional" de créditos a los micro emprendimientos en Brasil)

IV.- LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LAS PYMES

Participación Argentina en el Comercio Mundial

Quizás sea necesario recordar que la PARTICIPACIÓN ARGENTINA EN EL COMERCIO MUNDIAL ascendía en el año 1950 al 1,93%, en el año 1990 alcanzaba el 0.36% y en el 2000 participamos del 0,46% del total, de acuerdo con información de la SePyME en base a datos de la OMC y del INDEC.

Es decir que nuestro país se ha caracterizado en los últimos 50 años por su DECRECIENTE PARTICIPACIÓN EN EL COMERCIO MUNDIAL.

Pero además EL PERFIL GLOBAL DE NUESTRAS EXPORTACIONES SE CARACTERIZA POR

  • Baja diversificación sectorial
  • Fuerte concentración en rubros poco dinámicos
  • Fuerte concentración en la región pampeana portuaria
  • Productos dependientes de fluctuaciones internacionales de precios.

En definitiva un perfil de especialización poco satisfactorio.

Más de la mitad de las exportaciones son commodities

Cereales y oleaginosas 14%

Harinas 10%

Combustibles 14%

Aceites 6%

LAS EXPORTACIONES DE LAS PYMES ABARCAN CASI LA TOTALIDAD DEL UNIVERSO DE ACTIVIDADES AGRÍCOLAS O INDUSTRIALES.

Predominan

alimentos y bebidas 22%

Agrícolas 22%

Maquinarias 14%

Químicos 13%

Auto partes 6%

Plásticos 5%

Impresiones 4%

LAS PyMEs argentinas han participado – en un universo de 1.000.000 que producen bienes transables – en un 9% del comercio exterior argentino. Para precisar las cifras sobre 8.238 empresas que exportaron en el año 2002 7.568 fueron micro, pequeñas, o medianas empresas.

Y aunque el número de empresas exportadoras sobrepase los 8000, el 91,2% de las exportaciones estuvieron en manos de 670 empresas con ventas anuales superiores a los 3 millones de dólares.

¿Esta cifra es adecuada?. Veamos en Brasil las empresas PyMEs participan en un 8% del total exportado, en Chile de un 8%, en México esos guarismos ascienden al 13% y en los EE.UU. el 11%.

Por el contrario los niveles de participación varían considerablemente cuando analizamos países como Francia (26%) Italia (53%) o Taiwán (56%).

De acuerdo con datos oficiales de la Secretaria de Industria el número de empresas que participa de la experiencia internacional ha oscilado entre 6000 y 8000, pero con una particularidad LAS PYMES EXPORTAN EL 40% DEL TOTAL CON UN ALTO VALOR AGREGADO.

V.- ALTAS Y BAJAS DE EMPRESAS

DEBE REMARCARSE QUE SOLO UNA PEQUEÑA PARTE DE LAS PYMES EXPORTA DE MANERA REGULAR. Es decir que hay una gran "entrada" y "salida" de empresas PyMEs exportadoras, pudiendo definirse como

PERSISTENTES solo al 17% del total de las empresas, como INCONSTANTES al 54%, y ESPORÁDICAS al 29%.

En el año 2002

Altas 5.098 empresas

Bajas 3.519 empresas

VI.- ¿ADÓNDE EXPORTAN LAS PYMES?

Hace apenas dos años podíamos decir que las PyMEs exportaban:

  • Un 51% al MERCOSUR
  • Un 9% a Chile
  • Un 9% a EEUU
  • Un 9% a U.E
  • Un 5% a Bolivia

En la actualidad cuando se analizan los Destinos de las Exportaciones puede decirse que las mismas siguen orientándose hacia el MERCOSUR, en particular Brasil, aunque el conjunto de ventas externas se ha reducido en los últimos tres años en un 10% anual.

Un estudios reciente de CERA señala que en el año 2002 se produjo una reorientación de las exportaciones hacía la Unión Europea y el resto de ALADI. De esta manera la UE ha recuperado los niveles que tenía en 1993

Veamos las cifras brindadas por el CEP

VII.- LOS OBSTÁCULOS PARA EL INICIO EXPORTADOR PYME

De acuerdo a una encuesta realizada por FUNDES los principales obstáculos para la exportación son:

  1. Acceso a la información
  2. Precios
  3. Escaso Apoyo Oficial
  4. Escala
  5. Financiamiento
  6. Capital Humano
  7. Transporte
  8. Devolución del IVA

VIII.- ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL MERCOSUR Y LAS NEGOCIACIONES INTERNACIONALES.

Tuvimos la ocasión de que nos suministraran un trabajo elaborado por el IdePyME el cual contenía una entrevista a Roberto Bouzas (FLACSO) Juan José Taccone (INTAL) o Enrique Mantilla (CERA) y todos ellos coincidían en señalar LA IMPORTANCIA DEL COMERCIO INTERNACIONAL COMO FACTOR DE DESARROLLO.

Es por esa razón que LAS NEGOCIACIONES COMERCIALES INTERNACIONALES tienen una extremada importancia para un país en la medida que en definitiva se trata de hacer ciertas concesiones con el fin de abrir mercados para nuestros productos.

Las tensiones existentes en el marco multilateral de la OMC, las dificultades en las negociaciones del ALCA, o la importante agenda internacional del MERCOSUR son un ejemplo de la magnitud de los intereses que están en juego en estas negociaciones.

En ese sentido el MERCOSUR como un mercado ampliado entre Cuatro Estados ha tenido una gran importancia para el comercio regional.

BASTE PARA ELLO RECORDAR LA IMPORTANCIA QUE TIENE PARA LAS PYMES Y EL INCREMENTO COMERCIAL PRODUCIDO EN LOS ÚLTIMOS QUINCE AÑOS.

  1. Seguramente hayan recordado LA IMPORTANCIA DEL MERCADO BRASILEÑO, que es un mercado en el que se consumen 1.300.000 lavarropas o 95 millones de litros de champú al año; que consume 1900 millones de pañales descartables, 126 millones de cepillos de dientes.
  2. Pero además de la importancia del MERCOSUR como Mercado debe prestarse una especial atención A LAS RELACIONES DEL MERCOSUR CON TERCEROS PAÍSES O CONJUNTOS DE PAÍSES. En ese marco ubicamos las relaciones con Bolivia y Chile, dos Estados asociados. Los acuerdos de libre comercio entre el MERCOSUR y Sudáfrica, India, la Comunidad Andina, China, la negociación con la U.E, o la del ALCA.
  3. Hace poco lo escuchaba a Javier Tizado contar que su consultora ha hecho un relevamiento sobre los mercados hacía donde están dirigidas el 80% de las exportaciones argentinas. Y afirmar los riesgos que en algún caso presentan los mismos ante la gran proliferación de ACUERDOS BILATERALES (132) homologados en la OMC que pueden hacer perder las ventajas competitivas de nuestras empresas (Ej. Cosméticos a Méjico)

Nosotros señalamos que como consecuencia de la CRISIS DE LA REGIÓN las empresas PyMEs que han disminuido sus exportaciones a los países del MERCOSUR y aumentado sus flujos hacía la U.E, EE.UU, y el resto de ALADI,

Pero más allá de esto lo cierto es LA REGIÓN SIGUE SIENDO EL PRINCIPAL MERCADO DE LAS EXPORTACIONES CON ALTO VALOR AGREGADO.

Y al mismo tiempo YA HAY QUIENES VISLUMBRAN UNA RECUPERACIÓN DE LA ECONOMÍA BRASILEÑA QUE HA BAJADO SU RIESGO PAÍS A 600 PUNTOS Y YA ANUNCIA NUEVAS INVERSIONES EXTRANJERAS DIRECTAS.

IX.- LOS PROBLEMAS DEL MERCOSUR

Hace pocos días la sección nacional del FCEyS señaló ante la propuesta "Objetivo 2006" que en el MERCOSUR no se habían cumplido aún LAS CUATRO CONDICIONES del Tratado (libre circulación de bienes, servicios y factores, arancel externo común, coordinación de políticas, armonización legislativa), razón por la cual el MERCOSUR seguía siendo un proceso en transición, con problemas en la solución de conflictos, incorporación normativa (solo un 30% incorporado a los derechos nacionales), sujeto a la variabilidad de precios relativos o a asimetrías productivas.

Es decir que existen dificultades ciertas para avanzar, como lo reclama el economista Roberto Bouzas, en una "Agenda Práctica" del MERCOSUR.

X.- PERFILES GENERALS Y ESPECÍFICOS DE UN EXPORTADOR EXITOSO

Tratando entonces de concluir esta breve exposición recordaremos los que el Centro de Estudios de la Productividad del Ministerio de Economía de la Nación interpreta cuales son los perfiles generales y específicos de los EXPORTADORES PYMES EXISTOSOS

GENERALES

  • Concepto del Comercio Exterior como un negocio estratégico y de largo plazo.
  • Orientación preferente hacía los mercados regionales
  • Vinculación horizontal o vertical con empresas de su sector en temas de comercio exterior
  • Profesionalización de las actividades relacionadas al comercio exterior.

ESPECÍFICOS

  • Desarrollo de nuevos productos
  • Participación en ferias, misiones, o viajes de negocios
  • Acuerdos estratégicos con socios en destino
  • Sistemas de calidad y certificación.

XI.- CONCLUSIÓN

ACABAMOS DE SEÑALAR CUALES SON A JUICIO DEL CENTRO DE ESTUDIOS DEL MINSTERIO DE ECONOMÍA DE LA NACIÓN LOS PERFILES GENERALES Y ESPECÍCOS PARA EL BUEN DESEMPEÑO DE UNA EMPRESA EN COMERCIO EXTERIOR.

AHORA QUEREMOS CONCLUIR ESTA BREVE EXPOSICIÓN SOBRE LAS PYMES Y EL MERCOSUR PONIENDO Y PARA ELLO PRESENTAREMOS DOS CONJUNTOS DE REFLEXIONES: UNO VINCULADO A LAS PYMES Y EL OTRO AL MERCOSUR.

a.) LAS PYMES

  • La Argentina tiene actualmente una buena oportunidad de consolidar un desarrollo exportador.
  • Conocemos los obstáculos pero también sabemos que la experiencia internacional muestra que las redes entre grandes empresas y las PyMEs son un elemento fundamental en la búsqueda de competitividad.
  • En definitiva son más competitivas las empresas que actúan a través de "redes de empresas" mejorando su entorno institucional y sus relaciones empresariales.

b.) EL MERCOSUR

Es bueno recordar que:

  • el proceso de integración argentino brasileño fue concebido para referenciar dos modelos sustitutivos de importaciones frente a los desafíos del mundo. (acta de Iguazú de 1985)
  • apenas unos años mas tarde el MERCOSUR fue diseñado como una estrategia complentaria a los procesos de reformas estructurales y apertura económica imperantes en la región. (tratado de asunción de 2001)
  • en esta primera década del nuevo milenio hay nuevamente coincidencias políticas entre los gobiernos de la región. (consenso de buenos aires del 2003)
  • sin embargo aun falta un documento operativo que le de estructura a lo que hasta ahora aparece solo como voluntad.
  • en este sentido, ya comienza a oírse el reclamo de los empresarios en este nuevo marco deben piden que esas coincidencias se proyecten en una "agenda práctica" que favorezca el clima de negocios en el MERCOSUR.

PyMES. PATRÓN DE CRECIMIENTO Y EMPLEO EN ARGENTINA

Marco conceptual

El desarrollo de las PyMES en Argentina, y en particular su participación importante en la generación de empleo, no puede ser desvinculado del patrón productivo y el modelo de acumulación imperante en nuestro país durante una importante porción del Siglo XX.

Si bien siempre existieron pequeñas y medianas empresas en nuestra economía, sin temor a equivocarse se puede afirmar que adquirieron la mayor consistencia, integración y competitividad económica en el marco de lo que se denominó la "industrialización sustitutiva de importaciones", etapa que abarcó más de cincuenta años de la historia contemporánea Argentina, y que tuvo características salientes, que recién se pueden evaluar en su verdadera dimensión, cuando son alteradas por el accionar político.

Crecimiento articulado

La denominada ISI, que se sustentó en la necesidad de los países de protegerse de los efectos del deterioro en los términos del intercambio, que implicaba para un país agro exportador vender al exterior cada vez más cantidad de bienes manufacturados, cuya demanda crecía con el aumento de los ingresos de la población, pivotaba alrededor del esquema o modelo fordista de producción, generando una serie de articulaciones que fueron las que posibilitaron el notable crecimiento que tuvo el sector Pyme, no solo en nuestro país, sino en todos los que ensayaron proyectos autónomos o soberanos, y que fue la gran mayoría de los que encararon una estrategia de desarrollo.

Dentro de este marco conceptual se definió un modelo de acumulación o patrón de crecimiento y distribución del ingreso con características muy definidas.

Este modelo de acumulación, que dijimos fue propicio para el desarrollo de las PyMES, que se centraba en el desarrollo de industrias locales, generaba una serie de articulaciones a diferentes niveles o dimensiones, que le conferían su carácter de crecimiento auto centrado y sustentable en el corto plazo.

Articulaciones sociales

El primer grupo de articulaciones eran las que se daban en la dimensión social, o sea entre empresarios o propietarios y los asalariados. Estas reducían el conflicto entre el capital y el trabajo en tanto este no constituía solamente un costo de producción, sino básicamente un factor dinamizador de la demanda doméstica. Similarmente, la inversión en nuevas fábricas y establecimientos en general, una fuente de nuevos puestos de trabajo o empleo.

Dentro de dicho contexto, los incrementos salariales, ante la existencia de niveles básicos de satisfacción de necesidades razonables, se centraban en bienes con mayor elasticidad ingreso, por lo que se incrementaba su demanda beneficiando la rentabilidad de los capitalistas en una especie de círculo virtuoso.

El estado intervenía con regulaciones laborales que establecían de algún modo mínimos socialmente aceptables, que eran muchas veces el resultado de negociaciones corporativas, para evitar los denominados jinetes libre que intentaban maximizar sus ganancias o pretensiones. Es así como surgen regulaciones de las relaciones laborales o definiciones de políticas impositivas.

Articulaciones sectoriales

El segundo set de articulaciones se daba en la dimensión sectorial. Materias primas producidas en las actividades del sector primario eran demandadas por industrias, que a su vez precisaban de servicios dedicados al apoyo, a la producción o la distribución; una creciente sofisticación de servicios personales para una sociedad donde el correr del tiempo generaba aumentos generalizados en los niveles de vida.

Estas articulaciones sectoriales promovieron la integración productiva de firmas de diferentes tamaños en cadenas y entramados de proveedores y cliente, que muchas veces trascendieron el marco de las simples transferencias de bienes y servicios. Las PyMES y las grandes empresas tuvieron en general, más que una creciente competencia en un contexto de concentración para la reducción de los costos medios, una relación de interacción, donde se diversificaban riesgos, a partir de la interacción con proveedores de diversos tamaños.

Articulaciones espaciales o regionales

Particularmente en un país extenso como Argentina, las articulaciones sociales y sectoriales se reproducen en la dimensión regional, configurando el espacio alrededor de especializaciones productivas.

Un sinnúmero de localidades de cierta especialidad productiva alrededor de una sola actividad principal o inclusive de una firma central en la misma, muchas veces estatal, alrededor de la cual pivotaban las diferentes relaciones económicas y sociales de la misma. Así es como se vio pueblos anillos alrededor de alguna chimenea de una fábrica, donde el devenir dependía del éxito de la misma, no sólo para los propietarios, sino para toda la localidad.

El rol de las PyMES se magnificaba en las denominadas economías regionales, donde servían además como proveedores y demandantes de esta compleja madeja de interrelaciones económicas, sociales e institucionales. Las PyMES proveían, acumulaban, consumían e invertían en las regiones circulantes el excedente de manera local.

Este entorno socio económico era regulado por un estado que operaba como lugar de resolución de conflictos, distribuyendo, muchas veces de manera regresiva, el ingreso social, pero definiendo un marco institucional donde se movían las relaciones.

Actuaba frecuentemente de manera anticíclica en los momentos de recesión para mantener la demanda agregada, ya por la generación de empleo, ya por políticas de precios en los servicios públicos bajo su órbita. Todo esto sin olvidar el rol del sector público en encarar emprendimientos que no resultaban rentables o de lenta maduración para el sector privado, en especial en lo que hacía a la infraestructura productiva, financiamiento con tasas de interés negativa, o investigación y desarrollo (I+D).

El denominado estado de bienestar operaba de manera plena y la condición de trabajador asalariado era el factor de inclusión social y de ciudadanía, ya que enmarcaba el acceso a la seguridad de los habitantes.

En resumen se puede afirmar que el crecimiento era más o menos homogéneo, lo cual no excluía algunos ganadores puntuales dependiendo del ciclo. El esquema de crecimiento era, para utilizar la alegoría de Harbergger, como la levadura de la masa.

Los ciclos de stop and go

Sin dudas este esquema no estaba exento e problemas. Estructuralmente nuestro país presentó siempre una especie de conflicto ricardiano en el que el sector externo, representado por las exportaciones agropecuarias, se enfrentaba al sector doméstico constituido por los productores industriales y asalariados, siendo el tipo de cambio y el sistema impositivo el campo en el cual se definía este conflicto. Obviamente la puja distributiva, la apropiación del excedente es siempre el centro de la disputa.

Los agro exportadores preferían un tipo de cambio más alto y menores impuestos sobre importaciones, que incremente el valor de la renta diferencial en términos de productos domésticos a la vez que reduciría costos de los bienes capital e insumos importados, mientras que el sector doméstico prefería la protección arancelaria, mientras que un tipo de cambio bajo permitiría por un lado la importación de bienes de capital y por otro una canasta básica más económica, que evitaría presiones sobre los salarios.

Este conflicto se resolvía siempre por presión sobre el sector externo, generando inflación y posteriores devaluaciones que hacían que la cuenta corriente ajuste por reducción del gasto privado, más que por cambio en la composición del mismo, mientras el estado solucionaba su déficit, a partir del incremento de la recaudación de los impuestos ad valorem de las exportaciones, en lo que se denominó la dinámica de stop and go de nuestra economía.

Los salarios reales caían, la recesión imperaba, hasta que el ajuste operaba en el corto plazo y se volvía a la senda de crecimiento.

Distribución de establecimientos industriales según tamaño Censo Económico 1974 – INDEC

Distribución de ocupados según tamaño de establecimientos industriales: Censo Económico de 1974 – INDEC

Básicamente esta dinámica definía el denominado ciclo de la economía Argentina, en el cual la tasa de desempleo fluctuaba entre el 5 y 6,5%, dependiendo la fase del mismo en que se encontraba.

Los datos del censo económico de 1974 para la industria manufacturera son bastante elocuentes. Poco más de la mitad de los ocupados lo hacían en establecimiento s de más de 100 ocupados, aunque estos constituían solo el 2% del total de unidades productivas en el territorio nacional.

El 14% de los ocupados lo hacían en los tres cuartos del total de firmas, que eran de cinco o menos ocupados, mientras que los grupos de tamaños intermedios, se distribuían el resto de los establecimientos y los ocupados.

EL AJUSTE ESTRUCTURAL Y LAS DESARTICULACIONES

Como se menciona en los párrafos anteriores, este proceso de crecimiento articulado tenía su lógica dentro de un esquema de economía abierta, con baja exposición externa, y aún así, en un país como el nuestro, las crisis externas eran las desencadenantes de las fases recesivas.

Si hay que poner una fecha clave en el cambio de la economía Argentina, posiblemente se recordaría el denominado rodrigazo, cuando se aspiraba a un sinceramiento de variables económicas que llevaba a la reducción de la intervención estatal en la definición de precios claves en la economía, entre ellos el salario, generando un proceso que se consolida con el accionar de la dictadura militar, que combinó represión política y social con una política económica tendiente a desmantelar la estructura previa.

Esta mezcla explosiva de atraso cambiario, liberalización y valorización financiera, más una alta cuota de apertura externa, llevó a que comiencen a desmantelarse las articulaciones del paradigma de acumulación anterior. Fue justamente el sector PyME el más afectado por las medidas, empezando por el ataque al sistema de financiamiento local que representabas las cajas de crédito, forzadas a la conformación de nuevas entidades financieras por la reforma al sector de 1977.

Dentro del contexto del seguro de cambio que implicaba la denominada tablita cambiaria y la creciente internacionalización del sistema financiero, el incremento del endeudamiento externo, fogoneado por el gobierno, tanto para el sector público como para el privado, le adicionó a la tradicional vulnerabilidad externa de términos del intercambio, o sea precio de bienes, la volatilidad de la cuenta capital y la tasa de interés internacional, que alcanzó a comienzos de los años `80 records cercanos al 20%, nunca antes ni después vistos.

La crisis de la deuda, que se sumó a la falta de legitimidad y popularidad de la dictadura militar, implicó un remolino de sucesos que terminó con la virtual estatización de la deuda externa privada, en una fenomenal transferencia de recursos hacia el sector más concentrado de la economía, y generando un nuevo corset que, no solo limitaba el crecimiento económico y la distribución del ingreso, sino que también restaba grados de libertad para toda acción de política económica.

En este contexto la Pyme fue volviéndose más precaria, y a pesar de no perder su rol dentro del conglomerado empresarial, su peso relativo en términos de porciones de mercado y de potencial de crecimiento e innovador, se vio relegado.

Este proceso de polarización y heterogeneización continuó con la entrada de la democracia. Fenómenos inéditos de nueva pobreza comenzaron a ser comunes, como nuestra palmaria de las desarticulaciones que se iban acelerando por la falta de crecimiento, la puja distributiva, y la falta de soporte político y social de los gobernantes de la democracia.

Una clara evidencia de la ruptura en las articulaciones sectoriales está en la evolución a lo largo de 60 años del empleo en el sector industrial, de acuerdo a los diferentes censos económicos.

Se observa de que los establecimientos y los ocupados en la industria crecen hasta el año 1954, y que a partir de allí se da un crecimiento muy pequeño en el número de ocupados, a la vez que decrece el número de establecimientos, por lo que el número promedio de los ocupados se incrementa.

Evolución de empresas, ocupados y ocupados promedio en la industria manufacturera

FUENTE ANUARIO ESTADISTICO INDEC 1983 – 1986 y CENSO ECOOMICO 1994 Base 100 = 1974

El número de ocupados promedio por establecimiento se reduce entre 1935 y 1964 de 16.1 a 9.2 por establecimiento, para llegar a 12.1 en 1974 y 12.6 en 1986.

Este dato muestra un quiebre en 1964, cuando las políticas desarrollistas apoyadas en la integración con las empresas transnacionales en el marco de la ISI comenzaron a tomar lugar. El desarrollo de actividades más sofisticadas con tecnología foránea, redundó en una mayor concentración del empleo en menos firmas.

También allí se ve la comparación entre 1974 y 1986, donde a la caída en el número absoluto de establecimientos industriales, se le suma la reducción en el número absoluto de ocupados en el sector, con una caída de un 10% en la cantidad de trabajadores, y un 13% en el número de establecimientos, obviamente los de menor tamaño relativo.

La tendencia continúa hacia 1994, donde el número de ocupados totales en la industria se reduce a un cuarto (25%), mientras que los establecimientos lo hacen en un 18%. Los trabajadores industriales registrados en 1993, valor que releva el censo económico de 1994, son un 29% menos que los que habían en el sector en 1974.

CONVERTIBILIDAD Y CAMBIO DE PARADIGMA DE CRECIMIENTO

El proceso de ajuste, revalorización financiera y desregulación económica se aceleró luego de la hiperinflación de 1989, derivando en el plan de convertibilidad, al que se suma la apertura económica. Esto implicó los cambios más dramáticos en la estructura económica y social Argentina en cincuenta años.

DESARTICULACIONES Y LAS REGULACIONES

Si el modelo fordista se caracterizó por sus articulaciones y una cierta dosis de homogeneidad en el comportamiento sectorial o por tamaños de establecimientos, donde "el sol salía para todos", lo que vino después tuvo su eje en la heterogeneidad de la performance de las empresas, sectores y regiones.

Socialmente se desarticuló por cuanto el salario pasó a constituir un simple costo de producción, que había que mantener lo más bajo posible para ganar o no perder competitividad externa, y no el factor dinamizador que era en el pasado.

Esto indujo a profundas modificaciones en las instituciones del mercado de trabajo, básicamente signadas por el sesgo flexibilizador que se le impuso, fundamentalmente a partir de la debilidad relativa de los sectores representativos de los trabajadores a la hora de negociar o resistir estos cambios. De manera repentina, saliendo de la crisis de la hiperinflación y luego de una década de estancamiento, la sociedad se sumergió en un debate que tuvo como argumentos explícitos los siguientes:

  • Reducir el costo laboral a través de:
    • Disminución de las contribuciones patronales a la seguridad social.
    • Rebaja de los costos contingentes como despidos o accidentes.
  • Aumentar la previsibilidad de los costos laborales.
  • Flexibilizar la distribución del tiempo de trabajo
  • Descentralizar la negociación

Estos objetivos están en línea con las propuestas del denominado Consenso de Washington, encarnadas por el Banco Mundial, que en su documento del año 2000 sugiere:

  • Eliminación de todo tipo de negociación centralizada o a nivel sectorial agregado.
  • Autorizar modalidades de contratación temporaria con reducción de aportes.
  • Eliminar el sistema de indemnización por despido e implementar un seguro de desempleo con cuentas individuales y capitalización.
  • Instrumentar un régimen especial para las PyMES.

De todos modos, se utilizaron una cantidad de instrumentos en el mercado de trabajo, que no solo se mostraron incapaces de bajar los niveles de desempleo, sino que al mismo tiempo incrementaron la precariedad de los asalariados al mismo tiempo que creció el trabajo no registrado a niveles nunca vistos en nuestro país.

Para algunos que empujaban la visión ortodoxa de los cambios, fue la inconclusión de los mismos lo que no permitió mostrar los resultados positivos, empujando por las denominadas reformas de segunda generación.

La desarticulación sectorial se dio por el creciente grado de integración productiva con el exterior, pero no tanto en términos de la colocación de productos finales nacionales, sino por la incorporación, con la consiguiente reducción de la valor añadido localmente, de bienes intermedios importados, muchos de ellos producidos o comercializados internacionalmente en condiciones de dumpping, que polarizó y heterogeneizó la estructura productiva, no solo a nivel de sectores, donde existieron ganadores y perdedores claro, sino también hacia adentro de los mismos, donde las diferencias fueron notables.

Estas diferencias no tuvieron un patrón definido, aunque se puede afirmar una tendencia a la concentración, la transnacionalización y la articulación con sectores de tipo monopólico o con ventajas comparativas estáticas.

Sin dudas, en un país como el nuestro, donde el espacio se estructuró alrededor de ciertas actividades productivas con impactos locales, lo cual fue luego inducido por programas estatales de promoción territorial combinó las mencionadas anteriormente.

Localidades completas comenzaron a ver su viabilidad como sociedad afectada, promoviendo verdaderas puebladas, que dieron origen a lo que después caracterizó la protesta social. Cutral-Có, General Mosconi, Aguilares, son algunos de los nombres de las regiones afectadas por el cierre de fábricas y actividades productivas alrededor de las que pivotaron un importante número de empresas pequeñas y medianas proveedoras de los más diversos bienes y servicios.

LA EVOLUCIÓN DEL EMPLEO DURANTE LOS `90

Hay algunas dificultades para un seguimiento de la información sobre el empleo en la última década por tamaño de establecimiento dada la dualización que ha operado de manera creciente en el mercado de trabajo, y que señaláramos anteriormente. El crecimiento de la no registración, denominada también trabajo en negro, ha vuelto más compleja la compatibilización de fuentes, especialmente en los períodos censales.

Para el análisis del empleo registrado, o sea el que declaran las empresas y contribuye un piso en el número total de trabajadores, se utiliza la información que surge del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, trabajado por el equipo de la Dirección de Estudios y Formulación de Políticas de Empleo de la Subsecretaría de Programación Técnica y Estudios Laborales, del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, que procesaron estas bases para diversos usos.

En lo que respecta al trabajo no registrado, que tiene mayor peso en las empresas de menor tamaño relativo, sólo puede ser seguido a través de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), ya que interroga directamente a la población acerca de su inserción laboral, e ingresos. La dificultad que presenta la misma es que al ser interrogado el trabajador, o el responsable de la familia, sobre el tamaño del lugar de trabajo, especialmente en los casos de las menores calificaciones, se ignora esa información o se la provee de manera errónea, induciendo algunos problemas en las estimaciones.

Problema adicional tiene el cambio metodológico de la EPH, que pasó de una metodología puntual, dos veces al año, a una continua con provisión de datos trimestrales, que cambió el tamaño de la muestra, la forma de toma de la muestra, así como el cuestionario, lo cual hace también que las comparaciones entre las dos metodologías de esta fuente, pueda presentar algunas dificultades no estimadas.

A esto habría que agregarle que EPH considera socialmente a aglomerados capitales del interior del país, por lo que se pueden excluir algunas actividades importantes que tienen peso en las economías regionales o en el sector rural, pero que por esta característica no pueden ser captadas.

EL CENSO DE 1994

El Censo económico de 1994 es el último relevamiento que se realizó, y que toma como base información del año 1993. Analizaremos para comparar con el Censo de 1974 a la industria manufacturera y allí verificar el proceso de desarticulaciones que se dio, con la creciente pérdida de participación de la industria en la economía en total.

En él se observa, que más allá de algunos cambios conceptuales en los estratos, la estructura de distribución de los establecimientos según número de empleados no ha variado de manera significativa entre el censo de 1974 y el de 1994.

Distribución de establecimientos de la industria manufacturera según tamaño. Censo Económico 1994 – INDEC

En efecto, la participación de los establecimientos de más de 51 trabajadores se mantiene constante, así como la de los establecimientos de tamaño medio. Se evidencia una pequeña caída en los establecimientos de menos de 5 ocupados de tres puntos porcentuales, pero es un valor de poca significación.

Lo que si se percibe de manera dramática es la reducción en el número de establecimientos o firmas, que cayó en un tercio para el total, siendo la reducción para el segmento PyME similar a la medida para todos los establecimientos. No obstante, mientras los establecimientos de menos de 5 trabajadores se reducen en un 36.1%, los de 6 a 10,11 a 25 y 26 50 trabajadores lo hacen en valores del 25.7%, 22% y 22.7% respectivamente.

En lo que respecta a la estructura de la distribución de puestos de trabajo ocupados según tamaño, se observa que los establecimientos de menor tamaño relativo, hasta 50 trabajadores, incrementan su participación en cinco puntos porcentuales, de 41% a 46% del total de ocupados.

Los mayores cambios se dan en los segmentos de más de100 trabajadores, donde evidentemente el cambio tecnológico y la reorganización operativa jugaron un rol de optimización de los puestos de trabajo y se verifican reducciones significativas de los establecimientos más grandes a favor a los de tamaño medio a grande (de mas de 50 trabajadores). Este segmento pierde los cinco puntos porcentuales que ganaron las PyMES.

En lo que se refiere al total del empleo, se destruyeron en el sector durante el período ínter censal 600 mil puestos de trabajos de los que 190 mil correspondieron a las PyMES. Casi la mitad de estos fue resultado de la reducción en las empresas de menos de cinco trabajadores, muchas de ellas desaparecieron, equivaliendo al 39% del stock de trabajadores que tenía para 1974.

Distribución de ocupados según tamaño de establecimientos de la industria manufacturera: Censo Económico de 1994 – INDEC

Los otros segmentos de industrias PyMES perdieron el 25, el 22 y el 23% de los puestos de trabajo para los segmentos de 6 a 10, 11 a 25 y 26 a 50 trabajadores respectivamente.

Son más de 400 mil puestos de trabajo los que destruyeron las empresas de más de 50 trabajadores entre 1974 y 1994 en el sector industrial, que como se dijo anteriormente, lo cual implica una cuarta parte de los ocupados en el sector en el año 1974.

EL EMPLEO FORMAL HASTA EL AÑO 2003

Como mencionamos el empleo formal se puede seguir a partir de la base de la SIJyP y a partir de los datos que de allí surgen se hizo una taxonomía de empresas definida para cada grupo de actividades productivas.

Según esta taxonomía, y considerando los sectores industria, comercio y servicios, al tercer trimestre de cada año entre 1996 y 2003, se observa una cierta estabilidad en las participaciones por sector de actividad en los cuatro tamaños definidos.

Participación del trabajo registrado por tamaño al valor del III trimestre de cada año.

Lo que marca un cierto cambio es el proceso posterior a la crisis de la devaluación, donde se observa un incremento en la participación en el número de trabajadores de las empresas medianas, mientras se mantienen estables las de menor tamaño relativo, en detrimento de la participación de las empresas grandes, que pierden dos puntos porcentuales.

Esta reafirma algo que se plantea a partir de los datos de creación y destrucción de empleo del equipo mencionado, donde se ve que contrariamente a lo que sucedió en la recuperación posterior a la crisis del efecto tequila, cuando la creación del empleo se centró de manera notoria en las empresas de mayor tamaño relativo para cada sector, profundizando la concentración económica, en la recuperación post-devaluación, la creación neta de puestos de trabajo está asentada en las de menor tamaño relativo.

Creación neta de empleo

Registrado según tamaño en miles de puestos

Como se observa en el gráfico, la creación de puestos netos de la destrucción de trabajo a partir de la recuperación post-tequila fue en el caso de las grandes empresa el doble que en las medianas, y cinco veces más que en las micro. Allí el análisis agregado no alcanza, ya que muchas veces ese crecimiento se debió, más que al ciclo económico, a la continuación de inversiones encaradas previamente en ese shock externo, que hizo revisar una importante parte de las firmas. Esto se torna más claro cuando se observa que entre 1997 y 1998, cuando acontece la crisis asiática, las empresas grandes caen significativamente en términos de creación neta de puestos de trabajo, mientras que las medianas crecen y las pequeñas y micro permanecen igual.

A su vez en el inicio de la recesión 98- 99, son las grandes y medianas empresas las que menos puestos destruyen, tendencia que se revierte entre 2000 y 2001 en que son las grandes las que tienen las mayores reducciones de plantel.

La crisis de la devaluación muestra que las PyMES destruyen en términos netos menos de la mitad de los puestos de trabajo que las grandes, y en la recuperación, las pequeñas generan tres veces más puestos netos que las empresas grandes.

A pesar de que esto está muy localizado en el tiempo y en la actualidad como para hacer una tendencia de mediano plazo, es claro que en recuperaciones con tipo de cambio efectivo alto, que convoca a la sustitución de importaciones y a la vuelta a un patrón productivo similar al previo a los años de ajuste y reestructuración productiva, el aumento en el nivel de actividad económica es más articulado, con mayor difusión hacia empresas de menor tamaño relativo, el crecimiento tipo hongos da paso al crecimiento tipo levadura, más homogéneo y distribuido.

EL EMPLEO ENTRE 2003 Y EL 2004

En el primer trimestre del año 2004, según la información provista por el INDEC a partir de la EPH, se observa que la mayor parte de los ocupados lo hacen en firmas de menos de 100 trabajadores. Aquí hay que señalar el peso que tienen firmas muy pequeñas, muchas veces al margen del circuito empresarial formal, así como los casos que ya se mencionaron de individuos ocupando puestos en locales que corresponden a empresas que cuentan con más de un lugar de trabajo.

El segundo sesgo que aquí se presenta es la localización de las grandes firmas, especialmente unidades productivas fuera de los aglomerados urbanos, que no son captados por la RPH, tal como se ha mencionado anteriormente.

Distribución de trabajadores asalariados según tamaño de establecimiento al 1er trimestre de 2004. EPH – INDEC

Como se observa en los datos para el primer trimestre del año 2004 de la EPH, aún hoy, el 68% de los trabajadores asalariados del sector privado se encuentran en establecimientos de hasta 25 ocupados. Si uno excluyese a los establecimientos con sólo un trabajador, por considerarse micro, obtenemos que el 63% del total de los asalariados están en establecimientos de menos de 25 ocupados, mientras que el 81% en menos de 100 asalariados.

Distribución de asalariados registrados según EPH 1er trimestre de 2004

A su vez, si uno analiza el resto de las categorías ocupacionales tales como cuenta propia, changas, propietarios, etc, el 95% está ocupado en establecimientos de cinco o menos personas.

Cuando se comparan los datos de los asalariados registrados y los totales de la EPH, se observa que en el caso de aquellos a los que se les realizan los aportes y contribuciones a la seguridad social son proporcionalmente menos en las empresas de menor tamaño relativo.

En lo que respecta a la generación de empleo a partir de la EPH continua, se compararon la cantidad de nuevos puestos según tamaño de establecimiento, y allí se ve que el único estrato que tuvo una reducción fue el de establecimientos de más de 500 trabajadores, muy influido por el ajuste de ciertas empresas de servicios, como algunos bancos.

Por su parte, la empresa mediana entre 25 y 40 trabajadores es la que más incrementó su dotación de personal a lo largo del 2003, estando los otros estratos en general levemente arriba de la media para el período.

Variación % de trabajadores según tamaño de establecimientos según EPH – INDEC. 1er trimestre de 2004

En lo que respecta a las tendencias, la mayoría de los estratos muestran crecimiento a lo largo del año 2003 y el primer trimestre de 2004, con algunas excepciones. Los cambios más significativos se dan en los segmentos medios, aunque como se dijo antes, alrededor de la media, salvo en el estrato de más de 500 trabajadores que presenta una caída importante.

Como se ha manifestado, el desarrollo del sector PyME en Argentina opera en un proceso recursivo e iterativo que articula con el paradigma de acumulación vigente. Es básicamente funcional a los esquemas de crecimiento basados en la movilización ahorro doméstico y la inversión nacional, la dinámica del mercado interno, y la sustitución de importaciones.

Estos componentes de la demanda agregada fueron afectados durante los años de los modelos de ajuste, apertura y desregulación, cambiando la forma en que el excedente social e la economía Argentina se generaba y distribuía, con efectos que afectaron la performance y la estabilidad de la economía, a la vez que se generaron situaciones de franca inviabilidad social y política.

No debería llamar la atención que en un contexto de concentración de ventas y ganancias el sector de la PyME haya mantenido su participación en términos de personal ocupado. En el contexto de la profunda reorganización funcional de las empresas de mayor tamaño relativo, las PyMES que sobrevivieron lo hicieron a partir de nuevas estrategias que combinaron desde el ingenio, innovación y la adecuación a un medio más hostil, hasta la reducción en expectativas empresariales y personales que se mezclaron con el desahorro y la declinación.

Hoy existe un nuevo marco económico e institucional que no debería dificultar el desarrollo del sector de las PyMES, aunque para que este aproveche su potencial y retome su rol de décadas pasadas, es central una política de desarrollo tecnológico y crediticio acorde a las necesidades de los sectores, a la vez que es fundamental la recuperación del poder de compra y de atesoramiento de los sectores más numerosos de la población. Esto se puede resumir en que un modelo de crecimiento sustentable, inclusive de los más diversos sectores sociales en la totalidad del territorio nacional. En definitiva, la restauración, fortalecimiento y expansión de las articulaciones sociales, sectoriales y regionales que caracterizan a las economías que crecen sustentablemente y con equidad.

AMBIENTES SELECTIVOS y ESTRATEGIAS DOMINANTES

(el caso de las PyMES localizadas en Bahía Blanca)

Tradicionalmente, el análisis de la conducta estratégica en la organización ha sido ligado a un proceso de planificación formal y racional, formulado en distintas etapas en base a los objetivos y visión atribuida a la firma. Aplicada al ámbito de las pequeñas empresas, esta corriente no ha dado resultados satisfactorios para describir la conducta de este grupo de firmas, debido principalmente a la lógica de comportamiento diferencial subyacente en las empresas de menor tamaño. Ello habilita la evaluación de nuevos enfoques del pensamiento estratégico capaces de integrar los rasgos distintivos de las firmas pequeñas y medianas a una aproximación analítica que explique el proceso de formulación e implementación de acciones estratégicas en las PyMES.

Los principales defensores de la corriente teórica de la administración estratégica pretenden proveer un marco analítico con implicancias prácticas sobre la conducción empresarial, de allí que las conclusiones derivadas sean meramente prescriptivas de la conducta de la firma, en lugar de describir el proceso estratégico desde un enfoque dinámico.

Según este enfoque, la elección de la estrategia por parte de las firmas supone un comportamiento "activo" por parte de las empresas, donde el ambiente interviene sólo como una restricción exógena es decir, la elección está guiada por la anticipación más que por la influencia del entorno. Aunque se admite la posibilidad de corrección de las acciones diseñadas en función de la divergencia entre resultados esperados y alcanzados, esta aproximación no considera los cambios internos a la empresa en la concepción del negocio, imponiendo cierta rigidez en la conducta una vez establecido el plan de operaciones.

Varios trabajos empíricos han tratado de analizar el proceso de planificación estratégico llevado a cabo en las pequeñas y medianas firmas y su relación con la complejidad y variabilidad de las acciones, indicando que en ambientes altamente inestables los procesos de planificación generan un proceso más disciplinado que influye positivamente en el desempeño de la firma.

El enfoque prescriptivo ha sufrido diversas críticas en su intento de aplicación a las firmas de menor tamaño relativo.

Según Gibb y Scott , no es fácil integrar coherentemente el planeamiento en el análisis de la pequeña empresa. En primer lugar, la literatura existente tiene un carácter más bien normativo, donde el planeamiento es considerado como un atributo necesario de la empresarialidad y generalmente está asociado al desempeño. Las investigaciones dedicadas a definir el alcance de los procesos de planificación estratégica en el desempeño de las pequeñas y medianas empresas, no han llegado a un único resultado respecto a estos temas.

Mientras que algunos autores no encontraron relación positiva entre planificación estratégica y desempeño de la pequeña empresa, otros, llegan a la conclusión de que existe una relación positiva entre ambas variables.

El planeamiento estratégico frecuentemente está asociado al crecimiento, más que a la supervivencia. Gibb y Scott sugieren que la tasa de cambio de una firma puede ser muy alta sin necesidad de que ello se refleje en los parámetros que usualmente se utilizan para medir el crecimiento. Ello limita aún más la influencia de la conducta sobre el desempeño. Esto no implica suponer que las firmas que no crecen no sean dinámicas, sino que la capacidad para administrar el cambio determinará la supervivencia o crecimiento del negocio. Si bien el planeamiento estratégico puede influenciar positivamente este proceso, para comprenderlo se debe comenzar por analizar el patrón de cambio mismo.

Por otro lado, y más allá de la falta de acuerdo sobre la naturaleza prescriptiva que deba mostrar el pensamiento estratégico, el debate muchas veces se plantea en términos del grado de formalidad implícito. Las PyMES generalmente carecen de procedimientos formales de planificación y no tienen proyecciones precisas de las metas a alcanzar. Por ello la gestión estratégica de las PyMES opera con mayor énfasis sobre proyectos e ideas específicas que mediante prácticas de planificación más convencionales. En todo caso, conviene diferenciar entre planeamiento y estrategia. Mientras que la planificación en la empresa parece implicar una aproximación más bien sistemática y formal para establecer la base de los planes operativos, la estrategia se define, en cambio, como una amplia base de conducta que guía tanto las oportunidades como las restricciones para la toma de decisiones.

Este concepto no implica de manera alguna la coherencia o rigidez del proceso de definición de la estrategia.

Otra de las razones que presentan como problemática la utilización del enfoque tradicional en el análisis de las PyMES es que el concepto de planeamiento estratégico se deriva en el contexto de un modelo de grandes organizaciones. Gran parte de la literatura intenta aplicar las recomendaciones de esta aproximación a empresas de menor dimensión, suponiendo cierta transitividad de los patrones de conducta. Los rasgos particulares de las pequeñas firmas justifican un análisis diferenciado de la conducta estratégica en este grupo de empresas.

Según Penrose, las PyMES porque son más dependientes del ambiente, muestran conductas más bien reactivas a los estímulos del mismo. Las oportunidades del ambiente para este grupo de firmas a menudo están delimitadas por los espacios que las organizaciones de mayor tamaño dejan vacantes durante el proceso de expansión. En este sentido, mientras que las grandes firmas determinan endógenamente su capacidad de crecimiento, las de menor tamaño distinguen su espacio de actuación a partir de los fragmentos no ocupados por las primeras. Así, la dinámica de un mercado determinado dependerá del número y naturaleza de los nichos emergentes y de la capacidad de las pequeñas empresas para ingresar y aprovecharlos.

En consecuencia, el estudio de la gestión estratégica en las PyMES requiere de un nuevo enfoque basado en una mejor comprensión de los factores críticos que diferencian a las firmas de menor tamaño, con diferente capacidad estratégica.

Recientemente, algunos representantes del enfoque descriptivo han flexibilizado las premisas básicas de la planificación estratégica introduciendo nuevos conceptos que ayudan a comprender la complejidad de los procesos subyacentes. Esta nueva aproximación sostiene que las estrategias empresariales involucran procesos de aprendizaje al interior de la firma. En este sentido, el núcleo de capacidades competitivas básicas de la empresa es una guía del sendero madurativo de la propia empresa

RESPUESTAS EMPRESARIALES Y DESEMPEÑO DE LAS PEQUEÑAS Y MEDIANAS FIRMAS LOCALES

Se analizan las estrategias seguidas por un grupo de pequeñas y medianas empresas durante los diez últimos años, a partir de los resultados de un relevamiento realizado en 1997 a una muestra de 102 firmas localizadas en el distrito de Bahía Blanca. El análisis de los datos sigue los lineamientos conceptuales propuestos por los enfoques anteriormente presentados.

Teniendo en cuenta que los enfoques considerados no son mutuamente excluyentes, el análisis de los datos empíricos sólo intenta proponer una clasificación parcial de las conductas estratégicas seguidas por este grupo de empresas y el ambiente en el que operan.

Considerando la teoría de la ecología de las organizaciones, se intentó clasificar a las firmas de la muestra de acuerdo a los principales cambios en el ambiente relevante y las respuestas asociadas a cada nivel de desempeño. La identificación de los parámetros ambientales se realizó en base al tipo de mercado que atienden las firmas (en el caso de Alimentos y Bebidas), a la forma de organizar la producción (en el caso de Madera y Muebles) y según el nivel de concentración de la cartera de clientes (en el sector Metalmecánico).

Esta clasificación diferencial entre sectores responde básicamente a un criterio de homogeneidad para reconocer los cambios operados en el entorno. A modo general, el estudio supone un cambio radical en los vectores de rentabilidad industrial causado por los procesos de apertura comercial, estabilización del nivel de precios, desregulación y privatización operados iniciados a partir de 1991.

El conjunto de medidas económicas que definen el cambio estructural en Argentina supuso un ambiente de negocios con mayor dinamismo, caracterizado por la presencia de elementos de inestabilidad y la aparición ventanas de oportunidad para algunos sectores y conjuntamente mayor hostilidad, o rivalidad entre las firmas de un determinado sector y condiciones desfavorables de demanda para otro grupo de firmas.

Wiklund establece que las opciones estratégicas difieren en función de las distintas condiciones ambientales. Así, las respuestas más convenientes a los ambientes dinámicos suelen ser el desarrollo de nuevos productos o nuevas prácticas de comercialización, producción o de administración. Mientras que ante una creciente hostilidad, las empresas pueden integrar nuevas líneas de productos o reorientar el mix hacia segmentos de mercado menos competitivos.

I. SectorAlimentos y Bebidas

El ambiente y respuestas de las firmas locales que operan en el sector Alimentos y Bebidas se pueden interpretar según el tipo de mercado abastecido. Por un lado, el 44% de las empresas del sector comercializan sus productos a través redes mayoristas y minoristas, mientras que el 38% vende la producción directamente al público. El 18% restante se encuentra en el subsector Bebidas.

Según se observa en el Cuadro 11, la apertura y crecimiento de nuevas superficies de venta junto con la expansión y diversificación de firmas líderes hacia regiones donde anteriormente tenían una participación limitada impuso un ambiente donde las firmas que lograron un desempeño satisfactorio a lo largo del período 1992-1997 reorientaron la comercialización vía supermercados, disminuyeron deliberadamente la importancia de los comercios minoristas de menor escala en la cartera de clientes y realizaron inversiones destinadas a mejorar el precio y la calidad de los productos ofrecidos.

En contraposición, las firmas que muestran desempeño negativo durante el período parecen haber implementado acciones opuestas, en la medida que intensificaron el número de pequeños minoristas dentro del portafolio de clientes.

En cuanto a las firmas con desempeño estable o que muestran variaciones cíclicas en el nivel de actividad, se observa una variada gama de respuestas, aunque resulta significativo el monto dirigido a inversiones en equipos e instalaciones de conservación y la introducción de procesos de control de calidad.

Las empresas que comercializan sus productos en locales de venta al público enfrentan a partir de mediados de los ’90 un ambiente con mayor hostilidad debido al ingreso de grandes superficies de venta en la oferta. La incorporación de panificados de producción propia en los supermercados, la comercialización de cremas heladas industriales y la aparición de productos frescos envasados al vacío supuso para este grupo firmas un entorno competitivo ampliado.

Mientras que la lógica de posicionamiento de las empresas se basaba en la comercialización de un producto de baja transabilidad y en la explotación de un nicho de mercado delimitado por el área geográfica, el ingreso de grandes cadenas de supermercados y la diversificación de firmas líderes significó un aumento de la disputabilidad en este tipo de mercados.

Las firmas de este grupo que lograron un aumento en la facturación diseñaron estrategias de diferenciación de producto, mediante inversiones edilicias dirigidas a mejorar la atención al cliente y a crear una imagen de calidad diferenciada respecto de la nueva competencia en los supermercados. En algunos casos, estas acciones fueron acompañadas con reducción de precios.

Los locales con desempeño desfavorable en este segmento en general no desarrollaron planes específicos o, aisladamente, realizaron reformas en los locales de atención al público. El conjunto de firmas con desempeño estable modificó la cartera de productos hacia rubros con menor grado de rivalidad y en algunos casos, realizó inversiones en instalaciones de conservación.

Cuadro Nº 11

Ambientes y estrategias empresarias. Alimentos y bebidas

Demanda atendida

Principales cambios en el ambiente

Estrategias aplicadas según desempeño

Positivo

Estable o sin tendencia clara

Negativo

Comercialización mayorista

Expansión y diversificación de firmas líderes hacia rubros en los que anteriormente no tenían participación. Contracción de los márgenes por estrategias de comercialización depredatorias de grandes firmas y desaparición de establecimientos pequeños en la cartera de clientes.

Ingreso a las grandes superficies de venta. Disminución intensidad de compra de pequeños clientes. Inversiones en equipos destinadas a disminuir los costos y mejorar la calidad del producto.

Inversiones en equipos de conservación y mantenimiento. Introducción de mejoras en procesos de control de calidad. Diversificación del mix de productos para protegerse de estacionalidad en la demanda y variaciones de precio. Integración hacia atrás

Obstáculos para ingresar a la comercialización en supermercados. Apertura de locales de venta al público. Intensificación de la comercialización minorista.

Venta directa

Expansión y diversificación de firmas líderes hacia rubros en los que anteriormente no tenían participación. Ingreso de grandes superficies de venta en la curva de oferta mediante nuevas presentaciones. Aumento de la demanda de productos frescos.

Ampliación de la cantidad de locales de venta directa. Mejora en la atención al cliente y distribución. Penetración de mercado vía reducción de precios. Inversiones en máquinas que reducen costos y aumentan la velocidad de producción.

Enfoque hacia productos con menor grado de rivalidad. Aumento del número de bocas de expendio propias o mediante franquicias. Inversión en instalaciones y equipos de conservación y distribución.

En algunos casos se observan ampliación y reformas de locales de atención al público. En general, no desarrollaron planes de acción específicos.

Bebidas

Aparición de nuevos productos o presentaciones. Expansión de firmas líderes hacia regiones en las que anteriormente no tenían participación.

Cambio de presentación del producto. Inversión en rodados para mejorar la distribución.

Cambio en la presentación del producto. Inversión en rodados para mejorar la distribución. Diversificaron la cartera de productos mediante la comercialización de marcas de terceros.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
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