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El Marxismo y el control del crimen en la sociedad capitalista neocolonial peruana (página 2)

Enviado por Robert Arroyo


Partes: 1, 2

  1. EL CONTROL DEL CRIMEN COMO ARMA DE DEFENSA DE LOS INTERESES DE LA CLASE DOMINANTE.

  2. Comprender que el sistema legal no está al servicio de la mayoría de la población nacional, sino de los intereses de la clase dominante, es el punto de partida de una comprensión reflexiva, crítica y radical del derecho penal en la sociedad capitalista neocolonial.

    "La clase dominante logra mediante su empleo del sistema legal preservar un orden interior que permite a los intereses económicos dominantes conservarse y promoverse. La clase dominante sin embargo, no ejerce el control directo del sistema legal, sino que debe operarlo a través de los mecanismos del Estado".

    Por eso es que debamos pasar a la consideración del Estado para seguir entendiendo la naturaleza y el funcionamiento del régimen legal. Porque el papel del Estado en la sociedad capitalista neocolonial peruana consiste en defender los intereses de la clase dominante nativa y de los grandes monopolios internacionales.

    El control social del delito se vuelve una de las misiones básicas del Estado en su promoción de la sociedad capitalista neocolonial.

    Los juristas y criminólogos muchas veces han descuidado al Estado como objeto de investigación, ignorando el hecho de que la sociedad civil se asegura políticamente mediante el Estado y que una clase económica dominante logra, por medio del Estado, anteponer sus propios intereses. O muchas veces se concibe al Estado como una institución imparcial dedicada a ponderar y conciliar los intereses diversos de las clases sociales. Este punto de vista es totalmente falso y erróneo, en lo que toca al régimen legal.

    Siguiendo una filosofía crítica Muñoz Conde, manifiesta que el ordenamiento legal y el Estado no son un consenso de voluntades, sino manifestación de un modo de producción y una forma de protección de intereses de clases; por ello Quinney, asevera que oficialmente el Estado controla la actividad social, y al hacerlo define como delictuosa cualquier actividad que sea violatoria de los intereses que el Estado está promoviendo y protegiendo. Por lo que:

    "El Estado es la organización política social para defender los intereses de los monopolios imperialistas, de las clases dominantes y para reprimir a las mayorías nacionales y populares que no se someten a su dominación. Esta represión lo hacen mediante su Estado, sus instituciones y su gobierno de turno".

    Por consiguiente, podríamos considerar que el Estado burgués neocolonial no es un ente arbitral, neutral e imparcial y no representa a todos por igual es una máquina benefactora de las clase dominante y de coerción de las clase dominada (desocupados, pobres, marginados socialmente) que se resisten a sus planes, es decir es una institución coercitiva y reaccionaria que sirve para mantener el dominio de una clases sobre otra.

    En un análisis crítico del control del crimen en el Estado capitalista neocolonial es preciso formular varias observaciones fundamentales. Primero, existe el problema de la naturaleza del Estado, o sea la complejidad de lo que llamamos Estado. En segundo término está el problema de cómo se vincula la clase dominante con el Estado, es decir de cómo llega a ser una clase dominante y de cómo el Estado gobierna en relación con la clase dominante. En tercer lugar, debemos observar el desarrollo del Estado en relación con la economía capitalista.

    Por ello,"El Estado", como observa Miliband, no es algo que existe como tal, pues:

    "El término Estado, designa a cierto número de instituciones particulares, que en su conjunto, constituyen su realidad, y ejercen influencia unas a otras en calidad de partes de aquello a lo que podemos llamar sistema del Estado".

    por lo que, el sistema estatal vendría a estar integrado por:

    "La burocracia militar, policial, el sistema carcelario, como columna vertebral", consideradas como la fuerza directamente coercitivas del Estado, es decir vendría a ser la rama del Estado dedicada a la "(…)administración de la fuerza(…)".

    "La burocracia civil integrada por el ejecutivo, legislativo, judicial, municipal, electoral".

    "El andamiaje ideológico conformado por el sistema educación oficial y el informal (TV, Internet, radio, periódicos, cines, religión, etc)".

    Estas son las instituciones en que reside el poder del Estado, y es en estas instituciones donde esgrimen su poder las personas que ocupan los cargos dirigentes en cada una. Siendo éstas personas, sobre todo las que constituyen la élite del Estado, a las que cabe distinguir de las que ejercen poder fuera de los organismos estatales.

    Algunos detentadores del poder Estatal, miembros de la élite del Estado pueden ser a la vez miembros del poder económico privado. Porque de no integrar los miembros del poder económico privado la élite del Estado, entonces ¿cómo podrían gobernar?, es así que los intereses de la clase económicamente dominante tienen que ser transferidos al proceso de gobierno, para que aquélla sea efectivamente una clase dominante.

    Así, Miliband respecto a la relación esencial entre la clase económicamente dominante y el proceso del gobierno observa lo siguiente:

    "Los testimonios indican de manera concluyente que, en relación al origen social, a la educación y a la situación en clase, los hombres que encontramos en todas las posiciones de mando del sistema del Estado han provenido en gran parte, y en muchos casos en mayoría abrumadora, de los círculos de los negocios y de los propietarios, o de las clases medias profesionales. Aquí, como en todos los demás campos, los hombres y las mujeres nacidos en las clases subordinadas, que constituyen por supuesto, la gran mayoría de la población han corrido con muy poca suerte, y no sólo, permítaseme recalcarlo, en aquellas partes del sistema estatal, como la administración, el instituto armado y el poder judicial, que dependen de nombramientos (…).En una época en que tanto se habla de democracia, de la igualdad, (…), de la desaparición de clases y de todo lo demás, en los países capitalistas (…) ha seguido siendo un hecho fundamental el que la gran mayoría de los hombres y mujeres de estos países ha sido gobernada, representada, administrada, juzgada (…) por personas procedentes de otras clases económica y socialmente superiores y relativamente distantes".

    La clase económicamente dominante es, pues, la clase que gobierna en las sociedades capitalistas.

    Así mismo, si tomamos el materialismo histórico como método para el estudio del desarrollo dialéctico de las sociedades, podremos advertir que se pretende hacernos creer que el Estado es una cosa que existe desde siempre, o que lo crearon las personas mediante un "contrato social" para hacer posible la vida de la gente, y así mantener la paz, la estabilidad jurídica, evitar los delitos, el crimen, la delincuencia, preservar la vida.

    Ambos argumentos son rotundamente falsos: en las sociedades primitivas no había, no existía Estado, este curiosamente aparece en el lugar y en la época en que surge la división de la sociedad en clases sociales, cuando aparecen los explotadores y los explotados, es decir el Estado aparece en la primera forma de división de clases (en el esclavismo), por ejemplo el Estado teocrático egipcio. Por otra parte nadie ha preguntado jamás al pueblo si desea un Estado o no, simplemente se lo han impuesto, así que ¿de que contrato social estamos hablando?.

    Entonces el Estado es:

    "(…)producto y manifestación del carácter irreconciliable de las contradicciones de clase. El Estado surge en el sitio, en el momento y en el grado en que las contradicciones de clase no pueden, objetivamente conciliarse. Y viceversa: la existencia del Estado demuestra que las contradicciones de clase son irreconciliables(…), el Estado es un órgano de dominación de clases, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del "orden" que legaliza y afianza ésta opresión, amortiguando los choques entre las clases".

    Que el Estado Peruano se haya calificado como "democrático" no altera su verdadero propósito. Porque este sistema democrático burgués, constituido por la estructura social discriminatoria e injusta, concordante con la diferenciación social, el régimen político excluyente, la organización jurídica corrupta, las fuerzas armadas- policiales manipuladas por cúpulas inmorales y no patrióticas, la cosmovisión individualista y subjetiva, es realmente caduco, retardatario, antidemocrático, no responde a la aspiración de los forjadores de la patria, sino a la mentalidad y a los intereses egoístas, burocráticos y apátridas de los grupos de poder que siguen medrando durante más de 180 años de vida republicana.

    Por lo tanto, como observó Engels en su obra: el Origen de la Familia, la propiedad privada y el Estado; el "Estado" no ha existido en todos los estadios por los que ha atravesado las sociedades en su desarrollo histórico y que conoce la humanidad, pues existieron sociedades, que carecieron de toda noción del poder estatal. Sólo a partir del desarrollo económico de una sociedad determinada y de la división de la sociedad en clases con intereses económicos en pugna, el Estado se volvió necesario.

    El nuevo estadío de desarrollo, observa Engels exigía la creación del Estado:

    "No faltaba más que una cosa; una institución que no sólo asegurase las nuevas riquezas de los individuos contra las tradiciones comunistas de la constitución gentil, que no sólo consagrase la propiedad privada antes tan poco estimada e hiciese de esta santificación el fin más elevado de la comunidad humana, sino que además imprimiera el sello del reconocimiento general de la sociedad a las nuevas formas de adquirir la propiedad, que se desarrollaban una tras otra, y por tanto a la acumulación, cada vez más acelerada, de las riquezas; en una palabra, faltaba una institución que no sólo perpetuase la naciente división de la sociedad en clases, sino también el derecho de la clase poseedora de explotar a la poseída y el dominio de la primera sobre la segunda.

    Y esa institución nació. Se inventó el Estado".

    Y el Estado, lejos de aparecer como aparato que sirve para conciliar los intereses contradictorios de los diversos grupos sociales, se creó, por el contrario, en un aparato destinado a asegurar la dominación de una clase sobre otra, es decir surgió para proteger y promover los intereses de la clase económicamente dominante, la que detenta y controla los medios de producción.

    Y no es como nos pretenden hacer creer los juristas y criminólogos burgueses, que el Estado sirve para la conciliación entre clases y no para la opresión de una clase por otra. Amortiguar los choques significa para ellos conciliar y no privar a las clase oprimidas de ciertos medios y procedimientos de lucha por el derrocamiento de la clase dominante, pues la nueva clase dominante es quién creó el Estado como instrumento político para amedrentar y compeler a las masas populares a una sumisión económica y política.

    El Estado subsiste y se mantiene gracias a la clase dominante como dispositivo destinado a someter a la clase explotada, a la clase trabajadora que únicamente posee su fuerza de trabajo. Las sociedades capitalistas y sobre todo la sociedad capitalista neocolonial peruana, ésta así fundada en la explotación y opresión de la clase burguesa sobre la clase del proletariado. El Estado asegura éste régimen, puesto que el Estado está en manos de la clase económicamente dominante, que gobierna. El Estado es el instrumento político de la clases dominantes y del imperialismo y el derecho se convirtió en el medio final por el cual el Estado asegura los intereses de la clases dominantes. "Las leyes institucionalizan y legitiman las relaciones de propiedad existentes. Se instituye un sistema jurídico, una fuerza pública".

    Así:

    "Esta fuerza pública existe en todo Estado; y no está formada sólo por hombres armados, sino también por aditamentos materiales, las cárceles y las instituciones coercitivas de todo género, que la sociedad gentilicia no conocía. Puede ser muy poco importante, o hasta casi nula, en las sociedades donde aún no se han desarrollado los antagonismos de clase (…). Pero se fortalece a medida que los antagonismos de clase se exacerban dentro del Estado y a medida que los Estados colindantes se hacen más grandes y poblados".

    En consecuencia indicaremos que es por medio del sistema jurídico como el Estado, protege los intereses de las clases dominantes y de los monopolios imperialistas y a la vez sirve para reprimir a las clases dominadas. En donde el control del delito se transforma en el medio coactivo o compulsivo de comprobar las amenazas al orden económico vigente. El Estado define su prosperidad en función del bienestar de la economía capitalista, siendo además el apoderado confidencial de los opresores nacionales e internacionales. El control del delito en el Estado capitalista neocolonial constituye el medio concreto para la protección de los intereses de las clases dominantes, del imperialismo principalmente norteamericano, de las grandes transnacionales financieras en sí de la economía capitalista neoliberal.

  3. LA DESMISTIFICACIÓN DEL DERECHO PENAL EN LA SOCIEDAD PERUANA:

La finalidad de un análisis crítico del control del crimen, del delito, consiste en exponer el significado de la legislación penal en la sociedad capitalista neocolonial. La falsa realidad según la cual vivimos, la que sirve al sistema imperante, necesita ser entendida. La desmistificación del derecho en el Perú es el objetivo de una teoría marxista crítica del derecho penal.

El análisis crítico marxista del derecho penal puede resumirse con las enunciaciones que siguen:

1. La sociedad peruana bajo la estrategia neocolonial del imperialismo a través de la aplicación de la economía neoliberal de mercado, en vez de contar con una supuesta economía de libre mercado en realidad lo que se ha fomentado es una mayor concentración monopólica; privatización de las empresas estratégicas; entrega de recursos naturales; reprimarización de la economía, presencia hegemónica del capital financiero especulativo; reducción del gasto social; precarización del empleo y flexibilización laboral.

El chantaje que el imperialismo impone para el pago de la deuda externa genera mayores condiciones de dominación y dependencia. Todo ello en provecho del capital transnacional y en alianza y en beneficio de la gran burguesía financiera e intermediaria nativa.

2. El Estado capitalista neocolonial se encuentra reducido a la condición de instrumento coercitivo y jurídico incondicionalmente al servicio de los intereses de la clase económicamente dominante es decir, el Estado se encuentra al servicio del sector hegemónico conformado por la gran burguesía financiera, primario exportadora e intermediaria (sector de la burguesía conformada por los grupos económicos oligopólicos) aliada y subordinada al imperialismo norteamericano y a los grandes organismos internacionales. Y éste Estado burgués, como afirmo Marx es el "órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del "orden" que legaliza y afianza esta opresión(…)".

3. En toda sociedad jurídicamente organizada la ley penal es una superestructura alimentada por ingredientes económicos y políticos e instrumentada por la clase dominante desde el gobierno, para la satisfacción de sus intereses y para mantener el orden social y económico vigente.

4. El control del crimen en la sociedad capitalista neocolonial se cumple mediante la instauración de un poder público, la cual está formada por instituciones coercitivas de todo género como: las fuerzas armadas, la policía, las cárceles, el poder judicial, etc. Controladas y administradas por la burocracia representativa de los intereses de la clase dominante y de los organismos financieros internacionales, con el fin de preservar el orden interno.

5. Las contradicciones básicas que engendra el imperialismo-capitalista siguen irresueltas, incluso se han agravado. En ellas maduran las condiciones objetivas y subjetivas que tornarán inevitables, más temprano que tarde, la revolución nacional-social e internacional. Por de pronto, en el plano nacional se observa una creciente recuperación y lucha de los sectores populares en respuesta a la ofensiva de la globalización neoliberal del imperialismo y de los monopolios aliados de la gran burguesía, frente a ello la clases dominantes utilizan cualquier medio necesario y especialmente el sistema jurídico como mecanismo de coerción y violencia contra el proletariado, tratando de proteger así sus intereses económicos.

Solamente con la instauración de una sociedad socialista (fundada en los principios marxistas-leninistas) y con la consecuente abolición del sistema de propiedad privada de los medios de producción reemplazándolos por la propiedad social, únicamente así se podrá emancipar las fuerzas productivas y desarrollarlas incesantemente, liquidar toda forma de explotación del hombre por el hombre, eliminar la polarización social entre ricos y pobres y alcanzar la prosperidad común del pueblo, garantizar la libertad, la democracia, junto a un elevado desarrollo cultural y espiritual y una nueva ética fundada en el servicio al pueblo, en el colectivismo y el respeto a la persona, en la solidaridad, en la justicia social, en el reconocimiento a la diversidad étnico-cultural, en el amor por la patria, el trabajo, la ciencia y el socialismo, en donde se coloca por primera vez al ser humano en el centro de todo y convierte por primera vez, al hombre en el único dueño de la sociedad, tratando de superar así los remanentes dejados por el pasado de la sociedad capitalista como la pobreza, la miseria, el hambre, la desocupación, la exclusión social, siendo necesario precisarse que en la sociedad socialista no podrá resolverse de la noche a la mañana de un solo golpe las dificultades y problemas específicos como la delincuencia, la criminalidad, que aún subsistirán en éste modo de producción social, pero en menor escala que en el capitalismo, y con una tendencia a desaparecer ulteriormente.

Como bien observa el criminólogo soviético G. Avanesov, éste fenómeno se encontrara estimulada, por la:

" "Psicología pancista", pequeña burguesía que resulta intolerable, pues, estimula la codicia, el alcoholismo, las tendencias de propietario privado, (…), el burocratismo y la indiferencia por el individuo y la sociedad de trabajadores".

De lo señalado se puede observar, que, la delincuencia, la criminalidad es un fenómeno condicionado en gran medida, por factores económicos, así, Lenin, en reiteradas ocasiones manifestaba, que, "(…)las causas principales de las violaciones de las normas radicaba en la explotación de las masas y la miseria".

Esté fenómeno producto de la vida miserable de las masas populares, podrá ser combatida exitosamente a través de una adecuado diseño de una política criminal por parte del Estado obrero-campesino, basado en el desarrollo económico-social planificado, que atienda las necesidades básicas de la población, mediante la elevación constante y permanente del nivel de vida de las masas populares, satisfaciendo sus necesidades materiales, sociales, culturales, espirituales, de cada persona como ciudadano de la sociedad socialista.

Consiguientemente, el derecho penal en el Perú se puede entender sólo a través de la teoría marxista crítica sobre la base de la preservación del orden social y económico existente e imperante. La ley penal se emplea por el Estado y por la clase dominante la que se encuentra en completa confabulación y subordinación a los dictados de los organismos internacionales para asegurar la supervivencia del sistema capitalista. En donde la sociedad imperialista-capitalista se ve amenazada por sus propias contradicciones, observándose que:

"(…) la ley penal se aplica en forma creciente en el esfuerzo por mantener el orden interno. La clase inferior, la clase que ha de permanecer oprimida para el triunfo de la clase económicamente dominante, seguirá siendo objeto de la legislación criminal mientras la clase dominante procura perpetuarse. La supresión de la opresión, la eliminación de la necesidad de la rebelión, significaría necesariamente el fin de la clase capitalista y de su economía capitalista".

La legislación penal sigue avalando el régimen de dominación de los oprimidos y explotados en el sistema social y económico del Perú. Los sucesos de los últimos años en relación con la criminalidad, delincuencia y los comportamientos antisociales incluyendo su erupción como su represión, pueden entenderse únicamente como parte de una crisis del sistema estructural peruano. Así mismo, la opresión dentro del Perú no puede escindirse principalmente del imperialismo norteamericano en el exterior. por lo que es necesario entender como opera el imperialismo en las relaciones internacionales entre Estados, así en el plano internacional existe:

"(…) un régimen de derecho y de orden internacional que engloba a todos los Estados, basado en la Carta de las Naciones Unidas, las resoluciones subsiguientes y las decisiones del tribunal internacional de Justicia".

En donde, la amenaza o el uso de la fuerza están prohibidos a menos que estén explícitamente autorizados por el Consejo de Seguridad después de haber determinado que los medios pacíficos han fracasado o en defensa propia contra un ataque armado. Vemos el desprecio por el imperio de la ley en la práctica por parte del Imperialismo norteamericano, actuando mediante la fuerza y en defensa de su interés nacional, en los términos definidos por el poder interno, nombrándose así mismo juez y ejecutor global.

Podemos observar, en la política internacional la hegemonía y la prepotencia del imperialismo norteamericano de impedir a toda costa incluso mediante la guerra el derecho de los pueblos a la autodeterminación, libertad, independencia y al establecimiento de un nuevo orden mundial, esta misma guerra que se libra contra los pueblos en el extranjero es parte de la misma guerra que se libra contra los oprimidos en el interior del país. El imperialismo norteamericano, debe recurrir a una contrarrevolución de escala mundial.

Se desarrolla un programa de contrainsurgencia en el exterior, pues se siguen implementando los respectivos planes militares en el exterior, así por ejemplo en nuestro hemisferio se viene implementando en los últimos años como precisa Izarra: El Plan Colombia (militarización regional: iniciativa andina), el plan Nuevos Horizontes (mantener la sumisión centroamericana) y el Plan Dignidad (controlar la Amazonía) a través del ALCA (Área de Libre comercio) y ahora a través de tratados bilaterales como el TLC (tratado de libre comercio). No se debe olvidar que: La Amazonía significa la materia prima para la ingeniería genética y la biología molecular, elementos nutrientes de la industria farmacéutica mundial. La Amazonía abarca a seis países de la región: Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Allí existen 125 mil plantas esenciales para medicamentos, pesticida, colorantes, fibras, aceites, maderas y alimentos; comprende el 50% de los bosques tropicales del mundo; aloja la tercera parte del agua dulce (51 países están en riesgo de afrontar conflictos por el agua en los próximos 10 años) y le da vida a la fauna del mundo más rica en variedad de géneros.

Por lo que el ALCA y TLC ahora, no es más que el paradigma de la recolonización regional por parte del imperialismo a través de un componente jurídico internacional.

Es sumar al mercado de los EE.UU, como evidencia Izarra:

"(…), el 12% del área terrestre global, el 7% de la población mundial, el 30% del agua potable de todo el planeta y la garantía incondicional del suministro de petróleo para suplir sus reservas estratégicas".

Por lo que, el ALCA, y ahora los TLCs (tratados de Libre Comercio), implementado por la estrategia norteamericana de negociar uno a uno con los países latinos, no son más que instrumentos de dominación y de reforzamiento de la nueva fase del imperialismo que ha asumido EE.UU, después de la guerra contra Irak.

Por otro lado la clase dominante en el interior del país a través de su control del Estado y subordinado al imperialismo norteamericano, debe recurrir a desarrollar programas de contrainsurgencia popular a través de la CIA, con respaldo total del SIN y los militares y policías locales en el interior. Por ejemplo no debemos olvidar que la CIA implemento la Doctrina de la Seguridad Nacional en el interior del país, donde se les daba pleno derecho a los escuadrones de la muerte (militares-policía), de combatir y exterminar a trabajadores sociales, sindicalistas, hombres y mujeres, con el objetivo general de destruir permanentemente una amenaza percibida a la estructura existente de privilegios socio-económicos de la clase dominante y del imperialismo norteamericano, eliminando de esta manera la participación política de la mayoría numérica, las clases populares.

En Irak se libra una guerra preventiva, mientras dentro del Perú se libra una guerra contra el delito con su propio armamento especial. Todo esto para impedir el cambio del régimen capitalista; efectivamente para protegerlo y fortalecer su continuación tanto a nivel internacional y nacional.

Así, Horowitz, plantea que las consecuencias son revolucionarias. El crimen y la le ley penal solo puede comprenderse en el contexto de ésta crisis:

"Al plantearse en el nivel nacional los temas centrales del conflicto internacional, al ligarse la lucha internacional por la autodeterminación con la búsqueda interna de igualdad social y de control social, la crisis de la democracia aparece como la crisis revolucionaria de la época. El movimiento por la soberanía del pueblo dentro de la nación (…) coincide con la lucha por la autodeterminación en la esfera internacional. Del mismo modo que la exigencia de poder interno es una exigencia de expulsar a la clase dominante capitalista y de hacer que el aparato productivo responda a las necesidades sociales, de igual manera en lo internacional la condición previa de la soberanía democrática y de la coexistencia entre los Estados consiste en la disolución del reinado de las corporaciones internacionales y de las instituciones financieras que se han apropiado de la soberanía de las naciones a fin de apoderarse de la riqueza del mundo".

Por ello, la comprensión dialéctica e histórica del sistema legal resulta de vital importancia para la transformación plena de nuestras vidas en este período histórico, hoy pensar reflexivamente, críticamente y radicalmente apoyado en la teoría marxista-leninista significa ser revolucionario.

Entendiendo que no son las ideas las que explican como se va estructurando la sociedad sino que es la infraestructura o nivel económico y, concretamente, el tipo de relaciones de producción que se establecen en una sociedad, el hilo conductor que permite comprender las formas que adopta el Estado, el régimen legal, las ideas que dominan en esa sociedad, es decir, su superestructura.

Comprendiendo de ésta manera, al régimen legal como protector de los intereses económicos de las clases dominantes y de opresión y coacción de los oprimidos, y entendiendo que son las masas únicamente los que pueden cambiar su destino mediante la acción revolucionaria, únicamente así podremos extirpar la opresión y pasar a convertirnos en una verdadera fuerza de liberación, que realmente acabe con la explotación capitalista y el dominio imperialista, y luche por la instauración de una sociedad más justa y humana es decir luchar por la instauración de una sociedad socialista, la que no debe ser calco ni copia sino creación heroica del pueblo peruano, como afirmó el amauta José Carlos Mariátegui, esa es la acción revolucionaria a realizar.

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Por:

Robert Henry Arroyo Castañeda

Ex alumno de la Facultad de Derecho Y Ciencia Política por la Universidad Privada Antonio Guillermo Urrelo (UPAGU) Cajamarca-Perú.

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