- Hacer teología hoy. Resumen del libro de Raúl Berzosa
- Informe de lectura del libro de Jürgen Moltmann: ¿Qué es teología hoy?
- Informe de lectura del libro de James William Mcclendon: Teólogos destacados del siglo XX
- Análisis al libro homilética práctica, obra de Tomás Hawkins
- La mano de Dios al timón, de Enoch de Oliveira
- Nuestro Nuevo Testamento de Merrill. C. Tenney
Hacer teología hoy. Resumen del libro de Raúl Berzosa
INTRODUCCION
Hacer Teología Hoy: Retos, Perspectivas, Paradigmas, es la obra que nos proponemos presentar como un requisito de lectura en esta maestría, dentro de la asignatura de Teología Constructiva. La obra, publicada en 1994, en Madrid, España, por la casa publicadora San Pablo, no fue diseñada originalmente como un ensayo, o una monografía, sino que es la recopilación de trece artículos publicados por el Dr. Raúl Berzosa, sacerdote y profesor de Teología católico.
Ágil, ameno y bien documentado, el libro se encuentra dividido en cuatro secciones, que responden a las más acuciantes preguntas que el teólogo de la época posmoderna se puede plantear. La teología y la modernidad son un desafió al anquilosamiento del pensamiento retrogrado religioso. El Reto a la Teología que le lanza modernidad, se nos puede plantear bajo una multiplicidad de aspecto. La Segunda sección comprende el reto que le hace a la Teología la Posmodernidad, para dar paso al peligroso invasor de la Nueva Era, la cual nos pone a sufrir una colisión frontal con el desafío que debe enfrenar la Teología del futuro.
Iniciando con un estudio en torno a la Teología Preconciliar y Conciliar, en lo relativo al Concilio Vaticano Segundo, el autor, sacerdote marciano, analiza el pensamiento teológico y filosófico de la iglesia romana, a partir de 1879, y la posición del papa León X111, y su enfrentamiento con el Modernismo, movimiento que había penetrado a su grey por la vía de los autores protestantes alemanes liberales. Luego viene una apología al padre francés Lubac, a quien la iglesia redujo al silencio, y el cual se nos presenta como un paradigma. La sección cierra con el devenir de la Teología de la Liberación y sus paladines, todos los cuales se enmarcan en la teología posconciliar y su estatus epistemológico, que presupone un dialogo entre la modernidad y la cultura en la que nos corresponde vivir.
Entrar a la teología en su relación con la posmodernidad, y las teologías del genitivo, que son las teologías de la fragmentación, de la dependencia, las teologías del de, porque siempre son teologías que dependen de algo. Las teologías posmodernas del genitivo, surgen después del Concilio Vaticano Segundo, y van a permear todos los estamentos de la sociedad del presente. No existe un aspecto de la vida moderna sobre el cual no se haya elaborado una teología. Todo es tocado por la que una vez fue la reina de las ciencias, pero esta vez de una forma particular, con su de, de genitivo, por eso tenemos una teología de la belleza, de la ecología, de la mujer, de los negros, de los pobres, de la terapéutica, de el tercer mundo, de Sudáfrica, de todo; hoy existe una teología de la habido y por haber.
Cuando tratamos la Nueva Era con todas sus secuelas de espiritualidad, chamanismo, hinduismo, espiritismo, y todos los otros ismos, nos encontramos con una nueva cultura espiritual, que enfrenta al cristianismo y que pone en riesgo su subsistencia, ya que es una filosofía con mas arraigo y pujanza que la gnosis de principio de la era cristiana, que como un tsunami acedía la vida de la iglesia como comunidad, por lo cual se hace necesario replantea el concepto de cultura, con todo lo que esto significa.
La obra cierra con la Teología y su Futuro, esto es el replanteamiento de la identidad, la vocación y la misión del hombre que hace de la teología su forma de vida. Cuando nos planteamos los problemas que la Nueva Era y la cultura posmoderna nos plantean, debemos visualizar la problemática que esta ciencia de la Revelación entraña en su método como ciencia; ciencia que es divina y humana a la vez, y que crea un nuevo modelo cultural, en el hombre d e Dios y en la iglesia de Dios. El mundo moderno, que no es el mismo de cuando Berzosa, ya que la España y la Europa de 1994 ha sido revolucionada por la Internet, a enfrentado a la iglesia con una realidad muy distinta, que es su realidad y en medio de la cual ha de evangelizar, ya que donde quiera que se encuentre, la iglesia ha de ser la sal de la tierra y la luz del mundo.
CAP.1. TEOLOGÍA PRECONCILIAR Y CONCILIAR:
Los primeros cuatro capítulos de la obra de Berzosa, y que constituyen la primera parte de la misma tratan sobre Teología y Modernidad. De la crisis modernista a la teología de la Revelación.
Para el profesor Berzosa, la teología católica en el siglo XX tuvo mas impuso de lo extrateologico que de la dinámica propia de la fe, por lo cual su esfuerzo de hoy es buscar su estatus epistemológico, su propia identidad como teología católica. A través de los siglos, y según las etapas, la teología ha estado bajo los encantos de la gramática, la lógica, la metafísica, la historia, pero hoy es regida por sociología, la psicología y la hermeutica.
A partir de la Segunda Guerra Mundial, la teología sufre los asedios de:
A. La filosofía: esto le ha ven ido por parte del positivismo, el idealismo, la filosofía de la vida, el materialismo histórico, el pensamiento filosófico historicista, el existencialismo y un largo etc.
B. Las Ciencias empírico-antropológicas: estas ciencias asedian a la teología por medio de la psicología, la sociología y la antropología cultural.
C. La Metodología asedia por medio del método histórico-critico, la hermenéutica y el neopositivismo.
D. En el plano sociopolítico: la cultura ecuménica y la secularización son sus grandes oponentes.
E. El mundo interconfesional e interreligioso asedia como las relaciones interculturales asedian desde fuera a la teología.
Desde dentro, lo ataques a la teología son mas peligrosos, y estos ataques provienen del método y la historia de la teología. El concepto de la Revelación, de la forma en que se impone la hermenéutica con sus fuentes clásicas, el movimiento ecuménico, el pluralismo teológico, y lo que es mas, el camino que esta tomando la desolación del la teología fundamental.
Lo que en la teología protestante se denomina Liberalismo, los católicos le dan el nombre de Modernismo, movimiento que fue enfrentado por el Papa León Xlll en 1879 con la Encíclica Aeterni Patris, y que es el documento fundamental para poder comprender el Concilio Vaticano Segundo. Esta Encíclica buscó sintetizar la filosofía tomista, rompiendo con el positivismo de la época, y entró en franca oposición con la teología especulativa protestante. Esto fue lo que trajo como resultado que dentro del catolicismo se buscara armonizar el pensamiento histórico-critico, lo que puso en tela de juicio los dogmas de la misma iglesia, dando a la luz el modernismo.
La crisis modernista católica nace con los escritos de los teólogos protestantes Harnack y Ritschl, para quienes los dogmas se deben interpretar en función del servicio que prestan. A estas posiciones, seguidas por unos y combatidas por otros dentro del catolicismo, como es el caso de A. Loisy, el cual responde a Harnack, seguido por el padre Lagranje. Fue entonces cuando la Iglesia publica su decreto Lamentabili, y la encíclica Pascendi, para rebatir la exégesis modernista, principalmente el intelectualismo, sin importar que venga del neotomismo como de Kant. Pero a pesar de la crisis y las condenas, se acepto la metodología histórico-critica, pero con la condición de que no comprometiera la Revelación, la fe y los dogmas. Se buscó la restauración de la filosofía escolástica, para lo cual el E.Gilson, G. Mttiusi y C.Giacon presentaron como bandera la filosofía de Tomás de Aquino.
Es a partir del 1907 que se entiende que es lo mismo las Sagradas Escrituras y el Magisterio de la Iglesia, para pasar a decir que se ha de entender como sinónimos Magisterio de la Iglesia y Teología, aunque esto presenta el problema de identificar Tradición-Magisterio, y Magisterio-Escritura, sin importar que comprometa con esto la verdad apostólica.
El antimodernismo empieza a enfriarse entre los años 1930-1950 entre los cuales se impuso el Magisterio como una forma jurídica y unilateral, y el cual definió la Revelación. Los laicos son los protagonistas de la nueva teología con el nacimiento del Movimiento Carismático o la Teología de la Santidad, con el cual se busca recuperar la fe y la cultura. La nueva teología busca hacer una teología de la Revelación, que es todo lo contrario al Modernismo que procura combatir, y que es la propuesta del Concilio Vaticano Segundo.
Después de ofrecer una apología del aporte del catolicismo español en el campo de la teología, Berzosa nos dice que en el siglo XX, cuatro han sido los aportes a la teología: en la dialéctica, la antropología, la política y la teología ecuménica o planetaria que ha penetrado hasta el tercer mundo.
CAP. 2. UN PARADIGMA TEOLÓGICO DEL VATICANO SEGUNDO: HENRI LUBAC.
Berzosa, el autor de la obra en estudio dice ser amigo de Lubac, y nos dice que este teólogo francés era un agente sospechoso y mal entendido en España, por lo cual sus obras no eran traducidas al castellano.
Al padre Lubac se le inscribe en la corriente de la Nueva Teología, aunque hay quienes digan que esta corriente no existe y otros dicen que si, que existe y que Lubac pertenece a ella; la cuestión es que a esta corriente teológica se le acusa de ser una continuación del modernismo, por lo cual resulta altamente sospechosa para el Vaticano, ya que plantea la separación entre fe y teología escolástica. Dos teólogos de la Nueva Teología, Chenu y Charlier nos dicen que la teología se reforma por la fe, y que la contracultura es la que potencializa a la fe, y esto creía Lubac, por lo cual la renovación viene por la fe-cultura-teología.
Hans Urs von Baltasar es el principal apologista y propagador de las obras de Lubac, obras que son un presupuesto para hacer teología, ya que presentan una cosmovisión y la solución al enigma del misterio de la vida, del hombre y del mundo. El deseo de Lubac era el de escribir un libro sobre la mística cristiana en su esencia, y en torno a ese tema era que hacia girar sus escritos. El misterio es la clave hermenéutica de su teología, y al lado del misterio se encuentra la mística y la paradoja, por lo cual su obra es: paradoja-misterio-mística; por lo cual Dios es cognoscible e incognoscible. Su reflexión teológica va del misterio a la paradoja y nos conduce a la mística, a la humildad, a la adoración.
Para entender el pensamiento de Lubac, se debe iniciar por su obra del 1938 titulada Catolicismo. Luego de esta obra vine su obra sobre el ateismo, en la cual Proudhon, Nietzsche, Comte, Marx, Feurbach desfilan como si fueran haciendo pasarela en una galería de modas. Es en esta obra sobre el ateismo que mejor se ve como una paradoja: El en contrapasosicion con Dios. La novedad de Cristo, en la cual afirma que con la llegada de Cristo ha aparecido toda novedad, sabiendo que Cristo es una triple novedad, porque Cristo es el sentido del mundo, del hombre y de la historia de la salvación.
La Eclesiología es otra gran obra de Lubac. El escribe sobre la iglesia, porque de ella vienen todas las realidades, incluso el sufrimiento, ya que la iglesia que tanto amaba le impuso el silencio que es un suplicio. Lubac nos dice que por causa del silencio y de la persecución no debemos responder.
En 1970 escribe Lubac sobre el Símbolo Apostólico, y en el nos dice una verdad tan grande como una catedral: No solo debemos creer a Dios, debemos creer en Dios.
El segundo capitulo de la obra de Berzosa finaliza con una alabanza de este autor, para el cual:
"Catolicidad, experiencia mística, conocimiento profundo de la tradición viva y cultura de su tiempo, preocupación pastoral y por el dialogo fe-cultura, obsesión por la integridad y unidad y sentido eclesial, pueden ser las palabras para resumir y entender la obra de este gran autor". Esto es para referirse a Lubac.
A continuación vamos a aportar unos datos sobre la vida y obra de Lubac, para poder tener una idea sobre este teólogo francés, cuya obra es tan admirada por Berzosa.
Nació Henri Lubac en Cambrai, Francia, en 1896. Ingresó a la Compañía de Jesús a los 17 años de edad. Estudió filosofía en Inglaterra y luego en Francia. Tuvo que enrolarse en el Ejército durante la Primera Guerra Mundial, donde fue herido de gravedad y recibió heridas que le causaron problemas de salud todo el resto de su vida.
Desde 1929 enseñó teología fundamental e historia de las religiones en la Facultad de Teología de la Universidad de Lyon-Fourviere, de su orden. Fue arrestado varias veces durante la ocupación alemana de Francia.
En 1950 fue suspendido de la enseñanza por el Vaticano a través de sus superiores religiosos, aunque no se le dio una razón que motivara este castigo. Durante ese período turbulento, sus publicaciones habían sido consideradas parte de una teología (llamada Nouvelle théologie) ásperamente atacada en algunos ambientes de la curia romana. Sin embargo, esta exclusión –que duró diez años no disminuyó ni la labor de investigación ni el amor de Lubac por la Iglesia. En estos años, y durante toda su vida, estuvo acompañado por la amistad y la compañía de otros teólogos de la época (Jean Daniélou, Jean Mouroux, Yves Congar, etc.)
Con la llegada al pontificado de Juan XXIII, la desconfianza hacia De Lubac disminuyó y le fue levantada la suspensión. Asimismo, fue llamado a participar en el Concilio Vaticano II, como perito. En el período postconciliar recibió también variadas muestras de apoyo por parte de Pablo VI, y Juan Pablo II lo creó cardenal en 1983.
Murió en 1991 a los 95 años.
CAPITULO 3. LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN. APUNTES HISTÓRICO-TEOLÓGICO DESDE SU PROPIO MÉTODO.
Partiendo de la propuesta de Enrique Dussel, la Teología de la Liberación se debe situar dentro de la Teología Profética de la iglesia en América Latina, y que se inicia con Antón de Montesinos, Bartolomé de las Casas y José Acosta, contando también entre sus exponentes a los padres Hidalgo y Morales en el siglo X1X; pero es el padre Gustavo Gutiérrez, el Perú, con sus conferencias Hacia una Teología de la Liberación, dadas en 1968 quien le ha dado el nombre y su carta de ciudadanía.
La Conferencia de Medellín, en Colombia en el 1968, es seguida por la de Detroit en 1975, la cual los teólogos latinos plantean una teología para las mujeres y para los negros. Ese mismo año, L. Boff plantea su teología del cautiverio. Mas tarde Boff publicará su obra: Jesucristo Librador.
La teología de la liberación entró en FACE de sistematización y de método, cuando empieza a reflexionar sobre cristología y eclesiologia, para lo cual forma la Asociación de Teólogos del Tercer Mundo. El Cardenal Helder Cámara define la doctrina social de la Iglesia con el rechazo al marxismo; mientras que Hugo Assemann utiliza el método de análisis marxista en su teología.
La Teología de la Liberación presenta cuatro tendencias, a saber:
A. Populista: para los cuales el pueblo es la vertiente histórica. Son ellos J.C. Scannone y Lucio Gera.
B. Los racionalistas-socialistas, con Hugo Assmann a la cabeza.
C. La teología del cautiverio, que es propia de Leonardo Boff.
D. Los teólogos del rigor científico, con Gustavo Gutiérrez y G. Múgica.
De todos los teólogos de la liberación, el padre Gutiérrez es el mas representativo t Assmann es el mas radical.
Nos presenta Berzosa los rasgos de nueve teólogos de la liberación, los cuales veremos grosso modo:
Richard Schaull, nacido en 1919 y de formación protestante. Misionero en América latina y profesor en la universidad de Princeton. Cree en la teología revolucionaria, así como que el teólogo debe ser político, practico y concreto, a la vez que revolucionario.
J. Comblin: Es un católico belga, nacido en 1923. Es profesor en Latinoamérica. Da importancia al tema del amor cristiano. Cree que el amor es el fermento revolucionario. Dice que el cristiano debe seguir la dialéctica revolucionaria.
R. Alves: es un brasileño, nacido en 1938, de formación presbiteriana. Es profesor en la Universidad de Campiñas. Se separó de la Iglesia en protesta por su conservadurismo teológico y ecuménico. Sus obras tratan sobre la denuncia a la opresión, así como su crítica al mesianismo marxista.
J. L. Segundo: este autor trata de distinguir entre fe e ideología. Para él la fe es antropológica, y está en todas las dimensiones humanas; entiende que la ideología es funcional, ya que es la estructura operatoria de la fe. Cree que la teología se debe liberar de todos los intereses que sean contrarios a la realización del ser humano.
C. L .Boff: Boff se auto presenta como un teólogo del genitivo, ya que solo presenta un solo ámbito: la política. Su teología es la hermenéutica de las realidades sociopolíticas, en cuyas realidades se ha de interpretar la fe.
Th. S. Kuhn: la hermenéutica teológica de Kuhn es sobre la fe en categoría social. Su teología parte de la pobreza, ya que entiende que no existe otra manera de hacer teología.
A. Goizílez Dorado: este autor reflexiona sobre la teología popular. La fe se debe Intelculturizar e integrarse a un conjunto de realidades sociales. En él prima el pueblo, lo espontáneo y el análisis de la religiosidad popular.
Gustavo Gutiérrez: Es el gran teólogo de la liberación como ya apuntamos, y propugna porque los cristianos se asocien para las transformaciones sociales. Busca la liberación del oprimido. Su gran merito radica en que la teología se debe hacer a partir de la acción transformadora, desde dentro de la acción y para la liberación. Ana la teología científica y la sapiensal. Para Gutiérrez, la teología es compromiso y se debe hacer a partir de los pobres.
Leonardo Boff: es el padre del método integral-liberador. Está comprometido con el oprimido. Su teología tiene tres momentos:
l. De carácter restringido: De compañero y visita.
2. De carácter alternativo: Se alterna lo teórico con el trabajo práctico.
3. De inserción: esto es insertarse en los medios populares, viviendo y trabajando con el pueblo
Los teólogos de la Liberación en Latinoamérica a partir del 1986 hasta el 1994 fecha de la publicación del libro de Berzosa ha publicado una 50 volúmenes, en los cuales retoman la teología cristiana, en los cuales se notan la preocupación por lo social y lo cultural; y sobre todo la dimensión publica de la fe, en los cuales se presenta a Dios desde la perspectiva de los pobres.
Un personaje central de la teología de la liberación, que no aparece en este trabajo de Raúl Berzosa, es el sacerdote Colombia Camilo Torres, el hombre que con su vida y ejemplo encarno el Evangelio del fusil. Aquí transcribimos una breve biografía del sacerdote que murió con las botas puestas.
El 3 de febrero de 1929 nació en Bogotá, Colombia, Jorge Camilo Torres Restrepo. Sus padres, el médico Calixto Torres Umaña e Isabel Restrepo Gaviria provenían de acomodadas familias de la burguesía liberal. Llevado por sus padres a Europa, cuando apenas tenía dos años, regresó al país en 1934. Tres años después, en 1937, la pareja se disolvió, quedando Camilo y su hermano Fernando al lado de la madre.
Expulsado, por sus críticas contra los profesores, por la supuesta mal enseñanza del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Bogotá, terminó su bachillerato en el Liceo de Cervantes en 1946.
Ingresó a la Facultad de Derecho en la Universidad Nacional de Colombia, pero sólo estudió allí el primer semestre, influenciado por las ideas sociales de dos sacerdotes franceses dominicos que conoció por medio del padre de su novia, la idea de convertirse en sacerdote. Como cristiano, la pobreza y la injusticia social atrajeron su atención y al lado de su condiscípulo Gustavo Pérez creó un círculo de estudios sociales, que funcionó aún después de que Torres fue ordenado sacerdote en 1954.
1955: Con el propósito de especializarse, Torres viajó a Bélgica, para estudiar unos años más en la Universidad Católica de Lovaina. Funda con un grupo de estudiantes colombianos de la universidad el ECISE (Equipo Colombiano de Investigación Socioeconómica) y entró en contacto con la Democracia Cristiana, el movimiento sindical cristiano y los grupos de resistencia argelina en París. Funda las secciones de Bogotá, París y Londres del ECISE.
1958 La universidad belga le otorgó el título de sociólogo. Su tesis doctoral, Una aproximación estadística a la realidad socioeconómica de Bogotá, obra pionera en sociología urbana de Latinoamérica, fue publicada en 1987 con el título de La proletarización de Bogotá.
1959: Cuando regresó a Colombia se sintió obligado a apoyar activamente la causa por los pobres y la clase trabajadora. Ese año fue nombrado capellán auxiliar de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá. Se vincula al Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Económicas en calidad de profesor. Es miembro fundador y presidente del Movimiento Universitario de Promoción Comunal (MUNIPROC). Realiza, junto con profesores y estudiantes, programas de acción comunal en barrios populares de Bogotá.
1960: Participa junto con Orlando Fals Borda, Carlos Escalante, Eduardo Umaña Luna, María Cristina Salazar, Darío Botero Uribe, Virginia Gutiérrez de Pineda y Tomás Ducay, entre otros, de la fundación de la primera Facultad de Sociología de América Latina (hoy Departamento) de la Universidad Nacional, en la cual ejerció la cátedra académica como profesor.
1962: Es miembro del comité técnico de la Reforma Agraria fundado por el INCORA (Instituto Colombiano de la Reforma Agraria). Cumpliendo orden del cardenal Luís Concha Córdoba, renuncia a todas sus actividades en la Universidad Nacional.
1963: Preside el primer Congreso Nacional de Sociología que se celebra en Bogotá y presenta el estudio "La violencia y los cambios socio-culturales en las áreas rurales colombianas".
Camilo Torres creyó que para asegurar la justicia social, los cristianos tenían la obligación de participar en la lucha armada.
La llegada del Frente Nacional conllevó a Camilo Torres a fundar el Frente Unido del Pueblo; un movimiento de oposición a la coalición de los Partidos Liberal y Conservador. Su movimiento buscaba atender las necesidades de las zonas rural y urbana, eliminar a toda costa la Democracia Restringida del Frente Nacional y la participación de la Iglesia en la Teología de la Liberación. Siendo aún profesor de la Universidad Nacional encabeza una marcha pacífica con sus estudiantes.
Luego de renunciar a su trabajo como profesor, disolver el Frente Unido y enrolarse a la guerrilla, participó en ella como un miembro de bajo rango y proveyó asistencia espiritual e ideológica desde un punto de vista marxista-cristiano. Murió en su primera experiencia en combate, cuando el ELN emboscó una patrulla militar colombiana. Luego de su muerte, Camilo Torres se convirtió en un mártir oficial del ELN.
"Si Jesús viviera, sería guerrillero".
Torres murió el 15 de febrero de 1966 en Patio Cemento, tras combates con tropas de la Quinta Brigada de Bucaramanga, dirigida por el Coronel Álvaro Valencia Tovar. El Ejército ocultó el cadáver en un estratégico lugar separado de las demás fosas comunes y el lugar no fue revelado al público.
CAPITULO 4. LA TEOLOGÍA POSCONCILIAR, EL ESTATUS EPISTEMOLÓGICO:
A partir del Concilio Vaticano Segundo, el quehacer teológico presupone un dialogo con la modernidad y la cultura de nuestro tiempo. Por considerarlo fundamental, cito textualmente la pagina 88 de la obra en estudio: "El Vaticano segundo supone el reconocimiento de un dialogo con la modernidad y la cultura de su tiempo, volviendo a las fuentes de la tradición viva, afrontando el problema exegético-hermenéutico, dando cabida a categorías nuevas personalistas, descriptivas e históricas y redituando la revelación magisterio-teología dentro de la eclesiología de "totalidad"."
Con lo antes dicho, la iglesia tenía que buscar un método abierto, a la vez que debía mantener el equilibrio para mantenerse católica a pesar de la contextualizacion.
En su apertura al mundo, la iglesia presentó una triple perspectiva:
A. En lo social, y por medio de la Encíclica Gaudium et Spes, se insertó en la política y vio la dimensión del futuro y el fenómeno del ateismo, así como también la nueva moral.
B. Desde el punto de vista intrateológico: la Biblia adquiere valor, así como su vuelta a las fuentes históricas y patrióticas, como a la revalorizacion de la tradición. Se rechaza el manualismo teológico y se tiene la necesidad de conjugar el pluralismo y el pensamiento exegético-hermenéutico.
C. Desde la vertiente eclesial: se revaloriza la teología como misterio y servicio eclesial, que debe traducir el mensaje cristiano al hombre de hoy, encarnado en la experiencia.
Entre los años 1970-75 se nota el encuentro entre los teólogos del Concilio Vaticano y los teólogos que surgieron luego de él, la nueva generación. Es entonces cuando surgen las tres preguntas medulares para el quehacer teológico: ¿tiene sentido hacer teología? ¿Cuál es el objeto definido de la teología? ¿Qué método debe seguir la teología?
El compromiso cristiano debe reivindicar la reflexión teológica sobre la praxis del signo de los tiempos y sobre la decisión por los pobres. Esto implica una nueva espiritualidad.
En segundo lugar, intrateologicamente se va a observar la imposibilidad de una teología unitaria, no solo por el pluralismo de las escuelas, sino también por la multiplicidad de corrientes filosóficas y lo heterogéneo que son los métodos. No existe un lenguaje de consenso, o una exégesis integral.
C. Intraeclesialmente existen cuestiones concretas en la vida de la iglesia, en la vida de los particulares, en el papel de los laicos, así como se cuestiona la identidad y el rol de las Conferencias Episcopales y el propio magisterio de la iglesia. Se impone que la teología deje las aulas y que se convierta en propiedad común de todos.
En los años que siguen al 1975 hasta la publicación de la obra de Berzosa, los problemas se radicalizan y se impone la teología del genitivo, la teología de un solo tema, la teología del de, y se propugna por la teología contextual, ecuménica e interreligiosa.
Hasta la era presente, la iglesia posmoderna, y bueno seria saber lo que es moderno y posmoderno en teología, la iglesia se ha hecho mas sensible, y a aumentado su predicación de la esperanza, sensibilizada por la guerra de Vitnan, la crisis del Medio Oriente, la crisis del petróleo, por lo que vivió la juventud europea en 1968.
En la época posmoderna, la de Juan Pablo ll y la de Benedicto XV1, la iglesia se siente peregrina, a la vez que se siente una centralización; por otra parte se nota una sistematización, así como se siente un desplazamiento teológico que va de lo masculino a lo femenino, del norte al sur de Europa, de los blancos a los no blancos, de los clérigos a los laicos. Pero a pesar de todo lo dicho, la iglesia se siente pueblo de Dios, cuerpo místico, misterio, sacramento y comunión.
CAPITULO 5. TEOLOGÍA Y POSMODERNIDAD:
Si partimos del supuesto, muy verdadero por cierto, de que la posmodernidad es lo que viene después de la modernidad, la teología de la posmodernidad es la gnoseología teológica, es el abrirse paso a la verdad de Dios que se autorevela a partir de la cultura fragmentaria.
Cuando se habla de la experiencia religiosa en el contexto de la cultura moderna, se debe señalar lo siguiente:
A. El hecho que la burguesía fue quien separó la fe de la vida en comunidad y la asentó en la persona, la hizo privada. Privatizó la fe.
B. Que el progreso está ligado a la burguesía, por lo cual el futuro se debe ver como fuente de nuevos conocimientos.
C. El hombre se debe ver como persona, y no como un hecho cósmico.
D. Que se critica la religión por parte del hombre moderno, y se ve a esa religión como alienante, como un yugo paralizador, el opio de los pueblos.
E. En lo económico, el control ocupa un lugar importante.
F. Se ha reestructurado el mundo simbólico de la religión.
Fruto de la modernidad se han puesto al descubierto que en muchos de los presupuestos de la religión no se esconde más que el mito; por lo cual la sociedad moderna tiene sus propios dioses. Los medios de comunicación social son factorías y moradas de los dioses modernos. Los medios crean ídolos para todos los gustos, razón por la cual estamos regresando a lo sagrado, ya que nada escapa a la lógica consumista. Las técnicas de mercado negosean con las almas, y en ese mercado las sectas están en competición.
Los nuevos fenómenos espirituales se han desligado de las grandes iglesias, o de las liturgias históricas, y nos encontramos ante la religiosidad de la inconsistencia y del torbellino que a todos nos envuelve y entrelaza en su vórtice, a la vez que con su euforia nos hace perder la razón. Es n medio de este maremoto que entra en juego la posmodernidad.
La posmodernidad ha entrada a nuestra época por medio del arte, por lo menos eso dicen los españoles, de donde pasó a las ciencias sociales.
Hoy en día se define la cultura a partir de su condición posmoderna, que ya se encuentra en la literatura, donde se habla de matarrelato, que es el símbolo de la modernidad.
La posmodernidad debe ser entendida como un movimiento de desconstruccion y desenmascaramiento de la razón ilustrada como respuesta al proyecto modernista y su consiguiente fracaso. No existe un punto en el cual se pueda hacer la historia universal: Ya llegó el futuro. El futuro está aquí. Ya se hicieron realidades todas las utopías. Vivimos de los fragmentos que forman las minorías. En el mundo religioso, las minorías son más cada día. Los grandes cultos se están quedando vacíos.
En la teología se habla de lo antimoderno como sinónimo de teología posmoderna, y es por eso que al hacer teología, en vez de puentes, se crean fosas, en vez de unir, se desune.
¿Cómo hablar de Dios desde la posmodernidad? Solo cuando se logre unir lo desunido, y se trabaje asumiendo la razón científico-técnica, sin agotar el ser y el saber podremos hablar de Dios. Cuando se recupere al hombre perdido en el mito de la modernidad, que va detrás de los dioses creados por los medios de comunicación masivos, se podrá hablar de Dios.
Recordemos que la posmodernidad ha convertido el tema religioso más en un problema que en una solución para la vida que estamos viviendo.
Como la posmodernidad nace como una critica alternativa al pensamiento moderno, la vía para superarla desde la teología es por el redescubrimiento de la dimensión mística, por tomar como obsesión a los pobres, rompiendo con todo lo que haga del cristianismo una ideología, y por medio de la practica coherente vivamos la vida a partir de la caridad cristiana.
Con referencia al tema de Dios, este debe ser representando a partir tres dimensiones: desde la modernidad, desde la subjetividad no cerrada, y desde la centralidad universal del misterio de Jesús, el Cristo.
El teólogo, nos dice Berzosa, no debe callar, no puede callar, ni despreciar la noche oscura, porque él no está solo ni perdido, sino que se encuentra en la ruta de los héroes de la fe. Lubac dice que el teólogo experimenta un triple movimiento dialéctica: paradójico-misterio-místico.
Hablar de Dios siempre resulta peligroso, pero poseemos la fuerza de la locura cristiana, dice el ultimo párrafo de este quinto capitulo, y que bueno si no nos avergonzamos de esta locura que nos da fuerza, ya que el mensaje de Dios es la dinamita que derriba los muros de la apatía que nos hace vencer al mundo, a la carne y al diablo.
CAPITULO 6. TEOLOGÍAS DEL GENITIVO POSVATICANAS:
Después del Concilio Vaticano Segundo, se acuñó la frase de Z. Alszeghy y M. Flick, Teología del Genitivo, que es una teología contextual sin aportar nada de novedad al método teológico. Es una teología fragmentaria como vamos a ver.
El genitivo mayor: Los precursores de esta teología son Paul Tillich, T. Robinson, K. Barth y R. Niebuhr. Después de los precursores viene la teología de la secularización de Bonhoffer, y que nace como una respuesta a la sociedad sin Dios y a la ciencia moderna.
En la teología de la muerte de Dios, se debe hacer mención a G. Vahanian, a P. van Buren, W. Hamilton y a J. Altizer. Estos teólogos radicalizan el lenguaje y el contenido de la teología, ya que entienden que para la ciudad, Dios no tiene ningún sentido. Esta teología es una reinterpretación de todas las teologías.
En la teología de la praxis, J. Moltmann dice que esta es la teología de la praxis y de la política con relación al modernismo, en el cual se trabaja con la centralidad de la categoría del futuro, el habla de Dios desde el mal y la opresión, el problema ecológico, y por ultimo, el criterio de verdad. Es la teología de la realidad terrestre.
Son también teologías posconciliares: la teología de la esperanza, y la teología política de J.B. Metz, quien dice que el cristiano no es individual ni privado, por lo cual no debe olvidar su condición socio-política; por lo cual propone que no se debe hacer teología al estilo de K. Barth ni de K. Rahner, y de R. Bultmann.
También tenemos la teología de la revolución, de la violencia o de la insurrección que es de R. Schaull, el cual propone decirle no a la sociedad y a la religión burguesa y a su estructura opresora.
Por otra parte tenemos las teologías del genitivo menores. En esta nos presenta el autor una lista con 27 teologías, las cuales su solo enunciado y definición pasaría los límites de este trabajo, pero de todo modo, daremos una muestra:
Teología narrativa, en la que sus autores no pretenden hacer una nueva teología, sino un nuevo enfoque o metodología a la teología existente.
La teología estructural, pretende unir lo diacrónico con el momento sincrónico.
La teología lúdica de H. Cox y D. Solle, en la que quieren superar el idealismo y el cientificismo para descubrir al hombre festivo.
La teología social de T. Malagon presupone ser la teología sin mas. El cristianismo es social para este autor.
La Process Theology de A.N. Withehead, el quiere dialogar con el nuevo paradigma de la ciencia: la realidad no es estática, es dinámica.
La teología feminista de J. M. Halkes es la rebelión de una teología en la lucha de los roles del hombre y la mujer.
La teología hombre-mujer de I. Biffi, es todo lo contrario que la teología anterior, ya que busca ver el complemento del hombre y la mujer en el plan de Dios.
La teología diacrítica o metateologica de R. Panikkar, que busca integrar todas las religiones.
Teología ecológica, que nace de la ambigüedad de la técnica y el progreso, para descubrir las fuentes bíblicas de la ecología.
Teología literaria, la cual pretende buscar una mayor atención en los textos, y también una mayor experiencia religiosa.
La teología terapéutica, que es la misma teología carismática, y que pretende haber descubierto la visión integrar del hombre.
La teología contextual, esta es una teología surafricana. Es muy popular y comprometida, no presenta ninguna idea concreta, encontrándose empeñada en el análisis de la realidad.
Queremos decir que existe una teología del tercer mundo, una posmoderna, y otra desde la posmodernidad; también tenemos una teología no cristiana, una popular y otra del imperio, así como una teología de los derechos del hombre y la teología de von Baltasar: La teología de la belleza.
Existe la teología después de Hiroshima.
Después de este largo rosario de teología, debo decir que existen otras teologías que no he mencionado, todas después del Vaticano Segundo.
CAPITULO 7. ¿VUELVE LO RELIGIOSO? REFLEXIONES DESDE EL MARCO DE REFERENCIA SOCIOCULTURAL:
El capitulo 7 de la obra de Berzosa tiene un inicio olímpico: "El creyente es un hombre que vive en una sociedad determinada, en un contexto cultural concreto y en un momento histórico particular". Por esa razón la fe esta encarnada en una sociedad y en una cultura, en una época determinada, época, sociedad y cultura que corresponde a cada creyente. La iglesia, que no es más que el conjunto de creyentes, debe encarnar el Evangelio donde a ese creyente le corresponde vivir.
El reto del cristiano consiste en que ha de ser un crítico social, a de abogar por el desencanto que trae la modernidad con sus mitos; el cristiano ha de ser un reformista y ver lo positivo del tiempo en que le corresponde vivir su evangelio.
Entre las tendencias religiosas de la Nueva Era, debemos anotar las utopías, los posmodernos y los neoconservadores.
Entre los utopistas se encuentran los cristianos por el socialismo, que apuestan a la modernidad, corrigiendo sus errores y denunciando a la iglesia por no dialogar con la modernidad. También son utopistas los que propugnan por la religión secular y que tienen un mesianismo laico.
Los posmodernos están seguidos por una serie de sectas de los más diversos tintes y sentidos. Las sectas tienen posturas conservadoras y pesimistas ante la vida.
También es posmoderna la Nueva Era, o la era de Acuario, que tiene su origen en los Estados Unidos, es un reto al pluralismo, a la crisis social y una nueva conciencia universal, como se sienten ser.
Debemos hablar de las tribus urbanas, que son religiones seculares, los Cabezas Raspadas, que son rabiosamente racistas, los Novicios de la Sugestión, que son amante de la perfección y narcisistas.
Por ultimo se debe hacer mención a las religiones civiles, que nacen de las religiones tradicionales y de la modernidad secularizada con su afán de progreso y libertad.
Nuestro autor dice que la religión civil es la religión del nacionalismo; pudiendo ser el nacionalismo de raza, de etnia, de clase social o de multitud, y que no es mas que la autoadoración de una sociedad neoconservadora que se siente salvadora y mesiánica.
Para enfrentar la Nueva Era, se impone una valorización y redescubrimiento de la fe cristiana, quien están líneas escribe diría que similar al pietismo del siglo XVll, un volver a las raíces del Evangelio.
CAPITULO 8. NUEVA ERA Y CRISTIANISMO:
Los militantes de la Nueva Era no son los miembros de las nuevas iglesias, sino los que se han orientado hacia dentro, los que buscan en su interior sus propios recursos espirituales. La Nueva Era es la religión de la nueva humanidad, es el retorno a lo sagrado reprimido.
En 1991, el Cardenal J. Ratzinger, hoy Benedicto XVl dijo:
"El mayor peligro para el cristianismo actual sigue siendo el de siempre: la gnosis,…" y eso lo dijo el Cardenal porque en 1980, los miembros de la Nueva Era sumaban 96 millones, según The World Christian Enciclopey.
Umberto Eco, el celebre lingüista y novelista italiano nos dice que la Nueva Era es la : " religiosidad de lo inconsciente, del torbellino, de la ausencia del centro, de la diferencia, de la alteridad absoluta o del abismo, que ha atravesado el pensamiento moderno como contrafigura subterránea de las inseguridades producidas por las ideologías ochocentistas del progreso y del juego cíclico de las crisis económicas."
Haciendo un poco de historia, la Nueva Era no tiene un fundador conocido, un director o una casa central, aunque el Instituto de Psicoterapia Esalen, en California, en 1961 fue el que contribuyó a su difusión. El nombre de Nueva Era, o Era de Acuario lo popularizaron Paul le Cour y Alice Bailey, aunque los masones lo usaron en los Estados Unidos, a principio de la década de 1900.
Le Cour publicó su libro en 1937, en el cual precisa que en el año 2000 vendría una reencarnación de Cristo. Se dice que la Nueva Era busca el control sociopolítico global.
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