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Primeras instituciones cubanas (página 2)


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Instituciones dedicadas al desarrollo Económico.

Se inauguró en 1772 como Real Casa de Correos y posteriormente se instaló allí la Real Intendencia de Hacienda que se estableció en la ciudad, por vía de ensayo. Ambos proyectos estaban dirigidos por el mismo funcionario, el Intendente de Hacienda. entre sus funciones se encontraban comunicar a la Secretaría de la Contaduría Central y a los Administradores de Hacienda las órdenes y avisos de los pagos verificados por la Tesorería General y por las respectivas administraciones, expedir libramientos, autorizar los libramientos de las ordenaciones de guerra y marina, disponer el orden en que debían ejecutarse los pagos por las cajas del tesoro, ejercer el cargo de cajero de la Tesorería General, distribución del fondo y las cuentas de las deudas flotantes del tesoro. CONTIENE: licencias, solicitudes de crédito, pagos dispuestos por la Hacienda, entre otros documentos.

REAL CONSULADO DE AGRICULTURA, INDUSTRIA Y COMERCIO Y JUNTA DE FOMENTO 1779-1877

El Real Consulado de Agricultura, Industria y Comercio y Junta de Fomento fue creado por Real Cédula del 4 de abril de 1794. Se ocupó en sus inicios de las funciones concernientes al Real Consulado. En 1831 se separaron y el Real Consulado ocupó las funciones del Tribunal Mercantil y la Junta veló por la promoción de todos los posibles adelantos en la agricultura y el comercio.

CONTIENE: documentación referida a la construcción de caminos, regadíos y aplicación de los adelantos científicos en la industria y la agricultura. Además incluye libros de relación de privilegios e introducción de nuevas maquinarias, entre otros documentos.

Primeras Instituciones dedicadas al mejoramiento cultural.

  • La Sociedad Económica Amigos del País o Sociedad Patriótica de la Habana.

 

La Sociedad Económica Amigos del País o Sociedad Patriótica de la Habana.

El desarrollo alcanzado en España por la burguesía manufacturera determina que ésta se organice en toda la península en Sociedades Económicas de Amigos del País. Esta nueva clase social que acababa de nacer en Cuba como resultado de la transformación de las relaciones económicas de producción en la isla, siente también la necesidad de la creación de instituciones de este tipo y así el 13 de septiembre de 1787 se establece la primera en Santiago de Cuba y seis años después por Decreto de Carlos IV de 6 de junio de 1792 se instala el 9 de enero de 1793 la Real Sociedad Patriótica de Amigos del País de La Habana.

Esta corporación que tenía como principales miras el promover la educación pública, mejorar la industria y la agricultura y ofrecer medidas para aumentar el comercio, al decir de don Fernando Ortiz, va a ayudar a "los países a convertirse en patrias" desvinculándolos de la personificación monárquica. La Sociedad va a actuar como una institución predominantemente cubana, siempre dispuesta a la defensa de los intereses de la isla, en contra si era preciso de los privilegios peninsulares y de las imposiciones del gobierno hispano, siendo gobernador de la isla Luís de las Casas, a quien se designó en el acto de constitución de la Sociedad como Socio y Primer Presidente de Honor y Socio Protector del Cuerpo Patriótico.

Fueron socios fundadores, entre otros, Francisco Joseph Basabe, Juan Manuel 0'Farrill, el conde de Casa Montalvo, Francisco A rango y Parreño, Diego de la Barrera, José Agustín Caballero, Antonio Robledo, Tomás Romay y Luís Peñalver, su primer director.

Durante su larga existencia tuvo diferentes nombres: Sociedad Patriótica de la Havana (1793-1795; mayo 1838-abril 1843); Real Sociedad Económica de la Habana (1817-1823; enero 1846-junio 1849); Sociedad Económica de la Habana (1824-1825; mayo 1843-noviembre 1845); Real Sociedad Patriótica de la Habana (noviembre 1835-abril 1838); Real Sociedad Económica de la Habana (enero 1846-junio 1849); Reales Junta de Fomento y Sociedad Económica de la Habana ( julio 1849-1850); Real Junta de Fomento y Sociedad Económica de la Habana (1851-1853); Real Junta de Fomento y Real Sociedad Económica de la Habana (noviembre 1853-1857); Real Junta de Fomento y Real Sociedad Económica (1858-1863); Real Sociedad Económica (1864-1866); Real Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana (noviembre 1877-diciembre 1896).

A partir de 1899 se la designó con el nombre de Sociedad Económica de Amigos del País de la Habana. Las secciones permanentes con que contó la corporación en su inicio fueron las de Educación, Estudios Económicos, Estudios Sociales y Literatura, Historia y Bellas Artes. También creó las de Ciencia, Agricultura, Industria Popular y Hermosura del Pueblo y Comercio.

Los objetivos que llevaron a un grupo de habaneros ilustres a solicitar la creación de esta sociedad pueden considerarse de índole económica, cultural y social, fundamentalmente. Dado el atraso existente en la Cuba colonial, los Amigos del País se preocuparon por tratar de solucionar los problemas que afectaban al desarrollo de la industria, la agricultura y el comercio. Para lograr sus propósitos nombraron comisiones que salieron al extranjero con el fin de estudiar los progresos materiales de las naciones más adelantadas. Además, promovieron la enseñanza de la botánica, importaron máquinas y utensilios hasta entonces desconocidos para labrar la tierra; introdujeron nuevos métodos para el cultivo de la caña de azúcar y lucharon a favor del establecimiento del ferrocarril, por la supresión de impuestos a las industrias nacientes y por el cese del estanco del tabaco.

Aportes a la Medicina.

En cuanto a la Medicina podemos decir que al finalizar el siglo XVIII nuestros estudios médicos estaban prácticamente en las mismas condiciones que en el primer tercio de la centuria, cuando RRPP; de la orden de predicadores fundaron la Real y Pontificia Universidad de San jerónimo en el Convento de San Juan de Letrán. Con el grado de Bachiller en Artes se ingresaba a cursar medicina, enseñándose las clásicas doctrinas de Aristóteles en lo tocante a la física y de Plirio en lo relativo a la Historia Natural.

La anatomía se enseñaba solo teóricamente sin que los alumnos visitaran jamás una sala de disección. La nosografía y la semiótica se remontaban a la época coata y a la escuela de Alejandría. La asignatura de Mathodus Madendi se dividía en dos partes dietética y farmacéutica.

Para la elaboración de los nuevos planes y estrategias con los que la Sociedad Económica Amigos del País de La Habana pretendía revolucionar los sistemas de educación médicos, sus miembros se basaron en las nuevas ideas y corrientes renovadoras que en el siglo XVIII y alrededor del mundo fueron apareciendo, acompañados de figuras como:

Francisco Glisson, Albert de Haller, Broussais, Van Helmont, Franciois Dubais y Shall, todos brillantes investigadores y que con sus teorías contribuyen al desarrollo medico universal.

La Sociedad Económica Amigos del País de La Habana desde sus primeros se preocupó sobremanera por los dos problemas principales de la epidemiología del país: la viruela y la fiebre amarilla.

Sobre esta última enfermedad, endémica desde 1649, encargaría un estudio al miembro de número doctor Tomás Romay Chacón, que fue leído ante ella el 5 de abril de 1797 y que al ser publicado ese año con el largo nombre de Disertación sobre la fiebre amarilla llamada vulgarmente Vómito Negro, enfermedad endémica de las Indias Occidentales dio inicio a la literatura médica científica cubana.

La labor realizada por la Sociedad en el conocimiento e introducción de la vacunación antivariólica en nuestro país es de capital importancia. El 4 de febrero de 1802 la institución encarga al doctor Romay que emita su opinión sobre una Memoria impresa en Madrid, acabada de recibir, sobre el uso y propagación de la vacuna. El informe favorable del doctor Romay dio inicio a activas acciones que condujeron en 1804 al comienzo de la vacunación antivariólica en Cuba y a la fundación, por la Sociedad ese mismo año, de la Junta Central de Vacunación de La Habana. Este paso de avance, puede considerarse como el jalón inicial de nuestra higiene pública, como la primera medida general de carácter sanitario gracias a Sociedad Económica de Amigos del País y a la labor tesonera de sus miembros.

Esta Junta Central de Vacunación actuó siempre en estrecha dependencia con la Sociedad y sus gastos fueron sufragados totalmente por ella a falta de la adecuada subvención por el gobierno colonial.

Lo defectuoso de la enseñanza médica en la Real y Pontificia Universidad de La Habana hizo que la Sociedad tratara de remediarla en todo cuanto pudo. Así logró obtener que por Real Orden se le autorizara la creación de una cátedra de Anatomía Práctica, de que carecía la Universidad, en el Hospital Militar de "San Ambrosio" en La Habana, la que se inauguró en 1797.

En 1924 bajo el auspicio de la Sociedad Económica de Amigos del País se inauguro la Cátedra de Cirugía de la Universidad, también se abrió un curso de higiene pública y privada dándose también lecciones de obstetricia.

Desde su nacimiento la cátedra instalada por la Sociedad Económica de Amigos del País en el Hospital Militar debido a sus estudios prácticos fue superior a la Cátedra de Anatomía de la Universidad.

  Cerrada esta cátedra, se logró reabrir en 1819 y unirle en 1825 una de Obstetricia, cuyo estudio no se había tratado entre nosotros, con demostraciones en cadáveres, esqueletos y un maniquí construido al efecto.

Esta nueva cátedra daría paso a que el 7 de junio de 1828 y bajo el patronato de la propia Sociedad se inaugurara una Academia de Parteras en el Hospital de Mujeres de San Francisco de Paula, con la que se logró una notable mejoría en la asistencia a las parturientas pobres de La Habana y sus alrededores, lo que motivó que en el año 1833 se fundara otra en Puerto Príncipe, para tratar de remediar en dicha ciudad el mismo mal, al tomarse como muy bueno el ejemplo de la capital.

Por la época en que fueron explicadas las cátedras de Anatomía Práctica y de Obstetricia del Hospital de San Ambrosio por quien llegaría a ser después una de las máximas figuras de la medicina cubana, el doctor Nicolás J. Gutiérrez y Hernández, se le agregaron a partir de 1839, otros dos cursos sobre Clínica Quirúrgica y Grandes Operaciones de Cirugía con demostraciones en los cadáveres.

Desde 1816 la Sociedad estaba interesada en la creación de una cátedra práctica de Clínica Médica en el propio Hospital Militar para lo que encargó al doctor Romay en 1818 redactar el plan de ejecución, lo cual realizó y presentó éste a la institución ese mismo año; no obstante lo cual, por las dilaciones del gobierno colonial no se pudo inaugurar hasta 1834, explicada por el propio doctor Romay.

Un hecho importante para la salud pública de la época lo fue, también promovido por la Real Sociedad Patriótica, la fundación del Jardín Botánico de La Habana el 30 de mayo de 1817, en los terrenos que hoy ocupa el Capitolio Nacional, sede de nuestra actual Academia de Ciencias.

En esta institución se establecieron cursos de botánica, a los cuales concurrieron estudiantes de medicina y graduados, pues después de haber introducido Carlos de Linneo radicales transformaciones en el campo de las ciencias naturales y de haberse aplicado esos conocimientos a la medicina, principalmente como botánica médica, se hacían éstos indispensables a los que ejercían esta profesión.

En 1817 la Sociedad nombró una comisión que promovió en el Jardín Botánico los estudios y la siembra de plantas medicinales que pudieran ser destinadas al tratamiento de los enfermos en los hospitales.

JUNTAS CENTRAL Y SUBALTERNAS DE VACUNACIÓN.

No se sabe con exactitud cuándo y por quién se introdujo en nuestro país el método de inoculación, pero sí se puede afirmar que ya en 1795 era conocido, pues una duda acerca de la eficacia e inocuidad de éste se planteó en el Papel Periódico de La Habana en ese año, y fue contestada por el doctor Romay.

El inmortal trabajo en el que Edward Jenner en 1798 anunció al mundo el descubrimiento de la eficaz inoculación preventiva contra la viruela, avalado con su experiencia de veinte años de trabajo, no fue conocido por los médicos cubanos hasta 1802, quienes lograron por sus propios medios bajo la dirección del doctor Romay, después que éste obtuvo pus vaccinoso de unos niños vacunados procedentes de Puerto Rico, comenzar su distribución a distintas poblaciones de la isla desde febrero de 1804.

Por eso al llegar a La Habana el 26 de mayo de ese año la expedición mandada por el rey Carlos IV a traer vacuna a sus colonias de América, a cuyo frente venía el Cirujano de Cámara Real Francisco Xavier y Balmis, éste quedó gratamente sorprendido al encontrar propagada la vacuna en la Isla.

El 13 de julio de 1804 se estableció en La Habana la Junta Central de Vacunación, de la que fue nombrado el doctor Romay Secretario Facultativo y figura principal durante toda la existencia de la institución.

Esta Junta cuya formación fue propuesta por el doctor Balmis fue creada como ya dejamos dicho por la Real Sociedad Patriótica de Amigos del País de La Habana.

Su estructura estaba dada por un Director que era el propio de la Sociedad Patriótica, un Secretario Económico que lo sería quien ocupara el mismo cargo en la Sociedad, cuatro vocales facultativos de los que uno era elegido para Secretario Facultativo y tres vocales no facultativos ya que el cuarto correspondía al Secretario Económico.

La Junta debía reunirse una vez al mes para deliberar y dos veces a la semana se llevarían a cabo vacunaciones gratuitamente en la Casa Capitular o Ayuntamiento.

Entre sus funciones estaba la de obtener, conservar y aplicar la vacuna, remitir el pus vacuno entre cristales a las distintas poblaciones del país y llevar el control estadístico de toda esta labor, la que sería informada anualmente ante la Real Sociedad Patriótica de La Habana.

Otra función de esta junta era la de vacunación obligatoria a todos los esclavos llegados al puerto de la ciudad antes de permitirse su venta por el gobierno, a quien debían informar del estado en que llegaban.

Si alguno hubiera padecido de viruelas naturales durante el viaje se hacía observar a todos los tripulantes y esclavos la más rigurosa cuarentena.

Desde su fundación esta Junta Central de Vacunación contó para conservar el virus vacuno con Juntas Subalternas en algunas de las principales ciudades del país como: Santiago de Cuba, Trinidad, San Felipe y Santiago (Bejucal), Santa María del Rosario, Sancti-Spíritus, Santa Clara, Puerto Príncipe y San Juan de los Remedios, así como vacunadores en muchos pueblos menores.

La existencia de este organismo de la administración de salud pública de la colonia llegó hasta el año 1849 en que pasó a formar parte de la estructura y funciones de las Juntas Superior, Provinciales y Locales de Sanidad.

Como podemos apreciar en esta breve exposición la Junta Central de Vacunación estuvo estrechamente unida a la Real Sociedad Patriótica de Amigos del País de La Habana, a la cual se debió su fundación y mantenimiento económico, pues el gobierno colonial no empleó en ella ningún recurso material durante toda su existencia y es preciso decir que los cargos desempeñados por todos sus miembros fueron con carácter honorario tanto en la Junta Central como en las Subalternas.

La Sociedad Económica de Amigos del País emprendió también la investigación de nuestras aguas minero – medicinales destacándose las de Sandiego de los Baños, Madruga, Cayabajos y las enfermedades del campo fueron también serias preocupaciones de la Sociedad en las que tomó participación muy destacada el doctor Romay nombrando comisiones y publicando informes, realizándose los primeros estudios que en Cuba se han llevado a cavo sobre Hidrología Médica.

La creación de las cátedras de Anatomía y Cirugía, la Reforma del Plan de Estudios Universitario, la viabilidad de la Clínica Médica, la valiosa cooperación prestada a la Academia de Ciencias, la introducción de la vacuna, el establecimiento del Museo Anatómico, el laboratorio de Química, el Jardín Botánico y la biblioteca con gran trascendencia en el desarrollo de la medicina. Por tanto Sociedad Económica de Amigos del País impulsó y contribuyó enormemente al avance de la cultura médica.

Aportes a la Cultura.

En Abril de 1793 la Sociedad Económica Amigos del País de La Habana se hizo cargo del Papel Periódico, que en un principio fue semanal y desde enero de 1792 circulaba los Jueves y los Domingos; cambió su nombre por el de El Aviso en 1806 y después llegó a publicarse cotidianamente con el titulo de Diario de La Habana en 1910.

La Sociedad Económica Amigos del País resolvió imprimir sus memorias en fascículos anuales. El primero corresponde a 1793.

Interrumpidas esas memorias, años después volvieron a ver la luz en forma de publicación mensual desde 1817 y continuaron con algunas interrupciones durante la mayor parte del siglo XIX. En ellas se conservaron datos de sumo interés para el estudio de la cultura cubana, por cuyo engrandecimiento realizó tan útiles esfuerzos la Sociedad Económica Amigos del País.

Labor de la Sociedad Económica Amigos del País en pro de la enseñanza.

La primera preocupación de la Sociedad Económica Amigos del País fue la de mejorar las condiciones de la enseñanza en Cuba. Sus empeños parecieron estériles durante un tiempo en buena parte por la oposición tenaz del obispo Felipe José de Tres palacios que miraba con recelo toda obra emprendida o patrocinada por Las Casas.

Años mas tarde la Sociedad Económica Amigos del País pudo desenvolver sus iniciativas bajo mejoras auspicios. El Marques de Someruelos nombrado Capitán General en 1799 quiso emular el ejemplo de Las Casas, cuyo mando había cesado en 1796 y el Obispo Tres Palacios (fallecido en 1799) fue reemplazado en 1802 por Juan José Díaz Espada y Londa que prestó calido apoyo a la obra emprendida en favor de la enseñanza, reformó el Seminario de San Carlos y el Colegio de San Francisco, estableció las primeras cátedras de Derecho Civil y Matemáticas y aceptó la dirección de la Sociedad Económica Amigos del País.

El cargo de director de la Sociedad fue desempeñado en 1816 por el Suplente de Hacienda Alejandro Ramírez cultivador de las letras y propulsor de la cultura publica: bajo su inspiración se fundaron la Sección de Educación de la Sociedad Económica Amigos del País y la Academia de dibujo y Pintura que en honor suyo recibió el nombre de San Alejandro.

Muchos de los proyectos acariciados por la Sociedad Económica Amigos del País pudieron realizarse gracias al ciclo de Ramírez entre ellos la creación del Jardín Botánico y el Museo Anatómico, la fundación de una Cátedra de Economía Política y de una escuela de Química.

La Sociedad Económica Amigos del País ejerció funciones económicas estatales en su afán de prestar servicio provechoso a la comunidad, fueron sus miembros personalidades como Félix Varela y José Antonio Saco.

Estimuló la cultura y la instrucción popular en todas sus manifestaciones manteniendo la veneración por los antepasados ilustres, avivando el sentimiento de patriotismo y los supremos ideales de civilización, justicia y libertad.

Raimundo Cabrera afirmó:

Si esta sociedad pudo alcanzar tanto, si quiso y pudo ser alma y brazo del pueblo cubano, voluntad firme y acción efectiva, para dar carácter y personalidad a nuestro pueblo.

A pesar de disponer en un principio de limitados recursos ejerció la creación de una cátedra de Economía Política que fomentara la Química, la Botánica, las Matemáticas, creo la escuela de Obstetricia y de Náutica, fundó la Academia de Pintura, Escultura y Dibujo de San Alejandro, hizo brotar los mas importantes instintos de carácter científico, agrario y educativo.

Sus miembros con gran altruismo se convirtieron en maestros incitadores, dejando una profunda huella en la educación cubana.

A mediados del año 1790 llega a nuestro para hacerse cargo de la capitanía general de la Isla el Teniente General de los Reales Ejércitos Don Luís de las Casas y Aragorri, hombre de vastísima cultura y acrisoladas virtudes, su obra fue de gran importancia para el desarrollo del país.

Al comenzar la Sociedad Económica de Amigos del País sus labores abordó la modificación del plan de estudios universitarios que databa de 1734. Ya en una sesión del año 1795 el Padre Agustín (José Agustín Caballero) pidió con sólidos argumentos reformas completas en la enseñanza.

En distintas ocasiones en el seno de la sociedad se formularon planes que modificaban la forma de enseñar la medicina, la física, la química y la Historia Natural.

En 1840 con Nicolás José Gutiérrez como director y gracias a la Sociedad Económica de Amigos del País se funda la revista Repertorio Médico cubano, dándole vida a la prensa medica cubana, como vía poderosa de cultura de la profesión.

En 1861 y tras 30 años de esfuerzos de la Sociedad Económica de Amigos del País se crea en la habana la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales.

Desde los primeros días de su fundación la Sociedad Económica de Amigos del País estableció una biblioteca que puso al servicio de todos los amantes del estudio y cuando aun en nuestra ciudad no existía prensa escrita, eran las Memorias de la Sociedad Económica de Amigos del País, editadas desde los primeros momentos el Órgano de Intercambio Profesional que tenían los médicos de Cuba, donde se publicaban los criterios originales, traducciones de obras, artículos extranjeros y cuantos informes y noticias circulaban de interés médico.

Aportes a la Economía.

En el plano económico la Sociedad Económica de Amigos del País abogó por la verdadera y fundamental necesidad de nuestra patria, colocar su estructura económica como cimiento básico de la organización política.

Sugirieron la continuada división y subdivisión de la tierra y el fomento del cultivo del café, añil, algodón, lino y de la cera.

Se planteo una nueva estructuración de la economía sustanciándose la tesis de la diversificación frente al conocido monocultivo y en las Memorias de la Sección Económica encontramos el trabajo de don Tomas Romay que culmina en la detallada cartilla de colmeneros.

Las memorias sobre el cultivo del algodón del cual se exporto en 1856, sesenta millones de quintales y en la industria azucarera, básica de acuerdo con el programa de Arango la Sociedad Económica Amigos del País preparó las cartillas para los maestros de azúcar y para los alambiqueros.

No solo se planteaban los problemas sobre la agricultura sino que se trata por la sociedad de compaginar los criterios aunando el cultivo simultáneo de los frutos mayores y menores y además encontramos en las múltiples memorias los principios de independencia económica en la lucha abierta con el monopolio industrial de la metrópoli, al producirse, sobre la mecanización de la industria, las construcciones de ferrocarriles, la colonización, y lo que es aun mas interesante, los conflictos sobre la devastación forestal.

Es interesante señalar que el primer esquema de un banco agrícola, lo encontramos en las Memorias de la Sociedad Económica Amigos del País por un autor anónimo, siendo tan original el plan mismo en la época.

El autor propone la fundación de un banco, en la forma de una Sociedad Anónima, agregada, y esto es significativo por su posición, a la Sociedad Económica Amigos del País. El capital se montaría en tres millones de pesos.

En la materia económica abarcan la reforma tributaria. Sienta las premisas de que los impuestos indirectos gravitan en último resultado sobre el consumidor y que en Cuba debían derogarse y sustituirse por un sistema más sencillo y económico, el de la contribución directa. También mencionan el problema de la marina mercante y la construcción de buques.

Estas soluciones económicas fueron denegadas por la Metrópolis, motivando su denegatoria el surgimiento formidable de la Guerra de los diez años en la que aquella élite, convencida de la incapacidad rectora de su metrópolis, arrastra a una lucha al resto de la población y en diez años sacrifican toda su riqueza, desaparece, pudiéramos decir, la propiedad de manos de los cubanos con el funesto régimen de la Administración de bienes de infidentes, que sirve para despojar a los patriotas y enriquecer a una tribu famélica de advenedizos metropolitanos que destruyen la base ancha de la nacionalidad. Culmina este periodo con la Tregua o Pacto del Zanjón, en el que analizando sus cláusulas encontramos una cláusula económica de ancho contenido humanista, como lo es la estipulación contenida en el artículo tercero, fijando que los esclavos negros y los colonos asiáticos que hubieran combatido con las armas en la mano por la independencia de Cuba serian libres.

Aportes a la Educación.

En cuanto a la educación la Sociedad Económica Amigos del País se ha destacado desde su fundación y se ha anotado resonantes triunfos: la nobilísima función educacional desenvuelta desde el Padre Varela hasta nuestros días, modernizando y adaptando todos los problemas de esta rama fundamental de la nacionalidad.

En 1862 la población de Cuba llega a millón y medio de habitantes entre los cuales alrededor de las dos terceras partes eran libres y el resto esclavos.

La Sociedad cubana integrada por diversas capas, se encontraban fundamentalmente dirigida por una élite intelectual constituida por los poseedores de la máxima riqueza territorial, que aunaban a su vez el máximo de capacidad productiva y se sentían completamente compenetrados con la tierra en que habían nacido, estimándola como su verdadera patria.

Esta ancha capa lucha heroicamente por el desenvolvimiento paulatino de aquella colonia, a fin de convertirla en una verdadera nación: lucha por la integración de una colonización blanca libre para abolir la mano de obra esclava, creando un campesinado independiente por su capacidad financiera; y es el principal exponente de ella don Francisco de Frías, conde de Pozos Dulces.

Terminando este esfuerzo heroico, ha decaído al compás de la Sociedad cubana, la Sociedad Económica Amigos del País. Sus mejores hijos han sacrificado su vida en los campos de la independencia o el exilio.

Sus órganos de publicación desaparecen y encontramos que con el nacimiento de la verdadera lucha de carácter político, agotada la riqueza cubana y la que queda detentada por los extranjeros, la Cuba forjada ya por una larga lucha, de un pueblo con economía propia, se ve totalmente desposeída de sus riquezas principales y deviene en proletaria.

Esta proletarización del pueblo, unifica el sentimiento nacional, pero cambia el aspecto de la lucha económica en un aspecto meramente político, en el que se espera obtener el resarcimiento de la cubanidad en el concierto de la comunidad internacional por la mera lucha política.

Dividiéndose la opinión pública en dos bandos: los autonomistas, que a pesar del incumplimiento por España de las promesas políticas del Zanjón, pretenden obtener de esta el gobierno propio, por dudar de la posibilidad de existencia como nación independiente, y, el grupo revolucionario, convencido de la verdad de que solo la independencia política podía propiciar con la creación de la Republica independiente, la verdadera integración de la nacionalidad. En cuyo ultimo grupo, y aunque influido por los factores políticos, se nota el observador de nuestros problemas económicos que con claridad enfoca en su obra este aspecto, el apóstol José Martí. La vida de la Sociedad Económica Amigos del País es una vida lánguida en etapa. Los valores económicos han sido relegados a un segundo término y las más preclaras inteligencias, desde el Zanjón a 1895, brindan sus esfuerzos a la política.

La Sociedad Económica Amigos del País que no debe manifestarse sino en el campo técnico y científico que su elevada jerarquía demanda un mantenimiento lentamente los escasos valores económicos y estadísticos, los cuales preserva por su ulterior desenvolvimiento y es uno de los momentos mas difíciles de su vida, en que, como crisis institucional de la propia nacionalidad, solo aparece, como demostración palpable de la comunidad de sentimiento que integra la nacionalidad cubana, la admisión en su seno de una persona perteneciente a la raza de color, hecho este que recoge nuestro Martí como una actuación valerosa de la Sociedad Económica Amigos del País.

El factor económico, sin embargo, es tan básico al factor político heroico, que una mente de la sagacidad del Apóstol, analizando las causas que motivan las distintas intentonas de independencia, desde el Zanjón hasta 1895, señala la urgente necesidad de "sustituir el desorden económico en que agoniza Cuba" y nos lleva como nos dice en el Manifiesto de Monte Christi, a una guerra para fundar la nacionalidad en el crucero del mundo, con un pueblo libre en el trabajo, rico e industrial.

La revolución la desenvuelve en uno de los momentos en que se produce una falla en el régimen de relativa estabilidad económica de que ha disfrutado Cuba durante la vigencia de los tratados entre España y los Estados Unidos.

En esos periodos en que la propaganda política es mas intensa, ésta, indudablemente, opaca la labor de la Sociedad Económica Amigos del País.

El momento es de lucha y no de estudios y en el ardor de la polémica es cuando se debaten los altos intereses políticos. La Guerra de Independencia, frustrada en sus ulteriores designios por la intervención de una tercera potencia, encuentra a la Sociedad Económica Amigos del País en situación casi agónica.

La ocupación militar americana y el surgimiento de la Republica Mediatizada nos ponen de manifiesto las verdades, la importancia decisiva del factor económico en la integración de la patria.

Cuba, cuyos problemas enfocados por la Sociedad Económica Amigos del País, planteados en la junta de información, lejos de ser resueltos habían sido agravados, cuya economía está totalmente destruida y arrasada, y cuya actuación política constitucional se encontraba interferida por la ingerencia de una nación poderosa cuyo imperialismo naciente se desbordaba sobre la misma, olvida a sus sabios economistas, a sus Frías y Ramírez y en aquel momento en que su mas alto espíritu literario luchara por el mantenimiento como ley de la Republica que prohibía la venta de tierras a extranjeros, en que el libertador, habiendo sido arrasado con nuestra riqueza propia, pues ya no las detentaban las manos cubanas, trató de restablecer la economía de la "Cuba pequeña", o sea una Cuba capaz de alimentarse a si misma, en que cada ciudadano encuentre en su hogar la carne, el arroz, y los otros alimentos que necesita; fue derrotado por las fuerzas arrolladoras del imperialismo que reclamaban tierras para inversiones.

La Sociedad Económica Amigos del País despierta de su letargo cuando han ocurrido graves crisis en la Nación. Podemos decir que la labor mas importante que desempeña en esta etapa es una labor educativa con el mantenimiento de las instituciones escolares gratuitas, conservando los factores de la renovación cultural que había de surtir sus efectos en la generación nacida en aquellos días, en los momentos en que llegase a la plenitud de su vigor juvenil. Renacen sus aspectos culturales con la nueva publicación de su Revista Bimestre Cubana, en la que se desenvuelven amplios problemas de carácter económico.

La república ha sufrido una marcha vacilantes y torpe, carente de contenido económico su legislación, y las ultimas riquezas que le quedaban: la tierra y el trabajo, han desaparecido totalmente, la primera por su venta al extranjero, y la segunda, por la importación de brazos esclavos para el latifundio azucarero, para el monocultivo poderoso, que arrastra la Republica con sus altibajos de precios a la más negra miseria. Paralelamente con esa marcha errónea en lo económico se acentuaron los males políticos ligados y superpuestos a esa absurda economía y cada uno de los regimenes que se van sucediendo determina la consagración de otro régimen que con manifiesta burla de los derechos políticos suprime las libertades públicas.

El desconocimiento de los factores económicos era grande. La cátedra de Economía Política había desaparecido de los planes de enseñanza de todos los centros oficiales y solo permanece en la escuela de Derecho Público de la Universidad cuyos alumnos no llegan a quince o veinte al año. Va sin embargo cediendo el campo a los estudios que propicia esta entidad, y aparecen los trabajos sobre las conveniencias de la diversificación, los problemas de los Tratados Comerciales y de las modificaciones de los aranceles de Aduanas.

Este renacimiento de dichos estudios auspiciados por la Sociedad Económica Amigos del País orienta la oposición al régimen dictatorial.

Se produce entonces, notablemente aumentado por el factor económico de la depresión mundial, el ultimo de los ciclos evolutivos de esta época, surge la agitación, primero política y luego general.

La llamada lucha política económica de 1930 a 1933, en donde por primera vez, junto a la revolución armada y presidiéndola se determina la caída de un gobierno por la paralización total de las actividades económicas.

Este ciclo de síntesis es un ciclo abierto en el año 1930 que dura toda una década de lucha sangrienta en que se produce la ineludible actuación política económica, cuando el gobierno revolucionario de 1933, atendiendo a las necesidades imperiosas de la colectividad, plantea y obtiene en la Séptima Conferencia Internacional de Montevideo la abolición del derecho de intervención de las potencias en las luchas internas de las nacionalidades e intenta rescatar la tierra por el Decreto 102 bis, de Enero 8 de 1934, y la nacionalización del trabajo mediante el Decreto de 8 de Noviembre de 1933. Esta actuación es la creación de las dos medidas políticas matizadas de contenido económico en que se han tenido en cuenta las sugerencias de todo ese largo trabajo, casi pudiéramos decir, oscuro y silencioso, de la Sociedad Económica Amigos del País en su Revista Bimestre.

Pero esta obtención de síntesis político – económica no es más que el rescate de dos de los factores principales de la nacionalidad. Uno de ellos, el de la tierra, frustrada su implantación por el derrocamiento del gobierno que promulgó dicha medida, obteniéndose en la Carta Constitucional de 1940, al consagrarse en dicho texto la importancia de la economía en la política. Tienen en su carta constitucional, al lado de los clásicos derechos individuales, la regulación constitucional del trabajo de la propiedad, prescribiéndose el latifundio y declarándose de propiedad estatal el subsuelo nacional. Y no bastando esa declaración de derechos se señala en sus últimos artículos la orientación de la economía nacional.

Recoge los viejos principios para la creación del Banco Nacional que arranca de los trabajos fundamentales que hemos expresado del ciclo económico de 1968, formulados por la Sociedad Económica Amigos del País y recogidos y ampliados con los más modernos de los sentados por las diversas monografías magistrales de la Sociedad Económica Amigos del País, publicados por su Revista Bimestre.

En cuanto al trabajo, se consagra la preferencia al nativo y se fijan las reglas mas completas sobre legislación social, coordinando los principios de empresa individual con la intervención estatal en estos problemas.

En este último periodo la actuación de la Sociedad Económica Amigos del País es fundamental para la estabilidad de la nación.

Los estudios presentados por la misma nos recuerdan la trascendencia nacional de aquellas Memorias de la Sociedad Económica Amigos del País en su edad de oro y en ellas tienen amplias soluciones los difíciles problemas de la economía nacional, la planificación estatal de las industrias; la síntesis del Monocultivo y la diversificación; y podemos decir que durante toda esta ultima etapa la Sociedad Económica Amigos del País ha sido a través de su órgano, la Revista Bimestre Cubana, la orientadora de estos pilares básicos de la nacionalidad, sin los cuales no pueden subsistir los pueblos cultos, y máxime en los momentos de crisis de valores llegando a las conclusiones siguientes:

  • La patria tiene su raíz en la economía.
  • La economía sola no crea la nación.
  • Los valores económicos condicionan los valores políticos, que a su vez por reacción los modifican.
  • La Sociedad Económica Amigos del País, refugiada y limitada a los valores económicos, salva la raíz de la nacionalidad, en los momentos iniciales de la misma y la fortifica y consolida en su plenitud actual.

Sociedad de Conferencias.

Una iniciativa que tuvo gran resonancia dentro de la vida intelectual de Cuba fue la fundación de la sociedad de Conferencias de la Habana que dio comienzo a sus trabajos el 6 de Noviembre de 1910 con una disertación de Jesús Castellanos sobre Rodó y su "Proteo",

  • Se debió a los empeños de Jesús Castellanos y Max Enrique Ureña.

La labor realizada por la Sociedad Económica Amigos del País representó en su día un noble y sostenido esfuerzo en pro de la cultura pública. Las disertaciones que allí se efectuaban constituían una excelente aportación al estudio de la vida del pensamiento en Cuba.

De 1910 a 1914, cinco años de gran actividad, ya que desfilaron por su tribuna relevante personalidades de la época:

  • Jesús Castellanos.
  • Max Enrique Ureña
  • Rafael Montoro.
  • Fernando Ortiz.
  • Emilio Roig de Leuchsenring.
  • Enrique José Varona.
  • Jesús Castellanos.
  • Néstor Carbonel.

Las conferencias tuvieron vasta difusión por medio de la prensa diaria que las hacia llegar a todos los extremos de la isla.

Durante el gobierno del presidente José Miguel Gómez fueron creadas a propuesta de Mario García Kothy que tenía a su cargo la cartera de Instrucción pública, la Academia de la Historia (decreto 20 de Agosto de 1910 y la Academia de Artes y Letras (decreto 31 de octubre de 1910).

La Academia de la Historia cuyo primer presidente fue Evelio Rodríguez Lendian rindió una labor que puede calificarse de útil y fecunda, no solo por sus múltiples trabajos de investigación sino también por la publicación de obras que permanecían inéditas como:

  • El Sentón Epistolario de Domingo del Monte.
  • La historia de la isla y Catedral de Cuba por Pedro Agustín Morell de Santa Cruz.

Conclusiones.

La Sociedad Económica Amigos del País ha sido muy útil para Cuba y para los habitantes de la isla, a pesar de las vicisitudes que atravesó, institución volcada en ansias avancistas en función del servicio social, constituyendo factor indiscutible de progreso, independientemente del tiempo. Constituyó como ninguna otra a la expansión y tecnificación económica, impulsó la riqueza azucarera, estimuló la tabacalera, la cafetalera, la ganadera y luchó por la libertad del comercio, expandiendo y diversificando las fuerzas productivas del país.

La Sociedad Económica Amigos del País fue la llave que abrió la puerta para que nuestro pueblo diera los primeros pasos hacia el desarrollo y el bienestar apoyándose en el desarrollo de la cultura, la educación.

La clave del vigor y los prestigios de la Sociedad Económica se debe a haber mantenido vivo su espíritu de cubanía y progresismo. Ha sido una institución centralmente ocupada de los destinos colectivos como base de la nación.

Todo esto lo resume Rafael Montoso en una de sus frases:

…La historia de los Amigos del País, está escrita para siempre en la piedra de nuestros pocos monumentos, en la tradición de nuestras escuelas, en nuestros ferrocarriles, en las instancias de nuestros benéficos asilos, en las fabricas de nuestros ingenios, en el ondulante mar de sus campos de caña, en el desarrollo del libre comercio, y como estela mas luminosa todavía en la idea de la cívica dignidad, de noble entereza, de amor a la libertad y al progreso que formaron la conciencia de nuestro pueblo.

Bibliografía.

  • La obra de la Sociedad Económica de Amigos del país de la Habana. La Habana, Molina y Compañía, Muralla 313-315 1945. Discurso Leído por el Dr. José Portuondo y de Castro en la sesión solemne celebrada el 9 de enero de 1945.
  • Carrillo Hernández, Justo. Educación y Economía: Dos trascendentes tareas para los Amigos del País. Separata de la Revista Bimestre cubana. Vol LXXII Enero – Julio – 1957- La Habana – Cuba.
  • Martinez Sánchez, Carlos. Vida y Espíritu de la Sociedad Económica Amigos del País. Edición 1957.
  • Montoro Valdés, Rafael. Compendio de la Historia de la Sociedad Económica Amigos del País. 1930.
  • http://www.seap.cult.cu/
  • http://bvs.sld.cu/revistas/his/vol_1_96/his05196.htm

 

 

 

Autor:

Yaumara Esquivel Rodríguez

Luís Raúl Montoto Gutiérrez

Comunicación Social.

Escuela: Felipe Poey Aloy.

Asignatura: Comunicación y Sociedad Cubana.

Profesora: Beatriz Megly

Partes: 1, 2
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