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Unión Demócrata Independiente (UDI) (página 2)

Enviado por casaligui_matias


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  • Jaime Guzmán Errazuris:

Este personaje, carismático, admirador y amigo de Jorge Alessandri, compartía la desconfianza y el recelo frente a la demagogia de los dirigentes políticos de su época, así como también su aversión al marxismo y a los regímenes socialistas, y su respaldo a los de corte presidencialista autoritaria; sus ideas lo convirtieron en el fundador del gremialismo y mentor de la UDI, la que dirigió como su presidente, consolidándolo como partido de elite, fue más halla de esto, distinguiéndose en la redacción de la Constitución de 1980, la cual cuenta con su sello personal, convirtiéndose, inclusive, en una de las personas más importantes a en cuanto al retorno a la democracia en Chile, razón por la que desee desarrollar una breve biografía de este.

Nacido el 28 de junio de 1946, fue hijo de Jorge Guzmán Reyes y Carmen Errazuriz Edwards, y el único hombre de tres hermanos. Estudió en el Colegio Sagrados Corazones de Santiago, destacado alumno, siempre tuvo fascinación por la literatura. En los últimos años de colegio, durante el gobierno de Jorge Alessandri, ya tenía interés en la política y se sentía identificado con la derecha.

Ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad Católica en 1963, de la que egresaría en 1968. Desde el primer año fue delegado de curso, demostrando su gran inquietud en la defensa de sus ideas. Fue uno de los líderes del gremialismo en la Universidad Católica de Chile, junto a sus compañeros Hernán Larraín, Raúl Lecaros y Manuel Bezanilla, entre otros. Este movimiento planteaba una concepción despolitizada y de fortalecimiento de los grupos intermedios. Surgió como reacción al movimiento de reforma universitaria que impulsaban los estudiantes de las universidades Católica y de Chile, a mediados de la década que comenzó en 1960. Guzmán señalaba que "el gremialismo es una concepción válida no sólo para la Universidad, sino que para todos los cuerpos intermedios de la sociedad". Ocupó el cargo de vicepresidente del Centro de Alumnos de Derecho en 1966, y al año siguiente resultó elegido presidente. Ese fue un año de gran expansión del gremialismo, extendiéndose a casi toda la Universidad Católica.

Desde 1968, Jaime Guzmán desempeñó funciones docentes en la Facultad de Derecho, primero como ayudante egresado, luego como profesor auxiliar, y finalmente como profesor titular de Teoría Política y Derecho Constitucional.

A partir de 1968, Jaime Guzmán escribió en diversos medios periodísticos —El Mercurio, Qué Pasa, PEC, Portada, Realidad, etcétera— artículos sobre temas jurídicos, políticos y sociales. Fue también comentarista estable de las radios Portales y Minería, y participo en el programa "Aquí se improvisa de Canal 13. Posteriormente, fue columnista de La Segunda, Ercilla y La Tercera. Por su agudeza y capacidad de polemizar, se convirtió en una corriente de opinión que marcó un estilo.

Luego del 11 de septiembre de 1973, Guzmán fue invitado por el general Gustavo Leigh al gobierno, como asesor en materias jurídicas. Se le consideró el "ideólogo" del gobierno militar chileno; desempeñó el cargo de asesor hasta 1983. Al poco tiempo de iniciar esta labor, fue nombrado para integrar la Comisión de Estudios de la Nueva Constitución, que redactó el anteproyecto de la misma sometido a plebiscito en 1980.

Jaime Guzmán fue el creador del artículo octavo transitorio de la Constitución Política de 1980. Este sancionaba con la pérdida de los derechos ciudadanos a los grupos y personas que propagasen doctrinas que atentasen contra las bases de la institucionalidad; es decir, los partidos y militantes de izquierda.

El fracaso del modelo económico impulsado por los "Chicago Boys", un grupo de inversionistas norteamericanos, alejó a Guzmán del gobierno por un tiempo, siendo uno de los líderes del gremialismo que respaldó de manera más enfática esta política neoliberal.

Retorna a la política en 1983 convirtiéndose en presidente de la UDI, puesto que ostentara hasta 1987, cuando ingresa a la presidencia de Renovación Nacional, para retornar a la UDI en 1988, ostentando el cargo de presidente hasta su muerte. Ingresa además a una comisión asesora de redactar las Leyes Orgánicas Constitucionales, finalizadas en 1989. En las elecciones parlamentarias de aquel mismo año resultó electo senador por el distrito Nº 7, correspondiente a Santiago norponiente. Se destacó por su dura oposición al gobierno de Patricio Aylwin, criticándolo especialmente por la supuesta debilidad que las nuevas autoridades del país tenían ante las acciones terroristas ocurridas en la época.

El 1 de abril de 1991 Jaime Guzmán fue asesinado por un comando del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) a la salida del Campus Oriente de la Universidad Católica, después de haber dictado su clase de Derecho Constitucional. Su muerte significó la pérdida de una de las figuras ideológicamente más claras e influyentes de la derecha.

  • Evolución del partido:

En el contexto anteriormente citado, ocurría que durante el año 1967, al interior de la Universidad Católica de Chile, el Presidente del centro de alumnos de la facultad de derecho, Jaime Guzmán Errázuriz, lideraba a una reducida minoría opositora a los intentos de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), de tendencia democratacristiana, por iniciar una reforma radical en la orbita de la educación superior. Por su parte la izquierda marxista ganaba terreno en el mundo universitario.

Aquel grupo había nacido a principios de 1966, de la mano de Jaime Guzmán y estaba integrado principalmente por Hernán Larraín, Sergio Gutiérrez, Ernesto Illanes, Felipe Lamarca, Máximo Silva, Manuel Bezanilla, Luis Monge, Rodrigo Mujica, Roberto García, Raúl Lecaros y Jovino Novoa, quien es actualmente presidente del partido, entre otros.

Jaime Guzmán fue el líder natural del movimiento desde sus comienzos, ya que conjugó desde muy joven la máxima solidez doctrinal y moral con un notable sentido de la oportunidad y la decisión en sus acciones. Era un líder muy distinto a todos los demás.

"Pocas veces, quizás nunca antes, ha habido en la historia de Chile un grupo de personas tan entregadas a una causa, con tal nobleza y esprendimiento: ser gremialista era, simplemente, un modo vibrante de enfrentar la realidad, con optimismo y valentía; el éxito podría llegar de inmediato o más adelante, pero desde un comienzo, Guzmán les infundió la voluntad de triunfar, de no capitular, por difíciles que fueran las circunstancias." , expresan los gremialistas con respecto a aquella etapa de su historia.

En 1972, Javier Leturia fue elegido quinto presidente gremialista consecutivo y Juan Carlos Bull consiguió ganar en la Universidad Católica de Valparaíso. El ideal de Guzmán comenzaba a encarnarse en miles de universitarios y decenas de organizaciones estudiantiles que defendían la doctrina gremialista. Es que Jaime Guzmán había comenzado a generar un estilo nuevo en la acción pública, que exigía el crecimiento personal de sus compañeros y seguidores. Por eso, en Arica, Antofagasta, Valparaíso, Concepción y Valdivia se desarrollaban paralelamente los distintos movimientos gremiales, a cargo de jóvenes como Juan Carlos Bull, Francisco Bartolucci, Eugenio Cantuarias, Carlos Vío, Javier Vera, Carlos Goñi, René Piantini, Jaime Torrealba, Carlos Valcarce y muchos otros.

Guzmán, dotado de una gran inteligencia política, vio desde un comienzo el enorme peligro que a corto plazo significaba un gobierno en manos de los socialistas y de los comunistas. Las sucesivas agresiones que Allende y su gente iniciaron contra la institucionalidad democrática removieron aún más el ánimo de Guzmán y sus seguidores, poniéndose las diversas organizaciones gremialistas en un creciente estado de alerta ante el gobierno marxista. Estar en contra de Allende se hizo sinónimo de la defensa de un Chile libre y de instituciones intermedias libres.

Definitivamente, los gremialistas estaban empeñados en librar a Chile del gobierno marxista, para lo que hacía falta mucho coraje y una persistencia a toda prueba, sin ser profesionales de la política, sino sólo estudiantes, empleados y trabajadores comprometidos con un alto ideal, que todo lo realizaban artesanalmente, aunque con un enorme sentido del deber.

El momento llegó y el 18 de Septiembre de 1973 el gobierno de Salvador Allende cae frente a un golpe de estado, dando inicio al gobierno de una Junta Militar compuesta por los comandantes en jefe. Guzmán y sus colaboradores, entendieron que había que respaldar e incorporarse al nuevo gobierno.

Con el correr de las semanas, Guzmán aceptó integrar la comisión encargada de redactar una nueva Carta Fundamental, tarea importantísima, pues la Unidad Popular prácticamente había destruido la institucionalidad chilena. Por su aporte, Guzmán comenzaba a colaborar más detenidamente con el gobierno en criterios, textos, y, sobre todo, en la designación de numerosas personas para cargos públicos durante todos esos primeros años.

Paralelamente, Guzmán continuaba coordinando la acción de su gente en reuniones semanales y no perdía de vista las universidades porque sabía que de ahí saldrían muchos servidores públicos que el nuevo Chile reclamaba. Era la contemplación de un Chile destrozado y la posibilidad de rehacer una patria digna y soberana lo que movió a cientos de jóvenes profesionales a dejar de lado notables oportunidades y dedicar sus mejores años al servicio público.

Así, Jaime Guzmán y su gente fueron encontrando diversos cauces efectivos en el gobierno militar para hacer de Chile una gran nación, constituyendo una influencia gravitante y una fuerza decisiva en la definición de un itinerario constitucional que culminase en la entrega de una nueva democracia para el país.

Guzmán, apoyado por Miguel Kast, hombre ferviente, que estuvo a su lado desde la época universitaria del gremialismo, comprendió la necesidad de expandir aquellos ideales por las regiones, esta diáspora comenzó en 1970, forjándose así personas como Patricia Matte, Cristián Larroulet, Martín Costabal, Ernesto Silva, Denisse Caiyaundjian, Juan Hurtado, Antonio Recabarren, Julio Dittborn, Jorge Selume, Felipe Lamarca, Norman Bull, Marcelo Astoreca, Pablo Ihnen, Luis Larraín, José Yuraszeck, Alvaro Donoso, Alvaro Vial, Renato Peñafiel, María Teresa Infante, Juan Ariztía, Juan Antonio Guzmán, Evelyn Matthei, Cristóbal Philippi, José Pedro Undurraga, Norman Bull y, por cierto, Joaquín Lavín.

Así, las generaciones sucesivas de gremialistas fueron colaborando en la aplicación de un sistema de economía social de mercado, con las consiguientes modernizaciones en el área laboral, previsional, de salud, de vivienda y de educación, que llegaron a ser núcleo fundamental de las realizaciones del régimen militar. Pero el movimiento gremialista reconocía la necesidad de consolidar dichos futuros funcionarios y políticos, Guzmán promovió la participación de los jóvenes durante el gobierno militar y, principalmente, que estos fuese escuchados surgiendo flamante la Secretaría Nacional de la Juventud, organismo con que el régimen naciente quería llegar a conocer y satisfacer las necesidades de los jóvenes de Chile.

Parte de estos jóvenes, que iban adquiriendo experiencia política en cargos de gobierno, formó en el Cerro Chacarillas, en julio de 1975, el Frente Juvenil de Unidad Nacional, anticipando el lugar en que, dos años después, el presidente General Augusto Pinochet señalaría el itinerario de la transición a la democracia, discurso en el que de modo evidente se percibía que Jaime Guzmán había logrado presentar la mejor opción, frente a quienes se oponían a que el gobierno militar fijara un camino institucional hacia la democracia.

El Frente Juvenil de Unidad Nacional aspiraba a reunir y organizar a la juventud chilena para trabajar en la grandeza futura de la Patria, respaldando al gobierno, pero como movimiento autónomo del régimen. Así el movimiento gremialista de Jaime Guzmán mostraba a la emergente nación su primera fundación propiamente política.

Por otra parte, el frente Juvenil de Unidad Nacional fue una sorpresa y orgullo para Guzmán, aunque reconocía que aun no eran estos el grupo de gremialistas que consolidarían el gobierno militar. Por eso, en 1979 nace Nueva Democracia, una nueva expresión política de la gente de Jaime Guzmán. En su primer manifiesto, señalan que la democracia es la forma de gobierno más adecuada para Chile, que el sufragio universal debe ser el método predominante para generar las autoridades políticas, que la soberanía debe reconocer límites objetivos entre los que sobresalen los derechos que emanan de la naturaleza humana, anteriores y superiores al Estado, que rechazan por incompatible con la democracia la perpetuación de un régimen militar, y que sólo una actitudmoda o miope de ciertos sectores podría pretender endosarle indefinidamente a las Fuerzas Armadas y de Orden una responsabilidad que correspondía en definitiva a la ciudadanía toda, como es el ejercicio habitual de la actividad política contingente.

Guzmán participo en la redacción de la Constitución de 1980, dándole su toque singular y personal; dicha carta expresa, entre otras cosas, la existencia de partidos políticos, de un sistema electoral que garantice la efectiva igualdad entre ellos y los independientes, la vigencia de un sistema económico que asegure la libertad económica, exigencia básica para la existencia de la libertad política. Debido a esta gran obra, en 1980, Jaime Guzmán y su gente desplegaron sus mejores esfuerzos para apoyar la aprobación plebiscitaria de la nueva Constitución Política del Estado, desarrollando durante un mes de campaña el mayor trabajo electoral casa a casa que se hubiese conocido en la historia de Chile.

La Constitución de 1980 poseía una carta anexa que sería fundamental para los años siguientes, contemplaba un itinerario para la transición desde el gobierno militar a uno de plena democracia. Por eso, Jaime Guzmán y quienes seguían sus inspiraciones, siempre defendieron la Constitución, incluso cuando el gobierno militar pareció titubear respecto de su contenido en los turbulentos días de la crisis económica 1982-1983 y sus secuelas políticas de los años siguientes.

En el ambiente propicio de la apertura política de 1983, Jaime Guzmán y un grupo de jóvenes vieron la necesidad de dar un paso más: crear una organización ya formalmente política, que agrupara a quienes tenían una historia y un ideal en común. El Frente Juvenil y Nueva Democracia debían dar un paso a una nueva etapa, mejor articulada y más cercana al futuro democrático pleno. Así nació la Unión Demócrata Independiente, el 24 de Septiembre del año ya citado, con un Comité Directivo presidido por Guzmán e integrado por el ex Ministro del Interior, Sergio Fernández, Javier Leturia, Guillermo Elton Pablo Longueira y Luis Cordero.

El germen de la UDI nacía en un clima de especial adversidad, incluso mal visto por buena parte de las autoridades del gobierno con el que se había colaborado intensamente. "Los miembros de la UDI actuarían como demócratas independientes en lo político, pero como gremialistas en lo gremial. Desde sus inicios, la UDI buscó tener un carácter popular, convertirse en un partido que rompiese con el tradicional aislamiento de los políticos no marxistas respecto de los sectores poblacionales, superar el absurdo marco de lucha de clases impuesto por la dialéctica comunista.", fue la tendencia de la UDI en aquellos instantes como lo expresan los gremialistas.

"No nos permitiremos dar un paso atrás en nuestra tarea de consolidar la UDI." Fueron las palabras de Guzmán a sus compañeros, mientras se continuaba con el trabajo en el sector poblacional, mientras los dirigentes luchaban por profundizar al institucionalización del país y se persistía en el apoyo a la modernización económica y social y junto con continuar desarrollando una importante gestión en los gobiernos municipales, en 1987, a la luz de la nueva ley de partidos políticos y frente a la cercanía del plebiscito que debería terminar la sucesión del régimen militar, marcó el reinicio de la actividad política y el momento que la UDI, debería transformarse en partido político.

Llegaría el momento de un breve paréntesis en su historia, cuando, junto con la Unión Nacional y el Frente Nacional del Trabajo, conformó Renovación Nacional. La primera directiva quedó presidida por el abogado independiente Ricardo Rivadeneira, y los vicepresidentes Andrés Allamand, Juan de Dios Carmona y Jaime Guzmán. La crisis estalló pronto y se concretó en la expulsión de Jaime Guzmán, quien denunció irregularidades en las primeras elecciones internas y pidió la renuncia de toda la Directiva, de la cual él mismo era parte. Con su habitual fortaleza, y convencido que el paso en falso no podía frustrar el proyecto político, Guzmán reagrupó a los militantes de la UDI, quienes, en número de miles, abandonaron Renovación Nacional, primero para formar un movimiento, "UDI por el Sí", y luego, a pesar de la derrota de esa opción en el plebiscito, un partido político.

Primero era necesario reorganizarse como partido, luego reorganizarse contra el embate de los demás sectores partidistas, quienes, sin excepción, querían ver desaparecer a la UDI de la arena política, como ellos lo declaran; finalmente el partido debía de sobrevivir sin su mentor.

Después de un lapso como partido en formación y en cuya Comisión Política participaron entre otros Ernesto Silva, Willy Arthur, Federico Valdés, Gabriel Villarroel, Carlos Villarroel, Alicia Soto, Fabio Valdés, Andrés Tagle y Gonzalo Rojas, el 16 de mayo de 1989 la UDI completó su proceso de inscripción como partido político. Contra todos los augurios de los que injustamente la responsabilizaban del quiebre de Renovación Nacional, más de 80.000 militantes dieron nacimiento a la UDI. En Abril de 1989, en el Consejo General del partido, la primera Directiva, que estaba integrada por el Presidente Jaime Guzmán, quien aun no fallecía; y los Vicepresidente, Jovino Novoa, Francisco Bartolucci, Eugenio Cantuarias, Julio Dittborn, y Joaquín Lavín; el Secretario General, Pablo Longueira y el Tesorero Arturo Matte, traspasó el mando a una nueva, integrada por el Presidente Julio Dittborn; Vicepresidentes, Jovino Novoa, Francisco Bartolucci, Eugenio Cantuarias, Andrés Chadwick, Pablo Longueira y Secretario General, Joaquín Lavín.

La amenaza de la Concertación, a como ellos se refieren, no se concretó gracias a varios factores: "el triunfo de Jaime Guzmán fue emblemático y marcó un hito que derivará en historia; la capacidad política de Jaime y la movilidad y decisión de la UDI, le permitieron al partido ser el primero de la Oposición que concurriera a entrevistarse con Patricio Aylwin, Presidente electo, descolocando al mundo político. El trabajo parlamentario hizo el resto. La bancada de 14 Diputados de la UDI fue reconocida como la mejor en el primer año de funcionamiento del Parlamento y fue público también el reconocimiento a la notable gestión de los Senadores Guzmán, Cantuarias y Urenda", expresan en su sitio web los gremialistas.

Jaime Guzmán, único senador asesinado en la historia de Chile, se venía convirtiendo en mucho más que un icono del partido. Jaime Guzmán consideraba que el Primer Mandatario ya contaba con las herramientas legales para favorecer a quienes no hubieran cometido hechos de sangre.

Premonitoriamente, Guzmán advirtió sobre el peligro de la actividad terrorista vigente en Chile y sostuvo que personas que podrían ser beneficiadas con la enmienda constitucional estaban vinculadas a las mismas organizaciones que continuaban ejecutando y reivindicando crímenes terroristas, como el Frente Lautaro o el Frente Manuel Rodríguez.

El cobarde asesinato de Jaime Guzmán ocurrió cuando apenas llevaba un año ejerciendo el cargo de elección popular. Manteniendo, simultáneamente, vigente la necesidad de conservar la herencia del régimen militar, es decir, el articulado permanente de la Constitución Política y el marco económico-social, con su habitual disposición a perfeccionar las normas de carácter accidental. Medio año después del atentado, la UDI se embarcó en un ambicioso proyecto: realizar el Congreso Doctrinario "Jaime Guzmán Errázuriz", anticipándose, con una reflexión oportuna, a los cambios políticos y sociales en el país y en el mundo entero, producto del derrumbe de los socialismos reales y del complejo proceso de globalización. Recogida, todavía con un profundo dolor, la UDI se abocó a actualizar su propuesta partidaria.

Allí se consagró la definición de la UDI como un partido popular, pues el protagonista y destinatario de la acción del partido es el pueblo chileno, formado por todos sus habitantes sin exclusión alguna. En concreto, reafirmó su vocación de ser un partido con una fuerte presencia en sectores poblacionales, donde la gente sencilla de nuestro país comprenda esta opción y la apoye, sintiéndola propia.

La UDI se definió también como un partido que promueve la libertad plena del pueblo. Una libertad responsable y creadora de más libertad. Por eso, la UDI, como partido del pueblo libre, había acuñado su muy logrado "fuerza creadora". Insistió, por tanto, en su apoyo a la cultura, a la subsidiaridad, a la democracia y a la economía social de mercado, en cuanto son todas emanaciones de la libertad. Desde esta perspectiva, el partido recordó que postulaba que el cristianismo, como pensamiento moral y como resultado histórico, contribuye a darle un marco de referencia y sentido a su obra política. Sin embargo, la UDI insistió en que no es un partido confesional por que entiende que las cuestiones contingentes no admiten una respuesta única.

A cargo de la tarea formativa de los jóvenes afines al pensamiento de Guzmán, quedó desde poco después de su asesinato la Fundación Jaime Guzmán E., cuya presidencia ha ocupado su madre, la Sra. Así como el asesinato de Jaime Guzmán movió a muchos a ingresar a la UDI, todos los dirigentes del partido, ante la ausencia de su líder, redoblaron su compromiso de trabajo y entrega. En este importante contingente de dirigentes, cabe señalar el aporte permanente que han hecho Carlos y Gabriel Villarroel, Carlos Goñi, Mario Varela, Alfredo Galdames, Guillermo Arthur, Javier Leturia, Hernán Büchi, Ernesto Silva, Patricio Valdivia, Nalto Espinoza, Flavio Angellini, Carola Plaza, Floridor Pinto, Javier Vera, Luis Parot, Iñaki Busto, Pilar Urrutia, Jacqueline Van Rysselberghe, Juan Jorge Lazo, entre muchos más.

Para la UDI, el desafío era aún mayor, ya que por primera vez en su historia, disputaba una elección en todo el territorio nacional, con la desventaja de que sus parlamentarios no alcanzaban a cubrir ni un tercio de todas las comunas del país.

Ante la dificultad que para la UDI presentaba esta elección, Joaquín Lavín quiso asumir una primera línea en este duro desafío y se presentó como candidato a alcalde por Las Condes. El Secretario general de la UDI daba el ejemplo de aspirar a un cargo, que en esa época, era considerado de menor valor político que una diputación o una senaduría. La UDI eligió 22 alcaldes, entre ellos Joaquín Lavín y 178 concejales y 9 Cores, pudiendo continuar así con una de sus tradiciones más queridas, cual es servir al país desde los gobiernos locales. No obstante lo anterior, los equilibrios políticos, claramente favorables a la Concertación, se mantenían, lo que ponía una exigencia permanente a la acción política del partido, la que al año siguiente sería puesta a prueba en forma muy exigente. No es el caso de la UDI. Finalmente, en los años 1998 y 1999, la meta propuesta era ganar la presidencia para la Centro Derecha, con un candidato de la UDI. Para crecer hacia sectores no tradicionalmente cubiertos por la acción de la UDI, para fortalecer su identificación con el mundo popular y consecuente con el espíritu de servicio público que caracteriza al partido, se diseñó y ejecutó el programa "UDI en Terreno". En ese consistió la "UDI en Terreno"; ésa es la definición principal y permanente de la UDI.

Pero la "UDI en Terreno" no sólo profundizó la vocación del partido por el mundo popular, sino que sirvió también para llevar su presencia y estilo hacia lugares o sectores donde antes no se había actuado con fuerza. La vinculación con las zonas extremas del país y sus problemas singulares, y la fuerte presencia de la UDI en el mundo agrícola y campesino, fueron fruto de intensas actividades en terreno.

Dentro de esta estrategia de crecimiento, la UDI, que había nacido fuertemente vinculada al mundo universitario y que, en su desarrollo había contado con un importante contingente de profesionales dedicados al servicio público, decidió fortalecer su presencia en ese ambiente y convocar a profesionales, técnicos y empresarios que, por razón de sus actividades privadas, estaban alejados de la política. Así nació la organización denominada Profesionales al Servicio de Chile, donde participan militantes e independientes.

En una reunión que impresionó por el poder de convocatoria que mostró la UDI, su presidente llamó a los más de dos mil asistentes a hacer su aporte a la vida pública y a colaborar, desde sus distintas actividades, con quienes estaban en la primera línea de la lucha política. Así, en diciembre de 1994 quedó constituida la organización, cuyo Consejo Directivo, encabezado por Sergio de Castro.

Profesionales al Servicio de Chile cuenta hoy con más de 4.000 adherentes y constituye un grupo de excelencia, probablemente el más destacado que conoce el país.

El crecimiento y la influencia de la UDI quedaron de manifiesto cuando, a finales de 1995 debió encabezar, solidariamente, la oposición a las reformas constitucionales que el gobierno de la Concertación quería imponer, como pretexto de una solución a los problemas de derechos humanos.

La Directiva de RN se plegó a esa propuesta, pero la UDI, en una notable demostración de capacidad política, logró impedir que la Concertación consumara sus propósitos.

La defensa de la institucionalidad quedó plasmada de un documento, El Valor de la Estabilidad, que suscribieron el Almirante Merino, los ex ministros del Interior Sergio Fernández, Sergio Onofre Jarpa y Carlos Cáceres, los ex candidatos presidenciales a la Centro Derecha, Hernán Büchi y Arturo Alessandri, y el Presidente de la UDI, Jovino Novoa.

Joaquín Lavín es un servidor público que lleva impreso en su modo de hacer política las características que el movimiento tuvo desde sus orígenes. En Joaquín Lavín se aprecia con claridad el concepto, profundo y amplio, que Jaime Guzmán tenía de los derechos de las personas, al considerar que no era posible asimilarlos solamente a los derechos humanos o a los derechos políticos, había que hacerlos extensivos también a los que él denominaba los derechos cotidianos de la gente.

Bajo esta nueva forma de liderazgo, que excede los marcos tradicionales de la política chilena, la Alianza por Chile, que integran la UDI y RN, junto con millones de chilenos de todos los sectores, apoya decididamente el proyecto de su candidato presidencial, Joaquín Lavín, cuyo triunfo traerá el cambio que Chile necesita. Un cambio profundo en lo político, económico y social, que hará que Chile retome la senda de desarrollo y progreso que la Concertación ha extraviado, que dará a Chile un nuevo Gobierno que dedique su esfuerzo a solucionar los problemas de la gente y no se desgaste en inútiles querellas políticas, y que permita que los chilenos puedan mirar con esperanza el futuro, en un clima de paz y unidad.

La UDI enfrenta en estos momentos su mayor desafío político: alcanzar la Presidencia de la República. "Pero ni este desafío, ni los éxitos pasados o los que vengan en el futuro, harán que la UDI abandone su razón de ser: servir a Chile, conservando y custodiando el sello de su fundador. La UDI sabe que en el horizonte de la política nacional, está llamada a cumplir un destino histórico, que se forja en el trabajo, en los éxitos y en la adversidad, que trasciende a los hombres e incluso a las grandes victorias que ellos puedan obtener; por ello, la UDI; más que un partido, es un camino para servir a Chile" destacan los actuales políticos de este partido.

Concluyendo, todo partido, a lo largo de su formación, se conforma en una integridad basada en su organización, en este caso la UDI posee un sistema organizacional relativamente sencillo. Su órgano supremo y sede del manifiesto gremialista del partido es la Directivas Política, la cual esta integrada por un Tribunal Supremo y una Comisión Política, esta directiva se encuentra dirigida por el Presidente de la Unión Demócrata Independiente, actualmente Jovino Novoa; en grado jerárquico, descienden las diversas Directivas Regionales, representantes del partido en las regiones chilenas; luego continúan una serie de Directivas Distritales, prolongándose con las Directivas Comunales, concluye con una directiva asociada, la Directiva de Nuevas Generaciones, encargada de orientar a los futuros gremialistas; todas las diversas directivas en que se basa el sistema orgánico de la UDI están compuestas por los siguientes cargos: Presidente de la Directiva, Vicepresidentes (a excepción del Tribunal Supremo) y un Secretario. Las distintas directivas están encargadas de "prestar los servicios políticos y sociales en los que la UDI se basa", a como se refieren los militantes al referirse a sus organismos.

Para lograr expresar mejor el sistema orgánico en que se sienta la UDI se expresará a continuación un organigrama, en donde se expondrán las diversas directivas y los otros organismos que conforman el pilar de los gremialistas:

Principios del partido:

Los principios en que se basa la UDI fueron establecidos por Jaime Guzmán en su forja del gremialismo, como ellos mismos se refieren, son: "creación de su mentor". Pero con el tiempo la UDI ha ido universalizando sus posturas y desenvolviéndose en muchos temas, por lo que en la Punta de Tralca en 1991 se organizó un documento donde se inscribieron 23 puntos clave sobre la doctrina y principios del partido, de los cuales e querido presentar los cuales e considerado más trascendentales:

Persona, familia, sociedad y estado

Existe un orden moral objetivo, que está inscrito en la naturaleza humana. A ese orden moral, fundamento de la civilización occidental y cristiana, debe ajustarse la organización de la sociedad y debe subordinarse todo su desarrollo cultural, institucional y económico.

De la dignididad espiritual y trascendente del ser humano emanan derechos inherentes a su naturaleza, anteriores y superiores al Estado. El ejercicio de la libertad individual está vinculado al cumplimiento de deberes personales y sociales, sin lo cual la convivencia social deriva en anarquía. El sentido espiritual de la vida, contrario a toda forma de materialismo doctrinario o práctico, es una exigencia que le impone al hombre su propia dignidad.

La familia, núcleo básico de la sociedad, debe ser respetada y fortalecida. Las personas tienen derecho a formar agrupaciones intermedias entre la familia y el Estado, con autonomía para propender a sus fines específicos.

El Estado tiene por finalidad promover el bien común general entendido como el conjunto de condiciones sociales que permita a cada miembro de la comunidad nacional su más plena realización espiritual y material posible.

Libertad y desmasificación de la persona

La capacidad de reflexión personal es requisito para asumir la responsabilidad del propio destino. En tal sentido, Unión Demócrata Independiente subraya el imperativo de tender a evitar la masificación de la persona, para resguardar y estimular su libertad individual. Sólo quien se forma juicio propio y fundado sobre la realidad, ejerce cabalmente su libertad personal.

Desmasificar a la persona es restaurar su dignididad, rescatándola de la consigna, la demagogia y, en general, de las tendencias uniformadoras y desinformadoras que en la sociedad de hoy atentan contra la libertad intelectual y espiritual de las personas. En la manipulación de los seres humanos y en el detrimento de su albedrío o libertad, se sustenta el socialismo en sus variadas expresiones, que alcanza en las de signo totalitario sus grados más extremos y repudiables.

Derechos básicos y seguridad

Unión Demócrata Independiente proclama como esencial el reconocimiento de los derechos y libertades que una sociedad libre debe asegurar a sus habitantes, entre los cuales resaltan con especial relevancia el derecho a la vida, incluida la del que está por nacer; el derecho a la integridad física y psíquica de toda persona, que excluye cualquier apremio ilegítimo; la libertad personal y seguridad individual.

La protección de los derechos y libertades exige las garantías jurídicas para hacerlos valer eficazmente ante Tribunales de Justicia independientes.

Lo anterior debe armonizar con la necesidad de contar con disposiciones de excepción que permitan cautelar el orden social y la seguridad de las personas ante las múltiples amenazas que en el mundo contemporáneo afectan a esos valores. La aplicación de tales disposiciones de excepción solo es admisible en el grado y por el lapso estrictamente indispensable para conjurar el peligro; y su normativa jurídica debe incluir, por tanto, resguardos y contrapesos que eviten su posible uso excesivo.

Creación individual y derechos cotidianos

Unión Demócrata Independiente destaca la necesidad de estimular la capacidad creadora de cada persona, como fundamento e impulso de su progreso espiritual y material.

Asimismo, aprecia especialmente la protección jurídica y la extensión práctica de aquellos derechos o libertades, predominantemente culturales y económicos-sociales, cuyo ejercicio cotidiano decide el destino de cada persona y de su familia. Entre ellos destacan:

– La Libertad de educación, proyección del derecho de los padres a educar a sus hijos. La libertad de cultos religiosos.

– La libertad de creación cultural, intelectual y artística.

– La libertad de expresión e información, incluido el acceso de los particulares a la propiedad y gestión responsable de todos los medios o formas de comunicación masiva.

– La libertad de asociación, incluyendo la de sindicarse o afiliarse a cualquiera entidad gremial, o no hacerlo o formar agrupaciones distintas, sin que ello jamás limite la libertad de trabajo.

– La libertad de escoger entre distintas prestaciones de salud pública o privada.

– La libertad de crear y desarrollar actividades económicas sujetas en su éxito o fracaso a reglas objetivas y no a la discrecionalidad funcionaria.

– El derecho de propiedad, que debe ser sólidamente respetado a nivel constitucional y práctico. Los estatismos o socialismos que cercenan tales derechos, atentan contra la libertad que requiere la sociedad para desenvolverse, y restringen o anulan los derechos políticos.

La Mujer en la Sociedad

Unión Demócrata Independiente reconoce la importancia de la mujer dentro de la sociedad, por el papel relevante que a ella le ha cabido a lo largo de toda la historia de la patria.

Unión Demócrata Independiente sostendrá con energia el principio de la igualdad de derechos de la mujer en todas las, actividades, laborales u otras, en que se desempeña paralelamente con el hombre; velará porque se le abran las mayores oportunidades posibles y se opondrá a toda forma injusta de discriminación económica o social que la afecte.

Asimismo, Unión Demócrata Independiente valora de un modo especial las virtudes y las funciones propias de la mujer como portadora de la vida, núcleo de la familia y agente principal de de la transmisión de los valores morales y las tradiciones.

Consecuente con ello Unión Demócrata Independiente se empeñará para que se permita a la mujer compatibilizar las actividades que ella realiza en la sociedad con las funciones que le son propias, especialmente aquellas relacionadas con la maternidad, la crianza de sus hijos y el cuidado de la familia.

La juventud y el destino nacional

Por su estructura demográfica, Chile es un país joven. Asimismo, su historia indica que los jóvenes han tenido siempre una fuerte gravitación en la trayectoria patria.

Unión Demócrata Independiente realza la importancia de impulsar en la juventud el espíritu de servicio público que la incentive a asumir responsabilidades cívicas, ofreciéndole a la vez un cauce para su participación protagónica en el quehacer nacional.

Cada generación joven tiene percepciones y sensibilidades propias frente a la realidad del país. Recoger sus enfoques en todo su potencial creativo y contribuir a canalizarlos constructivamente, constituye una de las exigencias esenciales para una adecuada evolución social y política de la comunidad nacional.

La juventud debe ver siempre en Chile un desafío que la proyecte hacia horizontes espirituales y patrióticos, nutridos de ideales realistas que contrasten con las utopías desquiciadoras. Multiplicar y diversificar las opciones educacionales, junto con incrementar las posibilidades de empleo útil para todo joven que lo demande, debe asumirse como una meta sociocultural prioritaria.

Régimen político

Unión Demócrata Independiente afirma que el régimen democrático propio de Occidente es la forma de gobierno inherente a la tradición e idiosincrasia chilena.

Dicho régimen comprende, entre otros aspectos, la igualdad ante la ley; el robustecimiento de las funciones del Estado, limitándolas a la vez a las que le son propias; la posibilidad de las diversas tendencias democráticas de alternar en el ejercicio del poder; la renovación periódica de las autoridades políticas y los demás elementos que caracterizan a un Estado de Derecho.

Consciente del proceso de descomposición política y social que el régimen democrático chileno experimentó en las últimas décadas, cuya derivación totalitaria hizo ineludible el pronunciamiento militar de mil novecientos setenta y tres. Unión Demócrata Independiente se propone imprimir al nuevo sistema político, la rectitud, la seriedad y la eficiencia necesarias para evitar el imperio de la demagogia y el retorno de la amenaza totalitaria.

Adhesión valores esenciales, pluralismo político y sus límites

El sistema democrático sólo puede ser estable si las opciones electorales que compiten por el poder comparten sus elementos esenciales y se guardan un mínimo respeto recíproco.

Ninguna elección o plebiscito puede representar amenazas para los valores fundamentales de la chilenidad, ni poner en juego legítimos principios esenciales para los integrantes de la sociedad. Es preciso aceptar, por tanto, que el pluralismo político tiene límites.

Unión Demócrata Independiente sostiene que es lícito que -a través de un órgano jurisdiccional independiente- se suspenda el ejercicio de los principales derechos cívico-políticos a las personas o grupos que pretendan valerse de ellos para conculcarlos, propagando doctrinas totalitarias o violentistas.

Similar exclusión es válida respecto de las organizaciones o partidos que, por sus objetivos o por la conducta de sus adherentes tiendan a igual propósito.

En todo caso, la derrota política definitiva de los totalitarismos exige, además, que los demócratas desplieguen una voluntad constante para desarrollar el conjunto de las acciones que son necesarias con tal objeto. Unión Demócrata Independiente y sus integrantes se hacen resueltos partícipes de esa responsabilidad.

Rechazo a los totalitarismos

Consecuentemente con el humanismo propio de una sociedad libre, Unión Demócrata Independiente se declara resueltamente contraria a todo totalitarismo, cualquiera sea su signo.

Por ello, Unión Demócrata Independiente repudia el Marxismo y condena todo pacto o alianza que facilite su penetración e influencia en la sociedad chilena.

Independientemente de su agravante leninista, la doctrina de Marx y Engels es esencialmente totalitaria. No hay compatibilidad posible entre ser marxista y ser demócrata. En definitiva, no existe conciliación posible entre marxismo y libertad.

El marxismo-leninismo es, además, un instrumento del imperio soviético en sus propósitos hegemónicos. Combatirlo es, pues, una exigencia patriótica en defensa de la soberanía chilena, y comprende la lucha contra el Partido Comunista como el agente directo de la Unión Soviética en su afán por convertir a Chile en otro satélite de su órbita.

Un Nuevo Rostro del Marxismo

El avance contemporáneo conduce a que progresivamente desaparezca el proletariado como la fuerza con el perfil y la influencia que se le adjudicó en la sociedad industrial. El mundo se sitúa hoy en la era post-industrial, con una desarrollada economía de servicios y una ampliación del ámbito de las decisiones individuales, propio del progreso tecnológico actual. Ello torna cada día más obsoleta la estrategia leninista para establecer la dictadura del proletariado.

El Marxismo modifica así su fisonomía hacia enfoques más sutiles como el de Gramsci, que preconizan apoderarse de las sociedades libres a través de la erosión de sus instituciones fundamentales y del dominio de la cultura. Para ello se fomenta la destrucción sistemática de los valores cristianos, especialmente los referidos a la familia y las costumbres públicas y privadas.

El debilitamiento del matrimonio, la legalización del aborto y la permisividad frente a la pornografía y las drogas son síntomas que -aunque de variados orígenes- se fomentan o aprovechan por esta nueva expresión gramsciana del marxismo, que hoy amenaza incluso a los países más desarrollados del Occidente.

Enfrentar los peligros que entraña dicha agresión contra el espíritu y los valores de la cultura occidental y cristiana, es una obligación de especial actualidad que Unión Demócrata Independiente asume y respecto de la cual alerta a los chilenos.

Sistema económico social

Unión Demócrata Independiente propicia una economía social de mercado, basada en la propiedad privada de los medios de producción y en la iniciativa y la armonía social como motores básicos del desarrollo económico.

La experiencia demuestra que los sistemas económicos que estimulan en cada persona la capacidad generadora de riqueza, obtienen un desarrollo económico y un bienestar social muy superiores a los colectivismos planificados por la burocracia estatal. Sólo una economía social de mercado permite lograr esos resultados económicos y sociales en la forma equilibrada y simultanea que es indispensable.

El respeto de la libertad económica de los individuos, tanto en su carácter de productores como de consumidores, es sólido fundamento de la libertad política. Por el contrario, cuanto más se acerque el Estado a ser el único empleador o fuente de ingresos para las personas, más próximo se estará al control de éstas por los detentadores del poder político.

Las libertades políticas y económicas son interdependientes y la subsistencia de unas sin las otras sólo puede registrarse de modo precario, excepcional o transitorio.

Unión Demócrata Independiente subraya, sin embargo, que las libertades económicas deben ejercerse conforme a normas éticas rigurosas y sujetarse a un marco jurídico que impida su abuso. Asimismo, declara su propósito de acelerar el avance hacia la meta de que Chile sea una nación de propietarios y no de proletarios, extendiendo al máximo las formas de acceso a la propiedad y el número de propietarios. El arraigo social de la propiedad reside en su mayor difusión.

Unión Demócrata Independiente postula una economía abierta a la competencia interna y externa, donde el mercado sea el asignador preferente -aunque no absoluto- de los recursos productivos, todo ello dentro de un marco de adecuada defensa de los productores nacionales. Para que el mercado opere efectivamente, el Estado debe impedir las prácticas monopólicas, incluidas especialmente las concertaciones de precios.

Unión Demócrata Independiente destaca la importancia de las pequeñas y medianas empresas, porque ellas contribuyen a difundir la actividad empresarial y favorecen significativamente la generación de empleo, objetivos ambos que fortalecen la estabilidad social.

El estado social en el ámbito económico-social

El Estado debe desempeñar activa y eficazmente su irrenunciable papel orientador, normativo y fiscalizador de la actividad económica, independientemente de sus funciones de carácter subsidiario, incluido el impulso a la iniciativa privada.

En virtud de su rol orientador, compete al Estado conducir y guiar las políticas macroeconómicas, básicamente las políticas fiscal, monetaria y cambiaria.

Dentro del ámbito normativo, corresponde al Estado asegurar un marco institucional estable para las actividades económicas, adoptando las definiciones que afectan a la sociedad en su conjunto y en las cuales no caben soluciones distintas para las diversas personas. Asimismo, el Estado deberá proveer o sustentar los ingresos para los más pobres que, de acuerdo a cada circunstancia histórica y las posibilidades del país, se estimen como los mínimos necesarios para una digna subsistencia.

Superar los niveles de pobreza que impiden a quienes los padecen una efectiva incorporación al progreso general del país, y preocuparse por la capacitación y educación de estos sectores, reviste para Unión Demócrata Independiente un imperativo y un compromiso moral y social prioritarios.

En el campo fiscalizador, compete al Estado controlar el funcionamiento de la economía y sus agentes, y el cumplimiento de las leyes, normas y reglas objetivas o impersonales, con la mayor diligencia y el mínimo posible de discrecionalidad funcionaria.

En la aplicación del principio de subsidiariedad, el Estado deberá asumir con prontitud cualquier vacío en funciones socialmente deseables y que los particulares no puedan desempeñar. Sin embargo, el Estado subsidiario debe estimular la iniciativa particular en dichos ámbitos, para reducir progresivamente la necesidad de esa suplencia estatal y reforzar así sus insustituibles funciones orientadoras, normativas y fiscalizadoras.

En el campo de la producción, el Estado debe procurar ser coordinador e impulsor, antes que convertirse él mismo en empresario, situación que siempre debe considerarse excepcional.

Régimen Laboral

La legislación laboral fundada en la libertad para construir gremios y sindicatos, debe permitir a cada persona decidir soberanamente sobre su legítima afiliación sindical o gremial.

La negociación colectiva es un derecho de los trabajadores, cuyo desenlace será justo y sólido en la medida en que determine remuneraciones que reflejen el aporte de aquellos a la productividad de la empresa en que laboran.

En caso de fracasar las negociaciones, la huelga y el loc-out son situaciones legalmente posibles, sin perjuicio de la obligación de que la ley prohíba las paralizaciones de actividades que dañen gravemente el resto de la comunidad. En tales casos debe procederse a un arbitraje obligatorio, independiente de la autoridad gubernativa.

Los sistemas de solución de los conflictos laborales deben responder no sólo al interés de empresarios y trabajadores, sino al del conjunto de la sociedad, evitándose fórmulas que desemboquen en inflación o desempleo.

Los intereses de la comunidad deben cautelarse por la propia legislación laboral y no por intervenciones discrecionales del gobierno. Compete a éste velar por el cumplimiento integral de la ley, sin convertirse en actor o parte de negociaciones colectivas.

Unión Demócrata Independiente sostiene que el gobierno debe velar por los sectores más pobres y sin voz organizada, prescindiendo de criterios demagógicos que lo induzcan a favorecer arreglos entre los grupos empresariales

Descentralización, regionalización y participación

Unión Demócrata Independiente impulsa la descentralización como elemento básico de una sociedad libre. Ella evita concentraciones de poder estatal amenazantes para la libertad de las personas. Al acercar el nivel de las decisiones a ámbitos más próximos para cada ciudadano se favorece una efectiva participación social. La descentralización es el elemento clave de la dispersión del poder que debe singularizar a una sociedad libre.

Unión Demócrata Independiente aprecia la comuna como una instancia clave de dicha participación y la considera eje de todo proceso descentralizador, lo cual exige una preocupación cívica especial por los municipios y el respeto al carácter despolitizado que les debe ser propio. De igual modo, Unión Demócrata Independiente destaca la importancia de intensificar la regionalización del país, fortaleciendo la autonomía de las regiones para decidir respecto de sus problemas y realidades peculiares, conforme a soluciones diferentes exigidas por la muy variada condición geográfica de cada una.

Cuerpos intermedios despolitizados, gremialismo y áreas de neutralidad

Unión Demócrata Independiente realza la trascendencia que para una sociedad democrática participativa reviste el aporte de un rico tejido de variadas organizaciones intermedias autónomas.

La autonomía de los cuerpos intermedios culturales, vecinales y funcionales, sean estos últimos de carácter sindical, empresarial, profesional o estudiantil, supone que esas entidades no excedan su ámbito propio y especifico.

La UDI en gráficos:

A lo largo de su historia, la UDI a logrado apoderarse, en un gran porcentaje, de los ideales de muchos chilenos, según índices del CERC que a publicado una serie de datos que expresan que: dentro de los partidos políticos hay una aseverada diversidad de estabilidad electoral, siendo la UDI el más estable. Por otra parte, los entrevistados que habían declarado su tendencia política a favor de la UDI mantienen la estabilidad de voto en dicho partido, fomentando el equilibrio de este partido:

La UDI, como hemos dicho, se ha ido posicionando en la mente de los chilenos, este hecho a sido un proceso largo y duro, proceso que ha dado frutos interesantes y que hoy podemos percibirlos. Pero dicho fruto es obra de la forma de la UDI de llegar a la mente de sus militantes, formas que han sufrido variaciones, pero que a lo largo la han posicionado como un partido preponderante en la política chilena y un coloso dentro de la derecha histórica chilena.

Tomando en cuenta, según se refieren ciertos analistas, Renovación Nacional expresa por su parte los ideales de la derecha tradicional chilena, en cuanto la UDI expresa que ella muestra los ideales de una nueva derecha chilena, surgida luego de la transición, que como ocurre sucederles, citan a su mentor como el forjador de esto, Jaime Guzmán. Dichos frutos que surgieron al posicionarse el gremialismo en el FEUC, y luego con las agrupaciones durante el régimen militar, al igual que su progreso político durante y posterior a la transición, han llevado, como ellos expresan a ser el "un camino para Chile", camino que cuenta, según el siguiente grafico, con los siguientes índices de votantes, basados en la evolución a lo largo de los años:

Para dar a entender el continuo posicionamiento de la UDI en la gente y su efecto, me gustaría expresar los resultados obtenidos en las elecciones parlamentarias del año 2001, en dichas elecciones se demuestra la participación activa de este partido en nuestra vida política, y el aumento de la oposición en el Congreso Nacional, hecho que caracteriza como un hito la historia del gremialismo y de la derecha chilena, luego de la transición.

La siguiente tabla expresa los nombres de los parlamentarios que representará la UDI al interior del Congreso Nacional, se expondrán divididos en la Cámara Alta y Baja del parlamento los 36 diputados y 11 senadores con que cuenta el partido, demostrando que en aquellas zonas con una mediana industrialización, índices de urbanización en ascenso, y grandes productores de servicios, como lo son la I, II y V región, entre otras, representan en pleno la potencialidad electoral con que cuenta la UDI en nuestros días, y, como ya nos referimos anteriormente, la demostración de ello en la siguiente lista:

 

Senado

Cámara de Diputados

Jaime Orpis Bouchon

Rosa González Román

Evelyn Matthei Fornet

Ramón Pérez Opazo

Jorge Arancibia Reyes

Manuel Rojas Molina

Andrés Chadwick Piñera

Darío Molina Sanhueza

Juan Antonio Coloma Correa

Marcelo Forni Lobos

Hernán Larraín Fernández

Gonzalo Ibáñez Santa María

Marco Cariola B.

Alejandro García-Huidobro Sanfu

Rodolfo Stange Oelckers

Eugenio Bauer Jovanne

Sergio Fernández Fernández

Juan Alfonso Masferrer Pellizzari

Jovino Novoa Vásquez

José Ramón Barros Montero

Carlos Bombal Otaegui

Sergio Correa de la Cerda

Pablo Prieto Lorca

Ignacio Urrutia Bonilla

Jorge Ulloa Aguillón

Andrés Egaña Respaldiza

Iván Norambuena Farias

Víctor Pérez Varela

Eduardo Díaz del Río

Gastón Von Muhlenbrock Zam

Javier Hernández Hernández

Carlos Recondo Lavanderos

Claudio Alvarado Andrade

Rodrigo Álvarez Zenteno

Patricio Melero Abaroa

Pablo Longueira Montes

Cristián Leay Morán

Mario Varela Herrera

Marcela Cubillos Sigall

Julio Dittborn Cordua

Felipe Salaberry Soto

Iván Moreira Barros

María Angélica Cristi

Darío Paya Mira

José Antonio Kast Rist

Gonzalo Uriarte Herrera

Los siguientes gráficos que se mostraran expresan en porcentajes la cantidad de sufragadotes con que contó la UDI durante las elecciones parlamentarias del año 2001 con respecto a los otros partidos, mientras que también se expondrá otro grafico mostrando la evolución de la representación parlamentaria de la UDI, todo esto a fin de consolidar y confirmar la evolución de la UDI de un partido de masas, muy popularizado y seguido no solo por sus militantes, sino como se configuró como partido de elite, y como se consolido como uno de los más importantes en la vida política contemporánea de nosotros.

Dichos datos serán expresados en las siguientes dos tablas expuestas a continuación:

El último tema que nos queda por presentar, se refiere a la presencia de la UDI en las zonas populares y de alta concentración de votantes, elemento que estudiamos desde una perspectiva electoral, considerando las capitales regionales y algunas comunas de la Región Metropolitana, para lo que utilizaremos las tres ultimas elecciones municipales que se han dado en nuestro país. Posteriormente, sólo nos valdremos de la elección municipal de octubre del año 2000 para analizar las 20 comunas con más bajo Índice de Desarrollo Humano y las 10 comunas con más votantes. La comparación se realizó, según la fuente de donde obtuvimos dichos datos, tan solo de RN, por lo que se podrá observar el poder de sufragio en cada uno de los dos bloques de la derecha chilena.

Respecto a la votación por capital regional el gráfico da cuenta de la estrategia de la UDI respecto a concentrar la competencia en las zonas más significativas, es decir, Santiago, Concepción y Valparaíso, donde obtiene amplias ventajas sobre sus aliados, al igual que en centros urbanos cercanos a estos polos tales como Talcahuano y Viña del Mar, cuestión que se expresó con mayor nitidez en las municipales de octubre del año 2000, sin perjuicio de que hayan mantenido supremacía en las otras elecciones. También es importante destacar las zonas de Talca y Punta Arenas, y la baja presencia en el norte del país, lo que nos lleva a concluir que es un partido que ha focalizado su trabajo en la zona Centro-Sur, dejando a RN las regiones del norte, donde se da una férrea competencia con los partidos de la Concertación. La UDI ha logrado permanentemente triunfos en 5 de las 13 capitales regionales, pero de esas 5, tres son las más relevantes desde un punto de vista electoral: Santiago, Valparaíso, Concepción.

Es importante señalar que la elección del año 2000 marcó una nueva etapa en las relaciones RN-UDI, ya que estos partidos acordaron una lista de candidatos privilegiados a alcaldes, permitiéndoles ganar más alcaldías que en los comicios de 1996, pues pasó de 132 a 165, en tanto que la Concertación redujo su poder local de 197 alcaldías en 1996 a 169.

En cuanto a las principales comunas de la Región Metropolitana, la "vocación popular" de la UDI es uno de los elementos que más la distinguen de la derecha, cuestión que se demuestra empíricamente no sólo en las comunas con menores recursos, sino que también en localidades de Santiago que son reconocidas como "populares", donde obtiene destacadas victorias, especialmente en Conchalí, Renca, Huechuraba, Recoleta, San Ramón, San Bernardo, en que ha sobrepasado a RN en las tres elecciones municipales.

Es importante considerar que en las elecciones municipales del año 2000, la Concertación sólo controló el 33% de las alcaldías en la Región Metropolitana, lo que es una baja considerable al compararla con el poder que alcanzó en esta misma zona en 1996, un 77%, lo que demuestra al empinado camino propuesto por la Alianza por Chile en esos cuatro años, y la labor considerable de la UDI en dicha situación.

Concluyendo, como ya hemos citado en la evolución del partido, la meta actual de la UDI es conquistar la Presidencia de la Republica, este hecho se ha ido reforzando a lo largo de los años, si tomamos en cuenta las últimas elecciones presidenciales, observaremos que el candidato de la Alianza por Chile, Joaquín Lavín, perteneciente a la UDI, logro un amplio numero de sufragadotes, al punto de corresponder una segunda vuelta de elecciones, considerando las masas militantes y congregaciones que forman las dos grandes coaliciones nacionales, observaremos que la Concertación cuenta con un amplio numero de sufragadotes debido a su extensión de agrupaciones políticas, mientras que el numero reducido de la Alianza por Chile no se torna un defecto, provocando que los índices de votación que separan a ambos candidatos en las ultimas elecciones presidenciales ocurridas entre los años 1999-2000, reflejan un numero muy pequeño de diferencia, por lo que podemos proyectar que a futuro la UDI pudiese conquistar la necesidad de votos requeridos, con lo que no se encontraría tan lejos de completar su meta. Para aclarar lo anterior se completará con un grafico:

Conclusiones:

  • Partido de masas y partido de elite:

Podemos concluir luego de todo lo analizado en el trabajo, que la Unión Demócrata Independiente ha pasado por una fervorosa evolución, la cual la a logrado posicionar y consolidar no solo como el principal partido político desde el punto de vista de la masa electoral, sino que su progreso la ha logrado robustecer como un preponderante partido de elite.

Dicha evolución no ha sido fácil, en el momento en que Jaime Guzmán fundo el movimiento gremialista, la UDI empieza a constituirse como un movimiento un movimiento ideológico, pero ante su inexistencia como partido debido a su inhabilidad jurídica, propiciada por la constitución vigente en aquellos años, resultaría contradictorio referirse a partido de masas.

Pero el tiempo y la lucha recompenso a los gremialistas, el "tan esperado" 11 de Septiembre de 1973 arribó entre bombos y platillos para estos, la configuración de un régimen militar a cargo del general Augusto Pinochet reforzó la masa creciente de gremialistas, que desde la época de la lucha de Guzmán por la FEUC se había ido extendiendo por las regiones, como ya se ha señalado. Aunque en aquellos instantes no existían partidos políticos, decidí realizar una citación a semejante suceso, nunca antes una ideología se había extendido a tal velocidad y había consolidado una fuerza capas de tomar decisiones dentro de la época dictatorial.

La formación del Frente Juvenil de Unidad Nacional, la Nueva Democracia y la unión con la agrupación de Renovación Nacional, como la pronta ruptura con este, señalan los albores del nacimiento de la Unión Demócrata Independiente como un partido de masas. Dentro de los sucesos destacados, es conveniente citar la importancia interna de la ruptura con renovación nacional en aquellos días, aunque los gremialistas de la época fueron inmensamente criticados, estos se sentían satisfechos ya que habían conseguido dominar y mantener su propia identidad, hecho que les beneficiaria a futuro.

El partido de masas de la UDI demostró ser sumamente poderosos, como se cito anteriormente, no mucho después de la ruptura con RN, la UDI es fundada oficialmente y adquiere personalidad jurídica en la forma de su mentor, Jaime Guzmán, por el cual culmina el ciclo de la masa militante, en tan solo un día de ser fundado, contaba ya con 80.000 inscritos militantes como señalan datos provenientes de estos.

Este hecho abrió paso a su carrera por conquistar la supremacía, ser un partido de elite, hecho que ha conquistado con su constante aumento en la masa electoral, la cual es actualmente la más poderosa, ubicada aproximadamente en un 26%, mientras que su representación parlamentaria continua en ascenso, lo que representa que su influencia en el gobierno continua en aumento al ocupar 36 sillas de diputados y 11 de senadores. La Alianza por Chile entablada con Renovación Nacional refuerza el prestigio y la masa electoral, con lo que se han abierto nuevas vías para la UDI con las que puede seguir con sus caminos de progreso.

Concluyendo la UDI, al consolidarse como el principal partido de elite según las estadísticas, conseguiría el pleno auge de progreso al asumir como Presidente de la Republica don Joaquín Lavín, quien es el candidato presidencial más probable para la UDI y la Alianza por Chile durante las próximas elecciones a realizarse en el año 2006.

 

Mattia Casali Guidugli

Julio 2004

Partes: 1, 2
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