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Literatura argentina: entrevistas (página 2)


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Todos conocemos los problemas para editar. ¿Pueden los suplementos subsanar, en alguna medida, esa situación?

– De ninguna manera. El libro es intransferible. Si una carencia masiva de sensibilidad y disciplina hace suponer que el libro esta en vias de desaparecer, bueno es advertir que lo que desaparece son pautas de civilización. Cíclicamente se producen estas experiencias límite. Craso error sería confundir progreso tecnológico con progreso cultural. Ademas, basta señalar lo desaforado de aquel "progreso" que nos expone al autoaniquilamiento de la humanidad, para comprender que ciertas circunstancias imponen espejismos -o verdades- cuya fugacidad va en proporción directa a su desmesura. Los virtuales analfabetos diplomados "en el mas alto nivel" constituyen una subraza que poco tiene que ver con el lector de raza. Un buen suplemento literario puede llegar a informar, exhaustivamente; el libro, forma. Cada cual en su rol, en su razón de ser y trascendencia.

– ¿Los premios testimonian el valor de los escritores? ¿Sirven como pautas a tener en cuenta?

– Si están bien otorgados, lo que vale es haber sido premiado por un jurado que merezca el nombre de tal. EI cheque favorecerá a los acreedores, pero nada perjudica mas que recibir una distinción inmerecida. Creo que el único premio legítimo a que podemos aspirar es que cada lector piense y resuelva por sí mismo lo que nuestra obra le sugiere. EI famoso caso Borges habla por las claras: el, no perdió un ápice con semejante postergación absurda; en cambio, el Nobel quedó marcado a fuego por la digitación evidente a que es sometido.

¿Cree que existen clanes o grupos dentro de la literatura?

– ¡Por supuesto! Siempre los ha habido y los habrá, pero poco tiene que ver con la presencia, con la proyección del escritor. Estos grupos de presión suelen integrarse entre quienes carecen de individualidad suficiente como para expresarse por sí mismos. Su vigencia es temporal; lo que importa, seriamente, es cuanto quede de una obra cuando quien la firma ha desaparecido. La seduccion de ciertos personajes en sí mismos suele ser mas evidente que sus valores literarios. Al margen de los congresos, simposios, paneles, reportajes, declaraciones de principios y otras clásicas manifestaciones inofensivas, el artista se mide con su propio destino. Y poco pueden los managers de la preposteridad, aun cuando suelan disfrutar beneficios inmediatos harto redituables.

¿Qué les diría a quienes se inician en el camino de la poesia?

– Jamás doy consejos ni ensayo mensajes. La individualidad de cada creador resulta intransferible, y cada cual proyecta nuevos códigos. Sólo perdurarán los que tengan talento, y ese "ingrediente" escapa a todas las definiciones. Por otra parte, detesto el análisis, la disección del hecho poetico; es un trabajo profesoral ajeno al artista, a su lucida ceguera.

(EL TIEMPO, Azul, 15 de enero de 1989)

Jorge Isaac: una novela sobre C. Bernaldo de Quirós

Hace pocos días, en el Museo Provincial de Bellas Artes de Entre Ríos, fue presentada la última novela de Jorge Isaac. El autor, distinguido con importantes premios por sus obras anteriores, incursiona en esta oportunidad en la novela biográfica, en la que se desenvuelve con talento. Su biografiado es el pintor entrerriano Cesareo Bernaldo deQuirós. Sobre el artista y sobre su aleccionadora vida conversamos con el escritor.

¿Usted conoció a Cesareo Bernaldo de Quiros? ¿Cuál fue su relación con él?

– No. No lo conocí. Aunque el vivió hasta 1968, ya desde 1945, que es cuando experimenta sin duda la mas amarga desilusión de su vida -según lo atestigua su propia carta manuscrita-, dejó de venir de visita a la capital provinciana. Hay cartas fechadas en 1950 y 1955 en que, refiriéndose a su hermosa mansión por él abandonada, la menciona casi como en un lamento: "…¿qué será de la pobre casa mía…" le pregunta a un amigo residente aquí.

He creído reemplazar ese valioso aporte que ofrece el conocimiento personal, con la contemplación de sus autorretratos, confirmatoria, para mí, de los rasgos salientes de su carácter y su personalidad expuestos por mas de uno de mis informantes.

¿Por qué lo eligió como protagonista para su novela biográfica?

– Mas bien él me eligió a mí, ofreciendome con las dos cartas que en forma que pudo parecer accidental cayeron en mis manos, los medios que permitieron el comienzo de la obra. El aviso de un diario, del que parte la novela, existió realmente y aun es posible leer otro igual o parecido como de tanto en tanto sale en La Nación.

¿Por qué eligió la novela y no otro género para evocarlo?

– Pensé primero en un ensayo. Y hasta comencé a escribirlo. Pero lo abandoné pronto. Preferí la novela por mas cálida. mas espontanea y mas permisiva para interpretar los estados emocionales de los personajes en juego.

¿Le resultó facil hallar datos sobre su vida?

– No demasiado fácil, imaginable por otra parte por cuanto ha transcurrido casi medio siglo desde que abandonara la provincia. No obstante, quienes de algun modo estuvieron relacionados con él, lo recuerdan con sorprendente claridad, explicable por la impresión que dejaba su fuerte personalidad. Uno de sus primos, abogado, residente aquí, me proporcionó datos importantes. En lo demas, y cuando se trata de acudir al auxilio de la gente, es indispensable -segun lo comprobé- tomar buenos recaudos. Sobre todo cuando una supuesta amistad con un personaje brillante puede constituirse en motivo de envanecimiento.

¿A qué fuentes recurrió, además de las orales?

– La bibliografia es escasa. Aunque en 1991 apareció un voluminoso libro con innumerables ilustraciones, no intenté siquiera hojearlo. Queria valerme por mis propios medios y sobre todo, los documentales. Los cinco ilustrativos comprobantes que yo transcribo y que van apareciendo en el curso de la obra son inéditos y desconocidos para toda la gente. Los considero unicos e insuperables en cuanto a su valor y expresividad. Las dos cartas -cuya existencia nadie conocía- revelan. en los pocos días que median entre una y otra dos puntos culminantes en la vida del artista: uno, cuando cree estar tocando ya con sus manos la materialización de su sueño, y otro, cuando éste cae a sus pies deshecho en pedazos.

Una vez concluida su investigacion, admira a Quiros como ser humano y como artista. Usted lo transmite en su obra. ¿Que lo impactó de él?

– El libro, al correr de sus capítulos va reflejando mis estados de animo a medida que crece mi conocimiento sobre el hombre y su obra. Comienza casi intrascendente; atraido por un juego de circunstancias novedosas, y va cobrando fuerza a medida que voy descubriendo los rasgos salientes de una personalidad singular. Termino convertido en el mas leal de sus admiradores, deslumbrado ante la ferrea manifestación de su hombría, la emoción patriótica que lo anima y la devoción al arte bajo cuya influencia sacrifica todo cuanto un ser humano se resiste a inmolar cuando lo posee: la familia, las comodidades, los lujos, la vida placentera. El arte, sólo el arte domina el escenario de sus esperanzas y sus ambiciones. Cree tener asignada una misión divina: la de reflejar no sólo figuras humanas autenticas, sino hacer que ellas proyecten los rasgos esenciales del hombre que forjó nuestra nacionalidad; su valentía, su sobriedad, su honradez y sobre todo su amor a la tierra nativa. Quizás abrigaba el artista la secreta intención de que sus grandes obras con figuras humanas -a las que nunca se propuso negociar- estuvieran expuestas para siempre en un Templo de la Patria para que, cuando llegaran días de debilidad, de corrupción, de ausencia de solidaridad entre los sectores que forman la nación, como son estos que estamos viviendo, nos proporcionaran la inspiración y la fuerza necesaria para superarlos.

(EL TIEMPO, Azul, 1993)

Jorge Torres Zavaleta: las facetas de un escritor

Jorge Torres Zavaleta se ha destacado en la moderna literatura argentina por su labor como cuentista, novelista y crítico, colaborando en los diarios La Nación y La Prensa, La Nueva Provincia de Bahía Blanca y también en este suplemento. Ha publicado el volumen de cuentos El hombre del sexto día y la novela El primer viaje; ambos recibieron elogiosos conceptos de los medios especializados.

En una entrevista para LA CAPITAL, nos habló de sus creaciones y sus vivencias.

¿Qué es lo que te atrae del cuento?

– A mí me interesa la posibilidad de captar el momento, el instante, el episodio. En el cuento podés desarrollar una historia corta en la forma más intensa posible, dando una sensación de plenitud en muy pocas páginas.

¿Qué te aporta la critica?

– Fundamentalmente, es un estímulo para mi propio pensamiento. Me obliga también a comunicarme con los lectores y salir de la aspereza de si tal libro me gusta o no me gusta. A veces, hay libros que a uno no le gustan demasiado, y que sin embargo son muy exitosos de acuerdo al propósito del autor, por ejemplo, a mí no me interesa John Updike, me parece un hombre que escribe muy bien, que tiene un uso poético del lenguaje, un hombre lleno de matices y de tino, pero la verdad es que me aburre profundamente. Hice varias críticas sobre él y llegué a la conclusión de que esa opinión simplificada "no me gusta" no servía; eso me obligó a ir descubriendo otras cosas de él, para que una persona que no fuera yo pudiera darse cuenta de cuáles eran los puntos fuertes y débiles.

– Vas siendo más objetivo; decía que a vos no te gusta pero puede gustarle a otro.

– Claro, porque en el caso particular de Updike, sus argumentos son más bien chejovianos, o al estilo de Katherine Mansfield; es decir, son impresiones, son momentos, son sensaciones… Eso ha tomado al final del cuento una suerte de orden y esas cosas casuales y dispersas se transforman en una historia, o son una historia, pero siempre es una historia que no me interesa mucho.

– ¿Dejás de hacer la crítica de un libro porque te parece aburrido o no es de tu agrado?

– Hay muchos libros malos, y alguna vez también he hecho mis brulotes, pero digamos que el riesgo de una crítica es la situación de omnipotencia que puede producir. Como creo que la vanidad y el orgullo son dos sentimientos realmente peligrosos, porque te impiden acercarte al mundo, hay que luchar contra ellos, y la única forma es estar un poco alerta.

– La novela es un campo vasto en el que el creador forja seres y situaciones. ¿Cuál es tu idea de ellos?

-La novela tiene todo el encanto de lo que no está admitido en el cuento; podés dar ecos, repeticiones, leit motiv, podés ir completando las cosas, agotándolas lentamente y dándoles vuelta, atacándolas de distintos ángulos. Esa complejidad de la novela me resulta muy grata, tanto que creo que , poco a poco, me voy acercando a ella.

-¿Sentís que el cuento te exige más?

– Borges dice que la novela está llena de ripios y de cosas innecesarias. Es la opinión de una persona que ha leído muchas novelas pero que consolidó su idea en un momento en que ya no veía –los últimos treinta años de su vida- y cuando quizás se haya ido alejando de las sensaciones que despertaron esas novelas. Su gran reputación hizo que los argentinos tomaran demasiado en serio esas opiniones. También es cierto que sólo se puede escribir novelas cuando vos empezás a tener una opinión y una sensación total de tu país, del mundo y de la gente.

Quizás por ello haya pocas novelas en la Argentina, porque como es un país complicado, donde la gente realmente no comprende lo que está sucediendo, y los escritores generalmente se arrinconan en su interioridad para mostrar sus pequeñas áreas o sus fantasmas personales, se produce una distancia entre la consideración de la vida cotidiana y eso que es el mundo de la novela. Porque el cuento admite cosas más fantásticas, el gran capricho lógicamente organizado, o la vida cotidiana, pero en la novela vos tenés que tener todo, tenés que tener sueños, tenés que tener la vida cotidiana, la sensación acerca de la vida corriente o de distintas áreas de conducta de diversos grupos humanos.

Creo que como los argentinos no nos comprendemos, porque estamos como aislados en nuestras propias fantasías, en nuestro país no existen las novelas. Por comodidad, la gente puede haberse aferrado a esa opinión de Borges, y vivimos en un país de cuentistas, salvo algunos pocos novelistas, como Bioy o Güiraldes. Don Segundo Sombra es una novela lindísima.

– A tu criterio, ¿cuáles son los temas que aparecen con mayor frecuencia en tu narrativa?

– En los libros publicados, que conforman mi primera etapa como creador, me interesa volcar mis delirios personales. Cuando alguien escribe, no puede ahorrarse cosas; tiene que tratar de ir a lo más hondo posible y saber discriminar cuándo entra una parte de la subjetividad.. Mis primeros cuentos –y quizás la novela, un poco menos- son intensamente fantásticos porque eso era lo que yo sentía. Empecé a escribir cuentos fantásticos inclusive sin haber pasado por los autores argentinos. Por eso es que no sentí como una limitación las opiniones de Silvina y Bioy, porque yo ya venía hecho a una forma; nunca dudé de mi capacidad de invención.

– ¿No sentís preferencia por algún tema, por ejemplo, la muerte?

– Los temas humanos siempre están encubiertos; en el caso de los cuentos fantásticos, el argumento es una metáfora para dar una emoción. Uno es, de chico, intensamente dramático; por eso en mis primeros cuentos aparecieron la muerte, la culpa, la inmortalidad, el tema de los misterios del alma humana. Aparecían el amor pasión, el amor obsesivo, la pregunta por Dios. Tenía entre dieciocho y veintitrés años… Aparece también el contraste entre a conciencia y la muerte. El tema de la muerte está en la vida humana y es quizás el que nos acicatea con mayor fuerza. Vinculado a ese tema encontramos lo místico; siempre he sentido un gran placer en perderme en un paisaje, eso está relacionado con la pintura. Siento una gran atracción por las cosas vivas; no soy un beato, pero hay un cierto asombro que me vincula a lo mistico.

(LA CAPITAL, Rosario, 1987)

María Rosa Lojo: la novela como testimonio

Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Maria Rosa Lojo es Investigadora de Carrera del Consejo Nacional de Investigaciones Cientificas y Tecnicas. Recibio en 1982 el Premio Coca-Cola, en ensayo; en 1984, el Premio de Poesia de la Feria del Libro por Visiones, el premio de cuento del Fondo Nacional de las Artes -que posibilitó la publicación de Marginales- y el premio de novela de dicha institución, en el periodo 1986/7, gracias al cual aparecio, editada por Torres Agüero, Canción perdida en Buenos Aires al oeste.

Para conversar sobre esta última obra, nos acercarnos a la sede en que realiza sus investigaciones; este fue el dialogo que mantuvimos:

Maria Rosa, España siempre ha estado ligada a tu labor, desde tus estudios sobre Calderón, publicados hace ya tiempo. Se evidencia en Marginales, volumen de cuentos también premiado por el Fondo Nacional de las Artes, y aparece con mayor vigor aún en tu novela. ¿Lo reconoces como el fruto de una tradición cultivada en tu hogar?

-Si. Mis padres me legaron el amor por su tierra, pero yo tambien aprendi a amarla a traves de sus grandes escritores. Soy la primera generación argentina nacida de una pareja de exiliados durante la Guerra Civil; en casa se hablaba de España como del "paraiso perdido", al que mis padres siempre quisieron regresar. Influenciada por la magnifica personalidad de Celina Sabor de Cortazár, que tan importantes huellas ha dejado en quienes fuimos sus alumnos, estuve por dedicarme a las letras españolas del Siglo de Oro.

De esa epoca de fascinacion han quedado tus trabajos sobre los autos calderonianos.

– Si, pero tambien muchos de los cuentos de Marginales, y mi devocion por la literatura medieval. Mas cercanos en el tiempo, aparecen en mi obra los tragicos instantes de la Guerra Civil, confrontados con otra guerra muy nuestra, la de las Islas Malvinas.- ¿Tu novela tiene algún punto en común con Marginales?

– Bueno. todo lo que uno escribe, puesto que emana de la misma estructura personal -aunque en distintas etapas de la vida, claro-, y de una cosmovisión, tiene puntos en común, aunque mas no sean los que marcan la transición entre un-momento evolutivo y otro. Pero entre Marginales y Canción perdida en Buenos Aires al oeste no hay -no hay sólo afinidad, sino especialmente "complementariedad". Marginales es lo que hoy llamaría la crítica un libro "intertextual" y "metatextual": esto significa que es un libro deliberadamente tejido sobre el dialogo con la tradición literaria y cultural -el mito, la ficción, la historia. como digo en el prólogo-, y en ese dialogo la tergiversa, la transforma, la rehace. Significa también que uno de sus temas fundamentales es la indagacion sobre la indole de la ficción misma, mejor dicho, sobre el proceso de hacer literaria -de hacer estética y verbalmente ficticia- la realidad.

En tu nueva obra tambien hay intertextualidad, y poesia.

Cancion perdida en Buenos Aires al oeste tiene, creo, en todo lo que la novela lo permite, el mismo trabajo poetico del lenguaje que los criticos elogiaron en Marginales. Hay tambien, como no puede ser de otra manera cuando se hace literatura, "intertextualidad". Todo texto nace ya cargado de otras escrituras, de otras voces, del "oro del tiempo", en el mejor sentido bretoniano de la metafora. Pero no es, en esta novela, un ejercicio esencial y voluntario, como en Marginales. En cambio sí reaparece la problematica existencial que en el libro anterior es constante: la vida dramáticamente vivida en situaciones límites, cuestionándose el dolor y la muerte, buscando trascenderse.

¿Cuál es, a tu criterio, la idea que vertebra la obra?

– La novela es la historia de una familia narrada a traves de siete personajes, de siete voces: la voz central es la de Irene, que en sus treinta años rescata ese nudo de vidas que conforma sus propios origenes, como quien canta una cancion. Una cancion perdida porque es la de la infancia y la adolescencia, la de la vida vivida tramada por el amor, la dicha, la desdicha, la enfermedad, la muerte, los extravíos y las recuperaciones que constituyen el tiempo irrestañable e incorruptible, como el agua fluyente, que la palabra -por un momento-crea la ilusión de retener.

¿En que periodo ubicas la accion?

– Mi novela transcurre entre los años 1975 y 1985 y tiene como protagonistas a dos inmigrantes y sus tres hijos argentinos. Junto a ellos, aparecen otros personajes, que conforman una vision totalizadora de una etapa crucial.

En esta novela encontramos, junto a la inmigracion española, la corriente alemana, tambien considerable en nuestra historia.

-Por cierto. La hija de los exiliados se casa con un muchacho de ascendencia alemana. Esta pareja, tan diferente, es un simbolo: en ella podemos ver el destino ultimo de todo extranjero que llega a nuestro suelo. Irene y Alberto encarnan la unidad en la diferencia, a pesar de los multiples obstaculos que dicha relacion conlleva.

Nos parece que la obra es, en gran medida, autobiografica.

– Lo es, desde el punto de vista de la pareja de Irene y Alberto, una pareja que no se conforma con la vision que ha heredado de sus mayores. Ellos tratan, no sin esfuerzo, de superar la fatalidad que se cierne en sus vidas. En definitiva, mi novela cuenta una historia demasiado parecida a mi historia; evoca la vida de dos generaciones distintas, enfrentadas en el contrapunto de dos momentos que tienen mucho en comun.

¿Cómo ves tu futuro? ¿Seguirás trabajando en distintos generos o elegirás uno?

– Creo que uno no elige "a priori" tal o cual genero. Expresarse en uno u otro supone necesidades y disponibilidades distintas, y a ellas obedece el escritor cuando adopta diversas posibilidades de escritura. Nadie puede decir voy a ser sólo poeta, o solo narrador, o sólo ensayista, y mutilar las potencialidades para hacer otra cosa.

(LA CAPITAL, Rosario, 1988)

Juan José Delaney: la epopeya irlandesa

Juan José Delaney se desempeña como Profesor Adjunto de la Cátedra de Literatura Argentina en la Universidad del Salvador, de la que egresó. Dirigió la revista El gato negro y publicó varios volúmenes de cuentos, entre ellos, Tréboles del Sur, obra que mereció elogiosos comentarios de Enrique Anderson Imbert y Rodolfo Modern.

El escritor dedica a sus antepasados estos quince textos que transcurren a lo largo de más de un siglo. El tema común a todos estos textos es el de la inmigración irlandesa, de la esforzada búsqueda de un mundo mejor. En este libro presenta seres ficticios y hechos verosímiles, sin embargo, en él se evidencia una evocación de la realidad que surge de datos concretos que Delaney maneja con autoridad.

El se muestra como un conocedor de todo cuanto atañe a su colectividad. Nos habla de la religión, de las lecturas que hacen los irlandeses, la música que los emociona, los internados en los que se albergan niños y niñas, las comidas típicas, las bebidas, la educación sexual –inexistente en un modo de vida puritano-, el idioma –que aparece como un obstáculo en el trato cotidiano y como una ventaja en cuanto a las perspectivas laborales-, las localidades en que se encuentran los inmigrantes de ese origen –Rojas, Moreno, Palermo, Flores y Villa Urquiza-, los pensionados, las fiestas patronales, los apellidos castellanizados y la historia de Irlanda.

Lo entrevistamos para este suplemento. Este fue el diálogo que mantuvimos:

¿En qué vertiente literaria inscribirías tus cuentos?

– Como lector y autor, siempre me incliné por la literatura fantástica, pero la temática de este libro no me permitió alejarme de hechos históricos y concretos, como de situaciones que, de alguna manera, ocurrieron. Digamos entonces que, en general, los cuentos se inscriben dentro del realismo, aunque con ciertas vinculaciones con lo fantástico y lo psicológico.

Imaginamos que un trabajo de este tipo tiene que estar basado en documentación, ya sea escrita o transmitida oralmente por tus familiares.

– Toda la información que obraba en mi poder la había recibido por transmisión oral. Las memorias, nostalgias y anécdotas de mis padres, parientes y amigos mayores, en efecto, me habían dotado del material como para emprender la tarea sin incurrir en imprecisiones. No obstante ello, recorrí la escasa bibliografía que hay sobre el tema.

La que incluyó, también publicaciones.

– Sí. Existe un semanario hiberno-argentino, The Southern Cross, que tiene unos ciento trece años de existencia y que registra la actividad cultural, religiosa, social y deportiva de la comunidad; su actual director, el padre Federico Richards, generosamente me permitió revisar todo ese valioso material.

Suponemos que entre esas historias habrá muchas protagonizadas, veladamente, por gente ligada a vos.

– Como se dijo –y al menos en mi caso, doy fe de que es cierto-, todo texto literario es, esencialmente, autobiográfico. Por más que haya disfrazado mis historias, detrás de las palabras, está mi propia experiencia vital. Debo decir que también redacté sucesos de los que me hubiera gustado ser protagonista. Finalmente, no por nada dediqué el libro "a los irlandeses, vivos y muertos, que andan por mi sangre".

(EL TIEMPO, Azul, 10 de abril de 1988. Reproducido en The Southern Cross, 30 de septiembre de 1988).

Graciela Nidia Aráoz: Premio Vicente Aleixandre

Graciela Nidia Aráoz nació en Villa Mercedes, provincia de San Luis. Es profesora en Letras por la Universidad de Cuyo y Licenciada en Filología Románica por la Universidad Complutense. El 23 de marzo de este año, un jurado presidido por Luis Rosales la distinguió con el Primer Premio de la XVIII Edición del lauro "Vicente Aleixandre", dotado con 175.000 pesetas, por su poema "Luz en el tacto". Sobre este asunto versó la charla que mantuvimos para "La Cultura en EL TIEMPO".

¿Cuáles son las características del premio? ¿Quiénes pueden presentarse?

– Puede participar cualquier poeta que escriba en lengua española; este año concursaron siete mil cincuenta y dos obras, procedentes de España y de países latinoamericanos. Lo auspician la "Cadena COPE – Radio Popular" y la Caja de Madrid; se concursa con un solo poema, de alrededor de cincuenta versos.

El hecho de que se pueda presentar una sola obra debe volver el certamen muy difícil.

– Claro que sí, porque puede ser que el poema no sea del todo logrado. O que la elección no haya sido acertada.

¿Dónde estabas cuando se dictaminó quiénes habían ganado?

– En Argentina, en la Capital Federal, donde me establecí hace un tiempo. Lo que sucede es que este premio tiene una historia curiosa: yo no mandé la poesía, sino un amigo mío. Dos días antes de que se expidiera el jurado, él me avisó -por teléfono, desde España- que había sido seleccionada. ¡Te imaginarás qué tensión! EI 23 de marzo me llamaron muy temprano y me dijeron que había sido distinguida con el primer premio, mientras que el segundo, el tercero y la mención habian recaido en poetas españoles.

¿Quiénes integraban el jurado?

– Luis Rosales, poeta y miembro de la Real Academia Española, José Hierro, Luis Lòpez Anglada, Eladio Cabañero, Angel García López y Fernando Mora. Actuaba como secretario Andrés Barriales.

¿Cómo te sentís después de haber sido distinguida con un premio tan importante?

– Siento un mayor compromiso conmigo misma. Todo parte de uno; el compromiso es primero conmigo. Y luego es con los demás. Tengo la certeza de estar ante un nuevo riesgo, pero el riesgo me atrae, porque implica libertad y crecimiento.

¿Cuál fue la repercusión de tan grata noticia?

– En nuestro país, fue difundida por radio, televisión y distintos diarios. El mismo día en que me notificaron el premio, me realizaron reportajes telefónicos para programas españoles, algunos de los cuales salían al aire en el preciso momento en que yo estaba dialogando con el periodista.

¿Fuiste a buscar el trofeo?

– No. Lo recibió en mi nombre Javier Casadevante, quien había enviado el poema. En cuanto a la selección del mismo, te diré que Javier tenía la poesía en su poder; yo no me acordaba de habérsela dado. Me la debe haber pedido hace tiempo.

Has publicado Equipaje de silencio en 1982. ¿Cómo ves, desde 1988, ese primer libro de poemas?

– Creo que ha habido una evolución. A partir de 1984, aproximadamente. Han servido como transición los libros que conservo inéditos, escritos después del que que mencionás. La evolución atañe tanto a mi mundo interior como a los juegos que realizo con la palabra.

Como todo poeta, nos hablas de la relación entre el yo lírico y su modo de expresión.

– Sí. En mi caso, hubo un cambio interno que se desborda en la palabra. Los acontecimientos importantes hacen que los refleje en la creación: aparecen expresados con mayor libertad y fluidez que antes.

Reafirmás que la autobiografía subyace en toda creación lírica.

– Desde luego. Toda poesía implica autobiografía, pero dicho esto con ciertas salvedades. Un poeta sostenía que, en la efusión lírica, todo lo que no es autobiografía es plagio; Borges también señalaba lo mismo.

¿Reconoces influencias en tu obra?

– No creo que se noten, aunque no soy yo quien debe decirlo. Leo con atención a muchos autores. pero no creo que pueda hablarse de influencias específicas. Me interesan Alejandra Pizarnik, Miguel Hemández, Luis Cemuda, Luis Rosales, Paul Eluard y Rilke, entre otros muchos.

(EL TIEMPO, Azul, 1988)

Roberto Glorioso: "elaborar un yo universal"

Roberto Glorioso nació y vive en Azul. Escribe cuento, poesía y teatro, y ha sido distinguido con numerosos premios, entre los que recordamos el Premio Estímulo a los escritores del interior, otorgado por la Sociedad de Escritores de La Plata, el Primer Premio Cuento en el Concurso Centenario de la Sociedad Rural y dos galardones de LU 10 Radio Azul, en 1985 y 1986 respectivamente. Publicó Los olvidos imperecederos y Comuniones de silencio.

Hace pocos días ha aparecido su tercer libro de poesía, Lejanías conjuradas. Dos temas se reiteran en estos poemas -el fuego y el hombre-; esos temas podrían reducirse a uno solo: el del fuego prometeico. "Mi suburbio interior/ ya desespera/ por volcarse/ a los fuegos/ de otra historia", canta. ¿Cuál será esa historia? Una nueva vida que lo aleje de los pesares, o la vida mas íntima que le revele su propio ser inmerso en el mundo. En "Meridiano" encontramos también la idea del fuego: "Camino/ arrancando los/ incendios/ del expatriado/ meridiano/ que me traza". Como ser humano, el poeta siente que el universo no le pertenece, que es un hombre en el vasto desierto de la contemporaneidad. Y entonces, piensa en Dios… Hondos, metafísicos, madurados en la soledad de la efusión lírica, estos textos quieren compartir un mensaje que, si no es de esperanza, lo es de autenticidad. En ellos -dijo Miguel Angel Viola-, "están ya encendidas las hogueras del futuro".

Sobre esta obra, publicada por la editorial azuleña América, conversamos con el escritor, durante su reciente visita a en Buenos Aires.

– Este libro se abre con la "Anticipación", de Miguel Angel Viola. En esas páginas, Viola habla de una notoria evolución en tu poesía, ¿estás de acuerdo con él?

– Siempre debemos estar agradecidos a los criterios de la bondad, pero creo que una simple lectura de mi obra anterior supone que concuerde con e1 juicio de Miguel Angel Viola, a quien no llegué a conocer personalmente porque la muerte nos ganó de mano.

– ¿En qué radica, entonces, la evolución?

Lejanías conjuradas, además de evidenciar una caótica frescura, sufre un despojo idiomático donde las palabras son las esenciales para determinar las transgresiones de uno mismo frente a los temas de la poesía.

– ¿Por qué elegiste ese titulo?

– Este título nace del insomnio o quizás de imágenes oníricas, pero no puedo precisar exactamente por que lo elegí. Sí se que esas dos palabras, desde que se me presentaron como una visión imprevista, fueron las que mejor definían la propuesta del libro.

– Cada poema está dedicado, ¿Cuál es la relación que te une a las personas mencionadas?

– Una relación de gratitud y amistad. Ellos son los elementos formativos, los seres horizonte, que desde el vamos me estimularon. y corrigieron, haciendo lo posible para que no me apartara de este camino.

– Dios y el hombre aparecen como motivos en tu lírica, ¿qué buscás al tratar estos temas?

– De los seis grandes temas que desde siempre deslumbraron al poeta, y que son nada más y nada menos que la tierra, el hombre, el amor, el dolor, la muerte y Dios, inconscientemente hago hincapié en esas dos prioridades como una manera de abarcar, más allá de la propia identidad, el territorio o la comarca de todos. Pienso que prescindo de un yo personal, para elaborar un yo universal.

– ¿Sos creyente? ¿Cuál es tu idea de la trascendencia?

-Creo en ese Dios que, más allá del silencio, nos está dando todas las respuestas, pero también creo que la idea de trascendencia la develaremos en el último instante de la tregua.

(EL TIEMPO, Azul, 1988)

Cristina Pizarro: el don demiúrgico

Hace muy pocos dias apareció "La voz viene de lejos", nuevo libro de poemas de Cristina Pizarro. De la obra dice Ruben Vela: "Una voz de antiguas resonancias en donde se conjuran la soledad y la belleza, impulsa el quehacer creador de esta poeta indudable que es Cristina Pizarro".

Sobre su libro, editado por Ayala Palacio y presentado en la SADE, conversamos con la escritora, para "La Cultura en EL TIEMPO".

¿Qué motivaciones la llevan a escribir poesia?

– El origen de mi escritura aparece fusionado al sueño. Los sueños que se abren al mundo a través de la palabra en una simbiosis de realidad y fantasia. Son los sueños de mis propias obsesiones, de aquellos recuerdos y deseos que martillan, sin cesar, en la mente, el alma y el cuerpo.

¿Qué siente al crear?

– Cuando escribo poesía siento que estoy plasmada en un estado especial que se va conjugando en distintos momentos. El acto de escritura se inicia antes de la concreción del texto; tiene un tiempo preliminar instalado en el contacto precedente a la vivencia corporal, cenestesica, la que está ubicada a priori de la palabra en alianza intima y subyugante que deviene del misterio y de la fe. Los paisajes, los rostros y las voces se amalgaman en una trama intertextual ligados a mi propio existir.

¿Desde cuándo escribe?

-Los primeros intentos de querer poner algo en verso, los hice jugando con una maquina de escribir alrededor de los once años. Inspirada por los textos de Ruben Darío y coincidente con el momento de la pubertad, comienzan los sueños de amor de una adolescente que quiere un mundo azul. La escritura en soledad, las confesiones a modo de diario en donde siempre utilizaba un lenguaje traslaticio, tal vez para ocultar ese profundo deseo de ser, quizas por el temor a enfrentarme con los demas.

Hablemos de sus libros.

Poemas de agua y fuego tardó mucho en ver la luz. Esta integrado por textos escritos entre 1986 y 1992. La voz viene de lejos siguió inmediatamente a la edición del anterior (agosto de 1993) y el último poema que cierra el libro es de mayo de 1995.

¿Qué relación tiene con su carrera de Letras, el acto creador? ¿Cree que fue positivo para la poeta haber realizado dichos estudios?

– Evidentemente, la formación academica constituye el sustrato en el manejo del lenguaje y la penetración en el oficio de escribir. Las lecturas, el estudio, la crítica literaria fueron consolidando los cimientos de mi primigenia vocación que tuvo un despertar publico en forma muy lenta y paulatina.

Algunos dicen que, mas que incentivar, estudiar literatura inhibe.

– La admiración y el respeto por los autores consagrados me inhibieron, al principio. Ahora siento que tengo el compromiso de entregar lo mejor de mí, aunque no sea a partir de una óptima realización. Aún me provoca un profundo estremecimiento ver el retrato de Leopoldo Lugones. Amé a los modernistas por su pasión desenfrenada manifiesta en la labor de orfebre con la palabra.

¿Qué influencias reconoce? ¿Cuáles son los autores que, en cierto modo, le han señalado un camino?

– Mis textos nacen en confluencias multifaceticas de una vida intensa abierta a lo plural, a diferentes dimensiones y perspectivas de abordar la búsqueda inherente a la condición humana. Los diversos lenguajes, ya sea la musica, la plástica, la danza, el teatro, se atraviesan en mis experiencias literarias desde el lugar sagrado que representa el hecho estético. EI discurrir reflexivo en el pensamiento filosófico y el abordaje de lo axiológico desde mi puesto en la educación están muy cerca y unidos: soy como el mar que recibe de los rios muchísimos afluentes. Podría citar autores que me han emocionado esteticamente. aunque no sé aún de qué manera han influido. Supongo que a partir de la lectura de los otros, empezaré a darme cuenta e intentaré reflexionar sobre mi propia escritura.

¿Surgen temas predilectos? ¿Sabe por qué se reiteran en su lírica?

– Los temas que subyacen estan ligados a los misterios de la sangre, del instinto, del lenguaje de la soledad, de la magia que encierran los signos de nuestro cuerpo. en los símbolos de nuestros deseos y de nuestro tiempo secreto. Los temas están inmersos en una escritura plasmada en un ceremonial literario engarzado por un conjunto de ritos, de imágenes que se desdoblan desde el ritmo interior de mí misma. Es posible que esto se relacione con mis consideraciones acerca de la poesía centrada en el espacio de la palabra profetica y del don demiúrgico.

¿Qué propósito persigue como poeta? ¿Qué espera de sus textos? ¿Sinfronía? ¿Trascendencia?

– Hacer oír mi canto. Convertir la obra en libro como testimonio concreto y un recuento trascendente del movimiento desde donde la génesis de una obra proviene; así como también el propósito de perpetuarlo eternamente en un prolongado éxtasis de amor y liberación.

((EL TIEMPO, Azul, 1996)

Gabriela Fehling, autora·teatral

Gabriela Fehling, con quien conversamos para este suplemento, nos cuenta que no ha tenido una formación teatral sistemática, sino que, por trabajar en estrecha colaboración con su esposo y estar presente en muchas clases y ensayos de la compañía, pudo absorber una serie de conocimientos teóricos y prácticos que le resultaron utiles a 1a hora de comenzar a escribir. Es autora de obras teatrales infantiles -dos de ellas incluidas en el repertorio del Teatro Colonial-, para adolescentes y para adultos. Escribe también cuento y poesía, dicta talleres, y en 1992 realizó crítica bibliográfica en el programa «El universo del hombre» que se emitía en Mar del Plata.

Entre los escritores que la influenciaron, reconoce basicamente tres: G. K. Chesterton, por su lenguaje límpido y bello; Patrick Süskind con El perfume, porque con su sarcasmo imprevisible e imperturbable abrió su mente y le dio vuelta la cabeza, y por último, aunque lo considera el primero y el más importante, Emilio Salgari y sus novelas, dado que con sus extraordinarias aventuras le enseñó que leer no es sólo un arduo y tedioso descifrar de letras sino una puerta abierta hacia un mundo maravilloso pleno de vivacidad y emociones.

La visitamos para conocer sus conceptos sobre la creación, la relación entre didactismo y hedonismo, y los proyectos que tiene para un futuro que incluye diversos géneros literarios. Este es el dialogo que mantuvimos para "La Cultura en EL TIEMPO":

¿Cuándo comenzaste a escribir obras teatrales?

– Empecé en 1997. Mi esposo, Daniel Rodriguez Viera, es productor ejecutivo de una compañía teatral y necesitaba un espectáculo infantil para la temporada veraniega en Mar del Plata. Se necesitaba una obra ligera y divertida para toda la familia y no daba con lo indicado, asi que me preguntó si yo me animaba a escribirla. Así nació Rescate en la isla de los piratas, que se estrenó el 2 de enero de 1998 y tuvo tanto éxito que continua sus funciones aquí hasta la fecha, contando incluso con una secuela, Rescate en la cueva de los bandidos, que se estrenó para las vacaciones de invierno, Hay incluso una tercera parte en proceso de escritura.

¿Pensas tus obras en función de un auditorio de corta edad?

-En realidad, yo no escribo exclusivamente para chicos. Aun en los infantiles, trato de que mis concepciones sean «aptas para todo publico» y por ende no le resulten ni aburridas ni fastidiosas a los adultos. Por otra parte, no creo en la diferenciacion entre productos para menores y mayores.

¿Cómo debe ser, a tu criterio, una pieza teatral?

-Considero que la obra debe ser comprensible y llevadera para todas las edades, sólo que cada uno, de acuerdo a su madurez intelectual y emocional, podrá entresacar conclusiones distintas de la trama. Solemos cometer el error de menospreciar la capacidad de comprension de los niños y ofrecerles sólo textos livianos sin permitirles el acceso a todos los autores por creer que no son aptos para entenderlos, cuando la experiencia demuestra que los chicos tienen la mente libre y despierta y una curiosidad avida e insaciable por descubrir emociones nuevas, mientras que nosotros, como adultos, venimos cansados, con la cabeza llena de preocupaciones, cargamos con nuestros prejuicios y limitaciones y una estrechez de pensamiento que no nos permite absorber conceptos alborotadores. Por lo general, ya tenemos nuestra opinión formada -basandonos en la fama de los participantes o el analisis del critico- aún antes de encarar una propuesta; nos cuesta concentrarnos y a toda costa tratamos de rebuscarle un sentido 1ógico y exacto mientras que los chicos se despreocupan de normas y pueden relajarse y disfrutar del espectáculo con todo entusiasmo y es así como sacan deducciones extraordinarias e increiblemente personales de cada pieza.

¿Crees que toda obra debe transmitir un mensaje?

-La verdad es que no siempre mi intención es transmitirles algo determinado a los chicos. Sería un trabajo vano por demas, pues ellos son criaturas imprevisibles y saltan para cualquier lado: pueden interpretar algo por completo dispar de lo que yo me esmeré con tanto esfuerzo por indicarles. Algunas obras mías sólo son para entretener, para solaz y diversión. A veces pensamos que todo lo dedicado a los niños debe ser exclusivamente educativo, cuando elegimos para nosotros mismos productos que brindan más distensión que atención. Entonces, si nosotros preferimos en mayor proporción los espectáculos pasatistas, ¿por qué cargar a los chicos todo el tiempo y a toda hora con obras instructivas? ¿Porqué empeñarnos en que todo sea aleccionador y no meramente recreativo? No hay nada de malo en que una obra sea una simple narración sin grandes moralejas explícitas; en realidad es mejor así, porque no les damos todo servido en bandeja y son ellos mismos los que trabajan una interpretación y deducen un sentido.

Por mi parte, trabajo en tres niveles. Un ejemplo de eso es "La leyenda del caballero negro»: en primer lugar una relación sencilla, un cuento con una trama comprensible para todos; en el segundo plano hay datos claves que serán accesibles a la mayoría de los presentes, los cuales en consecuencia podrán extraer una interpretación básica de hacia dónde apunta la historia y por último, existe un sentido mas profundo, cuyas referencias serán reconocibles sólo para aquellos que estén mas preparados o a los que las alusiones hayan producido un mayor impacto y se reconozcan en sus circunstancias personales, y puedan por lo tanto, mediante un fino razonamiento de deducción y conclusión acceder a su significado simbólico.

¿En qué trabajás actualmente?

– Estoy siempre experimentado con nuevas opciones. Trato de abarcar las diferentes técnicas y estilos. Tengo varias obras teatrales en preparacion, de diferentes tipos. Además de los denominados «infantiles» que –repito- considero que deben ser agradables para toda la audiencia, estoy componiendo piezas más dramáticas, de neta comedia, incluso de misterio y terror, basándome en los cuentos de Edgar Allan Poe y Sir Arthur Conan Doyle. Ya me di el lujo de redactar una obra entera en verso,·La mascara escarlata, a semejanza de los c1ásicos españoles.

¿Pensaste en la lírica como otro genero para expresarte?

– Me estoy adentrando en la poesía y cada tanto me inspiro y me salen unos versos medianamente aceptables, y por supuesto también escribo las letras de las canciones de mis productos.

Y los ilustrás.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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