Apropiación tecnológica
Disposición organizativa
Cuando una organización opta por incorporar tecnologías de información y comunicación, en un primer momento lo que resalta son las ventajas que éstas ofrecen sin necesariamente colocar de por medio las implicaciones organizativas. Más temprano que tarde ellas terminan por salir a superficie ante la necesidad de buscar una disposición organizativa más adecuada, para poder integrar los recursos y usos de la comunicación electrónica como para la asignación y formación de recursos humanos, tanto para el manejo técnico, como para el manejo informativo.
En efecto, con el acceso a la Internet, las organizaciones se encuentran ante el hecho de que la cantidad de informaciones que reciben crece cada vez más, por lo que la necesidad de establecer mecanismos para administrarla se va tornando ineludible. En algo pueden ayudar las funciones automáticas de la computadora, pero ello no basta. Se requiere de "filtros inteligentes", o sea gestionadores de información, que seleccionen la información oportuna y pertinente para luego canalizarla a las personas o el sector concernidos. Esto es, para que las ventajas que ofrece esta tecnología puedan ser aprovechadas de la mejor manera, en función de los objetivos de la organización.
Como no se trata de una situación nueva que se presenta de un porrazo, sino que va configurándose día tras día, en las organizaciones sociales los cambios tienden a seguir este ritmo inercial. Tan es así, que las pocas organizaciones que de manera explícita han abordado esta problemática lo han hecho ante consecuencias dadas.
Para ilustrar este punto, nos remitimos a dos casos típicos, que dan cuenta de dinámicas diferentes para procesar tal situación. El uno se refiere a organizaciones en las cuales la incorporación a la Internet se da como un agregado más al uso predominantemente secretarial y administrativo que se suele dar a la computadora, sin que falten situaciones donde sólo la secretaria tiene la clave de acceso a la computadora que se utiliza para conectar a la Internet, y cuando no está, nadie puede acceder a este recurso.
A medida que el manejo de relaciones y los flujos de información pasan crecientemente por este canal, se asiste de hecho a un incremento del nivel de responsabilidad del personal asignado a esta tarea, que se convierte en el puente entre la dirigencia o los responsables de áreas, y las contrapartes externas. Cuando a la correspondencia particular se suman dinámicas de redes y fuentes de información temática, la tarea de gestión de información requiere de un manejo para el cual el personal secretarial no necesariamente está calificado. Dependiendo de su formación, su intuición y su capacidad personal de percibir y responder a los nuevos desafíos que plantea esta tarea, quien ocupa esta posición puede convertirse en punto facilitador clave para las interacciones externas, o al contrario en factor involuntario de bloqueo.
El otro caso, en cambio, tiene que ver con organizaciones en las cuales algún líder o dirigente toma la iniciativa por cuenta propia de gerenciar la información, seleccionando lo pertinente entre lo que llega (análisis, despachos, propuestas, etc.), y lo reparte a listas por sector o grupos de personas, (o cuando éstos no tienen correo electrónico, es impreso y entregado en papel). Pueden ser materiales para la formación de cuadros o la capacitación de formadores, para orientar la acción de la directiva o del conjunto de la organización, o los que conciernen a una área de trabajo específica (salud, educación, etc.). Una iniciativa de este tipo suele contribuir a dinamizar al conjunto y a fomentar un hábito de compartir información en la organización, distinto al simple va y viene de mensajes e indicaciones puntuales (como sería el caso con el correo postal y el fax); así, se explota el aspecto interactivo de Internet con un sentido de mayor aprovechamiento organizativo.
Este último ejemplo permite apreciar cómo el buen criterio en el uso de la Internet puede facilitar la apertura de espacios de iniciativa personal, que inciden en el ritmo del conjunto de una organización. Así, la tarea de seleccionar, ordenar y redistribuir información comienza a realizarse aún antes de que los dispositivos organizacionales internos se pongan en marcha, para implementar tal o cual tarea específica que incorpore las ventajas de la Internet de una manera regular. Es más, no se precisa que el cumplimiento de estas tareas sea realizado en la oficina, ni en horarios de oficina, pues muchas veces se traslada a casa.
El potencial de las nuevas tecnologías para las organizaciones sociales tiene que ver con al menos cuatro aspectos del quehacer organizativo: organización interna, información, comunicación y relacionamiento externo. En la práctica, si bien cada uno tiene sus particularidades, las distinciones entre ellos no son nítidas. Por ejemplo, la información sirve para los otros tres, y las relaciones internas y externas incorporan una dimensión de comunicación. Por ello, resulta conveniente mantener un nivel de coordinación y retroalimentación entre estas actividades.
Cuando las organizaciones dan pasos hacia una disposición organizativa más explícita para la apropiación de las NTIC, éstos pueden incluir, según el caso: un nuevo reparto de tareas y responsabilidades, la asignación de infraestructura y servicios de conexión, y la contratación y/o formación de los recursos humanos.
Estos cambios no suelen ser bruscos. Pasados los primeros días de la introducción de una tecnología nueva (como la compra de una computadora o la conexión a la Internet), rápidamente ésta pasa a ser parte de la rutina. Aunque la Internet trae consigo una aceleración de los ritmos, en las organizaciones sociales ella termina por acompasarse a las pausas que imponen los procesos sociales. Dicho de otra manera, en el día a día, las organizaciones van procesando los cambios poco a poco, pausadamente, aunque bajo la presión de acelerar el ritmo.
A menudo, las organizaciones comienzan a planificar un reordenamiento interno a partir del momento en que reconocen la dimensión informativo/comunicacional de las NTIC. Entonces empiezan a asignar las funciones de gestión de información a los sectores respectivos. Así, se entrega el manejo de los flujos de información al departamento de comunicación, o lo que concierne a relaciones externas al departamento o secretaría correspondiente. En varios casos, ha sido incluso la intensificación del uso de las nuevas tecnologías lo que ha acelerado la decisión de crear un departamento de comunicación.
Las organizaciones tienen presente que, para que un departamento pueda gestionar información adecuadamente, necesita tener asignada una computadora con conexión a la Internet. Justamente, diversos responsables de comunicación contaron de las dificultades que enfrentan para sacar pleno provecho de la Internet, cuando deben compartir una computadora con la administración, con sólo 5 ó 30 minutos al día para manejar el correo electrónico.
Por ello, asignar una computadora a este departamento es uno de los pasos que se busca resolver cuando se decide priorizar esta actividad. Unas pocas organizaciones han reconocido también que es importante que este departamento pueda contar con casilla de correo propia, para que tenga mayor autonomía y agilidad de manejo de las comunicaciones.
Pero esta mayor autonomía de funcionamiento también tiene sus riesgos, si no se crean mecanismos y hábitos de compartir y retroalimentar información entre los departamentos e instancias de la organización, para que contribuya al fortalecimiento organizativo. Cuando se mantienen fronteras fijas entre los diferentes departamentos o sectores, se puede dar el caso que cada uno se convierte en una isla, conectada hacia fuera pero incomunicada hacia dentro, formándose así una especie de archipiélago.
Es así, por ejemplo, que en una organización su departamento de comunicación, cuyo accionar está basado en una política de medios, se relaciona hacia fuera principalmente con la prensa, focalización que establece un campo de atención específica con canales de relacionamiento particulares, subordinados al quehacer de enviar y recibir noticias. Con la misma lógica su relación hacia adentro se da principalmente con los dirigentes que hacen presencia en medios de comunicación, y muy puntualmente con otras secretarías, cuando éstas son protagonistas de alguna acción o tema que se ha tornado "noticioso".
Entre tanto, el sector salud, con su propia casilla electrónica, también tiene su red de relaciones y fuentes externas -participación en listas de interés, ubicación de sitios web afines u otras fuentes especializadas, etc.-, que le ha permitido ir adquiriendo una masa crítica de información, a partir de la cual produce su propia información. Pero esta información procesada queda como patrimonio del sector salud, y no es compartida con el equipo de comunicación, que frecuentemente carece de fuentes internas para producir boletines, actualizar la revista o el sitio web, etc.
Este ejemplo permite vislumbrar cómo el hecho de aprovechar -o no- las facilidades que ofrece la Internet para crear mecanismos de flujo interno de información, puede influir en la permeabilidad o la rigidez de los contornos fijos entre departamentos, y por ende, en sus posibilidades de refuerzo mutuo. O, si se quiere, ayuda a destacar que más importante que tener expertos en esta tecnología, lo que cuenta es contar con personas preocupadas en pensar cómo capitalizar tal tecnología en función de los propósitos de la organización.
Recursos humanos
La proporción del personal y dirigencia que utiliza la comunicación electrónica varía mucho de una organización a otra, pero tiende a aumentar a medida que la comunicación electrónica es más asimilada a las actividades internas y externas. Al respecto, conviene hacer una distinción entre quienes la utilizan directamente y quienes indirectamente (por intermedio de otra persona que maneja la computadora).
Encontramos que, sobre todo en un período inicial, un gran número de dirigentes mantiene un distanciamiento respecto al manejo directo de la Internet, aduciendo sobrecarga de tareas; aunque también hay los casos de dirigentes que, por su cuenta, han aprendido a manejar los equipos y programas, y han socializado sus conocimientos y destrezas dentro de la organización. Pero por lo general se comienza por encargar la operación de la Internet al personal de apoyo -secretarias, personal técnico- y/o a voluntarios.
Cuando el uso del correo electrónico va ocupando un lugar más importante en las comunicaciones e interrelaciones de la organización, los miembros de la dirigencia comienzan a reconocer que están en desventaja al no poder manejar los equipos, y entonces buscan superar sus resistencias frente a ellos.
A menudo estas resistencias son mayores cuando se trata de dirigentes con bajo nivel de educación formal, como es el caso de muchos dirigentes de organizaciones del campo. Pero cuando hay claridad de motivos y la decisión de aprender, se logra superar estas limitaciones.
Un dirigente de la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina (CONIC) de Guatemala describe cómo su organización enfrentó estas dificultades. No obstante su bajo nivel de escolaridad, los dirigentes "se han esforzado mucho por crecer en ese sentido y mediante un 'estirón' han accedido a las computadoras, a Internet; no con uno ni dos compañeros, sino al menos con cinco personas capacitadas para hacer uso de esos equipos". Inicialmente lo manejaron solamente entre miembros de la dirección nacional, pero luego "se abrió el acceso a otros compañeros con más tiempo para aprender". Para superar las dificultades que se presentan, trabajan en equipo frente a la computadora.
Otros obstáculos que destacan los y las dirigentes para aprender el manejo de la tecnología son: las carencias de recursos financieros, la falta de capacitación, la edad y el idioma. Pero hay casos que ilustran la decisión de buscar soluciones.
Una organización del campo de Nicaragua relata que si sus dirigentes han aprendido a manejar las computadoras, fue más bien para ahorrar recursos, pues contratar a operadores técnicos tenía un costo extraordinario. "Entonces, se ha preferido que sean los propios dirigentes los que manejen esas tecnologías, primero por la seguridad de la organización, por el manejo interno de información, y segundo porque es más fácil que el dirigente se quede horas extras trabajando en su computadora. Ahí puede operar su correo electrónico, lo que es más ventajoso que depender de un operador".
La falta de capacitación técnica, como también la poca experiencia en este campo, es citada como obstáculo para aprovechar todas las posibilidades de las NTIC, y además, como limitación para la reproducción del uso de la tecnología entre otras personas y grupos de la organización.
La edad es citada como un factor importante: existe la percepción de que las personas jóvenes tienen mayores aptitudes y predisposiciones para acceder y navegar en la Internet que las personas de mayor edad, que son las que generalmente ocupan los puestos de dirección. Para las generaciones "anteriores a la Red", la apropiación tecnológica significa un esfuerzo extra para entender su lógica y los nuevos códigos, léxicos y prácticas, a lo que un dirigente comunal se refiere como la superación de "nuestro analfabetismo virtual". Pero el problema generacional no sólo tiene que ver con dificultades de aprendizaje, sino también de imagen: se lo considera un dominio de los jóvenes. La razón, por ejemplo, para no sacarle provecho a los cibercafés, en el caso de organizaciones del interior que no tienen conexión propia, es que éstos son vistos como lugares de jóvenes.
Las barreras idiomáticas representan otro problema para las personas que no manejan el inglés -como es el caso de la gran mayoría de dirigentes sociales-, debido a la predominancia de ese idioma, no sólo en los contenidos de Internet, sino también en parte del software disponible. Un cierto lenguaje utilitario en inglés ha sido asimilado por algunas personas que trabajan en las organizaciones, además de que en ciertos casos éstas cuentan con la ayuda de voluntarios y cooperantes que facilitan el acceso (mediante traducción) a documentos e información. La disposición (aunque limitada) de programas informáticos en español o portugués, así como la existencia de un volumen considerable de información circulando en estos idiomas por las redes facilita las cosas.
Cabe destacar que nadie -ni hombres ni mujeres- se refirió a una brecha de género. Incluso, la tendencia es que las mujeres más que los hombres utilizan la Internet en las organizaciones sociales, posiblemente con el antecedente del uso de la computadora para transcripción de textos. En cambio, los dirigentes, que en las organizaciones populares mixtas tienden a ser hombres de edad mayor, en muchos casos nunca aprendieron a manejar la máquina de escribir, de modo que presentan cierta resistencia a sentarse frente a un teclado.
Por último, no faltan quienes ven a las NTIC como asunto de "técnicos y entendidos" y no de campesinos, dirigentes de mujeres o pobladores, lo cual les lleva a afirmar que la Internet no corresponde a la cultura de las personas que conforman las organizaciones sociales, en cuyo contexto cultural predomina la comunicación oral y las relaciones interpersonales directas. Pero se trata más bien de una pequeña minoría entre las dirigencias nacionales. Incluso hay organizaciones rurales que destacan que en este plano han tenido que enfrentar prejuicios ajenos: esa imagen de que la población del campo es per se "gente atrasada" y por tanto incapaz de entenderse con las nuevas tecnologías, y por ello no falta quienes se sorprendan al verlos utilizando una computadora.
Para decirlo con el testimonio de un dirigente del MST brasileño: "En una conversación que tuve con un Obispo, le daba y le daba vueltas hasta que finalmente soltó: 'Me dijeron que en la secretaria del MST tienen computadoras, no creí'. En otra ocasión, cuando hicimos la marcha a Brasilia en el 97, fuimos a un sindicato a pedir una máquina para hacer la pauta que íbamos a entregar. Y qué nos preguntan: ¿los Sin Tierra saben dactilografiar? Pero, ¿por qué estas dudas? porque tenían esa imagen de los Sin Tierra carentes, tras de la cual casi está el criterio de que nosotros no podemos acceder ni tenemos derecho a esas tecnologías".
Formación
La formación para el uso del Internet es destacada por casi todas las organizaciones que participan en esta iniciativa, como necesidad y como carencia. Si bien en muchas hay personas que han recibido algún nivel de capacitación, casi todas reconocen deficiencias en este plano, incluyendo aquellas cuyo personal tiene mayores niveles de profesionalización (por ejemplo, centros de mujeres). Y es que la incorporación de nuevas tecnologías es tan reciente y su evolución tan rápida, que la mayoría no ha podido acumular la gama de conocimientos requeridos ni seguir el paso de esa evolución.
En cada país existen recursos de capacitación técnica; pero en sí no necesariamente resuelven los problemas. A menudo éstos proporcionan capacitación únicamente en los procedimientos elementales y técnicas básicas, pero sin partir de las necesidades reales de las organizaciones.
Es más, las necesidades de formación no se ubican únicamente a nivel del manejo de la tecnología como tal, sino también -y quizás es la parte más compleja- en las destrezas para el manejo de la información y los criterios para definir políticas, que incluyen una mejor comprensión de las lógicas y particularidades del medio.
La mayoría de las organizaciones participantes en el estudio tienen como parte de su quehacer organizativo programas de formación de sus dirigentes; algunas incluso tienen convenios con universidades para su profesionalización. No obstante, en pocos casos estos programas de formación incluyen regularmente la capacitación en comunicación o en el manejo del uso de la Internet.
En este plano, la ATC de Nicaragua ha logrado apuntalar una iniciativa de destaque, con miras a capacitar a sus dirigentes y dotarles de una profesión (como operador de computadora, contador, etc.) considerando que es a la vez una inversión para la organización y una forma de garantizar el futuro de la persona, para cuando ya no sea dirigente. Para ello, no sólo organiza cursos de capacitación internos, sino que realiza convenios con centros universitarios para que los dirigentes puedan tener una calificación profesional. Esta organización ha dado inicialmente un entrenamiento básico en el manejo del correo electrónico a unas 30 personas, tanto de su oficina central, como de organizaciones miembros del interior del país, aunque en algunas zonas las organizaciones aún no tienen acceso a Internet.
Uno de los factores que impide que se integre más formalmente la comunicación y las nuevas tecnologías a los programas de formación internos, es la percepción de que la comunicación es un área únicamente para especialistas. Entonces, se piensa que la contratación de periodistas resuelve los problemas de comunicación de la organización, a pesar de que todas las evidencias demuestran que la comunicación es una actividad transversal a todas las demás áreas, y que un periodista que no cuente con claras directrices, aunque tenga la mejor voluntad, no podrá dar respuestas adecuadas. Acaso por esto, los participantes en el taller de intercambio de la CWMS (abril 2001) formularon la recomendación a sus organizaciones de incorporar la capacitación de las dirigencias en políticas de comunicación y en Internet, como una de las mayores necesidades actuales.
Para el manejo técnico de Internet, diversos dirigentes han tomado la iniciativa de capacitarse por su cuenta. En algunas organizaciones se ha contratado personal o voluntarios que tienen conocimientos en la materia. Otras prefieren un mecanismo más informal de socialización de lo aprendido entre quienes trabajan en la organización. En estos casos, mucho depende del nivel de conocimiento y entendimiento de la persona que lidera el proceso, pues, si bien sus avances pueden significar un progreso para toda la organización, también sus limitaciones pueden repercutir en el conjunto, si no se buscan mecanismos de superación.
No obstante las barreras culturales mencionadas anteriormente, la mayoría de organizaciones señala la disposición de su personal de planta y dirigentes a recibir capacitación en el uso de la Internet. De una forma u otra, con la práctica y la familiaridad se han podido ir superando las resistencias e incertidumbres que surgen ante una tecnología desconocida. Incluso, en varios casos es ya una demanda de las dirigencias en el interior. Al respecto, una dirigenta campesina niega la realidad de barreras culturales: "Es cierto que no somos conocedoras de cómo se usan esas tecnologías y todos los beneficios que nos puedan otorgar. Pero como organización tenemos la capacidad para aprender y darlas a conocer. El problema principal es cómo obtenerlas y aprender a utilizarlas".
Entre las expectativas mencionadas por las personas consultadas, se enfatiza la de una capacitación colectiva. Algunas señalan que la capacitación técnica debe ser general, no sólo para la dirigencia, sino también para la base. Se destaca la necesidad de compartir información sobre los múltiples usos de Internet y de aprender a manejar programas y recursos para saber discriminar la información.
Como impedimentos a la capacitación, se mencionan la falta de recursos económicos, la carencia de materiales y equipos para realizar prácticas, problemas de tiempo, o el hecho que su organización no le ha dado la importancia debida o no cuenta con un programa de formación.
Notas:
Bourdieu, en su "Esquisse d'une théorie de la pratique", señalando las limitaciones del conocimiento "fenomenológico" y "objetivista" propone el "praxeológico" que "tiene por objeto no solamente el sistema de relaciones objetivas que construyen el modo de conocimientos objetivistas, sino las relaciones 'dialécticas' entre estas estructuras objetivas y las 'disposiciones' estructuradas en las cuales ellas se actualizan y que tienden a reproducirlas, esto es el doble proceso de interiorización de la exterioridad y la exteriorización de la interioridad" (p. 235, traducción libre nuestra). Y es a partir de esta premisa que desarrolla la categoría de capital social, cultural y simbólico.
Marcelo Bonilla U. (2000) da cuenta de cuán presente está el planteamiento de Bourdieu en los estudios sobre NTIC que se están desarrollando en nuestra región.
2 Específicamente, se trata de tres talleres realizados en el programa de la CWMS (Quito, junio 2000; Porto Alegre, enero 2001; Quito, abril 2001).
3 Un estudio del Boston Consulting Group y Visa, indica que de los 428 millones de habitantes de América Latina, menos del 20 por ciento de las personas de 15 años o más viven en hogares que les permiten pagar el acceso a Internet, y de éstos sólo 13.2 millones realmente están conectadas a la red. (La Jornada, México, 12 de octubre de 2000).
4 Los anfitriones son computadoras conectadas permanentemente a la Internet. Este indicador no revela cuántos usuarios hay, pero es más fácil de medir y permite comparaciones de la penetración de la tecnología de un país o continente a otro.
5 Cuatro compañías europeas, dos estadounidenses y una canadiense controlan más del 75% de las telecomunicaciones en América Latina, como consecuencia del proceso de privatización que afectó a toda la región durante la década de los 90. Las europeas Telefónica de España, Telecom Italia, Portugal Telecom, France Telecom, las estadounidenses BellSouth y WorldCom y la canadiense Bell Canadá International, son las que concentran las comunicaciones telefónicas de casi 500 millones de latinoaméricanos. (Agencia ANC-UTBPA, Nueva York, 6 de julio 2000)
6 Se trata de una preocupación generalizada. La UNESCO (2001: 9), por ejemplo, sostiene: "La lengua es el vehículo fundamental de comunicación entre las personas y es parte de su patrimonio cultural… De ahí que la lengua del usuario no deba ser un obstáculo para que éste pueda acceder al patrimonio multicultural de la humanidad disponible en el ciberespacio. Sólo podrá haber un desarrollo armonioso de la sociedad de la información si se fomenta la disponibilidad de información plurilingüe y multicultural".
7 Los porcentajes para el año 2001 están cercanos al porcentaje de usuarios de Internet que hablan estos idiomas: español el 4,5% y portugués el 2,5%.
8 Este hecho lo ilustra el caso de una organización urbano-popular de República Dominicana, en cuya directiva se desató una reflexión interna a partir de la lectura de la encuesta sobre equipamiento y conectividad, enviada en el marco de este estudio. Si bien la intención de la encuesta era únicamente recoger datos, en este caso terminó interpelando a la organización. La respuesta tardó varias semanas: "Cuando lo discutimos por primera vez, todavía no teníamos una comisión de información, poseíamos un solo correo", relatan en su respuesta. "Ahora todos los miembros de la comisión ejecutiva tienen correo abierto, la información se distribuye de inmediato y la mayoría tiene acceso directo a la computadora".
9 Un ejemplo son los programas de correo, que presentan problemas de configuración cuando se quiere adaptarlos para un uso colectivo de una misma casilla desde más de una computadora.
10 Algunas personas ven al RTF (formato de texto enriquecido) como una solución más compatible para el envío de archivos. Si bien la compatibilidad es cierta, tiene una gran desventaja en el momento en que se incluyen gráficos, o textos con diagramación compleja. Un documento de 10 páginas, que en versión texto no pasaría de 30.000 bytes, si es diseñado con logo y convertido a RTF puede llegar hasta más de 1 megabyte; bajarlo con un módem de 36K puede significar 1 minuto en el teléfono para la versión texto y alrededor de 30 minutos para la versión RTF.
11 Al respecto, conviene tener presente que ciertos proveedores de servicio Internet ofrecen un precio reducido (alrededor de $US 10 por mes) a quienes utilizan únicamente el correo electrónico, sin navegación en la Web. También en algunos países (particularmente por parte de la red APC) se ha mantenido el servicio de conectividad para el correo electrónico, con el sistema antiguo "UUCP", para quienes tienen equipos de anteriores generaciones.
Capítulo 4. Internet y organizaciones sociales:Un estudio exploratorio(Sección Dos)
Procesamiento informativo
Es ampliamente reconocido que el desarrollo del conocimiento pasa, entre otros factores, por la posibilidad de encontrar y aplicar oportunamente información pertinente. La escasez de fuentes confiables e información actualizada, relevante y de fácil acceso –sobre todo la relacionada con el ámbito internacional- ha sido una constante para las organizaciones sociales de la región. Es más, son pocas las que han logrado implementar un archivo documental, al punto que no pocas veces se ha extraviado la propia documentación interna, conllevando a la pérdida de su memoria histórica.
Con la computación y el acceso a Internet, esta situación cambia rápidamente, lo cual no significa que quede resuelta. Y es que las posibilidades de acceso a información, de almacenamiento y búsqueda se amplían enormemente, al punto que lo que pasa a prevalecer es la abundancia, colocando contra la pared a los criterios y hábitos moldeados en una realidad marcada por la carencia. Un cambio de parámetros que coloca nuevas exigencias para poder responder a los nuevos desafíos, que tienen que ver, entre otros, con los mecanismos y destrezas para buscar, seleccionar, ordenar y canalizar la información requerida, de manera que pueda llegar a manos de quienes lo necesiten, en el momento preciso y en una forma funcional.
Muchas organizaciones, reconociendo el potencial para su trabajo, buscan establecer procedimientos para responder a estos desafíos. Otras, al no dotarse de los mecanismos adecuados, quedan en una situación de desinformación poco o nada mejor que antes, o, incluso, las nuevas tecnologías les pueden traer más problemas que soluciones.
La información que circula a través de la Internet adopta dos formas principales de recepción: o bien llega (solicitada o no) a la casilla electrónica, donde puede ser procesada, o bien se la busca activamente respondiendo a una necesidad concreta (en la Web, en bases de datos, etc).
En el caso de la información recibida en la casilla electrónica, se tiene la opción de leerla, revisarla, guardarla, imprimirla, borrarla, o simplemente dejar que se acumule, pero para poder aprovecharla, es preciso definir criterios de selección y ordenamiento. Mientras mayor es el flujo y volumen de la información, más exigencias se plantean para distinguir entre lo que es útil y lo que no lo es, y así poder encaminarla a las personas o departamentos concernidos. Esto es fácil decirlo, pero para las organizaciones sociales son implicaciones de fondo: aprender a administrar una abundancia informativa, siendo que históricamente el asunto se había planteado en terminos de carencias.
En el caso de la búsqueda activa de información, el volumen en sí no es tanto el problema. Este más bien reside en que las herramientas de búsqueda sean las más adecuadas para encontrar la información requerida, y que se tenga los conocimientos, destrezas y ubicación de fuentes, necesarios para acceder rápidamente a la información deseada.
Selección y distribución
Al poco tiempo de abrir su casilla electrónica, las organizaciones comienzan a recibir, además de la correspondencia particular, mensajes de la lista de su respectiva coordinación o red regional, información distribuida mediante listas temáticas de intercambio o aliases (listados de direcciones creadas por quien envía), etc. La información abarca boletines, comunicados, convocatorias, noticias, documentos, denuncias, entre otros, provenientes de organizaciones hermanas, redes, coordinaciones, ONGs, agencias de cooperación, etc. Las organizaciones consultadas dicen estar afiliadas a entre 5 y 10 listas regulares, y algunas, a más de 20. A veces son ellas las que piden suscribirse a una lista determinada, pero la mayor parte les llega sin haberlo solicitado.
La información que circula por estas listas, por lo general, es valorada en forma positiva por las organizaciones consultadas, pues encuentran que es actualizada, se refiere a los procesos organizativos, permite integrarse a campañas nacionales e internacionales, y porque son fuentes que "no distorsionan los contenidos". Consideran que estas listas, entre otras cosas, les permiten seguir aspectos de las coyunturas nacionales e internacionales que no aparecen en la prensa nacional, acceder a información sobre los temas de su interés y ejercer la solidaridad con luchas y organizaciones afines nacionales, del continente y del mundo. Por lo tanto, las califican de "muy útiles", sobre todo para mantenerse informadas y actualizadas sobre la coyuntura; y también útiles para estar informadas sobre temas, eventos y campañas de solidaridad.
Gerenciar esta información requiere de un cierto sistema de organización y criterios claros para la selección y distribución a las personas interesadas. Para el ordenamiento, algunas organizaciones aprovechan las propias facilidades que ofrece la computación para clasificar y almacenar lo que se recibe, creando, por ejemplo, carpetas que corresponden, ora a las coordinaciones en las que participan, ora a los temas en los cuales trabajan. Así, aunque las versiones impresas sean repartidas, siempre queda un respaldo archivado.
Para la distribución, los responsables indican que cuando reciben información útil a través del correo electrónico o la bajan de los portales de la Web, generalmente la imprimen y la entregan a las distintas áreas de trabajo y a la dirigencia, utilizándola para actividades de formación y preparación de propuestas. La información se transmite hacia los y las dirigentes del interior por otras vías: lo más frecuente es que se les entreguen carpetas de información fotocopiada en las reuniones presenciales. En las organizaciones donde los departamentos, dirigentes y/o afiliadas tienen casilla electrónica propia, la difusión se hace más bien por esta vía.
Pero varias organizaciones reconocen que, aun cuando es evidente el interés por la información, no siempre se alcanza a procesarla adecuadamente. Para sortear este problema, algunas han recurrido a acuerdos con entidades amigas, a las cuales les transfieren la información que llega sobre un tema específico para que la revisen y procesen, y la devuelvan una vez procesada.
Sobreinformación
Desde el momento en que las organizaciones abren su casilla de correo electrónico y comienzan a participar en circuitos de intercambio de información, rápidamente los flujos y fuentes de información se multiplican, debido, entre otros factores, al hábito que tienen muchos usuarios de "tomar prestadas" las listas de direcciones de mensajes que reciben para conformar sus propias listas de distribución1.
Ligado a lo anterior está el problema de los mensajes que llegan repetidas veces a través de diferentes listas. Si bien una cierta duplicación puede ser inevitable, el problema empeora cuando los mensajes se multiplican sin mayor criterio de contenidos ni de destinatarios y con cero valor agregado.
Al abordar este punto, una representante del movimiento de mujeres fue contundente: "Estamos ante un gran problema porque con la Internet muchos compañeros y compañeras se han dedicado al panfletismo electrónico, acaso pensando que se colocan en una posición de vanguardia en la 'guerra digital', bombardeando a la dirección e-mail que caiga en sus manos con mensajes que rastrean en otros sitios, porque de su propia cosecha nunca aparece nada. Y lo peor es que estos panfletarios/as se atraen y cada cual reproduce lo de los/as otros/as, que para desgracia de quienes estamos en sus listas eso significa que recibamos el mismo mensaje 5, 10, y más veces. Seguramente ellos/as se sentirán realizados/as, pero creo que no se dan cuenta del daño que están haciendo a las organizaciones. No se si es la tara del vanguardismo, de gente despistada o de egos que quieren brillar con luz ajena pero como diciendo aquí estoy. Lo que sea, mi sensación es que son gente con mentalidad de aspiradoras, que recogen todo lo que les cae y luego lo echan a quien pase por el camino".
El sentir generalizado de las organizaciones es que sólo desearían estar en las listas de quienes producen, mas no de aquellos que solamente reproducen y se contentan con utilizar indiscriminadamente la función "forward". No obstante, la situación no es tan simple, como subraya una comunicadora de una organización rural, debido a que "muchas de esas personas que se dedican a reproducir mensajes son amigas de la organización, no podemos decirles que ya no nos envíen más, siendo que de 100 mensajes que mandan si utilizamos dos o tres es como mucho".
Pero también la velocidad de la comunicación electrónica impone ritmos y tiempos a los que no han estado acostumbradas las organizaciones. Entonces, estas se ven rebasadas en su capacidad para procesar y responder a las múltiples demandas y requerimientos que vienen ya no sólo de sus respectivos países sino de todo el mundo. Casi todas se quejan del problema de tiempo que ello ocasiona. Para unas, constituye prácticamente un estorbo. Otras señalan que es preciso contar con una persona a tiempo completo para poder administrar la información, pero pocas pueden permitírselo.
El responsable de comunicación de una organización indígena ecuatoriana explica que a veces recibe entre 400 ó 500 mensajes diarios, cuyo procesamiento toma mucho tiempo ya que "la información que se pasa a los dirigentes es la que es clave, muy sintética, elaborada, didáctica y sirve para explicar lo que pasa en el planeta". Por eso, "cuando vemos, en las primeras líneas, que son muy generales o temas muy repetitivos o ajenos a la realidad nuestra, inmediatamente los vamos eliminando", acota, precisando que, en cambio, "hay otros mensajes que requieren un nivel de solidaridad, de urgencia, en relación a la situación que están viviendo pueblos indígenas o algunas otras sociedades y entonces damos paso a eso".
El hecho es que para la mayoría de organizaciones sigue siendo una materia pendiente desarrollar los mecanismos que permitan diferenciar con agilidad la información útil de la que no lo es, discernir cuáles mensajes ameritan una respuesta inmediata y cuáles pueden esperar, en fin, cómo desenvolverse en este mundo de abundante información.
Un dirigente campesino mexicano comenta las dificultades que enfrenta su organización para procesar los temas. "La mayoría de las organizaciones son del interior, entonces no se pueden crear equipos más amplios que ayuden en la información, que por ahora nos satura, pues no hay capacidad humana para procesarla, en temas complejos como los transgénicos, o el uso de plaguicidas en América Latina".
Un elemento que empiezan a utilizar las organizaciones para responder a la sobreinformación es aprender a discriminar las fuentes; es decir identificar y utilizar las fuentes creíbles y de mayor utilidad para el trabajo organizativo y político, y desechar aquellas que aportan muy poco.
Búsqueda de información
Procesar y ordenar la información que llega es sólo una parte de los nuevos desafíos. Con el acceso a la Web se abre un gran abanico de posibilidades para quienes desean investigar y buscar activamente fuentes específicas de información. Las organizaciones que se han metido a "navegar" en este mar de informaciones señalan hacerlo varias veces por semana y otras muy esporádicamente.
Los sitios Web más visitados son los de las coordinaciones continentales a las que pertenecen, las páginas referidas a su respectivo sector, además de los buscadores y portales más conocidos (Altavista, Yahoo, Lycos, Ole, Google), y los sitios Web de varios periódicos.
En cuanto al tipo de información que buscan, se menciona entre otros: noticias de actualidad; datos estadísticos de su sector o temas específicos de su red; proyectos productivos, asuntos ambientales y de turismo; temas de comercio y servicios públicos; derechos humanos; derecho a la vivienda y a la tierra; temas de capacitación; movimientos sociales y tendencias del neoliberalismo. Aparte de estos temas, indagan sobre el quehacer de otras organizaciones similares, de ONGs nacionales e internacionales y sobre las noticias de la misma organización divulgadas por otros sitios Web.
Si bien las organizaciones dicen que generalmente encuentran lo que buscan, tienen también expectativas de encontrar otro tipo de información que no hallan en los sitios Web consultados. Entre otros, la que se refiere a estadísticas actualizadas de su país; asuntos técnicos relacionados con estrategias de desarrollo del campo; información sobre procesos organizativos en el ámbito mundial; temas sociales y movimientos afines (como mujer, género, raza, racismo, movimiento afro); y manuales de elaboración de proyectos.
Los problemas encontrados tienen que ver con el limitado tiempo de uso, lentitud de las conexiones, páginas muy pesadas, costo de las conexiones, y el predominio del inglés.
Difusión en Internet
Generación de información propia
La Internet, por su carácter interactivo, no sólo ofrece posibilidades de recibir información, sino, a la vez, de generar información propia, potencial que en general es muy poco aprovechado, por la fuerza con que se ha implantado la cultura del consumo. Algunas de las organizaciones participantes en esta iniciativa tienen, desde hace algún tiempo, prácticas de producir información e incluso canales propios de difusión. La información que generan se refiere principalmente a temas de actualidad nacional, coyuntura política, violaciones de derechos humanos, acciones urgentes, temas organizativos, campañas de solidaridad, entre otros. También difunden sus conquistas e informan sobre sus propuestas, congresos o encuentros y acciones.
Esta información se difunde a través de los periódicos, revistas o boletines que editan algunas organizaciones nacionales o redes regionales, dirigidos principalmente al interior y al entorno de la organización. Algunas también producen programas radiales o videos, u ocasionalmente editan libros. Muchas emiten, regular u ocasionalmente, comunicados dirigidos a la prensa nacional.
La mayoría estima, sin embargo, que es muy poca la información propia difundida con relación a los grandes volúmenes que reciben a través de Internet. Entre las múltiples razones citadas para explicar este hecho, figuran la carencia de recursos humanos capacitados, la precariedad de infraestructura o la insuficiente ponderación de la importancia de hacerlo. Pero más que nada, uno de los principales obstáculos es la carencia de políticas al respecto. Pues, justamente, cuando existe una decisión política, por lo general se busca la manera de superar estos desbalances.
Otra razón podría ser que ellas no valoran que sus propias experiencias de construcción de propuestas o de nuevas formas de organización puedan ser noticia y, por tanto, no las comunican. Algunas han comentado que a veces ni al interior de la propia organización se comparte esta información de un sector a otro. O bien, cuando se produce una información valiosa, a veces "muere en la máquina burocrática interna", como dice un dirigente brasileño; o sea, no se le da mayor repercusión.
¿En qué medida el hecho de estar conectado a Internet puede ser un soporte para la generación de información propia? De hecho, no es evidente que sea una fuente prioritaria para las producciones propias de las organizaciones nacionales, que generalmente están basadas en sus experiencias internas o en fuentes directas. Al menos así lo confirma un dirigente del MST-Brasil al señalar que: "El periódico, para su elaboración, podría prescindir de Internet -explica-; sólo hay aquella página de los luchadores que se tiende a buscar más en Internet. Para la radio, tenemos un programa que va para 1200 radios, pero ahí más bien hacemos entrevistas a personalidades nacionales que las radios no tienen posibilidad de hacerlas, aparte de temas muy específicos".
El caso puede ser distinto para una coordinación regional, que recibe la mayor parte de la información de sus integrantes o instancias fraternas a través de este canal.
Pero en otro sentido, la Internet sí abre potencialmente nuevas oportunidades de difusión a partir de las fuentes recibidas. Por ejemplo, al compilar información sobre temas internacionales que conciernen a su sector, con un mínimo de procesamiento y complementándolo con algún contenido nacional, la organización puede constituirse en fuente de consulta para la prensa nacional.
La Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI) de Chile reconoce que este medio le ha permitido tener una experiencia hasta entonces inédita: preparar un expediente sobre los efectos de los plaguicidas, a partir de información recibida por Internet, que entregó a diferentes medios: TV, radios, periódicos. Algunos medios utilizaron el material y el tema se difundió, si bien no siempre dieron crédito a la organización que hizo llegar la información.
Sin embargo, por lo general, es poco el uso que se da a las fuentes de Internet en este sentido. Y cuando se las utiliza para la difusión, generalmente se aporta poco valor agregado, o sea, se redifunde la información ya elaborada.
Pero la relación entre uso de la Internet y la capacidad de difusión de una organización es compleja y es a menudo difícil establecer una relación directa de causa efecto. Por ejemplo, la repercusión que logre una organización en el plano internacional, en el caso de una situación de emergencia, en la cual la difusión a través de Internet puede ser un ingrediente importante mas no el único, a su vez puede incidir indirectamente en la cobertura por parte de los medios nacionales.
En coyunturas de movilización, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) comenta que ha enviado pedidos de acción urgente, incluso con fotografías de las víctimas mortales de la represión, por correo electrónico, a una lista que incluye personas amigas, movimientos indígenas, organismos y redes de derechos humanos y ecologistas de América Latina, América del Norte y Europa. "Estos enviaron no sólo cartas de apoyo al movimiento indígena sino que hicieron llegar centenares de pedidos al Presidente de la República para que cese la represión y se siente a una mesa de diálogo". Los medios nacionales, informa el responsable de comunicación de la organización, viendo el impacto internacional de la noticia, se vieron obligados a dar una mayor cobertura a la problemática, no sólo de cara a su audiencia nacional, sino sobre todo para responder a la expectativa internacional sobre sus respectivas ediciones en Internet.
El correo electrónico para la difusión
La información que las organizaciones difunden a través del correo electrónico y listas de distribución es, al menos en un primer momento, la misma información que producen para la comunicación impresa (comunicados, documentos, revistas). Los temas, según indican, se refieren principalmente a denuncias y, en menor medida, a información sobre sus actividades, coyuntura, campañas de solidaridad, eventos o derechos. Frecuentemente, los pasos iniciales en este campo se dan como respuesta a alguna situación de emergencia, como la necesidad de denunciar y buscar solidaridad frente a un caso flagrante de violación de derechos básicos o una movilización importante.
En Nicaragua, durante la Marcha por la Vida (1999) se visualizó la importancia de la difusión por correo electrónico para la proyección internacional: primero, por los mensajes de solidaridad que llegaron, luego por la difusión hacia el exterior y, finalmente, porque permitió un seguimiento en el ámbito de la opinión pública.
Pero aunque se cuente con un mecanismo de distribución establecido, la producción de información tiende a fluctuar según las coyunturas: cuando los conflictos sociales se agudizan y las organizaciones se involucran en luchas y acciones colectivas, los flujos de información llegan a los picos más altos, sin embargo, tienden a decaer apenas las aguas retornan a su lugar.
Este hecho es digno de notar, pues se da sobre todo desde la introducción del correo electrónico (y en menor medida el fax). Anteriormente, cuando la difusión dependía del correo postal y los ritmos eran otros (o sea, hasta inicios de los años 90, por lo menos), la tendencia era inversa: en las situaciones de emergencia era cuando la información dejaba de fluir hacia el exterior -sea por bloqueo y represión, sea porque las urgencias del momento impedían priorizar las actividades de difusión. La facilidad e inmediatez de la difusión por correo electrónico parece haber incidido para ayudar a superar este bloqueo. El resultado ha demostrado la gran importancia de este cambio, pues permite que se manifiesten expresiones de solidaridad internacional, que en ciertas ocasiones logran incidir en la actitud de las autoridades, en tanto se sienten estar bajo la mira del mundo.
En efecto, las organizaciones consultadas perciben que el correo electrónico y las listas de distribución les permiten llegar a un entorno solidario, sea nacional o internacional, de organizaciones fraternas o afines, las cuales a su vez pueden utilizar la misma vía, complementada por el fax, cartas etc., para expresar su solidaridad. Las organizaciones valoran estas posibilidades de difusión, pues perciben que les permiten tener una comunicación más directa y multiplicadora hacia el exterior, con información actualizada sobre sus procesos sociales. Así mismo, reconocen que el uso que hacen del correo electrónico para difundir información es todavía limitado.
Algunas organizaciones están abriendo, incluso a través del correo electrónico, canales directos e inmediatos de información hacia los medios, lo que es especialmente útil en las coyunturas de mayor conflicto.
El paso hacia la Web
La difusión en la Web es percibida por las organizaciones sociales como un paso más elevado y complejo que la difusión por correo electrónico y listas. Y es que, de hecho, es una forma de comunicación cuyos formatos pueden ser tan o más variados que los impresos: desde un folleto de presentación hasta un libro, pasando por una revista o un banco de datos, e incluir hasta programas de radio y televisión.
Así, el sitio Web de una organización o coordinación social puede contener a la vez información de presentación básica (qué es la organización, su historia, sus componentes), sus documentos fundamentales (de congresos, declaraciones claves); también información más puntual y ágil sobre sus actividades, luchas, propuestas ante la coyuntura, pedidos de solidaridad; incluso puede incorporar elementos culturales, como archivos gráficos, música, etc.
Un sitio Web puede, además, combinar varios de estos formatos, con una flexibilidad que no ofrecen los impresos, en cuanto a frecuencia de actualización, posibilidad de vincular directamente los diferentes contenidos y niveles de información y la opción de destacar, según el momento o el espacio, aspectos distintos. Con la ventaja adicional de que la Web permite ordenar los diferentes tipos de contenido por categorías o temas, y diferenciar su presentación. Pero ello exige una cierta planificación.
Casi todas las organizaciones consultadas en el marco de este estudio, o tienen sitio web o están camino a crearlo. Muchas veces un factor de motivación es la demanda externa ("todo el mundo nos pregunta si tenemos página web"), lo cual hace que las organizaciones perciban que es una manera de tener presencia y responder a una expectativa ya existente. Y es que, al ser organizaciones que se han convertido en actores sociales reconocidos por su capacidad de movilización y la justeza de sus demandas, despiertan el interés público y son muchos los que quieren conocer sobre su historia, su trayectoria y sus planteamientos. En esas circunstancias, a las organizaciones les resulta más práctico remitir a quienes les piden información hacia sus páginas web, con la ventaja de que estas pueden ser consultadas en cualquier momento y desde cualquier lugar, y no requieren de respuestas individuales.
"Cuando una persona quiere conocer la organización o nos pide información sobre una u otra actividad, le indicamos que tenemos una página, que la puede consultar, y que puede entrar en contacto con nosotros para enviarle fotos o textos complementarios", señala al respecto una comunicadora del MST-Brasil.
A menudo la presencia inicial en la Web se limita a una página de presentación de la organización (su carácter, objetivos, estructura, directiva). Mientras la organización no haya definido un plan de desarrollo, esta página bien puede quedar sin modificar durante semanas o meses. Aquellas organizaciones que han comprendido que el potencial de visibilidad de la organización en la Web, pasa por la actualización regular de información, colocan sus boletines de prensa, documentos, proyectos, etc.
¿Qué ventajas perciben las organizaciones de tener un sitio web? Varias consideran que les ha permitido fortalecer su presencia pública y facilitar el trabajo de relaciones externas. Otras respuestas destacan que constituye una oportunidad para llegar a los públicos jóvenes que son los que más la usan; y se menciona la facilidad de enlazar con las coordinaciones internacionales y participar en mejores condiciones en los eventos internacionales de solidaridad.
Algunos retos de la presencia en la Web
Los mecanismos para crear y desarrollar un sitio Web son poco conocidos para la mayoría de organizaciones, y por lo tanto, el umbral resulta más difícil de cruzar que el uso de correo y listas. Mientras la comunicación por correo electrónico se caracteriza a menudo por una cierta informalidad e incluso espontaneidad, incursionar en la Web es percibido como un gesto más formal. Esta percepción tiene cierto fundamento, debido a la mayor permanencia de la información y su diseño más acabado, pero también al hecho de que potencialmente llega a una audiencia más amplia, cuya composición es desconocida. Es más, se lo considera más complejo técnicamente. Por lo tanto, a menudo se lo posterga, o se lo deja en manos de terceros, con la consecuente carencia de control sobre el proceso.
En la práctica, en varias organizaciones han sido voluntarios o estudiantes de universidades nacionales quienes, con anuencia de aquellas, han tomado la iniciativa de crear el sitio. Esto, sin dejar de ser un apoyo importante, a veces resulta una salida fácil y no necesariamente significa que la organización asuma las implicaciones o le dé seguimiento cuando los voluntarios se van. En otras casos, se confía el sitio a grupos de solidaridad en el exterior, que generalmente lo hacen en su tiempo libre. O bien se abre una página de presentación en algún organismo externo con reducidas posibilidades de actualización.
Esta dificultad de asumir la producción técnica se debe, en parte, a la forma en que hasta ahora se ha desarrollado el software, que prácticamente obliga a recurrir a personal técnico especializado sea para diseñar las páginas, sea para colocarlas en el sitio, aunque la tecnología permite crear soluciones más fáciles. Cuando se depende de la solidaridad externa, la organización no controla los tiempos y a menudo la información llega a destiempo, lo que, de hecho, restringe enormemente la posibilidad de responder oportunamente a las coyunturas. Además, aún cuando el trabajo de diseñar y subir manualmente la información al sitio se hace internamente, algunas organizaciones encuentran que es exigente en tiempo y recursos humanos. Así, en la práctica, de las organizaciones que participaron en el estudio y que tienen sitio Web, sólo una actualiza al menos semanalmente la información, las demás cada 15 días, esporádicamente o casi nunca.
La dificultad de producir y subir información con regularidad es susceptible de incidir en el impacto del sitio, pues cuando un visitante abre varias veces una página Web y no encuentra información nueva, generalmente no vuelve al sitio.
No obstante, las organizaciones reconocen que el problema de fondo reside más bien en la carencia de políticas, como también en la falta de mecanismos para convertir la propia experiencia y accionar de la organización en noticia. Son pocas, todavía, las organizaciones que han llegado a elaborar una política para su sitio web, integrada con una política general de comunicación y sus programas de acción.
A veces existe una visión de lo que se quisiera difundir, pero mientras no esté integrado como proyecto del conjunto de las instancias de la organización, no puede prosperar.
La CONAIE de Ecuador, cuyo sitio web está principalmente enfocado en la coyuntura (http://conaie.org), indica: "tenemos previsto desarrollar una página web que nos permita dar cuenta de lo que somos los pueblos y las nacionalidades indígenas, de lo que producen, las prácticas espirituales, medicinales, de los sistemas de comercialización, del desarrollo de la biotecnología, tenemos un archivo fotográfico y en video, pero para colocarla no hemos tenido el tiempo y los recursos para poder alimentar la página web". Para ello quieren también conectar a sus bases, para que "las organizaciones puedan alimentar la parte correspondiente a su pueblo, es decir, que los tsáchilas alimenten permanentemente la información correspondiente a la nacionalidad tsáchila, lo mismo los sionas secoyas, etc. Con ello descentralizamos la información".
Otro problema son los ritmos que impone Internet, muy rápidos en relación al ritmo con el cual se ha acostumbrado a funcionar la mayoría de organizaciones. La simultaneidad que caracteriza al medio presiona hacia respuestas inmediatas, a la información al día. Pero en muchas organizaciones la producción de información sigue los ritmos de la época del impreso. Los esquemas son los mismos que imperaban para producir los periódicos, boletines, revistas, comunicados de prensa, etc., a veces sin percatarse de las nuevas exigencias y requerimientos de los espacios virtuales. Estos problemas no son exclusivos de las organizaciones sociales sino más generalizados, y están relacionados con el poco conocimiento de las características particulares de la Internet.
Las organizaciones sociales perciben que la Web es un instrumento para el relacionamiento internacional. Sin embargo, por lo general la información que producen es concebida más bien para una audiencia local. Para que sea comprensible hacia fuera, muchas veces necesitaría de una mayor contextualización (antecedentes indispensables, ubicación precisa de lugares, tiempos, explicación de siglas, etc.). Algunas organizaciones adaptan su información en este sentido antes de subirla a la Web, pero no todas lo hacen por que no tienen los recursos humanos para ello2.
"No hemos medido el impacto de la web, pero tenemos correos electrónicos y llamadas telefónicas que nos dicen: 'por favor actualicen la web, necesitamos este tipo de información; en la web se plantea la plurinacionalidad, queremos que nos digan qué significa la plurinacionalidad, el Estado multiétnico'; esto nos va dando la medida de que la usan estudiantes, investigadores. Yo creo que en el extranjero hay mucha más atención de las páginas web y nos piden este tipo de información", comenta un comunicador de la CONAIE de Ecuador.
Una de las dificultades con la publicación en la Web es saber, justamente, a quién se dirige y quiénes lo visitan, pues la audiencia no es visible y no siempre es fácil de identificar. Incluso organizaciones que han elaborado una política para la Web no siempre tienen claro si se dirigen al público en general o a una audiencia más específica: por ejemplo a organizaciones fraternas, a la solidaridad internacional, a medios de comunicación, estudiantes y académicos, etc.
Entre los factores externos que influyen en la audiencia de un sitio Web está el idioma. Los sitios únicamente en español tendrán una audiencia principalmente en América Latina y España. Para las organizaciones sociales, la posibilidad de difundir en otros idiomas pasa, generalmente, por la colaboración voluntaria de grupos de solidaridad, en cuyo caso el ámbito de cobertura se amplía.
Es el caso del Movimiento Sin Tierra de Brasil que tiene su sitio en portugués (http://www.mst.org.br) dirigido principalmente a lo interno. El idioma limita una difusión más amplia, por eso ha creado un sitio en español (dentro de la CWMS: http://www.movimientos.org/cloc/mst-br) para América Latina, y sitios en inglés, italiano y alemán, manejados por grupos de solidaridad en Europa.
Asimismo, entre las organizaciones indígenas de América Latina, son pocas las que manejan su propio sitio Web o incluso no tienen acceso a la Web, sin embargo, cuentan con sitios en inglés creados por grupos de solidaridad en EE.UU., Canadá o Europa. Estos reciben la información por correo electrónico, la traducen y colocan en las páginas Web de las organizaciones.
Otro problema reconocido es el de la utilización de diseños que dificultan la navegación y la lectura. Con frecuencia esto se produce cuando se deja el diseño en manos externas que hacen un uso exagerado de gráficos pesados y animación, cuyo atractivo y encanto se evapora rápidamente ante la lentitud del acceso, que, para muchas organizaciones latinoamericanas que conectan a la Web con equipos lentos o líneas congestionadas, significa que nunca volverán. Un diseño de las páginas muy cargado de texto también puede dificultar la lectura o la posibilidad de bajar los textos para imprimirlos en papel3.
Un último, pero importante factor que limita la visibilidad, es la falta de promoción de los sitios, o de vínculos con otros espacios. Quedan, así, como gotas en el océano. Algunas organizaciones están contentas de haber recibido 200 visitas en seis meses, lo cual es poquísimo para este medio, y expresa un desconocimiento de las posibilidades de difusión que implica este sistema.
Funcionamiento en red
Flujos internos
Una de las características de los actuales procesos de organización social es la importancia que se le asigna al funcionamiento democrático y participativo. Sin embargo, muchas veces tal disposición en la práctica termina diluyéndose por razones de costos financieros (pasajes para reuniones, llamadas telefónicas o faxes de larga distancia nacional, etc.). De ahí que muchas organizaciones han visto que la Internet puede ser un importante recurso no sólo en términos de ahorro de dinero y tiempo, sino también para efectivamente establecer una dinámica permanente de consultas y de intercambio de información. Disposición que, no obstante, choca con los problemas de infraestructura, pero sobre todo de formación y de crear el hábito del uso de Internet entre la dirigencia.
En ANAMURI, organización chilena de mujeres campesinas e indígenas, señala una dirigenta, "de partida no queríamos hacer una organización jerárquica, pero por el alto costo de reunir cada dos meses a la directiva, tuvimos que establecer un ejecutivo, que se reúne mensualmente, y la directiva en pleno se reúne con menos frecuencia, y eso deja al 50 por ciento del directorio fuera de la toma de decisiones generales. Recurrimos a consultas telefónicas sobre las decisiones a tomar, pero ello tampoco lo resuelve, pues se cae en el formalismo… Ya es un acuerdo que está ganado desde el primer momento". Es más, la cuenta mensual telefónica supera la del arriendo.
Apreciando que el correo electrónico podía contribuir a solventar esta situación, decidieron abrir casilleros electrónicos en un portal de carácter comercial para cada una de las coordinadoras regionales. Ellas, desde los cibercafés, las universidades, escuelas u ONGs amigas, "bajan" los mensajes que se les envían regularmente desde la coordinación nacional. Y así, acota la dirigenta, "por lo menos hemos logrado tener un equipo de dirección intermedio medianamente informado, con esto tratamos de que la toma de decisiones sea colectiva, y eso nos permite emitir una opinión y conocer lo que está diciendo la otra. Nuestra aspiración es tener un sistema de comunicación interna, es decir tener a la organización conectada en redes, ojalá en cada región pudiéramos tener el computador y la conexión"
Esta aspiración de ir hacia un funcionamiento interno en red aparece como una constante en el grueso de organizaciones, reconociendo que la forma tradicional de transmisión oral se ha tornado insuficiente. Como anota un dirigente agrario hondureño: "Mantenemos el esquema de que cada miembro de la junta directiva lleva a sus bases las decisiones de la junta, y esa misma persona informa del accionar y de las cosas que está haciendo su organización en la base. Definitivamente creemos que esto tiene que cambiar, que la comunicación es el más grave problema que tenemos, y se siente tanto en el ámbito nacional como regional".
En la CONAIE de Ecuador, señala un responsable de comunicación, "queremos desarrollar una serie de telecentros, espacios múltiples de comunicaciones en los cantones, en las parroquias y de ser posible en las comunidades. Nosotros estamos alentando a que los compañeros en los centros educativos y otros puedan contar con casilla electrónica porque estamos viendo que la comunicación electrónica puede servirnos para mejorar los niveles de comercialización, si necesitamos, por ejemplo, unos 500 quintales de arroz, yuca, plátano, etc. podemos comunicarnos con los compañeros de la Costa o de la Amazonia, es decir podemos comercializar, abaratar costos y eliminar a los intermediaros que se llevan una gran parte. Con esto le estamos viendo a la comunicación electrónica como un elemento de fortalecimiento organizativo que nos permita interactuar en todos los órdenes de la vida: la educación, la economía, producción de conocimientos, etc.".
Internet ha contribuido a descentralizar y desconcentrar los flujos de información, tanto a lo interno como hacia la sociedad, reconoce un dirigente del MST brasileño, precisando: "Antes, con el telex y fax, todo estaba centralizado en la secretaría nacional y de la nacional iba para los estados. Hoy no, los propios estados han adquirido la capacidad de ellos mismos hacer la irradiación directa a los otros estados. Con esta red, los sectores igualmente han organizado sus propias listas con destinatarios preferenciales, con lo específico de ellos. Han adquirido -se puede decir- vida propia para comunicarse. Se descentralizó más este asunto. Hoy en la nacional recibimos lo mismo que va para otros estados, somos un destinatario más".
En el curso de las consultas, se mencionó también uno que otro caso de reponsables que guardan la información, no la comparten o lo hacen parcialmente. Sin embargo, la tendencia es a internalizar que la información mientras más circula más se enriquece; por ejemplo, mientras más ampliamente se conozca dentro de la organización sobre las relaciones que ésta mantiene en el seno de una coordinación regional, mayor será el sentido de pertenencia a la coordinación y mejores sus posibilidades de propuesta y solidaridad en este marco.
En general, entre las organizaciones consultadas hay un reconocimiento de que la fluidez de la información facilita los procesos de consulta, formación de opiniones, construcción de consensos y toma de decisiones colectivas, es decir contribuye a democratizar la vida interna, a que las resoluciones que se toman en las direcciones nacionales o regionales puedan ser inmediatamente comunicadas a las organizaciones de base, por más lejos que se encuentren. Y, además, que facilita el mejor desenvolvimiento de los eventos internos: si previamente los dirigentes reciben, vía comunicación electrónica, la agenda y los documentos de la reunión estarán en mejores condiciones de participar y provechar de mejor manera el tiempo.
No obstante esta comprensión y más allá de la predisposición que la dirigencia pueda tener en esta materia, de por medio está una serie de barreras que dificultan el camino, que van desde las limitaciones económicas ("una buena parte de nuestras organizaciones de base ni siquiera pueden pagar una línea telefónica"), hasta las de orden cultural ("en nuestro país el índice de alfabetismo es muy alto", "hay una barrera cultural a las nuevas tecnologías"), pasando por los bloqueos de tipo institucional ("la idea de descentralización es buena, pero muy complicada").
Enlaces internacionales
Hoy por hoy, lo que se constata es que el funcionamiento en red aparece con mayor nitidez a nivel internacional que a lo interno de las organizaciones. Por lo general, anota una dirigente del movimiento urbano popular de México, "interactuamos mejor a nivel de redes continentales y sobre todo por sectores, como es el caso de las mujeres, que los diferentes grupos de mujeres en el mismo país, ni se diga entre sectores diferentes". Tal parecería que mientras más se abre el compás mejor funcionan las redes, como lo testifica una de las animadoras de una campaña internacional, "es más fácil y rápido sostener un debate, tomar decisiones y poner en marcha un plan de acción a nivel de las coordinaciones de los tres continentes, que hacerlo a nivel continental. Lograr que la información llegue, se multiplique y logre engancharse con los procesos sociales, crea un conflicto permanente, porque la demanda y las posibilidades de trabajo se mueven a ritmos distintos y tienen posibilidades diferenciadas de participación". Aunque los datos recogidos parecen indicar, al menos como hipótesis de trabajo, que estos desfases no se dan cuando se trata de organizaciones que han articulado a lo interno un funcionamiento en red.
El hecho de estar participando en dinámicas conjuntas en redes y coordinadoras sectoriales motiva a las organizaciones a compartir entre ellas su realidad, ideas, propuestas, experiencias. Ese compartir les deja visualizar con mayor claridad que su situación no es aislada, que los problemas que viven también se presentan de manera similar en otros países, que las respuestas que cada cual ha ideado pueden ser una fuente de inspiración para las demás, pero igualmente les ayuda a ubicar las problemáticas globales en torno a las cuales actuar conjuntamente.
Es, por ejemplo, lo que ha ocurrido entre las mujeres en el seno de la CLOC. El contacto e intercambio entre, por un lado, organizaciones de mujeres campesinas, y por otro, comités de mujeres dentro de las organizaciones mixtas, ha significado que cada cual descubra que los problemas y resistencias que enfrentan no les son únicos; como consecuencia, se sienten empoderadas para justificar y defender sus demandas en su respectivo contexto nacional.
Estos intercambios entre organizaciones muchas veces son primero presenciales. Pero una vez establecida la relación y la confianza, el mantenimiento de la relación vía Internet constituye un refuerzo y prolongación de los encuentros. Toda vez, para entender cuál es el aporte de Internet a estas dinámicas, no basta analizar qué pasa por ese canal. Sería algo así como tratar de entender la relación entre dos personas por sus conversaciones telefónicas. Más bien la comunicación electrónica se vuelve un componente de una relación mucho más compleja, que pasa por diversos canales; pero cuya frecuencia de contacto y calidad de intercambio se ven transformadas con la incorporación de Internet.
Uno de los aportes de utilizar las redes electrónicas para las actividades de coordinación, coinciden en señalar las organizaciones consultadas, es que permiten que la información fluya entre todas ellas -o al menos entre las "conectadas"- y que todas puedan participar en la toma de decisiones; aunque también concuerdan en que esta última posibilidad no necesariamente se da, de modo que las decisiones tienden a ser adoptadas por las organizaciones más dinámicas. Con todo, a diferencia de lo que pasaba antes, subraya un dirigente campesino de Centroamérica, "ahora ya no se puede decir: 'no sabíamos', 'tomaron las decisiones a nuestras espaldas' o cosas por el estilo; si teniendo la información, no nos pronunciamos, ya es nuestra responsabilidad".
Por el carácter incluyente que tienen, en estas coordinaciones existe una fuerte preocupación por aquellos miembros que se quedan fuera de las redes, y por tanto, al margen de la información y de la toma de decisiones. Sin embargo, no queda claro cómo tal preocupación se traduce en respuestas efectivas para evitar que la "lógica de los flujos" termine por subordinar el curso de dichos procesos organizativos. En un mundo marcado por la presión de ritmos acelerados, a la postre son los "conectados" quienes finalmente pueden dar su palabra cuando, por ejemplo, se trata de consensuar sobre la marcha acerca de un pronunciamiento público o situaciones similares.
Debemos reconocer, señala una integrante del movimiento de mujeres, que "los tiempos de los movimientos y de los procesos sociales no son los mismos que los tiempos de la Internet. En tiempos de Internet las cosas se aceleran mucho, y no todas las organizaciones están en medida de seguir ese ritmo. Incluso la tecnología puede llegar a ser un estorbo, si no se tiene una estrategia de comunicación. Las nuevas tecnologías de comunicación multiplican las potencialidades, pero también las brechas".
De manera general, se reconoce que las listas electrónicas de intercambio interno funcionan con altibajos y que la mayoría de mensajes que circulan corresponde a denuncias e información sobre hechos que suceden en los diversos países, particularmente cuando una organización miembro se encuentra involucrada. Aquellas también han permitido que se extienda al conjunto temas específicos abordados inicialmente por una u otra organización. Así por ejemplo, un dirigente campesino-indígena andino reconoce que su organización "tomó en serio" el tema de los transgénicos, gracias a las informaciones enviadas a la lista CLOC por "organizaciones fraternas de otros países".
En momentos críticos -como violaciones flagrantes a los derechos humanos-, se han implementado también acciones urgentes aprovechando que la Internet, al actuar en tiempo real, ofrece grandes posibilidades de sincronía. Es así como, en un lapso determinado de tiempo las organizaciones han respondido a llamados de solidaridad para incidir en un punto específico, transformando su debilidad (tamaño y dispersión) en una fortaleza, lo que deviene clave en el juego internacional de presiones.
Así mismo, este recurso tecnológico también ha permitido coordinar acciones y movilizaciones de manera sincronizada, salvando las barreras del tiempo y la distancia, y dar cuenta de las mismas sobre la marcha, reforzando la cohesión interna y aportando a un mayor impacto público tanto en el plano internacional como a nivel interno. Un reciente ejemplo de ello sucedió el 17 de abril de 2001, con ocasión del "Día Internacional de la Lucha Campesina", promovido por la organización mundial Vía Campesina, de la cual es integrante la CLOC.
Una buena parte de las organizaciones consultadas participa también de otras redes temáticas (uso de los plaguicidas, comercio justo, deuda externa, etc.), tanto para enriquecerse con información de primera mano como para establecer alianzas puntuales (por ejemplo con organizaciones de ecologistas, de consumidores, de derechos humanos, etc.), involucrarse en campañas y acciones urgentes y participar en eventos internacionales.
La experiencia alcanzada en el trabajo de red incluso es reproducida en otros ámbitos, como cuenta una dirigente de ANAMURI: "recogiendo la experiencia que teníamos de la CLOC la trasladamos a la Red de Acción contra los Plaguicidas en América Latina, RAPAL, que pese a ser un movimiento de ONGs e investigadores no tenía conexión en redes".
En la dinámica de las coordinaciones y redes sociales aquí contempladas, las campañas han jugado un rol altamente dinamizador, como una especie de "lubrificante" para ponerlas en acción, tanto a lo interno como en la interrelación entre ellas y otros procesos y sectores sociales. Pero hay una en especial que ha sido clave para los desarrollos particulares de aquellas como para el accionar en conjunto que se expresa en la CWMS: El Grito de los Excluidos/as, que de cierta manera viene a ser una continuidad de la Campaña de los 500 años.
El Grito de los Excluidos/as
El Grito de los Excluidos/as nace en Brasil en 1995 por iniciativa de la Conferencia Nacional de Obispos y de los movimientos sociales del Brasil, para llamar la atención sobre las situaciones de exclusión que genera el modelo neoliberal. En el transcurso de 1999 se extiende a América Latina, teniendo al 12 de octubre como la fecha simbólica para la protesta general que se lleva a cabo bajo el lema: "Por Trabajo, Justicia y Vida". En el año 2000, el Grito da saltos cualitativos y cuantitativos, pues pasa a convertirse en una movilización continental permanente que arranca en los primeros días de septiembre y se extiende hasta la tercera semana de octubre. Pero además, porque se traza una estrategia de convergencia con otros procesos e iniciativas que apuntan al mismo camino, esto es con la Marcha Mundial de las Mujeres contra la violencia y la pobreza, el Jubileo 2000, el movimiento contra el racismo y la coalición que en Estados Unidos lucha por la regularización de los inmigrantes indocumentados y la reunificación inmediata con sus familias, entre otros. La rapidez con la que se extiende sin duda se debe a la profundidad y gravedad que ha alcanzado la exclusión social pero también al hecho de que este espacio convergente no requiere crear una estructura propia, pues se basa en un tejido que se ha ramificado a partir de redes sociales interconectadas ya existentes, entre ellas la CLOC y el FCOC, y se nutre del dinamismo de movimientos campesinos e indígenas, sindicales, ecuménicos, de derechos humanos, ONGs y otras entidades. Este proceso se complementa con los criterios de descentralización, flexibilidad y libertad de acción que operan, de modo tal que cada sector, cada país, pueden hacer su propio Grito e incluir sus propios temas, definir las modalidades y momentos más adecuados para sus actividades, etc. Es decir, el Grito básicamente ha logrado interconectar a una diversidad de organizaciones y entidades, por su tamaño y alcance de acción, por sus motivaciones, áreas de interés e intervención, por sus metodologías y lineamientos estratégicos, etc., en términos tales que cada cual, desde la más pequeña, puede manifestarse y compartir sus puntos de vista. Y es así que la fuerza de las acciones reside en la virtualidad de estar enlazadas: en el imaginario de los protagonistas está presente la idea de la pertenencia a un movimiento internacional amplio, con lo que las acciones locales adquieren otro sentido.Por las características señaladas, el manejo informativo y comunicacional basado en un enfoque multiplicador es clave. Los soportes materiales son mínimos: un afiche y postales, que sirven para marcar la imagen pública del Grito, el grueso de esta actividad se realiza por medio de la Internet: junto al sitio web en varios idiomas (http://www.movimientos.org/grito/) -en el que se difunde información, se recogen documentos y artículos y se establecen enlaces hacia sitios de otras entidades afines-, existe una lista electrónica con las direcciones de los puntos articuladores que hace las veces de un circuito central, el cual es alimentado por un boletín electrónico regular y un flujo permanente de información coyuntural y reflexiones puntuales, correspondiendo a cada punto articulador multiplicarlos hacia su entorno, y así sucesivamente. Mas no todo se queda en la Internet, sino que en los diversos eslabones, indistintamente, esos flujos informativos son trasladados al papel o utilizados para programas radiales, etc. Es más, todo ello se complementa con las iniciativas específicas, grandes y pequeñas, impulsadas en cada organización, sector o país.
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