Pitágoras había adoptado la moral de la purificación derivada del Buda, mientras Sócrates se apro-ximaba a la doctrina de Zoroastro o pérsica, identificando la sabiduría de la virtud; pero entregando a la a la razón el fallo de la moralidad de nuestras acciones.
En el idealismos de Platón es donde aparece con mayor número de soluciones el problema moral: los deseos o necesidades del cuerpo, deben ser combatidos para llegar a la vida divina o para alcanzar la verdad; la prudencia y no el interés, debe ser la fuente de las virtudes, pues el hombre, no sólo debe vivir en armonía consigo mismo sino también con sus semejantes. (Todo esto ya estaba contenido en el Decálogo).
Para Aritóteles, la moralidad consiste en querer, realmente, guardar un justo medio en todas las cosas; y las virtudes reputadas fundamentales por este filósofo, son dos de naturaleza social: la justicia y la amistad.
"La moral del Evangelio, éste no es más que una mixtificación de la doctrina "sánscrita y vedanta" que significa "verdad" allí; pero que el evangelio conocido hoy, es la mentira absurda irracionalmente impuesta por la fe ciega y el fanatismo de la ignorancia.
Recúrrase al Egipto del tiempo de Moisés y se encontrará la raíz de la palabra evangelio. Descúbrase la fundación de los Brigantinos y se probará el nacimiento de un "dios cristo" por Aitekes, que dio al tal dios la doctrina vedanta de Moisés, "Porque es verdad". Evangelio.
Los Sentimientos Morales: El sentido moral, no es como algunos filósofos lo han defi-nido, una aptitud simple e intelectual, innata y perceptiva, que enseña a distinguir lo bueno de la malo. El sentido moral es el resultado de una revolución Psicológica y cuyos factores son intelectuales. La conducta, está constituida por acciones, y son éstas las que llegan a señalar la tendencia de la morali-dad. Esta podrá ser inherente a la naturaleza, humana y acorde con su destino, pero su verdadero rumbo marcado en el sentido moral sólo puede ser conocido por la experiencia.
De lo expuesto se deduce, continuar el análisis de las acciones humanas, cuyos caracteres físicos, biológicos, Psicológicos examinados en el párrafo anterior, pero a condición de que de ser buenos analistas y no ocupar más tiempo en el análisis que lo que duran los fenómenos.
En las pasiones momentáneas se expuso que todo acto humano, es el resultado de un proceso Psico-lógico, en el que intervienen impulsos, instintos, sentimientos y pasiones, más o menos subordinados al discernimiento.
Los instintos y las pasiones, revisten caracteres que impiden su concurso directo en la formación del sentido moral; el impulso instintivo de la naturaleza inconsciente, no puede confundirse en el razona-miento intelectual, para regir la conducta humana. La pasión que por su energía y persistencia necesita a menudo ser reprimida, tampoco podría entrar como regulador del sentido moral.
Quedan los sentimientos entre los cuales se deben elegir por orden: los más permanentes, los que por su formación, más se asemejan al sentido moral, los que se explican únicamente en la vida social del individuo; para cuya elección se valdrá de los conocimientos de la Psicología. Estos sentimientos son los enumerados con el nombre de sociales subdivididos en ego-altruistas, altruistas y morales.
Estas tres clases de sentimientos sociales, son formados por la evolución de los instintos, junto con los egoístas, queda explicado el tránsito indicado por Spencer, de la moral egoísta, a la ego-altruista y de ésta a la altruista social.
Finalmente, el sentimiento de justicia, desarrollado históricamente, comprobaba su carácter de tendencia inherente a la moralidad humana, salvando los límites de las fronteras y haciéndose universal. Esta es la única cosa que hasta hoy es ley universal verdad plebiscitaria; de aquí su fuerza.
En el foro Romano, hay una estupefacción de los tribunos, cuando ha llegado a aquellos tribunales un proceso por parricidio, cosa no legislada porque "no cabía en la cabeza de los legisladores tamaño delito" pero después, en las persecuciones Romanas, hubo muchos hijos que denunciaron a sus padres y no hubo un solo padre que denunciara un hijo.
En el vergonzoso siglo de las hogueras de la inquisición en España, hay algunas acusaciones de padres e hijos y de esposos a esposas, pero hay muchísimas de hijos a padres y de hermanos a hermanos; mas no se puede juzgar a los acusadores como culpables, aunque sí como responsables que admite la atenuante de una influencia extraña, que ponía a todos los individuos bajo un estado Psicológico lamentable por el terror y el fanatismo religioso impuesto a costa de millones de crímenes.
En muchos otros países y en tierras aun salvajes, se aplica la pena del Talión matando al matador y robando al ladrón; lo que es injusto, por cuanto no es posible hacer las cosas repetidas o reconstruidas, como fueron ejecutadas por el delincuente.
En Grecia, se despreciaba a los que querían llamar bárbaros, no reconociéndoles el derecho de justicia. Y Roma consideraba a los extranjeros como sus enemigos.
Se han asentado estos casos universales, para que ejercer la inteligencia y hacer juicios sobre la historia de la justicia que aun no ha sido juzgada porque hasta ahora el pueblo no ha ejercido y menos posesionándose de su usurpada soberanía; es verdad que tampoco ha tenido la cantidad de moral necesaria, pero no es menos verdad que sólo vio en los educadores ejemplos de inmoralidad, tanta que la baja moral del pueblo, es muy superior a la de sus mandatarios y educadores y se prueba con sólo dos hechos grandes: Que el pueblo tiene seis hijos por uno de los plutócratas; que en las revoluciones, el pueblo respeta más que lo que él fue respetado, aun con su baja moral.
La Responsabilidad Moral Individual: Del elemento impulsivo al elemento reflexivo de los actos humanos. Al estudiar la voluntad, fue dicho que las acciones de las cuales el hombre puede ser considerado como causa son aquellas que han coexistido los factores discernimiento y voluntad. Y como fue visto en párrafo anterior que el pueblo, despreciativamente bajo pueblo ,no ha tenido educa-dores ni ejemplos de moral, ni se ha educado, no ha tenido discernimiento ni libertad; lo que, filosó-ficamente juzgado, exime al pueblo de responsabilidad moral: luego no es causa de la sublevación, ni culpable de los hechos forzosos que le impone su agonía secular.
El discernimiento es la plenitud y normalidad del ejercicio de las facultades intelectuales, conocidas como: percepción, concepción, reflexión, imaginación y razón; las que aun cuando se puedan poseer innatas, si no se las cultiva con la educación, permanecen adormecidas por falta de ejecución. Como el pueblo no entró en la universidad ni pudo cultivar esos elementos que crean la responsabilidad, el pueblo no es responsable.
La libertad, es la plenitud y normalidad del poder de resorberse en virtud de una determinación nacida de los elementos anteriores. Y como el pueblo no adquirió aquellos discernimientos, no tiene tampoco Libertad. Luego el pueblo no educado en la moral, no es responsable de la falta de moral. 660
Cuando una acción ha coexistido con el discernimiento y la libertad del agente, se le atribuye a éste exclusivamente; en esta inducción consiste la imputabilidad. Y este concepto es relativo de otro. Si el acto imputado es repugnante al sentido moral, se juzga que el agente ha obrado mal; pero si el acto está de acuerdo con el sentido moral, se juzga que el agente ha obrado bien; he aquí la calificación del mérito o desmerecimiento de las acciones humanas.
El rumbo indicado por el sentido moral y que debe seguir la conducta humana, tiene que ser una relación constante entre aquella y nuestra finalidad; es por consiguiente un principio y como éste rige los actos del hombre, adquiere el carácter de ley.
Existe, pues, una ley moral que se impone por sí misma como motivo suficiente, "como imperativo categórico", según Kant. Y esta ley es compleja, porque puede descomponerse en reglas de conducta, cada una es un deber.
El ejercicio habitual de los deberes relativos a determinado género de acciones, constituye una virtud; la infracción frecuente de estos deberes, caracterizando al sentido moral, constituye un vicio.
Es muy difícil sintetizar todos los deberes de orden individual y social en una o más leyes abstra-ctas. Los Imperativos de Kant, se refieren únicamente a la moral social. Mas sus conceptos abarcan los principios del derecho romano.
Vida honesta: regla de la conducta individual. Quiere para todos lo que para ti: virtud social de la justicia. Eleva a los humildes: virtud social de la benevolencia. Y éste del decálogo, que los completa: Ama a tu prójimo como a ti mismo: virtud social de la piedad.
Pero estos otros dos, encierran todos los principios: Conócete a ti mismo: resumen de sabiduría. Ama a tu hermano: resumen del amor universal, al que no es posible llegar sin conocerse a si mismo, en sus tres entidades de cuerpo, alma y espíritu, lo que explica sólo la doctrina espírita o del espiritismo Luz y Verdad, que todo abarca.
La Responsabilidad de la Inmoralidad: Si la moralidad no se practica, la inmorali-dad ha sido enseñada por alguien, y ese alguien es responsable.
Cuando el hombre viola los deberes morales, experimenta una emoción proporcional al desarrollo de su sentido moral: es el remordimiento. Además, la mala conducta en el orden individual puede per-judicar física, biológica o Psicológicamente.
Pero tales sanciones o garantías del cumplimiento de la ley moral no bastan para la sociedad que ha establecido castigos o sufrimientos futuros y capaces de obrar como motivos poderosos en la delibera-ción individual, para estorbar las determinaciones contrarias al sentido moral.
Cuando a un hombre le es imputado un acto calificado de contrario a la conducta que debe obser-varse en el seno de la sociedad, el actor es posible de pena; y es esta consecuencia social de la falta, consiste la responsabilidad; la que supone, como se ve, la coexistencia del acto malo, con el discerni-miento y la libertad del agente. Pero hay aquí un punto que los deterministas han eludido, y es la culpa-bilidad de la inmoralidad.
Aquí tratamos de la moral y de la inmoralidad. La moral existe como ley imperativa, perdurable en cada individuo e innata. Si el ambiente ahoga, o si la educación tuerce ese sentido moral la culpa será de aquel o aquellos, que son causa del ambiente que ahoga y de la educación que tuerce la moral innata de los individuos. Esto es riguroso por la vida presente y existencias anteriores, que no quisieron ver porque les asustó a los deterministas.
En prédicas, libros, bulas pastorales, encíclicas papales, reglas y reglamentos monásticos, artículos de fe, catecismos y dogmas y órdenes, de una y todas las religiones, se lee y se oye poco más o menos igual: "Nosotros fuimos encargados por Dios, de la moral de las almas y su salvación".
Entonces, ¿es moral el celibato religioso, opuesto al "Creced y multiplicaos", causa de la perturba-ción de la especie humana?
¿Es moral la enclaustración por voluntad, por engaño o por fuerza, donde se exige renegar de la familia y declarar al mundo enemigo del alma, lo que a todas luces es una declaración de odio y de guerra?
¿Es moral la existencia de tantas jerarquías dignatarias en su seno, cuando la ley máxima hizo nacer a todos del mismo modo y mueren igualmente? ¿Es moral el confesionario, donde se entran en la conciencia de sus engañados, en la cual el Creador sólo una vez en toda la eternidad penetra en cada uno de sus hijos?
¿Es que hagan escándalos y se maten unos a otros por prebendas, mujeres y dinero, siendo así que ellos sólo debieron ser, según su confesión, directores de las almas?
¿Fueron actos de moral, el asesinato cometido por el primer emperador católico-cristiano Constan-tino, la destrucción del pueblo de Israel, las ocho guerras cruzadas, el insólito atropello y traición a Enrique IV de Alemania y su guerra religiosa de 30 años, ocho guerras religiosas sólo en Francia y la inquisición de España, para premiarla por descubrir un mundo nuevo al progreso? ¿Son actos de moral los contenidos en los grandes volúmenes de sentencias contra delitos de sacerdotes.
¿Son actos de moral los incendios de bibliotecas, los autos de fe de millones de libros del librepen-samiento, las terribles excomuniones y las prácticas insultantes de cultos e imposiciones provocativas hasta en política?
La fría filosofía dice que Todo eso es inmoral y la causa de toda inmoralidad. Luego es la religión de todos los matices, la culpable de la inmoralidad. Pero no excluye de responsabilidad al actor de la inmoralidad; porque aun en los tiempos del más grande terror religioso, hubo misioneros moralistas a quien imitar.
La culpabilidad no tiene atenuante: he ahí la diferencia. La culpabilidad es, pues, de la religión; la responsabilidad, de los actores, ciegos, religiosos.
Es duro este juicio, pero es verdad filosófica que sólo podrá destruirla otra verdad mayor. ¿Existe? Propónganla los que la conozcan y esta nuestra Escuela será con ellos.
Moral Personal – Conservación Psicológica: La persona es algo más que el indivi-duo, porque está constituida por todas las aptitudes biológicas, psicológicas y sociales de cada hombre. La personalidad expresa, por consiguiente, el conjunto de actividades latentes en el cuerpo, alma y espíritu, de cada individuo.
Y si la existencia cuerpo humano es indispensable para la vida de la especie y de su forma superior que es la sociedad, debe inferirse que, la conducta personal, debe llenar los fines de conservación y de protección de la vida orgánica y superorgánica del hombre.
Las reglas de dicha conducta, o leyes de la moral personal, forman grupos: deberes tendientes a la conservación y protección de la vida orgánica: y deberes concurrentes al desarrollo de las facultades Psicológicas. Las primeras conducen a la salud, los segundos a la cultura.
También los deberes tendientes a la salud del cuerpo, son de dos clases: 1) Deberes de las integra-ciones del organismo: positivos y negativos. a) Positivos: alimentarse de acuerdo con las necesidades indicadas y graduadas por las sensaciones funcionales de la nutrición. Generalmente el placer persiste mientras dura la necesidad; y el dolor suele denunciar al exceso de alimento; pero los adelantos de la gastronomía hacen intervenir la emoción estética del gusto en los comestibles y bebidas, prolongando artificialmente el placer, aun después de haber cesado la necesidad. A lo que Gautier afirmó: "El hombre es el único animal capaz de comer sin hambre y de beber sin sed".
El hábito y la herencia (contagio) convierten el abuso en esa práctica en los vicios de la gula y la incontinencia. Y ese gasto innecesario y excesivo de fuerzas orgánicas tan indispensables como las del aparato nutritivo, imponen un deber restrictivo, cuyo ejercicio habitual constituye la virtud: Templanza.
En filosofía es: Come para vivir y no vivas para comer. b): Negativos: si debemos reponer la materia de nuestro cuerpo, claro está que igual necesidad se tiene de evitar las desintegraciones parcia-les que pueden comprometer la vida misma.
Eliminar toda causa de alteración patológica, conservando la integridad del organismo, evitando su contacto con substancias perniciosas y absteniéndose de todo acto contrario a nuestra vida: he ahí los deberes morales condensados en las reglas restrictivas de la higiene.
Demás parece ser que, las mutilaciones voluntarias y el suicidio, como el celibato católico que equivale a lo mismo, quedan moralmente condenados de acuerdo con la razón expuesta.
2): Deberes correspondientes a las desintegraciones del organismo y que también se subdividen en positivos y negativos. Estos consisten en: desplegar la actividad latente en las energías de nuestro orga- nismo que es biológicamente necesario: dicho ejercicio puede ser dedicado al cumplimiento de los deberes personales y sociales quedando un sobrante activo cuyo empleo cae también bajo el imperio de la ley moral.
En efecto: la aplicación de nuestras fuerzas a los fines de la vida individual y colectiva, llega a constituir mediante el hábito, la virtud del Trabajo; pero si se emplea la actividad sobrante en violar las reglas de la conducta moral, no se habrá hecho sino destruir los frutos de la actividad desplegada últi-mamente: por esto el parasitismo que emplea esa moral, destruye todos los frutos de toda las sociedad.
Para evitar esa tela de Penélope (mujer de Ulisis), o hacer y deshacer, es necesarios el sentimiento compensador del juego y debe ser aplicado a divisiones más o menos conexas con las reglas morales de la conducta personal o social, o que acaparen el desarrollo de nuestras fuerzas físicas, como los paseos, la gimnasia y el baile: o que afirmen nuestros sentimientos y gusto estético, como la pintura, la música y el teatro; o a enriquecer nuestras inteligencia, como los viajes, el trato social y los centros de cultura, de conocimiento integral. Etc. 667
El Suicidio: Uno de los problemas más difíciles de la moral personal, es el suicidio que suele adquirir caracteres de epidemia en algunas sociedades: como actualmente en Japón.
Schopenhauer comprendió que, en el suicida, no hay un pesimismo absoluto; dijo: "Todo el que se mata, quiere la vida; sólo se queja de las condiciones en que la vida se le presenta. Precisamente cesa de vivir, porque no puede dejar de querer; y suprimiendo el fenómeno de la vida, es como afirma su voluntad de querer".
En todas las formas el suicidio es, en todos los casos, un acto anormal desde que anula el instinto necesario a la vida y al de conservación individual. Este instinto no puede predominar únicamente, cuando ocurre un conflicto entre deberes morales, siendo alguno de los beligerantes, superior al de protección y defensa individual: como cuando se sobreponen los deberes de la familia.
Pero cuando el conflicto ocurre entre deberes del mismo género, debe resolverse el caso por la fuerza como en la legítima defensa y en la guerra. Pero en el suicidio, el conflicto es puramente Psicológico.
Los pensadores creen haber encontrado la causa del suicidio en: La miseria, la lucha entre el capital y el trabajo, la civilización, las pasiones, la publicidad, la educación, etc. Pero no son ninguno de estos puntos causa de los suicidios, sino arma de ellos. Definitivamente, es ignorancia de ser lo que se es.
La Cultura Psicológica – Psicología, Magnetismo-Espiritual: Emociones, ideaciones y voliciones: Estás son las tres clases de manifestaciones del ser Psicológico y cada una de las cuales llega a constituir una modalidad permanente del alma humana. Las emociones se consolidan en el carácter. Esto enseña la Universidad; pero, es un error del profesorado; porque, "El alma humana" no puede servir de cuerpo a ninguna modalidad del hombre, ya que, el alma humana no tiene ley, porque no es un ser individual, sino formada de tantos instintos cuantos seres animales existen en la creación, lo que hace ser sensible al dolor y al placer como a toda otra emoción porque repercute por la fuerza del instinto ocasional de la emoción, que está en el alma y es herido por otro instinto de su misma esencia, familia y especie, que vive en el cuerpo, pero que es un grado más bajo, más burdo, que sólo puede sentir las emociones contundentes al igual que los irracionales mientras que el instinto igual en especie, pero más puro y por esto más sensible porque ya formó parte del alma animal, se encuentra en el alma humana y en la que está encerrado y sirviendo de cuerpo al espíritu, que es el que remueve y ordena aquella terrible jaula simbolizada en "En el arca de Noé".
Las modalidades son efectos. El alma humana es efecto de todas las modalidades animales; luego no puede ser causa de modalidades que es lo que han pretendido y sostenido, ciencias, filosofías y religiones.
¿Qué permanecen en el alma humana, todas las modalidades del ser hombre y de todos los reinos del hombre abajo y del hombre arriba? Así es en verdad de verdad; pero el cofre no es causa del efecto, Alhaja que guarda. Y esto es el alma humana: un cofre: el Alca de Noé en una palabra.
La cultura física universitaria, dice: Es evidente que tales modos de ser del alma humana deben propender al régimen moral de la conducta, cuya dirección les corresponde.
¿Y no teniendo el alma humana ley, cómo puede corresponderle ninguna dirección? Y sigue:
Hay, por consiguiente, tres clases de deberes cuyo cumplimiento da por resultado la cultura personal:
Primero, Deberes relativos a la inteligencia: el ejercicio de las facultades intelectuales convierte en habitual el raciocinio, tornando en excepcionales los actos instintivos y espontáneos que pueden hacernos desviar de la línea de nuestra conducta.
Segundo – La impetuosidad frecuente es un vicio; las insubordinación constante de nuestros impul-sos a las facultades reflexivas constituye la virtud de la prudencia.
No hay conocimientos teóricos o prácticos que sean superfluos, siempre que no nos distraigan de los indispensable a nuestra profesión. Los motivos de nuestra deliberaciones nacen de la experiencia y de la ciencia
En atención a este punto último, expuesto al parecer sin meditación retrógrada, pero que envuelve un océano de peligros terribles y aun consagra la rutina.
Hay hoy más conocimientos superfluos que de provecho a causa de las mixtificaciones de la historia de la verdadera moral. Todas las profesiones hoy se encuentran asalariadas, cuyos salarios son un férreo grillete al profesor, que ha de someterse a condiciones reglamentadas con toda la mayor inmora-lidad que puede producir un estado de cosas mistificadas.
Todo conocimiento religioso es superfluo y denigrante, cuando el dogma ata al pensamiento del religioso, con hábito y con levita, siendo estos últimos la guerra que destruye el corazón de la sociedad, con su sórdida labor, civil al parecer; pero religiosa, pagada por el estado civil, feudo del estado religioso. (menos ahora en Venezuela)
De modo que al declara que "No hay conocimientos teóricos o prácticos que sean superfluos, siempre que nos distraigan de los indispensables a nuestra profesión". Se confiesa que nuestra profe-sión es primero que los conocimientos que forzosamente le han de asaltar al profesor, y que, no siendo esos conocimiento los que el profesor tiene por su experiencia y ciencia, son superfluos: lo cual no es sólo un error, es una blasfemia contra las ideas, que avanzan a pesar de la ciencia retrógrada y de las experiencias basadas en principios mixtificados de la historia, de la filosofía y de la Ética.
Un profesor religioso carece en absoluto de autoridad ante la conciencia libre y ante toda ley natural y de progreso: y al imponer un principio falso por un sueldo, el profesor es un esclavo de las ideas retrógradas e inmorales y un deudor de los conocimientos del progreso y de la verdadera moral: aunque tiene la atenuante de la necesidad de vivir, lo que lo exime de culpabilidad, pero no de responsabilidad.
La Ética en este caso, ha desaparecido bajo el oropel de la etiqueta: esto es en verdad, lo que encierra ese párrafo que se enseña a los estudiantes de … letras…bajo el sagrado nombre de filosofía, pospuesto por la literatura religiosa, peligroso roedor del progreso moral y del desarrollo intelectual.
. *****
Los expositores, sea suyo ese sentir o hayan hecho el papel de simples actores, se han confesado esclavos de la religión. Acaso ignoran que religión significa relegación de derechos.
Nunca se había visto más errores capitales en tan corta exposición, en todos los innumerables volúmenes Teológicos y Dogmáticos.
Llaman moral el sentimiento religioso que se gloria en los ayes de las mazmorras inquisitoriales. A las persecuciones llevadas a todos los hombres con sentencia de muerte, premiadas con bendiciones y premio del cielo, por asesinar a los incrédulos de la religión y… llaman moral religiosa a todas nuestras interrogaciones anteriores. ¿Bajo qué forma racional y con qué principios humanos y naturales, ni con qué juicio filosófico puede sentar nadie que la religión sea el sentido moral humano? Pero hay una última frase que confiesa que la religión todo lo retrograda y mistifica. "La religión convierte en instinto el sentido moral".
"Instinto". Estímulo o impulso natural, que precede a la razón!". La moral se manifiesta únicamente en la conducta del hombre, cuya conducta será por fuerza el producto del raciocinio. Luego, la moral es el fruto de todas las evoluciones de los instintos y, aun del espíritu. ¿Cómo, pues, puede la religión retrotraer el sentido moral al remotísimo tiempo evolutivo que representa el instinto?… ¡Ah!… ¡Ya se ve la incógnita!, convirtiendo al hombre en bestia
El ejercicio regular y constante de la voluntad hace adquirir ciertas calidades activas que fortifican el carácter y destierran los sentimientos depresivos y capaces de torcer el rumbo de la conducta moral.
El cumplimiento inflexible de la ley moral hace que se sobrelleve la vida sin fatiga, sin debilidades y sin temores, enriqueciendo nuestra alma (archivo eterno del espíritu), con tres grandes e invalorables virtudes. Perseverancia, firmeza y valor moral que se sobrepone a todo obstáculo y quimeras irracionales.
Con esto ya se ve que el hombre no es solamente una fuerza, sino que encierra en sí mismo uno de los fines de la moralidad: debe emplear sus acciones en la elevación y equilibrio moral de su propia personalidad.
Cuando en conciencia ejerce estos deberes, nacen y adquiere otras tres virtudes, que demuestran al hombre moral a la que resulta del ejercicio de la voluntad.
Como la perfección no existe, el hombre se perfeccionará eternamente, fortificándose en el amor a su hermano; para lo cual se debe imponer estos preceptos: "Conócete a ti mismo", "Sé señor de ti mismo y esclavo de tu deber".
Esto se facilita por un examen de conciencia, antes de juzgar los hechos de los demás, porque casi siempre sucede que la falta que achacamos a otro es porque está en nosotros y juzgamos por nosotros a los demás.
La Familia: Distinción de la Familia: La familia deriva de un principio natural y necesario: la conservación de la especie. A lo que se opone el celibato y todo tipo de preservativos; a lo que, la Ley de compensación impone sufrimientos y enfermedades a los faltante.
El hombre nace infante, impotente; ni sus músculos tienen la potencia necesaria para procurarse el alimento, ni conoce lo bueno ni lo malo a su existencia, porque su sistema nervioso no está desarro-llado, ni su cerebro en condiciones de permitir las funciones regulares de la inteligencia del espíritu.
También el individuo tiene necesidades que satisfacer. ¿Cómo podría entonces, conservar su vida, sino existiera la familia indicada naturalmente, para subvenir a las necesidades del infante? Luego la familia es necesaria; es una institución natural, indicada en un grupo de instintos relacionado del senti-miento, afinidad y conservación de la especie (lo mismo que sucede entre las especies irracionales y en algunos vegetales)
La familia moderada está constituida por la unión voluntaria de un hombre y una mujer y por el fruto de esa unión: los hijos, único sello de la ley de afinidad o de justicia, de una unión debida. Hoy la familia reposa ya en la ley civil la que establece su existencia sobre las leyes morales del matrimonio, obligando a la educación de los hijos, subviniendo a sus necesidades para preparar al hombre de provecho, lo que no pudo ser, reposando la familia sobre leyes religiosas que exigían primero hombres inconscientes e ignorantes.
Es que la ley civil, es producto del progreso general de la sociedad: y el dogma religioso es producto de pasiones, puesto que la religión es formulada por pasiones de los hombres, que reunidos, forman la insaciable concupiscencia.
¿Tiene el salvaje familia? Considerado en la ley natural, sí; pero que no conoce los decretos y los deberes del hombre civilizado: sin embargo, de esa familia natural, salvaje, hemos ascendido a la familia legal, de derecho y deberes civiles y aun hay mucho que aprender y recoger de esa familia natural salvaje.
Desde luego, hemos pasado por muchas y largas evoluciones y por muchas formas de la familia, que ninguna es despreciable ni sin un fin siempre humano: Después de las familias de las cavernas y tribus, el primer grupo social en el que ya se inicia la familia moderna, es el patriarcado que, históricamente, empieza en Abraham y toma forma en su nieto Jacob.
El patriarcado es una consecuencia lógica, moral y necesaria de la poligamia, porque en esa forma, todos los hijos se reunían bajo la autoridad del padre, como único jefe en todos individuos nacidos de varias madres y es el secreto que encierra la institución de las monarquías y ahora lo ejerce el Juez. .
La familia en Grecia como en Roma, estuvo compuesta por un hombre y una mujer; pero las costumbres dispensaban la poligamia. El matrimonio, no era voluntario por parte de la mujer, y a veces ni por parte del hombre; el poder del padre era limitado, tanto sobre la mujer como sobre los hijos, lo que fue causa principal de la corrupción romana, que llegó a catalogar 36 clases de prostitutas.
Sin embargo, mucho antes de la existencia de Roma, en Moisés se establece la monogamia y con leyes severas para reprimir el adulterio y la poligamia; y nuestra familia actual no es más que el redondeamiento de aquellas leyes, elevadas a un grado más perfecto debido a las evoluciones siempre ascendentes del progreso. Y si no hemos ascendido más, es por causa de que las religiones siempre se apropiaron de los principios de los hombres libres y civiles y los retenían rutinariamente, demostrando que "todo dios religioso es retrógrado", como lo confirma Isaías, condenado a todos esos "Dioses de palo, piedra, metales y de carne".
En síntesis, Matrimonio es derivado de Matriz, órgano procreatriz de la mujer, donde se encierra el feto para su gestación. Matrimonio, significa Unión del varón y la mujer para la procreación de los hijos, importando ese vínculo el amor nuestro físico y moral: así como la aceptación mutua y común de sus destinos
E Matrimonio Jurídico: "El matrimonio es un vínculo moral y jurídico (antes canónico) que tiende al desarrollo de la célula primordial de la sociedad. Y siendo más adecuado hoy a nuestra finalidad el matrimonio monogámico, lo aceptamos. Pero éste implica en los esposos el deber: De conservar el amor originario y de guardarse fidelidad mutua en tocante a la exclusividad de las manifestaciones sexuales, y de respeto mutuo para conservar la unidad y estabilidad del hogar, o sea el asiento de la familia"
"Estos deberes tienden a constituir una virtud personal del carácter doméstico: la castidad, que bien puede ser incluida entre los concurrentes a la salud del cuerpo y a la cultura del alma. Siendo bien conocidos los efectos desastrosos para el organismo y corruptores del espíritu, que acarrea el vicio seductor de la lujuria."
Hemos subrayado cuerpo, alma y espíritu con júbilo por ser la primera vez que encontramos la entidad hombre descrita en sus tres componentes y es por quienes se han confesado religiosos, por cuya descripción dejan de serlo entrando en el campo del espiritismo; acaso a su pesar, pero los obligan sus mismo espíritus.
Por el "irrespeto mutuo" ¡Qué horribles situaciones; tener que representar papeles de amistad ante las visitas, odiándose a muerte! ¡Agarrase del brazo cuando con satisfacción se arrancan el corazón! ¡Ver entre aquellas damas la mujer, a la querida de su odiado esposo, y entre aquellos caballeros el esposo, al amante de su esposa! Pero la religión les dio las suficientes lecciones de hipocresía y con-suela a los dos, absorbiéndolos de su forzadas traiciones, porque hay… dinero y se conforman a aquel infierno, precursor de otro que no saben las religiones, el del odio de aquellos espíritus. ¿No haría mejor la ley si fuera moral, con romper esas cadenas y libertar a esos… desgraciados… siquiera por piedad?
¿Hay estabilidad del hogar? ¿Tiene asiento la familia? No. Los hijos, si los hay, se dividen en dos bandos: unos aman a uno y odian al otro de los padres; y al final heredan lo que maman. ¿Pueden ser morales? Hay ricas excepciones de hijos mártires, pero en general son los hijos lo que fueron sus padres. Esto es el matrimonio jurídico. ¿Cuál sería el canónico. Que el poder civil lo consideró nulo?
A ese respecto un caso historiado, de un matrimonio campestre, allá en España, por los años 1870, en que ya se establecía el registro civil, pero que aún no había podido abrirse en todas la poblaciones. Llega ese matrimonio al cura y le pide que los Descase; el muy bueno… del cura, atento al juicio de Salomón, los hace arrodillar y por orden empieza un palo a uno, un palo a otro y sigue hasta que le pregunta el marido: "?Hasta cuándo pegará usted?". "Hasta que muera uno de los dos", contestó el… el sabio y divino ministro. La esposa: "Para ese remedio, lo tenemos nosotros, con matarnos nosotros mismos, no sufriremos tanto como viviendo en lucha continua". El cura: "Mátense y me ahorraran el trabajo". ¡Qué filosofía!… ¿Es mejor la del jurídico? Discurrid como queráis, pero cuando el amor no casa, la ley no los casa, ni la ley los descasa. Es que el amor es el único sacerdote y la única ley.
El Hogar Jurídico: "El es el asiento más o menos estable de cada familia cuyos miembros están sometidos a deberes emanados de las consiguientes relaciones conyugales: Deberes de cariño, fidelidad, ayuda mutua y suerte común. Deberes Paternales, respecto a los hijos, y hasta su completo desarrollo, igual a los que dichos hijos tendrán una vez hombres; y respecto a sí mismos, con arreglo a la moral personal.
La mujer, por sólo serlo, es mayor que el hombre, porque absorbe el carácter de "la naturaleza" y ello es la llave de la armonía, la fuente del consuelo, el fiel de la economía, el depósito del amor sagra-do y el arca de la vida, de la cual el varón tiene la llave. ¿No demuestra o ejerce todo eso la mujer?
En su sexo está por ley divina: Si no lo ejerce y manifiesta, de alguien es la culpa; y ese alguien es el hombre egoísta, brutal, supremático, religioso, que ha hecho leyes civiles y religiosas que esclavizan a la mujer y la inhumanamente, hasta declararla inmunda, impura, por el… triste hecho de parir al hombre, su hijo verdugo… ¡Oh, religiones, religiones! ¡Bestias terribles de la humanidad toda! ¡Morir de vergüenza ante vuestro incalificable crimen y desaparecer de la tierra, sin que podáis entrar en mundo alguno! Por vuestra maldad existe aún la esclavitud (en algunas partes aun). Las mujeres todas acusan causa de toda la inmoralidad. Cuando no existan religiones se creará solo el código moral. 695
La Concepción de los Seres: La técnica de la concepción del hombre, en los tratados de ginecología y obstetricia, está bien estudiada en cuanto es fisiología y mecánica, y no difiere de la concepción del animal: "La ley es una y la substancia una".
Cada ser irracional en los tres reinos conocidos del hombre abajo, no es más que un número infinite- simal e integrante de la creación; y el hombre encierra en sí, y es en verdad suprema, el conjunto de cuanto existe y domina un ser constante e inteligente llamado espíritu, denominado humano y el cual procede del Creador universal, siendo por lo tanto su hijo consubstancial y Ab y Coeterno en su padre y, demostrador de la vida en formas y de su padre, en el progreso infinito e indefinido.
Ya se dijo que, "Que todo es obra del espíritu" y se ha expuesto en la creación del alma humana lo bastante para establecer un axioma definido en estos términos, que nadie puede rebatir ni siquiera dudar, cuanto menos negar: En el hombre vive un espíritu que es parte integrante del Creador su padre y asume en su cuerpo y alma todos los seres de la naturaleza; es por tanto el hombre el complemento y el todo de la creación. Por esta razón y sin singularizarse la ley, sino elevándose ésta a su máximo valor, hay una diferencia entre la concepción del hombre y la de los irracionales.
La mecánica y funciones físico-fisiológico-psíquicas que se operan para la encarnación y reencar-nación en un espíritu. Y para la completa inteligencia se dividen en: "Juicio y destino que antecede a la concepción". "El acto que antecede a la concepción" y "El acto terrible de la encarnación del espíritu"
El error más grave que ha sufrido la ciencia, y por lo tanto la humanidad, es lo contenido en que "Dios con todo su poder hace todo cuanto quiere". No; el Padre Creador hace todo cuanto debe .
En la aparición espontánea de la familia humana; la naturaleza, por medio del espíritu maestro que rige, estregó el germen del hombre al hombre, y ya la naturaleza no puede engendrar otra vez al hombre, que ha de perpetuarse de sí propio porque recibió el germen y el mandato.697
Se sabe cuanto se afana el materialismo en querer crear el hombre por la química; hace muy bien y lo felicitamos hasta que prosiga hasta desmentir nuestro axioma y lo esperamos por todo un siglo de Brama 311.O40.000.000.000, o sea trescientos once billones y cuarenta mil millones de años humanos. Entonces se encontrarían donde hoy. Pero se suplica, a los materialistas, que no creáis y que sigáis estudiando hasta que podáis desmentir esto; pues cumplida esa fecha, nos encontraremos igualmente hombres como ahora y hasta poder decirles en que mundo, que ya está en formación para nosotros, en la constelación de Orión y aquél ya es ahora una maravilla, pero no tiene hombres, porque somos nosotros terrestres que lo hemos de habitar, para llevarlos como éste a su máxima belleza; pero aun tardaremos un poquito.
Ante ese prólogo eterno y el mandato de llegar a nuestro padre, siendo maestros de la creación, capaces de hacer regir un mondo, el espíritu ve la necesidad cada vez mayor de ser hombre continua-mente, para hacer parte de la obra que le toca en el mundo, antes que la ley le obligue en juicio a declararse en quiebra fraudulenta y lo saque a otro mundo de tierras más duras y de vida sin ley.
Así es hermanos, queráis que no; y estad seguro que no te libraréis si no saldáis a tiempo vuestras deudas a la creación. Y tantas son,. Que es necesario encarnar y reencarnar millones de veces para pagar todos los vidrios rotos y, además, hacerse maestro de la creación. 699
Son muchísimos los inconvenientes y obstáculos que se han de vencer hasta el acto de la concep-ción, porque pueden estar los padres el uno en la China y el otro en América; o por la diferencia de posición, o porque un enemigo se pone por medio y acaso se apoderará de la madre o del padre u otros mil y mil inconvenientes, pero él está autorizado y hace muchas veces que en ese caso de suplantación se encuentren los suplantados casados con quien no eran afines, o el uno casado y la otras soltera o viceversa, lo cual no importa a la ley del espíritu y… hablan los sexos y se unen los cuerpos.
El acto divino de la concepción es presenciado por una asamblea de espíritus (asamblea dice diez): espíritu del padre y guía y protector, 3; espíritu de la madre y guía y protector; 6; espíritu a encarnar y guía y protector; 9, y un espíritu secretario del consejo del Padre Creador, que anota aquella vida en el libro de la vida, 10.
Estos son de ley obligados; pero hay siempre muchos afines y también muchos enemigos que se oponen y aún triunfan muchas veces, momentáneamente.
Esto es un acto de la concepción tan infamado por la religión católica, por lo mismo que es un acto realmente divino, pero de ley natural, y aunque el Creador pudiera querer, no podría hacerlo de otra forma y manera sin dejar de ser Creador, Dios, según lo habéis entendido.
¿Y los caso duples, triples y aún cuádruples que se registran? Dos las son causas principales: el mucho amor y el mucho odio; y puede haber una tercera de justicia, pero nunca jamás sucederá sin conoci-miento y autorización del maestro superior y sus consejos. El primer caso es de abnegación por afines que no quieren dejar solo a su afin y quieren compartir con él la prueba. En el segundo, es por el libre albedrío y es para llevarle la lucha al enemigo y aún tratar de cortar la existencia; un tercer caso, puede ser ordenado por la justicia, para probar reconciliarse o afinizar a dos o más enemigos terribles y es el más grande del actos de amor y medios de la ley, para que se cumpla el mandato y sentencia: "Si odias tendrás que amar".
Ya está concebido el hombre; se han fundido tres almas en una con un lazo que ya nadie puede cortarlo; aquella vida fue asentada en el libro de la vida y no puede faltar; el que la corte la tendrá que volver a dar.¿Y ahora qué tiene que hacer el espíritu? Su cuerpo con todo su organismo y su estructura adecuada al sexo y misión que trae y trabaja con la delicadeza de una maestra Abeja.
El Acto Terrible de la Encarnación del Espíritu: Si tremendo es el acto de la con-acepción, el de la encarnación del espíritu es terrible. Cuando obra la concepción el espíritu está con-ciente y despejado: desde ese momento ya queda un tanto agobiado y obscurecido por el hecho mismo de tocar materia y porque empieza a sentir las luchas de su destino.
Desde ese momento sublime y tremendo de la concepción empieza a dar sentimiento a la madre, para que cuide los más posible de su vida; toma de ella todo su ser, pero reclamando materiales de su padre hasta el quinto mes, en que debe hacerse el sexo y no antes, por si las circunstancias le obligaran a la permuta del sexo, cuya autorización reciben del consejo supremo. Desde este mes, ya no puede ser más que el sexo que formó conforme le fue autorizado.
Deberes Paternales y Patria Potestad: La ley del matrimonio dice: "El papel tuitivo de la familia presupone una armonía que se denomina orden doméstico y éste requiere para ser conser-vado, la existencia de un poder regulador y encargado de velar por el cumplimiento de los deberes morales.
Este poder es: Patria Potestad y es ejercido por el marido y padre. Subsidiariamente, ese poder pasa a la madre y tutores indicados por las leyes; hay países, como Inglaterra, que son permitidos los derechos paternos al primogénito, que proviene de la monarquía, la que a la vez nació del Patriarcado.
El miembro de la familia que ejerce la Patria Potestad es el órgano directriz del papel funcional de la familia: debe reemplazar satisfaciendo sus instintos de conservación y corrigiendo sus hábitos en sentido moral social.
Los deberes de alimentación y educación son inherentes a la Patria Potestad, mientras los niños carecen de medios suficientes de protección y de defensa.
Hasta aquí la técnica legal de la Patria Potestad. Pero, se observa en la ley civil y de la personería del individuo grandes diferencias entre unas y otras naciones, mientras en las naciones más nuevas como aquí en Venezuela, que la mayoría de edad a los 18 años al varón y la mujer; y en Argentina, la mujer es a los 22, lo que es un grave error y debiera cambiarse la oración y darle la mayoría a la mujer a los 18, ya que la naturaleza, por lo general, declara mueres a los 14; y se observa (también en general) que a los 22 años los varones aún son mayores sólo en pasiones y no en discernimiento.
Deberes Filiales. El amor filial cesa en la mayoría de edad. Existe siempre el deber, y aun cuando se haya emancipado formando hogar, está el hijo obligado a sacrificar hasta la vida por sus padres, pues es igual el deber filial que el Patria Potestad. 707
Moral Social—Las Virtudes Sociales: La naturaleza social del hombre nace de la impo-tencia para sostenerse aisladamente en primer término; segundo por el lenguaje articulado que induce, dulce, pero necesariamente a la sociabilidad de los individuos, y en tercer término, pero esencial, de los impulsos de sentimiento que sólo se explican y desarrollan en la vida social, dándole a la sociedad humana sus caracteres progresivos en la evolución superorgánica. Y, no pudiendo bastarse a sí mismo el hombre individualmente, el único régimen de progreso y de justicia equitativa es la comuna.
En todas las formas que se estudie, la sociedad es una institución natural constituida en forma de organismo, cuyos elementos individuales se agrupan en sus hogares.
La familia es, el embrión de la sociedad: y ésta resulta de la aplicación de la primera; es decir, que la vida social como la doméstica implica: 1) La coexistencia de todas las voluntades constitutivas de una sola voluntad, de lo que resulta el orden social; 2) El arraigo de la agrupación para coexistir con otros análogos sin estorbarse en sus beneficios, pero cumpliendo todos la constitución establecida: Patria, alimentándola como si fuera la casa u hogar individual, y 3) El poder de mantener el orden social, cambiar el régimen y la defensa de la patria o nación como si fuese la casa individual, por lo cual la soberanía reside en el grupo mayor de cohesión de un querer y sentir.
Ya se ha demostrado por ese solo argumento que esas nociones de orden social, patria, soberanía, equivalen a las de orden doméstico, hogar y Patria Potestad, su raíz y sostén.
Por cuanto se diga y discurra sobre las causas de la existencia de la sociedad, sólo se encontrará que, siendo el hombre el progreso de la naturaleza, necesita de todos los recursos de la naturaleza. Y no pudiendo cada hombre recoger todos esos recurso, sino que cada hombre recoge uno, se ve obligado el hombre al hombre, por mutua necesidad. Luego eso es una ley dominadora y, por lo tanto, el hombre en la sociedad ejerce y desempeña un mandato; el que es mandado, no es libre; el hombre no es libre, como pensaba Condillac,. Pero tiene un derecho natural y otro individuo no puede tener un mayor ni menor derecho, ni dos derechos; y como esto lo quieren sostener algunos estados exóticos, como las religiones creando dignidades y diferencias, el hombre de conciencia pura o menos pura ve su derecho natural de oponerse a lo absurdo: y aquí se rompe la unidad de la sociedad y por tanto la lucha entre los que aportan un recurso de la naturaleza y los que no aportándolo acaparan con engaño de un derecho mayor y aun de dos derechos, uno natural y el otros divino: lo cual es el destrozo de la naturaleza del organismo social, como hoy se ve en toda la tierra; y sin embargo, la sociedad existe y coexiste por vínculos irrompibles y comunizados en los espíritus de todos lo que toman por su trabajo un recargo a la naturaleza.
Pero que ya no quieren tolerar a los supercheros de mayor derecho y dos derechos y empieza por su voluntad el soberano pueblo social a depositar los recursos en un solo montón común: para los que tienen igualmente un solo derecho, el de la vida.
La Caridad: Hemos llegado al calvario de los hombres: "Los deberes de caridad tienen su fundamento en la misma naturaleza humana donde existe un sentimiento; en la benevolencia que nos impulsa a internarnos, a compartir sus penas y a aliviarlo de ellas por los medios de que se disponga" (esto es humanismo).
"Haz a los demás lo que quisieras que hiciesen contigo" (esto es justicia mandada). San Pablo escribe: "La caridad no tiene envidia, ni obra precipitada ni temerariamente."
"No se ensoberbece: no es ambiciosa; no se irrita; no piensa mal; no se huelga de la injusticia; complácese sí en la verdad; "a todo se acomoda" (Lo que quiere decir que es acomodaticia).
Espinoza dice, considerando lo que llaman justicia y caridad, "No es la fuerza de las almas la que subyuga los corazones, sino el amor y la generosidad" (éste tiene mucha más filosofía moral que San Pablo y no es San Espinosa).
Veamos si el autor de la palabra Charitas (caridad), Cicerón, dice algo más fundamental. "La bene-volencia – dice–, es una de las virtudes más propias de la naturaleza human; pero exige muchas precauciones. Hay que tener presente: 1) – que al querer hacer un bien a alguno, no hagamos mal a él o a otros; 2) – que nuestra beneficencia no exceda los límites de nuestras facultades, y 3) – que cada cual reciba según sus méritos, pues tal es el fundamento de la justicia y jamás debe olvidarse" (de la caridad, nada; de la benevolencia, con fundamento en la justicia, todo). ¿Y Charitas? Esta es otra cosa.
La Caridad no es Virtud: Caridad entendida limosna, hace temblar a dos; al que la da si tiene conciencia que rebaja a su semejante y al que recibe cuando sabe que se envilece.
Es, en general, el que tiene para dar, el que nada ha producido: ¿Por qué medio lo adquirió que no pudiera retener el que lo produjo? ¿Cómo se debe denominar al que almacena lo que otro ha producido haciéndole falta para sus menesteres perentorios y para su bienestar?
Mas pase cundo el dador lo hace por deber, pero que aún no puede ser virtud, desde que señala una diferencia social porque en la sociedad, no puede haber ningún necesitado de medios de vida; y son los supremáticos, los "holgazanes" los que invocan la caridad y los que la ejercen.
Pero cuando esa bandera denigrante es dogmatizada y vapuleada por la religión vergüenza de la humanidad, el efecto es semejante a la causa.
Todo cuanto le han adherido a la máscara caridad, de tolerancias, benevolencia, piedad, etc., etc., es el disfraz del "holgazan", del parásito, del supremático, que bajo la caridad, busca el comercio infame de los seres humanos adyectos por la ignorancia y el fanatismo religioso. Todo el que ve virtud en la caridad es porque no tiene virtud.
La Caridad es Baldón: ¿Ha pensado alguien el oprobio y la injuria que se le hace al hombre al decirle, te dispenso o te ayudo por caridad? Todo el que haya meditado un tanto, habrá protestado de la caridad. Tanto baldón es la caridad, que lleva a otro hombre, víctima de las leyes irracionales e injustas, hechas siempre por lo que no saben lo duro del trabajo, ni el frío de la miseria; y al pie del reo (que podría ser juez de sus jueces y acusarlos de crimen de lesa humanidad), al pie del reo llegan hombres que se titulan hermanos de caridad, a exhortarlo para que reciba como castigo la muerte del cuerpo, que solo fue el instrumento de otro, al que no pueden ajusticiar, a su espíritu; que, viéndose imposibilitado para cumplir su destino por la opresión de las leyes, o por la venganza o acaso para probar ante la ley divina, lo imposible de soportar a una "raza de víboras" como llamó a ciertos hombre el fuerte Juan. La caridad, pues, es un baldón del pueblo.
La Caridad Cristiana ha Mixtificado el Amor: Hasta en las plataformas electorales de algunos partidos que en esta hora, bajan al pueblo para engañarlo otra vez más, condenada la caridad y se habla de amor; lo que manifiesta muy a las claras que, la caridad suplantó al amor, mistificándolo. Amor es la ley.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |