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Personalidades Psicopaticas (página 3)

Enviado por Jorge H. Chamale


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

Dentro de las relaciones de objeto (con las otras personas):

  • 1) Intensa envidia consciente e inconscientemente

  • 2) Mecanismos contra la envidia, con tendencia de explotación

  • 3) Incapacidad de depender de otros

  • 4) Falta de empatía con los demás

  • 5) Falta de compromiso interno en otras relaciones.

Luego habla de las formas leves de patología del Súper Yo, dentro de las estructuras narcisísticas:

  • a) La incapacidad de experimentar depresión

  • b) La tendencia a tener grandes cambios de ánimo

  • c) Una tendencia a estar regido por vergüenza en vez de culpa

  • d) Hacer actos antisociales.

En este sentido (actos antisociales), el temor a que lo pillen determina ser honrado y no un sentimiento de una moral interna. El sistema adolece de valor ético adulto, o sea que, para Kernberg, los valores son infantiles.

La persona narcisística quiere ser admirada, porque es la más rica, la que tiene más objetos, porque es la más bonita, la mejor vestida, un contraste por querer ser estimada por los valores más adultos.

Y con respecto a la patología del SuperYo grave, que para Kermbeg constituye el síndrome del narcisismo maligno, las características son:

  • A) Conducta antisocial

  • B) Agresión egosintónica dirigida contra otros en forma de sadismo

  • C) Agresión egosintónica dirigida contra sí mismo en forma de tendencias automutiladoras o suicidas, sin depresión

  • D) Una orientación paranoidea.

Diferencias entre Psicópata y Estructura Antisocial

En la estructura antisocial propiamente dicha, tenemos conducta antisocial desde la infancia caracterizada por: mentir, robar, falsificar cheques, prostituirse, asalto, robo, asesinato, robo armado, etc..

  • 1) Hay una ausencia auténtica de capacidad de sentimiento de culpa y de remordimiento. Esto es importante, porque el psicópata puede presumir de remordimientos y una vez que lo han agarrado (no antes), puede aparentar culpas y pueden realmente sentirse arrepentidos o demostrar estar arrepentidas, simplemente para conseguir una atenuación de la pena.

  • 2) Total Incapacidad de una relación afectuosa con otros. Hay relaciones de tipo parasitarias. El paciente, por ejemplo, dice el Dr. Kernberg, puede tener una excelente relación con su tía, resulta que la tía es la que le da dinero todo el tiempo, es la única persona con quien se cuida de mantener una buena relación.

  • 3) Incapacidad de sufrir duelos auténticos, con tristeza y melancolía, y en lugar de ello surge rabia e impotencia por haber sido derrotados o descubiertos.

  • 4) Estos pacientes son incapaces de enamorarse o de mantener una relación de amor como parte de sus relaciones sexuales. Las relaciones sexuales están desprovistas de todo tipo de ternura.

  • 5) Otra característica que se nota es la ausencia de planear "a futuro" y muchas veces el individuo actúa, aunque sea muy inteligente, como si no tuviera ninguna conciencia de las consecuencias para él mismo de su comportamiento. Hay indiferencia por su futuro a largo plazo y también suscribe (como todo el resto de los clásicos) que hay una falta de capacidad de aprendizaje, no aprende de sus propios errores y hay una repetición eterna de los mismos patrones conductuales.

  • 6) Incapacidad de identificarse con valores morales. A veces, el antisocial es un experto en leer las reacciones de los demás, en adivinar lo que van a necesitar o hacer, pero no pueden captar la dimensión ética.

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Diario Clarín, 25/10/98

Otto Kemberg postula que el narcisismo patológico es un componente de la psicopatía, ingresando elementos psicodinámicos en el diagnóstico de la psicopatía. El narcisismo no patológico es consecuencia de una buena evolución del Yo, es la aceptación de la realidad, en tanto que la realidad puede ser emplazada para satisfacer las necesidades (libido) dirigidas hacia el exterior y hacia el objeto.

Los sujetos que no han podido realizar bien esta formación, el ideal del Yo, por no haber interiorizado suficiente amor y estimación recibido de afuera, muestran unas defensas narcisistas muy fuertes. No se atreven a dirigir su libido hacia objetos exteriores y consiguientemente se encierran en sí mismos absteniéndose de recibir, precisamente, de lo que más les falta.

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Otto Kernberg cuenta una anécdota que es muy importante y ejemplificadora, que le ocurrió a él mismo, dice :

"Yo tenía un psiquiatra en formación que robaba y yo no lo sabía y después de terminar su formación me pidió cartas de recomendación. Se las di en dos oportunidades, para dos ocasiones distintas y después me llegó una carta donde el director de la última institución, enfurecido, me decía que cómo una persona como yo mandaba cartas de recomendación de alguien que robaba en forma constante y desmesurada. Este psiquiatra vino a verme para pedirme una tercera carta de recomendación y entonces yo lo confronté con la información de éstos directores", y la reacción de él fue "ah, claro, si yo sabía que estos me iban a perseguir". "O sea que le preocupó que lo persiguieran, no tuvo ninguna preocupación por el cambio mío en la relación con él. Y cuando yo le pregunté que pensaba él de mi reacción frente a toda esta situación, él me dijo "me imagino que usted está enojado conmigo, porque yo lo he engañado, si quiere no me dé la carta".

Es decir que no tuvo capacidad de darse cuenta de mi reacción de tristeza por la pérdida de la relación interna con un hombre que era muy inteligente y como les dije, yo lo había supervisado durante un tiempo. Ahora ustedes me pueden preguntar ¿cómo usted no hizo el diagnóstico? Es sumamente difícil, como veremos en algunos momentos más, hacer el diagnóstico fuera de una situación clínica claramente definida, socialmente hacemos los errores más garrafales con este tipo de estructura de personalidad, por lo menos en el corto plazo".

Diagnósticos Diferenciales

Otto Kernberg hace un diagnóstico diferencial entre tres tipos de estructuras:

1) el síndrome del narcisismo

2) la estructura antisocial propiamente dicha

3) la personalidad narcisística con conducta antisocial.

Entonces, el síndrome del narcisismo maligno tiene conducta antisocial, tiene una estructura narcisística y tiene un narcisismo maligno. Pero no tiene capacidad de relaciones no explotadoras, no tiene capacidad de identificación con valores morales, no tiene capacidad de compromiso con los otros y no tiene capacidad de sentimientos de culpa.

La estructura antisocial, propiamente tal, tiene conductas antisociales, estructura narcisística, no tiene narcisismo maligno, sí tienen incapacidad de relaciones no explotadoras, tiene incapacidad de identificación con valores morales, tiene incapacidad de compromiso con otros, tiene incapacidad de sentimientos de culpa.

Y las personas narcisísticas con conducta antisocial, además de una conducta antisocial tienen una estructura narcisística, pero no tiene narcisismo maligno, incapacidad de relaciones no explotadoras, incapacidad de identificación con valores morales, tampoco tienen capacidad de compromiso con los otros, menos, incapacidad de sentimiento de culpa.

Con respecto a esta última personalidad (narcisismo con conducta antisocial), como decíamos que no tenía síndrome de narcisismo maligno y solo tiene la personalidad narcisística con conducta antisocial, son individuos cuya conducta antisocial es de tipo pasivo parasitario.

Henderson había clasificado a los psicópatas en agresivos, pasivos y creadores. Kernberg discute esto de creadores, pero dice que en la conducta permanentemente agresiva (ataque armado, robo con asalto, agresión física) hay un síndrome de narcisismo maligno. En cambio, cuando las tendencias antisociales son pasivas, tenemos la mentira crónica, el robo pasivo, la explotación parasitaria en lugar de la agresión directa.

La pseudología fantástica corresponde a un síntoma en el que el paciente inventa episodios novelescos y los narra como si realmente le hubiera ocurrido a él. Son concientes del valor de la realidad que puede ser atribuida a sus fantasías, pero a veces y por períodos de duración variable, pueden creer en ellas y vivir así en un mundo de irrealidad según el Tratado de Psiquiatría de E. Bleuler.

Dice Kernberg que en todo individuo narcisista deben investigarse las tendencias antisociales. Pone por caso a un profesor universitario de estructura narcisista al que le preguntó en medio de la entrevista "¿Ha tenido problemas con la ley o el impulso de estar envuelto en situaciones que puedan crearle problemas con la ley, por ejemplo, deseos de robar?" Y él le contestó "¿y cómo lo sabe usted?" Y resulta que el hombre robaba en librerías de arte, porque su especialidad era el arte y sentía que podía apreciar mucho mejor esos libros que todos los demás y tenía el derecho de robar los libros que no podía pagar.

Hablando de casos en que existen estructuras neuróticas de personalidad con tendencias antisociales, no narcisísticas, cuenta el caso de un médico que robaba en la cafetería del hospital y lo agarraron. Lo iban a expulsar del hospital y lo mandaron al departamento de psiquiatría. Dice que Kernberg lo examinó y tenía una estructura de personalidad obsesiva y con tendencia antisocial provocadora, justamente para ser pillado. Había que ser bruto para robar en la cafetería, siendo el médico del hospital. Robar en la cafetería del mismo hospital era una provocación. Luego de unos años de tratamiento, este médico no volvió a tener una conducta antisocial semejante.

La Personalidad Antisocial

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Existen ciertas características y actitudes mentales que ocasionan que aproximadamente el 20% de una raza se oponga violentamente a cualquier actividad o grupo de mejoramiento dentro de esta misma. Se sabe que esas personas tienen tendencias antisociales.

Cuando la estructura legal o política de un país se transforma de tal manera que prefiere a personalidades así en puestos de confianza, entonces todas las organizaciones civilizadoras del país sufren supresión, y a esto le sigue una barbarie de criminalidad y opresión económica. Las personas antisociales cometen crímenes y actos criminales.

Por lo tanto, en los ámbitos del gobierno, actividades policiales y salud mental, por citar unos pocos, vemos que es importante poder detectar y aislar a este tipo de personalidad para proteger a la sociedad y a los individuos de las consecuencias destructivas que acompañan al hecho de dar rienda suelta a esas personas para dañar a los demás.

Dado que sólo comprenden el 20% de la población, y como sólo un dos y medio por ciento son de verdad peligrosas, vemos que con muy poco esfuerzo podríamos mejorar considerablemente el estado de la sociedad.

Ejemplos muy conocidos, incluso sobresalientes, de ese tipo de personalidad son naturalmente Napoleón y Hitler. Dillinger. Pretty Boy Floyd, dos atracadores de bancos americanos, Christie, un asesino de mujeres inglés, y otros criminales famosos son ejemplos muy conocidos de la personalidad antisocial. Pero con semejante reparto de personajes en la historia, descuidamos los ejemplos menos sobresalientes, y no percibimos que personalidades así existen en la vida real, son muy comunes y con frecuencia pasan desapercibidas.

Cuando buscamos la causa de que un negocio esté fracasando, inevitablemente descubriremos entre sus miembros a la personalidad antisocial trabajando duro. En las familias que se están desintegrando, comúnmente encontramos que una u otra de las personas involucradas tiene una personalidad así. Cuando la vida se ha vuelto difícil y se está fracasando, un cuidadoso examen del área, hecho por un observador entrenado, revelará a una o varias de estas personalidades en acción.

Dado que un 80% de nosotros trata de progresar, y sólo un 20% trata de impedirlo, nuestras vidas serían mucho más fáciles de vivir si estuviéramos bien informados respecto a las manifestaciones exactas de dicha personalidad. De esa manera, podríamos detectarla y ahorrarnos muchos fracasos y amarguras.

Por lo tanto, es importante examinar y enumerar los atributos de la personalidad antisocial. Influyendo como lo hace en la vida diaria de tantos, es necesario que la gente decente esté mejor informada sobre este tema.

Atributos

La personalidad antisocial tiene los siguientes atributos:

1. Habla sólo en términos muy generales.

"Dicen…", "todo el mundo piensa…", "todos saben…" y expresiones así son de uso continuo, especialmente al difundir un rumor. Cuando se le pregunta: "¿Quién es todo el mundo…?", por lo general resulta que es una sola fuente; y a partir de esa fuente, la persona antisocial ha inventado lo que pretende que es la opinión de toda la sociedad.

Esto le parece natural, ya que para ella toda la sociedad es una gran generalidad hostil, especialmente contra la personalidad antisocial.

2. Una persona así trafica principalmente con malas noticias, observaciones críticas u hostiles, invalidación y supresión general.

En tiempos pasados se le describió como "chismoso", "pájaro de mal agüero" o "traficante de rumores".

Es notable que una persona así nunca transmite buenas noticias u observaciones elogiosas.

3. La personalidad antisocial, cuando transmite un mensaje o una noticia, altera la comunicación para empeorarla.

Detiene las buenas noticias y sólo transmite las malas, que con frecuencia adorna. Una persona así, también finge pasar "malas noticias" que en realidad son inventadas.

4. Una característica de la personalidad antisocial, y una de las cosas lamentables acerca de ella, es que no responde al tratamiento o a la reforma.

5. Cerca de una personalidad así, vemos compañeros o amigos acobardados o enfermos que, aun cuando no se vuelven realmente locos, se conducen en la vida de manera incapaz, fracasando, sin triunfar.

Esas personas causan problemas a los demás. Al tratar o educar al compañero íntimo de la personalidad antisocial, éste no tiene ganancia estable, sino que recae con rapidez o pierde las ventajas de su conocimiento, ya que está bajo la influencia supresiva de la otra persona.

Al tratar físicamente a estos compañeros, generalmente no se recuperan en el tiempo esperado, sino que empeoran y sus convalecencias son deficientes. Es bastante inútil tratar, ayudar o entrenar a personas así mientras permanezcan bajo la influencia de la persona antisocial.

La mayoría de los dementes, lo están debido a estas personas antisociales con las que están relacionados; y por la misma razón, no se recuperan fácilmente.

Injustamente, muy pocas veces vemos realmente a la personalidad antisocial en una institución mental o social; sólo sus "amigos" y su familia están ahí.

6. La personalidad antisocial elige habitualmente el blanco incorrecto.

Si un neumático se pincha por conducir sobre clavos, maldice a un compañero o a algo que no es la fuente causante del problema. Si en la casa de al lado la radio está demasiado fuerte, él patea al gato.

Si la causa obvia es A, la personalidad antisocial inevitablemente culpa a B, C o D.

7. La personalidad antisocial no puede terminar un ciclo de acción.

Toda acción sigue una secuencia en que se inicia, se continúa mientras se requiera y se termina como se había planeado. Esto se conoce en Cienciología como un ciclo de acción. El antisocial acaba rodeado de proyectos incompletos.

8. Muchas personas antisociales confiesan abiertamente los crímenes más alarmantes cuando se les obliga a hacerlo, pero no tienen el más mínimo sentido de responsabilidad acerca de ellos.

Sus acciones tienen poco o nada que ver con su propia voluntad; las cosas "simplemente sucedieron". No tienen sentido alguno de la causa correcta; y en especial, no pueden experimentar por lo tanto, ninguna sensación de remordimiento o vergüenza.

9. La personalidad antisocial sólo apoya a grupos destructivos, y muestra enojo violento y ataca a cualquier grupo constructivo o de mejoramiento.

10. Este tipo de personalidad sólo aprueba acciones destructivas y lucha contra acciones o actividades constructivas o de ayuda.

A menudo se encuentra que el artista, en especial, atrae a individuos con personalidad antisocial, que ven en su arte algo que debe destruirse, y encubiertamente, "como un amigo", proceden a intentarlo.

11. Ayudar a otros es una actividad que casi vuelve frenética a la personalidad antisocial. Sin embargo, colabora estrechamente en actividades que destruyen en nombre de la ayuda.

12. La personalidad antisocial tiene un sentido incorrecto de la propiedad y piensa que la idea de que alguien posea algo es un pretexto inventado para engañar a la gente. En realidad, nada se posee nunca.

¿Por que Existe el Antisocial?

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La razón básica de que la personalidad antisocial se comporte como lo hace, radica en un terror oculto a los demás.

Para una persona así, cualquier otro ser es un enemigo; un enemigo al que se debe destruir en forma encubierta o manifiesta. La obsesión es que la supervivencia misma depende de "oprimir a los demás" o "mantener a la gente en la ignorancia".

Si alguien prometiera hacer a otros más fuertes o más inteligentes, la personalidad antisocial sufriría la angustia extrema del peligro personal. Su razonamiento es que si tienen tantos problemas con la gente que les rodea, siendo esta débil o estúpida, perecerían si alguien se hiciera más fuerte o inteligente.

Una persona así carece de confianza hasta el punto del terror. Generalmente esto está enmascarado y no se manifiesta. Cuando una personalidad así se vuelve paranoica, el mundo está lleno de marcianos o agentes del FBI; y cada persona con la que se encuentra, es en realidad un marciano o un agente del FBI. Pero la mayoría de estas personas no muestra señales externas de paranoia. Parecen bastante racionales. Pueden ser muy convincentes.

Sin embargo, la características antes mencionada consta de características que una persona así no puede detectar en sí misma. Esto es tan cierto que si usted pensó que se encontraba en alguno de los puntos anteriores, con toda seguridad usted no es antisocial.

La autocrítica es un lujo que la persona antisocial no puede permitirse. Deben tener razón porque, según ellas, están en continuo peligro. Si probara que una de ellas está equivocada, podría incluso hacer que enfermara de gravedad. Sólo la persona cuerda, bien equilibrada, trata de corregir su conducta.

Sigmund Freud en el año 1.915 publico el artículo "Los delincuentes por sentimientos de culpa", explicando que la labor analítica le conduzco al sorprendente resultado de que las conductas delictivas eran cometidas ante todo por que se hallaban prohibidas y por que a su ejecución, se enlazaba para el autor un alivio psíquico. El sujeto sufría un penoso sentimiento de culpabilidad de origen desconocido, donde una vez cometida la falta, sentía mitigada la presión del mismo. Por paradójico que parezca, el sentimiento de culpa existía antes del delito y no procedía de él, al contrario el delito es el que procedía del sentimiento de culpabilidad. Profundizando su análisis llega a la conclusión de que este sentimiento de culpabilidad proviene del complejo de Edipo.

Según Freud, los niños cometen travesuras para llamar la atención y atraerse un castigo, luego de este, quedan tranquilos, donde el castigo sirvió para satisfacer sus necesidades de autocastigo, emanados de la sensación de culpabilidad que provocan otras faltas más graves.

El delincuente por un lado comete un delito por sentimientos de culpa, y por el otro, el castigo que el delito ocasiona, satisface la necesidad de autocastigo que el sujeto experimenta inconscientemente.

Freud también habla de los delincuentes adultos que cometen delitos sin sentimientos de culpa. Señala que estos sujetos no han desarrollado inhibiciones morales o creen justificada su conducta por su lucha contra la sociedad, refiriéndose así hacia los actualmente denominados personalidades Psicopáticas.

Posteriormente, en el año 1.923 edita su artículo "El yo y el ello", en donde fundamenta su teoría de conformación del aparato psíquico del yo, súper – yo y el ello, bastantemente conocido por todo aquel que ha desarrollado estudios básicos de la criminología.

Características diagnósticas

Los rasgos de personalidad son patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales.

Los rasgos de personalidad sólo constituyen trastornos de la personalidad cuando son inflexibles y desadaptativos, y cuando causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo.

La característica principal de un trastorno de la personalidad es un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto y que según los siguientes criterios:

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También se proporcionan criterios diagnósticos específicos para cada uno de los trastornos de la personalidad incluidas en el primer capitulo de este trabajo. Los ítems en cada grupo de criterios para cada uno de los trastornos de la personalidad específicos son enumerados en orden de importancia diagnóstica decreciente según los datos relevantes sobre eficiencia diagnóstica (cuando existen).

ROBERT HARE

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El diagnóstico de los trastornos de la personalidad requiere una evaluación de los patrones de actividad del sujeto a largo plazo, y las características particulares de la personalidad han de estar presentes desde el principio de la edad adulta. Los rasgos de personalidad que definen estos trastornos también tienen que diferenciarse de las características que surgen como respuesta a estresantes situacionales específicos o a estados mentales más transitorios (por ejemplo: trastornos del estado de ánimo o de ansiedad, intoxicación por sustancias).

El clínico tiene que valorar la estabilidad de los rasgos de personalidad a lo largo del tiempo y en situaciones diferentes. La evaluación también puede verse complicada por el hecho de que las características que definen un trastorno de la personalidad en ocasiones no son consideradas problemáticas por el sujeto (por ejemplo, los rasgos son a menudo considerados egosintónicos). Para ayudar a salvar esta dificultad, es útil la información aportada por otros observadores.

Hare

Basados en los trabajos de Cleckley, en 1976, Hare, Hart y Harpur, han propuesto diez criterios para el trastorno de la personalidad psicopática (1991) que son los siguientes:

1. Locuacidad y encanto superficial

2. Autovaloración exageradamente alta/arrogancia

3. Ausencia total de remordimiento

4. Ausencia de empatía en las relaciones personales;

5. Manipulación ajena con recurso frecuente de engaño

6. Problemas de conducta en la infancia

7. Conducta antisocial en la vida adulta

8. Impulsividad

9. Ausencia de autocontrol

10. Irresponsabilidad.

Para hacer el diagnóstico de trastorno antisocial de la personalidad, se requiere contar con 18 años como mínimo y presentar alteraciones de conducta antes de los 15 años.

Entre los factores más comunes de los trastornos de conducta antes de los 15 años, se presenta:

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El denominador común de todos estos factores es la trasgresión de las normas de conducta en el hogar y frente a la sociedad.

Escala de Psicopatía de Hare (PCL)

F

 

2

1

0

1

Locuacidad

 

 

 

1

Encanto superficial

 

 

 

1

Sensación grandiosa de autovalía

 

 

 

1

Mentiras patológicas

 

 

 

1

Dirección, Mandón y/o Manipulador

 

 

 

1

Manipulación

 

 

 

1

Falta de remordimiento y culpabilidad

 

 

 

1

Escasa profundidad en los afectos

 

 

 

1

Inestabilidad, Insensibilidad

 

 

 

1

Falta de empatía

 

 

 

1

Fracaso de aceptar responsabilidad de las propias acciones

 

 

 

2

Necesidad de estimulación

2

Tendencia al aburrimiento

 

 

 

2

Estilo de vida parásito

 

 

 

2

Escaso control conductual

 

 

 

2

Problemas de conducta tempranos

 

 

 

2

Falta de metas realistas a largo plazo

 

 

 

2

Impulsividad

 

 

 

2

Irresponsabilidad

 

 

 

2

Delincuencia juvenil y revocación de la libertad condicional

 

 

 

 

Totales

 

 

 

Puntuación:

F1= Rasgos centrales de la psicopatía.

F2= Rasgos de inestabilidad

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Los 8 primeros ítems se resumen en un factor, los 9 siguientes en otro factor, y los 3 últimos en un tercer factor. Los ítems del factor 1 se relacionan de modo estrecho con los criterios de Cleckley, y se puede obtener una alta puntuación en ellos sin ser un delincuente. Este factor 1 correlaciona en mayor medida con los síntomas del trastorno narcisista de la personalidad que con los del trastorno antisocial de la personalidad. Los ítems del segundo factor se parecen más a los criterios del DSM IV sobre el Trastorno Antisocial de la Personalidad.

Según Lykken, los ítems del factor 1 son indicadores de rasgos de personalidad, mientras que los ítems de los factores 2 y 3 se refieren a conductas. La correlación entre los dos primeros factores es de 0,5, de modo que una persona puede tener puntuaciones dispares en ambos.

Por otro lado, el factor 2 varia inversamente con la inteligencia (a mayor inteligencia, menor puntuación factorial en el factor 2), mientras que el factor 1 no se relaciona con las medidas de inteligencia.

En el estudio de Patrick y col. (1993) el factor 1 del PCL (rasgos de personalidad) correlacionaba con la respuesta inusual (ausencia de respuesta) de los psicópatas a diapositivas aversivas, pero eso no pasaba con el factor 2 (conductas). Esto tiene sentido, dada la mayor capacidad predictiva demostrada de los rasgos de personalidad. Los psicópatas primarios tendrán puntuaciones altas en ambos factores, pero serán el único subgrupo con puntuaciones especialmente altas en el factor 1.

Según Lykken , el PCL no es demasiado sensible. No puede ser usado como único medio para distinguir el psicópata primario de otros delincuentes no socializados. El PCL no permite identificar al psicópata socializado, aunque para este propósito si puede ser útil el factor 1 del PCL

Otras Escalas

Uno de los problemas básicos en el estudio de la psicopatía está en identificar grupos relativamente homogéneos de personas.

Otra manera de abordar el problema ha sido usar un criterio empírico, es decir, estudiar personas clasificadas clínicamente y diseñar medidas de auto-informe con ítems en los que se distinguen estos grupos de las personas normales.

La escala Pd del MMPI y la escala So (sociopatía) del CPI son ejemplos de este tipo de medidas de auto-informe. Sin embargo la gran desventaja es que las puntuaciones son altas en ambas escalas en la mayor parte de la población de reclusos, de modo que no distinguen psicópatas y sociópatas. Algunos usuarios del MMPI sugieren que el psicópata tiene altas puntuaciones en Pd (desviación psicopática) y en la escala Ma (escala de masculinidad).

Ejemplos de la subescala Pd del MMPI

Ejemplos de la subescala So del CPI

16. Estoy seguro de que la vida es dura para mí

21. A veces he deseado muchísimo abandonar el hogar.

32. Me cuesta bastante concentrarme en una tarea o trabajo.

33. He tenido muy peculiares y extrañas experiencias.

35. Si los demás no la hubieran tomado conmigo habría tenido más éxito.

94. Hago muchas cosas de las que me arrepiento luego (Me arrepiento de más cosas o con más frecuencia que otras personas).

110. Alguien me la tiene jurada.

244. Mi modo de hacer las cosas tiende a ser mal interpretado por los demás.

245. Mis padres y familiares encuentran más defectos en mí de los que debieran.

  36. Cuando era un muchacho hacía "novillos" bastantes veces.

93. Yo haría cualquier cosa por una apuesta.

164. A menudo mis padres no han estado de acuerdo con el tipo de amigos que he tenido.

170. A menudo actúo siguiendo los impulsos del momento, sin pararme a pensarlo.

182. Prefiero pasarme sin algo que tener que pedir un favor.

214. En el colegio, algunas veces fui enviado al director a causa de mis travesuras.

257. A menudo me siento como si hubiera hecho algo malo o perverso.

327. Me resulta fácil "romper" con un amigo.

338. Nunca me ha preocupado mi aspecto físico.

386. Sé quién es el responsable de muchos de mis problemas.

Ejemplos de ítems de la subescala Ma del MMPIdel MMPI

11. La gente debiera intentar comprender sus sueños y guiarse por ellos o tomarlos como avisos.

22. A veces tengo accesos de risa y llanto que no puedo controlar.

59. A menudo he recibido órdenes de alguien que no sabía tanto como yo.

64. Algunas veces persisto en una cosa o tema hasta que los demás pierden la paciencia conmigo.

73. Soy una persona importante.

134. A veces mi pensamiento ha ido más rápido y por delante de mis palabras.

156. He tenido épocas durante las cuales he realizado actividades que luego no recordaba haber hecho.

157. Creo que frecuentemente he sido castigado sin causa.

181. Cuando estoy aburrido me gusta promover algo excitante.

222. No me cuesta pedir ayuda a mis amigos, incluso aunque no pueda devolverles el favor.

263. Sudo muy fácilmente, incluso en días fríos.

271. No culpo a aquel que se aprovecha de otro que se expone a ello.

Los ítems de la escala So del CPI se refieren a problemas interpersonales, resentimiento hacia la familia y la autoridad, sensaciones de victimización y alienación, mal ajuste escolar y rebeldía.

La escala So es bastante útil para identificar al joven delincuente y para predecir la futura conducta antisocial, así como el futuro adulto pro-social. Usando 25 muestras distintas con un total de 10.000 sujetos, la correlación de las puntuaciones de la escala So con el criterio socializado y no socializado fue de 0,73 (Schalling, 1983). Sin embargo, la escala So tampoco parece sensible a la diferencia entre psicópata y sociópata.

A pesar de sus ventajas y desventajas la escala de psicopatía de Hare PCL basadas en los criterios de Cleckley es la que mejor se ajusta para el diagnostico.

Taxonomías de delincuentes o criminales.

Quay (1977) ha usado métodos factoriales para identificar cuatro tipos de delincuentes:

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Megargee y Bohn (1979) encontraron 10 tipos de personalidad según el MMPI en los que se podía encajar el 96% de los delincuentes – aquí sólo se describen 8 de ellos:  

  • Grupo Able (17%): psicópata clásico, brillante, emprendedor, activo, seguro de si mismo, no demasiado agresivo, pero no se preocupa de evitar las interacciones hostiles, de buena familia, y con una gran probabilidad de volver a ser arrestados.

  • Grupo Delta (10%): muy similares al grupo Able, pero procedentes de familias socialmente desviadas, agresivos y beligerantes, y con altas probabilidades de ser arrestados tras ser puestos en libertad.

  • Grupos Charlie, How, y Júpiter: estos reclusos se incluyen en la categoría sociopática. Son inquietos, y no se debería apostar por su puesta en libertad condicional, sus familias suelen ser disfuncionales, y son más reactivos al estrés que los psicópatas en si mismos.

  • Grupo Baker : son delincuentes neuróticos.

  • Grupos Item y Easy: son psicológicamente normales, corresponden a los que llamamos delincuentes profesionales.

  Sería muy interesante averiguar las relaciones entre esta clasificación realizada por Megargee y los factores del PCL. Sería bastante probable que una combinación del PCL y el Grupo Able constituyese un muy grupo experimental compuesto por psicópatas primarios.

Ronald Blackburn (1975) ha usado también el MMPI para organizar los perfiles de personalidad de los delincuentes:  

  • Psicópatas primarios: poco socializados, impulsivos, agresivos, y con poca ansiedad y culpabilidad. Equivalen al Grupo Able.

  • Psicópatas secundarios: ansiosos, deprimidos, y emocionales, así como hostiles, agresivos, impulsivos, y poco socializados. Equivalen al grupo How.

  • Sujetos normales, controlados y no neuróticos. Equivalen al Grupo Item.

  • Sujetos introvertidos, tímidos, y deprimidos; moderadamente hostiles, no son notablemente agresivos o impulsivos. Equivalen al Grupo George.

Los psicópatas primarios de Blackburn corresponden a los criterios de Cleckley, junto con la agresividad. Sus psicópatas secundarios podrían ser equivalentes a los sociópatas convencionales, personas con temperamento medio que carecen de conciencia y sensaciones de empatía debido a fallos educativos, pero cuya conducta les lleva a tener estrés. Aunque también podrían equivaler a los psicópatas secundarios estudiados por Gray y Fowles.

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Las diferencias que se pueden encontrar entre el análisis de Megargee y Blackburn, se pueden atribuir a que han usado muestras más representativas o más homogéneas respectivamente.

 En cualquier caso, en la clasificación de los delincuentes puede estar pasando algo parecido a lo que ha pasado con el diagnóstico del cáncer de pulmón: únicamente cuando se han mejorado las técnicas de diagnóstico se ha llegado a diferenciar los distintos tipos histológicos del cáncer de pulmón. Las nuevas técnicas de análisis se están comenzando a probar con sujetos delincuentes: un ejemplo es el estudio de Harris y col. (1994).

En suma: 

  • Las personas con altas puntuaciones en el PCL-1 y con bajas puntuaciones en la escala So del CPI o en la escala de evitación de daños del MPQ, pueden ser las mejores representantes de la psicopatía primaria.

  • Las personas con altas puntuaciones en el PCL-2, con puntuaciones moderadas en el PCL-1, bajas puntuaciones en la escala So del CPI y puntuaciones de medias a bajas en la escala de evitación de daños del MPQ, pueden ser las mejores representantes de la psicopatía secundaria.

  • Por otro lado, sería buena idea pensar en desarrollar medidas psicofisiológicas estandarizadas para el diagnóstico de la psicopatía primaria.

Tipos de Asesinos

ASESINO EN MASA

Esta tipología se adopta en cuanto al número de víctimas, cuatro o más, y su ubicación en un mismo lugar o escena del crimen. Generalmente sus víctimas son de un entorno conocido y puede que tengan o no relación directa con él, también es reseñable que achaque a sus víctimas sus problemas y actúe a modo de venganza o como medio de resolución de éstos.

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El asesino en masa piensa que está en posesión de la verdad, sufre lo que se denomina un delirio y podrá tener su comienzo en una psicosis, lo que es lo mismo, la pérdida total del contacto con la realidad ya sea a través de una causa endógena (esquizofrenia), o a una causa exógena (drogas u otro tipo de sustancias).

Ejemplos de ésta tipología los vemos cada cierto tiempo en la sociedad americana por los medios de comunicación, en los cuales observamos casos como el de jóvenes que irrumpen en su instituto causando varias víctimas para luego suicidarse, o en los casos en que las víctimas se producen en el entorno de una secta destructiva, causando el líder a través de su influencia la muerte de sus adeptos.

Podemos recordar el caso del crimen de Puerto Urraco en el que dos hermanos causan la muerte de numerosos vecinos de su pueblo. En resumen, se trata de una acción límite trazada por el individuo como única salida.

ASESINO MULTIPLE

Si antes hemos hablado del asesino en masa como autor de cuatro o más víctimas en un mismo lugar, al hablar de asesinato múltiple nos referimos a la comisión de dos o más víctimas en distintos lugares, y es en éste apartado donde podemos ubicar al denominado asesino en serie y al asesino excursionista.

ASESINO EXCURSIONISTA

Esta tipología es la que menos nos encontraremos con toda seguridad. Hablamos en éste apartado de crímenes cometidos en lugares diferentes y en un periodo de tiempo muy breve.

El asesino no tiene tiempo para serenarse entre la comisión de un hecho y el siguiente. Se puede decir que todos los crímenes son resultado de un único suceso de inicio, y que puede durar el tiempo en función de los fines del criminal.

En cuanto a la personalidad del autor, podemos afirmar con seguridad, que estaríamos ante una forma de esquizofrenia, más cerca de la tipología del asesino en masa que del serial, el cual veremos a continuación.

EL ASESINO EN SERIE (serial)

En principio, para determinar ésta tipología, definiríamos al asesino en serie como aquél que comete tres o más acciones homicidas en periodos de tiempo que van de unos días a semanas, meses e incluso años. La cadena de asesinatos es producto de una urgencia ineludible.

Generalmente tienen un patrón o pauta determinada, la cual irán perfeccionado, ya sea en función del lugar, del tipo de víctima o acciones que realiza con ella.

Una distinción importante entre los asesinos seriales es la provocada por su personalidad, estamos hablando del psicótico y del psicópata, lo cual tiene una gran importancia a la hora de la investigación ya que su forma de actuar es diferente.

Descriptor de psicopatía

A los rasgos psicopáticos los reunimos en tres grupos, A) Los derivados de satisfacer necesidades distintas al común, B) Los derivados de la cosificación de las personas y C) los actos psicopáticos graves. Los rasgos del grupo A y B deben ser investigados a través de la biografía de la persona y evaluados minuciosamente.

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Hay presunción de psicopatía si presentan rasgos correspondientes a los subgrupo A1, A2, A3, A4 y al grupo B. Lógicamente, la presencia de un hecho del punto C señala al psicópata por sí solo.

Concepto: La personalidad psicopática se da en individuos que deben satisfacer necesidades especiales y para ello hacen un uso particular de su libertad, valiéndose de códigos propios y utilizando a las otras personas como cosas.

El fracaso lo derrumba. Los momentos de crisis de los psicópatas son producidos por frustraciones y fracasos. Siempre coloca la responsabilidad de su fracaso o su frustración, en lo otro, en lo externo (defensa "aloplástica"). El éxito del psicópata en el medio social, no asegura que se estabilice. En ocasiones después de mucho esfuerzo, destruyen todo lo que han hecho, por un acto banal, por un impulso. Esto es desconcertante para el "normal" que observa esto, que ha seguido toda la trayectoria y el accionar de la inteligencia de éste hombre exitoso y sin embargo, por una tontería, destruye todo andamiaje.

Dentro de los tipos de psicópatas, en su relación con el sistema, están:

  • 1) Los que aprovechan el sistema, para sacar beneficio (estafadores menores, algunos políticos, especuladores)

  • 2) Los que confrontan con el sistema dentro del sistema (delincuentes, estafadores graves, criminales, políticos extremistas, tanto de derecha como de izquierda)

  • 3) Aquellos que quieren cambiar el sistema (los que se marginan, y desde la marginación tratan de romper el sistema).

Cualesquiera sea la pertenencia del psicópata en estos tres grupos, siempre están contra el orden establecido. Hay algo en el psicópata que le impide aceptar el orden establecido. Así lo vemos al querellante fatigar tribunales apelando una justicia que nunca termina de convencerlo. Y si la "justicia" se demora o no es suficiente ¿por qué no ser él mismo el que la ejecute?

El psicópata pude tener tres tipos de conductas:

a) Accionar normal: es su parte adaptada al patrón conductual normal. No se le "nota" la psicopatía.

b) Accionar psicopático: es la manifestación de sus conductas psicopáticas. La ejerce sobre determinadas personas, complementarios o víctimas.

c) Tormenta psicopática: es la conducta psicopática desestabilizada. De gran inestabilidad emocional y tensión interna, que el psicópata trata de equilibrarla a través del rito psicopático, grupo de conductas repetitivas (el patrón conductual psicopático). Hay impulsos y automatismos. Intensa descarga de la tensión interna sobre lo externo. No puede parar sus acciones hasta lograr reestabilizarse. La forma que toma esta desestabilización dependerá del tipo y grado de psicopatía. Aquí es donde se producen los homicidios seriales o extremadamente crueles, las violaciones, destrucciones y también los suicidios. Es donde el psicópata de tipo asocial deja su sello, su marca personal.

El psicópata en general, se justifica a sí mismo en todas sus acciones. Suele ser acusador y crítico. A la pregunta ¿por qué el psicópata no sigue las normas? La respuesta es simple, porque las normas no se ajustan a sus deseos.

Este tipo de personalidades tienen un particular sentido de la libertad. Ser libre es poder hacer sin impedimentos. Poder optar. Las trabas a la expansión de la acción, pueden ser internas o externas. Si estos seres minimizan sus trabas internas (llámese represión, inhibición o remordimiento) sólo les quedan las trabas externas. Si los impedimentos externos no están corroborados por la propia lógica ni tienen el peso de los sentimientos, a qué seguirlos. Se convierten en algo artificioso, armado por otros. Un como sí lúdico. Un juego donde se conocen las reglas, los obstáculos, pero en el fondo es todo fantochada. Es así un jugador sin impedimentos que conoce los impedimentos.

¿No será este uso particular de la libertad lo que lo hace seductor al apelar a las libertades reprimidas del otro? Tal vez el psicópata busque detrás de las máscaras, de la imagen, de la "persona", al "animalito" deseoso y encerrado que todos llevamos dentro y lo anime a participar en un juego ambivalente de satisfacciones y angustias.

EN LA MENTE DEL PSICÓPATA

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El "talento natural" para la psicopatía no es una condición necesaria y suficiente para la comisión de actos violentos y/o delictivos. Tanto el héroe como el criminal sanguinario parecen responder al mismo "talento natural" para la psicopatía. Esta fascinación ha dado lugar a distintas explicaciones para aquellas mentes violentas o también brillantes si se quiere.

Seguidamente se exponen las principales explicaciones de la psicopatía y cuáles son las evidencias que se han usado para su contrastación empírica. Estas explicaciones son esencialmente de dos tipos.

Por un lado, las que tienen un carácter fundamentalmente conductual – caso de la teoría de la ausencia de temor de Lykken o la teoría de Gray / Fowles -. Por otro lado, las que suponen que la psicopatía incluye algún tipo de trastorno físico en el cerebro – caso de la explicación de Hare o la de Newman -.

Mientras que una de las claves principales de la psicopatía es una dificultad genotípica de temperamento, en el caso de la sociopatía la clave parece estar en las pautas de crianza. Algunos datos sociodemográficos tomados de las bases de datos de los Estados Unidos – puesto que en nuestro país carecemos de ese tipo de datos – llevan a reflexionar sobre cuáles pueden ser los motivos del aumento de los delitos a partir del que se infiere un aumento de la sociopatía en la sociedad moderna.

Introducción a las explicaciones de la psicopatía primaria

1) Cleckley.

El psicópata carece del barniz afectivo que acompaña usualmente a la experiencia, sus sensaciones emocionales están atenuadas de un modo equivalente a la ceguera de colores que padecen los daltónicos. Cleckley estima que los sentimientos morales deben ser aprendidos y que este proceso de aprendizaje está reforzado por las emociones. Cuando estas emociones están atenuadas, el desarrollo de la moralidad se complica mucho. Así, según Cleckley, para el psicópata primario no son eficaces las experiencias normales de socialización a causa de un defecto innato que él compara con la afasia semántica (trastorno cerebral que supone elaborar frases semánticamente correctas, pero sin reconocer con precisión qué se está diciendo).

Sin embargo, no está claro que el psicópata sea incapaz de mostrar emociones. Claramente siente ira, satisfacción, placer, y autoestima. De otro modo no se entendería por qué hace lo que hace.

2) Lykken.

El psicópata primario se caracteriza por tener una experiencia atenuada, no de todos los estados emocionales, sino de la ansiedad o el miedo. Los seres humanos tenemos una tendencia innata a tener miedo de ciertos estímulos – falta de apoyo, serpientes o arañas, extraños, fuego- y a asociar miedo a estímulos y situaciones experimentadas con anterioridad junto a estímulos temidos de un modo innato, incluyendo el dolor y el castigo.

En igual medida que todas las variables biológicas, el temor o lo que Lykken denomina el Cociente de Miedo (FQ) innato, varia de persona a persona. Algunos individuos tienen un FQ muy alto, y sólo en casos muy extremos se convertirán en delincuentes o sociópatas adultos. Lykken sugiere que las personas en el otro extremo de este continuo (FQ muy bajo) tienen un gran riesgo de convertirse en psicópatas primarios: puesto que la mayor parte del proceso de socialización depende del castigo de la conducta antisocial, y dado que el castigo funciona (cuando funciona) a través de la inhibición de los impulsos, cuando la tentación vuelva a aparecer, gracias al temor a las consecuencias, entonces una persona con poco temor será difícilmente socializado por este camino.

Difícilmente socializado no es equivalente a imposible de socializar : ser menos temeroso que la persona media no es necesariamente nocivo. Un pibe con un FQ muy bajo, pero cuyos padres han tenido éxito en el proceso educativo, sería el compañero ideal en una situación de tensión y peligro. En suma, para Lykken el psicópata y el héroe son las dos caras de la misma moneda genética (la cara visible y la cara oculta).

3) Gray y Fowles.

El BIS – Sistema de Inhibición Conductual – se activa por señales asociadas con el temor o la ausencia frustrante de recompensa, y produce la experiencia de ansiedad y la inhibición de la conducta en curso. El BIS organiza la evitación pasiva, es decir, la inhibición de respuestas previamente castigadas. En contraste, el BAS se activa por estímulos asociados a recompensa o con el escape de situaciones de miedo o dolor.

El BAS – Sistema de Activación Conductual – organiza la conducta de aproximación y la evitación activa, es decir, la conducta de escape frente a una amenaza. Según Gray y Fowles existen notables diferencias individuales en la fuerza o reactividad del BIS ; las personas con un BIS débil tendrán una horrenda evitación pasiva, poca ansiedad, y otras características de la psicopatía primaria (esto es muy similar al FQ de Lykken).

Por otro lado, las personas con un BAS muy fuerte también tendrán una horrenda evitación pasiva. Vease estas relaciones se presentan en la figura A y B.

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Figura A

Efecto de un BIS débil responsable de un fallo de la evitación pasiva

Así por ejemplo, Adán puede comer de la manzana que le ofrece Eva por dos motivos : (a) si su BIS falla al intentar inhibir el movimiento del brazo hacia el fruto prohibido o (b) si su BAS está tan activo que cuando se para la acción ya es demasiado tarde. El primer caso representa la psicopatía primaria, mientras que el segundo caso representa la psicopatía secundaria.

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FIGURA B

Efecto de un BAS sobre-reactivo también responsable de un fallo en la evitación pasiva

4) Hare.

El cerebro del psicópata está menos lateralizado, sus funciones lingüísticas están menos concentradas en el hemisferio izquierdo y las funciones emocionales están menos localizadas en el hemisferio derecho. Según parece, existe evidencia de distintos laboratorios de que esta tesis puede ser cierta. Existen diferencias de lateralidad entre niños fáciles y difíciles de socializar. Sin embargo, el impacto no parece especialmente significativo, es decir, hay muchos psicópatas que están incluso mejor lateralizados que los no psicópatas.

5) Gorenstein y Newman.

Algunos individuos sociopáticos parecen actuar impulsivamente, sin pensar, sin darse tiempo para evaluar la situación, para apreciar los riesgos, para prever las consecuencias, o incluso para anticipar como se sentirán tras la acción cuando hay tiempo para evaluar el estado. Estos casos parecen suponer una inadecuación biológica de ciertos mecanismos de control inhibitorio Las lesiones en ciertas áreas cerebrales pueden dar lugar a una reducción del control inhibitorio tanto en animales como en humanos. Estos autores propusieron en 1980 una teoría de la psicopatía basada en los procesos de desinhibición. Su lógica depende de las semejanzas entre las conductas de aproximación y evitación de animales a los que se ha manipulado quirúrgicamente (septum, hipocampo, y córtex frontal) y la conducta de psicópatas y personas extremadamente extrovertidas.

Este modelo es la base del programa de investigación de Newman y sus colegas en la Univ. de Wisconsin. En la misma medida que Hare, Newman propone que la explicación de la psicopatía puede estar en un fallo de la arquitectura cerebral, en contraste con las teorías de Lykken, Fowles o Gray para las que la diferencia entre el psicópata y la persona normal estribaría en una diferencia de grado en algún rasgo o proceso cerebral común.

La ausencia de temor: Teoria de D. T. Lykken

La razón más usual para hacer elecciones antisociales es la presencia de una inhibición débil debido a una socialización inadecuada resultado de una crianza incompetente. Mientras que la mayor parte de nosotros hacemos elecciones pro-sociales, las personas con esta baja inhibición y escaso temor a las consecuencias, realizan elecciones antisociales.

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El psicópata primario elige realizar conductas antisociales a las primeras de cambio, dada la débil presencia de miedo al castigo o de voz de la conciencia. Sin embargo, lo que hace fascinante el estudio de la psicopatía primaria es que esta debilidad no se puede predecir únicamente a partir de la incompetencia de los padres. Algunos niños son más difíciles de socializar que otros y los psicópatas primarios se sitúan en uno de estos extremos. Recordemos que la mayor parte de los psicópatas descritos por Cleckley procedían de familias acomodadas con unos hábitos de vida que potenciaban una crianza pro-social.

En igual medida que los demás mamíferos, los humanos estamos equipados con la capacidad de experimentar miedo, un estado aversivo que produce arousal y conductas de escape. Tenemos un repertorio de miedos innatos (la pérdida repentina de apoyo, la oscuridad, los acantilados, ruidos inesperados, arañas, serpientes, etc.) y también podemos aprender a temer estímulos y situaciones asociados en el pasado a fuertes sensaciones de miedo y malestar. Adquirimos nuevos temores mediante un proceso simple de condicionamiento pavloviano (clásico), pero aprendemos a escapar del temor y a evitar estímulos que producen temor a través del condicionamiento operante mediante el que la respuesta de escape o evitación se ve recompensada o reforzada por la reducción del temor.

Como cualquier tipo de equipamiento biológico, estas tendencias relacionadas con el temor varían de persona a persona. Algunos niños son tan temerosos que apenas pueden adaptarse a su entorno. La tesis de Lykken es que los niños que se sitúan en el otro lado del continuo tienden a convertirse en psicópatas primarios.

Dos de los tres componentes de la socialización se pueden adquirir por completo a través del refuerzo positivo. Tener afecto a los mentores y a los modelos pro-sociales puede instigar las actitudes pro-sociales y los hábitos altruistas sin necesidad de ser castigado o de tener miedo.

Cualquier niño con talento y un buen profesor descubrirá la satisfacción de desarrollar una destreza y de hacer un buen trabajo. Pero en líneas generales aprendemos el tercer componente de la socialización, es decir, a evitar las conductas antisociales y a inhibir los impulsos prohibidos, mediante el castigo y el miedo condicionado que está detrás de ese castigo. Según Lykken, todos los componentes del síndrome dibujado por las categorías de Cleckley se pueden encontrar en un niño normal, pero poco temeroso, que ha sido sometido a métodos de crianza basados en el castigo como medio para desarrollar una consciencia y la inhibición de la conducta antisocial.

La teoría de Lykken aplicada en los criterios de Cleckley.

 La pregunta es : ¿puede un niño poco temeroso crecer adquiriendo las características propuestas por Cleckley ? Las teorías deben demostrar que son mejores que otras teorías alternativas, de modo que hay que contrastar la teoría de Lykken con las siguientes otras teorías :

(a) Bajo arousal y búsqueda de estímulos

(b) Bajo control del impulso

(c) Retraso en el desarrollo del ego

(d) Deficiente actividad de la serotonina

(e) Escasa lateralización cerebral.

Criterio 1. Encanto superficial y buena inteligencia.

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Las personas que habitualmente consideramos encantadoras no suelen ser tímidas, sino seguras de sí mismas, espontáneas y vividoras. Una persona encantadora nos resulta muy atractiva. Pensemos en las razones que podemos darnos para no haber sido más encantadores durante la fiesta de la semana pasada : estuvimos tímidos, demasiado racionales, temerosos de decir una tontería, temerosos de que nos dejasen de lado, trabados de lengua, bastante inhibidos. Es decir, presentamos síntomas de miedo social.

¿Por qué solemos ser mucho más "encantadores" en las fiestas, boliches, etc. que en otras situaciones?. Según Lykken, la ingesta de alcohol libera los mecanismos de control y nos hace menos temerosos socialmente.

La buena inteligencia no se refiere al coeficiente intelectual. Significa que la conducta extraña de los psicópatas no obedece a su estupidez y que esta persona mantiene intactas sus competencias intelectuales en situaciones en las que el común de los mortales se vienen abajo.

Criterio 2. Ausencia de delirios y otros signos de irracionalidad. La conducta psicopática no se puede atribuir a un fallo mental. La psicopatía no es una consecuencia de la psicosis o la baja inteligencia, aunque algunos psicópatas pueden estar locos o ser estúpidos por generalizar a los trastornos mentales.

Criterio 3. Ausencia de nerviosismo y otras manifestaciones neuróticas (reacción a estresores). Este criterio se relaciona de modo directo con la tesis de Lykken sobre el bajo temor.

Se refiere al estado de vulnerabilidad neurótica relacionada con la supersensibilidad y la sobrestimulación. En ocasiones se podría interpretar la conducta psicopática como una conducta nerviosa. Sin embargo, su reacción a un determinado estresor será inferior a los sujetos normales. Por esta razón, el psicópata se inclina por los retos, por vivir cerca del precipicio, por experimentar más estrés. Por tanto, esta ausencia de nerviosismo debe interpretarse en las situaciones. Aunque Gary Gilmore se mostró muy nervioso la mañana en que iba a ser ejecutado, no deberíamos revisar nuestro diagnóstico por este hecho puntual.

Criterio 4. Poca fiabilidad. ¿No seriamos menos fiables si no tuviésemos miedo, sentimientos de vergüenza o de culpabilidad ? Algunos psicópatas pueden comportarse de un modo muy fiable si están implicados en un tarea que les llena de orgullo o les interesa de verdad.

Criterio 5. Mentirosos. Solemos decir la verdad por miedo a ser pillados, por miedo a ser avergonzados, por miedo a sentirnos culpables. Sin embargo, solemos decir alguna mentira piadosa cuando creemos que podemos dañar a otra persona con la verdad. Pero diríamos muchas más mentiras si fuésemos poco temerosos. Si tuviésemos menos miedo, probablemente viésemos el mundo como una gran partida de un juego de naipes.

Criterio 6. Ausencia de remordimiento. Un niño que no tiene miedo, que es indiferente al castigo, también será indiferente a lo que otras personas piensan de él y no tendrá sentimientos de culpa. Sin embargo, el psicópata no es indiferente a la admiración de los demás ; esta es, según Lykken, una vía para socializar a estos individuos.

El niño pequeño es un viajero vulnerable en un mundo de adultos que pueden privar o castigar a su antojo. La manera de estar seguro en un mundo como este consiste en comprender las reglas, en averiguar qué esperan y no esperan los adultos, y especialmente qué les convierte en algo malo para uno mismo. La intensidad con la que el niño hace estas cosas depende en buena medida de lo temeroso que es, así como de los dividendos que produce seguir esas pautas.

Si el mundo del niño es impredictible, si los adultos que le rodean son inconsistentes, entonces habrá problemas para que interiorice las actitudes que deseamos instaurar en ellos.

Generalmente aprendemos a vernos a nosotros mismos como nos ven los otros, a predecir la conducta de los demás, a sentirnos unidos a los otros, porque eso nos da seguridad. Sin embargo, un niño que necesita en menor grado esa seguridad, que es menos temeroso y aprehensivo, no aprenderá estas reglas con tanta facilidad.

Estos niños menos temerosos estarán menos inclinados a sentir vergüenza o a interiorizar sensaciones de culpabilidad. Algunos niños poco temerosos aprenden a predecir la conducta de los demás y a manipular la conducta de los mayores.

Criterio 7. Conducta antisocial inadecuadamente motivada (ausencia de temor a las consecuencias). La conducta antisocial suele suponer sucumbir a tentaciones a las que la mayor parte de la gente se resiste por miedo a las consecuencias. Pero la mayor parte de nosotros podemos sucumbir a ciertas tentaciones si estamos adecuadamente motivados. "Inadecuadamente motivado" no es lo mismo que "impulsivo".

Criterio 8. Fallos de juicio y problemas para aprender de la experiencia (no existe evitación pasiva). Literalmente esto significaría que el psicópata no aprende nada de nada. Sin embargo, el significado de esta categoría es que el psicópata no deja de hacer la acción por la que ha sido castigado previamente.

Criterio 9. Egocentrismo patológico e incapacidad para el afecto. Una persona a la que no le preocupa lo que otros piensen, no inclinado a empatizar con los demás, que nunca se ha preocupado de educar a otras personas, que vive la vida como una partida de un juego de naipes, como un vino exquisito que hay que beber, es decir, una persona no socializada, sería descrita fácilmente como egocéntrica.

La incapacidad para el afecto se refiere a necesitar, depender, o ser incapaz de vivir sin los demás. Supongamos que somos encantadores, que todo nos trae sin cuidado, fácilmente adaptables, y despreocupados de lo que pueda ocurrir mañana, ¿serían iguales nuestras relaciones con los seres queridos? Sin embargo, el psicópata tiene menos necesidad de los otros.

Una persona poco temerosa puede establecer relaciones estrechas incluso con más facilidad que una persona algo inhibida. Si las relaciones de un niño poco temeroso con sus padres funcionan bien y producen el placer que los animales sociales sienten con la experiencia de proximidad, entonces el niño será afectuoso y cariñoso, como un gato psicópata y un Bull Terrier. Por desgracia, no es infrecuente que el niño poco temeroso tenga relaciones tormentosas con sus allegados ; las nuevas amistades pueden ser más reforzantes que los familiares.

Aunque un psicópata puede sentirse orgulloso de su hijo, tendrá menos paciencia que un padre normal, dado que la crianza exige empatía y algún temor (así como alguna capacidad de sentir culpa), características de las que carece el psicópata. El psicópata se volverá de espaldas en cuanto su hijo le de algún problema (cosa que los hijos hacen con relativa frecuencia).

Probablemente, las personas poco temerosas pueden aprender a amar, a ser tiernos y afectuosos, pero no estarán inclinados a sufrir la tiranía del amor. Si un niño crece en una familia en la que se pueden tener mayores ventajas a través de una conducta pro-social, entonces se convertirá en un adulto bien socializado, independientemente de cuál sea su temperamento.

Criterio 10. Pobreza de reacciones emocionales. Divertirse exige un grado de excitación, que casi todo el mundo siente al hacer el amor o encontrarse con un grupo de viejos amigos, experiencias que no son tan estimulantes para el psicópata. Ahora bien, un premio de lotería puede ser más excitante para él que para nosotros, dado que nosotros comenzaremos a preocuparnos en cómo invertir las ganancias, la posibilidad de ser victimas de un secuestro por poseer tanto dinero, etc. , mientras que el psicópata no se preocupará en absoluto por ese tipo de cosas.

Además, los psicópatas tienen muy pocos celos. Parece existir una relación entre los celos y el temor, en el sentido de que las personas más temerosas parecen más vulnerables a los celos. Sin embargo, de encontrar al cónyuge en flagrante delito de infidelidad, la reacción del psicópata puede ser mucho más virulenta que la del común de los mortales.

Criterio 11. Pérdida específica de insight (problemas para ponerse en el lugar del otro). El psicópata es incapaz de verse a sí mismo como los otros le ven, y para predecir cómo reaccionarán emocionalmente otras personas a su conducta.

Criterio 12. Falta de respuesta a las relaciones interpersonales (salvo excepciones). Si la persona a la que se está hablando parece ausente, y no muestra reacciones específicas a lo que se está diciendo, se la considerará una especie de "vegetal". Sin embargo, muchos psicópatas serán muy responsivos cuando tengan intereses particulares en la relación.

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Criterio 13. Conducta fantasiosa. Es interesante que los psicópatas beban menos o tomen menos drogas que otras personas. Suponemos que esto se debe a que no necesitan esas sustancias ni para desinhibirse ni para tranquilizarse. Sin embargo, la búsqueda de sensaciones les puede llevar a consumir ciertas sustancias.

Criterio 14. Se suicidan raramente. En todo caso, el psicópata simulará conductas de suicidio para manipular a los demás.

Criterio 15. Vida sexual impersonal (falta de inhibición sexual). Sin embargo, hay que considerar que el encanto y la falta de las inhibiciones usuales de las personas normales, suelen causar muy buena impresión en las parejas sexuales. Este criterio se podría volver a escribir así : "carencia de inhibición sexual". Independientemente de que su impulso sexual sea alto o bajo, no se inhibirá en ningún caso.

Criterio 16. Fracaso al seguir un plan de vida (búsqueda de recompensas en el momento). Una persona que no se preocupa por el futuro tendrá poca necesidad de planificarlo. Un niño difícil de socializar y poco temeroso, estará satisfecho con las recompensas del momento. Sin embargo, el mismo Cleckley describió psicópatas que eran médicos o números uno de promoción en la facultad de derecho.

La clave está en los primeros años de la vida y en el tipo de refuerzos que obtienen en ese momento.

En suma, igual que la capacidad de experimentar dolor, el mecanismo del miedo es especialmente útil al comienzo de la vida, antes de que el individuo sea suficientemente independiente. Ser poco temeroso no supone una indiferencia a las consecuencias de nuestras acciones. Sin embargo, un niño sin unas metas claras y que no conoce bien cuáles son las reglas convenidas por la sociedad, seleccionará un número menor de conductas constructivas sobre una base puramente racional sin el empuje de la conciencia y la restricción del temor.

Contraste empírico de la teoría de Lykken: datos clínicos vs. datos experimentales.

El estudio experimental realizado por Lykken en 1954 ha inspirado muchos otros estudios experimentales sobre la psicopatía realizados posteriormente por autores como Hare. Los psicólogos clínicos parecen tener una especial habilidad para acomodar los datos clínicos a las teorías, pero ese tipo de ajustes son algo más complicados en los estudios experimentales. Por esta razón, y porque constituye un buen modelo, se va a explicar el estudio desarrollado por Lykken.

Este estudio hace las siguientes predicciones : 

  • Los psicópatas tendrán menores puntuaciones en escalas de temores que otros delincuentes y personas normales.

  • En una situación de condicionamiento, en la que al sonido de un zumbador sigue una descarga eléctrica dolorosa (anticipación), los psicópatas mostrarán menos signos fisiológicos de temor a la descarga cuando suene el zumbador (aviso).

  • En una tarea en la que se castigan ciertas respuestas mediante una descarga, y en la que es posible aprender a evitar la descarga, los psicópatas apenas sacarán algún beneficio, dado que no ven ninguna ventaja en ello (no temen la descarga).

Sujetos. Se eligió el grupo experimental entre una población de reclusos que cumplían bastante bien los criterios de Cleckley. También se buscó un grupo de personas con conducta antisocial, pero que no cumplían todos los criterios de Cleckley ; este segundo grupo fue caracterizado como sociópatas neuróticos. Dadas sus altas puntuaciones en escalas de neuroticismo, podrían ser denominados psicópatas secundarios. Un tercer grupo estuvo compuesto por sujetos normales, emparejados en edad, educación y sexo con los otros dos grupos.

David T. Lykken

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