Entre 1691 y 1724, los jesuitas intentaron convertirlos, sin éxito, al catolicismo, pero tenían tras bambalinas la misión de integrarlos al dominio de los españoles. El padre Juan Bautista Zea trabajó en su sedentarización entre 1711 y 1724, este último año fue cuando el padre Achá logró agrupar a varios clanes zamuco y fundar la primera misión con ayoreos: San Ignacio de los Zamucos, que duró hasta 1745 porque los indígenas la abandonaron por "incompatibilidad con la visión jesuítica de la vida".
Es así como se aislaron de la civilización hasta 1930, que llegó con los aprestos de la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay, lo cual los dividió y provocó el ingreso de forasteros en su territorio. Rivero subraya que en la contienda bélica, los ayoreos, al igual que los guaraníes ava e izoceño, se encontraban en el centro del lío y abandonaron sus predios porque los ejércitos de ambos bandos ocupaban los sitios de agua y sal, que eran fuentes de su uso tradicional. Huyeron al monte y se mezclaron con los chiquitanos.
La APCOB continúa el relato con que a mediados de 1940, por requerimiento del Gobierno, misioneros católicos y evangélicos los contactaron y crearon estaciones misionales. En 1948, la Misión Nuevas Tribus fundó Tobité, el primer asentamiento permanente de ayoreos en Bolivia. En 1950, la Misión Sudamericana instauró después Zapocó y Rincón del Tigre. En 1957, la Iglesia Católica creó Santa Teresita. El último grupo que aceptó la vida sedentaria y el contacto misional se asentó y fundó Puesto Paz, en 1972.
Lo contemporáneo
"Así se dio inicio a un rápido proceso de aculturación religiosa, social y económica, alterando el mundo simbólico ayoreo y sus creencias del pasado para introducir creencias cristianas, nuevos alimentos, una nueva educación y un nuevo sistema de trabajo. Hasta mediados de 1970 el proceso de salida del monte y la entrada a la civilización occidental se dio por concluido". Como subraya también el antropólogo Jürgen Riester, las creencias antiguas de los ayoreos quedaron luego sepultadas en el olvido.
Pero contra viento y marea, los miembros de esta nación indígena aún subsisten en el Chaco que une a Bolivia y Paraguay, aunque su territorio ha sido menguado. En el país viven en cinco provincias cruceñas: Chiquitos, Ñuflo de Chávez, Andrés Ibáñez, Cordillera y Germán Busch. Tienen cuatro tierras comunitarias de origen que en conjunto contienen más de 250.000 hectáreas. Poseen 26 comunidades, de las que 16 asentamientos pertenecen al área rural y nueve están en las urbes de Santa Cruz.
Rivero, citando al naturalista francés d"Orbigny, indica que en el siglo XIX existían unos 1.250 zamucos aculturados, eso sin poder calcular los que estaban dispersos en la selva. En 1994, la población censada fue de 856 ayoreos. Y actualmente puede haber más de 1.700, con un índice de crecimiento poblacional sostenido. La APCOB sostiene que hoy los miembros de esta etnia son aproximadamente 3.500 personas. Sin embargo, es difícil tener un número redondo por la tradición itinerante de estos indígenas.
El presidente de la Central Ayoreo Nativa del Oriente Boliviano, Suby Picanerai, establece que sumando los ayoreos presentes en los predios boliviano y paraguayo hay casi 5.000 almas. No obstante, a través del Ministerio de la Presidencia, su entidad hace las gestiones para el emprendimiento de un estudio que elabore un censo nacional de los ayoreos, lo cual también ayudará a la conformación de proyectos productivos y educativos en los lugares que tengan mayor incidencia de esta etnia.
Viajeros sin fronteras, los ayoreos continúan migrando de un lugar a otro sin restricción alguna. Actualmente, en la urbe cruceña, por ejemplo, fruto de ello ya hay tres asentamientos en las zonas periféricas: en la Villa Primero de Mayo con Degüi, en el Plan Tres Mil con Ogasui, y en La Pampa con Las Gramas. Domingo visitó el primero, también conocido como Barrio Bolívar, un sitio que tiene más de 300 habitantes que no olvidan sus raíces y que lidian diariamente contra sus limitaciones económicas, la discriminación y el abuso. Sociedad que a pesar de estar rodeada de los cojñone, saca pecho por lo que es.
Los antepasados que andaban semidesnudos
Hoy los ayoreos visten ropa occidental. Los estudios antropológicos señalan que en la antigüedad ellos casi no usaban ropas y se limitaban a emplear cubresexos, que eran adornos de plumas, y sandalias de madera o de dura piel de pecarí. Isaías Montero Vaca, técnico de Apoyo para el Campesinado Indígena del Oriente Boliviano sostiene que "la verdadera vestimenta del ayoreo era su misma piel desnuda, la que podía teñir de negro para la guerra y de color rojo para el amor".
Las mujeres se cubrían con faldas de fibras tejidas y con ellas igual confeccionaban las redes con que transportaban a sus hijos. Como relata Juan de la Cruz Ajójai Dosapéi, tras "el encuentro con los blancos, los abuelos conocieron las telas, o sea camisa o pantalón. Las mujeres hacían la pollera con la fibra del caraguatá". No tenían vestidos festivos; y los jóvenes usaban también collares. "Nuestros antepasados tejían grandes mantas de caraguatá para invierno y dormían alrededor del fuego".
Situación y vida actual de los Ayoreo fuera del monte
La usurpación del amplio territorio histórico Ayoreo por parte de colonizadores no indígenas y de la sociedad envolvente ha traído grandes transformaciones y un claro deterioro de la calidad de vida ayoreo. Las prácticas ancestrales de convivencia equilibrada con el medio ambiente fueron abruptamente interrumpidas, cuando los grupos locales Ayoreo que habitaban, y a la vez daban vida, a una extensión inmensa del monte del Gran Chaco, fueron sacados de su hábitat, deportados a asentamientos misioneros y obligados a sedentarizarse.
Hoy, más y más partes del monte chaqueño sufren la paulatina alteración y destrucción de los ecosistemas y son transformadas en extensas pasturas para ganadería. Las operaciones comerciales y productivas de la sociedad envolvente que hoy marcan el presente y futuro de los territorios ancestrales ayoreo son de hecho incompatibles con la cultura Ayoreo. Son también incompatibles con la posibilidad de un futuro sustentable del Chaco para los demás pueblos y para la sociedad moderna.
En la actualidad, aparte de algunos grupos pequeños que siguen viviendo en el monte y sin contacto, la mayoría del pueblo Ayoreo vive ya fuera del monte y en asentamientos fijos, permanentes: unos 22 asentamientos en Bolivia, y actualmente (diciembre de 2005) 13 asentamientos en Paraguay. El número total de integrantes de la etnia se mantiene en alrededor de 4.000 personas, la mitad de las cuales viven en territorio paraguayo.
La mayoría de los grupos locales del pasado han desaparecido. En Paraguay, los Ayoréode se subdividen hoy en tres grupos locales principales: Garaygosode, Totobiegosode y Guidaigosode. Este último es el resultado de una alianza histórica, en la primera mitad del siglo pasado, entre varios grupos como los Ducodegosode, Tiegosode, Erampeparigosode y Amomegosode. Los grupos locales nombrados se unieron en la alianza de los Guidaigosode, pero aún hoy mantienen cierta vigencia para la auto- identificación de las personas. En los asentamientos estables de hoy, están presentes integrantes de todos los diferentes grupos locales, de manera entremezclada.
La pobreza de hoy
Hay que señalar que el pueblo Ayoreo, antes del inicio del proceso de colonización de sus territorios hace solo unos 60 años atrás, no conocía lo que hoy llamamos pobreza.
Inducidos por falsas promesas a abandonar su vida en el monte, y deportados para vivir en asentamientos grandes y permanentes de los misioneros, y en un modelo económico no indígena y totalmente ajeno a su cultura de vida hasta aquel momento, su estrecha relación particular con el monte y con su medio ambiente paulatinamente empezó a perder sentido y a alterarse. Hoy, la situación de los Ayoreo refleja los resultados de un acelerado proceso de pauperización y muestra una creciente pérdida de autonomía y creciente dependencia del sistema de vida de la sociedad envolvente, sin a la vez poder contar con las oportunidades necesarias para alcanzar un estándar de vida cambiado pero compatible tanto con la dignidad humana y con la vigencia de la integridad del medio ambiente. No pocos Ayoreo viven actualmente cerca de los centros de mayor concentración poblacional no- indígena, en condiciones de gran deterioro, y buscan trabajos precarios ocasionales como jornaleros en un mercado laboral inseguro, irracional y excluyente. Muchos jóvenes Ayoreo no ven perspectivas de futuro y carecen de toda oportunidad constructiva.
Perspectivas de futuro
La sociedad envolvente, no- indígena está llamada a dar y dejar el espacio necesario para que el pueblo Ayoreo pueda ir reformulando su proyecto colectivo de vida. El mismo inevitablemente ya debe combinar actividades productivas tradicionales por un lado y nuevas, modernas, por el otro.
El replanteo necesario del proyecto colectivo de vida del Pueblo Ayoreo es impensable sin la recuperación si no es de la propiedad, por lo menos de la posesión, del acceso y del usufructo sobre sus territorios ancestrales. Esta recuperación exige la formulación de "planes de manejo territorial" novedosos que se apoyan en su saber ancestral, y que contemplen sus necesidades socioculturales y espirituales, pero también la situación cambiada de la etnia y de su entorno. Esto a su vez no es factible si la sociedad envolvente no se empeña a su vez en la defensa y la restauración de sus ecosistemas degradados. Hay que remarcar que la defensa y recuperación de la vitalidad de estos ecosistemas es una condición también para las posibilidades de futuro de la misma sociedad envolvente.
También es necesario garantizar la vigencia y aplicación de las leyes que reconocen, protegen y amparan a los pueblos indígenas como el pueblo Ayoreo, sus recursos ancestrales y sus intereses en general. Entre ellas está el Convenio 169 de la OIT, ratificado por Paraguay en 1993.
El pueblo Ayoreo tuvo una cultura de vida cuyas refinadas reglas de convivencia con la naturaleza y cuyo abarcante conocimiento de la misma, permitió una vida sustentable desde tiempos inmemoriales, tanto para los humanos como para la naturaleza. Al ser despojados y evacuados de su territorio ancestral, la etnia fue sometida a cambios abruptos en su existencia y arrojada a la indigencia de una vida en confinamiento y marginalización. La recuperación del bienestar social y cultural del pueblo Ayoreo pasa por la recuperación de la posesión sobre sus territorios, y de la recuperación de la soberanía sobre su vida y sus espacios vitales, a más de asegurar el adecuado abordaje de los problemas creados a través de los años de despojo y dependencia.
Actualmente, los ayoreos viven en diez comunidades en Bolivia y tres en el Paraguay. Todas estas comunidades, situadas al margen de su hábitat tradicional. Solamente un grupo local, los Totobiegosos, se encuentra todavía en el monte, sin contacto con los demás ayoreos o cojnonte-extranjeros.
Organización económica
La economía ayoreo se basa en la caza de animales del monte chaqueño (chanchos del monte, armadillos, osos hormigueros, tortugas) y en la recolección (miel, frutas del monte, fibras vegetales y materias primas para la producción de objetos de uso). Estas actividades de sustento son complementadas por la pesca en los arroyos y las lagunas, y los cultivos en pequeños claros en el monte, ambos en las épocas de lluvia en verano. Leer más…
En la vida tradicional, existían numerosos sistemas y mecanismos de distribución que aseguraban la redistribución, al interior del grupo familiar y local, de todo lo que uno podía haber cazado, recolectado o cosechado. De esta manera participaban y se beneficiaban también aquellos miembros del grupo (ancianos, viudas, huérfanos, etc.) que por diversos motivos no podían ejercer ellos mismos una actividad materialmente productiva.
Estos mecanismos de distribución se mantienen aún hoy vigentes en la vida no tradicional y sedentaria, ya fuera del monte, y son aplicados también a los productos y las ganancias provenientes de las formas de producción de la vida moderna. La no- acumulación de bienes materiales que resulta – todo lo que "ingresa" se redistribuye de inmediato – le garantiza al pueblo Ayoreo hasta hoy un alto grado de movilidad personal y colectiva, y la vigencia natural de mecanismos de solidaridad que protegen a los más débiles.
Organización social y política
En el tiempo de la vida tradicional antes del contacto, los Ayoreo estaban políticamente organizados en más de cincuenta grupos locales que se dividían el territorio de la etnia y que recorrían espacios extensos y propios. Cada grupo local gozaba de un grado muy elevado de autonomía política y con un liderazgo independiente, autónomo con relación a los demás grupos. Las relaciones entre muchos de estos grupos locales, igual que las relaciones con los otros pueblos indígenas y no- indígenas eran de guerra. De acuerdo a las necesidades y las circunstancias de una vida nómada en constante movimiento, los grupos locales podían dividirse en subgrupos, separarse temporariamente, y volver a unirse más tarde. No existía una jerarquización del liderazgo ni un liderazgo centralizado para toda la etnia. Coincidentemente, ni los territorios de los grupos locales, ni el territorio de la etnia en su totalidad, tenían centros geográficos.
Ni los grupos locales, ni sus territorios deben considerarse como permanentes. La historia ayoreo conoce como algo normal las divisiones que conducen a la desaparición de grupos y a la constitución de otros, nuevos, las uniones entre grupos diferentes y los cambios de nombre, todo con los consiguientes cambios y redefiniciones del territorio grupal.
Esta organización política comunica la idea de dinamismo, de movilidad social permanente, de la ausencia de un principio ordenador jerárquico y de principios centralizadores, y de una capacidad elevadísima de adaptación a las circunstancias de la vida.
La unidad de organización social y económica más importante era el "jogasüi", la familia extensa, que incluye además otras familias amigas.
Paralelamente a esta organización política descrita, la etnia estaba dividida en siete clanes. Los nombres del clan al que pertenece le dan hasta hoy el apellido a cada integrante de la etnia. Los miembros de cada uno de los siete clanes comparten un origen mitológico común y a una red de parentesco que incluye, para cada clan, una serie de animales, plantas, estados meteorológicos y fenómenos de la naturaleza en general, al igual que objetos de uso y artefactos humanos. El hecho de compartir la pertenencia clánica con todos los seres del mundo crea, para cada Ayoreo, una unión sentida de cercanía y solidaridad con los mismos. Todos los clanes en su conjunto incluyen así la totalidad de todo lo que existe, y todo lo que existe es a su vez pariente de los Ayoreo.
La estructura de relaciones clánicas coexiste y se superpone a la organización social de los grupos locales y se extiende como una red invisible a la etnia en su conjunto, preestableciendo relaciones de cercanía y apoyo mutuo incluso entre personas que nunca se encontraron físicamente pero que se reconocen como parientes (no sanguíneos) en el momento que se encuentren.
Tierra y territorio
Los Ayoreo tienen acceso a medio ambientes diferenciados, chaco, región húmeda vecina del pantanal y a la zona pre-amazónica de la selva chiquitana. Las comunidades ayoreas que actualmente tienen algo de tierras, las obtuvieron bajo las gestiones de las misiones Nuevas Tribus y Sudamericana, y también del Vicariato de Chiquitos. Las que tienen títulos de propiedad, en diferentes estados de legalización son: Poza Verde, Puesto de Paz y Urucú, todas las tierras con título están a nombre de las misiones o del Vicariato.
En el marco de la Ley INRA, los ayoreos han sido dotados de Tierras Comunitarias de Origen en cuatro comunidades: Zapocó, Rincón del Tigre, Santa Teresita y Tobité, las mismas que actualmente se encuentran tituladas y demarcadas.
Inicios del proceso jurídico
La línea base del proceso se asentó sobre instrumentos jurídicos nacionales e internacionales vigentes en el país. El abordaje efectuado se sustentó en la lógica "ganador-ganador"; esto es, un juego donde, sin desconocer la existencia de perdedores históricos, se establecía la convicción de que los resultados positivos de la reivindicación territorial indígena no sólo beneficiaba a éstos, los contactados y sus familiares en el monte, sino también al desarrollo sustentable de la región chaqueña, cautelándose mínimamente, conforme a derecho, formas de vida culturalmente distintas. No tardarían en hacerse visibles los intereses que estos trámites ponían en peligro.
La delimitación territorial. Con el concurso de los antropólogos Verena Regehr y Volker von Bremen los Totobiegosode delimitaron la superficie a reivindicar. Sobre su hábitat tradicional, de unos 2.8 millones de hectáreas, convinieron en tramitar la restitución de unas 550.000 hectáreas localizadas en el actual Departamento del Alto Paraguay. En varios viajes identificaron las áreas de bosques en estado natural, los sitios históricos (Arucojnachui, Esoidate Guidaiode, Cuguedodie), los lugares de desplazamientos de la gente en el monte, las zonas alejadas de caminos que cortaran la superficie y la extensión básica para el usufructo de los recursos para sí y para los silvícolas. El área incluye la convergencia de tres biomas de la región, de alta diversidad de flora y fauna y con variedad de suelos, con zonas lagunares y pantanos.
Los derechos garantizados en la norma. La Constitución Paraguaya, el Convenio 169 de la OIT y la Ley 904/81 Estatuto de las Comunidades Indígenas constituyen los fundamentos jurídicos de la reivindicación Ayoreo Totobiegosode.
De acuerdo a procedimientos establecidos, fueron abiertos expedientes ante el Instituto de Bienestar Rural (IBR, actual INDERT) y el Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) entidad a la que, de acuerdo a la Ley 904/81, compete el cumplimiento de los objetivos de dicha norma. Previamente los Ayoreo Totobiegosode obtuvieron Personería Jurídica, en virtud de la cual otorgaron representación convencional a profesionales para la realización de las gestiones correspondientes. La apertura de trámites correspondió a la abogada Mirna Vázquez Llamosas, de amplia capacidad y experiencia en defensa de tierras indígenas, quien desarrolló el acabado sustento que el marco jurídico presta al derecho de los pueblos indígenas a la propiedad de sus tierras, el que "justifica plenamente el reclamo del pueblo Ayoreo Totobiegosode sobre el territorio cuya legalización plantea al Estado paraguayo y a la misma sociedad nacional." (Vázquez,1998).
El Capítulo V de la Constitución. En 1992 fue promulgada la carta magna, en virtud de la cual se reconoce la existencia de los pueblos indígenas como grupos de cultura anteriores a la formación y organización del Estado paraguayo (Art. 62) y el derecho de éstos pueblos a la titularidad de la tierra adquiere rango constitucional. El Art. 64 reza:
"De la propiedad comunitaria. Los pueblos indígenas tienen derecho a la propiedad comunitaria de la tierra, en extensión y calidad suficientes para la conservación y el desarrollo de sus formas peculiares de vida. El Estado les proveerá gratuitamente de estas tierras, las cuales serán inembargables, indivisibles, intransferibles, imprescriptibles, no susceptibles de garantizar obligaciones contractuales ni de ser arrendadas; asimismo, estarán exentas de tributo. Se prohíbe la remoción o traslado de su hábitat sin el expreso consentimiento de los mismos."
El Convenio 169 de la OIT. Ratificado por el país mediante la Ley 234/93, reconoce la importancia de la tierra y territorios de los pueblos indígenas, de su posesión y uso comunitario, como también sus derechos sobre los recursos naturales. El Art. 14 establece:
"1) Deberá reconocerse a los pueblos interesados el derecho de propiedad y de posesión sobre las tierras que tradicionalmente ocupan. Además, en los casos apropiados, deberán tomarse medidas para salvaguardar el derecho de los pueblos interesados a utilizar tierras que no estén exclusivamente ocupadas por ellos, pero a las que hayan tenido tradicionalmente acceso para sus actividades tradicionales y de subsistencia. A este respecto, deberá prestarse particular atención a la situación de los pueblos nómadas y de los agricultores itinerantes.
2) Los gobiernos deberán tomar las medidas que sean necesarias para determinar las tierras que los pueblos interesados ocupan tradicionalmente y garantizar la protección efectiva de sus derechos de propiedad y posesión.
3) Deberán instituirse procedimientos adecuados en el marco del sistema jurídico nacional para solucionar las reivindicaciones de tierras formuladas por los pueblos interesados."
La Ley 904/81, Estatuto de las Comunidades Indígenas. Promulgada en 1981, regula los trámites de legalización de tierras, el reconocimiento de los sistemas de autoridad y la personería jurídica de las comunidades. El concepto de pueblo será introducido posteriormente en la carta magna de 1992. El Art. 1° establece el objetivo de la Ley:
"Esta Ley tiene por objeto la preservación social y cultural de las comunidades indígenas, la defensa de su patrimonio y sus tradiciones, el mejoramiento de sus condiciones económicas, su efectiva participación en el proceso de desarrollo nacional y su acceso a un régimen jurídico que les garantice la propiedad de la tierra y otros recursos productivos en igualdad de derechos con los demás ciudadanos."
La delimitación física del territorio requirió posteriormente la identificación jurídica de los contemporáneos titulares de dominio, mediante investigaciones realizadas en la Dirección General de los Registros Públicos. La historia dominial da cuenta de las sucesivas operaciones de compra-venta de la superficie, a partir de la venta de tierras públicas efectuadas por el Estado Paraguayo a finales del Siglo XIX, siendo la empresa de origen anglo-argentino Carlos Casado S.A. la primera poseedora de un inusual latifundio en la Región del Chaco2, establecido sobre territorio del pueblo Ayoreo, entre otros.
Identificada la inscripción de las fincas, superficies de bosques sin alteración, de uso tradicional y actual de los Ayoreo Totobiegosode en situación de aislamiento, se obtuvieron del Juzgado correspondiente las medidas cautelares de prohibición de innovar de hecho y de derecho, a fin de evitar que la superficie en trámite se transfiriera libremente, en tanto se efectuaran los trámites de legalización. Las restricciones dominiales se fundaron en disposiciones de la Ley No. 43/89, la que establece en su Art. 2:
"No se admitirá innovación de hecho y de derecho en perjuicio de los asentamientos de las comunidades indígenas durante la tramitación de los expedientes administrativos y judiciales a que dieren lugar la titulación definitiva de las tierras."
Entretanto se efectuaban gestiones para la restitución del territorio reivindicado, se producían nuevos avistamientos de las familias Ayoreo Totobiegosode en situación de aislamiento, y se generaban reacciones diversas. Heinrich Dyck, gerente general del Comité Central de las Colonias Menonitas del Paraguay, declaraba a la prensa: "Lo que nos preocupa en este momento es que de repente nos quieren impedir seguir trabajando en una superficie bastante considerable por medio de una orden judicial de no innovar para reservarlo posteriormente para los indígenas3". En noviembre de 1994 una topadora menonita ingresó nuevamente a un guidai (aldea) de la gente del monte, localizada al sur de las tierras en trámite en el Departamento del Alto Paraguay, provocando la huída de las familias, las que se adentraron más al norte de la espesura chaqueña. Medios locales informaban que:
"Una comunidad con toda la infraestructura necesaria, como chozas, chacras, enseres domésticos, armas para cacería, hornos subterráneos para asar las tortugas que consumían, sandalias pytayovai de niños y adultos, juguetes e incluso alimentos pronto para su consumo, fueron hallados en el monte. (…) Cántaros, ollas, arcos y flechas -también de niños- indican que la comunidad huyó sorpresivamente del lugar…4". El hallazgo intensificó por un lado la solicitud indígena para la legalización de sus tierras y fundamentó por el otro la vigencia de las medidas cautelares sobre la superficie de bosques en resguardo
La delimitación territorial. Con el concurso de los antropólogos Verena Regehr y Volker von Bremen los Totobiegosode delimitaron la superficie a reivindicar. Sobre su hábitat tradicional de una extensión de 2.8 millones de hectáreas convinieron en tramitar la restitución de unas 550.000 hectáreas localizadas en el actual Departamento del Alto Paraguay. En varios viajes identificaron las áreas de bosques en estado natural, los sitios históricos (Arucojnachui, Esoidate Guidaiode, Cuguedodie,…), los lugares de desplazamientos de la gente en el monte, las zonas alejadas de caminos que cortaran la superficie y la extensión básica para el usufructo de los recursos para sí y los silvícolas. Ecológicamente, el área delimitada incluye la convergencia de tres biomas de la región, de alta diversidad de flora y fauna y con variedad de suelos, con zonas lagunares y pantanos.
El retorno a las tierras recuperadas y la discusión sobre derechos indígenas
En 1997, a cuatros años de iniciado el proceso jurídico-administrativo, los Ayoreo Totobiegosode recibieron el primer título de propiedad de la superficie solicitada. Se trató de un inmueble fiscal, de unas 26.000 hectáreas. En junio del mismo año se realizaba el primer repoblamiento Ayoreo Totobiegosode en las tierras restituidas, al sur del territorio, en un inmueble ya pagado parcialmente por el estado. Familias provenientes de Campo Loro conformaron el asentamiento comunitario al que denominaron Arocojnadi (lugar en el que apareció un cocodrilo), sitio conocido por la gente desde antes de su contacto con la sociedad no indígena.
Nuevas situaciones vendrían a agitar los temores de sectores empresariales y ganaderos de la región. A finales de 1998 se tomó conocimiento de la presencia de dos sub-grupos silvícolas al oeste del Chaco, Departamento de Boquerón. En el mes de octubre un grupo familiar fue contactado por un ayoreo guidaigosode de Campo Loro. Se trataba de la familia de Parojnai Picanerai, de siete miembros, en tanto otro sub-grupo permanecía en el monte, dando posteriormente señales de rechazar cualquier intento de búsqueda o contacto. La aparición de gente en aislamiento en la zona de Amotocodie (territorio oeste de los Totobiegosode), zona fuera de la superficie en trámite, llevó al equipo de profesionales no indígenas a solicitar a la Fiscalía General del Estado la interposición de medidas cautelares en aquella región, al efecto de salvaguardar el derecho de autodeterminación de los silvícolas que allí se desplazaban.
La gestión de medidas cautelares en tierras localizadas fuera del territorio en trámite, como las denuncias sucesivas de determinados intentos misioneros por contactar a los indígenas en aislamiento tuvieron repercusiones adversas especialmente en ámbitos del Chaco central, percibiéndose amenazas para la expansión de emprendimientos agropecuarios sobre tierras no innovadas en la región. Un empresario de la zona escribía en agosto de 1998 en un artículo titulado "Desarrollo o reserva ecológica ayoreo":
"Después de las apariciones de los silvícolas ayoreo totobiegosode, que fueron difundidas por los medios de comunicación y ya son de público conocimiento, se firmó la resolución de prohibición de innovar, afectando así a una gran zona ganadera y de desarrollo. Por más que se haya emitido la mencionada resolución como medida cautelar, según consta en la resolución, el impacto negativo es inmediato y hasta tiene, si se quiere, un efecto "dominó". Además de frenar todo desarrollo en la zona, deja a unas 100 personas sin trabajo. (…) En unos días más se pretende hacer una reunión de ganaderos, empresarios, inversionistas extranjeros y toda persona interesada o afectada por esta pesadilla, para así decidir que medidas tomar al respecto."
Filosofía
Cosmovisión.
La representación que los Ayoreos tienen del universo, esta consolidad por la comunicación de los chamanes, cuyas orégatedie (almas) son las únicas que pueden penetrar en esas regiones. De esta forma la construcción del mundo difiere en particularidades, pero se notan rasgos fundamentales comunes que corresponden a las representaciones de todos ellos.
Los Ayoreos se imaginan a la tierra en forma plana, según su cosmovisión, sobre ella se levantan dos o cuatro capas de la bóveda celestial. La capa inferior más cercana a la tierra, la denominan gatájnoque ó érape tejnui, esta zona esta cubierta de grandes bosques donde también viven animales, pero en proporciones mayores que en la tierra.
Le sigue la llamada capa érape uñai, allí hay playas de arenas y rocas en las que habitan las nubes y donde se origina la lluvia, según su cosmovisión. En este lugar del cielo también viven los animales que aparecen en grandes cantidades poco tiempo después de las lluvias (aves acuáticas, sapos, ranas y mosquitos).
La capa superior de cielo es gatajnoque gatei. Allí se encuentran el sol, la luna y las estrellas.
Religiosidad.
Religión y Mitología
Tradicionalmente los ayoreo, poseían una amplia mitología y fiestas religiosas propias, relacionadas con sus creencias en determinadas aves como divinidades tutelares; su cósmica se desplazaba en una constelación compleja y altamente estructurada de sistemas simbólicos, cultura ideológica que contrastaba con la escasez de material en la que vivían y el estado de nomadismo tribal. Se tenía el chamanismo como fuerza centralizadora del clan, paralelo al papel del decasuté; ahora ello ya no existe y es el Cristianismo el que se ha impuesto.
Tradicionalmente los Ayoreos, poseían una amplia mitología y fiestas religiosas propias, relacionadas con sus creencias en determinadas aves como divinidades tutelares; su cósmica se desplazaba en una constelación compleja altamente estructurada de sistemas simbólicos, cultura ideológica que contrastaba con la escasez de material en la que vivían y el estado de nomadismo tribal. Se tenía el chamanismo como fuerza centralizadora del clan, paralelo al papel del decasuté; ahora ello ya no existe y es el Cristianismo el que se ha impuesto.
Creencias sobre la muerte
Todos los pueblos amazónicos creen en la inmortalidad de alma, conciben que al morir una persona su alma deambula por la selva durante mucho tiempo, después se va a vivir a un lugar imaginario donde dicen se encuentra la tierra sin mal. En este lugar no hay jefes, todos son iguales y hacen lo que les place, aseguran también que en el lugar destinado a los muertos no viven los blancos.
La escatología amazónica pese a la presión e influencia católica ha logrado sobrevivir, refugiándose en simbologías cristianas, como se dio en el Beni con el movimiento mesiánico de búsqueda de la "tierra sin mal", que durante siglos y hasta hoy sigue movilizando a los indígenas moxeños, movimas y yuracaré que esperan encontrarla representada en una "loma santa".
La concepción originaria establece que existe dos tipos de almas o espíritus, las buenas y las malas; los espíritus malos permanecen por mayor tiempo peregrinando en la selva, y en oportunidades se encarnan en animales y plantas. Los espiritus buenos van directamente a un lugar de placer y abundancia (tierra sin mal).
Dada las pautas sobre las creencias después de la muerte, es reconocible en las culturas amazónicas la práctica de una ética encomiable; respetan la vida, practican la justicia y valoran la solidaridad.
Concepciones religiosas
En la religiosidad indígena se tiene la idea de que existen seres o divinidades benignas, que ayudan y protegen y malignas que atacan y engañan a los hombres de distintas maneras. Estos últimos seres sobrenaturales están para castigar a las personas que violan las reglas de la comunidad, como las leyes culturales y los tabúes de reproducción.
En la actualidad son pocos los grupos indígenas que practican la religión tradicional de carácter telúrica y natural, pues la mayoría han sido influidas por el catolicismo o el evangelismo protestante, que han cambiado sistemáticamente la faceta espiritual de las culturas amazónicas, dejándoles inmersos en un complejo sistema de valores desconocidos y contradictorios a su ética comunitaria.
Mitos y ritos
Mitología
La mitología amazónica tiene superabundancia de relatos elaborados para explicar y justificar la existencia de todos los entes naturales y supranaturales. El sentido simbólico del mito adquiere importancia profunda en la organización y religión de los indígenas, puesto que cada hecho y cada situación particular son desarrolladas a partir de la abstracción de una realidad.
Los mitos indígenas expresan simbólicamente situaciones críticas para el pueblo o recordatorios destinados a garantizar su existencia cultural. Por ello los mitos pueden ser educativos, que ayudan a que los miembros de un grupo se preparen para afrontar adversidades, o regulatorio si enseñan a que se cumplan las normas tradicionales. En la Amazonía la representación simbólica articula el conjunto de las actividades sociales, culturales y económicas.
Mito de la creación de la gente:
Con la sombra de Dupade se hicieron los Ayoreo. Voy a hacerlo con mi misma sombra, dijo Dupade. Dupade creó la persona hombre con la boca abierta y sin espíritu. Salía todo por la boca y el ano. Entremezcló su interior con aire y le dio la vida. Otro día hizo otra persona. Era muy frágil y era mujer: ordenó al hombre que tuviera sexo con ella. Pero no daba gusto. Entonces echó ají y sal y el sexo daba gusto. Su vientre se hinchó mucho. Y le preguntaron a Dupade qué era. Es un hijo dijo Dupade, no hay que tener miedo. Pero ellos al ver la cintura quedaron atemorizados.
Ciclo Vital
Embarazo y Parto
En la mayoría de los indígenas amazónicos se desconoce la relación que tiene la menstruación con el embarazo, se dan cuenta que la mujer espera un niño tocándose el estómago o cuando empiezan los primeros movimientos del pequeño. A partir de este momento existen alimentos prohibidos tanto para la mujer como para el esposo.
El alumbramiento tiene lugar en la casa o en algún claro del bosque, generalmente son las mujeres ancianas que ayudan en el parto, pero el marido u otro familiar también pueden hacerlo. Es costumbre en las comunidades amazónicas que todas las personas, incluidos los niños puedan presenciar el parto; después del nacimiento toda la población se reune para festejar la venida de un nuevo ser.
Pasado el nacimiento, la madre y el padre se prohiben comer animales y aves macho, hasta bastante tiempo después que el niño camine y pueda hablar. Esta práctica de cutipa (cuvada) es cumplidad rigurosamente por todos los miembros de la cultura, pues conciben que su infracción implica castigo sobrenatural.
Originalmente en los pueblos amazónicos cuando una mujer muere durante el parto, aunque el niño esté vivo lo entierran junto con ella. Es también costumbre muy generalizada en muchos grupos, que si nacen mellizos no se permita vivir a uno de los dos. Los hombre prefieren que el primer hijo sea varón, pues se convierte en un compañero y ayuda.
Es probable que el aborto sea considerado delito grave en muchas culturas amazónicas; si un bebé muere dentro del vientre se culpa a la madre, los de la aldea la miran mal y de manera acusadora y el esposo puede incluso separarse de ella. Seguido al nacimiento se le da el nombre a la criatura; normalmente escogen nombres provenientes de sus antepasados o de familias adultos, pero también es común en la Amazonía el poner nombres relacionados con animales o fenómenos naturales.
Ritos de Iniciación
En las culturas amazónicas se pueden observar ritos de iniciación a la entrada de la pubertad. Cuando el indígena tiene alrededor de doce años es iniciado a través de ritos de carácter social y religioso. Estas celebraciones son seguidas de perforaciones del septo nasal, el rapado de la cabeza, de la circunscripción, del uso de armas y herramientas y de otros hechos que tienen relación con la sobrevivencia física y cultural del grupo. Pasado los ritos, los jóvenes adquieren su mayoría de edad y pueden buscar pareja para el matrimonio, así como ejercer derechos de adultos.
El rito destinado a las mujeres no se diferencia en mucho a los del varón, pero es una constante que esté relacionado con el inicio del primer periodo menstruo. Cuando sucede ello es normal que la niña sea aislada de las demás personas, incluso de sus familiares, permaneciendo ya sea en un lugar especial o en una hamaca muy común en las culturas amazónicas. Se le quita los adornos comunes y el cabello se le corta al ras; ella está prohibida de comer alimentos con sangre, como carnes de animales y de ciertas aves. El alimento que pueden consumir las niñas es preparado especialmente por sus madres y los cuidados se prolongan por varios días. Estos hechos otorgan la madurez sexual.
Matrimonio
Por la diversidad cultural existernte en la Amazonía boliviana, las formas de matrimonio son muchas y cada una con caracterísiticas muy diferentes. Es una constante sin embargo, que el matrimonio esté íntimamente relacionado con expresiones de alianza entre familias extensas, que garantizan la reproducción de la vida y la cultura. Es muy común la práctica del matrimonio poligínico, donde la familia la constituye un hombre con dos o más mujeres, que a la vez atienden a sus respectivos hijos. Se conocen casos también en algunos grupos indígenas donde se presenta al matrimonio políginico sororal, de un hombre con dos o tres hermanas destinado a equilibrar las relaciones entre las co-esposas y sus hijos que además de ser hermanos son primos.
Las prácticas originarias de matrimonio debido al proceso de cristianización que se remonta a la época de las reducciones jesuíticas, han sido progresivamente sustituidas y alteradas por los ritos cristianos y occidentales. Por ejemplo, el matrimonio entre moxeños y chiquitanos es realizado de acuerdo al canon de la iglesia católica por un sacerdote, diácono o incluso doctrinero del Cabildo Indigenal.
Existen muchas prácticas curiosas en la Amazonía, una de ellas es cuando un hombre quiere a una mujer independiente, viuda o solterona para su esposa, lo único que hace es ofrecerle carne fresca para que se la cocine, si ella acepta prepararle los alimentos, automáticamente lo acepta también como esposo. Otras prácticas de unión matrimonial están relacionadas con el rapto de la mujer o formas de exogamia interclánica, que regulan el flujo de mujeres en función a sistemas de alianzas políticas y económicas.En la institución del matrimonio también existen preferencias entre primos cruzados o primos paralelos; en los primero un hombre puede casarse con la hija de la hermana de su padre, o con la hija del hermano de su madre. En lo segundo puede hacerlo con la hija de la hermana de su madre o con la hija del hermano de su padre. En la tradición amazónica la poliginia está permitida y es hasta hoy practicada. Sin embargo, lo más común es que el hombre tenga mas afecto a la primera esposa que es la encargada de la distribución de los alimentos y administrar la casa. El indígena y sus esposas viven en una misma casa; las mujeres con sus respectivos hijos se ubican en rincones opuestos, el marido tiene su cama o hamaca al centro.
No es frecuente las relaciones extra-matrimoniales, las personas que incurren en este hecho son mal vistas por la comunidad, por considerarse alteración al orden natural de la cultura, que incluso permite la poligamia a los hombres. El divorcio (separación de hecho) es practicado solamente por razones extremas; si el hombre tiene problemas con alguna esposa –por que no le da hijos o es floja- éste la abandona; los niños menores de seis años quedan con la madre, la abuela materna o paterna.
Muerte y Sepelio
La muerte es considerada como una parte del ciclo de existencia, que no es solo terrenal; ellos nunca suelen hablar de ella y solo hacen referencia cuando guarda relación con hechos heroicos. En muchas culturas (que mantienen la tradición) cuando muere una persona, todos los familiares comienzan a llorar y a gritar fuertemente, esto sirve como aviso a los demás miembros de la comunidad, que muy pronto rodean al difunto y convierten el dolor en un llanto general.
Las prácticas de entierro son diversas, unas culturas entierran a sus muertos liados en corteza de árbol, otras queman el cadáver y las cenizas en el aire y se han conocido también formas de endocanibalismo (comer carne humana con fines rituales y religiosos). Es muy generalizado que las pertenencias principales del difunto, como armas, hamaca, adornos y incluso mascotas sean destruidas o enterradas con él.
Los valores sexuales indígenas
En una mayoría de pueblos indígenas de la Amazonía se ha comprobado que no hay indígenas que se queden solteros; si se encuentran solos es que han enviudado o se han divorciado, pero todos sin excepción tienen que casarse. El matrimonio es obligatorio para los jóvenes, pues no sólo significa un hecho amoroso o sentimental, sino que adquiere dimensiones de tipo político y económico; es un instrumento al servicio de la reciprocidad y porque no decir de la paz.
No hay indígenas que se queden solteros; si se encuentran solos es que han enviudado o se han divorciado
La homosexualidad, en sus dos versiones -la sodomía y el lesbianismo- originariamente es desconocida en las sociedades amazónicas.
Algunos podrían pensar que la costumbre de los indígenas de caminar agarrados de las manos sea síntoma de homosexualidad; pero no es así; el tomarse las mano es el más alto símbolo de fraternidad y amistad que los nativos practican incluso entre miembros de un mismo sexo.
La homosexualidad, en sus dos versiones -la sodomía y el lesbianismo- originariamente es desconocida en las sociedades amazónicas
Finalmente podemos decir que la sexualidad entre los indígenas es un acto libre, se la practica porque se confía en el otro. La prostitución no existe en ellos, el desconocimiento de las enfermedades venéreas y otros males sexuales también se pueden contar entre lo puro y natural en que se desarrolla la sexualidad. Hasta cuándo los indígenas podrán vivir en el marco de sus propios valores?. El tiempo lo dirá, porque si se les niega el derecho a la propia identidad y al territorio, se les cambia de idioma y se les mata la cultura, ellos estarán destinados morir o a vivir bajo las normas occidental que están haciendo mucho daño a la salud del planeta.
Los ayoreos ven el mundo actual como bueno e invariable. Todas las experiencias posibles están ya hechas y la convivencia ser humano-naturaleza, aun con problemas, funciona y garantiza a ambos lados la sobrevivencia. El pensamiento ayorei se diferencia mucho del nuestro, donde dominan palabras como cambio, revolución, crecimiento, desarrollo.
En la rutina cotidiana, se pueden observar múltiples relaciones con los seres de la naturaleza. La mayoría de éstas se concentran en un concepto de gran importancia en la cultura ayorei, de los Edopasade. Si se busca una definición de éstos se puede decir: por Edopasade se entiende todo lo abstracto y concreto existente, que por descendencia mítica común, pertenecen a uno de los siete clanes y que son relacionados por parentesco y carácter común. Un ayorei que pertenece al clan Etacori, considera al día y a la víbora coral su Edopasade, al igual que la víbora coral y el día, consideran a este ayorei como Edopasai. Nada en el mundo está excluido de estas relaciones.
Si seguimos con el ejemplo de los Etacorone, podemos constatar que todos los seres que hoy son Edopasade de los Etacorone, pertenecieron ya a este clan antes de convertirse en ser de la naturaleza. Por otro lado, todos los Etacorone, sean hombres o seres de la naturaleza, tienen caracteres comunes. En el caso de los Etacorone, se deducen de uno de sus principales Edopasade, del Sol.
Del Sol se deducen el día y cosas relacionadas, como animales anunciadores del día, cosas y colores claros. También del Sol se deduce el calor y de éste, por ejemplo, el fuego, cosas que tienen que ver con el tiempo seco, sus frutas o vientos fuertes que hay en este tiempo. También del Sol, se deduce el cielo o cosas que caen de él, como el agua. Finalmente, el Sol rojo de la mañana o de la tarde significa sangre, y con él están relacionadas todas las cosas rojas, los grandes guerreros derramadores de sangre, animales peligrosos, como las víboras. También los animales que chupan sangre, como los mosquitos, pertenecen a los Etacorone.
El carácter de los Etacorone y de su Edopsade están entonces definidos por agresividad, rabia, coraje, guerra, lo peligroso y resistente, lo sangriento y lo que está en movimiento. A su vez, estos caracteres fuertes están complementados por Edopasade como fuego, lo claro y agua que son opuestos a los caracteres anteriores. Así, el fuego neutraliza la sangre y el agua neutraliza la agresividad, que hace que el carácter de los Etacorone se mantenga en un cierto equilibrio.
Cada ayorei está orgulloso de su Edopasade y se refiere en muchas ocasiones a ellos. En situaciones difíciles el ayorei recuerda su Edopasade, para renovar su valentía o superar momentos de crisis.
Los Ayoreos que juntos se han enfrentado a un peligro o han tomado parte en una expedición guerrera se otorgan unos a otros nombres honoríficos: Erasorone, que hacen referencia a un Edopasai del otro. Si un mayor ha recibido algo, él no se conforma con dar un "gracias", sino elogiando un Edopasai del donante, ya sea que alaba el buen sabor de los frutos del Chaco, si el donante es Dosapei o el hermoso canto del pájaro tojo, si es miembro el clan Picanerai.
Los diferentes clanes también hacen referencia a sus Edopasade en sus signos clánicos o, por ejemplo en las plumas o colores que emplean en la fabricación de sus flechas
Cultura
Idioma: Conservan el monolingüismo, nativo superior al bilingüismo con el castellano, su lengua no cuenta con la construcción de su alfabeto.
Algunas Términos en Ayoreo
Cacique, Jefe Acide
Dios Dupade
Madre Date
Hijo Dupadivi
Tierra Numitu
Animales Cubayudie
Vamos jico
Mañana Niome
* El idioma de los ayoreos proviene de la raíz lingüística denominada zamuco. Están a la espera de publicar material escolar en su lengua.
* Por la constante movilización de los ayoreos de un asentamiento a otro, a los centros urbanos y hasta territorio paraguayo, es difícil precisar la cantidad de familias. Sin embargo, la Canob estima que la población ayorea es de cuatro mil personas.
La lengua imperecedera de los zamucos
El idioma ayoreo proviene de la raíz lingüística zamuco.
Etnológicamente los ayoreos pertenecen a la familia zamuco del Parapetí, raíz lingüística aislada del guaraní. El presidente de la Central Ayoreo Nativa del Oriente Boliviano, Suby Picanerai, afirma que su lengua es hablada por todos los miembros de su etnia, la cual es enseñada en casas y escuelas. El antropólogo Wigberto Rivero Pinto dice que ellos conservan el monolingüismo.
Una característica de la lengua de esta nación indígena es la ausencia/presencia de la R en los grupos de Bolivia y Paraguay; empero, se ha determinado que la pronunciación de esta letra es la original. Su abecedario tiene 20 caracteres: a, b, c, ch, d, e, g, i, j, m, n, jn, ñ, o, p, q, r, s, t, y. Y como subraya el antropólogo Jürgen Riester, el zamuco es "una lengua viva que más bien no está por desaparecer porque lo hablan los del campo y la ciudad".
TRADICIONES Y LEYENDAS
Tradición:
Los ayoreos creen en el sol, la luna y las estrellas tienen sus caminos en el cielo. En la mañana el sol atraviesa gatájnoque gateí por el oriente, y lo abandona por la tarde en el occidente. Allí es transportado por las ondulaciones del yote quedéjname, un rio subterráneo, hasta que vuelve a aparecer en el este.
Si de noche en la tierra, en jnaropié es de día, si es de día en la tierra la luna alumbra en jnaropié.
En un intento de explicar su mundo, los ayoreos separan la historia en dos partes diferentes, consideran que antes todas las cosas los seres vivos eran hombres (los antepasados jhanibajade), pero con el transcurso del tiempo, se transformaron en las cosas y seres que hoy son, (era de los ayoréode disi ejodé, hombres de la nueva generación) ya sea por voluntad, como castigo o por haber sido muerto por otro.
Cuentan que los momentos de peligro, sequias y tempestades, son anunciados por unos pájaros llamados asojna. Para afrontarlos, además de prácticas rituales, deben narrarse mitos que son como formulas mágicas (ujñarone). En los mitos relatan momentos de peligro pasados y como fueron superados; la efectividad del relato en casos de enfermedades reside no solo en su contenido, sino principalmente en la respiración expulsada al hablar, que aumenta mas soplando en la dirección donde se encuentra el peligro. Estos relatos ujñarones, se aplican para curar enfermedades y heridas, aunque se pueden usar también para causar daño o matar.
Cuando los ayoreos permiten integrarse a algún extraño y aceptar los usos de otra cultura, (los totobiegosodes) realizan una ceremonia que consiste en pintarse el rostro de color rojo y negro, también se cortan el cabello y comienzan a emitir una especie de quejidos o ayes en vos baja.
Leyenda:
Una conocido leyenda ayoreo que emerge de las tradiciones del pueblo originario. Una de ellas es justamente la relacionada a las formas de atraer la lluvia para regar sus sembradíos.
Según el cuento y cuando los seres no habían decidido ser animales o humanos, la Abuela Grillo –encarnada por Mariel Camacho- era la responsable de proveer el líquido elemento, razón por la cuál es permanentemente recordada por el pueblo ayoreo.
"Lo interesante, es que esta historia es relatada por "Atoj el zorro" emblemático personaje de la mitología andina que generalmente aparece en los cuentos infantiles", señaló, uno de los responsables.
De esta manera, fusiona íconos amazónicos y andinos también como una forma de reencontrarnos en nuestra diversidad cultural.
LEYENDA SOBRE SU CREACION.-
Con la sombra de Dupade se hicieron los Ayoreo. Voy a hacerlo con mi misma sombra, dijo Dupade. Dupade creó la persona hombre con la boca abierta y sin espíritu. Salía todo por la boca y el ano. Entremezcló su interior con aire y le dio la vida. Otro día hizo otra persona. Era muy frágil y era mujer: ordenó al hombre que tuviera sexo con ella. Pero no daba gusto. Entonces echó ají y sal y el sexo daba gusto. Su vientre se hinchó mucho. Y le preguntaron a Dupade qué era. Es un hijo dijo Dupade, no hay que tener miedo. Pero ellos al ver la cintura quedaron atemorizados.
TRADICIONES Y FESTIVIDADES.-
Tradicionalmente los ayoreo, poseían una amplia mitología y fiestas religiosas propias, relacionadas con sus creencias en determinadas aves como divinidades tutelares; su cósmica se desplazaba en una constelación compleja y altamente estructurada de sistemas simbólicos, cultura ideológica que contrastaba con la escasez de material en la que vivían y el estado de nomadismo tribal. Se tenía el chamanismo como fuerza centralizadora del clan, paralelo al papel del decasuté; ahora ello ya no existe y es el Cristianismo el que se ha impuesto.
COSTUMBRES:
MUSICA Y DANZAS
Ayoreos: Fundación: Octubre de 2006. Su historia y objetivo:Fundada a principios del ciclo del año 2007 donde este grupo de niñas decidió mostrar que no solo la danza de los tobas es para los jóvenes sino también para todo aquel que se anime a participar. Ellas participaron en la mayoría de las presentaciones y asi como todos realizaron con sus propias manos su vestuario e hicieron su debut representando a la etnia Ayoreos en agosto de 2007 en la festividad de Lujan.
Danza de jaguar
Sus canciones son distintas y expresan el testimonio de sus propias hazañas guerreras, por ejemplo, hablan de un chaman ya muerto, de sus experiencias con los blancos, del enfrentamiento con la sociedad nacional.
Autor:
Mauricio Colque
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