Educación vial. Selección de lecturas de la prensa cubana (página 2)
Enviado por Daniel Garc�a Torres
Como parte del trabajo encaminado a la prevención de accidentes, la educación vial es integrante del gran universo que conforma la Educación para la Salud.
La educación para la salud4 es eminentemente preventiva y se enriquece cuando involucran al educando como protagonista en la solución de problemas en la dinámica del medio natural, social, y cultural del desarrollo humano, promoviendo un cambio de conducta, a fin de aproximarnos a modelos de actuación donde se asuman posiciones activas ante fenómenos desagradables.
Sonia Eljach, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Cuba, afirma que esta ¨ ha situado entre sus prioridades, el acompañar los importantes esfuerzos que las instituciones nacionales están llevando a cabo para reducir la accidentalidad en el marco del Programa de la cooperación de nuestra organización con el gobierno cubano ¨5.
Para lograr una significativa reducción de los índices de mortalidad y morbilidad por accidentes del tránsito es primordial que todo ciudadano conozca sus derechos y responsabilidades en la vía, tanto como conductor de un vehículo motor, como el ciclista adolescente o el padre que lleva de la mano a su hijo a la escuela cada mañana, o simplemente el escolar que nutre las calles cada día con su presencia y alegría.
Es de suma importancia que el colectivo pedagógico – y el personal de salud que labora en centros internos- deben conocer que el Programa Director de Promoción y Educación para la Salud en el Sistema Nacional de Educación6 tiene entre sus ejes temáticos la prevención de accidentes y educación vial que dirige sus contenidos a la:
* Definición de accidentes y de peligros potenciales de accidentes.
* Percepción del riesgo. Medidas para la prevención. tipos de accidentes.
* Educación vial.
* Los accidentes en la morbilidad y mortalidad en el ámbito escolar.
* Consecuencias, personales, familiares, sociales y económicas de los accidentes.
Su puesta en práctica contribuye a la formación de una adecuada cultura vial en nuestros educandos, desde las edades más tempranas, pues los prepara para vivir no solo en el hogar y la escuela, sino también en la vía pública y en todos los ámbitos de su entorno social. Por ello es necesario, que aprendan y desarrollen normas de conducta que le permitan tener un comportamiento correcto al intervenir en el tránsito y una conciencia de responsabilidad ante sus peligros.
La educación vial como parte de la formación del valor moral responsabilidad es una labor que reviste particular importancia para alcanzar los elevados propósitos que tiene el proyecto social socialista cubano; por lo que la misma, debe tener en cuenta todos los elementos necesarios para llevar a cabo dicha labor con el rigor científico que ello requiere.
La formación de valores morales tales como la responsabilidad, constituye la vía esencial de que dispone la sociedad para la formación de las nuevas generaciones y que necesariamente responde a las exigencias de esa sociedad en cada momento histórico, así los valores constituyen un contenido de la educación y a su vez un proceso básico para elevar la calidad en la labor que se realiza con estas nuevas generaciones, por lo que la educación en valores adquiere una importancia singular.
Resulta importante preocuparse acerca del criterio de especialistas en la educación en valores, M. Martínez (2001), plantea que "educar en valores es promover condiciones para aprender a construir nuestros singulares sistemas de valores. Estos sistemas o matices de valores los construimos a partir de los valores que nos rodean, de los que podemos percibir a través de los medios de comunicación, de los que están presentes en las situaciones interpersonales en las que participamos y, en definitiva, en los modelos que nos van conformando y que como tales son susceptibles de imitar"7.
El Dr. F. Izquierdo (1998) la define como: "Componente esencial de la educación integral de los individuos, orientada a la asimilación consciente y voluntaria de un sistema positivo de ideas, sentimientos y convicciones, traducibles en manifestaciones conductuales, actitudinales de formas de comportamiento moral e institucional en la práctica cotidiana; en correspondencia con un alto sentido de identidad hacia una tradición histórica y cultural determinada desde su actividad personal y social en la búsqueda, orientación y consecuencia de un real sentido de la vida".8
El Dr. J. R. Fabelo Corzo (1989), los considera como la significación socialmente positiva que poseen los fenómenos y objetos de la realidad, no cualquier significación, sino aquella que juega un papel positivo en el desarrollo de la sociedad9.
Ambos autores coinciden en que el objetivo a lograr es que el individuo conforme su propio sistema de valores para guiar los actos de su vida.
De ahí que sea inseparable de un marcado carácter social a partir de las relaciones que se establecen con el medio que rodea, los valores, Fabelo Corzo, expresó: "es necesario reconocer que los valores sedimentados en la cultura, arraigados en la conciencia colectiva, actúan, en relación con los individuos, los grupos sociales y la sociedad histórico-concreta, con la fuerza de un hecho dado, objetivo, trascendente, que orienta la conciencia y conducta de aquellos."10
Todo lo cual es necesario, como uno de los elementos rectores del comportamiento general de los individuos en la sociedad, que se manifiesta en la dinámica de su actuación, en sus actitudes y en su comportamiento lo que nos permite incidir para contribuir a lograr una conducta responsable ante las regulaciones del tránsito.
No hay dudas de que los valores se convierten en expresiones del hombre, determinadas por sus tradiciones históricas y culturales en el sentido más amplio, las cuales crean identidades propias de determinados contextos. Los valores – asevera el profesor Manuel Fernández Carcassés- son producto, entre otras cosas de la influencia de la educación, la ideología y la pedagogía sobre la personalidad y experiencia del individuo11.
Resulta decisivo concebir a los valores, desde el punto de vista filosófico, asociados a fenómenos que tienen lugar al nivel de la cognición y que se muestran en un modo de acción del individuo como ente social pues ¨ como determinaciones espirituales e ideológicas son la expresión concentrada de las relaciones sociales (Rodríguez, Z. 1984), son un determinado tipo de significación social positiva de los fenómenos para el sujeto (Fabelo, J. 1989) ¨12.
Los valores, desde esta arista, establecen componentes básicos para la existencia en sociedad, ellos se convierten en una necesidad de la comunicación entre los sujetos, los que pueden lograr valiosos niveles de interrelación en su régimen de vida. Sobre todo si son considerados, al decir de la especialista Nancy Chacón como elemento de la conciencia (social e individual) expresa la significación social positiva, buena, en contraposición al mal, de un fenómeno (hecho, acto de conducta), en forma de principios, normas o representaciones sobre lo bueno o malo, justo, digno, etc. ¨13.
En tal dirección la psicóloga P. Arés Muzio,14 precisó sobre el papel de la sociedad en los valores del ciudadano, de allí el rol que le corresponde al maestro cubano como misionero en la actividad formativa cotidiana para lograr que ese sentido de identidad se fortalezca en cada uno de sus escolares, aprovechando todos aquellos elementos que le rodean en que ellos se desenvuelven.
Profesionales como A. M. González Soca y C. Reinoso Cápiro15 (2002) los señalan como "un contenido de la educación, aunque no son privativos de la escuela, en su formación y reforzamiento inciden otras influencias educativas como la familia, la comunidad, en fin, los diferentes factores con que se interactúa."
Dentro del sistema de valores de la sociedad se encuentran los valores políticos, jurídicos, morales, estéticos, religiosos, filosóficos y científicos. E. Báxter (2002) refiere que: "El contenido de éstos está condicionado por las formas de vida de la sociedad en las que el sujeto vive y se desarrolla, lo que origina que al cambiar las relaciones sociales y fundamentalmente las económicas se jerarquizan de una manera diferente las existentes a nivel de sociedad o se deterioran a nivel de individuo, a nuestro juicio, aquellos que en su escala de valores no estaban suficientemente interiorizados y consolidados, y que alguna situación externa lo llevó a ello".16
A decir de Gilberto García Batista17 (2002), los valores contribuyen a que una persona, una institución o una sociedad establezca sus rumbos, metas y fines, constituyen guías generales de conducta que se derivan de las experiencias y le da sentido a la vida, propicia su calidad, de tal manera que esta relación con la realización de la persona y fomenta el bien de la comunidad y la sociedad en su conjunto.
El necesario un cambio conductual ante las problemáticas del tránsito por la vía lo que implica acceder a un nuevo marco conceptual que defina los principios inherentes a la educación vial de la sociedad y que depende de la apropiación de valores morales tales como la responsabilidad, y es la escuela la entidad esencial que contribuye (y asume como reto) a modificar el modo de actuación de los estudiantes.
Esta concepción para el desarrollo de la educación vial tiene en cuente la interacción de las condiciones internas del sujeto y las de su medio propiciando el desarrollo entre ¨ la unidad de lo intelectual y lo afectivo-volitivo y su interacción con el medio social de una forma más integral y compleja ¨18.
El valor moral responsabilidad
La responsabilidad es el cumplimiento del compromiso contraído ante si mismo, la familia, el colectivo y la sociedad. De la ética de José Marti (.) "No puede ser, ver un deber y no cumplirlo es faltar a el ".19. De la ética de Fidel Castro: "El deber mas sagrado de una generación (..) es consagrarse al desarrollo del país (.) lo importante es nuestra conciencia, nuestra comprensión, nuestra actitud, de que el esfuerzo de nuestra generación tiene que consagrarse al desarrollo ".20
En valores para vivir – nos refiere Esther Báxter21 – exponen que una persona responsable cumple con el deber que le asignó y permanece fiel a su objetivo. Los deberes se realizan con integridad y determinación. Las circunstancias, necesidades y elecciones colocan a las personas en situaciones y roles particulares. Para ellos la responsabilidad moral es aceptar lo que se requiere, honrar el papel que se nos ha encomendado y actuarlo conscientemente, poniendo lo mejor de cada uno.
Para Nancy Chacón22 es la asunción de las obligaciones sociales por el individuo como un compromiso consecuente con su actuación y propone como indicadores para medir su impacto en el modo de actuar del educando:
* Conciencia de sus obligaciones.
* Seguridad en sí mismo.
* Toma de decisiones.
* Constancia.
* Autoproposición de metas.
* Responder por sus actos.
La pedagoga Miriam Egea23, propone que responsabilidad es el cumplimiento del compromiso contraído ante sí mismo, la familia, el colectivo y la sociedad ¨. Por lo que el docente debe tener en cuenta los modos de actuación asociados al valor moral que esta nos plantea:
* Desarrollar con disciplina, conciencia, eficiencia, calidad y rigor las tareas asignadas.
* Asumir la crítica y la autocrítica como poderoso instrumento de autorregulación moral.
* Propiciar un clima de compromiso, consagración y nivel de respuesta a las tareas asignadas.
* Conocer y respetar la legalidad socialista y las normas administrativas establecidas.
* Promover un modo de participación democrática, donde los individuos se sientan implicados en los destinos de la familia, la comunidad, su colectivo estudiantil, laboral, y el país.
* Respetar, defender y fomentar la propiedad social sobre los medios de producción.
* Cuidar el medio ambiente.
En esencia es el cumplimiento del compromiso contraído ante si mismo, la familia, el colectivo y la sociedad. En el sentido de la educación vial es necesario destacar que el cumplimiento estricto de las normas del tránsito constituye una elemental manifestación de responsabilidad ante la protección de la salud individual y colectiva.
Como proceso único de instrucción y educación tiene como objetivos la formación de conocimientos científicos, habilidades y capacidades que requieren los estudiantes según el nivel y la formación de la conciencia sobre la base de estos conocimientos y el logro de una actividad y conducta práctica en la vía en todos los momentos de su vida.
La responsabilidad esta presente en todas las acciones de la vida social en el cumplimiento estricto del deber como estudiante, trabajador, al dejarlo de responsable en cualquier tema, o para que controle determinada actitud, en la vía pública, con una actitud de precaver y evitar accidentes, pues ¨ los valores se erigen en formaciones complejas que sirven como elementos reguladores de la conducta ¨24.
En este sentido adquieren singular atractivo ¨ las actividades que se realicen en la escuela, entre las que se destacan las culturales, las deportivas y políticas, contribuyen a la ampliación de sus intereses y al desarrollo de sus capacidades.¨25
La seguridad vial consiste en la prevención de accidentes de tráfico a la minimización de sus efectos, especialmente para la vida y la salud de las personas26.
En la actualidad la educación de los adolescentes y jóvenes, en los valores que sustenta la sociedad en que viven y desarrollan su vida, es una problemática comprendida también como tarea de los educadores, en los diferentes países. La secundaria básica cubana tiene la responsabilidad de formar en los adolescentes, las orientaciones valorativas positivas que se correspondan con la ética de la Revolución. En esta labor de la escuela, el profesor debe utilizar los métodos que le permitan el éxito en su actuación, en la que la comunicación que establece con sus educandos y el ejemplo personal que trasmite, resultan esenciales en la formación en valores de estos.
Las actividades que se organicen con este propósito deben tener un sentido crítico para que el estudiante pueda reflexionar críticamente, con cierta actitud de revisión y confrontación con lo que ya sabía. Posiblemente su criterio cambiará en función de esas nuevas ideas.
Las estrategias de formación de valores deben concebirse utilizando preferentemente la actividad fundamental del grupo, sea de estudio o de trabajo escolar. Es importante demostrar la preocupación en la formación de las nuevas generaciones en el encargo de la educación socialista con carácter preventivo ante un flagelo descomunal como lo es el de los accidentes del tránsito.
De lo anterior se deriva que cada individuo conforma su propio sistema subjetivo de valores en dependencia entre otros factores de las influencias educativas de la escuela, por eso, es vital la armonía entre el discurso político y la práctica revolucionaria y la escuela juega aquí un reconocido papel.
La complejidad de la formación de cualquier valor moral, y en especial de la responsabilidad, requiere educar el valor desde todos los ángulos posibles y mediante actividades curriculares y extracurriculares. En ello toman parte los directivos, los docentes, los profesores guías y el personal no docente que labora en la Institución.
Antecedentes de la educación vial en el país
En 1959 se integraron todas las fuerzas existentes y, como novedad, 400 mujeres comenzaron a servir como infantes y en los vehículos parlantes. Aún cuando en ocasiones es apreciable alguna falta de profesionalidad, mucho tiempo han dedicado al perfeccionamiento de la preparación y especialización del personal. Una de sus tareas primordiales fue la de impartir conferencias instructivas a chóferes en diferentes bases de transporte del país, y alumnos de las escuelas primarias y secundarias, para comenzar a crear una cultura en torno a cómo ser usuarios disciplinados en la vía.
En el curso 84-85 fueron editadas orientaciones metodológicas, cuadernos de trabajo y laminarios sobre educación vial y se ha comprobado que en los círculos infantiles y en algunas escuelas primarias se imparten contenidos sobre esta temática a través de distintas esferas de desarrollo, juegos de roles, asignaturas y otras actividades.
En la década de los noventa se incrementó el uso de ciclos en la vía por tal motivo, el MINED y la PNR de Tránsito, establecieron una serie de acciones para desarrollar la educación vial que permitiera que crear en los educandos el basamento de su conducta como peatón y futuro conductor de vehículo automotores. Ambos organismos se han dado a la tarea de coordinar acciones con este fin. Inicialmente el MINED realizó un levantamiento con el objetivo de conocer las experiencias que al respecto se venían desarrollando en los centros docentes, evidenciándose que el trabajo en este sentido era débil y que solo existían acciones aisladas, no obstante tener como objetivo la prevención de accidentes.
En este sentido se orientó perfeccionar y modernizar el sistema de educación y divulgación vial, para los cual se indicó la introducción de un programa que contribuya a elevar la cultura y la disciplina vial de la población en general y en particular de los conductores, ciclistas y peatones, aspecto este que se deberá implantar en el resto del país. En 1995 se introduce el programa de educación vial pero tiene poca aplicación en las escuelas.
De ahí la necesidad de orientar al docente en la inclusión de las publicaciones periódicas en la consecución de una educación vial responsable en el escolar, cuya adecuada proyección didáctica, puede ser significativa en la fijación de los conocimientos y en el desarrollo de las potencialidades creativas de los estudiantes. La realización de debates de la información recopilada en los artículos, reportajes, crónicas, en fin, en toda la gama de materiales que presentan al lector, en la prensa oral y escrita, estimulan el aprendizaje y conllevan al alumno a desempeñar un papel más activo en el proceso docente educativo.
La Educación vial gana terreno.
Elías Argudín Sánchez
[03.02.2007]
Se trata de un premio en el III Taller Científico Nacional para la Prevención de Accidentes. Indiscutiblemente un mérito. Y los protagonistas son los casi 50 integrantes de la Sociedad Científica de Vialidad y Tránsito del IPUEC Jorge Dimitrov, de Caimito, quienes representarán a La Habana en un encuentro teórico que se realizará en el marco de la Feria Internacional de Transporte, a efectuarse en septiembre venidero en EXPOCUBA.
Así lo anunció el mayor Eduardo Creach, de la División Nacional de Tránsito, al hablar en el acto de entrega de estímulos a Taira Fuentes Betancourt, René González y Alfredo Enrique Segura, estudiantes que -bajo la tutoría del profesor Idelfonso Maestre Domínguez- elaboraron la ponencia Sugerencias para la implementación del programa de educación vial en la enseñanza preuniversitaria, con la cual, además de ganar los citados reconocimientos, también han despertado el interés de especialistas de Educación, Transporte y el MININT.
En el acto, efectuado en el IPUEC Jorge Dimitrov, además de disquetes con la Ley 60 (de Tránsito) e ilustraciones de las distintas señalizaciones viales y tabloides (entregados a los integrantes de la Sociedad), también se extendieron diplomas de reconocimiento a Caridad Spengler Mariche, directora del plantel, y a Mestre Domínguez, a quien también se le distinguió con una Placa enviada por el coronel Francisco Buzón Macías, jefe de la División Nacional de Tránsito.
Al hablar en el acto, el capitán Creach destacó la importancia y utilidad de la ponencia, que permite la enseñanza de las leyes del Tránsito, con ejemplos concretos elaborados a partir de las propias materias (todas) del programa de enseñanza implementado para los alumnos de preuniversitario.
Exponen experiencias en educación vial
Vivian Bustamante Molina: Periódico Trabajadores 25/4/08
Uno de los objetivos del encuentro que sobre ese tema sesiona en La Habana, en aras de profundizar en la prevención de los accidentes del tránsito.
Aprovechar todos los espacios para llevar la educación vial a cada sector de la población y especialmente a los niños y adolescentes, fue consenso en la primera jornada del séptimo encuentro que sobre el tema sesiona hasta este sábado en la capital cubana.
Si desde 1995 existe el programa de educación vial, por qué tiene tan poca aplicación en escuelas, ineficiencia sólo salvada en algunos municipios de Ciudad de La Habana y en provincias como Cienfuegos, Camagüey y Santiago de Cuba, según se constató en las intervenciones de oficiales de tránsito de dichos territorios.
Solucionar esto depende del funcionamiento sistemático y coordinado de las comisiones de vialidad y tránsito a todos los niveles, pues en ellas están representados los organismos e instituciones decidores de cada aspecto afín a la vialidad.
Pero antes que todo, es imprescindible que el oficial de tránsito con su profesionalidad y decisiones gane el respeto y atención, para poder realizar una labor adecuada y sumar a todos los que pueden contribuir a la noble tarea de educar y con ello ayudar a salvar vidas.
Como es conocido, por la cifra de fallecidos, heridos y lesionados que ocasionan a nivel mundial, los hechos lamentables en la vía desde hace algún tiempo son calificados como una pandemia.
Por ello entre los objetivos del encuentro están la búsqueda de iniciativas e intercambio de experiencias de comunicación, y dentro de la educación vial son analizados indicadores preventivo–educativos y su incidencia en los accidentes del tránsito, a fin de aumentar la cultura vial.
De sus acuerdos derivan acciones con un gran reflejo en la sociedad, en lo cual se trabaja por perfeccionar, en función de reducir los accidentes y esencialmente buscando una consecuencia directa en la prevención.
Seguridad vial, propósito del presente y del futuro.
20 de marzo 2004
Hoy quiero referirme a una "epidemia oculta"-definida así por la Organización Mundial de la Salud, OMS, – la cual tiene una influencia marcadamente negativa en múltiples sitios del universo.
Observen estas cifras: más de 3000 personas mueren cada día en las carreteras del mundo y se estima que el número llega a 1,3 millones cada año.
El costo de lo que la OMS califica como epidemia oculta asciende a la espantosa cifra de 518 mil millones.
Ante una problemática de tal envergadura, la OMS consideró oportuno dedicar el próximo Día Mundial de la Salud (7 de abril de 2004) a objetivos vinculados con la seguridad vial y a lanzar el eslogan: la seguridad vial no es accidental.
Un estudio realizado en el 2002 por la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico de Carreteras de Estados Unidos, reveló que ese año ocurrieron alrededor de 6,3 millones de colisiones en las cuales perecieron más de 40 mil personas y hubo más de 2,9 millones de lesionados.
Otros datos citados por la pesquisa indican que los accidentes automovilísticos son la principal causa de muerte entre los 2 y 33 años de edad.
Asimismo se añade que más de 17 mil personas perdieron su vida en choques relacionados con el consumo de alcohol, lo cual representa un deceso cada 30 minutos.
La fuente agrega que los ocupantes de vehículos representaron un 87% de los fallecimientos por accidentes de tránsito, mientras que el 13% restante fueron peatones, ciclistas y otros conductores.
¿ESCAPA CUBA A ESTA LAMENTABLE REALIDAD?
Desde luego que no, aunque según datos informados por la División Nacional de Tránsito el pasado año hubo una disminución en el número de accidentes y de lesionados en relación con el 2002.
¿Nos conformamos con este resultado? Por supuesto que no. Hay una clara visión de que este tema requiere de una atención sistemática y permanente.
Al igual que en muchas naciones, en Cuba entre las principales causas de accidentes de tránsito figuran conducir bajos los efectos de bebidas alcohólicas, el exceso de velocidad, utilización inadecuada o no utilización de los cinturones de seguridad.
Además, no prestar la debida atención al control del vehículo y no respetar el derecho de vía y la señal de pare.
Se sabe que este dilema es multifactorial; pero, a mi juicio, hay uno determinante en cuanto a que suceda o no un hecho de esta naturaleza: la responsabilidad individual de cada cual al intervenir en la vía.
Si hay disciplina, si hay una real conciencia por cumplimentar lo establecido en las regulaciones del tránsito, existe un alto porcentaje para que no acontezcan males de este tipo.
Claro que los señalamientos son para todos: conductores de vehículos y peatones.
Se conoce perfectamente que tras una circunstancia dolorosa va consigo la fatal irresponsabilidad de una o varias personas.
A partir de esta preocupante realidad, existe la iniciativa de llevar el tema de la seguridad vial a la familia, a la escuela, a toda la comunidad. Me parece una excelente idea.
Y es excelente porque necesitamos que nuestros niños incorporen una correcta educación vial con toda la minuciosidad y sistematicidad que ello conlleva.
Pero eso es válido igualmente para nuestros jóvenes, para los adultos, para los abuelos, para todos. Necesitamos formar y desarrollar fuertemente una adecuada cultura vial.
Lo requerimos pensando en las proyecciones de la OMS para el 2020, donde se expresa que los accidentes de vehículos podrían situarse en el tercer lugar de las causas de muerte y discapacidades.
Podemos cambiar ese orden de cosas, necesitamos cambiar ese orden de cosas. Está a nuestro alcance, en cada uno de nosotros.
Viajando con mí enemigo
René Tamayo León
La reducción de los accidentes del tránsito durante el primer cuatrimestre del año pudiera significar que el país, por fin, está entrando en la etapa de maduración de las políticas de enfrentamiento, prevención y educación vial reformuladas un trienio atrás, con las modificaciones a la Ley 60 o Código de Vialidad y Tránsito.
Cuando entonces reglas más severas entraron a poner orden en la «jungla del asfalto» (eso parecían nuestras calles —aunque hoy tampoco están para aplaudir), las estadísticas de siniestros y secuelas cayeron geométricamente, pero el alza en años posteriores hacía temer a algunos que después del primer susto, la indisciplina vial seguía sin cascabel.
Este año pinta diferente. Entre enero y abril hubo 235 accidentes de tránsito menos que en igual etapa del año anterior. Se contabilizaron, además, 48 muertos y 23 lesionados menos que la cota de ese período en 2005.
Mayo quizá también concluya con cifras halagüeñas, según comentó el teniente coronel Francisco Buzón, jefe de la División Nacional de Tránsito, durante un encuentro entre la prensa y oficiales que participaban en el concluido V Encuentro Nacional de Educación Vial.
Son buenas noticias para lo que va de año. Deben ser el resultado de una mayor divulgación a favor de la disciplina vial, la reanimación de la vialidad y del trabajo de Tránsito. Sin embargo, el verano está a las puertas.
Vacaciones: auge en el trasiego de personas, vehículos de transportación masiva sin condiciones, ingestión de bebidas alcohólicas y unas cuantas barbaridades más… El verano es el punto negro en el calendario nacional del tránsito.
Si mayo termina tan bien como el resto de los meses que le antecedieron, junio, julio y agosto serán el reto para las autoridades, los conductores y la opinión pública.
¿Podrá pasarse la prueba de fuego? Veremos. No se deberá andar con paños tibios. Y no solo de represión hablamos (aunque, lamentablemente, también es necesaria). En esto muchos —personas e instituciones— tienen que ver.
La lista de involucrados pudiera empezar con los jefes principales de las empresas. Son ellos los primeros obligados a velar por las condiciones técnicas de sus automotores y por la preparación, profesionalidad y salud de sus chóferes, solo que eso no siempre es su prioridad.
La familia es otra carta en el asunto. Esa, precisamente, que corre el riesgo, si padres, hermanos, hijos, parientes no andan con cautela y cordura, de no verlos regresar más, de llorar sus golpes o de visitarlos luego tras las rejas.
Más no solo de automotores se trata. En los últimos años, el luto ha llegado a no pocas familias cubanas cuyos jovencitos sucumben a la fiebre de remolcar sus bicicletas «amarrados» a autos, camiones y guaguas.
Entre enero y abril murieron 45 personas en accidentes con ciclos. Si se compara con igual período de 2005, serían 21 fallecidos menos, pero no es para alegrarse.
Si usted sale ahora a la calzada principal de su barrio, no se sorprenda si un «bicicletero» —un adolescente que suelta adrenalina hasta por los pelos— pasa por delante de su cara, como un bólido, enganchado a la defensa de un vehículo automotor.
Hay mucho que hacer todavía, aunque ya hay resultados. Uno de los más visibles durante este año ha sido la reducción en el número de fallecidos y lesionados en accidentes donde intervienen motos y ciclomotores.
Según el Jefe de la División Nacional de Tránsito, la obligatoriedad de que los conductores de estos equipos usen cascos ha permitido disminuir las víctimas.
Así, informó, se mantiene firme la decisión de hacer cumplir la ley a partir del 1ro. de enero próximo, según la cual, todas las personas que viajan como acompañantes en una moto o un ciclomotor deberán llevar casco protector.
Sin embargo, no se trata de un casco cualquiera, como por estos días se ve y que para algunos es algo folclórico, mientras para otros, una burla.
Según las interpretaciones de los expertos de Tránsito, un casco protector es el adminículo que se abrocha y cuyo caparazón exterior está aislado de la cabeza por materiales que amortigüen un posible golpe.
No aceptan un plástico cualquiera puesto en el «moropo». Mas hacen una aclaración, «este tema no puede verse como una obligación, sino como una responsabilidad». La ley no se solaza en artilugios y sofisticaciones, solo establece lógicas para proteger la vida.
Quizá, un casco protector para otro oficio pudiera servir en un ciclomotor que marcha a 40 kilómetros por hora, pero el conductor de una moto de gran cilindrada que evada usar un casco integral para motociclistas solo está jugando a la ruleta rusa.
Igual pasa con los chóferes de autos que amarran el cinturón de seguridad al asiento y no lo enganchan en el arnés, a fin de simular que él o sus viajeros lo portan. Solo que, si chocan, el asiento podrá chapistearse, pero el cuerpo humano quizá termine siendo un amasijo de carne.
Manejar puede ser uno de los oficios más peligrosos del mundo. Y acompañar a chóferes irresponsables, también.
Pare a los accidentes de tránsito
2001/mayo/nro114
Por Reynold Rassí. Tomado de Granma
Elaboran programa integral dirigido a la educación vial. De enero a abril de este año, 3 624 accidentes con 315 fallecidos y 2 591 lesionados.
Con vistas a disminuir el flagelo que constituyen los accidentes del tránsito y sus nefastas consecuencias en pérdidas humanas y materiales —de enero a abril de este año han ocurrido 3 624 hechos de este tipo en el país, con un saldo de 315 fallecidos y 2 591 lesionados— se elabora un programa integral nacional dirigido a la educación vial y la aplicación de diferentes medidas, a fin de ponerlo en práctica próximamente con la activa participación de los organismos del Estado, las organizaciones políticas y de masas y los medios de difusión.
Aunque en estos primeros cuatro meses hubo un decrecimiento de los accidentes comparado con igual período del pasado año, sin embargo cada día ocurrieron como promedio 28, con unos tres muertos y 22 heridos, lo que demuestra la necesidad urgente de un esfuerzo por parte de todos, ya sean chóferes, ciclistas o peatones.
El general de brigada Jesús Becerra Morciego, primer sustituto jefe de la Dirección General de la Policía Nacional Revolucionaria, quien presidió una reunión efectuada en ese órgano del MININT para analizar el tema, subrayó que estos accidentes son un problema social por lo cual es necesaria la participación de todas las instituciones y la población en general, y apuntó que dicho programa está encaminado a un activo trabajo en el orden preventivo-educativo y no tanto represivo, aunque se mantendrán e incrementarán con todo rigor las medidas contra los infractores en la vía.
Explicó que el aumento de vehículos (autos, camiones, motos y ciclos) en circulación ha contribuido a que se eleven las indisciplinas en la vía pública y de ello se deriva la necesidad de este programa que habrá de desarrollarse en todos los territorios, en estrecha coordinación con la Comisión Nacional de Vialidad y Tránsito, que preside el Ministro de Transporte.
Por su parte, el teniente coronel Fernando González Viera, jefe de la División Nacional de Tránsito de la PNR, explicó que solo en 14 intersecciones principales de la capital se han detectado el cruce de 400 vehículos más por hora en comparación con el año 1989.
Tal incremento de la circulación, unido a la indisciplina vial, el deterioro de las vías, el estado deficiente de las señalizaciones, la poca eficacia de las medidas coercitivas contra los infractores, la escasa divulgación sobre una educación vial, y la existencia de diversas generaciones de vehículos junto a ineficiencias en el procedimiento para su registro, evaluación y control de su estado técnico, favorecen la ocurrencia de los accidentes del tránsito.
Entre los objetivos inmediatos de este programa para disminuir los accidentes se encuentran rescatar la disciplina vial, despertar la conciencia social sobre este serio flagelo, su magnitud y consecuencias, promover y consolidar una cultura vial en los conductores y el resto de la sociedad.
De conjunto con la Comisión Nacional de Vialidad y Tránsito se harán proposiciones para la modificación de la Ley 60 (Código del Tránsito), y se confeccionarán vallas, afiches, carteles y se montarán exposiciones para mejorar la divulgación de este tema.
En coordinación con la CTC y sus sindicatos nacionales se realizarán debates en centros y bases de transporte que hayan tenido una mayor incidencia en estos accidentes, así como competencias de conocimientos y habilidades de chóferes profesionales, y se revitalizará el movimiento de Activistas de Tránsito.
De acuerdo con el Ministerio de Educación, la UJC, los Pioneros y las organizaciones estudiantiles se fomentará la organización de encuentros de conocimientos sobre el tránsito desde la base, estudiar y adecuar el programa de educación vial para escolares, así como rescatar y consolidar los movimientos de Círculos de Interés de esta especialidad y el de Brigadas de Reguladores de Tránsito.
Igualmente, se llevará a cabo un trabajo comunitario en coordinación con los CDR y la FMC con vistas a fomentar las zonas residenciales sin participantes en accidentes del tránsito.
La aprobación y puesta en práctica de este programa contribuirá, sin duda, a que todos ganemos una mayor conciencia sobre este fenómeno que anualmente cobra cientos de vidas y deja miles de mutilados, a la vez que lleva el luto a las familias y ocasiona cuantiosos daños a la economía. Se impone, por tanto, un PARE a los accidentes del tránsito.
Del 5 al 25 de octubre Jornada Nacional del Tránsito
Bárbara Aroche Cuadro 03/10/2008.
Santiago de Cuba, 3 oct. — En todos los municipios de Santiago de Cuba, al igual que en el resto del país, se desarrollará del 5 al 24 de octubre, la Jornada Nacional del Tránsito, que incluye variadas actividades como talleres científicos provinciales, encuentros con la historia, la premiación del concurso infantil Los niños y el Tránsito, y el reconocimiento a los conductores profesionales con 20 años o más sin participar en accidentes. El lema central de la misma es "Vía a la Vida".
En Santiago de Cuba dará inicio esta jornada con un acto en la Base de Ómnibus Las Américas, por ser este centro, el de mayor cantidad de vehículos mantiene en circulación. En la actualidad el territorio tiene una situación favorable en cuanto a la ocurrencia de accidentes de esta naturaleza y se trabaja seriamente para disminuir conductas negativas que facilitan estos sucesos.
Entre las principales causas de accidentes en Cuba se encuentran no prestar la debida atención al control del vehículo, conducir después de haber ingerido bebidas alcohólicas, adelantamiento indebido y muchas otras más.
En esta ciudad suroriental los integrantes de la Unidad de Seguridad Vial se esfuerzan por hacer cumplir las regulaciones del tránsito ya que la premisa más importante está en evitar muertes, lesiones y daños a la economía.
Por eso se recomienda el uso del casco protector y el cinturón de seguridad como medios de protección. Hace falta conciencia en todos los conductores porque muchos de ellos violan las reglas establecidas en cuanto a la seguridad vial. Los niños y los adultos son también los más propensos a tener accidentes. Por tanto somos responsables de cumplir con nuestro Código del tránsito.
En esta ocasión, la provincia Pinar del Río alcanzó la condición de destacada por la disminución que viene registrando en los principales parámetros de la accidentalidad en los últimos tres años; Villa Clara y Holguín recibieron un reconocimiento por sus resultados en la disminución de algunos de los indicadores de la accidentalidad. A su vez estas tres provincias reciben premios por la labor desplegada en sus comisiones de vialidad y tránsito en función de la prevención y la educación vial.
Jornada Nacional del Tránsito
Este octubre Cuba dedica tres semanas a la reflexión acerca de los accidentes en la vía, que constituyen ya la cuarta causa de muerte de sus ciudadanos
Por: LISET GARCÍA (14 de octubre de 2005) nacionales[arroba]bohemia.co.cu
Como bien anuncia el lema de la Jornada Nacional del Tránsito, "Velocidad sin límites, solo en el deporte". La prudencia sigue siendo la mejor compañera en la vía para evitar los accidentes que tanto dolor y secuelas irreparables dejan.
El exceso de velocidad mantiene el número uno entre las causas de los cinco mil 175 accidentes ocurridos el primer semestre de 2005, que han provocado la muerte a 462 cubanos y lesiones a otros tres mil 988. Todos estos datos superan los reportados el pasado año, y las provincias de Holguín, Cienfuegos y La Habana son los territorios con mayor incidencia.
Lamentablemente, la indisciplina vial propicia tal panorama, de ahí el llamado constante, mucho más reflexivo y enfático en estos días, con motivo de la Jornada Nacional, multiplicada a tres semanas, entre el 9 y el 23 de octubre.
Como siempre, habrá espacio para estimular a chóferes con más de 20 años sin accidentes, encuentros de los círculos de interés de pioneros, mesas redondas y otras iniciativas locales en todos los municipios, con la participación conjunta de organismos del Estado y la población.
El inicio de la jornada coincidió con el anuncio de la decisión de exigir a todos los conductores de motos (estatales y particulares) el uso del casco protector, con independencia de la fecha de adquisición de esos vehículos. La medida comenzará a regir con carácter obligatorio a partir del primer día de 2006. Según dijo a BOHEMIA el teniente coronel Francisco Buzón, jefe de la División Nacional de Tránsito, las motos ocupan el tercer lugar en el número de accidentes y aportan las consecuencias más graves para la vida de sus conductores.
Las tres semanas que este año dedica la Isla a reflexionar acerca de estos fenómenos evitables, indica preocupación creciente por lo que ya es la cuarta causa de muerte en Cuba.
La sociedad por disminuir los accidentes
Reynold Rassí. Granma 9 de junio de 2006.
En la Comisión de Defensa Nacional, presidida por el general de división Samuel Rodiles Planas, los diputados recibieron una detallada información sobre el comportamiento de los accidentes del tránsito en el país y sus consecuencias en pérdidas de vidas humanas y materiales, así como el trabajo que realiza la sociedad para disminuir esos hechos. Especialistas de la Comisión Nacional de Vialidad y Tránsito, encabezados por su presidente y ministro del Transporte, Carlos Manuel Pazo Torrado, se refirieron a causas que, además de las indisciplinas de los chóferes, influyen en la accidentalidad, como son deterioro de numerosas vías, falta de señalizaciones, mal estado técnico de muchos vehículos, entre otras deficiencias. Explicaron el trabajo que se realiza para buscar soluciones a tales problemas, sobre todo por las comisiones provinciales que atienden la esfera localmente.
El coronel Francisco Buzón Macías, jefe de la Dirección Nacional de Tránsito, informó que como resultado de la labor de educación vial y las medidas adoptadas por la Policía Nacional Revolucionaria, en los meses de enero a mayo de este año ha habido una ligera disminución de los accidentes, y agregó que trabajan arduamente para reducirlos aún más, con vistas a lograr un verano feliz.
Indisciplinas en la vía
Grave violación del tránsito
La Habana, sábado 6 de mayo de 2006. Año 10 / Número 126
Por: Amelia Galdo Fernández
Desde pequeños los niños deben ser iniciados en el aprendizaje del control y del auto-cuidado. Es muy importante identificar los riesgos a que se exponen día a día y crear ambientes seguros para el desarrollo de los infantes. La dedicación a esta tarea primordial por parte de padres, maestros, etc., contribuye a la prevención de accidentes tanto en niños como en adolescentes.
Accidentes en niños de 1 a 5 años
Después de los 5 años.
Adolescentes.
El niño nace totalmente ignorante de lo que es o no peligroso para su integridad corporal. En la medida que va creciendo y desarrollando sus capacidades y habilidades se expone a mayores riesgos y, por ende, a accidentes. Al detenerse a analizar la ocurrencia de un accidente en particular, se evidencia que no son eventos fortuitos, sino que hay elementos previos que los propician. Para evitar que estos se produzcan es preciso cambiar hábitos y actitudes.
Las medidas de prevención no son costosas, pero sí requieren educación, ingenio, constancia, responsabilidad, participación y compromiso de los padres y de toda la comunidad. Los accidentes ocurren influenciados por patrones predecibles basados en la edad, el sexo, la hora del día, la estación del año, entre otros. Varios criterios al respecto se reportan en la literatura especializada. Así, tenemos que:
1. Los varones sufren accidentes en mayor proporción.
2. Los menores de 8 años se accidentan predominantemente en el hogar. A partir de esa edad los accidentes ocurren preferiblemente en áreas exteriores.
3. El niño hiperkinético sufre accidentes con mayor frecuencia.
4. Las caídas ocupan el primer lugar en cuanto al tipo de accidentes en edades tempranas.
5. Los residentes de áreas urbanas son víctimas de accidentes en mayor proporción que los de áreas rurales.
6. Los estudios demuestran que puede delimitarse la población en riesgo de sufrir un accidente, tal como se define la población en riesgo de contraer una enfermedad en particular.
Accidentes en niños de 1 a 5 años
Muchas lesiones sufridas por niños muy pequeños se deben a que padres y otros mayores a su cargo desconocen las características propias de estas edades. Es fundamental conocer y comprender los comportamientos de los pequeños para poder anticipar y prevenir los riesgos de accidentes, además de educarlos con ese fin desde temprano. Algo importante: no confiarse ni siquiera cuando están muy callados y tranquilos, ya que por su afán de conocer todo pueden estar en peligro.
Entre 1 y 2 años los niños son muy curiosos, todo lo tocan y lo llevan a la boca, les atraen mucho los objetos que sobresalen, los huecos y las hendiduras, los enchufes y tomacorrientes. Por ello, los exploran e intentan introducir cuerpos extraños en sus orificios. La adquisición de habilidades como caminar, trepar, correr o saltar los ponen en riesgo de afrontar caídas, heridas, vertimientos de líquidos peligrosos y otros.
A los 3 años los niños son muy autónomos, pero aún no saben reconocer los peligros. Gustan de imitar a los adultos pero no pueden asumir ciertas responsabilidades como salir a la calle o jugar solos en ella, quedarse solos en casa o acompañar a hermanos menores. No son capaces de conocer y poner en práctica las normas de seguridad.
A los 4 y 5 años desarrollan una gran confianza en sí mismos, que los impulsa hacia situaciones peligrosas por su inexperiencia e inmadurez. Aparentan gran autonomía y responsabilidad, pero los adultos no deben confiarse demasiado en ese sentido, ya que los pequeños pueden cambiar súbitamente de la atención de un juego seguro a una situación de sumo riesgo, digamos, cruzar la calle sin mirar si se les escapa una pelota, u olvidar las habilidades adquiridas de control y auto-cuidado. De hecho, es posible que no reaccionen ante una situación de riesgo y se escondan y permanezcan inmóviles en un rincón ante un incendio, por ejemplo.
El hogar es donde mayoritariamente ocurren las lesiones de los niños menores, siendo atribuida esta mayor frecuencia de accidentes a la falta de vigilancia, la falta de autoridad de los padres, la ausencia de orden doméstico o las condiciones de la casa, entre otros factores.
En ocasiones, se deja al alcance de los pequeños objetos punzantes o cortantes, recipientes con líquidos calientes o hirvientes y sustancias tóxicas envasadas hasta en botellas de refresco; existen escaleras, balcones y azoteas de fácil acceso o se almacena agua en bañaderas, tanques o cisternas sin la protección debida; los tomacorrientes y enchufes eléctricos no están resguardados, los aparatos y equipos domésticos están colocados de modo tal que permiten al menor acceder a sus componentes eléctricos, etc. Estas situaciones de riesgo pueden provocarle al pequeño heridas, quemaduras, envenenamientos, intoxicaciones, caídas, electrocución, asfixia, etc.
Después de los 5 años
A partir de los cinco años los niños tienen un mayor contacto con otros ambientes como la escuela, los sitios de recreación o esparcimiento y la vía pública, sin embargo, los accidentes en el hogar y sus alrededores se mantienen. Las lesiones más frecuentes entonces suelen ser las relacionadas con el desarrollo psicomotor (contusiones, heridas de la cabeza y fracturas provocadas principalmente por caídas accidentales). Impedir que los niños jueguen cerca de barandales o muebles altos, que suban a la azotea, a los árboles, a los postes u otros sitios peligrosos evita el riesgo de lesiones graves por caídas.
Los accidentes peatonales los sufren preferentemente los niños escolares con edades comprendidas entre los 5 y 9 años, que en ocasiones son atropellados al atravesar la calle en forma intempestiva, habitualmente mientras juegan. Es esencial proporcionar a los hijos educación vial desde pequeños, lo que será reforzado con la labor de la escuela: enseñarlos a cruzar la calle, a caminar en sentido contrario al de la circulación de vehículos en las carreteras, a comportarse en el transporte público, a respetar siempre las señales de tránsito.
Así como los menores de 4 años han de viajar sentados en una silla de seguridad debidamente fija al automóvil, los mayores deben ocupar el asiento trasero del vehículo con un cinturón de seguridad bien puesto.
Adolescentes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido como período adolescente el comprendido entre los 10 y 19 años de edad. Durante esta etapa de múltiples cambios el propio desarrollo que atraviesan los adolescentes obliga a que actúen con mayor independencia y responsabilidad ante las nuevas tareas y situaciones que deben enfrentar. Por ello, su educación debe dotarlos de conocimientos para asumir la prevención de accidentes.
Lesiones de diferente índole, que en ocasiones resultan fatales, constituyen uno de los riesgos a que más se exponen por el empleo de ciclomotores, bicicletas, patines, patinetas, etc. Por tanto, es recomendable que estas prácticas se realicen en lugares apropiados y con la protección de un casco adecuado. Se ha reportado que los cascos previenen el 80 % de las lesiones cerebrales.
La supervisión durante actividades deportivas y recreativas por parte de maestros, entrenadores, socorristas y otros es significativa en esas edades en las que muchos sobrevaloran sus capacidades y habilidades y hay una tendencia a mostrar arrojo y valentía ante el colectivo. Aun cuando dominen la natación es necesario destacar los riesgos del baño en ríos, en lagos o en el mar, y subrayar los múltiples peligros que se enfrentan en las presas, en tiempos normales o durante temporales.
Una época de gran incidencia de accidentes es la posterior a la finalización de clases, en vacaciones, cuando deben extremarse las campañas preventivas en la comunidad y en el hogar. Muchos adolescentes realizan viajes en sus propios medios o en transportes públicos, con destino a las playas y otros lugares de recreación, y actuando irresponsablemente exponen hasta sus propias vidas.
El respeto a las normas de tránsito y la comprensión por parte de los adolescentes de los perjuicios que ocasiona el consumo de bebidas alcohólicas pueden prevenir muchos accidentes.
Palabras clave: accidentes, prevención, niños, adolescentes.
Referencias bibliográficas:
Valdés Pacheco Everardo, Ferrer Liranza Nancy, Ferrer Liranza Amed. Accidentes en los niños: un problema de salud actual. Revista Cubana de Medicina General Integral. (La Habana) 1996; 12 (3)
Otra vez: Vía a la vida
Gonzalo Vuelta Madrazo/ (29/09/2008)
A partir del venidero 5 de octubre da inicio en el país la Jornada Nacional del Tránsito con el lema: Vía a la vida, en una primera etapa hasta el 11 con un programa en cada municipio, del 12 al 18 en la provincia y del 19 al 25 a nivel nacional.
Durante el primer día se prevén maratones, con la peculiaridad de discutir antes de la arrancada la problemática vial y su comportamiento en cada localidad.
Matutinos en centros laborales y educacionales, barrios debates de conjunto con los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), inspecciones en bases de transporte y talleres de reflexión, componen el cronograma en esas propias instancias.
Actividades similares se realizarán en la cabecera provincial luego del desfile inaugural y Tribuna Abierta sobre el tema, fijada para el día 13, frente a las escuelas José Antonio Saco y Julio Antonio Mella.
En la jornada tendrán efecto las tradicionales competencias de habilidades entre chóferes profesionales, todo con el objetivo de elevar el dominio de la educación vial de la población, a fin de prevenir la ocurrencia de accidentes, una de las causas por la cual se reduce la expectativa de vida en Cuba.
Vialidad y Tránsito
Menos accidentes, pero no bajar la prevención.
http://www.granma.cubaweb.cu/2007/01/31/nacional/artic04.html.
Reynold Rassí
rassi[arroba]granma.cip.cu
Aunque siempre lamentables, las cifras de accidentes de tránsito, de fallecidos y lesionados como consecuencia de estos, tuvieron una significativa reducción el pasado año en comparación con el 2005.
ES NECESARIA UNA MAYOR EDUCACIÓN VIAL.
Según dio a conocer la División de Tránsito de la Policía Nacional Revolucionaria, el total de las víctimas fatales es el más bajo reportado en los últimos 38 años, reflejo de una tendencia hacia el decrecimiento de tales suceso.
Entre los elementos que contribuyeron a esta disminución en general se encuentran: un mayor trabajo sobre educación vial mediante diferentes formas: el sistema educacional en las escuelas, control y perfeccionamiento del expediente del chofer, fortalecimiento de la vigilancia y patrullaje de las fuerzas de la PNR, medidas de enfrentamiento a las indisciplinas y violaciones de la Ley 60, la recalificación de chóferes profesionales, y mayor rigor sobre el uso de los cascos y cinturones de seguridad.
Se mantienen como causas de los accidentes sucedidos el pasado año: no prestar la debida atención a la conducción del vehículo, no mantener la distancia establecida, el exceso de velocidad, no respetar la señal de Pare ni las luces del semáforo, y la ingestión de bebidas alcohólicas.
De los 9 705 accidentes ocurridos en el país, —670 menos que en el 2005— en 1 344 de ellos intervinieron las bicicletas con su secuela de muertos y heridos —aunque también disminuyeron con respecto al año precedente. Ello demuestra la peligrosidad que existe para los que conducen este tipo de vehículo, cuando no se cumplen las disposiciones establecidas.
No obstante la reducción de tales indicadores se hace necesario incrementar las medidas educativas y de prevención por parte de las fuerzas de la Policía; mejorar las señalizaciones y el estado de las vías; la labor profiláctica por parte de la familia; y más exigencia por parte de los organismos sobre el estado técnico de los vehículos y el control de los chóferes profesionales.
También se apela a una mayor conciencia de los conductores sobre la importancia de respetar lo establecido en la Ley 60 (Código de Vialidad y Tránsito), y a un proceder adecuado en el caso de los peatones.
Por una reflexión colectiva acerca de los accidentes del tránsito
Irene Izquierdo 28 de febrero de 2008
En virtud de ampliar la percepción de los ciudadanos sobre los riesgos de los accidentes del tránsito –en Cuba ocupan el cuarto o quinto lugar entre las causas de muerte- ya todos los interesados en el tema pueden disfrutar del segundo ciclo del curso Vía a la vida: una oportunidad para reflexionar, en Universidad para todos, por el canal Cuba Visión.
Tras la presentación de rigor, el primer tema fue el relacionado con El factor humano y la seguridad vial, con el propósito de fundamentar cómo inciden las personas en el sistema de tránsito y en la accidentalidad. El mayor Eduardo Creach González, de la Dirección Nacional de Tránsito y profesor de este y otros temas, se refirió a las condiciones físicas y síquicas para conducir, los factores que disminuyen las aptitudes de los chóferes –ingestión de bebidas alcohólicas y fármacos, sueño, cansancio, fatiga y estrés, entre otros- y las regulaciones vinculadas a sus posibilidades para asumir la responsabilidad de guiar vehículos. El miércoles venidero ofrecerá la segunda conferencia acerca de las enfermedades, los medicamentos y la seguridad vial.
Son más de una veintena los asuntos previstos para este segundo ciclo. Además de los dos ya mencionados, los televidentes podrán aprender o perfeccionar sus conocimientos acerca de:
La importancia de una buena visión, Psicología y factor humano, Sueño y fatiga vs. Conducción, Alcohol y conducción: difícil equilibrio, Para conducir con seguridad, Desplazamiento lateral, Cambios de dirección y de sentido: giros y marcha atrás, En las intersecciones, y Todo sobre estacionamiento.
Completan el programa las conferencias Velocidad, Conducción de motocicletas, Ciclistas, lo que conviene saber, Peatones, El vehículo y la seguridad vial, La ingeniería de tránsito, Conducción segura, Configuración y condiciones medioambientales de la vía, La licencia de conducción (el expediente del conductor), En caso de accidente ¿qué hacer?, Compromiso de las instituciones, organismos y organizaciones sociales y de masas a favor de la cultura vial de la población, y el tema final, que consiste en una recapitulación del curso.
La Dirección Nacional del Tránsito, en particular, y los organismos e instituciones de Cuba, en general, tienen en Vía a la vida, una oportunidad para reflexionar, un instrumento más para crear una adecuada cultura vial en los usuarios de las calles y una forma de contribuir a continuar reduciendo los índices de accidentalidad.
Porque, según los especialistas, un nuevo concepto se va abriendo paso a nivel mundial, el de la violencia vial, que siempre tiene detrás una conducta irresponsable. Por esta causa, más de tres mil personas, incluidos niños, mueren diariamente en el orbe.
¿Ciudad sobre ruedas?
Odalis Riquenes
19 de marzo de 2006
Convertido en fenómeno social sui géneris, el uso de la motocicleta como transporte alternativo reta a estudios sociales a expertos y directivos del transporte en Santiago de Cuba y el país
SANTIAGO DE CUBA. — Aquel día de finales de 1996 a Carlos se le "encendió el bombillo". Si su vecino Ariel había transformado la bicicleta para "tirar pasaje" y el viejo Pancho se había hecho de un coche, ¿por qué no usar la moto, que había traído de Alemania en sus años de estudiante, para hacer lo mismo, y así aumentar los fondos de su deprimido bolsillo de profesional?
Lejos estaba entonces de imaginar que una década después su "descubrimiento" se multiplicaría de las más diversas maneras, hasta convertir el uso de las motocicletas como transporte alternativo en un interesante fenómeno social que hace hoy fruncir el ceño a investigadores sociales, y exprimirse las entendederas a estudiosos y directivos del transporte de esta ciudad y el país.
"ASIATIZACIÓN" DEL TRANSPORTE SANTIAGUERO
Un conteo de chapas realizado por especialistas de la dirección santiaguera de transporte en arterias principales de la cabecera provincial, como la Carretera Central, la Alameda Michaelson, Aguilera y las avenidas Victoriano Garzón y Martí arrojó que, como promedio diario, en el primer semestre de 2005 circulaban en la Ciudad Héroe 4 414 motos durante el horario pico de la mañana (entre las 7:00 y las 9:00 horas).
De estas —recogía también el muestreo—, el 76,1 por ciento pertenecía a Santiago de Cuba, el 12 a Guantánamo, el 6,3 a Granma, el 3,5 a Holguín y el resto a otras provincias como Las Tunas, Camagüey, Ciego de Ávila, Villa Clara y La Habana.
Se trata, según investigadores del sector, de la versión criolla del fenómeno que internacionalmente se describe como "asiatización" del transporte, pues tiene su referente en ciudades de Asia como Bangalore, Bangkok, Taipei, y también en las africanas Cotonú, Lomé y Dúala, en las que dichos vehículos son usados fundamentalmente como taxis.
En Santiago de Cuba, ciudad de más de 423 000 habitantes que se desenvuelven a diario en una topografía fundamentalmente abrupta, y en la que un alto número de particulares eran propietarios de motocicletas, existían a finales de los 90 todas las condiciones para el surgimiento y desarrollo de este fenómeno, que si bien se manifiesta con fuerza en la cabecera también se ha extendido, aunque en menores dimensiones, al resto de la provincia.
Según el Registro de Vehículos, en este oriental territorio se encuentran inscriptas 16 420 motos. De estas, 3 275 pertenecen al sector estatal y 13 145 son particulares.
Tan alta cifra puede explicarse, entre otras razones, porque de aquí se envió gran cantidad de jóvenes a capacitarse y trabajar en las naciones del otrora campo socialista, a los que se dio la posibilidad de introducir al país diversos artículos, incluyendo motocicletas.
Por eso cuando los embates del período especial condenaron al deterioro al transporte público, y se redujo el parque vehicular de esta ciudad de 330 ómnibus y 784 taxis en 1989 hasta poco más de 30 guaguas y unos pocos autos, no fue muy difícil pensar en las motos entre la amplia gama de medios alternativos que entraron en escena.
El incremento del dinero circulante entre la población, junto al fomento del turismo, la entrada de remesas y el incremento del trabajo por cuenta propia, aportaron el sustento económico para que la variante de las motos proliferara, a pesar de que su precio, de diez pesos la carrera en tramos dentro del perímetro urbano, era muy superior al de otros medios alternativos.
Por otra parte, explican estudiosos, la gran movilidad y bajos índices de consumo de combustible y demás insumos que caracterizan a las motos hicieron que se impusieran sobre camiones y camionetas, bicicletas y coches, limitados por los altos costos de explotación de los primeros y la restricción de su uso solo a regiones llanas de los últimos, aun cuando eran mayoría desde el punto de vista físico.
Con el tiempo, la bonanza del negocio, tan popular entre los lugareños, atrajo a motoristas de todo el país, sobre todo de las provincias orientales, quienes han hecho pensar a muchos en Santiago como la ciudad ideal para las motos.
DE PUERTA A PUERTA: SERVICIO CINCO ESTRELLAS
"¿Las motos? Son transportes para macetas…", replica la pantrista Ana González con la seguridad de quien amplifica el criterio de otros.
"¿Que quiénes viajan en moto? Todo el mundo", responde con expresión de quien repite una verdad de Perogrullo la licenciada Maité, y argumenta: "La madre que debe llevar al niño enfermo con urgencia al hospital, el funcionario que quiere llegar a tiempo a una reunión; la trabajadora de gastronomía que termina su turno de madrugada, la pareja que opta el fin de semana por ir al cabaret Tropicana o al San Pedro…
Andrés, contador jubilado, es menos amigo de los extremos. "Cualquiera que tenga necesidad de llegar rápido a alguna parte y tenga los diez pesos lo hace. Llegas pronto, con cierta comodidad, te llevan hasta donde quieras en cualquier lugar de la ciudad y te dejan en la puerta de la casa, ¿qué más se puede pedir?".
Con su decir campechano, el robusto mulato resume las ventajas que sostienen la actividad de las motos: un servicio de puerta a puerta, por el que se puede optar desde cualquier vía o zona hasta los más insospechados rincones de los 20 consejos populares y poblados santiagueros, durante las 24 horas del día.
Desde el amanecer se organizan en dos o tres turnos de trabajo al día, y según los lugares de residencia se agrupan en casi una veintena de piqueras distribuidas por toda la urbe.
Plaza de Marte, Ferreiro, Trocha y Cristina, Carretera del Morro y Calle 3, Ferrocarril, Carretera Central y Calle 2, Martí y Cuabitas y Micro 7 son sitios a los que comúnmente acuden los viajeros y también los apasionados de las marcas para admirar lo mismo unas MZ (ETZ o TS), una JAWA, Júpiter, Minsk, Voskhod. de las cuales, dicen ufanos sus pilotos, "los ejemplares más lindos de todo el país están en Santiago".
RÁPIDO, RÁPIDO… AL ACCIDENTE
—"¡Yo no me monto en un aparato de esos por nada del mundo.! Aunque tenga el dinero y necesite viajar… Prefiero pasar trabajo, ¡Son unos locos!", espeta la abuela Ana y aprieta los ojos para evadir el recuerdo de su vecinita Adriana, de solo 18 años, fallecida en un accidente de tránsito con una moto.
Los temores de Ana son los de muchos santiagueros. Y son, además, fundados: Esa rapidez, reconocida como una de las ventajas de la transportación en moto, es también, como demuestran cifras recientes, su mayor enemigo cuando se traduce en indisciplina vial.
Durante los años 2004 y 2005 los accidentes en moto se dispararon en Santiago de Cuba, llegando a ocupar niveles comparables con los de los autos, tradicionalmente dueños de los primeros lugares.
Así lo confirmó a JR el primer teniente Guillermo Feria Soria, primer oficial de Educación Vial de la Unidad Provincial de Seguridad del Tránsito.
El pasado año los motociclistas estuvieron involucrados, con responsabilidad o no, en 321 de los 877 accidentes ocurridos en la provincia (la tercera parte), con un saldo de 12 fallecidos y 402 lesionados. En los dos primeros meses de este 2006, la tendencia se mantiene.
"Las motocicletas no son un transporte seguro, están diseñadas como vehículos de paseo, no como medio de transportación —insiste el oficial—; si a eso le sumas que son conducidas por pilotos —en su mayoría— con poca experiencia, que estudian para aprobar un examen, obtener una licencia y luego se dedican a violar, podrás explicar los datos".
"Entre las principales violaciones se ubican el no respetar las señales del tránsito, circular a gran velocidad y con exceso de pasajeros, no utilizar el casco protector, no respetar las luces del semáforo, conducir después de haber ingerido bebidas alcohólicas y el adelantamiento indebido, una de las indisciplinas favoritas de los conductores, amparados por las características del medio, que facilita su colocación entre otros vehículos", explica Feria Soria.
Ante este fenómeno, las autoridades de Tránsito no se han quedado cruzadas de brazos (más del 70 por ciento de las licencias ocupadas en la provincia por no pago de multas o por acumulación de los 36 puntos, han sido a motoristas). Para el primer teniente la disminución de la accidentalidad es directamente proporcional a la disminución de la circulación de estos vehículos.
"Hemos trabajado por hacerles conciencia sobre la necesidad de estudiar el Código de Vialidad y Tránsito, de que mantengan el buen estado técnico, pues la carrocería de una moto es el mismo conductor…, pero el hecho de que sean ilegales dificulta organizarlos, reunirlos para hacerles llegar la educación vial".
DE DUEÑOS Y PILOTOS
Con la extensión del uso de las motocicletas como medio de transporte, otra realidad se amplifica. La mayoría de estos conductores no son los dueños de los vehículos.
Aquel Carlos, cuya historia introdujo este trabajo, con el tiempo y el auge del negocio, le "cedió" la moto a dos amigos, quienes la hacen trabajar por dos turnos y le entregan 200 pesos diariamente. En tanto, él sigue su vida profesional en una entidad estatal, pero mantiene su "búsqueda" extra.
Así se emparenta con Raúl, dueño de una mansión enrejada con muchos aparatos y adornos de la shopping, que sentado a su puerta recibe 500 pesos diarios, "sin matarse", por sus tres motos. Igual están René, que abandonó su carrera de casi 15 años como profesor y viaja todos los días desde un municipio hasta la cabecera provincial, a "luchar" con una moto; o Israel, quien abandonó la escuela de Medicina en su natal provincia, y ahora alquila una vivienda toda la semana en Santiago para pilotear la MZ de su tío.
También Alejandro, de solo 18 años, a quien no le interesan el estudio y la escuela, pues nada se compara con "despegar" en su JAWA flamante con la que cada día puede "hacer el pan" y "ligar muchas niñas"… historias sobre dos ruedas que se suceden mientras se viaja en busca de pasaje.
LEGALIZAR O NO LEGALIZAR, ESA ES LA CUESTIÓN
Indisolublemente ligada a la polémica desde sus orígenes, la transportación de pasajeros usando motocicletas tiene su punto más álgido y contradictorio en que, aun cuando constituye el medio alternativo que más ha trascendido y se reconozca su apoyo en el traslado de miles de santiagueros en los años más difíciles, su movimiento sigue siendo mayoritariamente ilegal.
Informes del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social ubican en menos de cinco el número de motocicletas particulares a las que ha sido otorgada licencia operativa, desde los años 96 y 97, en que se reconocen los primeros atisbos de la actividad.
A la suspensión del otorgamiento de licencias operativas al sector desde 1999 se han unido criterios y posiciones diversas: "Se acabaría de poner el transporte santiaguero en manos privadas…", dicen algunos estudiosos. "Sería amparar el enriquecimiento de unos pocos, las ilegalidades…", opinan otros. "No son un transporte seguro, no están diseñadas para eso…", es otra de las razones que se manejan y hasta las hay ecológicas.
Un estudio ambiental realizado por especialistas del Centro de Ingeniería del Transporte de Oriente, con sede en la Ciudad Héroe, incluyó a las motocicletas (poseedoras de motores de dos tiempos, que se caracterizan por realizar una combustión incompleta) entre los mayores contribuyentes a la polución de las áreas céntricas de la ciudad.
Su responsabilidad es marcada —precisa el estudio— en el aumento de las emisiones de monóxido de carbono (CO), hidrocarburos no combustionados (HC) y material particulado en suspensión (MPS) en zonas como Enramada, Plaza de Marte, Garzón…
Una evaluación integral del tema a favor de la organización, regulación y eliminación de ilegalidades asociadas con la nueva modalidad de servicio de transporte, en cambio, hacía palpables sus posibles aportes en el plano económico y social.
Suponiendo que al 85 por ciento de las motos registradas en Santiago de Cuba y al 20 por ciento con chapas de otras provincias les fuera otorgada la licencia —argumenta el análisis—, el Estado podría ingresar anualmente a sus arcas 44 597 060 pesos por concepto de contribución al presupuesto, otorgamiento de licencias y revisión técnica.
A lo económico suma ventajas sociales como la generación de fuentes de empleo y la organización de un tráfico hoy al margen de la ley.
Una encuesta realizada entre motoristas por el periodista Miguel Ángel Gainza, reportero del semanario provincial Sierra Maestra, concluía que más del 90 por ciento de los pilotos entrevistados quisiera legalizar su situación, convertirse en trabajador por cuenta propia, aportar al fisco y recibir atención del Estado.
En tanto se materializan las decisiones definitivas, decir moto y polémica sigue siendo lo mismo en el espectro santiaguero y nacional.
¿FUTURO EN MOTO?
A una década del inicio de su empleo como transporte alternativo, y con un Programa de Recuperación del Transporte en marcha, no son pocos los que se empeñan en predecir el futuro de este fenómeno.
Unos cuantos bien informados son contundentes: en la misma medida en que las ofertas del transporte público se recuperen y la sociedad extreme sus mecanismos de control, se irán retirando.
A ellos parecen apoyarlos datos oficiales sobre una tímida pero real disminución de la circulación de este tipo de vehículos tras la llegada a la cabecera provincial de más de un centenar de autos destinados al servicio de taxis ruteros; la exigencia del uso del casco protector; mayor control en el expendio del combustible, y la realidad de que algunos motoristas optan por empleo.
Otros tantos, ya adaptados a las comodidades de "coger una moto", confiesan que quizá el fenómeno reduzca las proporciones que tiene actualmente, pero siempre habrá quien demande este tipo de transporte.
Es del futuro la última palabra. Mientras tanto, sobre dos ruedas se siguen enlazando los contornos de la ciudad de Santiago de Cuba en un singular viaje, que seguirá dando de qué hablar.
Discutible alternativa
Aunque por motivos bien diferentes que en la Ciudad Héroe, la denominada asiatización del transporte urbano provoca ardientes discusiones en diversas partes del mundo.
Mientras unos la defienden como solución de movilidad frente a la enorme cantidad de vehículos que provocan insoportables embotellamientos en las grandes urbes, pues ocupan menos espacio, otros las atacan porque, lejos de ser un vehículo sostenible, generan mayores problemas ambientales y de seguridad vial.
En España sus detractores sostienen que las motos en su mayor parte funcionan con motores de tracción a dos tiempos, los cuales emiten cien veces más de hidrocarburos que los motores de los automóviles.
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