El siglo XIX, centuria del maquinismo, significó el triunfo de la técnica en la producción del libro, lo que significó «la sustitución de los métodos artesanos del pasado por un sistema mecanizado» (Dahl, S. Op. cit.; p.230)
4. EL LIBRO EN LA ERA DE LA INFORMACIÓN: EL DESAFÍO DE INTERNET.
En un artículo acerca de la realidad actual de la Internet en Francia escrito por Virginie Coustet, Mathilde Lelièvre y José Baghdad nos encontramos con el siguiente sugestivo título: JE CLIQUE, DONC JE PENSE. El artículo puede ser consultado en:
http://www.sciences-po.fr/observatoire/obs4/clique.htm
Todos somos conscientes que la computadora e internet constituyen dos de las revoluciones tecnológicas más maravillosas de todos los tiempos. Las computadoras u ordenadores han dejado de ser el campo exclusivo de los genios de la informática y hoy se encuentra al alcance de cualquier persona de inteligencia promedio normal. Vive y convive con nosotros, ya sea en la escuela, en la universidad, en el trabajo, en las empresas a las cuales vamos a comprar bienes y/o a pagar servicios, etc. Y, en algunos casos, en nuestra propia casa. Es cierto que por lo general la usamos cada vez más, aprendemos más sobre su uso, aunque constituye uno de esos aparatos misteriosos con los cuales hacemos maravillas, pero sin saber como lo hace, muchas veces sin importarnos como lo hace (Eso lo creemos está reservado para los iniciados en esa exclusiva y hierática sociedad de los nuevos brujos informáticos. ¡Acaso no nos hablaron del retorno de los brujos!)
Con internet aparece una nueva generación: la generación web, conformada por "…millones de jóvenes menores de dieciocho años que no solo están familiarizados con las computadoras desde niños, sino que también tienen acceso a Internet desde las escuelas y universidades. Un niño que tenga ahora ocho o diez años aprenderá a utilizar Internet como un recurso más para su educación. El ordenador conectado a la red será, es, un instrumento de trabajo para dar acceso a la biblioteca más grande del mundo" (García «Garanz», Fernando. "Libros en Internet" (Madrid: Editorial Espasa Calpe S.A. 1998; p.18)
Marcela Czarny en su libro "La escuela en Internet, Internet en la escuela. Propuestas didácticas para docentes no informatizados" (Rosario-Argentina: Homo Sapiens Ediciones, 2000) nos recuerda que con o sin Internet el desafío más grande de la educación es el educar para cambiar y no educar para repetir. Actualmente la cantidad de información disponible es abrumadora y como la calidad de la información es muy variada, el desafío más grande es lograr que los estudiantes vayan adquiriendo (es algo que requiere tiempo, madurez y conocimiento) agudos criterios de selección, espíritu analítico y crítico que siempre han sido metas de la educación, pero que hoy se extreman porque al navegar en océanos de información, se requiere ir aprendiendo qué fuente es valiosa y cuál no. Es cierto que esto también valía para las informaciones que se podían encontrar en los libros, periódicos y revistas, pero es innegable que hoy a través de Internet se tiene acceso a información en un número desproporcionadamente alto (lo que motiva que se hable de una «infoxicación»), pero que al pasarlo por el tamiz de la selección se va reduciendo, hasta poder quedarse con las necesarias informaciones de alta calidad. Y cuando digo información no solo me estoy refiriendo a textos sino a todo tipo de material de multimedia.. La posibilidad de acceder a museos a través de visitas virtuales es una fuente valiosa de conocimiento y de fomento de la sensibilidad artística. Lo propio ocurre con algunos museos de voces de personajes famosos. O el poder admirar y leer el facsímil de obras que han sido digitalizadas porque requieren ser salvaguardadas. Y resulta que en esa digitalización la resolución de detalles es superior a la que la observación directa del manuscrito físico permite. Esto es una maravilla y está al alcance de cualquier verdadero lector, es decir de aquel que va a encontrar placer porque lee no solo para informarse sino porque la lectura, en cualquier soporte, le brinda deleite y, ahora, la espectacular posibilidad de tener acceso a obras que por encontrarse en salas especiales de investigación solo estaba a disposición de un reducidísimo número de especialistas. Podemos gozar, por ejemplo, con la digitalización de la crónica de Felipe Guaman Poma de Ayala realizada por la Biblioteca Real de Copenhague, dentro de su proyecto de digitalización del valiosísimo material de su Departamento de Manuscritos y Libros Raros, considerando además que la mencionada crónica había sido propuesta, en mayo de 1997, para su inclusión, por parte de la UNESCO, en la lista de "Memoria del mundo". Como dice Rolena Adorno, que nos obsequia un valiosísimo estudio introductorio a la obra del cronista indio: "Tanto si el lector quiere leer el texto en prosa del manuscrito o simplemente examinar sus casi cuatrocientas páginas de dibujos, esta extraordinaria versión digital posibilita un fácil acceso para el especialista y para el amateur". Y esto que decimos sobre esta crónica lo podríamos decir sobre la edición príncipe de El Quijote, para sólo citar dos obras de las muchas que ya han sido digitalizadas. Lo que pretendo es que se comprenda que internet abre una puerta maravillosa para todo aquel que se quiere acercar a ella con la curiosidad intelectual que ha caracterizado desde siempre al Homo Sapiens. Y si antes los lectores gozábamos con la lectura que empleaba átomos, hoy, sin abandonar esos libros, se nos ha abierto un mundo maravilloso. No hay ninguna justificación para mostrarse reacio a gozar con sus encantos.
Marcela Czarny nos señala algunos prejuicios, en torno a la internet, que se esgrimen dentro del sector docente:"No… A mí de Internet no me hablen. Yo no sé nada de computación" "¿Internet?. No gracias. Suficientes problemas ya tengo en clase". "No estoy de acuerdo con las nuevas tecnologías. Son la base de una educación tecnocrática que apunta a que los alumnos dependan de aparatos hasta para sumar dos más dos". "Tengo miedo de empezar a navegar y «hundirme» en el mar de información que ofrece Internet". Ni estos ni otros prejuicios tienen una justificación. La explicación que encuentro frente a las actitudes dubitativas o de franco rechazo, es la novofobia, de la cual nos habla el filósofo Mario Bunge. En una entrevista que le hiciera El Comercio de Lima, en su suplemento dominical, el 8 de mayo de 1997, Bunge al referirse a los niveles primario y secundario, nos dice con relación a la escuela y el avance tecnológico: "Pedirles que produzcan algo que no sea entusiasmo por el aprendizaje es absurdo. Tienen sólo dos misiones: Una, enseñar; y otra enseñar a que los alumnos aprendan a aprender por su cuenta, porque una vez que egresan ya no tendrán al maestro, a la maestra a quien preguntar, se las arreglarán solos. Y hoy día, en un mundo que cambia tan rápidamente, el que no sigue aprendiendo toda la vida se estanca, queda atrás. En la Argentina decimos "al camarón que se duerme lo arrastra la corriente", ustedes también lo dicen. (se refiere al Perú) Eso pasa ahora mucho más que hace 100 años, entonces las cosas cambiaban más lentamente; hoy, al impulso de la ciencia y de la técnica, el mundo está cambiando muy rápidamente". Es una obligación del docente el estar con las últimas innovaciones, el sacarle el máximo de provecho en su tarea docente y asimismo para su propia experiencia, porque en la medida que él logre sentir placer con esos avances podrá transmitir ese sentimiento a sus alumnos.
En el artículo "Lápiz, Teclado… todo vale para acercarse a las letras " aparecido en Escuela en Acción, marzo-abril 1999 (citado por Félix Sagredo) podemos apreciar la actitud positiva de los docente frente a las nuevas tecnologías. Como hemos señalado no tiene sentido la novofobia, mucho menos dentro de los docentes que tienen que interactuar con niños y jóvenes que en muy poco tiempo estarán inmersos, quiéralo o no el sistema educativo, con la nueva sociedad de la información. En ese artículo leemos lo siguiente: «La escuela no puede olvidar la influencia de las nuevas tecnologías, ni discurrir manteniendo las distancias, sino que debe confluir con ellas, puesto que los niños y niñas de nuestras aulas habrán de utilizarlas. Estaba decidido. Había llegado el momento. En nuestras aulas iba a aparecer "El rincón del ordenador". Pero surgían los interrogantes: ¿cómo empezar?, ¿dónde ponerlo?, ¿cuál sería la organización adecuada?, ¿será suficiente un ordenador…? Conscientes de que las respuestas las iríamos obteniendo con la práctica, empezó la aventura. Nuestros alumnos y alumnas escriben "a su manera" desde los tres años, de modo que a partir de ahora se trataba de escribir con un instrumento más, en el que hay que pulsar teclas … Una de las primeras preguntas que surgen ante la experiencia ya tiene respuesta… Aunque solamente llevamos un mes con este "rincón" nos parece altamente gratificante por la cantidad de situaciones tanto de aprendizaje como de interacciones que se generan en él. Pensamos seguir con él todo el resto del curso y trataremos de conseguir más ordenadores, bien sea a través de entidades privadas o de la generosidad de las personas relacionadas con el centro, como ha ocurrido en esta ocasión».. (Mª Pilar Martínez, Concepción Barcala. CEIP "Antonio Machado", Colmenar Viejo, Madrid )
En realidad, los cambios que se han operado últimamente son el producto de un largo proceso de innovaciones tecnológicas. Al comienzo de este trabajo decía que frente a la pregunta acerca de si el libro estaba en peligro de extinción debido al avance de la tecnología digital, de las tecnologías de la información, señalaba que el problema estaba mal planteado, debido a que cuando hacemos un recorrido histórico acerca de la lectura y del libro, nos encontramos que no es un período de inmovilismo. Algunos cambios fueron profundos y siempre en beneficio de lo que en última instancia es lo más importante, lo más trascendente: la lectura, la información, la concretización y transmisión del pensamiento valiéndose de medios que lo hacen perdurable. Es inconcebible plantearse la posibilidad de la desaparición de la lectura. Considero que la etapa de la cultura oral fue la fase primera dentro del gran desarrollo cultural y que resulta imposible concebir a una nueva etapa de oralidad pura.
Reflexionemos en el hecho de que el libro es solo uno de los tantos soportes que ha tenido la escritura. Un soporte que significó un avance tecnológico extraordinario, comparable sólo al que actualmente se está viviendo con la informática. Francisco Aguadero en su libro "la sociedad de la información" (Madrid: Acento Editorial, 1997), nos dice: "En realidad, el desarrollo tecnológico no es nuevo; es un proceso social; y como tal, no termina. Se inició con el hombre en la prehistoria… Ahora bien, no cabe ninguna duda de que la cantidad de cambios tecnológicos acaecidos en las últimas décadas en torno a las tecnologías de la información y la comunicación, principalmente, incitan a la historia a que los juzgue, sobre qué tiene realmente de revolución tecnológica, una vez que con perspectiva histórica se pueda analizar el grado de impacto y asimilación producido en la sociedad" (Op. cit.; p. 11). Lo que tampoco es nuevo es la novofobia. En la época antigua, ya lo hemos señalado, más específicamente en la Grecia del siglo V, la del gran esplendor cultural, se dio un rechazo, y por personalidades de la talla de Platón, a la cultura basada en el libro, en la escritura, en tanto que los sofistas se convirtieron en los abanderados de la nueva tecnología, la cual reemplazaría a la cultura oral.
Mucho tiempo tardó en imponerse la lectura silenciosa, incluso ya aparecido el libro de papiro y posteriormente el códice. Y por supuesto que la aparición de la imprenta hizo poner el grito en el cielo a aquellos que querían seguir con los manuscritos. Argumentaban sus detractores que la reproducción en grandes cantidades de los libros iba a llevar a la humanidad a la perdición, porque no estaba preparada para leer todo lo que pudiera caer en sus manos, sin el filtro de los custodios del saber. Román Mazzilli, en un artículo dedicado a la tecnofobia, nos dice: «¿Qué se dijo del libro en el momento de su nacimiento? Que era un arma del diablo que enfermaba las mentes de las personas, que les cambiaba hasta el color de la piel y ensombrecía el semblante –piénsese que se leía a la luz de velas, muchas veces a escondidas-. Además era un objeto que venía a destruir la comunión de la gente que hasta ayer nomás formaba rondas para escuchar las narraciones orales y hoy se aislaba para establecer contacto con un objeto: el libro» (Mazzilli, Román. "Algunas imprecisiones sobre nuestra realidad virtual: La tecnofobia de Gutenberg a Internet" (http://www.campogrupal.com/tecnofobia.html).
Debemos saber, como nos lo cuenta Carlos Sáez, en su interesantísimo trabajo "El libro electrónico" (http://scrineum.unipv.it/saez.html) que refiriéndose a la recién inventada imprenta el veneciano Filippo di Stara llegó al extremo de decir que «la pluma es una virgen, la imprenta una puta». Nos dice Sáez que con ello el veneciano se refería "no solo al peligro que veía de que se plasmasen por escrito textos inmorales heterodoxos, sino a que la imprenta divulgaría el saber entre los ‘ignorantes’. Recelaba así el temor de que la imprenta acabara con el tradicional monopolio de unos pocos sobre la cultura escrita". Y no nos olvidemos, como nos lo recuerdan Félix Sagredo Fernández y Ma Blanca Espinosa Temiño en "Del libro, al libro electrónico-digital" «que algunos inquisidores del siglo XVI solicitaban al Papa Julio II la publicación de una Bula que permitiera quemar todos los productos de papel, denominados por ellos "artilugios del demonio", que luego conocimos expandido por el orbe con el nombre de imprenta.» (http://www.ucm.es/info/multidoc/multidoc/revista/num9/cine/sagredo.htm#titulo)
Por lo general cuando ahora se nos habla de la imprenta y de lo que significó para su tiempo se suele pasar por alto, salvo entre los estudios especializados, la reacción negativa que ella ocasionó y como se repitió la reacción conservadora que se había dado en el siglo V a..C. en Grecia. Novofobia y conservadurismo caracteriza la reacción frente al invento revolucionario de la imprenta. Hoy deberíamos conocer y comprender mejor esa reacción y reflexionar sobre sus causas profundas para tener una comprensión más exacta sobre lo que sucede actualmente cuando nos enfrentamos a cambios tecnológicos tan grandes que también generan la reacción novofóbica, sobre la cual nos ha hecho reflexionar Mario Bunge y el escondido conservadurismo bajo el disfraz de temores imaginarios frente a potenciales peligros que están acarreando las innovaciones tecnológicas como Internet.
Leemos en un interesante trabajo de Roger Chartier, de la École des Hautes Études en Sciences Sociales-Paris, titulado "El concepto del lector moderno" (http://cervantesvirtual.com/historia/CarlosV/cultura.shtml) aspectos muy importantes sobre la reacción que originó la imprenta y que consideramos necesario citar porque, como volvemos a enfatizar, es necesario que esto no quede en el campo exclusivo de los especialistas porque al encontrar similitudes de fondo entre reacciones ocurridas en el pasado con las actuales podremos tener una visión más comprensiva que nos ayude a comprender mejor situaciones presentes. Leemos en el citado trabajo con relación al desprecio que generó la imprenta por la supuesta democratización cultural que iba a generar dicho invento. "Semejante divulgación de la cultura escrita otorgada por la imprenta, fundamentó el desprecio de la nueva técnica y de sus productos (Bouza, 1977). Duraderamente en los siglos XVI y XVII se opuso a la alabanza de la invención de Gutenberg, las quejas contra las corrupciones que había introducido. Tanto los autores fieles a un modelo aristocrático de la escritura como los eruditos de la «Respublica litteratorum» despreciaban el negocio de los libreros y la publicación impresa de los textos, porque según ellos, corrompían a la vez la integridad de las obras, deformadas por los yerros y gazapos los componedores y correctores ignorantes, la ética literaria, destruida por la codicia, la avidez y las piraterías de los editores, y, finalmente, el sentido mismo de los textos, comprados y leídos por lectores incapaces de entenderlos. Los aristócratas y los eruditos preferían la circulación manuscrita de las obras porque destinaba los textos sólo a los que podían apreciarlos o comprenderlos, y porque expresaba la ética de obligaciones recíprocas que caracterizaba tanto la urbanidad nobiliaria como las prácticas intelectuales eruditas".
La resistencia al cambio fue sustantiva. El apego a los manuscritos, ¿ acaso no nos recuerda a actitudes actuales de aquellos que tiene una actitud cerrada de oposición a los cambios electrónicos en materia de soporte de los libros? Aunque es bueno reconocer que muchas personas que no tienen el hábito de la lectura lo que están desarrollando es una actitud tipo moda y de ignorancia total al creer que las bibliotecas y con ellas lo libros y revistas van a dejar de existir porque basta poseer una computadora e Internet para tener todo lo que uno desea saber. Mario Bunge en un magistral conferencia "Tres mitos de nuestro tiempo: Sociedad virtual, globalización igualamiento socio-económico por obra de la red electrónica y del libre comercio" realizada el 22 de mayo de 2001 y que la Universidad Inca Garcilaso de la Vega la ha publicado en su revista Argumentos y Novedades (Lima: Universidad Inca Garcilaso de la Vega, Año 3, N° 3, abril 2002; pp.173-189) al referirse al mito de la sociedad virtual señala que según esta utopía, entre otras cosas "… las aulas se convertirán en talleres en que cada estudiante estaría frente a una pantalla sin ver a sus instructores, ni interactuar con sus padres salvo a través de la pantalla. Mejor aún, las aulas desaparecerían, y todos aprenderíamos sin salir de casa, las bibliotecas serían desplazadas por internet,…" Las personas que sostienen esto (creen sería el mejor calificativo) son, por lo general, aparte de la utopistas, por lo general de nivel cultural que deja mucho que desear, que siempre han tenido pereza intelectual y no han leído o han leído por obligación, que ya sabemos que no es verdadera lectura y consideran que internet es la no-lectura, el no-libro, con lo cual demuestran su total ignorancia sobre lo que es realmente o lo que potencialmente significa internet. Son personas incapaces de comprender lo que son ahora las bibliotecas y mucho menos pueden apreciar el significado cultural de la nueva Biblioteca de Alejandría que ha vuelto abrir sus puertas el 16 de octubre del 2002.( Tras casi dos milenios de ausencia, la apertura de la nueva Biblioteca de Alejandría es un acto de coraje y esperanza del gobierno egipcio y de la UNESCO, sus principales mecenas. Su monumental edificio tiene capacidad para 8 millones de volúmenes y alberga, además, un centro de conferencias para 3200 personas, un planetario y cinco institutos de investigación entre los que se encuentran la Escuela Internacional de Estudios en Información, el Laboratorio de Restauración de Manuscritos Raros y un centro de Estudios del Internet que ya ha permitido que algunos de los 10.000 manuscritos y libros raros de la rica colección de la biblioteca hayan sido digitalizados).
Pero volvamos al punto de lo que implicó la resistencia a la imprenta y a la divulgación cultural. En el citado trabajo de Roger Chartier leemos "No abandonó el lector moderno los manuscritos. En las casas aristocráticas, la advertencias y consejos que los nobles componían para sus hijos conservaron una forma manuscrita que, a la vez protegía su secreto o privacidad y permitía la incorporación de correcciones o adiciones. Pero más allá del ámbito nobiliario, la lectura de los textos manuscritos se mantuvo durante toda la primera Edad Moderna".
Uno de los aspectos que se le critica a la nueva tecnología de la informática, de la expansión incontenible de internet con relación a los vínculos interpersonales, es que, a semejanza de lo que en su época se le criticó al libro, internet según sostienen algunos, crea una relación adictiva con referencia a un objeto, en este caso la computadora y que por ello se corre el riesgo de generar personas que rompen vínculos con sus semejantes, para volverse casi autistas. ¡Nuevamente la novofobia y el avizorar futuros apocalípticos!
Sin embargo ello no es todo lo trágico con lo que se suele pintar. Un trabajo bien meditado, elaborado a través de la red por Máximo Lameiro y Roberto Sánchez, titulado "Vínculos e Internet. Investigación cualitativa acerca de nuevas formas de vincularse" (cuya metodología de trabajo fue a través de la red por dos personas que no tenían relación física directa), estudio que data de abril de 1998 y que puede leerse en http://www.campogrupal.com/vinculos.html, nos permite una aproximación muy certera sobre esta problemática. Ellos señalan que el primer acercamiento a internet no tiene, por parte de los que se inician en su uso, un propósito definido, sino que obedece a una suerte de curiosidad intelectual, para saber de qué se trata esa cuestión del ciberespacio y que una vez satisfecha esa curiosidad quedan como usuarios de internet fundamentalmente por la dimensión interpersonal de internet (chat y e-mail) y no así por su poder informativo. "En este sentido Internet desborda la función puramente utilitaria de proveer información para convertirse en un instrumento que acerca a las personas, permite su comunicación y el establecimiento de vínculos duraderos entre ellas". (Op. cit) . Lo novedoso es que el ciberespacio resulta un medio liberador en la medida que el vínculo interpersonal no es cara a cara, la persona se torna como invisible y queda expresada sólo en palabras. Como dicen los autores citados: "Así podemos ser sin ser vistos y podemos establecer una relación con el otro sin verlo".Esta invisibilidad en la relación interpersonal permite que se puedan reprimir y a la vez aflorar aspectos de la personalidad, porque no existe el freno que significa una relación directa (cara a cara). Por esto es que los citados autores adelantan, como una de las hipótesis que manejan la referente a que "toda persona que interactúa en el ciberespacio desarrolla una nueva personalidad que puede diferir desde un grado mínimo a un grado máximo con su personalidad del espacio habitual de su experiencia cotidiana". Probablemente, nos dicen Lameiro y Sánchez, la supuesta "deshumanización" o "irrealidad" de los vínculos interpersonales a través de internet se deba al hecho de que los usuarios tienen una experiencia aún corta de esta nueva realidad y muy presumible las nuevas generaciones de usuarios aprenderán este nuevo modo de relación (in absentia del cuerpo) con mayor "naturalidad". Por todo ello es que el correo electrónico y el chat constituyen los aspectos más importante para la casi totalidad de usuarios de internet. El correo electrónico tiene, por el hecho de ser una comunicación off-line, una ventaja sobre el teléfono, que es una comunicación on-line. El teléfono no da tiempo para una adecuada reflexión, cosa que sí se obtiene en las relaciones y comunicaciones vía e-mail, que posee una estructura diferida en la comunicación. El chat, en cambio, se asemeja al teléfono en su carácter "on-line", es decir la comunicación es en tiempo real y la respuesta tienen que ser inmediata, lo cual le quita la reflexividad que da el e-mail, aunque sus usuarios constantes señalan como ventajoso la inmediatez del intercambio, así como el hecho de poder participar en el «chateo» varias personas a la vez, lo cual tiene que ver con el carácter lúdico que se da en el hábito que adquieren algunos usuarios de la red, fundamentalmente jóvenes. Una investigación internacional sobre el impacto de Internet en los jóvenes, a cargo de investigadores de Francia, Canadá, Suiza, Bélgica, Italia, Italia, España y Portugal, con chicos de entre 12 y 17 años, llegó a la conclusión de que los jóvenes prefieren el chat al correo electrónico, navegando en forma solitaria, o a veces con un hermano o un amigo, pero raramente en familia, ven más a Internet como un divertimiento que como una herramienta de trabajo y tienen la tendencia a volver sobre un reducido número de sitios conocidos, antes que aventurarse a explorar nuevas posibilidades.
Otro aspecto que atrae a los jóvenes son los juegos cada vez en mayor cantidad y muy sofisticados al cual pueden tener acceso vía internet. De esta manera nos encontramos con que los niños y los jóvenes, y también muchos adultos, acceden a Internet no para aprovechar toda la descomunal fuente de información que ella nos puede brindar, sino para establecer vínculos interpersonales y para distraerse, e incluso para acceder con una facilidad nunca antes dada a la pornografía.
¿Pero ello descalifica a internet? Por supuesto que no, puesto que con los libros, revistas y periódicos (medios que utilizan como soporte el papel) sucedió y sucede algo parecido. Es innegable que mucho de lo que se edita y lee (que es realmente poco) es material literario de escaso valor cultural. Más se publica y lee en función de la simple y trivial distracción. Muchos de los libros y autores que se ponen de moda, o que los ponen de moda, a semejanza de cómo se hace en otras actividades (cantantes, por ejemplo) son de escasísimo valor real. Pero debemos ser comprensivos y entender que el interés principal del mayor porcentaje de seres humanos es eminentemente hedónico, y que ello se satisface a través de lecturas que solo distraen, en el mejor de los casos. Lo malo de esta tendencia es que cada vez se lee menos y cada vez se deteriora o se devalúa el contenido de las publicaciones.
Podemos comprender con claridad que internet no pone en peligro el libro, porque ya hemos señalado que lo medular es la escritura y la lectura. Que el libro sea de papiro, pergamino, papel o electrónico es lo accidental. Lo esencial es la escritura y ella exige, necesariamente, un soporte, salvo que pretendamos volver a la etapa de la oralidad. Como dice Armando Petrucci en "Leer por leer: Un porvenir para la lectura": "¿Cuál será en el futuro próximo la actividad de la lectura de los hombres?, ¿cuánto se extenderá socialmente y sobre qué tratará?. ¿Qué importancia y qué funciones tendrá en la sociedad?, ¿la demanda de la lectura crecerá o disminuirá?. Y cómo se comportarán con respecto a esto las diversas áreas socioculturales del planeta? Y, por último, es verdad lo que se ha afirmado recientemente, es decir que «la actividad de leer se retrae en la misma medida en que la operación de leer se universaliza»?"
Petrucci nos dice que es en los Estados Unido donde se da la más clara diferencia entre una cultura juvenil mediática, volcada en la música rock, el cine, la televisión y los juegos electrónicos y que deja en segundo plano la lectura, limitada esta a obras de narrativa contemporánea y sobre todo de ciencia ficción y tebeos; y una cultura juvenil tradicionalmente cultivada, que se basa en la lectura de libros, en la asistencia al teatro y al cine de calidad, en escuchar música clásica y en el uso complementario de las nuevas tecnologías mediáticas". El lado opuesto de esta medalla, según nos los señala Petrucci, es el Japón. Dicho país posee la más grande concentración de lectores «experimentados», a lo que corresponde una industria editorial que produce casi cuarenta mil títulos al año, con una tirada total de cerca de mil millones y medio de ejemplares y que cuenta con unas cinco mil empresas editoras. Es un país con lectura generalizada debido al prestigio de la escritura y porque el japonés considera un deber el estar informado y formado por la cultura escrita y donde, además, el prestigio de las escuelas y la universidades está fuera de cualquiera duda.
5. LOS DISCOS ÓPTICOS: CD ROM Y DVD
Los discos ópticos son aquellos que tienen capacidad de almacenamiento binario. Son «leídos» por un lector óptico. Los CD (Compact Disc) son aquellos que son utilizados para almacenar audio (fundamentalmente música hasta 74 u 80 minutos). Son los CD de música que compramos y que tienen esa duración como máximo y que pueden ser reproducidos en los equipos de sonidos convencionales. Sin embargo cuando son procesados para ser utilizados en las computadoras los CD se convierten en CD ROM (Compact Disc Read Only Memory) y su capacidad se potencializa de tal manera que en un solo CD se pueden incluir una gran cantidad de audio, además de textos, imágenes, vídeos y animaciones. No hace muchos años atrás aparecieron los que en un primer momento fueron llamados los POWER CD, definidos como un producto mixto que podía ser reproducido tanto en un lector de CD Audio convencional como en un lector de CD Rom, que tenía una pista de datos (no reproducible en equipos de sonidos) que el usuario que no tenía computadora no debía utilizar (el equipo de sonido no reconocía la pista de datos como no ejecutable) y esto convertía al POWER CD en un producto mixto que podía ser utilizado como un simple Compact Disc convencional o como un CD Rom. Pero al poco tiempo aparecieron POWER CD cuya pista de datos es obviada por los equipos de sonidos los cuales solo ejecutan las pistas con música, es decir que el sistema denominado Extra CD no obliga a saltar ninguna pista especial cuando se utiliza un lector de CD Audio Este tipo se emplea en los CD relacionados con música clásica, sus autores e intérpretes. Los CD aplicados solo al sonido aparecieron en 1982
Igor Galo en su "Diccionario de Internet" (Madrid: Acento Editorial, 2001) define el CD-ROM como el "Disco capaz de almacenar texto, sonido, imágenes o cualquier tipo de datos. Es uno de los principales soportes de la revolución multimedia dada su gran capacidad de almacenaje, hasta 700 Megas de memoria…"(Op. cit.; p.24)
Un CD-ROM constituye un libro electrónico, con la ventaja de no sólo tener texto e imágenes, como en los libros en papel, sino que además permite incluir sonidos, vídeos, animaciones y películas, aunque la calidad de reproducción de imágenes no es de óptima calidad, sobre todo cuando se incluyen fragmentos de vídeos y películas. Esta limitación se ha solucionado con el nuevo disco óptico, el DVD (Digital Versatile Disc),
que presenta dos tipos: DVD-RAM, que permite la grabación y borrado de datos informáticos de forma repetida y el DVD-ROM con información grabada que no puede ser borrada ni modificada. El DVD cuyo origen se remonta recién a 1995, tiene, entre otras, una característica que lo hace superior al CD-ROM ya no sólo en cuanto a reproducción de imagen de altísima calidad, sino en cuanto a cantidad, porque permite almacenar 25 veces más información que los CD-ROM actuales. Un CD normal admite unos 700Mb, mientras que en cada una de las capas o sustratos del DVD (el CD posee una sola cara y una capa donde grabar, en tanto que el DVD puede llegar a tener dos caras, cada una de ellas con una o dos capas de sustratos) caben casi 4,5 Gb, es decir un total, en sus 4 sustratos, de 17 Gb. Si el CD nació para reproducir música, el DVD lo hizo para reproducir películas, sin embargo muy pronto ambos tipos de discos ópticos mostraron las posibilidades fabulosas de permitir libros de soporte magnético.
En poquísimo tiempo nos hemos ya familiarizado con estos libros electrónicos, que tiene la ventaja, entre otras cosas, de comprimir miles de páginas en uno o unos pocos discos. Quién se iba a imaginar, por ejemplo, que la Enciclopedia Británica, para citar una obra tan valiosa y famosa, iba a necesitar tan solo 3 cm x 14 cm de espacio para su ubicación (y ello considerando el estuche de cada uno de sus 3 CD). Lo propio podríamos decir de la Enciclopedia Encarta que en su versión 2002 emplea 4 CD. Innegablemente esto constituye una gran ventaja, porque, como dice Fernando Savater, muchas personas nos hemos hecho de bibliotecas que no caben en nuestras casas, de tal manera que vivimos en bibliotecas en la que metemos algunos muebles. No sé, por ejemplo, dónde pondría todos los volúmenes de la Enciclopedia Británica y la Enciclopedia Encarta 2002. Como son obras de consulta y no libros para ser leído de un solo aliento, resultan también muy prácticas para su consulta y, por otra parte los hipervínculos constituyen una herramienta utilísima que permite saltar de un texto a otro pero sin perder, por lo general, el tema que motivo la consulta. Qué alivio el poder ahora disponer de toda una enciclopedia de 30 o más volúmenes, fácilmente ubicables en espacios de pocos centímetros. Es por ello que se considera que en el futuro las obras muy voluminosas (enciclopedias, por ejemplo) van a ser presentadas por los editores y preferidas por los lectores en formato magnético, aunque por un tiempo no tan corto van a se presentadas en el formato tradicional y en el magnético, repitiéndose lo que ocurrió en la fase primera del libro impreso, el cual convivió, por algún tiempo, con los manuscritos.
Pero no solo será este tipo de obra de característica voluminosa (por abarcar o pretender abarcar todo el conocimiento humano en sus más variadas expresiones) sino, como ya se ha hecho, se va poder disponer de las obras completas de un solo autor y ello en un solo CD y una colección de autores en unos pocos CD, para no hablar de la gigantesca capacidad de los DVD que van a poder permitir incluir ya verdaderas bibliotecas.
Otra gran ventaja de los discos ópticos es la facilidad y practicidad de su utilización. Imaginemos la utilización del Diccionarios de la RAE (Vigésima primera edición), en su formato de CD, que brinda no sólo la facilidad de digitar la palabra cuyo significado se quiere buscar y con un clic en el «mouse» o un «enter» tener de inmediato el resultado (lo que ya teníamos y seguimos teniéndolo a través de internet (http://www.rae.es) sino que además permite otros aspectos tales como diccionario inverso, búsqueda de formas complejas, árbol de lenguas (con todas sus ramas y subramas), árbol de categoría gramaticales, árbol de usos (tanto por el ámbito geográfico como por el de materia y nivel), así como también el árbol de operaciones avanzadas. Sin embargo para una consulta simple considero que es más práctico los dos tomos tanto de la edición vigésima primera y vigésima segunda (de esta última se hace hecho una cuidadosa edición económica en 10 tomos, que era muy necesaria para hacer posible que más amantes de los libros puedan adquirir obra tan importante.
Asimismo otra gran ventaja de estos libros en soporte magnético (CD-ROM) es el poder interactuar con el libro. Veamos un ejemplo recurriendo al excelente trabajo realizado por Discovery Multimedia, en formato de CD-ROM «El Nilo: Un Viaje por Egipto» donde a bordo de un falucho y con una guía de voz muy agradable, hacemos un viaje a través del Nilo, llevando un diario y una cámara fotográfica para tomar fotos a lo que uno desee y poder guardarlas en el diario. En ese diario uno puede hacer anotaciones en base al grado de conocimiento que se posea y que las imágenes que se van viendo le sugieran, para después poder ser aprovechadas o como un simple pasatiempo lúdico. Pero también queda la posibilidad de limitarse a un simple paseo por el Nilo y las maravillas del Egipto antiguo, porque el CD permite aprovecharlo sin previa instalación en el disco duro de la computadora, pero en este caso ya no se puede utilizar el diario de a bordo. El CD trae, además, para niños y jóvenes (en realidad para todas las edades) juegos muy interesantes. La forma de aprender es realmente extraordinaria. Sin embargo debemos reconocer, por la experiencia en el campo educativo escolar, que a pesar de ser un material realmente maravilloso este y otra gran cantidad de CD-ROM, tal vez atraen en un primer momento al niño y al joven, pero como de lo que se trata (y aquí, valgan verdades, no es tan significativa la forma como se trate) es de cultura, y que ello exige leer o prestar atención al audio, a los cuadros, a los vídeos, etc., el niño y el joven que no tienen el hábito de leer por placer, pronto pierden interés en dedicarle el tiempo necesario. Pero si este tipo de material cae en manos de los que tienen el hábito de la lectura en el libro de papel, de inmediato se opera un gran interés y lo que es más importante, un interés sostenido, es decir un verdadero interés, que lo lleva a "leer" completamente este libro electrónico, tal como lo hace con el libro de papel. Veremos un poco más adelante, entre sus inconvenientes de los libros en discos ópticos el problema de su lectura, en cuanto se refiere a lo que en el hay de texto, cosa que también vale para los textos en internet. Pero antes de esto debemos reseñar otras grandes ventajas de los libros en discos ópticos.
Con relación a los libros en papel que utilizan fotos, como es el caso de libros donde el material fotográfico es muy importante por tratarse de obras de arte u obras de cualquier índole pero profusamente ilustrado, sabemos que dichas obras son relativamente muy costosas y por lo general fuera del alcance de las personas de recursos económicos medio, a pesar de que muchas de ellas son editadas bajo las auspicios de instituciones empresariales, lo cual baja el costo, pero aún siguen siendo alto. En cambio contamos con CD-ROM originales (la piratería de CD-ROM y DVD al igual que la de los libros, cosa que no es solo de estos tiempos como algunos piensan, es muy grande y con implicancias que reseñaremos muy brevemente más adelante) que son de precio muy módico y que realmente fue muy difícil que alguien se imaginara que pudiera hacerse realidad y sobre todo al alcance de un público muy amplio. Me estoy refiriendo por ejemplo a los libros de arte, específicamente a CD-ROM dedicados a los Grandes Museos de Europa editados por E.E.M.E. ACTA., incluso presentados en estuches de 14cm x 19cm x 1cm, que semejan a un libro y que pueden ser guardados en un estante conjuntamente con los demás libros de formato pequeño. Lo propio ocurre con la Pinacoteca Universal Multimedia de FG EDITORES S.A.
No puedo dejar de referirme al mencionar CD-ROM dedicados al arte a una obra excelente no solo por tratarse del Museo del Louvre sino también por la avanzada tecnología utilizada. Me estoy refiriendo a «Le Louvre visite virtuelle» de Dominique Brisson, en 3 CD-ROM (Collections et palais 1997, les Antiquités1998 y visite virtuelle 1999), una copublicación y coproducción de Montparnasse Multimedia-Réunion des Musées Nationaux, de la cual también existe versión española de 1998, en un solo CD (El Louvre colecciones y palacio), por supuesto también con la misma excelente calidad. En el caso de la versión francesa el CD-ROM de las visitas virtuales nos permite un recorrido a través de sus salas utilizando excelentes filmaciones. Para mayor comodidad de los usuarios la colección francesa de los 3 CD viene en un elegante estuche que permite ubicarlo al lado de los libros.
En el caso del Perú se cuenta con tres CD-ROM de una gran calidad: El Señor de Sipán, Los Incas de María Rostworoswski (que también se encuentra en internet) y Chavín de Luis G. Lumbreras, que los mencionamos en estas líneas por la gran cantidad de material fotográfico, vídeos y animaciones y en el caso de El Señor de Sipán por el empleo magistral de los recursos más avanzados de la multimedia para hacernos conocer vívidamente este sensacional hallazgo arqueológico. Los tres CD mencionados cuentan con los auspicios de Telefónica del Perú. También son muy importantes la Gran Historia Interactiva del Perú, que consta de 7 CD Roms así como también Todo Perú, enciclopedia multimedia en 10 CD Roms, ambas preparada por "El Comercio" de Lima. Esta última cuenta en cada CD con juegos educativos muy atractivos. Asimismo es muy importante «Explorando las culturas Preincas» (D&D Advertising, 1998), editado para navegar por el Antiguo Perú como si se estuviese conectado a Internet y sin exigir instalación en el PC. Cuenta, además, con valiosos enlaces a Internet.
Todas estas y otras muchísimas ventajas más de los CD-ROM ha llevado a que algunos lo califiquen como "The New Papyrus ", refiriéndose a aquel soporte milenario del mundo egipcio, que constituyó un soporte dúctil de la escritura ampliamente utilizado en la antigüedad y en buena parte del alto medievo.
Mencionábamos que uno de los inconvenientes de los libros electrónicos es el referente a su lectura en el monitor o pantalla de la computadora, que tiende a producir muy rápidamente fatiga ocular. Además de que la lectura es similar a la lectura de los rollos, porque hay que ir "desenrollando" para que el texto y todos los medios de multimedia utilizados vayan apareciendo a nuestros ojos. Lo común es que se pueda leer textos breves, pero cuando es material relativamente extenso lo que se hace es imprimir el material o «bajarlo», muchas veces copiando en word, para luego configurar la página, establecer el formato y la fuente, transformar tablas en texto y de esta manera imprimirlo y poder leer con comodidad y con la posibilidad de hacer anotaciones, así como también para poder ubicar con facilidad los datos que se requieren y que son fácilmente identificables, porque las hojas de papel resultan mucho más manejables que los textos en el monitor, por lo menos hasta el momento, porque ,como veremos un poco más adelante, nuevas innovaciones están brindando una mejor interfaz entre usuario-computadora o usuario-nuevos sistemas de presentación de información en línea. Recordemos que en 1995 Negroponte, en su obra que hemos mencionado, escribía: «…,en el mejor de los casos la interfaz actual es rudimentaria y está muy lejos de ser algo con lo que uno desearía irse a la cama.» (Op. cit.; p.25).
Además, los materiales que se encuentran sobretodo en internet, por lo general, suelen presentar muchos errores gramaticales (ortográficos y de sintaxis) muy chocantes para las personas acostumbradas a la lectura de libros y revistas, donde también se deslizan dichos errores, pero en una escala muy pequeña. Muchas veces uno se ve obligado a grabar lo que nos brinda Internet en el formato que aparece, para luego vía Front Page hacer las modificaciones necesarias y terminar luego imprimiendo para su lectura. Por supuesto que este hecho tiene de positivo (¿siempre?) el que se puede interactuar en el mundo informático, consiguiendo subsanar los errores que se hubieran podido escapar, Aunque, se nos informa, se está generando el problema de la propiedad intelectual, lo que se agrava porque algunos internautas no saben como consignar los datos conseguidos en Internet y, otras veces, en la red no figuran datos que permitan identificar al autor de un texto, salvo en casos como www.monografías.com donde, como debería ser la regla, todos los trabajos tienen consignados sus autores y en algunos casos estos consignan su especialidad o si pertenecen a alguna institución educativa o profesional, lo cual tiende a dar un poco más de confiabilidad a la fuente consultada por el internauta, auque lo único seguro es la lectura y su análisis crítico a partir de lo que uno ya conoce y contrastando fuentes, tal como se hace con las fuentes escritas en soporte tradicional. Además los autores de los trabajos consignan su e-mail, lo que facilita trabar contacto con ellos, lo cual resulta útil si uno desea conocer más acerca del tema desarrollado o el hacerle llegar comentarios o inquietudes.
Frente a este inconveniente (lectura en la pantalla del monitor) sin embargo tenemos que reconocer que existen CD-ROM que han sabido sortear esta dificultad. Es el caso de «Grandes Inventos: Ciencia, Tecnología e Historia de las cosas que nos rodean» (Santiago de Chile: UNLIMITED S.A.,1996), que hace uso del audio para las explicaciones, de tal manera que el usuario logra un conocimiento muy bueno (a nivel de niños y jóvenes) observando en forma muy activa y escuchando acerca de los grandes inventos, vía los parlantes de la computadora.
En cambio, si bien es cierto que la excelente Enciclopedia Encarta tiene una opción de lectura de textos, ya del artículo completo que se está consultando o del texto que el usuario selecciona sombreándolo, sin embargo la versión española de esta enciclopedia tiene una voz femenina, que a pesar de las modulaciones que permite la opción de leer, no es agradable al oído. Esto me parece que es fácil de solucionar, porque en diversos CD ROM que conozco, la voz utilizada en el audio resulta agradable al oído, como tiene que ser para poder concitar la atención. Un ejemplo de cómo se ha utilizado el audio lo más adecuadamente posible lo apreciamos en «Civilizaciones Antiguas» de Microsoft Home, donde encontramos diversas voces, masculinas y femeninas, en la opción de exploración de las culturas egipcia, griega y romana mediante guías, los cuales adoptan la personalidad de un determinado personaje de esas culturas, en atención al estatus social que tuvieron. Lo propio en todos los CD-ROM dedicados al arte en los cuales las explicaciones a través del audio son impecables. Estas explicaciones no solo se dan en los CD-Roms dedicados a las artes visuales (escultura, pintura, etc) sino también en las obras musicales, como es el caso, por mencionar solo dos ejemplos, de Beethoven’s 5th , en español, (©1994 InterActive Publishing Corp. Program) y la colección Clásicos Imprescindibles (Planeta DeAgostini S.A. , 2000)
También considero muy importante destacar la gran calidad del CD-ROM "Grandes batallas de la II guerra mundial" (Ediciones Dolmen S.L. 2001; 10 CD) que hace uso de toda la técnica multimedia para presentar en forma interactiva este hecho trascendental de la historia contemporánea, presentando mapas interactivos, fotos, vídeos con animaciones que recrean diversas etapas del desarrollo bélico de la guerra en un forma muy ceñida a la realidad histórica. Presenta la parte de contenido temático a similitud de un libro abierto mostrando las dos páginas con su respectiva numeración correlativa, haciendo posible avanzar y retroceder utilizando el mouse. El texto presenta su respectivo índice interactivo y ya dentro del texto se hace uso de hipervínculos a textos e imágenes. La voz que se utiliza en los relatos presenta una adecuada modulación y un timbre agradable, lo cual es muy importante, como ya lo hemos señalado, cuando se hace uso del audio dentro de la oralidad del contenido de un CD-ROM. A similitud de cualquier libro presenta su bibliografía básica, de la cual sólo extrañamos que no se haya incluido Links de Internet referentes a este hecho histórico debidamente seleccionados, tal como se hace, por ejemplo, en «Historia de la Literatura Universal» (Alphabetum Multimedia 2000; 4 CD-Roms), que presenta una selección muy importante de links de Internet en el campo literario considerando en forma alfabética los escritores más importantes de la literatura universal de todos los tiempos y no sólo brinda la respectiva dirección sino que además proporciona una breve referencia a la webpage respectiva, con lo cual se orienta en la investigación al internauta permitiéndole navegar por caminos seguros y a partir de allí emprender los atajos que se desee o incursionar por nuevos caminos. Esto es uno de los grandes méritos, entre otros, de esta Historia de la Literatura Universal, que también consideramos muy valiosa. Detengámonos aquí en lo referente al análisis de los CD-Roms porque podríamos extendernos demasiado refiriéndonos a otros excelentes CD que existen.
Lo referente al audio en los CD-ROM nos lleva a los llamados «Libros Hablados Digitales" que tratan de sortear el problema señalado del cansancio visual al leer en una pantalla. Existen realmente dos enfoques diferentes frente a este relativo problema de la lectura en pantalla. Uno usa la voz para facilitar la lectura, es decir, cambia la vista por el oído para evitar el cansancio visual que produce la lectura de la pantalla de la computadora. El otro enfoque busca mejorar la imagen que ve el usuario de forma tal que la actividad de leer el texto sea cómoda y agradable gracias a la calidad de la imagen que se visualiza. Estos dos enfoques no son excluyentes y pueden ser usados de forma complementaria, aunque todavía no hay productos que los combinen. Es posible que las mejores soluciones se consigan al final, con el uso combinado de vista y oído para hacer que la lectura de textos digitales sea un placer, pero en estos momentos ninguno de estos dos enfoques ha conseguido, usándolos por separado, alcanzar la aceptación generalizada que tienen los textos impresos.
«… puedo imaginarme un futuro sin libros de papel, pero no sin libros ».( Juan Cruz,
director de la Editorial Alfaguara).
«Uno, ante estos augurios, se queda perplejo. No puede concebir un mundo en el que todos los libros quepan en un solo tomo, ni sabría renunciar a la individualidad de la obra, ni querría aceptar la inexistencia física de El cuarteto de Alejandría . Pero las ventajas prácticas del e-libro son tan apabullantes, que no habrá metáfora cultural que se resista. Y, el futuro, oiga, no hay quién lo pare ». (Tomado de un chat de la Red, moderado por Ramón Buenaventura)
"El camino que se nos ofrece no es tan sencillo como nos lo presentan los «misioneros digitales»" ni tan simple como lo consideran los «bibliófilos tradicionales»"
"… Estoy seguro de que las nuevas tecnologías volverán obsoletos muchos tipos de libros … " (Umberto Eco)
Carlos Sáez en su trabajo citado «El libro electrónico» nos dice: «En primer lugar, el llamado papel digital, un descubrimiento del Instituto de Tecnología de Massachusetts cuyo director, Nicholas Negroponte, comenzó a darle publicidad hace ya algunos años. Este invento hace posible la fabricación de libros iguales a los de siempre, con su mismo tacto, peso y olor, pero que poseen las cualidades de una pantalla de ordenador. Asimismo, pueden adoptar la forma de periódicos que se materializarán en una pantalla plana recargable que evitará el uso del papel. Cada nuevo día tendremos acceso desde ellas a las noticias que los editores pongan en circulación». Estos libros son los llamados e-book (electronic book) y comenzaron a comercializarse a finales de 1998. Sáez nos informa que diversas empresas americanas y japonesas han lanzado o pretenden lanzar al mercado un objeto, del tamaño y forma de un libro convencional, que no esconde sino un ordenador de pequeño formato dotado de una o dos pantallas, equivalentes a una o a las dos páginas que un lector ve en un libro abierto, en color o blanco y negro, por las que pueden pasar con absoluta fidelidad las páginas de un libro, incunable o manuscrito, de una revista o de un periódico que el usuario pueda descargar a su gusto, eso sí, previo pago de un canon en concepto de enlace o suscripción (Sáez, Carlos. Op. cit.). Parece que estamos cerca de lo que Borges soñaba de un lector que puede tener a su disposición una inmensa biblioteca, con todos los libros imaginables, independientemente de donde se encuentren físicamente, porque han sido digitalizados y con ello se han convertido en ubicuos, es decir están en todas partes y a la vez en posesión de muchas individualidades..
En pocas palabras, aunque conceptualmente preciso, se puede definir al libro electrónico como un material digital de lectura. Su visualización más común es la pantalla del monitor de la computadora, ya sea en las de escritorio o las portátiles (laptop). Actualmente se pueden leer también, aunque su difusión es todavía muy reducida, en agendas electrónicas como las Palm y en dispositivos especiales ("eBook Readers"), diseñados específicamente para este fin, con una gran capacidad de almacenamiento (entre 1.500 y 500.000 páginas de texto) y la posibilidad de descargar nuevos títulos directamente desde Internet. En los Estados Unidos, cuna del "eBook", se está trabajando intensamente para ofrecer hardware y software asequible, seguro y fácil de utilizar tanto para los empresarios como para los consumidores. Estos esfuerzos parecen estar dando resultados: en Estados Unidos los "eBooks" están ya siendo utilizados por muchos profesionales, tales como abogados, médicos y farmacéuticos. Asimismo, las librerías americanas más importantes, como Barnes & Noble, ya están vendiendo programas de lectura y libros electrónicos. De hecho, los analistas esperan que el mercado para los eBooks y otros documentos electrónicos alcance los 70 mil millones de dólares (unos 61 mil millones de euros) en los próximos años. (Ver:«Breve historia del libro electrónico» http://virtualibro.com).
En la historia del libro electrónico 1971 marca un hito muy importante porque en ese año Michael Hart digitalizó la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos, enviándoles una copia al poco más de un centenar de usuarios que en ese momento tenía acceso a la red ARPANET, precursora de la actual INTERNET. Asimismo ese mismo año marca el inicio del gigantesco, ambicioso y maravilloso Proyecto Gutenberg, que es definido como una gigantesca biblioteca de obras clásicas, totalmente gratis, en las computadoras, vía internet. Actualmente esta biblioteca supera los dos mil títulos. En una entrevista concedida en 1996 Michael Hart señalaba como meta para el 2001 una gran biblioteca digital y gratuita, integrada por diez mil libros totalmente libres de copyright y que por lo tanto era un desafío a las leyes del mercado cultural, razón por la cual había que seleccionar primero para luego pasar a digitar, aquellas obras cuyo copyright había expirado. En 1996, fecha de la entrevista, Hart tenía 49 años, es decir lleva ya 25 años dedicado a su proyecto (lo comenzó cuando tenía 24 años y era aún estudiante universitario), sin un real apoyo oficial, salvo el que proviene de la Benedictine University de Illinois. Reconoce, en la citada entrevista, haber recibido donaciones individuales de dinero y el apoyo de empresas tales como Apple, Next, IBM, Microsoft, OmmniPage/WordScan, TextPert, Groliers, Hewlett Packard y Bell&Howell, así como de la Universidad de Illinois. Para la realización de este proyecto, Hart señalaba que contaba (en 1996) con unos setecientos voluntarios de diversos países: Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Países Nórdicos, Japón, Italia, etc. Para él fue una sorpresa saber que algunos de sus colaboradores no eran jóvenes de 18 años, como él suponía, sino profesores ya maduros.
Un aspecto muy interesante, desde el punto de vista pedagógico, es el concerniente al pensamiento de Hart con relación a los libros y a la lectura. Al planteársele su opinión y su posición con relación la lectura, considerando que los especialistas en educación señalan que ella no pasa necesariamente por soluciones de alta tecnología (high tech),sino mas bien tiene que ver con hábitos de conducta, relaciones familiares, valores, culturales, etc. Hart señala que el Proyecto Gutenberg, en realidad no implica alta tecnología. Que lo que él hace es poner a disposición de potenciales lectores, completamente gratis, una biblioteca totalmente a la mano. Que ello no asegura la lectura, es cierto, y él pone un ejemplo: «Tú puedes llevar un caballo al agua, pero no puedes obligarle a beber». Sin embargo es optimista con relación a los beneficios de su proyecto: "En cualquier caso, creo que habrá mucha gente que leerá y utilizará nuestros libros. Creo que los libros electrónicos son muy útiles para los estudiantes. A mí me hubiese gustado tenerlos cuando era un estudiante".Al preguntársele que haría al llegar a su meta de diez mil libros, respondió que tal vez la extendería a cien mil o un millón de libros y probablemente extendería el campo de acción a periódicos, revistas, música, cine, etc.
José Antonio Millán en su artículo "Biblioteca Universal. El proyecto Gutenberg y otras muchas iniciativas quieren llenar la red de libros" al referirse al proyecto de Hart, dice: "Es pues, un proyecto altruista, muy en línea de los primeros momentos de la Internet, cuando se creyó que era la herramienta idónea para difundir a todos la cultura (y a propósito: aún no se ha demostrado que no pueda ser así…)"
Hay otros proyectos de textos electrónicos, mencionados por J.A. Millán, como The Etext Archives, más dedicado a obras políticas y religiosas; The English Server, con textos de humanidades; Internet Public Library, The Naked Word, e incluso Project Bartleby, en memoria del escribiente de la obra de Melville.
En el interesantísimo artículo publicado por Sophie Boukhari, en el Correo de la UNESCO, de junio de 1999, titulado "La literatura mundial en la red" se nos informa que desde 1995 el estadounidense Eric Eldred, fundador de Eldritch Press, viene publicando en Internet clásicos de la literatura que han caído en el dominio público (libre de derechos), con el objetivo de lograr constituir una biblioteca virtual para los estudiantes de letras. Según Boukhari "En los últimos años, millones de páginas de textos de grandes escritores, historiadores, poetas y filósofos han entrado en Internet, después de haber sido escaneadas o, lo que es menos frecuente, mecanografiadas. Hasta ahora, las obras así numerizadas son las más de las veces clásicos anglosajones o productos de la cultura occidental traducidos al inglés. Es posible, por ejemplo, bajar de la Red a una computadora personal textos de Aristóteles, Oscar Wilde, Tolstoi, Víctor Hugo, algunos autores árabes, persas, chinos o el Kama Sutra. Ya no hay que moverse para ir a buscar una obra que uno puede además guardar, imprimir, anotar, explotar a su antojo o enviar a sus amigos…Individuos tenaces, pero también organizaciones no gubernamentales e internacionales, universidades y Estados están creando esas bibliotecas virtuales con libre acceso. El Proyecto Gutenberg y The Oxford Text Archive (OTA) aparecen como pioneros … Ciertas bibliotecas nacionales están empeñadas en una labor titánica: numerizar cientos de miles de textos e imágenes de sus colecciones. Las primeras en arrojarse al agua fueron la Biblioteca Nacional de Francia (BNF) y la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, explica Sonia Zillhardt, de la BNESCO. "Las demás se han lanzado sólo en los últimos tres años y suelen encontrarse todavía en una etapa experimental. Lo que falla a menudo es el financiamiento." Escanear una página cuesta entre 1 y 4 dólares, pero para numerizar colecciones enteras se necesitan millones. Lo más difícil, sin embargo, es romper la actitud conservadora de ciertas administraciones culturales, que entran en el ciberespacio a regañadientes".
Pero, como señala Sophie Boukhari, existen algunos problemas todavía insalvables, entre ellos la realidad de los países pobres donde la democratización de la cultura, y por ende el acceso a Internet, está muy lejos de hacerse realidad. Al respecto Boukhari, escribe:
«A primera vista, las bibliotecas virtuales son una bendición para los habitantes de los países pobres: les brindan acceso a la memoria del mundo, ampliamente concentrada en el Norte. Pero para ello necesitan además una computadora, una conexión a Internet y dinero. "En numerosos países en desarrollo, el acceso a la Red sigue siendo algo teórico y el costo de la comunicaciones internacionales es prohibitivo", recuerda Philippe Quéau, director de la División de Información e Informática de la UNESCO. "Recuperar textos en la Red toma tiempo y cuesta caro: varios dólares por hora, en África, por ejemplo." ¿Cabe concluir entonces que el acceso a la cultura en línea está vedado a los habitantes del Sur? No, siempre que se desarrollen dos tipos de servicios. Por una parte, creando en los países pobres sitios espejo [Copia local de un servidor original instalado en otro país] de las ciberbibliotecas. Por otra, estimulando la difusión de las obras en CD-ROM (cuyo costo de reproducción es inferior a un dólar). La UNESCO, que lanzó la colección "Pública", distribuirá pronto un CD-ROM sobre los grandes clásicos árabes. Pero le cuesta mucho hacer otro tanto con la literatura en francés. "Tropiezo desde hace dos años con la inercia de la administración francesa, que no quiere entrar en conflicto con las editoriales, aunque las obras que quiero presentar en CD-ROM pertenecen al dominio público", señala Quéau, que denuncia el debilitamiento solapado del dominio público en provecho de intereses privados, "sea ampliando la duración de los derechos de autor, sea sacando partido de la tecnología."» (http://www.unesco.org/courier/1999_06/sp/comm/intro.htm)
Si hasta no hace mucho había muy pocos libros en la red en idioma castellano, actualmente ha aumentado considerablemente, aunque está muy distante de lo que aparece sobre todo en inglés. Sin embargo no quiero dejar de mencionar la excelente Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Saavedra (http://cervantesvirtual.com/), donde podemos encontrar no sólo libros, algunas veces de una misma obra varias importantes ediciones, algunas muy bien ilustradas; sino también importantes artículos, discursos ( como el pronunciado, en 1905, por el Sr. Alejandro Pidal y Mon; Juan Valera, por encargo de la RAE con motivo del tricentenario de la publicación de El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha), etc.
Asimismo encontramos que algunas editoriales digitalizan obras o algunos capítulos de obras de su fondo editorial. Es el caso de la muy importante Biblioteca Digital del Fondo de Cultura Económica, Fondo 2000. Cultura para todos. (http://omega.ilce.edu.mx3000/index.htm) (http://omega.ilce.edu.mx3000/biblioteca/sites/fondo/2000/htm)
Esta biblioteca digital contiene capítulos muy interesantes de obras de autores muy prestigiosos y que abarca los siguientes campos: Biografías, Computación, Filosofía Política, Física, Gastronomía, Historia, Lengua y Literatura, Psicología y Tauromaquia. El número de obras dedicadas a la historia de México (FCE es una editorial mexicana) es bastante importante y de obras muy significativas.
No quiero dejar de mencionar en esta brevísima relación de bibliotecas virtuales a las cuales tenemos acceso los usuarios, en forma totalmente gratuita, (porque existen otras bibliotecas virtuales que permiten el bajar [«download»] los libros pero previo pago de dinero, que por lo general es económico si lo comparamos con el precio del mismo libro en papel), a una revista tan importante como es El Correo de la UNESCO (http://www.unesco.org/courier/index_en.html)
En el campo educativo se cuentan con importantes digitalizaciones de literatura infantil.
En los años 80 del siglo XX apareció el DYNA BOOK, un prototipo librario bastante distante del formato del libro tradicional, que se independiza de la computadora y que permitía «leer» los CD-ROM de manera cómoda como se suelen leer los libros tradicionales. En su folleto de presentación, leemos: "DynaBook puts the incredible power of CD-ROM into a compact 14’5"x 2’75" electronic book weighing a mere 16 pounds… DynnaBook makes reading from CD-ROM data as sitting down with a good book".
Dyna Book no era sino la expresión tecnológica en una pantalla LCD (Liquid Cristal Display) de simple lectura, liberada de la computadora (en aquella época todavía de tamaño grande) y conectada a ella como periférico necesario, que actuaba a manera de concentrador de información o discoduro. Era el Dyna Book una pantalla táctil transparente como un cristal y exenta de teclado. Utilizaba un "driver" CD-Rom con convertidor analógico digital. Tenía también posibilidades de audio. Uno de sus mayores logros era la interacción por tacto con la pantalla. Sin embargo el DynaBook se extinguió muy rápidamente, porque en el fondo era tan sólo un lector particular de CDs.
En 1981 aparece el Diccionario Electrónico Random House, considerado el primer libro electrónico disponible comercialmente. En 1986 los editores Franklin Electronic agregan un diccionario electrónico en un dispositivo del handheld, produciendo el primer libro electrónico.
Conocemos los intentos de la firma Sony a principio de los 90 (1992), con su Bookman; así como los de Franklin Electronic Publishers, que carecieron de popularidad porque el intento de leer, en pantallas no del todo adecuadas, como las corrientes de aquellos años, distaba mucho de las calidades de las hojas de cualquier texto o libro impreso.
Poco después, las firmas Canon, Fujitsu, IBM, JVC, Matshushita, Microsoft, Minolta, Ricoh, NEC, y la misma Sony, junto con otras varias empresas, emprendieron un proyecto que debería tener todas las condiciones adecuadas para, si no de forma inmediata, sí en un período relativamente breve, intentar una alternativa digital al modelo tradicional.
No son muchas, sin embargo, las patentes y aplicaciones que en los últimos años del siglo XX y comienzos del XXI se han acercado, en menor o mayor medida, al libro electrónico-digital ideal. Las más han mimetizado el modelo computacional en sus primeras experiencias para permitirle prácticamente las mismas virtualidades que posee la computadora. Quizá el persistir en la tendencia absolutamente obsesiva por seguir dependiendo de la computadora, como punto de partida por parte de las empresas que trabajan en este nuevo modelo, frustra las posibilidades de verdadera ergonomía libraria que ha hecho fortuna durante más de medio milenio. No obstante, como tales presentaciones constituirán la protohistoria del nuevo soporte, vamos a verla aunque muy esquemáticamente.
En octubre de 1998, en el foro de la 1ª Feria del Libro Electrónico, bajo el patrocinio del NIST ( National Institute of Standars and Technology ) celebrada en Gaithersburg, Medford, USA, fue presentada la denominada iniciativa Open eBook (OEB) .Tal iniciativa se basaba en un acuerdo de especificaciones sobre la estructura de un modelo universal que utilizara las normas html y xml. Se consideraba este paso como esencial, dadas las características del naciente mercado electrónico, a la hora de uniformar los formatos de edición, lenguajes, contenidos, iconografías, conectividad, etc… "La pronta adopción de un formato standard constituiría una piedra miliaria en el mundo de la edición ".
"La presente convergencia de las tecnologías hará finalmente viable la publicación digital y se presenta como un atractivo desafío ". Tanto las firmas SoftBook como Novo Media´s RocketBook adoptarán sustancialmente dicha expresión normativa .
Un prototipo que comenzaba a parecerse al libro tradicional fue presentado en 1998 por la empresa americana SoftBook Press, fundada por Jim Sachs y Tom Pomeroy. en Palo Alto, California. SoftBook Press Inc. es un líder en el emergente mundo del libro electrónico . Es una compañía cuyo objetivo es desarrollar la sociedad sin papel por medio de las extensiones SoftBook y SoftBook Network, aprovechando las prestaciones de INTERNET. Parte de la idea de que Book + Technology = SoftBook. Su apariencia, sin embargo, lo asemejaba al mismo libro, a pesar de tratarse de un modelo monopágina, protegido en este caso por una cubierta de piel. La información se incluye en el softbook por medio de flash cards que permiten un almacenamiento de hasta casi las 100.000 páginas (también puede cargarse el modelo vía red). Fue presentado como tal en la feria Seybold de San Francisco el 30 de agosto de 1999. El 18 de octubre de 1999, el Atheneum de Chicago premiaba esta idea con el premio del Museo de Arquitectura y Diseño. Estudiado en profundidad, dicho modelo se parece más a los desarrollados PDA ( Personal Digital Assistent ) que al sistema librario que pretende mimetizar. Su modelo más avanzado es el Palm Pilot de la firma 3Com. En septiembre de 1999 la firma presentaba la posibilidad de ofrecer por este sistema los medios Newsweek y Washintong Post, así como un grupo de revistas: Time, Fortune, Money, New York Times, etc.
En la misma línea se encuentra el Rocket eBook ideado por los consultores californianos Martin Eberhard y Marc Tarpenning, a partir de 1996. Consiste este libro electrónico en una pantalla manejable con una mano, y que puede contener unas 4.000 páginas, o sea alrededor de 10 novelas normales. El Rocket ebook contiene en el sangrado de su pantalla un programador de sistema de visualización; un orientador de página, que permite leer en sentido vertical y horizontal en la pantalla; una barra de navegación, con un indicador de la situación corriente de lectura, con respecto al texto total; un localizador índice de títulos y un menú de opciones como: marcado de página, subrayado, notas, etc.
Otro modelo de esta misma firma lo constituye el denominado Everybook, de Daniel Munyan, en el que se obvian las carencias ergonómicas de la pantalla única, y se inclinan por la más aparente de la doble pantalla -doble página- ligada al libro tradicional. El diseño y concepción del Everybook es radicalmente diferente al de otros libros electrónicos. Cuando se abre el periférico de lectura ( libro ) aparecen dos páginas similares a las de un libro impreso, en las que puede desplegarse cualquier libro, así como periódicos, revistas, etc…. Fue creado por la empresa Everybook Incl. fundada por Daniel E. Munyan en 1995. Este modelo supone un salto entre los modelos computacionales y el mismo libro en sí. Puede ser utilizado por estudiantes, profesionales y por el público en general. "Este libro electrónico recoge toda la sensibilidad del lector acerca del libro tradicional, y permite el almacenamiento masivo, acceso rápido a cualquier información, y servicio en tiempo real ".Resuelve, mejor que otros modelos, los problemas de: transportabilidad, producción, distribución, ecología, etc
Sin embargo todos los modelos enunciados hasta aquí -que constituyeron el consorcio Novo Media- no han tenido en principio el éxito deseado, además de por su precio considerable, porque no dejan de ser una cierta transformación del ordenador más sofisticado, y por ende su peso es desproporcionado como para ser manipulados con relativa facilidad.
Otro de los grandes proyectos de libros electrónicos es el del equipo del Dr. Joseph Jacobson del MIT (Massachusets Institut of Technology), que tiene la ventaja de pretender brindarnos un libro electrónico que en apariencia es exactamente igual que un libro cualquiera de hojas de papel y tapas duras, excepto por un par de botones que lleva en el lomo. Basta pulsar uno de ellos y en pocos segundos en sus más de 200 páginas aparece impreso el texto. El modelo del año 1999 se basa en un nuevo pigmento, la denominada tinta electrónica: millares de partículas esféricas sensibles a la corriente eléctrica, blancas por un lado y negras por el otro, en la proporción de 250.000 por pulgada. Esa tinta, extendida por un papel especial, en contacto con unos microscópicos hilos, se activa de tal manera, que ofrece un texto similar al producido en el mismo papel por un procedimiento de impresión tradicional, e incluso de un contraste mayor al de la impresión láser. El correlativo movimiento de las esferillas activadas producirá otra página de texto, y así sucesivamente. Por otra parte la capacidad de almacenamiento del sistema es muy grande, ya que se puede cargar desde una computadora, una tarjeta o un disco óptico de alta densidad. Posee también la virtualidad de interactivar el contenido del texto con imágenes en movimiento, u ofrecer cortos independientes. Limitaciones, las tiene y muy considerables: además del alto precio por ejemplar -lo cual tiene su compensación a nivel de sus innúmeras posibilidades secuenciales de uso-, nos encontramos frente a un sistema excesivamente sofisticado y que necesariamente, según el proyecto, precisa de un disco duro, que aunque permita realmente -dada la capacidad actual de los mismos- transportar una biblioteca entera, no podrá eludir el alto BER ( Bit Error Rate ) que produce cualquier periférico de este tipo, amén de su peso y fragilidad. Pero será el tiempo el que discrimine entre los sucesivos modelos.
El sistema Sagredo-Hidalgo.( Patente P9801927 ) pretende también un libro electrónico que tenga las virtudes del libro tradicional y supere los inconvenientes de los libros electrónicos hasta el momento diseñados. El propio Sagredo, especialista que realmente nos iluminó muchos conceptos que no teníamos suficientemente claros acerca de los e-books y a quien venimos citando, señala que la diferencia esencial de este modelo con los anteriores, reside en que se desprende del contexto computacional en gran medida, para confeccionar un prototipo cercano al libro en su apariencia, y muy próximo a su vez, a los soportes más avanzados de información, ya que al fin y al cabo el libro no deja de ser un soporte de información. No se trata en él de expresarse en modos de computadoras más o menos perfeccionadas. Importa sobre todo extraer toda la rentabilidad de una pantalla universal de alta definición, como las que existen hoy en el mercado, y convertirla en hoja iluminada sucesivamente por el contenido de las de un libro tradicional; para mayor ergonomía, adoptamos la hoja doble y enfrentada, como en el mismo tipo librario. Este sistema está dotado de una serie de comandos, no más de 10, que permiten funciones de paso de página, subrayado, aumento del tamaño de la letra, color, etc… sin incidir en otras virtualidades multimedia, que complican, por el momento, el sistema adoptado. El texto no está en ningún disco duro, sino que se contiene en una tarjeta óptica que, editada en cualquier editorial avanzada, podrá ser adquirida en librerías, tiendas de artículos diversos o en un quiosco tradicional. El sistema, por tanto, está dotado esencialmente de un simple lector de tarjeta óptica de avanzada tecnología, basada en las potencialidades de los discos de la última tecnología; o bien de un lector de banda óptica o del denominado papel digital, que en su día fuera patentado por CREO Products. Lo que busca este sistema es desprenderse de cualquier soporte circular, de lectura normal en espiral y con cabeza óptica; para pasar al modelo secuencial de barrido de un soporte rectangular y de lectura similar a la que nuestro ojo produce sobre el papel tradicional. Dado el desarrollo de tarjetas de este tipo, ideadas por CANON y DREXLER, resulta sumamente sencillo, nos dice Sagredo, incorporar dicho elemento, y, además, su precio es irrisorio en comparación con el de cualquier ejemplar, libro o revista. De este modo, asimismo, este sistema pretende desprenderse de la celulosa para siempre; (Según Sagredo lograr que los árboles nos enseñen el bosque). Y, lo que es más importante, se pretende lograr que el nuevo ebook pueda ser llevado con nosotros, si así lo deseamos, hasta los lugares más remotos del universo. Asimismo, y dadas las capacidades y autonomía de las actuales pilas de energía, no es difícil adoptar un modelo que permita una autonomía, como la de cualquier artilugio que hoy manejamos a diario: teléfono portátil, casete, cámara digital, etc… Cualquiera podrá adquirir o recargar las tarjetas que desee, con los libros que se adecuen mejor a su función profesional, científica, cultural, recreativa, personal o colectiva, y transportarlos fácilmente a cualquier lugar. Al conjunto del sistema sus creadores (Sagredo-Hidalgo) lo han denominado, con marca patentada, BIBLIOTRON.
Algunos futurólogos consideran que para el cercano 2006 los libros electrónicos estarán ofertándose en las librerías tradicionales y quioscos, de tal manera que para el 2009 la venta de libros electrónicos superará a la venta de libros de papel, previéndose que para el 2015 las bibliotecas digitalizarán todas sus obras.
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