El trabajo de Simpson es particularmente relevante para la paleoantropología, pues establece el lugar de la investigación paleontológica en la teoría evolutiva. Desde Darwin el registro fósil es la mejor evidencia de la evolución, pero se considera incompleto y en el siglo XX estaba lejos de la evidencia genética de ancestría-descendencia. Simpson es el que traerá a la paleontología a la comprensión profunda del proceso evolutivo.
La paleontología es la articulación ordenada de toda la historia, basada en el registro fósil. Por ello Simpson, todo el tiempo, dice que el ser humano es un animal cuya evolución nos es más interesante. A la pregunta ¿Qué es el ser humano? la paleontología contesta diciendo ¿Qué es la vida? (Simpson 1949: 9). Algunos conceptos fundamentales que presenta Simpson (1944 y 1953) para la paleoantropología son los siguientes:
Las tasas de evolución pueden ser medidas de forma científica y también afirma que las tasas evolutivas varían ampliamente. Establece la relación entre los datos paleontológicos y la variabilidad, la tasa de mutación, la duración de las generaciones, el tamaño de las poblaciones y la selección natural. La adaptación en su origen, su variación y su perfeccionamiento es resultado de la selección natural. Además Simpson introduce el término de preadaptación que luego será sustituido por el de exaptación (por Gould y Vrba 1982). El concepto habla de variaciones que por el desarrollo (ontogenia) definen cambios con valor adaptativo independientes de la selección. La adaptación sucede en todos los niveles evolutivos, es el fenómeno común en todos los modos de la evolución.
Respeto del ser humano, Simpson dedica un trabajo clave que es The Meaning of Evolution. A Study of the History of Life and of Its Significance for Man (1949). Si bien otros teóricos de la síntesis habían escrito al respecto este trabajo es integrador y entra en la temática fundamental que es la vida moral, ética, cultural y social del ser humano vista desde la paleontología.
El concepto de ser humano de Simpson es una propuesta en construcción. Si bien señala aspectos, hace mayor hincapié en lo que su proceso evolutivo le dispone para hacer. El libro citado tiene la tercera parte dedicada a Evolution, Humanity and Ethics. Comienza con determinar "El lugar del hombre en la naturaleza" y este capítulo tiene en primer lugar la idea de la hermandad evolutiva del ser humano.
Una vez que deja establecida la idea evolutiva, comienza por aclarar que el ser humano posee una relación con todas las formas de vida. En particular señala la relación evolutiva más próxima con los gorilas y otros primates. Sin embargo, aclara: "de hecho el hombre es un animal, pero es un hecho que no sólo es un animal"[57] (Simpson 1949: 283). Las características más acusantes del ser humano son: la inteligencia, su flexibilidad creativa, la individualización y la socialización (Simpson 1949: 284). El ser humano posee una tendencia evolutiva, es ampliamente adaptable, se caracteriza por un amplio control de la naturaleza, es una nueva clase de animal que es capaz de heredar características adquiridas a lo largo de la vida por un proceso de herencia no genético. El medio por el cual hereda es fundamentalmente cultural y tiene un papel prominente el lenguaje.
Si bien el ser humano es producto de la evolución biológica, no se limita a este proceso evolutivo. La evolución humana también está integrada con la evolución social. "En este nuevo proceso evolutivo emergen nuevos elementos en la conciencia, aunque siempre algo está influido y a veces de algún modo como un producto o directamente bajo los parámetros del hábito, la emoción y el subconsciente"[58] (Simpson 1949: 290). Este nuevo patrón evolutivo en el ser humano se dispone al control consciente y el ser humano adquiere un control en la dirección de su evolución.
"La naturaleza intelectual, social y espiritual del ser humano es un grado de excepción entre las formas de vida, pero es resultado de la evolución orgánica"[59] (Simpson 1949: 293). Esta perspectiva biológica difícilmente la antropología social la considera, la logra eludir, pero no así la antropología biológica. La desventaja es que se considera que la biología evolutiva no tendría mucho que decir al respecto y Simpson evidencia que es un papel propio del desarrollo intelectual toca el tema del ser humano en evolución.
"El hombre es un animal moral"[60] (Simpson 1949: 295). Sus cualidades son aprendidas e innatas. El ser humano adquiere una ética siempre que vive en sociedad, lo cual corresponde a una necesidad como miembro de la especie. El sistema ético que se ha desarrollado en la historia humana depende de la introspección para reconocer las necesidades y posibilidades, la autoridad que puede ejercer el juicio moral y la sanción y la convención que permite generar un sistema cultural de acuerdos bajo reglas consensadas. Simpson ha entrado en un tema difícil para la visión evolutiva, entonces plantea que la idea de competencia y lucha por la existencia no es la única forma por la cual sucede la evolución. La evolución también implica la cooperación. Además Simpson aclara que la evolución en sí misma es amoral, ni buena ni mala. Toma a un autor para proponer su idea de ética como una ética de la sobreviven y una ética de la satisfacción y la armonía. Su cita dice: "La probabilidad de la sobrevivencia del individuo, o del grupo de entes vivos se incrementa con el grado en el cual ellos están más armoniosamente ajustados entre ellos y con el medio"[61] (Simpson 1949: 302).
La ética que resulta es una ética humana que debe basarse en la naturaleza humana y en la posición evolutiva de su relevancia para el ser humano. Lo que constituye esta naturaleza humana es: el ser humano sabe que existe, que es el único, sabe que existe, conoce que ha evolucionado y lo sigue haciendo, tiene la capacidad de elegir y deliberar sobre sus elecciones. Lo natural del ser humano es derivar de estos procesos de conciencia, planeación, elección, juicio y valores. Esto hace del ser humano un animal responsable (Simpson 1949).
"La evolución no tiene un propósito, el ser humano lo debe hacer por sí mismo. El medio para tener derecho de hacerlo incluye a la evolución orgánica y cultural, pero la oportunidad de decidir por los fines debe basarse en la evolución humana" [62]Simpson 1949: 311-312). Esta es la peculiaridad de Simpson como biólogo evolutivo explicando la evolución humana, el proceso fundamental es la evolución en sí.
Su libro y explicación de la evolución humana termina con el siguiente párrafo: "Nosotros necesitamos, también, reconocer la importancia suprema del conocimiento de la evolución orgánica y social. Tal conocimiento nos provee, más que otra cosa, del conocimiento de nuestro lugar en el universo y debe guiarnos si queremos tener control sobre la evolución futura de la humanidad" [63]Simpson 1949: 338). La influencia en la paleoantropología está fuera de duda y en la cultura en general ha dejado más de una señal.
Para los años 50s la Teoría Sintética de la Evolución está ampliamente difundida, es entonces que se abre una nueva etapa en paleoantropología. Tattersall (1995) comenta la relación que había con la teoría evolutiva. La paleoantropología se mantuvo al margen, sin aportar e incluyendo poco del bagaje teórico evolutivo en su análisis. Pero una vez establecida y afianzada la síntesis evolutiva, los paleoantropólogos se adhirieron a ella de forma casi dogmática. La construcción teórica generó un contexto explicativo para el ser humano. La teoría dejó de ser un constructo del siglo XIX para hacerse la punta de lanza de la evolución biológica incluyendo al ser humano.
Es difícil que la paleoantropología constituya conceptos básicos dentro de la teoría evolutiva que se basa en organismos modelo donde se pueden controlar pocas variables. En cambio la evolución humana aporta un nivel de complejidad que no pasó desapercibido por los biólogos evolucionistas. El tema fue tratado por Dobzhansky y como vimos por Simpson. Ambos reconocieron que un nuevo proceso evolutivo se daba cita, el sociocultural. La importancia de estos autores no dejó de lado que quien modificó la visión antropológica fue Mayr.
En 1950 Ernst Mayr consideró que existía un número excesivo de especies propuestas en la filogenia humana. Las especies al ser lo suficientemente similares deberían restringirse a cinco y un solo género " que va desde el Homo transvaalensis (los australopitecinos), pasando por el Homo erectus, hasta el Homo sapiens (en el que se incluyen los neandertales)" (Arsuaga 2001: 381). La diversidad humana sólo sería el resultado de la capacidad del ser humano de adaptarse a diversos nichos sin especiación.
Esto aparenta poca relevancia, pero en el contexto de la paleoantropología de la época es un salto conceptual. De existir un entramado de especies como ramas inconexas, Mayr las sitúa dentro de un proceso evolutivo coherente. No es la diversidad de especies lo que nos va a dar la explicación de lo humano, en este momento, es el orden entre los representantes lo que hace factible la comprensión.
La tarea del sistemático evolutivo está en dar un orden a las especies con una base evolutiva. Entonces no tenemos líneas inconexas, sino un proceso evolutivo explicado por relaciones de ancestría-descendencia. Esto es, concretamente, evolución humana.
También, en 1950 "la UNESCO, para desacreditar las teorías racistas en la política moderna, declara que todos los seres humanos vivientes pertenecen a una única especie. La declaración solemne fue promovida por Julian Huxley, biólogo y uno de los artífices de la síntesis [evolutiva]" (Arsuaga 2001: 281).
Esta propuesta es fundamental para la antropología, pues era la dedicada al estudio de las razas. Desde entonces se ha ido dejando la idea de raza a un lado de la visión científica. Actualmente es sólo una visión prejuiciosa y no científica de la evolución humana. Es un camino que dejó de ser transitable por el bien de la humanidad como un único todo.
En los años 50s en E.U. surge una corriente neoevolucionista en la antropología. Según esta corriente antropológica el cambio evolutivo es producto de fuerzas externas al hombre, el cual se mantiene en una conducta conservadora respecto a la naturaleza. Para White el hombre no está conscientemente a cargo de la evolución, sino que es la cultura la que está a la cabeza del proceso evolutivo. Las culturas son complicados sistemas termodinámicos con componentes tecno-económicos, sociales e ideológicos. Lo que hace humano al comportamiento es el uso de símbolos, todo comportamiento humano es simbólico. Los símbolos se establecen por el grupo que los utiliza y la cultura nace de la capacidad simbólica del hombre. En el caso de Steward, otro neoevolucionista, lo que se resalta es la propuesta de una evolución multilineal y la importancia de la adaptación ecológica. Busca identificar el núcleo cultural que está relacionado con las actividades de subsistencia. Los tipos culturales son efecto del entorno. La rápida adaptación humana se debe a la cultura. Steward considera al hombre como un animal doméstico por lo que todas las actividades culturales afectan su físico. La evolución de los homínidos es efecto de la cultura, y en el H. sapiens son más importantes estas que los cambios físicos (Trigger 1989, Bohannan y Glazer 1993).
En el aspecto filosófico los años 50 y 60 fueros los que más sintieron la influencia de la escuela de Francfort surgida en los años 20 y desde los 30 radicada en Estados Unidos. Su base teórica es el marxismo, pero bajo una re-examinación. Sus representantes más importantes son Theodor Adorno, Max Horkheimer y el denominado mentor político: Hebert Marcuse. Marcuse afirma que sólo dijo lo que la nueva generación percibía, la existencia de una sociedad desigual, injusta, cruel y destructiva en general. Esta afirmación de Marcuse es el resultado su reflexión acerca de la situación concreta de la condición humana a mediados de siglo (Magee 1986).
También importante en esta época fue la filosofía de Sartre. Su filosofía es una alegoría a la libertad que es propia del ser humano y el peso que significa hacerse cargo de ella. Después de éste punto lo más relevante en Sartre es su compromiso con la verdad, más que con un interés personal, conveniencia histórica o religiosa. Sartre habla del hombre como una nada que tiene como necesidad llegar a ser por medio de su existir. Su existir es previo a toda vaga idea de esencia, así que el hombre está obligado por su libertad a hacerse cargo de su propia vida. Junto con Albert Camus, Kafka, Beckett y otros abordaron temas del existencialismo: como la soledad del individuo, su enfrentarse a la muerte y el absurdo de la condición humana (Copleston 1991, Hirschberger 1993, Steward 1997).
A mediados del siglo XX son muchos los aspectos científicos y sociales que transforman a la humanidad y la paleoantropología así será transformada. Es en el contexto científico biológico-antropológico y filosófico señalado donde surge una investigación del ser humano más madura y que es la visión que se prolongará durante el resto del siglo XX.
Uno de los artífices de la Síntesis Evolutiva que participa directamente en paleoantropología fue Rensh. Con Rensch encontramos un pronunciado avance en el concepto de ser humano. El avance está al plantear una forma de relación en el concepto: "la vida humana se rige por una serie de instintos, los rasgos hereditarios que aseguran la supervivencia del individuo (alimentación y limpieza), de la comunidad (categoría social) y de la especie (la reproducción)[64]" (Resch 1972: 154). Esto es, Rensch distigue tres elementos fundamentales de la vida humana, que se corresponden a lo que en esta tesis se asume como conceptualización del hombre (Rensch 1972).
El hombre en Rensch se caracteriza por una serie de elementos cuya referencia al individuo es clara y particularmente similar a la postura de la antropología filosófica (véase 2.6):
Lo que es de particular importancia aquí son los procesos de pensamiento del hombre mucho más pronunciada volitivas y su amplia gama de abstracción y generalización, así como su capacidad de imaginación y la especulación, tan esencial para toda invención planificación y el avance de la civilización [.. . ] Homo sapiens es la especie de puño para ser capaz de prever su propio ego como un concepto importante y de verse a sí mismo objetivamente contra un fondo extramental [ … ] la historia de que el Homo sapiens ha llegado a un estado único de auto- conocimiento y la comprensión no sólo de su propia evolución filogenética, sino también de la estructura del universo de las galaxias más lejanas en el interior del átomo. Y lo ha hecho a través del lenguaje, la escritura y la imprenta, que le han habilitado para entregar en la tradición y el desarrollo de una memoria supraindividual y una gama global de conocimiento [ … ] Por otra parte, el hombre es el primer ser vivo para disfrutar el placer estético e intelectual y para establecer normas estéticas , éticas , científicas y religiosas [65]Resch 1972: 155).
Capítulo 5
En este capítulo vamos a recorrer el camino que abre la paleoantropología al reconocer al ser humano como biocultural desde su definición científica. Este capítulo presenta las diagnosis científicas que definen al ser humano y va de la mano del trabajo de Louis Leakey, Piveteau, Le Gros Clark y Tobias, figuras que hoy son clásicos de la paleoantropología.
Louis Leakey fue una de las figuras más controversiales de la paleoantropología. Fue alumno de A. Keith y con él discutió una gran cantidad de restos fósiles. De Keith y de la tradición inglesa es de donde adquirió la idea de la gran antigüedad del hombre. Ello condujo la búsqueda de L. Leakey por el hombre más antiguo y muchas veces juzgó los datos con esta preconcepción (Lewin 1990). En la década de los 50s ya contaba con una larga trayectoria que renacería con importantes descubrimientos fósiles y la denominación, junto con Napier y Tobias, del Homo habilis. Murió en 1972 después de realizar una gran cantidad de importantes descubrimientos que incluyen al Kenyapitecus africanus y Zinganthropus (Edley 1972).
En 1953 L.Leakey publicó la cuarta edición de: Adam´s Ancestors. The evolution of man and his culture. L. Leakey consideró una serie de características físicas para distinguir al hombre: "Como se ha dicho anteriormente, hay ciertos personajes, no siempre cuantificable, que, en conjunto, sirven para distinguir el Homo sapiens de especies extintas y géneros de la humanidad, y que ahora deben considerar brevemente algunas de las más obvias e importante de estos son: la frente, fosa canina, oído, la apófisis mastoides, la forma y el ángulo del foramen magnum y la eminencia de la barbilla" [66]Leakey 1953: 164).
Con L. Leakey la complejidad del cerebro toma un papel primordial: "La evolución de la cultura material se sobrepasan por lejos a la evolución física del hombre mismo, excepto en una cosa: en la complejidad y el desarrollo de su capacidad cerebral. [ la] complejidad del cerebro y la capacidad de utilizar el cerebro no deben confundirse con el tamaño del cerebro. Hay, de hecho, una buena correlación entre el tamaño del cerebro y la capacidad cerebral. Los neandertales tenían, en promedio, los cerebros más grandes que tenemos hoy en día, pero no eran más listos. La complejidad de sus circunvoluciones cerebrales era muchas menos" [67]Ibidem: 217).
El cerebro es visto como un elemento de particular especialización: "Pero en una cosa que el hombre tien, tal como lo conocemos hoy en día, es demasiado especializada. Su capacidad cerebral es muy especializada-en comparación con el resto de su constitución física, y es muy posible que este exceso de especialización conducirá, con la misma seguridad, a su extinción como otras formas de especialización excesiva han hecho, en el pasado, por otros grupos […] No sólo la excesiva especialización de nuestro poder cerebros nos hizo capaces de inventar los medios para la destrucción de nuestra especie por las bombas atómicas, sino que también dio lugar a nuestra creación por nosotros mismos tal material altamente especializado cultura que somos mucho más-no menos-a merced de la naturaleza que el hombre que era antes." [68](Ibidem: 218).
Hay que recordar que el cerebro tiene sentido en la concepción del ser humano sólo en tanto que permite la actividad cultural. Y esta actividad cultural es evidente por las herramientas, por lo que el hombre es conocido como el fabricante de herramientas. Cada sistema cultural posee características propias: "cada cultura tiende a pedir prestado ciertas ideas de la otra, con la cultura más primitiva y menos desarrollados pedir prestado más, mientras que la cultura más evolucionada presta menos o incluso nada " [69]Ibidem: 55). Esta idea está basada en la propuesta por Boas, en su base tiene la importancia de la identidad étnica.
La precisión en el concepto de L. Leakey es indudable, su trabajo es una recopilación de datos arqueológicos que fundamentan su propuesta acerca de nuestra especie. La congruencia de su concepto no sólo es interna con su trabajo escrito, sino con su trabajo de investigación en el campo y en la denominación de las famosas especies en las que participó, principalmente el H. habilis, como se verá más adelante.
En el año de 1961 escribió The Progress and Evolution on Man in Africa. Para entonces no ha cambiado su idea: "es hombre, por definición, ya que al parecer fue por la fabricación de herramientas a un patrón fijo y periodico" [70](Leakey 1961: 2). La fabricación de herramientas y en ese sentido, la actividad cultural, son el punto de inicio de un nuevo tipo de evolución que es la humana. Por lo que Leakey dice: "Creo, por tanto, que cuando casi fue el hombre un hombre de fabricación de herramientas, no sólo dio el paso más importante en todo el reino animal, pero también comenzó para él una nueva etapa de la evolución en la que los resultados del mecanismo natural de el cambio se acelera enormemente" [71](Ibidem: 6).
L. Leakey habla de la diferencia entre man y near-man que es la referencia a la diferencia entre humano y no humano: "Siento que debo decir claramente lo que quiero decir con el término hombre y cerca del hombre. Ambos son, por supuesto, los miembros de la familia Hominidea. Para calificar como hombre no debe ser razonablemente buena evidencia que sugiere que la criatura probablemente hizo herramientas a un set y patrón regular. Casi-hombre ciertamente utilizó objetos naturales como herramientas, pero no se transformó a un set y patrón regular" [72]Ibidem: 37). Esta distinción haría de los near-man un tipo de casi hombres, según la concepción de L. Leakey. Una especialización que no puede ser sino una rama lateral de la que conduce al hombre (Lewin 1990).
La actividad cultural de fabricar herramientas es una muestra de las capacidades creativas y de la actividad creadora del hombre: "Una vez que el hombre primitivo se había convertido en el hombre de esta manera creó para sí mismo las condiciones que fueron las responsables de su muy rápida evolución posterior" [73]Leakey 1961: 38). Del mismo modo en que Dart lo dice, basados ambos en el concepto de cultura. Y con la idea latente de la invención como ha menció Oakley.
El término de domesticación, una reminiscencia de la concepción de Spencer, Freud y explícita con Steward de cultura como elemento domesticador del hombre, es referido por L. Leakey: "Con demasiada frecuencia pasamos por alto el hecho de que el hombre casi a su vez se ha hecho hombre, a través de ese paso inicial que comienzó para hacer herramientas que con ello no sólo se proveyó de un campo mucho más amplio de suministro de alimentos, pero lo hizo, de hecho creó para él las condiciones antiguas conocidas de la domesticación. El hombre realmente se había domesticado a sí mismo y, al hacerlo, en seguida se incrementó en gran medida la velocidad de su propia evolución" [74]Ibidem: 6). La idea de domesticación le sirve para poder hablar de una aceleración del proceso evolutivo y dar cabida a la evolución humana asociada a la evolución cultural. Una evolución tan rápida como los animales domésticos (Lewin 1990). Esta idea de domesticación, presente es esta época, también la menciona Pfeiffer (1969) como el factor que hace posible la evolución humana.
El concepto del hombre como un fabricante de herramientas no es un reduccionismo, sino una inclusión de la capacidad creativa del hombre. La explosión creativa que menciona Pfeiffer. Podemos decir que L. Leakey avanza a un concepto que retoma al hombre como un organismo cuya característica emergente, la cultura, le provee de un modo de enfrentarse al medio y de aquí su singularidad. Pero L. Leakey negó el valor de los datos de analogía etnográfica para la diagnosis de un homínido. L. Leakey es el representante de toda la escuela británica de paleoantropología. Su concepto incluyó las ideas de Oakley, las de su mentor Keith y desde luego de Darwin. El concepto de ser humano incluye la fabricación de herramientas y el desarrollo del cerebro. La búsqueda de un antiquísimo antepasado del hombre que siga siendo Homo llevó a L. Leakey, junto con Tobias y Napier, a cuestionar el tamaño del cerebro como índice de la humanidad, pero de ningún modo a eliminar esta característica, sino a proponer la importancia de la cultura en el concepto de hombre.
Si bien la mayoría de los paleoantropólogos tratados hasta aquí fueron ingleses, también tenemos el caso de un investigador francés. Jean Piveteau es uno de los investigadores franceses con la mayor trayectoria y reconocimiento internacional. Miembro de Instituto del hombre y profesor de la Sorbonne, en el Traité de Paleontologie (1957) concluye (como tomo 7) una serie de trabajos sobre evolución y paleontología desde protozoarios hasta el hombre. El nombre del libro es un índice de la vertiente en la que Piveteau se desenvuelve. Esto es, a partir de la paleontología humana. La paleontología humana se propone investigar el devenir de la humanidad, la filogenia que busca definir las unidades naturales del Homo sapiens. Investiga su historia natural dentro de un panorama de evolución general (Piveteau 1957). Tal como lo planteó Simpson.
Como tratado de paleontología muestra un análisis anatómico minucioso del cráneo, la mandíbula, la dentición, la postura y las extremidades, comparando las características del hombre con las de los primates próximos. Un análisis similar hace con los Australopithecus, a los que considera los representantes más antiguos de la línea humana. Y adopta la división de Keith en Neanthropus (que representan a los Homo sapiens), los Paleoanthropus (que representan a los neandertales) y los Archanthropus (que representan a los Homo erectus). Pero la concepción de hombre de Piveteau no se reduce a este análisis anatómico. Con la influencia de Teilhard de Chardin (paleoantropólogo con formación religiosa) dice que el ser humano es capaz de progresar sin cambiar de forma, variar sin límites, sin cambiar su tipo zoológico. Lo más importante que surge con el Homo sapiens es el factor psíquico. Es en el factor psíquico donde podemos encontrar lo más profundo y explicativo de nosotros mismos. Para Piveteau "el hombre es capaz de la inteligencia reflexiva. El animal sabe, pero sólo el hombre sabe que sabe […] debemos concluir que los hombres trasciende la sistemática clásica, ya que aparece con una nueva forma de vida en el universo […] una revitalización de otro orden, se llevará a cabo: es el fenómeno de la evolución humana" [75](Piveteau 1957: 220).
Esta concepción de la vitalización del grupo homínido es la génesis de lo humano por medio de la individualización. La segunda etapa de la hominización es la aparición del hombre. El índice de esta hominización es la cultura que se muestra en la fabricación de herramientas. "Para el paleontólogo la hominización es la realización de la marca, un hormigón para la fabricación de herramienta artificial. La génesis del hombre coincide con la aparición en la historia de la vida de lo que se llama la etapa fundamental" [76]Piveteau 1957: 328).
También Piveteau hace referencia a la importancia de la postura erecta en la evolución del hombre. El bipedismo es considerada como una innovación biológica. El tamaño del cerebro pasa a un papel de referencia y el lenguaje no es mencionado, pero ambos están como referentes de lo fundamental del hombre que es la reflexión. La vida consciente y reflexiva es lo que caracteriza al hombre. Con la emergencia del hombre nace la capacidad reflexiva. La aparición del psiquismo reflexivo (Piveteau 1957).
Pasamos ahora a los años 60s del siglo XX. Oakley había escrito un artículo para definir al hombre y ahora Le Gros Clark propondría una diagnosis de Homo y Homo sapiens, pero no sólo eso, esta misma diagnosis será revisada y discutida por L. Leakey, Napier y Tobias al proponer al Homo habilis como primer Homo de la filogenia humana. La diagnosis del género Homo de Le Gros Clark es la siguiente:
Un género de la familia Hominidae que se distingue sobre todo por su gran capacidad craneal con valor medio de 1100 c.c., pero con variaciones entre 900c.c. y casi 2000c.c.; arcadas supraorbitarias con desarrollo variable, más amplias y formando torus en las especies H. erectus y H. sapiens; esqueleto facial ortognato o moderadamente prognato; cóndilos occipitales situados aproximadamente en la parte media de la longitud craneal basilar: mentón bien marcado en H. sapiens, pero falta en H. erectus y es débil o inexistente en H. neanderthalensis; arcada dentaria redondeada, y en general sin diastema; el primer molar bicúspide con gran reducción de la cúspide lingual; molares de tamaño variable, con relativa disminución del tercer molar; caninos relativamente pequeños; esqueleto de las extremidades adaptado para una posición erecta total para andar.
Le Gros Clark también da una diagnosis de la especie Homo sapiens: Capacidad craneal media alrededor de 1350 cc; rugosidades de inserción muscular sobre el cráneo no muy marcadas; frente redondeada y aproximadamente vertical; tuberosidades supraorbitales por lo general moderadamente desarrolladas y no forman, en ningún caso, un torus continuo y sin interrupción; región occipital redondeada y con un área nucal de extensión relativamente pequeña; foramen mágnum dando frente directa hacia abajo; presencia sistemática de apófisis matoides prominentes y de aspecto piramidal (lo mismo en los adolescentes que en los adultos), asociada –además- con la fosa digástrica bastante marcada y una ranura occipital; anchura máxima del cráneo casi siempre a la altura de la región parietal y con longitud máxima glabelar muy por encima del nivel de la protuberancia occipital externa; flexión notable del ángulo esfenoidal, con valor medio de 100º ; mandíbulas y dientes de tamaño relativamente pequeño, y con rasgos retrogresivos en los últimos molares; maxilar con superficie facial cóncava, incluyendo una fosa canina; eminencia mentoniana claramente definida; erupción de canino permanente por lo general previa a la segunda del molar; apófisis de las vértebras cervicales (con excepción de la séptima) casi siempre rudimentarias; esqueleto apendicular adaptado a la postura y marcha completamente erecta; huesos de las extremidades relativamente delgados ([1955 1ª edición, 1964 2ª edición corregida y aumentada] Comas 1977: 68).
Robinson también propuso una diagnosis del género Homo que es:
El género Homo incluye homínidos omnívoros con un volumen endocraneal que excede de los 750 c.c. y presenta considerable variabilidad. Siempre tienen frente, la cual puede estar bien desarrollada; índice de altura supraorbital mayor de 60. Huesos de la cara entre prominentes y con aplastamiento moderado. La separación de la base de la cavidad nasal y la superficie maxilar subnasal presenta un borde agudo; arco zigomático moderado a poco desarrollado; fosa temporal entre media y pequeña; paladar de profundidad más o menos igual. Sin cresta sagital. Arco mandibular interno en forma de U. Lámina lateral pterigoidea relativamente pequeña. Ramas ascendentes de la mandíbula generalmente inclinadas y de altura variable. Piezas dentarias colocadas en fila compacta y sin diastema; éste se encuentra en algunos individuos primitivos piezas dentarias pre y postcaninas de proporciones armónicas, caninos moderadamente grande en individuos primitivos y pequeños en formas posteriores. Primer molar de la primera dentición incompletamente molarizado, con fóvea anterior desplazada hacia la parte lingual y usualmente abierta por dicho lado. Incisión y caninos superiores situados en curva parabólica. Su desarrollo cultural varía de moderado a muy intenso (Comas1977: 68) .
Estas diagnosis son una muestra de la importancia que tiene la definición de ser humano en paleoantropología como ciencia encargada de su definición científica. Sorprendentemente los trabajos analizados hasta aquí no habían hecho una referencia directa a esta tarea. La propuesta del Homo habilis, por L. Leakey, Napier y Tobias en 1964 fue dada a la par de la revisión de las diagnosis de Le Gros Clark. Leakey, Napier y Tobias hicieron una diagnosis del género Homo:
"Un género de los Hominidae con los siguientes caracteres: la estructura de la cintura pélvica y extremidades posteriores del esqueleto se adapta a la postura erguida y a la marcha bípeda habitual, en un primer plano de las extremidades es más corta que la de las extremidades posteriores, la pollex se desarrolla en red y plenamente exigible y la mano es capaz no sólo de un objetivo agarre de fuerza, por lo menos, un agarre de precisión simple y bien desarrollado, la capacidad craneana es orden muy variable, tenemos una media, más grande que las filas de los miembros de capacidades Australipithecus del género, es la capacidad (en el prmedio) más grande en relación al tamaño del cuerpo y el intervalo de aproximadamente 600 cc en formas anteriores de más de 1.600 cc, las crestas musculares en el cráneo ocupa desde muy fuertemente marcada a la meta prácticamente imperceptible de crestas o líneas temporales que nunca llegan a la línea media, el área frontal del cráneo es sin constricción post- orbital indebida (como es común en los miembros del género Australopithecus) el área supra- orbital del hueso frontal es muy variable, oscilando de un toro supraorbital enorme y muy destacada hasta la falta completa de cualquier proyección supraorbital y un área de la frente lisa, el esqueleto facial varía de moderadamente prognato a ortgnathous, el objetivo no es cóncava (o cóncavo ) como es común en los miembros del Australopithecinae, el contorno de la sínfisis anterior varía de un marcado retroceso de una pista de hacia adelante, mientras que la barbilla huesuda pueden ser totalmente ausente, o puede variar de un posan para un trígono mental muy fuertemente desarrollados, la arcada dental se completa de manera uniforme sin distema en la mayoría de los miembros del género, los dientes molares son variables en tamaño, en general son pequeñas en relación con el tamaño de la contención en el género Australopithecus, el tamaño de la última molar superior es muy variable. Generalmente el objetivo es menor que en el segundo molar superior y más pequeño que es comúnmente el primer molar superior, la tercera molar inferior a veces es apreciablemente mayor que el segundo , en relación con la posición vista en la Hominoidea. En su conjunto los caninos son pequeñas, con poca o ninguna superposición de la efectiva etapas iniciales de desgaste, el objetivo en comparación con los de los miembros del género Australipithecus, los incisivos y caninos no son muy pequeños en relación con los molares y premolares, los dientes, en general, y los premolares y molares son particulares al no estár agrandados en la zona lingual oral como lo son en el género Australipithecus , el primer molar temporal inferior muestra un grado variable de molarización .[77] Como se puede ver al comparar la diagnosis de Robinson, Le Gros Clark y esta última, la diferencia más clara está en el volumen cerebral, de 750cc mínimo para Robinson (que es el rubicón cerbral de Keith) a un valor de 900cc con Le Gros Clark que es el valor en H. erectus, a los 600cc que incluye tanto a los Autralopithecus como al H. habilis que proponen L. Leakey et al. Pero más relevante es lo que he señalado con cursivas; la referencia a la capacidad de prensión y habilidad manual que se está incluyendo en la diagnosis del género.
En el caso de la diagnosis de la especie Robinson se enfoca en los aspectos craneales y dentales al igual que Le Gros Clark. Por su parte L. Leakey et al. se refieren a las extremidades y a la postura erecta y particularmente a la precisión en la manipulación. Veamos la diagnosis del Homo habilis de Leakey,Napier y Tobias, la especie más antigua de nuestro linaje:
Genero Homo Linnaeus Especie H. habilis sp. Noviembre Una especie del género Homo que se caracteriza por los siguientes rasgos: Capacidad craneal superior que el de los miembros del género Australopithecus, pero más pequeño que del Homo erectus, crestas musculares en el cráneo que van de leve a marcada fuertemente; zona del mentón en retirada, con un desarrollo leve o no del trígono mental; maxilar y mandíbulas más pequeñas que las de los Australopithecus y dentro del rango de Homo erectus y el Homo sapiens: la dentición de los del Australopithecus son relativamente grandes en comparación con los de los dos Australopithecus y Homo erectus; caninos que son proporcionalmente grande en relación con sus premolares; premolares que son más estrechas (de ancho buco-lingual) que los de Australopithecus y la parte superior de la gama en el Homo erectus, una marcada tendencia a través del estrechamiento buco-lingual "[78] "El alargamiento mesiodistal de todos los dientes, lo cual es especialmente evidente en los molares inferiores (en el que se acompaña de un rearreglamiento de la cúspide distal) , la curvatura sagital del hueso parietal varía de leve (dentro de la gama de los homínidos) a moderada (dentro de la gama ausralopithecina); la curvatura sagital externa del hueso occipital es más ligera que el Australopithecus o en el Homo erectus, y se encuentra dentro de la gama de Homo sapiens; en curvatura, así como en algunos otros rasgos morfológicos, la clavícula se asemeja, pero no es idéntica a la del de Homo sapiens, y los huesos de la mano difieren de las de Homo sapiens en la curvatura de los rayos de las falanges, en la inserción distal del flexor superficial de los digitarum , en la fortaleza de las marcas de fibro- tendinosa , en la orientación de trapecio en el carpo, en la forma del escafoide y en el marcado de profundidad del túnel carpiano, sin embargo, los huesos de la mano se asemejan a las de los Homo sapiens en la presencia de grandes, gruesas, falanges terminales en los dedos y el pulgar, en la forma de la superficie distal articular y la forma elipsoidal de la superficie de la articulación metacarpo- falángica, en muchos de sus personajes los huesos del pie se encuentran dentro del rango de variación del Homo sapiens sapiens , el hallux es corpulento, aducción y plantígrado; no están bien marcada arcos longitudinales y transversales, y por otro lado, la tercera metatarsiano es relativamente más robusto de lo que es en el hombre moderno, y no hay diferencia marcada en los radios de curvatura de los perfiles medial y lateral de la tróclea del astrágalo" [79]Leakey et al. 1963: 176).
La tendencia de los autores es evidente sobre las propiedades que consideran más importantes del ser humano. Todos coinciden en la importancia del cerebro, la postura erecta, la capacidad de manipular y por consecuencia de fabricar herramientas (aunque Le Gros Clark no lo incluya en la diagnosis) y características dentales. Pero su valoración es distinta. La cuestión en última instancia es el concepto ser humano. ¿Qué va a considerarse propio del ser humano?, como preguntaba Dubois. Esta discusión continúa en la actualidad. Pero volviendo al H. habilis la discusión por esta especie se ha extendido por años. Quienes la han defendido constantemente como Tobias (1991), quienes como Johanson (1982) la han considerado poco importante y hasta se cuestiona la autenticidad de esta especie (Wood 1999). En cierto sentido, lo importante es determinar las propiedades elementales, básicas, de lo que es un Homo, pero como la diferenciación en las especies fósiles siempre es problemática, es constante esta cuestión fundamental de la paleoantropología. Este es el ambiente cuando en el año de 1965 Bernard G. Campbell publicó The Nomenclature of the Hominidae, una lista que considera definitiva de los taxa homínidos. Ante la urgente necesidad en los círculos científicos por la proliferación de nombres y arbitraria denominación de especies y géneros que producen confusión en la clasificación. El consenso de los años 50s en evolución llega a la paleoantropología por Campbell quien hace una división de los restos fósiles en tres regiones: África, Asia y Europa. Acepta seis subespecies de Homo sapiens, ocho subespecies de Homo erectus, entre las que incluye al Homo habilis. Con lo que se establecerían los Australopithecus, Homo erectus y H. sapiens como la filogenia humana (Campbell 1965). El trabajo de Campbell es una integración moderna de la antropología biológica. Pocos trabajos posteriores integran con la misma fidelidad y sapiencia nuestra comprensión del ser humano.
Le Gros Clark es sin lugar a duda uno de los paleoantropólogos más importantes en toda la historia de la paleoantropología. La situación de Le Gros Clark, Tattersall (1995) la califica, como la de los investigadores que son poco conocidos, porque no han hecho los grandes descubrimientos de fósiles, pero que en realidad han contribuido mucho más a la disciplina al aclarar los términos en los que se fundamenta la investigación y el análisis paleoantropológico. En 1934 W.E. Le Gros Clark publicó Early Forerunners of Man, fue profesor de anatomía de las universidades de Oxford y de Londres, vicepresidente de la Sociedad Anatómica de Gran Bretaña, "Examiner" en las universidades de Londres y de Cambridge. En este libro, que se dedica a la evolución de los primates, considera la fenomenal expansión del cerebro en Homo como marca del punto máximo de una tendencia evolutiva de los primates. Esta característica propia del Homo es una más de una serie que comprarte con los primates, como los detalles del cráneo, el esqueleto y la dentición. Por lo tanto es el desarrollo del cerebro lo que conduce a la aparición el hombre (Le Gros Clark 1934).
Para Le Gros Clark la humanidad se encuentra en la posibilidad de hablar y fabricar herramientas. Esta idea influencia tanto a Dart, como a Oakley que ya en los años 40 tienen a Le Gros Clark como una figura reconocida de la antropología británica, como lo menciona Leakey (1953).
En los 50 la reconsideración de los restos fósiles se vuelve una constante. De esta década es la reflexión de los datos acumulados para aclarar los términos como hombre y humano, indiscriminablemente utilizados. En 1955 ya Le Gros Clark escribía: "en la actualidad existe, en la opinión de los conocedores, el consenso general de que dichos fósiles [Pithecanthropus y Sinanthropus] deberían incluirse con más propiedad en el género Homo, pero haciendo una distinción de especie con el H. sapiens y el H. neanderthalensis. El término genérico Pithecanthropus tiene ahora que ser remplazado, así, por la denominación, del orden específico: Homo erectus" (Le Gros Clark 1964: 112). Con lo que se muestra el interés por clarificar los términos y el campo de investigación paleoantropológica.
En 1964 se publicó la segunda edición de un libro sumamente importante: The Fósil Evidence for Human Evolution, de Le Gros Clark. Cuya primera edición es de 1955. Le Gros Clark menciona el concepto hombre como fabricador de herramientas. Para hacer patente su preocupación por el concepto cita a Oakley: Oakley ha sugerido que el término hombre (y hay que creer que también el término humano) debería reservarse para aquellos representantes tardíos de la secuencia evolutiva de los homínidos que habían alcanzado un nivel de inteligencia que quedó indicado por su capacidad para hacer utensilios de alguna clase. El hombre, digámoslo en alguna forma, es, esencialmente, una criatura que fabrica útiles (Le Gros Clark 1964: 21).
La propuesta de las diagnosis de Homo y Homo sapiens es parte de la búsqueda por aclarar lo que se entiende por H. sapiens y las denominaciones de hombre y humano. Para Le Gros Clark "el hecho real es que estos términos tiene el riesgo de ser usados de un modo que no es, por cierto, semánticamente correcto; o sea que a veces se emplean como si fueran equivalentes – en la terminología zoológica- de Homo y Hominidea, o de la forma adjetival "homínido" " (Ibidem: 15). Aclara que: "Las palabras hombre y humano han llegado a adquirir, debido al uso repetitivo, una connotación mucho más estrecha y más rígida que, para la mayor parte de nosotros (no obstante que tratemos de persuadirnos en otro sentido), involucra igualmente un efectivo sentido emocional" (Ibidem: 16). La importancia del concepto hombre la hace patente Le Gros Clark al analizar a los neandertales: "desde el punto de vista de la anatomía, el H. sapiens viene a ser, en efecto, único entre los mamíferos, pero sólo en el sentido en que todas las especies de los mamíferos son únicas también, en algunas características, dentro de los mamíferos" (Ibidem: 13).
Se ha mencionado en sucesivas ocasiones la importancia, que desde Darwin, se atribuye al cerebro en el concepto hombre. De igual modo mencione que no es una característica definitiva. Con Le Gros Clark se puede aclarar el sentido de esta afirmación. No hay un concepto estrictamente definido más allá de la diagnosis y la importancia que se atribuye a la cultura y en especial al lenguaje. La reiteración de la diagnosis podría sugerir que Le Gros Clark se restringe a este aspecto y que el cerebro constituye su principal objeto de referencia, pero no es así. En History of the Primates (1963) presenta el significado que tiene la referencia al cerebro y la conexión de la diagnosis con el aspecto cultural del hombre. Le Gros Clark dice que el hombre ha superado a todos los demás animales en su actividad mental al alcanzar el tipo más elaborado, esta superioridad y dominación intelectual es el producto de una evolución predominante en el desarrollo del cerebro. Por último, otro elemento importante del trabajo de Le Gros Clark es el uso del término tendencias evolutivas que puede sustituir al término, incorrecto: hominización: Quizá deberíamos subrayar aquí que la frase "tendencias evolutivas" no se emplean para referirnos a las tendencias inherentes de la evolución que han postulado los ortogenetistas. Más bien se refiere a la secuencia gradual de los cambios morfológicos que obviamente debieron de ocurrir en la historia filogenética para llegar a los conocidos productos finales de la evolución y que, en algunos casos ha sido demostrado (o en parte, al menos, confirmados) por el testimonio paleontológico [subrayado mío]. Tendencias evolutivas idénticas en grupos relacionados implican comunidad de origen, puesto que deben depender de la posesión de constituciones genéticas análogas, en asociación con potencialidades también semejantes, para producir las mismas variaciones mutacionales y, a su vez, de éstas depende la habilidad para lograr las mismas adaptaciones (Le Gros Clark 1956: 147).
Estamos de acuerdo con reconocer en Le Gros Clark a uno de los más importante paleoantropólogos por sus aportaciones teóricas. Por ello debe resaltarse la profundidad evolutiva teórica que poseen. Vemos claramente que W.E. Le Gros Clark es producto teórico de la Síntesis Evolutiva.
He mencionado en varias ocasiones la importancia que genera el estudio del lenguaje. Un filósofo contemporáneo que se enfoca en esta dinámica es John Searle, quien comenzó a ser conocido en 1969. Este filósofo norteamericano explica que la filosofía del lenguaje es una rama de la filosofía que toma al lenguaje como el elemento crucial para comprender a los seres humanos y la vida humana como tal. Para Searle el lenguaje no hace la realidad, pero es por medio de las categorías del lenguaje por las que, principalmente lingüísticas, se puede decir que es lo que "cuenta" como realidad. La idea básica que identifica Searle es la manera en la cual el lenguaje se relaciona con el mundo depende de cómo la gente establece esa relación. Por lo que, aquellos aparentemente sólo ruidos y marcas, que generan los seres humanos, adquieren consecuencias sorprendentes (Magee 1986). A partir de aquí la importancia del lenguaje del concepto hombre va a ser más evidente. En muchos sentidos el término cultura se incluye en la concepción de lenguaje que se utiliza en filosofía. Mientras en paleoantropología al hablar de cultura lo más frecuente es la alusión a la creación de un mundo simbólico, para el que es necesario el lenguaje. Un paleoantropólogo fundamental en el estudio de la evolución del lenguaje es Phillip Tobias. Phillip V. Tobias es experto en el estudio detallado de fósiles de Autralopithecus. Se considera uno de los padres del Homo habilis, al que considera humano, junto con L. Leakey y Napier. Tobias pertenece a una nueva generación formada con personalidades como Dart y el mismo Louis Leakey. Es un puente entre los grandes paleoantropólogos principios del siglo XX y la nueva generación de finales del siglo.
En 1969 publicó su libro Man´s Past and Future. Phillip Tobias toma al cerebro y sus características para llevar su concepto de ser humano a tocar los aspectos que menciona Pfeiffer (1969), esto es: la cultura como elemento básico (el hombre como el animal cultural) por lo tanto la importancia de los elementos simbólicos y el arte. Tobias da su propia propuesta: "ya que el cerebro es el asiento de la conducta cultural, lo más probable es que el cerebro. ¿Qué fue más hominizado de la estructura interna, la densidad de las células nerviosas, la complejidad de las vías nerviosas y conexiones y otras características microscópicas, permitiendo patrones más complejos de comportamiento a surgir?" [80]Tobias 1969: 19).
Esto significa que Tobias propone la cultura como aquello que define al hombre: "de los diversos componentes de la conducta humana, por excelencia es el desarrollo del hombre de una cultura compleja. Instalaciones culturales del hombre moderno le proporcionan un notable mecanismo de adaptación a unas condiciones muy extremas. El grado en que se muestra y, de hecho, se basa en estas características que distingue al hombre de los demás animales" [81]Ibidem: 17). Aquí se percibe la influencia del neoevolucionismo y la importancia de la cultura según White y del ambiente como lo menciona Steward. Pero la cultura ha pasado por un proceso paralelo a la evolución biológica del hombre, a lo que llamará hominización: "dependencia de este tipo de mecanismos culturales para la adaptación-, ya que es el desarrollo tan bien en el hombre-podemos designar hominización cultural. El hombre se había ido a pique hominización biológica y cultural de la hominización" [82]Ibidem: 18). Como se puede apreciar es con Tobias donde el término hominización toma un papel predominante como explicación de la evolución humana. Tobias muestra su adhesión a la postura de Waddigton y de Simpson, según la cual el hombre es un animal ético: "el hombre es un animal ético, o mejor – como Waddigton lo llama, capaz de un pensamiento ético y de formación de los sistemas éticos " [83]Ibidem: 39). Hasta ahora he mencionado la sucesiva repetición del término cultura, el mismo Tobias ya lo había mencionado en 1969. En su libro The Brain in hominid Evolution, de 1971, vuelve a retomarlo: "promoción cultural es una características no morfológica de hominización como aumento en el tamaño del cerebro es un criterio morfológico […] lo cultural" [84]Tobias 1971: 116). Para Tobias la actividad cultural establece los elementos de posibilidad y perpetuación de la evolución humana. Los básicos son la elaboración de herramientas, la comunicación simbólica y la organización social: "Cuya evolución ha constituido la esencia de la hominización de la siguiente manera: (a) el comportamiento implemental (que utiliza herramientas y fabricación de herramientas): (b) la comunicación simbólica, y (c) ciertas características de la organización social, en el que preagrícola seres humanos más marcadamente divergentes de catarrinos infrahumanas" [85]Ibidem).
The Brain in hominid Evolution está planeado como una síntesis de 38 de las lecturas James Arthur del American Museum of Natural History realizadas entre 1932 a 1970. Por lo que la referencia principal es el cerebro, pero el concepto sobre el ser humano de Tobias asociado a la cultura es evidente en la denominación que haría junto con Leakey y Napier del Homo habilis: "Homo habilis (Habilis es una palabra latina que significa "capaz, práctico, mentalmente hábil y vigoroso" La idoneidad de esta palabra para designar a un grupo que probablemente fue responsable de la primera piedra de las herramientas culturales sistemática toma surgirá más tarde. El nombre fue sugerido por el profesor Dart.) […] Capacidad de H. habilis es uno de los criterios que lo distinguen de los australopitecos" [86]Ibidem: 60).
El cerebro se muestra como una necesidad para justificar la elaboración de herramientas y el carácter del hombre, su hacer cultura:
"En estas condiciones de selección dramático para el tamaño del cerebro más grande, con la consiguiente diversificación de la población con respecto a este parámetro, bien puede ser preguntó, si es biológicamente significativo para el agrupamiento de los datos de tales poblaciones dispares, para tratar de evaluar la desviación estándar de las especies y rango de población […] el mismo significado de los eventos biológicos que ocurren en esta etapa crítica de la hominización puede estar enmascarada por la combinación estadística de todos los datos de la vista geográfico, cronológico, y poblaciones dispersas" [87](Tobias 1971: 95).
El desarrollo del cerebro es resultado de la interacción evolutiva con la elaboración de herramientas, la caza y la organización social necesaria, así como con la conducta simbólica particular del lenguaje: "Consideraremos a continuación cuáles son los aspectos de la vida de H. habilis y, sobre todo, del H. erectus podría haber sido relevantes como presiones selectivas hacia el aumento de tamaño de los factores del cerebro tales como el aumento de la sistemática fabricación de herramientas de piedra, la organización y la caza sistemática, y la conducta simbólica incluyendo el habla simbólica" [88]Ibidem: 99). El lenguaje, mencionado en numerosas ocasiones, aquí como con Pilbeam (1970) y con Rensch (1972) es una función del cerebro, el cerebro "construido" para la producción del lenguaje en un ambiente cultural como sugiere Tobias. Además se menciona, como lo había hecho Pilbean (1970), Ardrey (1975) y Dart (1959) a la caza como una actividad primordial de la evolución humana.
La cultura provoca el incremento en el desarrollo cerebral, desempeña el papel de mantener la sobrevivencia diferencial: "El desarrollo del hombre parecería haber puesto cada vez menos de una prima en el tamaño de su cerebro. Más allá de una cierta etapa en el aumento del tamaño del cerebro, no tenemos ninguna evidencia de que aumentar aún más en las habilidades adaptativas de cualquier hombre[89](Ibidem: 101). Así el hombre está constituido por una serie de características, como un sistema: "La cadena de interrelaciones de los parámetros se puede representar así: Aumento en el tamaño del cerebro Aumento de la complejidad de la organización interna Cambios en los patrones funcionales Cambios en los patrones de comportamiento […] Homo sapiens: todas las tendencias significativas de hominización culturales se intensificaron: coherencia, complejidad, refinamiento, la versatilidad, la diversidad dentro de las culturas, la diversificación de las culturas con la adaptación cultural: la vida ritual complejo, con manifestaciones artísticas, la tolerancia de la más amplia gama de variantes humanas dentro del grupo social, dando lugar a una mayor variabilidad. El hombre es absolutamente dependiente de la cultura para la supervivencia" [90]Ibidem: 138).
El hombre es cultural, pero no sólo cultural, el hombre es un organismo con el carácter emergente de ser especie-individuo-sociocultura. En un sentido estricto el hombre no es sólo un dependiente de la cultura, pues la cultura es una de las partes de su ser humano. Tobias divide los componentes culturales y no culturales que permiten entender un concepto hombre delimitado por esas características:
Componentes no culturales 1. erigir la locomoción bípeda 2. diferentes medidas del tamaño del cerebro y la complejidad 3. receptividad sexual no cíclico de la hembra 4. retraso del desarrollo ontogenético 5. comportamiento predatorio (de caza) Componentes culturales 6. comportamiento instrumental (que utiliza herramientas y fabricación de herramientas) 7. comunicación simbólica Ciertas características de la organización social en la que los seres humanos preagrícolas más marcadamente divergentes de los catarrinos infrahumanas [91](Tobias 1971: 144).
En 1991 se edita una selección de trabajos de Tobias, Images of Humanity. The Selected Writings of Phillip Tobias, que a lo largo de su trayectoria elabora sobre diversos temas. Esta obra permite observar en perspectiva su concepto sobre el ser humano, anexo a la idea de hominización. También permite apreciar que sus conceptos siguen próximos al mismo eje: el cerebro, la postura que libera las manos y permite la manipulación y transporte de herramientas así como la importancia del lenguaje.
El concepto de ser humano de Tobias lo encontramos en el siguiente parrafo: El camino evolutivo del hombre difiere de la de todas las demás criaturas, en que su evolución biológica, el cambio de su anatomía y fisiología, han sido superados por su evolución cultural. Desde que primero liberó sus manos de levantamiento de peso por el aumento a una postura bípeda erguida y desde que primero mantuvo su mirada estereoscópica centrado en los dedos que manipulan, lo que podía hacer con esas manos y dedos liberados, ha desempeñado un importantísimo papel en su supervivencia. El cerebro aumentando, a su vez para desarrollar vías neuronales complejas que hicieron posibles inventos cada vez más ingeniosas para asegurar la supervivencia. La ropa tomó el lugar de la pérdida de pelo natural para asegurar la protección contra los elementos, el lenguaje de garantizar la transmisión de la cultura no es menos eficaz en que los genes aseguraron la transmisión de equipos biológicos y las herramientas de hueso y piedra tomaron el lugar de desgarro y corte con los dientes [92](Tobias 1991: 40).
La importancia de la hominización para Tobias se muestra al plantear una propuesta de filogenia humana en los siguientes términos: "Estos son los tiempos de divergencia entre (i) el linaje que condujo en última instancia al Pongo (orangután) y la que llevó al hombre y los grandes simios africanos, y (ii) la línea que conduce a Gorilla, por una parte, y a Pan (chimpancés) y el hombre por otro lado. Un tercer evento crítico (o división de un linaje) fue que entre los linajes de los homínidos y de Pan[93](Tobias 1991: 135). De esta propuesta establece cuatro etapas de hominización: Grados de hominización 1er Grado: Australipithecus 2 º Grado: Homo habilis 3er Grado: Pithecantropus 4to Grado: Achelense del Hombre [94][ ] Homo erectus (Ibidem: 187).
El término hominización pretende explicar el proceso de la evolución humana que lleva al Homo sapiens. Esta idea ya dijimos fue planteada por Simpson. Esto se debe a que la evolución del hombre no implica exclusivamente su evolución sociocultural, también su evolución a un nivel individual y de especie. La evolución del hombre implica un proceso en el cual las características especie-individuo-social-cultural entran en un proceso de cambio, de uno de los elementos, la especie. El reconocimiento de esta cualidad en la antropología permite que actualmente hablemos del ser humano como un ser biocultural o bio-psico-socio-cultural.
Capítulo 6
Dos personajes en los 70s, 80s y 90s
La importancia de Richard Leakey en la paleoantropología se origina en la década de los 70s, se extiende a los 80 y hasta nuestros días se le recuerda por su papel aventurero y difusor del conocimiento. Primero voy a referir el contexto en el que se desarrolla. Para las décadas de los 70 y 80 los estudios séricos se unen a los análisis de hibridación DNA- DNA, así como la secuenciación de proteínas y DNA, los resultados proponen una similitud mayor entre el Homo sapiens y el chimpancé que con el gorila, en oposición a los estudios anatómicos (Schwartz 2001). "Los humanos y chimpancés son más del 98.3 % idénticos en su DNA nuclear no codificante y más del 99.5 % en el DNA nuclear codificante" (Goodman 2001:52).
Desde los años 70s se da un proceso de difusión masivo de los descubrimientos fósiles. El financiamiento que en sucesivas ocasiones proporcionó National Geographic es un ejemplo, programas de televisión continuaron en la misma tendencia (Leakey 1981, Reader 1982, Lewin 1990). Se realizó la exposición y simposium: Acestors: Four Millions Years of Humanity (1984) que reunió a muchas de las más importantes personalidades de la investigación en evolución humana. Esta exposición tuvo una finalidad; valorar el por qué las ideas creacionistas estaban en boga en Nueva York, y mostrar al público la extensa historia de la evolución y de manera sin precedente, los restos fósiles de la evolución humana en un mismo lugar.
La ausencia de R. Leakey a este simposium fue notoria. R. Leakey nació en 1944, en 1963 al descubrir una mandíbula de Australopithecus decide estudiar antropología, pero no pasa mucho tiempo estudiando y en 1967 dirige un grupo de investigación con el que descubre importantes yacimientos fósiles en el lago Turkana. Publicó varios libros y en 1979 una especie de síntesis en The Making of Manking título original del libro que en español se llamó La formación de la humanidad. En este libro comienza caracterizando al hombre como un ser curioso que busca conocer las relaciones del mundo que lo rodea.
Para R. Leakey somos el "animal humano", siempre andamos erguidos, poseemos un cerebro grande, una cara aplanada, una "aparente" desnudez, nuestras extremidades anteriores son particularmente hábiles en la manipulación y como producto de ambos factores, el cerebro y las manos, se desarrolla la tecnología. Pero más allá de esto, el hombre es el único capaz de elegir (Leakey 1981). El sentido de esta aseveración es la característica ética del hombre. Evidentemente relacionado con la postura existencialista al asegurar la capacidad del hombre de elegir que hacer, de existir por elección. Richard Leakey establece al habla como el núcleo esencial de la interacción social en el organismo más sociable que es el H. sapiens. Además "nuestro sentido de justicia, la necesidad del placer estético, el valor de nuestra imaginación y nuestra autoconciencia penetrante se combinan para crear un espíritu imposible de definir, que yo creo que es el alma", dice Leakey (Leakey 1981: 24).
Leakey está en contra de la hipótesis del hombre caracterizado como un ser agresivo por naturaleza. "Los hombres son esencialmente seres culturales, capaces de responder de varias maneras diferentes a las mismas circunstancias dominantes" (Leakey 1981: 256). La cultura proporciona el medio de aprendizaje, cita a Pilbeam para hablar del hombre como un ser que hace las cosas culturalmente. "Lo que una persona llega a ser, tanto en términos de comportamiento como de creencias, depende de la cultura en que el individuo está inmerso" (Ibidem: 260). La cultura va a constituir al hombre en la misma medida que el hombre constituye la cultura.
Con claros tintes filosóficos R. Leakey dice: "De manera innata no somos nada. Los seres humanos son animales culturales, y cada uno de nosotros es consecuencia de su propio contexto cultural particular" (Leakey 1981: 262). En éste enunciado se muestra totalmente existencialista, con referencias al discurso de Heidegger, Sartre y casi con exactitud a Ortega y Gaset cuando éste decía: "Se vive siempre en una circunstancia única e ineludible. Ella es quien nos marca con un ideal perfil lo que hay que hacer" (Ortega y Gaset 1995: 315).
Como todos los autores que se mencionan en este trabajo, R. Leakey hace alusión al futuro. Sus comentarios a los años 80 son de preocupación. Menciona que por un lado se acentúa la desigualdad, por otro las potencias mundiales ponen al planeta ante un futuro incierto y posiblemente peligroso. Piensa que una tercera guerra mundial sería la última. Pero el hombre posee fe, esperanza y un objetivo para vivir. El hombre tiene la responsabilidad de elegir su futuro (Leakey 1981).
En 1992 publica, Origins Reconsidered. In Search of What Makes us Human, junto con Roger Lewin. Para R. Leakey y Lewin lo principal es la postura erecta: "una de las características definitorias de los homínidos es el modo de locomoción: nosotros y todos nuestros antepasados ??inmediatos caminaban erguidas sobre dos piernas, o bipedalmente" [95]Leakey y Lewin 1992: 29). Sólo la adquisición de la postura erecta hace posible el lenguaje y la cultura: "somos criaturas de conocimiento, es cierto. Pero, más importante aún, somos criaturas impulsadas saber [96](Ibidem: 33). El hombre es producto de la actividad cultural que significa el aprendizaje. La herencia cultural de generación en generación dentro del sistema sociocultural: "los seres humanos se convierten en humanos a través de intenso aprendizaje, no sólo de la supervivencia en el mundo práctico, sino de usos y costumbres sociales, parentesco y leyes sociales" [97]Leakey y Lewin 1992: 145). En conclusión considera a la cultura como la daptación humana. Esta posición es similar a la que L. Leakey había hecho y R. Leakey la retoma, aun cuando busca apartarse de la influencia de su padre y tomar un rostro propio dentro de la paleoantropología (Reader 1982).
El cerebro es esencial en tanto hace posible la conciencia: "conciencia, como una cualidad de la mente, hace que cada uno de nosotros se sienta especial, como individuo, ya que el sentido de sí mismo, por su propia naturaleza, es exclusivo de los demás" [98]Leakey y Lewin 1992: 310). El cerebro hará posible el desarrollo del lenguaje: "el evento principal en el origen de los humanos modernos es muy probable fue la adquisición definitiva de una lengua hablada totalmente articulado" [99]Ibidem: 274). El lenguaje como lo propio del hombre: "El lenguaje humano, y todo lo que de él se deriva de hecho marca al Homo sapiens como especie especialmente talentosos" [100]Ibidem: 276). Con la misma importancia con la que lo menciona una década antes. El lenguaje hace posible el desarrollo de la característica ética: "Nuestro sentido de la moral, la ética y la visión trascendental en único en el mundo de hoy" [101]Ibidem). Por lo que es considerado primordial de la concepción sobre el ser humano.
Si bien la reflexión sobre lo humano había sido plenamente tratada con anterioridad, ahora los paleoantropólogos ya no tienen que defender la evolución humana y se dan la oportunidad de especular más sobre las condiciones humanas que lo hicieron posible. Un buen ejemplo lo vemos en la idea que sobre el lenguaje plantea R. Leakey como el vehículo para dar humanidad al hombre a partir de su propia acción:
Cuando contemplamos hacia nuestros orígenes, llegamos rápidamente a centrarnos en el lenguaje. Estándares objetivos para nuestra singularidad como especie, tales como nuestro bipedismo y nuestra relativamente enorme cerebro, son fáciles de medir. Pero en muchos sentidos es el lenguaje el que nos hace sentir humanos. El nuestro es un mundo de palabras. Nuestros pensamientos, nuestro mundo de la imaginación, nuestra comunicación, nuestra rica cultura de moda, todo se tejen en el telar del lenguaje. El lenguaje puede evocar imágenes en nuestras mentes. El lenguaje puede agitar nuestras emociones-tristeza, la felicidad, el amor, el odio. Aunque el lenguaje podemos expresar individualidad o exigir lealtad colectiva. En pocas palabras, el lenguaje es nuestro medio[102](Leakey y Lewin 1992: 279). El lenguaje hace posible la construcción del mundo: "nuestras mentes crean un modelo mental del mundo que es exclusivamente humano, capaz de hacer frente a los desafíos prácticos y sociales complejos" [103](Leakey y Lewin 1992: 250). Aquí se ve un pronunciado desarrollo de su concepción acerca de la importancia del lenguaje, se incorpora con mayor relevancia y se puede decir que se asume una postura semiótica. Como menciona Sebeok (1996) el hombre participa en la construcción simbólica del mundo por medio del lenguaje. Postura con las reminiciencias de Wittgenstein y Heidegger, pero plenamente desde la semiótica norteamericana. Que aún con la distancia filosófica patente, el mundo y la realidad están ligados por el hombre por medio del lenguaje: "Un modelo mental exclusivamente humana del mundo, tejido en el telar del lenguaje" [104]Leakey y Lewin 1992: 251). Claramente discierne sobre lo humano cuando dice: "Creo que las cualidades de humanidad – conciencia, la compasión, la moral, el lenguaje- surgieron gradualmente en nuestra historia, los productos del proceso evolutivo que dio forma a nuestra especie. Pero, junto con nuestro intelecto creativo, forman parte de nuestra percepción del resto del mundo de la naturaleza" [105]Ibidem: 358).
No obstante la importancia de la cultura y el lenguaje, la posición erecta no deja de ser fundamental: Para mí, la distinción fundamental entre nosotros y nuestros parientes más cercanos no es nuestra lengua, no nuestra cultura, no nuestra tecnología. Es que estamos en posición vertical, con nuestras extremidades inferiores para el apoyo y la locomoción y las extremidades superiores libres de esas funciones. En esencia, los humanos son simios bípedos que pasó a desarrollar todas estas otras cualidades que normalmente asociamos con el ser humano. Y si pensamos con otra vez acerca de los datos moleculares, que aliado con nosotros en estrecha colaboración con el chimpancé y el gorila, entonces, sin duda alguna, somos monos de una especie, los simios africanos bastante extraño[106](Leakey y Lewin 1992: 81).
El problema con éste libro es la autoría de los enunciados, en casi todo el libro parece escribirlo R. Leakey, por el discurso en primera persona, pero en el prólogo Lewin es quien menciona su deseo de escribir un libro con R. Leakey. Lo más valioso es dejar a la fabricación de herramienta de lado como lo característico de un concepto sobre el ser humano. Esto es lo más relevante junto con la postura erecta lo que concuerda con sus estudios del H. erectus como básicos para entender al H. sapiens.
El segundo ardil de la paleoantropología en esta época es Johanson.
La importancia y popularidad de R. Leakey está estrechamente ligada con la de Donald Johanson, primero amigos, pronto competidor y en definitiva confrontación desde 1985 con R. Leakey (Lewin 1990). Los libros de Johanson son en su mayoría en coautoría. Es difícil saber si él los redacta o en qué medida lo hace, pero lo que es evidente es su participación como el protagonista principal en la historia de la paleoantropología.
Johanson realizó una gran cantidad de trabajo de campo a partir de 1970, en sucesivas ocasiones, en Etiopía. Sus mayores descubrimientos son: el Australopithecus afarensis (donde nos encontramos con la presentación del nombre de especie para Lucy) en 1974 y la llamada familia que comenzó a obtenerse desde 1975. La difusión de esta nueva especie se realizó hasta 1978 en el Simposio Nobel sobre el hombre primitivo organizado por la Academia Sueca. Al inicio se opusieron R. Leakey y P. Tobias que consideraron excesivo nombrar una nueva especie, pero a nivel popular fue aceptada (Reader 1982).
Lucy, el gran descubrimiento de Johanson es el objeto su libro El primer antepasado del hombre en coautoría con Maitland Edey (1982). Es un relato de la historia de la paleoantropológia que concluye con la importancia y el ascenso de Johanson y la nueva especie, al reconocimiento mundial. Por el hecho de no ser un Homo en el cual basa su análisis, Johanson se remite a definir homínido por su carácter bípedo. Intenta explicar la dificultad de establecer un límite entre lo humano y lo no humano, un "hilo ancestral del hombre, de un hilo cada vez más tenue, cada vez más largo y lejano hasta descubrir que ya no es un hilo humano. Este problema puede ser tanto de orden emocional como científico" (Johanson y Edey 1982: 156). La búsqueda del origen del hombre sin apartarse de la idea de hombre, "porque imagina que siempre hay otro antepasado humano: un poco más viejo, un poco más primitivo, pero en definitiva humano" (Ibidem: 157).
Johanson, en Ancestros. In Search of Human Origins (1994) menciona al bipedismo como parte del concepto hombre: "el bipedismo, habitual locomoción bípeda, es una actividad que distingue a los humanos de todos los demás primates […] Utilizamos el bipedismo como criterio principal para decidir qué fósiles incluimos como homínidos en lugar de los simios" [107]Johanson et al. 1994: 48). Pero ahora se toma como una característica que refiere a otros elementos más importantes: "los seres humanos son los únicos animales que sufren de fracturas de cadera en los huesos debilitados por la osteoporosis, que surgen de nuestra compulsión inusual para moverse sobre dos piernas […] Si el bipedalismo no ofrece ventaja física inmediata, tal vez la respuesta a su evolución y persistencia es alguna ventaja social" [108]Ibidem: 75) El bipedismo es una señal de los elementos más importantes que hace posibles y que son imprescindibles en la evolución humana: "el bipedismo bien podría haber sido un importante catalizador en una novela de cría de homínido y estrategia de supervivencia que incorpora habilidades de los padres, el uso de herramientas, y otra conducta que anima cerebro crecido […] Debido a que un gran cerebro necesita elaborar la programación, en algún momento los homínidos deben haber retrasado la maduración de sus crías después de nacer como los humanos modernos hacen" [109]Ibidem: 81). Por lo que concluyen que un cerebro desarrollado fue el resultado del proceso evolutivo. El cerebro proporciona, entonces, nuevas posibilidades de evolución: "el ser humano es extraño por varias razones. Tenemos un enorme cerebro, parte de nuestra herencia evolutiva de los últimos 2 millones de años aproximadamente, y este cerebro es un importante órgano sexual que gobierna la mayor parte de la conducta sexual aprendido" [110]Ibidem: 77).
Ya antes había mencionado la importancia de la elaboración de herramientas, relacionando la tecnología con la caza, Johanson et al. la propone como una actividad cuyo origen es posterior al propuesto por Dart: "la evidencia arqueológica sugiere que la caza habitual no comenzó hasta tarde en la evolución humana, tal vez no hasta después de la aparición de los humanos modernos" [111]Ibidem: 121). Además como parte del concepto sobre el ser humano se menciona el uso del fuego: "el fuego es una experiencia profundamente social y era probablemente una parte importante de la vida de los homínidos más tarde en Swartkrans […] Existe una estrecha asociación entre el fuego y la mayor necesidad de protección cuando se utilizaron las cuevas como sala de estar" [112]Ibidem: 170), y por último, para formar el concepción está el lenguaje: "si el lenguaje realmente fue una ocurrencia tardía en la evolución humana, a continuación representa sólo un subproducto de un cerebro grande y no podía por sí sola ha sido la fuerza impulsora detrás de la expansión del tamaño del cerebro. El brote dramático en el cerebro crecido que más tarde distinguir al Homo sapiens del Homo erectus" [113]Ibidem: 202).
Con lo cual se puede llagar a conceptualizar al hombre por la cultura y en particular por el lenguaje: "De hecho, mucho de lo que nos hace humanos en el lenguaje final, la cultura, la organización social, puede surgir de esta anormalmente largo periodo de desamparo en la primera parte de nuestras vidas" [114]Ibidem: 195).
En From Lucy to Language (1996) se toma la diagnosis de Homo propuesta por L. Leakey et al. y sólo se asocia la característica del lenguaje como un medio de comunicación simbólica particular del hombre: "Cultura y lenguaje simbólico son centrales en la distinción de los humanos modernos. Nos comunicamos simbólicamente a través del lenguaje y ha pasado a depender de la cultura para la supervivencia" [115]Johanson y Blake 1996: 41). El fundamento está en que el lenguaje es la parte central de nuestro ser, como lo dice Heidegger. Esta mención continua del lenguaje muestra la relevancia que en las últimas décadas del siglo XX tiene. Basada en la concepción de que por medio del lenguaje se puede elaborar una teoría de la naturaleza humana (Chomsky 1975).
Es ambos importantes autores nos encontramos con una nueva forma de hacer la paleoantropología. Mucho de su trabajo tiene que ver con la promoción de sus descubrimientos. Su papel en los medios de difusión es propio de esta nueva etapa de comunicaciones inmediatas. Sus discursos no son tan técnicos como lo habían sido entre los 50s y los 70s. Si bien sus trabajos de diagnosis en las revistas científicas son serios, el discurso en los libros es de difusión. La profundidad conceptual no es sobresaliente. Ellos participan de una etapa de los estudios evolutivos en los cuales se crean historias explicativas de la adaptabilidad. A eso se la conoce como Programa Adaptacionista. Significa que se buscan explicaciones adaptativas que sostienen el por qué de las transformaciones evolutivas. Las explicaciones son historias hipotéticas que se hacen pasar como teorías. Esta forma de explicación existe desde Darwin, pero en los 80s fue criticada con dureza por Stephen J. Gould y Richard Lewontin (1979). Estos autores demostraron que se basa en un concepto de adaptación sólo conducido por selección e ignora los procesos del desarrollo implicados en la forma y evolución de la vida. Las historias son sólo invenciones y no explicaciones basadas en evidencias. Considero que estos paleoantropólogos permanecieron en el contexto de la Teoría Sintética mientras la biología evolutiva avanzaba en una extensión de la teoría evolutiva. Hacia los años 70s y 80s se generó una Síntesis Expandida (Kutschera and Niklas 2004), el nombre no es oficial, sino una forma descriptiva de cómo se desarrolló en los hechos que todo el tiempo ha sido paralela con la Teoría Sintética. Es decir, en los hechos metodológicos y teóricos se generaron una transformación del conocimiento en evolución que inevitablemente cambió la forma de comprender y hacer evolución.
Así tenemos los siguientes avances en biología; la bilogía experimental comprobó la evolución a nivel bacteriano, la fisiología describió la plasticidad fenotípica, la biología celular propuso la teoría de la endosimbiosis, la etología probó la relevancia de la selección sexual, la paleobiología estableció con evidencia un ritmo puntuado de la evolución y el papel de la extinción en masa, la biología molecular describió la epigenética, la duplicación génica y surge en su interior la teoría neutral de la evolución molecular, la biología del desarrollo describe los genes homeóticos, la heterocronía y los límites del desarrollo, por último se propuso la selección de grupo.
A partir de los años 90s estos nuevos avances en la biología evolutiva van a ser integrados en el campo de la paleoantropología.
Capítulo 7
El estudio de la evolución y de la evolución humana es en su fundamento un trabajo teórico. En el sentido más enriquecedor del término. Se busca hacer teoría para explicar al ser humano. El título del capítulo es redundante en ese sentido, es búsqueda del principio y es regresar al sentido teórico profundo de la evolución.
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