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La revolucion permanente en Rusia y China (página 4)

Enviado por Rafael Herrera Robles


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Sobre los proletarios o clase obrera, no obstante su reducido número (2 millones de un total de casi medio millón de habitantes) Mao destaca que ha demostrado su fuerza y reivindica su papel dirigente en la revolución.

Como conclusión escribe: "son nuestros enemigos todos aquellos que están confabulados con el imperialismo: los caudillos militares, los burócratas, la burguesía compradora, la clase de los grandes terratenientes y el sector reaccionario de la intelectualidad subordinado a todos ellos. El proletariado industrial es la fuerza dirigentes de nuestra revolución. Nuestros amigos más cercanos son todo el semiproletariado y toda la pequeña burguesía. En cuanto a la vacilante burguesía media, su ala derecha puede ser nuestro enemigo, y su ala izquierda, nuestro amigo…"

Nuestra objeción a la opinión -generalizada en gran parte del movimiento marxista mundial-, de que el conjunto de maestros o técnicos de mando medio y profesionales, pertenezcan a las capas medias o pequeña burguesía. Según Marx, son obreros o proletarios los que careciendo de todo medio de vida –tierra, instrumentos-, sólo poseen su fuerza de trabajo –capacidad mental corporal- que lo venden al capitalista recibiendo un salario que le sirve sólo para vivir y reproducirse. Es decir, no les alcanza para invertir y acumular capital. De acuerdo a esto, los sectores mencionados por Mao Tse Tung, maestros, funcionarios subalternos, oficinistas, forman parte de la clase obrera activa. La exclusión de sus filas –en la actualidad suman millones para poner en funcionamiento la economía cada vez más tecnificada en el sector público y privado- ha servido para que ideólogos burgueses digan que Marx se equivocó en pronosticar la proletarización generalizada y el incremento del antagonismo entre la burguesía y la clase obrera, entre el capital y el trabajo.

En, "Informe sobre una investigación del movimiento campesino en Junan78" (marzo 1927), Mao Tse Tung reivindica el potencial revolucionario de los campesinos, augurando que por centenares de millones se levantarán en todo el territorio. Las asociaciones campesinas en Junan –relata- atacan a los "déspotas locales, shenshi malvados y terratenientes sin ley, y de paso atacan a las ideas e instituciones patriarcales, a los funcionarios corruptos de las ciudad y a las malas costumbres del campo". Los déspotas y shenshis malvados "más importantes huyen a Shanghai; los de segunda categoría a jankou; los de tercera a Changsha, los de cuarta, a las capitales de distrito, y los de quinta categoría para abajo han tenido que rendirse a las asociaciones campesinas".

Déspotas y shenshis malvados aparecen como categorías políticas que detentan el poder autónomo en las zonas rurales, incluyendo con "leyes" y fuerza represiva propias. Al finalizar la década del cuarenta, cuando los ejércitos revolucionarios están en la ofensiva final, a los shenshi malvados que se pasan a filas revolucionarias Mao Tse Tung los llama "shenshi sensatos". El papel que los asigna, al igual que a sectores de la burguesía nacional, se fundamenta más que todo en la practica que algunos de esos sectores (minoritarios) cumplen en la guerra civil.

Volviendo a su informe sobre Junan, Mao Tse Tung dice que existen tres sistemas de autoridad: "1) el sistema estatal (la autoridad política), estructurado en órganos de poder a nivel nacional, provincial, distrital y cantonal; 2) el sistema de clan (autoridad de clan), que comprende desde los templos ancestrales del clan y del linaje hasta los jefes de familia, y 3) el sistema sobrenatural (la autoridad religiosa) constituido en su conjunto por las fuerzas subterráneas: el rey de los infiernos, el dios protector de la ciudad y las divinidades locales…" Además de las anteriores, sobre las mujeres existe una cuarta autoridad: la marital. Las cuatro formas de autoridad "encarnan la ideología y el sistema feudo-patriarcales en su conjunto y son cuatro gruesas sogas que mantienen amarrado al pueblo chino, y en particular al campesinado".

De acuerdo a su fortaleza, las asociaciones campesinas irrumpen en el conjunto del modo de vida, contra sus opresores, contra las malas costumbres (incluyendo religiosas, prohibiendo festines suntuosos) y contra los vicios más comunes, entre ellos, el consumo del opio, los juegos de naipes y los juegos de azar. Además, se limita la elaboración de alcohol y azúcar. Por consumir mucho grano, útil para la alimentación humana, se limita la crianza de cerdos, patos y gallinas. La matanza de bueyes se limita a los inútiles y a los enfermos, cuando pierden utilidad para el trabajo. Se combate al vagabundaje y se elimina el bandolerismo.

c) El poder rojo.- En un texto de octubre de 1928, "¿Porqué puede existir el poder rojo en China?79", Mao Tse tung explica que el surgimiento del poder rojo en el campo cercado por el poder de las clases dominantes, se debe a condiciones peculiares de China que no se repiten en ningún otro país. Menciona el carácter semicolonial de China dominada por varios imperialismos que se relacionan con diversos poderes locales que se pelean entre sí; y los inmensos y accidentados territorios.

Sobre los inmensos territorios, destaca que mientras en una parte amanece, en otra parte anochece, de modo que en China nunca se oculta en sol

En un texto de noviembre del mismo año: "La lucha en las montañas Chingkang80", además de la diversidad del territorio y la debilidad de las clases dominantes con sus luchas intestinas, el poder rojo se debe a: "1) una buena base de masas, 2) una sólida organización del Partido, 3) un ejército rojo bastante fuerte, 4) un terreno favorable para las operaciones militares, y 5) recursos económicos suficientes para el abastecimiento" (p. 75)

"El programa para una revolución democrática cabal en China implica, en lo externo, el derrocamiento del imperialismo para alcanzar la completa liberación nacional y, en lo interno, la eliminación de la burguesía compradora en las ciudades, la consumación de la reforma agraria para eliminar las relaciones feudales en el campo y el derrocamiento de los caudillos militares"(p. 102)

En uno de sus textos más conocidos: "Una sola chispa puede incendiar una pradera81a" fechada en enero de 1930, además de justificar el poder rojo en el campo, Mao Tse Tung destaca las diferencias entre China y Europa en el proceso revolucionario mundial. En China las fuerzas subjetivas se han debilitado, pero también las clases dominantes nacionales y extranjeras en constantes enfrentamientos entre sí los hacen débiles, mientras que en Europa las fuerzas subjetivas pueden ser más fuertes, pero las clases dominantes son más fuertes que las chinas. A pesar de la debilidad del factor subjetivo en China, "la revolución avanza hacia su auge más rápidamente que en Europa occidental, porque aquí las fuerzas de la contra revolución son relativamente débiles también".

El factor "subjetivo" aludido por Mao Tse Tung se refiere a la conciencia de clase durante –en la peor crisis capitalista del siglo veinte- por lo que frente a las reivindicaciones obreras y populares que amenazan el orden, las clases dominantes europeas se resquebrajan apelando al fascismo, la expresión más bárbara de la dominación capitalista burguesa. Pero antes que por la fortaleza de la burguesía europea occidental, la revolución fracasa por falta de liderazgo (dirección) política, que se acentúa con la asunción de Stalin al poder en la Unión Soviética. Recordemos que de una política derechista que condujo a la derrota de la revolución china (1925-1927) se pasa a una política ultraizquierdista que facilitó el ascenso del nazi fascismo al poder en Alemania, para luego dar un viraje a la derecha con los frentes populares que llevó a la derrota a la revolución española (1936-1939), etc.

Sin embargo, la apreciación de Mao Tse Tung sobre la mayor fortaleza de las clases dominantes europeas occidentales respecto a China (y los países coloniales y neocoloniales) es innegable.

Debemos aclarar que el sistema de dominio en territorios imperialistas mediante la democracia burguesa, se basa en el relativo bienestar de un sector de sus clases trabajadoras gracias al pillaje a colonias y neocolonias que quedan debilitadas y hasta exangües, por lo que en estos países su sistema de dominio es débil. China es un claro ejemplo.

Entre los que antecedieron a Mao Tse Tung en la reivindicación del campo como escenario principal de la lucha revolucionaria, tenemos a Pen Pai, que desde 1921 había organizado a campesinas en Kuantung, base sobre la se funda el primer soviet campesino de destacada actuación entre noviembre de 1927 a febrero de 1928 (para los que Chen Tu-siu intentó –sin conseguirlo- entregar armas). En el terreno de la teoría, Cohen señala a kan Nai Kuang, que en 1925 habría señalado que "La clase campesina es la clase básica de la revolución nacional. En otras palabras, los campesinos son la fuerza principal de la revolución81b".

d) La guerra de guerrillas.- En "Sobre la táctica de la lucha contra el imperialismo japonés82", Mao Tse Tung recuerda que China por siglos, ha vivido bajo la opresión de muchos imperialismos, que incluso pactan tratados para repartirse su zona de influencia. En una conferencia realizada en Washington en 1922 "se colocó de nuevo a China bajo la dominación conjunta de varias potencias imperialistas", las mismas que en salvaguarda de sus propios intereses –contrarias al pueblo chino- condenan la invasión japonesa iniciada el 18 de setiembre 1931 con la ocupación de cuatro provincias del nordeste y condenan que a partir de 1935 intenta apoderarse de toda China.

Prosigue señalando que la clase obrera y campesinos son los bastiones más fuertes de la revolución y lucha contra toda forma de colonialismo. La pequeña burguesía y los estudiantes se suman a la resistencia, mientras "Los grandes déspotas, los grandes burócratas y los magnates de la burguesía compradora ya han tomado hace tiempo su decisión. Han sostenido y sostienen que toda revolución (sea cual fuere) es peor que el imperialismo. Constituyen el campo de los vende patrias" (…) "Su cabecilla supremo es Chiang Kai Shek" (p.167) Su consigna: "Exterminar primero a los bandidos (comunistas) y después resistir al Japón" (p.171) Sobre la burguesía nacional dice que en 1927 se pasó a la reacción. Con la invasión japonesa surgen nuevas condiciones y de acuerdo a la experiencia, una parte puede unirse a la resistencia, mientras otra parte se une a los reaccionarios.

En un escrito de octubre de 1938: "El papel del Partido Comunista de china en la guerra nacional83", Mao Tse Tung dice que los comunistas chinos son internacionalistas y patriotas a la vez, constituyendo la parte más decidida del frente unido contra los invasores. Reivindica la independencia orgánica y política de los revolucionarios: "todo partido o grupo político que forme parte del frente único, sea el Kuomintang, el Partido Comunista o cualquier otro, debe conservar su independencia ideológica, política y organizativa". Recuerda que uno de los principios del pueblo impartidos por el Kuomintang de Sun Yat sen es la democracia, que implica "admitir tanto la unión de todos los partidos y grupos políticos como la existencia independiente de cada uno de ellos…"

En el texto mencionado Mao Tse Tung dice basarse en la teoría de Marx, Engels, Lenin y Stalin, ocultando que el último, Stalin, en todo momento, intenta subordinar los comunistas al Kuomintang, cuestión que hubiese llevado a disolver el ejército rojo y las zonas liberadas, es decir, se hubiese cumplido la propuesta de Chiang kai Shek.

En el frente antijaponés, los comunistas hicieron formalmente muchas concesiones, ofreciendo subordinar las zonas liberadas al Kuomintang bajo un régimen especial, paralizar la reforma agraria dejando de expropiar por la fuerza la tierra a los terratenientes, dejar de destituir y promover a las autoridades locales y regionales, cuestión que le compete únicamente al gobierno central. En 1937 –por presiones internas y externas- Chiang kai Shek admite a los comunistas en el frente antijaponés, pero como "asociación cultural" negando su papel de organización política. Sólo acepta reducir los arriendos de tierras a los campesinos y la liberación de los presos políticos.

En los hechos los comunistas, por propia voluntad o para no ser desbordados, apoyaban las reivindicaciones populares (violando el pacto con el Kuomintang), justificándose en el principio impartido por el legendario fundador del Kuomintang, Sun Yat Sen: luchar por el bienestar del pueblo, que junto a la amistad con Rusia y los comunistas chinos, constituían sus ejes "programáticos". Además, reclaman una convención nacional de todas las organizaciones anti japonesas para participar en el gobierno, cuestiones que jamás iba aceptar Chiang Kai Shek. Se entiende los roces y luchas constantes entre comunistas y nacionalistas del Kuomintang cuyo programa de los últimos ya no tenía nada de común con las ideas de Su Yat sen. Los comunistas, manteniendo su independencia política y orgánica logran conservar y extender las zonas liberadas, mostrando ser los más decididos, confluyendo con las aspiraciones populares.

En un escrito de mayo de 1938: "Problemas estratégicos de la guerra de guerrillas contra Japón84", Mao Tse Tung sostiene que China es un país "grande pero débil", y parte de su territorio ha sido ocupado por un país "pequeño y fuerte" como Japón, que por ser pequeño, por su reducido número de efectivos militares, no ha podido ocupar todo el territorio. En contraparte, China, por ser grande pero débil, no puede desalojarlos en corto tiempo mediante una guerra con tropas regulares (como podría hacerlo la unión Soviética), sino en una guerra prolongada, privilegiando la guerra de guerrillas que, "aunque ocupe un papel auxiliar en el conjunto de la guerra de resistencia, debe ser examinada desde el punto de vista estratégico". Un "fenómeno enteramente nuevo en toda la historia de las guerras, que no puede separarse de la época en que vivimos –las décadas del 30 y 40 del siglo XX- ni de la existencia del partido comunista y del Ejército rojo". Aclara que la invasión japonesa es diferente a la colonización de siglos pasados en China, en la India, en América, etc.

En su exposición sobre "La guerra prolongada85" (mayo, 1938) dentro del contexto mundial, Mao Tse Tung, dice que lo más importante es el frente único, además del frente internacional antijaponés y el ascenso revolucionario en Japón y sus colonias. De todos estos factores –siendo el principal la lucha en China- depende la duración de la guerra.

e) La nueva democracia.- La nueva democracia, la guerra popular prolongada, a lo que se agrega décadas después la revolución cultural y la teoría de los tres mundos, se constituyeron en distintivos del maoísmo como corriente revolucionaria internacional.

En "La revolución China y el Partido Comunista de China86" (diciembre 1939), al abordar el carácter de la revolución en un país "colonial, semicolonial y semifeudal", Mao Tse Tung emplea el término nueva democracia, refiriéndose al carácter democrático burgués de la revolución china, pero de nuevo tipo, como etapa de preparación y tránsito al socialismo, porque es dirigido por la clase obrera en alianza con los campesinos y demás sectores explotados, formando parte de la revolución socialista mundial. Diferente a la revolución democrático burguesa dirigida por la burguesía para desarrollar el capitalismo.

La lucha por la nueva democracia va dirigida "contra el imperialismo y el feudalismo y no contra el capitalismo y la propiedad privada capitalista". En China –a su entender- la revolución de nueva democracia comenzó con el movimiento 4 de mayo de 1919.

Según Robert Payne, al que mencionamos en líneas anteriores, el término nueva democracia fue creación del fundador del comunismo chino Chen Tu-siu, pero no da mayores referencias.

Mao Tse Tung dice que el programa de nueva democracia coincide con el Manifiesto del I Congreso Nacional del Kuomintang del año 1924 liderado por Sun Yat sen en el que se dice: "En los Estados modernos, el llamado sistema democrático está monopolizado por la burguesía y se ha convertido simplemente en un sistema de opresión contra la gente sencilla. En cambio, según el principio de la democracia sostenido por el Kuomintang, el sistema democrático es un bien común de toda la gente sencilla y no se permite que sea propiedad exclusiva de unos pocos".

En su escrito "Sobre la nueva democracia87" (enero 1940), Mao Tse Tung precisa que se enmarca en la época de decadencia capitalista y ascenso del socialismo a partir del triunfo de la revolución rusa (1917). En este contexto también explica que la revolución china como parte de la revolución socialista mundial, fue planteada por los comunistas chinos en la década del veinte, "aprobada por todos cuantos participaban entonces en la lucha antiimperialista y antifeudal".

Sin embargo, luego dice: "Esta correcta tesis, –se refiere a que la revolución china es parte de la revolución socialista mundial- planteada por los comunistas chinos, se basa en la teoría de Stalin". Cita un artículo de Stalin de 1918 en el que se refiere a "un nuevo frente de revoluciones contra el imperialismo mundial, que va desde los proletarios del Occidente, pasando por le revolución rusa, hasta los pueblos oprimidos de oriente".

Prosiguiendo con su exposición sobre la nueva democracia, Mao Tse Tung dice que antes del movimiento del 4 de mayo de 1919, la burguesía y pequeña burguesía lideraban la revolución democrática burguesa, proclamando en 1911 la república. A partir de 1919 y con la fundación del Partido Comunista en 1921, la dirección pasa a la clase obrera que en alianza con la mayoría de campesinos y la pequeña burguesía lleva a cabo la reforma agraria. Parte de la burguesía nacional estaba con la revolución hasta 1927 en que se pasa a la contra revolución. A partir de 1935 con la invasión japonesa, al cambiar las condiciones, nuevamente parte de la burguesía se acerca al frente antijaponés. Parte de la gran burguesía compradora está con Chiang Kai Shek en el Kuomintang y otra parte claudica a los invasores.

"En consecuencia, …, el proletariado, el campesinado y los intelectuales y demás sectores de la pequeño burguesía de china constituyen las fuerzas fundamentales que deciden el destino del país".

En el mismo texto (sobre la nueva democracia), Mao Tse Tung dice que en el mundo existen tres sistemas de estados: 1) república de dictadura burguesa de vieja democracia; 2) república de dictadura del proletariado (Rusia) y 3) república bajo dictadura de las diversas clases revolucionarias (nueva democracia). (El tercer sistema: gobierno de diversas clases, nos hace recordar a los planteamientos iniciales del fundador del Apra, Víctor Raúl Haya de la Torre en América Latina que promovía un "estado antiimperialista" de las clases explotadas: obreros, campesinos, intelectuales).

Del mismo modo que existe política de nueva democracia, existe cultura de nueva democracia opuesta a la vieja cultura feudal o semifeudal confuciana y opuesta a la cultura imperialista. El movimiento 4 de mayo de 1919 que da inicio a la nueva democracia en China fue el frente único de "intelectuales de ideas comunistas, intelectuales revolucionarios de la pequeña burguesía e intelectuales de la burguesía (Estos últimos formaban el ala derecha del movimiento en esa época)". El segundo periodo de nueva democracia se inicia con la fundación del partido comunista en 1921 hasta la revolución de 1924 a 1927 con un frente de todas las clases revolucionarias, incluyendo la burguesía nacional. El tercer periodo fue de 1927 a 1937 cuando la burguesía se pasa a la reacción, hasta que adviene la invasión japonesa, iniciándose el cuarto periodo con la unidad de todas las clases que luchan contra Japón, incluyendo parte de la burguesía. Con la ampliación de la cultura de nueva democracia a obreros y campesinos a la vez que adquiere dimensión nacional, adquiere una posición radical frente a lo viejo: "nunca se había conocido una revolución cultural tan grande y tan consecuente desde los albores de la historia China".

Es notorio que en esta interpretación, además de encuadrar a la nueva democracia en los marcos capitalistas, la cultura –dentro de ello el arte y la literatura– aparece como apéndice de las directrices políticas en las diferentes coyunturas.

Sobre la alusión de Mao Tse Tung a Stalin como principal promotor de la tesis de que la revolución china es parte de la revolución mundial basado en un artículo de 1918, es difícil imaginar que los comunistas chinos tuvieran acceso a ese escrito, considerando que por esa época (1918) Stalin no era tan conocido en el ambiente internacional como lo eran Lenin, Trotsky, Zinoviev, kamanev, Lunatschersky, etc. Menos cabe imaginar que el escrito de Stalin haya sido traducido al chino. Lo real es que tal tesis se universaliza con la difusión de los cuatro primeros congresos de la internacional (en vida de Lenin), que hicieron suyo los comunistas chinos.

Con sus elogios, Mao Tse Tung buscaba comprometer a Stalin a la causa revolucionaria. En el mismo sentido, un mes antes (diciembre 1939) Mao había escrito un artículo elogiando a Stalin como "amigo del pueblo chino88", argumentando que los chinos pasan los más amargos sufrimientos de su historia y cita un texto literario: "El ave canta buscando el eco de sus amigos". Decía además que en la década del veinte la ayuda vino de la Unión Soviética.

La cooperación no llegó, porque los mejores amigos chinos de Stalin no eran Mao Tse Tung ni los comunistas de las zonas liberadas, sino el Kuomintang de Chiang Kay Shek. Décadas más tarde los líderes chinos reconocieron que Stalin les dio malos consejos en todo el proceso revolucionario.

En forma más clara, la subordinación del arte y literatura a la política se repite en "Intervenciones en el foro de Yenan sobre arte y literatura89" (mayo 1942), señalando que el arte y la literatura "está subordinado a las tareas establecidas por el Partido para un determinado periodo revolucionario. Oponerse a esta subordinación, conduciría, de seguro, al dualismo o al pluralismo, es decir, en su esencia, a lo que quería Trotsky: "En la política: marxista, en el arte: burgués". No estamos de acuerdo en exagerar la importancia del arte y la literatura, pero tampoco convenimos en subestimarla. El arte y la literatura están subordinados a la política, pero, a su vez, ejercen gran influencia sobre ésta".

Mao Tse Tung dice basarse en el escrito de Lenin de inicios de siglo que forma parte de su obra "¿Qué hacer?": "La organización del partido y la literatura del partido90", donde efectivamente, Lenin presenta a los artistas y escritores como "rueda y tornillo" del proceso revolucionario.

Sin embargo, Lenin es consciente que "la labor literaria es la que menos se presta a la igualación mecánica, a la nivelación, al dominio de la mayoría sobre la minoría…" Frente a los que pueden decir que su propuesta es contraria a la libertad de expresión, Lenin argumenta que del mismo modo que existe libertad de expresión, existe libertad de asociación. Sus propuestas son sólo para los miembros de una asociación (partido) que tiene la prerrogativa de delimitar la cualidad de sus miembros. La propuesta, de por sí errada, que en Lenin era sólo para una "asociación" (partido), Stalin Y Mao Tse Tung lo extienden para a la sociedad en su conjunto.

Para Trotsky, el arte y la literatura tienen sus propios métodos y reglas contrarias a toda imposición porque la creación artística tiene gran dosis de subjetividad individual que lo diferencian de los procesos "racionales", entre ellos, los políticos. Una obra artística se debe interpretar de acuerdo a reglas y normas del arte y no por la posición política de los autores, porque se pueden dar casos en que un artista políticamente reaccionario puede crear una obra artística revolucionaria y progresiva, y a la inversa, un artista políticamente revolucionario no es garantía que cree una obra artística revolucionaria. Maiakovsky, dijo Trotsky91, creó el poemario "ciento cincuenta millones" pensando ser el poema de la revolución, pero su obra mejor lograda estéticamente, de mayor perdurabilidad es "La nube en pantalones" del periodo pre revolucionario. En una interpretación similar, Mariátegui92 decía que el poeta Martín Adán, no obstante ser conservador convicto y confeso, ha creado una obra renovadora. En poesía, destruyendo el racionalismo del soneto clásico decimonónico; en narrativa, con "La casa de cartón".

Para el caso de Rusia, Trotsky puso en evidencia que luego del triunfo revolucionario de 1917 los representantes más eminentes de la narrativa y poesía en todas sus vertientes –desde el mujikismo a las vanguardias- se pusieron del lado de la revolución. Los que se opusieron y emigraron no han creado ninguna obra perdurable. Todo esto sin ninguna imposición administrativa. La revolución y el arte confluyeron.

La política cultural promovida en los primeros años de la revolución rusa era contraria a imponer normas a los artistas, menos oficializar a determinada corriente como la única posible. Fue la época en que Mariátegui, sin conocer los desgarramientos internos de sus gobernantes, alababa la libertad en la que se desenvuelve la creación del arte y literatura en la naciente Unión Soviética, donde todas las corrientes, incluyendo las vanguardias, encuentran campo propicio para desarrollarse, recordando que el "sumo" poeta de la revolución, Mayakovsky, procede de la escuela futurista. En este sentido escribió: "Ni en la sede del capitalismo ni en la sede del socialismo, la ciencia pretende dictar leyes a la política ni al arte93". La sátira, la crítica, son eficaces y durables cuanto más logradas sean estéticamente. "La sátira pierde su alcance y su duración, si no está lograda literariamente. A la revolución los artistas y los técnicos le son tanto más útiles y preciosos cuanto más artistas y técnicos se mantienen94".

El arte surge con la especie humana buscando, -parafraseando a Trotsky-, plenitud a la existencia que las sociedades las niegan. Su impacto colectivo e individual es multifacético, incluyendo en la política, de la que no puede escapar, incluso al margen de la conciencia del artista.

Que los artistas afiliados a una organización política, por propia convicción, hagan propaganda consciente en sus creaciones, nadie los critica; que como militantes y revolucionarios marchen junto al pueblo en toda forma de lucha, los engrandece más, pero la política cultural de una organización revolucionaria que aspira gobernar al conjunto de la sociedad debe confluir con el conjunto de intereses progresivos de la humanidad, incluyendo el arte. A un artista se le debe juzgar como artista, es decir, de acuerdo a su obra de arte y a ese mismo artista, desde un punto de vista político, se le debe juzgar por sus ideas políticas, por sus acciones políticas.

En los grandes procesos revolucionarios, por la participación activa del pueblo, emerge una literatura contestataria en poesías, canciones, rimas, dichos, versiones orales de la epopeya popular, etc., que puede tomar prestadas formas en desuso o elaboradas. Gama de expresividad ferviente e ingenua que confluye a revitalizar la sociedad, la vida, el arte y la literatura en su conjunto. Todo lo contrario es cuando desde el poder se intenta reglamentar la creatividad del artista.

El error de Lenin a inicios de siglo abarcaba cuestiones políticas más amplias del proceso revolucionario, expresado en su obra "¿Qué Hacer?", en la que exageraba la labor de los intelectuales diciendo que la conciencia revolucionaria es introducida desde fuera de la clase obrera por los intelectuales, los "esclarecedores", que por mediación del partido llevan sus ideas a la clase obrera, para concientizarla. El partido quedaba así por encima de la clase obrera. Idea contraria a Marx y Engels que en el "Manifiesto Comunista", además de mencionar que el partido revolucionario es parte de la clase obrera, decían que es una sus tendencias revolucionarias.

Esa visión del "¿Qué Hacer?", dice Michael Lowy95, fue abandonada por Lenin. Entre otros acontecimientos, la revolución rusa de 1905 demostró que en la acción, los obreros y el pueblo habían ido más allá de las organizaciones políticas, reconociendo que adquieren conciencia en la práctica revolucionaria. El cambio de Lenin en el transcurso de los años fue total. A la vez que ponía en guardia a los lectores rusos sobre los errores de la mencionada obra, en 1921 dijo que su traducción a otros idiomas no era "deseable".

Sin embargo para el estalinismo la referida obra fue canonizada como lo esencial del "leninismo".

Volviendo a la exposición de Mao se Tung, critica las actitudes sectarias en el frente antijaponés de cultura y literatura, para lo cual reivindica a Lu Sin (1881-1936) a quién cita: "La condición indispensable para el frente unido es tener un objetivo común" que es "servir a las grandes masas de obreros y campesinos". De lo contrario, "sólo trabajamos para los grupitos, o bien, de hecho, sólo para nuestro interés personal96".

Lu sin como lo nombra Mao Tse Tung, o Lu hsun como aparece en la edición española de algunos de sus escritos, criticaba a la literatura por encargo: "Yo, por mi parte, creo que esta clase de escritos carecen de fuerza, porque las buenas obras de arte tienen la peculiaridad de no aceptar nunca órdenes ajenas, de no preocuparse de si hacen el bien o el mal, porque salen inmediatamente del ánimo97". Tesis totalmente opuestas a la de Mao Tse Tung que a su vez las toma de Stalin.

En otro escrito, al ser acusado de "destructor" del frente unido de escritores, Lu sin dice que sus críticos, en vez de leer sus textos se "dedican a morderlo" y que él se une contra los invasores japoneses no sólo por ser escritor, sino por ser chino, pero es marginado. Los que rompen el frente, argumenta, son ciertos "dirigentes" que "en apariencia ponen cara de "revolucionarios" y difaman con facilidad a los demás tachándoles de "provocadores", "contra revolucionarios", "trotskistas", incluso "traidores colaboracionistas", no son en general personas rectas98".

El texto es contra Xu Mouyong, -traductor de la biografía de Stalin escrita por Henry Barbusse-, que invitaba (a Lu sin) a leerla. La respuesta de Lu sin fue que lo leerá y, si la vida lo permite, lo estudiará, invitando al traductor que lo relea muchas veces. "De lo contrario, protegido con su bandera se creerá superior a todos y adoptará aires de comandante de esclavos y creerá que la única acción meritoria consiste en hacer restallar el látigo para que todos se callen: esto es una enfermedad incurable, no sólo sin ningún beneficio, sino gravemente perjudicial para China". (Este escrito está fechado el 5 de agosto de 1936 cuando en Moscú, en juicios amañados, se enjuiciaba a la plana mayor bolchevique para condenarlos a muerte. Lu sin fallece en1936)

Lu sin, -leemos en la Enciclopedia electrónica Wikipedia- sostuvo debates sobre literatura y política, llegando a ser acusado de "trotskista" y no hubiese aceptado el membrete que póstumamente le dio Mao Tse Tung de "Comandante en jefe de la revolución cultural".

f) La guerra civil y el triunfo revolucionario.- No obstante formar parte del frente contra la invasión japonesa, el Kuomintang no dejaba de reprimir a los comunistas, incluso ilegalizándolos. Al finalizar la segunda guerra mundial, su caudillo, Chiang kai Shek, decide su liquidación definitiva generalizando la guerra civil, pero fue derrotado.

Cumpliendo el pacto con las democracias de occidente en la cumbre de Yalta (2 de febrero de 1945) entre Stalin, Churchil y Roosevelt, para derrotar al nazi fascismo, el 8 de agosto –segundo día después que Estados Unidos arrojara la primera bomba atómica a la ciudad japonesa de Hiroshima- la Unión Soviética declara la guerra a Japón, país que el 14 de agosto se rinde sin condiciones. Los soviéticos incursionan en territorio chino y recuperan parte de territorios invadidos por Japón, entre ellos, Manchuria. Pero antes que entregarlos a los guerrilleros comunistas que estaban próximos a esa región, esperan la llegada de los ejércitos del Kuomintang de Chiang kai Shek para entregárselos, conforme al acuerdo de Stalin con sus socios imperialistas, que al mismo tiempo promueven para China un gobierno de coalición nacional presidido por el Kuomintang de Chiang kai Shek luego que los japoneses sean desalojados.

Los comunistas chinos fungen aceptar los acuerdos de las grandes potencias y Chu Te, desde Yenan, en calidad de Comandante en jefe del Ejército de Liberación Nacional, el 10 de agosto de 1945, alegando cumplir los acuerdos de Postdam, imparte ordenes para hacer cumplir la rendición incondicional de Japón con la entrega de armas, creando conflicto con el Kuomintang que se reclamaba el único gobierno legítimo de China que puede dar órdenes. Era evidente el doble poder en China. El 13 de agosto Mao Tse Tung99, respaldando a Chu Te, califica al jefe del Kuomintang Chiang Kai Shek, de "cabecilla fascista chino, autócrata y traidor al pueblo" que intenta dar órdenes a las fuerzas armadas de las zonas liberadas, acusándolo de claudicar frente a los japoneses, de preparar la guerra civil y no cumplir con los acuerdos de Postdam. Al mismo tiempo, moderando su lenguaje, Mao Tse Tung100 dirige dos telegramas a Chiang Kai Shek, reclamando que la rendición de los japoneses no debe ser sólo ante el Kuomintang sino ante cualquiera de las fuerzas antijaponesas, incluyendo ante el ejército de Liberación en las zonas liberadas, cumpliendo así el (supuesto) acuerdo de Postdam, y en caso de marginarlos de las negociaciones de rendición, los revolucionarios chinos se reservan el derecho de vetar los acuerdos contrarios al pueblo chino, recordando que en las regiones liberadas hay 260 millones de habitantes y, contra la voluntad del Kuomintang, han recuperado un millón de Kms cuadrados invadidos, liberando a 100 millones de habitantes y además tienen un ejército regular de un millón de soldados más dos millones doscientos mil milicianos. Insta públicamente al caudillo nacionalista que para evitar la guerra civil, "convoque a una conferencia de todos los partidos para formar un gobierno democrático de coalición, destituya de sus puestos a funcionarios corruptos y a todos los reaccionarios, castigue a los traidores a la patria, suprima los servicios secretos, reconozca la legalidad de todos los partidos (el partido Comunista de China y todos los partidos democráticos han sido hasta ahora considerados ilegales por usted y su gobierno)…" Se debe legalizar la plena autonomía de las zonas liberadas con sus fuerzas armadas y liberar a los presos políticos.

Los líderes comunistas chinos sabían que Chiang kai Shek, -al que llamaban "fascista", "bandido", "traidor" y "vende patria"-, no iba aceptar cogobernar con ellos (a los que siempre trató de "bandidos"). Asediados y hasta acorralados por las fuerzas reaccionarias, los comunistas decían que se debe evitar la guerra civil formando un gobierno de unidad nacional bajo los principios de Kuomintang de Sun Yat Sen (de la década del veinte), entre ellos, de una verdadera democracia de las clases trabajadoras, respetando las libertades y autonomía de las diversas organizaciones políticas sociales, entre ellas, de las regiones liberadas.

Estados Unidos también sabía que ese gobierno (de unidad entre nacionalistas y comunistas) era imposible, por lo que al mismo tiempo que en la diplomacia decía promover un gobierno de unidad nacional bajo liderazgo de Chian kai Shek, pertrechaba a los ejércitos reaccionarios con préstamos y armamento moderno de aire (aviones) y tierra para acabar con los comunistas, aunque el General Marshall, enviado para promover ese gobierno se "lamentara" después diciendo que el Kuomintang haya carecido de un líder más asequible y democrático para tal fin.

Es conocido que el aporte militar de la Unión Soviética al comunismo chino fue ínfimo en todo el proceso revolucionario si tenemos en cuenta que en la década del veinte las armas enviadas a China las recibía directamente Chiang Kai Shek. "Los comunistas chinos sostienen que durante el periodo comprendido entre 1946 y 1950 capturaron un total bruto de 3"160,000 fusiles, 320,000 ametralladoras, 55,000 piezas de artillería, 622 tanques y 389 vehículos blindados, 189 aviones militares y 200 pequeños navíos de guerra. Suponiendo que estas cifras sean correctas, resulta evidente que los rusos sólo permitieron que los comunistas chinos se apoderaran de pequeñas cantidades de tanques y aviones en Manchuria… los elementos tomados por los comunistas a los nacionalistas –entre ellos armas norteamericanas proporcionadas en un principio a los ejércitos nacionalistas-, y no armamento de origen soviético, dieron a las fuerzas comunistas chinos los instrumentos para ganar la guerra civil101".

Al parecer, los únicos que creían en un gobierno de coalición hegemonizado por el Kuomintang eran los dirigentes de Moscú, que se entendían diplomática y económicamente con Chiang kai Shek al que apoyaron, incluso salvando su vida en 1935 y con un tratado de cooperación en 1945, dejando abandonados a los comunistas y sus zonas liberadas, a pesar que éstos imploraban ayuda.

Luego de una feroz guerra de resistencia que les permitió conservar y extender sus posiciones y a la vez ganar el apoyo popular, a finales de 1947 los ejércitos comunistas pasan a la ofensiva, y los papeles en la diplomacia se invierten. Los imperialistas intensifican esfuerzos para buscar la "unidad nacional". En diciembre de 1948, cuando comienza la ofensiva final, Mao Tse Tung recuerda una fábula en la que un campesino se compadeció de una serpiente congelada de frío. Lo acogió, lo abrigó, pero en cuanto se recuperó, mordió a su benefactor y lo mató. "Las serpientes venenosas extranjeras y chinas, esperan que el pueblo chino muera como el labrador y que el Partido Comunista chino y todos los demócratas revolucionarios chinos sean, bondadosos con ellas102".

Mientras Chiang kai Shek derrotado, huye a la isla Formosa (Taiwan) y establece un gobierno "nacionalista", las fuerzas revolucionarias toman el control de China y el 1º de octubre de 1949 Mao Tse Tung proclama la República popular.

Con los hechos consumados, Stalin reconoce el triunfo de los revolucionarios y comienza la "cooperación".

g) Nueva democracia y revolución permanente.- Muchos, comenzando de los seguidores de Mao Tse Tung (los "maoístas"), ponen en el mismo costal la tesis de Mao Tse Tung sobre la nueva democracia, con las tesis de Stalin. Comencemos por una aparente coincidencia. Ambos sostienen que la revolución es por etapas, primero la democrática burguesa, luego la socialista. La diferencia es que Stalin preconiza que la etapa democrática burguesa es para desarrollar el capitalismo, es decir, una revolución de "vieja democracia", para que posteriormente, cuando las condiciones "maduren", advenga el socialismo. Por eso en el proceso chino, Stalin, en todo momento, incluso luego de la segunda guerra mundial, intenta subordinar el movimiento revolucionario chino al Kuomintang. Al contrario, para Mao Tse Tung, la nueva democracia es una etapa previa, como tránsito ininterrumpido al socialismo, para lo cual es indispensable la hegemonía obrera campesina en un frente donde, según las coyunturas, se puede ampliar con sectores burgueses en calidad de subordinados.

Según los textos que hemos mencionados anteriormente se da a entender que en la nueva democracia se promueve un capitalismo nacional distinto al capitalismo imperialista "burocrático", pero a la vez es tránsito al socialismo, faltando el eslabón, el nexo, que permita el tránsito ininterrumpido de las tareas democráticas burguesas al socialismo. Posteriormente Mao enmienda su error y clarifica el papel de la nueva democracia.

Según el "Manual de Economía Política de la Unión Soviética (1960)", luego de su liberación (1949), "la revolución china, en su primera etapa, formó parte esencial de la revolución democrática; solamente más tarde ella se desarrolló poco a poco convirtiéndose en revolución socialista".

Contrariamente a ello, Mao Tse Tung aclara que la fundación de la República Popular en 1949 "marcó la conclusión, en lo esencial, de la revolución democrática y el comienzo del paso al socialismo". En los tres años siguientes se hizo la reforma agraria. Continuando: "Durante el periodo de La Guerra de Liberación en China lanzamos llamamientos para luchar no sólo contra el imperialismo y el feudalismo sino también contra el capital burocrático. La lucha contra el capital burocrático tiene un doble carácter: por una parte lucha contra el capital comprador, lucha que entra en el marco de la revolución democrática, y por otra parte lucha contra la gran burguesía, lucha que forma parte de la revolución socialista103". (En el párrafo siguiente se precisa que la relación entre el capital burocrático y el capital nacional en China era de 8 a 2).

Es decir, durante la guerra de liberación, en el periodo que Mao Tse Tung entiende de nueva democracia o etapa democrático burguesa de nuevo tipo, si bien las tareas democrático burguesas son fundamentales, también hay reivindicaciones socialistas. Este es el nexo que faltaba –en sus textos anteriores sobre nueva democracia- para la continuidad dialéctica del proceso democrático burgués al socialista, el nexo para que la unidad de los contrarios de cómo resultado una nueva sociedad. La práctica, resultó ser el criterio para encontrar esa verdad, cuando se promovía la construcción socialista en China paralelamente a la polémica con la cúpula de la Unión Soviética.

El paso ininterrumpido o permanente de la fase democrática burguesa al socialismo se concretizó en la revolución China. Sus máximos líderes fueron conscientes de esto. Los más antiguos, por mediación de los cuatro primeros congresos de la Tercera Internacional y por haber participado en el proceso revolucionario de la década del veinte cuando el principal promotor del marxismo en China –Chen Tu-hsiu- se reclamó trotskista; y otros se enteraron a mediados de la década del sesenta, -en plena revolución cultural- cuando hicieron traducir y editar algunos textos de Trotsky que fueron repartidos a miembros de la cúpula gobernante104. Entre los textos figuran "La Tercera Internacional después de la muerte de Lenin" y "La revolución traicionada".

Cuando el movimiento revolucionario mundial asistía a la revolución cultural china (iniciada en 1964), a las luchas contra el racismo en Sudáfrica y Estados Unidos, a la revolución estudiantil de mayo 1968 y las luchas anticolonialistas, destacando la guerra de Vietnam, en el IX congreso del Partido Comunista de China, Lin Biao (Lin Piao), en ese entonces considerado el "sucesor" de Mao Tse Tung), con lenguaje beligerante, atribuyó a Mao Tse Tung la estrategia de la revolución permanente: "La teoría del camarada Mao Tse Tung sobre la nueva revolución democrática es la teoría marxista leninista de la revolución por etapas, así como la teoría marxista leninista de la revolución permanente105".

En 1956 el gobierno chino apoya al gobierno ruso de Nikita Krushov la invasión con tanques de guerra a Hungría para reprimir una insurrección obrera popular. En las protestas de esos países –de Europa del Este- unas veces adquirían carácter burgués para una regresión al capitalismo, otras veces carácter revolucionario contra la burocracia, para avanzar al socialismo. En Hungría sobresalieron como hegemónicos los consejos obreros que intentaban hacer avanzar la revolución al socialismo que fueron reprimidos por los tanques soviéticos.

Un año después, en 1957, Mao Tse Tung al referirse a las contradicciones en el seno del pueblo, deja de lado criterios estalinistas sobre arte, literatura y ciencia, impartiéndose la consigna: "Que se abran cien flores y que compitan cien escuelas", que quería decir: "En el arte, pueden desarrollarse libremente diversas formas y estilos y, en la ciencia, competir libremente diferentes escuelas. Consideramos perjudicial al desarrollo del arte y de la ciencia recurrir a medidas administrativas imponiendo un particular estilo de arte o una determinada escuela prohibiendo otros. El problema de lo correcto y erróneo en el arte y en la ciencia debe resolverse mediante discusiones libres en los círculos artísticos y científicos y a través de la práctica en esos terrenos, no de manera simplista106a".

Esta apreciación es la misma de Trotsky que Mao Tse Tung criticara en el Foro de Yenán (1942), y la misma que con el apoyo decisivo de Lenin se impuso en los primeros años de la revolución rusa, antes de que Stalin se consolide en el poder. Posteriormente, durante la revolución cultural, Mao vuelve hacer suyo las tesis estalinistas.

h) La crítica a Stalin.- Cuando comienzan las discusiones entre líderes chinos y soviéticos (rusos) que a la postre llevarían a la ruptura, la crítica de Mao Tse Tung sobre la edificación socialista es contra la propuesta de Stalin, por la sencilla razón de que sus sucesores a los que (los líderes chinos) consideraban "revisionistas" (entre ellos, Nikita Krushov) que siguen el camino capitalista, prosiguieron con la misma política de Stalin.

Comentando el escrito de Stalin, "Problemas económicos del socialismo en la URSS", Mao Tse Tung106b (en 1958 y 1959) lo critica en todos los terrenos. Entre otras cosas, dice que Stalin "sólo destaca la tecnología y los cuadros técnicos… Ignora la política y las masas". Privilegia la industria pesada y menosprecia la industria liviana. En ambos casos, camina con una sola pierna. Ignora al pueblo. Asfixia al campesino. "Stalin no encontró el buen método, ni el buen camino que llevan del capitalismo el socialismo", etc. A lo cual se agregan críticas en el terreno filosófico. La "asfixia" al campesinado se debe a que no hay relación entre la industrialización global de la sociedad y la política agraria. (La misma crítica que hiciera Trotsky en 1929)

Nikita Krushov en 1956 en un congreso de partido denunció a Stalin (muerto en 1953) haber promovido el culto a su persona y cometido crímenes. Los gobernantes chinos defienden a Stalin, pero no pueden ocultar el papel nefasto que cumplió en todo el proceso revolucionario chino, reconociendo que el triunfo de 1949 fue contra las propuestas de Stalin.

Stalin, argumentan, no distinguió "contradicciones entre los enemigos y nosotros y contradicciones en el seno del pueblo". En los juicios de Moscú (1936 a 1938), se castigó "con justicia" a muchos pero se equivocaron castigando a otros. Para el caso concreto de la revolución China, desde finales de la década del veinte hasta pasada la segunda guerra mundial, -es decir, en todo el proceso revolucionario- las orientaciones de Stalin eran erradas: "A finales de los años veinte, durante los años treinta, y luego, a principios y mediados de los años cuarenta los marxistas leninistas chinos representados por los camaradas Mao Tse Tung y Liu Shao-chi, opusieron resistencia a la influencia de estos errores de Stalin, eliminaron gradualmente las erróneas líneas oportunistas de "izquierda" y de derecha, y finalmente condujeron la Revolución China a la victoria 107". Pero públicamente, no culpan a Stalin de sus "errores" sino a los que los llevaron a la práctica, es decir, a dirigentes chinos.

Con ese método, en vez de buscar y promover la verdad, los dirigentes chinos ocultan la verdad, una práctica ajena al marxismo, pero usual en el estalinismo, que usa la falsificación y mentira para legitimarse en el poder y para perseguir y condenar a sus oponentes en el seno del marxismo. Por eso el fundador del Partido Comunista Chino y principal promotor del marxismo en Asia en las tres primeras décadas del siglo veinte, Chen Tu-hsiu, es sindicado en la "historia" oficial "maoísta" como "oportunista de derecha" al que responsabilizan de la derrota de la revolución en 1927, ocultando que las orientaciones (imposiciones) venían de Moscú, a las mismas que Chen Tu-hsiu llegó a poner en tela de juicio.

Con el mismo método de los líderes chinos, los "maoístas" defienden a Stalin y al historial estalinista (incluyendo sus crímenes). Para ellos, las traiciones de los partidos comunistas en Indoamérica no se debieron a las orientaciones de la Tercera Internacional estalinista, sino a dirigentes como Ravines en el Perú, Codovilla en Argentina, a la influencia de Earl Browder desde los Estados Unidos, etc. Es decir, buscan un "chivo expiatorio" para cada caso. Ocultan deliberadamente que en la década del treinta del siglo veinte, el estalinismo se trazó como principal tarea en Indoamérica, liquidar al trotskismo, al luxemburguismo, al aprismo y al mariateguismo. La consigna para lo último, según el poeta Alejandro Romualdo108 -autor de "Canto Coral a Túpac Amaru"-, era: "¡Acabemos con el Amautismo!".

Luego de difamarlo, desde la década del cuarenta, el estalinismo convierte a Mariátegui en un "marxista leninista" –es decir, en estalinista- que supuestamente cumplió todas las "orientaciones" de Stalin. Cuando en la década del sesenta surge el maoísmo, Mariátegui es convertido en propugnador de las tesis "maoístas".

La actitud de los dirigentes chinos se explica en parte, por el "fantasma del trotskismo" que ronda en el movimiento revolucionario. En caso de condenar a Stalin por sus "errores", tenían que reivindicar al principal promotor del marxismo chino Chen Tu-hsiu, es decir, a un trotskista. Los "maoístas" en América (y el mundo) en vez de analizar con mentalidad crítica los acontecimientos –sobre todo a las revoluciones y sus líderes- para reivindicar sus elementos progresivos y dejar de lado los reaccionarios, se refugian en el escolasticismo, ajeno al método dialéctico.

i) La revolución cultural y los tres mundos.- Las relaciones de los comunistas chinos con la Unión soviética luego del triunfo revolucionario de 1949 mejoraron. La ayuda de la Unión Soviética fue considerable en préstamos y asistencia técnica científica, acentuándose luego de la muerte de Stalin (1953), pero no suficiente para satisfacer sus necesidades, menos para convertirse en potencia capaz de repeler con éxito un ataque militar (nuclear) del imperialismo, creando descontento en los líderes chinos que, aunado divergencias políticas, llevan a la ruptura a inicios de la década del sesenta, acusando a los líderes soviéticos, entre otras cosas, de "revisionistas", por decir que en la Unión Soviética no existe dictadura del proletariado sino gobierno de todo el pueblo y de preconizar la coexistencia pacífica con el imperialismo y la vía pacífica al socialismo. Además, decían que la Unión Soviética oprime pueblos, convirtiéndose en "social imperialista", más peligroso que el imperialismo. (El "gobierno de todo el pueblo" con el que los sucesores de Stalin reemplazaron a la "dictadura del proletariado", se asemeja al gobierno de todas las clases planteadas por Mao Tse Tung en su teoría sobre la nueva democracia)

El fracaso del "gran salto" (1958-1962), política agraria promovida por Mao Tse Tung mediante la instauración de comunas populares (desde pequeñas hasta gigantescas) intentando auto abastecerse con tecnología rudimentaria, origina una crisis al interior del Partido Comunista, en cuya dirección Mao queda en minoría frente a tendencias que intentaban reconciliarse con Rusia. Entonces el líder chino tilda a sus adversarios de "burgueses infiltrados" y corruptos, llamando a la rebelión.

Al inicio se movilizaron los estudiantes y guardias rojos, los últimos a órdenes de Lin Piao, por esa época mano derecha de Mao Tse Tung. Lin Piao –dice Deutscher109 en una entrevista de 1964- al asumir el mando de los guardias rojos en 1959 lo reorganizó, "democratizando" las relaciones entre jefes y subordinados a semejanza de la Comuna de París donde cualquier jefe puede ser removido, y todos –guardia rojos y estudiantes- pueden ser críticos de cualquier dirigente, pero la clase obrera no intervenía en la revolución cultural y no se escuchaban las voces de los adversarios tachados de "burgueses infiltrados". Deutscher critica a Mao y Lin Piao como ultra izquierdistas, y cuando presentan a la Unión Soviética como el enemigo principal, lo compara con la política estalinista de los años treinta cuando catalogaba a cuanta organización no sea comunista, de fascista y socialfascista.

Dos años después, en 1966, cuando entran en escena los obreros, cambia totalmente el proceso de la revolución cultural. En 1967, en Shanghai y Pekín formaron comunas (asambleas populares) a semejanza de la Comuna de París (1871) para autogobernarse, excluyendo de su dirección a miembros del partido y del ejército por considerarlos corruptos, surgiendo una dualidad de poderes. Por una parte, el poder oficial del partido y del estado, y por otra parte el poder de los trabajadores. Mao retrocede y, con métodos coercitivos (violencia) y administrativos, socava lentamente el poder obrero popular, al principio proponiendo el poder tripartito: del partido, de los guardias rojos y de los obreros, y en lo sucesivo con otros métodos engañosos para conciliar con los que antes llamó corruptos y "burgueses infiltrados".

En la década del setenta aún se hablaba de revolución cultural. En 1971 Lin Piao, conocido por su posición izquierdista, "desaparece", según la versión oficial, en un accidente de aviación cuando intenta huir hacia Rusia luego de un fallido golpe de estado contra Mao Tse Tung. En contrapartida siguen rehabilitando a los "burgueses infiltrados" que aún sobrevivían, entre ellos Teng Siao Ping (1904-1997, del que se recuerda su frase de que no importa el color del gato con tal que cace al ratón. Lo que no dijo es quienes se aprovechan de la presa cazada. Fue el mismo, que con aprobación de Mao, el 10 de abril de 1974, utilizó el recinto de la ONU para hablar de la tesis de la existencia de tres mundos: el primero, formado por las dos superpotencias, el imperialismo de Estados Unidos y el "social imperialismo" de Rusia; el segundo, por Europa; y el tercer mundo, por Asia, Africa y América Latina. Esta delimitación provenía de Lin Piao, que con objetivos diferentes (ultraizquierdistas), expuso en el décimo congreso del partido Comunista de china (1969), intentando convertir al mundo en escenario de guerra revolucionaria: "Si consideramos la situación de todo el globo, y entendemos que América del Norte y Europa Occidental son "las ciudades del mundo", Asia, Africa y América Latina han crecido vigorosamente. En cierto sentido la revolución del mundo contemporáneo también define un cuadro de cercamiento de las ciudades por las áreas rurales. En último análisis, la causa general de la revolución mundial depende de las luchas revolucionarias de los pueblos asiáticos, africanos y latinoamericanos, que forman la abrumadora mayoría de la población mundial. Los países socialistas deben considerar que su deber internacionalista es apoyar las luchas revolucionarias populares en Asia, Africa y América Latina110".

Completaba su exposición con la frase que citamos en líneas anteriores: "La teoría del camarada Mao Tse Tung sobre la nueva revolución democrática es la teoría marxista leninista de la revolución por etapas, así como la teoría marxista leninista de la revolución permanente".

Nadie duda de la desigualdad de los países y el enfrentamiento entre bloques capitalistas y de estos con lo que en esa época era el "campo socialista", pero la política de los tres mundos que Teng Siao Ping tomo de Lin Piao desfigurando sus objetivos, dejaba de lado la lucha de clases en el segundo y tercer mundo abriendo el camino al "revisionismo". Con esa teoría, China apoyaba a cuanto gobierno estuviera contra las "superpotencias", especialmente contra lo que era la Unión soviética (el "social imperialismo") considerado el enemigo principal. Por eso en 1973 se pusieron de lado de Pinochet en el golpe fascista contra el gobierno socialista de Salvador Allende en Chile. El maoísmo como corriente revolucionaria iniciaba su declinación.

En el terreno del arte y la literatura con la revolución cultural Mao vuelve (retrocede) a la posición tradicional estalinista sobre arte, cultura y ciencia, intentando además, construir el comunismo en un solo país, para así sobrepasar al "social imperialismo ruso".

Mao Tse Tung encomendó a un pequeño grupo -entre los que estaba su esposa-, conocido como la "banda de los cuatro", dar directrices sobre lo que se debía hacer en todos los ámbitos, desde la política al arte y la ciencia. Y el máximo representante del arte y las ciencias resultó ser Mao Tse Tung, como en su tiempo fue Stalin en Rusia.

Un periodista peruano, Manuel Jesús Orbegoso111, en su Reportaje a China, expone con beneplácito algunos ejemplos de "moral socialista": "En Pekín, los periódicos jamás publican frivolidades porque no las hay, ni por su puesto, hechos policiales, esto último, sencillamente, porque en China (también en la República Democrática de Corea y Norvietnam), no hay hechos policiales, es decir, nadie roba a nadie, nadie asalta a nadie, nadie asesina, nadie viola: las ocurrencias delictivas son nulas" (p.22). Como ejemplo de marxismo, escribe: "En el campo, en las fábricas, en todo lugar donde hacíamos preguntas, las respuestas siempre comenzaban o terminaban así: "como dice el presidente Mao Tse Tung" (p.p. 264-265). Luego nos introduce en la "dialéctica de los tomates" de dos investigadores: "Inspirados en el pensamiento Mao Tse Tung, superamos la idea del engreimiento y nos pusimos en marcha hacia el "reino de la libertad" para explicar las leyes que gobiernan las contradicciones internas de los tomates bajo condiciones de conservación" (p. 271).

Cuando muere Mao (1976), las tendencias conservadoras y reaccionarias eran mayoría en la dirección del estado y del partido, y los "cuatro" (o "banda de los cuatro"), que aún contaban con algún poder, cayeron en desgracia, siendo enjuiciados y luego encarcelados por algún tiempo. Teng Siao Ping prosiguió su carrera política llegando a ocupar la máxima dirección.

Hoy (siglo veintiuno), los privilegios de la casta burocrática gobernante china son públicos. El pueblo llama despectivamente "principitos" a los descendientes de los más altos jerarcas del estado y del partido por los privilegios que ostentan. Aún se discute si China puede considerarse capitalista, si los "principitos" llegarán a apropiarse de los medios de producción para convertirse en una nueva clase, si su desenlace será similar a la Unión Soviética o serán desplazados por el pueblo chino para hacer avanzar la revolución al socialismo.

El marxismo chino, el comunismo chino, desde su fundación en 1921, con todas sus contradicciones y errores, tuvo su principal fuente de vitalidad el ponerse de lado de las reivindicaciones populares, incluso al margen de las máximas direcciones. Sucedió en parte, en la década del veinte bajo la dirección de su principal forjador, Chen Tu-hsiu, que comenzó a rebelarse contra las imposiciones estalinistas para así marchar junto a su pueblo, y sucedió posteriormente bajo la dirección de Mao Tse Tung que no cumplió las consignas estalinistas de sometimiento al Kuomintang. Gracias a eso fue el triunfo de 1949. En la década del sesenta Mao Tse Tung arremete contra la dirección corrupta del partido, llamando a la rebelión, originando la revolución cultural. El pueblo estuvo de su parte, pero Mao dio marcha atrás al reprimir a las comunas obrero populares de Shanghai y Pekín. Incendió la pradera para apagarla después, y a la final, la peor parte lo llevaron las tendencias revolucionarias que se pusieron de lado del pueblo, a los que el poder presidido por Mao y sus socios les dio la espalda. Las vertientes más conservadoras y reaccionarias levantaron cabeza. El maoísmo como corriente revolucionaria entraba en bancarrota.

TROTSKY Y LA REVOLUCION CHINA

Comenzando de las propuestas de Marx y Engels a mediados del siglo diecinueve para territorios como Alemania, hasta la propuesta de Trotsky en el siglo veinte para los países coloniales y semicoloniales -plasmado en los cuatro primeros congresos de la Tercera Internacional de 1919 a 1922-, la estrategia revolucionaria tiene al movimiento obrero aliado a los campesinos y demás sectores explotados como fundamento del paso permanente (o ininterrumpido) de las reivindicaciones democrático burguesas al socialismo, con las ciudades de centro revolucionario.

Ese fue el proceso de la revolución rusa de 1917, y en la década del veinte era el esquema para China, pero ante la derrota de la revolución obrera popular en ese país (en 1927), los comunistas chinos ven el campo como refugio temporal para luego volver a las ciudades, pero, diezmados por las expediciones de cerco y aniquilamiento del Kuomintang, a lo cual se agrega la invasión japonesa que destruye las pocas industrias, la clase obrera es reducida orgánica y políticamente, y el proceso revolucionario tuvo de principales protagonistas a los campesinos y al campo, originando la estrategia revolucionaria del campo a la ciudad, uno de los distintivos del maoísmo.

Isaac Deutscsher112 menciona como antecedente de la revolución China la propuesta de los populistas rusos que promovían un socialismo basado en las comunas rurales que Marx hizo suya enmarcándola en la revolución europea y mundial, pero, como lo expone (Deutscher) en otro texto113, las comunas rurales rusas -en base a lo cual Marx expone su teoría- con sus lazos de cooperación y solidaridad eran antítesis del capitalismo, que con ayuda de la ciencia y la técnica, podían proyectarse al socialismo de la era moderna, evitando la etapa capitalista.

La propuesta de Mao Tse Tung, bajo otras condiciones, admite la etapa democrática burguesa de la revolución como tránsito al socialismo, porque en China no existían formas comunales en base a las cuales el campesino (comunero) se convierta objetivamente en sujeto de cambio al socialismo, agravado por la destrucción de su industria y de su movimiento obrero. La sociedad china de Mao Tse Tung era extremadamente mercantilizada. El capital, en todas sus formas –usurario, comercial, industrial y financiero- había proletarizado y semiproletarizado a las mayorías de la ciudad y el campo, pero con explotación del trabajo en base a relaciones pre capitalistas incorporadas a la acumulación originaria, bajo mentalidad feudal patriarcal, siendo una de las principales reivindicaciones campesinas –junto a la propiedad de la tierra- la rebaja de los arriendos, a lo cual se agrega la falta de centralización nacional y la existencia de déspotas con poderes regionales, provinciales y de aldeas, en constate pugna entre sí (por más poder y autonomía). En este escenario, -de una sociedad proletarizada- el desarraigo, vagabundaje y bandolerismo abundan.

A falta de clase obrera en China, –argumenta Deutscher- el Partido Comunista lo reemplazó en todo el proceso revolucionario y en la edificación socialista, favorecida en el contexto internacional, por la existencia de la Unión Soviética. El temor de Trotsky en la década del treinta, -prosigue-, cuando los comunistas se refugiaron y luego se establecieron en el campo, fue que se asimilaran al campesinado convirtiéndose en portavoces de la pequeña propiedad y bajo esa mentalidad burguesa o pequeño burguesa, al volver a las ciudades, chocaran con los intereses obreros y populares socialistas. Esta posición de Trotsky "fue reducido al absurdo por algunos de sus discípulos chinos que denunciaron la victoria del maoísmo en 1949 como una "contrarrevolución burguesa estalinista114".

Japón se había apoderado en 1931 de algunas provincias chinas y a partir de 1935 pretende extender la invasión a toda China. Frente a esto, algunos sectores reclamados marxistas llamaban a combatir por igual a los gobernantes chinos y a los japoneses invasores por representar a clases dominantes. Trotsky115 los criticó explicando que Japón quiere convertir a China de país semicolonial en país colonial y el deber de los revolucionarios es unirse en un sólo frente patriótico contra los invasores, manteniendo la independencia orgánica y política. Es cierto, argumenta, que el Kuomintang y su jefe Chiang Kai Shek –como parte del frente- no constituyen ninguna garantía, pero para derribarlo se necesita ganar prestigio e influencia en todos los sectores sociales, incluyendo las fuerzas armadas. En esto, Trotsky coincide plenamente con la propuesta de Mao Tse Tung que hemos explicado en páginas anteriores.

La revolución rusa y la revolución china (al igual que Vietnam y Cuba), por diversos caminos, transitaron en forma permanente de la fase democrática burguesa al socialismo. En Rusia, Trotsky vaticinó su curso y fue el principal estratega para la victoria de 1917. Sobre China, si bien fue consciente de la combatividad de los campesinos, se equivocó, al no apreciar el papel de los comunistas en el campo, que no se asimilaron al medio rural, sino que, con su prédica, despertaron a la lucha política a centenares de millones de campesinos.

En 1938, el fundador del comunismo chino que ha finales de la década del veinte se había adherido al movimiento trotskista, Chen Tu-hsiu, en ese entonces desterrado por el Kuomintang a una aldea remota, en una carta, además de criticar el sectarismo trotskista chino, advirtió a Trotsky sobre la destrucción del movimiento obrero en las ciudades y el accionar revolucionario de los campesinos. Dijo que con la represión del Kuomintang y la invasión japonesa destruyendo industrias, "…la clase obrera china quedó reducida numérica, material y espiritualmente a la condición en que se habría encontrado treinta o cuarenta años antes".

"Si no comprendemos ahora cuáles serán probablemente las circunstancias políticas del futuro, y si no reconocemos claramente la debilidad del proletariado chino y la situación de su partido, estaremos encerrándonos en nuestros propios agujeros, dejaremos pasar dormidos nuestras oportunidades y, llenos de orgullo, nos alimentaremos de consuelo115".

Esta advertencia no cambió la mentalidad de Trotsky, menos la orientación del movimiento trotskista internacional que meses antes había constituido la IV Internacional.

Este error, en el fondo, se debe a que Trotsky no logró reivindicar en su estrategia de revolución permanente el legado libertario de las sociedades primigenias, incluyendo sus resabios vivos inmersos en el desenvolvimiento desigual y combinado, como el caso de las comunas rurales rusas, que el marxismo ruso, comenzando de la generación inicial de Plejanov y la siguiente de Lenin, -polemizando con los populistas- las ignoró para el proyecto revolucionario. En el prólogo a la primera edición (1899) de su estudio sobre "El desarrollo del capitalismo en Rusia", Lenin se congratula por coincidir con Karl Kautsky, que en "El desarrollo del capitalismo en la agricultura" aboga por la destrucción de la comunidad campesina (en Europa Occidental), considerando que lo mejor es convertir a los campesinos en proletarios para que puedan vender su fuerza de trabajo y así promover el desarrollo capitalista moderno, creando (supuestamente) mejores condiciones para promover el socialismo.

Sin embargo, en el debate de inicios de siglo sobre el carácter de la revolución rusa, más que a la postura de Lenin, kautsky está cercano a la estrategia de la revolución permanente de Trotsky, pero luego cambia de opinión para oponerse a la revolución de 1917.

En el proyecto revolucionario inicial de Lenin de un gobierno democrático de obreros y campesinos que en una primera etapa sirva de envoltorio para promover y desarrollar el capitalismo, -"neutralizando" a la burguesía reaccionaria-, creando las mejores condiciones para un ulterior proceso socialista, no había cabida para que las comunas rurales se proyecten al socialismo. En muchas páginas, comenzando de "Quienes son los amigos del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas" (1894), había combatido esa posibilidad.

En el marxismo chino, ni su principal fundador Chen Tu-hsiu, ni posteriormente Mao Tse Tung, se habían planteado ese problema, porque no existían comunidades campesinas. Se limitaron a reivindicar su cultura milenaria para cohesionar una mentalidad nacionalista antiimperialista. Además, la propuesta inicial de nueva democracia de Mao Tse Tung, si bien es cierto que se entendía como tránsito ininterrumpido al socialismo, lo limitaba a los marcos capitalistas. Sólo posteriormente, luego del triunfo de 1949, –conforme expusimos en páginas anteriores-, Mao Tse Tung admite que en la nueva democracia también existen reivindicaciones socialistas.

El llamado a reivindicar la proyección socialista de las comunas era Trotsky con su estrategia de la revolución permanente, pero las ignoró, como si en Rusia no hubiesen existido décadas de discusiones al respecto, como si los populistas –con sus virtudes y defectos- no hubiesen sido los antepasados revolucionarios inmediatos de los marxistas y al mismo tiempo sus adversarios contemporáneos en el seno del movimiento revolucionario.

En abril de 1937 en su destierro de Méjico, en una conversación con el periodista y diplomático boliviano Alfredo Sanjinés117, luego de varias tentativas de entender el problema, Trotsky comparó al sistema indígena de propiedad comunal boliviano con la modalidad comunal del artel que la revolución rusa no lo ha destruido sino modernizado, esperando que en Bolivia la modalidad comunal también se modernice y extienda, desarticulando poco a poco los grandes latifundios si es que no fuera posible destruirlos totalmente de una vez.

En el VI Congreso (agosto 1928) de la Tercera Internacional dominada por el estalinismo, el representante ecuatoriano Paredes había presentado la tesis de que las comunidades indígenas de América serían pilares en un proyecto para socializar el agro, pero fue ignorado, incluso por la "Oposición de Izquierda". En su destierro de Méjico Trotsky no se compenetró con la problemática indoamericana. Ni siquiera con el debate de partidos comunistas en Buenos Aires y luego sindical en Montevideo, ambos, el año 1929, donde Mariátegui presenta su tesis del tramonto de las comunidades al socialismo de la era moderna. Por esa época, incluso Haya de la Torre, basándose en las comunidades indígenas, hablaba de "extirpar de raíz" la propiedad en el agro en un proceso revolucionario antiimperialista. El texto más significativo de Trotsky referente a la totalidad de América Latina fue en marzo de 1940, llamando a formar "Los Estados Unidos Socialistas de Centro y Sud América118" para oponerlo a los Estados Unidos (capitalistas) de Norte América. Sobre Méjico escribió algunos textos, en uno de ellos, -una carta119 a un diario de Inglaterra, defendiendo la nacionalización del petróleo por el presidente Lázaro Cárdenas-, decía: "La naturaleza ha necesitado muchos millones de años para depositar oro, plata y petróleo en el subsuelo de Méjico. Los imperialistas extranjeros desean saquear estas riquezas en el tiempo más corto posible, utilizando una mano de obra más barata y la protección de su diplomacia y su flota". No dejan nada. Las millonarias ganancias de los "civilizadores" sirven para "construir palacios, museos, teatros, en Londres o en Mónaco".

A finales de la década del treinta, en el calor del debate, algunos "socialistas" acusaron a sus adversarios trotskistas tener "moral de Cafres", por decir que la moral de los explotados es diferente a la moral de los explotadores. Trotsky120 los criticó haciendo suyo el criterio de la Enciclopedia Británica que decía: "En sus relaciones sociales y políticas manifiestan mucho tacto e inteligencia; son extraordinariamente valientes, belicosos y hospitalarios; y fueron honrados y veraces mientras el contacto con los blancos los volvió suspicaces, vengativos y ladrones, y que no hubieron, además, asimilado la mayor parte de los vicios de los europeos". La conclusión de Trotsky fue: "No se puede dejar de concluir que los misioneros blancos, predicadores de la moral eterna, contribuyeron a la corrupción de los cafres".

Cafre, para la mentalidad burguesa imperialista se consustancia con "primitivo" o "bárbaro", para designar a los habitantes de "color" del mundo colonial y semicolonial. El triunfo de la revolución rusa dio nuevo impulso a estos pueblos a la lucha por su liberación. Los líderes rusos denunciaron la ideología racista que legitima el dominio, la explotación y los peores crímenes en estos territorios, pero no logran rescatar a su estrategia el legado ancestral de cooperación y solidaridad.

Trotsky se elevó por encima del ambiente revolucionario de su ápoca abriendo nuevos derroteros con su estrategia de revolución permanente. Su gran limitación fue no reivindicar el legado –incluso vivo- de formas comunales.

El reto para la teoría marxista es integrar en la estrategia revolucionaria la lucha de los pueblos por sacudirse de la explotación de clase y de la opresión racial cultural como los andinos; integrar a la estrategia a las llamadas "minorías", sea de nacionalidades (como en España), afroamericanos (Estados Unidos y otros territorios de América), de pueblos que en cierto modo mantienen el legado aborigen (como los pueblos amazónicos), o de migrantes del "tercer mundo" a Europa y Norte América para ser víctimas de la segregación racial cultural. A esto se suma la lucha por la conservación del medio ambiente, a la igualdad de género, etc., preocupación constante, intentando reformular (enriquecer) la estrategia de la revolución permanente.

MARIATEGUI, LOS CAMPESINOS Y LA REVOLUCION CHINA (1925-1927)

Uno de los casos excepcionales en el movimiento revolucionario mundial fue Mariátegui, que si bien reconoció –acorde con la teoría marxista- que los campesinos carecen de política independiente para organizar la sociedad de acuerdo a sus intereses, valorizó con justeza la proyección al socialismo de las comunidades indígenas como parte de una estrategia revolucionaria rumbo al socialismo conforme expusimos en una página anterior que volvemos a repetir: Mariátegui escribe que las revueltas campesinas expresadas en "jacqueries" no pusieron en tela de juicio la feudalidad europea. Para que esto suceda fue necesario que sus luchas formen parte de la revoluciones burguesas como el caso de Francia (1789) o de la revolución socialista hegemonizada por la clase obrera en el caso de Rusia (1917): "Dirigidas y actuadas por la burguesía urbana y el proletariado urbano, una y otra revolución han tenido como inmediatos usufructuarios a los campesinos. Particularmente en Rusia, ha sido ésta la clase que ha cosechado los primeros frutos de la revolución bolchevique, debido a que en ese país no se había operado aún una revolución burguesa que a su tiempo hubiera liquidado la feudalidad y el absolutismo e instaurado en su lugar un régimen demo-liberal121".

Los campesinos, expropiando las tierras de sus señores, son los que radicalizan la lucha antifeudal en las revoluciones burguesas europeas, al margen y en contra de las direcciones burguesas que ha menudo pactan con la aristocracia.

La peculiaridad de Ecuador, Perú y Bolivia era la supervivencia de comunidades indígenas que para Mariátegui serían pilares en la colectivización de la agricultura en el proceso revolucionario, por lo que en 1928 funda un Partido Socialista de obreros y campesinos, que en mayo, poco después de su muerte (el 16 de abril de 1930) lo transforman en comunista para adecuarse a la estrategia estalinista.

Intelectuales indigenistas decían que la revolución bajará de los andes a la Costa y a Lima para "redimir" al país. Mariátegui, -que criticaba a un sector de ellos por repudiar a la civilización occidental en su conjunto- no afirmaba, tampoco negaba esa posibilidad, porque todo dependía si la chispa revolucionaria se enciende en la Sierra o la Costa, o en ambos lugares a la vez, para la auto emancipación nacional y social. En la Sierra, junto al campesino siervo, comunero o minifundista, estaba el obrero moderno de las minas.

A ellos agreguemos la Selva, que retomando el legado de las luchas contra los conquistadores, ha despertado económica, social y políticamente, gravitando en la escena nacional y mundial, lo último, básicamente por la reivindicación del medio ambiente, defendiendo al pulmón más grande del planeta.

No obstante que el capitalismo en el Perú era incipiente –reducido a enclaves agro minero exportadores y algunas industrias en ciudades como Lima- Mariátegui (coincidiendo con un sector del movimiento indigenista) rechaza una solución liberal burguesa a los problemas. Haciéndose eco de una vertiente de intelectuales, entre ellos, del liberal italiano Piero Gobbeti, decía que los auténticos liberales, para cumplir sus postulados libertarios, se vuelven socialistas, lo cual, para países como el Perú, adquiere todo su valor por falta de una burguesía con sentido liberal y nacionalista.

La confluencia del marxismo (de Mariátegui) con la cultura universal y con diversidad de propuestas nacional populares, resaltando las indigenistas que reivindican el legado libertario ancestral, origina en los territorios andinos un "renacimiento" cultural más radical que el renacimiento europeo occidental en tanto es una crítica en todos los ámbitos al régimen oligarca burgués, al que se opone como alternativa el socialismo.

Sobre el proceso revolucionario chino (1925-1927), mientras Stalin esperaba una revolución burguesa acaudillada por una burguesía nacional como primera etapa para que a la postre venga el socialismo, Mariátegui coincidía con Trotsky en que la revolución china para triunfar debe proyectarse de las reivindicaciones democráticas burguesas al socialismo. Pero mientras para Trotsky la clase obrera organizada en el Partido Comunista, teniendo de principales aliados a los campesinos pobres debería hegemonizar la lucha, Mariátegui esperaba que el pueblo en armas presione a la dirección burguesa o pequeñoburguesa del Kuomintang al socialismo. En casos como China y demás pueblos de "oriente", la unidad cultural racial entre dominados y dominantes coadyuvaría a la unidad antiimperialista rumbo al socialismo.

Inicialmente en la Tercera Internacional fundada en 1919 se promovió la tesis "leninista" de que todos los movimientos nacionalistas en países dominados son progresivos, pero Karl Radek (1885-1939) puso en evidencia que en esos países también existen movimientos nacionalistas reaccionarios, por lo que desde el tercer congreso de la Internacional Comunista (1921) se acordó apoyar sólo los movimientos nacionalistas progresivos122.

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