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El maltrato infantil y su incidencia en la autoestima en niños de 3° grado de primaria (página 2)


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Según como se encuentre nuestra autoestima, ésta es responsable de muchos fracasos y éxitos, ya que una autoestima adecuada, vinculada a un concepto positivo de mí mismo, potenciara la capacidad de las personas para desarrollar sus habilidades y aumentará el nivel de seguridad personal, mientras que una autoestima baja enfocará a la persona hacia la derrota y el fracaso.

2.1. Baja Autoestima

Todos tenemos en el interior sentimientos no resueltos, aunque no siempre seamos conscientes de estos. Los sentimientos ocultos de dolor suelen convertirse en enojo, y con el tiempo volvemos el enojo contra nosotros mismos, dando así lugar a la depresión. Estos sentimientos pueden asumir muchas formas: odiarnos a nosotros mismos, ataques de ansiedad, repentinos cambios de humor, culpas, reacciones exageradas, hipersensibilidad, encontrar el lado negativo en situaciones positivas o sentirse impotentes y autodestructivos.

Cuando una persona no logra ser autentica se le originan los mayores sufrimientos, tales como, enfermedades psicológicas, la depresión, las neurosis y ciertos rasgos que pueden no llegar a ser patológicos, pero crean una serie de insatisfacciones y situaciones de dolor, como por ejemplo, timidez, vergüenza, temores, trastornos psicosomáticos.

La autoestima es importante porque es nuestra manera de percibirnos y valorarnos como así también moldea nuestras vidas. Una persona que no tiene confianza en sí misma, ni en sus propias posibilidades, puede que sea por experiencias que así se lo han hecho sentir o por mensajes de confirmación o desconfirmación que son trasmitidos por personas importantes en la vida de ésta, que la alientan o la denigran.

Otra de las causas por las cuales las personas llegan a desvalorizarse, es por la comparación con los demás, destacando de éstos las virtudes en las que son superiores, por ejemplo: sienten que no llegan a los rendimientos que otros alcanzan; creen que su existencia no tiene una finalidad, un sentido y se sienten incapaces de otorgárselo; sus seres significativos los descalifican y la existencia se reduce a la de un ser casi sin ser. No llegan a comprender que todas las personas son diferentes, únicas e irrepetibles, por lo que se consideran menos que los demás.

La persona, va creciendo y formando su personalidad dentro del ambiente familiar, que es el principal factor que influye en la formación de la misma, ya que le incorpora a ésta los valores, reglas y costumbres que a veces suelen ser contraproducentes. Algunos de los aspectos ya mencionados son incorporados, a

la familia, por medio del "modelo" que la sociedad nos presenta, y éste es asimilado por todos los grupos sociales. Pero, la personalidad de cada uno, no sólo se forma a través de la familia, sino también, con lo que ésta cree que los demás piensan de ella y con lo que piensa de sí misma, al salir de este ambiente y relacionarse con personas de otro grupo diferente.

2.2. La Familia:

La autoestima, además es aprender a querernos y respetarnos, es algo que se construye o reconstruye por dentro. Esto depende, también, del ambiente familiar en el que estemos y los estímulos que este nos brinda.

En la violencia familiar las víctimas y los victimarios poseen muy baja autoestima, ya que por un lado, la víctima es alguien al que maltratan sin que ésta pueda poner límites y no se da cuenta de que está siendo abusada. Por otro lado, los victimarios compensan lo inferior que se sienten, maltratando y abusando, en este caso, de un familiar.

Muchas de las heridas emocionales que tiene una persona, producidas en su niñez pueden causarnos trastornos psicológicos emocionales y físicos (cáncer, úlceras, hipertensión, trastornos cardíacos y alimentarios, problemas en la piel, depresiones, etc.), produciendo dificultades en la vida de las mismas(conflictos serios en el trabajo, disminución de la energía y de la capacidad creativa, relaciones matrimoniales desastrosas, no poder hacer o conservar amigos, poco entendimiento con las hijas e hijos).

Existen padres, madres, docentes o cuidadores que humillan, desprecian, no prestan atención, se burlan o se ríen del niño/a cuando pide ayuda, siente dolor, tiene un pequeño accidente, necesita que lo defiendan, expresan miedo, piden compañía, se aferra buscando protección, tiene vergüenza, etc.. Estas actitudes se completan con otras totalmente opuesta, desmostrándole al niño que es "querido y bonito" creándole una gran confusión. Pero estas muestras de cariño son aparentes, adjudicándole un rotulo a su identidad, que trae como consecuencia un peso negativo en formación y en el desarrollo de sus capacidades.

En el momento en que la persona afectada es adulta, transmitirá la humillación o el maltrato a personas más pequeñas o vulnerables. Es una cadena hereditaria de abuso y poder, ya que el desprecio y la vergüenza vivida en la infancia son la fuente de los problemas que afectan en la vida adulta y los causantes de la baja autoestima.

La principal imagen y más generalizada forma de violencia es el maltrato emocional. Hay muchas maneras pasa asustar a un niño y hacerlo sentir culpable e intimidado, sin recurrir a la violencia física. El niño o la niña se atormentan con pensamientos y sentimientos que no pueden comunicar ni compartir con nadie y aprenden a soportar el dolor y el silencio.

La autoestima y la comunicación están muy relacionadas, porque según como se diga algo, el efecto será positivo o negativo, de aprendizaje o de resentimiento, que se transmite desde la infancia hacia el futuro. Por esta razón, se entiende que los padres y madres que dañan la autoestima de sus hijos no siempre lo hacen intencionalmente, ya que ellos fueron educados del mismo modo.

Cuando los padres quieren que sus hijos reaccionen como ellos desean, suelen comportarse de maneras particulares. Estas maneras pueden ser:

Mártires: controlan al niño haciéndolo responsable de su sufrimiento y culpable por todo lo que pueda querer o hacer que no le caiga bien a estos mártires, a quienes nada les viene bien, y recurre a las quejas, los reproches, las lagrima, las amenazas de que les va a dar una ataque, etc.

  • – Ves como me sacrifico por vos y no te importa-

  • – Dejé todo para criarte y me lo pagas haciendo eso-

  • – ¿En que nos equivocamos que nos haces estas cosas?-

Los dictadores: controlan al niño o la niña atemorizándolos cuando hacen algo no autorizado, son estrictos y amenazantes para que obedezcan y todo los enfurece. Condenado de manera inapelable al niño, con burlas, gritos, despliegue de poder y dominación.

  • – Como podes ser tan estúpido/a, como no te das cuenta de las cosas-

  • – Te avisé y ahora vas a ver lo que te pasa por no obedecer-

  • – Yo no tengo que darte explicaciones, lo haces porque te lo ordeno y punto-

A veces estos roles (mártir y dictador) se combinan, se alternan y agregan mas confusión a los chicos porque también van acompañados con demandas o manifestaciones de cariño. Y si un hijo llega a quejarse, a llorar o a reclamar por el trato que recibe puede volver a ser juzgado, culpado y descalificado.

"Según se hallan comunicado nuestros padres con nosotros así van a ser los ingredientes que se incorporen a nuestra personalidad, nuestra conducta, nuestra manera de juzgarnos y de relacionarlos con los demás.

Esas voces quedan resonando dentro de nosotros toda la vida. Por eso hay que aprender a reconocerlas y anular su poder para que no nos sigan haciendo sufrir, para liberarnos de esos mandatos distorsionados y para no volver a repetírselos a nuestros hijos e hijas.

Ninguna forma de maltrato es educativa y ningún mensaje o comunicación que culpabiliza, critica, acusa, insulta o reprocha es un buen estímulo para nadie. Y menos en la infancia, cuando no hay posibilidades de defenderse, protejerse o entender que es la impotencia y el desconocimiento de otras formas de trato lo que lleva a los padres y madres a asumir ese papel de mártir o de dictador."

"Lo primero que hay que entender es que no podemos hacernos cargo toda la vida de los problemas que amargaron o hicieron de nuestros padres y madres personas mártires o dictadoras. Basta con empezar a investigar de que manera nos afectaron esas actitudes, para comenzar a liberarnos de sus efectos y no repetir nada de esto con los propios hijos e hijas, con nuestros alumnos, con cualquiera de nuestros chicos o chicas que puedan estar a nuestro cuidado.

¿Por qué los padres maltratan a sus hijos?

Cuando se percibe a los padres de familia como aquellos que deben amar, proteger, orientar y apoyar a sus hijos en sus posibilidades de desarrollo y potencialidades diversas, resulta difícil entender por qué el maltrato infantil cobra tan amplio espacio es las estadísticas sociales globales de la región.

Una de las primeras explicaciones sobre el fenómeno intentaba atribuir el maltrato infantil a graves alteraciones psicológicas en los padres, tales como esquizofrenia o psicosis maniaco-depresiva. Claro está que numerosas investigaciones han establecido que estas situaciones abarcan apenas un 10-15% de los casos en la región.

Posteriormente, han sido objeto de innumerables estudios los modelos de interacción agresor-víctima en el núcleo familiar, al lado de modelos socioculturales que explican la existencia del maltrato infantil a todo nivel. En términos generales, puede anotarse, sin riesgo alguno de equivocación estadística o científica, que un buen número de padres que maltratan a sus hijos han sido maltratados de una u otra forma en su infancia.

Pero también es importante estudiar el/los tipo(s) de familia al interior de los cuales se registran casos de maltrato infantil. Influyen, entre otros factores, el número de integrantes en la familia y la relación marital. Veamos: Por un lado, muchos hijos representan, en ocasiones, una carga importante de stress para los padres y, también, una relación marital inestable y tormentosa porta en sí misma manifestaciones de violencia y desencadena, inevitablemente, maltrato infantil. Por ejemplo, un padre que maltrata a su esposa e hijos o sólo a la esposa y ella a sus hijos.

Como se había señalado, el entorno sociocultural y familiar todavía soporta ideas como que los hijos pertenecen a los padres y que ellos pueden decidir sobre su destino, bien sea por tradición, creencias religiosas, situación económica, etc.

Es necesario mencionar que la dependencia del niño respecto de los adultos en nuestra sociedad, constituye por si misma un factor de riesgo. Frente a una situación de desequilibrio en el grupo familiar, la primera víctima suele ser el niño. También resulta importante destacar que los niños no constituyen grupos de presión social específicos, lo que permite la existencia de conductas de abuso por parte de los adultos, sin que exista una sanción social efectiva.

Estas dos características son genéricas para la infancia. Sin embargo, el maltrato se da en niños y niñas específicas. Algunas de las características individuales de los niños que se han convertido en blanco del maltrato son las siguientes:

  • Embarazo no deseado

  • Niños prematuros

  • Niños con impedimentos físicos o psíquicos

  • Niños hiperactivos

Los distintos modelos señalados dan cuenta parcialmente de los factores de riesgo en relación con el maltrato infantil. Para comprender el problema en forma global, es necesario ubicarse en una perspectiva integradora, en la que se asuma que el maltrato es la expresión de un proceso de distorsiones en la interacción familiar y no el resultado de una conducta aislada de uno de sus miembros. El maltrato es "la expresión de una disfunción en el sistema padres-niño-ambiente-cultura" (De Paúl, 1988)

Para analizar el problema del maltrato infantil y planificar estrategias de intervención, es necesario asumir la multiplicidad de factores que están actuando en la situación. Hay que considerarlos no como una suma de componentes, sino como elementos cuya presencia simultánea pueden significar que se potencie el riesgo de que exista maltrato.

Tipos de maltrato infantil

El maltrato infantil se subdivide en dos grupos:

  • Pasivo: Comprende el abandono físico, que ocurre cuando las necesidades físicas básicas del menor no son atendidas por ningún miembro del grupo que convive con él. También comprende el abandono emocional que consiste en la falta de respuesta a las necesidades de contacto físico y caricias y la indiferencia frente a los estados anímicos del menor.

  • Activo: Comprende el abuso físico que consiste en cualquier acción no accidental por los padres o cuidadores que provoquen daño físico o enfermedad al menor. La intensidad puede variar desde una contusión leve hasta una lesión mortal. También comprende el abuso sexual, que consiste en cualquier tipo de contacto sexual con un menor por parte de un familiar, tutor o cualquier otro adulto. La intensidad del abuso puede ir desde el exhibicionismo hasta la violación. El abuso emocional también entra en esta categoría de abuso activo y se presenta bajo la forma de hostilidad verbal, crónica (insultos, burlas, desprecios, críticas, amenazas de abandono, etc.) y el bloqueo constante de las iniciativas infantiles (puede llegar hasta el encierro o confinamiento) por parte de cualquier miembro adulto del grupo familiar.

Otra forma de maltrato infantil es el caso de los niños testigos de violencia, "cuando los niños presencian situaciones crónicas de violencia entre sus padres. Los estudios comparativos muestran que estos niños presentan trastornos muy similares a los que caracterizan a quienes son víctimas de abuso (Corsi, 1994).

Respecto a lo que se refiere a las agresiones psíquicas o psicológicas, que están dirigidas a dañar la integridad emocional del niño comprenden todo tipo de manifestaciones verbales y gestuales, así como actitudes que los humillan y degradan pero esto no es lo más grave, pues las heridas del cuerpo duelen pero tienden a cicatrizar pero las heridas del alma –que no dejan evidencia física- tardan mucho más en sanar si es que sanan antes de que se le acumule otra herida más, estas generan sentimientos de desvalorización, baja estima e inseguridad personal, los cuales más tarde pueden manifestarse en violencia social.

Maltrato Físico:

El maltrato físico puede ser definido como cualquier trauma, lesión o condición no accidental, que cause daño físico a un/a menor. El maltrato físico infligido representa a menudo castigo corporal severo e irrazonable o castigo injustificado. Esto puede ocurrir, por lo general, cuando el/la padre/madre está frustrado/a, o con coraje, sacude o le da un fuerte golpe, o empuja violentamente al menor. Otras manifestaciones del abuso físico son: quemaduras, mordiscos, torcerle las extremidades u otras formas de tortura. El daño puede ser producto de un sólo episodio o de varios episodios.

En la mayoría de los casos el abuso físico no es un mero acto físico contra el/la niño(a). Es un patrón de conducta, es el estilo que tiene el/la adulto/a para lidiar con el/la menor. Mientras más tiempo exista, más serios serán los golpes que reciba el niño(a) y más difícil será eliminar la conducta abusiva.

Negligencia:

Consiste en faltar a los deberes o dejar de ejercer las facultades de proveer adecuadamente el albergue, la alimentación, la ropa, la educación, la supervisión, atención de salud, no visitar o no mantener comunicación frecuente con el/la menor u otras necesidades básicas requeridas para el desarrollo de las capacidades físicas, intelectuales o emocionales de un/a niño/a.

Maltrato Emocional:

Todos/as nosotros/as somos culpables de haber regañado despiadadamente a un/a niño/a, de haberlo/a criticado más de la cuenta, pero el maltrato emocional es caracterizado por una conducta consecuente y crónica.

Generalmente, hay dos tipos de maltrato emocional. La NEGLIGENCIA EMOCIONAL (es un acto de omisión), es la carencia crónica de proveer el apoyo y el afecto necesario para que el/la menor desarrolle una personalidad fuerte y saludable, y el ABUSO EMOCIONAL (acto de comisión). Estas son actitudes crónicas, o actos de un padre/madre que son detrimentales al desarrollo del niño/a.

EJEMPLOS DE MALTRATO EMOCIONAL:

  • Minimiza al niño/a para que se sienta que no puede hacer nada bien.

  • Critica duramente al niño/a.

  • Culpa al niño/a por cosas de las cuales éste/a no tienen control.

  • Usa al niño/a como "chivo expiatorio" cuando las cosas van mal.

  • Ridiculiza y avergüenza al niño/a.

  • No muestra interés por el/la niño/a, por sus actividades o por sus problemas.

  • Trata al niño/a en forma diferente al resto de la familia.

  • Comete actos raros de tortura o de tormento, como encerrar al niño/a en un armario ("closet").

Abuso Sexual:

El abuso sexual de niños/as no es un fenómeno fácil de definir particularmente porque la conducta sexual infantil permisible varía con la tolerancia cultural, familiar y social. Por tal razón, existen diferentes definiciones en diversos lugares. Para nuestro propósito, definimos el abuso sexual como la utilización de un/a niño/a para el placer o la gratificación sexual. Esto incluye desde el acariciarlos/as en las partes íntimas hasta la penetración. Esta conducta del adulto/a tiene el potencial de interferir con el sano desarrollo del niño/a, tanto en el aspecto físico, como en el emocional. A menudo, los/as niños/as víctimas de abuso sexual experimentan sentimientos de culpa y de vergüenza, así como lo que le impone la sociedad.

El diagnóstico de este niño/a es difícil ya que no presenta señales físicas. Muchas veces el diagnóstico descansa en la historia que haga el/la niño/a. A pesar de que es difícil de evidenciar, es necesario que se intervenga con las familias donde se sospecha que existe el abuso sexual. Aunque no sea admitido por la familia, es imperativo creer en la historia del niño/a. El mero hecho de que el/la niño/a acepte que se ha involucrado en una conducta inapropiada para su edad, es una señal para una investigación futura. Un/a niño/a dispuesto/a a informarle a las autoridades (sea la maestra, el policía o el/a Trabajador/a Social) sobre el alegado caso de encuentro sexual con un/a adulto/a, es una prueba suficiente para que la familia reciba ayuda.

Explotación:

Ocurre cuando utilizan o permiten que otro/a utilice a un/a menor para obligarle a realizar cualquier acto con el fin de lucrarse o recibir algún otro beneficio. Incluye, entre otras cosas, el utilizar al menor para fotografías, películas pornográficas u obscenas, o para la prostitución.

Maltrato Institucional:

Cualquier acto u omisión intencional en que alegadamente incurre un/a padre/madre de crianza o un empleado/a o funcionario/a de una institución pública o privada, hogar de cuido, centro de cuido diurno o institución que ofrezca servicios de cuido durante un día de (24) horas o parte de éste que tenga bajo su control o custodia a un/a menor para su tratamiento o detención, que cause daño o ponga en riesgo a un/a menor de sufrir daño a su salud e integridad física, mental, emocional y/o moral, incluyendo pero sin limitarse al abuso sexual, incurren en conducta obscena y/o utilización de un/a menor para ejecutar conducta obscena, conocido o que se sospeche, o que sucede como resultado de la política, prácticas y condiciones imperantes en la institución de que se trate.

Causas y Efectos del menor maltratado

El maltrato es una situación que bien puede presentarse en todas las clases sociales, aunque la incidencia parece ser un poco mayor en niños que viven bajo condiciones socioeconómicas de pobreza. Hasta el momento existen diferentes explicaciones sobre este tipo de actitudes por parte de los adultos y se ha visto la influencia en alguna manera de las situaciones de gran estrés, que hacen que toda la furia de la persona recaiga en el niño. Pero además, en muchos de los casos, quien comete el abuso tiene antecedentes de haber sufrido el mismo tipo de agresión durante su infancia o es una persona que tiene muy poca capacidad de controlar sus impulsos. Es obvio que por las diferencias de tamaño y fuerza entre adultos y niños, estos últimos sufran grandes lesiones que pueden incluso causarles la muerte. Condiciones como la pobreza, nivel educativo bajo, paternidad o maternidad en personas que como tal no han consolidado un hogar o que son solteras, el abuso de sustancias psicoactivas como las drogas y el alcohol y otra serie de factores, se han relacionado con estas agresiones, aunque siempre hay tener en cuenta que el maltrato infantil, se puede dar en todas las clases sociales

Los niños criados en hogares donde se los maltrata suelen mostrar desordenes postraumáticos y emocionales. Muchos experimentan sentimientos de escasa autoestima y sufren de depresión y ansiedad por lo que suelen utilizar el alcohol u otras drogas para mitigar su stress psicológico, siendo la adicción al llegar la adultez, mas frecuente que en la población general.

Los efectos que produce el maltrato infantil, no cesan al pasar la niñez, mostrando muchos de ellos dificultades para establecer una sana interrelación al llegar a la adultez.

Algunos niños sienten temor de hablar de lo que les pasa porque piensan que nadie les creerá. Otras veces no se dan cuenta que el maltrato a que son objeto es un comportamiento anormal y así aprenden a repetir este "modelo" inconscientemente. La falta de un modelo familiar positivo y la dificultad en crecer y desarrollarse copiándolo, aumenta las dificultades para establecer relaciones "sanas" al llegar a adulto. Puede que no vean la verdadera raíz de sus problemas emocionales, hasta que al llegar a adultos busquen ayuda para solucionarlos.

Para muchos niños que sufren de maltrato, la violencia del abusador se transforma en una forma de vida. Crecen pensando y creyendo que la gente que lastima es parte de la vida cotidiana; por lo tanto este comportamiento se torna "aceptable" y el ciclo del abuso continúa cuando ellos se transforman en padres que abusan de sus hijos y estos de los suyos, continuando así el ciclo vicioso por generaciones.

2.6. Consecuencias del maltrato infantil:

El maltrato infantil trae serias consecuencias tanto en el individuo como en la como en la sociedad en general, pero desgraciadamente existen muy pocas investigaciones acerca de este tema y no obstante, poco o nada se hace en términos de promoción de la salud mental y de la detección y la prevención, tratamiento y rehabilitación de los trastornos emocionales. Únicamente se atienden las necesidades físicas de los menores, así mismo, al agresor tampoco se les da un tratamiento y en este caso sería indispensable llevarlo a cabo a manera de prevención y de tratamiento más sin embargo las autoridades de salud públicas pasan de largo sin reconocerlos como individuos bio-psico-sociales. Por tanto, la reintegración y adaptación de estas personas nuevamente a la sociedad la llevan a cabo solos y, la forma en la que lo hacen no siempre es la más adecuada.

Por consecuencias entendemos toda serie de alteraciones en el funcionamiento individual, familiar y social de las víctimas de maltrato, siendo los aspectos más conocidos la reproducción del mismo y las alteraciones en el rendimiento académico, en el ajuste psíquico individual y en el tipo de relaciones en las que el sujeto participa (Friederich y Wheeler, 1982; Lamphear, 1986 citado en Pino y Herruzo, 2000).

Los malos tratos que se llevan a cabo sobre los niños pueden provocar daño o consecuencias negativas a dos niveles: somático y psicológico (Martínez, Roig y De Paúl, 1993; Querol, 1991 cit. en Pino y Herruzo, 2000).

Consecuencias somáticas:

  • Abandono físico: retraso pondoestatural, cronificación de problemas por falta de tratamiento físico, vitaminopatías, eritemas de pañal, aplanamiento del occipucio, aparición de ciertas enfermedades prevenibles mediante vacunación y producción de quemaduras y otras lesiones por accidentes familiares debidas a una falta de supervisión.

  • Maltrato físico: lesiones cutáneas, quemaduras, lesiones bucales (que pueden afectar a la posición de los dientes), lesiones óseas (que pueden afectar el crecimiento y la movilidad articular), lesiones internas (traumatismos craneales y oculares) entre las que destacan aquellas que producen edemas cerebrales puesto que pueden tener secuelas neurológicas.

En cuanto a las anteriores consecuencias, sin restar importancia, no nos compete abordarlas ampliamente, pues la mayoría de este tipo de casos caen en manos del médico, entonces en este caso, interesa abordar las consecuencias psicológicas.

Según Pino y Herruzo (2000), al hablar de consecuencias psicológicas se refieren a la variedad de comportamientos que pueden aparecer, sean alterados o como ellos los llaman "excesos conductuales" y también los retrasos o "déficits" en ciertos repertorios que se esperarían en los niños en función de sus edades respectivas. Estas consecuencias pueden manifestarse a corto, a mediano y largo plazo, es decir, en la infancia, adolescencia y edad adulta. Las consecuencias que estos autores plantean serían las siguientes:

Consecuencias durante la infancia:

A corto plazo: Incluye los efectos que estos pueden tener sobre el desarrollo físico del niño en el periodo comprendido entre los cero y los ocho años de edad, esto debido a que, según el autor este es el periodo en donde los cambios más rápidos y drásticos se producen en el periodo de cero a seis/ocho años.

La principal y secuela que los malos tratos producen en el desarrollo de los niños es precisamente su retraso que se nota alrededor de la edad de un año, y ya es muy claro a los veinticuatro meses.

Las áreas comportamentales que se encuentran más afectadas en este periodo son las siguientes:

  • Área cognitiva: presentan un menor desarrollo cognitivo, se muestran más impulsivos, menos creativos, más distraibles y su persistencia en las tareas de enseñanza aprendizaje es menor. Son menos habilidosos resolviendo problemas y cuando llegan a la edad escolar muestran peores resultados en las pruebas de CI y tienen malas ejecuciones académicas. Los niños maltratados funcionan cognitivamente por debajo del nivel esperado para su edad, ya que sus puntuaciones en escalas de desarrollo y tests de inteligencia son menores que en los niños no maltratados, sus habilidades de resolución de problemas son menores y hay déficit de atención que comprometen el rendimiento en las tareas académicas.

  • Área social: Pino y Herruzo (2000) mencionan que estos niños, a los 18 y 24 meses sufren un apego ansioso y presentan más rabia, frustración y conductas agresivas ante las dificultades que los niños no maltratados. Entre los 3 y 6 años tienen mayores problemas expresando y reconociendo afectos que los controles. También expresan más emociones negativas y no saben animarse unos a otros a vencer las dificultades que se presentan en una tarea. Por último, presentan patrones distorsionados de interacción tanto con sus cuidadores como con sus compañeros. Según Gaensbauer et al. (1979; 1980) citados por Pino y Herruzo (2000) identificaron seis patrones distorsionados de comunicación afectiva entre los niños maltratados y sus cuidadores: eran retraídos o distantes afectivamente, mostraban falta de placer o bienestar, eran inconsistentes en la interacción, presentaban ambigüedad, frivolidad y una comunicación afectiva negativa. Estos niños se acercan menos a los cuidadores, evitan más a los adultos y a los compañeros y son más agresivos con los adultos. También otros autores como Hoffman-Plotkin y Twentyman (1984) citados por pino y Herruzo (2000), descubrieron que los niños maltratados físicamente eran más agresivos que los controles y que los que padecían abandono interaccionaban menos de lo normal estos mismos autores, pero en el año de 1988 indican que los niños maltratados han mostrado falta de empatía. Son niños que entre 1-3 años de edad no mostraban interés por escapar a las situaciones molestas de la guardería y cuando lo hacían eran violentos, reaccionaban con ataques físicos, cólera o miedo (Main y Georges, 1985) citados por Pino y Herruzo (2000), también se ha visto que los niños maltratados son menos recíprocos en las interacciones con sus iguales y Elmer y Martin (1987) citados Pino y Herruzo (2000) mencionan que estas dificultades en habilidades de empatía perduran hasta la edad adulta.

  • Área del lenguaje: Pino y Herruzo (2000) ha revisado varios estudios al respecto y ha encontrado lo siguiente. Beeghly, Carlon y Cicchetti (1986) descubrieron que los niños que padecen de maltrato físico, a los 30 meses, no se diferencian de los niños control en cuanto a lenguaje comprensivo pero si en el productivo, en lo que se refiere a sensaciones, sentimientos y necesidades y los niños que padecen abandono y maltrato físico presentan un déficit en la expresión de este tipo de verbalizaciones referentes a estados internos. Coster, Gersten, Beeghl y Cicchetti (1989) estudiaron la interacción verbal madre e hijo en niños de 31 meses. Observaron que los niños maltratados físicamente utilizan un lenguaje menos complejo sintácticamente, tienen menos vocabulario expresivo y conocen menos palabras que los normales. Burguess y Conger (1978), observaron que las madres de los niños que padecen abandono y maltrato físico hablan menos con sus hijos que las controles, en los casos de abandono físico las madres dan menos recompensas verbales y aprobación a sus hijos, y se muestran más propensas a criticarlos. En los casos de maltrato físico se ha visto que utilizan menos instrucciones verbales para ayudar a sus hijos a superar las dificultades normales de su ambiente. Inician menos interacciones de juego e ignoran más a sus hijos. Estas dificultades de lenguaje no desaparecen a lo largo del tiempo, sino que perduran hasta la edad escolar. Los niños maltratados, tal como lo señala Blager y Mártin (1976), los niños maltratados presentan dificultades de comunicación y de habilidades de expresión.

  • Área de autonomía funcional: Pino y Herruzo (2000) señalan que por un lado, puede haber conductas de cuidado personal (aseo, vestido, nutrición, etc.) que en condiciones normales deben ser aprendidas en el seno familiar y, por otro lado, están las habilidades de la vida en comunidad, es decir, la capacidad que el sujeto tiene de funcionar de forma independiente a sus progenitores o cuidadores y señalan que los resultados de Egeland et al. (1981, 1983) muestran que los niños que padecían diferentes formas de maltrato presentaban un apego ansioso, en especial los que sufrían abandono emocional. Estos niños tendían a ser menos obedientes a sus padres y educadores que los controles y presentaban menor repertorio de autocontrol. El grupo de abandono físico resultó especialmente dependiente del educador para aquellas tareas propias de la nutrición que se llevan a cabo en el colegio. Sin embargo en cuanto a los comportamientos de funcionamiento independiente con respecto a los padres en su medio, estos niños llegan a estar al nivel o por encima de los controles (Pino, 1995). Esto podría ser consecuencia directa del número de horas que estos pasan solos, muchas veces en la calle, desde edades muy tempranas.

  • Área Motora: Pino y Herruzo (2000) ha encontrado diversas investigaciones al respecto y varias de ellas son las siguientes. Esta es el área que se encuentra menos afectada (Pino, 1995). En el estudio de Egeland et al. (1981, 1983) los niños maltratados se mostraron menos hábiles que los controles, en el uso de herramientas a los 24 meses de edad. En Pino y Herruzo (1993) los niños que padecían abandono físico se mostraban más tardíos en adquirir la locomoción y se apreciaban también déficits en motricidad fina.

  • Problemas de Conducta: Se refiere a los problemas de comportamiento en general (conductas agresivas, hiperactivas y disruptivas). Como ya se ha mencionado, los problemas de conducta agresiva se presentan principalmente en los niños maltratados físicamente. Kazdin, Moser, Colbus y Bell (1985) y Allen y Tarnowski (1989) citados en Pino y Herruzo (2000) hallaron en estos niños más síntomas depresivos (mayor externalidad en la atribución de control, más baja autoestima y desesperanza en cuanto al futuro). Pino y Herruzo (1993) observaron una inusual aparición de comportamientos sexuales precoces (frotis, masturbaciones con una alta frecuencia, en presencia de otros niños) en niños que padecían abandono (Pino y Herruzo, 2000).

2.7. Causas y consecuencias de la Falta de Comunicación:

La comunicación y el intercambio de mensajes son permanentes entre los seres humanos. Ésta no es solo lo que hablamos, sino todo lo que hacemos o no hacemos: Silencios, posturas, gestos, actitudes, expresiones, tonos de la voz que cambian el sentido de lo que se dice y miradas significativas. Por eso una persona puede manejar la comunicación como un elemento de poder sobre otros, que le permite controlar la relación e influir sobre las personas para obtener las respuestas que desea.

"El ejercicio de la violencia en todas sus formas es una manera de comunicar algo que se quiere lograr, por lo general, el dominio de la situación y el control sobre los demás; y una manera de comunicar lo que le sucede a la persona que ejerce la violencia."(4). Estas se sienten impotentes, no conocen otras formas de obtener atención y protagonismo y repiten lo que le hicieron a ellos de chicos. También son incapaces de manifestar sus sentimientos, sus emociones, carecen de habilidad para conversar y lograr acuerdos, en conclusión, tienen un grave problema de comunicación y necesitan imponerse para sentirse poderosos y compensar su baja autoestima.

La falta de comunicación con los hijos en estos días es la consecuencia de la mayor parte de los problemas en los adolescentes, sea en drogadicción, embarazos, delincuencia y todo los demás problemas que las sociedades hoy enfrentan con índices de aumentos diarios.

  Muchas veces los padres creen que porque mandan al colegio a sus hijos estos ya tienen una educación. El colegio enseña materias. Pero el amor, el respeto, los principios, el amor a la familia, el no apoderarse de  lo ajeno, la religión y todo sobre la vida, se aprende en el hogar.

"Cooperación", "comunicación", "co-educación" entre escuela y familia es lo que se tendría que dar y no se da. Esta falta de comunicación entre familia y escuela y esta "actitud abandonista de muchos padres" en el momento de asumir responsabilidades, hace que los niños y niñas, inevitablemente, según algunos de los participantes, sufran las consecuencias en forma de depresión, comportamientos caprichosos… y, de algún modo, provoca el nacimiento de un nuevo tipo de niños: "los niños llaveros, los pobrecitos van de pequeños con sus llaves, no saben si tienen que ir a casa de sus abuelos o es que va a ir la canguro a, etc".

La culpa, para unos, la tiene la falta de tiempo; para otros se trata de "una mala educación" como padres y proponen que tendrían que existir "escuelas para padres". Algunos, también, apuntan la posibilidad de usar las nuevas tecnologías como vías para facilitar la relación familia- escuela.

Responsabilidad de los padres

La violencia se ha convertido en uno de los mayores problemas que enfrentamos los panameños. Los niños, niñas y adolescentes conviven en situaciones de agresividad en su medio familiar, comunitario y escolar, En cada uno de estos contextos se viven diferentes realidades: abuso sexual, maltrato infantil, abuso de autoridad, violencia en los medios de comunicación, etc. Ante todas estas situaciones que atentan contra los derechos de la infancia y adolescencia, la sociedad en conjunto tiene una gran responsabilidad en la búsqueda de soluciones.

La violencia se entiende como la presión de naturaleza física, psicológica y social, ejercida directa o indirectamente sobre el ser humano, que altera su normal desarrollo tanto individual como colectivo.

Derechos del Niño

El 20 de noviembre de 1959 se promulgó la Declaración Universal de los Derechos del Niño cuyo objetivo es proteger la infancia.

Según la Declaración de los Derechos del Niño, el menor debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación.

El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley.

  • El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta Declaración. Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.

  • El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño.

  • El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una nacionalidad.

  • El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social. Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal y postnatal. El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados.

  • El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales que requiere su caso particular.

  • El niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión. Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de corta edad de su madre. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o que carezcan de medios adecuados de subsistencia. Para el mantenimiento de los hijos de familias numerosas conviene conceder subsidios estatales o de otra índole.

  • El niño tiene derecho a recibir educación, que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social, y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres. El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.

  • El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban protección y socorro.

  • El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trata.

  • No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o su educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.

  • El niño debe ser protegido contra las práticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa o de cualquier otra índole. Debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes.

Que debe hacer en caso de que exista el maltrato familiar?

Recomendaciones para las víctimas de violencia intrafamiliar

  • Recuerde que la violencia familiar, de acuerdo a lo contemplado en la ley, se refiere a: la agresión, amenaza u ofensa ejercida sobre la mujer u otro integrante de la familia, por los cónyuges, concubinos, ex-cónyuges, ex-concubinos o persona que hayan cohabitado, ascendientes, descendientes y parientes colaterales, consanguíneos o afines, que menoscabe la integridad física, psicológica, sexual o patrimonial.

  • Una recomendación primordial para la victima es que debe denunciar, puesto que existe una serie de casos que la victima no se atreve a denunciar por miedo y temor a futuras represalias; pero el denunciar es la única forma de detener esta conducta que día a día destruye a la familia venezolana y deja graves secuelas psicológicas a los niños u otros integrantes de estas familias. Recuerde: un niño criado en un hogar con violencia será un adulto violento.

  • En caso de que usted sea victima de violencia intrafamiliar, resguarde las evidencias del caso: armas (blancas o de fuego), objetos, grabaciones, fotos, etc.

  • Si es victima de violencia sexual, debe acudir inmediatamente a colocar la denuncia, tomando las siguientes precauciones: no ducharse ni lavarse; resguardar y colocar en una bolsa plástica la ropa intima, sabanas y cualquier tipo de evidencia que coadyuve a determinar que efectivamente se cometió este delito.

  • ¿Por qué deben denunciar las víctimas? Porque todo hecho de violencia físico, psicológico o sexual, hacia la mujer u otro integrante de la familia, es también una violación a sus derechos humanos; y por lo tanto es un delito. Recuerde que una denuncia a tiempo es una alerta temprana.

La ley también protege a las victimas del acoso sexual, el cual se genera porque alguien, abusando de una situación de superioridad, procura cualquier tipo de acercamiento sexual no deseado, tales como:

  • Insinuaciones sexuales y ofensivas.

  • Proposiciones para tener relaciones sexuales o permitir acercamientos sexuales prometiéndoles recompensas.

  • Relaciones o contactos sexuales bajo la amenaza de perjudicar a la victima en sus actividades y aspiraciones, tanto laborales como educativas.

  • Invitaciones deshonestas y comprometedoras.

2.11. Como afecta la falta de comunicación afecta a la sociedad?:

La comunicación es tan esencial que el mundo sin ella resulta impensable. La probabilidad de que la persona pasiva satisfaga sus necesidades o de que sean entendidas sus opiniones se encuentra sustancialmente reducida debido a la falta de comunicación o a la comunicación indirecta o incompleta. La persona que actúa así se puede sentir a menudo incomprendida, no tomada en cuenta y manipulada. Además, puede sentirse molesta respecto al resultado de la situación o volverse hostil o irritable hacia las otras personas.

La falta de comunicación puede afectar a la sociedad de manera grave. Los grandes conflictos sociales se deben a la falta de comunicación.

2.12. Consecuencias del maltrato en la personalidad del individuo:

Hay una relación entre el abuso/abandono infantil y la presencia de enfermedades mentales o de algún síndrome o desorden psicológico específico, en la actualidad varios autores admiten que solo entre un 10 y un 15% de los de los padres abusivos ha sido diagnosticado con un síntoma psiquiátrico específico. Estudios que se han hecho, indican que los padres abusivos tienen dificultades para controlar sus impulsos, presentan una baja autoestima, escasa capacidad de empatía, así mismo, se ha encontrado que el abuso infantil se relaciona con la depresión y con la ansiedad de los padres, entre otras características y rasgos de personalidad como el alcoholismo y la drogadicción.

2.13. Actitudes y creencias hacia el maltrato infantil:

Papalia y Olds (1998) señalan que "Los niños se ven afectados tanto por lo que sus padres hacen como por lo que piensan", es decir por las actitudes y creencias de los mismos, según este autor señala que "Podemos definir una actitud como una predisposición para responder a un estímulo en particular de una manera particular. Una actitud representa una mayor probabilidad de que una persona reaccione frente a una experiencia o comunicación dadas de una forma en particular en vez de hacerlo en otra forma"(Manheim, 1983).

La actitud según Morales (1994), tiene tres componentes y son los que siguen:

  • Cognitivo: Consta de las percepciones de la persona sobre el objeto de la actitud y de la información que posee sobre él.

  • Afectivo: Si la evaluación surge más bien de experiencias intensas, de carácter positivo o negativo, con el objeto de la actitud, el proceso es afectivo. Éste está compuesto por los sentimientos que dicho objeto despierta.

  • Cognitivo-conductual: El tercero incluye las tendencias, disposiciones e intenciones hacia el objeto, así como las acciones dirigidas hacia él. Y finalmente es conductual si la evaluación surge de manera gradual de la implicación conductual de la persona con el objeto.

A las actitudes a veces se les suele llamar creencias pues según Manheim (1983) menciona que las creencias son observaciones de hechos o realidades, no son lo mismo que la realidad sino que representan la forma en que el individuo mira la realidad, la descripción de sí mismo, de su medio ambiente físico y social, la forma en que percibe su contexto, el medio dentro del cuál vive y acerca del cual se forma juicios y valores.

Con respecto a lo anterior, cabe señalar que no todas las creencias están sujetas a prueba y para ello se señalará a continuación las dos clases de creencias.

Pueden existir al menos dos clases de creencias según menciona Manheim (1983) y son las siguientes:

La primera es una creencia en algo, la segunda una creencia acerca de algo. La diferencia entre las dos consiste en que la creencia en algo no se puede comprobar ni impugnar por observación, por lo menos no brevemente. Tampoco existe una manera física de medirla, aunque mucha gente cree que este tipo de creencias existe y esto influye en su conducta. Por otro lado, las creencias acerca de algo son constantemente sujetas a pruebas. Cada una de estas creencias pueden ser comprobadas. Cada creencia de este tipo puede ser juzgada a través de hechos observables y se pueden evaluar sus méritos empíricamente por tanto, este tipo de creencias son las que se evaluarán en el presente estudio.

Las creencias paternas, que son las que aquí interesan según Papalia y Olds (1998) tienen origen en la cultura pues se encontró que un estudio realizado en California relacionó creencias de los padres sobre crianza, inteligencia y educación, con el desempeño escolar de sus hijos (Okagaki y Steinberg, 1993). La identificación de este estudio de diferencias culturales en las creencias de los padres puede ayudar a los profesores y a los mismos padres a entender un poco más a los niños, a desarrollar una forma de vida diferente a las de ellos y darse cuenta de su propia situación.

2.14. Como sanar la autoestima herida en la infancia:

"Para comenzar a ejercitase en desaprender lo negativo que nos inculcaron…", y sanar a ese niño/a que quedaron escondidos y heridos en nosotros, podemos ir reemplazando las viejas ideas que construimos por otras. Repetir estas afirmaciones con frecuencia es manera de comunicarnos con nosotros mismos, de ayudarnos a adquirir seguridad y tener presentes nuestros derechos:

  • Realizo mis elecciones y acciones con responsabilidad y sin temor.

  • Solo yo decido el modo como utilizo mi tiempo, pongo límites a quienes no respetan esto, hago acuerdos para combinar mi tiempo con el de otros sin someterme.

  • Me aplico a mi trabajo con responsabilidad pero, si algo no va bien, no es porque yo sea un fracaso sino que todavía tengo que aprender más.

  • Me hago responsable del modo cómo trato a los demás y evito repetir lo que a mí me hizo sufrir.

  • Tengo confianza en poder resolverlo mejor posible cualquier situación.

  • Aprendo a comunicar mis sentimientos y respeto los de otros.

  • Cambio mis opiniones sin temor si me doy cuenta que no eran correctas.

  • Soy una persona valiosa, capaz, creativa y estoy abierta para cambiar todos los aspectos de mi vida.

Si una persona tiende a valorarse de esta manera se trasforma el guía de su propia vida y está protegida de sentir culpas irracionales, de creerse incapaz, mala o inútil, de tener que complacer para ser aceptada.

La Escuela

Es fundamental que los padres y maestros o docentes en quienes los padres confíen, sean capaces de transmitir valores claros. Es muy importante que se les enseñe a los niños, el significado de esos valores. Los maestros deben conocer el ambiente y aceptarlo si quieren ayudar a los niños a que vean estos dentro del mismo. En todos los ambientes el niño tiene las mismas necesidades básicas de amor y seguridad, el derecho de ser una persona de valor y tener la oportunidad de triunfar.

Los educadores deben estar conscientes de los distintos ritmos de desarrollo de cada niño, para que el mismo se sienta cómodo con el propio y capacidad de desarrollo.

También podemos decir que los maestros pueden favorecer u obstaculizar el proceso por el cual uno puede encontrarse a sí mismo. Su comprensión o la ausencia de la misma, pueden favorecer o hacer la personalidad que se desarrolla y está en vías de manifestarse. Es por esto que el educador tiene mucha responsabilidad en este tema tan importante o en esta cuestión del tiempo necesario para que uno se encuentre a sí mismo.

También es necesario saber que la mente de cada niño está llena de imágenes. Estas imágenes son de tres dimensiones. En primer lugar, se relaciona con la imagen que tiene de sí mismo. Puede imaginarse a sí mismo como una persona que puede llegar a triunfar. Por el contrario, el niño puede tener la impresión de ser una persona de poco valor, con escasa capacidad y pocas posibilidades de lograr éxitos en algún área de su actividad.

El segundo grupo de imágenes se vincula con la opinión que el niño tiene de sí mismo en relación con otras personas. Puede considerar que sus valores, sus actitudes, su hogar, sus padres, el color de su piel o su religión, son la causa de que se lo mire con temor , desconfianza y disgusto, o que se lo trate con interés. La imagen que cada niño tiene de sí mismo se forma a través del reflejo de las opiniones de los demás.

El tercer juego de imágenes se vincula con la imagen de sí mismo, tal como desearía que fuera. Si la distancia entre estas dos imágenes, como se ve realmente y la imagen idealizada, no es grande, de modo que a media que crece y madura pueda alcanzar la asimilación de estas dos imágenes, se puede decir que se acepta a sí mismo como persona.

Por todo lo mencionado es muy importante que la escuela del niño ayude al mismo a descubrir y aprender a ser las personas que siempre quisieron ser, respetándole sus tiempos, sus conflictos y sus confusiones.

Para ser un buen educador…

  • Saber que la escuela puede mejorar o degradar a la gente que está en ella.

  • Estar dispuesto a complementar las nuevas informaciones con los viejos conocimientos.

  • Debe ajustar las oportunidades de aprendizaje a cada niño, de modo que pueda progresar a su propio ritmo de velocidad.

  • Debe tener la capacidad e incluir el desarrollo de habilidades intelectuales junto con el estímulo para que el niño se acepte a sí mismo.

  • Tiene que saber cómo crear un ambiente, para encontrar oportunidades dentro del mismo, donde cada niño pueda sentirse importante.

  • Debe reconocer los puntos fuetes de cada niño: debe tener en claro que las decisiones de los niños pueden ser vencidas a través de sus fortalezas.

  • Tener conciencia de los sentimientos y de las imágenes que los niños tienen en su mente cuando van a la escuela.

  • Comprender que algunas veces los niños sólo se desarrollan mediante la aprobación, ya que la crítica debe esperar hasta que el niño sea suficientemente fuerte para aceptarla.

  • Aceptar la conducta que no sea adecuada comprendiendo que los seres inestables se rigen en la conducta agresiva cuando las presiones son demasiado grandes.

  • Transmitir a los niños su fe en ellos, es decir, que sus alumnos sean personas dignas de estima y respeto.

" La gente hace cosas para nosotros. Pueden ser cosas simpáticas y agradables. Pueden ser cosas desoladoras. Pueden ser cosas alentadoras y estimulantes. Pueden ser cosas que restauran nuestro equilibrio, acrecientan nuestra fe y fortalecen nuestras convicciones: pueden darnos nuevas perspectivas y nuevo coraje, pero pueden sumergirnos, también en la desesperación, el temor y el pesimismo."

Actitudes o Posturas habituales que indican Autoestima Baja

  • Autocrítica dura y excesiva que la mantiene en un estado de insatisfacción consigo misma.

  • Hipersensibilidad a la crítica, por la que se siente exageradamente atacada/o, herida/o; hecha la culpa de los fracasos a los demás o a la situación; cultiva resentimientos tercos contra sus críticos.

  • Indecisión crónica, no por falta de información, sino por miedo exagerado a equivocarse.

  • Deseo innecesario por complacer, por el que no se atreve a decir NO, por miedo a desagradar y a perder la buena opinión del peticionario.

  • Perfeccionismo, autoexigencia esclavizadora de hacer "perfectamente" todo lo que intenta, que conduce a un desmoronamiento interior cuando las cosas no salen con la perfección exigida.

  • Culpabilidad neurótica, por la que se acusa y se condena por conductas que no siempre son objetivamente malas, exagera la magnitud de sus errores y delitos y/o los lamenta indefinidamente, sin llegar nunca a perdonarse por completo.

  • Hostilidad flotante, irritabilidad a flor de piel, siempre a punto de estallar aún por cosas de poca importancia, propia del supercrítico a quién todo le sienta mal, todo le disgusta, todo le decepciona, nada le satisface.

  • Tendencias defensivas, un negativo generalizado (todo lo ve negro: su vida, su futuro y, sobre todo, su sí mismo) y una inapetencia generalizada del gozo de vivir y de la vida misma.

Buena Autoestima

No se habla de una alta autoestima, sino del narcisismo o de una buena autoestima. El narcisismo es el amor excesivo hacia uno mismo o de algo hecho por uno mismo, por eso se dice que una persona es narcisista, cuando está enamorado de sí mismo, es decir de lo que piensa, de lo que hace, de cómo es, de cómo se viste, etc., pero no del propio ser, sino de la imagen del yo.

En relación al narcisismo hay que tener en cuenta dos elementos, uno la imagen, que es como se ve exteriormente la persona y la otra es el amor, que es el amor excesivo de la persona, hacia sí mismo. La representación del narcisismo en el niño son simplemente las palabras e imágenes que les transmitieron sus padres, por eso se dice que los padres tienden a atribuirle al niño todos las afecciones y se niegan o se olvidan todos sus supuestos defectos.

Alguien con una buena autoestima no necesita competir, no se compara, no envidia, no se justifica por todo lo que hace, no actúa como si "pidiera perdón por existir", no cree que está molestando o haciendo perder el tiempo a otros, se da cuenta de que los demás tienen sus propios problemas en lugar de hecharse la culpa "por ocasionar molestias".

  • Características de la autoestima positiva:

  • Cree firmemente en ciertos valores y principios, está dispuesto a defenderlos aún cuando encuentre fuerte oposiciones colectivas, y se siente lo suficientemente segura como para modificar esos valores y principios si nuevas experiencias indican que estaba equivocada.

  • Es capaz de obrar según crea más acertado, confiando en su propio juicio, y sin sentirme culpable cuando a otros le parece mal lo que halla hecho.

  • No emplea demasiado tiempo preocupándose por lo que halla ocurrido en el pasado, ni por lo que pueda ocurrir en el futuro.

  • Tiene confianza por su capacidad para resolver sus propios problemas, sin dejarse acobardar por los fracasos y dificultades que experimente.

  • Se considera y realmente se siente igual, como persona, a cualquier otra persona aunque reconoce diferencias en talentos específicos, prestigio profesional o posición económica.

  • Da por supuesto que es una persona interesante y valiosa para otros, por lo menos para aquellos con quienes se asocia.

  • No se deja manipular por los demás, aunque está dispuesta a colaborar si le parece apropiado y conveniente.

  • Reconoce y acepta en sí mismo una variedad de sentimientos e inclinaciones tanto positivas como negativas y está dispuesta a revelarlas a otra persona si le parece que vale la pena.

  • Es capaz de disfrutar diversas actividades como trabajar, jugar, descansar, caminar, estar con amigos, etc.

  • Es sensible a las necesidades de los otros, respeta las normas de convivencia generalmente aceptadas, reconoce sinceramente que no tiene derecho a mejorar o divertirse a costa de los demás.

Expresiones Maltratantes usadas con frecuencia

EXPRESIONES MALTRATANTES

· Eres un niño-una niña malo(a)

· Pareces bruto(a)…

· Deja de molestar o te pego?

· Por qué eres así ah?

· La cabeza no te da para nada

· No haces nada bien!

· No te mereces nada…

· Lo que estás buscando es que te pegue!

· Quédate quieto pelao(a) de …

· Me tienes aburrida(o)

· En dónde tienes la cabeza?

· Me provoca es darte duro para que obedezcas!

· Eres un bueno para nada

· Vas a saber quien soy yo !

· Sigue así y verás!

· Si te portas mal no te quiero!

En la escuela y la familia se practican múltiples formas de corrección basadas en el maltrato y que no son catalogadas como tal. Gritar, amenazar, avergonzar, exhibir, insultar, imponer represivamente, ridiculizar, agredir verbalmente, retirar el afecto, intimidar, insultar, castigar físicamente etc… son tan sólo algunos ejemplos.

La violencia como forma de vida ha permeado a la familia, la escuela, los medios de comunicación y la vida social. Nuestra sociedad recrea patrones y modelos de relaciones sociales violentas, basados en el uso del poder coercitivo y autocrático. La familia y la escuela tradicional se ha caracterizado por reproducir estos patrones, que en esencia, siembran la semilla del maltrato.

"Lo que menos me gusta de la seño es que nos regaña, nos grita y nos trata mal, nos pega reglazos en ambas manos si no sabemos la lección" (Testimonio de un niño)

Ser tratado con dignidad y respeto es ante todo un derecho, derecho que cotidianamente es violentado en la familia y la escuela. Padres, madres y docentes se han habituado al maltrato, se sienten con el derecho de corregir maltratando. Los adultos que a su vez fueron maltratados aprendieron que "es válido y aceptable" utilizar el grito, los golpes, la fuerza, la coacción, la intimidación etc. para corregir educar y orientar. Más aún, aprendieron que el hecho de ser padre, madre o docente les otorga "potestad natural" para ejercer las funciones de crianza y educación maltratando y violentando.

Para una gran proporción de padres, madres y docentes es todo un dilema el ejercicio de la AUTORIDAD sin hacer daño; ejercer influencia sobre los hijos e hijas sin ejercer AUTORITARISMO; hacerlo con una finalidad formativa y no retaliativa, con una pretensión educativa y más no represiva; basada en la comprensión y no en el dogma; orientada por el amor y no por la opresión.

Tanto en la familia como en la escuela los adultos necesitan influir sobre hijos y estudiantes para formarles, necesitan tener "capacidad para influir". Lo que diferencia los hogares y las escuelas entre sí es el TIPO DE PODER en que se basan para formar, es decir, las estrategias que utilizan para influir en hijos y estudiantes.

 

 

 

 

 

Autor:

Prof. Carlos Cabello García

Institución Educativa Belen

Año 2005

Partes: 1, 2
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