- La educación espartana
- La educación ateniense
- Educación antigua
- Los sofistas
- Educación nueva
- La educación en Roma
- El concepto de infancia a lo largo de la historia
- Bibliografía
Al examinar atentamente LA ILIADA y la ODISEA desde este punto de vista, lo que más llama la atención es la escasez de referencias a la educación o a actividades ligadas a ella, como la escritura, lo cual sugiere la ausencia de todo tipo de sistema de educación formal, sea en escuelas o en hogar. Solo hay dos menciones específicas, referidas a la educación
Es el de Aquiles, cuando Fénix en la Ilíada se dirige aquel y le recuerda que fue su tutor luego que lo sacaran del hogar, siendo niño, y "sin experiencia en la despiadada guerra ni en los consejos, aunque los hombres también se hacen ilustres. Por eso tu padre me envío a tu lado, para que te enseñará hablar correctamente y a realizar grandes hechos".
Este pasaje implica la conjunción de aprendizaje retórico y militar en la educación de los jóvenes de la clase gobernante, lo cual constituye un interesante anticipo en siglos posteriores, de la educación ateniense.
Sea como sea, el pasaje citado ofrece una presentación práctica de la educación de Aquiles y sugiere que la responsabilidad principal de su doble formación correspondía al padre. En el caso de Aquiles. Pero por cierto, la edad de los héroes no fue primitiva, pero estamos seguros de que la oratoria ocupaba un lugar de importancia, tal como lo muestra el libro I de la Odisea.
La educación espartana
La educación espartana merece una mención especial, por su total contraposición a la educación ateniense.
Los espartanos en gran medida aislados del resto del mundo por las altas montañas del norte y la costa rocosa del sur, mantuvieron algunas de las antiguas costumbre que ya habían perdido vigencias y habían sido olvidadas por el resto de los griegos. En segundo lugar es probable que los drásticos cambios legislativos que dieron a la política espartana el rígido estilo militar que la caracterizó en tiempos históricos.
El carácter de la instrucción espartana estaba determinado en su totalidad por el anhelo de eficiencia militar. Desde el nacimiento hasta la muerte, la vida cotidiana de los niños y de los adultos era tan rigurosa como la de los campamentos militares. Los varones estaban acostumbrados a caminar descalzos en toda época de las estaciones y usaban una sola vestidura. Su alimentación era rústica, y las camas en que dormían eran muy duras. Todos los días se mantenían ocupados en diversas tareas y ejercicios gimnásticos, y en prácticas al aire libre tales como caza o natación:
Nada de lo que pudiera contribuir a fortalecerlos y aumentar su resistencia se descuidaba. Desde la INFANCIA vivían en constante supervisión. A los siete años cuando abandonaba el cuidado sus madres se reunía a lo varones en grupo de o compañías, similares a las que sus padres formaban para la guerra, y donde se los sometía a una disciplina muy rígida, bajo el control de una jerarquía de oficiales.
El niño más valiente e ingenioso del grupo era nombrado líder, y actuaba como suboficial. La instrucción del grupo se encomendaba a un ireno, joven cuya edad oscilaba entre los veinte y treinta años, y que había completado poco tiempo antes esta etapa en su propia educación, dependía de un inspector estatal llamado paidonomo, adiestrados de gran autoridad y asistido por subalternos siniestramente denominados portadores del látigo.
Demás todo adulto participaba con apasionado interés en las ocupaciones de los jóvenes, y estaba dispuesto reprobarlos y castigarlos en ausencia de los funcionarios encargados de ello. Muchas veces se alentaba a los jóvenes para que, por su parte, aceptaran los castigos con buen ánimo, como parte del entrenamiento que los endurecía, era una prueba de resistencia.
La atención con que se encaraba la instrucción de las mujeres es un rasgo digno de mención, característico del sistema espartano. En el resto de Grecia, los jóvenes se criaban en la reclusión del hogar y no recibían educación alguna.
Como ya hemos dicho, en Atenas las jóvenes vivían recluidas, en Esparta las muchachas practicaban en público muchos deportes, al igual que los muchachos: la lucha y el lanzamiento de disco y jabalina. Pretendían así preparar madres de familia robustas y fuertes, que proporcionaran a Esparta hijos fuertes, buenos guerreros.
Los muchachos sólo permanecían con sus familias hasta los siete años, edad en la que el niño pasa a manos del Estado, al que no dejará de pertenecer hasta su muerte. El niño se alistaba en formaciones premilitares que se escalonaban a lo largo de todo su crecimiento. Sus estudios se limitaban a lo estrictamente necesario; el resto de su educación consistía en aprender a obedecer, soportar la fatiga con paciencia y vencer en la lucha, es decir, ejercicios físicos
La educación ateniense
Cuando Jenofontes hablaba de un sistema educativo espartano, lo que esperaba del Atenas y el resto de Grecia… sólo en Creta se podía encontrar un sistema similar. Los comienzos de la educación espartana son obscuros, la traducción que contenga una dosis de verdad es la de SOLON (649- 559 a. C.) las primeras leyes sobre Educación, se le atribuye a la creación de una ley que OBLIGA ENSEÑAR A NADAR Y LEER A TODOS LOS NIÑOS.
La educación ateniense se diferenció de la espartana y esta diferencia aumentó con el correr de los tiempos.
Educación antigua
La educación de los niños atenienses, pero sólo de los varones, pues las niñas no pisaban nunca la escuela. Todo lo que aprende una joven ateniense esencialmente las labores domésticas: cocina, tratamiento de la lana y tejido, y tal vez también algunos rudimentos de lectura, cálculo y música– lo aprende con su madre, con una abuela o las criadas de la familia.
De hecho, las muchachas jóvenes apenas salen siquiera al patio interior de su casa, ya que deben vivir lejos de toda mirada, alejadas incluso de los miembros masculinos de su propia familia. Hecha esta salvedad, veamos cómo se educaban los niños atenienses.
En Atenas, la enseñanza, la asistencia a clase, no era obligatoria: el padre de familia gozaba de total libertad para educar a sus hijos o permitir que otros los educaran hasta los dieciocho años, edad en que el joven se convertía en ciudadano y debía realizar el servicio militar.
Hasta que el niño iba a la escuela (a los siete años), eran la madre y la nodriza quienes se ocupaban de él y le proporcionaban las primeras enseñanzas, que consistían en historias tradicionales, mitología y leyendas nacionales, y nada más, pues las pobres mujeres, que prácticamente nada habían aprendido, prácticamente nada podían enseñar.
A los siete años el niño comienza su "paideia", o formación cultural, pasando a la escuela, siempre de profesores particulares, donde cursaban tres asignaturas: gramática, música y gimnasia.
El niño empezaba por aprender a leer y luego a escribir. Aprendía a leer en voz alta y luego seguía haciéndolo igual, pues da la impresión de que no se practicaba la lectura en silencio.
El alumno practicaba después la escritura de las letras sobre una tablilla de madera barnizada de cera, y sobre ella trazaba los caracteres con ayuda de un punzón o estilete, cuyo extremo opuesto, plano y redondeado, servía para borrar. No había pupitres, y los alumnos se sentaban en taburetes alrededor del maestro.
En cuanto sabía leer y escribir con facilidad tenía que aprender versos de memoria, y luego fragmentos cada vez más extensos de los poetas. El primero era el más grande de todos, Homero, el autor de la Ilíada y la Odisea.
Los griegos consideraban que Homero enseñaba todo lo que debía saber un hombre digno de tal nombre: las actividades de los tiempos de paz y de los tiempos de guerra, los oficios, la política y la diplomacia, la sabiduría, la cortesía, el valor, los deberes hacia los padres y hacia los dioses…
La enseñanza se completaba con la aritmética. Utilizaban los dedos para los cálculos elementales, y recurrían a las fichas de cálculo y al ábaco para los más complicados
Los sofistas
La enseñanza que el joven ateniense recibía en la escuela era elemental y primaria; no existía hasta el siglo V a. de C. ninguna enseñanza superior, pero en la segunda mitad de ese siglo se produjeron innovaciones decisivas en la educación, gracias a la aportación de los sofistas. Con el desarrollo de la democracia, todos aquellos que querían dedicarse a la política necesitaban ejercitar el arte de la persuasión y la oratoria. Los sofistas asumieron entonces el papel de educadores.
Estos primeros profesores de enseñanza superior eran conferenciantes itinerantes. Las exhibiciones que hacían de su saber y de su talento de oradores les atraían a alumnos que se vinculaban a ellos y los seguían de ciudad en ciudad.
Enseñaban todo lo que entonces se podía saber y que no se enseñaba en la escuela elemental: geometría, física, astronomía, medicina, artes y técnicas, y, sobre todo, retórica y filosofía.
Los niños de siete años, cuya educación acababa de iniciarse, eran todavía físicamente inapropiados para los ejercicios habituales, por lo que se les enseñaba a mejorar su porte y se les hacia prácticas ejercicios físicos suaves al tiempo que se los alentaba para que jugaran a la pelota y demás entretenimientos favoritos de los niños del mundo conocido. La verdadera preparación gimnastica comenzaba tan solo cuando estaban en condiciones de aprovecharlas, a los doce y o trece años. En ese momento ya estaban en condiciones de de adquirir destrezas en la quíntuple competencia denominada pentatlón, que comprendía salto, carrera, lucha lanzamiento de jabalina, de disco, y es probable que tuvieran oportunidad de aprender fuera del gimnasio danzas nacionales. Con estos ejercicios se los ponía en condiciones físicas aptas para resistir los esfuerzos de la guerra, y al mismo tiempo, adquirían cuerpos gráciles y bien desarrollados.
Para la educación general los niños asistían parte de su tiempo a la escuela de música, en la que tenían por maestro a un ejecutante de cítara o lira. Tal como el nombre de la escuela y el maestro lo muestran, este sector educativo incluían cursos de materias que se necesitaban en la vida cotidiana. En el pasaje clásico de Platón se nos informa sobre las escuelas de música aparece en un su discurso que pone en boca de PROTÁGORAS, el primer sofista, quien comenzó a enseñar en Atenas alrededor del año 450 a C. después de señalar que los padres y amigos del niño comienzan a educarlos en cuanto éste es capaz de entender lo que se le dice, continúa diciendo:
"en un período posterior, lo ponen bajo la conducción de un maestro, a los que recomiendan que otorguen mayor atención a su conducta que a las letras o la música. Y una vez que el niño ha aprendido el alfabeto y comienza a entender las palabras escritas, ponen en sus manos las obras de grandes poetas, que contienen muchas lecciones y relatos, alabanzas de los hombres notables de la antigüedad, que el niño debe aprender de memoria, para que se sienta deseoso de llegar a ser como ellos… Luego los envían al niño a un maestro de gimnasia, para que su cuerpo sea capaz de servir a una mente virtuosa, y para que la debilidad física no lo haga cobarde en la guerra, ni en ocasión alguna. Esto es lo que hacen en cuanto a la educación de los niños, las personas adineradas que disponen de los medios necesarios"[2]
Si interpretamos estos bosquejos, de la educación del niño ateniense con ayuda de otros hechos conocidos, podemos establecer cuál era el curso general de estudio de las escuelas de música. El niño ingresaba en ellas aproximadamente a los siete años, y comenzaba sus primeras letras, en cuanto sabía leer, iniciaba el estudio y memorización de los poemas homéricos.
De todas formas se ignoran muchos pormenores de la primera etapa educativa, no sabemos en que proporción se dedicaban a la gimnasia y a la música o cómo transcurría una jornada escolar. Agregar más…
Los muchachos sólo permanecían con sus familias hasta los siete años, edad en la que el niño pasa a manos del Estado, al que no dejará de pertenecer hasta su muerte. El niño se alistaba en formaciones premilitares que se escalonaban a lo largo de todo su crecimiento. Sus estudios se limitaban a lo estrictamente necesario; el resto de su educación consistía en aprender a obedecer, soportar la fatiga con paciencia y vencer en la lucha, es decir, ejercicios físicos
A los dieciochos años los jóvenes ateniense libres entraban en el registro de ciudadanos y se convertían en efebos, ya esta etapa es de análisis para otro oportunidad.
Educación nueva
La educación nueva fueron las transformaciones educativas a causas de profundos cambios económicos y políticos que ocurrieron en el Estado Ateniense durante el siglo V a C. la potencia naval de Grecia provocó una nueva clase de ricos comerciantes que disputó los derechos de la aristocracia terrateniente. El resultado final de ese conflicto fue el establecimiento de una democracia en la que todo ciudadano libre, rico o pobre, participaba por igual. Luego vino la lucha de vida o muerte contra Persia…
Muy pronto surgió otra clase maestros llamado sofistas, que decían capaces de dar a los jóvenes.
Estos cambios se reflejaron en el sistema educativo de Atenas en especial en la educación de los jóvenes y de alguna medida con los niños.
En la Nube de Aristófanes[3]del 423 a C., tenemos un testimonio de esta situación mediante la visión de un crítico tenaz pero no muy ecuánime. Esta obra nos informa sobre la antigua educación, que ya había desaparecido o estaba en vías de desaparecer:
"…En primer lugar a los niños no se les permitía decir palabras. Todos los que pertenecían al mismo sector de la ciudad estaban obligados a marchar juntos en orden por la calle, hacia la escuela de música, con muy poca ropa, aun cuando nevara intensamente. Se les enseñaba a memorizar un canción, sin cruzar las piernas… y si algún niño intentaba hacer tonterías o introducir algún trino novedoso o impertinente, recibía una severa paliza por insultar a las Musas…"[4]
A medida que ambas vidas la espartana y la ateniense eran distintas, su concepción en educación también fue distinta.
En esparta se preparaba para ser ciudadanos soldados, pero de alguno forma ambas EDUCACION tenían algo en común prepara como miembro de la ciudadanía. Pero mientras que la gimnastica era preocupación de la educación espartana, en Atenas no se los preparaba para la guerra SINO PARA LA PAZ.
Por consiguiente mientras que la gimnasia era importante para la concepción espartana, para los atenienses agregaban una formación musical,..
Para Aristófanes la nueva educación consistía en los siguientes puntos:
1) Se había relajado la estricta disciplina de los tiempos anteriores y los niños eran menos recatados y comportaban peor…
2) Que los poemas épicos y líricos tradicionales, que habían contribuido a la formación de las generaciones anteriores, se habían remplazado por obras de escritores posteriores y de menos valía.
3) Que se habían introducido modificaciones en la música , que la hacían más elaborada, privándola de la sencillez y disminuyendo su valor educativo.
TEORIA EDUCATIVA GRIEGA:
Uno de los resultados más notables de una nueva educación fue una teoría educativa explicita desarrollada por Sócrates.
La educación en Roma
ÉPOCA ANTIGUA (hasta el siglo II a. C.).
En esta época antigua de la historia de Roma, la educación de los muchachos se limitaba a la preparación que podía darle su padre. Se trataba de una educación de campesinos, basada fundamentalmente en el respeto a las costumbres de los antepasados (mos maiorum).
Desde la más tierna infancia se les enseñaba que la familia de la cual eran miembros constituía una auténtica unidad social y religiosa, cuyos poderes estaban todos concentrados en la cabeza, en el paterfamilias, que era el propietario de todo, con derecho de vida y muerte sobre todos los miembros de la familia.
Hasta los siete años era la madre la encargada de la educación de los hijos. La madre es la maestra en casa. Ejerce, pues, un papel de suma importancia: no se limita sólo a dar a luz al hijo, sino que luego continúa su obra cuidándolo física y moralmente. Por eso su influencia en el hijo será importante durante toda la vida de éste.
A partir de los siete años era el padre quien tomaba la responsabilidad de la educación de los hijos. Un padre enseñaba a su hijo –puer- a leer, escribir, usar las armas y cultivar la tierra, a la vez que le impartía los fundamentos de las buenas maneras, la religión, la moral y el conocimiento de la ley. El niño acompaña a su padre a todas partes: al campo, a los convites, al foro, etc.
Por su parte, la niña –puella– sigue bajo la dirección y el cuidado de su madre, que la instruye en el telar y en las labores domésticas.
El definitivo perfeccionamiento a su formación lo daba el ejército, en el que se ingresaba a la edad de 16 o 17 años. La fuerza del ejército romano residía en su disciplina: el cobarde era azotado hasta morir, el general podía decapitar a cualquiera por la menor desobediencia, a los desertores se les cortaba la mano derecha, y el rancho consistía en pan y legumbres.
A PARTIR DEL SIGLO II a. C.
A partir de los siglos III y II a. C. Roma entra en contacto con la cultura griega al conquistar la Magna Grecia. Desde entonces, la superioridad cultural griega marcará la cultura y la educación romanas. Maestros y rétores llegan como esclavos a Roma y se dedican a impartir la docencia en las casas de sus dueños e incluso abren escuelas, una vez obtenida la libertad.
La implantación del sistema educativo griego no se hace esperar. De este modo, la Roma rústica se va a convertir en portadora y transmisora del caudal humanístico griego. A partir de ahora gran número de pedagogos, gramáticos, retóricos y filósofos invaden las calles de Roma, y los romanos aceptan sus enseñanzas (aunque no sin algunas reticencias).
a) Enseñanza primaria.
La enseñanza primaria ocupaba a los niños desde los siete años hasta los once o doce. Esta primera enseñanza podía recibirse en casa, con profesores particulares, pero la mayoría de niños y niñas acudía a la escuela del litterator.
El niño acudía a la escuela muy temprano, acompañado del paedagogus, generalmente griego. La jornada solía ser de seis horas, con descanso a mediodía, y un día festivo cada nueve días –nundinae– . El curso comenzaba el mes de marzo, y había vacaciones estivales (desde julio hasta los idus -el 15- de octubre).
Las escuelas eran locales muy humildes, donde había sillas o bancos sin respaldo para los alumnos, que escribían con las tablillas apoyadas en las rodillas.
En la escuela primaria se aprendía a leer, escribir y contar, bajo una férrea disciplina que castigaba con severidad cualquier falta.
La infancia, una construcción de la modernidad: La concepción actual de la infancia, no es natural o dada. Como sucede con otras elaboraciones de la cultura, nos resultan tan obvias que olvidamos que devienen de un proceso histórico que las fue configurando. La modernidad, parece ser el punto de confluencia en donde surge una imagen acaba de la infancia que se proyecta hasta nuestros días en los cuales, comienza a advertirse cierto quiebre en esta construcción.
En la antigüedad romana, tal como señala Philippe Aries, la vida era dada dos veces, la primera, al salir del vientre materno, y la segunda, cuando el padre lo elevaba. Esto es coherente con la importancia de los vínculos electivos en la antigüedad respecto a los sanguíneos.
Esta situación, comienza a cambiar a partir de los siglos II y III (no por méritos del cristianismo, sino en tanto que los cristianos se apoderaron de la nueva moral) surge un nuevo modelo de familia, que repercute en el niño.
Los vínculos carnales, comienzan a ser importantes, en efecto, el matrimonio, comienza a predominar sobre otras formas de unión. De esta forma, la fecundidad adquiere un valor determinante y va a preparar a muy largo plazo la función que desempeñará el niño. En la edad media, el poder del individuo no depende del rango sino del número y cantidad de su clientela, la cual, se funde con la familia y como los lazos de sangre son los que mejor asegurar la lealtad, se potencia la revalorización de la fecundidad. El infanticidio, por ejemplo, practicado con frecuencia en la antigüedad, es catalogado como un delito, si bien estas prácticas subsisten vergonzosamente. Pero la infancia, a lo largo de la Edad Media, permanece en las sombras, es a partir del siglo XIV donde comienza a concederse cierta importancia a la infancia, que recién llegaría a verse descubierta completamente en el Emille de Rousseau.
El concepto de infancia a lo largo de la historia
El interés por educar y criar a los niños es tan antiguo como la historia pero las ideas sobre cómo hacerlo y las prácticas de crianza han sido muy diferentes en distintos momentos históricos. También desde siempre ha habido una tendencia a dividir el curso de la vida en etapas o periodos, desde el nacimiento a la muerte. La forma de dividir estos periodos tenía que ver con la concepción dominante de cada sociedad y momento histórico. Por ejemplo, parece que en la Antigüedad y la Edad Media NO se reconocía la infancia como etapa con sus propias características y cualidades, y hasta el S. XVII no hubo un sentimiento de la infancia (al menos, tal y como lo entendemos actualmente).
1) GRECIA Y ROMA
Es en Grecia donde nace el concepto de educación liberal y de desarrollo "integral" de la
persona (cuerpo-mente). Algunos filósofos expresan la necesidad de que la educación se adapte a la naturaleza humana. [Plutarco: Sobre la educación de los niños; Platón: República; Aristóteles: Ética a Nicómaco].
Asimismo, se desarrolla la medicina e interés por la salud infantil (medicina hipocrática y galénica). Es interesante la presencia de personajes adolescentes en el teatro griego (Sófocles, Eurípides) y la forma en que se presentan en las obras.
Aristóteles (384-322 a. C.): En muchos de sus escritos expresa su interés por problemas educativos, con el fin de contribuir a la formación de hombres libres. Habla de distintos periodos para la educación infantil:
"…hasta los 2 años (primer periodo) conviene ir endureciendo a los niños, acostumbrándoles a dificultades como el frío… En el periodo subsiguiente, hasta la
edad de 5 años, tiempo en que todavía no es bueno orientarlos a un estudio ni a trabajos coactivos a fin de que esto no impida el crecimiento, se les debe, no
obstante, permitir bastante movimiento para evitar la inactividad corporal; y este ejercicio puede obtenerse por varios sistemas, especialmente por el juego […] La
mayoría de los juegos de la infancia deberían ser imitaciones de las ocupaciones serias de la edad futura [Aristóteles, Política, libro VII, capítulo 15]
En la Grecia clásica se defiende la necesidad de que los ciudadanos varones se escolaricen, primero recibiendo una instrucción informal (hasta pubertad: leer, escribir, educación física), después, una instrucción formal: literatura, aritmética, filosofía, ciencia.
En Roma, pierde relevancia la educación liberal y hay mucha menos atención a la educación física y el deporte. El objetivo de la educación es formar buenos oradores, "embellecer el alma de los jóvenes mediante la retórica".
La escolarización se divide en tres etapas: "Ludus" o escuela elemental (7-12 años), "Gramática" (12-16 años): prosa, teatro, poesía; "Retórica" (desde los 16 años): estudio técnicas de oratoria y declamación (muy pocos llegan a esta última etapa educativa).
Acceden a la educación los ciudadanos libres
Hasta los 12 años, las escuelas eran mixtas y, a partir de esa edad, el destino de niños y niñas se separaba (como el de ricos y pobres). Sólo proseguían estudios los varones de familias acomodadas y, excepcionalmente, alguna chica con un preceptor (ello dependía exclusivamente de la voluntad de su padre). Pero por lo general, el que la mujer estudiara filosofía o similares contenidos se consideraba una senda "peligrosa", "próxima al libertinaje".
2) CRISTIANISMO y EDAD MEDIA
Para Grecia y Roma, la institución social más importante y la encargada de la educación era el ESTADO. Durante la Edad Media, por influencia del cristianismo, es la IGLESIA (controla tanto la educación religiosa como la seglar).
A lo largo de la Edad Media desaparece por completo la idea de educación liberal. No se trata ya de formar a "librepensadores" sino que el objetivo de la educación es preparar al niño para servir a Dios, a la Iglesia y a sus representantes, con un sometimiento completo a la autoridad de la Iglesia.
Se elimina la educación física ya que se considera que el cuerpo es fuente de pecado. En general, la tradición judeo-cristiana gira en torno al concepto de "pecado original" que conlleva
En la Italia romana, entre los siglos I a.C y I d.C, había entre 5 y 6 millones de hombres y mujeres libres, y entre 1 y 2 millones de esclavos.
Hay que recordar que, en Grecia y Roma, la mujer es considerada inferior al hombre, por naturaleza, y su deber es obedecerlo: "Una mujer es como un niño grande que hay que cuidar a causa de su dote y de su noble padre" "Si tu esclavo,… o tu mujer se atreven a replicarte, montas en cólera", dice Séneca. Y, según Epicteto, "el adulterio es un robo. Sustraerle la mujer al prójimo es algo tan indelicado como arrebatarle al vecino en la mesa su porción de carne" (Tomado de Historia de la vida privada, vol. 1, pp. 52-53, p. 58).
Esta última idea respecto al adulterio corresponde, sin embargo, a la moral estoica y no a la moral griega ni a la primera moral romana, según la cual era lícito "prestar" a la propia mujer a algún amigo para que disfrutase de sus servicios sexuales. la idea del niño como ser perverso y corrupto que debe ser socializado, redimido mediante la disciplina y el castigo. En el S. XVII, el Abad Bérulle escribía: "No hay peor estado, más vil y abyecto, después del de la muerte, que la infancia".
No se observa una preocupación por la infancia como tal, y la educación no se adapta al niño.
De hecho, toda la enseñanza de contenidos religiosos es en latín (la lengua materna se considera totalmente inapropiada para transmitir conocimiento).
El niño es concebido como homúnculo (hombre en miniatura) Æ no hay evolución, cambios cualitativos, sino cambio desde un estado inferior a otro superior, adulto (Tomás de Aquino).
Todo ello se refleja en la frase siguiente: "Sólo el tiempo puede curar de la niñez, y de sus imperfecciones". Por tanto, el niño debe ser educado para ser "reformado". Educar y criar implican cuidado físico, disciplina, obediencia y amor a Dios pero no hay referencias a la necesidad de amor para el buen desarrollo infantil.
Sólo acceden a la educación algunos varones, no las mujeres. Durante toda la Edad Media el niño es utilizado como mano de obra.
3) RENACIMIENTO al S. XVII
Resurgen muchas de las ideas clásicas sobre la educación infantil. Se produce un auge de las observaciones de niños que revelan un nuevo interés por el desarrollo infantil. Por ejemplo,
Erasmo (De Pueris, 1530) manifiesta cierto interés por la naturaleza infantil
Luis Vives (1492-1540) también expresa su interés por la evolución del niño, por las diferencias individuales, por la educación de "anormales", y por la necesidad de ADAPTACIÓN de la educación a los distintos casos y niveles. Destaca también su preocupación por la educación de las mujeres.
Esta idea es central en Comenius (1592-1670), que insiste en que se debe educar tanto a niños como niñas, y en el papel de la madre como primera educadora. Defiende la escolarización obligatoria hasta los 12 años (idea abandonada por completo durante las etapas anteriores), y señala las ventajas de la enseñanza elemental en lengua materna, no en latín.
De esta época es Héroard, que fue tutor del joven Luis XIII de Francia (hijo de Henri IV) y que escribió un diario sobre su infancia y juventud (1601-1621) en el que se revelan interesantes ideas de la época… Por ejemplo, cita el consejo que le dio Henri IV para educar a su hijo:
"Que aplique el castigo físico tantas veces como sea necesario porque puedo asegurar, por mi propia experiencia, que nada me ha hecho tanto bien en la vida"
Un importante cambio en las concepciones de la naturaleza humana y, en consecuencia, del niño, viene de la corriente empirista en filosofía. Locke (1632-1704) insiste en la importancia de la experiencia y los hábitos, proponiendo una visión del recién nacido como tabula rasa o pizarra en blanco, donde la experiencia va a ir dejando sus huellas… Es decir, el niño no nace bueno ni malo sino que todo lo que llegue a hacer y ser dependerá de sus experiencias.
Con la Revolución Industrial y la emergencia de la burguesía disminuye drásticamente la necesidad de mano de obra infantil y, por tanto, muchos niños dejan de tener que ir a trabajar y les quedan "demasiadas horas de ocio" que deben ocupar con alguna actividad. De ahí que la necesidad de escolarizarlos se convierta en un objetivo primordial. Por otro lado, los cambios en la vida social (la emergencia de ciudades) y familiar (la vida en las casas y los cambios en su distribución) promueven un contacto más estrecho entre padres e hijos.
4) SIGLOS XVIII-XIX
Una de las figuras más importantes del S. XVIII es Jean-Jacques Rousseau (1712-1778). Su obra Émile ou de l´éducation (1762) contiene una serie de principios básicos sobre cómo educar a los niños, y se convierte en un libro muy de moda en la alta sociedad francesa. Entre sus ideas más influyentes y conocidas está la de que el niño es bueno por naturaleza. Nace así, al menos, y es la sociedad la que puede llegar a pervertir las buenas inclinaciones del niño.
Nótese que en esto hay diferencias importantes entre Rousseau y las corrientes empiristas (Locke y todo el empirismo inglés, en general).
Por otro lado, defiende con vigor que toda educación debe ADAPTARSE al nivel del niño, la importancia de la acción y experiencia, y no sólo de la palabra, para adquirir el conocimiento. Critica las prácticas instructivas excesivamente memorísticas.
Frente a la perspectiva medieval del niño como homúnculo, Rousseau sostiene que es un ser con características propias, que sigue un desarrollo físico, intelectual, moral… y resume estas ideas en la frase: El pequeño del hombre no es simplemente un hombre pequeño. Para Rousseau, la educación debe ser obligatoria y debe incluir a la mujer.
Otras ideas innovadoras de pedagogos y filósofos son las de Pestalozzi (1746-1827);
Tiedemann (1748-1803); Froebel (1782-1852). Este último promueve la idea del
"kindergarten" (escuela preescolar) y destaca la continuidad educativa entre escuela-hogarcomunidad, la importancia del juego infantil para su desarrollo y la necesidad de interacción y contacto entre padres e hijos.
En estos dos siglos (XVIII y XIX) proliferan las observaciones de niños, cada vez más sistemáticas, realizadas por pedagogos, filósofos y hombres de ciencia, muchas de ellas con sus propios hijos. Se publican monografías biográficas: Taine, 1876; Darwin, 1877; Preyer, 1882; etc. Hay un gran interés por sujetos "excepcionales" o "especiales": estudio de Itard sobre el niño salvaje de Aveyron; estudio de superdotados (Mozart), ciegos de nacimiento que recuperan la vista…
Charles Darwin (1809-1882), con la publicación del Origen de las especies (1859) provoca una revolución conceptual en las ciencias y en la concepción del hombre. Aunque su influencia en la psicología es más tardía, en su teoría subyacen conceptos clave, como la continuidad animal hombre y niño-hombre; una aproximación naturalista al desarrollo humano, y una psicología comparada.
Se puede decir que el estudio científico del niño empieza en la segunda mitad del S. XIX. Además, a finales de ese siglo se plantean una serie de problemas prácticos en relación con las técnicas de crianza y educación de los niños. En algunos países se ha planteado ya la necesidad de una educación obligatoria generalizada, suscitando grandes debates sociales y políticos (parlamentarios) sobre el tema. Entre los problemas concretos que se plantean está la necesidad de identificar a los niños que tienen un desarrollo "normal" distinguiéndolos de los retardados (Francia). Esto llevará a desarrollar los primeros instrumentos de medida del desarrollo (primer test de inteligencia de Binet y Simon, 1905).
Sin embargo, en el siglo XIX no hay todavía una concepción unificada de la infancia y de la educación. En la Europa continental persiste la influencia del pensamiento de Rousseau que defiende la bondad natural del niño y la idea de una educación permisiva. Por el contrario, en EEUU e Inglaterra es la tradición calvinista la más influyente: el niño debe ser reformado mediante una educación autoritaria que haga uso del castigo físico y público.
Algunos datos sobre la infancia a lo largo de la historia.
El infanticidio se practicaba profusamente con:
niños deformes o con algún defecto físico; hijos ilegítimos o producto de relaciones adúlteras de la mujer; también por falta de recursos económicos para mantenerlos (en ese caso, también se optaba por "donar" al recién nacido a vecinos o familiares); y en ocasiones por razones religiosas oscuras (ofrendas, etc.).
La prerrogativa de aceptar y reconocer al hijo era del padre. Si éste lo rechazaba, se
abandonaba al recién nacido en la calle, y podía recogerlo (o no) quien quisiera. A esto se le llamaba "exposición" del bebé (niños expósitos). Tal práctica era más común con las niñas.
En la época romana, la pobreza llevaba a mucha gente a vender a sus recién nacidos a los traficantes de esclavos "que los adquirían todavía "sanguinolentos", apenas salidos del vientre de sus madres, que de este modo no tenían tiempo de verlos y encariñarse con su escaso valor social que con los niños (en algunos periodos de la antigüedad la proporción llegó a ser de 20 niñas por cada 100 niños!). El infanticidio no se considera asesinato hasta el siglo IV, aunque se sigue practicando profusamente durante la E. Media. "Si llegas a tener un hijo (¡toco madera para que así sea!), déjalo vivir; si es una niña, deshazte de ella" (Carta de un heleno a su mujer, año 1 antes de Cristo.).
– La anticoncepción (mediante métodos como el lavado post-coito, diafragmas, drogas espermicidas, todos ellos "a cargo de la mujer", no del hombre), el aborto (practicado hasta momentos muy avanzados del embarazo), eran prácticas comunes y legales en Grecia y Roma.
– A lo largo de la antigüedad y Edad Media, la mortandad infantil por causas naturales es muy elevada: enfermedades, mala alimentación, atención y trato inadecuados y por accidentes (descuidos)
. Por eso, el niño de pecho era relativamente poco valorado y sólo adquirían valor los niños que habían superado los 4-5 o incluso 6 años. Por estas razones, la infancia se describía como "edad muy frágil" y, para los que la superaban, como una época de transición, que pasa rápido y de la que se pierde el recuerdo.
– Respecto al trato de los hijos, una idea muy extendida durante siglos es que el padre y la madre deben asumir distintos papeles: severidad y pocas expresiones afectivas por parte del padre, condescendencia y afecto de la madre (estos papeles se adscriben también de forma diferencial, en ciertos momentos históricos, a la abuela paterna y a la materna). Junto a estas ideas, pervive durante siglos la convicción de que la influencia prolongada de una madre "afectiva" y "besucona" es nociva para el desarrollo del niño.
– La pobreza secular de grandes sectores de la población europea conlleva la práctica de incorporar al niño al trabajo desde los 5 años (hasta el S. XIV, muchas niñas de familias pobres son entregadas como sirvientas a los 6 años). El niño es en cierto modo "esclavo del adulto". Los padres tienen la propiedad sobre él. Pueden entregarlo, abandonarlo, venderlo (Babilonia, Grecia, Europa). En el S. XII la Iglesia decreta que no se puede vender a un hijo después de los 7 años. En Rusia no se prohíbe legalmente hasta el XIX.
Se sabe por numerosos documentos que los niños sufrían abusos diversos (físicos, sexuales…) y que eran frecuentemente "objeto" de diversión de los adultos. – En lo que se refiere a la representación de la infancia en el arte, es interesante que en las efigies funerarias no aparece la figura del niño hasta el S. XVI (posiblemente porque el niño es considerado como algo más próximo a un animal doméstico que a un ser humano). La idea del "niño-homúnculo" se refleja también en la pintura. Según los historiadores, el arte medieval no "conocía" la infancia o no trataba de representarla. Las pinturas de niños muestran a éstos como hombre minúsculos, sin rasgos de infancia (la musculatura era la misma que la de los adultos pero reducida de tamaño). No se observa ninguna idealización de la infancia en el arte.
Los griegos son excepción.
– S. XVIII: Maltusianismo. Prácticas anticonceptivas. Disminución de la mortandad infantil: el niño ya no es una "pérdida inevitable" y desaparece gradualmente la idea previa del niño como "despilfarro necesario" (es decir, la idea de que es necesario procrear muchos hijos para conseguir que algunos lleguen a la edad adulta).
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