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El valor compromiso. Gabriel García Márquez un escritor comprometido


  1. Definiciones
  2. Gabriel García Márquez un escritor comprometido
  3. Biografía
  4. Rondando por el mundo
  5. Premio Nobel de Literatura
  6. Regreso temporal a Colombia
  7. Fuentes

Definiciones

Compromiso es:

– Una obligación, una promesa que se ha contraído.

- Un contrato que no necesita ser escrito.

– Una carga, responsabilidad u obligación que los miembros de una sociedad tienen, como individuos o como grupo social.

Personas cumplidas.

Son aquellas que creen cumplir a conciencia con todos los aspectos, alcances y obligaciones de un contrato. Con aquello que se han propuesto o que les ha sido encomendado.

Personas comprometidas.

Utilizan todas sus capacidades, sus energías en sacar adelante sus pensamientos y sueños nobles. Dejan de lado siempre la pereza, la comodidad, el egoísmo y los olvidos que muchos creen involuntarios. Se preocupan intensa y apasionadamente por conseguir un objetivo. Viven, planifican y reaccionan de forma acertada para adelantar un proyecto, una familia, un trabajo, unos estudios, etc. Ponen todas sus capacidades para llevar a cabo una actividad, o aportan su esfuerzo para el normal funcionamiento de un grupo, sociedad o empresa.

No critican la indiferencia de las demás personas, ni se disculpan diciendo que poco pueden hacer, sino que siempre hacen algo por mejorar la situación, las condiciones del entorno, del país.

Las personas comprometidas no viven irresponsablemente esperando solamente recibir beneficios. No ven sus compromisos como cargas, sino como un medio para superarse a través del servicio a los demás.

Las personas comprometidas son sinceras, honestas consigo mismas y con los demás. Son dignas de confianza por la veracidad de sus palabras y acciones, viven felices por haber adoptado el valor del compromiso como una norma de su vida.

El compromiso más importante para un ser humano es hacer respetar su propia dignidad y la dignidad de los demás. Hacer cumplir los derechos humanos y evitar que manipulen, esclavicen y vendan o compren a las personas. No dejarse manejar como animal, mercancía o cosa.

Gabriel García Márquez un escritor comprometido

edu.red

Escritor, periodista y premio Nobel colombiano, considerado una de las figuras más representativa de la narrativa del siglo XX.

El compromiso político de García Márquez está integrado en su obra y se originó en el marco histórico de la Colombia del Bogotazo y todo el periodo de violencia que le siguió. Como otros escritores del boom de la Literatura latinoamericana defendió la Revolución Cubana pero, a diferencia de muchos de ellos, continúa apoyando a Fidel Castro y mantiene polémicas en la prensa y en encuentros con otros escritores sobre la actual situación de ese país, especialmente en lo que respecta a los derechos humanos.

Sus Compromisos

La cultura. En sus obras:

– se encuentra una «obsesión por captar la identidad cultural latinoamericana y particularizar los rasgos del mundo caribeño».

– trata de deconstruir algunas normas sociales establecidas en esta parte del mundo: Meme en Cien años de soledad puede ser visto como una herramienta para criticar las convenciones y prejuicios de la sociedad, por ejemplo, que «las jóvenes deben llegar vírgenes al matrimonio» porque ha tenido una relación ilícita con Mauricio Babilonia. Otro ejemplo de esta crítica de las normas sociales es a través de la relación amorosa entre Petra Cotes y Aureliano Segundo.

– Al final de la obra, cuando los protagonistas son viejos y se enamoran más profundamente que antes, está criticando la imagen mostrada por la sociedad de que «los viejos no pueden amar».

El realismo y el realismo mágico. Como autor de ficción, se asocia con el realismo mágico y es considerado la figura central de este género.

El realismo mágico se usa para describir elementos que tienen la yuxtaposición de la fantasía y el mito con las actividades diarias y ordinarias.

El realismo es un tema importante en todas sus obras. Él ha dicho que sus primeros trabajos, con la excepción de La hojarasca, reflejan la realidad de la vida en Colombia y este tema determina la estructura racional de los libros. Dice: "No me arrepiento de haberlas escrito, pero pertenecen a un tipo de literatura premeditada que ofrecen una visión de la realidad demasiado estática y exclusiva". En sus siguientes obras ha experimentado más con enfoques menos tradicionales a la realidad, de modo que lo más terrible, lo más inusual se dice con expresión impasible.

Un ejemplo comúnmente citado es la ascensión espiritual y física al cielo de un personaje, mientras está colgando la ropa para secar, en Cien años de soledad. El estilo de estas obras se inscribe en el concepto de lo «real maravilloso» descrito por el escritor cubano Alejo Carpentier y ha sido etiquetado como realismo mágico.

García Márquez crea un mundo tan semejante al cotidiano pero al mismo tiempo totalmente diferente a ello. Técnicamente, es un realista en la presentación de lo verdadero y de lo irreal. De algún modo trata diestramente una realidad en la que los límites entre lo verdadero y el fantástico se desvanecen muy naturalmente.

García Márquez considera que la imaginación no es sino un instrumento de la elaboración de la realidad y que una novela es la representación cifrada de la realidad. A la pregunta de si todo lo que escribe tiene una base real, ha contestado: No hay en mis novelas una línea que no esté basada en la realidad.

Latinoamérica. Dos actos confirmaron el profundo sentimiento latinoamericano de García Márquez: a la entrega del premio fue vestido con un clásico e impecable liqui liqui de lino blanco, por ser el traje que usó su abuelo y que usaban los coroneles de las guerras civiles, y que seguía siendo de etiqueta en el Caribe continental. Con el discurso "La soledad de América Latina" (que leyó el miércoles 8 de diciembre de 1982 ante la Academia Sueca en pleno y ante cuatrocientos invitados y que fue traducido simultáneamente a ocho idiomas), intentó romper los moldes o frases gastadas con que tradicionalmente Europa se ha referido a Latinoamérica, y denunció la falta de atención de las superpotencias por el continente. Dio a entender cómo los europeos se han equivocado en su posición frente a las Américas, y se han quedado tan sólo con la carga de maravilla y magia que se ha asociado siempre a esta parte del mundo. Sugirió cambiar ese punto de vista mediante la creación de una nueva y gran utopía, la vida, que es a su vez la respuesta de Latinoamérica a su propia trayectoria de muerte.

El discurso es una auténtica pieza literaria de gran estilo y de hondo contenido americanista, una hermosa manifestación de personalidad nacionalista, de fe en los destinos del continente y de sus pueblos. Confirmó asimismo su compromiso con Latinoamérica, convencido desde siempre de que el subdesarrollo total, integral, afecta todos los elementos de la vida latinoamericana. Por lo tanto, los escritores de esta parte del mundo deben estar comprometidos con la realidad social total.

La política. La política desempeña un papel importante en las obras de García Márquez, en las que utiliza representaciones de varios tipos de sociedades con diferentes formas políticas para presentar sus opiniones y creencias con ejemplos concretos, aunque sean ejemplos ficticios.

La primera novela de García Márquez La mala hora puede ser una referencia a la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla y representa la tensión política y la opresión en un pueblo rural, cuyos habitantes aspiran a la libertad y la justicia pero sin éxito en conseguir ninguna de las dos.

Esa diversidad de maneras con que García Márquez representa al poder político es una muestra de la importancia de la política en sus obras. Por ejemplo, en su obra Cien años de soledad tenemos la representación de un lugar «donde no existe todavía un poder político consolidado y no hay, por lo tanto, ley en el sentido de precepto votado por el Congreso y sancionado por el presidente, que regule las relaciones entre los hombres, entre estos y el poder público y la constitución y funcionamiento de este poder».

En contraste, la representación del sistema político en El otoño del patriarca es la de una dictadura, en la que el líder es grotesco, corrupto y sanguinario y con un poder tan grande que alguna vez preguntó qué hora es y le habían contestado la que usted ordene, mi general».

La ideología socialista. En 1983, cuando se le preguntó a Gabriel García Márquez: « ¿Es usted comunista?» el escritor respondió: «Por supuesto que no. No lo soy ni lo he sido nunca. Ni tampoco he formado parte de ningún partido político». «Quiero que el mundo sea socialista y creo que tarde o temprano lo será». «Gabo entiende por socialismo un sistema de progreso, libertad e igualdad relativa. 1971, en una entrevista para la revista "Libre", que patrocinaba, declaró: «Yo sigo creyendo que el socialismo es una posibilidad real, que es la buena solución para América Latina, y que hay que tener una militancia más activa».1959, García Márquez fue corresponsal en Bogotá de la agencia Prensa Latina creada por el gobierno cubano después del comienzo de la revolución cubana para informar sobre los acontecimientos en Cuba. Allí «tenía que informar objetivamente sobre la realidad colombiana y difundir a la vez noticias sobre Cuba y su trabajo consistía en escribir y enviar noticias a La Habana. Era la primera vez que García Márquez hacía periodismo verdaderamente político» 

La amistad con Fidel Castro.1959: Se conocieron con Fidel Castro en enero, pero su amistad se consolidó, cuando viviendo en la Habana trabajaba con Prensa Latina. «Gabo estaba convencido de que el líder cubano era diferente a los caudillos, héroes, dictadores o canallas que habían pululado por la historia de Latinoamérica desde el siglo XIX, e intuía que solo a través de él esa revolución, todavía joven, podría cosechar frutos en el resto de los países americanos». García Márquez «es considerado en Cuba como una especie de ministro de cultura, jefe de cinematografía y embajador plenipotenciario, no del Ministerio de Relaciones Exteriores, sino directamente de Castro, que lo emplea para misiones delicadas y confidenciales que no encarga a su diplomacia».

Las mediaciones y apoyos políticos. García Márquez participó como mediador en las conversaciones de paz adelantadas entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el gobierno colombiano que tuvieron lugar en Cuba y entre el gobierno de Belisario Betancourt y el grupo M-19; igualmente participó en el proceso de paz entre el gobierno de Andrés Pastrana y la guerrilla de las FARC que sin embargo fracasó.

2006: García Márquez se unió a la lista de prominentes figuras de América Latina como Pablo Armando Fernández, Ernesto Sabato, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Thiago de Mello, Frei Betto, Carlos Monsiváis, Pablo Milanés, Ana Lydia Vega, Mayra Montero y Luis Rafael Sánchez, que apoyan la independencia de Puerto Rico a través de su adhesión a la "Proclama de Panamá," aprobada por unanimidad en el Congreso Latinoamericano y Caribeño por la Independencia de Puerto Rico, y que fue celebrado en Panamá en noviembre de 2006.

La violencia. En varias de sus obras como El coronel no tiene quien le escriba, La mala hora y La hojarasca, hace referencias:

– a esa guerra civil entre conservadores y liberales que se prolongó hasta los años sesenta, causando la muerte de varios cientos de miles de colombianos.

– a situaciones injustas que viven diversos personajes, como por ejemplo el toque de queda o la censura de prensa. 

– a la desintegración social provocada por la violencia.

Se puede decir que en estas obras «la violencia se convierte en cuento, a través de la aparente inutilidad de tantos episodios de sangre y muerte».

– a la naturaleza corrupta y las injusticias de esa época de la Violencia en Colombia, pero se niega a usar su trabajo como una plataforma de propaganda política. «Para él, el deber del escritor revolucionario es escribir bien, y el ideal es una novela que mueve al lector por su contenido político y social, y al mismo tiempo por su poder para penetrar en la realidad y exponer su otra cara».

Biografía

Infancia

1927. El 6 de marzo nació Gabriel García Márquez en Aracataca, Magdalena.

1932. Cuando Gabriel sólo contaba con cinco años sus padres, el telegrafista Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez, se fueron a vivir, a la población de Sucre, donde don Gabriel Eligio montó una farmacia y el matrimonio tuvo el resto de sus once hijos. Gabriel continuó creciendo en Aracataca como niño único entre sus abuelos maternos y sus tías.

Los abuelos fueron dos personajes bien particulares que marcaron el periplo literario del futuro Nobel: el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días, quien le contaba al pequeño infinidad de historias de su juventud y de las guerras civiles del siglo XIX, y lo llevaba al circo y al cine, y fue su cordón umbilical con la historia y con la realidad. Doña Tranquilina Iguarán, su cegatona abuela, contaba fábulas y leyendas familiares, mientras organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo con los mensajes que recibía en sueños: ella fue la fuente de la visión mágica, supersticiosa y sobrenatural de la realidad. Su tía Francisca, tejió su propio sudario para dar fin a su vida.

El niño Gabriel aprendió a escribir a los cinco años, en el colegio Montessori de Aracataca, con la joven y bella profesora Rosa Elena Fergusson, de quien se enamoró por primera vez y fue la primera mujer que lo perturbó. Cada vez que se le acercaba, le daban ganas de besarla: le inculcó el gusto y la puntualidad de ir a la escuela, para verla, y la de escribir una cuartilla sin borrador.

1936. Murió el abuelo y Gabriel tuvo que irse a vivir con sus padres al sabanero y fluvial puerto de Sucre, y a estudiar interno en el colegio San José de Barranquilla, donde a la edad de diez años empezó a escribir versos humorísticos.

Adolescencia

1940. Gracias a una beca, ingresó en el internado del Liceo Nacional de Zipaquirá, una experiencia realmente traumática, pues el frío del internado de la Ciudad de la Sal lo ponía melancólico y triste. Permanecía siempre con un enorme saco de lana, y nunca sacaba las manos por fuera de sus mangas, pues le tenía pánico al frío.

A las historias, fábulas y leyendas que le contaron sus abuelos, sumó una experiencia vital que años más tarde sería temática de la novela escrita después de recibir el premio Nobel: el recorrido del río Magdalena en barco de vapor.

1944-1946. En Zipaquirá tuvo como profesor de literatura, a Carlos Julio Calderón Hermida, a quien, cuando publicó La hojarasca, se la obsequió con la siguiente dedicatoria: "A mi profesor Carlos Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera". Y a quién ocho meses antes de la entrega del Nobel, en la columna que publicaba en quince periódicos de todo el mundo, declaró como "el profesor ideal de Literatura".

En los años de estudiante en Zipaquirá, pintó gatos, burros y rosas, hizo caricaturas del rector y demás compañeros de curso, y escribió unos sonetos y poemas octosílabos inspirados en una novia que tenía.

1946. Terminó sus estudios secundarios con magníficas calificaciones.

Estudiante de leyes

1947, presionado por sus padres, se trasladó a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional, donde tuvo como profesor a Alfonso López Michelsen y donde se hizo amigo de Camilo Torres Restrepo.

La capital del país lo impresionó considerablemente, pues era una ciudad gris y fría, donde todo el mundo se vestía con ropa muy abrigada y negra. Bogotá era entonces "una ciudad colonial, (…) de gentes introvertidas y silenciosas, todo lo contrario al Caribe, en donde la gente sentía la presencia de otros seres fenomenales aunque éstos no estuvieran allí".

El 13 de septiembre de 1947 se publicó su primer cuento, La tercera resignación, en el suplemento Fin de Semana de El Espectador, dirigido por Eduardo Zalamea Borda (Ulises), quien en la presentación del relato escribió que García Márquez era el nuevo genio de la literatura colombiana. A las pocas semanas apareció un segundo cuento: Eva está dentro de un gato.

1948. En la Universidad Nacional permaneció sólo hasta el 9 de abril de 1948, pues, a consecuencia del "Bogotazo", la Universidad se cerró indefinidamente. García Márquez perdió muchos libros y manuscritos en el incendio de la pensión donde vivía y se vio obligado a pedir traslado a la Universidad de Cartagena, donde siguió siendo un alumno irregular.

Nunca se graduó, pero inició una de sus principales actividades periodísticas con una columna diaria en el recién fundado periódico El Universal.

El Grupo de Barranquilla

1949. Se vinculó al grupo de Barranquilla. Al principio viajaba desde Cartagena a Barranquilla cada vez que podía.

1950. Luego una neumonía lo obligó a recluirse en Sucre, y cambió su trabajo en El Universal por una columna diaria en El Heraldo de Barranquilla, que apareció a partir de enero bajo el encabezado de "La jirafa" y firmada por "Septimus".

Periodismo y literatura

1954. En febrero se integró en la redacción de El Espectador, donde inicialmente se convirtió en el primer columnista de cine del periodismo colombiano, y luego en brillante cronista y reportero.

1955. Publicó su novela La hojarasca, y ganó el primer premio en el concurso de la Asociación de Escritores y Artistas. Sus primeras novelas reflejan el ambiente de violencia e intolerancia que Colombia vivía en el momento en que las escribió: La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961) y Los funerales de la Mamá Grande (1962).

Rondando por el mundo

En ese año de 1955, publicó  un extenso reportaje, por entregas, Relato de un náufrago. Este fue censurado por el régimen del general Gustavo Rojas Pinilla, por lo que las directivas de El Espectador decidieron que Gabriel García Márquez saliera del país rumbo a Ginebra, para cubrir la conferencia de los Cuatro Grandes, y luego a Roma, donde asistió, por unas semanas, al Centro Sperimentale di Cinema.

Cuatro años estuvo ausente de Colombia. Vivió una larga temporada en París, y recorrió Polonia y Hungría, la República Democrática Alemana, Checoslovaquia y la Unión Soviética.

Continuó como corresponsal de El Espectador, aunque en precarias condiciones. Vivía pobre a morir. Esperando el giro mensual que El Espectador debía enviar pero que demoraba debido a las dificultades del diario con el régimen de Rojas Pinilla.

Escribió dos novelas, El coronel no tiene quien le escriba y La mala hora. Su precaria situación se refleja en El coronel, donde se relata la desesperanza de un viejo oficial de la guerra de los Mil Días aguardando la carta oficial que había de anunciarle la pensión de retiro a que tiene derecho. Fue corresponsal de El Independiente, cuando El Espectador fue clausurado por la dictadura, y colaboró también con la revista venezolana Élite y la colombiana Cromos.

Su estancia en Europa le permitió ver a América Latina desde otra perspectiva. Le señaló las diferencias entre los distintos países latinoamericanos, y tomó además mucho material para escribir cuentos acerca de los latinos que vivían en la ciudad luz. Aprendió a desconfiar de los intelectuales franceses, de sus abstracciones y esquemáticos juegos mentales, y se dio cuenta de que Europa era un continente viejo, en decadencia, mientras que América, y en especial Latinoamérica, era lo nuevo, la renovación, lo vivo.

1957. A finales de este año fue vinculado a la revista Momento y viajó a Venezuela, donde pudo ser testigo de los últimos momentos de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.

1958. En marzo contrajo matrimonio en Barranquilla con Mercedes Barcha, unión de la que nacieron dos hijos: Rodrigo y Gonzalo.

De regreso a Venezuela, tuvo que dejar su cargo en Momento y asumir un extenuante trabajo en Venezuela Gráfica, sin dejar de colaborar ocasionalmente en Élite. Su cuento Un día después del sábado fue premiado.

1959. Fue nombrado director de la recién creada agencia de noticias cubana Prensa Latina.

Debido a sus ideas políticas, se enfrentó con Laureano Gómez y con su sucesor, el dictador general Gustavo Rojas Pinilla, y hubo de pasar las décadas de 1960 y 1970 en un exilio voluntario en México y España.

1960. Vivió seis meses en Cuba y al año siguiente fue trasladado a Nueva York, pero tuvo grandes problemas con los cubanos exiliados y finalmente renunció.

Después de recorrer el sur de Estados Unidos se fue a vivir a México. Luego de esa estadía en Estados Unidos, el gobierno de ese país le denegó el visado de entrada, porque, según las autoridades, estaba afiliado al partido comunista.

1961. La Universidad de Columbia le otorgó el título de doctor honoris causa, y le dieron un visado, aunque condicionado.

En México, donde ha vivido la mayor parte del resto de los años de su vida, se dedicó a escribir y a publicar sus obras.

1966. Un día en que se dirigía desde Ciudad de México al balneario de Acapulco, tuvo la repentina visión de que la novela que durante 17 años venía rumiando, ya la tenía madura. Se sentó a la máquina y durante 18 meses seguidos trabajó ocho y más horas diarias, mientras que su esposa se ocupaba del sostenimiento de la casa.

En 1967 apareció Cien años de soledad, novela cuyo universo es el tiempo cíclico, en el que suceden historias fantásticas: pestes de insomnio, diluvios, fertilidad desmedida, levitaciones… Es una gran metáfora en la que, a la vez que se narra la historia de las generaciones de los Buendía en el mundo mágico de Macondo, desde la fundación del pueblo hasta la completa extinción de la estirpe, se cuenta de manera insuperable la historia colombiana desde después del Libertador hasta los años treinta del presente siglo.

Cien años de soledad (1967), escrita durante su exilio en México, narra en tono épico la historia de Macondo, pueblo que acaba sepultado y destruido por las guerras y el progreso, y la de sus fundadores, la familia Buendía, a lo largo de cien años.

De ese libro Pablo Neruda, el gran poeta chileno, opinó: "Es la mejor novela que se ha escrito en castellano después del Quijote". Con tan calificado concepto se ha dicho todo: el libro no sólo es la opus magnum de García Márquez, sino que constituye un hito en Latinoamérica, como uno de los libros que más traducciones tiene, a treinta idiomas por lo menos, y que mayores ventas ha logrado, convirtiéndose en un verdadero bestseller mundial.

Después del éxito de Cien años de soledad, García Márquez se estableció en Barcelona y pasó temporadas en Bogotá, México, Cartagena y La Habana. Durante las tres décadas transcurridas, ha escrito cuatro novelas más, se han publicado tres volúmenes de cuentos y dos relatos, así como importantes recopilaciones de su producción periodística y narrativa.

1973. Recibió varios premios, como el Rómulo Gallegos.

1996. García Márquez despertó admiración en numerosos países por la personalísima mezcla de realidad y fantasía de sus textos periodísticos, como en Noticia de un secuestro, un reportaje novelado sobre el narcoterrorismo colombiano.

Premio Nobel de Literatura

1981. El 26 de marzo de 1981 tuvo que salir de Colombia, ya que el ejército colombiano quería detenerlo por una supuesta vinculación con el movimiento M-19 y porque durante cinco años había mantenido la revista Alternativa, de corte socialista.

1982. En la madrugada del 21 de octubre recibió en México, donde se hallaba exiliado una noticia que hacía ya mucho tiempo esperaba: la Academia Sueca le otorgó el ansiado premio Nobel de Literatura. La concesión del Nobel fue todo un acontecimiento cultural en Colombia y Latinoamérica. El escritor Juan Rulfo opinó: "Por primera vez después de muchos años se ha dado un premio de literatura justo".

La ceremonia de entrega del Nobel se celebró en Estocolmo, los días 8, 9 y 10 de diciembre. Según se supo después, disputó el galardón con Graham Greene y Gunther Grass.

Con motivo de la entrega del Nobel, el gobierno colombiano, presidido por Belisario Betancur, programó una vistosa presentación folclórica en Estocolmo. Además, adelantó una emisión de sellos con la efigie de García Márquez dibujada por el pintor Juan Antonio Roda, con diseño de Dickens Castro y texto de Guillermo Angulo, a propósito de la cual el Nobel colombiano expresó: "El sueño de mi vida es que esta estampilla sólo lleve cartas de amor".

Desde que se conoció la noticia de la obtención del ambicionado premio, el asedio de periodistas y medios de comunicación fue permanente y los compromisos se multiplicaron.

Regreso temporal a Colombia

Después de obtener este galardón fue formalmente invitado por el gobierno colombiano a regresar a su país, donde ejerció de intermediario entre aquél y la guerrilla.

1983. En marzo de 1983 Gabo regresó a Colombia. En Cartagena lo esperaban doña Luisa Santiaga Márquez de García, en su casa del Callejón de Santa Clara, en el tradicional barrio de Manga, con un suculento sancocho de tres carnes (salada, cerdo y gallina) y abundante dulce de guayaba.

Ya premio Nobel, y precisamente por la repercusión internacional que tiene cualquiera de sus actividades, promovió la fundación de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (Cuba) junto con el cineasta argentino Fernando Barrí, participando en varios guiones cinematográficos, tanto de obras propias como en colaboración con otros escritores. Esta escuela, que impulsa la formación de realizadores del llamado Tercer Mundo, forma parte de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, que también impulsó, y de la cual es presidente.

Después del Nobel, García Márquez se ratificó como figura rectora de la cultura nacional, latinoamericana y mundial. Sus conceptos sobre diferentes temas ejercieron fuerte influencia. 1990-1994: Durante el gobierno de César Gaviria Trujillo, junto con otros sabios como Manuel Elkin Patarroyo, Rodolfo Llinás y el historiador Marco Palacios, formó parte de la comisión encargada de diseñar una estrategia nacional para la ciencia, la investigación y la cultura. Pero, quizás, una de sus más valientes actitudes ha sido el apoyo permanente a la revolución cubana y a Fidel Castro, la defensa del régimen socialista impuesto en la isla y su rechazo al bloqueo norteamericano, que ha servido para que otros países apoyen de alguna manera a Cuba y que ha evitado mayores intervenciones de los estadounidenses.

2002. Tras años de silencio, García Márquez presentó la primera parte de sus memorias, Vivir para contarla, en la que repasa los primeros treinta años de su vida. La publicación de esta obra supuso un acontecimiento editorial, con el lanzamiento simultáneo de la primera edición (un millón de ejemplares) en todos los países hispanohablantes.

2004. Vio la luz su novela Memorias de mis putas tristes.

Fuentes

http://definicion.de/

http://www.einewelt-jena.de/engagieren.html?&L=1

http://www.biografiasyvidas.com/reportaje/garcia_marquez/

 

Enviado por:

Rafael Bolívar Grimaldos