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Estrategia educativa en valores solidaridad y honestidad en estudiantes de Comunicación Social (página 2)


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Como puede apreciarse en estos objetivos, la formación de valores no aparece explicitada de manera transparente.

Por otro lado el profesorado no ha sido preparado en toda sus posibilidades para esta importante tarea de formar al hombre nuevo. La fuerza profesoral depende en mayor medida de los profesionales de la comunicación en los territorios, así como de otros profesionales afines. Esta situación ha generado la necesidad de formar, desde la perspectiva de la educación de postgrado a los profesionales sin formación en la especialidad, en los fundamentos de la ciencia de la comunicación social y en la metodología de la pedagogía.

En el primer año de la carrera se realizó un estudio preliminar basado en la orientación de los diseños de investigación de los estudiantes hacia los valores humanos (5) y se detectó que existen imprecisiones en la definición de valores, desconocimiento de la importancia de los valores espirituales en la comunicación social y en aspectos del enfoque ético de los mismos. El estudio se realizó a través de de un análisis en taller de cada uno de los diseños presentados por los alumnos de "Grandes Alamedas" en el curso 2007-2008 y entrevistas a los estudiantes, detectándose como problema científico una deficiente concepción e instrumentación del proceso formativo para el fortalecimiento en valores humanos en alumnos de primer año de la carrera de Comunicación Social en Grandes Alamedas, en condiciones de universalización de la educación superior.

El objeto de investigación son los valores humanos solidaridad y honestidad en el proceso docente-educativo en los alumnos de primer año de la carrera de Comunicación Social de Grandes Alamedas, en condiciones de universalización de la educación superior.

Como objetivo general se plantea contribuir a través de una estrategia educativa a la reafirmación de los valores solidaridad y honestidad en los estudiantes  de primer año de la carrera de Comunicación Social de Grandes Alamedas en condiciones de universalización de la educación superior.

El campo de la investigación, la concepción y consolidación del proceso de formación de los valores: solidaridad y honestidad  en alumnos de primer año de la carrera de Comunicación Social de Grandes Alamedas en condiciones de universalización de la educación superior.

Como idea a defender: la estrategia educativa para el fortalecimiento de los valores solidaridad y honestidad  en estudiantes del primer año de la carrera de Comunicación Social, en condiciones de la Universalización de la Educación Superior, debe responder a las dimensiones esenciales asignadas al perfil del egresado, previo a un proceso de caracterización y diagnóstico, lo que permitirá la utilización de diversas modalidades presentes en la carrera.

Tareas científicas

  1. Análisis de las particularidades del trabajo educativo en las Sedes Universitarias del municipio Camagüey.
  2. Caracterización de los componentes personales y no personales del trabajo educativo en la sede Universitaria "Grandes Alamedas"  del municipio Camagüey.

3.       Caracterización de los estudiantes del primer año de la carrera de Comunicación Social atendiendo proceso de educación en valores solidaridad y honestidad.

4.       Elaboración del sistema de recomendaciones metodológicas para el trabajo con la estrategia educativa para la formación en valores humanos en el primer año de la carrera de Comunicación Social.

Métodos y técnicas empleados

Dentro de los métodos del nivel teórico se emplearon los siguientes:

Análisis histórico y lógico: Se empleó con el objetivo de analizar los valores humanos en el proceso docente-educativo, analizar las bases teóricas y metodológicas del trabajo educati­vo y su acondicionamiento por las estructuras económicas, políti­cas y sociales para la educación en valores poniendo de manifies­to la lógica interna de desarrollo en relación con las condicio­nes  histórico – concretas.

Análisis y síntesis: Con la finalidad de estudiar los factores que condicionan la educación en valores, a través del trabajo educativo que se realiza en la sede "Grandes Alamedas" y descubrir las relaciones e interrelaciones que existen objetiva­mente entre esos factores; con la intención de descomponer el todo en sus partes, en sus múltiples relaciones, componentes y la unión entre esas partes, para poner de manifiesto lo esencial de los valores a fortalecer.

Inducción y deducción: Se aplicó este método con el propósito de definir las características particulares y generales que inciden en la efectividad del trabajo educativo y obtener un conocimiento verdadero sobre esta realidad en la carrera de Comunicación Social.

Entre los métodos del nivel empírico se utilizaron:

La observación: con el propósito de determinar las condiciones físicas de los diferentes locales de la escuela "Grandes Alamedas", de los horarios docentes y régimen de vida; para obtener información primaria acerca del objeto de investigación.

La encuesta: se realizó con el objetivo de profundizar en la labor de los profesores,  tutores, profesores guías; así como obtener información sobre las carac­terísticas de los estudiantes con vistas a determinar las prin­cipales regularidades que se manifiestan en el proceso docente educativo.

La entrevista: con la finalidad de obtener datos cualitativos de forma más amplia y abierta en grupos pequeños sobre las características de los directivos en el desempeño de sus funcio­nes y los principales problemas del trabajo educativo del centro.

Aporte teórico y significación práctica:

El aporte teórico se corresponde con la fundamentación de una estrategia para llevar a cabo el trabajo educativo en condiciones de la Universalización de la Educación Superior.

La significación práctica se relaciona con la posibilidad de implementar la estrategia planteada tanto en la sede universitaria donde se llevó a cabo el estudio como en otros centros similares. La novedad científica está determinada por el tratamiento que aporta la presente investigación al trabajo educativo en general y en particular en este tipo de universidad.

El estudio  se realizó durante el curso 2008- 2009, siendo el universo todos los estudiantes de primer año de la carrera de Comunicación Social, así como los directivos y profesores de la sede universitaria "Grandes Alamedas". La muestra seleccionada se efectuó mediante tablas de números aleatorios.

Resultados científicos.

Propuesta de estrategia educativa para formación de valores solidaridad y honestidad  en estudiantes de primer año de la carrera de Comunicación Social. Se establecen exigencias que favorecen el proceso docente educativo en las diferentes asignaturas, individualizando el proceso a partir de las singularidades de los discentes.

DESARROLLO

La base metodológica de la investigación se fundamentó en la tradición pedagógica cubana siendo los más ilustres referentes Félix Varela, José de la Luz y Caballero y José Martí; figuras desde cuya ética, el Ministerio de Educación prepara seminarios para educadores en cada curso escolar, que son la base del proceso docente educativo en todos los niveles de la enseñanza.

Por otro lado, en cada uno de los Institutos Superiores Pedagógicos de país, Centro de Estudios para el Perfeccionamiento de la Educación Superior (CEPES) de la Universidad de la Habana y colectivos pedagógicos, igualmente existe una base material de estudio y orientaciones  sobre valores, desde la ética de los próceres cubanos.

La base metodológica de la investigación tuvo en cuenta que a finales de los ochenta se inició en todo el país el proceso de  rectificación de errores y tendencias negativas, enfocado a la búsqueda de mayor productividad, eficiencia y a la aplicación de nuevas fórmulas de dirección.

Este proceso se desarrolló en las adversas condiciones de  los años noventa,  momento en el que todas  las esferas del país se vieron sacudidas por las consecuencias de la caída del campo socialista y el recrudecimiento del bloqueo norteamericano; por lo que Cuba debió insertarse en un nuevo contexto global.

La educación superior cubana, como parte del proceso de rectificación, también rediseñó algunos de sus perfiles, y orientó como línea más eficiente de trabajo, la formación de especialistas de perfil ancho. En el campo de la comunicación social, se  revisaron los planes de estudios de las carreras y se adoptaron programas que apuntaron en cada una de las especialidades a preparar a profesionales  capaces de desempeñarse en una gama más amplia de esferas de trabajo.

En esta  coyuntura se decidió sustituir en 1991 la carrera de Periodismo por la de Comunicación Social así como crear la Facultad de Comunicación. Hasta ese momento la enseñanza se encargaba de la formación de redactores y reporteros para los medios de difusión masiva, perfil insuficiente ante los requerimientos que demandaba la sociedad en áreas como la comunicación institucional, la publicidad, el diseño gráfico, la propaganda, las relaciones públicas, y en otras tan amplias como la comunicación masiva, la edición de libros y la comunicación organizacional.

La constatación de este hecho condujo en el plano académico a la adopción y extensión de experiencias docentes para instaurar la comunicación social como una unidad de conocimientos dotada de particularidades y enfoques propios.  El nuevo plan de estudios, además de entrenar en las habilidades prácticas imprescindibles, los preparó para comprender el significado social, cultural e histórico de las distintas formas de comunicación y para incorporarse a un entorno profesional marcado por los constantes cambios tecnológicos y un agitado debate teórico.

La creación de la  Asociación Cubana de Publicitarios y Propagandistas de Cuba en 1993, y el desarrollo creciente de cursos de postgrado y maestrías relacionados con estas especialidades, contribuyó también a actualizar los conocimientos de profesionales que ejercen en las distintas esferas de la comunicación social.

Los agentes de marketing social buscan influir y conseguir cambios en las ideas y en las prácticas de grupos de personas. La adopción de una nueva idea significa la aceptación o la modificación de una nueva creencia, de una actitud o de un valor (6). El cambio de una idea o conducta adversa o la adopción de nuevas ideas y conductas es el objetivo del marketing social (7)

Trabajo educativo

Con el triunfo revolucionario de 1959, se comenzó a edificar un proyecto fundamentado en valores de justicia y equidad social que rápidamente entraron en antagonismo con las formas de propiedad capitalista existentes. Los medios masivos serían contemplados dentro del proceso de nacionalizaciones que abarcó a todos los sectores de la economía del país, pasando al control del Estado bajo formas propias de financiamiento y con un rediseño paulatino de sus caracteres y contenidos; de esta manera, la escuela  Profesional de Publicidad dejó de existir en 1960.

Todo el sistema educativo pasó a ser regido por el Estado a través de las diferentes instancias del Ministerio de Educación, dándosele prioridad a la formación de maestros y profesores; en este sentido planteaba Fidel (8) "El corazón del trabajo educativo es la labor de los profesores", reflexión que apuntó a conceder un lugar cimero al individuo como guía, como orientador del proceso de formación y desarrollo de los niños, adolescentes y jóvenes en correspondencia con las necesidades individuales y sociales  que imperan en el mundo contemporáneo.

El trabajo educativo requiere del esfuerzo coherente y coordinado del colectivo pedagógico encargado de unificar el sistema de influencias que participan en la conformación de la personalidad del individuo.

En los momentos actuales la problemática educativa adquiere una connotación especial, ya que los cambios vertiginosos a nivel social ejercen una influencia directa en el modelo del hombre que se aspira a formar. En la actualidad, no se concibe un proceso educativo centrado únicamente en la adquisición de conocimientos; es creciente el interés en todos los niveles de enseñanza por contribuir a la formación de ciudadanos con valores, que les permitan, no solamente convivir en el mundo actual, sino comprometerse con su transformación, a partir de su crecimiento como seres humanos (9).

La naturaleza de la educación expresa la necesidad, según Muriell, (10) de "desarrollar plenamente las capacidades intelectuales, físicas  y espirituales del indi­viduo, fomentar en él, elevados sentimientos humanos y gustos estéticos; convertir los principios ideológicos, políticos de la moral, en convicciones personales y hábitos de conducta"

Es necesario conjugar el sistema de actividades que se organizan en la escuela con la diversidad de propósito que encie­rra la formación multilateral de la personalidad; esto significa que el trabajo educativo para que sea eficiente debe partir de un diagnóstico previo en el que se conozca cuáles son las fortalezas y debilidades que se deben considerar en la educación del individuo.

El contenido del trabajo educativo está determinado por los objetivos y tareas planteadas por la escuela; objetivos y tareas que a su vez definen los métodos, medios y formas organizativas del trabajo educativo.

La determinación de los objetivos parte de los establecidos por la política estatal y sus posibilidades de concreción en la escuela, sirven de guía para el modelo de aspiración por el que se trabaja.

Los métodos de trabajo educativo son el sistema de acciones conjuntas de profesores – alumnos en el que los educadores influyen sobre el colectivo estudiantil con objetivos previamente concebidos en los que estos tienen una participación muy activa, caracterizados por la coherencia, armonía e integración; constituyen las vías para organizar pedagógicamente la vida en la escuela.

El trabajo educativo en la escuela debe estar fundamentado en un sistema de principios pedagógicos en los que se destacan el de unificación de las influencias y las exigencias educativas. El estudiante debe actuar por orientaciones que no traigan apareja­do contradicciones; sino en los que perciba la continuidad de la labor educativa en el colectivo pedagógico que contribuyen a su formación.

La atención a las diferencias individuales y el respeto a  la personalidad es un principio pedagógico que permite contemplar el trabajo con la diversidad que existe en las aulas; de manera que no se desaprovechen las potencialidades de los más aventajados en su influencia en la educación de sus compañeros.

Esto contribuye a un clima pedagógico favorable donde prime como divisa fundamental la solidaridad y el compañerismo como valores que favorecen el logro de propósitos colectivos.  

La unificación de estilo en el trabajo educativo se impone en la actualidad como necesidad, ya que la asimilación de valores requiere de acciones bien diseñadas  en la que cada actor social juegue su protagonismo en coordinación estrecha con los demás.

La influencia del colectivo  pedagógico sobre los estudiantes debe estar alejado de toda manifestación de formalismo, rigidez y autoritarismo; reflejo en la mayoría de los casos de falta de conocimiento  de las características psicológicas de la edad con que se trabaja.

En sus reflexiones con respecto a la capacidad autoritaria del  colectivo pedagógico  Makárenko (11) planteó: "La autoridad debe crearla uno mismo aprovechando para este fin todas las ocasiones de la vida. En una buena colectividad no se puede mirar la auto­ridad. La propia colectividad la mantiene".

La eficiencia del trabajo educativo en la formación integral de la personalidad se logra,  en gran medida, cuando es concebido en forma de sistema.

El enfoque sistémico del trabajo educativo tiene una amplia aplicación en la ciencia, la tecnología y en el análisis teórico en todas las ramas del saber.

El análisis de los fenómenos en su integralidad y concatena­ción permite comprenderlos mejor y reconocer su influencia modi­ficadora en la solución de situaciones concretas.

Las investigaciones psicológicas y pedagógicas al adoptar el enfoque sistémico conciben en la escuela, los grupos escolares y las actividades como sistemas autorregulados; los cuales funcionan en estrecha coordinación con un alto nivel de dependencia que hace que el cambio en uno de ellos, modifique el funcionamiento general de todo el sistema.

La eficiencia del trabajo educativo no depende de la cantidad, tipo o calidad de las actividades programadas sino de la inte­rrelación, del carácter sistémico entre ellos, donde se destaque la interacción educador – educandos.

Para que lleguen a ser un sistema de influencias es preciso que se integren en torno a un objetivo común, para evitar la repeti­ción, la sobrevaloración de uno sobre otro o la contradicción que pueda afectar los propósitos trazados. Sobre esto debe girar todo el sistema de influencias, utilizándose las vías y tareas correspondientes por el logro de tal propósito. 

Papel de los educadores en la organización del trabajo educativo

Los directivos de la escuela deben tener una clara visión hacia donde dirigir el trabajo educativo, porque sólo con un dominio profundo de su accionar pedagógico podrán garantizar que sus subordinados diseñen una estrategia  que recoja todos los aspec­tos positivos a fortalecer y los negativos a eliminar.

El papel de los educadores está dirigido a organizar cada situación de aprendizaje con propósitos educativos bien definidos en el que el estudiante juegue su rol protagónico.

El conocimiento de los intereses y necesidades cognoscitivas del estudiante garantiza la organización de actividades que contribuyan al desarrollo del horizonte cultural, a fortalecer su mundo espiritual; a ponerse a la altura de los avances de la ciencia y la técnica.

El colectivo pedagógico debe aprovechar las inquietudes y preocupaciones que poseen los estudiantes con respecto  al acon­tecer nacional e internacional, para encauzar el trabajo político e ideológico con un estilo participativo, donde prime la discu­sión, la confrontación de ideas.

La instrucción escolar debe crear un ambiente educativo donde prevalezca el papel preponderante de los estudiantes, que le permita el ejercicio de la autorregulación e independencia de forma práctica en correspondencia con las exigencias sociales. Propiciar actividades donde se manifieste el talento y la creatividad de educadores y educandos, debe ser tarea priorizada en la escuela; con vista a elevar el nivel y la actualización científica.

También es imprescindible que los educadores acerquen a los estudiantes a la problemática de la vida actual, a que juzguen y reflexionen acerca de su papel como agentes transformadores activos.

El colectivo pedagógico está llamado a contribuir al fortale­cimiento de la autoconciencia de los estudiantes, a propiciar situaciones educativas en el que expresen su forma de pensar, de actuar, de discrepar. Esto facilita la educación en una discipli­na consciente.

El camino a recorrer en el proceso educativo ha de crear las bases para que el estudiante convierta los conocimientos en convicciones, interioricen las exigencias y las manifiesten en su modo de  actuación.

Esta labor de los educadores se concreta a través de diversas vías  como la clase, el trabajo extradocente, extraescolar que forma parte de estrategiasproyectos educativos que respondan a las  particularidades de cada nivel de enseñanza y escuela.

Educación en valores como fundamento del  trabajo educativo en la escuela

El término valor está relacionado con la propia existencia de la persona, afecta su conducta, configura y modela sus ideas y condiciona sus sentimientos. Se trata de algo cambiante, dinámico, elegido libremente entre diversas alternativas; depende, en buena medida, de lo interiorizado a lo largo del proceso de socialización y, por consiguiente de ideas y actitudes que se reproducen a partir de las diversas instancias socializadoras (familia, escuela, comunidad, los medios de difusión masiva, y otros). El problema de los valores espirituales ha alcanzado en la contemporaneidad, dimensiones quizás nunca vistas antes (12). 

Según JR Fabelo (13), la forma de existencia de los valores espirituales debe considerarse en tres planos: valores objetivos, subjetivos e institucionalizados.

Cada formación política y social encarga a su sistema de educación los principios, valores y objetivos más generales que pretende trasmitir y consolidar en las nuevas generaciones a través de la política educacional. En Cuba esta intención está avalada por un enfoque humanista, sustentado en la teoría del conocimiento materialista dialéctico, dirigido no a elites sino a grandes masas de trabajadores y campesinos.

La educación históricamente se ha encargado de formar a las personas para su convivencia con los demás y para que constitu­yan pilares importantes en el mantenimiento y preservación de lo que es considerado como bueno y valioso. A las puertas del tercer milenio los investigadores, profesores y la sociedad toda se plantean de una forma más explícita la necesidad de que la escuela sea no sólo un lugar para transmitir y enseñar, sino también un lugar donde se aprenda a convivir, a respetar a los demás, donde las normas, actitudes y valores morales constituyan objetivos básicos en el proceso educativo de las más jóvenes generaciones.

La formación en valores es también un problema pedagógico pero no se puede absolutizar el papel de la escuela o el maestro en la formación de valores, sino que es un proceso complejo que integra todo y que contribuye a que una persona, una institución o una sociedad establezcan sus rumbos, metas y fines.

Para la Pedagogía la formación de valores representa un pro­blema de la educación de la personalidad; para que el valor se incorpore a la subjetividad individual y se exprese eficazmente en las regulaciones del comportamiento del sujeto, es imprescindible que dichos contenidos signifiquen algo para el sujeto, despierten en él emociones, el placer de vivir, comportarse, hacer patente tales valores.

En tal sentido, planteaba Cintio Vitier (14) "para la educación cubana la aspiración es formar la personalidad del joven cubano, sobre la base de una amplia cultura general, politécnica, laboral y de los senti­mientos con un fundamento científico y en los valores de la conciencia nacional, la patria y el patriotismo, la independencia y la soberanía, la justicia social y la unidad nacional".

En la actualidad, no se concibe un proceso educativo centrado únicamente en la adquisición de conocimientos; es creciente el interés en todos los niveles de enseñanza por contribuir a la formación de ciudadanos con valores, que les permitan, no solamente convivir en el mundo actual, sino comprometerse con su transformación, a partir de su crecimiento como seres humanos (15).

Para contribuir a la formación de valores el educador debe atender los componentes cognitivos – instrumental y motivacional- afectivo, así como a las expresiones morales acumuladas en las relaciones y la conducta de la vida cotidiana.

El docente universitario debe ser un modelo educativo para sus estudiantes. En la medida que el docente exprese en su actuación profesional y en sus relaciones con los estudiantes valores como la responsabilidad, patriotismo, honestidad, solidaridad y la justicia, entre otros, propiciará su formación como motivo de actuación en los estudiantes.

En la medida que el estudiante deja de ser un objeto de aprendizaje que repite mecánicamente la información que recibe y se convierte en un sujeto que procesa información y construye conocimientos a partir de sus intereses y conocimientos previos, sobre la base de un proceso profundo de reflexión en el que toma partido y elabora puntos de vista y criterios, está en condiciones de formar sus valores.

Por otra parte el desarrollo del estudiante como sujeto de aprendizaje y de la educación de sus valores es posible en la medida que el docente diseñe situaciones de aprendizaje que propicien que el estudiante asuma una posición activa, reflexiva, flexible, perseverante, en su actuación (16).  Por ello es importante el carácter orientador del docente en la educación de los valores dentro de un enfoque sistémico.

Enfoque sistémico de los valores

La formación en valores es un complejo problema en el que confluyen las acciones educativas de diversas instituciones y organizaciones sociales: la familia, la escuela, las organizaciones de masas y sociales, las acciones educativas organizadas o no de las instituciones armadas, culturales, econó­micas, deportivas, religiosas, las agrupaciones informales, los medios de difusión masiva y en general el sistema de relaciones materiales y espirituales de la sociedad.

La formación en valores desde la escuela requiere el máximo aprovechamiento de las relaciones entre educadores, educandos, directivos, organizaciones e instituciones del centro y de la comunidad donde se encuentra enclavada la escuela.

Este proceso plantea la necesidad de trabajar hacia un conjunto de valores en que se obtiene por la jerarquización que se hace de aquellos que más directamente responden al momento y al lugar en que se desarrolle el individuo.

En ningún caso se debe trabajar hacia los valores aislados pues ello sería una limitación del contenido de cualquier valor que se tome. Los valores se complementan mutuamente, la consolidación de un valor presupone su interacción con otros. Por otra parte, es necesario comprender  que ningún sistema de valores es absoluto sino que sus elementos se mueven tal como se mueve la propia realidad que la conforma.

La significación del valor está en dependencia del desarrollo individual alcanzado en cada etapa de la vida, aspecto que hay que tener en cuenta en los diferentes niveles de enseñanza.

La educación cumple el encargo social de consolidar en el individuo un sistema de valores que lo orienta en la vida; se trata de un proceso encaminado a enseñar a vivir al hombre en determinadas condiciones.

Los valores políticos, jurídicos, morales, estéticos, religiosos, filosóficos y científicos son una parte importante de la vida ideológica de la sociedad y del mundo interno de los individuos, son una producción de la conciencia social e indivi­dual.

El contenido del sistema de valores es una expresión de las condiciones económicas, sociales, y clasistas de una época histó­rica concreta, en su relación con lo humano universal.

El conjunto de todos los valores se llaman "sistemas objetivos de valores", el cual se caracteriza por ser dinámico, cambiante, dependiente de la condición histórica concreta y estructurada de manera jerárquica.

El sistema de valores puede ser el resultado de la generali­zación de una de las escalas subjetivas existentes en la sociedad o de la combinación de varias de ellas y por tanto pueden también tener un mayor o menor grado de correspondencia en el sistema objetivo de valores.       

La utilización de métodos participativos en el proceso de enseñanza-aprendizaje propicia la formación y desarrollo de la flexibilidad, la posición activa, la reflexión personalizada, la perseverancia y la perspectiva mediata en la expresión de los valores en la regulación de la actuación del estudiante.

A los efectos de esta investigacion definiremos los valores solidaridad y honestidad siguiendo una aproximación a lo formulado en el VIII Seminario Nacional para Educadores, curso 2007-2008 del MINED (17):

Solidaridad.

El valor solidaridad es comprometerse en idea y acción con el bienestar de los otros: en la familia, la escuela, los colectivos laborales, la nación y hacia otros países; es estar siempre atento a toda la masa humana que lo rodea.

De la ética de José Martí: "Piérdase las vidas empleadas en el amor de si propio"  […] nadie tiene el derecho a dormir tranquilo mientras haya un  solo hombre infeliz […]

Modos de actuación asociados al valor de la solidaridad: Identificarse con las causas justas y defenderlas. Estar dispuesto a realizar acciones internacionalistas dentro y fuera del país, incluso al precio de elevados sacrificios materiales y espirituales. Contribuir desde lo individual, al cumplimiento de las tareas colectivas. Socializar los resultados del trabajo y el estudio. Participar activamente en la solución de los problemas del grupo y la comunidad. Promover actitudes colectivas, de austeridad y modestia. Fortalecer el espíritu de colaboración y de trabajo en equipo. Desarrollar la consulta colectiva, el diálogo y el debate para la identificación de los problemas y la unidad de acción en la selección de posibles alternativas de solución

Honestidad.

La honestidad es una cualidad humana consistente en comportarse y expresarse con coherencia y de acuerdo con los valores de verdad y justicia. En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo; se expresa al actuar de manera sincera, sencilla y veraz; lo que permite expresar un juicio crítico y ser capaz de reconocer sus errores en tiempo, lugar y forma adecuada para contribuir al bien propio, al bien colectivo y de la sociedad. Es lograr armonía entre el pensamiento, el discurso y la acción.

Desde la ética de José Martí, la honestidad se expresa en los pensamientos: "[…] El que nada quiere para si dirá la verdad siempre. […]  "[…] La verdad no se razona; se reconoce, se siente y se ama"  "[…] Las palabras deshonran cuando no se llevan detrás un corazón limpio y entero […]  y desde la ética de Fidel Castro: "[…] es no mentir jamás ni violar principios éticos […]"

Los modos de actuación asociados al valor de la honestidad son: Apego irrestricto a la verdad. Ser sincero en su discurso y consecuente en su acción. Tener valentía para expresar lo que se piensa. Combatir las manifestaciones de doble moral, hipocresía, traición, fraude y mentira. Ser autocrítico y crítico.    

Conclusiones

  1. La Universidad cubana actual tiene el gran reto de formar a profesionales cada vez más competentes y comprometidos, donde los valores humanos desde nuestra ética ocupan un lugar sobresaliente.
  2. La fuerza profesoral depende en mayor medida de los profesionales de la comunicación en los territorios, así como de otros profesionales afines. Esta situación ha generado la necesidad de formar, desde la perspectiva de la educación de postgrado a los profesionales sin formación en la especialidad, en los fundamentos de la ciencia de la comunicación social y en la metodología de la pedagogía.
  3. En la estrategia se utilizaron métodos teóricos y empíricos con el propósito de hacer un análisis científico basado en lo más avanzado de la teoría sobre el tema.
  4. El aporte teórico se corresponde con la fundamentación de una estrategia para llevar a cabo el trabajo educativo en condiciones de la Universalización de la Educación Superior.
  5. La significación práctica se relaciona con la posibilidad de implementar la estrategia planteada tanto en la sede universitaria donde se llevó a cabo el estudio como en otros centros similares. La novedad científica está determinada por el tratamiento que aporta la presente investigación al trabajo educativo en general y en particular en este tipo de universidad.
  6. En la propuesta de estrategia educativa para formación de valores solidaridad y honestidad  se establecen exigencias que favorecen el proceso docente educativo en las diferentes asignaturas, individualizando el proceso a partir de las singularidades de los discentes.
  7. El trabajo educativo requiere del esfuerzo coherente y coordinado del colectivo pedagógico encargado de unificar el sistema de influencias que participan en la conformación de la personalidad del individuo.
  8. Los métodos de trabajo educativo son el sistema de acciones conjuntas de profesores – alumnos en el que los educadores influyen sobre el colectivo estudiantil con objetivos previamente concebidos en los que estos tienen una participación muy activa, caracterizados por la coherencia, armonía e integración; constituyen las vías para organizar pedagógicamente la vida en la escuela.
  9. El conocimiento de los intereses y necesidades cognoscitivas del estudiante garantiza la organización de actividades que contribuyan al desarrollo del horizonte cultural, a fortalecer su mundo espiritual; a ponerse a la altura de los avances de la ciencia y la técnica.
  10. Cada formación política y social encarga a su sistema de educación los principios, valores y objetivos más generales que pretende trasmitir y consolidar en las nuevas generaciones a través de la política educacional.
  11. La formación en valores es un problema pedagógico que integra todo y que contribuye a que una persona, una institución o una sociedad establezcan sus rumbos, metas y fines.
  12. Para la Pedagogía la formación de valores representa un pro­blema de la educación de la personalidad; para que el valor se incorpore a la subjetividad individual y se exprese eficazmente en las regulaciones del comportamiento del sujeto, es imprescindible que dichos contenidos signifiquen algo para el sujeto, despierten en él emociones, el placer de vivir, comportarse, hacer patente tales valores.
  13. Para contribuir a la formación de valores el educador debe atender los componentes cognitivos – instrumental y motivacional- afectivo, así como a las expresiones morales acumuladas en las relaciones y la conducta de la vida cotidiana.
  14. La formación en valores es un complejo problema en el que confluyen las acciones educativas de diversas instituciones y organizaciones sociales: la familia, la escuela, las organizaciones de masas y sociales, las acciones educativas organizadas o no de las instituciones armadas, culturales, econó­micas, deportivas, religiosas, las agrupaciones informales, los medios de difusión masiva y en general el sistema de relaciones materiales y espirituales de la sociedad.
  15. La formación en valores desde la escuela requiere el máximo aprovechamiento de las relaciones entre educadores, educandos, directivos, organizaciones e instituciones del centro y de la comunidad donde se encuentra enclavada la escuela.
  16. Los valores se complementan mutuamente, la consolidación de un valor presupone su interacción con otros.
  17. La significación del valor está en dependencia del desarrollo individual alcanzado en cada etapa de la vida, aspecto que hay que tener en cuenta en los diferentes niveles de enseñanza.
  18. La utilización de métodos participativos en el proceso de enseñanza-aprendizaje propicia la formación y desarrollo de la flexibilidad, la posición activa, la reflexión personalizada, la perseverancia y la perspectiva mediata en la expresión de los valores en la regulación de la actuación del estudiante.

Referencias bibliográficas:

1.       García BG (coordinador). Fundamento de la investigación educativa, Módulo, 1.  En: Maestría en Ciencias de la Educación.. Ministerio de Educación. Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño Editorial Pueblo y Educación, 2007.

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3.       Baxter Pérez, E. La formación en valores: una tarea pedagógica. Edit. Pueblo y Educación , La Habana, 1989

4.       Cardoso y Álvarez. Revista Pedagogía Universitaria 2002 p.60.

5.       Rodriguez SO. Valores humanos en la carrera de Comunicación Social. Trabajo presentado en la Jornada Científica de Previsora Mayo 2008.

6.       Kotler P, Roberto EL. Marketing Social: Estrategias para cambiar la conducta pública. La Habana, Editorial Félix Varela, 2006: 111

7.       Kotler P, Roberto EL. Marketing Social: Estrategias para cambiar la conducta pública. La Habana, Editorial Félix Varela, 2006: 30.

8.       Castro Ruz, Fidel. Discurso pronunciado en el acto de graduación del Destacamento Pedagógico universitario "Manuel Ascunce Domenech" Periódico Granma La Habana 7 de julio de 1981

  1. Bombino LR. La subjetivación de los valores: el papel de la regulación moral en este proceso; en: El saber ético de ayer. Holguín, ARGRAF, 2006: 61
  2. Muriell, MF. Contenido  y forma del trabajo  educativo en la escuela. La educación moral. Seminario Nacional a dirigentes, metodólogos e inspectores de educación. dic. 1977, pág. 83. 
  3. Makarenko, A., La colectividad y la educación de la personalidad. La Habana, Editorial Pueblo y Educación, 1977, pág. 118.
  4. Cañas LT. Educación y valores, en: Preparación Pedagógica Integral para Profesores Integrales. Holguín, ARGRAF, 2006: 179
  5. Fabelo Corzo, José Ramón. Práctica, conocimiento y valoración : la naturaleza del reflejo valorativo de la realidad. La Habana. Editorial Ciencias. Sociales, 1989:  56
  6. Vitier C. Ese sol del mundo moral. Para una historia de la eticidad cubana. Ed. Siglo XXI. México, 1975.
  7. Victoria Ojalvo MV. Educación de valores. Revista Pedagogía Universitaria. Capítulo III, 2003 Vol. 8 No. 1 pag 79.
  8. González MV. La educación de valores en el curriculum universitario. Un enfoque psicopedagógico para su estudio. Rev Cubana Educ Med Super 2000;14(1):74-82 
  9. Arencibia SV, García BG, Moreno CM, Escalona SE, Egea AM.  VIII Seminario Nacional para Educadores,. La Habana, Editorial Pueblo y Educación, curso 2007-2008 del MINED: 4,5.

 

 

 

 

 

Autor:

Dr. Olimpio Rodríguez Santos          

Prof. Comunicación Social. Policlínico Universitario Docente Previsora.

MSc. Mercedes Bartutis Romero

Prof. Universidad Médica de Camagüey

Dr. Liduberto Gerardo Quintero

Prof. Instituto Superior Pedagógico "José Martí" Camagüey

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