IV.EL AYLLU EN LA COLONIA (1535 a 1824)
Hacia 1535 penetró procedente del Perú, más al sur del lago Titicaca, el dominico fray Tomás de San Martín y, más tarde, los hermanos Gonzalo y Hernando Pizarro, que terminaron la conquista de Alto Perú hacia 1538, después de vencer una tenaz resistencia de los indígenas. La mayor proximidad al Perú hizo que Bolivia se inclinase decididamente hacia aquella región. Cuando en 1544 se descubrieron las ricas minas de plata de Potosí, la colonización se inclinó hacia la explotación minera, y cuando Irala llegó en 1547 procedente del Paraguay, la vocación de Bolivia ya estaba decidida. La colonización se afirma con la fundación de una serie de ciudades: Chuquisaca (Sucre), La Paz, Villa de Oropesa (Cochabamba), Santa Cruz, Oruro y otras. En el mes de octubre de 1548 Mendoza salió con un grupo de españoles a dar cumplimiento a las órdenes de la Gasca y fundar la ciudad, fue a recorrer no un camino desconocido sino intensamente transitado por él en el pasado, en una y otra dirección. Al salir del Cuzco era la Calzada ancha y muy fuerte de cantería y siguiendo siempre hacia el sur atravesaba sucesivamente el señorío de los indios Cavinas, Canes y Canches, hasta llegar al Lago Titicaca. Sobre el rio Desaguadero hacia un puente desde los tiempos de los incas. Pasando Tiwanacu, ya en plena tierra de collas, los españoles llegaron a Laja, que era el lugar elegido (Cieza de León, 1553).El día sábado 20 de octubre de 1548, un año después de la batalla de Guarina, el grupo entro a la pequeña Iglesia del pueblo de Laja, y allí Mendoza enseño a Francisco Barrionuevo, Alonzo de Zayas, Francisco de Herrera Girón, Martin de Olmos y Francisco de Cámara, la provisión de nombraba Justicia Mayor de la ciudad Nuestra Señora de La Paz. El documento estaba firmada por la Gasca y refrendado por el Jerónimo de Aliaga, conforme lo había mandado la Gasca, en fundar y poblar la ciudad (G.Feyles, 1965) Además, El Gasca por su parte reiteraba ese propósito de amparar a los indios de la región y evitarles viajes a Arequipa y La Plata donde residían sus amos, como uno de los hechos que motivaron la fundación. Esto implico que todos los indios de Collao serían los que sufrirían con mayor intensidad los diferentes tipos de servidumbres y abusos a que vivían sometidos.
Fuente: Cieza de León, 1553
Otro argumento, señalado por la Gasca era el de hacer desde Chuquiabo "espaldar a lo de Potosí", es decir crear un punto de apoyo y protección más a menos cercano al Cerro en caso de un eventual peligro para esa riqueza.
Diego Cabeza de Vaca en su "Descripción" dice que la Gasca dispuso la fundación porque "había mucha distancia de tierra y camino desde la ciudad del Cuzco a la dicha de La Plata, sin haber pueblo de españoles en medio.
4.1 CONFORMACIÓN DE LA ESTRUCTURA SOCIAL La civilización andina, particularmente las elites locales e incas desde la llegada turbulenta de los primeros ibéricos se vieron desplazadas de la administración política, económica, y organizacional. Estos nuevos agentes hegemónicos hispanos del nuevo orden, se establecieron, fundaron nuevos poblados y ciudades, se desplazaron en los espacios urbanos, y a través de un proceso de legitimación de la cultura dominante, en todo caso occidental, desarrollaron políticas económicas, sociales, culturales, educativas y civilizatorias, esta última se constituye en palabras de Larson (2004) en el centro de una relación intrincada entre la escritura, el poder administrativo y la urbanidad indiana, que [quedaba durante la colonia en manos] en un pequeño grupo de administradores, abogados y otros hombres de letras, agentes del gobierno imperial y demiurgos de la civilización, que registraron, a partir de la letra, a las instituciones andinas, como el ayllu Aunque fundamentalmente la política fue el elemento clave y fundamental para articular y consolidar el control sobre la población andina, los demás aspectos acompañaron este asunto, por lo que al abordar este periodo debemos considerar la complejidad de la realidad social que se desarrolló, en muchos casos extensa, así que me aproximare inicialmente a una pequeña valoración historiográfica sobre la nueva jerarquía y composición social. Aproximadamente fueron tres siglos de dominio Español en lo que se refiere a la región de la América occidental de sur y más particularmente en lo que fue el Tawantinsuyu andino. Durante este tiempo (casi tres siglos) los españoles emprendieron un sistemático dominio sobre los territorios y poblaciones andinas, sin eliminar del todo la previa organización Incaica, por lo que rescataron y utilizaron muchas de estas instituciones que pervivían y a un estaban vigentes en el crepúsculo y destrucción del Estado del Tawantinsuyu.
Estas instituciones fueron entre las muchas, la Mita, los Obrajes, las encomiendas, y otras que se reforzaron a un más con las "leyes de indias" o de originarios, que fueron elaborados mediante los informes escritos sobre estos lugares (andinos), según las visitas realizadas a estas jurisdicciones. En este sentido encontramos excepcionales cuestionamientos, y hasta radicales en su momento por la crisis organizacional y administrativa de la colonia, así nos lo hace notar una observación muy bien argumentada de Fray Domingo de Santo Tomas [1560] quien se dirigía al rey don Phelipe, en donde le planteaba lo que sigue: A raíz de esta situación, la interpretación de Murra gira en torno a que básicamente el nuevo orden trajo más desventajas para los llamados originarios que para los propios hispanos, aunque para estos últimos fue también difícil afrontar con la nueva administración de los territorios americanos y mucho más difícil en una región como los andes con instituciones cohesionadas y ya abigarradas. De esta manera y en esta forzada transición se mostraba para los aportes de Fray Domingo de Santo Tomas pudieron constituirse en valiosos a la hora de instituir políticas coloniales más efectivas, pero no fueron considerados como contribuciones para encauzar medidas administrativas flexibles a nivel socio político con relación a los indígenas y sus organizaciones después de la Conquista. Lastimosamente el nuevo orden social de poder desproporcionado de administración Colonial entró con fuerza una década y media más tarde. Iniciando de esta manera un nuevo ciclo hegemónico y de dominio hispano, acompañada por reformas pensadas por el Virrey Francisco de Toledo. Virrey que inicialmente tuvo un recorrido (1573) por las nuevas colonias y asentamientos hispanos; al mismo tiempo que visitaba las nuevas colonias, creaba encomiendas, reducciones y haciendas. Todo ello con el fin de otorgar presencia estatal colonial en aquellas regiones que habían sido conquistadas. Por ejemplo las reducciones indígenas re organizadas en ayllus existieron por orden colonial y sin vigilancia hispana, lo que generó una relativa autonomía al interior de la reducción, que lógicamente debía tributar al nuevo régimen. Esta serie de ordenanzas tuvieron la finalidad de darle cuerpo a un nuevo orden social que se pretendía implantar en América Entre los primeros pronunciamientos están las "Ordenanzas de descubrimiento y nueva población" dictadas en 1573 en el Virreinato del Perú (Fellman Velarde, 1978). Estas ordenanzas se transformaron con muchos otros informes de visitas en las conocidas "Leyes de Indias" que vieron la luz por primera vez en 1596 y que fueron revisadas varias veces, hasta su última publicación en 1680. En palabras que deberán ser de cuidado por su exacerbada tendencia nacionalista de Fellman Velarde (1978)"Las leyes de indias" constan de nueve libros donde el material se halla desordenadamente distribuido y su tendencia principal, se ubica en plantear la explotación de la riqueza mineral americana. Las leyes de indias en cuanto a la distribución de la tierra se encontraron con muchas dificultades, por un lado existían tierras muy fértiles cerca de las pequeñas ciudades, que al momento de la colonización se valorizaron. El tema de los indígenas que trabajaban la tierra era a un más importante para las colonias. En este sentido la corona de castilla, con objeto de estimular la colonización española de sus dominios americanos, había añadido a las encomiendas y repartimientos otorgados a los conquistadores en virtud de las "capitulaciones", las llamadas "Cedulas Reales de Gracia o Merced" (Fellman Velarde, 1978). Por otro lado la Corona Española halló solución en tres disposiciones reglamentarias por las "Leyes de indias": la institución del yanaconazgo, el tributo y la composición. A partir de estos hechos la participación de los indígenas en la nueva administración fue silenciada, y encubierta, la jerarquía inca fue reordenada, y muchos indígenas nobles fueron tomados como si fueran del común, pues el poder y las jerarquías, estaban en un proceso de reestructuración. Pues los severos conquistadores destrozaron las instituciones del país Inca, y que veían en él pocas cosas dignas de admiración fuera del oro (Prescott,1847). Pero aun así la organización económica, social y política indígena [el ayllu], a pesar de los embates del poder español y de las oligarquías coloniales, pervivió a lo largo de la época colonial a través de un " pacto de reciprocidad" que regía las relaciones ideales entre Estado y comunidades indígenas (Platt,1981); extendiéndose dilatadamente hasta los eriales de la Colonia, y aún más allá del siglo XIX para el caso boliviano Colonia y las comunidades y ayllus indígenas, podrían entenderse conflictivamente, pero no fue así, pues la Colonia aprovecho aquellos ayllus y los transformó en reducciones indígenas. Refuncionalizando su permanencia y existencia. Se gestó entonces un pacto entre hispanos y las elites indígenas de kurakas locales. Estos últimos adquirieron mayor poder después de jurar lealtad al rey de España y negar el vínculo con lo Inca. Estas implicancias psicosociales de dominación no alteraron en su totalidad la organización andina, pues no destruyó la célula básica de identidad y cultura que se gestaba con relación al ayllu. Se desarrolló entonces un incipiente vínculo inter cultural asimétrico de relaciones políticas y económicas entre lo hispano (dominante) y lo andino (dominado). Aunque este vínculo asimétrico entre lo hispano y lo andino estaba vinculado a una relación de dominación política y económica, no perdió el matiz de predominancia andina. Es decir, el ayllu continúo su ruta por el pedregoso camino de la Colonia para no darse por vencida. Es así que los indígenas antiguos mitimaes y yanaconas ingresaron a ciertas relaciones en la producción que los situaba como trabajadores artesanales, agrícolas, ganaderos y mineros es decir engrosaron su trabajo en las haciendas, los obrajes, y las encomiendas como jornaleros, obreros o peones semi esclavizados. La nueva estructura social se asentaba en una forma de economía extractivista y minera, políticamente distinguía una estructura de castas a partir de una situación de privilegio hispano en desmedro de la andina. De esta manera los españoles lograron imponerse políticamente, sintetizaron la herencia institucional pre-hispana y a la vez funcionalizaron la economía a partir de ciertos dispositivos dinámicos importados de Europa, como el dinero. El virrey de nacimiento español era enviado directamente por orden del Rey.
Desplazando al indígena de su mando local, además ocuparía el rol de lo que una vez forjó el Inca, los yanaconas fueron desplazados por los encomenderos, y los curacas reducidos a pequeños nichos llamados reducciones. Aunque los principales relucieron su poder, no sus privilegios. Pues, "la tentativa más seria la hizo (el virrey) Toledo cuando trato de acreditar los títulos de los Ayllus a nombre de los Curacas y no de todos sus miembros" (Fellman Velarde, 1978)
Fuente: Platt, 1981
Podríamos señalar que la sociedad Colonial nunca se logró estabilizar, por el flujo y reflujo de las poblaciones andinas, quienes dinamizaban implícitamente la economía y la política. En el Alto Perú la nueva sociedad, aunque paradójicamente, recién encontró relativa firmeza durante el siglo XVIII a decirse de René Moreno (1940). El cuadro general de la sociedad Colonial adquiriendo forma durante el último siglo de dominio español; encontraba en el "extremo superior la Corona (Española), dueña del subsuelo y de todas las tierras que no habían pasado por la "composición" y detentadora de la facultad de absorber la riqueza colonial mediante el mecanismo del monopolio, de los impuestos y de los estancos" (Fellman Velarde ,1978). Después se encontraba la iglesia, muy vinculada a la Corona Española, a la que acompañaban los comerciantes, mercaderes, y propietarios de tierras, de minas y obrajes. En la mayoría de los casos, pero con alguna excepción, estos funcionarios eran españoles peninsulares, y mediante su trabajo estos estaban vinculados al poder político y económico de la Corona española. Por debajo de esta estructura se encontraban los criollos, que en muchos casos también eran mercaderes, propietarios de tierras y minas, administraban los obrajes, o eran funcionarios públicos de bajos rangos por su condición de haber nacido en América. En un tercer grupo social se encontraban los curacas, que tenían poder de decisión sobre comunidades y ayllus. Los curacas que habían pactado con los enviados de la Corona Española, gozaban de ciertos privilegios, tenían acceso a la educación, no pagaban un tributo individual, como tampoco asistían a los trabajos obligatorios de mitanaje y obrajes a los que los indígenas del común si asistían (Fellman Velarde, 1978).
Por otro lado estaban también los mitayos, estos constituían la mayoría de la población indígena, provenientes de diversos ayllus y etnias, ahora estaban vinculados a la minería y a los obrajes como mano de obra y fuerza de trabajo, es decir; "la autoridad política Colonial les asignaba una tarea, de la misma forma que el Inca les podía asignar para prestar determinados servicios al Estado" (Albo y Barnadas, 1990).
Con relación a los mitayos según Fellman Velarde (1978) señala que también se los conoce con el nombre de "Mincados", haciendo referencia a que estos, no tenían otro recurso que el de vender su fuerza de trabajo para subsistir. En una última categoría social se encontraban los esclavos negros, a estos intentaron introducirlos a las mitas y centros de extracción de mineral, pero por las condiciones ambientales desfavorables, a las que no estaban acostumbrados, sucumbieron en masa, entonces pasaron a ser empleados de servicio, ya sean en las casas de hacienda como en las labores agrícolas particularmente en el cultivo de la coca, en donde se proporcionaron mejores resultados (Fellman Velarde, 1978). Este complejo tejido social Colonial que reajustaba política y territorialmente la región andina, se intentó consolidar durante aproximadamente los últimos dos siglos de control Colonial, entre los siglos XVII y XVIII. El ayllu andino asumió entonces una organización interna de la vieja herencia inca vinculada a una estructura más global y de mercado como española, es decir, se sintetizaron los elementos heterogéneos de la estructura vernácula como el de la civilización española. Aunque en términos más generales este proceso fue "distendido internamente por una maraña casi inextricable de contradicciones económicas principalmente, pero también étnicas").
4.2 ORGANIZACIÓN Y RESISTENCIA DEL AYLLU La conquista y posterior colonización de América por parte de los Europeos reconfiguró la institucionalidad política, económica, y la administración territorial y social. La conquista fue larga y llena de complejidades, se inició con la llegada de Francisco Pizarro a Cajamarca (1532) y termino aproximadamente después de lanzadas las reformas del Virrey Francisco de Toledo (hacia 1572), iniciando lo que podríamos llamar colonización o "Periodo Colonial" que se extendió en todo el territorio ya conquistado. En este lapso, de 40 años aproximadamente, se desataron resistencias nativas, así lo describe Albo.
Desde entonces (1572), aunque hipotéticamente, se estipula el comienzo de la época Colonial en toda la jurisdicción territorial incorporada al imperio Español. De la misma manera nos recuerda Villalpando desde una perspectiva enmarcada en la siguiente afirmación: En esta época, y a la par del desarrollo mercantil inicial, se constituyeron núcleos urbanos hegemónicos de administración como ser el caso de Lima, Cuzco, Quito, Charcas, por señalar algunas y otras ciudades que fueron pequeños centros de administración para la sustracción de recursos naturales. Dentro de esta dinámica, se consolidaron las "leyes de indias", en donde los peninsulares documentaban su supremacía sobre los nativos americanos, Szminski a partir de una lectura sobre la misma, nos plantea que los "indios" de América fueron denominados Vasallos Libres de la Corona de Castilla. La libertad se reducía a los "ayllus", estos a la vez se articulaban a una red de organizaciones productivas similares como las encomiendas o los corregimientos. Aun los originarios "indios" siendo vasallos libres, estaban reunidos en reducciones, es decir, en colonias más grandes, fácilmente accesibles al control colonial. Los habitantes estaban inscritos en su aldea, donde se encontraban al mando de sus propios kurakas y bajo la supervisión de los corregidores, que eran pagados por la administración del virreinato (1972). Con relación a los ayllus andinos, existía también un sistema de repartición y distribución tanto para sembrar la tierra, para el cultivo comunal, particularmente para subvencionar a las mujeres que habían perdido a sus esposos en las mit´as y encomiendas. Por todo ello el ayllu durante este periodo subsistió a partir de una cohesión rígida y esforzada. En donde cada aldea o ayllu tenía un pedazo de tierra, la cual cada año se repartía entre las familias, se dejaba una parte para el pastoreo, otra para el cultivo comunal. El ingreso de ésta última, iba a la caja de la comunidad, de la cual se mantenían las viudas, los huérfanos, los hospitales, y se pagaban los tributos. A la caja entraban también los ingresos de obraje, es decir los talleres mantenidos por el ayllu"(Szminski, 1972).
En este sentido, la libertad territorial y social de los andinos, era una libertad condicionada por los tributos económicos obligatorios hacia la Corona. Así mismo "del tributo estaban exentos, el kuraka y su primogénito, los empleados indígenas, a veces las mujeres, y durante cierto tiempo los yanakunas. El tributo era determinado por las autoridades. No podían existir recusaciones hacia algún sector de los llamados indígenas tomados como tributarios. Pero el tributo, también, debía ser moderado y no exceder al que estaban obligados los indios antes de la conquista. Se pagaba en el lugar donde vivía el tributario. No se podía cobrar a los ausentes, ni a los enfermos" (Szminski, 1971)
Por otra parte durante la Colonia, la dinámica de la vida Andina social e institucionalmente fue acomodándose a las nuevas regulaciones hispanas, así está representada en un escrito Colonial de Juan de Matienzo (1520-1579) siglo XVI, que no fue editado, sino recién a principios del siglo XX en una edición especial en (1910) por uno de sus descendientes, en donde encontramos lo que sigue: Y sigue haciendo referencia al ayllu, caracterizándose esta descripción por los mandamientos que tenían los llamados indios "originarios" con relación a la corona, así como también los roles y atribuciones de los llamados indios y caciques. De esta manera y según: decir, se introdujo competitivamente al mercado agrícola, ganadero y minero de la colonia. De los ayllus salían las fuerzas productivas para el trabajo forzado de las haciendas y minas. Así mismo los ayllus establecieron la moneda y el dinero como base del intercambio. Aunque muy insípidamente manejado por los propios andinos, las transacciones monetarias fueron la forma de otorgar valor de cambio y de uso en la nueva estructura administrativa colonial. Cabe agregar también que los ayllus fueron controlados coercitivamente por los caciques apoderados, que en muchos casos ejercían un poder arbitrario y abusivo al interior de su ayllu, muchas veces peor que el español. Podríamos aproximarnos a interpretar esta radicalidad en dos sentidos. Por un lado que se pretendía a toda costa mantener el vehículo institucional de la colonia a partir de la conservación del ayllu o comunidad, o más bien el cacique apoderado ejercía un abuso desorbitado con relación a los comunarios. Como dijimos, la comunidad andina en su forma de ayllu, durante la colonia, ya estaba inserta en una red de articulación con las bases de la economía monetaria y mercantil Colonial que se tenían en; las minas, la producción agricultura, los obrajes, mitas y encomiendas, acompañada de otros servicios obligatorios como el mitanaje o la servidumbre que formaban parte de la funcionalidad obligatoria que tenía el ayllu para con los españoles. Por lo que su significancia era preponderante, aunque formalmente no fue reconocido como ayllu. En efecto esta forma de organización andina sobrevivió imbuida indirectamente al mercado colonial y tuvo una continuidad en el tiempo a partir del principio de conservación del ayllu o la comunidad social ubicada mayormente en los intersticios de la cordillera, como en su organización territorial y resistencia cultural. Son preguntas que no las conseguiremos expresar en toda su cabalidad, pues, espacial y temporalmente nos situamos muy distantes de aquella realidad particular e histórica. En este entramado, Platt (1981) nos recuerda que dentro de esta dinámica de subsistencia, el ayllu experimento algunas características variaciones y asumió algunos patrones nuevos para su identidad asociativa en resistencia.
Fuente: Platt, 1981
Así, y lejos de desestructurarse las bases prehispánicas de la prosperidad andina, en la zona andina el antiguo patrón del "control vertical de un máximo de pisos ecológicos" como señala igualmente Mura, se mantuvo como un elemento institucionalizado dentro de la formación colonial. Además, los ayllus regionales consistían en franjas continuas que bajaban, en muchos casos, desde las alturas hasta los valles cálidos o en dos zonas discontinuas casi siempre, cada una situada en uno de los dos polos climáticos. Dado que la mita potosina se aplicó a través de los curacas de cada ayllu, la misma economía minera funcionaba asegurando la persistencia de las condiciones verticales de reproducción de su propia fuerza de trabajo normativa (Platt, 1981) Como vimos y teniendo en cuenta que el ayllu logró transformarse a partir de su inserción en la economía de mercado, como nuevo elemento, se incrusto en la estructura productiva específica de la colonia como un sector vinculado a un vasto circuito mercantil generado por las minas de Potosí, y "el resto del sector extractivo, en cuanto productor de moneda circundante y mercado principal para bienes de consumo e insumos para la producción minera" (Assadoruian cit. en Platt,1981).Pero no solamente se estructuro una economía monetizada, sino jerarquizada entre peninsulares e indios, que dio lugar a una selectiva jerarquización de grupos o castas sociales, entre los que encontramos en una situación favorable a los hispanos comerciantes, mineros y propietarios de grandes extensiones de tierras y encomiendas, de minas y obrajes. Pero los Curacas no se quedaban atrás, pues estaban a cargo de delimitados ayllus y comunidades, muchos de ellos tenían propiedades particulares reconocidos pero solo como vasallos de la corona de España. Estos últimos se constituían de una u otra forma en propietarios que gozaban del trabajo gratuito de los mitayos y mincados. Vivian en una condición privilegiada, pero no tanto como los peninsulares y criollos, estos, por su condición racial se constituían en aquella época como superiores (Fellman ,1978).
En consecuencia el ayllu durante la Colonia tuvo que adaptarse a las condiciones de una realidad coaccionada por el mercado y el dinero. Básicamente no desapareció, sino más bien se insertó sutilmente en la sociedad colonial matizada por crudas diferencias de casta a partir de la asignación de roles productivos y ver solo como fuerza de trabajo a los originarios, que se redujeron a mano de obra para el mercado minero. Sin embargo, las constantes migraciones forzadas y voluntarias introdujeron formaciones sociales regionales particulares.
Los centros urbanos más poblados, eran zonas muy afianzadas al mestizaje que se fue gestando ya durante la Colonia. Situación que podría haberse constituido en un elemento negativo a la hora de ver a los grupos inicialmente agrupados en ayllus y que bajo estos nuevos matices se fueron transformando en núcleos productivos más híbridos como el caso de Cochabamba. Trayendo una situación económicamente desventajosa para el dominio hispano, pues aquellos grupos sociales nuevos resultaron ser económicamente improductivos y políticamente atentatorios al régimen administrativo de la Colonia. Además a nivel territorial significaban la pérdida de tierra de la comunidad que era el sostén que aseguraba la alimentación de la gran minería. Las encomiendas al igual que las haciendas fueron desplazando a los ayllus, con ello la mutación en muchos casos de la misma vida indígena. Solo en las reducciones, los antiguos ayllus se fundieron étnicamente, los lazos sanguíneos continuaron desapareciendo, y por ello, para el período español sería seguramente más correcto usar en vez de ayllu, el término comunidades indígenas (Szminski, 1971). Esta situación política y territorial de las comunidades indígenas mantenidas por los españoles, admitió en su sentido práctico la institucionalización precaria de los ayllus, agrupándolos en "pueblos de indios", y dándoles la categoría de "sujetos de derecho".
Por lo menos legalmente ya eran reconocidos por la corona, las "Leyes de Indias" se encargaban de regular sobre aquella población marginal, tanto a nivel económico como político. En consecuencia el ayllu asumió formas aun no estudiadas de manutención durante este periodo, y que aún hoy se presentan como vacíos a los que no se podrá indagar y examinar por la extinción de aquel tiempo. En este sentido el ayllu andino, se sabe, que sobrevivió en la colonia en su forma cohesionada de comunidad indígena vinculada al cacique apoderado o principal, como también se cohesiono en las reducciones y pueblos de indios. Recalcando que el matiz local y particular tanto en los valles, altiplano, o costa, donde existían ayllus, fue desarrollándose a partir de sus propios rasgos regionales 4.3 EL AYLLU EN LARECAJA DURANTE LA COLONIA De acuerdo al Antonio de Castro y del Castillo (1651) que la famosa provincia de Aricaxa está abrazada por los cerros que tienen conjuntos, más elevados que cualquier otro de la comarca. El primero llamado Ari y el otro Casa o Caxa (Caja) que traducidos al castellano es portillo abierto. El nombre correcto, el antiguo era "El Aricaja" así aparece en la relación de Pedro de Lodeña (1624) y también en las crónicas de Vásquez de Espinoza (1630).Fueron los españoles los que llamaron Larecaja y posteriormente fue creado el Corregimiento de Larecaja en el año 1565.
De acuerdo a las crónicas de Vásquez de Espinoza (1630), después de la creación del corregimiento de Larecaja los Ayllus, Markas y Sayas (mitades) fueron fragmentados en cinco repartimientos, 11 pueblos principales y varios pueblos anexos o secundarios.
1.Songo, Challana y Chacapa, encomendado en García de Alvarado, con 362 tributarios y más 1844 no tributarios que Vivian en tres pueblos.
I.San Antonio Abad de Songo, con un anexo: Cañaviri II.San Juan Bautista de Challana, con 7 anexos: Simaku, Chacapa, Tipuani, Charaxa ,Wara, Omapalca,Quirutaca. III. San Pedro de Chacapa.
2. Larecaja, encomendado en Juan Ramón, con 94 tributarios más de 497 no tributarios que vivían en 4 pueblos.
I. Santa María Magdalena de Sorata, con varios anexos: Tisuaya, Korwari(Añilaya), Yani o Bane, San Francisco de Titilaya, Keabaya, Kamaquene, Itulaya, Tajacoma, Ananea,Chiñijo y Ucumani II. Tarahuaya o Taravaya III. San Francisco de Hilabaya IV. San Francisco de Combaya, con 5 anexos: Chiacani, Carabani, Cumlili, Coante y Chujchulaya 3.-Ambana, encomendado en Beatriz Bonifaz y Francisca Bolonia, con 140 tributarios y 681 no tributarios que vivían en dos pueblos.
I. Santiago de Ambana, con seis anexos: Copalque, Cusahuaya, Timusi, Sococone, Chachaya y Punama.
II. La Asunción de Chuma.
III. Ayata, con 2 anexos: Yanabaya y Huacapata (a qué residían 600 mitimaes que tributaban a las provincias de su origen)
4.-Charazani, de la etnia Callahuaya, depositados en la Corona Real. Comprendía 683 tributarios y 3750 no tributarios, 300 mitimaes de otros repartimientos. Vivian en 4 pueblos.
I. San Juan Bautista de Charazani, con 5 anexos: Amarete, Chajaya, Chulina, Curba y Omabamba.
II. San Pedro de Mocomoco, con un anexo: Patascachi.
III. San Miguel de Usadca IV. Carijana 5.-Camata,encomendado en Pedro Alonzo Carrasco, 163 tributarios y 596 no tributarios , ademas de otros pertenecientes a distintos repartimientos.
I. Santiago de Camata, con un anexo Carijana Con la creación del Corregimiento de Larecaja, en el año 1565, los ayllus y markas que existían en el territorio de "Aricaxa" actualmente llamada provincia Larecaja han sido fragmentados su organización social, política y económica de los pueblos originarios de esta región.
La Corona española, atravez del Corregimiento de Larecaja ha introducido el despojo de tierras, la encomienda, el tributo indígena y la vida de los pobladores originarios también ha sido objeto de esas opresiones inhumanas convertidas en fieles esclavos y servidores de los españoles.
En esa época, los indígenas han sido vilipendiados como inútiles y desechos sociales, como personas insolente, despiadada, alevosa, además los líderes han sido ahorcados y descuartizados por los invasores.
Por tanto la creación del Corregimiento de Larecaja trajo para los habitantes de los ayllus y Markas, un acontecimiento nefasto y aniquilamiento de la estructura social y política de los pueblos originarios de esta región de Aricaxa.
Que antes de la llegada de los españoles a las tierras de Aricaxa hoy por hoy llamado provincia Larecaja, los habitantes de los ayllus y markas convivían en armonía con la madre tierra, se practicaba la justicia comunitaria indígena y además la estructura social económica y política está bien organizada De acuerdo al escritor Lewin Boleslao (1963), en la época de la colonia los ayllus de Larecaja y más concretamente de Shuru Ahta (Sorata) marcaron historia en 1781 El levantamiento de José Gabriel Túpac Amaru, de origen peruano y quechua, encontró eco en territorio boliviano en Tomas Katari y Julián Apaza, ambos de origen aymara.
Durante la colonia, Sorata se convirtió en la morada predilecta de los Señores Feudales, dueños de haciendas de la zona, enriquecidos por los yacimientos de oro de Tipuani y por los agentes productivos tropicales. Para la subsistencia el sistema productivo de ese entonces, se valió de la explotación laboral de los originarios. Por este motivo, se iniciaron las rebeliones indígenas que tomaron cuerpo para enfrentar un sistema inhumano de explotación laboral.
Túpac Amaru, caudillo peruano, huyó de ese país porque en dicho territorio era buscado por los españoles para juzgarlo y ejecutarlo por encabezar los movimientos rebeldes.
Amaru enterado de la existencia de un importante Corregimiento en Sorata, planeó sitiarlo para lograr derrotar al Corregidor de ese entonces, Sebastián Segurola. Para entonces Sorata era una importante ciudadela de la Corona Española, donde se habían instalado importantes familias españolas. Es así como Amaru decide sitiar Sorata tras la negativa previa a su petición de entrega de la ciudadela. Luego, en el lapso de casi tres meses de sitio, logra construir una "cocha" (represa) para inundar la ciudadela. El desenlace de esta parte histórica fue trágica pues Amaru junto a sus huestes, tras la inundación, saquearon e incendiaron todo el pueblo, empezando por la casa de Corregimiento y poniendo posteriormente la ciudadela en manos de los denominados "rebeldes" de origen aymara.
En este levantamiento de los ayllus de Aricaxa o Larecaja ha participado el Dámaso Concha que fue un líder indígena de esa época que batallo contra el despojo de tierras, tributo indígena, la encomienda y trabajos de servidumbre que existía en las haciendas y minas efectuados por la Corona Española atravez de Corregimiento de Larecaja.
4.4 EL AYLLU AÑILAYA DURANTE LA COLONIA Durante la colonia el ayllu Korwari es cambiado el nombre y se denomina Ayllu Añilaya que proviene de dos voces "Jaya" significa lejos y "Alaya" significa arriba, además la población que se concentró en la parte alta ya se concentra en la parte media del ayllu donde las condiciones climáticas del medio son favorables.
De acuerdo a los documentos que existe en el ayllu añilaya, corroborados por los documentos de San Pedro de Quiabaya y del corregimiento de Larecaja, se evidencia que aproximadamente por los años de 1560 los ayllus de los valles de Larecaja entre ellos añilaya sufren el despojo de sus tierras por parte de los conquistadores españoles que otorgados por la Corona española a través de Real Caja de la ciudad de La Paz y parte del Cuzco que existía en esa época. Que en fecha veinte tres de Febrero de mil seiscientos cincuenta y ocho el Sargento Mayor Rodrigo de Mendoza previa presentación de los Títulos y Recaudos TOCANTES A LA ESTANCIA LLAMADA AÑILAYA Y TIERRAS DE SACASACANI solicita al Juez visitador General Don Jerónimo Luis de Cabrera para que le otorgue el derecho propietario de la hacienda que posee hace setenta años atrás.
Posteriormente, el Juez visitador traslada los documento a los alcaldes e Hilacatas de los ayllus de añilaya para que aleguen lo que les convenga y se presenten al otro Juez Visitador cualquier agravio si es que ello haya tenido en las ventas y composiciones hechas entre visitas antecedentes para que los remedie restituya las tierras que manda su Majestad en las Reales Cedulas y providencias que están cometidas y con los que les concediera y proveyera el remedio conveniente a si lo demanda.
Finalmente, las tierras de ayllu añilaya, Jurisdicción de San Pedro de Quiabaya provincia y corregimiento de Larecaja , a los seis días del mes de Marzo de mil setecientos cincuenta y ocho años, El General don Jerónimo Luis de Cabrera, Juez Visitador de remedida venta y composición de tierras desagravio de indios en esta y las demás providencias comprendidas en la Real Caja de la ciudad de La Paz y parte del Cuzco, por su Majestad que Dios guarde en ejecución de lo que tiene proveído en el aviso antecedente y presentes el Sargento Mayor Rodrigo Hurtado de Mendoza, dueño de esta estancia y Francisco Vargas Mozo, por los linderos de la estancia, chacras que posee llamado Artezani y Juan de Escobar del Campo interprete General de esa visita, el Capitán Alonzo Pizarro, medidor de esta visita con un cordón de veinticuatro varas de Largo y demás instrumentos de su oficio, hizo la medida de la otra estancia debajo de los linderos están usando el otro Sargento Mayor Rodrigo Hurtado de Mendoza las otras partes indicadas en la forma y manera siguiente: Comienza desde el rio grande de soque que baja de los altos de añilaya por la parte de donde descabeza una cuchilla de peñoleria y derrumbadero llamado UNKITA CIRCA, por la cual hacia arriba y su cumbre, continua este deslinde al lado izquierdo tierras pertenecientes a la estancia de Sumuren (Sumucu) que poseía Don Lorenzo de Burseña, restituida en esta visita a los Jusupacas de Quiabaya y siempre por la cuchilla arriba y sus cumbres prosiguió hasta el alto de Nazacara y siguiendo serranías y cumbres más altos y cerros nevados, fue a dar a una laguna llamada Guallatiri (Jurihuani) que es de donde nace el otro rio grande de Soque y Añilaya y cogiendo otra cumbre que le sigue sobre mano derecha, llega este deslinde a la apacheta chucho y SUS VERTIENTES DEL LADO IZQUIERDO, pertenecen a la chacra de Lambaya de Doña Isabel de Mollinedo, y desde otra apacheta se fue bajando por la loma de LIMILAYA, lindando al lado izquierdo con tierras de la Iglesia de Sorata, pasando por unas lagunillas Fequeteque o Lequeleque y siguiendo la cumbre de la loma consecutiva, se llega al alto de Lipiri y de aquí lindando con las tierras de la chacra de Moyabaya, continuo siempre por la cumbre a dar a MULLUPONGO que es hasta donde llega los linderos de la chacra de Moyabaya y de a que vuelto el rostro hacia el otro rio de Soque, dejando al lado izquierdo las chacras y estancias de Artezani, fue bajando por una cuchilla llamada de Artezani y por otro nombre limilaya hasta donde descansa El rio grande de Soque, dando hasta aquí con otra chacra de Artezani y prosiguiendo con esta medida al otro rio de soque hacia abajo, llega a donde en el descabeza en la otra banda el nombrado UNKITA CIRCA que es donde se dio principio y da fin a esta medida, habiendo dejado incluso en ellas, todas las tierras y vertientes que corren al lado derecho, por las partes y parajes referidos, debajo de la cual, declaro al otro medidor fallar conforme a su arte y oficio: ciento noventa y cinco mil trescientos trece cordeles y medio, cuadrados de a veinticuatro varas por lado cada uno, que hacen cuatro leguas y media, dando a cada una , cinco mil varas por lado y la media compone un paralelogramo de uno en largo y media de travesía, que son dos medias leguas cuadrados y reducidos todo a fanegadas, son dos mil setecientos y doce fanegadas y media y seis almudes y trece cuartos de estos, de tierras en que se puede sembrar las cuatro fanegadas de ellas y lo demás restantes que son dos mil setecientos y ocho fanegadas y media y seis almudes y tres cuartos de esto, se forman de pasto para crianza de ganados con algunas asperezas por ser serranía muy levantada y en parte frígida, donde cada fanegada de las referidas ciento cuarenta y cuatro varas de frente, por doscientos ochenta de largo, que es la medida general de que se usa en estos reinos y esto dijo hacer bien y fielmente a su leal saber y entender, sin dolo, coacción ni engaño, ni agravio conocido contra ninguna de las partes interesadas, bajo el juramento que tiene fecho en su aceptación y que de nuevo hace la cruz y a Dios en forma de derecho(Documentos de Archivo de Añilaya,1658).
Después de la creación de la República de Bolivia el 6 de Agosto de 1825, el presidente Bolívar a quien Bolivia le debe su nombre, promulgo ciertos decretos, entre los más importantes se encuentran los que favorecieron a la población indígena, "en cuyo beneficio ordenó el repartimiento de las tierras de comunidad a razón de cinco mil varas cuadradas por persona en terrenos regados y pingues, y del doble en terrenos inferiores, hasta el punto de que no quedase indio alguno sin su lote de tierra". Vedó la prestación de servicios personales sin previo contrato e impuso el pago de jornales en dinero para cortar el abuso del pago simbólico en especies u otras compensaciones de pura astucia. Declaró la abolición del "tributo colonial" que pagaban los indígenas, por considerarlo como degradante e injusto (Guzmán, 1976). Medidas en donde la igualdad y la ciudadanía eran los conceptos centrales, estos, importados de los enciclopedistas y de la revolución Francesa, guiaban las políticas de los incipientes Estados Latino- americanos. De esta manera los decretos Bolivarianos, que pretendían imitar las políticas liberales de Europa, persiguieron el establecimiento de la propiedad privada, particularmente campesina y la dignificación de los indígenas a partir de su reconocimiento como ciudadanos (Urquidi, 1982). Así encontramos los decretos de Trujillo y Cuzco, posteriormente ratificados en Bolivia:
1º La constitución de la propiedad privada campesina; 2º La supresión del servicio personal; 3º La institución del salario; 4º La abolición del tributo indígena Con relación a la importancia de estas premisas, se ha tenido la necesidad de constituir, precisamente los principios básicos en que se sustentaría la Reforma Agraria de 1953, que abordaremos más adelante y además fue necesario que transcurriese cerca de siglo y medio para que las ideas bolivarianas en materia agraria adquieran realidad y vigencia (Urquidi, 1982). En efecto y desde una visión invectiva Turpo Choque huanca cuestiona estos planteamientos y señala que el-advenimiento de las repúblicas independientes de América Latina introduce la concepción del individuo como sujeto de derecho por naturaleza propia, que en lo sustantivo no cambia el ordenamiento normativo confesional, pues se institucionalizará las diferencias desde la perspectiva del pensamiento constitucional occidental de John Locke en desmedro de las comunidades andinas ahora denominadas indígenas. Además que viene a ser el Francisco Vitoria de la nueva fase colonial en territorio ancestral de las grandes civilizaciones maya azteka y Tawantinsuyana del continente del Abya Yala América (Turpo, 2005)
Aunque estas políticas de la post- independencia con relación a los llamados indígenas no fueron del todo acertadas, como lo plantea Turpo; el reconocimiento del indígena como ciudadano, para Bolívar significó solamente un justificativo discursivo de la independencia. El libertador había eliminado (teóricamente) el impuesto indígena mediante la firma de unos celebres decretos aboliendo el mismo. Siendo en 1825 los llamados indígenas declarados iguales en derechos a otros ciudadanos, y suprimido el tributo o contribución indígena, Considerada por los indígenas como un "pacto de reciprocidad" con el Estado español y una garantía para conservar sus tradiciones y formas de organización de vida, relativamente autónoma, en los ayllus. Bolívar pensaba transformar a los miembros de las comunidades indígenas en modernos propietarios agrícolas, liberados del yugo retrogrado que para él representaba el ayllu (Schelchkov, 2011). El decreto liberador e igualador de Bolívar en Trujillo, propiciatorio de la propiedad individual para todos los originarios, fracasó prontamente por falta de ejecutores (Guzmán, 1976). Pues el decreto quedo sobre el papel, y durante cincuenta años esta contribución económica de un sector tan importante al que se negaba participación política, siguió siendo la principal fuente de ingresos para el fisco, llegando algún año al 56% de los ingresos totales, y poco a poco los nuevos dueños del país fueron apoderándose de nuevas tierras de ayllus, primero en la legislación y después en los hechos" (Albó- Barnadas,1990). Esta situación de recaudación es puntualizada por José María Dalence quien en su descripción plantea que -la contribución de los ayllus indígenas se recauda por los Gobernadores de las provincias auxiliados de los corregidores de los cantones y alcaldes de campo, por consiguiente la división del territorio de la república para este objeto, es la misma que para su régimen político. A los gobernadores se les paga el 3 por ciento, y a los corregidores el uno sobre lo que recaudan (Dalence, 1851). En este entramado, los nuevos gobernadores, prefectos y alcaldes, ponían sus ojos en la propiedad de la tierra y el trabajo cobraría también importancia, pues el nivel de producción sería el equivalente de la contribución de los llamados indígenas. Pues en la gran mayoría de las regiones rurales de la naciente Bolivia, existían todavía comunidades andinas cohesionadas por el ayllu. En muchas zonas del altiplano era la única forma de organización agrícola (Schelchkov, 2011) Esto es justificable porque el territorio donde descansa la actual Bolivia, desde antes se había constituido como una región predominantemente agrícola. Por tal cuestión la gran mayoría de habitantes se situaban en las regiones rurales. Según José María Dalence, se afirma que en esta muestra de hegemonía territorial comunal, era determinante al momento de importar el tributo al Estado republicano, y subvencionar su existencia. En 1838 en cinco departamentos del país, en los ayllus libres vivía casi un 70% de la población indígena, en 1853 era un 73% y en 1877 se acrecentó al 75%. Pero en su calidad de mayoría, los llamados indígenas, por segunda vez habían sido los perdedores de la historia, entraron en un segundogénito sometimiento que se postergo relativamente hasta 1952, y que aún no se visibilizó, hasta la reforma agraria, encaminado irónicamente por el criollaje indigenista Boliviano.
Contradictoriamente los llamados indígenas se tornaron en entes vulnerables frente al nuevo Estado republicano que se mostraba en su aspecto caudillista y militar a fin a políticas de orden conservador, afín a la paradoja señorial-colonial con relación a la cuestión agraria (Zabaleta, 2008).
En este sentido no existió norma legal, como lo hubo en la colonia, sobre la posesión comunal del ayllu. Este vivió autárquicamente en las ruralidades de la república, después de desaprobadas las tierras comunales de los ayllus, pasaron a ser nuevamente colonizadas. Los indígenas propietarios, que por su analfabetismo no consiguieron títulos y nada que acredite su posesión, fueron nuevamente desplazados. Así, los decretos de los años veinte del siglo XIX, decidieron que la tierra pertenecería en propiedad al originario que la cultivara, los que no tenían tierra debían recibir parcelas de la que no había sido repartida. Así mismo y durante todo el periodo comprendido entre (1825-1840) la comunidad andina resistió el decreto inicial de Bolívar y Sucre de vender las tierras baldías, muchas de las cuales eran empleadas por los llamados indígenas como tierras de reserva o pasto, y que conformaban parte del sistema agrario del altiplano boliviano. ´Se proponía dividir la tierra labrada entre los campesinos e instaurar la propiedad privada, lo que según los indígenas constituía una intromisión a todo el estado de la comunidad andina´ (Schelchkov, 2011). En todo caso, estas leyes que empotraban una nueva lógica a la tenencia y administración de la tierra se convirtieron en una permanente preocupación para los indígenas, pues estos, debieron reaccionar ante una imposición de la contribución de rentas, que el 22 de diciembre de 1825, Bolívar introdujo, y que incluía la renta a la tierra. "Todos los ciudadanos de 18 a 60 años, menos los militares, clérigos e inválidos, debían pagar un impuesto personal de tres pesos anuales, el 4% sobre sus rentas si eran de procedencia agrícola y el 3% si eran de actividades urbanas" (Schelchkov,2011). Este hecho significo críticas por parte de criollos y caciques que se resistían a dichas medidas, porque limitaban sus privilegios, lo que los llevo a manipular a la masa de indígenas que vivían al resguardo de los limitados caciques en el ayllu y criollos en las haciendas, con la premisa de restablecer el tributo que antiguamente pagaban a la corona española. Pero en realidad, el peso fiscal sobre la economía indígena podía aumentar con el nuevo sistema implantado, no obstante, lo más peligroso era el rompimiento del pacto de estabilidad existente entre las autoridades y los ayllus, y que el tributo consagraba, dando ciertas garantías a los fueros de la comunidad indígena. La oposición a la reforma fue general Increíblemente el tributo que pagaba el ayllu en la colonia fue restituido. Como lo señala William Lee Lofstrom, (1979), nos muestra que aquellos sucesos emanaron que -el congreso, después del veto presidencial sobre la ley que restablecía el tributo, acepte la variante del compromiso que Sucre había firmado el 2 de agosto de 1826. El tributo fue restablecido, pero con el derecho reservado del gobierno de cancelarlo en 1827 si las circunstancias lo permitían (cit. en Schelchkov, 2011). Esta situación no se modificó hasta la llegada del presidente Andrés de Santa Cruz quien bajo una ley del 28 de septiembre de 1831, declaraba que la propiedad de los originarios contribuyentes de los terrenos en cuya pacifica posesión se hayan mantenido por más de diez años (Urquidi, 1982). Por otro lado, el tributo fue restaurado, acabando con el experimento radical de la reforma fiscal que ni siquiera había comenzado a realizarse. Desde entonces los indígenas podían vender sus tierras solamente a los indígenas tributarios. Por lo que el objetivo del entonces presidente Santa Cruz, fue restaurar las estructuras del sistema fiscal de la época colonial para poder afianzar los ingresos del presupuesto del Estado. En 1839 fue prohibida la compra-venta de las tierras de las comunidades indígenas, lo que constituía una garantía más para la conservación de los ayllus. La tierra de los ayllus no se ofrecían en venta en el mercado libre y las instituciones de la comunidad se protegían por ley. (Schelchkov, 2011)
Por otra parte, con referencia a los propios ayllus, otra medida que encontramos en estos años, se encuentra en una "circular del 14 de diciembre de 1842", expedida por el presidente de aquel entonces Gral. José Ballivián, en donde se expresa; los miembros de la comunidad o indígenas "originarios", son declarados simples enfiteutas de las tierras que poseen, en cuya virtud no se les reconoce sino el dominio útil de tales tierras, ya que el dominio directo de ellas corresponde al Estado, entidad a la cual deben pagar, en consecuencia, el respectivo canon por concepto de usufructo (Urquidi, 1982). Medida que estuvo inspirada en los inmigrantes unitarios argentinos, y llevada adelante por la reforma agraria argentina propuesta por Rivadavia, emitiendo así, uno de los primeros decretos de emphitéusis en la región (Schelchkov, 2011). Esta medida, emitida por Ballivián, no fue incorporada sino hasta 1844. En donde todas las tierras de los ayllus se declaraban propiedad del Estado y los comunarios mismos se convertían en poseedores temporales o arrendatarios de sus propias tierras. Para el caso Boliviano el Estado tiene la facultad de adjudicar las tierras vacantes a favor de otro indígena, así como la de distribuir las fracciones que se consideran sobrantes de las comunidades (Urquidi, 1982). Esta circular convertida en decreto de emphitéusis por Ballivián creaba las premisas jurídicas para eliminar el ayllu y expropiar a los comunarios. Este decreto tuvo la misma suerte que la reforma de Bolívar: no fue realizada, pero sentó las bases legales para la venta masiva de las tierras comunales durante la administración de Melgarejo en los años 60 (Schelchkov, 2011). En otra descripción de José María Dalence, para el año de 1840, en su estudio estadístico, estimaba alrededor de 621.468 indígenas que todavía vivían en ayllus (aproximadamente 138.104 familias). Los comunarios se subdividían en tres categorías fiscales. La principal figura del ayllu era el "originario", que era el mayor pagador al fisco: su tributo alcanzaba a nueve pesos y siete reales anuales. Se indica también que existían para esta tradición en cuanto a la usanza de las tierras por el indígena continúo hasta la llegada de uno de los regímenes militaristas más observados. Bajo la administración del General Mariano Melgarejo con la más clara muestra y el nivel más alto de desterritorialización, se manifestó en contra de las comunidades andinas y del ayllu. Para (Guzmán, 1976) regresa con fuerza la lógica servil, en donde, ´los terratenientes de la republica eran los sucesores legales de los conquistadores que se repartieron fincas con indios por merced real¨. De esta manera se consumaba el atentado de desconocer a los indios su derecho originario de propiedad, echando sus tierras a subasta con el sello autoritario de los partidarios del régimen la gazuza fiscal se lanzó sobre las tierras de los humildes. Al amparo de la ley de 28 de septiembre de 1868 se operó la reversión al Estado de todas las tierras de origen y comunidad. En seguida, mediante adjudicaciones por consigna se hizo lo que Casto Rojas llama "la dilapidación más lastimosa de las tierras de comunidad" haciendo observar que el pago del precio se hacia la mayor parte en papeles fiscales y solo una quinta parte en dinero` (Guzmán, 1976). Después del atentado, la caída de Melgarejo fue inminente, el gobierno siguiente mediante una ley de 1871 anula las ventas y adjudicaciones, pero el estrago no se repara del todo, aún existía una fuerte resistencia en dejar las tierras comunales de los ayllus que habían pasado a manos del señor latifundista. En este drama tres años después en 1874 se dicta la ley de ex- vinculación de las tierras de comunidad, como una resonancia tardía del decreto bolivariano, con medidas prudentes de tuición y garantía para los casos de enajenación. Hasta educar e instruir al indio había que ir tratándolo como a incapaz e interdicto. En la práctica la imposición de la propiedad individual fue frustrada por la resistencia de los caciques para conservar sus privilegios de explotación y mando dentro de la propiedad colectiva. Nunca hubo renuncia de la masa indígena a la propiedad individual, ni tampoco celo administrativo para imponerla por la buena razón. Hubo indolencia. En contraste el ayllu en este periodo sobrevivió al despotismo militar, y se abrió a una situación política que caracterizó su continuidad por una segunda vez. No sería nuevamente transformado hasta la llegada de la revolución de 1952 y la creación de los primeros sindicatos agrarios durante la revuelta en Ucureña en 1953.
5.1 EL AYLLU AÑILAYA DURANTE LA REPUBLICA
Durante la república, las tierras del ayllu añilaya es transferido al Harrizon y Battger que fueron los nuevos hacendados o patrones de la finca añilaya, en ese entonces los habitantes eran: Dámaso Concha (Padre), Hilarión Concha (Hijo) y Fermín Concha (Nieto) que labraban la tierra y servían el tributo al patrón.
En esa época el hacendado les sometió a trabajos inhumanos hasta esclavizarlos a los habitantes del ayllu hasta que algunos se fueron a otras poblaciones cercanas por el abuso cometido por parte del potentado (Patrón).
En fecha 15 de abril de 1914, los terrenos del ayllu añilaya es transferido a la Señora Raquel Barragan Viuda de Mueller.En ese entonces los habitantes del ayllu afanaban la agricultura y crianza de animales para el hacendado (Patrón), donde ellos no tenían el derecho propietario de las tierras que trabajaban, solo trabajan a cambio de algunos productos agrícolas, pero muchas veces las personas que no les parecía bien al hacendado (Patrón) fueron echados como animales de esos ayllus.
Por eso, en la época de la hacienda los habitantes del ayllu fácilmente fueron echados y andaban de un ayllu a otro en busca de trabajo. En aquel tiempo los colonos que Vivian en añilaya y que fueron trabajadores del patrón son: Fermín Concha, Celestino Cruz, Gregorio Huaygua, Pedro Nina y otros.
Aproximadamente, por los 1920 se descubre los yacimientos mineralógicos dentro del ayllu añilaya, donde se implementa la empresa minera San Pedro y la Empresa Minera Aida con la explotación de plomo y otros minerales (Entrevista a personas mayores, 2014).
En el marco de la Revolución Nacional de 1952, como un imperativo revolucionario propio del contexto histórico de la época, el proyecto de Reforma Agraria había sido pensado como un acto de justicia destinado a liberar al indio de su condición de siervo e incorporarlo a la vida ciudadana del país. Para garantizarle esa libertad, había que dotarle de una base material: la tierra y la tierra debiera ser para quien la trabajara.
Es por ello que la abolición del latifundio y las formas de explotación de servidumbre significaban el acabose del sistema feudal. El propio Decreto Supremo 3464, emitido el 2 de agosto de 1953 por la administración del presidente Víctor Paz Estenssoro refiere explícitamente ese propósito, en tanto: "los campesinos que hubiesen sido sometidos al régimen de trabajo y explotación feudal (en su condición de siervos, obligados, arrimantes, pegujaleros, agregados, forasteros, y otros) son declarados propietarios de las parcelas que poseen y trabajan". (D. L 3464. Art. 78: 1953).
Relacionado al hecho de que la tierra en manos de la clase feudal era, antes que un medio de producción, un instrumento de especulación, percibiendo adicionalmente una renta a costa del trabajo de los campesinos. Como resultado de la aplicación de la Reforma Agraria, el principio de la tierra es de quien la trabaja tuvo la virtud de anular un sistema inhumano de percepción de la renta a través de la renta en trabajo y especie".
Ese principio, concluyen los autores mencionados- "fue incorporado en la Constitución Política del Estado de 1961 y a un se mantiene su vigencia, el mismo que dispone que el trabajo es la fuente fundamental para la adquisición y conservación de la propiedad agraria (Art. 166).El trabajo es la fuente de adquisición de la propiedad durante el proceso de saneamiento, y no así concluido éste, momento en el cual la tierra es subastada o dotada y este principio ya no permanece vigente. Sin embargo, continúa siendo válido para la conservación de la propiedad, durante y después del saneamiento, el cual se verifica a través del cumplimiento de la función económico-social". (INRA, 2008)
6.1 El AYLLU EN LARECAJA DESPUES DE LA REFORMA AGRARIA
Después de la promulgación de la Ley de la Reforma Agraria de 2 de Agosto de 1953 en Ocureña (Cochabamba), los Ayllus y Markas que estaban sometidos a las haciendas se convierten en Sindicatos Agrarios, Subcentrales y posteriormente aparecen las Centrales Agrarias y Federacion Sindical Unica de Trabajadores Campesinos Agro Minero de la Provincia Larecaja. Estas organizaciones sociales aparecen con el apoyo de los partidos políticos como MNR, PIR ((Antezana y Romero, 1968).
Estas organizaciones sociales llegaron al escenario solamente con la reforma agraria de 1953; los ayllus, markas y autoridades originarios siempre existieron desde los tiempos de pre inca. Sabemos que el sindicato no es legítimo en nuestro territorio del ayllu; el sindicato es como una organización occidental impuesta (en 1952) en nuestro país.
En los sindicatos los partidos políticos toman todas las decisiones desde arriba; nuestros hermanos(los dirigentes sindicales campesinos) son como sus títeres (cit. en Andolina, Radcliffe y Laurie, 2005)
Los ayllus de Larecaja, en fecha 16 de Diciembre de 1964 en un Tantachawi realizado en Guanay Segunda Sección de la Provincia Larecaja se reconstituí el Consejo de Autoridades Originarios de Suyu Larecaja, esta organización está afiliado al Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu Bolivia(CONAMAQ-B). Esta organización se reconstituye frente al sojuzgamiento, marginación, exclusión y discriminación a los Ayllus, Markas que existe en la provincia Larecaja, primero por el régimen colonial, luego por el republicano del Estado boliviano y actualmente por las organizaciones de Tupaj Katari creado después de 1953.
El Consejo de Autoridades Originarios de Suyu Larecaja tiene la finalidad de restituir sus tierras comunitarias que han sufrido el despojo y la usurpación por parte de los invasores 6.2 EL AYLLU AÑILAYA DESPUES DE 1953 Después de años de sometimiento, el año 1956 el ayllu añilaya formaba parte del sindicato Agrario de la comunidad de Cotañani, Liriuni donde el Secretario General fue Rufino Carbajal y relación Elías Concha Bonilla de añilaya donde pertenecían al Sub Quiabaya donde la autoridad máxima fue Eugenio Vargas, por la distancia de asistir a las reuniones mensuales a la comunidad de Cotañani, el ayllu añilaya se separa y se reorganiza como sindicato agrario dependiente de subcentral Quiabaya en el año 1957, con el propósito de solicitar la dotación de tierras a la Propietaria Raquel Barragan.
En el año 1958, el Secretario General del sindicato agrario añilaya, el señor Exalto Apaza Concha presento la demanda de dotación de tierras a favor de los colonos a la propietaria Raquel Barragan Vda. de Mueller en la Oficina de Ex Consejo Nacional de Reforma Agraria.
Después de nueve años de lucha intransigente ,los habitantes de añilaya a través de la resolución suprema No.139945 de 2 de Agosto de 1967 fueron dotados los siguientes colonos con Títulos Ejecutoriales :Exalto Apaza Concha (0,70 Has), Venancio Quispe (1,78 Has), Benedicto Concha(1,04 Has), Lucas Salcedo Mamani (1,35 Has), Laureano Mamani Suxo (1,04 Has), Santusa Kama de Carbajal(0,56 Has), Segundino Concha Bonilla(0,94 Has), Francisco Apaza Mamani(0,60 Has), Elías Concha Bonilla(0,6 Has),Luciano Mamani Salcedo (1,6 Has), Rumaldo Quenallata Parí(0,10 Has),Juan Salcedo Mamani(1,00 Has).Además se tiene el plano de replanteo de la propiedad añilaya que tiene una superficie de 2100,00 Hectáreas. Las colindancias del plano de replanteo de la finca añilaya son las siguientes: Hornuni pampa, Kari karini pampa, Mollo puncu, Sayhuani Loma, Morocollo, Leche kota punta, Korihuani, Gallo Cunca,Cerro Sililicani,Alto Nazacara, jiska Fhasallpata. (Expediente No. 6566 de Añilaya INRA, 1958).
VII.RECONSTITUCION DEL AYLLU ORIGINARIO AÑILAYA
Con la promulgación de la Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, a los siete días del mes de Febrero de dos mil nueve años, en su artículo dos señala claramente la existencia pre-colonial de las naciones y pueblos indígena originario campesino y su dominio ancestral sobre sus territorios se garantiza su libre determinación en el marco de la unidad del estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus entidades territoriales, conforme a esta Constitución y la ley.
Fuente: Fotografía propia
Después de 56 años y seis meses de la vida del sindicato Agrario,en fecha 12 de Julio del año 2014 la Comunidad Indígena Originaria a través de un Jacha Tantachawi Orgánico en presencia de Tata autoridades: Hermanos Celestino Ticona Rojas Comisión Derechos Humanos de CSUTCB, Jhonny Huanca Espejo Comisión Genero y Juventudes de Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu Bolivia (CONAMAQ-B), Angelino Cruz Paxi Comisión Tierra Territorio de CONAMAQ-B, Francisco Calle Condori Mallku Arquiri de Consejo de Autoridades Originarias de Suyu Larecaja.
Que, por mandato de la magna asamblea y amparados por disposiciones vigentes, se reconstituí el ayllu originario añilaya, conforme a los artículos 2, 30, 190, 191 y 192 de la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, también congruentes con los artículos 1, 2, 3, 14 y numeral 1, de la Declaración de las Naciones Unidas . sobre los derechos de los pueblos indígenas; el Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), ratificado por Bolivia mediante ley No 1257 del 11 de julio de 1991 y la ley No 031, Marco de Autonomías y descentralización "Andrés Ibáñez" y la Ley 073 de Deslinde Jurisdiccional Indígena Originario Campesino.
Fuente: Fotografía Propia
Que, actualmente el ayllu originario Añilaya cuenta con un directorio conformado por los siguientes cargos y carteras:
CUADRO No. 4 DIRECTORIO DEL AYLLU
No. | NOMBRE Y APELLIDO | CARGO | |||||||
1 | Jaime Luis Álvarez Concha | IRPIRI MALLKU | |||||||
2 | Luciano Mamani Salcedo | ARQUIRI MALLKU | |||||||
3 | Hernando Concha Machaca | MALLKU QUELQQIRI | |||||||
4 | Julio Carvajal Cama | MALLKU QULQUEBOTIJA | |||||||
5 | Isidro Mamani Quispe | MALLKU FALJIRI | |||||||
6 | Mario Concha Machaca | MALLKU PROYECTO QUELQQIRI | |||||||
7 | Esteban Concha Apaza | MALLKU HUMAKAMANI | |||||||
8 | Cirilo Iturry Mamani | MALLKU YANAPIRI |
Fuente: Elaboración propia
Actualmente esta organización cuenta con acta de reconstitución, Estatuto Orgánico y Reglamento Interno, Resolución de Reconstitución, Resolución de afiliación, y está afiliado al Consejo de Autoridades Originarias de Suyu Larecaja Dependiente del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu-Bolivia (CONAMAQ-B), que es afiliado a la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), una red de organizaciones indígenas de Bolivia, Ecuador, Chile, Colombia y Perú(Estatuto Orgánico y Reglamento Interno del Ayllu Originario Añilaya, 2014)
Fuente: Fotografía Propia
7.1 ORGANIZACIÓN SOCIAL, POLITICA, ECONOMICA Y CULTURAL DEL AYLLU La organización social, política y económica del ayllu está constituida de la siguiente manera:
7.1.1 ORGANIZACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA Actualmente el ayllu está organizado de acuerdo a patrones socio-culturales ancestrales:
IRPIRI MALLKU Es una autoridad más ligada a la vida social del ayllu; Viene de las palabras aymarás "Irpjaruri", lleva hacia adelante; "Mallku", sinónimo de la autoridad principal Ayllu.-Está conformado por las familias y/o saphis Marka.-"Es la agrupación de ayllus que componen una Marka" Suyu.-Esta división socio-geográfica contiene varias" markas". La provincia "Larecaja" y otros pueblos andinos que incluyen en su topónimo el morfema "suyu" 7.1.2 ECONOMICO –RELIGIOSO Y CULTURAL a) ECONÓMICA La base de la economía del ayllu es el cultivo de la papa del cual existen varias variedades además producen oca, papaliza, críaza animales como la oveja, Llama, Vacuno, estos animales le sirven de carga, de su carne, su lana b) RELIGIOSIDAD. Los habitantes del ayllu son seres religiosos, tiene un sentido mágico-religioso. Todo, hasta las piedras, son moradas de distintos dioses. Por ello, al estar en armonía con la naturaleza, está en armonía con las deidades que bien pueden proteger y ayudar al hombre, como pueden ocasionarles grandes calamidades.
Las familias se esfuerzan por agradar a las divinidades por que esperan que en la misma medida estas le retribuyan. Sus rituales son solemnes, complicados y en ellos hacen grandes ofrendas de diversos tipos. Uno de los sacrificios de más antigua raigambre y mayor importancia, es la que se le hace a la Pachamama (Madre tierra) ofreciéndole una o varias sahumerios.
En toda ceremonia son imprescindibles algunos elementos rituales como alcohol y coca. Esta es una hoja sagrada y un elemento asociado al hombre desde épocas remotas.
Pacha mama, es la diosa de la fecundidad y madre de todo lo existente sobre la faz de la tierra.
Wari, es el dios del ganado. Su misión principal sobre la tierra, es cuidar los rebaños de alpacas, vicuñas y huanacus. Waira, dios del viento que gobierna sobre los vientos. Trae lluvia para la siembra y aleja el granizo.
Achachilas, (ancianos sagrados de los andes eternos). Illampu, Chuchu apacheta,Salcipo, Sayhuani, y otras montañas altas nevadas ocupan sitios de honor entre los dioses de la antigüedad Supaya, genio masculino y femenino que puede ser positivo o negativo. La parte negativa se identifica con el diablo.
Khunu, dios de la nevada y la helada. Su tarea principal es cubrir de nieve las altas montañas y conservarlas en su estado congelado para que en el curso del año se deshielen formando ríos y lagos prodigando con sus nutrientes y energía al ecosistema Mallku-Kunturi, en quechua-aymara Khunu=nieve, tura-hermano (khunutura) hermano de la nieve. Este dios de las altitudes, es el principal mensajero de los "achachilas"; su vuelo es interpretado por los aymarás para presagiar el presente y el futuro.
Illapa, es el dios de las tormentas eléctrica, llamadas también, "rayos". Con su poderosa carga de energía abona energía y nutrientes a la tierra; y cuando una persona es alcanzada por este rayo está destinado a ser un gran "yatiri". Illapa también es venerado con el nombre de "Tata Santiago".
Eqeko o Ekako, es el dios de la abundancia que multiplica todo aquello que se le encomienda Anchancho o Sajra, son genios malignos, por lo tanto, son temidos por todos los habitantes de los ayllus.
Wak"a, sitios u objetos sagrados donde se realizan ceremonias rituales. Los "apachetas", también son sitios ceremoniales.
Illa, amuleto, talismán con poderes sobre naturales, fabricados de hueso, metal, arcilla, madera, piedra, lana, cuero, con representaciones zoomorfas, antropomorfas y otras formas. Cada una de estas illas sirve para traer suerte, amor, dinero, poder, salud y buena vida. Los portadores fluyen un magnetismo positivo c) COSTUMBRES, VESTIMENTA Su vestimenta varía de un lugar a otro, a si en el valle, la mujer emplea una vestimenta de color nogal que la teje de lana de llama, el varón usa poncho nogal, un pantalón ajustado y sacón colgado que se alarga hasta los pies en forma de envoltura ceñido a la cintura con una faja y ambos calzan abarcas.
d) DANZAS Y RITOS. En el mes de agosto se hace la wajta para tener buenas cosechas, además para evitar la muerte de animales
VIII. LUGARES SAGRADOS Y TURISTICOS
El ayllu originario añilaya tiene lugares sagrados y atractivos turísticos ubicados en diferentes lugares.
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