Influencia de la televisión en los niños y niñas peruanos (página 2)
Enviado por Cabrejos Casta�eda Liliana
Los medios de comunicación social o de masas, deben cumplir ciertas condiciones para que la comunicación sea efectiva:
- Deben ser concebidos en tal forma que capten la atención de aquel a quien está destinado
- El mensaje debe emplear signos y símbolos que pongan al emisor y al receptor frente a experiencias comunes, pues en caso contrario no se transmite el significado.
- El mensaje debe corresponder a las necesidades de la personalidad del receptor y sugerir los medios para satisfacerlos, apropiado a la situación del grupo.
Los medios de comunicación masivos son instrumentos que hacen posibles las relaciones ente los hombres, sea espacial o temporalmente distantes los unos de los oros. En los cambios de tipo social, la interacción y la comunicación se presentan como una constante de las relaciones que los hombres contraen para satisfacer y lograr metas comunes.
En la sociedad moderna se registra la presencia de los medios masivos de comunicación como resultado de la industrialización y de los avances científicos, económicos y tecnológicos.
El proceso técnico de los medios masivos ha ocurrido al ritmo de la creciente necesidad de comunicación que ha venido experimentando la sociedad desde la creación de la imprenta hasta la aparición de la televisión, teniendo, entre ambas, la creación de la radio y del cine.
Estos medios masivos podemos clasificarlos en:
- Los de palabra y la imagen impresa (periódicos, semanarios, diarios, revistas, libros, folletos, historietas cómicas, etc.) que se dirigen al sentido de la vista.
- La radio, que se dirige al sentido del oído
- La televisión y el cine que se dirigen a los sentidos de la vista y el oído.
Todos los medios masivos están interrelacionados y, a pesar de ciertos detalles técnicos diferentes, todos tienen algo en común: el Transmitir información.
Además de tener una función informativa o de tipo publicitaria, estos medios son los instrumentos que recogen e influyen en el comportamiento social, tanto individual como grupal, constituyéndose en importantes agentes de socialización.
En relación con el niño, se ha demostrado, que los medios de comunicación llegan a formar parte de su mundo desde que es pequeño y, a medida que crece le absorben más y más horas del día.
1.2 LA TELEVISIÓN
El mayor acontecimiento, en relación con la cultura, tanto artística como intelectual, en el campo de la comunicación de masa, ha sido el desarrollo de la televisión.
Si se considera la televisión como un fenómeno de tipo social p psicológico, las ciencias se ven en la necesidad de resolver tres problemas fundamentales: analizar sus características principales, examinar su campo de comunicación y los procesos que incluye y, por último, investigar los efectos que produce. [4]
1.2.1 UN MEDIO MASIVO DE INFORMACIÓN
Las definiciones responden a la naturaleza de las cosas y la naturaleza de éstas a la teleología de las mismas. La naturaleza de la televisión depende, tiernos dicho. de las relaciones que predominan en la sociedad, ya que está en una estructura armónica, cualitativa de orden y como un sistema de comportamiento asignado a un fin, es decir, teleológico, en la medida en que se trata de una organización de acuerdo al sentido. Dependiendo de las relaciones que predominan en la sociedad e inserta en una estructura cualitativa de orden, la televisión se constituye, se hace, en la praxis– es una praxis y, como tal, se define en su acción y es esta acción la que determina su naturaleza y la que le pone límites ocasionales. Esto es lo que constituye el ser de la televisión y de los medios, en general. Es una realidad en la que e¡ modo determina el theios, es decir, la manera cómo se ejerce la acción constituye el fin. Al hacer se hacen o, en frase de Jesús Manuel Martínez, al mismo tiempo que actúan se explican a si mismos.
Las posibilidades aquellos brindan en su acción, por tanto, determinan sus propias funciones, y las que se les pueden asignar dependiendo de las aptitudes especiales que gocen para un tipo determinado de expresión o para un conjunto de ellas: la palabra, la música, la imagen, etc. La naturaleza del medio, por tanto, se refleja en su acción, y sus funciones, en las necesidades a las que, de hecho, da respuesta con sus diferentes actuaciones. Dentro de estas funciones, sobresalen, entre otras, las de socialización; la de ser instrumentos de participación democrática y del ejercicio de libertades y derechos; la de modernización y la de sustentadora de intercambios de significaciones y de relaciones entre sujetos con ser real propio, sean individuos o grupos ' la de prestigio, la de reforzar normas sociales, etc. Es decir, una serie de funciones de carácter social y público. De ahí que el medio sea social, masivo y público. Como queda consignado anteriormente, el hecho de que los medios realicen su ser en su actuar, ¡os hace depender de las relaciones existentes en la sociedad y les otorga la cualidad de manifestarlas y, de alguna manera, condicionarlas. Estas relaciones se traducen en elementos continuos de convivencia, ciases sociales, estamentos políticos, equilibrios de poder y tipos de información, etc. Reflejan relaciones sociales, por lo tanto, y pertenencias grupales, al mismo tiempo que originan nuevas relaciones entre individuos y grupos. Juegan un papel catalizador en el que se manifiesta la sociedad: es el lugar en que se encuentran sus valores y sus debilidades, aún los más implícitos.
El hecho de que los medios no sean de comunicación exige no pretender de ellos respuestas a necesidades sociales que requieren para su solución del acto de la comunicación. Invalida, además, toda exigencia que se haga al medio en fuerza de las conclusiones lógicas emanadas de la aceptación implícita y explícita, muchas veces, de que lo sean. Esta afirmación y su correspondiente raciocinio anterior carecerían de significación si, en la realidad, los telespectadores insistieran en que la televisión, durante la práctica de su ejercicio o en la praxis de su acción, debiera establecer los mecanismos necesarios como para que, en cualquier momento, la televisión estuviera disponible como elemento constante y accesible para establecer con ella el acto de comunicación, o para recurrir a ella en busca de respuesta a ¡as necesidades que requieren dicho acto. Parece no ser así, sin embargo. El telespectador no busca respuestas a sus necesidades de comunicación, en los medios. Así lo demuestran distintas investigación.
1.2.2 CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LA TELEVISIÓN
Se pueden indicar en el orden siguiente:
La televisión es el resultado de la convergencia del sonido y la imagen, lo que significa, que emite sus mensajes de manera visual y acústica; el componente visual obliga al telespectador a encontrarse ante la pantalla sin poder prestar atención a ninguna otra cosa que no sea mirar lo que esta ocurriendo en ella. Este casi concentrarse totalmente en una situación explicaría, en parte, el gran atractivo e influencia que ejerce la televisión sobre los individuos, a los que absorbe la mayor parte del tiempo libre con que cuentan.
- Los programas los componen los productores y no los telespectadores. Estos tratan de ofrecer los programas en conformidad con los deseos y costumbres de la vida cotidiana del público aun cuando a veces resulte imposible satisfacer todos los gustos.
- Otra característica de la televisión es que puede retransmitir programas directamente, lo mismo que la radio.
- La televisión es accesible a todo tipo de publico y satisface numerosos deseos y necesidades del hombre, razones por las cuales, despierta gran atención entre casi toda la población.
- Los programas de televisión son vistos, generalmente, en el seno del ambiente familiar.
- El público telespectador es, generalmente, heterogéneo.
1.2.3 FUNCIONES DE LA TELEVISIÓN
Tres funciones básicas cumple la televisión: informar, entretener y difundir cultura. De aquí que las producciones televisivas apunten, en lo posible, a los tres niveles señalados.
Los programas informativos ocupan buena parte de las emisiones de cualquier canal de televisión. Difunden noticias habladas, noticias filmadas y, a veces, noticias "en directo "siendo estas últimas las que más interesan al telespectador, el que, desde su casa, tiene la posibilidad de participar, como espectador, del acontecimiento.
El nivel de programación de entretenimiento se caracteriza por su heterogeneidad: desde films de largometraje, teatro, circo, variedades y concursos, hasta las retransmisiones deportivas y las veladas musicales.
Las emisiones de la televisión educativa pueden ser complementarias o sustitutivas de la escuela y además, los programas pueden proporcionar los recursos necesarios para que la televisión pueda contribuir al despertar definitivo de aquellos pueblos que aún viven en la miseria y la ignorancia.
1.2.4 CLASIFICACIÓN DE LOS PROGRAMAS DE TELEVISIÓN
En el conjunto de imágenes que la televisión nos entrega, es fácil distinguir tres grandes grupos.
En el primer grupo se incluyen aquellas imágenes que nos presentan acontecimientos reales, vivos. A su vez, se puede distinguir en este grupo, aquellos hechos que están ocurriendo al tiempo de presenciarlos y que no pueden ser previstos en cuanto a la forma en que se desarrollan (escenas de guerra, huelgas estudiantiles o laborales, etc.) y aquellos que, siendo también reales, en ciertos aspectos, al ser tomados por la televisión, pueden haber estado previstos, aunque no sean preparados por ésta (es el caso de los desfiles militares, desfiles deportivos, etc.)
En el segundo grupo pueden incluirse los programas en los que intervienen personas reales que actúan en acciones previstas por la organización de televisión (son los espacios divulgadores, los concursos, los juegos, las entrevistas, etc.)
Finalmente, en el tercer grupo, se incluirían todos los demás programas caracterizados por la ficción. Nada de lo que en ellos ocurre es real. Las personas, los decoradores y el texto que hablan los personajes es producto de la imaginación de otras personas (guionista, decorador, productor del programa). A este grupo pertenecen las seriales, las novelas, los films, el teatro televisado, etc.
La continuidad con que se presentan estas emisiones al público, sólo separado a veces por los escasos minutos o segundos de la publicidad comercial, tiende a hacerle perder de vista sus diferencias cualitativas y a considerar el programa como un todo compacto, homogéneo. Una escena de "La guerra de los seis días", en la que se ven caer soldados reales en el campo de batalla, puede estar precedida o seguida por un flim de guerra en el que los actores simulan un combate.
Sin embargo, la consecuencia más grave que ven los críticos, es que incluso las personas que siguen distinguiendo la realidad de la ficción terminan por juzgar la calidad de los programas con criterios aplicables al arte del espectáculo.
El resultado casi inevitable es que la muerte del soldado de "la guerra de los seis días 2 será comparada con la muerte ficticia del actor en el film de guerra.
1.2.5 CAMPO DE COMUNICACIÓN DE LA TELEVISIÓN
La televisión es un medio de comunicación colectivo y la característica principal de estos medios, es que son instrumentos que hacen posibles la relación entre los hombres, estén éstos, espacial o temporalmente, distantes los unos de los otros.
En el sistema televisivo tenemos, por un lado, al productor o "comunicador" y, por otro, al grupo de los "receptores", distribuidos en todo el país, que forman el público de la comunicación colectiva. Tenemos, también, el mensaje, es decir, el programa de acústica visual. Este es siempre emitido en la misma dirección, o sea, del comunicador al telespectador. Este tiene la capacidad de responder, preguntar, confirmar u oponerse a los mensajes utilizando vías indirectas como, por ejemplo, cartas al director o llamadas telefónicas a las estaciones de televisión.
La audiencia de la televisión es una agrupación de individuos aislados, es decir, físicamente separados y anónimos, cuyo comportamiento masivo es, sin embargo, homogéneo, pues todos ven y escuchan las mismas cosas al mismo tiempo, simultáneamente. Es una audiencia, en cierto modo pasiva, pues el telespectador recibe el programa sentado cómodamente en su hogar, a diferencia del público del cine o del teatro, que tiene que trasladarse a un local y pagar cierta cantidad de dinero por asistir a un espectáculo.
Para cualquier medio de comunicación de masa es necesario conocer su destinatario, Como el productor y el receptor están separados es difícil que puedan conocerse entre si. Como el informante conoce muy poco al público, ocurre, entonces, que los productores de la televisión tratan de conocer la mentalidad de los telespectadores. Para esto, utilizan métodos modernos de investigación.
CAPÍTULO 2
INFLUENCIA DE LA TELEVISIÓN
2.1 EFECTOS DE LA TELEVISIÓN
La televisión, como medio de comunicación, ha sido causa de constantes críticas, tanto negativas como positivas, desde el momento de su aparición.
En cuanto a las críticas negativas, las más reiteradas están referidas a su programación, la que es calificada, por algunos críticos, como mediocre. Este aspecto podría considerarse como una influencia negativa para el telespectador y, sobre todo para el niño y el adolescente que aún no tiene el necesario discernimiento. Sucede, además, que si los padres no controlan qué programación llega a ellos, la pantalla les ofrece muchas veces, un concepto prematuro del mundo de los adultos, lo que les hace compenetrarse de sus pensamientos, conflictos y dificultades sin que estén todavía preparados para ello.
Otra crítica que se les hace es que el espectador recibe todo hecho, pues la elaboración de los programas ha pasado antes por manos especializadas y además la gran mayoría de los programas son producidos en el extranjero.
También, en cierto modo, la televisión fomenta la holgazanería, pues el telespectador no puede hacer otra actividad mientras ve televisión.
Junto a las críticas negativas que se le pueden hacer, las que no afectan a este medio de comunicación solamente, hay otras de carácter positivo. Una sería que la televisión tiende a la igualdad, en el sentido que todas las personas, no importando el nivel social o económico, tienen la misma oportunidad de presenciar espectáculos, recibir información o simplemente entretenerse.
La televisión, además, abre nuevos horizontes al hombre común al mostrarle países y civilizaciones no conocidas por él y al informarle de los personajes más importantes del mundo. También, este medio, amplía los conocimientos y el vocabulario de los jóvenes y promete ser también un instrumento fundamental de la instrucción pública.
Debido a la gran influencia que ejerce la televisión sobre su público, es que se concentran en torno a ella numerosos y variados intereses, desde los de las empresas comerciales privadas hasta el propio estado.
Sin embargo, no se puede calificar a la televisión de buena o mala, ya que todo depende de la finalidad que se le quiera dar por parte de sus programadores. Como todas las cosas que el hombre ha creado, ésta puede servir para hacer el bien, lo mismo que para hacer el mal. De ahí la importancia de un adecuado uso por parte de las personas que tienen la responsabilidad de dirigir este medio de comunicación.
2.2 EL LENGUAJE DE LA TELEVISIÓN: UN LENGUAJE AUDIOVISUAL
La televisión es el medio colectivo más eficaz y poderos, puesto que influye en las opiniones y en las actitudes del hombre de manera más efectiva que otros medios. La identificación con que lo entrega y la credibilidad en ella, es mayor que la que ocurre con la prensa y la radio.
Es evidente que la televisión está condicionada por las características y hábitos de su público, pero también ella misma constituye un factor condicionante en la formación de los hábitos sociales.
Un claro ejemplo de lo anterior es, que en la mayoría de los países, las emisiones de la tarde se cierran con un corto film en que un personaje real o animado, humano o animal, despide a los niños que presencian las emisiones hasta el día siguiente, con un breve consejo o con un cuento invitando a los niños a marcharse a la cama.
La televisión ha invadido la vida de todos los países, conformando una mentalidad nueva y convirtiendo el lenguaje de las imágenes en un también nuevo idioma que reemplaza el idioma escrito. Por eso se dice que 2 la televisión tiene su propio lenguaje, que no es el lenguaje natural de la palabra ni el del cine, aunque tiene mucho de ambos ".
El lenguaje televisivo tiene que ser comprendido instantáneamente pues, a diferencia del libro, aquí no se puede releer la página. Acá hay que llamar la atención de la vista y el oído, en forma sincronizada y complementaria, sin decaer un instante, pues si la televisión no comunica en el mismo momento de la transmisión no sirve, no deja huella alguna.
El lenguaje audiovisual utiliza el más elemental de los medios de comunicación, la imagen. Esta presenta sobre la palabra, la ventaja de su mayor comprensibilidad, además de su mayor fluidez.
Este lenguaje audiovisual, al igual que el lenguaje hablado o escrito, se basa en símbolos, y se dirige al receptor tratando de buscar en éste una misma interpretación de las imágenes que entrega. A la imagen misma se añaden palabras, música, ruidos o simplemente Silencio, lo que la viene a afirmar por analogía.
La imagen es la forma más antigua del lenguaje escrito. Diferentes formas y colores dieron a los hombres la posibilidad de comunicarse entre sí y con sus dioses. Los cazadores y los pueblos agricultores también representaban sus actividades mediante imágenes que fueron evolucionando según las diferentes épocas.
La imagen, entonces, lejos de ser un lenguaje nuevo, es el más antiguo de los lenguajes escritos. Tiene tanta validez para la comunicación como cualquier otro tipo de lenguaje. El lenguaje de las imágenes se mueve en dos dimensiones que son tiempo y espacio. Al espacio se le conceden tres categorías: alto, ancho y largo; al tiempo, una solamente: el fluir del pasado al futuro, pasando por un presente que es difícil definir.
Gracias a los medios audiovisuales el tiempo puede tener la dimensión que le demos, fluir al revés, detenerse o tomar una aceleración que distorsiona la imagen. De esta forma los medios audiovisuales rompen los moldes de un mundo estático de movimiento aparentemente igual.
El hombre como ser social, está obligado a la comunicación. El agente de cambios o de desarrollo cultural debe no sólo comunicar, sino además saber exactamente qué comunicar y qué objeto tiene la comunicación.
Para ello debe estudiar no sólo le mensaje, sino también el medio que utilizará para hacerlo llegar, además de los receptores a los cuales quiere llegar.
Mientras que en la comunicación escrita o hablada se utilizan palabras rígidas que exigen decodificación inmediata, en la comunicación por medio de imágenes, éstas no siempre se decodifican en el momento mismo en que se aceptan.
Los medios audiovisuales, en la actualidad, están al servicio de la enseñanza debido al desarrollo de la tecnología educativa, siendo la televisión uno de los medios más influyentes por los motivos señalados anteriormente.
El lenguaje televisivo, como todo lenguaje, plantea una relación entre televisión-televidente que está determinada por el sentido que proporciona y por las significaciones que de hecho se dan a lo que se ve y se escucha (Saussure), a partir de la identidad significante-significado, nos proporciona la constitución de los signos, Estos signos están constituidos por las palabras, la imagen, los gestos, los comportamientos (Barthes). Parece evidente, entonces, que si hablamos de lenguaje televisivo es porque atribuimos a la televisión uno que le es propio y en el cual los elementos de significación y los significados son distintos a los demás lenguajes y en el que los elementos que lo constituyen, palabra, imagen, gestos, comportamientos, conforman un sistema de signos con significación propia. Esto implica, lógicamente, que los signos tienen su propia identidad significante-significado que normalmente podrá coincidir con la realidad de otros lenguajes, y en algunas oportunidades no. Antes de cada juicio, por tanto, se impone discernir primero sobre la relación significante-significado que está en juego en la oportunidad. Asunto no siempre fácil de juzgar en términos teóricos, pero fácil de descubrir en la práctica por la credibilidad que el público otorga a cada situación, es decir por el significado que capta en ella. Porque en la realidad esta identidad significante-significado no es constante en el lenguaje televisivo y cambia de acuerdo a los diferentes formatos y géneros de programas. Así, por ejemplo, la muerte trágica y dolorosa de una persona en un noticiero, máximo si ocurre en el propio país, es muerte y es tragedia, La muerte trágica y dolorosa en un western puede ser audacia, valentía, sagacidad, etc. La primera nos conmueve hasta las lágrimas, la segunda nos hace irrumpir, a veces, en demostraciones de alegría y solidaridad con el héroe con el que, por fenómenos de identificación selectiva, defiende nuestros valores y principios; representa la ley y el orden, el que tiene que triunfar siempre porque representa valores permanentes. La violencia, en este género de programas, no es más que la fuerza de la virtud demostrada con un significado que no es violencia sino justicia, desprendimiento, hidalguía, sagacidad, ingenio, etc. No importa que el héroe abandone, muchas veces, el justo medio que es lo propio de la virtud cristalina, lo importante es que triunfe el valor absoluto representado por la incorruptibilidad del héroe de lo hace permanente, fuerte contra el mal y capaz de dominarlo siempre.
2.3 TV Y FAMILIA
Una noticia procedente de Dinamarca (El Observador, 30-IX-82), nos trae la opinión de los chicGs daneses, entre 10 y 14 años, quienes consideran que su vida familiar está amenazada debido a que Ia televisión impide la relación con el adulto, durante el tiempo libre y fuera de la escuelO.
Esta información no haría sino confirmar tantos estudios realizados en diversos países sobre los efectos de la TV en las personas. Y no tendría liada de particular por la similitud de la conclusión.- la TV atrofia y enajena las relaciones interpersonales en un hogar desequilibrado a causa de la programación. Sin embargo, la noticia que comentamos tiene un matiz a nuestro juicio trascendente: son los propios niños, en ese período tan significativo de su vida, los que expresan un sentimiento que debe ser subrayado en el contexto socioeconómico en que se da, no por ello menos válido para nuestra sociedad. Los chicos daneses se quejan de que la TV les roba a sus padres al evadir éstos su realidad y responsabilidad de progenitores, dejando a sus hijos intrafamiliarmente incomunicados por culpa, vaya paradoja, de un medio de comunicación sui géneris.
La nota que reseñamos no dice si los niños en referencia tienen que verse obligados a "consumir" la misma TV que sus padres o salir a la calle, aunque es muy probable que sea lo primero ante la búsqueda deseada por los hijos a juzgar por la encuesta-, de una forma de unidad familiar aunque sólo fuera material.
Estimamos que este hecho no puede pasar sin comentario en un ambiente como el nuestro en el que la TV tiene una programación "para todo público", no en cuanto a contenido (bueno fuera), sino en lo referente a difusión y "consumo" masivamente indiscriminado de más del 70% de espacios de simple entretenimiento -foráneos en su mayoría- que precisamente son los que más atraen al televidente por fuerza de la costumbre, a tal punto que si éste es emocionalmente débil, puede ir despersonalizándose progresivamente. Y evadir la realidad, vivir al conjuro de la publicidad, identificarse con los personajes preferidos de las series y telenovelas y sufrir, amar y odiar por su causa, son una forma de despersonalización y alienación.
Una mirada los famosos "ratings" de sintonía o encuestas, parece obligarnos a la formulación de una hipótesis que debería ser comprobada para buscar los correctivos y la justa medida de su aplicación: por falta de una programación diversificada y balanceada en contenidos informativos, educativo culturales y recreativos, en función de la comunidad nacional (edad, sexo, grado de educación y cultura y condición socio-económica), en el Perú, niños, jóvenes y adultos "consumen" por igual los mismos programas como si se pretendiera uniformar sus actitudes hacia un modo de vida ajeno a su propia identidad y realidad.
En verdad, ¿por qué no hacer un estudio serio y objetivo de este fenómeno, cuyas conclusiones que incluirían, prejuzgamos, un replanteo total del sistema de programación televisiva-, comprometan permanentemente al Estado, a los dueños de las televisoras, a las organizaciones sociales y al público televidente, en la mejora de nuestra TV que en la actualidad sólo produce el 30% de lo que programa, en el cual se incluye un magro y escondido 3% de contenidos educativo-culturales?
Los efectos de la TV danesa, aunque se trate de una realidad distinta, debe llamarnos a reflexión. Consideramos que nuestra TV, por su gran poder audiovisual, debe contribuirá lograr que cada televidente sea un ciudadano peruano con todo lo que esto implica en esta sociedad familiar y comunitaria que debe mejorar integralmente.
CAPÍTULO 3
UNA NIÑERA LLAMADA "TELEVISIÓN"
3.1 ESTUDIOS SOBRE LA INFLUENCIA DE LA TV EN LOS NIÑOS
El consumo de televisión por parte de niños y niñas de nuestro país ha llegado a limites como el siguiente: se conoce que a las 23:00 horas de lunes a viernes, hay 745.000 niños y niñas viendo televisión, un viernes a las 24:00 horas casi medio millón, entre semana unos 360.000 y a la una de la madrugada de lunes a viernes, 133.000.
Las televisoras, ante la presión de la sociedad, cada cierto tiempo prometen crear espacios para invitar a los niños irse a la cama, utilizar elementos de control para evitar que los menores vean contenidos no apropiados a su edad, establecer estrictas franjas horarias, y hacer programaciones infantiles sin contenidos violentos, sin embargo en la practica o no se cumplen a cabalidad o sencillamente se quedan en meros proyectos.
La influencia de la televisión es tal que, prácticamente todos los hogares del Perú cuentan con un televisor, y en los niveles de mayor consumo económico, existen muchos niños y niñas que disfrutan de televisión en sus habitaciones.
Adicionalmente, la televisión favorece el conocimiento de un vocabulario más extenso, mayor conocimiento del mundo exterior, puede incitar a un interés por determinadas materias como la Ciencia, Naturaleza, Ecología, Medio Ambiente, Cine, Matemáticas, etc., permite conocer otras culturas, otros países, otras sociedades, practicar lenguas extranjeras, campañas educativas; sin embargo resulta perjudicial por la violencia: (incluidas en determinadas series de dibujos animados, por la publicidad que crea necesidades superfluas y un consumismo precoz, por la provocación de enfermedades y malos hábitos alimentarios (favorecen el sedentarismo, malas posturas, problemas en la vista y en la espalda e incluso ataques epilépticos en exposiciones muy prolongadas), por problemas psicológicos: influyen en la conducta, provocan insomnio, miedos nocturnos, disminuye la creatividad e imaginación, etc., problemas sociales: favorecen el aislamiento e impiden la comunicación oral, por los problemas de adicción, por todo ello es indispensable conocer de manera amplia la respuesta que los niños y niñas menores de 12 años reaccionan frente al lenguaje televisivo.
3.2 LA INFLUENCIA DE LA TELEVISIÓN EN EL ROL SOCIAL DEL NIÑO EN LA FAMILIA
La familia forma la personalidad social del niño. El niño vive paralelamente en su familia la preparación de roles sociales futuros y el proceso de su vida social.
Las transformaciones aportadas por la televisión es que los niños que miran televisión con su padre se sienten más adultos. Tienen la impresión de ser compañeros jóvenes de sus padres y se desligan del carácter subordinado en la familia.
Esta maduración y esta independencia precoz se observa sobre todo en las familias donde la made trabaja. Los niños se consideran rápidamente adultos. La televisión refuerza la emancipación de los niños y jóvenes con respecto a la autoridad paternal, ella aumenta las posibilidades de flexibilidad del sistema de castigo y recompensa.
En el sistema de castigo y recompensa la televisión ha aportado algunas modificaciones reforzando los métodos de ecuación nuevos desprovistos de brutalidad, a la vez, porque facilita la práctica de un nuevo castigo, no corporal y puede constituir una recompensa. Los padres no usan tanto el castigo, sino que ellos prohíben a los niños ver televisión eligiendo sus programas favoritos; cuando los resultados escolares son bajos el castigo se alarga. La televisión es también una recompensa para aquellos que cumplen bien sus obligaciones.
Como lo hemos mencionado anteriormente, la televisión desempeña un rol muy importante en el desarrollo integral del niño. Ciertas investigaciones han demostrado la influencia que la televisión ejerce sobre los niños. Es generadora de conflictos, pero también se comprobó que la ausencia de ella no es la solución de todos los problemas.
En la mayoría de las familias la presencia de la televisión que une en una cálida complicidad a los miembros de la familia, crea la ocasión de olvidar las peleas, de borrar los conflictos o al menos pacificarlos e impedir que exploten nuevamente.
La manera de percibir la televisión es diferente para unos que para otros. Para algunos padres es un medio inquietante para otros no lo es y se integra
Perfectamente en la vida de los niños. No es lo mismo para sus padres que, por lo general, no la conocieron durante su infancia; a pesar de gustar de ella la ven como un obstáculo para sus proyectos educativos. Ellos dejan ver televisión a los niños porque es cómodo; pero al mismo tiempo lo reprueban y lo hacen sentir. Si se le agregan a estos conflictos aquellos como la elección de programas, nos damos cuenta del rol esencial que juega la televisión en las relaciones del niño con su medio ambiente. El niño siempre tiene que dar paso a la elección de los mayores en cuanto a los programas de televisión, pues son los padres quienes eligen los programas.
La televisión en relación a la comunicación de los miembros de la familia tiene los mismos efectos contradictorios. No se habla más en las casa, en la familia, por causa de la televisión que está encendida todo el día.
Por otra parte, si se mira con otra persona la misma comedia o película, es también una cierta manera de comunicarse. Los programas de televisión contribuyen, en gran parte, a las conversaciones familiares. ¿Cuántos niños que no saben que contar a sus abuelos pueden discutir ahora con ellos lo que han visto?
La televisión no solamente ocupa el tiempo que el niño destinaría a leer, sino aún más lo hace entrar de lleno en el universo de la ficción por el cual él se enloquece. Por otra parte, la presentación de una revista o de un libro por televisión hace que se incremente la venta de ella. Sería necesario tal vez explorar los programas infantiles y a través de ellos incentivar la lectura.
Como se ve a través de la lectura de estos efectos causados por la televisión, ellos son duales, o sea, ocasionan tanto el bien como el mal.
3.3 INFLUENCIA DE LA VIOLENCIA EN LOS NIÑOS
Son signos cuyos significados y sentido hacen percibir y entender un mundo diferente de representaciones creado alrededor de una fantasía que, evidentemente, no es el mundo real. Coinciden a este respecto los resultados de diversas investigaciones: H.T. Himmelweit, A.N. Oppenhein y P. Vince comprobaron en una investigación realizada en una población de 1.854 niños de entre 10 y 14 años que los niños aceptaban con criterios muy distintos de credibilidad la violencia real y la violencia ficticia, la física y la verbal.
Los actos más crueles de violencia acaecidos durante un film de Western prácticamente no decían nada a los niños, mientras que tenían gran significación para ellos los acaecidos en películas de ciencia ficción. Declaraban, además, que no les gustaba la violencia verbal, al mismo tiempo que encontraban soportables las escaramuzas armadas. 6% no encontraban satisfacción con escenas de violencia con armas de fuego, 19 a 23% no les gustaban las peleas en las que se utilizaban otro tipo de armas; mientras que entre un 23 al 30% les disgustaban las escenas en que el sherif reprochaba a los malos o en las que le imputaba acusaciones por asuntos en que él no tenía culpa.
Lo más importante: al comparar los autores las conductas de los niños que ven televisión con la de aquellos que no ¡o hacen, la comparación no reveló ningún género de comportamientos diferentes entre ambos en cuestiones de agresividad, inadaptación o delincuencia .
M. y J. Riley llegan a conclusiones parecidas: en sus estudios sobre 400 niños entre 10 y 13 años constataron que los niños cuyo único grupo era el familial preferían los programas de mayor violencia y agresividad, mientras los que, además participaban en grupos de niños de su misma edad preferían las historias anticrimen y los acontecimientos que mostraban gente normal o la naturaleza. Ha como grupo de referencia, parecían más inclinados a las acciones de violencia que los restantes, por una tendencia a reaccionar contra los valores inculcados por su padres. Concluyen los autores que la acción y la violencia parecen ser preferidas por los niños que sufren mayores frustraciones.
3.4 LA IMITACIÓN Y LA IDENTIFICACIÓN DE LOS MODELOS DE LA TELEVISIÓN Y LA PERSONALIDAD SOCIAL DEL NIÑO.
El besar en los films provoca diferentes reacciones en los niños. Los niños que no ven en su casa escenas eróticas, que no toman parte en juegos prohibidos, en boga en la mayoría de los grupos, miran estas escenas con indiferencia e incluso con desprecio o desaprobación. Los otros, que están acostumbrados a encontrarse con este tipo de escenas, tienden a turbarse, molestarse, pero a imitarlos.
Una niña de 10 años se ponía a danzar frente a la televisión cada vez que ella veía una danza en la pantalla. Ella dijo que esto o hacía para impresionar a sus compañeras conde no lograba integrarse, ella era diferente a las demás. La danza no era más que un aprendizaje previo ya que ella soñaba con llegar a ser un gran talento y todo el mundo desearía sentarse a su lado y jugar con ella en los recreos.
La imitación de los modelos dados por la televisión se limita, en general, al juego, real o imaginario. Los niños imitan personas y las conductas socialmente aceptadas. Muchos niños imitan a Donald o Mickey para divertir a sus padres o hermanos menores.
El niño telespectador no mira la televisión como un individuo, sino como un miembro de un grupo social con un rol dado. Este rol determina el tiempo consagrado a la televisión; el niño no imita todo lo que ve, sólo lo que está de acuerdo con los modelos personales formados conscientemente o inconscientemente por su familia, amigos, colegio.
Los niños de familias tradicionales, donde los amigos son considerados como peligro, imitan los personajes infantiles. Los niños eligen lo que está aprobado o reconocido, lo que le gusta a los amigos, lo que les sirve para jugar. La imitación de los modelos televisivos se da en la similitud de éstos y los de los del medio social. Se limita al juego real o imaginario y se realiza por intermedio de los juegos del grupo.
3.5 LA ELECCIÓN Y LAS PREFERENCIAS POR LOS DIFERENTES PROGRAMAS SEGÚN LA PERSONALIDAD DEL NIÑO
La elección y las preferencias se caracterizan por su conformismo sobre todo en los niños que poseen hace bastante tiempo televisión.
Se observa pocas desviaciones en relación a los gustos en término medio, pocas diferencias según el origen social, el nivel socio- cultural de los padres y el tipo de familia. Los gustos son el reflejo de los gustos de los padres, donde la mayoría no ha alcanzado un nivel cultura alto. [5]
La preferencia por los westerns, por ejemplo, puede explicarse por el mecanismo sociológico siguiente: se desprende de las conversaciones entre padres e hijos y sobre todo en las familias donde hay varones, en que el padre a menudo habla de la guerra y cuenta sus propias experiencias. Tales conversaciones sirven de inspiración en los juegos infantiles. Pero estos juegos necesitan nuevos elementos. Los westerns llenan estas necesidades y el valiente cowboy se sobrepone al valiente guerrero.
Después de la compra de un televisor la relación entre la elección de programas y los gustos del grupo aumenta. La situación sociológica cambia, los padres y los niños no ven los mismos programas. La madre se limita a las películas de amor, a los programas teatrales. El padre ve algunas veces junto a sus hijos películas de aventura y de guerra, los programas deportivos. En la casa donde se tiene televisión después de bastante tiempo, los hermanos y amigos ven televisión en conjunto.
Los niños invitan a sus amigos a mirar sus programas favoritos los cuales imitan o critican.
La influencia de los padres y sobre todo de la madre disminuye y ellos se sienten contentos que los niños estén ocupados y los dejen tranquilos.
CONCLUSIONES
- Los medios de comunicación masiva dominan a la sociedad de estos tiempos, el formar un papel preponderante en la opinión publica ha cambiado la definición de lo que conocemos el mundo de las comunicaciones, es increíble el poder de persuasión de los medios de comunicación; las personas suelen apropiarse de opiniones ajenas o simplemente aceptan todo tipo de informaciones sin refutar, discutir u opinar acerca de los diversos temas que se tratan.
- En la televisión peruana, se da la difusión de programas carentes de contenido, sin restricción o consideración alguna; con el único fin de crear una política consumista. Sin embargo, diariamente estas emisiones televisivas están expuestas a los engreídos del hogar, en aquel momento no lo consideraríamos preponderante, aun así se ha demostrado que el niño expuesto a situaciones violentas, o circunstancias inapropiadas a su edad, generan un grado de imitación e inestabilidad en su conducta, causando el aumento de agresividad.
- Los que consideraríamos programas infantiles "aptos" para el niño serian cuestionados, pues algunos encierran ideas erróneas en la lucha contra el crimen, con la presencia de un personaje real o animado, humano o animal, el cual manifiesta un breve consejo de una vida ficticia o mundo irreal, invitando a los niños para que lo apliquen, cuando finalmente incentivan a la imitación de actitudes grotescas sin motivo algunos, en los infantes.
- En algunos casos, los padres y los niños ven los mismos programas, en nuestro país es una costumbre ver televisión en familia. Algunas veces los padres ven junto a sus hijos películas de aventura, guerra o programas deportivos, entre otros; influyendo indirectamente en el niño, originando que tome la idea de que los programas vistos son aptos para el. Al tomar actitudes inadecuadas contra los padres, estos no entienden la causa de su comportamiento, sin darse cuenta que ellos son el factor principal de este problema.
RECOMENDACIONES
- Las distracciones que tiene el niño peruano menor son muy limitadas, debido a que no contamos con la calidad de televisión educativa que ofrezcan al niño la posibilidad de desarrollar su capacidad de entendimiento en tipo como artísticas, deportivas o de otro interés que surjan en él, de esta forma exponga programas y con horarios convenientes a su edad y con el consentimiento de los padres.
- Gran porcentaje de programas son incompatibles a la realidad peruana, pues son de procedencia extranjera.; hacen referencia que su estructura de programas de televisión en los distintos países de América Latina, se indica que en Perú, al menos la mitad de los programas vienen del exterior, de los cuales el 80% han sido producidos en los Estados Unidos, Japón y México así pues, dos tercios, aproximadamente, de las emisiones peruanas se componen de programas extranjeros; por lo tanto que mejor forma de que los programas educativos realizados sean hechos según nuestra realidad.
- Si los padres no controlan la programación que llega a los niños y peor aun el enfoque que trasmite, la pantalla les ofrece muchas veces un concepto prematuro del mundo de los adultos, lo que les hará será compenetrarse en sus pensamientos, conflictos y dificultades sin que estén todavía preparados para ello y si los padres o tutores no corrigen a tiempo, traerá problemas en la adolescencia y ahí sería dificultosa de corregir.
BIBLIOGRAFÍA
- Puente Ferreras, Aníbal. Psicología de la Comunicación en los niños. Editorial Marcombo
- Olivar Zúñiga, Antonio. Libro Psicología de la Comunicación.
- Jimeno, Miguel (2004). Desafíos de la televisión para no morir. Limusa. México
- Sosa, Pedro (2006). Uso de la publicidad en la TV como medio positiva ante la sociedad. Editorial Oveja Negra
- García Calderón, Eugenio (2002). La Televisión Digital. México.
- Castro V. (2004). La familia como agente de la televisión. Editorial Oveja Negra.
- Hudec, Vladimir. Teoría General del Periodismo.
- Osorio Meléndez, Hugo. La TV: Sus funciones mediadoras. Editorial Feplam.
- Pérez Tenório, José Manuel (1994). El desafío educativo de la TV. 1era Edición. Editorial Paídos.
- Meza Valera, Walter. Comunicación: el medio no es el fin. Auspicia Editorial Consejo Nacional Ciencia y Tecnología (CONCYTEC). Lima – Perú
- Wright, Charles R. (1995). Comunicación de masas, una perspectiva sociológica. Editorial Paídos. México.
AGRADECIMIENTO
A nuestros padres por orientarnos a seguir una carrera profesional exitosa, y ser inspiración para mejorar como personas.
DEDICATORIA
El presente trabajo está dedicado a mis compañeros, porque en su deseo de superación y sed de conocimiento, realizaron sus monografías con dedicación y entrega.
Autoras:
Cabrejos Castañeda Liliana
Cárdenas Ruiz María Paola
UNIVERSIDAD PARTICULAR DE CHICLAYO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN
ESCUELA PROFESIONAL DE PERIODISMO
DOCENTE
Sandra Valdivieso Carhuachinchay.
FECHA DE ENTREGA
22 de Febrero de 2008
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |