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El fenómeno cultural de indumentaria evidencia el proceso político trasnacional de colonialidad (página 4)


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La indumentaria cambia en función de las preferencias de los poderosos, tienden a simbolizar una personalidad, un estado de ánimo, un sentimiento individual, se convierte en signos y lenguajes de igual importancia que las divisas (Lipovetsky, 2004: 49).

Para seguir con la óptica de Lipovetsky debemos aceptar que en la ciudad de Puebla no se crea Moda; por el contrario, es solamente una imitación de la Moda que se acostumbra en los países poderosos y las clases altas de las sociedades modernas. Los jóvenes universitarios de la BUAP están dispuestos a intentar la imitación; el lugar que eligen para comprar la ropa de marca es el centro comercial Angelópolis y podemos considerarlo un lugar de reunión para estos jóvenes. Al estudiante Aldo Jair Navarro se le preguntó sobre sus sitios favoritos para visitar en su tiempo libre y esto fue lo que contestó:

Aldo– ¡Ange! (apocope de centro comercial Angelópolis), no vas a llevar a tu novia a "zocalear", Ange está bien porque está padrísimo, en Internet ví que es una de las plazas más bellas de México, que ni en Cancún hay plazas así.[13]

La gran mayoría de las marcas que se venden en el centro comercial Angelópolis son extranjeras; sin importar si fueron hechas en alguna maquiladora cercana los jóvenes hacen uso de los diseños de moda con la intención de búsqueda de estatus en estos artificios identitarios. La personalidad que los jóvenes intentan revelar se encuentra descifrada en los catálogos de ropa que las marcas proporcionan con objeto de difundir las nuevas tendencias.

Las clases inferiores, a la búsqueda de respetabilidad social, imitan las maneras de ser y de aparecer de las clases superiores. Estas, para mantener la distancia social y destacarse, se ven obligadas a la innovación, a modificar su apariencia una vez alcanzada por sus competidores. A medida que las capas burguesas, gracias a su prosperidad y su audacia, consiguen adoptar tal o cual distintivo prestigioso, en boga entre la nobleza, se impone el cambio desde arriba para resituar la diferencia social. De ese doble movimiento de imitación y de distinción nace la mutabilidad de la moda (Lipovetsky, 2004: 57).

Se afirma, entonces, que desde los países periféricos se imita las costumbres de los países modernos occidentales; los jóvenes observan las tendencias de los países del norte y las desean casi con el ansia que expresaba Frantz Fanon en su libro Los condenados de la tierra sobre el sentimiento de inferioridad de los colonizados, sentimiento que solamente se compensa con la imitación de la forma de vida de los colonizadores y el desprecio por las costumbres vernáculas.

El filósofo Martín-Barbero y el psicólogo Germán Rey tienen otra teoría sobre el consumo de moda desde los países periféricos; estos escritores creen que los medios masivos de comunicación atienden los deseos de las grandes corporaciones e invaden culturalmente los imaginarios de los jóvenes. La innovación tecnológica supone una mayor participación de los medios incluso en la política y otras esferas de la vida pública.

Las televisiones por cable han permitido surgir audiencias especializadas mientras que cadenas musicales como MTV producen sugestivas identificaciones generacionales, vinculaciones muy fuertes entre estéticas emergentes y estilos de vida. Como afirmó hace años Umberto Eco para la lectura, todo texto genera su lector modelo. Canales y programas crean audiencias modelo que son mucho más que televidentes fortuitos; se trata de grupos o tribus identificables, tanto por sus preferencias mediáticas como por sus decisiones vitales (Martín-Barbero y Rey, 1999: 54-55).

La moda es una industria que choca fuertemente con las fisonomías de los pueblos latinoamericanos ya que desde occidente se propone un tipo de erótica que simplemente es incompatible para la población que proviene de una raza no caucásica. Los problemas que enfrenta este choque de estéticas es el desaliñamiento de los valores estéticos y eróticos que aunque no provengan del pasado indígena precolombino se han formado al paso de la construcción del concepto de Latinoamérica como región cultural. La intrusión de la moda en los imaginarios cotidianos latinoamericanos representa más una ofensa por las condiciones de trabajo en que se encuentran las costureras de las maquiladoras instaladas en varios países de América Latina.

4. 2. LA PUBLICIDAD IMPRESA.

La publicidad impresa son los catálogos de ropa de marca que reúnen sesiones fotográficas dedicadas a la propagación de tendencias para el consumo de ropa. La mayoría de las marcas tienen catálogos propios que regalan a los consumidores en cada tienda, pero también hay anuncios en revistas comerciales, es decir, no hay en revistas literarias o científicas y también están los mega-anuncios de las avenidas más importantes de las ciudades; toda esta publicidad es urbana.

La importancia de la publicidad impresa son dos momentos de la propagación de las pautas de comportamiento pertinentes de la estética y la erótica. Proponemos, en esta tesis, el concepto de "pautas de comportamiento pertinentes" para entender las representaciones mentales que se hacen sobre el correcto ser-estar en el mundo diseñados desde occidente sobre la erótica y la estética. El primer momento de la propagación de las pautas es la programación de un tipo ideal de personalidad que los encargados de mercadotecnia de cada marca dirigen por medio de situaciones visuales imaginarias de las fotografías publicitarias. El segundo momento es la actuación (performance) de los jóvenes que asimilan la conducta presentada por la publicidad y la recrean como parte de su vida social. La actuación puede ser percibida como la expresión de enajenación que viven quienes recrean las pautas de comportamiento presentadas por la publicidad.

El primer momento puede ser considerado el de programación de un "grupo de referencia" según la definición de Johnson y Sprott quienes atendieron en 1968 la relación de representación mental de los grupos sociales. El segundo momento de la publicidad dirigida puede ser atendida desde el proceso de colonialidad de la erótica, concepto señalado por Enrique Dussel en su Filosofía de la Liberación (Dussel, 2001).

4. 2. 1. EL GRUPO DE REFERENCIA.

La psicología social es la que ha dotado a las ciencias sociales de la categoría de "grupo de referencia" (Johnson y Sprott, 1968). El grupo de referencia puede ser un grupo real o imaginario que influye en determinados aspectos sobre la vida de algún otro grupo social y permanece en el imaginario de éste. Para los jóvenes universitarios que acuden al centro comercial angelópolis el grupo de referencia más notable es un grupo imaginario que vive en los catálogos de la ropa de marca, las revistas y los anuncios publicitarios.

El grupo de referencia al que nos referimos es un grupo imaginario de jóvenes, adultos, niños y toda clase de personas que, dentro del contexto del catálogo publicitario de ropa de marca, vive y se desenvuelve en situaciones de la vida cotidiana con lo que intenta una recreación de la realidad. Los catálogos presentan, o representan, a esta gente en la escuela, el trabajo y la calle, haciendo algunas actividades cotidianas con el sello distintivo de la ropa de marca y la intención de la temporada que tiene la compañía diseñadora de ropa de "estética correcta" para el uso de ropa durante algunos meses.

A lo largo de las fotografías presentadas en el catálogo se hace alusión a un contexto significativo: una temporalidad y un espacio determinado. Los catálogos de ropa de hombre pueden presentar a un sujeto manejando un auto convertible en las calles de Roma y los catálogos de mujer a una chica paseando en Campos Elíseos. La ropa determina la temporalidad pues hace alusión a modas anteriores (trajes estilo 1920 o faldas del rock &roll).

Los anuncios publicitarios urbanos son los mega-anuncios de las avenidas importantes en la ciudad; miden alrededor de cinco metros de alto por diez de largo y se encuentran sostenidos por increíbles torres que los elevan a más de 20 metros de altura sobre las avenidas. Las fotos que presentan son las mismas de los catálogos y con letras señalan la marca de procedencia; no hay créditos para el fotógrafo, pero si a los modelos que posan, pues al ser algunos actores de cine o músicos ya poseen estatus entre los pobladores: son gente a quienes se desea imitar. Indagamos sobre la influencia de los catálogos para elegir la ropa en los jóvenes. La charla fue el día 11 de marzo en las instalaciones de la Universidad de Puebla con estudiantes de Derecho y Sociología.

Entrevistador– ¿Qué me dicen de los catálogos de ropa?

Guadalupe (Estudiante de sociología) ¿Qué si tengo catálogos?

Laura– (Risas) ¡Los tiene todos!

Guadalupe (Risas) pues vas pasando y te los dan.

Laura– Y la pendeja los guarda todos. (Risas)

Entrevistador (Dirigiendo la mirada a Álvaro, estudiante de Derecho) ¿Tú tienes catálogos?

Álvaro– Pues sí, ves que se ve bien y te lo compras (la ropa), o ves las combinaciones y tratas de que te quede.

Entrevistador– ¿Qué ven en los catálogos, además de la ropa, ustedes creen que las situaciones en que se presentan los modelos influye en la personalidad de los clientes?

Laura– Pues yo no creo, porque a veces te ponen a la chava enseñando mucho y yo no me voy a vestir así.

Guadalupe (Dirigiendo la mirada a Laura) porque no estás así, si estuvieras así de buena seguro si andarías enseñando todo.

Laura (Risas) eso sí.[14]

La personalidad de los sujetos en las fotos de catálogo es resuelta; cumple la función de crear un estereotipo sobre la conducta de los sujetos que utiliza la ropa de marca presentada. Un estereotipo es la representación mental de una personalidad específica que puede ser comprendida, en tanto que imaginario social, sobre la importancia de la personalidad. Al ser comprendida como imaginario, la representación mental puede ser entendida también como un forma ideal de la actuación de los géneros sexuales, las edades, las situaciones, la maternidad, el flirteo, en otras cuestiones.

La alusión simbólica que hacen los catálogos de ropa de marca demuestra una iniciativa de programación mental sobre la actitud de los sujetos a la vez que incita al consumo y a entrar en armonía con los elementos propuestos por la publicidad. La publicidad relata la cotidianidad de un mundo imaginario que vive en el catálogo y es por medio del consumo de la ropa que se invita al sujeto real a participar en este mundo imaginario.

La publicidad no solo está dirigida a un sector social específico; más allá, intenta la creación de grupos específicos. La publicidad crea a su consumidor ideal; lo inventa. Cuando los espectadores asimilan los estereotipos presentados por la publicidad hacen una alianza con la marca: el pacto de respetar los principios de la marca: ser un cowboy de Levi"s, una pink princess de Barbie, o un motociclista Harley Davidson al estilo de James Dean.

Este grupo de personas "estereotipadas" que viven en el imaginario de la gente, y la publicidad impresa, es el grupo de referencia para los jóvenes universitarios de la ciudad; es un grupo que tiene influencia sobre las acciones de la "sociedad de masas" (Johnson y Sprott, 1968) y representa un grupo de estatus para los jóvenes. Podemos afirmar lo anterior pues el grupo de referencia crea un marco comparativo para el segundo grupo. El marco comparativo es la ponderación sobre "lo deseable" entre situaciones que vive cada grupo y que el segundo grupo se sirve para equiparar su relación, semejanza o diferencia del grupo de referencia.

Para los miembros de un grupo determinado, otro grupo es un grupo de referencia si prevalecen algunas de las siguientes circunstancias:

1. Algunos o todos los miembros del primer grupo aspiran a pertenecer al segundo (grupo de referencia).

2. Los miembros del primer grupo se esfuerzan por ser como los miembros del grupo de referencia en algún sentido, o por hacer que su grupo se parezca en algún aspecto al de referencia.

3. Los miembros del primer grupo obtienen cierta satisfacción de ser diferentes de los miembros del grupo de referencia en algún aspecto y se esfuerzan por mantener esa diferencia entre los grupos o entre ellos mismos y los miembros del grupo de referencia.

4. Sin un necesario esfuerzo para ser parecidos o distintos del grupo de referencia o de sus miembros, los miembros del primer grupo aprecian su propio grupo o a sí mismos, utilizando al grupo de referencia o a sus miembros como punto de comparación (Johnson y Sprott, 1968: 86-87).

Podemos apreciar que el grupo imaginario de los catálogos presenta un tipo ideal de personalidad para el grupo de los jóvenes universitarios, que compra ropa de marca en el centro comercial; por lo tanto, los primeros dos puntos para conceptuar a un grupo de referencia quedan satisfechos. Los siguientes puntos se refieren a la distinción con otros grupos sociales específicos que a mí parecer hacen alusión a referencias diferentes. Podemos llamar al grupo de referencia de los primeros dos puntos "grupo de referencia ideal" por marcar los límites de acción y las pautas de comportamiento que debe seguir el otro grupo. Por otro lado, está el "grupo de referencia de exclusión" y define las pautas de comportamiento cuyas respuestas serían punitivas; es decir, los grupos de referencia de exclusión contienen los tipos de personalidad no apropiados para el mundo propuesto por el orden consumista: los nacos, los pobres, los desadaptados, los desviados, los resentidos con la sociedad, los locos, y la anomia (nótese que, además de ser vocabulario coloquial, son términos recurrentes en las ciencias sociales; ya explicaremos el porqué).

La marca publicitada por medio de los catálogos presenta al grupo que hemos llamado "grupo de referencia"; las diferencias entre los grupos de jóvenes, y el de referencia en primer lugar, son naturalidades asociativas del fenotipo racial. El fenotipo de las personas del grupo de referencia no proviene de los pueblos originarios, la mayoría de las personas presentadas en los catálogos son modelos escogidos por "la pertinencia" de sus rasgos para el modelaje: altos, delgados, la mayoría caucásicos. La erótica, por otro lado, es un tópico importante; la sexualidad y el flirteo son situaciones recurrentes en los temas de la fotografía de los catálogos de ropa. El galanteo de los hombres hacia las mujeres, y la actitud dominante de las mujeres, expresa una confrontación de personalidades que desean (sexualmente) la tensión de competencia. Al ser un hombre un sujeto "decidido" no cederá fácilmente en la relación hombre-mujer, y la mujer ensaya el juego de seducción apremiante para el contacto. Un aspecto importante es que no hay relaciones homosexuales en la presentación de catálogos de ropa de marca pese a que la mayoría de los diseñadores son homosexuales declarados, ya que la homosexualidad no se ha permitido en las pautas de comportamiento pertinentes. La erótica también es dirigida en la publicidad impresa, puede la Moda interferir con los consensos sobre ropa varonil y femenil.

La identidad de los jóvenes universitarios que gustan comprar ropa en el centro comercial Angelópolis regularmente está dictada en la ropa de marca. Las marcas de ropa utilizan una explicación para publicitar su mercancía con los jóvenes, se hace creer mediante comerciales de televisión que su estilo de ropa expresa verdaderamente la identidad que estaban buscando. Los jóvenes absorben las decisiones de expresión de las grandes marcas difundidas también por los grupos musicales que tienen contratos con las grandes marcas de ropa; las llamo decisiones de expresión pues son propuestas sometidas a inspección para el diseño de temporadas de ropa de marca y venta de modas en las tiendas departamentales. Son las industrias culturales que articulan estrategias ideológicas para "comercializar" las identificaciones particulares de los grupos sociales en seductores objetos de consumo como la ropa y sus accesorios.

Reconocidos en la mismidad es la idea uniformada que se hace creer a los jóvenes a partir del consumo de música de moda y la que crea grupos sociales estrictamente identificados por su imagen corporal sin recurrir a la justificación ideológica: es el caso de los "emos" o "emotional punks" que compran su ropa en el centro comercial Angelópolis y son influenciados por grupos de música que rotan sus videos varias veces al día en canales de acceso privado como MTV, VH1, Soundtrack channel, WB channel. La identidad en el juego de seducción de la publicidad no se refiere a aspectos ideológicos, solamente al diseño de la imagen corporal.

El reconocimiento al que aspiran los jóvenes, con base en la imagen corporal, es un reconocimiento artificial pues son las grandes marcas las que esperan reconocimiento por parte de los jóvenes; es decir, el reconocimiento está dado en tanto que los consumidores se presentan satisfechos y lo único que queda es que los consumidores sean publicidad andante de las expectativas identitarias de la ropa de marca.

4. 2. 2. LA ACTUACIÓN EN GRUPO.

Después de observar detenidamente la publicidad de los catálogos de la ropa de marca, los jóvenes universitarios pueden dirigir su atención al consumo y uso de la ropa que se vende en el centro comercial. El centro comercial Angelópolis es el único en la ciudad con tiendas como Zara; Pull&bear; Liverpool; Palacio de Hierro, una tienda que ofrece las marcas Burberry, Criteria, Lacoste, Dockers, entre otras.

Los catálogos publicitarios de cada marca proponen un tema relacionado con la ropa y la intención de la temporada de ropa que quieren dar a conocer. Por medio de las fotografías esta suerte de expresión establece pautas de comportamiento pertinentes para cada uso de las prendas que se ofertan junto con el producto. Las pautas de comportamiento pertinentes son programaciones mentales que se hacen por medio de los mensajes publicitarios y llevan al consumidor a actuar de acuerdo a la intención de la marca: la publicidad no busca que un grupo social particular compre su mercancía; busca crear un grupo social particular para que use su ropa.

La actitud que acompaña el uso de ésta ropa es importante y los jóvenes así lo afirman. Usar ropa de marca da estatus social, y eso es todo lo que se puede tener si se acude al antro los fines de semana por la noche. El derecho de admisión al antro es la prueba fehaciente del estatus que distingue a los "ricos", de los "pobres" (para los jóvenes cuyas referencia estética única es la dicotomía fresa/naco, rico/pobre). El uso de ropa de marca otorga prestigio y es pieza importante para la exclusión social de quien no puede pagarla; la vergüenza de quienes no pueden entrar al antro es atendida por psicólogos interesados en la competencia juvenil urbana y los imaginarios sociales producidos por corporaciones de ropa; lo más destacable es el sentimiento de ansiedad que provocan las situaciones para los jóvenes. El antropólogo estadounidense, Jules Henry, habló sobre algo parecido en los años cincuenta en su obra Culture against man: las preocupaciones de los jóvenes sobre su imagen corporal los lleva a fuertes depresiones cuando no pueden satisfacer las pautas de comportamiento pertinentes del uso de la Moda y el estatus.

La erótica propuesta en los artículos publicitarios también es aprendida y recreada en los eventos públicos. La publicidad impresa presenta en su mayoría modelos de origen caucásico portando la mercancía de las marcas. Incluso en recurrentes ocasiones son actores de Hollywood o músicos de MTV y "artistas" de Estados Unidos quienes posan para la publicidad. El interés por la imagen corporal exportada desde el país vecino del norte radica en el ánimo de recreación del pueblo latinoamericano.

Los estudiantes jóvenes cada vez padecen más enfermedades como bulimia y deben ser tratadas en centros psicológicos para ayuda de la autoestima. La autoestima es el apego y el reconocimiento de sí mismo como alguien importante; esta concepción del sí mismo es afectada cuando el grupo de referencia parece inalcanzable. La publicidad impresa es la invitación a participar a un mundo "ideal"; sin embargo, la forma de llegar a él es consumiendo el producto en cuestión; los jóvenes estudiantes consumen desmedidamente los productos que se ofertan en el centro comercial Angelópolis pero no logran nunca alcanzar los satisfactores de las pautas de comportamiento pertinente sobre el fenotipo racial: no elevan su estatura; no completan los tratamientos de blanqueamiento de las pieles morenas; no pesan 50 kilogramos, como las ufanas modelos de belleza.

Los jóvenes que compran en el centro comercial Angelópolis no acuden con ropa de manta; portan la ropa de moda porque compiten por el estatus con otros jóvenes, el estatus les otorga el derecho de admisión en los antros: los cubre de gloria como guerreros victorioso; incluso, para quienes compran ropa de marca continuamente las cuestiones de flirteo y galantería son ínfimas. Las eróticas y estéticas satisfechas desde el uso de ropa de marca y los fenotipos raciales caucásicos embelezan la mirada de los paseantes dotando de estatus a quienes pueden cumplir estas pautas de comportamiento pertinentes.

Entrevistador– ¿Conocen los huipiles?

Pamela y Natalia– Sí.

Entrevistador– ¿Los usarían para ir al antro?

Pamela– Si están de moda sí. (Risas)

Natalia– Yo no creo que se pongan de moda nunca.

Entrevistador– ¿Por qué lo dices?

Natalia– Porque están culerísimos. [15]

Las pautas de comportamiento también son exportadas por medios de expresión artística como el cine y la música. La alianza que hacen las grandes corporaciones de ropa de marca con otros medios es preocupante. Ahora, las películas y los eventos musicales se vuelven publicidad para los estereotipos ideales de comportamiento según los designios de occidente, la alianza con los canales de televisión de paga como MTV, VH1, Fashion TV, establece las normas en esta nueva expansión cultural de las marcas. Naomi Klein propuso un estudio exhaustivo sobre ésta expansión y en 2000 publicó su libro No logo (Sin etiqueta) en Canadá. Klein es una reportera interesada en el impacto cultural de la publicidad y la economía del subdesarrollo que encubre, (entendemos subdesarrollo no como una fase de la economía nacional, sino como una relación social de explotación). Klein afirma:

El estado actual de expansionismo cultural de las marcas va mucho más allá del tradicional patrocinio que practicaban antes las empresas: el acuerdo clásico por el que una compañía dona dinero para la realización de un evento a cambio de que su logo aparezca en una bandera o en un programa. Más bien se trata del enfoque que aplica Tommy Hilfiger consistente en la ostentación frontal de la marca aplicándola a los paisajes urbanos, a la música, a la pintura, al cine, a las celebraciones comunitarias, a las revistas, a los deportes y a las escuelas. Este ambicioso proyecto convierte al logo en el centro de todo lo que toca: no es sólo un agregado ni una asociación feliz de ideas, sino la atracción principal (Klein, 2001: 57).

La marca es punto central de referencia para el uso de indumentaria como forma de reconocimiento de los jóvenes universitarios que acuden a reunirse en el centro comercial Angelópolis. El centro comercial representa, además del lugar de reunión y recreación, un campo de batalla donde los jóvenes que se presentan deben vencer en la competencia y la lucha por el estatus.

4. 3. EL CENTRO COMERCIAL COMO LUGAR ANTROPOLÓGICO.

Marc Augé afirma en su libro Los no lugares que existen espacios que la antropología no puede estudiar metódicamente (Augé, 1989); no son lugares clásicos de los estudios sociales pues el contacto que mantiene con sus ocupantes es efímero. Desde la antropología Augé considera éstos como No-Lugares, o lugares no sociológicos, por carecer de relevancia teórica para los presupuestos empíricos de las ciencias sociales.

El no-lugar es definido por sus ocupantes al ser solamente un lugar destinado para el desplazamiento (aeropuertos, metro, vialidades), son no-lugares pues su función es permitir el contacto entre lugares que sí son antropológicos (ciudades, centros turísticos), que guardan una historia y son definidos por la identidad de sus habitantes, que siente un arraigo al lugar.

Para Augé el anonimato es otra condición de los no-lugares; quiénes atraviesan el no-lugar se ven despojados de su identidad al estar lejos de su territorio, no hay fundamento pertinente en sí mismos para la justificación de su identidad; quiénes se encuentran en los lugares de paso no establecen relaciones con otros paseantes, por lo menos no íntimamente. La rapidez con que atraviesan los paseantes hace del no-lugar un espacio sin identidad y fútil para la comprensión científica. Por último, los paseantes no establecen ninguna relación con el lugar; no existe la idea de apropiación más que del aprovechamiento de la funcionalidad de los espacios. Los no-lugares son también los centros comerciales y las plazas públicas donde se vende ropa de marca; Augé afirma en su libro:

Se ve claramente que por "no lugar" designamos dos realidades complementarias pero distintas: los espacios constituidos con relación a ciertos fines (transporte, comercio, ocio), y la relación que los individuos mantienen con esos espacios. Si las dos relaciones se superponen bastante ampliamente, en todo caso, oficialmente (lo individuos viajan, compran, descansan), no se confunden por eso pues los no lugares mediatizan todo un conjunto de relaciones consigo mismo y con los otros que no apuntan sino indirectamente a sus fines: como los lugares antropológicos crean lo social orgánico, los no lugres crean la contractualidad solitaria. ¿Cómo imaginar el análisis durkheiminiano de una sala de espera de Roissy? (Augé, 1998: 98).

Para Augé, el lugar contiene estas condiciones: es ocupado por los nativos; en él trabajan sus habitantes; los habitantes lo defienden; marcan sus puntos fuertes; cuidan las fronteras; señalan la huella de las potencias infernales o celestes; señalan la huella de los antepasados; es un lugar de ofrendas y sacrificios; es el lugar de culto; es donde el etnólogo puede describir la repartición de tierras y agua, y trazar el plano de los pueblos explicando las reglas de residencia.

Para acercarnos al centro comercial Angelópolis de la ciudad de Puebla no podríamos hacerlo siguiendo la explicación de no-lugar de Augé; debemos explorar este espacio siguiendo la descripción de "lugar antropológico" de Augé para verificar si es un "no-lugar" o si definitivamente existe una relación entre los paseantes y la estructura física del centro comercial.

4. 3. 1. EL ENTORNO.

La plaza comercial Angelópolis está situada en una zona de rápido desarrollo en la ciudad de Puebla: Boulevard del niño poblano no. 2510, esquina Autopista Puebla-Atlixco; con una extensión de 25.24 hectáreas, la plaza es la más grande de la ciudad. La plaza comercial está abierta desde 11:00am hasta 8:00pm en la zona departamental y desde 12:00pm hasta 12:00am para los restaurantes. La confluencia es variada y se estima que asisten cerca de un millón de personas al mes.

Recordemos las características de l lugar antropológico para Augé. El primer punto que propone Augé, es el lugar habitado por los nativos. Si bien se afirma que no hay persona que tenga su domicilio ahí, podemos asegurar que la recurrencia de las visitas no es fortuita. Entre todos los sectores que asisten están son jóvenes universitarios quienes van con afluencia las tardes entre semana y casi todo el día los fines de semana.

La plaza tiene un gran estacionamiento alrededor; por las mañanas, entre semana, se ve mayor acumulación de automóviles en la entrada de las tiendas Liverpool y Palacio de Hierro, es porque más amas de casa asisten por las mañanas a estas tiendas, la mayoría son mujeres mayores y casi no se observan caballeros, niños o adolescentes. Al medio día el estacionamiento de la zona de restaurantes se ve casi igual de poblada por la gente que descansa de sus trabajos para ir a comer. Por las tardes se reparte la acumulación de automóviles en el estacionamiento por todas las entradas de la plaza. Un dato curioso es que las personas de mayor edad acostumbran automóviles grandes y los jóvenes autos compactos, es una generalidad y pocos se salen de la norma.

Los fines de semana la zona de estacionamiento de restaurantes y la entrada directa al cine se ve abarrotada de automóviles; son tantos, que en esa zona se construyó una zona de estacionamiento en segundo piso sobre el que ya estaba; los jóvenes universitarios prefieren esa entrada. Afuera de Sanborns se reúnen para charlar y esperar a sus amigos para ir a comer o entrar al cine; al cine van más personas los miércoles porque es más barato y los fines de semana porque descansan de los trabajos y la escuela.

Los jóvenes pasean por la plaza cuando ahí están; también se reúnen por mucho tiempo en la zona de restaurantes y el comedor de la plaza. Algunos estudiantes trabajan en el centro comercial cuidando locales y atendiéndolos; me informan que les gusta mucho su trabajo porque les hacen descuentos para comprar ropa o mercancías de las tiendas en que laboran. Quienes trabajan no reciben prestaciones y el sueldo varía de $2"000.00 a $4"000.00 al mes; los requisitos son: "tener certificado de preparatoria, ganas de trabajar y buena presentación". El requisito de ganas de trabajar me recuerda el segundo punto que propone Augé para que sea el centro comercial un lugar antropológico: es el lugar en que trabajan los nativos. Algunos jóvenes universitarios que trabajan ahí provienen de carreras sociales, la excusa que dan es que al ser carreras poco técnicas pueden llevar las tareas al trabajo; la mayoría de chicos que trabaja en las tiendas departamentales, o que vende boletos en las taquillas del cine, acuden al trabajo con las lecturas que los profesores piden hacer en la universidad.

La buena presentación que necesita el joven va de acuerdo a los fines del centro comercial sobre difundir las tendencias estéticas apropiadas (propuestas desde los países occidentales), y que identifican lo bueno como "de moda". Los jóvenes universitarios acostumbran trabajos de medio tiempo en tiendas pequeñas como: joyerías, tiendas de zapatos, accesorios, tiendas departamentales medianas como Zara o Julio. También hay jóvenes que trabajan tiempo completo en los cines Cinépolis y las tiendas departamentales grandes como C&A, Palacio de Hierro, Sears y Liverpool.

El tercer punto que propone Augé es que el lugar sea defendido por los nativos. Los trabajadores de las tiendas de marca pueden ser entrevistados para saber más al respecto, Carla Amador trabaja en la tienda Lacoste y nos cuenta sobre la forma de apropiación del espacio del centro comercial según las preferencias que suponemos estéticas por no encontrar otro denominador a la dicotomía fresa/naco:

Carla– Cada quien su plaza, nosotros (los fresas) no vamos meternos a plaza Loreto y los nacos no vienen a meterse a Angelópolis, ya saben que aquí no los queremos.

Entrevistador– ¿Nacos?

Carla– Sí, bueno, ¡pobres!

Entrevistador– Ok, pobres o nacos es lo mismo. ¿Qué los hace pobres o nacos? ¿El ingreso económico familiar acaso?

Carla– No, puedes tener todo el varo del mundo, pero si te vistes mal y eres de esos que hace nacadas, pues eres un naco, y seguramente te va a gustar más ir a plaza Loreto donde hay más nacos que Angelópolis donde la gente es más fresa.

Entrevistador– Estoy desorientado, por favor explícate más.

Carla– ¡Sí!, los que vienen aquí es porque son más fresas, les gustan las cosas de moda y son más del estilo de aquí, y los nacos son los que oyen cumbias y se visten con ropa naca, ¡son nacos!

Entrevistador– Ok, y decías que "los nacos" no vienen aquí.

Carla– No, porque no es un lugar para nacos, es para fresas.[16]

El siguiente punto es los nativos marcan los puntos fuertes del lugar. Los puntos fuertes están marcados como zonas de encuentro entre los paseantes. Los visitantes mayores de treinta años se reúnen dentro de los restaurantes; los de entre dieciocho y treinta años, en el comedor general; por último, los más chicos, desde 10 años en adelante, afuera de Sanborns junto al estacionamiento; algunos, también, en el primer piso a la entrada del cine. Los puntos fuertes están marcados por las tiendas con la intencionalidad del encuentro; es decir, en los lugares donde se reúnen los jóvenes abundan las tiendas dedicadas a jóvenes; donde se reúnen niños hay juegos de video y tiendas de dulces. La geografía del lugar expresa una intencionalidad sobre los puntos fuertes con la magnitud exorbitante de las tiendas más prestigiosas, que en este caso son Liverpool y Palacio de Hierro ocupando, cada una, los extremos de la plaza en inmensos territorios.

El quinto punto de Augé es los nativos cuidan las fronteras del lugar. Esta situación puede ser atendida desde la actitud de los visitantes hacia otros paseantes, en términos del ya mencionado "derecho de admisión". Los accesos de entrada están cuidados por policías municipales que custodian las tiendas y hacen recorridos en el estacionamiento; sin embargo, hay otro tipo de barreras que vencer: los prejuicios raciales y las actitudes despectivas con los menos pudientes. Se nota claramente que los paseantes habituales dirigen miradas de desprecio hacia quienes asisten sin vestir ropa "buena": paseantes que no acatan las formas ostentosas de vestir y por ello se ven menospreciadas por las miradas de los nativos.

No hay niños pobres en la plaza; no hay gente pidiendo limosnas porque los policías tienen la obligación de detener todo tipo de persona non grata en la plaza. Quienes entran a la plaza y recorren los pasajes de las tiendas deben someterse a la minuciosa exploración de miradas que cataloga su persona con base en su indumentaria. La estudiante Diana Calderón afirma que hay más tensión cuando recorre la plaza pública que cuando hace un examen final en su universidad.

Diana– Está más cabrón pasear por Angelópolis a lo largo, ir de un lado a otro, que ir a una entrevista de trabajo o hacer un examen profesional, ¡no manches! Para empezar, la gente que te ve lo hace con ánimos de encontrar fallas, no les importa nada, solo quieren despreciarte.

Entrevistador– ¿Te sientes en franca competencia con las otras chavas que asisten al centro comercial?

Diana– Yo no, ¡ellas!, pero sí te das cuenta que lo quieren es criticar nada más, por eso las chavitas se mueren por la aceptación, si tienen que ser delgadas se vuelven bulímicas, si tienen que ser princesas se ligan al huey con carro, así es la cosa, se vuelven "novias trofeo", eso quieren ser, eso es su meta en la vida.[17]

Llamamos de forma irónica "frontera del imaginario" al umbral de aceptación que los paseantes necesitan despertar en los visitantes recurrentes. La mirada quisquillosa que los visitantes recurrentes hacen a los paseantes se llama "barrer con la mirada": un escaneo con los ojos desde la cima de la persona hasta los pies recorriendo todo el cuerpo intentando no perder algún detalle importante. Cuando "barren" con la mirada se fijan en la combinación de colores, las texturas de la ropa, las marcas de ésta, la talla de la persona, los accesorios, su combinación, la altura de la persona, su color de piel, la complexión, y la forma de caminar o tenerse en pie; en fin, demasiadas exploraciones mentales a las que se someten los paseantes del centro comercial. Los jóvenes que se reúnen en las fuentes de la plaza disfrutan "barrer" a la gente con actitud despectiva a los más humildes y con actitud arrogante a los más opulentos. Esta situación nos acerca a la siguiente lectura sobre la autenticidad de un lugar antropológico en el centro comercial y la relación íntima entre los visitantes y el lugar: el ambiente.

4. 3. 2. EL AMBIENTE.

La relación íntima entre los visitantes y el lugar está marcada por situaciones que sólo se pueden explicar desde el imaginario ritual de los visitantes. El imaginario ritual es la suerte de concepción del lugar que tienen los "nativos" en su imaginario, y que es reafirmado en la emotividad de las personas con respecto de la geografía del centro comercial. El imaginario ritual une explicaciones racionales con emotividad e irracionalidades en los eventos itinerarios.

Un punto importante para Augé es que los nativos señalan la huella de las potencias infernales o celestes; considero prudente abordar esta diferencia según las tendencias de ropa que proponen las marcas sobre la indumentaria apropiada para la edad y el género de las personas que asisten al centro comercial, así como las alusiones culturales sobre la maldad/bondad y sus referentes concretos inmediatos como el color rojo y el blanco. Los referentes concretos inmediatos de los imaginarios rituales intentan explicaciones y fundamentaciones de la imagen corporal con respecto de los estereotipos arraigados en occidente y sus significaciones culturales, por ejemplo: la combinación patriótica de Estados Unidos con la combinación de colores blanco, rojo y azul; el color rosa para denotar inmadurez biológica femenina; los colores "secos" que hacen alusión al ejército y las fuerzas armadas, y algunos clichés más.

Las potencias infernales o celestes son delimitaciones imaginarias producto de los departamentos de ropa en las tiendas y el centro comercial. Los departamentos están divididos según el género de los compradores y los accesorios (zapatería de hombre, zapatería de mujer, ropa interior de hombre, lencería femenina). Los colores usados para decorar las secciones de las tiendas departamentales y los restaurantes también han sido elegidos para atraer las vistas de los sectores sociales a quienes está dirigida la ropa o la mercancía.

Los jóvenes gustan comprar ropa en un área especial de la tienda departamental Palacio de Hierro que considera "Jóvenes Universitarios" como un departamento particular. Se venden marcas como Life is Good, Diesel, Gap, Adidas, etcétera. Es un círculo completo con ropa de hombre y mujer alrededor y en el centro discos compactos de música y películas. Considerar a los jóvenes para un nuevo departamento es novedoso y corrobora la afirmación anterior sobre las delimitaciones de los imaginarios rituales de sectorización en la geografía del centro comercial. Ningún joven se ve en las zonas de tiendas de mujeres mayores, niños o el departamento de "Ropa Formal". Acuden a las tiendas de Mossimo, Zara y C&A. sin detenerse en las tiendas de Julio, que es ropa para mujeres mayores o las tiendas de artículos para bebé.

Que los nativos señalen la huella de sus antepasados es el siguiente requisito de Augé. La huella de los antepasados me parece reflejada en la indumentaria "retro" que se acostumbra en algunas temporadas del año: comúnmente los diseños de ropa destacan influencias anteriores como la recuperación de cinturones de 1950 a la cintura y no a la cadera, los moños en las blusas al estilo de 1940, o algunas otras cuestiones como las reivindicaciones a modas o diseñadores antiguos; de hecho la mayoría de las marcas "prestigiosas" tienen fotografías antiguas de sus tiendas durante los años 40 y 50 para demostrar los años que tienen produciendo ropa y con esto "avalar" su permanencia en el medio.

Sin importar la adscripción a grupos contraculturales nacidos en consonancia con géneros musicales como el grunge, el punk, el rock, el pop, por mencionar algunos, los jóvenes pueden adquirir ropa que los identifica en estos estilos occidentales de música. Sin importar tampoco que la esencia de muchos fueron movimientos contraculturales, o underground, los aditamentos de su indumentaria se venden hoy en los centros comerciales y permiten a los jóvenes reivindicar personalidades particulares como las playeras a rayas horizontales de Sid Vicius (cantante del grupo de punk "Sex Pistols") o incluso los pantalones caki Dockers que usó Jack Kerouac (Klein, 2001), esta es otra forma de señalar la huella de antepasados de la cultura occidental que usaron la ropa de las marcas en cuestión.

Las formas sociohistóricas de consumo actual representan una nueva problemática pero sabremos sobreponernos a la ignorancia si consultamos de nuevo las fuentes sociológicas, antropológicas y económicas de los latinoamericanistas de años anteriores. Pensadores que aun trabajan en universidades públicas y privadas o para organismos internacionales como Rodolfo Stavenhagen, Aníbal Quijano, Walter Mignolo, Enrique Dussel, entre otros, alguna vez propusieron formas de pensar que fueron echadas en sacos vacíos por los aparatos de gobierno; hoy, después de casi cincuenta años de diálogo retomamos las posturas de algunos de los pensadores de esa época para acercarnos a una propuesta epistemológica del fenómeno de la Moda y el reconocimiento de los jóvenes universitarios por su indumentaria.

CAPÍTULO CUARTO:

La colonialidad y la antropología como ciencia crítica

La epistemología crítica latinoamericana es la forma socio-histórica de pensar la realidad y hacer teoría sin justificar entradas violentas y colonizadoras de ningún tipo. Es epistemología porque se reconoce como una forma de construir conocimiento. Es latinoamericana porque privilegia su lugar de enunciación y por ende el devenir histórico y la situación geopolítica donde se inaugura y desde donde dialoga. La epistemología reconoce el lugar de enunciación considerándolo no solamente geográfico sino también enmarcado por las relaciones de poder desde donde se construye la inter-subjetividad; por lo tanto, es el PODER última y primera categoría de referencia al momento de explicar las relaciones sociales y son los estudios que atraviesan lo político de la vida social quienes tienen por centro al Poder y como plan de acción la liberación, entendiendo por proyecto de liberación la exterioridad del Otro:

El proyecto de liberación de los oprimidos y de los excluidos se abre desde la exterioridad del Otro, más allá (jenseits) de toda situación dada. La construcción de alternativas, aún si fuera necesario (lo que no puede descartarse a priori) la de una utopía histórica o de una nueva sociedad, no es "aplicación" de un modelo o situación ideal o trascendental, ni tampoco el cumplimiento auténtico de un "mundo de la vida" dado (sea este el moderno u otro), mucho menos pensando como movimiento indefectible de una lógica necesaria (la de una teleología o razón histórica de Hegel o del marxismo Standard o staliniano), sino un "des-cubrimiento" responsable como respuesta a la "interpelación" del Otro, en un lento proceso prudencial (donde la teoría de una "comunidad de comunicación real", que llega racional y procesualmente al consenso con validez intersubjetiva, nos ayuda para mejor comprender el desarrollo electivo de la frónesis de liberación), donde el filósofo (como el "intelectual orgánico" de Gramsci) debe tomar en serio las motivación éticas (con Taylor) de la liberación de los oprimidos y excluidos (Dussel, 2001: 132).

La epistemología latinoamericana tiene sus inicios junto al proyecto político latinoamericano nacido de los idealistas libertarios de la etapa emancipadora de las colonias. Sin idearios políticos como los de Bolívar y José de San Martín no podríamos rescatar una identidad socio-política-cultural básica para la relación con los demás países latinoamericanos y del caribe. Pese a lo que se piense, la epistemología crítica latinoamericana no refuerza racismos de ninguna clase; tampoco es un proyecto económico que siga los lineamientos de socialismos extranjeros y mucho menos una religión que profese la liberación del pueblo elegido; retomamos la definición de Jorge Lora sobre la epistemología crítica:

La epistemología crítica en América Latina ha llegado a presentar no una opción cientificista para una mejor manera de dar cuenta de lo dado, sino que se centra en cómo lo dado puede ser transformado, en el tiempo presente y en la posibilidad de conformación de sujetos alternativos. Esto lleva a transformar la noción de predicción en construcción del espacio de lo posible para la acción de los sujetos viables (Lora, 2005: 85).

Un aspecto inconfundible, y que es el motivo de este último capítulo, es recalcar que la Epistemología Crítica Latinoamericana siempre ha estado en contra de toda irrupción violenta y colonialista de países extranjeros en territorios de Nuestra América. La colonialidad percibida como el proceso en que un ego conquiro desplaza del plano central de la relación social al otro (al perdedor de la batalla), a una relación no social, sino material y de posesión (definición nuestra) siempre ha sido punto de encuentro, de inicio, de alcance y antagonismos de la epistemología crítica.

Al abordar el tema de los artificios identitarios nos detuvimos en detallar los aspectos que hacen identitario a la objetivación de un saber que se presupone público, como lo es la indumentaria y sus discursos implícitos; sin embargo, punto más allá discutible es la postura de las ciencias sociales con la estructura de representación y reproducción de la vida social que es la colonialidad. Esta estructura de representación no es vana trayectoria de los discursos; por el contrario, establece las pautas de comportamiento escondidas en la práctica indumentaria y se reconoce en la retórica fundamental de los discursos públicos pudiendo ser éstos: orales y visuales. A lo largo del trabajo de campo se pudieron rescatar charlas que pasarían como jerga juvenil; empero, la ciencia crítica disecciona los discursos (tanto visuales como orales) y alude a la situación política de dominación para desentrañar sus bases y patrones de reproducción; pongamos un ejemplo, durante la charla con las estudiantes Natalia y Pamela nos damos cuenta de un fetiche revelador sobre el imaginario de la masculinidad y la feminidad, cuyos pautas de comportamiento se dan gracias al tipo de indumentaria:

Entrevistador– ¿Generalmente cómo visten ustedes para salir con sus novios o parejas?

Pamela– Yo trato de verme bien, o sea, nada gata ni tampoco enseñando mucho porque luego es molesto que te estén viendo ahí y tú no sabes ni que onda y hasta tu huey anda todo apenado porque tú enseñas mucho.

Entrevistador– ¿Y tú Natalia?

Natalia– Pues yo a veces ando muy fresa, digo, si te van a llevar a un buen lugar pues ni modo que andes toda fachosa, o igual si nada más voy a su casa pues a veces sí nada más unos tenis y jeans.

Entrevistador– ¿Importa mucho a donde vas para elegir el conjunto?

Natalia– ¡Obvio!, ni modo que vayas de pijama al antro. (Risas)

Entrevistador– ¡Claro!, me refiero a los lugares que vas a visitar, me decías de ir a su casa de tenis, pero a otros lugares si vas arreglada.

Natalia– ¡Ah! Pues sí, si vas a un lugar "nice" pues te arreglas.

Entrevistador– ¿Prefieren algún tipo de ropa?

Natalia– ¿Para arreglarme? Pues ropa que se me vea bien.

Entrevistador– ¿Bien en el sentido de combinación?

Natalia– Bien en el sentido de todo, que esté de moda, que se me vea bien, que combine con el carro. (Risas)

Entrevistador– ¿Cómo les gusta que los hombres vistan?

Natalia– Que se vean bien, ni que anden marros ni tampoco muy mamones.

Pamela– Que se vean varoniles.

Entrevistador-. ¿Varoniles?

Pamela– Pues sí, luego usan la ropa muy pegada y parece de vieja, o las playeritas que se ven todas mal.[18]

La conceptuación de un tipo de masculinidad y feminidad es dirigida desde los aparadores y es material para los diseños de nuevas vanguardias en la Moda, los temas sobre lo que es apropiado para el hombre y la mujer es la programación de la erótica siempre presente en los catálogos de ropa; la Antropología como ciencia crítica lo tiene presente: las relaciones de dominación que invaden los campos culturales y se pretenden totalizadores, homogeneizadores desde el centro y homologadores desde la periferia.

Desde la primera concepción de Latinoamérica hasta la defensa de nuestros países con bases filosóficas de primera calidad, la colonialidad como proceso de dominación y dependencia ha sido el enemigo a vencer de los filósofos comprometidos seriamente. Hoy en día los filósofos que continúan esta tradición de pensamiento están diseminados por todo el globo y se encuentran en verdaderos debates de distintas áreas de la producción teórica. Desde debates de política con los escritos de Álvaro de Vita y Atilio Borón, hasta los diálogos filosóficos de Santiago Castro-Gómez, Edgardo Lander, Aníbal Quijano y Walter Mignolo, se pone énfasis en la colonialidad en distintos espacios de la vida social; desde el poder, hasta el saber pasando por el hacer y las prácticas cotidianas de reproducción de la relación colonial, Arturo Escobar sustenta lo antes dicho:

Un aspecto final de la persistente marginalización del lugar en la teoría occidental es el de las consecuencias que ha tenido en el pensar de las realidades sometidas históricamente al colonialismo occidental. El dominio del espacio sobre el lugar ha operado como un dispositivo epistemológico profundo del eurocentrismo en la construcción de la teoría social. Al restarle énfasis a la construcción cultural del lugar al servicio del proceso abstracto y aparentemente universal de la formación de capital y del Estado, casi toda la teoría social convencional ha hecho invisibles formas subalternas de pensar y modalidades locales y regionales de configurar el mundo

(Escobar, 2000: 116).

La apropiación del espacio público para los jóvenes que usan ropa de marca parte de la indumentaria como hecho revelador ante el diálogo cara a cara de las personalidades preferentes; es decir, llama más la atención en un espacio público la persona que viste según los patrones estético y eróticos propuestos por la Moda (cuyo consenso es positivo gracias a la publicidad); la charla con Vianey Askins en la plaza Angelópolis el día primero de abril nos dice más al respecto sobre los patrones estéticos:

Entrevistador– ¿Das algún mensaje con la ropa que utilizas?

Vianey– ¿Cómo mensaje?

Entrevistador– ¿Te vistes de acuerdo a sentimientos que expresas, ideas que tienes dentro, para declarar algo?

Vianey– ¡Ah, claro!, es como a veces que estoy feliz, quien sabe porque, porque ví a mi novio y lo quiero mucho, o me siento bien con mi familia y me visto más de colores más claros, o si ando toda apurada pues a veces ni me importa como me vista y hasta mis amigas me dicen que si estoy mal o algo, porque hasta me ven medio mal.

Entrevistador– ¿No solo tú expresas una emotividad con tu vestir, también tus amigas perciben o creen percibir cierta emotividad en tu indumentaria?

Vianey– Sí, de hecho pues de eso se trata, porque "los emos" se visten así como tristes y pues es lo que quieren parecer, que están tristes.

Entrevistador– Escoge en este momento a alguien que pase caminando frente a nosotros y dime que percibes de la persona.

(Pasa una señora vestida con conjunto beige y bolso blanco, zapatos blancos)

Vianey– Pues de ella nada, equis.

(Niños con playeras de colores y pantalones de mezclilla)

Vianey– Ellos, pues equis, niños, a veces ni escogen ellos su ropa.

(Joven de traje, hablando por celular)

Vianey– Mira, por ejemplo él, se ve muy seguro de sí mismo, te apuesto a que le va bien.

Entrevistador– ¿En dinero?

Vianey– No, en todo, se ve bien seguro, su traje está padrísimo y se ve muy bien, como que no se ve estresado.

Entrevistador– Es la tercer o cuarta persona que pasó por aquí, ¿por qué lo elegiste a él y no a la señora del principio?

Vianey– Porque se veía mejor.

Entrevistador– ¿Por qué lo dices?

Vianey– Pues estaba más arreglado como para venir.

Entrevistador– ¿Al centro comercial?

Vianey– Sí.

Entrevistador– ¿Te llamó más la atención su ropa y por eso lo elegiste a él?

Vianey– Cuando ves a una persona lo primero que ves es cómo camina, cómo se ve, cómo se viste, y se veía mejor.

Entrevistador– ¿Tú crees que para ser más visto en un espacio público como el centro comercial influye mucho como me vista? ¿O es tema de segunda importancia?

Vianey– ¡No!, pues es muy importante, de hecho a parte para eso es, para que te vean, ¡ni modo que te arregles para que no te vean![19]

La centralidad del discurso visual desde la óptica del joven que consume ropa de marca está teñida por una serie de artilugios que varían en forma sobre las pautas de comportamiento con las que se decide la indumentaria habitual. La entrevistada dio pistas sobre sus intereses al observar a personas pasear y sobre todo el recalco a la imagen corporal con base en atuendos que se consideran de Moda.

La colonialidad de los imaginarios es propuesta como la programación de pautas de comportamiento difundidas mediante diversos mecanismos: la música, el cine, la literatura; nosotros nos detuvimos en la importancia de los catálogos impresos de ropa de marca como medios de seducción y como interiorizadotes de la estética y la erótica cuya imagen prototipo proviene de caracterizaciones de la vida social con un grupo de referencia ideal que transmite los patrones de comportamiento adecuados del serestar-en la modernidad. De los debates obtenidos desde la perspectiva crítica de la epistemología latinoamericana, uno de los más importantes ha sido la puesta a prueba del "mito de la modernidad" y por supuesto de la "post-modernidad", de la emancipación del conocimiento civilizador ante los pueblos bárbaros y atrasados. Se superó también el espejismo esperanzador de las propuestas multiculturalistas que desdeñaban lo político de las relaciones "trans-culturales". La colonialidad atendida en sus formas cotidianas de reproducción en (y para) la vida social son objeto de análisis de los tres capítulos anteriores en función de la construcción de un diálogo serio que se adscriba a la epistemología crítica latinoamericana.

Nos alejamos significativamente de la aprobación de las llamadas filosofías posmodernas que aseguran la interconexión total de todos los puntos de la tierra; ya son lugar común las aseveraciones del tipo: "desayunar en Tokio comida tai y cenar en Nueva York pollo orgánico de las praderas suizas"; estos enunciados que aseguran la entrada triunfal del capitalismo surgen desde una posición privilegiada en la economía de los países del centro; sin embargo, hasta en Londres hay homeless, y racaille en París. Lo que deseamos discutir es la posición de enunciados "enclasados" que no pasan de ser alusiones enajenadas y aún así se proponen como "filosóficos".

Las formas de relación de dependencia y exclusión que se desarrollaron con el capitalismo impulsan cada vez más a los grupos sociales de los países periféricos a resguardarse, cuidar con las armas su tradición y defender su costumbre. Desde el imaginario que intentamos diseccionar con los jóvenes universitarios nos damos cuenta de varios elementos que parecen incompatibles con nuestra sociedad y, sin embargo, son lugar común en la forma de pensar de los jóvenes: las aseveraciones que se hace sobre la piel, la erótica y las cuestiones de la personalidad nos incitan a pensar en la colonialidad como sinónima de la enajenación del modelo de producción dependiente en América Latina. Sobre la representación mental del tono de piel en el imaginario del joven universitario nos platica Álvaro, joven de la carrera de Derecho de la BUAP, de 23 años:

(Al hablar sobre los antros y los lugares de distracción)

Álvaro (Risas) Bueno, tú puedes andar muy bien vestido pero si estas muy naco no te van a dejar entrar.

Entrevistador– ¿Cómo podría estar muy naco?

Álvaro (Risas) Pues un naco es una persona que escupe en la calle, que no se sabe comportar: un indio.

Entrevistador– Recurriré en este momento a la concepción de Indio que intentan trazar una identidad basada en la identificación étnica, ¿un indio es un naco?

Álvaro– No, así como lo dices, un indio es una persona que merece respeto; pero así se les llama a los nacos, indios. Yo no tengo nada en contra de los indios, pero a los que son nacos se les dice indios.

Entrevistador– Va de nuevo, creo que ya te perdiste, ¿cómo es un naco?

Álvaro– Pues mira, tú puedes ser naco, o sea, te ves equis pero a la hora les gritas a las chavas y te comportas como albañil, pero aparte si te ves muy prieto pues te ves muy naco.

Entrevistador– ¿Tiene que ver mucho el tono de piel para ser apelado naco, o sea, para ser llamado naco?

Álvaro– Sí, eso sí, si estas muy prieto eres muy naco.

Entrevistador– En el antro, ¿entran los nacos?

Álvaro– Pues sí, si llevan varo pues sí, pero es más fácil que te dejen entrar si vas en tu carro y te ven carita, que si estás prieto y llegas en camión. (Risas)

Entrevistador– Ahora el perdido soy yo, ¿es cuestión inseparable el nivel adquisitivo del tono de piel?

Álvaro (Risas) Pues no, pero es más fácil ver a un prieto en la combi, que a un carita.

Entrevistador– ¿Cómo es un "carita"?

Álvaro– O sea, un güerito.

Entrevistador– Deja resumir al naco: es una persona con actitudes lascivas a las mujeres; que no respeta los espacios públicos; es decir, que escupe en el suelo; anda en transporte público, y sobre todo es de tonos de piel obscura.

Álvaro– Más o menos, porque también hay nacos que tienen carro.[20]

Bajo la óptica crítica desentrañamos la representación mental y la alusión de personalidad que surge desde el tono de piel y que se encuentra arraigado en bastantes jóvenes que viven día a día bajo la influencia de los patrones de comportamiento occidentales; los jóvenes se aseguran de seguir al grupo de referencia ideal desde las bases estéticas hasta las eróticas. Creemos que la influencia que se hace con la colonialidad sugiere un tipo de vida ideal a partir también del tipo de ropa que se usa; para ello, continuamos la entrevista con el estudiante y profundizamos sobre sus gustos de ropa:

Entrevistador– ¿Qué tipo de ropa usas generalmente?

Álvaro– Pues no tengo un tipo de ropa que sólo use, me pongo lo que me gusta.

Entrevistador– ¿Dónde compras tu ropa?

Álvaro– A mí me gusta más Palacio de Hierro, tienen más marcas.

Entrevistador– ¿Qué marcas usas?

Álvaro– Igual, te digo, si me gusta pues me la compro y ya.

Entrevistador– ¿Dónde más compras ropa, el tianguis, Aurrera, boutiques del centro?

Álvaro (Risas) ¡Sí, de a diez pesos!, no pues, en Liverpool y Sears, son donde más.

Entrevistador– Esas tiendas están en Angelópolis.

Álvaro– Sí, también está Florsheim, de ahí son mis zapatos (Me muestra sus zapatos), hay buenas tiendas de trajes, como nos piden mucho usar traje en "la uni".

Entrevistador– ¿Te basas en los catálogos de las marcas para elegir tus compras?

Álvaro– Sí, siempre, ahí ves que cosas combinan con qué y a veces la ropa no la tienen tan a la mano y ya preguntas dónde están y te las traen.

El siguiente paso en esta propuesta es involucrar los conceptos y categorías de la Antropología Clásica bajo la mirada de la Epistemología Crítica con fines de conmensurar las teorías y ponderar su legitimidad. Desde la Antropología Filosófica algunos pensadores se han aventurado a pensar la situación del ser humano en comunidad con fines diagnósticos y propositivos; sin embargo, hoy nos aventuramos a la propuesta real de vinculación de dos saberes vigentes, celosos de sus métodos.

El método que proponemos para alcanzar una Antropología Crítica Latinoamericana es la multidimensionalidad entendida como el proceso de objetivación en los análisis científicos que nace del reconocimiento de la complejización en todo aspecto de la vida y, por lo tanto, como fuente de conocimiento único; es decir, la multidimensionalidad es el rebaso de todo paradigma, y por ende de toda suerte o intención de disciplina (en su sentido científico: disciplina sociológica, disciplina antropológica).

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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