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Cosmovisión del pastor evangélico ante el deterioro del medio ambiente

Enviado por Flavio Reyes


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Marco teórico
  3. Objetivos
  4. Marco metodológico
  5. El Análisis: La conservación de la naturaleza según el principio de la Mayordomía Responsable
  6. Reflexiones: Aplicando el principio de la Mayordomía Responsable para la conservación de la Naturaleza
  7. Conclusiones
  8. Bibliografía
  9. Anexo

PARTE I

Introducción

1.1 Antecedentes

La conservación de la naturaleza no se debe basar en criterios técnicos o científicos. Se debe tener en cuenta principio morales. El problema consiste en qué podemos basar estos principios. Muchas personas de la comunidad científica creen que el criterio técnico es suficiente como respuesta, al exigir al hombre el mantenimiento de los ecosistemas para un desarrollo sustentable. Actualmente algunas religiones tienen como filosofía ver a todos los seres vivos como divinos, resucitando el panteísmo de creencias antiguas y orientales. Se cree que la cultura judeocristiana ha fallado en dar sustentos éticos para conservar la naturaleza e incluso, que justifica al hombre la explotación irracional y destructiva de su medio ambiente.

Esta disertación pretende fundamentar a la ética ambiental con un principio bíblico que se rescata de las Escrituras Judeocristianas; el hombre no es el Señor de la creación; es su mayordomo (administrador). Este principio es la Mayordomía Responsable. Dios es el Soberano de la naturaleza, y da órdenes de conservar a la tierra y a sus criaturas. Las consecuencias de no tener en cuenta este principio son registradas con claridad en el Antiguo Testamento.

1.2 Justificación

En el lapso de historia que tiene la humanidad sobre la tierra, vemos que la preocupación sobre temas ambientales es relativamente reciente. Ha sido en este siglo que nos hemos dado cuenta que los recursos naturales tienen límites, y que estamos excediendo esos límites. Los problemas del alto crecimiento demográfico, el agotamiento de recursos, las tecnologías destructivas y la contaminación lo que inició una preocupación sería de tener en cuenta el ambiente como un problema. De esta cuenta se pueden identificar 7 problemas clave que degrada a la Creación: a) la alteración del intercambio energético de la tierra, b) degradación del suelo, c) deforestación y destrucción del hábitat, d) extinción de especies, e) degradación de la calidad del agua, f) toxificación global y g) degradación humana y cultural.

Mucho se puede escribir y comentar sobre los problemas ambientales. Cada especialista presenta un caso en el cual la conclusión es común, debemos conservar nuestro medio ambiente, la contaminación y el mal manejo de los recursos naturales terminará siendo el problema más grave de los próximos tiempos si no decidimos cambiar nuestras actitudes irrespetuosas hacia la naturaleza. Sin embargo, pocos se han puesto a pensar en el origen del problema, la causa de estos males. Pragmáticamente puede afirmarse que es el mismo desarrollo de la sociedad humana, sin embargo la respuesta hay que buscarla en los principios o en la falta de principios que nos rigen. He allí la importancia del actuar del Pastor Evangélico delante de sus feligreses, demostrar y trabajar a través de la Mayordomía Responsable.

1.3 El problema

Iniciamos con una interrogante: ¿Porqué el hombre destruye su medio ambiente? La respuesta hay que buscarla en el comportamiento humano. Algunos estudiosos han unificado sus conclusiones al dar como respuesta que el origen se encuentra en la base ética, tomando como fundamento el cristianismo, la relación del hombre con el ambiente se resume en lo escrito en Génesis 1:28 "Fructificad y multiplicaos; llenar la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra". Algunos líderes ecologistas acusan a la cristiandad de usar este mandato bíblico como pretexto para destruir la naturaleza.

Entonces, como Pastores de la Iglesia evangélica, dignos Ministros de Dios y encargados de diseminar la palabra de Salvación hasta lo último de la Tierra, ¿Nos quedamos de brazos cruzados ante la destrucción de la creación perfecta lo que Dios nos legó?. Definitivamente usted que está leyendo estas líneas va a compartir conmigo esta opinión, "Debemos hacer algo por el planeta y mi responsabilidad es actuar, enseñando con el ejemplo a todos los miembros de mi Iglesia que debemos respetar el medio ambiente haciendo uso racional de los recursos y evitar la contaminación", pero … ¿como lo hago?. La respuesta a esa interrogante la veremos más adelante.

1.4 Alcances y límites

1.4.1 Ámbito geográfico

El estudio se realizó en la cabecera municipal del departamento de Escuintla, Guatemala.

1.4.2 Ámbito institucional

El estudio se efectúo por un estudiante del Seminario Teológico Misionero como trabajo de Graduación para obtener el Título de Licenciado en Teología y Ciencias Pastorales.

1.4.3 Ámbito personal:

Los resultados del estudio son dirigidos a todas las personas que tengan el cargo de Pastor o Coordinadores que manejen grupos en la Iglesia Evangélica.

1.4.4 Ámbito temporal

El período de tiempo en que se llevó a cabo el estudio fue del 31 de agosto de 2010 al 30 de enero del 2011.

PARTE II

Marco teórico

2.1 La nueva relación de la humanidad con la naturaleza y sus consecuencias en la precomprensión de la creación

Para acercarnos hoy al mensaje bíblico sobre la naturaleza es indispensable tener en cuenta que nuestra visión del cosmos coincide en muy pocos aspectos con la propuesta por la Biblia. La "precomprensión"[1], es decir, el conjunto de nuestros conocimientos y teorías explicativas sobre el universo que tiene el hombre de nuestro tiempo difiere radicalmente de la de los autores humanos de la Biblia. En particular, el cambio producido en la comprensión de la naturaleza durante los últimos tres siglos ha forzado a la exégesis y a la teología a repensar desde su raíz el mensaje creacional de la Biblia. En este sentido, el conflictivo "caso Galileo Galilei" se ha transformado en un ejemplo paradigmático de cómo se debe distinguir el núcleo del mensaje bíblico de la temporalidad de las imágenes que han servido de vehículo para la transmisión de ese mensaje.

Es importante subrayar los dos aspectos fundamentales de la nueva relación con lo natural:

2.1.1 El desarrollo de la ciencia y de la técnica.

La ciencia moderna presenta una imagen del universo en extremo compleja y variada. El cosmos se manifiesta como carente de un límite detectable, tanto en lo macroscópico (hay estrellas ubicadas a miles de millones de años luz) como en lo microscópico (tal es el caso de las partículas subatómicas). El fenómeno de la vida aparece como algo mucho más antiguo y menos simple de lo que habían supuesto la "psicología" o la biología clásicas. En otras palabras: es muy poco lo que resta de la imagen del universo que la humanidad sostuvo durante milenios, de manera espontánea o "científica".

A este dato hay que agregar el de la irrupción de la técnica y, en fechas más recientes de la tecnología, con características cualitativamente diversas de las que tuvieron en el pasado. La técnica multiplica geométricamente la potencialidad de los individuos y opera, en cierta forma, con un grado de autonomía de sus mismos artífices. Ya no se trata de una simple utilización instrumental de las cosas, tal como la conoció y la perfeccionó la historia durante siglos, sino de una verdadera superestructura que complementa y en muchos casos suplanta la acción humana. Esta nueva realidad, todavía en estado incipiente, ya está produciendo cambios prodigiosos en el escenario cósmico donde habitan los seres humanos.

2.1.2 La crisis ecológica en el planeta Tierra.

Los fenómenos señalados anteriormente están relacionados en forma directa con la llamada "crisis ecológica", que constituye una situación inédita en el planeta Tierra. Esa expresión designa el proceso de modificación y en gran medida de perturbación del ritmo de la naturaleza, un ritmo que durante toda su larga historia había conocido solamente el influjo de sus propias fuerzas. Esta modificación es fruto de la actividad del ser humano, que a través de su técnica ha logrado distorsionar prácticamente la totalidad de los ecosistemas de la Tierra. Ya no existen en este planeta lugares adonde no haya llegado la presencia humana, y es previsible que en los próximos siglos la mayoría de sus sistemas climáticos, físicos y biológicos sufrirán una modificación aún más profunda. Cabe prever, asimismo, que la expansión de lo humano se extenderá en el futuro también a otros planetas, y que el dinamismo transformador del ser humano invadirá otros ambientes del minúsculo rincón del universo en el que se desarrolla su existencia.

La especie humana, aún siendo una criatura más en el conjunto de la creación, está provocando una mutación notable en su entorno natural, debido al enorme aumento de su saber y del consiguiente acrecentamiento de su poderío. Esto implica que la naturaleza está dejando de ser para el hombre aquel espacio inmenso, misterioso e incomprensible, objeto tanto de temor como de endiosamiento, y ha pasado a ser una realidad manipulable: aunque todavía no se la ha comprendido en su totalidad, puede, sin embargo, ser conocida y explotada como si fuese un yacimiento, o ser modificada de tal manera que no queden casi rastros de su estado primigenio.

Hay, por consiguiente, una nueva visión de la naturaleza y del puesto del hombre en ella. Esta nueva visión exige la práctica de una nueva lectura del mundo como creación de Dios y de la misión del ser humano en relación con él. A la luz de estos "prejuicios hermenéuticos" habrá que realizar una nueva lectura de los relatos creacionistas y modificar el conjunto de la teología de la creación, tal como la formula el Antiguo Testamento y se completa en el Nuevo. Subrayamos algunos puntos:

2.2 Algunos aspectos del mensaje bíblico sobre la creación.

El Antiguo Testamento revela la esencial bondad de lo creado, asigna al hombre un lugar de privilegio en el cosmos y descubre las huellas cósmicas del pecado. Los dos relatos de creación que trae el Génesis presentan de diverso modo un mismo mensaje respecto del fundamento y el sentido de la naturaleza.

2.2.1 Las bases fundamentales.

El relato de Génesis 1,12,4 presenta la creación como una actividad desarrollada en seis días, que culmina con un séptimo día dedicado al reposo del Creador. Adopta así un esquema litúrgico, que incluye el descanso del último día. La progresiva aparición de los seres creados respeta un cierto orden ontológico: luz (1º), agua y aire (2º), tierra seca y vegetación (3º), luces (4º), peces y pájaros (5º), criaturas terrestres y seres humanos (6º). El hombre, por consiguiente, es presentado como la culminación del conjunto de seres naturales, irrumpiendo cuando la creación de las criaturas inferiores ya ha preparado el escenario. La estructura de cada jornada es la misma: "Y dijo Dios…y existió…y vio Dios que era bueno…y Dios (lo) llamó (x)…y pasó una tarde, pasó una mañana…".

De esta narración, cuyo objetivo prioritario no ha sido el de describir fenomenológicamente el proceso de la creación (el "cómo fue") sino su sentido fundamental en relación al creador, se pueden extraer los siguientes temas: la creación libre de parte de Dios, la "lógica" interna de esta acción divina, la esencial bondad o valor de cada una de las criaturas y la preeminencia del ser humano dentro de este universo, del cual forma parte.

El segundo relato (Génesis 2,525), atribuido a la tradición yahvista, describe de un modo más antropomórfico y pintoresco el acontecimiento de la creación, ordenando los actos creadores con un criterio distinto. Su interés primario es ubicar al ser humano en el lugar central del plan creador de Dios. Modelado "artesanalmente" de la tierra creada, el hombre es puesto en un jardín creado especialmente para él. Los árboles y los animales son creados después, y al ser humano se le confía la tarea de cuidar este territorio y de dar un nombre a los seres vivientes.

Los relatos posteriores introducen la problemática del pecado y sus consecuencias sociales y cósmicas (cf. Gen. 3,1 ss). Las referencias a la enemistad entre la serpiente y la mujer (3, 1416) y a la resistencia del suelo al trabajo del varón (3,1719) intentan explicar la nueva condición de la relación entre el ser humano y el resto de las criaturas. El relato del diluvio culmina con la alianza cósmica, celebrada entre Dios y todos los seres vivientes y sellada con el signo del arco iris (9,817).

Aquí está presente, de alguna manera, la interpretación teológica de las perturbaciones que el ser humano ha introducido en el mundo natural. Obviamente, no existe la pretensión de dar una explicación de la conflictividad natural (fenómenos meteorológicos, supervivencia de los individuos y especies más fuertes o aptas, etc.). Lo que sí se deja ver es cierta relación muy profunda entre el ser humano y el resto del mundo natural, relación que incluye una extensión del misterio de la iniquidad originado en el corazón humano.

2.2.2 La Cosmovisión del hombre.

Un texto interesante sobre el puesto del hombre en el cosmos asignado por Dios es el salmo 8:

"Señor, nuestro Dios,

qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!

Quiero adorar tu majestad sobre el cielo:

con la alabanza de los niños

y de los más pequeños

erigiste una fortaleza contra tus adversarios

para reprimir al enemigo y al rebelde.

Al ver el cielo, obra de tus manos,

la luna y las estrellas que has creado:

¿qué es el hombre para que pienses en él,

el ser humano para que lo cuides?

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,

lo coronaste de gloria y esplendor;

le diste dominio sobre la obra de tus manos,

todo lo pusiste bajo sus pies:

todos los rebaños y ganados,

y hasta los animales salvajes;

las aves del cielo, los peces del mar

y cuanto surca los senderos de las aguas.

Señor, nuestro Dios,

qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!

En un clima de admiración por todo lo creado, el salmo sitúa al hombre como centro y señor de todos los seres que pueblan el universo. La pregunta sobre el sentido del ser humano se origina en el asombro provocado por la belleza y complejidad del mundo natural: si tan maravilloso es el cosmos, más lo ha de ser para Dios la humanidad. La providencia divina sobre el hombre es perceptible a partir de lo extraordinario del mundo natural, hecho en función de él. La interconexión entre la naturaleza y el ser humano tienen en este texto una clara presentación: la primera ha sido puesta bajo su dominio o, como señala más concretamente el salmo, puesto "bajo sus pies".

2.2.3 El Nuevo Testamento.

La nueva creación y la reformulación de la tarea del hombre sobre el cosmos. Para el Nuevo Testamento, la palabra creadora es el Logos eterno. Según el prólogo de Juan (1,1ss), la palabra por la cual Dios creó el universo tiene entidad personal y divina; en otras palabras: es un alguien de Dios, que en modo instrumental pero siendo a la vez creador, diseñó y le dio existencia a todo lo creado: "Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra, y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe" (1,3). Es esta misma Palabra la que "se hizo carne y habitó entre nosotros" (1,14). Así se produce una nueva intervención del Logos creador sobre su mundo.

La encarnación del Hijo, además de implicar una serie de consecuencias sobre la dignidad del ser humano, contiene implícitas un conjunto de cuestiones relacionadas con el mundo natural. Por lo pronto, la materia no es algo negativo. Contra toda interpretación gnóstica, devaluadora del universo material, la encarnación confirma la esencial bondad de la obra de Dios, que incluye también a la corporeidad. El mismo evangelio de Juan contiene una serie de afirmaciones antignósticas que revelan la vigencia de dicha teoría. Un autor posterior, san Ireneo de Lyon (+208) profundiza esta cuestión, polemizando con un cierto tipo de gnosis que devaluaba la creación material y la atribuía a un Dios diverso del de Jesucristo: el Dios del Antiguo Testamento. Obviamente, la consideración negativa de la materia comporta consecuencias importantes para la cristología y la soteriología, así como para la doctrina sobre la Iglesia y los sacramentos. Si la creación material es mala, la encarnación es al menos vana, y nada de lo que se apoye en ella resultará de significatividad positiva.

2.3 Dos temas concretos sometidos a una nueva consideración

2.3.1 El ser humano como "señor"

Uno de los puntos más discutidos en los últimos años es el de la interpretación del hombre como "señor de la creación"[2]. Según Génesis 1,2630, Dios creó al hombre a su "imagen y semejanza"[3] y le entregó el resto de su obra creadora, con el poder de dominarla y de poblarla. El segundo relato presenta una idea semejante bajo la imagen del cuidado del jardín, pero introduce además el dato de la conflictividad en esta tarea, al presentar la situación generada por el pecado (cf. Gn 23). Esta visión bíblica que atribuye a la humanidad una función de dominio del mundo ligada a su puesto como icono o imagen del mismo Dios en la creación se mantuvo durante siglos en Occidente, hasta que comenzaron a alzarse voces acusándola de ser inspiradora conceptual del abuso humano en el manejo de la naturaleza. En otras palabras, se atribuyó a la idea bíblica de la relación hombrenaturaleza de haber sostenido una ideología del hombre como "dominum", que fue leída como hombre explotador, y cuyo resultado ha sido la perturbación creciente de los ecosistemas y la eliminación siempre en aumento de la biodiversidad.

Esto ha llevado a releer estos pasajes bíblicos con la actual sensibilidad ecológica. Así se ha puesto en evidencia, por ejemplo, que si dominar y someter la tierra significa destruirla, sería preciso afirmar que hay una contradicción entre la misión confiada por Dios al hombre y el proyecto de colocarlo como centro de la creación.

También se ha puesto en tela de juicio la tarea de "poblar la tierra", cuando se ha tomado conciencia de los límites espaciales de nuestro planeta y de su capacidad para dar alimento a todos sus habitantes: aunque no hay un número en el que se concuerde en modo absoluto, es evidente que la Tierra no podría albergar a 100,000 millones de personas.

Por tanto, el concepto de dominus debe ser sometido a un nuevo examen. Ante todo, es preciso purificar el modo de concebir la misión transformadora del hombre en la creación, cuyas exageraciones fueron aumentando con el desarrollo de la potencialidad de la razón humana. También hay que someter a crítica la ideología iluminista que ve al hombre como omnipotente y totalmente lanzado hacia un futuro de progreso ilimitado. Esta idea desproporcionada del poderío humano subyace en la tecnología contemporánea, en gran medida aliada a una nueva forma "darwinista" de capitalismo. Para esta nueva ideología, solo habrán de sobrevivir los más inteligentes y poderosos en el proceso de sometimiento tecnológico del cosmos, prescindiendo de los daños provocados al medio ambiente, que incluyen la posibilidad de un deterioro irreversible del mismo. Aunque es poco lo que aún queda aquí de la idea bíblica, hay una visión radicada en una distorsionada centralidad del hombre en el cosmos, proveniente de los textos bíblicos.

2.3.2 Perspectivas contemporáneas del tema bíblico de la "nueva creación"

La reacción de la teología y exégesis es sensible a este proceso de destrucción ambiental y de posible suicidio de la especie humana[4]Sostiene, básicamente, que el ser humano, puesto como custodio del Edén, tiene la tarea de perfeccionarlo y no de destruirlo. Para fundamentar esto, hay que apelar no solamente al proyecto inicial al cual hacen referencia los relatos del Génesis, sino también a los datos neotestamentarios respecto de la nueva creación realizada a través del misterio pascual de Jesucristo y de la irrupción del Espíritu Santo en la historia humana. Solamente quien es una nueva creación en Cristo (cf. 2 Cor 5,17) está capacitado para colaborar en la nueva realidad instaurada por su pascua. La nueva creación, sin embargo, no consiste en una mera restauración de la ecología; va mucho más allá, puesto que su esencia radica en un nuevo orden sobrenatural añadido al primer orden de la creación, pero sin embargo incluye una pacificación y preservación de este mundo confiado a la custodia del hombre, el "lugarteniente de Dios" en este mundo.

La creación subraya Pablo en Rom 8,1825 fue afectada por el pecado, que la introdujo en una situación de esclavitud (vv. 2021) y de sufrimiento parangonable a los dolores de un parto (v. 22). Sin embargo, ella conserva la esperanza de participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios (cf. vv. 2021). Esta esperanza se fundamenta en la presencia del Espíritu Santo en los creyentes, quienes también anhelan que se produzca la redención de sus propios cuerpos (cf. v.22). En última instancia, la recreación del universo corporal supone nuevamente la mediación del hombre, vicario de Dios para el resto de su obra.

Esta mediación se da, sin embargo, a través de la humanización del Logos creador, quien asumiendo la condición humana y cósmica, rediseña y produce nuevamente la creación mediante su pascua, y extiende esta nueva reconfiguración cósmica a través del Espíritu Santo. Este, engendrando "hijos de Dios" en los creyentes, los hace "nuevas criaturas" y les permite retomar su tarea vicaria no ya afectado por las fuerzas tiránicas del pecado que lo habían convertido en un señor despótico, sino animado por el fruto del Espíritu que lo ha hecho "hombre nuevo" (cf. Ef. 4, 24; Col 3, 10), una "nueva criatura" (cf. Gál 6,15) para trabajar por la nueva creación.

PARTE III

Objetivos

3.1 General

Coadyuvar al cambio hacia Cosmovisión positiva de los Pastores Evangélicos frente a la problemática del deterioro del medio ambiente.

3.2 Específicos

  • Identificar los principios bíblicos, éticos y morales que los cristianos debemos observar y cumplir para el cuidado del medio ambiente.

  • Presentar una propuesta de cambio, dirigida a los Pastores Evangélicos para implementar una Mayordomía Responsable de aplicación al cuidado del medio ambiente en conjunto con la membresía de sus Iglesias.

PARTE IV

Marco metodológico

4.1 Método de investigación.

De acuerdo a John W. Best, el estudio se enfoca a un análisis de contenidos que también es conocido como análisis de documentos porque se refiere al examen sistemático de informes o documentos como fuentes de datos.[5] También Ignacio Méndez et al, indica que este estudio incluye los siguientes criterios de clasificación:[6] Es de observación documental porque en la investigación sólo se puede describir el fenómeno estudiado utilizando como base los datos escritos sobre un tema determinado; por lo tanto no se puede efectuar alguna modificación o predicción. Es retrospectivo porque la información se obtuvo anteriormente a su planificación con fines ajenos al trabajo que se pretendía realizar. Es descriptivo porque no existen hipótesis centrales y solo pretende definir el fenómeno del problema en estudio.

Vale la pena mencionar que de acuerdo a Restituto Sierra, este estudio tiene una finalidad de investigación social aplicada porque busca mejorar la sociedad y resolver sus problemas.[7] Para este caso el énfasis está puesto en una propuesta de Mayordomía Responsable para los Pastores Evangélicos con el propósito de coadyuvar el cuidado del Medio Ambiente.

4.2 Las técnicas e instrumentos utilizados.

4.2.1 Observación

Se empleó la observación las áreas circundantes de las Iglesias Evangélicas, permitiendo contemplar sistemática y detenidamente el desarrollo de la convivencia social, sin manipularla ni modificarla.

4.2.2 Recopilación bibliográfica y documental

La sencillez y objetiva intención de este trabajo requiere de obtener información documental. No es el propósito inventar el agua azucarada, por lo tanto las propuestas se basan fundamentalmente en pasajes bíblicos y experiencias encontradas en otros países aplicables a la Iglesia Cristiana.

PARTE V

El Análisis: La conservación de la naturaleza según el principio de la Mayordomía Responsable

5.1 Necesidad de hacer una ética ambiental.

Hay un acuerdo internacional de que es necesario conservar el ambiente en que vivimos; entonces debemos comportarnos de una manera tal que cumplamos este objetivo principal. Para ello necesitamos una ética Hacia a la naturaleza, eso es una ética ambiental. La ética ambiental se define como la serie de principios coherentes y obligatorios desde el punto de vista moral en lo referente al uso Medio Ambiente.

En 1982 la asamblea General de las naciones Unidas adopto y proclamo la carta mundial para la Naturaleza. Reconoce que cada forma de vida merece respeto y que los beneficios que se obtengan de los productos naturales van a depender de mantener los procesos ecológicos esenciales y la diversidad biológica. En base a estos principios y a la Estrategia Mundial para la conservación, el grupo de trabajo en ética y conservación de la unión internacional para la conservación de la naturaleza ha producido un fundamento ético para la conservación, el cual concluye que la base ética para conservar a la diversidad biológica que tiene que ser consistente con los principios ecológicos y que es importante promover actividades que son sostenibles en el largo plazo.

El principio "cuidar la tierra" explica claramente esta necesidad, y además señala que "para instaurar una ética es necesario contar con el apoyo de las religiones del mundo, pues durante siglos estas han preconizado el deber de los individuos de respetar a sus congéneres y venerar la creación divina" por lo que es necesario considerar el aspecto religioso en la conservación de la naturaleza.

Como fundamento de esta ética, hay varias propuestas, podemos considerar a dos corrientes de actualidad: la ética evolucionista y la ética de la nueva era.

5.2 Ética ambiental evolucionista.

Es necesario aclarar, en primer lugar de que en este estudio no se está criticando a la evolución como proceso natural y teoría lógica para explicar el orden natural. La crítica va hacia el evolucionismo, es decir, a la doctrina filosófica que busca sustentarse en la evolución. En la educación que recibimos, estos conceptos se hallan mezclados, por lo que se debe enseñar a la evolución como ciencia, en lugar de doctrina filosófica.

"El proceso evolutivo que formo el mundo, debe dar la mejor guía al comportamiento ético. Los principios éticos son productos de la evolución, y evolucionan con el tiempo". Estas frases podrían resumir la tesis evolucionista respecto a la ética. El ser humano es sólo un producto afortunado de la evolución, por ello no deben destruir el orden establecido desde millones de años. Lo anterior propone una ética sin la idea de que los humanos son especiales; la llamada el "individualismo moral".

La aridez de esta afirmación despersonaliza a la humanidad, quitándole todo propósito y sentido. Ha sido en base a estas premisas que se desarrollo el "darvinismo social" al intentar aplicar el proceso de selección natural a la humanidad, acción que realizo Hitler.

5.3 Ética ambiental de la Nueva Era.

"La naturaleza es divina, todo es Dios. Nuestra relación con la naturaleza debe ser una experiencia mística". Dicho punto de vista, es una reacción a la aridez intelectual de principios de este siglo; resucita el animismo, orientalismo y hechicería.

Sin embargo, esta creencia otorga un poder a la naturaleza tal que podría ser un pecado intentar manejarla. Es falso creer que la humanidad vaya a vivir mejor si se deja gobernar solo por las "leyes naturales" pues estaríamos inertes en el caso de desastres naturales (ejemplo: pestes, plagas, terremotos etc.). Nuestra crítica a la ética ambiental de la nueva era es que la naturaleza debe de ser manejada adecuadamente.

5.4 Nuevo enfoque al problema: relectura del Génesis.

¿Que significa en el libro de Génesis "Sojuzgar y señorear la tierra"? Debemos ubicar el contexto pasaje bíblico, mas adelante esta escrito en Génesis 2:15"…Dios el Señor puso al hombre en el jardín de edén para que lo cultivara y lo cuidara"; por lo tanto sojuzgar y señorear no es permiso para destruir, y el hombre debe someterse a Dios y a su mandato, o sea reflejar su imagen.

El hombre no es el señor de la creación; es su mayordomo (administrador). Dios manda al hombre a cultivar y a cuidar la tierra, por la cual va a rendir cuentas ; tal como Jesús lo ilustro en la parábola del mayordomo infiel ( Lucas 12:41-48), los talentos (Lucas 19:12-27) y los labradores malvados ( Lucas 20:9-18).

5.5 Interpretación de la Mayordomía responsable por la iglesia.

En los primeros siglos de la era cristiana, se hizo una separación tajante entre Dios y la Naturaleza, para definir la posición tecnológica ante las religiones idólatras. Al mundo se lo veía caído en pecado y corrupto, en posturas extremistas se maldecía todo el mundo material, llegando a contradecir uno de los principios de la Creación, que Dios lo hizo todo "bueno en gran manera"(Gen 1:31)

La tecnología natural en la edad Media, reconocía a Dios como el creador, y sustentaba que una prueba de la existencia de Dios es el orden natural. Sin embargo hubo más claridad al respecto en la sencilla enseñanza de Francisco de Asís, al afirmar de que los animales son nuestros "hermanos menores".

Un detalle curioso en esta época en la que se ilustra la ética hacia la naturaleza, son los procesos contra los animales perjudiciales (ejemplo: ratas, termitas, zorros); se suponía que obraban conscientemente, además tenían abogados que argüían su defensa. El biológico ruso Dmitriev cita las palabras que se debían decir antes del juicio de un animal: "tú eres la creación divina y te respeto, la tierra te pertenece exactamente igual que a mí; yo no debo desear tu muerte. Pero tú dañas mi herencia, atentas contra ella, arruinas mi viña, te comes mi cosecha. En una palabra, me privas de los frutos de mi trabajo. Quizá yo merezca todo esto, ya que solo soy un humilde pecador. En todo caso, el derecho del fuerte es un derecho repugnante. Te explico tu culpabilidad, implorare la misericordia divina, te indicare el lugar donde podrás existir y luego deberás marcharte; si te obstinas, te maldeciré".

Podemos concluir de que desde hace mucho tiempo ya se creía que los animales tienen tanto derecho de vivir en la tierra que los hombres, que merecían respeto y que el daño a las cosechas era causa del pecado del hombre. Ello implica el concepto de la mayordomía responsable, por lo que no son ciertas actuaciones por parte de ciertos sectores que la iglesia se ha puesto a considerar recién estos problemas.

5.6 Posición actual de la iglesia cristiana.

La iglesia Católica Romana trata de los temas ambientales al principio del concilio Vaticano, según las declaraciones de los papas Pablo VI y Juan Pablo II.

La iglesia protestante se manifiesta por pronunciamientos de la Iglesia de Inglaterra, el concilio Mundial de Iglesias, la Comisión Mundial de la Fraternidad teológica evangélica, Forum del Instituto Au Sable.

Podemos sintetizar principios comunes de las congregaciones cristianas en tres principios:

  • Dios es el creador de la Naturaleza, y participa de ella.

  • Dios valora a la creación.

  • La crisis ecológica es el resultado de no aplicar la mayordomía.

5.7 Aplicación de la mayordomía en el pueblo de Israel.

Hay una gran variedad de declaraciones a favor del uso adecuado del ambiente en el antiguo Testamento y de los principios de que se basa este manejo se puede caracterizar todas estas afirmaciones en los siguientes principios:

  • a) Dios es el creador de la naturaleza y el sustentador de la vida (Ej. Isaías 45:12).

  • b) Todo lo creado es bueno, nada es indispensable (Génesis 1:31).

  • c) El hombre es creado a la imagen de Dios ( Génesis 1:27).

  • d) Las leyes de Moisés mencionan el cuidado de la tierra y de los animales (ej. Éxodo 23:10-11).

  • e) Los problemas ambientales son consecuencia del pecado del hombre (Génesis 3:17-18).

  • f) Dios llama a una reconciliación al hombre, y a establecer una nueva relación con su ambiente ( según el libro de Crónicas 7:14).

  • g) Dios ordena al hombre un manejo adecuado de los desechos sólidos (Deuteronomio 23:13).

  • h) El equilibrio ecológico en los animales es un mandato especial de mayordomía que establece Dios (Deuteronomio 22:6).

  • i) La tala de árboles es una actividad que Dios no aprueba, más bien ordena el cuidado de los mismos (Deuteronomio 20:19,

  • j) La negligencia en la mayordomía origina desastres ecológicos, hay denuncias de los profetas (Ej. Isaías 24:5-6, Jeremías 23:10).

  • k) Jesús utilizó la naturaleza como un balance perfecto en sus enseñanzas (Lucas 13:19)

PARTE VI

Reflexiones: Aplicando el principio de la Mayordomía Responsable para la conservación de la Naturaleza

Los graves problemas ecológicos de nuestro tiempo, exigen un cambio de mentalidad que conlleva necesariamente nuevos estilos de vida más solidarios para que el desarrollo sea sostenible.

6.1 Ver.

Vivimos en una sociedad minoritaria muy rica, que cree que la felicidad está en consumir, frente al resto de los habitantes del planeta. Desde esta parcela de la sociedad, se nos transmite que es preciso consumir para que la economía funcione, y que de lo contrario se está fuera del sistema.

Por otro lado, se levantan voces diciendo que esta forma de consumo es insostenible y que de seguir así el planeta está gravemente amenazado, porque nuestro actual sistema es depredador con el medio ambiente.

6.2 Un poco de historia, primeras voces oficiales.

En 1972 en el Club de Roma se habló de la necesidad de controlar el creciente consumo que acarreaba un grave deterioro del medioambiente.

Ese mismo año, en la Primera Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano se afirmó: "Los recursos naturales de la tierra, deben preservarse en beneficio de las generaciones presentes y futuras."

En 1987 En el documento "Nuestro futuro común" aparece por primera vez de forma oficial el termino "desarrollo sostenible" definiéndolo como "el desarrollo que da respuesta a las necesidades presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para resolver sus propias necesidades". También decía: "para llegar a este desarrollo es necesario un cambio tecnológico y social".

En 1992 se celebra la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medioambiente y Desarrollo, en Río. En esta Conferencia, se vio la fuerte relación entre el deterioro del medio ambiente y las desigualdades entre Norte y Sur, y la tarea esencial de erradicar la pobreza como requisito indispensable del desarrollo sostenible. En esta Cumbre también se define la guerra como una gran enemiga del desarrollo y un peligro para el medio ambiente.

En 1997, se firma el protocolo de Kyoto con el fin de regular las emisiones de gases que aumentan el efecto invernadero, responsable de sequías, desertizaciones y catástrofes, que afecta más a los más pobres.

A partir de estas fechas hasta nuestros días, se han ido multiplicando los encuentros a todos los niveles, para abordar el grave problema que la explotación indiscriminada de los recursos está ocasionando en el planeta.

El deterioro del medio ambiente producen, entre otras, las siguientes consecuencias:

  • a) Destrucción de la capa de ozono. Aumento del efecto invernadero. Cambio climático

  • b) Contaminación del mar por vertidos realizados: desde tierra y desde buques, radiactivos

  • c) Deforestaciones indiscriminadas y masivas que tiene como consecuencias la desertización, entre otras.

  • d) Escasez de agua potable y de riego, lo que provoca hambruna, epidemias y muerte.

  • e) Las desigualdades entre los grupos humanos.

Lo que llamamos "desarrollo", no se produce de una forma equilibrada. Mientras que más del 80% de la población mundial no dispone de casi nada, menos del 20% de la población total consume la mayoría de los recursos en las siguientes proporciones:

El dato más escandaloso es que la mayoría de los recursos proceden precisamente de los países empobrecidos. La mayor parte del petróleo, de los metales, de la madera, de los monocultivos se encuentran en los países pobres. Estos productos se comercializan al precio que establecen las Multinacionales, mientras que ellos se ven obligados a importar las maquinarias, tecnología etc. al precio del mercado en los países ricos. De esta forma la deuda aumenta constantemente y asfixia toda posibilidad de sanear la economía, viviéndose como un auténtico drama la supervivencia y empujando a los más fuertes a buscar en la inmigración una salida para un futuro más digno.

Más de mil doscientos millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza. El cuidado del medioambiente, tiene que ver mucho con el mandato evangélico de "Tuve hambre y ustedes me dieron de comer; estaba desnudo y ustedes me vistieron, fui inmigrante y ustedes me acogieron".

6.3 Juzgar.

El Dios de la vida encomendó al ser humano su obra creadora para que "la cultivara y la guardara" (Gn 2, 15). Jesús conocía bien la preocupación del Padre por las criaturas que Él alimenta (cf. Lc 12, 24) y embellece (cf. 12, 28). Y mientras andaba por los caminos de su tierra no sólo se detenía a contemplar la hermosura de la naturaleza, sino que invitaba a sus discípulos a reconocer el mensaje escondido en las cosas (cf. Lc 12, 24-27; Jn4, 35)

La tendencia a la explotación indiscriminada de los recursos de la naturaleza y los abusos de los mismos, es fruto de una actitud de pecado en la que prevalece el "hacer" y "tener" sobre el "ser". Desde esta actitud el hombre no solo destruye la naturaleza, sino que camina hacia su propia destrucción.

La Doctrina Social de la Iglesia, subraya la responsabilidad humana de preservar un ambiente integro y sano para todos. Esta responsabilidad debe ir creciendo entre todas las personas teniendo en cuenta que en nuestra sociedad las necesidades han de ser afrontadas solidaria y globalmente, pues todos los seres dependemos unos de otros. La responsabilidad respecto al medio ambiente ha de tener una traducción en el ámbito jurídico, y el desarrollo económico debe respetar la integridad y los ritmos de la naturaleza, por el bien de toda la humanidad. Una economía que respete el medio ambiente no buscará únicamente el objetivo del beneficio económico, ya que la orientación ambiental no se puede asegurar en base al cálculo financiero de gastos y beneficios.

Partes: 1, 2
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