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El modernismo (página 2)

Enviado por Fabrizio Pusiol


Partes: 1, 2

Refinados y exquisitos, los escritores también buscaron la originalidad, los que los llevó a soñar con lugares exóticos y a incluir en sus textos elementos de culturas alejadas en el tiempo y espacio: la Edad Media, Oriente, La América precolombina. Esta búsqueda hacia atrás o hacia lugares distantes reflejaba una necesidad de evasión de esa sociedad progresista que, a la vez que admiración, les provocaba hastío y descontento.

Etapas y generaciones

La renovación literaria representada en el modernismo comprendió dos etapas: le primera se extendió desde 1880 hasta los últimos años del Siglo y la segunda culminó el movimiento literario a principios del Siglo XX.

PRIMERA ETAPA

En este período se hicieron notar los cubanos José Martí (1853-1895) y Julián del Casal (1863-1893); los mexicanos Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895) y Salvador Díaz Mirón (1853-1928) y el colombiano José Asunción Silva (1865-1896). Más tarde surge un gran poeta: Rubén Darío (1867-1916) que cuando en 1888 publico Azul, un conjunto de poemas y cuentos, en la ciudad de Valparaíso, le dio el nacimiento oficial al Modernismo, al que definió como la nueva elección estética de los poetas latinoamericanos. Sus obras triunfaron en América como así también en España en donde es muy respetado.

SEGUNDA ETAPA

Darío, también ofició de enlace entre la primera y la segunda etapa, cuando se incorporaron el argentino Leopoldo Lugones (1874-1938), el peruano José Santos Chocano (1875-1934) y los uruguayos Julio Herrera y Reisg (1875-1910) y José E. Rodó (1871-1917), entre otros. Avanzada dos décadas del Siglo, el surgimiento de las vanguardias fue sellando el fin del Modernismo.

Características

POSTURAS IDELÓGICAS CONTRADICTORIAS

La actitud de los escritores modernistas, los relevó muchas veces contradictorios y ambiguos. En muchos casos, se sintieron exaltados con la apertura hacia Europa y con los adelantos tecnológicos; pero a su vez experimentaron malestar, pesimismo, desgano ante ese mismo progreso que admiraban.

Uno de los rasgos que mejor caracterizó a los modernistas fue la intención de explorar en las raíces americanas y de hallar el basamento ideológico para el desarrollo de sus pueblos. Muchos de ellos, y a través del periodismo, llevaron adelante ideales políticos relacionados con una causa latinoamericana.

El propio Lugones, en la Argentina, asoció su expresión literaria al pensamiento político. Allí estaba el signo modernista: la necesidad de renovación de la expresión literaria tanto en lo formal (métrica, rima), como en lo temático, mediante una mirada dirigida hacia América y los pueblos indígenas o hacia preocupaciones sociales de su tiempo.

Sin embargo, esta voluntad no fue unánime. Oscilaron entre ser universales o integramente americanos. La definición de Darío en Cantos de vida y esperanza: "y muy siglo diez y ocho y muy antiguo/ y muy moderno; audaz, cosmopolita…", aunque efectivamente, los modernistas pretendieron la universalidad, no reconocer fronteras. Lo cual, bien visto, se suponía a su propósito de crear una literatura representativa de lo propiamente americano. Esta ambigüedad, está justificada porque vivieron una etapa de transición, plena de cambios, en la que era difícil para ellos determinar qué lugar de la sociedad ocupaban y para quienes escriban su poesía.

PRINICIPALES RASGOS MODERNISTAS

  • Arte refinado, elitista, exquisito; solo para minorías intelectuales.

  • Símbolos: el cisne, los pavos reales.

  • Transposiciones estéticas: la escritura fusionada con la pintura, la escultura y la música, genera imágenes potentes, insólitas y de gran belleza plástica. Inspirados por los artistas franceses, los modernistas exploran el mundo de las palabras para lograr síntesis que exalten lo bello a partir de las combinaciones de luz, color, forma y música.

  • Alusiones en la mitología germánica (Silfos, elfos, hadas y duendes) y en la mitología grecolatina (Ninfas, dioses) que permiten una evasión de la realidad.

  • Renovación del léxico con la incorporación de neologismos, arcaísmos y voces extranjeras. Usos de recursos expresivos, como la sinestesia.

  • Empleo de versos de distintas medidas no habituales como el eneasílabo, (tiene nueve sílabas), el alejandrino (catorce sílabas).

Biografía de Rubén Darío y Leopoldo Lugones

2.1 RUBÉN DARÍO

Félix Rubén García Sarmiento conocido como Rubén Darío, nació en Metapa, Nicaragua el 18 de enero de 1867. Fue la figura indiscutida del Modernismo y quien logró, a través de sus viajes por América, un enlace profundo y eficaz entre los escritores.

En 1888 publica Azul, ese color – luego el preferido por los poetas – y sus renovadoras imágenes señalaron el inicio de una nueva estética. Contrajo matrimonio con Rafaela Contreras en 1891; quince meses después nació su primer hijo y en 1893 falleció su esposa. Entre 1893 y 1898 vivió en Buenos Aires, donde trabajó para el diario La Nación. Ciudad en donde dio a conocer Prosas Profanas, el libro más representativo de la primera etapa modernista, en donde se presenta una contradicción en el nombre: las prosas, aquí con el sentido de himnos religiosos, se oponen a lo profano (lo no sagrado) y conforman un todo en el que se funde temas, elementos y procedimientos diversos y novedosos.

En 1898 regresa a España como corresponsal y alterna su residencia entre París y Madrid, donde en 1900, conoce a Francisca Sánchez, mujer de origen campesino con la que tuvo un hijo y vivió con ella hasta el resto de sus días.

Formalmente creó una poesía elevada y refinada con muchos elementos decorativos y resonancias musicales; Cantos de vida y esperanza (1905) es el mejor ejemplo de ello. El canto errante (1907), es su libro, conceptualmente, más universal. En 1913 cae en un profundo misticismo y se retira a la isla de Mallorca. Allí empieza a escribir una novela La isla de oro -que nunca llegó a concluir- en la que analiza el desastre hacia el que está caminando Europa. También compone Canto a Argentina y otros poemas (1914), un libro dedicado a este país en el año de la celebración de su centenario en que quiso seguir el modelo del Canto a mí mismo de Walt Whitman. En 1915 publica La vida de Rubén Darío, año en que regresó a América donde falleció en León, Nicaragua, el 6 de febrero de 1916.

2.2 LEOPOLDO LUGONES

Leopoldo Lugones nació el 13 de junio de 1874 en la provincia de Córdoba. Su madre le enseñó las primeras letras y fue responsable de una formación católica muy estricta. En su niñez su familia se trasladó a Santiago del Estero y más tarde a Ojo de Agua, una pequeña villa situada en el sur de la provincia. Más tarde sus padres lo envían a cursar el bachillerato en el Colegio Nacional de Montserrat, en Córdoba, donde vive con su abuela materna. En 1892 su familia se trasladaría a esa ciudad y en esa época comienza a realizar sus primeras experiencias en el campo del periodismo y la literatura.

En el año 1896 se traslada a Buenos Aires y contrae matrimonio con Juana Agudelo. Un año más tarde nace su único hijo, Polo Lugones, quien sería jefe de policía durante la dictadura de José Félix Uriburu y de triste fama por ser considerado quien introdujo la picana eléctrica como método de tortura. En ese año también publica su primer libro, Las montañas del oro, de estilo inspirado en el simbolismo francés. Mientras tanto, en Buenos Aires, genera constante polémica no tanto por su obra literaria sino por su protagonismo político que sufre fuertes virajes ideológicos a lo largo de su vida, pasando por el socialismo, el liberalismo, el conservadurismo y el fascismo.

Más tarde publica obras como Los Crepúsculos del jardín, el libro fiel, Las horas doradas, Romancero y Romance del Río Seco. También escribió relatos, entre los que se cuentan los recopilados en Las fuerzas extrañas y Cuentos fatales, que adhieren al género fantástico y al folclore costumbrista. La novela La Guerra gaucha y el ensayo El payador muestran la intención de Lugones de resaltar personajes y peripecias de la historia nacional.

En 1920 comienza a advertirse un giro hacia las ideas nacionalistas con la publicación de un libro de doctrina política, Mi beligerancia. Al año siguiente publica una obra que puede considerarse de divulgación científica, El tamaño del. En 1923 pronuncia una conferencia en el teatro Coliseo de Buenos Aires, titulada "Ante la doble amenaza", que le reporta un inmediato repudio de parte del espectro político democrático. En esa ocasión el dirigente socialista Alfredo Palacios lo califica de chauvinista. Tres años más tarde recibe el Premio Nacional de Literatura y en 1928 preside la Sociedad Argentina de Escritores. Ya en esa época era un ferviente impulsor de las tendencias fascistas que caracterizaban a parte de los militares argentinos. Lugones es un importante propagandista del golpe militar protagonizado por José Félix Uriburu el 6 de septiembre de 1930, que derroca de la presidencia al caudillo radical Hipólito Yrigoyen. Su estrecha relación con el régimen instaurado ese año le vale el rechazo de los círculos intelectuales porteños. A pesar de su adhesión al nacionalismo autoritario desde la década de 1920, Lugones se opuso al antisemitismo mientras muchos intelectuales destacados lo profesaban abiertamente

Finalmente el 18 de febrero de 1938 se quita la vida en un recreo de San Fernando, provincia de Buenos Aires, llamado El Tropezón, ubicado en la Segunda Sección del Delta al ingerir una mezcla fatal de whisky y cianuro. La frustración política, como causa de su decisión de suicidio, ha sido, por siempre, la más difundida aunque otra versión comenta que Lugones estuvo muy enamorado de una muchacha que conoció en una de sus conferencias en la Facultad de Filosofía y Letras. Mantuvo con ella una relación sentimental y apasionada. Descubierto y presionado por su hijo, debió abandonarla. Esto lo habría precipitado en un declive depresivo que acabaría así con su vida.

Análisis del ensayo "Leopolodo Lugones" de Jorge Luis Borges

3.1 PECURSOSRES DEL MODERNISMO

El revolucionario cubano José Martí, tuvo su mérito como poeta ya que se limita a haber preferido la sencillez; en sus mejores versos hay algo de copla popular. Esto decía en el prólogo de sus Versos libres (1882): "Estos son mis versos. Son como son. A nadie los pedí prestados…Recortar versos también sé, pero no quiero. Así como cada hombre trae su fisonomía, cada inspiración trae su lenguaje. Amo las sonoridades difíciles…"

Otro cubano, Julián del Casal, prefigura los temas del hastío, de la evasión y del exotismo, que serán luego predilectos de los modernistas. Influido por Baudelaire, entre lo artificial y lo natural elige lo primero:

Tengo el impuro amor de las ciudades

Y a este sol que ilumina las edades

Prefiero yo del gas de las claridades.

A mis sentidos lánguidos arroba,

Más que olor de un bosque de caoba,

El ambiente enfermizo de una alcoba.

José Asunción Silva, ferviente lector de Poe, de Baudelaire, de Verlaine, de los prerrafaelistas ingleses, trunca su desdichada vida a la edad de treinta años, pero deja Nocturnos, que América aún no ha olvidado:

…Era el frío del sepulcro, era el frío de la muerte,

era el frío de la nada…

Y mi sombra

por los rayos de la luna proyectada,

iba sola

iba sola

iba sola por la estepa solitaria;

Y tu sombra esbelta y ágil,

fina y lánguida,

como en esa noche tibia de la muerta primavera,

como en esa noche llena de murmullos,

de perfumes, y de músicas de alas,

se acercó y marchó con ella,

se acercó y marchó con ella,

se acercó y marchó con ella…

¡Oh las sombras enlazadas!

¡Oh las sombras de los cuerpos que se juntan con las sombras de las almas!

¡Oh las sombras que se buscan y se juntan en las noches de negruras y de lágrimas!…

El mexicano Manuel Gutiérrez Nájera, fundador de la Revista azul, que con tanta hospitalidad acogió la poesía de los jóvenes. Es el mexicano de los poetas, su poesía es también pictórica, especialmente en las odas breves, llenas de reminiscencias griegas y latinas. Ejemplos de estos ejercicios clásicos, ensayados por un poeta esencialmente romántico, es la oda Última Necat, donde se limita no sólo la brevedad y las alusiones mitológicas sino también las apretadas yuxtaposiciones de ciertos estilos helénicos:

¡Huyen los años como raudas naves!

¡Rápidos huyen!

Influencia parca pálida espera.

La salobre Estigia calla dormida.

¡Voladores años!

3.2 RUBÉN DARÍO SEGÚN BORGES

Rubén Darío, el gran poeta que en 1888 en Valparaíso publicó Azul, libro cuya importancia histórica es innegable, quizá lo único que aún sobreviva sea algún soneto como el dedicado a Walt Whitman. En 1896 aparece en Buenos Aires Prosas Profanas, los temas, palabras, metáforas, emociones, están muy lejos de nosotros pero es indiscutible que con este libro de versos entró en el idioma español una nueva música, un nuevo juego de posibilidades sonoras. Las predilecciones de Rubén Darío por el esdrújulo, por el tono agudo y por cierta espontánea o estudiada facilidad oral se manifiestan en estrofas, que entonces debieron sorprender por su osadía:

Boga y boga en el lago sonoro

Donde el sueño a los tristes espera

Donde aguarda una góndola de oro

A la novia de Luis de Baviera.

(Blasón)

Darío publica después Cantos de vida y esperanza (1905) y El canto errante (1907), en estos libros perfecciona sus esplendores, y alcanza aquello que Lugones no alcanzará, tal vez, en toda su vida: un vínculo amistoso con el lector, la confidencia íntima. Detrás de la magnificencia verbal y de los hallazgos métricos se vislumbra el destino trágico de Darío. Recuérdese yo soy aquel que ayer nomás decía…, Canción de otoño en primavera, Melancolía. Lo fatal ¡Eheu!

3.3 LAS MONTAÑAS DEL ORO (1897)

Fue este el primer libro de Lugones, que se publicó en 1897 y desconcertó o entusiasmó a los lectores. Todo el que era deliberadamente nuevo, hasta el artificio de dar a los versos, sólo separados por guiones, apariencia de prosa. En esta disposición acaso influyeron Rimbaud y Maeterlinck, como tantas otras innovaciones, ésta era también un arcaísmo. Ya que los más antiguos monumentos de la poesía medieval presentaban esta forma.

… "Entonces comprendí (Santa Miseria!) – el misterioso amor de los pequeños; -i odié la dicha de las nobles sedas, -i las prosapias con raíz de hierro; -i hallé en tu lodo gérmenes de lirios, – i puse la amargura de mis besos- sobre bocas purpúreas que eran llagas-…"

En todo libro es evidente la presencia de Hugo. Este influjo, más de una vez, ha sido reprochado a Lugones. Mucho podría decirse contra esa acusación. Imitar a Hugo no es fácil; imitarlo sin incurrir en la mera grandilocuencia y sin que el tono desfallezca es una tarea difícil, aun para el propio Hugo; Lugones, sin embargo, la ejecuta con felicidad. No solo hereda las sonoridades del maestro, sino la facultad narrativa y una expresión directa y concreta. No ignora que lo épico acepta, entre muchas cosas, el efecto aparentemente prosaico.

3.4 LOS CREPÚSCULOS DEL JARDÍN (1905)

Fue el segundo libro de Lugones, y a su fama se le agrega una de carácter polémico y casi judicial. Se trata de una acusación de plagio. En 1904, el poeta uruguayo Julio Herrera y Reissg publicó Los éxtasis de la montaña; Blanco Fombona, en el prólogo de la edición Garnier, destacó las afinidades de este libro con Los crepúsculos del Jardín y acusó a Lugones de haber calcado a Herrera. Pero como señalan, entre otros, conocidos del Uruguay, las poesías de Lugones ya habían aparecido en revistas de Buenos Aires y de Montevideo, antes de ser reunidas en un volumen.

Lo cierto es que Lugones y Herrera habían leído a Samain. Telas, crepúsculos, jardines, suspiros, estanques y fragancias invaden la poesía de Lugones y destierran las vastas divinidades de Hugo. Pero los Motivos que en Samain aparecen desdibujados, en función de la melancolía, de la nostalgia y de la contenida pasión, son prodigados ostentosamente por su émulo y sirven para el escándalo y la jactancia.

Veamos estos versos de Samain:

Voici que les jardins de la Nit vont fleurir,

Les lignes, les coulers, les sons devinnent vagues.

Vois, le dernier rayon agonise à tes vagues.

Ma soeur, entends-tu pas quelque chose mourir!…

Compárese con éstos de Lugones:

Tal como una bandera derrotada

S ajó la tarde, hundiéndose en la nada.

A la sombra del tálamo enemigo,

Se apagó en tu collar la última gema,

Y sobre el broche de tu liga crema

Crucifique mi corazón mendigo

(En color exótico)

3.5 LUNARIO SENTIMENTAL (1909)

El prólogo de este libro es polémico, en él se lee que "el verso vive la memoria" y que "hallar imágenes nuevas y hermosas, expresándolas con claridad y concisión, es enriquecer el idioma". Lugones, en efecto, presenta una de las mayores colecciones de metáforas de la literatura española. Es innegable que estas metáforas son originales y, a veces, muy hermosas; su desventaja es ser tan visibles que obstruyen lo que deberían expresar; la estructura verbal es más evidente que la escena o la emoción que describen:

Más ya dejan de estregar los grillos

Sus agrios esmeriles,

Y suena en los pensiles

La cristalería de los pajarillos.

(Himno a la luna)

La variedad de evocaciones ya la vehemencia llega a anonadar:

Farol glacial del invierno:

Cuando se paralice toda savia,

Y muera como un tigre del sol eterno,

Y temple el cierzo formidable la gravia,

Y petrifique el boreal infierno

En suplicio de mármol toda la Escandinavia,

Tu ojo de pez antediluviano

Coagulará en su influjo maligno

La desolada extensión, en signo

De esplendor soberano

(El sol de medianoche)

Lugones utiliza una gran variedad de artificios verbales, pero estos artificios que en autores como Laforgue o Byron, sirven para traducir una individualidad y corresponden, o parecen corresponder, a una idiosincrasia, en Lugones son meras habilidades, son deliberados juegos retóricos y no trascienden el plano literario.

La unidad del libro está dada por el tema de la luna, expresado en odas, cuentos, sonetos y en lo que el autor llama Teatro quimérico: el diálogo en prosa, Dos ilustres lunáticos; una égloga, La copa inhallable; una pantonimia, El pierrot negro, y el "cuento de hadas" Los tres besos. Cierra el volumen de la narración titulada Francesca, que ofrece una nueva interpretación del famoso episodio del canto quinto del Infierno.

3.6 ODAS SECULARES (1910)

Este libro que se publicó en el año del bicentenario, trata de conmemorar poéticamente aquella fecha y de participar en la emoción colectiva, ya que existía la necesidad de acercarse a la gente y atenuar la impresión de extravagancia provocada por el libro anterior. Por primera vez aparecen en sus poesías los temas argentinos en los que tanto insistiría después. Sin embargo, la entonación es mas española que criolla y el vocabulario sigue exhibiendo una vanidosa riqueza. No faltan prosaísmos deliberados, que responden al deseo de probar que todo cabe en la obra del poeta y que éste debe medirse con cualquier tema. Tal es la verosímil explicación como éstos:

Reclamemos la enmienda pertinente

Del código rural cuya reforma

En la nobleza del derecho agrícola

Y en la equidad pecuaria tiene normas

(A los ganados y las mieses)

Con este libro, Lugones vuelve a los temas civiles de su primera época. Es evidente la sinceridad patriótica del poeta; hay en sus palabras un estremecimiento que. Por cierto, no se encontrará en el Canto a la Argentina, de Rubén Darío, obra de compromiso elaborada para la misma ocasión.

3.7 EL LIBRO FIEL (1912)

Esta obra no es la más característica de Lugones, pero es la que mejor parece corresponder a una exigencia íntima. En otros libros se adivina el deliberando propósito de versificar determinados temas; en ellos, el autor, en lugar de abandonarse a la emoción, cumple una tarea que se ha impuesto. En éste, en cambio, el tono es confidencial. Ya títulos como El dolor de amar, La joven esposa, La estrella del dolor, Historia de mi muerte, anuncian una melancólica madurez que contrasta con los juegos o con las doctrinas de páginas anteriores.

En este libro, hasta las alusiones mitológicas han superado su carácter decorativo y las sentimos recreadas por el poeta:

Porque es así que sin pavor ni estruendo,

Viene y nos clava el peligroso infante,

Tras la gota de miel dardo tremendo.

(Oda al amor)

Regresa a su predilección por la luna en el mismo poema:

Pero también, por singular fortuna,

Te comunicará en noche bendita

El dulce bien de descubrir la luna

3.8 LA OBRA PÓSTUMA

Con la obra Romances de Río Seco (1938), año en el que fallece, Lugones culmina con su poesía. El tema de esta obra póstuma se debe a que durante toda su vida había sido devoto del Martín Fierro, que juzgaba el libro esencial de nuestra cultura: esta veneración lo llevó a crear poemas de ambiente y tonos criollos.

Lugones se libera y escribe, acaso, sus mejores poemas y pones de relieve un rasgo menos divulgado y que fue típico de los payadores: la cortesía criolla. Más importante que la anécdota es, en cada una de estas composiciones, el tono:

Aunque a rigor esta vez

La ley del canto me toque,

Les narraré el sucedido

Del gaucho Jacinto Roque.

Tal condición de mi letra

Puntualmente determino,

Porque es, con perdón de ustedes,

La historia de un asesino.

(El Malevo)

3.9 LUGONES PROSISTA

EL IMPERIO JESUÍTICO (1904)

En 1903, el gobierno argentino le encargó la redacción de esta memoria, que llegó a ser un erudito ensayo histórico. Lugones recorrió el territorio de Misiones y el Paraguay para documentarse. Como lo indica el título, este libro historia y analiza el régimen teocrático que la compañía de Jesús instauró en el Paraguay y en las zonas limítrofes.

El primer capítulo es una descripción del estado de España durante la época de la Conquista; Lugones considera que para comprender la conquista en indispensable comprender la nación que la llevó a cabo. Más adelante, pasa a detallar el paisaje de las Misiones y se limita a señalar las leyendas milagrosas que pululan en las historias de los jesuitas.

PIEDRAS LIMINARES (1910)

Integra con Didáctica, Odas seculares y Prometeo, el homenaje de Lugones al primer centenario argentino. Se trata de una obra desconcertante; menos resignad que los ciudadanos de nuestro país a la agobiadora fealdad de los monumentos públicos, Lugones pretende que éstos sean bellos y sugiere varios minuciosos proyectos.

HISTORIA DE SARMIENTO (1911)

En esta obra, una de las características más importantes se da en el primer y el último capítulo, ya que son escrito con grandilocuencia, no corresponden al estilo general del libro, uno de los más fuertes y agradables de la obra de Lugones. En ellos adolecen de gigantismo y de prolijidad, no le basta al autor la comparación de Sarmiento con una montaña; la describe con pormenores geológicos.

Felizmente, pasajes como los anteriores son excepcionales. La obra deja una imagen vívida de Sarmiento. La prolijidad que, aplicada a lo meramente verbal, es intolerable, resulta una virtud cuando Lugones la emplea para comunicar hechos reales. Las predilecciones, los hábitos de trabajo, el régimen de vida, las anécdotas, la sucesiva indumentaria, las comidas preferidas, todas las circunstancias de Sarmiento. Lugones lo admira, pero no propone justificar todos sus actos.

DIDÁCTICA (1911)

En esta obra recoge la experiencia de esos años de labor escolar. Es muy extensa, que condesciende a las más minuciosas observaciones, analiza planes de estudio y el material de enseñanza; ni las dimensiones de los bancos ni la forma de los tinteros eluden su examen.

ELOGIO DE AMEGHINO (1913)

No corresponde analizar aquí el aspecto científico de este libro; en sus páginas, Lugones ha rescatado para la prosperidad la modesta presencia de un gran hombre. Al iniciar su biografía, destaca una singular coincidencia, en Luján fueron descubiertos los grandes restos de los animales prehistóricos; en Luján nació el estudioso que les dedicaría su vida. Lugones refiere las vicisitudes de esa labor, tardíamente reconocida, en nuestro país. Abunda en pormenores precisos. La obra entera ha sido escrita con emocionada amistad.

EL PAYADOR (1916)

Uno de los mejores libros de Lugones, el propósito del autor era que esta obra, consagrada al Martín Fierro de Hernández, conste de tres partes: una introducción estética y descriptiva, un vocabulario y el texto original, comentado. Lugones consideraba que el Martín fierro era un poema épico: razonar esta idea era uno de los fines que se propuso. Movido por su pasión helenística, vio en la obra de Hernández una epopeya, que bien podría significar para nosotros lo que para los griego la Ilíada.

ROCA (1938)

La última producción de Lugones, ha quedado inconclusa. Esta biografía llega hasta la conquista del desierto. No hay en sus páginas un juicio directo sobre la ideología de su héroe, pero sí un ataque a la Constitución del 53, una censura de liberalismo y una apología de la política exterior de Rosas.

3.10 LUGONES Y LO HELÉNICO

El amor de lo helénico acompañó siempre a Lugones y a los poetas del Modernismo, que admiraban a Grecia; esta admiración, que en la mayoría se redujo al manejo retórico de algunos temas o palabras, fue genuina en Lugones. Lo llevó a estudiar la mitología, las costumbres, las artes y aun los dialectos.

Prometeo (1910) forma parte del homenaje que quiso tributar a la patria, en su centenario. Es significativo que el tema central del libro sean las ideas griegas; Lugones, en el prólogo, afirma que éstas "Constituyen el fundamento de las civilizaciones a la cual pertenecemos". El Cristianismo, considerado por Lugones una religión oriental, ha oscurecido nuestra vinculación con la cultura helénica. Otras de sus obras que se relacionan con lo helénico son: El Ejército de la Ilíada (1915), que reproduce una conferencia pronunciada siete años antes en el Círculo Militar; Las industrias de Atenas (1919) y Estudios Helénicos (1923) y Nuevos Estudios Helénicos (1928), que reúnen varios trabajos dedicados a los poemas homéricos e incluyen traducciones del texto original en alejandrinos rimados.

Lugones quiere recordar a los argentinos este lejano origen y contribuir a la formación de "lo que ahora nos falta: una civilización, una moral y un culto". En 1910 pensó que esa Argentina que se afanaba con su progreso material valía mucho menos que la otra que atravesó los Andes, creo repúblicas y fundó la libertad "con su miseria generosa". Quería que nuestro segundo siglo de historia organizara un nuevo tipo de vida basada en lo espiritual.

3.11 LUGONES Y LA POLÍTICA ARGENTINA

Lugones, hombre de múltiples intereses, no podía sustraerse a los problemas que suscitó la Primera Guerra Mundial. Para la imaginación popular, el auge posterior de la literatura pacifista ha reducido la guerra de 1914 a una torpe matanza de hombres aprisionados en trincheras. Lugones, mantenía un sentimiento de indignación hacia las atrocidades que Alemania lograba en cada guerra, y expreso con fervor en los artículos de Mi beligerancia (1917) y de La Torre de Casandra (1919), continuación del anterior.

Publicó ambos libros con un propósito esclarecedor, según lo manifiesta en el prólogo de Mi beligerancia:

"He creído que la eficacia con que algunos de mis escritos contribuyeron a esclarecer en este país el concepto de nuestra posición y de nuestros deberes ante la guerra, duraría más si coleccionaba yo aquellas páginas; pues, aunque relativo mérito dependiera en gran parte de la oportunidad circunstancial, uno mayor y permanente asignaríamos, de suyo, a los principios de verdad y de honor en ellas expuestos."

Es indiscutible la sinceridad de Lugones. Exaltó la espada porque la creyó necesaria para la redención de la patria. Es sabido que participó en la revolución de Septiembre; a poco de triunfar este movimiento, Uriburu le ofreció la dirección de la Biblioteca Nacional; Lugones rehusó, porque su militancia había sido desinteresada.

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Conclusión

La lectura nos llevó a entender al Modernismo, como una etapa que dejó sus huellas en la sociedad y en la cultura de nuestro país. Revalorizó las raíces americanas y se manifestó, especialmente, a través de la pintura, la música y la literatura, que, llevaron a exaltar la belleza de sus obras. Se destaca la importante participación de escritores latinoamericanos, tal es caso de Rubén Darío, que le dio origen a este movimiento ideológico. Sin lugar a dudas en esta etapa se produjeron las innovaciones y transformaciones tecnológicas más importantes para el crecimiento y desarrollo del país. El Modernismo trajo una nueva forma de vida, se pasó de vida colonial a una vida de economía liberal. Ello llevó a que la expresión del arte también intentara renovarse y cargarse de originalidad. La literatura renovó su léxico y se incorporaron neologismos, arcaísmos y voces extranjeras.

Para concluir resaltamos las palabras del escritor Leopoldo Lugones "lo que ahora nos falta: una civilización, una moral y un culto", hoy nos atrevemos a reflexionar estas palabras y las traemos a nuestra realidad, luchemos por un país que pueda crecer en democracia, que eduque desde los valores y que profundice desde la espiritualidad de cada uno de sus habitantes.

Bibliografía

  • BORGES, JORGE LUIS: Obras completas en su colaboración. Editorial Emecé. Buenos Aires. 2001.

  • GALÁN, ANA SILVA y otros Autores: Literatura 3 Argentina y Latinoamericana. Edición Puerto de Palos. 2001

  • WWW.WIKIPEDIA.COM

 

 

Autor:

Fabrizio Pusiol

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