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Las gestas libertarias en el Perú


Partes: 1, 2, 3

  1. La rebelión de los Incas de Vilcabamba
  2. Juan Santo Atahualpa
  3. Tupac Amaru II
  4. La Independencia de EE.UU y la Revolución Francesa
  5. Las Juntas de Gobierno en América de 1809
  6. Las Juntas de 1810
  7. Los Cabildos Constitucionales
  8. Primera revuelta de Tacna de 1811
  9. Segunda revuelta de Tacna de 1813
  10. Rebelión de Huánuco de 1812
  11. Rebelión del Cuzco de 1814
  12. El retorno de Fernando VII al trono español
  13. José de San Martín y la Corriente Libertadora del Sur
  14. San Martín se retira del Perú
  15. Simón Bolívar y la Corriente Libertadora del Norte
  16. Las contradicciones de la independencia
  17. Tratado de Paz y Amistad
  18. Anexo
  19. Bibliografía

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LAS GESTAS LIBERTARIAS EN EL PERU

Primera Edición Digital 2012

Segunda Edición Digital 2013

Herbert Oré Belsuzarri

Un Masón Para el Mundo.

051 1 968844344

051 1 965358733

[email protected]

Publicado en:

Fénix News

Dialogo Entre Masones

Gran Biblioteca Herbert Oré Belsuzarri

Autorizado la reproducción total o parcial, solo debe citar la fuente.

Edición Digital en el Perú, sin costo.

Febrero 2012.

Julio 2013.

A los héroes anónimos de la independencia: cholos, esclavos y Criollos.

LAS GESTAS LIBERTARIAS EN EL PERU

Es curioso pero real, cuando tratamos el tema de la Independencia del Perú, se asocia esta a las acciones libertarias de San Martín y Bolívar, pero soslayamos otros hechos que se realizaron en forma previa, durante y posteriores en nuestra patria y el continente.

La revolución emancipadora de América española fue un acontecimiento cuyos antecedentes se encuentran en el siglo XVI. El siglo XVIII fue un siglo de inquietud reformista en lo político, social, económico y científico.

Durante el auge de la política absolutista del siglo XVII, en que los reyes de Europa negaban a sus súbditos una serie de derechos, surgieron las tendencias políticas que se han dado en denominar liberales, que sostenían que el hombre nace con derechos naturales: el derecho a la vida, a la libertad y a conseguir su felicidad; derechos que ningún gobierno da, sino que tan sólo debe resguardar. El gobierno es el producto de un acuerdo entre los gobernados, que eligen a su gobernante, y no de apropiación por una persona sin el consentimiento de los gobernados.

Frente a los derechos absolutos que se arrogaban los reyes para gobernar, surgió la teoría liberal de los derechos constitucionales. Es decir, que el gobernante debe gobernar de acuerdo con los derechos y obligaciones que señalan las leyes del Estado. Y si el gobierno, en vez de resguardar los derechos de los gobernados, atenta contra ellos, los gobernados tiene el derecho a la resistencia frente al gobernante.

En las colonias españolas de América existía el sistema de gobierno absoluto, que negaba a sus súbditos los derechos de la teoría liberal.

En las colonias españolas de América, existía la nobleza, clase media, pueblo y esclavos. Esta desigualdad se acentuaba por las diferencias raciales, y por las diferencias existentes entre los españoles nacidos en España y los españoles nacidos en las "Indias", o sea los criollos. La rivalidad entre criollos y peninsulares se acentuó por aspirar aquéllos, con toda justicia, a la igualdad de derechos y, finalmente, al gobierno de los territorios en que habían nacido.

La corona española controlaba el desarrollo del comercio y la industria en beneficio de las clases privilegiadas. Las nuevas ideas económicas daban más valor a la tierra y su explotación por el hombre, en la agricultura y la ganadería; y frente al monopolio comercial pidieron el libre comercio. Los Virreinatos y Capitanías creados en el siglo XVIII, perjudicados con el monopolio y el mercantilismo, abogaron por el comercio libre y la libertad de industria, que permitía un mayor desarrollo de la agricultura y ganadería. Sobre todo en el Virreinato de Río de la Plata, donde la agricultura y la ganadería tenían un notable desarrollo, apareciendo una clase industrial pujante que tuvo activa participación en la emancipación de su patria. El movimiento emancipador se realizó, para acabar con el mercantilismo, el monopolio comercial y el intervencionismo del Estado en el desarrollo económico.

El siglo XVIII se presentó igualmente renovador en el campo de las Ciencias Físicas y Naturales. Esta inquietud se manifiesta en la llegada al Continente americano de varias expediciones científicas: 1736, en tiempos de Carlos III llega la Expedición de Martín Sessé al Virreinato de México; de Ruiz y Pavón al Virreinato del Perú y de José C. Mutis al Virreinato de Nueva Granada. También esta inquietud científica permite la aparición de centros de cultura superior, como el Real Convictorio de San Carlos, en el Perú.

Era costumbre que los jóvenes criollos americanos de familias pudientes, fueran a España a completar su educación. Pero al llegar al centro del poder de la monarquía absoluta española, esos espíritus fueron ganados por las nuevas ideas, pues, en contacto con los liberales españoles, enemigos de la monarquía, leyeron obras del pensamiento europeo, traducidas al castellano o en francés, y cuando regresaban a su patria en América estaban ganados a la causa emancipadora.

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En el siglo XVIII en Europa, surge un movimiento intelectual, espiritual y científico que se ha denominado la ilustración. Se caracterizó por una fe ciega en el poder de la razón, para llegar al conocimiento y dominio de la naturaleza; desarrolló las Ciencias: Química, Física, Biología, Astronomía, Medicina y otras. Su espíritu crítico, llegó a poner en tela de juicio el régimen del gobierno absoluto, al sistema económico y a las creencias religiosas. Surgen filósofos ilustres como Voltaire, Montesquieu, Rousseau, y hombres de ciencia como Linneo, Lavoisier, Wat, Volta, Franklin, Fahrenheit, Laplace y otros.

El movimiento de la Ilustración ejerció gran influencia sobre los gobernantes absolutos de Europa, varios de los cuales adecuaron su política en parte a esta ideas, pero sin modificar su esencia, o sea sin dar intervención al pueblo. "Todo por el pueblo, pero sin el pueblo". Realizaron reformas en la agricultura, el comercio, la industria; estimularon el desarrollo de las ciencias y de las letras; favoreciendo el desarrollo de la enseñanza, en especial de las Universidades. A esto se llamó el "despotismo ilustrado". Los principales déspotas ilustrados fueron Federico II en Prusia, José II en Austria y Carlos III en España. En el Virreinato del Perú se fundó el Real Convictorio de San Carlos y la Sociedad Amantes del País que publicó la revista científica Mercurio Peruano. La ilustración también fue favorable para crear el clima a la Independencia.

En esta etapa de influencia de la Ilustración y del Despotismo Ilustrado impuesto por el Rey de España Carlos III, tuvo lugar, la expulsión de los religiosos de la Compañía de Jesús de los dominios de España y América ocurrida en 1767, quienes se convirtieron en enemigos del trono español y colaboraron desde Europa con el movimiento emancipador, esparciendo las ideas revolucionarias, propiciando la separación de América de España, como es el caso del jesuita arequipeño Juan Pablo Vizcardo y Guzmán autor de "Carta a los españoles americanos", que fue impreso y difundido por el revolucionario Francisco de Miranda. Su obra fue de gran importancia para afianzar la evolución ideológica del reformismo al separatismo de España.

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Juan Pablo Vizcardo y Guzmán

Pero las intenciones libertarias en el virreinato del Perú y en otros que dependían de la corona española, venían de tiempo atrás.

El presente, tiene la intención de complementar otros trabajos publicados anteriormente: "Los Masones y la Independencia del Perú" y "El Libertador Don José de San Martin".

La independencia del Perú es un capítulo en las guerras de emancipación hispanoamericanas que comenzaron a escala continental en 1808. Estos conflictos enfrentaron a la monarquía española con los nacientes Estados americanos que pretendían obtener su independencia. La independencia del Perú se estimó crucial para garantizar la independencia de los demás países de América del sur; pero, más allá de la independencia peruana, el proceso de independencia de las colonias españolas en América concluyó en el Caribe a finales de siglo XIX con la independencia de la República Dominicana (1844) y la adquisición de Cuba y Puerto Rico (1898) como botín de guerra por parte de los Estados Unidos de América (Guerra Hispanoamericana). Posteriormente, Cuba también adquirió su independencia.

Las revoluciones en el Perú contra los españoles se producen desde la captura del inca Atahualpa la tarde del 16 de noviembre de 1532 en la batalla de Cajamarca, y que llevó a la conquista del Imperio inca por parte de Francisco Pizarro. Algunos autoproclamados sucesores de los incas trataron en varias ocasiones, retomar el país, reconquistar su imperio e instalar su gobierno. Unos intentos ocurrieron inmediatamente; otros, más tarde.

La rebelión de los Incas de Vilcabamba

Desde 1536 hasta 1572, tuvo lugar la resistencia de los incas de Vilcabamba; acción que había comenzado con la huida de Manco Inca del Cuzco y que terminó con la ejecución de Túpac Amaru I.

Luego de la muerte de Atahualpa, los conquistadores designaron a su hermano Manco Inca, como el sucesor. Manco Inca se ciñó la mascaipacha y fue reconocido por curacas y miembros de la nobleza inca. La idea de los españoles era usarlo como un mandatario "títere", pero el nuevo Inca tenía otros planes.

En abril del año 1536 cuando Manco Inca partió del Cusco con el pretexto de traer unas estatuas de oro del tamaño de un hombre para Hernando Pizarro, los españoles codiciosos le dieron el consentimiento.  Días después, los conquistadores se enteraron que contingentes indígenas se habían concentrado en Yucay y enviaron soldados en su búsqueda, pero fueron desbaratados. Las tropas de Manco sumaban unos 10 mil hombres con los cuales cerco el Cusco a fines de abril. Algunas exageradas fuentes, dicen que las tropas incaicas eran de unas 200 mil personas. Años más tarde, los españoles recordaban el pavor que sufrieron al verse rodeados por tal cantidad de hombres que permanentemente levantaban un gran vocerío y en las noches encendían fogatas que marcaban el cerco de la ciudad.

Antes del cerco al Cuzco, un escenario importante de lucha fue Sacsayhuaman. Inicialmente en manos de los cañaris conminados por los españoles para defenderlo, fue tomado por las huestes incas, después de dos días y luego cercaron al Cuzco. Los españoles vivieron días y noches terribles al extremo de querer abandonarlo, entonces Hernando Pizarro planteó retomar Sacsayhuaman. Simularon abandonar el Cuzco por el camino a Chinchaysuyo para dividir las fuerzas incas. Luego de tres días de combate, los españoles retomaron Sacsayhuaman.

Para evitar que Francisco Pizarro envié refuerzos o que rompa desde fuera el cerco al Cusco, Manco había coordinado un ataque a Lima. Por su parte, Francisco Pizarro envió una expedición al Cusco a órdenes de Gonzalo de Tapia, por la ruta de Pisco. En el ascenso a Vilcashuaman, se toparon con las fuerzas del Inca cerca del río Pampas, donde libraron una sangrienta batalla con la derrota total de los españoles. Las tropas nativas siguieron su camino y arribaron a Parcos (Huancavelica), donde se vieron con un nuevo contingente de españoles que trataban de avanzar hasta el Cusco.

Una tercera expedición enviada de Lima a Jauja fue sorprendida en Angoyacu, donde murió su jefe, Juan Mongrovejo de Quiñones. La ruta del Mantaro quedó despejada para los naturales a través de dos combates más: en Jauja y en Pariacaca.

El 5 de setiembre de 1536 el ejército rebelde inca, a órdenes de Quizo Yupanqui, llega a las puertas de Lima, sostiene varios encuentros con los españoles en Mama (cerca de Chosica), en Huarco (Cañete), Mala, Chancay y Ate. Un contingente al mando de Pedro de Lerma intentó detenerlos en las inmediaciones de Puruchuco, pero los atacantes llegaron a instalarse en los cerros que rodeaban a la Ciudad de los Reyes y comenzaron a bajar para completar el ataque. Quizo Yupanqui fue derrotado en Pachacámac por Alonso de Alvarado, y con el apoyo de tropas indígenas contrarias a los incas, los españoles consiguieron la victoria final en Lima. Perecieron los principales jefes de la ofensiva indígena: Quizo Yupanqui y Cusi Rímac.

En el Cusco, el cerco a la ciudad terminó tras nueve meses, cuando retornaron las tropas de Almagro procedentes de Chile. Entonces Manco Inca se retira con sus fuerzas a Vilcabamba, a unas 20 o 25 leguas al norte del Cusco. Vilcabamba fue, desde Manco Inca hasta Túpac Amaru I, un reducto incaico cuya capacidad de hostigar y amenazar a la sociedad colonial y sus autoridades sufrió altas y bajas. Manco Inca, estuvo sembrando incertidumbre en la zona de Huamanga hasta 1541. Por eso, Vasco de Guevara, teniente gobernador de San Juan en la Frontera de Huamanga, dio los pasos necesarios para lograr un arreglo con el Inca y pacificar la región, pero eso no se dio, porque Manco Inca fue asesinado por soldados almagristas que llegaron a las montañas de Vilcabamba escapando de los pizarristas y que el Inca hospedo en su fortaleza. Con su muerte no concluyo la resistencia inca a los chapetones, le siguieron en esa rebeldía: Sayri Tupac de 1544 a 1558, Titu Cusi Yupanqui de 1558 a 1570 y Tupac Amaru I de 1570 a 1572.

Tupac asume el trono inca luego de la muerte de su hermano Titu Cusi en 1570. Fue el cuarto y último inca rebelde de Vilcabamba. Hijo de Manco Inca, fue hecho sacerdote y guardián del cuerpo de su padre. El virrey Francisco de Toledo asume el virreinato y uno de sus primeros objetivos es acabar con el reducto de Vilcabamba. Por su parte, Túpac Amaru cerró las fronteras de Vilcabamba y destruyó el puente de Chuquichaca.

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Tupac Amaru I.

El virrey envió un negociador diplomático, poco tiempo después de la muerte de Titu Cusi. Atiliano de Anaya, quien fue visto como espía y asesinado. Ante esta respuesta el virrey Toledo le declaró la guerra en la semana santa de 1572, apelando a la justificación de que los incas habían roto "la inviolable ley de todas las naciones del mundo: el respeto a los embajadores" el virrey declaró formalmente la guerra el 14 de abril. El capitán Martín Hurtado de Arbieto y Juan Alvarez Maldonado, comandaron la expedición, pero fue el capitán García de Loyola quien lo capturó junto a otros miembros de la élite incaica, no sin antes enfrentarse en varios eventos.

Los españoles dividieron sus fuerzas para tacar el reducto inca, uno lo haría por Chuquisaca y el otro por Curihuasi. Se dieron varias escaramuzas hasta la batalla de Choquelluca a orillas del río Vilcabamba, tras esta batalla los españoles capturaron la ciudad y palacio de Vitcos. El 23 de junio cae el último foco de resistencia, el fuerte Huayna Pucara, el 24 toman Vilcabamba que había sido abandonado por Tupac Amaru retirándose a los bosques de las tierras bajas. Tras varios meses de persecución y escaramuzas fue capturado.

Los cautivos llegaron al Cuzco el 21 de septiembre. Sin perdida de tiempo se le abrió juicio por la muerte de los sacerdotes agustinos (que fueran asesinados al considerarlos responsables de la muerte de Titu Cusi), el negociador Anaya y el escribano Martín de Pando. Túpac Amaru fue condenado a la pena capital junto con otros 5 miembros de la resistencia quechua. Autoridades de las órdenes del clero, miembros del clero y principales vecinos del Cuzco, exhortaron al virrey para que se retracte y no ajusticie al Inca. Francisco de Toledo no cambió de parecer y el 22 de junio de 1572 Túpac Amaru fue decapitado.

Subió al patíbulo y mientras lo hacía, "una multitud de indios, que llenaron completamente la plaza, vieron el lamentable espectáculo [y sabían] que su señor e Inca iba a morir, [y] ensordecieron los cielos, haciéndolos reverberar con sus llantos y lamentos". Las crónicas relatan que el Inca levantó su mano para silenciar a las multitudes, y sus últimas palabras fueron: "Collanan Pachacamac ricuy auccacunac yahuarniy hichascancuta." ("Madre Tierra, atestigua cómo mis enemigos derraman mi sangre."). El suceso generó la desaprobación del propio rey Felipe II, quien señaló la necesidad de desagraviar a los incas.

Las pompas fúnebres fueron sentidas, a la misa de honras acudió en riguroso luto el virrey. Los indígenas y miembros de la élite cuzqueña se arrancaban cejas y pestañas siguiendo la usanza andina. Al Inca se enterró en la catedral del Cuzco pero al ver que el pueblo idolatraba los restos, lo retiraron a un lugar secreto. Con él se extinguía no sólo el último reducto de resistencia inca, sino también la dinastía real de los incas, ya que Túpac Amaru no tenía descendientes varones. Dejó dos hijas, una de ellas llamada Juana Pilco-Huaco, se casó con un cacique de Surimaná; de este matrimonio desciende otro rebelde que tomó el nombre de Túpac Amaru II para rebelarse contra los españoles en el siglo XVIII.

Los españoles colocaron la cabeza de Túpac Amaru en un lugar visible en el Cuzco, para que sirva de advertencia a los indígenas, pero tuvieron que retirarla, porque se había convertido en un objeto de veneración para la gente andina. Con la muerte de Túpac Amaru nació el mito de Inkarri; la cabeza del inca, lejos de descomponerse, se ponía más hermosa cada día, a partir de ella crecería nuevamente el cuerpo del Inca que restauraría el imperio y le daría a las cosas su ordenamiento natural anterior a la llegada de los españoles.

Posteriormente, en respuesta a las reformas borbónicas, se produjeron la rebelión de Túpac Amaru II y la de Túpac Catari en el Alto Perú. Entre la revuelta de José Gabriel Condorcanqui y la llegada del general José de San Martín al Perú, tuvieron lugar otras revueltas como las de Felipe Velasco Túpac Inca Yupanqui, Francisco de Zela, la conspiración del Cuzco de José Gabriel Aguilar y Manuel Ubalde.

Los caciques y los demás indios de Azángaro, Carabaya, Cotabambas y Castrovirreyna se rebelaron contra el abuso incesante de los corregidores, entre los años 1724 y 1736. En efecto, de manera sorpresiva tomaron presos a los corregidores de dichas circunscripciones territoriales y les dieron muerte. El gobierno del virrey José de Armendáriz, Marqués de Castelfuerte envía un ejército bien pertrechado desde Lima. Los realistas lograron derrotar a los insurrectos, haciendo uso de una brutal represión. Los principales líderes indios fueron apresados y ajusticiados. Corona, para tal efecto, residió en Madrid entre 1722 y 1732. Durante esos diez años se dedicó a presentar sendos memoriales al Consejo de Indias, al Rey y a otras autoridades de la Corona española, denunciando el abuso de funcionarios reales en el Virreinato del Perú, principalmente los corregidores de los valles de La Libertad. A pesar de que iba en representación de varios curacas de la zona, sus gestiones fracasaron.

Juan Vélez de Córdova hace el manifiesto de la rebelión de Oruro (hoy Bolivia) de 1729 retoma el pedido que hiciera Alejo Calatayud, líder de la insurrección de Cochabamba (hoy Bolivia), en 1730. En este sentido, estas protestas pretendían comunicaban al rey que "no debía de haber corregidor de España, que los alcaldes debían de ser criollos". Incluso, la rebelión de Oruro fue más explicito, no solo rechazando a los corregidores peninsulares, además, de quejarse por los impuestos excesivos y la inaccesibilidad de las Audiencias judiciales.

Juan Santo Atahualpa

Lideró una importante rebelión en el Perú. Se dice que era descendiente inca nacido en Cuzco y criado por los jesuitas. Aprendió castellano y latín, viajó a España, Angola, Inglaterra, Francia e Italia, aprendiendo italiano y un poco de francés. Regresó al Perú y fomentó una rebelión, que fue patrocinado por los ingleses según algunos autores, pues al iniciar la lucha por la libertad, se vio por las costas del virreinato la nave del inglés Jorge Anson.

Se estableció en Chanchamayo en la actual Región Junín en 1742. La rebelión logró congregar a los pueblos Ashaninka, Yanesha y Shipibo de la selva central. Se hizo proclamar Apu Inca, descendiente de Atahualpa. Su meta era restaurar el Imperio inca aniquilando a los españoles y sus costumbres. En junio del mismo año estalló el movimiento. El primer objetivo fue la reducción de Eneneo, para luego seguir con Matranza, Quispipango, Pichana y Nijandaris.

Sobre el trato de Juan Santos con los ingleses, no hay mayor información documentada que lo confirme, pero se puede, colegir y lanzar alguna hipótesis a partir de ciertas circunstancias por entonces acaecidas. Es conocido, por ejemplo, la vieja pugna que sostenían los ingleses con los españoles en busca de tener mayores facilidades para el comercio con los mercados de América, celosamente resguardados por los coloniales. Una serie de acuerdos y concesiones que nos hacen evocar al famoso Navío de Permiso que forma parte de esta historia. Estos hechos no eran desconocidos para un hombre culto como Juan Santos Atahualpa. Así, las noticias sobre él dicen que "habló con los ingleses, con quienes dejó pactado que le ayudasen a cobrar su corona por mar, y que él vendría por tierra, recogiendo su gente, para al fin recobrar su corona". Este pacto no es inverosímil por los hechos antes referidos y podría haberse establecido en 1741.

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Juan Santos Atahualpa.

"Los ingleses cumplieron lo pactado con Juan Santos a favor de la Independencia. El Vice Almirante Jorge Anson, al mando de cinco buques de guerra, fue comisionado por su Gobierno, para entrar al Pacífico y perseguir todas las naves, y bloquear todos los puertos subyugados a España. (Anson, a la sazón era parte del equipo de marinos británicos que sostenían la guerra con España en sus colonias, desde 1740. Otro de sus principales líderes, además de Anson, era el Almirante Vernon quien disponía de 50 naves, 130 de transporte y/o cerca de 13 mil hombres de desembarco, asolando las aguas del Caribe). Anson pasando el Estrecho de Magallanes, fue a fondear en la isla de Juan Fernández el día 7 de junio de 1741. Desde allí atalayaba los mares de Chile, Perú y Ecuador. Y en el mes de septiembre del mismo año apresó al navío español "Monte Carmelo" que iba del Callao a Valparaíso, apoderándose de más de veinte mil pesos y muchas mercancías". Luego anduvo de correría en correría, de sur a norte, capturando y hundiendo navíos, asolando y saqueando diferentes pueblos de la costa. "No es improbable que Anson, después de estas correrías, por más de medio año, al no tener noticia de levantamiento alguno en el Virreinato del Perú, decidió alejarse, como lo hizo, rumbo al Asia. Cinco meses después (en mayo de 1742), los indios de la montaña, con Juan Santos Atahualpa, dan el grito de rebelión. Si este movimiento de los montañeses hubiera estallado en su debido tiempo, la expedición del Vicealmirante inglés Jorge Anson habría resultado eficiente y, quizá, definitiva…"

Anson tuvo varios enfrentamientos con las fuerzas españolas de las colonias del Perú y México y de ellas se da cuenta en el libro "Viaje de Anson La Vuelta al Mundo" que narra entre otros, el ataque a Paita, que lo tomo y saqueo, luego de liberar sus prisioneros, continuó con su travesía, en los capítulos 18 y 19 del libro, así como otros pormenores de la organización de la expedición a América hasta su viaje al Asia.

Tupac Amaru II

José Gabriel Condorcanqui Noguera "Tupac Amaru II, hijo de Miguel Condorcanqui y Rosa Noguera, descendía de Tupac Amaru I, último inca del Perú, quien fuera ejecutado por los españoles en el siglo XVI. Curaca de Surimana, Tungasuca y Pampamarca, era adinerado, dedicado al comercio. Se trataba de un personaje de origen mestizo, de la sangre del Sapa inca Túpac Amaru con la de los criollos. Fue criado hasta los 12 años por el sacerdote criollo Antonio López de Sosa y luego en el Colegio San Francisco de Borja, mostró preferencia por lo criollo, llegando a dominar el latín y utilizaba refinadas vestimentas hispanas, pero posteriormente se vistió como un noble inca y fue excomulgado por la Iglesia Católica.

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Tupac Amaru II.

Lideró la denominada Gran Rebelión iniciada el 4 de noviembre de 1780 con la captura, y posterior ejecución, del corregidor Antonio de Arriaga por José Gabriel y sus hombres. El movimiento no estaba destinado a conseguir la independencia; fue dirigido contra las malas autoridades por los abusos que cometían contra los indígenas. La rebelión surgió cuando Túpac Amaru perdió la esperanza de que se hiciera justicia a los indios por vía pacífica.

Fue el primero en pedir la libertad de toda América, tanto de España como de su monarca, no sólo la separación política, sino la eliminación de diversas formas de explotación indígena (mita minera, reparto de mercancías y obrajes) así como de los corregimientos, alcabalas y aduanas (14 de noviembre de 1780), la creación de una Audiencia en el Cuzco para la rápida administración de justicia, porque hasta entonces tenían que viajar a Lima en pos de ella. Decretó la abolición de la esclavitud negra por primera vez en América (16 de noviembre de 1780). Esta rebelión hizo, que las autoridades coloniales eliminaran a la clase indígena noble y acrecentaron la represión contra lo andino, por temor de que algo así volviera a repetirse.

La Independencia de EE.UU y la Revolución Francesa

Tres siglos después, se sucedieron otros hechos fuera del virreinato del Perú, que tuvieron influencia en las ideas independentistas: la independencia de Estados Unidos en 1776 y la Revolución francesa de 1789; sin embargo el principal detonante de la emancipación fue la invasión napoleónica a España en 1808. Desde entonces, los patriotas, denominados así por sus ideas liberales, recurrieron a las armas con el objeto de lograr su independencia. Las acciones por lograr la libertad en el Perú no se detuvieron, se fueron concadenando con las acciones que venían de Argentina y Chile.

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Declaración de la Independencia de los EE.UU

La independencia norteamericana fue un acontecimiento de repercusión mundial. Influenció a Europa, alentando la revolución francesa, y también a las colonias españolas de América. Es el primer caso, donde una colonia se emancipa y se declara independiente. Demostró que libres los colonos podían hacer un buen gobierno. Se difundió por el mundo, el sistema republicano que practicaban, así como la adopción de una Constitución para regir el estado bajo el principio de la división de poderes.

En su Declaración de Independencia, proclaman los derechos naturales del hombre y el principio de que el gobierno, tiene por finalidad salvaguardar estos derechos y perseguir el bien de los gobernados. Esta Declaración de Independencia traducida al español, circuló en las colonias de España.

La Revolución Francesa, también influyo en las colonias españolas de América. Los libros de Rousseau y Montesquieu se difundieron secretamente y nutrieron las ideas revolucionarias de los criollos. El Contrato Social se convirtió en la biblia de los conspiradores independentistas. "La Declaración de los Derechos del Hombre" fue traducida e impresa en secreto, por el destacado criollo neogranadino Antonio Nariño, circulando por la América española. Nariño, por eso, fue encarcelado y enviado preso a España.

La Revolución Francesa favoreció al movimiento emancipador. Cuando el Emperador de Francia, Napoleón I, invadió España en 1808. Napoleón tomó presos a los Reyes Carlos IV y Fernando VII y dio lugar a la aparición de Juntas de Gobierno en España y América, originando la lucha entre las autoridades españolas y los criollos y mestizos, lucha que terminara tres lustros más tarde, con la completa independencia de las colonias.

Las luchas por la independencia en esta parte del continente nunca se detuvieron, por el contrario, estaban latentes y aprovechaban cualquier situación.

Las Juntas de Gobierno en América de 1809

Napoleón invadió España, pero el pueblo español, no acepto al Rey intruso José Bonaparte, y en ausencia del Rey cautivo por Napoleón, formó Juntas de Gobierno.

El pueblo español dentro de su concepto de fidelidad a la monarquía, antes que aceptar un nuevo amo formó Juntas de Gobierno. Las colonias de América siguiendo la misma teoría de que, ausente el Rey, el poder retorna al pueblo y por tanto era el pueblo el que tenía derecho a formar Juntas de Gobierno, los formo al igual que los de España, y así surgió las Juntas en América bajo el disfraz de fidelidad al monarca.

La primera Junta surge en el Alto Perú. El 25 de mayo de 1809, el pueblo de Chuquisaca depuso a la autoridad española y formó una Junta de Gobierno, La segunda Junta de Gobierno también se forma en el Alto Perú, en la ciudad de La Paz (16 de julio de 1809). La tercera Junta en Quito, el 10 de agosto de 1809, los criollos depusieran al Presidente de la Audiencia, Ruiz de Castilla, y formaron una Junta de Gobierno. Estas Juntas de 1809 del Alto Perú y Quito duraron poco. Fueron derrotadas por tropas virreinales enviadas por José Fernando de Abascal, Virrey del Perú.

El ejemplo de las Juntas de Gobierno fue imitado. Una a una las colonias fueron constituyendo Juntas. La situación se presentaba propicia para que germinaran ideas de independencia. Las Juntas surgieron en contra de las autoridades de las colonias, y fueron declaradas rebeldes por el Consejo de Regencia. Se inició así la lucha entre las antiguas autoridades, secundadas por los españoles y sus fuerzas armadas contra los criollos, secundados por los Cabildos y a veces por las Audiencias.

En Lima hubo el intento de deponer al Virrey Abascal y formar una Junta de Gobierno. El jefe de los conspiradores fue el abogado Mateo Silva, pero delatado por un traidor, el 26 de setiembre de 1809 fue tomado preso, sometido a juicio y sentenciado a 10 años de prisión en el castillo Real Felipe del Callao, donde falleció en 1816 víctima de los malos tratos.

Las Juntas de 1810

La obra iniciada en el Alto Perú y Quito se extendió a los extremos del Continente y encendería la contienda por la independencia. En Venezuela, el 19 de abril de 1810 los criollos de Caracas reunidos en "Cabildo Abierto", depusieron al Capital General Vicente Emparan, desconocieron la autoridad de la Regencia de Cádiz, y en nombre del Rey cautivo, constituyeron una Junta Suprema para gobernarse por sí. La Junta convocó un Congreso general de las provincias. Este Congreso reunido el 2 de marzo de 1811, proclamó la Independencia de Venezuela el 5 de julio de ese mismo año.

En Buenos Aires, los criollos y el pueblo reunido en "Cabildo Abierto", depusieron al Virrey Hidalgo de Cisneros, desconocieron al Consejo de Regencia. El 25 de mayo de ese año constituyeron una Junta Gubernativa cuya presidencia fue encomendada al patricio Cornelio Saavedra, y de Secretario a Mariano Moreno. Por obra de Moreno, se proclamó el libre desenvolvimiento del trabajo y del comercio, y el gobierno representativo de origen popular. Con el objeto de extender el movimiento a las provincias, la Junta envió expediciones al Alto Perú (al mando de Balcarce y Castelli); al Paraguay (al mando de Belgrano); y al Uruguay (al mando de Rondeau); dependientes del Virreinato de Buenos Aires.

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Junta de Gobierno de Buenos Aires.

En Nueva Granada, otro "Cabildo Abierto", reunido tumultuosamente el 20 de julio de 1810 en Santa Fe de Bogotá, desconoció las autoridades vigentes, y en nombre de Fernando VII, instaló la Junta Gubernativa que depuso al Virrey Amar y convocó a las provincias a enviar representantes ante ella.

En Chile, el "Cabildo Abierto", convocado el 18 de setiembre del mismo año. Formó igualmente una Junta Gubernativa. El movimiento se extendió por el Norte y el Centro del país, pero el Sur permaneció en favor de los realistas.

En Quito continuaba en funciones en 1810 la Junta formada el año anterior. Pronto sería disuelta por obra del Virrey Abascal, y sus miembros tendrían un trágico fin, pero la lucha continuó.

El Alto Perú, después del fracaso de las Juntas de La Paz y Chuquisaca del año anterior se había vuelto a sublevar secundado por las fuerzas enviadas por la Junta de Buenos Aires.

El Perú, bajo el brazo fuerte de Fernando de Abascal, se encontraba inquieto y deseoso de seguir el ejemplo de sus hermanos de América. El 18 de setiembre de ese año se apresaron en Lima varios criollos, entre ellos el argentino Ramón Anchóriz, mayordomo del Arzobispado de Lima, el abogado Saravia, el cura de San Sebastián Tagle, el impresor Guillermo del Río, el italiano José Boqui y otros, siendo procesados y condenados a diversas penas. Anchóriz fue remitido preso a Cádiz. El omnipotente Virrey destrozaba así otro intentó de subversión.

Los gobiernos establecidos por estas Juntas del año 1810, subsistieron hasta 1814 o 1816. Sólo el gobierno establecido por la Junta de Buenos Aires no sucumbió jamás.

En 1810, en todas las capitales de los antiguos Virreinatos y Capitanías, se habían constituido Juntas Gubernativas formadas por criollos que reclamaban el derecho de gobernar la tierra en que nacieron. Aunque se instalaban en nombre de Fernando VII, los antiguos funcionarios las combatieron y el Consejo de la Regencia de Cádiz las declaró rebeldes. La lucha iniciada en forma tan ocasional, duraría tres lustros y sería sangrienta. Sólo termino cuando las colonias obtuvieron su independencia. Aun cuando en el Perú no se formó ninguna Junta, la lucha también se inició, así como en México.

Los Cabildos Constitucionales

La Constitución Política de la Monarquía Española promulgada por las Cortes de Cádiz el 19 de marzo de 1812, dispuso que en todos los pueblos y ciudades hubiera Ayuntamientos o Cabildos para su gobierno interior. Ayuntamientos o Cabildos que estarían constituidos por el Alcalde o Alcaldes, los regidores y el procurador síndico. Las disposiciones legales que se dieran determinarían el número de miembros de acuerdo a la población. En el art. 312 disponía que "Los alcaldes, regidores y procuradores síndicos se nombraran por elección en los pueblos". La elección que se disponía era por el sistema indirecto, o sea que primero se elegían a los electores y luego éstos elegían al alcalde o alcaldes, regidores y procuradores síndicos.

Por esta disposición, el Virrey Abascal se vio obligado a disponer la elección de estos Ayuntamientos o Cabildos, que por hacerse conforme a lo dispuesto en la Constitución de 1812, se les conoce con el nombre de "Cabildos Constitucionales".

La Constitución de 1812 fue abolida por Fernando VII en 1816 al restaurar el absolutismo, pero volvió a regir en 1820 a raíz de la revolución liberal ocurrida entonces en España, y por eso, cuando San Martín llegó al Perú al frente de la Expedición Libertadora, encontró en Lima y otras ciudades del Perú a estos Cabildos Constitucionales elegidos por el pueblo que tuvieron gran actuación en los actos de Declaración de Independencia de cada localidad. El Cabildo de Lima declaró la Independencia del Perú el 15 de julio de 1821.

Con los recursos que supo sacar del inmenso y rico virreinato que gobernaba, Abascal combatió la revolución en el Alto Perú, Quito, Chile, y contuvo el avance de la revolución Argentina, que quería ingresar victoriosamente al Perú por el sur.

Por la férrea vigilancia realizada por el Virrey Abascal, en Lima no llegó a estallar ningún movimiento revolucionario, aunque hubo importantes intentos, como el realizado por Mateo Silva en 1809, en el que estuvieron comprometidos su hermano Remigio y su hermana Brígida y muchas otras personas; también el intento de Ramón Anchóriz y otros en 1810 que igualmente fue desbaratado por el poderoso Virrey. No obstante a esta vigilancia y la política de concordia desarrollada por el Virrey, Lima y provincias vivían en permanente ambiente de conspiración que demostraba el espíritu rebelde del pueblo del Perú y su deseo de poner término a la dominación española.

Narra una anécdota de la época: "A los pocos meses de haber entrado el Virrey de Lima a su capital, se encontraron en una calle tres sacos colocados con armonía: el primero estaba lleno de sal, el segundo de abas, y el tercero de cal. El que reconocía aquellas especies repetía maquinalmente Sal, Abas, Cal; y ya parece llegado el caso de aquella conminación, y de que se conozca, que la moderación y dulzura de los americanos no es abatimiento; y que ya es tiempo que salgan á luz las virtudes, que el despotismo ocultaba en la obscuridad, por no tener valor para soportar su presencia"

Lima fue centro de inquietud y conspiración revolucionaria cuyos lazos y extendido sentimiento llegaba a diferentes partes del virreinato del Perú.

El Real Convictorio de San Carlos, bajo la dirección del cura chachapoyano y precursor de la Independencia peruana; Toribio Rodríguez de Mendoza era uno de los varios centros, que realizaba una secreta siembra de los principios revolucionarios y de las nuevas ideas liberales. Los "carolinos" como eran llamados, fueron en gran parte los ideólogos de la revolución.

El Colegio de Medicina de San Fernando, donde se reunían periódicamente, el médico Hipólito Unanue, el cosmógrafo y matemático José Gregorio Paredes, los médicos José Pezet y Miguel Tafur, Gabino Chacaltana y otros, que años más tarde serán miembros del primer Congreso Constituyente. Los denominados "fernandinos" tuvieron actuación notable en la revolución peruana.

El Oratorio de San Felipe Neri, cuyos miembros eran conocidos con nombre de

"los Padres de San Pedro" por ocupar el claustro de los expulsados jesuitas. Fueron eficaces promotores de la insurrección mediante el influjo que tenían en el pueblo y aún en las clases altas. Uno de los "oratorianos", el Padre Méndez Lachica, fue un distinguido miembro del primer Congreso Constituyente instalado por José de San Martín.

"Supo Abascal que en la celda del Padre Méndez, de la Congregación del Oratorio, se reunían todas las noches a conspirar, algunas personas visibles y respetables del país, como el Padre Carrión de la misma Congregación, el Conde de la Vega del Ren; Manuel Pérez de Tudela, José de la Riva Agüero y otros "igualmente inofensivos". No teniendo, nada de conspiradores de la laya de otros, pero no queriendo, por otra, que tales reuniones se fomentasen, tomó para disolverlos de la siguiente graciosa forma. Ordenó que una noche se apostase en la portería de San Pedro el capítulo de su guardia de a caballo, Joaquín de Espolavieja, con una linterna y dos soldados. Así se hizo, y a medida que los conjurados salían, Joaquín les ponía su linterna en la cara y reconociéndoles les decía: "Señor tal, su Excelencia el Señor Virrey me ha encargado que diga a Ud. de su parte, que le desea que pase muy buena noche". Inútil es decir, que esa fue la última vez que se reunieron los conjurados".

Los abogados de Lima, eran discípulos en gran parte de Rodríguez de Mendoza: Mateo Silva, Manuel Pérez de Tudela, José Faustino Sánchez Carrión, Francisco Javier Mariátegui, Manuel Ferreyros, Pedro José Colmenares, y otros como Manuel Tellería, Mariano Alejo Álvarez y Ramírez de Arellano. Uno de ellos, Manuel Lorenzo de Vidaurre, por considerársele peligroso, fue perseguido y desterrado a España. En Cádiz escribió el libro que publicó después con el nombre de "Plan del Perú".

Riva Agüero y su círculo. Había llegado a Lima en 1810, después de un viaje por Europa; el joven aristócrata limeño José de la Riva Agüero, imbuido de las ideas revolucionarias, a su paso por Buenos Aires se contacto con los revolucionarios porteños. Riva Agüero formo en Lima el centro de un círculo poderoso de revolucionarios, entre los que se encontraba el VII Conde de la Vega del Ren[1]e instigó varias revoluciones limeñas y no cesó de actuar hasta que San Martín proclamó la independencia del Perú.

Partes: 1, 2, 3
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