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Olas metanastasicas (página 2)


Partes: 1, 2

En un tercer momento (1840-51) se observa un afianzamiento de los dispositivos de integración fraccionada y autoritaria. En este nuevo período descubrimos una ingente tarea, concomitante a la acción organizativa, orientada ya a construir en cada estadonación el Gran Relato justificatorio del nuevo orden que termina transformando esas mismas figuras (San Martín, O"Higgins, Sucre, Morazán, etc) en héroes o padres fundadores destinados a servir de elementos legitimantes y de ficciones orientadoras de esta consumación sociopolítica que toma ya la forma del definitivo Orden Instituyente de los nuevos estados. Esta serialización histórica es un fenómeno de desconexión isomorfo de una identidad segregada de su propio contexto histórico y que va a dejar abierta al puerta de esa nueva forma de fratricidio que lleva a la Guerra Civil Centroamericana, la Guerra Grande, las guerras del Paraguay, del Pacífico y del Chaco y a las rivalidades Guatemalo-Salvadoreña, Argentino-Chilena, Chileno-Peruana, Peruano-Ecuatoriana y Boliviano-Paraguaya, las que van a quedar como cuentas irresueltas hasta el día de hoy.

Por último, en el segmento desde 1852 a 1880, el cuarto período se caracteriza por un mundo donde se evidencia el expansionismo colonial europeo en África, Asia, etc, consolidándose el reparto social, ya definitivamente segregado en lo que hace a identidades sociopolíticas, donde se definen de manera precisa y definitiva el trazado territorial completo de los nuevos estados con sus separatismos, anexionismos, irredentismos, coalicionismos (confederacionismos) y estados-tapones y con sus respectivas asignaciones de poder excluyentes y sus programa as de acción futura en completa desconexión con sus previas pertenencias comunes.

TERCERA OLA METANASTÁSICA (1848-80)

Es la continuación de la segunda, producida por el derrumbe del imperio absolutista hispánico. Ocurre en Europa con motivo del Congreso de Viena, en el año 1815 y las revoluciones de 1830 y 1848; en Asia Oriental con la Revolución de Meiji y el comienzo de la era Meiji, que da por finalizado el régimen Yogum; América del Norte, con la Guerra de Secesión de 1861-65 y América del Sur, siendo el desplazamiento del caudillismo y desembocando ello en las famosas Guerras Civiles.

El primer curso de acción parte de Gran Bretaña, que había perdido sus colonias americanas o Estados Unidos en el Siglo XVIII y había iniciado un auge de la soberanía popular y una era de profundas reformas. En Gran Bretaña es posible registrar, luego del Congreso de Viena (que restableció en Europa un equilibrio multipolar de fuerzas políticas) diversos eventos que confirman su naturaleza expansionista, mercantil y talasocrática (centrada en el macizo oceánico). Éstos avances no fueron gratuitos pues plantearon la competición de Gran Bretaña con Francia y Rusia en la explotación del Asia Islámica y requirieron también la persecución tanto de la trata esclava como de la piratería. También se impulsaron desde Gran Bretaña una multitud de tratados internacionales, los que volvieron a repartir su mundo colonial así como a garantir el comercio libre y la libre navegación de ríos y mares.

La segunda ruta de acción la encontramos partiendo de Francia, la que al igual que en Gran Bretaña y junto a Rusia se involucran en la campaña de Napoleón en Egipto en al lucha por los despojos del Asia Islámica. Entre 1750 y 1800 Francia sufre grandes pérdidas (Por ejemplo la sublevación de Haití, la venta de Louisiana, la pérdida de Québec, hoy Canadá, etc). A pesar de ello Francia hoy conserva y controla parte de la costa africana (hoy Senegal). En la década de 1890, fortalecida por la política expansionista, aparecen en el mundo colonial nuevas formas de lidiar con los intereses en conflicto, tales como la instauración del régimen de gobierno Directo o de Asimilación. Luego de la Primera Guerra Mundial, Francia se queda con el Líbano y con Siria y su proceso de colonización termina a mediados del Siglo XX. Este proceso se manifiesta en la República de Vichy (1940-45), en la frustrada Guerra de Indochina (1946-54) e inmediatamente después, en la sangrienta Guerra de la Independencia de Argelia (1954-62).

El tercer derrotero de acción, partiendo de Prusia (Alemania) comienza con el desprendimiento del antiguo Sacro Imperio Romano Germánico y la anexión de la mitad de Sajonia y Renania (según lo establecido en el Congreso de Viena), y culmina con la victoria sobre Austria, produciéndose la unificación Alemana. Durante este proceso se dieron una serie de eventos y consecuencias militares: Guerra Franco-Prusiana, Conquista de Alsacia y Lorena, la retirada de las tropas francesas de México, la ocupación francesa del Congo, la triple Alianza con Austria e Italia por la anexión de Túnez. Se produce el Congreso de Berlín en 1884, el cual regula la balanza de poder a escala mundial y se discute el reparto colonial, fundamentalmente de África. Para motivar el nacionalismo alemán se apela a la llamada germanofilia, a los caballeros teutónicos y a la figura de Federico el Grande que fue un héroe de la Primera Guerra Mundial. Luego de su derrota y la Paz de Versalles, Alemania pierde Polonia, el África (pierde todos los territorios adquiridos en el Congreso de Berlín), pero éste proceso iniciado con éstas germanofilia se acentúa y esto afecta a judíos y gitanos (comunidades que no tenían base territorial).

El cuarto itinerario de acción se detecta en Italia. Con las guerras napoleónicas se produce el reparto de los principados italianos. En 1960 se produce la unificación italiana (se incorporan los Estados Pontificios, Sicilia, etc). Para impulsar la opinión pública se apeló a la memoria republicana de Garibaldi (militar) y a la de Mazzini (ideólogo) como padres fundadores de la nacionalidad italiana.

En España, desde donde partió el quinto curso de acción, como resultado de la invasión napoleónica en 1808, ocurrieron una serie de eventos, la jura de la Constitución de Cádiz, el intento de restauración de Fernando VII, presencia de España en el Congreso de Viena, Revolución de Riego, pérdida de las colonias en América excepto Cuba y Puerto Rico, adquisición en África de la Guinea Ecuatorial. Para motivar a su población recurre a la idea del Cid Campeador y de los Reyes Católicos.

La sexta ruta de acción la hallamos partiendo de Bélgica, la que se independiza de los Países Unidos (Provincias Unidas o Países Bajos) en 1831. Se transforma en Estado tapón entre Francia e Inglaterra. Leopoldo II plantea la ocupación del Congo, el cual queda bajo el dominio de Bélgica hasta la independencia del Congo en 1960.

En Japón, desde donde partió el séptimo derrotero de acción, por obra y gracia de las reformas de la era Meiji, se produce el fin de la servidumbre y el fin del orden feudal. Comienza una era expansionista, con la invasión a Corea. Se produce la derrota a China en 1895 (Formosa) y vence a Rusia en 1905, obteniendo el protectorado sobre Corea.

El octavo itinerario de acción se originó en Estados Unidos, que se había iniciado como nación– Estado en el año 1776. Se anexa Texas luego de la Guerra con México en 1847, se consagra como Estado unificado después de la Guerra de Secesión. En 1861-65 termina con la esclavitud. El período expansionista interno (Conquista del Oeste) fue posible a partir del ferrocarril, y su secuela fue el Genocidio de los Pieles Rojas. En 1898 se anexa Hawaii y las Filipinas. En 1899 se interviene Nicaragua y Costa Rica. Se fomenta desde Estados Unidos la independencia de Panamá como desmembración de Colombia. Se interviene la República Dominicana, Cuba y Honduras. Estados Unidos recurrió permanentemente a alimentar su imaginario patriótico en las figuras bases de su Estado-nación: Washington, Jefferson, Lincoln.

El noveno y último curso de acción de ésta tercera ola metanastásica se produjo en América del Sur, en los casos de nuevos Estados-clientes (Argentina, Brasil y Chile). Se llaman Estados-clientes porque giran en torno al comercio con Inglaterra, bajo la excusa del libre comercio se inician una serie de conflictos y guerras internas en América del Sur, entre ellas, la Guerra de la Triple Alianza en 1865-70. Se produce la Guerra del Pacífico entre Chile, Perú y Bolivia (la cual pierde su salida al mar, Antofagasta, Tarica y Tarapacal), y la Conquista del Desierto por la cual Argentina se expandió en las Pampas y la Patagonia y acabó militarmente con la cuestión indígena.

CUARTA OLA METANASTÁSICA (1911-1918)

Arranca con los últimos imperios absolutistas (alrededor de los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial. Se dieron cuatro cursos de acción, el primero en la China de la dinastía Qing (Manchú), el segundo en el Imperio Otomano, el Tercero en el Imperio Austro Húngaro y el cuarto en el Imperio Zarista. Estos cuatro itinerarios tenían como característica que eran multiétnicos, multirreligiosos, y multisociales.

El primer curso de acción se dio con la fractura del Imperio Chino, un antiguo Estado multiétnico y multirreligioso, de inicial naturaleza talasocrática, el cual no tuvo la experiencia iluminista de Europa. Como consecuencia de una serie de despojos de occidente se recurre al nacionalismo a ultranza. Se produjo lo que se dio en llamar "La Revolución de los Boxes" (1900) que termina con la dinastía Qing. En 1930-34, el Imperio Chino se hunde en una guerra civil. Se produce la Symmakhía con el liderazgo de Mao Tse Tung, y posteriormente la segunda guerra Chino-japonesa de 1937-45, de la cual surgió la apelación a Gengis Khan y Sun Yat Sen como padres fundadores.

En el Imperio Otomano se presentó la segunda ruta de acción, que luego de su expansión marítima y terrestre que empieza en el siglo XV, comienza una larga decadencia con su derrota de Lepanto en el siglo XVI. Carece de ilustración propia. Su derrota en la guerra Turco-Persa derivó en grandes repartos territoriales que involucraban compensaciones en el Cáucaso por los rusos, y en los Balcanes por los otomanos. El primer reparto de los Balcanes (1827) con motivo de la declaración de la autonomía griega bajo soberanía turca; el segundo reparto en perjuicio del imperio zarista, se produce a raíz de la derrota del Zar Nicolás I contra el imperio Otomano en la Guerra de Crimea; el tercer reparto de los Balcanes en la guerra contra Rusia, deriva en la independencia de Serbia y Montenegro y de Rumania. Bosnia pasa a manos de Austria. En la guerra contra Italia el Imperio pierde Libia y Tripolitania. El cuarto reparto de los Balcanes en 1912 entre la liga balcánica (Serbia, Grecia, Bulgaria y Montenegro) y el imperio Otomano. A raíz de ésta guerra se producen repartos territoriales, limpiezas étnicas, deportaciones en masa, cambios de identidad política y cambios de status político. Toda ésta persecución genera la creación de una identidad nacional, que son minorías étnicas.

El tercer derrotero de acción arranca en el Imperio Austro Húngaro, que fue paralelo a la decadencia española; su apogeo, con la ayuda de la Santa Liga, obtuvo del Imperio Otomano la mayor parte de sus monarquías-clientes: Hungría, Transilvania y EslavoSerbia (1699). Un siglo más tarde, encontrándose en Imperio Austro Húngaro debilitado por la pérdida de Moldavia y Valaquiaa manos otomanas en la Paz de Belgrado (1739); recién en el Congreso de Viena (1815) logra recomponerse al incorporar a Lombardía, la Dalmacia y el Véneto y más tarde consagrar la Santa Alianza con Rusia y Prusia, y con la bendición del Papado. Se produjo un nuevo desequilibrio de la balanza de fuerzas políticas de Europa que comenzó con la derrota frente a Prusia en Koniggratz en 1866, que significó la pérdida definitiva de Véneto y Lombardía a manos de Italia, la reincorporación de Transilvania en el Reino Húngaro, la autonomía de Hungría y Croacia, y la conversión del Imperio en Monarquía dual (Austro-Húngara) en 1867. Como Austria había usufructuado territorios en los Balcanes fruto del Congreso de Berlín de 1878, se configuró una identidad política común separada de las identidades étnico-religiosas locales, es decir, una identidad nacional multi-étnica. En 1908 anexó la provincia de Bosnia-Herzegovina. El emperador se vio tironeado por tres poderosas fuerzas antagónicas, la germanofilia, la eslavofilia y la islamofilia, que lamentablemente no supo arbitrar políticamente. Luego de la derrota de la Primera Guerra Mundial, se produjo el separatismo de las repúblicas de Checoslovaquia y Hungría, y la anexión de Croacia.

Por último, el cuarto itinerario de acción se declaró en el imperio zarista de la dinastía Romanoff (Rusia), un antiguo Estado multi-étnico y multi-lingüístico, originalmente de naturaleza telurocrática, el que había registrado una larga serie de acontecimientos que acumulados implosionaron a comienzos del Siglo XX. La campaña de Napoleón en Rusia (1812) dejó su simiente en las conspiraciones decembristas (1825). Luego del congreso de Viena de 1815, Rusia alcanzó a controlar Polonia o ex Ducado de Varsovia, su más preciado Estado-satélite. Los avances de Rusia en el continente y en los mares estuvieron alimentados por los objetivos irredentistas que Rusia buscaba desde los tiempos de Catalina la grande y por la presión demográfica ocasionada por la emancipación de los siervos, además de garantizar la salida al Danubio y del Mar Negro y la llegada al Mar Rojo, bajo la excusa iluminista del Zar Alejandro II de civilizar los pueblos bárbaros.

QUINTA OLA METANASTÁSICA (1922-1945)

Ocurrió con los imperios modernos totalitarios como consecuencia directa de la Segunda Guerra Mundial, se dieron al menos tres grandes cursos o rutas de acción, el primero en Japón, el segundo en Italia, y el tercero en Alemania. Ésta quinta ola, fruto de las teorías fascistas del poder, los expansionismos militaristas, los Estados clientes, tapones y satélites, los espacios vitales, los repartos territoriales compulsivos, los gobiernos títeres y la derrota que les significó la segunda guerra mundial, llevó a una desintegración forzada de los espacios conquistados.

El primer curso de acción se dio con la fractura del Imperio Japonés. Una vez consumada la ficción de un Estado nación se organizó y difundió la tradición sincrética imperial y se acordó la Asociación Concordia como Partido Único del Manchukuo. Esta política fue continuada con la entronización de Pu-Yi como emperador del Manchukuo y con su correspondiente independencia de China (1933).

El segundo curso de acción se dio con la fractura del Imperio Italiano o Fascista, dado en llamar Nuevo imperio Romano. El colapso comenzó con la invasión de Etiopía de 1936, la conquista de Albania en 1939 y en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial la ocupación de Dalmacia, Montenegro y partes de Eslovenia y Grecia (1941).

El tercer curso de acción se dio con la fractura del Imperio Nazi, el cual alegaba haber perdido con la Paz de Versailles todas sus colonias de África. El colapso se había iniciado con la instauración del Orden Nuevo y la teoría del Espacio Vital, que contribuyeron a desequilibrar la balanza de poder en Europa. La red ferroviaria fue ampliada ostensiblemente, no sólo para movilizar las tropas en tiempos de guerra, sino también para movilizar a las minorías étnicas hacia los campos de exterminio.

SEXTA OLA METANASTÁSICA (1945-1952)

Ocurrió en los tiempos modernos europeos, con posterioridad a la segunda Guerra Mundial, y se dieron al menos tres cursos:

El primer curso de acción se dio en la India, un espacio colonial (derivado del Imperio Mogol) consagrado a los intereses británicos por el Congreso de Viena (1815). Sucedieron varios acontecimientos que significaron una transición del comercio de caravana a nuevas formas de comercio marítimo, y en segundo lugar a políticas que gradualmente debilitaron su status colonial. La India apeló al Mahatma Gandhi como padre fundador, y en Pakistán a Muhammad Alí Jinnah. Posteriormente, se fue planteando el tema de la abolición de la intocabilidad y de la división en castas.

La segunda ruta de acción partió en el Levante o Asia Sur-Occidental, donde los países árabes habían ocupado el centro de las preocupaciones geopolíticas por ser un espacio colonial que había sido sucesivamente dominada por el Imperio Otomano, Francia y Gran Bretaña y constituían luego de la construcción del Canal de Suez el paso obligado a la India. La autonomía de Egipto en el Imperio Otomano había comenzado con el exterminio de los Mamelucos en 1811. Si bien en un principio estas políticas fueron apoyadas en Francia finalmente provocaron la estrepitosa caída del mismo por la intervención de otras potencias. Los intereses franceses fueron desplazados por los británicos que se consolidaron mediante la intervención militar, resistida por la insurrección nacionalista ocurrida en Alejandría. Luego de la Paz de Versailles, la declaración de Egipto, Siria e Irak como reinos independientes pero en realidad como monarquías satélites fue el antecedente mediato de la emergencia del ideario pan-arabista laico o nacionalismo secular árabe, bajo el liderazgo de jóvenes oficiales militares.

El tercer derrotero de acción se manifestó en Sudáfrica, el que concitó la atención del mundo académico por la particular intervención de experiencias políticas inéditas, que se iniciaron en el Siglo XVII con la colonización Bóer, mayoritariamente compuesta por la diáspora Calvinista Europea, la que tuvo que lidiar primero con la resistencia Bantú y luego con las rebeliones zulúes (1888-1906). A mediados del Siglo XVIII, a semejanza de lo que un poco después trató de ocurrir en Buenos Aires, sucedió el desembarco Inglés, provocado por la proclividad napoleónica de la migración holandesa; y luego por la abolición de la esclavitud impuesta coactivamente por Inglaterra. La Unión Sudafricana con dominio británico integrado al Commonwealth, con gobierno autonómico para los Afrikaners y con regulación segregacionista para los nativos, entre 1848 y 1994, completó el programa del Apartheid, que vino a sucumbir por la resistencia popular liderada por Nelson Mandela.

SÉPTIMA OLA METANASTÁSICA (1960-1970)

Ocurrió en los mundos coloniales francés, belga y portugués, donde se dieron al menos dos grandes cursos o rutas de acción, el primero en África y el segundo en el Sudeste Asiático. Esta séptima ola llevo a una irresistible y sangrienta tendencia descolonizadora y balcanizadora de los conglomerados políticos del Maghreb, del África Occidental y del Sudeste Asiático.

El primer curso de acción se dio en el Maghreb y en África Subsahariana. La presencia de Francia se inició durante la monarquía de Julio con la conquista de Argelia y la inauguración de la legión extranjera entre 1830 y 1839, a la que opusieron tenaz resistencia las tribus beréberes bajo el mando de Adb-El-Kader, padre fundador de la nación argelina. Posteriormente, con la retirada de las tropas de Argelia durante la Guerra Franco Prusiana se aprovechó el vacío militar para insistir en una insurrección generalizada (1871). A ésta colonización le siguió la anexión francesa de Túnez y su Declaración como Protectorado en 1881. A mediados del siglo XX, superada la II Guerra Mundial, se desató en Argelia la Guerra de independencia liberada por Ben Bellah.

En el sudeste asiático, desde donde partió la segunda ruta de acción, había tenido como antecedente la particular composición de las fuerzas en pugna antes del arribo de los colonizadores europeos. La penetración europea fue facilitada por las antiguas rivalidades existentes entre el Reino de Siam (Tailandia) y los pueblos vecinos de Laos, Vietnam y Camboya. Luego se produjo el traspaso a Francia, con un abierto y sangriento conflicto en China donde jugaron un rol relevante la Legión Extranjera y la Symmakhía de los Banderas Negras, de la región del golfo de Tonkin, la cesión de Birmania a Gran Bretaña, el reconocimiento de Siam como protectorado francés, la creación de la unión Indochina y el protectorado francés de Laos. Ambas Guerras Mundiales agudizaron la vulnerabilidad de la dominación francesa, la que finalmente desembocó en la capitulación del Dien Bien-Phu (1954) bajo la conducción político militar del líder vietnamita Ho-Chi-Minh, y en la victoria final contra la intervención norteamericana que se consumó veinte años después en la caída de Saigón (1975).

OCTAVA OLA METANASTÁSICA (1989-2008)

Ocurrió en el mundo del socialismo real, y se dieron al menos tres grandes cursos de acción: El primero en los Bancanes (Yugoslavia), el segundo en la china socialista y el tercero en la unión soviética.

La descomposición del socialismo real tuvo antecedentes en una larga serie de acontecimientos que fueron abonando el terreno de su fatal implosión; se iniciaron con la Guerra Civil Rusa en 1918 y continuaron con el despotismo stalinista. El primer curso de acción se dio en el enfrentamiento entre la URSS y Yugoslavia.

La debacle se aceleró durante la guerra Fría con la insurrección de Budapest en 1956, y prosiguió con el segundo curso de acción que se dio en el conflicto entre la URSS y China en 1960. De esa forma desembocamos en el tercer curso de acción, que culminó con los intentos tardíos de reforma inspirados en la prédica de Alexander Solzhenitsin pero impulsados por Mijail Gorbachov, que se conocieron como Perestroika en el campo económico y la Glasnot en el campo político.

CAPÍTULO II

La idea de elevación de Brasil a Reino fue sugerida por Telleyrand a Pedro de Sousa Holstein (Conde de Palmella) durante un encuentro en Viena en el año 1815.

Esta idea significaba un cambio radical y complejo, y surge como necesidad de preservar las posesiones europeas en América. Telleyrand sugirió a su interlocutor no abandonar Brasil, y que además enviara a su primogénito a Europa, para cubrir alguna expectativa de retorno a Portugal y, a la vez, asegurar el enlace de las posesiones en América.

Además el sustentó su sugerencia en la Revolución Americana XIII, lo que representaba una alerta a los intereses europeos y el temor de que esto se extienda a los dominios de las Américas hispana y portuguesa.

Sostenía Telleyrand que éste acontecimiento daba por terminados los dominios ingleses y españoles en América del Norte, pero que se podía conservar el nexo de colonia entre Portugal y Brasil.

Para ello ideo el siguiente plan: terminar con el status de colonia lo cual degradaba al pueblo nativo; pero a su vez esto colocaba al límite el imaginario institucional de la época, y abría la puerta a la idea de un nuevo orden instituyente, significando una emancipación de hecho y un motivo de exaltación al nacionalismo brasileño rencoroso a los portugueses.

El paso de Colonia a Reino era en realidad un factor decisivo en la formación de la Sociedad Civil Económica Lusoamericana y en reemplazo de un orden metanastásico por un orden instituyente.

Este cambio implicaba una reformulación, al crear en territorio lusoamericano un nuevo cuerpo político, fue una nueva trama social que vinculaba a la Sociedad Civil Económica el dispositivo originario legitimante; esto deriva en darle al agregado humano del territorio la condición de detentador de Status, colocando a Portugal en una situación prescindible.

El proceso se basaba en una titulación objetiva hacia la formación de una autoridad legítima.

Las secuelas tuvieron lugar desligándose el Brasil de Portugal, formándose un nuevo cuerpo político sostenido en una legitimidad originaria y propia (El Imperio del Brasil-1822).

Todo arranca con la arrolladora expansión del Imperio Napoleónico sobre España y Portugal desde 1807/08 y esto pone en marcha el proceso de disolución del Orden Instituyente Colonial.

 

 

 

 

 

 

Autor:

Cynthya Mozzati

Materia: Filosofía

Profesor: Dr. Meabe

Año: 2009

Partes: 1, 2
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