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Olas metanastasicas


Partes: 1, 2

    1. Primera ola metanastasica (1793-1803)
    2. Segunda ola metanastásica (1808-1830)
    3. Cuarta ola metanastásica (1911-1918)
    4. Quinta ola metanastásica (1922-1945)
    5. Sexta ola metanastásica (1945-1952)
    6. Séptima ola metanastásica (1960-1970)
    7. Octava ola metanastásica (1989-2008)

    Primera ola metanastasica (1793-1803)

    Está dada por el colapso del orden instituyente Gálico, provocado por la Revolución Francesa (1789), que experimentaron dos grandes y disolventes cursos de acción. El primero se generó con la insurrección generalizada en su principal colonia azucarera (Haití), y el segundo se da en el continente, con la venta forzada de Louisiana (1803) que se produjo durante el consulado de Napoleón, y que infructuosamente se pretendió revertir en el Congreso de Viena.

    SEGUNDA OLA METANASTÁSICA (1808-1830)

    La compleja serie de cursos de esta segunda ola metanastásica muestra, en el espacio colonial Hispano-Lusitano, al menos seis cursos o direcciones maestras, con arreglo a las cuales se desagregan los escenarios principales:

    En primer lugar, el escenario del territorio luso americano, con un singular y antagónico desarrollo de la sociedad civil económica, decididamente orientada en dirección librecambista y burguesa, dentro de un orden instituyente monárquico y esclavista.

    En segundo lugar, se pone de manifiesto el proceso metanastásico del Río de la Plata y de Chile cuyo origen se remonta a la formación del período colonial tardío de una burguesía comercial autónoma del monopolio de Cádiz y vinculada no sólo con Europa sino también con Asia y África; y cuya compleja ramificación diera lugar al inicio de las declaraciones de independencia y al proyecto colonial de emancipación. En este aspecto juega un papel decisivo la symmakhía establecida por San Martin en Rancagua. Y en esta dirección sobresale el proceso de los hermanos Carrera

    El tercer curso de acción se refiere a los sucesos del Alto Perú y el Perú, que arranca del Acta de Rancagua y de la conversión del ejército en symmakhia. Adquieren particular relevancia la conferencia de Punchauca y, después, la misión García del Río Paroissien. La entrevista de Guayaquil, los frustrados intentos monarquistas y el renunciamiento de San Martín lo mismo que la culminación de la acción orientada a la independencia en el Perú y el Alto Perú cierran este derrotero.

    El cuarto curso de acción se presenta en el territorio de la Nueva Granada (actual Colombia) a partir del famoso manifiesto de Cartagena, la capitulación de San Mateo y la prisión de Miranda a la que siguen el Manifiesto de Carúpano y la Carta de Jamaica. En este curso nos detenemos primero en el examen de la ejecución de Piar y la ulterior guerra social. El itinerario de Bolívar es la clave de bóveda a través de la cual se analiza el Congreso de Angostura, la entrevista Morillo-Bolívar y el armisticio de Trujillo, el Congreso de Cúcuta y la formación de la Gran Colombia

    El quinto curso de acción se localiza en México. Comienza con la Conspiración de Querétaro y el Grito de Hidalgo, la Constitución de Apatzingan, el fusilamiento de Morelos, el Plan de Iguala y la singular proclamación del emperador Iturbide. Este derrotero sigue desde el Plan de Casa Mata hasta la Guerra con Estados Unidos que se cierra con el Tratado de Guadalupe-Hidalgo y el Plan de Ayutla.

    El sexto curso de acción se localiza en Guatemala, partiendo del fracaso de Iturbide frente a la oligarquía centroamericana y el frágil intento de formación de las Provincias Unidas del Centro de América, la Constitución Federal de 1824 y la Guerra Civil de 1826-29, lo mismo que la actuación del general Morazán, la República Federal de Centroamérica. La ejecución de Morazán en 1842 clausura éste derrotero.

    El argumento del nuevo relato crítico de la secuencia evolutiva del orden instituyente del siglo XIX se desglosa en cuatro momentos:

    El primer período colonial de fractura del orden instituyente colonial Hispano-Lusitano (1808-26) se caracterizó por la segregación, la guerra parricida y un ideario identitario americanista que se volcó en una guerra contra el Imperio esclavista del Brasil (1825-28).

    La segunda época (1826-39) está signada por la desintegración y la anarquía fraticida y por la amenaza de la Santa Alianza (imperios absolutistas de Rusia, Prusia y Austria) que se negaba a reconocer la independencia de las Naciones de América Latina. Ésta desintegración se manifestó también con la existencia de reiterados vacíos de poder. El acotamiento territorial se pone en evidencia al examinar la fijación de las fronteras nacionales en los nuevos estados (la Confederación Argentina, el Imperio del Brasil y las Repúblicas de Chile, Perú, Uruguay, Bolivia, Paraguay, Colombia, Venezuela, México, Controamérica) y la consecuente formación de nuevas rulling clases decididas a llevar adelante la expansión de la sociedad civil económina bajo un acotado sistema de dominación edificados en sus propios entornos adscriptivos.

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