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Catolicismo y dogmas (página 8)

Enviado por Ever Barandita


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9

 

"Aún estaba la carne entre los dientes de ellos, antes que fuese masticada, cuando la ira de El eterno se encendió en el pueblo, e hirió El eterno al pueblo con una plaga muy grande. Y llamó el nombre de aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso" (Números 11: 33-34).

Castigo de María y Aarón por burlarse de Moisés:

La historia que sigue después de esta no es menos decepcionante en cuanto al tema de la espiritualidad. En el mismo sitio donde se declara que Moisés es el hombre más humilde de todos los que existieron sobre la faz de la tierra, se castigan a dos personas, en esta ocasión los mismos familiares de Moisés, tan sólo porque se burlaron de Moisés y hablaron en contra de él. Acababa Moisés de tomar una nueva mujer, y esto parece que fue motivo de burla de parte de sus hermanos María y Aarón. Cuando El eterno se entera de esto, llama a los tres para que vayan a un lugar, y allí se muestra a favor de Moisés delante de ellos. Pero lo triste aquí es que María paga por su delito con un castigo de lepra que le duraría siete días.

Al dios de amor no le gusta que no se mate por él.

En otra ocasión los israelitas volvieron a rebelarse en contra de El eterno. Estaba llegando el día en que el pueblo tendría que enfrentarse al enemigo para conquistar la tierra prometida. Habían enviado unos espías para ver el territorio, y esto les causó un gran temor. Desfallecieron a causa de lo que los espías le habían reportado (ver el capítulo trece de Números). Ya fuera por miedo o por otra causa, el pueblo no quería ir a enfrentarse contra los habitantes de la tierra que ellos iban a ocupar. A causa de esta negativa el pueblo se consideró rebelde y pecaminoso. Por lo tanto, en esta ocasión, el hecho de no querer matar se consideró como rebeldía contra El eterno. Vemos que ahora es considerado pecado no querer matar. ¡Qué muchas injusticias podemos encontrar dentro de este famoso libro! Los versículos seis al nueve del capítulo catorce de Números nos exponen esto claramente:

"Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena. Si El eterno se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por tanto no seáis rebeldes contra El eterno, ni temáis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está El eterno; no los temáis" (Números 14: 6-9)..

Moisés y Aarón interceden por el pueblo pecador que no quería matar, porque pensaban que luchar por esa tierra era peligroso, y se les recuerda la promesa que El eterno les había hecho: "él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará", y es entonces cuando El eterno decide algo sorprendente: eliminar a todos los que vieron las señales en el desierto (Números 14:20-35).

El versículo veintinueve es muy revelador:

"En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí."

¿Puede el lector captar el verdadero sentido que contienen las anteriores palabras? El eterno no soporta que hablen en su contra ni críticas. Pero eso no termina ahí, pues él entonces decide que la gente que lo ha ofendido —¡un pueblo entero de muchos millares!— tiene que morir por cometer este grave pecado de criticarlo. Esta supuesta conducta de parte de un "Dios bueno" y "misericordioso" deja mucho que decir. Que una persona no tolere críticas es algo de esperarse, quizás de los "mortales". Pero que esa persona alegue ser un "dios"y que mande a matar por ello, nos hace pensar que estamos ante un caso en el que existe una grave injusticia. Sólo los dictadores draconianos, los primitivos caníbales salvajes, se comportan así. Aún así, millares leen esto viviendo dentro de una sociedad que hoy día se considera civilizada y "democrática", y no parecen encontrar nada malo en lo que leen. Resolver este problema diciendo que Dios antes era de una forma (Antiguo Testamento) pero que después cambió (Nuevo Testamento), no resuelve tan fácil el dilema que se nos plantea aquí.

Ajusticiamientos para "aplacar" la ira de El eterno

Los madianitas era un pueblo que habitaba cerca del territorio que Israel ocuparía. Los hombres de Israel comenzaron a casarse con las mujeres madianitas. Para la Biblia esto no era casamiento, sino "fornicación", pues la interpretación de matrimonio cambia y entonces se dice que tales matrimonios son una fornicación, porque tal cosa es: "fornicar con las hijas de Moab" (Números 25:1). El pueblo de Israel se juntó con los madianitas y comió con ellos y se inclinó a sus dioses. Pero esta iba a ser la suprema desgracia de los madianitas, pues por esto se profirió contra ellos una sentencia que no iba a ser nada halagadora. Lo primero que sucede es que El eterno se encendió en ira en contra de los príncipes del pueblo de Israel. La crueldad no se hace esperar cuando son mandados a eliminar a todos los príncipes:

"Y El eterno dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos delante del sol, y el ardor de la ira de El eterno se apartará de Israel (Números 25:4)."

La venganza contra Madián

Otra cosa que se narra es el asunto de lo que le aconteció a los madianitas por el grave pecado de haber conducido a los israelitas a la nueva religión. No conforme al genocidio de los príncipes, el pueblo de Madián es víctima de una grave venganza por ello. Los redactores de la Biblia no vieron nada malo en poner el siguiente título al capítulo que nos relata la venganza de Israel contra los madianitas: "Venganza de Israel contra Madián". Si lee todo el capítulo 31 del libro de los Números encontrará que esta parte es muy interesante:

"El eterno habló a Moisés, diciendo: Haz la venganza de los hijos de Israel contra los madianitas; después serás recogido a tu pueblo. Entonces Moisés habló al pueblo, diciendo: Armaos algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de El eterno en Madián. (Números 31:1-3)."

Lo que sigue a esto, y cómo los Israelitas llevaron a cabo la "venganza", es algo despiadado, pues parece un relato de tribus bárbaras que se matan unas a otras. En este episodio hasta le tocó el turno de morir a Balaam, sin tomársele en cuenta que él ya antes había "profetizado" a favor de los israelitas, aunque había tratado de profetizar en contra. Veamos lo que dice la Biblia:

"Y pelearon contra Madián, como El eterno lo había mandado a Moisés, y mataron a todo varón. Mataron también, entre los muertos, de ellos, a los reyes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián; también a Balaam hijo de Beor mataron a espada. Y los hijos de Israel llevaron cautivas a las mujeres de los madianitas, a sus niños, y todas sus bestias y todos sus ganados; y arrebataron todos sus bienes, e incendiaron todas sus ciudades, aldeas y habitaciones. Y tomaron todo el despojo, y todo el botín, así de hombres como de bestias" (Números 31:7-11).

La desgracia de los madianitas no acabó aquí, puesto que cuando llegaron donde Moisés con las mujeres y niños que le habían secuestrado a los madianitas, Moisés se enoja contra los oficiales del ejército y le dice al pueblo debieron matar a las mujeres y a los niños varones.

"…y les dijo Moisés: ¿Por qué habéis dejado con vida a todas las mujeres? He aquí, por consejo de Balaam ellas fueron causa de que los hijos de Israel prevaricasen contra El eterno en lo tocante a Baal-Peor, por lo que hubo mortandad en la congregación de El eterno. Matad, pues, ahora a todos los varones de entre los niños; matad también a toda mujer que haya conocido varón carnalmente. Pero a todas las niñas entre las mujeres, que no hayan conocido varón, las dejaréis con vida" (Números 31: 15-18).

¿Cómo se pueden justificar tantas atrocidades? No podemos imaginar cómo una gente tan "santa" no pudiera sentir ni siquiera el más mínimo sentimiento de piedad o remordimiento hacia los niños que ellos mismos asesinarían. ¿Cómo podrían atreverse a matar niños inocentes a nombre de El eterno sin sentir remordimiento? ¿Qué conciencia tuvieron cuando hicieron esto? Honestamente, esto es algo difícil de aceptar. Cuando una vez más leemos en la Biblia que El eterno está mandando a matar inocentes, nos preguntarnos: ¿Es que todavía nadie puede abrir los ojos y entender lo serio de las conclusiones que se pueden deducir de estos actos? Se supone que a un Dios de amor y de bondad no le pase por la mente ni el mínimo pensamiento de tan criminal crueldad. Y para colmo, el pueblo se repartió los bienes del pueblo masacrado y demolido como si este pueblo "santo" hubiera sido un pueblo de saqueadores, bandidos y delincuentes vulgares (Números 31:21-54). Se le entregaron hasta a las niñas vírgenes del pueblo que tenían que exterminar para que pudieran satisfacer su lujuria, como si a Dios le preocupara satisfacer la lujuria de esta gente. Vamos, siga usted estando de acuerdo con todas estas cosas de la Biblia sin abrir los ojos, y le aseguramos que si un monstruo gobierna su país, diciendo que viene en el nombre del cristianismo, usted le dará su apoyo incondicional sin saber que está faltando a la moral. Esta es la finalidad de la irracionalidad esencial que este libro estimula.

Deuteronomio comienza con un discurso de Moisés al pueblo. Les recuerda que ellos habían sido un pueblo rebelde, y que no había obedecido los mandamientos. Al pronunciar el discurso, Moisés le dice que por eso El eterno había jurado:

"Y oyó El eterno el rumor de vuestras palabras, y se enojó, y juró diciendo: No verá hombre alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a vuestros padres, excepto Caleb hijo de Jefuné…" (Deuteronomio 1:34-36).

En el discurso Moisés hace un recuento de la historia del pueblo en el desierto. Entre lo que Moisés le menciona está el suceso de cómo ellos habían asesinado y matado a nombre de El eterno. Lo más que atrae nuestra atención es la descripción de la conquista de Basán. Esto es descrito en el libro sagrado de una manera directa y sin titubeos. Al parecer, esto se está narrando aquí sin que se espere que nadie se ofenda a pesar la revelación de actos tan infames. No obstante, esto no quita que lo que leemos es algo que causa horror. Veamos:

"Y El eterno nuestro Dios entregó también en nuestra mano a Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta acabar con todos. Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos; sesenta ciudades, de toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán. Todas éstas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. Y las destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños. Y tomamos para nosotros todo el ganado, y los despojos de las ciudades" (Deuteronomio 3: 3-6).

No entendemos qué clase de dioses son aquellos que mandan a matar a mujeres y niños y se los siga considerando "santos". Tampoco entendemos cómo es posible que hoy las personas civilizadas puedan leer algo como esto y no se ofendan al ver lo horrible y cruel que está implícito en estas palabras: "…matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños. Y tomamos para nosotros todo el ganado, y los despojos de las ciudades" ¿Cómo conciliar asesinatos, saqueos y genocidio con la religión y la santidad? Si hablamos de la obediencia como virtud, entonces la ética que se está enseñando aquí no es una ética religiosa, sino una ética distinta. Para los políticos lo importante es que cada ciudadano mate y se sacrifique "por la patria". Este parece ser el caso aquí. Los principios éticos que se utilizan para obedecer las leyes de una sociedad no son los mismos que sirven para la religión. A menos que no nos estén manipulando con otros fines que no sean los religiosos, esto huele a lo más bajo en que se puede caer en la vida. Seguimos opinando que a los que leen la Biblia como los fundamentalistas les siembran tres cosas: injusticia esencial, irracionalidad esencial, e intolerancia esencial. Una vez que han logrado destruir su capacidad de pensar en una forma lógica, serán presa fácil para creer cualquier disparate maligno a favor de la religión. La religión debe ser un principio elevado que ayuda a los creyentes a subir en su ascenso "hacia lo divino". La Biblia parece ser un libro en el que se observa una ética digna de los salvajes.

A pesar de todo lo antedicho, Moisés aún concebía al pueblo de Israel como algo especial:

"Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está El eterno nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?" (Deuteronomio 4: 7-8)

Irónicamente se le pregunta y se le dice al pueblo que las leyes que se le han puesto delante son: "estatutos y juicios justos". Amigo lector,

¿Desea usted seguir opinando que esos son estatutos justos?

Israel bajo amenaza para que obedezca.

Israel tenía que guardarse de no fabricar imágenes o esculturas, bajo amenaza de muerte. Tampoco ellos podían elegir otras religiones. Y aunque estas parecen advertencias voluntarias, tenían que obedecer, puesto que de no hacerlo así ellos lo iban a pagar con su vida. Estudie estos pasajes detenidamente:

"Guardaos, no os olvidéis del pacto de El eterno vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que El eterno tu Dios te ha prohibido. Porque El eterno tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso

(Deuteronomio 4:23-24)."

"Mas si llegas a olvidarte de El eterno tu Dios y andas en pos de dioses ajenos, y les das culto y ante ellos te inclinas, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis (Deuteronomio 8: 19)."

"No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros contornos; porque el Dios celoso, El eterno tu Dios, en medio de ti está; para que no se inflame el furor de El eterno tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra (Deuteronomio 6: 14)."

"Conoce, pues, que El eterno tu Dios es el Dios verdadero, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman, y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones; y que da el pago en la cara al que le aborrece, destruyéndolo; y no es remiso con el que le odia; en su propia cara le da el pago (Deuteronomio 7: 9-10)."

Con semejantes mandatos que inflaman el fuego de una conducta intolerante, Moisés continuaba legislando con dureza. Fundamentados en un Dios vengativo, como él mismo se describió a sí mismo, el pueblo se iba a lanzar a la conquista de Canaán. Y pensando que era el mismo Dios el que los estaba instigando a ello, el pueblo se agarraba de promesas como éstas y deseaba cumplirlas.

"Destruirás, pues, a todos los pueblos que te entrega El eterno tu Dios; no los perdonarás, ni servirás a sus dioses, porque ello sería un lazo para ti"

(Deuteronomio 7: 16).

Imagínese usted cuán salvaje y cruel podía llegar a ser un pueblo que se hacía de la idea que su Dios le permitía matar. Pensar que si mataban a inocentes en nombre de su Dios no era pecado y que era algo que les haría ganar el cielo, era descender a lo más bajo y criminal, y no mortificarse la conciencia por nada. Tales personas estaban observando unas normas de conducta que estaban demasiado próximas a las del caníbal primitivo. Esto les daba a ellos tal fiereza y coraje, que difícilmente pueblo alguno pudo enfrentárseles sin pagar las consecuencias. Era como si ellos no hubieran encontrado obstáculo alguno que frenara su saña. Esto también les daba a ellos un grado de intolerancia tan exagerado, que muchos de ellos llegaron al extremo de matar hasta sus propios hijos sin sentir remordimiento. ¡A esto se debe que ya hemos visto las más injustas leyes a nombre de El eterno! Y eso es lo que se ve a través de todo el Antiguo Testamento. ¡Muerte y destrucción para todo aquel que no cree en El eterno! No obstante, ellos lo describen con más elocuencia:

"Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, en los montes altos, y en los collados, y debajo de todo árbol frondoso. Derribaréis sus altares, y quemaréis sus estatuas, y sus imágenes de Aserá consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y raeréis su nombre de aquel lugar (Deuteronomio 12: 2-3)."

Hay otro pasaje que nos demuestra mejor el asunto de la intolerancia y el odio que debían tener los israelitas contra las personas que se atrevieran a insinuar otra religión. Hablando acerca de los falsos profetas que supuestamente El eterno iba a introducir en el pueblo para "probarlos", El eterno hace la siguiente recomendación:

"Si te incita tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, tu hija, tu mujer o tu amigo íntimo, diciendo en secreto: Vamos y sirvamos a dioses ajenos, que ni tú ni tus padres conocisteis, de los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, desde un extremo a otro de la tierra; no consentirás con él, ni le prestarás oído; ni tu ojo le compadecerá, ni le tendrás misericordia, ni lo encubrirás, sino que lo matarás; tu mano se alzará primero sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo. Lo apedrearás hasta que muera, por cuanto procuró apartarte de El eterno tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; para que todo Israel oiga, y tema, y no vuelva a hacer en medio de ti cosa semejante a esta (Deuteronomio 13: 6-11)."

Recordemos que si el pueblo se comportaba de esta bárbara manera entonces estaba obedeciendo a El eterno y lo que hacían debería ser considerado como recto. Inclusive, si una ciudad completa se apartaba en pos de otros dioses, ellos, en "puro" acto de santidad, tenían que ir a exterminar a toda su gente (Deuteronomio 13:12-18). Y todo esto se debía a que ellos eran: "…pueblo santo a El eterno tu Dios, y El eterno te ha escogido para que le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra (Deuteronomio 14: 2)". Que barbaridad, estos santos, para mantenerse al día, tenía que matar.

Siempre fueron objetos de gran controversia los atentados contra la religión de los hebreos:

"Cuando se halle en medio de ti, en alguna de tus ciudades que El eterno tu Dios te da, hombre o mujer que haya hecho el mal ante los ojos de El eterno tu Dios, traspasando su pacto, que haya ido y servido a dioses ajenos, y se haya inclinado a ellos, ya sea al sol, o a la luna, o a todo el ejército del cielo, lo cual yo he prohibido, y te sea dado aviso,… entonces sacarás a tus puertas al hombre o a la mujer que haya hecho esta mala cosa, sea hombre o mujer, y los apedrearás, y así morirán. Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que haya de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo. La mano de los testigos caerá primero sobre él para matarlo, y después la mano de todo el pueblo; así quitarás el mal de en medio de ti (Deuteronomio 17: 2-7)."

Tal parece que el pueblo santo sólo sabía asesinar como única forma de "quitar el mal de en medio". Y se les instigaba a que tomaran venganza, pues no debía tener misericordia ni de sus propios parientes. ¡Cuánto menos se le exigiría que tuvieran misericordia de otros pueblos que no eran sus familiares! Se le ordenó que exterminaran a Amalec, porque se había enfrentado contra ellos (Deuteronomio 25:17-19). Inclusive, cuando se le recitaron las primeras palabras al pueblo en una ocasión en que estaba congregado, el primer "amén" lo pronunciaron para responder afirmativamente a unas maldiciones contra otros (Deuteronomio 27: 11-26).

Llegando casi al final de Deuteronomio, el libro profiere unas bendiciones y maldiciones, siendo éstas últimas aterradoras. El capítulo veintiocho del libro contiene una larga lista de maldiciones terribles que amenazan al que se rebele y no obedezca a El eterno. El que no obedezca le van a sobrevenir enfermedades, pueblos extranjeros lo van a sojuzgar, sus cosechas no llegarán a madurar, le dará locura, ceguera, y puede esperar que tantas tragedias le sobrevendrán, que el temor se apoderará de su ser. El libro también narra los últimos días de Moisés, cuando bendice las doce tribus de Israel. Luego de esto Moisés es sepultado. Hasta aquí llegó la historia de Moisés, el manso y, ¿humilde? Juzgue usted.

Josué

En Josué existe un pasaje que es el favorito de mucha gente que lee la Biblia y la usa como guía. El pasaje dice así:

"Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas (Josué 1:7)."

Este versículo lo citan muchos creyentes cuando enfrentan algún reto que requiere valentía en su vida, y se hace como si este fuera una promesa que Dios les está haciendo. Pero si sacamos el versículo fuera de su contexto original, estamos cometiendo un grave error de juicio, porque analizado detenidamente, se hace evidente que El eterno estaba dando la orden a Josué para matar y conquistar en la tierra prometida. La espada y la violencia eran los medios por los que Josué tenía que conquistar la tierra prometida. Aún más, Josué tenía el derecho de mandar a matar a toda persona que no mostrara entusiasmo en ayudarlo en la empresa:

"Cualquiera que sea rebelde a tu mandamiento, y obedezca a tus palabras en todas las cosas que le mandes, que muera; solamente que te esfuerces y seas valiente"

(Josué 1:18).

La espiritualidad hebrea consistía en una obediencia ciega a los mandatos de la ley de Moisés. Los hebreos, en materia de religión, eran muy rigurosos. Para ellos, la correcta relación del ser humano con Dios, era de acuerdo a una obediencia ciega a unos códigos y preceptos. En la época bíblica no se le exigía a nadie que creciera espiritualmente por medio de prácticas de devoción y ascéticas. Lo único que tenía que hacer Josué para ser fiel a Dios era leer el libro de la ley, aunque llevara una vida como un militar intolerable, asesino y pillo. La ética religiosa en esta época, en comparación con otras más avanzadas y más justas, era una ética bélica y sanguinaria, y aunque pueda considerarse por algunos como atrasados, se parece a la conducta de algunos militares modernos.

Podemos afirmar que toda la espiritualidad de Josué puede resumirse por lo que dice este versículo:

"Que no se aparte de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche has de meditar en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (Josué 1:8)".

Todo lo que tenía que hacer Josué para que Dios lo bendijera era leer su texto sagrado y meditar en él para recibir bendiciones. Cualquier otra cosa que Josué hiciera, o sea, mandar a asesinar y ser intolerante con la gente que no creía como él, le era perdonada, por el mero hecho de que él no se apartaba de la palabra de la ley. Razonemos esto: ¿Cómo es posible que se le dé permiso a una persona para ir a matar y a conquistar otros pueblos y sólo porque tal hecho se encuentra registrado en un libro sagrado considera a tal persona como un santo que tiene la salvación de su "dios"? ¿Cómo es posible que se conviertan en legítimos los actos de puro vandalismo y piratería de muchos debido a que solamente observan devoción y respeto hacia un libro sagrado? A menos que el libro sagrado no posea una magia especial que fulmine la maldad que tal persona cometa, no encontramos justificación alguna para que el que mate sea considerado santo por la posteridad de unas autoridades religiosas. Y lo más sorprendente todavía sucedió después. Josué fue testigo de una teofanía, se dice que vio a Dios personalmente, porque se le apareció en una ocasión el "Príncipe del ejército de El eterno" (Josué 5: 13-15).

La cruenta toma de Jericó

Otro incidente en el cual muchos fundamentalistas bíblicos no parecen percatarse de la injusticia esencial es el de la toma de Jericó. La toma de Jericó fue un evento militar. Los habitantes de Jericó estaban aterrados porque ellos sabían que no iban a ser tratados muy "espiritualmente" por el pueblo santo y habían cerrado las puertas de su ciudad para que estos no los asesinaran. Pero por un supuesto acto milagroso, las murallas de Jericó se derrumban y entonces los israelitas entran a matar a los habitantes de Jericó.

La gente de Jericó se había resguardado dentro de las murallas de su ciudad. Josué recibe una revelación de El eterno que le dice la manera en que ellos van a conquistarla. Josué procede a mandar al pueblo a hacer lo que El eterno les envió. En lo que podía parecer una manifestación de unos locos, los hombres de guerra le dieron la vuelta a la ciudad de Jericó por seis días. Al séptimo día ellos tocaron bocinas y gritaron delante de las murallas de Jericó. Esto hizo que las murallas se derrumbaran. Lo que sucedió después lo tenemos magistralmente narrado en los siguientes versículos:

"Entonces el pueblo gritó, y los sacerdotes tocaron las bocinas; y aconteció que cuando el pueblo hubo oído el sonido de la bocina, gritó con gran vocerío, y el muro cayó a plomo. Entonces el pueblo subió a la ciudad, cada uno derecho hacia adelante, y la tomaron. Y destruyeron a filo de espada todo lo que en la ciudad había; hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas y los asnos (Josué 6: 20-21)".

Este fue el resultado final de la exhortación de esforzarse y ser valiente que se le dio a Josué: se asesinaron brutalmente y sin compasión en una ciudad entera a jóvenes, viejos, hombres y mujeres.

Después del derrumbe de las murallas, el pueblo "santo" ejecuta el saqueo ya mencionado. Luego de pasar por la espada a la gente de Jericó, le entregan la plata y el oro que han robado a los habitantes de Jericó al templo de El eterno. Tal parece que nuevamente la clase sacerdotal se beneficia de las cosas que el pueblo hace a su favor. Al pueblo se le prohibía tomar algo del botín (a costa de su propia vida, como veremos más adelante), pero todo el oro y la plata tenía que ponerse a los pies de los sacerdotes de El eterno: "Mas toda la plata y el oro, y los utensilios de bronce y de hierro, sean consagrados a El eterno, y entren en el tesoro de El eterno (Josué 6:19)".

Después de Jericó los israelitas fueron a la ciudad de Hay. En el incidente de Hay sucedieron unas cuantas cosas que evidencian la crueldad que abundaba en la mente de Josué. Esta conquista le costó la vida a doce mil personas. Lo que Josué cometió después con su rey y toda la ciudad está descrito en el siguiente pasaje:

"Y Josué quemó a Hay y la redujo a un montón de escombros, asolada para siempre hasta hoy. Y al rey de Hay lo colgó de un árbol hasta caer la noche; y cuando el sol se puso, mandó Josué que quitasen del árbol su cuerpo, y lo echasen a la puerta de la ciudad; y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy (Josué 8: 28-29)".

Fue un tremendo acto de barbarismo y brutalidad el de Josué contra el rey de Hay. También destruyó la ciudad y la redujo a un montón de escombros. Y esto siguió, pues los israelitas siguieron conquistando tierras y destruyendo reinos. Destruyeron a los amorreos, en una peculiar forma en que se dijo que El eterno los ayudó arrojando piedras desde el cielo para matar al enemigo (Josué 10:11). En Gabaón se detuvo el sol para que los israelitas mataran a todos los enemigos. En otra ocasión cinco reyes huyeron y fueron a esconderse dentro de una cueva, en Maquedá, de donde fueron sacados para llevarlos ante la presencia de Josué. El repulsivo acto se narra así:

"Y cuando los hubieron llevado a Josué, llamó Josué a todos los varones de Israel, y dijo a los principales de la gente de guerra que habían venido con él: Acercaos, y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos. Y Josué les dijo: No temáis, ni os atemoricéis; sed fuertes y valientes, porque así hará El eterno a todos vuestros enemigos contra los cuales peleáis. Acto seguido, Josué los hirió y los mató, y los hizo colgar en cinco árboles, de los que quedaron colgados hasta caer la noche. Y cuando el sol se iba a poner, mandó Josué que los quitasen de los árboles, y los echasen en la cueva donde se habían escondido; y pusieron grandes piedras en la entrada de la cueva, y allí están todavía hoy (Josué 10:24-27)".

El libro de Josué continúa con el mismo estilo, contando los relatos de cómo el pueblo de Israel exterminaba a sus enemigos por medio de una encomienda divina. Josué cumplió con el mandato divino, y en lo que puede decirse que es un versículo muy clave, Josué cumplió con esto:

"Hirió, pues, Josué toda la región de las montañas, del Négueb, de los llanos y de las laderas, y a todos los reyes, sin dejar nada; todo lo que tenía vida lo mató, como El eterno Dios de Israel se lo había mandado (Josué 10: 40)".

El inconveniente que los reyes de las tierras que Israel estaba conquistando no aceptaban ser conquistados y "endurecían su corazón", era interpretado como algo que llevaba una oculta intención divina.

"Porque esto vino de El eterno, que endurecía el corazón de ellos para que resistiesen con guerra a Israel, para destruirlos, y que no les fuese hecha misericordia, sino que fuesen desarraigados, como El eterno lo había mandado a Moisés (Josué 11:20)".

Sencillamente, ellos pensaban que era su divinidad la que hacía que los pueblos los odiaran, y era entonces el sagrado deber de ellos el combatir con fiereza a sus enemigos. Durante la vida de Josué fue cuando los israelitas acabaron también con Balaam, que había sido usado por Dios para bendecir al pueblo (Josué 13:22). Posteriormente Josué logra conquistar gran parte de la tierra. Los israelitas se repartieron las tierras de acuerdo con lo que se había estipulado en el libro de la ley de Moisés. Los capítulos finales del libro de Josué nos relatan esto. Se cumple entonces lo siguiente:

"De esta manera dio El eterno a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella. Y El eterno les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque El eterno entregó en sus manos a todos sus enemigos. No faltó palabra de todas las buenas promesas que El eterno había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió (Josué 21: 43-45)".

Y el otro tema aparte de la conquista despiadada de la tierra prometida, era el de seguir obedeciendo a las promesas de El eterno en la ley. Parte de esta obediencia era el rechazo a los demás pueblos que los rodeaban. La intolerancia religiosa era el pan nuestro de cada día que comía el pueblo del Antiguo Testamento. Continúa la intolerancia religiosa en este pasaje:

"Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a diestra ni a siniestra; para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos (Josué 23:6-7)".

La intolerancia religiosa era algo que tuvo sus raíces en estos santos héroes de la fe del Antiguo Testamento, pero veremos que en el Nuevo Testamento se manifiesta de otra manera mucho más sutil.

Los Jueces, período de grandes contradicciones

Después de la muerte de Josué el pueblo israelita queda en posesión de la tierra prometida. Pero el panorama que nos presenta Jueces no es muy halagador. Después que Josué muere, el pueblo se torna desobediente. Veamos este versículo:

"Entonces los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de El eterno, y sirvieron a los baales. Dejaron a El eterno el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a El eterno. Y dejaron a El eterno, y adoraron a Baal y a Astarot. Y se encendió contra Israel el furor de El eterno, el cual los entregó en manos de salteadores, que los despojaron, y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer frente a sus enemigos. Por dondequiera que salían, la mano de El eterno estaba contra ellos para mal, como El eterno se lo había dicho y jurado; y tuvieron gran aprieto. Y El eterno levantó jueces que los librasen de mano de los que les despojaban; pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que se fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se desviaron muy pronto del camino que habían seguido sus padres, que obedecían a los mandamientos de El eterno; no los imitaron (Jueces 2:11-17)."

Sucedió que el pueblo se había apartado del camino que habían seguido sus padres. Según declara Jueces 2:18-19 ellos eran un pueblo muy rebelde a la voz de El eterno. El eterno les enviaba un juez, y mientras el juez estaba vivo, ellos obedecían la palabra de El eterno, pero tan pronto el juez moría, el pueblo volvía a ser rebelde. Uno de los propósitos para que esto sucediera de esta manera, era porque El eterno deseaba que el pueblo se educara en las artes de la guerra. Israel tenía que ser un pueblo guerrero, por lo que se puede desprender de todo lo que se enseña aquí

"Estas, pues, son las naciones que dejó El eterno para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán; solamente para que el linaje de los hijos de Israel conociese la guerra, para que la enseñasen a los que antes no la habían conocido: los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat. Y fueron para probar con ellos a Israel, para saber si obedecerían a los mandamientos de El eterno, que él había dado a sus padres por mano de Moisés. Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses".(Jueces 3:1-6)

Nuevamente, la pretendida espiritualidad bíblica no se ve. Todo lo que se desea aquí es la muerte y la destrucción de los pueblos que no poseen las mismas costumbres hebreas.

Los Jueces de Israel:

Luego de la muerte de Josué, continúa en Israel un período en el cual reinaba la total anarquía. Nos parece que el pueblo israelita necesitaba líderes fuertes y dictatoriales a fin de poder comportarse correctamente. Al morir Josué el pueblo queda desamparado y decide consultar a El eterno para que éste le dijera quienes iban a pelear contra los cananeos. La respuesta de El eterno fue que esta responsabilidad le tocaba a Judá. Los de Judá van y pelean contra los cananeos en Bezec, matando a diez mil cananeos. No conforme con matar a tanta gente, le cortan los pulgares de las manos y los pies al rey Adoni-bezec. Adoni-bezec reconoce esto como un castigo divino:

"Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, con los pulgares de sus manos y de sus pies cortados, recogían las migajas debajo de mi mesa; como yo hice, así me ha pagado Dios (Jueces 1: 7)."

Esta fue la primera batalla del pueblo luego de la desaparición de Josué.

Caleb

El primer caudillo después de Josué se llamó Caleb. Caleb fue el primer juez de Israel. Ofreció a su hija en casamiento a aquél que tomara a la ciudad de Quiriat-séfer. Un hombre llamado Otoniel tomó la cuidad y por esto le correspondió un pedazo de tierra. Uno de los versículos más usados por los creyentes se origina a raíz de esta historia. Nuevamente los creyentes cristianos interpretan de una manera espiritual el versículo, que dice así: "Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo"

Se han escrito canciones que hacen referencia a este versículo de una manera espiritual. Para muchos esto significa que "las fuentes de arriba" son las bendiciones de Dios desde el cielo, y "las fuentes de abajo" las bendiciones materiales que Dios le puede dar al creyente. Pero vemos que el origen del versículo, como muchos en el Antiguo Testamento, surge de una situación motivada por la guerra y la violencia. A Otoniel no le están otorgando bendiciones espirituales de ninguna clase, sino que le están dando un botín de guerra. Por otra parte, a Caleb le dieron el territorio de Hebrón. Todo esto no pasa de significar botines de guerra, y no hay nada espiritual envuelto. La conquista de la tierra prometida parece que no se le hizo tan fácil a los israelitas como esperaban, y rápido surgen las interpretaciones que se adaptan a la contingencia, cosa que se puede entender leyendo este pasaje:

"El ángel de El eterno subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo os saqué de Egipto, y os introduje en la tierra de la cual había jurado a vuestros padres, diciendo: No invalidaré jamás mi pacto con vosotros, con tal que vosotros no hagáis pacto con los moradores de esta tierra, cuyos altares habéis de derribar; mas vosotros no habéis atendido a mi voz. ¿Por qué habéis hecho esto? Por tanto, yo también digo: No los echaré de delante de vosotros, sino que serán azotes para vuestros costados, y sus dioses os serán tropezadero (Jueces 2: 1-3)."

El versículo anterior sienta las bases para una explicación racional de la parcial conquista de la tierra prometida. Parece que al no hacérsele fácil al pueblo israelita conquistar completamente la tierra prometida, tiene que buscar una justificación teológica para explicar por qué no pudo conquistarla como se esperaba. El escritor bíblico hace que aparezca un ángel de parte de El eterno y pone en su boca las palabras de que si ellos no iban a poder conquistar la tierra completamente, esto pareciera al que leyera que tal fracaso había sido una prueba de parte de El eterno: "No los echaré de delante de vosotros, sino que serán azotes para vuestros costados, y sus dioses os serán tropezadero". El israelita necesitaba una explicación religiosa de por qué no había tenido el éxito esperado en la conquista de la tierra prometida tal y como él pensaba. Antes de este versículo, ya habíamos visto que El eterno no permitía ni siquiera que alguien del pueblo tomara una parte insignificante del botín de la tierra conquistada, pero ahora nos encontramos con un El eterno que ahora tiene que aceptar que el pueblo conviva entre los dioses de los pueblos circundantes. Cuando pocos años antes se le decía al pueblo que ellos echarían a todos los habitantes de la tierra prometida (cosa que no sucedió por completo en la realidad), ahora, se estaba aceptando, como una excusa, que muchos pueblos se quedarían para "probarlos" a ellos. Antes de emprender tal tarea, existía la probabilidad de un fracaso parcial, por lo tanto, se necesitaba una explicación que de antemano justificara esta posibilidad, por si acontecía. Y tal respuesta estaba en el asunto de que El eterno los probaría no exterminando por completo a los pueblos que Israel iba a conquistar.

Después de la muerte de Josué sigue un período muy sombrío, en el cual Dios iba a levantar unos caudillos que se conocieron como los jueces. Caleb fue el primero de ellos. Y hubo otros mucho más destacados. Si el lector desea saber acerca de todos los jueces de Israel, le recomendamos que lea el libro completo, pero para mantener la brevedad y el propósito de este libro, nosotros haremos un recuento de aquellos que son pertinentes al tema que estamos exponiendo.

Eúd

En otra de las ocasiones en que el pueblo israelita se tornó a hacer lo malo ante los ojos de Dios, se levantó un hombre "santo", cuya proeza de "santidad" nos causa gran asombro. El rey de Moab, Eglón, se fortaleció contra los hijos de Israel y los sometió a su dominio durante dieciocho años. Se levanta entonces Eúd, un zurdo, a libertar a Israel. Los israelitas enviaron un presente al rey Eglón con Eúd. Luego de entregarle el presente, Eúd, que había preparado un gran puñal y se lo había escondido al lado derecho, le dice al rey que él tenía que hablar con él algo en secreto. Cuando se encuentra a solas con el rey para decirle su secreto, esto fue lo que dice la Biblia que pasó con él:

"Y se le acercó Eúd, estando él sentado solo en su sala de verano. Y Eúd dijo: Tengo palabra de Dios para ti, entonces se levantó de la silla. Entonces alargó Eúd su mano izquierda, y tomó el puñal de su lado derecho, y se lo metió por el vientre, de tal manera que la empuñadura entró también tras la hoja, y la gordura cubrió la hoja, porque no sacó el puñal de su vientre; y salió el estiércol (Jueces 3:20-22)."

Este sombrío y lúgubre asesinato (que también por mucho es bastante indecente) no es algo que está narrado en un libro de guerra o en uno de los tomos escritos por el Marqués de Sade, sino que es un relato de la Biblia, la cual nos habla en nombre de Dios. Imagínese usted, ¡un hombre que le saca hasta las heces fecales a otro con un puñal en nombre de Dios!

Eúd comete la desfachatez de decirle al rey que tenía palabra de Dios para él, y lo que hace es apuñalarlo. No nos extrañaría que todas esas personas que la historia nos dice que fueron creyentes cristianos e hicieron tantas barbaridades hubieran estado bajo la influencia de ejemplos como estos. ¡Tantos historiadores que se han preguntado cuál ha sido el fundamento de la inquisición y de las guerras religiosas del pasado! La respuesta es obvia, son cosas como estas. Lean este libro santo que fue utilizado por los inquisidores y cruzados, aquí está la clave de esa conducta.

EL Matrimonio:

El matrimonio es una unión entre dos o más personas con un reconocimiento social, cultural o jurídico, que tiene por fin proporcionar un marco de protección mutua o de protección de la descendencia. Puede ser motivado por intereses personales, económicos, sentimentales, de protección de la familia o como medio para obtener algunas ventajas sociales.

Si Dios es el mismo ayer, hoy y siempre, sus mandamientos como su orden divina también lo representan, un católico que dice aceptar y respetar los mandamientos de Dios, se aleja y acepta cosas que el mismo quiere justificar, pero que ante los ojos de Dios esto es una gran atrocidad y llamamiento del pecado.

Para poder haber una creación y reproducción Dios, creo a un hombre y a una mujer, para que el espermatozoide fecunde al óvulo, y a cada macho le hace como pareja a su hembra, no dos del mismo sexo, macho y macho, mujer con mujer, pueden crear, esto es abominación, como se puede confirmar, Dios nunca bendice esto, como la iglesia que practica el matrimonio de parejas de homosexuales y lesbianas, mostrando su verdadero servicio a Satanás llama al pecado y a su bendición maligna.

Levítico 20:13-14

»Si alguien se acuesta con otro hombre como se hace con una mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos: sobre ellos caerá su sangre.

14 »El que tome como esposas a una mujer y a la madre de ella, comete vileza. Tanto él como ellas serán quemados, para que no haya tal vileza entre vosotros.

El matrimonio puede ser civil o religioso y, dependiendo de la religión o del ordenamiento jurídico, los derechos, deberes y requisitos del matrimonio son distintos. Ahora bien, no todas las sociedades establecen la distinción entre matrimonio civil y religioso, válida sólo en Occidente.

La forma más habitual de matrimonio es entre un hombre y una mujer, aunque la definición precisa de esta relación varía de unas culturas a otras. En distintos tiempos y lugares se han reconocido otras variedades. Estadísticamente, las sociedades que permiten la poligamia como variedad aceptada de matrimonio son más frecuentes que las que sólo permiten la monogamia. Sin embargo, la monogamia es la práctica más común incluso en las primeras.

El matrimonio se considera un concepto importante porque contribuye a definir la estructura de la sociedad, al crear un lazo de parentesco entre personas (generalmente) no cercanas en línea de sangre. Una de sus funciones ampliamente reconocidas es la reproducción y socialización de los hijos, así como la de regular el nexo entre los individuos y su descendencia que resulta en el parentesco, rol social y estatus.

En las sociedades de influencia occidental se suele distinguir entre matrimonio religioso y matrimonio civil, siendo el primero una institución cultural derivada de los preceptos de una religión, y el segundo una forma jurídica que implica un reconocimiento y un conjunto de deberes y derechos legal y culturalmente definidos.

Matrimonio católico

Según la Iglesia Católica el origen del matrimonio no sería cultural, sino que procede de la misma naturaleza del hombre en cuanto que -como dice el libro del Génesis, en la Biblia- al principio Dios los "creó hombre y mujer". El matrimonio sería, por tanto, una institución y no un producto cultural cuyas principales características -unidad, indisolubilidad y apertura a la vida- vendrían definidas por la propia naturaleza del amor entre hombre y mujer que exige a los esposos amarse el uno al otro, para siempre y que alcanza su mayor expresión en el hijo, fruto del amor. El reconocimiento civil que las leyes hacen del matrimonio debe respetar la naturaleza de esta institución, de ahí la oposición de la Iglesia Católica al matrimonio polígamo, poliándrico y homosexual.

Porque la iglesia que tiene instituido el matrimonio como una orden divina de Dios, de creación y reproducción, que los mismos lideres eclesiásticos dicen:

Lo que Dios unió en matrimonio, no lo separe el hombre,

¿Por qué ellos no cumplen ante Dios, del sagrado Matrimonio, todos tenemos la función sexual de procrearnos?

Y el hombre dejara a su padre y a su madre y se unirá con mujer y ambos serán una sola carne.

La diferencia fundamental entre el pacto matrimonial y el matrimonio es que el pacto es un acto recíproco de voluntad de los contrayentes; es, por consiguiente, un momento dinámico que "pasa" en un instante. El matrimonio es el vínculo que se produce entre los contrayentes como efecto del pacto (que es su causa). El matrimonio es un estado o situación permanente, que no "pasa", que perdura, es la comunidad (común unión) entre los esposos (conyugal). En el pacto, los contrayentes, mediante el consentimiento, "se están uniendo". En el matrimonio, los esposos, por el pacto, "han quedado ya unidos", siendo el matrimonio distinto al pacto "en tanto perdura". Si el matrimonio se confundiera con el pacto o alianza, el matrimonio sería el consentimiento de los contrayentes, en tanto, ese consentimiento sería sostenido en cada momento de la vida por los esposos.

Para los católicos el fundamento del matrimonio se encuentra en las siguientes palabras del génesis: "Creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y los creó varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer; y vendrán a ser los dos una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne". Una sola carne significa que los esposos se pertenecen en lo conyugable (en aquello que los hace sexualmente complementarios), que forman una unidad de dos, que son en lo conyugable, un nuevo ser que recrea el mundo, y ese co-ser da origen a los hijos.

Fundamentos jurídicos

Las características generales de la institución del matrimonio incluidas en algunos ordenamientos jurídicos, son la dualidad, la heterosexualidad y el contenido en cuanto a derechos y deberes. A partir del siglo XX, en las sociedades de influencia occidental y procedente del liberalismo se recoge también el principio de igualdad, con un peso creciente en las regulaciones derivadas.

La dualidad del matrimonio es el principio por el que la institución está prevista, en principio, para unir a dos personas y vincularlas en orden a su convivencia y procreación. Una excepción muy importante a este principio se encuentra en algunos ordenamientos (en especial los de base islámica), que reconocen la posibilidad de que un hombre contraiga matrimonio con más de una mujer; pero incluso en este caso la institución vincula a una persona con otra, pues las diversas mujeres que un musulmán pueda tener no están unidas, en principio, por ningún nexo jurídico ni tienen derechos y obligaciones entre sí.

La heterosexualidad matrimonial exige la pertenencia de cada contrayente a uno de los sexos, de manera que un hombre y una mujer son los únicos que, en principio, pueden contraer matrimonio. Este principio está siendo modificado en algunos países en favor del principio de igualdad, a fin de reconocer la paridad de derechos y obligaciones entre hombre y mujer y extender los beneficios que implica la institución del matrimonio a parejas formadas por personas del mismo sexo.

Países Bajos, Bélgica, España, Canadá y Sudáfrica, así como el estado de Massachusetts en Estados Unidos, han admitido el matrimonio entre dos personas del mismo sexo. Estos países modifican la anterior definición legal del matrimonio al concebirlo como la unión de dos personas. Para información más detallada sobre la apertura del acceso a la institución del matrimonio por parejas formadas por personas del mismo sexo, véase el artículo matrimonio entre personas del mismo sexo.

El contenido en cuanto a derechos y deberes de los cónyuges varía en función del ordenamiento jurídico de cada país, pero por lo general todos les imponen la obligación de vivir juntos y guardarse fidelidad, de socorrerse mutuamente, de contribuir al levantamiento de las cargas familiares y de ejercer conjuntamente la potestad doméstica y la patria potestad sobre los hijos, que se presumen comunes salvo prueba en contrario. Las singularidades del contenido del matrimonio en cuanto a derechos y deberes de los cónyuges derivan en cada país de su propia concepción cultural de la institución, que ha dado forma a la misma en su legislación positiva y en su práctica jurídica.

Efectos del matrimonio

El matrimonio produce una serie de efectos jurídicos entre los cónyuges y frente a terceras personas, de los cuales los fundamentales son las obligaciones conyugales, el parentesco y el régimen económico del matrimonio. Además, en la mayoría de países produce de derecho la emancipación del contrayente menor de edad, con lo cual éste queda libre de la patria potestad de sus padres y podrá en adelante actuar como si fuera mayor, aunque posteriormente se divorcie.

Origen del término

La palabra "matrimonio" como denominación de la institución social y jurídica deriva de la práctica y del Derecho Romano. Su origen etimológico es la expresión "matri-monium", es decir, el derecho que adquiere la mujer que lo contrae para poder ser madre dentro de la legalidad.

La concepción romana tiene su fundamento en la idea de que la posibilidad que la naturaleza da a la mujer de ser madre queda supeditada a la exigencia de un marido al que quedar sujeta al salir de la tutela de su padre y de que sus hijos tengan un padre legítimo al que estar sometidos hasta su plena capacidad legal: es la figura del pater familias.

Levítico 20: 24 Pero a vosotros os he dicho: "Vosotros poseeréis la tierra de ellos, y yo os la daré para que la poseáis por heredad, tierra que fluye leche y miel".

»Yo soy El eterno, vuestro Dios, que os he apartado de los demás pueblos.

¿A que pueblos se refiere Dios?

Son a los que son judeo cristianos y sus pervertidas costumbres.

Ezequiel 22:26

Sus sacerdotes violaron mi Ley y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio. De mis sábados apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos.

27 Sus jefes en medio de ella son como lobos que arrebatan la presa: derraman sangre para destruir las vidas, para obtener ganancias injustas.

Apocalipsis 17:1-5

«Ven acá y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas.

2 Con ella han fornicado los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación».

3 Me llevó en el Espíritu al desierto, y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.

4 La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, adornada de oro, piedras preciosas y perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación.

5 En su frente tenía un nombre escrito, un misterio: «Babilonia la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra».

La mujer de púrpura y rojo escarlata representa al imperio romano, y su iglesia Católica y toda la tiranía contra los apóstoles Palestinos de Jesús, esto no ha cambiado mucho, Satanás siempre en contra de los creyentes de Dios.

LOS MUSULMANES SON EL MEJOR EJEMPLO QUE DIOS NOS MUESTRA, COMO LOS VERDADERO CREYENTES Y EL MEJOR ENTRE LOS PROFETAS, LA PAZ SEA CON MUHAMMAD Y DEBEMOS LEER EL SAGRADO CORAN.

La Iglesia y el Islam:

La cristiandad es enemiga de los judíos y de los musulmanes, no consideran otro tipo de religiones, ni libros sagrados, niegan profetas y mensajes mostrando el grado de intolerancia que ha creado a lo largo de la historia creando una división entre el occidente y el Oriente, mientras que el Islam es el mismo, desde los tiempos del Profeta Muhammad, la paz sea con El, es el mismo en oriente y occidente, los musulmanes no cambiamos el credo y la adoración a Dios, y el verdadero creyente es hermano el uno del otro, estamos unidos en el servicio y sumisión a Dios, eso es lo que no entiende la política cuando contamina la religión en su mensaje.

El mundo antes del nacimiento del Profeta Muhammad, la paz sea con El, estaba dominado por aquellas culturas que fueran superiores en lo político, en lo social, en lo económico y militar estas culturas como la griega, la romana, las dos primeras con mayor importancia en Occidente, otros grandes imperios como el Hindú, Egipcio, los Persas, Los Asirios, con campos fértiles y con diferencias entre las disputas políticas y religiosas de Occidente, con su filosofía, entre las diferencias de creencias en la sociedad, practicaban sus gobernantes romanos el espíritu conquistador y dominador, trayendo grandes problemas sociales nunca antes vividos.

Podemos afirmar que vivían así como nosotros en la actualidad sumidos en un conflicto filosófico, político, sin una identidad religiosa, sin pensar cualquier otra cosa entre una continua guerra entre la razón y la moral.

El atraso social de Europa, lo pudieron superar cuando el Islam, llego a tocar nuestros territorios, después de revelado El Sagrado Coran, y muchos grande historiadores de manera objetiva, nos muestran estos datos que hacen parte de la luz que tenemos que aprender a ver, porque antes que nosotros como continente americano, pudiéramos ser llamados sociedad, ellos ya habían educado a otros, hoy tenemos la oportunidad de brindar que sea Dios, quien nos muestre esa Luz descrita en el Sagrado Coran, en todos los tiempos reconocieron que fueron los musulmanes los que nos educaron, en todos los aspectos, en la tolerancia, el respeto, el verdadero monoteísmo, la ciencia, el arte, la escritura, las matemáticas, la arquitectura de muchos edificios con cúpulas y todo el encanto del Mediterráneo, ese gran legado es una bendición de Dios, guardada en los gratos momentos de nuestra historia universal, Desafortunadamente el Occidente es ingrato y de una manera ignorante, prefiere discutir el surgir de grande conquistadores que lucharon para que la ciencia no pudiera ser de dominio publico, como podríamos nosotros ser las personas que somos en la actualidad, si no fuera por la sangre de todos aquellos musulmanes, que murieron por la intolerancia ignorante de Roma y su régimen genocida, de las cruzadas, santo oficio e inquisición.

La religión del Islam es la completa aceptación y obediencia a las enseñanzas de Dios, que Él reveló a todos los Profetas, con la verdadera forma de adoración Monoteísta, un único Dios, sin hijo, sin madre, sin padre, no ha sido engendrado, no tiene igual, y aceptar al ultimo Profeta, Muhammad, la paz sea con El y la revelación del Sagrado Coran.

Nadie tiene el derecho de ser invocado, suplicado, que le sea rezado o le sea dedicado cualquier acto de adoración, sino Dios solamente.

Únicamente Dios es el Todopoderoso, El Creador, El Soberano y Señor de todo lo que hay en el Universo. Él se encarga de todos los asuntos. No necesita ni depende de sus criaturas, y todas sus criaturas dependen de Él. Él es el Omnioyente, el Omnividente. En una forma perfecta, su conocimiento engloba a todas las cosas las evidentes y las secretas, lo público y lo privado. Él conoce lo que pasó, lo que pasará y cómo pasará. Nada ocurre en el universo si no es por que Él quiere. Lo que desea es y lo que no desea no es, y nunca será. Su deseo está por encima del deseo de todas sus criaturas. Tiene poder por sobre todas las cosas, y es capaz de hacer todo lo que desea. Es el Graciabilísimo, El Misericordioso, y El Más Benévolo. En uno de los dichos del Profeta Muhammad nos es dicho que Dios es más misericordioso con sus criaturas de lo que una madre lo es con su hijo.1 Dios está exento de la injusticia y la tiranía. Es el más sabio en todas sus acciones y decretos. Si alguien quiere pedirle a Dios algo debe pedírselo sólo a Él, sin pedirle a alguien más que interceda por él. No existen intermediarios entre Dios y aquellos que buscan Su ayuda.

Dios no es Jesús, y Jesús no es Dios.

El mismo Jesús negó eso. Dios dice en el Corán:

Realmente han caído en incredulidad quienes dice: Allah es el Ungido, hijo de María. Cuando fue el Ungido quien dijo a los hijos de Israel: ¡Adorad a Allah! Mi Señor y el vuestro. Quien asocie algo con Allah, Allah le vedará el jardín y su refugio será el Fuego. No hay quien auxilie a los injustos. " (Corán, 5:72)

Dios no es una Trinidad. Dios dijo en el Corán:

Y han caído en incredulidad los que dicen: Allah es el tercero de tres, cuando no hay sino un único Dios si no dejan de decir lo que dicen, ésos que han caído en la incredulidad tendrán un castigo doloroso. ¿Es que no van a volverse hacia Allah y Le van a pedir perdón? Allah es perdonador y Compasivo. El Ungido, hijo de Maria, no es más que un mensajero antes del cual ya hubo otros mensajeros… (Corán, 5:73-75)

El Islam niega que Dios descansó en el séptimo día de la Creación, que Él lucho con uno de Sus ángeles, que Él es un envidioso conspirador contra la raza humana o que Él se ha encarnado en algún ser humano. El Islam también rechaza la atribución de cualquier forma humana a Dios. Todas estas cosas son consideradas blasfemas. Dios es el Exaltado. Está muy lejos de cualquier imperfección. Nunca se fatiga y ni la somnolencia, ni el sueño le afectan.

La palabra árabe Allah significa Dios (El Dios Uno y Único que creó todo el Universo). Esta palabra 'Allah' es el nombre para Dios, utilizado por las personas que hablan árabe, tanto cristianos, como musulmanes. Esta palabra, la cual no tiene forma femenina ni plural, no puede ser utilizada para designar algo que no sea el Único Dios verdadero. La palabra árabe Allah aparece en el Corán cerca de 2.700 veces. En arameo, un idioma muy cercano y afín con el árabe, que era el idioma que Jesús habitualmente hablaba.

se es referido a Dios también como Allah.

La creencia en los Ángeles:

Los musulmanes creen en la existencia de los Ángeles y que estos son criaturas honorables. Los ángeles solo adoran a Dios, le obedecen y actúan sólo por órdenes suyas. Entre los ángeles está Gabriel, quien descendió el Corán al profeta Muhammad .

La creencia en los libros revelados Por Dios:

Los musulmanes creen que Dios reveló las escrituras a sus mensajeros como prueba para la humanidad y como una guía para la misma. Entre esos libros se encuentra el Corán que Dios reveló al profeta Muhammad. Dios ha garantizado la protección del Corán de cualquier corrupción o distorsión, Dios dijo:

Nosotros hemos hecho descender el Recuerdo (el Corán) y somos sus guardianes. (Corán, 15:9)

La creencia en los profetas y mensajeros de Dios:

Los musulmanes creen en los profetas y mensajeros de Dios, comenzando con Adán, incluyendo a Noé, Abraham, Ismael, Isaac, Jacob, Moisés y Jesús (La Paz sea sobre todos ellos). Pero el último mensaje de Dios para el hombre, una reconfirmación del eterno mensaje, le fue revelado al profeta Muhammad. Los musulmanes creen que Muhammad es el último profeta enviado por Dios, tal y como lo dice Dios:

Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros hombres sino que es el Mensajero de Allah y el sello de los profetas… (Corán, 33:40)

Los musulmanes creen que todos los profetas y mensajeros fueron creados como seres humanos que no poseían ninguna de las cualidades y atributos divinos de Dios.

La creencia en el Día del Juicio:

El musulmán cree en el Día del Juicio (El Día de la Resurrección) cuando todas las personas serán resucitadas para ser juzgadas por Dios con relación a sus creencias y acciones.

La creencia en Al-Qadar:

Los musulmanes creen en el Al-Qadar que es la Divina Predestinación, pero esta creencia en la Divina Predestinación no significa que el ser humano no tiene libre albedrío. Al contrario los musulmanes creen que Dios ha dado a los seres humanos el libre albedrío. Esto significa que ellos pueden escoger entre el bien y el mal y que ellos son responsables por sus decisiones.

La creencia en la Divina Predestinación incluye la creencia en cuatro conceptos:

1) Dios sabe todas las cosas. Conoce lo que ha pasado y lo que va a pasar.

2) Dios ha registrado todo lo que ha pasado y todo lo que pasará hasta el Día del Juicio.

3) Cualquier cosa que Dios quiera que pase sucede, y cualquier cosa que Dios no quiera que suceda no pasa.

4) Dios es el creador de todo.

Sumisión a Dios, Creador del Universo.

Mahoma: Nombre mal utilizado para mencionar al nombre del Profeta Muhammad, la paz sea con El.

Mahometanos: Nombre incorrecto que dicen algunos judíos-y cristianos hacia los musulmanes, Los musulmanes no adoramos al Profeta, lo recordamos y no hacemos de El, lo que los cristianos hacen con Jesús elevarlo a divinidad, y decir que es hijo de.

Muhammad: El gran y ultimo profeta de Dios, para todo el mundo, hijo de Cedar, hijo de Ismael, Hijo de Abraham, Hijo de Adán.

Musulmanes: creyentes y no asociadores de Allah, eterno, uno y único Dios, es el que profesa la religión islámica, los Musulmanes no adoran a Muhammad, como los Cristianos consideran que Jesús hijo.

EL Islam que fue revelado al Profeta Muhammad es la continuación y la culminación de todos los mensajes dados y predicados por todos los Profetas, en todos los momentos de la historia y a cada pueblo, la paz sea con ellos, pero que por la contaminación política de los pueblos han tomado después de cada profeta el carácter de división y relevancia de unos profetas sobre otros, creando así el nombre de religiones, es por esto que el Islam es la culminación y corrección del antiguo y nuevo testamento encontrados en la Biblia, ningún musulmán niega lo que predicaron los profetas, negamos es la contaminación del hombre, sobre la Palabra de Dios, que en estos textos se encuentran con manipulaciones de parte de los judíos, y de los cristianos, que actualmente consideran una divinidad a Jesús, Dios, no puede permitir este extravió y envió El Sagrado Coran como confirmación de pureza en los textos de religiones anteriormente reveladas y, por ello, es para siempre para todos los pueblos. Esta condición del Islam está fundamentada en hechos deslumbrantes. En primer lugar, no hay otro libro revelado que se encuentre en la misma forma y contenido en que fue revelado. En segundo lugar ninguna otra de las religiones reveladas tiene argumentos convincentes que sirvan de guía para todos los cambios de la vida humana en todos los tiempos. El Islam dirige la humanidad en general y ofrece orientación básica respecto a los problemas humanos. Es más, ha soportado la prueba de mil cuatrocientos años y tiene todas las posibilidades de establecer una sociedad ideal tal Y como lo hizo bajo la dirección del último Profeta Muhammad (La paz y bendiciones de Allah sean con EI).

Fue un milagro que El Profeta Muhammad pudiera ganarse a sus acérrimos enemigos sin contar con los recursos materiales necesarios. Adoradores de ídolos, ciegos seguidores de los caminos de sus antepasados, promotores de feudos tribales, hombres que no respetaban la dignidad humana, se convirtieron en una nación disciplinada siguiendo las directrices del Islam y de su Profeta. El Islam abrió ante ellos la visión de altura espiritual y dignidad humana al declarar con razón como único criterio el mérito y el honor. El Islam reformó su vida socia), cultural, moral y comercial con leyes y principios básicos conformes con la naturaleza humana y por lo tanto aplicables en todos los tiempos porque la naturaleza humana no cambia.

Es de lamentar que el occidente cristiano en lugar de hacer un intento sincero por comprender el fenomenal éxito del Islam en sus primeros tiempos, optar por considerada religión rival.

Durante los siglos de las cruzadas, esta tendencia alcanzó gran fuerza e ímpetu y se produjo gran cantidad de literatura para empañar la imagen del Islam. Pero el Islam ha comenzado a desplegar su autenticidad ante los modernos estudiosos, Cuyas audaces y objetivas observaciones sobre el Islam desmienten todos los cargos que le imputaron los así llamados orientalistas imparciales.

A continuación algunas observaciones sobre el Islam hechas por reconocidas autoridades no musulmanas de los tiempos modernos. La verdad no necesita abogados que la defiendan. Pero la propaganda mal intencionada y prolongada contra el Islam pensadores libres y objetivos.

Esperamos que las observaciones siguientes contribuyan a iniciar una evaluación objetiva del Islam.

Dice: Canon Taylor, en su ponencia leída ante el congreso eclesial de Walverhamton, el 7 de octubre de 1887. Citado por Amold en: Preaching of Islam "La predicación del Islam", Págs. 71 y 72:

"El Islam sustituyó el espíritu del monje por el del hombre. Ofrece esperanza al esclavo, hermandad a la humanidad y reconoce los hechos fundamentales de la naturaleza humana".

Dice: Sarojini Naidu, en su conferencia sobre los ideales del Islam, véase: Speeches and Writihgs of Sarojini Naidu" Discursos escritos de Sarojini Naidu; Madras, 1918, Pag 167:

El sentido de justicia es uno de los magníficos ideales del Islam. Porque según leo el Corán encuentro esos principios dinámicos de la vida, no la mística sino la ética práctica para la conducta diaria de la vida adecuada para el mundo entero.

De Lacy O'Leary :Dice en: Islam at the Crossroads (El Islam en la encrucijada, 1923, Pag.8:

La historia en todo caso pone de manifiesto que la leyenda de los fanáticos musulmanes que arrasaban el mundo e Imponían el Islam con la punta de la espada en razas conquistadas es uno de los mitos absurdos más fantásticos que jamás hayan repetido los historiadores.

H. A. R. Gibb, Whlther Islam ¿A dónde va el Islam? Londres 1932, dice:

Pero el Islam tiene aún otro servicio que prestar a la causa de la humanidad. Después de todo está más cerca que Europa del oriente real, y posee una magnífica tradición de comprensión y colaboración interracial. Ninguna otra sociedad ha logrado tantos hitos uniendo en condiciones de igualdad de oportunidades y de esfuerzos a tantas y tan diversas razas de la humanidad. El Islam tiene aún poder de reconducción entre elementos de raza y tradición aparentemente irreconciliables. Si alguna vez se ha de sustituir la oposición entre las sociedades oriental y occidental por la colaboración, la mediación del Islam es una condición indispensable. Tienen en sus manos en gran medida la solución de los problemas con los que se enfrenta Europa en sus relaciones con oriente. SI se unen, las esperanzas de paz se reforzarán inconmensurablemente. Pero si Europa, rechazando la colaboración del Islam, la echa en brazos de sus rivales, los resultados no pueden dejar de ser desastrosos.

G. b. Shaw. En: the genuite Islam (el autentico Islam), Vol. 1, No. 81936, dice:

Siempre he tenido en gran estima por estudiar la religión y Muhammad, ha marcado la historia en lugares donde no se acepta la predicación del evangelio pero si la del Coran por su magnifica vitalidad. Es la única religión que a mi juicio posee esa capacidad de asimilación a las fases cambiantes de la existencia que puede hacerse atractiva para todas las edades. He estudiado a ese hombre extraordinario y en mi opinión lejos de ser un anticristo, debe ser denominado salvador de la humanidad. Creo que si un hombre como él tuviera que asumir la dictadura del mundo moderno, lograría resolver sus problemas de una manera que trajera consigo la tan necesaria paz y felicidad: He profetizado respecto a la fe del Profeta Muhammad, como ultimo enviado de Dios, es aceptado en la Europa de hoy, como está empezando a ser aceptable para la Europa del mañana.

A. J. Toynbee, 'Civilization on Tría'" La civilización a juicio, Nueva York. 1948, pag 205, dice:

Los valores morales y la conciencia como ocurre entre los musulmanes es uno de los logros mas notables del Islam y en el mundo contemporáneo existe, de hecho, una necesidad que tenemos que vivir en nuestro tiempo.

M. L. Stoddard, citado en: Islam -The religión of all prophets) (Islam; la religión de todos los profetas) .Begum Bawani Waqf, Karachi, Pakistán, Pag 56.

La ascensión del Islam es quizás el más asombroso acontecimiento de la historia de la humanidad. Surge de una tierra y un pueblo hasta entonces insignificante y se propaga en cuestión de un siglo por la mitad de la tierra sacudiendo grandes Imperios, destronando religiones sólidamente establecidas, remodelando las almas de razas, y construyendo un mundo nuevo -el mundo del Islam.

Cuando más de cerca examinamos estos acontecimientos más extraordinarios resultan. Las otras grandes religiones se abrieron camino lentamente, mediante penosos esfuerzos y finalmente triunfaron con la ayuda de poderosos monarcas convertidos a la nueva fe. El Cristianismo tuvo su Constantino, el Budismo tuvo su Asoka y el Zoroastrismo tuvo su Ciro, cada uno prestando su culto elegido a la poderosa fuerza de la autoridad secular. Pero no así el Islam, surgió de una tierra desértica apenas habitada por una raza nómada, anteriormente sin distinguir en los anales de la humanidad, el Islam se lanza a la gran aventura con el más frágil de los respaldos humanos y contra una superioridad fortísima. Pero el Islam triunfó con facilidad aparentemente milagrosa, y un par de generaciones vieron cómo la fogosa Media Luna paseaba victoriosa desde los Pirineos hasta el Himalaya, desde los desiertos del Asia Central hasta los Desiertos del África Central.

Edward Montent "La propande chretienne et ses adversaires musulmans" (La propaganda cristiana y sus adversarios musulmanes) París 1890. Citado por T. W. Amold en.the Preaching of Islam. Londres 1913, Pags. 413,414, dice:

El Islam es una religión esencialmente racionalista en el más amplio sentido de este término considerado etimológica e históricamente. Se le aplica con exactitud la definición de racionalismo como sistema que fundamenta las creencias religiosas en principios facilitados por la razón. No se puede negar que muchas doctrinas y sistemas teológicos así como muchas supersticiones, desde la adoración de los santos, no hacen parte del Monoteísmo puro en el tronco mismo del Islam., Pero a pesar de la rica evolución en todos los sentidos, de las enseñanzas del Profeta, El Corán ha mantenido invariablemente su lugar como punto de partida fundamental y el dogma de la unidad de Dios siempre ha sido proclamado con grandeza, majestad e invariable pureza y con un acento de la segura convicción que es difícil encontrar superado fuera del Islam. Esta fidelidad al dogma fundamental de la religión, la simplicidad elemental de la fórmula en la que está enunciado, la prueba que gana de la convicción fervorosa de los misioneros que lo propagan, son otras tantas causas que explican el éxito de los esfuerzos misioneros musulmanes. Un credo tan preciso, tan desprovisto de toda complejidad teológica y en consecuencia tan accesible a la comprensión ordinaria no podía menos que poseer, y de hecho posee, un poder maravilloso para abrirse camino en la conciencia del hombre.

W. Montgomery Watt, Islam and Christianity Today (El Islam y el Cristianismo hoy) Londres 1983, Pag IX.

No soy musulmán en sentido usual, aunque creo que sí lo soy en el sentido de "quien se rinde ante Dios", Pero a mi juicio el Corán y en otras expresiones de la visión islámica hay injertados grandes tesoros de verdades divinas de las que yo y otros occidentales tenemos mucho que aprender y el Islam es sin duda un poderoso contendiente en el establecimiento de un marco fundamental para la religión unidad del futuro.

El Sagrado Corán es la Revelación divina que recibió el Profeta Muhammad (saws) de Allah por intermedio del ángel de la revelación: Gabriel.

Comenzó en La Meca a partir del año 610 aproximadamente para terminar en Medina en el año 632.

El Sagrado Corán es también un código completo que incluye diversas áreas de vida, espiritual, intelectual, político, social o económico. Es un código que no tiene ningún límite de tiempo, lugar o nación.

El Corán pide al hombre que mire los signos dentro de sí mismo y en el horizonte. Para alcanzar la comprensión un hombre tiene que usar sus ojos, su mente y su corazón. Todo camino de conocimiento exige un acto de fe. Pero no una fe ciega como se suele entender equivocadamente.

Los verdaderos buscadores de conocimiento esperan que sus ideas y su fe en tales ideas, se pongan a prueba constantemente.Como el Profeta era incapaz de leer o escribir, recurrió a sus compañeros letrados y les dictó, supervisando la trascripción y el registro fidedigno de las revelaciones. Estos fragmentos se reunieron más tarde como el Corán.

A los quince años de la muerte del Profeta quedó compilado un Corán final, autentificado por los compañeros del Profeta que estuvieron con él mientras se sucedieron las Revelaciones. Esto se hizo durante el Califato de Uzman, en la ciudad de Medina donde está enterrado el Profeta.

Los 114 capítulos o suras de esta Escritura Sagrada varían en extensión: desde tres Ayats (versículos) (las suras 103, 108 y 110) hasta 286 en la segunda sura, La Vaca. Las primeras revelaciones forman las suras más cortas. Éstas se encuentran al final de la Escritura y la mayor parte de ellas ocurre en la última Parte, o sea la núm. XXX.

El idioma del documento es el árabe clásico. la fushà, que sirvió y sigue sirviendo de modelo para el idioma literario, que se desarrolló durante los brillantes siglos del gran imperio o califato islámico.

Esta Escritura Sagrada reúne las creencias esenciales de la fe islámica, así como sus preceptos morales y sociales. Por medio de ella se han ido formando los conceptos básicos de nuestra religión de la Paz universal y, por ello, de la cultura y civilización de la vasta región islámica que acabamos de indicar.

Esta enorme región forma una parte sumamente importante de la sociedad contemporánea, que, tanto en su occidente cristiano como en su parte materialista y atea, necesita conocer aquélla con urgencia.El Sagrado Corán no es un libro en el sentido usual del término.

No tiene una ilación del principio al fin como una obra de origen humano, sino que por el contrario cada parte es como una unidad en si misma coherente con el todo. Se puede ingresar a el en cualquier sitio y, leyendo unos pocos versículos, es como si Dios nos estuviera hablando directamente.

El Corán contiene profecías sobre hechos que posteriormente se verificaron. Anunció el triunfo y la gloria del Islam cuando los seguidores del Profeta eran solo un puñado de hombres sin poder contra miles de idólatras poderosos y opresores.

Anunció también el triunfo en un plazo definido de los bizantinos sobre los persas después de un triunfo de estos últimos y cuando nada hacia suponerlo. (Corán, sura 30:2 a 4] además el Sagrado Corán contiene numerosas referencias a la naturaleza y la creación, y encierra verdades de orden científico que no se comprobaron sino siglos mas tarde, como la creación de toda vida del agua, el régimen de vientos y Lluvias, las etapas del desarrollo embriológico humano, el origen del cosmos y los astros, la esfericidad de la tierra, las huellas dactiloscópicas, etc.

Es un único libro con un autor supremo, un mensaje eterno y una relevancia universal.

Sus volúmenes no se confinan a un tema particular o llaman, pero contiene las fundaciones para un sistema entero de vida, mientras cubriendo un espectro entero de problemas que van de los artículos específicos de fe y mandos a las enseñanzas morales generales, derechos y obligaciones, crimen y castigo, ley personal y pública, y un organizador de otras preocupaciones privadas y sociales.

Esta es la primera revelación que Dios, le entrega a su Profeta Muhammad, la paz sea con El.

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